Can Cio Nero
Can Cio Nero
Can Cio Nero
“CANCIONARIO”
Biografía
Familia
La familia de Beethoven vivía bajo condiciones modestas. Su abuelo paterno, llamado también
Ludwig,3 (Malinas, 1712-1773), era descendiente de una familia
de campesinos y granjeros originarios de Brabante, en la región de Flandes (Bélgica), que se
trasladaron a Bonn en el siglo XVIII. La partícula van de su nombre,4 contrario a lo que pudiera
creerse, no posee orígenes nobles, mientras que Beethovenprobablemente pudo haberse
derivado de Bettenhoven (Fr.: Bettincourt), una localidad de Lieja, aunque otra hipótesis
apunta a que el apellido proviene de Beeth (que en flamenco quiere decir «remolacha»)
y Hoven, que es el plural de Hof («granja»). De esta forma, «Beethoven» vendría a significar
«granjas de remolachas».5
Palacio Prince-Elector(Kurfürstliches Schloss) en Bonn, donde la familia Beethoven había estado activa
desde la década de 1730
En marzo de 1733 su abuelo emigró a Bonn, en donde trabajó como director y maestro de
capilla de la orquesta del príncipe elector de Colonia. El 17 de septiembre de ese mismo año
contrajo matrimonio con María Josepha Poll, cuyos testigos fueron el organista Gilles van den
Aeden y Johann Riechler. Tuvieron tres hijos: María Bernarda Ludovica (bautizada el 28 de
agosto de 1734, muerta el 17 de octubre de 1735), Marcus Josephus (bautizado el 25 de abril
de 1736, muerto poco después en una fecha indeterminada) y Johann, de cuyo nacimiento o
bautismo no se conserva registro; se supone que nació a finales de 1739 o comienzos de
1740. El tercero fue el único que sobrevivió a la infancia y fue el padre de Beethoven. Johann
fue músico y tenor de la corte electoral.
Beethoven encuentra una vía de escape de la presión familiar en 1787 cuando, con 17 años,
marcha a la capital austriaca apoyado por su mecenas, el conde Ferdinand von Waldstein,
quien sufraga los gastos del viaje y, lo más importante, le convence de sus posibilidades de
éxito. Parece que durante este viaje a Viena tuvo lugar un fugaz encuentro con Mozart. En
relación a este encuentro, solo existen textos de discutible autenticidad. De cualquier modo, la
leyenda dice que Mozart habría dicho: «Recuerden su nombre, este joven hará hablar al
mundo».7
Al poco tiempo, su madre enfermó gravemente de tuberculosis y su padre le pidió por carta
que regresara a Bonn inmediatamente. La madre murió el 17 de julio de 1787. Tras este
hecho, su padre entró en una depresión y su alcoholismo se agravó, llegando a ser detenido y
encarcelado por este hecho. Después de esto, el joven Ludwig tuvo que responsabilizarse de
sus jóvenes hermanos y se vio obligado a mantenerlos, tocando el violín en una orquesta y
dando clases de piano durante cinco años, mientras que su padre seguía preso. Su padre
falleció finalmente el 18 de diciembre de 1792.7
De aprendiz a maestro
En 1792 el príncipe elector de Bonn volvió a financiarle un viaje a Viena, ciudad en la que
permaneció el resto de su vida componiendo, tratando de alcanzar un reconocimiento social a
su persona por medio del arte y sufriendo un mal particularmente terrible para él: la sordera.
Allí, Beethoven recibió clases de composición con Joseph Haydn, de contrapunto con Johann
Georg Albrechtsberger y Johann Baptist Schenk y de lírica con Antonio Salieri.7
Durante este período tuvo varios duelos musicales con otros pianistas. El primero fue en 1792
―con 21 años de edad―, durante un viaje con la orquesta de la corte, en el cual tocó
con Franz Sterkel, ejecutando obras de dicho compositor. En 1800 tuvo lugar el famoso duelo
en el palacio de Lobkowitz, en el que el pianista y compositor Daniel Steibelt lo retó a que
tocasen juntos. En dicha ocasión, Beethoven tomó partituras de una obra de este,
modificándolas al mismo tiempo que las iba tocando, con tanta gracia que Steibelt declaró que
no volvería a Viena mientras Beethoven viviera allí y abandonó la ciudad, radicándose
en París.7
Con veinticuatro años publicó su primera obra importante: tres tríos
para piano, violín y violonchelo (Opus 1) y el año siguiente, en 1795, realizó su primer
concierto público en Viena como compositor profesional, en el que interpretó sus propias
obras. Ese mismo año le propuso matrimonio a Magdalena Willman pero esta se negó.
Posteriormente, realizó una gira por Praga, Dresde, Leipzig, Berlín y Budapest. En 1796
publicó tres sonataspara piano (Opus 2). La corte, la nobleza y la Iglesia vienesas acogieron la
música de Beethoven y se convirtieron en mecenas y protectoras del joven músico. Eran
frecuentes las disputas entre estos estamentos y el compositor, debido al carácter fuerte e
impulsivo del músico, pero este hecho le hizo granjearse un gran respeto en la ciudad. Entre
sus mecenas se encontraban personalidades como el príncipe Karl von Lichnowskyy el
barón Gottfried van Swieten.7 Por esa época se desligó de Haydn, con el que no coincidía
musicalmente pero a quien, a pesar de esto, dedicó los tres tríos.
En 1800, Beethoven organizó un nuevo concierto en Viena en el que realizó la presentación
de su Primera sinfonía. Su actividad musical iba en aumento y también impartió clases de
piano entre las jóvenes aristócratas, con las que mantuvo romances esporádicos. Al año
siguiente, Beethoven se confesó preocupado por su creciente sordera a su amigo Wegeler.
En Heiligenstadt, el año siguiente escribió el conocido Testamento de Heiligenstadt, en el que
expresa su desesperación y disgusto ante la injusticia de que un músico pudiera volverse
sordo, algo que no podía concebir ni soportar. Incluso llegó a plantearse el suicidio, pero la
música y su fuerte convicción de que podía hacer una gran aportación al género hicieron que
siguiera adelante. En dicho testamento escribió que sabía que todavía tenía mucha música
por descubrir, explorar y concretar.7
Su música inicial, fresca y ligera, cambió para convertirse en épica y turbulenta, acorde con los
tiempos revolucionarios que vivía Europa. Eran años en que las
potencias monárquicas europeas se habían aliado para derrotar a la Francia revolucionaria.
En una deslumbrante campaña en el norte de Italia, en la que el ejército austríaco fue
derrotado, adquirió notoriedad Napoleón Bonaparte, que se convirtió en un ídolo entre los
sectores progresistas. De esta época son la Sonata para piano n.º 8, llamada Patética, y
la Sonata para piano n.º 14, llamada Claro de luna. Su Tercera sinfonía,
llamada La Heroica (traducción de la denominación en italiano Eroica) , estaba escrita en un
principio en «memoria de un gran hombre», Napoleón, que era visto en ese momento como
un liberador de su pueblo. Cuando se declaró a sí mismo emperador, Beethoven se enfureció
y borró violentamente el nombre de Napoleón de la primera página de la partitura. La
Heroica se estrenó finalmente el 7 de abril de 1805.7
Éxito y sufrimiento
Retrato de Beethoven (hacia 1804), en la época de la Sonata Appassionatay de Fidelio. Decidido a
«agarrar el destino por el cuello», compuso en el periodo de 1802 a 1812 una serie de obras brillantes y
enérgicas características de su estilo «heroico».
Muy pronto, Beethoven dejó de necesitar los conciertos y recitales en los salones de la corte
para sobrevivir. Los editores se disputaban sus obras; además, la aristocracia austriaca,
quizás avergonzada por la muerte de Wolfgang Amadeus Mozart en la pobreza, le asignó
una pensión anual. Debido a la pérdida de sus capacidades auditivas, se entregó a una febril
actividad creadora, y, a la par, sufrió penalidades personales producidas por dos desengaños
amorosos. No llegó a casarse nunca, pero se le atribuyen varios romances, sobre todo entre
damas de la nobleza. Antonie von Birkenstock, casada con el banquero alemán Franz
Brentano, fue uno de los grandes amores de su vida. 10
Entre 1804 y 1807, estuvo enamorado de la joven y bella condesa Josephine Brunswick, viuda
de Joseph Graf Deym. Su amor era correspondido por parte de la condesa pero este no pudo
concretarse debido a las rígidas restricciones sociales de la época y la estricta separación
entre la nobleza y el vulgo, por lo que la relación cesó. Durante este período, Beethoven había
terminado Leonore, su única ópera. Compuso hasta cuatro oberturasdiferentes y finalmente
cambió el nombre de dicha ópera a Fidelio, en contra de sus deseos. El 20 de
noviembre de 1805 fue la fecha de la primera representación, que tuvo poca afluencia de
público, ya que esa misma semana las tropas de Napoleón habían entrado por primera vez en
Viena. En los años siguientes, Beethoven incrementó su actividad creadora y compuso
muchas obras, entre ellas la Quinta sinfonía, la Sexta sinfonía o Sinfonía Pastoral, la Obertura
Coriolano y la bagatela para piano Para Elisa.7
El incidente de Teplice
El encuentro en Teplice. Al parecer, cuando Beethoven y Goethe paseaban por la alameda de este
balneario, se encontraron a la emperatriz con su familia. El compositor siguió su paseo sin pararse a
saludar. Esta imagen es una recreación posterior de Carl Rohling.
