Historia
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Historia
Beethoven encontró una vía de escape de la presión familiar en 1787 cuando, con 16 años,
marchó a la capital austriaca apoyado por su mecenas, el conde Ferdinand von Waldstein,
quien sufragó los gastos del viaje y, lo más importante, lo convenció de sus posibilidades de
éxito. Parece que durante este viaje a Viena tuvo lugar un fugaz encuentro con Mozart. En
relación con este encuentro, solo existen textos de discutible autenticidad. De cualquier modo,
la leyenda dice que Mozart habría dicho: «Recuerden su nombre, este joven hará hablar al
mundo».4
Al poco tiempo, su madre enfermó gravemente de tuberculosis y su padre le pidió por carta
que regresara a Bonn inmediatamente. La madre murió el 17 de julio de 1787. Tras este
hecho, su padre entró en una depresión y su alcoholismo se agravó, llegando a ser detenido y
encarcelado por este hecho. Después de esto, el joven Ludwig tuvo que responsabilizarse de
sus jóvenes hermanos y se vio obligado a mantenerlos, tocando el violín en una orquesta y
dando clases de piano durante cinco años, mientras que su padre seguía preso. Su padre
falleció finalmente el 18 de diciembre de 1792.4
De aprendiz a maestro
En 1792 el príncipe elector de Bonn volvió a financiarle un viaje a Viena, ciudad en la que
permaneció el resto de su vida componiendo, tratando de alcanzar un reconocimiento social a
su persona por medio del arte y sufriendo un mal particularmente terrible para él: la sordera.
Allí, Beethoven recibió clases de composición con Joseph Haydn, de contrapunto con Johann
Georg Albrechtsberger y Johann Baptist Schenk y de lírica con Antonio Salieri.4
Durante este período tuvo varios duelos musicales con otros pianistas. El primero fue en 1792
―con 21 años de edad―, durante un viaje con la orquesta de la corte, en el cual tocó
con Franz Sterkel, ejecutando obras de dicho compositor. En 1800 tuvo lugar el famoso duelo
en el palacio de Lobkowitz, en el que el pianista y compositor Daniel Steibelt lo retó a que
tocasen juntos. En dicha ocasión, Beethoven tomó partituras de una obra de este,
modificándolas al mismo tiempo que las iba tocando, con tanta gracia que Steibelt declaró que
no volvería a Viena mientras Beethoven viviera allí y abandonó la ciudad, radicándose
en París.4
Con veinticuatro años publicó su primera obra importante: tres tríos
para piano, violín y violonchelo (Opus 1), y el año siguiente, en 1795, realizó su primer
concierto público en Viena como compositor profesional, en el que interpretó sus propias
obras. Ese mismo año le propuso matrimonio a Magdalena Willman, pero esta se negó.
Posteriormente, realizó una gira por Praga, Dresde, Leipzig, Berlín y Budapest. En 1796
publicó tres sonatas para piano (Opus 2). La corte, la nobleza y la Iglesia vienesas acogieron
la música de Beethoven y se convirtieron en mecenas y protectores del joven músico. Eran
frecuentes las disputas entre estos estamentos y el compositor, debido al carácter fuerte e
impulsivo del músico, pero este hecho le hizo granjearse un gran respeto en la ciudad. Entre
sus mecenas se encontraban personalidades como el príncipe Karl von Lichnowsky y el
barón Gottfried van Swieten.4 Por esa época se desligó de Haydn, con el que no coincidía
musicalmente pero a quien, a pesar de esto, dedicó los tres tríos.
En 1800, Beethoven organizó un nuevo concierto en Viena en el que realizó la presentación
de su Primera sinfonía. Su actividad musical iba en aumento y también impartió clases de
piano entre las jóvenes aristócratas, con las que mantuvo romances esporádicos. Al año
siguiente, Beethoven se confesó preocupado por su creciente sordera a su amigo Wegeler.
