ERE 11° Guía 8
ERE 11° Guía 8
ERE 11° Guía 8
Área Educación Religiosa Escolar Grado 11 Año 2021 Docente Luz Marina Valencia Agudelo
Meta de aprendizaje: Identificar y relacionar el valor de la solidaridad y compromiso moral con el concepto de la
civilización del amor en las enseñanzas de Jesús.
Pregunta problematizadora:
¿Por qué es importante conocer las relaciones políticas y religiosas del pueblo de Israel que se confrontan con la
predicación de Jesús?
Guía 8
Nombre____________________________________ Fecha_________________ Grupo__________
La doctrina social dentro del nuevo testamento, se percibe claramente la fuerza de la iglesia judía pero
aún con más cabida la idea del cesar estaba impregnada en la mente de las personas por lo tanto el
sistema económico regía cada aspecto de las vidas y lo importante era sobrevivir, cada centavo era
importante. La iglesia está repleta de mercaderes por la función que se le daba al capital de tal forma
que se puede ver como la doctrina magna. La idea de dios era de la religión judía que impregnaba una
visión más hedonista, pensando en el libertinaje y la vida como el acto alcohólico de existir, por ello los
miles de problemas con el control.
Jesús pasó haciendo el bien, amigo de los pecadores, hombre para los demás…, son algunas
expresiones aplicadas a Jesús que intentan poner de relieve su cercanía y compromiso con los
marginados de su época. Cercanía que lo llevó hasta la muerte en la cruz.
3. Leo Lc. 7, 36-50; Lc. 8, 43-55 escribo otros pasajes bíblicos del N.T. donde se de la misma
situación.
1 Jn 1:9
Lc 5:32.
En estos dos versículos se ve como dios es capaz de perdonar así mismo perdona haciendo
milagros curando como se puede ver con la chica que está durmiendo.
Jn. 13, 34: El amor es el don más preciado es aquel que nos da la innata idea de compartir de
ser un conjunto así que ese es el nuevo mandamiento de Jesús.
Mt. 9, 36: Esta no da a reflexionar y nos dice la importancia de dar consuelo esa capacidad de
acoger hasta a las multitudes.
Mt. 14, 14: Tener compasión de todos los que lo necesiten así mismo darles un brazo y
ayudarlos, el amor incondicional de la persona es necesario.
Lc. 5, 24-25: Acá se no muestra la indicional idea de dios, y la necesidad de ella, el paralitico se
desata de sus males internis con esta idea e incluso puede caminar.
Jesús vivió la compasión como parte de su ser. Fue un hombre rico en misericordia que hacía
suyo el dolor ajeno. El término griego aplicado con frecuencia a sus acciones: splanjnidsomai,
Raíces de la doctrina social en el Nuevo Testamento. Educación Religiosa. Grado Undécimo
significa abrazar visceralmente, con las propias entrañas, los sentimientos o la situación de otra
persona. Jesús no ejerció la compasión desde el poder sino desde el servicio.
Primeros cristianos
El comportamiento de los primeros cristianos llamaba la atención de sus contemporáneos. Se
negaban a rendir culto a emperadores y dioses, valoraban el trabajo sin considerarlo oficio de
esclavos, vivían en la tierra como ciudadanos del cielo; pero, sobre todo, era llamativa su forma
de quererse y de ocuparse de los más necesitados: “es precisamente esta eficacia del amor
entre nosotros lo que nos atrae, el odio de algunos que dicen: mirad cómo se aman, mientras
ellos se odian entre sí. Mirad cómo están dispuestos a morir el uno por el otro, mientras ellos
están dispuestos, más bien, a matarse unos a otros”. (Tertuliano, Apologético 39)
Las enseñanzas y los gestos de Jesús penetraron hondo en los primeros cristianos. Así, aun
cuando Jesús ya no estaba físicamente con ellos, sus discípulos continuaron la tarea iniciada
por Él. Nadie que tuviera necesidad les era ajeno y, para dar ejemplo, ellos mismos ponían sus
bienes en común y compartían las cosas.
5. Leo Hch. 2, 44-45; Hch. 3, 2-6; 1cor. 13,3 y redacto una profecía para el año 3000 de una
sociedad que vive al estilo de las primeras comunidades cristianas (tengo en cuenta:
aspecto económico, político, social y ambiental).
