El Teatro de Posguerra
El Teatro de Posguerra
El Teatro de Posguerra
El teatro fue el género más desfavorecido durante la posguerra debido a una serie de circunstancias: público
y empresarios que no estaban dispuestos a la innovación, férrea censura, el cine como competidor.
2. El teatro de humor.
Busca renovar la risa, intentando provocarla mediante situaciones disparatadas, personajes,
argumentos y lenguaje inverosímil, casi absurdo.
Autores: Jardiel Poncela (“Eloisa está debajo de un almendro”,”Los ladrones somos gente
honrada”), Mihura (“Tres sombreros de copa”) y Pedro Muñoz Seca (“La venganza de don
Mendo”).
Buero Vallejo.
Nació en Guadalajara en 1916. Al comienzo de la Guerra Civil se alistó en el ejército republicano. Tras la
guerra fue condenado a muerte pero esta pena fue conmutada por prisión de 8 años y por la libertad
condicional en 1946. Estrenó numerosos dramas con éxito de público y reconocimiento de la crítica. Recibió
numerosos premios y desde 1972 perteneció a la Real Academia de la Lengua
Obra:
El teatro de Buero Vallejo trata en profundidad problemas humanos y sociales. El tema central suele ser
siempre el mismo: “La búsqueda de la verdad” sobre el que gira prácticamente todo su teatro. La obra es
un proceso por el que los personajes salen de la mentira en la que viven para afrontar los problemas y la
realidad pues sólo así lograrán ser felices.
Etapas de su teatro
Primera etapa o contemporánea : Iría hasta 1955 y en ella destacarían sus dos primeras obras: Historia de
una escalera (1949), que es el drama de la frustración visto a través de dos generaciones y En la ardiente
oscuridad (1950), ambientada en una institución para personas ciegas.Son dramas realistas con
similitudes técnicas e ideológicas.
Segunda etapa. Teatro social-existencial. Desde 1955 se inicia con Hoy es fiesta y Las cartas boca abajo.
En esta segunda etapa, Buero introduce innovaciones técnicas: efectos especiales de luz y sonido que
obligan al espectador a ver la realidad desde el punto de vista de ciertos personajes; proyecciones y
escenario múltiple que permite representar acciones paralelas
La obra más destacada de estos años es El tragaluz (1967), importante drama de una familia cuyos
miembros adoptaron distintas posturas en la guerra civil
Además el autor cultiva un tipo especial de drama histórico: Las Meninas (sobre Velázquez) y El concierto
de San Ovidio (situado en Francia, poco antes de la Revolución), donde el argumento histórico es sólo un
pretexto para plantear, evitando la censura, problemas actuales
Tercera etapa. A partir de 1970, los contenidos sociales y políticos de sus obras se hacen más explícitos: la
cárcel, la tortura, la dictadura…, en la obra La Fundación (1974).
En el conjunto de su obra podemos identificar unos elementos constantes:
El simbolismo de los recursos escénicos. El más usado es la ceguera que representa las limitaciones
humanas y de la soledad; por el contrario la luz simboliza la verdad.
El efecto de inmersión. Buero presenta la realidad al espectador tal como la vive el personaje para
que pueda identificarse con él.
A partir del año 1955 se puede decir que aparece el teatro social en España, aunque ya había habido
manifestaciones anteriores en Buero Vallejo y Alfonso Sastre.
Los temas principales son: la denuncia de la injusticia , las dificultades económicas, los problemas de
adaptación de los inmigrantes, la desigualdad social, la deshumanización de la burocracia y la alineación de
los seres humanos en el nuevo orden social.
Todos los autores se encontraron con numerosas dificultades para estrenar y muchas de sus piezas no se
representaron hasta después de la muerte de Franco. Lauro Olmo, La camisa (1962), y Carlos Muñiz, El
tintero (1957) son los más importantes.
El realismo social en teatro se caracteriza por:
– Mayor importancia del contenido que la forma
– Personajes pertenecen a las clases marginales de la sociedad
– La obra pretende influir en el espectador para que éste actúe y provoque un cambio en la sociedad
-- utilizar un lenguaje violento, incluso desafiante, directo, sin eufemismos, claramente opuesto al lenguaje
biensonante y neutro del teatro “oficial
1.- Grupos de Teatro Independientes (Els Joglars, Els Comediants, Dagoll Dagom, La fura dels Baus, La
cubana, La Cuadra, etc...) que proponen un teatro como espectáculo total: el texto se acompaña de efectos de
escenografía y expresión corporal de los actores. Incorporan fórmulas teatrales como el teatro de la calle, el
circo, el music-hall…
2.- Obras de técnica y orientación realista. Proponen un realismo crítico de fondo costumbrista en el que
los conflictos individuales se combinan con la denuncia social. Autores de esta tendencia son: José Sanchís
Sinisterra (¡Ay,Carmela,), José Luis Alonso de Santos que trata temas actuales: juventud, droga…(“ La
estanquera de Vallecas “ y “ Bajarse al moro”, Fermín Cabal (“Esta noche, gran velada”) y Fernando
Fernán Gómez (“Las bicicletas son para el verano”)
3.- Teatro de continuidad de autores ya consagrados (Buero Vallejo, Sastre o Antonio Gala,) que se han
ido adaptando a las nuevas tendencias y a los nuevos problemas de nuestra sociedad.
4.- Nuevos dramaturgos de los 90 representan un retorno a la palabra como soporte principal de la obra
teatral.
Presenta conflictos o situaciones que reflejan el absurdo cotidiano: la soledad y las relaciones de poder,
frustración o crueldad entre las personas. Destacan: Paloma Pedrero (“La llamada de Lauren”,
“Resguardo personal”, que muestra los conflictos de la incomunicación y del egoísmo profesional), Ana
Diosdado (“La importancia de llamarse Wilde”, Ignacio García May (“Una estrella”)……