En Heiligenstadt, el año siguiente, escribió el conocido Testamento de Heiligenstadt, en el que
expresa su desesperación y disgusto ante la injusticia de que un músico pudiera volverse
sordo, algo que no podía concebir ni soportar. Incluso llegó a plantearse el suicidio, pero la
música y su fuerte convicción de que podía hacer una gran aportación al género hicieron que
siguiera adelante. En dicho testamento escribió que sabía que todavía tenía mucha música
por descubrir, explorar y concretar.4
Su música inicial, fresca y ligera, cambió para convertirse en épica y turbulenta, acorde con los
tiempos revolucionarios que vivía Europa. Eran años en que las
potencias monárquicas europeas se habían aliado para derrotar a la Francia revolucionaria.
En una deslumbrante campaña en el norte de Italia, en la que el ejército austríaco fue
derrotado, adquirió notoriedad Napoleón Bonaparte, que se convirtió en un ídolo entre los
sectores progresistas. De esta época son la Sonata para piano n.º 8, llamada Patética, y
la Sonata para piano n.º 14, llamada Claro de luna. Su Tercera sinfonía,
llamada La Heroica (traducción de la denominación en italiano Eroica), estaba escrita en un
principio en «memoria de un gran hombre», Napoleón, que era visto en ese momento como
un liberador de su pueblo. Cuando se declaró a sí mismo emperador, Beethoven se enfureció
y borró violentamente el nombre de Napoleón de la primera página de la partitura. La
Heroica se estrenó finalmente el 7 de abril de 1805.4
Éxito y sufrimiento
Retrato de Beethoven (hacia 1804), en la época de la Sonata Appassionata y de Fidelio. Decidido a
«agarrar el destino por el cuello», compuso en el periodo de 1802 a 1812 una serie de obras brillantes y
enérgicas características de su estilo «heroico».
Muy pronto, Beethoven dejó de necesitar los conciertos y recitales en los salones de la corte
para sobrevivir. Los editores se disputaban sus obras; además, la aristocracia austriaca,
quizás avergonzada por la muerte de Wolfgang Amadeus Mozart en la pobreza, le asignó
una pensión anual. Debido a la pérdida de sus capacidades auditivas, se entregó a una febril
actividad creadora, y, a la par, sufrió penalidades personales producidas por dos desengaños
amorosos. No llegó a casarse nunca, pero se le atribuyen varios romances, sobre todo entre
damas de la nobleza. Antonie von Birkenstock, casada con el banquero alemán Franz
Brentano, fue uno de los grandes amores de su vida. 7
Entre 1804 y 1807, estuvo enamorado de la joven y bella condesa Josephine Brunswick, viuda
de Joseph Graf Deym. Su amor era correspondido por parte de la condesa, pero este no pudo
concretarse debido a las rígidas restricciones sociales de la época y a la estricta separación
entre la nobleza y el vulgo, por lo que la relación cesó. Durante este período, Beethoven había
terminado Leonore, su única ópera. Compuso hasta cuatro oberturas diferentes y finalmente
cambió el nombre de dicha ópera a Fidelio, en contra de sus deseos. El 20 de
noviembre de 1805 fue la fecha de la primera representación, que tuvo poca afluencia de
público, ya que esa misma semana las tropas de Napoleón habían entrado por primera vez en
Viena. En los años siguientes, Beethoven incrementó su actividad creadora y compuso
muchas obras, entre ellas la Quinta sinfonía, la Sexta sinfonía o Sinfonía Pastoral, la Obertura
Coriolano y la bagatela para piano Para Elisa.4
El archiduque Johann Joseph Rainer Rudolph, benefactor de Beethoven.
El incidente de Teplice
El encuentro en Teplice. Al parecer, cuando Beethoven y Goethe paseaban por la alameda de este
balneario, se encontraron a la emperatriz con su familia. El compositor siguió su paseo sin pararse a
saludar. Esta imagen es una recreación posterior de Carl Rohling.
Según Elisabeth von Arnim, el mismo Beethoven le habría contado esta anécdota. Sin
embargo, su veracidad es muy discutida y hoy existe un cierto acuerdo en considerarla, si no
por completo al menos en buena parte, invento de Elisabeth. En su carta a von Pückler-
Muskau, le pregunta si le gusta la historia, Kannst du sie brauchen? («¿Puedes utilizarla?»).