Según Elisabeth von Arnim, el mismo Beethoven le habría contado esta anécdota. Sin
embargo, su veracidad es muy discutida y hoy existe un cierto acuerdo en considerarla, si no
por completo al menos en buena parte, invento de Elisabeth. En su carta a von Pückler-
Muskau, le pregunta si le gusta la historia, Kannst du sie brauchen? («¿Puedes utilizarla?»).
Von Arnim, sin embargo, decide utilizarla ella misma y en 1839 publicó en la
revista Athenäum una carta, supuestamente de Beethoven, en la que este contaba la
anécdota. El original de esta carta no apareció nunca, solo la copia y algunos detalles (como
la fecha) indican que Beethoven no la escribió nunca, o al menos no tal como fue transcrita.
Independientemente de su autenticidad, el incidente encantó a la sociedad vienesa, que lo
creyó verdadero durante mucho tiempo.12
Problemas económicos
La obra orquestal La victoria de Wellington fue compuesta como homenaje a la victoria sobre los
ejércitos napoleónicos en la batalla de Vitoria por parte del duque de Wellington y alcanzó gran
popularidad.
Beethoven había entablado contacto con el inventor Johann Mäzel, que le construyó varios
instrumentos para ayudarlo con sus dificultades auditivas, como cornetas acústicas o un
sistema para escuchar el piano. Su obra orquestal La victoria de Wellington fue compuesta
en 1813 para ser interpretada con un panarmónico, otro de los inventos de Mäzel. Esta obra
era un homenaje a la victoria sobre los ejércitos napoleónicos en la batalla de Vitoria por parte
del duque de Wellington y alcanzó gran popularidad, además de volver verdaderamente
famoso al compositor, lo que le procuró grandes ingresos. Sin embargo, él mismo la calificó
como «basura» (algo que no dijo de ninguna otra obra suya) y hoy está completamente
olvidada. El invento de Mäzel que más impresionó al compositor fue el metrónomo, y escribió
cartas de recomendación a editores y comenzó a realizar anotaciones en las partituras con los
tiempos del metrónomo para que sus obras se interpretaran al tempo que él había concebido.
En esa época comenzaron los problemas económicos del compositor, ya que uno de sus
mecenas, el príncipe Lobkowitz, sufrió una quiebra económica y el príncipe Kinsky falleció al
caerse de su caballo, tras de lo cual sus herederos decidieron no pagar las obligaciones
financieras que el príncipe había contraído con el músico.7
En 1816, realizó el primer esbozo de la Novena sinfonía y dos años más tarde su antiguo
alumno y benefactor, el archiduque Rudolf, fue nombrado cardenal, motivo por el cual
Beethoven comenzó a componer la Misa en re, aunque no estuvo terminada antes de la
ceremonia de entronización. En 1822, Beethoven tuvo un encuentro con Rossini en Viena,
ciudad en la que este estaba cosechando grandes éxitos. Debido a las dificultades con el
idioma y la sordera de Beethoven, el encuentro fue breve. 7
Beethoven en 1823, año en que terminó su Novena sinfonía. Retrato de Ferdinand Georg Waldmüller.
Beethoven pasó los últimos años de su vida casi totalmente aislado por la sordera,
relacionándose solamente con algunos de sus amigos a través de los «cuadernos de
conversación», que le sirvieron como medio de comunicación. Su último gran éxito fue
la Novena sinfonía, terminada en 1823. En los tres años finales, se dedicó a componer
cuartetos de cuerda y la Missa Solemnis. El 13 de abril de ese año conoció a Franz Liszt, que
entonces tenía once años, durante un concierto del compositor húngaro y lo felicitó por su
interpretación. Años más tarde, Liszt transcribió todas las sinfonías de Beethoven para piano y
fue un destacado intérprete de su obra. El estreno de la Novena sinfonía tuvo lugar el 7 de
mayo de 1824 y fue un rotundo éxito a pesar de las dificultades técnicas que entrañaba la
obra. Este éxito no se tradujo en una ganancia financiera y los problemas económicos
continuaron acuciando al compositor, que aunque tenía el dinero que estaba ahorrando, no lo
podía utilizar ya que estaba destinado como herencia para su sobrino.7
La salud del maestro decayó inexorablemente durante su estancia en la casa de su hermano
en Gneixendorf, a pesar de los cuidados de su familia. Su hermano Nikolaus Johann
recordaba: «Al almuerzo comía únicamente huevos pasados por agua, pero después bebía
más vino, y así a menudo padecía diarrea, de modo que se le agrandó cada vez más
el vientre, y durante mucho tiempo lo llevó vendado». Tenía edemas en los pies y se quejaba
continuamente de sed, dolores de vientre y pérdida de apetito. 16 En esa época, comenzó la
composición de la Décima sinfonía.
El 1 de diciembre de 1826, Beethoven y Karl volvieron a Viena. La premura de la decisión
determinó que carecieran de un transporte adecuado y solamente pudieron conseguir un
viejo carromato descubierto. El viaje resulta catastrófico para una persona en el estado en que
se encontraba Beethoven, quien llevaba ropa de verano y se vio obligado a pasar la noche en
una taberna de la aldea, donde la habitación no tenía calefacción ni persianas que lo
protegieran del frío. Hacia la medianoche sufrió un escalofrío febril y comenzó una tos seca
acompañada de sed intensa y fuertes dolores en los costados. Estando así, el maestro bebió
grandes cantidades de agua helada que solo agravaron su condición. Sin embargo, logró
recuperarse de su crisis gracias a la atención del doctor Wawruch y consiguió llegar a la
capital. El 20 de diciembre, se le extrajeron fluidos abdominales. Karl permaneció durante todo
el mes a su lado hasta su incorporación, en enero, a su regimiento. El joven se había
reconciliado totalmente con su tío tras el lamentable episodio del suicidio: 17 «Mi querido padre:
vivo satisfecho y solo me pesa verme separado de ti».
Casi en la miseria, a pesar de tener una gran fortuna en acciones financieras, escribió a sus
amigos en Londres para pedir algún dinero. La respuesta llegó de inmediato, junto con
cien libras esterlinas prestadas incondicionalmente. Cuando se difundió en Viena el estado
terminal de Beethoven, todos sus antiguos amigos que aún vivían acudieron a su domicilio de
la Schwarzspanierhaus para expresarle sus deseos de una pronta recuperación, aunque en
realidad su propósito era despedirse del envejecido compositor. 18
A pesar de los cuidados de su médico y el cariño de sus amigos, la maltrecha salud del
músico, que había padecido problemas hepáticos durante toda su vida, empeoró. Esos
últimos días le acompañaron Franz Schubert, quien en realidad no se atrevió a visitar al
maestro, pero un amigo de ambos le mostró al moribundo las partituras de sus lieder, que
Beethoven tuvo oportunidad de admirar y se le atribuye la frase: «es verdad que en este
Schubert se encuentra una chispa divina», recordando el comentario que sobre él hiciera
Mozart y haciendo el cumplido que no hiciera a ningún otro músico. 19 El 20 de marzo escribe:
«estoy seguro de que me iré muy pronto». Y el día 23, entre los estertores del moribundo,
algunas fuentes indican que exclamó: «Aplaudid amigos, comedia finita est» («La comedia ha
terminado»), un final típico de la comedia del arte, aunque en 1860 Anselm
Hüttenbrenner negó que Beethoven hubiera pronunciado tales palabras. 20 Esa misma tarde,
tomó la pluma para designar a su sobrino Karl legatario de todos sus bienes.
Fallecimiento
El 29 de marzo de 1827 se ofició el funeral de Beethoven, al que acudieron más de 20 000 personas.
