LAURENT E El Unarismo Lacaniano y Lo Múltiple de Las Conductas
LAURENT E El Unarismo Lacaniano y Lo Múltiple de Las Conductas
LAURENT E El Unarismo Lacaniano y Lo Múltiple de Las Conductas
conductas sexuales
Éric Laurent*
El falo era, para Freud, una solución. Estaba el falo para responder a lo
visible del sexo, y el penisneid hacía el resto en cuanto al coito. Por el
contrario, para Lacan, el falo es un obstáculo. Concluye que “estando
prohibido el diálogo de un sexo al otro por el hecho de que un discurso, sea
cual sea, se funda en la exclusión de lo que el lenguaje conlleva de
imposible, a saber, la relación sexual, resulta, para el diálogo al interior de
cada sexo, algún inconveniente”7. Sin embargo, el impasse, que no tiene
solución a nivel significante, puede superarse. Lacan ya había recurrido a la
lógica del “recubrimiento de dos faltas”. Propone, en el Atolondradicho, un
“saber hacerse una conducta” basada en las “dicho-mensiones –
ditmensions – de lo imposible”: “De todo esto, el sujeto del sexo sabrá
hacerse una conducta. Hay más de una, incluso montones, según las tres
dichomensiones de lo imposible: tal cual se despliegan en el sexo, en el
sentido, y en la significación”8.
El sexo como tal no puede fundarse sino en un rechazo lógico del todo. No
es sino correlato del no-toda. Releamos desde esta perspectiva la
declaración del “Atolondradicho”: “Lo que llamamos el sexo […] es, con
propiedad, por fundarse en el no-toda, el Heteros que no puede cerrarse en
un universal. Digamos heterosexual por definición, lo que ama a las
mujeres, sea cual sea su sexo propio. Será más claro así» 10. Esta
formulación retoma la crítica que Lacan había hecho del libro de Simone de
Beauvoir, El segundo sexo, rechazando el binarismo que implicaba. El
Unarismo lacaniano es radical.
La experiencia del sexo como tal no se hace sino en el punto donde falta la
representación, sino en el punto en donde el sujeto no puede decir otra cosa
que: ello se experimenta – ça s’éprouve –. Del silencio central de las
mujeres acerca de su goce, Lacan hizo claridad y positividad. Es
experiencia del sexo como tal. Si no, lo que se experimenta es el goce del
órgano, especialmente fálico. Los diferentes goces que pueden ser buscados
son experiencias, experimentos, sobre la oposición radical entre goce
sexuado y goce del órgano. Toda clase de conductas sexuales son en efecto
posibles. Son testimonios de los encuentros con lo imposible. Quedémonos
con esta claridad.
*Psicoanalista. Miembro de la AMP (ECF)
Fuente: http://www.eol.org.ar/biblioteca/lacancotidiano/LC-cero-865.pdf
1. Cf. Lacan J., Le Séminaire, livre XX, Encore, op. cit., p. 10.
2. Miller J.-A., « L’orientation lacanienne. Le partenaire-symptôme »
(1997-
1998), Departamento de Psicoanálisis de la Universidad Paris VIII, clase
del
27 de mayo 1998, inédito.
3. Lacan J., Le Séminaire, livre XXIV, « L’insu que sait de l’Une-bévue
s’aile à
mourre » (1976-1977), clase establecida por J.-A. Miller del 16 de
noviembre
1976, in Ornicar ?, n° 12/13, 1977, p. 6.
4. Ibid.
5. Ibid.
6. ibid.
7. Lacan J., « L’étourdit » (1972), Autres écrits, Paris, Seuil, Champ
Freudien,
2001, p. 487.
8. Ibid.
9. Miller J.-A, « Pièces détachées », La Cause freudienne, n° 61, noviembre
2005, p. 151.
10. Lacan J., « L’étourdit », op. cit., p. 467.