Von Arnim, sin embargo, decidió utilizarla ella misma, y en 1839 publicó en la
revista Athenäum una carta, supuestamente de Beethoven, en la que este contaba la
anécdota. El original de esta carta no apareció nunca; solo la copia y algunos detalles (como
la fecha) indican que Beethoven no la escribió nunca, o al menos no tal como fue transcrita.
Independientemente de su autenticidad, el incidente encantó a la sociedad vienesa, que lo
creyó verdadero durante mucho tiempo.9
Problemas económicos
La obra orquestal La victoria de Wellington fue compuesta como homenaje a la victoria sobre los
ejércitos napoleónicos en la batalla de Vitoria por parte del duque de Wellington y alcanzó gran
popularidad.
Beethoven había entablado contacto con el inventor Johann Mäzel, que le construyó varios
instrumentos para ayudarlo con sus dificultades auditivas, como cornetas acústicas o un
sistema para escuchar el piano. Su obra orquestal La victoria de Wellington fue compuesta
en 1813 para ser interpretada con un panarmónico, otro de los inventos de Mäzel. Esta obra
era un homenaje a la victoria sobre los ejércitos napoleónicos en la batalla de Vitoria por parte
del duque de Wellington y alcanzó gran popularidad, además de volver verdaderamente
famoso al compositor, lo que le procuró grandes ingresos. Sin embargo, él mismo la calificó
como «basura» (algo que no dijo de ninguna otra obra suya) y hoy está completamente
olvidada. El invento de Mäzel que más impresionó al compositor fue el metrónomo, y escribió
cartas de recomendación a editores y comenzó a realizar anotaciones en las partituras con los
tiempos del metrónomo para que sus obras se interpretaran al tempo que él había concebido.
En esa época comenzaron los problemas económicos del compositor, ya que uno de sus
mecenas, el príncipe Lobkowitz, sufrió una quiebra económica y el príncipe Kinsky falleció al
caerse de su caballo, tras de lo cual sus herederos decidieron no pagar las obligaciones
financieras que el príncipe había contraído con el músico.4
Retrato de Beethoven realizado por Louis-René L'étronne en 1814
Reproducción en yeso de una máscara Ludwig van Beethoven en vida en 1812 (contrario a la creencia
convencional, esto no es una máscara mortuoria).
En 1816, realizó el primer esbozo de la Novena sinfonía y dos años más tarde su antiguo
alumno y benefactor, el archiduque Rudolf, fue nombrado cardenal, motivo por el cual
Beethoven comenzó a componer la Misa en re, aunque no estuvo terminada antes de la
ceremonia de entronización. En 1822, Beethoven tuvo un encuentro con Rossini en Viena,
ciudad en la que este estaba cosechando grandes éxitos. Debido a las dificultades con el
idioma y la sordera de Beethoven, el encuentro fue breve. 4
Beethoven pasó los últimos años de su vida casi totalmente aislado por la sordera,
relacionándose solamente con algunos de sus amigos a través de los «cuadernos de
conversación», que le sirvieron como medio de comunicación. Su último gran éxito fue
la Novena sinfonía, terminada en 1823. En los tres años finales, se dedicó a componer
cuartetos de cuerda y la Missa Solemnis. El 13 de abril de ese año conoció a Franz Liszt, que
entonces tenía once años, durante un concierto del compositor húngaro y lo felicitó por su
interpretación. Años más tarde, Liszt transcribió todas las sinfonías de Beethoven para piano y
fue un destacado intérprete de su obra. El estreno de la Novena sinfonía tuvo lugar el 7 de
mayo de 1824 y fue un rotundo éxito a pesar de las dificultades técnicas que entrañaba la
obra. Este éxito no se tradujo en una ganancia financiera y los problemas económicos
continuaron acuciando al compositor, que aunque tenía el dinero que estaba ahorrando, no lo
podía utilizar ya que estaba destinado como herencia para su sobrino.4
La salud del maestro decayó inexorablemente durante su estancia en la casa de su hermano
en Gneixendorf, a pesar de los cuidados de su familia. Su hermano Nikolaus Johann
recordaba: «Al almuerzo comía únicamente huevos pasados por agua, pero después bebía
más vino, y así a menudo padecía diarrea, de modo que se le agrandó cada vez más
el vientre, y durante mucho tiempo lo llevó vendado». Tenía edemas en los pies y se quejaba
continuamente de sed, dolores de vientre y pérdida de apetito. 13 En esa época, comenzó la
composición de la Décima sinfonía.