Las comunidades cristianas como se entiende en los tres pasajes bíblicos eran la visión misma
de la armonía la capacidad de acoplarse a las cosas y siempre generar un conjunto todo se
repartía equitativamente según se necesitara nadi oprima a nadie todo era amor, y se esperaba
la grandiosa vida en sociedad. Brindar esperanza por un porvenir, la incondicionalidad y la
sociedad tiene una visión hermosa, dentro de 3000 años todos seriamos hippies y un conjunto
social que se aman entre sí.
Todos seriamos uno y uno seriamos todos, la humanidad restaura el planeta y el filtro
antropocéntrico se perdería, la convivencia sería imperativa y la protección de nuestros
recursos seria necesaria y solo utilizamos lo necesario, con esta vida la política seriamos todo
no existe jerarquía.
La economía no existiría ya que como los recursos son parte de todo el medio que utilizaremos
es a partir de la conciencia recolectando y comiendo desatando una forma totalmente circular
de vivir algo hermoso par la existencia
6. Leo el texto Galilea en tiempos de Jesús analizo y escribo un comentario para cada aspecto:
social, político, económico y religioso que vivió Jesús de Nazaret. (No copiar de internet)
Para brindar con claridad la ejecución de cada uno la vida era una cosa de locos, la forma de
vida inhumana por parte del rey y su incapacidad de gobernar, además al existir alianzas con
roma el pueblo que predomina la forma de existir era a partir del miedo y la fuerza. Se da a
entender que era tan irracional la vida que un mártir para todos, la esperanza de vida oscilaba a
Raíces de la doctrina social en el Nuevo Testamento. Educación Religiosa. Grado Undécimo
los treinta con suerte, la triste noción para todos, además existía una muy ardua jerarquía que
ocupaba todo un bien político. La gente vivía para pagar deudas y los impuestos ya que el ego
era tan grande que las deudas se tenían que pagar sin importar, ya que la familia perdía
renombre si no lo hacía. La vida en conjunto tendía a ser super opresora la mínima idea de
salirse del clan era un insulto y si te ibas, no podías regresar ya que la ofensa remarcaba hasta
el infinito, la familias eran grande de una buena proporción con una cantidad grande de
hermanos, todavía se estudia la idea de los hermanos de jesús aunque la iglesia lo niegue. Así
que era una tortura vivir. Lo único que tenían es una fe para vivir con un poco de esperanza en
una vida de opresión total, guerra y muerte. Jesús fue un gran exponente de sus ideas porque
hizo todo por ellas y la adversidad no lo detuvo, con la multitud de romanos que lo querían
matar. Siempre fue un reflexivo que vio una posibilidad en la adversidad.
judíos. Hijo de una rica familia idumea fue considerado siempre un intruso extranjero al servicio
de los intereses de Roma. Herodes fue levantando un reino monumental y grandioso,
destacando la construcción de una ciudad, Cesarea del Mar, y la renovación y embellecimiento
del Templo de Jerusalén. Al morir estalló la rabia contenida durante muchos años. La reacción
de Roma no se hizo esperar: Varo, gobernador de Siria, marchó hacia Jerusalén, hizo esclavos
a un gran número de judíos y crucificó a los más rebeldes. Mientras envió a Gayo a Galilea;
tomó la ciudad de Séforis y la incendió; aterrorizó a los campesinos quemando algunas aldeas y
se llevó como esclavos a un número grande de habitantes de la zona. Jesús tenía en esos
momentos tres o cuatro años y vivía en la aldea de Nazaret, situada a solo cinco kilómetros de
Séforis. Los hijos de Herodes impugnaron el testamento de su padre y Augusto resolvió la
sucesión a su manera. Antipas recibió el título de «tetrarca», es decir, soberano de una cuarta
parte del reino de Herodes el Grande. Gobernó Galilea desde el año 4 a. C. hasta el 39. Jesús
fue súbdito suyo durante toda su vida. Quiso construir también su «pequeño reino» y edificó
junto al lago de Galilea la capital en Tiberíades. Siguiendo los pasos de su padre, no dudó en
eliminar las críticas que le hacía Juan Bautista, ordenando su ejecución.
