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Historia

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Primeros años de vida

Retrato de Beethoven cuando tenía trece años.

El archiduque Maximiliano Francisco de Austria (1756-1801), patrocinador financiero de Beethoven.

El padre de Beethoven estaba muy gratamente impresionado por el hecho de que Wolfgang


Amadeus Mozart diese conciertos a los siete años y quería que su hijo siguiera sus pasos.
Con la intención de hacer de Ludwig un nuevo niño prodigio, comenzó a
enseñarle piano, órgano y clarinete a temprana edad.4 Sin embargo, el estudio musical coartó
el desarrollo afectivo del joven, que apenas se relacionaba con otros niños. 5 En mitad de la
noche, Ludwig era sacado de la cama y era obligado a tocar el piano para los conocidos de
Johann, a quienes quería impresionar; esto causaba que estuviera cansado en la escuela. Era
habitual que dejara de asistir a clases y se quedara en casa para practicar música.
El padre era alcohólico, lo que supuso que perdiera el puesto de director de la orquesta de
Bonn —puesto heredado del abuelo Ludwig—, y la madre estaba frecuentemente enferma.
Aunque la relación con Johann era distante, Ludwig amaba mucho a su madre, a la que
denominaba su «mejor amiga».4
El 26 de marzo de 1778, cuando tenía siete años, Beethoven realizó su primera actuación en
público en Colonia. Su padre afirmó que la edad de Ludwig era de seis años, para destacar,
de esta manera, la precocidad de su hijo; por ello, siempre se creyó que Beethoven era más
joven de lo que era en realidad. Debido a que el talento musical y pedagógico de su padre era
limitado, Ludwig comenzó a recibir clases de otros profesores. Sus avances fueron
significativos, sobre todo en la interpretación del órgano y la composición, guiado por músicos
experimentados como Christian Gottlob Neefe. Neefe fue un profesor muy importante e
influyente en su instrucción y supo valorar inmediatamente el nivel excepcional de Ludwig.
Además de transmitirle conocimientos musicales, Neefe dio a conocer a Beethoven las obras
de los pensadores más importantes, tanto antiguos como contemporáneos. 4
En 1782, cuando contaba once años de edad, Beethoven publicó su primera composición,
titulada Nueve variaciones sobre una marcha de Ernst Christoph Dressler (WoO 63). Un año
después, Neefe escribió en la Revista de Música acerca de su alumno: «Si continúa así, como
ha comenzado, se convertirá seguramente en un segundo Wolfgang Amadeus Mozart». 6En
junio del siguiente año, Ludwig fue contratado como intérprete de viola en la orquesta de la
corte del príncipe elector de Colonia Maximiliano Francisco, por recomendación de Neefe.
Este puesto le permitió frecuentar la música de los viejos maestros de capilla, además de
facilitarle la entrada en nuevos círculos sociales, en los que se encontraban algunos de los
que serían amigos suyos durante toda su vida, como la familia Ries, los von Breuning (en
cuya casa conoció a los clásicos y aprendió a amar la poesía y la literatura) o el doctor Franz
Gerhard Wegeler (con quien años más tarde se volvería a encontrar en Viena).4

El primer viaje a Viena


Véase también: Mozart y Beethoven

Retrato de un joven Ludwig van Beethoven, realizado por Carl Traugott Riedel

Beethoven encontró una vía de escape de la presión familiar en 1787 cuando, con 16 años,
marchó a la capital austriaca apoyado por su mecenas, el conde Ferdinand von Waldstein,
quien sufragó los gastos del viaje y, lo más importante, lo convenció de sus posibilidades de
éxito. Parece que durante este viaje a Viena tuvo lugar un fugaz encuentro con Mozart. En
relación con este encuentro, solo existen textos de discutible autenticidad. De cualquier modo,
la leyenda dice que Mozart habría dicho: «Recuerden su nombre, este joven hará hablar al
mundo».4
Al poco tiempo, su madre enfermó gravemente de tuberculosis y su padre le pidió por carta
que regresara a Bonn inmediatamente. La madre murió el 17 de julio de 1787. Tras este
hecho, su padre entró en una depresión y su alcoholismo se agravó, llegando a ser detenido y
encarcelado por este hecho. Después de esto, el joven Ludwig tuvo que responsabilizarse de
sus jóvenes hermanos y se vio obligado a mantenerlos, tocando el violín en una orquesta y
dando clases de piano durante cinco años, mientras que su padre seguía preso. Su padre
falleció finalmente el 18 de diciembre de 1792.4

De aprendiz a maestro

Franz Gerhard Wegeler (1765-1848), médico y amigo desde la infancia de Beethoven.