El 1 de diciembre de 1826, Beethoven y Karl volvieron a Viena. La premura de la decisión
determinó que carecieran de un transporte adecuado y solamente pudieron conseguir un
viejo carromato descubierto. El viaje resulta catastrófico para una persona en el estado en que
se encontraba Beethoven, quien llevaba ropa de verano y se vio obligado a pasar la noche en
una taberna de la aldea, donde la habitación no tenía calefacción ni persianas que lo
protegieran del frío. Hacia la medianoche sufrió un escalofrío febril y comenzó una tos seca
acompañada de sed intensa y fuertes dolores en los costados. Estando así, el maestro bebió
grandes cantidades de agua helada que solo agravaron su condición. Sin embargo, logró
recuperarse de su crisis gracias a la atención del doctor Wawruch y consiguió llegar a la
capital. El 20 de diciembre, se le extrajeron fluidos abdominales. Karl permaneció durante todo
el mes a su lado hasta su incorporación, en enero, a su regimiento. El joven se había
reconciliado totalmente con su tío tras el lamentable episodio del suicidio: d «Mi querido padre:
vivo satisfecho y solo me pesa verme separado de ti».
Beethoven en su lecho de muerte, por Josef Eduard Teltscher
Casi en la miseria, a pesar de tener una gran fortuna en acciones financieras, escribió a sus
amigos en Londres para pedir algún dinero. La respuesta llegó de inmediato, junto con
cien libras esterlinas prestadas incondicionalmente. Cuando se difundió en Viena el estado
terminal de Beethoven, todos sus antiguos amigos que aún vivían acudieron a su domicilio de
la Schwarzspanierhaus para expresarle sus deseos de una pronta recuperación, aunque en
realidad su propósito era despedirse del envejecido compositor. 14
A pesar de los cuidados de su médico y el cariño de sus amigos, la maltrecha salud del
músico, que había padecido problemas hepáticos durante toda su vida, empeoró. Esos
últimos días le acompañaron Franz Schubert, quien en realidad no se atrevió a visitar al
maestro, pero un amigo de ambos le mostró al moribundo las partituras de sus lieder, que
Beethoven tuvo oportunidad de admirar y se le atribuye la frase: «Es verdad que en este
Schubert se encuentra una chispa divina», recordando el comentario que sobre él hiciera
Mozart y haciendo el cumplido que no hiciera a ningún otro músico. 15 El 20 de marzo escribió:
«Estoy seguro de que me iré muy pronto». Y el día 23, entre los estertores del moribundo,
algunas fuentes indican que exclamó: «Aplaudid amigos, comedia finita est» («La comedia ha
terminado»), un final típico de la comedia del arte, aunque en 1860 Anselm
Hüttenbrenner negó que Beethoven hubiera pronunciado tales palabras. 16 Esa misma tarde,
tomó la pluma para designar a su sobrino Karl legatario de todos sus bienes.
Fallecimiento
Artículo principal: Muerte de Ludwig van Beethoven
El 29 de marzo de 1827 se ofició el funeral de Beethoven, al que acudieron más de 20 000 personas.