Galilea en tiempos de Antipas
Los escritores del siglo I hablan de tres regiones bien definidas: la Alta Galilea, región poco
poblada; la Baja Galilea, con aldeas dispersas; en ella se encuentran Nazaret y la ciudad de
Séforis; y la región del lago, donde destacan Tiberias (o Tiberíades), Magdala y Cafarnaúm.
Galilea era una sociedad agraria. Toda la población vivía trabajando la tierra, excepto los
habitantes de las ciudades, que se ocupaban de tareas de gobierno, administración,
recaudación de impuestos o vigilancia militar. Las familias de Cafarnaúm, Magdala o Betsaida
vivían del lago; su trabajo estaba controlado por los recaudadores de Antipas, que imponía
tasas por derechos de pesca y utilización de los embarcaderos. Los romanos consideraban los
territorios conquistados como bienes pertenecientes a Roma; por eso exigían el
correspondiente tributo. Los grandes terratenientes vivían en las ciudades, arrendando sus
tierras a los campesinos del lugar y vigilándolas mediante administradores que actuaban en su
nombre. Otros eran campesinos que trabajaban las tierras de su propiedad; otros, simples
jornaleros que recibían su salario al atardecer. Los campesinos de las aldeas sostenían la
economía del país, siendo sometida su producción a tributos, tasas, impuestos y diezmos.
Antipas tenía su propio sistema de impuestos: se contrataba a recaudadores que, después de
pagar al rey una cantidad, se aplicaban a extraer de las gentes el máximo beneficio. La carga
total era abrumadora; a muchas familias se les iba en tributos e impuestos un tercio o la mitad
de lo que producían. Jesús conocía bien los apuros de estos campesinos que, tratando de
sacar el máximo rendimiento a sus modestas tierras, sembraban incluso en terreno pedregoso,
entre cardos y hasta en zonas que la gente usaba como senderos (cf. Mc 4,3-8). El fantasma de
la deuda era temido por todos.
Urbanización en Galilea
Esta situación se agravó más cuando en el corto período de veinte años, Antipas reconstruyó
Séforis y edificó la nueva capital, Tiberíades. En las ciudades vivían los gobernantes, los
militares, los recaudadores de impuestos, los funcionarios; su presencia introducía una novedad
Raíces de la doctrina social en el Nuevo Testamento. Educación Religiosa. Grado Undécimo
importante en Galilea. Desde el campo se debía abastecer ahora a dos poblaciones urbanas
que no cultivaban la tierra. Mientras en Séforis y Tiberíades crecía el nivel de vida y la
posibilidad de adquirir mercancías lujosas, en las aldeas se sentía cada vez más la inseguridad
y los problemas para poder vivir. Las élites urbanas no pensaban en las necesidades de las
familias pobres, que se alimentaban de cebada, mijo, cebollas o higos, sino en productos como
el trigo, el aceite o el vino, de mayor interés para el almacenamiento y el lucro. En esta misma
época comenzaron a circular por Galilea monedas de plata acuñadas por Antipas en
Tiberíades. Las monedas de oro y plata se empleaban regularmente para acumular «tesoros» o
mammnona; las de plata servían para pagar el tributo imperial y otros impuestos; las de bronce
eran las que manejaban de ordinario los campesinos. Jesús conoció el crecimiento de una
desigualdad que favorecía a la minoría privilegiada de Séforis y Tiberíades, y provocaba
inseguridad, pobreza y desintegración de bastantes familias. La actividad de Jesús en medio de
las aldeas de Galilea y su mensaje del «reino de Dios» representaba una fuerte crítica a aquel
estado de cosas.
Judíos con rasgos propios
No sabemos exactamente lo que sucedió con las tribus israelitas del norte después de que los
asirios conquistaran el territorio y convirtieran Galilea en una 10 provincia de Asiria;
probablemente solo quedaron algunos campesinos. No sabemos nada de estos «galileos»
viviendo lejos de Jerusalén, en un territorio invadido a lo largo de seis siglos por asirios,
babilonios, persas y seléucidas. Probablemente los galileos se mantuvieron fieles a Yahvé, el
Dios de Israel, y conservaron las grandes tradiciones del Éxodo, la Alianza, la ley de Moisés o
la celebración del sábado. No poseían un centro de culto como el de Jerusalén; no contaban
con una aristocracia sacerdotal que pudiera custodiar las tradiciones de Israel. Nada tiene de
extraño que se desarrollasen tradiciones, costumbres y prácticas locales algo diferentes de las
que se vivían en Judea. Después de la rebelión de los Macabeos, los soberanos asmoneos de
Judea subordinaron Galilea al Estado-templo de Jerusalén y obligaron a sus habitantes a vivir
«según las costumbres judías». Muchas familias judías fueron a cultivar tierras de Galilea.