En 1792 el príncipe elector de Bonn volvió a financiarle un viaje a Viena, ciudad en la que
permaneció el resto de su vida componiendo, tratando de alcanzar un reconocimiento social a
su persona por medio del arte y sufriendo un mal particularmente terrible para él: la sordera.
Allí, Beethoven recibió clases de composición con Joseph Haydn, de contrapunto con Johann
Georg Albrechtsberger y Johann Baptist Schenk y de lírica con Antonio Salieri.4
Durante este período tuvo varios duelos musicales con otros pianistas. El primero fue en 1792
―con 21 años de edad―, durante un viaje con la orquesta de la corte, en el cual tocó
con Franz Sterkel, ejecutando obras de dicho compositor. En 1800 tuvo lugar el famoso duelo
en el palacio de Lobkowitz, en el que el pianista y compositor Daniel Steibelt lo retó a que
tocasen juntos. En dicha ocasión, Beethoven tomó partituras de una obra de este,
modificándolas al mismo tiempo que las iba tocando, con tanta gracia que Steibelt declaró que
no volvería a Viena mientras Beethoven viviera allí y abandonó la ciudad, radicándose
en París.4
Con veinticuatro años publicó su primera obra importante: tres tríos
para piano, violín y violonchelo (Opus 1), y el año siguiente, en 1795, realizó su primer
concierto público en Viena como compositor profesional, en el que interpretó sus propias
obras. Ese mismo año le propuso matrimonio a Magdalena Willman, pero esta se negó.
Posteriormente, realizó una gira por Praga, Dresde, Leipzig, Berlín y Budapest. En 1796
publicó tres sonatas para piano (Opus 2). La corte, la nobleza y la Iglesia vienesas acogieron
la música de Beethoven y se convirtieron en mecenas y protectores del joven músico. Eran
frecuentes las disputas entre estos estamentos y el compositor, debido al carácter fuerte e
impulsivo del músico, pero este hecho le hizo granjearse un gran respeto en la ciudad. Entre
sus mecenas se encontraban personalidades como el príncipe Karl von Lichnowsky y el
barón Gottfried van Swieten.4 Por esa época se desligó de Haydn, con el que no coincidía
musicalmente pero a quien, a pesar de esto, dedicó los tres tríos.
En 1800, Beethoven organizó un nuevo concierto en Viena en el que realizó la presentación
de su Primera sinfonía. Su actividad musical iba en aumento y también impartió clases de
piano entre las jóvenes aristócratas, con las que mantuvo romances esporádicos. Al año
siguiente, Beethoven se confesó preocupado por su creciente sordera a su amigo Wegeler.
En Heiligenstadt, el año siguiente, escribió el conocido Testamento de Heiligenstadt, en el que
expresa su desesperación y disgusto ante la injusticia de que un músico pudiera volverse
sordo, algo que no podía concebir ni soportar. Incluso llegó a plantearse el suicidio, pero la
música y su fuerte convicción de que podía hacer una gran aportación al género hicieron que
siguiera adelante. En dicho testamento escribió que sabía que todavía tenía mucha música
por descubrir, explorar y concretar.4

Beethoven en 1803, pintado por Christian Horneman.

Su música inicial, fresca y ligera, cambió para convertirse en épica y turbulenta, acorde con los
tiempos revolucionarios que vivía Europa. Eran años en que las
potencias monárquicas europeas se habían aliado para derrotar a la Francia revolucionaria.
En una deslumbrante campaña en el norte de Italia, en la que el ejército austríaco fue
derrotado, adquirió notoriedad Napoleón Bonaparte, que se convirtió en un ídolo entre los
sectores progresistas. De esta época son la Sonata para piano n.º  8, llamada Patética, y
la Sonata para piano n.º  14, llamada Claro de luna. Su Tercera sinfonía,
llamada La Heroica (traducción de la denominación en italiano Eroica), estaba escrita en un
principio en «memoria de un gran hombre», Napoleón, que era visto en ese momento como
un liberador de su pueblo. Cuando se declaró a sí mismo emperador, Beethoven se enfureció
y borró violentamente el nombre de Napoleón de la primera página de la partitura. La
Heroica se estrenó finalmente el 7 de abril de 1805.4

Éxito y sufrimiento
Retrato de Beethoven (hacia 1804), en la época de la Sonata Appassionata y de Fidelio. Decidido a
«agarrar el destino por el cuello», compuso en el periodo de 1802 a 1812 una serie de obras brillantes y
enérgicas características de su estilo «heroico».