Tres días después de su fallecimiento, el 29 de marzo, tuvo lugar el funeral. Se celebró en la
iglesia de la Santa Trinidad, distante un par de manzanas del domicilio de Beethoven, y en él
se interpretó el Réquiem en re menor de Wolfgang Amadeus Mozart. Al mismo asistieron más
de 20 000 personas, entre las que se encontraba Schubert, gran admirador suyo. El
actor Heinrich Anschütz leyó la oración fúnebre, que fue escrita por el poeta Franz Grillparzer,
a las puertas del cementerio de Währing, ahora Schubert Park.7
En su escritorio de trabajo, se encontró el Testamento de Heiligenstadt, redactado en 1802, en
donde explica a sus hermanos el porqué de su profunda amargura. También se encontró la
mencionada desgarradora carta de amor dirigida a su «Amada inmortal», a la que llama «mi
ángel, mi todo, mi mismo yo».7
Frédéric Chopin
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Biografía
Infancia
Entre 1817 y 1827, la familia Chopin vivió en un edificio adyacente al palacio Kazimierz en
la Universidad de Varsovia. El edificio está adornado en la actualidad con un perfil de Chopin.
En 1822, terminó sus estudios con Żywny y comenzó a recibir clases privadas con
el silesiano Józef Ksawery Elsner, director de la Escuela Superior de Música de Varsovia.
Probablemente recibió irregulares pero valiosas lecciones de órgano y piano con el
renombrado pianista bohemio Vilem Würfel. Elsner, también amante de Bach, se encargó de
perfeccionarlo en teoría musical, bajo continuo y composición.
A partir de julio de 1823, el joven Chopin compaginó sus estudios con Elsner con sus cursos
en el Liceo de Varsovia (donde enseñaba su padre), donde ingresó al cuarto ciclo y recibió
clases de literatura clásica, canto y dibujo. En 1824 pasó sus vacaciones en
Szafarnia, Dobrzyń, en casa de un amigo, alumno de su padre. Allí tuvo contacto por primera
vez con la tierra polaca y los campesinos que la habitaban y con la música folclórica de su
patria. Estos breves contactos le bastarían para sembrar en su plástica mente adolescente lo
que luego emergería en la madurez de su genio. «Los artículos, las películas que muestran al
joven Chopin que pasa la vida en los medios populares nos engañan doblemente. Primero,
porque los hechos son inexactos. Después, porque equivale a dar pruebas de una gran
desconocimiento de lo que es un cerebro de artista: un paisaje iluminado por una chispa, una
reacción química en la que no existe proporción alguna entre causa y efecto». 8
Aquel romance fue un ardiente sentimiento, mas no decisivo, pues ya estaba resuelto a ser
compositor y pronto decidió emprender un «viaje de estudios» por Europa. Originalmente
pensó en viajar a Berlín, adonde había sido invitado por el príncipe Antoni Radziwiłł,
gobernador del Gran Ducado de Posen designado por el rey de Prusia; Chopin había sido su
huésped en Antoni. Sin embargo, finalmente se decidió por Viena, para consolidar los éxitos
de su primera gira. Aunque su correspondencia de este tiempo en Polonia tiene un tono de
cierta melancolía, fueron tiempos felices para él, celebrado por los jóvenes poetas e
intelectuales de su patria. Konstancja se casaría con otro hombre en 1830.
Después de tocar varias veces su Concierto en fa menor en veladas íntimas, su fama era ya
tan amplia que se le organizó un gran recital en el Teatro Nacional de Varsovia el 17 de
marzo de 1830, el primero como solista en ese auditorio, que nuevamente causó sensación.
En aquel tiempo trabajaba en su segundo Concierto para piano y orquesta en mi
menor (posteriormente numerado como n.º 1, Op. 11) que estrenó el 22 de septiembre en su
casa, y comenzaba el Andante Spianato y Polonesa Op. 22. Paralelamente, se producían
entonces en Varsovia unos levantamientos y asonadas que fueron severamente reprimidos y
causaron muchas muertes. Estas visiones impresionaron profundamente al artista, que años
después compondría en homenaje a esos manifestantes su célebre Marcha fúnebre (incluida
después en la Sonata para piano n.º 2 en si bemol menor Op. 35).
Poco antes de su partida, se le organizó un concierto de despedida el 11 de octubre en el
mismo gran teatro, donde, ante una gran audiencia, su amada Konstancja —«vestida toda de
blanco, con una corona de rosas que le iba admirablemente», diría Chopin 7— cantó arias de la
ópera La donna del lago de Rossini. Luego él mismo interpretó su Concierto en mi menor y
su Gran Fantasía sobre Aires Polacos Op. 13. En la mazurca final, el público lo ovacionó largo
rato de pie. Días después, en una taberna de Wola, sus amigos le regalaron una copa de plata
con un puñado de tierra polaca en ella. Su maestro Elsner dirigió un pequeño coro que cantó
una breve composición propia para la despedida: Zrodzony w polskiej krainie (Un nativo del
suelo polaco). El 2 de noviembre, se marchó para perfeccionar su arte, confiando en volver
pronto a su patria, pero no volvería jamás.
Viena y el Levantamiento en Polonia
La toma del arsenal de Varsovia, uno de los primeros sucesos del Levantamiento de Noviembre.
Después de pasar por Kalisz —desde donde viajó con su amigo del Liceo, Titus
Wojciechowski—, Breslavia y Dresde, estuvo un día en Praga y luego enrumbó hacia Viena (a
donde llegó el 22 de noviembre de 1830), para hospedarse en Kohlmarkt 9. Permaneció ahí
hasta el 20 de julio del año siguiente. Días después de llegar, se enteraron del Levantamiento
de Noviembre, la insurrección polaca contra los rusos, que comenzó el 29 de noviembre;
Woyciechowsky regresó a Varsovia para unirse a los revolucionarios, pero lo convenció de
quedarse en Viena.
Su segunda estancia en la capital del Imperio austríaco no fue ni mucho menos tan feliz. Ya
no llegaba como una joven sensación del extranjero, sino como alguien que deseaba
incorporarse permanentemente al ambiente musical vienés, y los artistas y empresarios le
mostraron indiferencia y hasta hostilidad. 11 Además, no era nada fácil conquistar el gusto del
bullicioso público vienés: «El público sólo quiere oír los valses de Lanner y Strauss» escribía
en una carta.7 Por otro lado, la insurrección polaca no era bien vista en el Imperio austriaco.
Por todas estas razones sólo dio dos recitales en Viena durante esos ocho meses, con
modesto éxito.
Debido a ello, su estado de ánimo decayó, además emocionalmente se llenó de ansiedad por
la situación de su país y de su familia. Sus sentimientos son conocidos por sus cartas y sus
diarios. En un momento abandonó sus planes de seguir su carrera; escribió a Elsner: «En
vano Malfatti trata de convencerme de que todo artista es un cosmopolita. Incluso, si así fuera,
como artista, apenas soy un bebé, como polaco, tengo más de veinte años; espero por lo
tanto que, conociéndome bien, no me reprochará usted que por ahora no haya pensado en el
programa del concierto».12 Se refería a un concierto benéfico que dio el 11 de
junio de 1831 nuevamente en el Teatro Kärntnertor donde tocó el Concierto en mi menor.
Sin embargo, no puede decirse que todo este tiempo quedó desperdiciado para Chopin.
Además de conocer a músicos como Anton Diabelli, Vaclav Jirovec, Joseph Merk y Josef
Slavik, y de asistir a varios eventos musicales y óperas, las fuertes y dramáticas experiencias
y emociones inspiraron la imaginación del compositor, y probablemente aceleraron el
nacimiento de un estilo nuevo e individual, diferente al brillante estilo anterior. En los «diarios
de Stuttgart» escribió después: «¡Y yo aquí, condenado a la inacción! Me sucede a veces que
no puedo por menos de suspirar y, penetrado de dolor, vierto en el piano mi desesperación». 7
Compuso el Nocturno n.º 20 en do sostenido menor, y avanzaba los Estudios Op. 10, los
nocturnos Op. 9 (entre ellos el famosísimo Op. 9 n.º 2, el Op. 15 n.º 2 y comenzaba
el Scherzo en si menor y la Balada n.º 1 en sol menor.