Geográficamente, Galilea era una especie de isla rodeada por importantes ciudades
helenísticas (Sebaste, Tolemaida, Tiro, Sidón, la Decápolis). Sin embargo, Galilea aparece en
tiempos de Jesús como una región perfectamente definida, con una población diferente,
vinculada a Judea con una personalidad propia. No es fácil conocer cómo se vivía en Galilea la
vinculación religiosa con Jerusalén. Sabemos por el historiador Flavio Josefo que los galileos
subían en peregrinación a Jerusalén.
En Galilea se apreciaban de manera especial las tradiciones israelitas del norte: en las fuentes
evangélicas se habla de los «profetas del norte» (Elías, Eliseo o Jonás), pero apenas se dice
nada de «reyes» y «sacerdotes», propios de Jerusalén y Judea. Se habla de los israelitas como
«hijos de Abrahán» y se evita la teología de Sión y de la ciudad santa de Jerusalén.
Probablemente, los galileos estaban habituados a una interpretación más relajada de la ley y
eran menos estrictos que en Judea en lo tocante a ciertas reglas de pureza.
En Galilea se hablaba arameo; fue la lengua materna de Jesús. El hebreo decayó después del
exilio en Babilonia, pero no se perdió del todo; sin embargo, el pueblo no lo entendía bien.
Cuando en las sinagogas se leían las Escrituras Sagradas en hebreo, el texto era leído y
comentado en arameo (targumes). A partir de Alejandro Magno, el griego fue arraigándose en
los terrenos conquistados. Jesús hablaba arameo, pero su contacto con la lengua griega fue tal
vez más intenso de lo que solemos pensar, sobre todo si se acercó hasta Séforis buscando
trabajo. El latín era utilizado exclusivamente por funcionarios y militares romanos. Jesús
enseñaba a la gente en su lengua materna, el arameo; conocía probablemente el hebreo tanto
como para entender y citar las Escrituras; quizá se defendía algo en griego y casi con seguridad
desconocía el latín.
El pueblo de Jesús
Nazaret era un poblado en las montañas de la Baja Galilea (340 m de altitud) situado en una
ladera. Allí se cultivaban olivos, vides, trigo, cebada y mijo. Era una aldea muy pequeña (entre
200 y 400 habitantes). Nunca aparece su nombre ni en los libros sagrados de los judíos ni en
las listas de pueblos de la tribu de Zabulón, en cuyo territorio estaba. Las casas tenían, además
de la parte exterior (adobe, paja), una zona interior (una cueva excavada) donde conservaban
alimentos; tenían una sola habitación, compartiendo los lugares comunes (molino, horno) con
otras familias.
Vivir en Nazaret es vivir en el campo. Jesús ha crecido en medio de la naturaleza, con los ojos
muy abiertos al mundo que le rodea. Basta oírle hablar. La abundancia de imágenes y
observaciones tomadas de la naturaleza nos muestran a un hombre que sabe captar la
creación y disfrutarla. Jesús se ha fijado muchas veces en los pájaros que revolotean en torno a
su aldea; no siembran ni almacenan en graneros, pero vuelan llenos de vida, alimentados por
Dios, su Padre. Le han entusiasmado las anémonas rojas que cubren en abril las colinas de
Nazaret; ni Salomón en toda su gloria se vistió como una de ellas. Observa con atención las
ramas de las higueras: de día en día les van brotando hojas tiernas anunciando que el verano
se acerca. Se le ve disfrutar del sol y de la lluvia, y dar gracias a Dios, que hace salir su sol
sobre buenos y malos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. Mira los grises nubarrones que
anuncian la tormenta y siente en su cuerpo el viento pegajoso del sur, que indica la llegada de
los calores. Jesús no solo vive abierto a la naturaleza. Más adelante invitará a la gente a ir más
allá de lo que se ve en ella. Su mirada es una mirada de fe. Admira las flores del campo y los
pájaros del cielo, pero intuye tras ellos el cuidado amoroso de Dios por sus criaturas. Se alegra
por el sol y la lluvia, pero mucho más por la bondad de Dios para con todos sus hijos, sean
buenos o malos. Sabe que el viento sopla donde quiere, sin que se pueda precisar de dónde
viene y a dónde va, pero él percibe a través del viento una realidad más profunda y misteriosa:
el Espíritu Santo de Dios. Jesús no sabe hablar sino desde la vida. Para sintonizar con él y
captar su experiencia de Dios es necesario amar la vida y sumergirse en ella, abrirse al mundo
y escuchar la creación.