Muy pronto, Beethoven dejó de necesitar los conciertos y recitales en los salones de la corte
para sobrevivir. Los editores se disputaban sus obras; además, la aristocracia austriaca,
quizás avergonzada por la muerte de Wolfgang Amadeus Mozart en la pobreza, le asignó
una pensión anual. Debido a la pérdida de sus capacidades auditivas, se entregó a una febril
actividad creadora, y, a la par, sufrió penalidades personales producidas por dos desengaños
amorosos. No llegó a casarse nunca, pero se le atribuyen varios romances, sobre todo entre
damas de la nobleza. Antonie von Birkenstock, casada con el banquero alemán Franz
Brentano, fue uno de los grandes amores de su vida. 7
Entre 1804 y 1807, estuvo enamorado de la joven y bella condesa Josephine Brunswick, viuda
de Joseph Graf Deym. Su amor era correspondido por parte de la condesa, pero este no pudo
concretarse debido a las rígidas restricciones sociales de la época y a la estricta separación
entre la nobleza y el vulgo, por lo que la relación cesó. Durante este período, Beethoven había
terminado Leonore, su única ópera. Compuso hasta cuatro oberturas diferentes y finalmente
cambió el nombre de dicha ópera a Fidelio, en contra de sus deseos. El 20 de
noviembre de 1805 fue la fecha de la primera representación, que tuvo poca afluencia de
público, ya que esa misma semana las tropas de Napoleón habían entrado por primera vez en
Viena. En los años siguientes, Beethoven incrementó su actividad creadora y compuso
muchas obras, entre ellas la Quinta sinfonía, la Sexta sinfonía o Sinfonía Pastoral, la Obertura
Coriolano y la bagatela para piano Para Elisa.4
El archiduque Johann Joseph Rainer Rudolph, benefactor de Beethoven.

Sus apariciones en público eran cada vez más infrecuentes. El 22 de


diciembre de 1808 Beethoven dio uno de sus últimos conciertos en vivo, en una larga jornada
que incluyó el estreno de la Fantasía para piano, orquesta y coro Op. 80,
las sinfonías Quinta y Sexta, el Concierto para piano n.º 4 Op. 58, el aria Ah perfido! y tres
movimientos de la Misa en do mayor Op. 86. Tuvo como alumno al archiduque Johann Joseph
Rainer Rudolph, hermano del emperador, y eventualmente se convirtió también en su más
grande benefactor. En 1809 Beethoven no estaba conforme con su situación en Viena,
especialmente bajo el aspecto económico. Entonces se planteó la invitación de Jerónimo
Bonaparte, para dejar Viena y trasladarse a Wesfalia. Su vieja amiga la condesa Anna Marie
Erdödy logró convencer a Beethoven para que se mantuviera en Viena con la ayuda de sus
más ricos admiradores, entre los que se encontraban el archiduque Rudolf, el príncipe
Lobkowitz y el príncipe Kinsky, que ofrecieron a Beethoven una pensión anual de
4000 florines, lo que le permitió vivir sin preocupaciones económicas. La única condición que
le pusieron fue no abandonar la ciudad de Viena, condición aceptada por el compositor. Dicha
pensión lo convirtió en el primer artista y compositor independiente de la historia, ya que
anteriormente la mayoría de los músicos y compositores (Haydn y Mozart incluidos) eran
sirvientes en las casas de la aristocracia, formando parte de su personal doméstico y
componiendo e interpretando según sus amos les pedían. En cambio, las condiciones del
arreglo al que llegó Beethoven con sus benefactores daban libertad al compositor de
componer lo que él quisiera, y cuando él quisiera. 4

El incidente de Teplice
El encuentro en Teplice. Al parecer, cuando Beethoven y Goethe paseaban por la alameda de este
balneario, se encontraron a la emperatriz con su familia. El compositor siguió su paseo sin pararse a
saludar. Esta imagen es una recreación posterior de Carl Rohling.