Viéndose forzado a renunciar a su primera intención de viajar a Italia debido a la situación
política, decidió dirigirse a Londres vía París. El 20 de julio de 1831 dejaba Viena, pasando
por Linz y los Alpes hasta Salzburgo. El 28 de agosto llegó a Múnich, donde tocó en
una matinée de la Philarmonische Verein; a inicios de septiembre llegó a Stuttgart, donde
conoció a Johann Peter Pixis. En esta ciudad se enteró de la caída de Varsovia ante las tropas
rusas y del fin del Levantamiento de Noviembre; la noticia le impactó tan hondamente, que le
causó una fiebre y una crisis nerviosa. Los llamados «diarios de Stuttgart» revelan su
desesperación, rayando a veces en la blasfemia: «El enemigo ha entrado en casa [...] Oh,
Dios, ¿existes? Haces y aún no cobras venganza. ¿Acaso no tuviste suficiente con los
crímenes de Moscú? O... ¡O quizás Tú seas moscovita!» 10 La tradición considera que fruto de
estas noticias y estos sentimientos nacieron el Estudio «Revolucionario» en do menor Op. 10
n.º 12 y el Preludio en re menor Op, 28 n.º 24, aunque lo más probable es que los compusiese
en Varsovia.11
París
Polonesa de Chopin - un baile en el Hôtel Lambert de París, aguada y gouache, 1849-1860, pintado por
Teofil Kwiatkowski, Museo Nacional de Poznań.
Chopin llegó a París en el otoño de 1831; inicialmente se alojó en un apartamento en el quinto
piso del Boulevard Poissonière 27.13 La ciudad —capital de la Monarquía de Julio de Luis
Felipe I— era el centro mundial de la cultura y muchos de los mayores artistas del mundo
vivían allí: Victor Hugo, Honoré de Balzac y Heinrich Heine, entre los escritores. Pronto el
joven polaco conocería a varios de estos intelectuales y llegaría a formar una parte importante
de esa intensa actividad cultural.
El doctor Giovanni Malfatti le había dado una carta de recomendación para el
compositor Ferdinando Paër, que le abrió muchas puertas. Pronto tendría contacto
con Gioacchino Rossini, Luigi Cherubini, Pierre Baillot, Henri Herz, Ferdinand Hiller y Friedrich
Kalkbrenner, uno de los pianistas más grandes de su tiempo, llamado el «rey del piano». Al
escucharle, Kalkbrenner alabó su inspiración y buen gusto, pero también le objetó varios
defectos; por ello se ofreció para darle lecciones durante tres años: Chopin le respondería —
como le escribió a T. Woyciechowsky—: «Sé cuánto me falta, pero no quiero imitarle». Pronto
escribió a Elsner: «No deseo ser una copia de Kalkbrenner [...]. Nada podría quitarme la idea
ni el deseo, acaso audaz, pero noble, de crearme un mundo nuevo».
Las lecciones con Kalkbrenner duraron aproximadamente un año, en forma espontánea Felix
Mendelssohn le declara: «No aprenderá nada, además toca usted mejor que él». 14
De ese modo fue introduciéndose gradualmente en la actividad musical de París, desistiendo
del viaje a Londres que originalmente había planeado hacer. Su primer concierto público fue
tan fabuloso que se convirtió en el tema de conversación de toda la ciudad. Este se llevó a
cabo el 26 de febrero de 1832 en la Sala Pleyel, calle Cadet: 13 en el programa figuraba
su Concierto en fa menor y las Variaciones mozartianas, en la segunda parte compartió el
escenario con notables pianistas como Camille-Marie Stamaty, George Osborne y Ferdinand
Hiller, para interpretar una Polonesa de Kalkbrenner, a seis pianos. 10 Entre el público se
encontraban músicos de la talla de Mendelssohn y Franz Liszt, y entabló pronto amistad con el
último, que también radicaba en la ciudad. Se sentía sorprendido y estimulado por la intensa
vida cultural y también por la libertad de acción que podía ejercer. Asistía a conciertos y a
óperas; fascinado por Robert le diablede Giacomo Meyerbeer diría: «Esta es una obra
maestra de la nueva escuela».10
En abril de 1832 el cólera hizo estragos en la población de París, diezmó a las clases
trabajadoras e hizo huir a las provincias a los más pudientes, Orlowski, compatriota y amigo
de Chopin escribió a los suyos: «Me ocurre que voy a verlo y vuelvo sin haber cambiado una
palabra con él tan melancólico está. [...] En París la situación es mala. Los artistas se ven
reducidos a la miseria, porque el cólera ha hecho huir a las provincias a todas las familias
ricas...» Pronto sin embargo el azar tiende una mano de ayuda:
Un día de mayo de 1832, Chopin se pasea por el bulevar y se encuentra en él a Valentín Radziwill,
padre del príncipe Antonio, quién lo lleva a una velada ofrecida por James de Rothschild. El joven se
sienta al piano sin haberse preparado y obtiene un éxito mucho mayor que en ninguno de los conciertos
que dio hasta entonces. Allí está presente la élite de la sociedad [...] de la noche a la mañana el nombre
de Chopin vuela de boca en boca. Se aprecia su distinción, su talento. Se le piden lecciones: la
baronesa de Rothschild se inscribe a la cabeza de la lista. Entre las familias adineradas,
los Rothschild se entusiasmaron particularmente con el talento de Chopin, 15 y, junto a otras familias
pudientes —como la princesa de Vaudemont, el príncipe Adam Czartoriski, el conde Apponyi o el
mariscal Lannes— lo tomaron bajo su protección. 1617 La situación cambia bruscamente, el horizonte se
aclara y la esperanza renace en Chopin. De todos modos, el oficio de profesor no es en modo alguno lo
que tenía en vista.18
Desde mayo de 1832 comenzó a ganarse la vida dando clases de piano y pronto llegaría a
convertirse en un pedagogo muy requerido y bien pagado hasta el fin de su vida. Prefirió
presentarse en las veladas o soirées que se ofrecían en los salones de la sociedad
aristócrata, en una atmósfera intimista con una audiencia pequeña y singular, no ávida
de virtuosismo, sino especialmente culta y sensible y afín al músico. Este público estaba
compuesto en buena parte por artistas, entre ellos Eugène Delacroix, la familia
Rothschild, Adam Mickiewicz, Heinrich Heine, la condesa Marie d'Agoult y Franz Liszt ,
además de otros miembros de la alta sociedad; justamente Liszt se refirió a esta audiencia
como: «[...] la aristocracia de la sangre, del dinero, del talento, de la belleza». 7 Por esa razón,
a diferencia de otros colegas famosos, durante el resto de su vida ofreció unos pocos
conciertos «públicos» (en auditorios o salas de concierto): sólo 19 en París. 9
Por otro lado, debido a la derrota de las revueltas polacas, a la capital francesa llegaron
muchos compatriotas suyos de la Gran Emigración, con su líder el noble Adam Jerzy
Czartoryski: entre los intelectuales y artistas figuraban el escritor Julian Ursyn Niemcewicz, los
poetas románticos Adam Mickiewicz y Juliusz Slowacki, también sus amigos Stefan Witwicki y
Bohdan Zaleski.
Se hizo miembro de la Sociedad Literaria Polaca en 1833, a la que apoyó económicamente y
dio conciertos benéficos para sus compatriotas. Es importante remarcar además que,
habiendo decidido radicarse en París, escogió ser un émigré, un refugiado político. No
obedeció a las regulaciones del Zar para la dominada Polonia, ni renovó su pasaporte en la
Embajada rusa. Por ello, perdió la posibilidad de regresar legalmente a su tierra. Pronto se
hizo de algunos amigos entrañables: Delfina Potocka, el violonchelista August Franchomme, y
después el compositor italiano Vincenzo Bellini.
Éxito en Europa
Amor y compromiso
Chopin estuvo comprometido con Maria Wodzińska pero el matrimonio se vio truncado por el precario
estado de salud del compositor polaco.
En el invierno de 1835 se sintió tan mal, que creyó que se moría; de hecho, en ese momento,
escribió el primer borrador de su testamento, estaba tan afligido, que incluso llegó a pensar en
suicidarse.
En la primavera de 1836, su enfermedad volvió a manifestarse con énfasis, aunque sus
malestares no le impidieron solicitar —y obtener— la mano de Maria Wodzińska, una
adolescente de 17 años de la que se había enamorado. El compromiso fue mantenido en
secreto. Posteriormente, y al conocer la enfermedad que padecía el músico, la familia
Wodzińska declinó el compromiso.
Más tarde, se trasladó de nuevo a Leipzig para encontrarse con Schumann, y tocar ante él
fragmentos de su Balada n.º 2 y varios estudios, nocturnos y mazurcas.
Al regresar a París, fue abandonando poco a poco las salas de concierto para concentrarse en
la composición. De ahí en adelante, quienes deseaban escucharlo debían hacerlo en el
ámbito semipúblico de su estudio. Daba aproximadamente cinco clases de piano diarias a
diferentes jóvenes adinerados, pero nunca pudo ocultar su aburrimiento y su desdén por estos
niños sin talento, que estudiaban piano sólo porque sus padres disponían de dinero para
pagar a un gran maestro.