En el seno de una familia judía
La familia lo era todo; se unían para proteger sus tierras o defender el honor familiar. Con
frecuencia, las aldeas se iban formando a partir de estos grupos familiares unidos por el
parentesco. Jesús vivió en una «familia extensa». Este tipo de familias incluían a los hermanos
con sus esposas e hijos.
La familia de Jesús
Los evangelios hablan de los «hermanos» y las «hermanas» de Jesús. La interpretación más
divulgada hasta nuestros días es la de san Jerónimo, que los considera «primos o parientes
cercanos». Otros piensan que son «hermanos reales», explicando que hay que entenderlo en
una cultura patriarcal basada en la agnatio (o sea, la descendencia se traza nombrando
exclusivamente a los varones); de esta forma, cuando se dice que dos hombres son
«hermanos», solo se afirma que tienen el mismo padre. La Iglesia católica siempre ha
entendido que estos pasajes no se refieren a otros hijos de la Virgen María.
Abandonar la familia era muy grave; significaba perder la vinculación con el grupo protector y
con el pueblo. Llegó un día en que Jesús lo hizo; él buscaba una «familia» que abarcara a
todos los hombres y mujeres dispuestos a hacer la voluntad de Dios (Mc 3,34-35). Jesús
hablará de unas relaciones fraternas donde el dominio sobre los demás ha de ser sustituido por
el mutuo servicio (Mt 23,9). La mujer era apreciada por su fecundidad y su trabajo; no tenía
contacto con los varones fuera de su grupo de parentesco. Era especialmente trágica la
situación de las mujeres repudiadas y las viudas, que se quedaban sin honor, sin bienes y sin
protección, al menos hasta que encontraran un varón que se hiciera cargo de ellas (ley del
levirato; Dt 25,5-10). Jesús defenderá a las mujeres de la discriminación, las acogerá entre sus
discípulos y adoptará una postura rotunda frente al repudio decidido por los varones (Mc 10,11).
Los niños eran apreciados y queridos, pero su vida era especialmente dura y difícil, ya que
sufrían las consecuencias del hambre, de la desnutrición y la enfermedad; muchos perdían a su
padre o a su madre en edad temprana. Jesús adopta ante los niños una actitud poco habitual
en ese tipo de sociedad; no era normal que un varón honorable manifestara hacia los niños esa
atención y acogida que las fuentes cristianas destacan en Jesús (Mc 10,14).
Entre gente del campo
La alimentación de los campesinos era escasa; la carne estaba reservada para las grandes
celebraciones y la peregrinación a Jerusalén. La esperanza de vida se situaba en los treinta
años. Dos eran las preocupaciones de estos campesinos: la subsistencia y el honor. Lo primero
era subsistir después de pagar todos los tributos y recaudaciones sin caer en la espiral de
deudas y chantajes.
En Nazaret apenas circulaba el dinero; intercambiaban productos o se pagaba con una ayuda
en el campo. Junto con la subsistencia preocupa el honor de la familia. El ideal era mantener el
honor y la posición del grupo familiar, sin permitir que otros lo dañaran. Jesús puso en peligro el
honor de su familia cuando la abandonó y comenzó una vida itinerante; por eso se explica su
dura reacción: decían de él que «está fuera de sí» (Mc 3,21).