En 1812, Beethoven se trasladó al balneario de Teplitz (Teplice) y durante su estancia escribió


la carta a su «Amada inmortal», que provocó multitud de especulaciones sobre su destinataria
aunque nunca se ha podido averiguar con exactitud. En 1977, el musicólogo
estadounidense Maynard Solomon afirmó que la carta iba dirigida a Antonie Brentano, la
esposa de un mercader de Fráncfort del Meno y madre de cuatro hijos. Debido a su sentido
ético y su miedo al matrimonio, Beethoven abandonó esta relación, a pesar de los conflictos
emocionales que le causó.8 En julio de ese año, Bettina von Arnim organizó un encuentro
entre el compositor y Johann Wolfgang von Goethe. Más tarde, la condesa publicó su
correspondencia con Goethe y en una de sus cartas al conde Hermann von Pückler-Muskau
relató cierto suceso que al parecer habría ocurrido en dicho balneario ese mismo verano,
cuando Beethoven y Goethe se encontraron por primera vez. Ambos paseaban por la
alameda del balneario y de pronto apareció frente a ellos la emperatriz María Luisa de Austria-
Este con su familia y la corte. Goethe, al verlos, se hizo a un lado y se quitó el sombrero. En
cambio, el compositor se lo caló todavía más y siguió su camino sin reducir el paso, haciendo
que los nobles se hicieran a un lado para saludar. Cuando estuvieron a cierta distancia se
detuvo para esperar a Goethe y decirle lo que pensaba de su comportamiento «de lacayo».
El monumento a Beethoven en Bonn, Münsterplatz.

Según Elisabeth von Arnim, el mismo Beethoven le habría contado esta anécdota. Sin
embargo, su veracidad es muy discutida y hoy existe un cierto acuerdo en considerarla, si no
por completo al menos en buena parte, invento de Elisabeth. En su carta a von Pückler-
Muskau, le pregunta si le gusta la historia, Kannst du sie brauchen? («¿Puedes utilizarla?»).
Von Arnim, sin embargo, decidió utilizarla ella misma, y en 1839 publicó en la
revista Athenäum una carta, supuestamente de Beethoven, en la que este contaba la
anécdota. El original de esta carta no apareció nunca; solo la copia y algunos detalles (como
la fecha) indican que Beethoven no la escribió nunca, o al menos no tal como fue transcrita.
Independientemente de su autenticidad, el incidente encantó a la sociedad vienesa, que lo
creyó verdadero durante mucho tiempo.9

Problemas económicos
La obra orquestal La victoria de Wellington fue compuesta como homenaje a la victoria sobre los
ejércitos napoleónicos en la batalla de Vitoria por parte del duque de Wellington y alcanzó gran
popularidad.

Beethoven había entablado contacto con el inventor Johann Mäzel, que le construyó varios
instrumentos para ayudarlo con sus dificultades auditivas, como cornetas acústicas o un
sistema para escuchar el piano. Su obra orquestal La victoria de Wellington fue compuesta
en 1813 para ser interpretada con un panarmónico, otro de los inventos de Mäzel. Esta obra
era un homenaje a la victoria sobre los ejércitos napoleónicos en la batalla de Vitoria por parte
del duque de Wellington y alcanzó gran popularidad, además de volver verdaderamente
famoso al compositor, lo que le procuró grandes ingresos. Sin embargo, él mismo la calificó
como «basura» (algo que no dijo de ninguna otra obra suya) y hoy está completamente
olvidada. El invento de Mäzel que más impresionó al compositor fue el metrónomo, y escribió
cartas de recomendación a editores y comenzó a realizar anotaciones en las partituras con los
tiempos del metrónomo para que sus obras se interpretaran al tempo que él había concebido.
En esa época comenzaron los problemas económicos del compositor, ya que uno de sus
mecenas, el príncipe Lobkowitz, sufrió una quiebra económica y el príncipe Kinsky falleció al
caerse de su caballo, tras de lo cual sus herederos decidieron no pagar las obligaciones
financieras que el príncipe había contraído con el músico.4
Retrato de Beethoven realizado por Louis-René L'étronne en 1814

Reproducción en yeso de una máscara Ludwig van Beethoven en vida en 1812 (contrario a la creencia
convencional, esto no es una máscara mortuoria).