Durante ese año completó la Balada Op. 23 (cuyos primeros esbozos había presentado a
Schumann) y los dos Nocturnos Op. 27.
George Sand
George Sand.
A finales de octubre de 1836, Frédéric fue invitado por Franz Liszt y Marie d'Agoult a una
reunión de amigos en el Hôtel de France y fue acompañado por Ferdinand Hiller. Al encuentro
también acudió la baronesa Dudevant, más bien conocida por su pseudónimo de George
Sand, acompañada por sus hijos y madame Marliani.19 Cuando fueron presentados por Liszt,
Sand murmuró al oído de madame Marliani: «Ese señor Chopin, ¿es una niña?». Chopin le
comentó a Hiller saliendo del hotel: «¡Qué antipática es esa Sand! ¿Es una mujer? Estoy por
dudarlo».20
Durante ese verano, el músico viajó a Londres; asimismo, estuvo trabajando en
los Estudios Op. 25, las Mazurcas Op. 30, el Scherzo Op. 31 y los Nocturnos Op. 32. A su
regreso volvieron a encontrarse, esta vez en una reunión de amigos en casa de Chopin, a la
cual Sand acudió intencionalmente ataviada a la polaca, y escuchó subyugada al dúo de Liszt
y Chopin.20
Vencidas las resistencias iniciales e instalada la pareja en verano de 1838, esta duró
aproximadamente ocho años, en los cuales la pasión pronto dio lugar a la amistad (en una
carta dirigida por Sand a Grzimala, el 12 de mayo de 1847, se lee: «Hace siete años que vivo
como una virgen. Con él y con los otros». 21) y en la que hubo un intercambio de bienes mutuo,
George Sand brindó apoyo y protección a la frágil situación de Chopin –tanto física como
económica– en tanto que Chopin para Sand fue una figura pacificadora en una etapa para ella
difícil de crecimiento de sus hijos.
Comenzaron su vida de pareja instalados en París, en viviendas contiguas, Sand con sus
niños. Después de la aventura de Mallorca, comenzaron a pasar la mitad del año en Nohant,
la finca de George Sand, en Berry. En octubre de ese año completó sus Estudios Op. 25 —
que dedicó a la condesa d'Agoult— y, un mes más tarde, el Trío de la Marcha fúnebre (que
posteriormente pasaría a formar parte de la Sonata Op. 35) para la noche del aniversario de
los alzamientos polacos de 1830.
Las numerosas presentaciones públicas retornaron por sus fueros en 1838: un concierto en
las Tullerías —la corte de Luis Felipe I de Francia—, otro en los salones del Papa, y un
tercero, privado, en la casa del duque de Orleans. Los mejores nombres de la cultura francesa
se convirtieron en amigos personales de Chopin: Victor Hugo, el pintor Eugène Delacroix, y
muchos otros que lo habían conocido y apreciado gracias a sus recitales.
Mallorca
Sand niega ninguna relación, entre ellos y los protagonistas, cuando se la interpela. Pero
Chopin, dos años más tarde, en una carta que escribe desde Escocia, dejará traslucir que
adivinó perfectamente la maniobra de su amante: «Nunca maldije a nadie, pero ahora me
siento tan harto que me sentiría mejor si pudiera maldecir a Lucrezia...».
El disparador del fin es la complicada situación generada por el casamiento de Solange
con Clésinger, como Sand prohíbe a Chopin mencionarla siquiera si quiere volver a Nohant,
Chopin nunca volverá.24
Antes de su partida hacia Londres Chopin escribe a su hermana Luisa (Ludwika) en Varsovia
respecto a Sand, luego del alejamiento de Solange:
«...trata de olvidar, de aturdirse como le sea posible. Solo despertará cuando su corazón
hoy dominado por la cabeza le produzca demasiado dolor (...) Que Dios la guíe y la
proteja, pues no sabe distinguir entre un afecto verdadero y una adulación (...) Ocho años
de una vida en cierto modo ya arreglada eran demasiados años. Dios ha permitido que
durante esos años crecieran sus hijos. Si no hubiese sido por mí, hace tiempo que su hijo
y su hija ya no estarían con ella, sino en casa de su padre. (...) Entre nosotros, solo ocurre
que ya no nos vemos desde hace tiempo, sin que haya habido entre nosotros
ninguna batalla, ninguna escena. Y no he ido a su casa porque ella me ha impuesto como
condición la de guardar silencio acerca de su hija.»
Gavoty reflexiona sobre el carácter de Chopin: «Por primera vez, quizá, Sand acaba de chocar
–sin gritos y sin dramas– con alguien que le hace frente: y ese alguien es ese silfo
transparente, el pálido Karol, el fantoche a quien llamaba con una ternura un tanto apiadada,
"Chip" o "Chipette". El carácter, la virilidad fundamental, la nobleza de Chopin, aparecen al
final de una aventura que había unido –creía ingenuamente Sand– a una mujer fuerte,
irreprochable, infalible, y un artista vacilante, manejable, dispuesto a aceptarlo todo (...) Una
vez más, la psicología de la amazona de Berry es defectuosa.» 25
El canto del cisne
Molde póstumo de la mano izquierda de Chopin.
El 16 de febrero de 1848, ante una sala repleta –con entradas difíciles de conseguir y
vendidas mucho antes– Chopin ofrece su último concierto parisino. Un concierto largo que
para él fue el canto del cisne: tuvo en el entreacto un síncope en el vestíbulo. Aun cuando dio
algunos conciertos en Londres, ninguno sería como este en la comunión que hubo con el
público presente.
Un largo elogio mereció de el Gazette musicale del 20 de septiembre que comenzaba «Un
concierto del Ariel de los pianistas es algo demasiado raro...(...) Sólo diremos que el
encantamiento no cesó de actuar un solo instante sobre el auditorio, y que duraba cuando el
concierto ya había terminado.»26
Chopin escribe a Solange el 17 de febrero: «París está enfermo...» Seis días más tarde estalla
la insurrección, la Revolución de febrero de 1848.
Privado de las benéficas estadías en Nohant la salud de Chopin empeoró, la resolución de
viajar a Londres fue poco meditada, viaja alentado por Jane Stirling quién representará sin
quererlo el funesto papel de ángel de la muerte. Esta escocesa de 44 años enamorada de
Chopin o de su música pretende llevarlo al matrimonio con su insistencia ya que ella es muy
rica y Chopin, aún enfermo, debe dar lección tras lección para vivir. 27 Chopin escribe a un
amigo al respecto «Preferiría desposarme con la muerte» 28 y a su amigo Grzimala le precisa
que aún si se enamorase no se casaría en estas condiciones, «las que son ricas buscan a los
ricos, y si encuentran a uno que sea pobre será preciso que no sea, por añadidura enfermo...»
Con un poco de dinero del concierto del 16 llega a Londres el 21 de abril, adonde Jane Stirling
y su hermana la señora Erskine le han alquilado un departamento.
Desde Londres escribe Chopin:
«Aquí la música es una profesión, no un arte. Tocan excentricidades y las presentan como
obras de belleza total; interesarlos en cosas serias es una locura. La burguesía exige lo
extraordinario y la mecánica. El gran mundo escucha demasiada música para prestarle
una atención seria. Lady X..., una de las más grandes damas de Londres, en cuyo castillo
pasé unos días, es considerada una música. Una noche que yo había tocado, le llevaron
una especie de acordeón, y se puso muy seriamente a ejecutar en él los aires más
horribles. Todas estas criaturas están un poco chifladas. Las que conocen mis
composiciones me dicen: tocadme vuestro segundo suspiro... me gustan mucho vuestras
campanas... Lo único que se les ocurre decirme es que mi música fluye como el agua...
Ayer la anciana Rothschild me preguntó cuanto cuesto. Como había pedido veinte guineas
a la duquesa de Sutherland, le respondí: veinte guineas. La buena mujer me dijo entonces
que, en efecto, toco muy bien, aunque me aconsejó que no pidiera tanto, porque en
esta season hace falta más moderation...»
El alquiler de su departamento en Londres cuesta a Chopin 26 guineas mensuales; al cabo de
dos meses de permanencia en el país, Chopin se quejará de la racanería y falta de amor
sincero por el arte de los grandes señores".29
Vuelve a dar clases, cinco alumnos hacia finales de mayo.
Breves fragmentos de cartas que Chopin escribe desde Gran Bretaña que no dejan duda de la
infelicidad que lo acompaña en forma casi permanente -con breves periodos de paz y alegría
cuando para en lo de sus amigos (polacos).