Ambiente religioso
Raíces de la doctrina social en el Nuevo Testamento. Educación Religiosa. Grado Undécimo
Nazaret estaba lejos del Templo de Jerusalén y de los maestros de la Ley; pero sus vecinos se
ocupaban de alimentar su fe, hondamente arraigada. Como todos los judíos de su tiempo,
recitaban dos veces al día el Shemá (Dt 6,4-9). Los varones judíos eran circuncidados para
llevar en su propia carne la señal que los identificaba como miembros del pueblo elegido; Jesús
fue también circuncidado. Por otra parte, los judíos vivían orgullosos de contar con la Torá; era
un regalo que les ayudaba a vivir una vida digna de su alianza con Dios. En Nazaret, como en
cualquier aldea judía, toda la vida discurría dentro del marco sagrado de esa Ley; la Torá era el
signo de identidad de Israel; lo que distinguía a los judíos de los demás pueblos. Jesús nunca
despreció la Ley, pero un día enseñó a vivirla de una manera nueva. Los extranjeros quedaban
desconcertados al comprobar que los judíos no construían templos ni daban culto a imágenes
de dioses. Solo había un lugar en la tierra donde Dios podía ser adorado: el Templo santo de
Jerusalén; para los judíos era el corazón del mundo; por eso, al orar, orientaban su mirada a
Jerusalén. Más tarde, sin embargo, Jesús oraba «alzando los ojos al cielo» (Mc 6,41; 7,34; Lc
9,16). Los pueblos paganos, que desconocían el descanso semanal, quedaban sorprendidos
por la práctica del sábado: todo trabajo y esfuerzo quedaba interrumpido; profanar el sábado
era sinónimo de despreciar la elección y la Alianza. Se vivía como un «respiro» querido por
Dios, que, después de crear los cielos y la tierra, él mismo «descansó» (Ex 31,17); también
podían recordar que Dios los había sacado de la esclavitud para disfrutar de una tierra propia
(Dt 5,12-15). Cuando, más tarde, a Jesús le criticaron que curara en sábado, recordó la
primacía del ser humano (Mc 2,27). La reunión del sábado en la sinagoga para orar y escuchar
las Escrituras era la más importante para el pueblo. Asistían casi todos, aunque las mujeres no
estaban obligadas. Escuchaban las Escrituras en hebreo, y a continuación una persona las
traducía a la lengua común, el arameo. Luego un varón adulto podía tomar la palabra y
comentarla. La vida diaria se interrumpía también por otras celebraciones, de las que las más
importantes eran las bodas. Cuando más tarde le preguntan a Jesús 18 por qué sus discípulos
no ayunaban, como los de Juan Bautista, él contestó que no se puede ayunar cuando te invitan
a una boda y el novio está presente (Mc 2,19). Las fiestas eran muy importantes: en otoño
comenzaban con la celebración del «Año Nuevo»; diez días más tarde, el «día de la
Expiación», y seguía la «fiesta de las Tiendas», que conmemoraba la estancia de Israel en el
desierto. En primavera tenía lugar la gran fiesta de «Pascua», que recordaba la liberación de
Egipto. Cincuenta días después, antes de comenzar el verano, la «fiesta de las Semanas», que
recordaba la Alianza y el regalo de la ley en el Sinaí. Jesús creció en una familia profundamente
religiosa; aprendió a orar desde niño. Hay una oración típicamente judía que se conoce como
beraká («bendición»); en ella se bendice el nombre de Dios y a continuación se dice el porqué.
En los evangelios encontramos un ejemplo de esta oración en la que Jesús bendice a Dios
porque su mensaje lo entienden los pequeños (Lc 10,21; Mt 11,25).
Vida de trabajador
Jesús no asistió con seguridad a ninguna escuela de escribas ni fue discípulo de ningún
maestro de la Ley; sin embargo, muestra un enorme talento para discutir sobre textos de las
Escrituras o sobre tradiciones religiosas. La gente se quedaba admirada; nunca habían oído
hablar con tanta fuerza a ningún maestro (Mc 1,27). Con seguridad, Jesús aprendió un oficio
para ganarse la vida; las fuentes dicen que fue un «artesano». Para encontrar trabajo tenía que
Raíces de la doctrina social en el Nuevo Testamento. Educación Religiosa. Grado Undécimo
salir de Nazaret y recorrer los poblados vecinos. ¿Llegó Jesús a trabajar en la ciudad cercana
de Séforis? Es probable, pero no hay constancia. Con su modesto trabajo, Jesús era tan pobre
como la mayoría de los galileos de su época.
Tomado de Jesús aproximación histórica. Jesús Antonio Pagola