En 1814, acabó las Séptima y Octava sinfonías y reformó la ópera Fidelio, que fue un gran


éxito, tanto de afluencia de público como económico, al igual que el resto de conciertos que
realizó en esa época. Ese mismo año tuvo lugar el Congreso de Viena, que reunió en la
ciudad a numerosos mandatarios que decidían el futuro de Europa después de la derrota de
Napoleón. Este fue uno de los momentos de gloria de Beethoven, ya que fue invitado en
muchas ocasiones a participar en los múltiples conciertos que se dieron en las celebraciones y
fue recibido con admiración y reconocimiento.4
Algunas fuentes apuntan a que el último concierto público de Beethoven tuvo lugar el 11 de
abril de ese mismo año (1814)10 y consistió en el estreno del Trío op. 97, junto
al violinista Ignaz Schuppanzigh y el violonchelista Joseph Lincke.11
Tras la muerte de su hermano Kaspar Karl el 15 de noviembre de 1815, tomó la decisión de
acoger a su sobrino Karl, de nueve años de edad, en contra de la voluntad de su cuñada. En
los años comprendidos entre 1815 y 1820, dedicó gran parte de sus energías y su tiempo a la
batalla legal para ganar la custodia de su sobrino Karl. Este esfuerzo le supuso dejar
prácticamente de componer (lo que no le impidió escribir seis ciclos de Lieder y
la sonata Hammerklavier). En el testamento del hermano se le establecía a él como tutor de
Karl, pero en el lecho de muerte, a petición de la cuñada, se estableció una tutoría conjunta.
Ludwig, quien aborrecía a su cuñada, tuvo que llevar su causa ante la justicia. Los tribunales
ordinarios no lo conocían y le costaba hacer valer sus influencias, aunque finalmente ganó el
caso, y desde entonces se dedicó a la formación musical de Karl con falsas esperanzas, ya
que el chico no tenía dotes musicales. Uno de los profesores con los que contó su sobrino
fue Carl Czerny, que posteriormente fue profesor de Franz Liszt y antes había sido alumno del
propio Beethoven. Además, la relación con su hijo adoptivo no era excelente; constantemente
tenía que encontrarle nuevos tutores, ya que tenía conflictos con ellos, y este escapaba con
su madre y peleaba constantemente con el tío. La preocupación por el dinero, que acompañó
a Beethoven desde los días de la infancia en que tuvo que proveer para la familia, lo ocupó en
este periodo como nunca. Los editores no confiaban en él, pues no cumplía sus promesas de
exclusividad y pedía constantemente más dinero por sus obras. Según su biógrafo, Emil
Ludwig, de este periodo no hay ni una sola carta en la que no se traten, al menos
tangencialmente, problemas de dinero. 12
Después de 1815, Napoleón fue definitivamente derrotado y el canciller austriaco Klemens
von Metternich instauró un régimen policial para impedir rebrotes revolucionarios. Beethoven
fue una voz crítica del régimen. En esa época, su nombre era muy respetado en el Imperio y
en Europa Occidental, sobre todo en Inglaterra, en parte gracias al éxito de La victoria de
Wellington. Pero el ascenso de Gioachino Rossini y la ópera italiana, que Beethoven
consideraba poco seria, lo colocó en segundo plano.

Retrato de Beethoven en 1818 realizado por August Klöber

En 1816, realizó el primer esbozo de la Novena sinfonía y dos años más tarde su antiguo
alumno y benefactor, el archiduque Rudolf, fue nombrado cardenal, motivo por el cual
Beethoven comenzó a componer la Misa en re, aunque no estuvo terminada antes de la
ceremonia de entronización. En 1822, Beethoven tuvo un encuentro con Rossini en Viena,
ciudad en la que este estaba cosechando grandes éxitos. Debido a las dificultades con el
idioma y la sordera de Beethoven, el encuentro fue breve. 4

Últimos años en Viena


Beethoven en 1823, año en que terminó su Novena sinfonía. Retrato de Ferdinand Georg Waldmüller.