«A pesar del clima, quieren retenerme en Londres. En cuanto a mí querría otra cosa,
¿pero qué?... Si ese Londres fuera menos negro... si la gente fuera menos pesada, si no
existieran esa bruma ni ese polvo de carbón, me dedicaría a aprender el inglés. ¡Pero los
ingleses son tan distintos de los franceses a los que me he apegado como a los míos
propios...!»30
Desde Escocia a Marie de Rozières...
«muchas personas me atormentan aquí para que toque, y acepto por cortesía. Pero
siempre toco con una nueva pena, jurándome que no volverán a obligarme pues me
encuentro entre el enervamiento y el abatimiento».31
¿Por qué ya no componéis?, le preguntaban sus anfitriones y amigos...
«En verdad -escribía él a Franchomme- no tengo en la cabeza una sola idea musical; ya
no estoy para nada en mi elemento. Me siento como un asno en un baile de máscaras, o
como una cuerda de violín en un bajo de viola... Estoy aturdido, no me siento a gusto...». 31
«Tengo los nervios agotados y no puedo terminar esta carta. Padezco de una nostalgia
estúpida; a despecho de mi resignación, no sé que hacer con mi persona y eso me
atormenta... Ya no puedo estar triste o feliz; ya no siento realmente nada, vegeto,
sencillamente, y espero con paciencia mi fin... ¡Ah, si pudiera saber que la enfermedad no
me acabará aquí el próximo invierno!».34
El 23 de noviembre de 1848 sale de Londres para regresar a París adonde su amigo Grzimala
le ha alquilado un departamento con vista al sur, más confortable que aquél que tenía al irse
hacia Gran Bretaña, adonde pasará sus últimos meses.
Gavoty concluye este capítulo que ha titulado «Hacia las brumas de Escocia» de esta forma:
«Así termina –lamentablemente– la aventura británica. En siete meses ha cambiado sesenta y
una veces de domicilio, enfrentado a diferentes multitudes, ofrecido conciertos sin prestigio,
perdido su tiempo, visto agravarse su estado de salud, y como premio de tantas fatigas no
lleva a París ni un centavo. Seguro que su final está cercano, solo ignora la duración del
tiempo que le queda.».35
Fallecimiento
El comienzo del año 1849 encontró a Chopin demasiado débil como para enseñar. Sólo fue
capaz de visitar a su amigo Mickiewicz –tan enfermo como él–, tocar un poco el piano e
improvisar algunos acordes. Al difundirse la noticia de que su estado empeoraba, gran parte
de la sociedad parisina (incluyendo sus coterráneos residentes allí) quiso ir a visitarlo:
alumnos, amigos, damas, todos aquellos que lo habían aplaudido cuando estaba frente al
teclado quisieron verlo para decirle adiós. Uno de los más asiduos era el pintor Delacroix, que
lo visitaba casi cada día para confortarlo y darle su aliento.
En ese lóbrego verano, trabajó en los borradores de su última pieza, la Mazurca en fa
menor (publicada tras su muerte como Op. 68 n.º 4). Avisada del próximo final del genial
compositor, su hermana Ludowika viajó desde Varsovia con su esposo e hija para verlo y
atenderlo en su casa de la Place Vendôme 12. A pesar de que George Sand insistió en verlo,
Ludowika le negó la entrada, aunque permitió que la hija de ella, Solange, pasara a visitarlo.
Tumba de Chopin en el Cementerio de Père-Lachaise de París.
Richard Wagner
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Biografía[editar]
Primeros años[editar]
Richard Wagner nació en el número 3 de la calle Brühl, en la judería de Leipzig.
En la primavera de 1854, Wagner conoció las obras del filósofo Arthur Schopenhauer, acontecimiento
que el compositor denominaría más tarde como el más importante de su vida. 44
En aquel tiempo, Wagner se encontraba en una situación muy precaria, marginado del mundo
musical alemán, sin ingresos y con pocas esperanzas de poder representar las obras que
elaboraba. Antes de abandonar Dresde, había esbozado una obra que finalmente se
convertiría en el ciclo de cuatro óperas El anillo del nibelungo. Inicialmente había escrito
el libreto para una única ópera, Siegfrieds Tod (La muerte de Sigfrido), en 1848. Después de
llegar a Zúrich amplió la historia para incluir una segunda ópera, Der junge Siegfried (El joven
Sigfrido), explorando los antecedentes del héroe. Completó el texto del ciclo escribiendo otros
dos nuevos libretos, para La valquiria y El oro del Rin. Además, revisó los libretos anteriores
de acuerdo con su nuevo concepto, completándolos en 1852. 45 Mientras tanto, su mujer,
Minna, que había apreciado poco sus últimas óperas después de Rienzi, cayó paulatinamente
en una profunda depresión; la salud de Wagner se resintió, según Ernest Newman «en gran
medida debido a nervios sobreexcitados», lo cual dificultó que continuara componiendo. 46
Su principal producción editorial publicada durante sus primeros años en Zúrich estaba
formada por una serie de destacados ensayos: La obra de arte del futuro (1849), escrito en el
que describe una visión de la ópera como Gesamtkunstwerk, u «obra de arte total», en la que
se unificaban varias artes tales como la música, la canción, la danza, la poesía, las artes
visuales y las escénicas; El judaísmo en la música (1850), un ensayo dirigido contra los
compositores judíos; y Ópera y drama (1851), que describía la estética del drama que estaba
usando para crear las óperas del ciclo del Anillo.
Wagner comenzó a componer El oro del Rin en noviembre de 1853, seguido inmediatamente
por La valquiria en 1854. Entonces comenzó a trabajar en la tercera ópera, llamada Sigfrido,
en 1856, pero solo terminó los dos primeros actos antes de decidir dejar la obra a un lado para
concentrarse en una nueva idea: Tristán e Isolda.47
Wagner tuvo un romance con la poetisa y escritora Mathilde Wesendonck, relación que inspiró
los Wesendonck Lieder.
En 1875, la familia Wagner fijó su domicilio en una villa de Bayreuth, a la que el compositor
llamó Wahnfried(Wahn significa «locura» y Friedesignifica «paz», en alemán).
Wagner, asentado en su nueva vida doméstica, dedicó sus energías a completar su obra más
ambiciosa: el ciclo de cuatro óperas (un «prólogo» y tres «jornadas») que se conoce como El
anillo del nibelungo, al que dedicó más de veinticinco años de su vida. En 1869, Wagner volvió
a la composición de Sigfrido, terminando el acto III en 1871. El ocaso de los dioses fue
compuesta entre 1869 y 1874. Por la insistencia de Luis II, se realizaron «prestrenos
especiales» de las dos primeras obras del ciclo, El oro del Rin y La valquiria, en Múnich en
1869 y 1870,79 pero Wagner quería completar el ciclo para representarlo en un teatro de
ópera nuevo y especialmente diseñado.
En 1871, eligió el pequeño pueblo de Bayreuth como ubicación de su nuevo teatro de ópera. 80
La familia se trasladó allí el año siguiente y pusieron la primera piedra del nuevo teatro,
el Festspielhaus de Bayreuth.81 Para obtener fondos para su construcción, se formaron las
«Asociaciones Wagner» en varias ciudades 82 y el propio compositor comenzó una gira por
Alemania dirigiendo conciertos.83 Sin embargo, solo obtuvieron los fondos necesarios después
de que Luis II realizara una cuantiosa donación en 1874. 84 El año siguiente, la familia
estableció su domicilio de manera permanente en Bayreuth, en una mansión a la que Richard
daría el nombre de Wahnfried (Wahn significa «locura» y Friede significa «paz», en
alemán; Wahnfriedpodría traducirse como «paz tras la locura»). 85 Sin embargo, los gastos de
Bayreuth y de Wahnfried provocaron que Wagner buscara otras fuentes de financiación
dirigiendo o aceptando encargos como la Marcha del centenario para Estados Unidos.86
El 13 de agosto de 1876 se estrenó el ciclo completo, una vez terminada la construcción del
Festspielhaus,87 y el teatro ha continuado siendo la sede del Festival de Bayreuth desde
entonces (salvo los paréntesis debidos a la Primera y Segunda Guerra Mundial). Desde 1973
el Festival es supervisado por la Fundación Richard Wagner (Richard-Wagner-Stiftung), que
incluye a varios descendientes del compositor. 88 Con esta obra, Wagner ponía en práctica su
concepto de «obra de arte total» (Gesamtkunstwerk), en la que el drama, la música y las artes
visuales se combinaban armónicamente.