Tumba de Beethoven en el cementerio Zentralfriedhof de Viena
Tres días después de su fallecimiento, el 29 de marzo, tuvo lugar el funeral. Se celebró en la
iglesia de la Santa Trinidad, distante un par de manzanas del domicilio de Beethoven, y en él
se interpretó el Réquiem en re menor de Wolfgang Amadeus Mozart. Al mismo asistieron más
de 20 000 personas, entre las que se encontraba Schubert, gran admirador suyo. El
actor Heinrich Anschütz leyó la oración fúnebre, que fue escrita por el poeta Franz Grillparzer,
a las puertas del cementerio de Währing, ahora Schubert Park.4
En su escritorio de trabajo se encontró el Testamento de Heiligenstadt, redactado en 1802, en
donde explica a sus hermanos el porqué de su profunda amargura. También se encontró la
mencionada desgarradora carta de amor dirigida a su «Amada inmortal», a la que llama «mi
ángel, mi todo, mi mismo yo».4
A lo largo de su vida, Beethoven visitó gran cantidad de médicos para curar sus diversas
dolencias físicas, como mala digestión, dolor abdominal crónico, cirrosis
hepática, nefropatía, pancreatitis crónica, irritabilidad, depresión, así como otros síndromes sin
etiología demostrada, tales como alteraciones gastrointestinales, bronquiales, articulares y
oculares.19 En una carta a un amigo, expresó su deseo de que, después de su muerte, sus
restos fueran usados para determinar la causa de su enfermedad y evitar que otros
padecieran su mismo sufrimiento.20 Desde su fallecimiento, a los cincuenta y seis años de
edad, en 1827, han existido muchas especulaciones y estudios sobre las causas de sus
múltiples dolencias y su muerte, pero no han conseguido determinar una patología sistémica
para explicar al menos gran parte de sus síndromes. 2019
Estudios realizados en el Centro de Tratamiento Pfeiffer en Warrenville (Illinois) en 2005 han
revelado algunos datos sobre las causas de su muerte. Los análisis de un mechón de su
cabello y de un fragmento de su cráneo dieron como resultado la existencia de altas
concentraciones de plomo, lo que indica que el compositor podría haber padecido saturnismo.
Aparentemente, Beethoven ingería agua contaminada con plomo, que se obtenía de un arroyo
campestre creyendo que tenía propiedades curativas. Las últimas investigaciones señalan que
fue por el plomo de los vasos que usaba para beber. A raíz de dichos estudios, se pudo saber
que el compositor padecía problemas estomacales desde los veinte años y que, en ocasiones,
sufría crisis depresivas.21 Los problemas estomacales y el cambio de personalidad que sufrió a
los veinte años concuerdan con el diagnóstico de envenenamiento por plomo. 20 En estos
estudios, también se destaca la ausencia de niveles perceptibles de cadmio o mercurio en el
mechón y el hueso, elementos a los que previamente se había identificado como causantes
de la enfermedad de Beethoven. La presencia de plomo en el cráneo confirmó que la
exposición del músico a dicho elemento no fue un hecho puntual en su vida, sino que tuvo que
estar sometido a él durante muchos años. Aunque existen algunos extraños casos de sordera
provocados por envenenamiento por plomo, no hay ninguna evidencia sólida que sustente que
fuese esta la causa de la que padeció Beethoven. 20
Otro estudio afirma que Beethoven falleció a causa de una insuficiencia hepática que
desencadenó un coma hepático. Además, puede que con probabilidad padeciera
una septicemia final, con el antecedente de una ascitis fistulizada e infectada. No se puede
afirmar con certeza si una insuficiencia renal y una diabetes descompensada fueron motivo de
su fallecimiento. En la medicina moderna, la causa de su muerte sería catalogada como un
fallo multisistémico, originado por su insuficiencia hepática. 19
Personalidad
Facsímil del Testamento de Heiligenstadt
Hay numerosas evidencias del desdén que sentía Beethoven hacia la autoridad y el sistema
de clases sociales. Detenía su interpretación al piano si su audiencia comenzaba a hablar
entre sí o si dejaban de prestarle total atención. En los eventos sociales, se negaba a
interpretar si le invitaban a hacerlo sin previo aviso. Finalmente, y después de muchas
confrontaciones, el archiduque Rudolf decretó unas normas básicas de etiqueta en la corte
que no afectaban a Beethoven. 23
Producción musical
Véanse también: Mozart y Beethoven y Beethoven y do menor.
Visión general
Beethoven compuso obras en una amplia variedad de géneros y para una amplia gama de
combinaciones de instrumentos musicales. Sus obras para orquesta sinfónica incluyen nueve
sinfonías (la Novena sinfonía incluye un coro) y alrededor de una docena de piezas de música
«ocasional». Compuso nueve conciertos para uno o más instrumentos solistas y orquesta, así
como cuatro obras cortas que incluyen a solistas acompañados de orquesta. Fidelio es la
única ópera que escribió y entre sus