Beethoven pasó los últimos años de su vida casi totalmente aislado por la sordera,
relacionándose solamente con algunos de sus amigos a través de los «cuadernos de
conversación», que le sirvieron como medio de comunicación. Su último gran éxito fue
la Novena sinfonía, terminada en 1823. En los tres años finales, se dedicó a componer
cuartetos de cuerda y la Missa Solemnis. El 13 de abril de ese año conoció a Franz Liszt, que
entonces tenía once años, durante un concierto del compositor húngaro y lo felicitó por su
interpretación. Años más tarde, Liszt transcribió todas las sinfonías de Beethoven para piano y
fue un destacado intérprete de su obra. El estreno de la Novena sinfonía tuvo lugar el 7 de
mayo de 1824 y fue un rotundo éxito a pesar de las dificultades técnicas que entrañaba la
obra. Este éxito no se tradujo en una ganancia financiera y los problemas económicos
continuaron acuciando al compositor, que aunque tenía el dinero que estaba ahorrando, no lo
podía utilizar ya que estaba destinado como herencia para su sobrino.4
La salud del maestro decayó inexorablemente durante su estancia en la casa de su hermano
en Gneixendorf, a pesar de los cuidados de su familia. Su hermano Nikolaus Johann
recordaba: «Al almuerzo comía únicamente huevos pasados por agua, pero después bebía
más vino, y así a menudo padecía diarrea, de modo que se le agrandó cada vez más
el vientre, y durante mucho tiempo lo llevó vendado». Tenía edemas en los pies y se quejaba
continuamente de sed, dolores de vientre y pérdida de apetito. 13 En esa época, comenzó la
composición de la Décima sinfonía.
El 1 de diciembre de 1826, Beethoven y Karl volvieron a Viena. La premura de la decisión
determinó que carecieran de un transporte adecuado y solamente pudieron conseguir un
viejo carromato descubierto. El viaje resulta catastrófico para una persona en el estado en que
se encontraba Beethoven, quien llevaba ropa de verano y se vio obligado a pasar la noche en
una taberna de la aldea, donde la habitación no tenía calefacción ni persianas que lo
protegieran del frío. Hacia la medianoche sufrió un escalofrío febril y comenzó una tos seca
acompañada de sed intensa y fuertes dolores en los costados. Estando así, el maestro bebió
grandes cantidades de agua helada que solo agravaron su condición. Sin embargo, logró
recuperarse de su crisis gracias a la atención del doctor Wawruch y consiguió llegar a la
capital. El 20 de diciembre, se le extrajeron fluidos abdominales. Karl permaneció durante todo
el mes a su lado hasta su incorporación, en enero, a su regimiento. El joven se había
reconciliado totalmente con su tío tras el lamentable episodio del suicidio: d «Mi querido padre:
vivo satisfecho y solo me pesa verme separado de ti».
Beethoven en su lecho de muerte, por Josef Eduard Teltscher

Casi en la miseria, a pesar de tener una gran fortuna en acciones financieras, escribió a sus
amigos en Londres para pedir algún dinero. La respuesta llegó de inmediato, junto con
cien libras esterlinas prestadas incondicionalmente. Cuando se difundió en Viena el estado
terminal de Beethoven, todos sus antiguos amigos que aún vivían acudieron a su domicilio de
la Schwarzspanierhaus para expresarle sus deseos de una pronta recuperación, aunque en
realidad su propósito era despedirse del envejecido compositor. 14
A pesar de los cuidados de su médico y el cariño de sus amigos, la maltrecha salud del
músico, que había padecido problemas hepáticos durante toda su vida, empeoró. Esos
últimos días le acompañaron Franz Schubert, quien en realidad no se atrevió a visitar al
maestro, pero un amigo de ambos le mostró al moribundo las partituras de sus lieder, que
Beethoven tuvo oportunidad de admirar y se le atribuye la frase: «Es verdad que en este
Schubert se encuentra una chispa divina», recordando el comentario que sobre él hiciera
Mozart y haciendo el cumplido que no hiciera a ningún otro músico. 15 El 20 de marzo escribió:
«Estoy seguro de que me iré muy pronto». Y el día 23, entre los estertores del moribundo,
algunas fuentes indican que exclamó: «Aplaudid amigos, comedia finita est» («La comedia ha
terminado»), un final típico de la comedia del arte, aunque en 1860 Anselm
Hüttenbrenner negó que Beethoven hubiera pronunciado tales palabras. 16 Esa misma tarde,
tomó la pluma para designar a su sobrino Karl legatario de todos sus bienes.