Últimos años[editar]
Después del primer Festival de Bayreuth, en 1877, Wagner comenzó a trabajar en su última
ópera, Parsifal. Tardó en componerla cuatro años, muchos de los cuales los pasó en Italia por
motivos de salud.89 Durante ese periodo también escribió una serie de ensayos, incluyendo
escritos reaccionariossobre la religión y el arte en los que se retractaba de sus opiniones
anteriores. Muchos de ellos –incluyendo Religión y arte (1880) y Heroísmo y
cristianismo (1881)90– aparecieron en la revista Bayreuther Blätter,91 fundada en 1880 por el
propio compositor y Hans von Wolzogen para los visitantes wagnerianos de Bayreuth.92
Completó Parsifal en enero de 1882 y tuvo lugar un segundo Festival para el estreno de la
nueva ópera el 26 de mayo. 93 En esta época Wagner estaba gravemente enfermo, ya que
había sufrido una serie de anginas de pecho cada vez más severas.94 Durante la decimosexta
y última representación de Parsifal, el 29 de agosto, entró en secreto en el foso de la orquesta
durante el tercer acto, tomó la batuta del director Hermann Levi y dirigió la representación
hasta su final.95
Después del Festival, la familia Wagner viajó a Venecia para pasar el invierno. El 13 de
febrero de 1883, Wagner falleció a causa de una crisis cardíacaen Ca' Vendramin Calergi,
un palazzo del siglo XVI en el Gran Canal.96 Su cuerpo fue repatriado e inhumado en el jardín
de Wahnfried, su villa en Bayreuth. 97 Las dos piezas de su suegro, Franz Liszt, para piano
solista tituladas La lúgubre góndola evocan el paso de una góndola fúnebre cubierta de negro
portando a Wagner por el Gran Canal.98
Joseph Haydn
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Biografía[editar]
Infancia[editar]
Franz Joseph Haydn nació el 31 de marzo de 1732 en Rohrau, una pequeña población
cercana a Viena (Austria), en aquella época capital del Sacro Imperio Romano Germánico, y
muy próxima a la frontera con Hungría. Fue el segundo de los doce hijos de Mathias Haydn y
Anna Maria Koller. Su padre era fabricante y reparador de carros al servicio del conde de
Harrach, el aristócrata de la población, y también sirvió como Marktrichter, un cargo similar al
de alcalde de pueblo. Su madre había trabajado previamente como cocinera en el palacio del
conde Harrach. Ninguno de sus progenitores sabía leer música; 6 sin embargo, Mathias fue un
entusiasta músico folclórico y había aprendido a tocar el arpa de forma autodidacta durante la
época que trabajó como oficial. Según los últimos recuerdos de Haydn, su infancia con su
familia fue extremadamente musical y frecuentemente cantaban juntos y con sus vecinos. 7
Los padres de Haydn se dieron cuenta de que su hijo tenía talento para la música y sabían
que en Rohrau no tendría oportunidad de tener una educación musical adecuada. Por esta
razón aceptaron la proposición de su pariente Johann Matthias Frankh, director de la escuela
y maestro del coro en Hainburg, para que Joseph aprendiera en su casa y practicara como
músico. Por tanto, con tan solo seis años, Haydn se marchó con Frankh a Hainburg (a once
kilómetros de distancia de su pueblo natal) y nunca más vivió con sus padres.
Haydn formó parte del coro de la Catedral de San Esteban de Vienadurante nueve años,
de 1740 a 1749.
La vida en casa de Frankh no fue fácil para Haydn, quien después recordaría que pasaba
hambre frecuentemente8 y era humillado constantemente por el estado asqueroso de su ropa. 9
Sin embargo, comenzó sus estudios musicales allí y pronto pudo tocar el clavecín y el violín,
así como cantar las partes de tiple en el coro de la iglesia de Hainburg.
Existen razones para pensar que el canto de Haydn impresionó a quienes lo escucharon
porque pronto atrajo la atención de Georg von Reutter,10 el maestro de capilla de la Catedral
de San Esteban de Viena, que estaba realizando un viaje por las provincias buscando nuevos
talentos para el coro de niños. Haydn pasó con éxito una prueba de audición ante Reutter y
en 1740 se trasladó a Viena, donde permaneció como corista durante los siguientes nueve
años. A partir de 1745 su hermano menor, Michael, también se incorporó como miembro del
coro.
Haydn vivió en la casa de Reutter junto a otros cinco chicos del coro. Recibió lecciones
de latín y otras asignaturas, así como clases de canto, violín y teclado.11 Reutter fue de poca
ayuda para Haydn en las áreas de teoría musical y composición musical, ya que solo le dio
dos lecciones durante el tiempo que permaneció como corista. 12 Sin embargo, dado que San
Esteban era uno de los principales centros de la música de Europa, Haydn fue capaz de
aprender sirviendo a los músicos profesionales que había allí. 13
Como Frankh anteriormente, Reutter no siempre se aseguraba de que Haydn estuviera
alimentado de forma correcta. Según afirmó más tarde el biógrafo Albert Christoph Dies,
Haydn se sentía motivado para cantar muy bien, con la esperanza de obtener más
invitaciones a las representaciones que se realizaban ante la aristocracia, donde normalmente
se servían refrigerios a los cantantes.14
Autonomía laboral[editar]
Mapa con la población natal de Haydn y las ciudades en las que vivió o que visitó.
En 1749 Haydn alcanzó la edad en la que ya no pudo cantar los tonos agudos de las obras
corales. Con este débil pretexto fue despedido de su trabajo en el coro. Se quedó en la calle
sin ningún sitio al que ir. 15 Sin embargo, tuvo la suerte de encontrarse con un amigo, Johann
Michael Spangler, con quien compartió durante unos meses un cuarto en la atestada
buhardilla de su familia. Haydn decidió inmediatamente iniciar su carrera como músico
independiente.
Durante esos difíciles años, Haydn desempeñó muchos trabajos diferentes: profesor de
música, cantante de serenatas callejero y finalmente sirviente y acompañante del
compositor italiano Nicola Porpora, de quien más tarde diría que había aprendido «los
verdaderos fundamentos de la composición».16
Cuando era corista, Haydn no recibió una enseñanza seria en teoría musical y composición, lo
que percibía como una gran deficiencia. Para paliarla, trabajó en ese sentido a través de
ejercicios contrapuntísticos sobre el texto Gradus ad Parnassum de Johann Joseph Fux y
estudió detenidamente la obra de Carl Philipp Emanuel Bach, a quien después reconocería
como una importante influencia.17
Haydn sacó partido de estos años al ir adquiriendo mayores conocimientos musicales, hasta
el punto que compuso sus primeros cuartetos de cuerda y su primera ópera, Der krumme
Teufel, escrita para el actor cómico Johann Joseph Felix Kurz, conocido artísticamente como
«Bernardon». La obra fue estrenada con éxito en 1753 pero pronto fue retirada por los
censores.18 Haydn también notó, al parecer sin enfadarse, que las obras que había dado sin
recibir remuneración estaban siendo publicadas y vendidas en las tiendas musicales. 19
Gracias al incremento de su reputación, Haydn pudo obtener el mecenazgo de un aristócrata,
crucial para el desarrollo de la carrera de un compositor en aquella época. La condesa Thun, 20
tras ver una de las composiciones de Haydn, lo citó y contrató como su cantante y profesor de
teclado.21 El barón Carl Josef Fürnberg empleó a Haydn en su hacienda campestre, Weinzierl,
donde el compositor escribió el primer cuarteto para cuerdas. Fürnberg posteriormente
recomendó a Haydn al conde Morzin, quien se convirtió en 175722 en el primer mecenas de
Haydn a tiempo completo.23
Años como maestro de capilla[editar]
Al final de este período, en 1759, Haydn recibió una oferta de empleo importante: la
de maestro de capilla del conde Morzin, es decir, director musical. Al mismo tiempo componía
sus primeras sinfonías para orquesta y dirigía el conjunto del conde. En 1760, con la
seguridad que le proporcionaba su puesto como maestro de capilla, Haydn se casó. Su
esposa fue Maria Anna Theresia Keller (1730-1800),24 la hermana de Therese (n. 1733), de
quien Haydn había estado previamente enamorado. Haydn y su esposa no fueron un
matrimonio completamente feliz,25 las leyes de la época no les permitieron separarse y no
tuvieron hijos. Ambos tuvieron amantes; Joseph mantuvo una larga relación sentimental con
una cantante de los Esterházy, Luigia Polzelli, con la que, según algunos biógrafos, tuvo uno o
varios hijos.26
El conde de Morzin pronto sufrió dificultades económicas, por lo que a los dos años despidió a
todos sus músicos. No obstante, Haydn encontró enseguida un empleo similar como asistente
del maestro de capilla de la familia Esterházy, una de las más ricas e influyentes del Imperio
austríaco y que residía en invierno en Viena y en verano en dos palacios de su propiedad, uno
al sur de la capital y otro en Hungría. Cuando el viejo maestro de capilla, Gregor Werner,
falleció en 1766, Haydn fue ascendido y ocupó dicho cargo.