Fallecimiento
Artículo principal: Muerte de Ludwig van Beethoven

El 29 de marzo de 1827 se ofició el funeral de Beethoven, al que acudieron más de 20 000 personas.
Tumba de Beethoven en el cementerio Zentralfriedhof de Viena

Al día siguiente, 24 de marzo de 1827, Beethoven recibió la extremaunción y


la comunión según el rito católico. Cabe señalar que las creencias personales de Beethoven
fueron muy poco ortodoxas. Esa misma tarde entró en coma para no volver a despertar hasta
dos días más tarde. Su hermano Nikolaus Johann, su cuñada y su admirador
incondicional Anselm Hüttenbrenner lo acompañaron al final, ya que sus pocos amigos habían
salido a buscar una tumba. Sus últimas palabras fueron dirigidas al vino del Rin, que llegó
después de mucho esperar el encargo, y que se esperaba surtiera buenos efectos sobre la
salud del músico: «Demasiado tarde, demasiado tarde...». 17 Hüttenbrenner relató los últimos
momentos del compositor el 27 de marzo de 1827 de la siguiente forma:
Permaneció tumbado, sin conocimiento, desde las 3 de la tarde hasta las 5 pasadas. De repente hubo
un relámpago, acompañado de un violento trueno, y la habitación del moribundo quedó iluminada por
una luz cegadora. Tras ese repentino fenómeno, Beethoven abrió los ojos, levantó la mano derecha, con
el puño cerrado, y una expresión amenazadora, como si tratara de decir: «¡Potencias hostiles, os
desafío!, ¡Marchaos! ¡Dios está conmigo!» o como si estuviera dispuesto a gritar, cual un jefe valeroso a
sus tropas «¡Valor, soldados! ¡Confianza! ¡La victoria es nuestra!». Cuando dejó caer de nuevo la mano
sobre la cama, los ojos estaban ya cerrados. Yo le sostenía la cabeza con mi mano derecha, mientras
mi izquierda reposaba sobre su pecho. Ya no pude sentir el hálito de su respiración; el corazón había
dejado de latir.
Anselm Hüttenbrenner.18
Máscara mortuaria de Beethoven, realizada por Josef Danhauser

Tres días después de su fallecimiento, el 29 de marzo, tuvo lugar el funeral. Se celebró en la
iglesia de la Santa Trinidad, distante un par de manzanas del domicilio de Beethoven, y en él
se interpretó el Réquiem en re menor de Wolfgang Amadeus Mozart. Al mismo asistieron más
de 20 000 personas, entre las que se encontraba Schubert, gran admirador suyo. El
actor Heinrich Anschütz leyó la oración fúnebre, que fue escrita por el poeta Franz Grillparzer,
a las puertas del cementerio de Währing, ahora Schubert Park.4
En su escritorio de trabajo se encontró el Testamento de Heiligenstadt, redactado en 1802, en
donde explica a sus hermanos el porqué de su profunda amargura. También se encontró la
mencionada desgarradora carta de amor dirigida a su «Amada inmortal», a la que llama «mi
ángel, mi todo, mi mismo yo».4

Estudios sobre las causas de su muerte

Algunos análisis de un mechón del cabello de Beethoven y de un fragmento de su cráneo dieron como


resultado la existencia de altas concentraciones de plomo.

A lo largo de su vida, Beethoven visitó gran cantidad de médicos para curar sus diversas
dolencias físicas, como mala digestión, dolor abdominal crónico, cirrosis
hepática, nefropatía, pancreatitis crónica, irritabilidad, depresión, así como otros síndromes sin
etiología demostrada, tales como alteraciones gastrointestinales, bronquiales, articulares y
oculares.19 En una carta a un amigo, expresó su deseo de que, después de su muerte, sus
restos fueran usados para determinar la causa de su enfermedad y evitar que otros
padecieran su mismo sufrimiento.20 Desde su fallecimiento, a los cincuenta y seis años de
edad, en 1827, han existido muchas especulaciones y estudios sobre las causas de sus
múltiples dolencias y su muerte, pero no han conseguido determinar una patología sistémica
para explicar al menos gran parte de sus síndromes. 2019
Estudios realizados en el Centro de Tratamiento Pfeiffer en Warrenville (Illinois) en 2005 han
revelado algunos datos sobre las causas de su muerte. Los análisis de un mechón de su
cabello y de un fragmento de su cráneo dieron como resultado la existencia de altas
concentraciones de plomo, lo que indica que el compositor podría haber padecido saturnismo.
Aparentemente, Beethoven ingería agua contaminada con plomo, que se obtenía de un arroyo
campestre creyendo que tenía propiedades curativas. Las últimas investigaciones señalan que
fue por el plomo de los vasos que usaba para beber. A raíz de dichos estudios, se pudo saber
que el compositor padecía problemas estomacales desde los veinte años y que, en ocasiones,
sufría crisis depresivas.21 Los problemas estomacales y el cambio de personalidad que sufrió a
los veinte años concuerdan con el diagnóstico de envenenamiento por plomo. 20 En estos
estudios, también se destaca la ausencia de niveles perceptibles de cadmio o mercurio en el
mechón y el hueso, elementos a los que previamente se había identificado como causantes
de la enfermedad de Beethoven. La presencia de plomo en el cráneo confirmó que la
exposición del músico a dicho elemento no fue un hecho puntual en su vida, sino que tuvo que
estar sometido a él durante muchos años. Aunque existen algunos extraños casos de sordera
provocados por envenenamiento por plomo, no hay ninguna evidencia sólida que sustente que
fuese esta la causa de la que padeció Beethoven. 20
Otro estudio afirma que Beethoven falleció a causa de una insuficiencia hepática que
desencadenó un coma hepático. Además, puede que con probabilidad padeciera
una septicemia final, con el antecedente de una ascitis fistulizada e infectada. No se puede
afirmar con certeza si una insuficiencia renal y una diabetes descompensada fueron motivo de
su fallecimiento. En la medicina moderna, la causa de su muerte sería catalogada como un
fallo multisistémico, originado por su insuficiencia hepática. 19

Personalidad
Facsímil del Testamento de Heiligenstadt

La vida personal de Beethoven fue problemática debido a su creciente sordera, que lo llevó a


plantearse el suicidio, según afirmó en los documentos encontrados en el Testamento de
Heiligenstadt. A menudo, Beethoven era irascible y puede que sufriera trastorno bipolar.22 Sin
embargo, tuvo un círculo íntimo de amigos fieles durante toda su vida, quizás atraídos por la
fortaleza de su reputada personalidad. Hacia el final de su vida, los amigos de Beethoven
compitieron en sus esfuerzos para ayudar al compositor a paliar sus incapacidades físicas. 23

Paseo de Beethoven en la naturaleza, Julius Schmid

Hay numerosas evidencias del desdén que sentía Beethoven hacia la autoridad y el sistema
de clases sociales. Detenía su interpretación al piano si su audiencia comenzaba a hablar
entre sí o si dejaban de prestarle total atención. En los eventos sociales, se negaba a
interpretar si le invitaban a hacerlo sin previo aviso. Finalmente, y después de muchas
confrontaciones, el archiduque Rudolf decretó unas normas básicas de etiqueta en la corte
que no afectaban a Beethoven. 23

Producción musical
Véanse también: Mozart y Beethoven  y  Beethoven y do menor.

Beethoven es reconocido como uno de los más grandes compositores de la historia.


Ocasionalmente, es mencionado como parte de «Las tres bes» (junto con Bach y Brahms),
quienes personalizan esta tradición. También es la figura central de la transición entre
el clasicismo musical del siglo XVIII y el romanticismo del siglo XIX, por la profunda influencia
que ejerció sobre las siguientes generaciones de músicos.23

Visión general
Beethoven compuso obras en una amplia variedad de géneros y para una amplia gama de
combinaciones de instrumentos musicales. Sus obras para orquesta sinfónica incluyen nueve
sinfonías (la Novena sinfonía incluye un coro) y alrededor de una docena de piezas de música
«ocasional». Compuso nueve conciertos para uno o más instrumentos solistas y orquesta, así
como cuatro obras cortas que incluyen a solistas acompañados de orquesta. Fidelio es la
única ópera que escribió y entre sus

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