Como miembro del servicio de la familia Esterházy, Haydn vestía librea y seguía a la familia
cuando se trasladaban a sus palacios, el más importante de ellos era el ancestral Castillo
Esterházy en Eisenstadt y después el Eszterháza, un gran palacio construido en la década de
1760 en Hungría. Los Esterházy eran amantes y conocedores de la música y dieron a Haydn
todo el apoyo que necesitaba para su labor, incluso su propia pequeña orquesta. Empezó a
trabajar para el príncipe Pál Antal Esterházy en 1762 y, muerto éste en 1763, sirvió a su
hermano Nicolás Esterházy, llamado el magnífico, durante casi treinta años. En su nuevo
cargo, Haydn tuvo una gran responsabilidad, que consistía en componer música para cada
ocasión, dirigir la orquesta, interpretar música de cámara con miembros de la orquesta y
también de la familia, así como organizar el montaje de óperas (presentaba todas las semanas
dos óperas y dos conciertos, además de las obras especiales para los visitantes destacados y
conciertos de música de cámara diarios en los que el propio príncipe tocaba un inusual
instrumento de cuerdas conocido como baritón, para el cual Haydn escribió numerosos tríos).
A pesar del intenso trabajo, Haydn se consideró un hombre afortunado. 27
Haydn pasaba la mayor parte del año en Eszterháza, un gran palacio propiedad de la familia
Esterházyconstruido en la década de 1760 en Hungría.
Transcurrieron casi 30 años en los que Haydn trabajó en este cargo y en los que compuso un
sinfín de obras. A lo largo de este tiempo, su estilo fue desarrollándose y su popularidad fue
creciendo. Con el tiempo llegó a componer tantas obras para su publicación como para los
Esterházy. Obras tan importantes como sus Sinfonías de París (1785-1786) o Las siete
últimas palabras de Cristo en la cruz (1786) fueron compuestas en aquellos años.
Gradualmente Haydn también comenzó a sentirse más aislado y solitario, particularmente
cuando la corte se desplazaba durante la mayor parte del año a Esterháza, lejos de Viena, en
lugar de permanecer en Eisenstadt, que estaba más cercano a la capital. 28 Haydn tenía
muchas ganas de visitar Viena en particular porque sus amistades estaban allí. 29 De estas
amistades, fue particularmente importante la estrecha y platónica relación que mantuvo con
Maria Anna von Genzinger (1750-93), esposa del médico personal del príncipe Nicolás en
Viena, en 1789. Haydn escribía a la señora Genzinger con frecuencia, expresándole su estado
de soledad en Eszterháza y su alegría por las pocas ocasiones en las que podía visitarla en
Viena; más tarde, Haydn la escribió con frecuencia desde Londres. La muerte prematura de
ésta en 1793 fue un duro golpe para Haydn y puede que compusiera sus Variaciones en fa
menor Hob. XVII:6 en respuesta a su muerte.30
La casa donde vivió Haydn durante sus últimos años en Viena fue convertida en museo.
En 1806 se hizo imprimir unas tarjetas para declinar las invitaciones que recibía con el
siguiente texto: «Hin ist alle meine Kraft, alt und schwach bin ich» («Todas mis fuerzas se han
ido, soy viejo y estoy cansado»), extraído de la canción El viejo, compuesta en 1796. Haydn
falleció el 31 de mayo de 1809a los 77 años de edad en Viena, mientras la ciudad era atacada
por las tropas de Napoleón Bonaparte, durante la batalla de Aspern-Essling. Entre sus últimas
palabras se encuentra el intento por calmar y tranquilizar a sus sirvientes cuando un disparo
de cañón cayó en el vecindario. 37 «Mis niños, no tengáis miedo, donde está Haydn, no puede
haber daño». Fue enterrado en el cementerio Hundsthurm en Gumpendorf, el suburbio de
Viena en el que había vivido. Dos semanas después, el 15 de junio de 1809, tuvo lugar un
servicio fúnebre en Schottenkirche en el que se interpretó el Réquiem de Mozart.
Robert Schumann
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No debe confundirse con Robert Schuman, político francés considerado como uno de los
padres de la Unión Europea.
Biografía[editar]
Infancia y adolescencia[editar]
Es en casa de Wieck, su antiguo maestro, donde conoce a su futura esposa. Se trata de Clara
Wieck, su hija, y ya para entonces afamada pianista que había sido "niña prodigio", bastante
famosa internacionalmente en aquella época, y de hecho se la considera la pianista más
importante del siglo XIX. En 1836 inician una relación amorosa en secreto, fundamentalmente
por carta, quizá debido a la diferencia de edad entre ambos (Clara tenía 16 años y Robert 25)
y también porque Clara se encontraba de viaje constantemente, actuando por toda Europa. Es
durante esta relación clandestina cuando escribe Escenas de niños, tal y como le relata por
carta a la propia Clara. Un año más tarde Robert pide la mano de Clara a su padre, pero éste,
maestro vigilante del talento musical de su hija, se niega. Finalmente se casan el 12 de
septiembre de 1840, para lo que deben recurrir a los tribunales al no tener la aprobación de
Friedrich Wieck. Permanecieron juntos hasta la muerte de Robert y tuvieron ocho hijos.
Clara Schumann era una pianista excepcional y tuvo una gran influencia musical sobre
Robert. Compositora ella misma, le instó a no limitarse a la creación para piano (en estos años
escribe Lieder y Álbum para la juventud), recomendándole que se dedicara a la composición
para orquesta y se consolidara así como un gran compositor de su tiempo. Es precisamente a
partir de 1841 cuando compone oberturas sinfónicas y conciertos, en los que, sin embargo, el
piano sigue teniendo un papel principal.
El Conservatorio de Leipzig le abrió las puertas en 1843 y fue nombrado profesor de piano y
composición.
En 1844, tras un viaje a Rusia, atravesó un nuevo periodo depresivo y abandonó Leipzig para
instalarse en Dresde. Durante los años siguientes su salud mental y física se fue debilitando,
lo cual no le impidió trabajar en multitud de obras, como sus dos Sonatas para piano y violín,
su Concierto para violonchelo y orquesta y su única ópera, Genoveva (que no gozó de éxito).
Incluso cuando, a partir de 1852, sus episodios de locura le mantienen convaleciente casi todo
el tiempo, consigue aprovechar sus momentos de lucidez para completar
su Misa, Requiem, Sinfonía en Re menor y Concierto para violín y orquesta. También destaca
la presentación en 1846 de su Concierto para piano y orquesta en la menor, ejecutado
brillantemente por su esposa Clara, en 1846 en Leipzig, lo cual conllevó a su autor una fama
aún mayor y más consolidada para la Historia.
Para esta época se suceden las alucinaciones de ángeles aunque muchas veces las mismas
eran reemplazadas por visiones de demonios. Él mismo le llega a declarar a Clara que teme
que pudieran hacerle daño. Es también en esta época que llega a aborrecer los lugares en
altura y cualquier contacto con objetos de metal, incluyendo un simple juego de llaves. El
diario de Schumann menciona que sufrió de una alucinación constante de imaginar que la
nota de La 5 estaba constantemente sonando en sus oídos. Tiempo después le comenta a su
hermano su deseo de suicidarse, ya que estaba angustiado por la epidemia de cólera que
asolaba Europa por esas fechas; el 27 de febrero de 1854, Schumann se arroja al Rin y es
rescatado a tiempo, pero su mente ya se ha perdido para siempre. Tras el episodio del intento
de suicidio él mismo aconseja su internamiento en un hospital de cuidados mentales.
Finalmente es internado en un sanatorio privado en Endenich, cerca de Bonn, donde
permanece hasta su muerte el 29 de julio de 1856. Durante su internación no se le permitió
ver a Clara bajo ninguna circunstancia; tan solo dos días antes de su fallecimiento Clara pudo
verle, y por un breve momento Robert tuvo lucidez y logró reconocerla. Tenía sólo 46 años.
Muere víctima de un colapso neurocirculatorio (aunque según otras fuentes falleció debido a
la sífilis). Fue enterrado en el cementerio viejo de Bonn, y en 1880 se erigió sobre su tumba
una estatua de A. Donndorf.
Tras su muerte, Clara retomó sus giras y continuó tocando y promocionando las
composiciones de Robert.3 Clara, fallecida en 1896, se halla enterrada en la misma tumba que
Robert.