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Las Medidas de Seguridad en El Ordenamiento Penal Peruano

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1

 DERECHO PENAL
-TITULO: LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD EN EL
ORDENAMIENTO PENAL PERUANO.
-ASESOR: CARLOS VASQUEZ BOYER
-AUTOR: MIRKO EDUARDO CHULAN CARRANZA
-TESIS:
INTRODUCCIÓN

1. Motivación y Fundamentos.

En el sistema de derecho penal que tiene como base a la Constitución Política

del Estado y como finalidad la búsqueda de la paz con justicia social, con

respecto a los derechos y garantías del sujeto sometido a un proceso penal, no

puede dejarse de lado al agente inimputable o imputable relativo que ha

cometido un hecho antijurídico más no culpable que es sometido a medidas de

seguridad, como pareciera que ha venido sucediendo hasta la actualidad, pues

ello implica en principio, dejar insatisfecha una pretensión legitima del imputado

con la adecuada determinación y aplicación de las medidas de seguridad.

El legislador nacional ha regulado en el Titulo IV “De las Medidas de

Seguridad”, dedicando siete artículos, específicamente a su desarrollo. Nuestra

doctrina, dentro de escasos trabajos dedicados al tema objeto de la presente


2

investigación, hace referencia a éste como una forma de consecuencia jurídica

del delito. Por orto lado, es menester señalar que en nuestra patria el trabajo

más completo respecto al tema de la presente investigación es el realizado por

el Dr. Víctor Prado Saldarriaga en el año 2000.

Es sumamente importante resaltar la manera incorrecta y fragmentaria como se

ha regulado esta institución en el Código Penal de 1991, la cual no hace más

que corroborar la poca importancia que le ha dado el legislador a éste tema,

dejando a la jurisprudencia y la doctrina, la labor de aclarar aquellos preceptos

confusos o de suplir las lagunas en las cuales se ha incurrido.

Sin embargo, el tratamiento defectuoso, escaso e impreciso, realizado por el

legislador patrio va en relación inversamente proporcional con la importancia

que tienen las medidas de seguridad en la praxis jurisdiccional. En efecto, es

común para los operadores del derecho la sensación de zozobra que

experimentan, por la incertidumbre respecto a múltiples tópicos propios de ésta

institución, tanto en su tratamiento sustantivo como procesal.

Así pues, de la simple lectura de los artículos pertinentes del Código Penal,

Código de Procedimientos Penales y Código Procesal penal del 2004, se

puede constatar los múltiples problemas que pueden encontrarse para una

aplicación correcta de las medidas de seguridad y más aún los problemas

surgen de aquellos supuestos fácticos no regulados por los glosados códigos,

naciendo la incertidumbre respecto a como se resolverán éstos.


3

Sólo para citar unos ejemplos de los múltiples problemas que pueden

presentarse en el tratamiento del presente tema, hacemos las siguientes

preguntas, las cuales intentaremos responder, en el desarrollo del presente

trabajo, a la luz de la doctrina nacional y extranjera, de los principios del

derecho, de los métodos de interpretación jurídica, etc. Así, por ejemplo: ¿las

medidas de seguridad se basan únicamente en el diagnóstico de enfermedad

mental?; ¿se imponen antes de la sentencia?; ¿se impone la medida de

internación sin especificar su plazo de duración temporal y en base al máximo

de la pena conminada?; ¿son controladas por autoridad judicial?; ¿se aplican

las facultades judiciales de reducción o extinción de la medida?; ¿hay carencia

de plazas para el cumplimiento de las medidas de internación?, etc. Como ha

quedado demostrado con las múltiples interrogantes planteadas, el tema objeto

de investigación es muy rico en cuestiones problemáticas y, por ello, de interés

no solo dogmático sino, y especialmente, de interés práctico.

Todos los problemas planteados, obtenidos de la realidad nacional, justifican la

presente investigación. Mantenerse dentro de lo poco avanzado hasta el

momento por nuestra doctrina, significaría conformarse con vivir entre las

tinieblas y la incertidumbre jurídica, con grave perjuicio para los estudiantes de

Derecho, Magistrados, Abogados y, sobre todo, para los miembros de nuestra

sociedad.
4

Resulta necesario resaltar que los tópicos a ser desarrollados, serán

vinculados, a la naturaleza jurídica de las medidas de seguridad, teniendo que

postergar otros dado la naturaleza de la presente investigación.


5

2. Objetivos.

Generales.

Explicar desde la perspectiva de la parte general del Derecho Penal, en el

tópico correspondiente, la fundamentación más adecuada respecto

a la naturaleza jurídica de las medidas de seguridad.

Analizar y explicar los fines que persiguen las medidas de seguridad.

Analizar y explicar las diversas consecuencias que se originan partiendo

de la determinación de la naturaleza jurídica de las medidas de

seguridad.

Específicos.

Explicar las funciones y fines del Derecho Penal y su relación con las

medidas de seguridad.

Analizar y explicar las diversas tesis acerca de la naturaleza jurídica de

las medidas de seguridad; así como su regulación en el

ordenamiento penal peruano.


6

Analizar a la luz de la doctrina, la jurisprudencia y los métodos de

interpretación, el tratamiento procesal de las medidas de

seguridad.

3. Planteamiento del problema.

Antecedentes.

El problema objeto de la presente investigación ha sido estudiado de

manera superficial por nuestra doctrina, especialmente por los autores

más conocidos. Así pues, a manera de ejemplo, basta citar el libro

Derecho penal. Parte General del año 2006, del autor, Dr. Felipe

Villavicencio Terreros, quien, si bien es cierto, desarrolla el tema, no

analiza con profundidad los diversos problemas y situaciones derivadas

del estudio de las medidas de seguridad.

Lo anotado anteriormente debe tenerse muy en cuenta, si consideramos

que las medidas de seguridad son una institución con arraigo en nuestra

patria; tan cierto es lo afirmado que nuestro actual Código Penal le dedica

un título especifico para su tratamiento.

Sin perjuicio de lo anotado y con la satisfacción de ver una sensible

mejora en el tratamiento de esta institución en la doctrina nacional, debe

tenerse en cuenta los trabajos del Dr. Víctor Prado Saldarriaga de los
7

años 1993 y 2000, quien trabaja con mayor dedicación el tema materia de

investigación, subsanando algunas omisiones incurridas por otros

autores.

Respecto del último autor citado, éste afirma la naturaleza jurídica punitiva

de las medidas de seguridad, aun cuando se suele configurar en la

legislación contemporánea estas como mecanismos asistenciales o de

aseguramiento, es decir de naturaleza extra penal.

Sin embargo, ésta no es la única posición que existe al respecto en la

doctrina ni tampoco es la única interpretación posible que puede

obtenerse en la legislación contemporánea, lo cual crea una contradicción

aparente, que trataremos de explicar en el presente trabajo.

Por ello el estudio que se pretende realizar busca establecer cual es la

posición doctrinal más adecuada y cual la interpretación más correcta, a

nuestro modesto juicio, que sustenta las medidas de seguridad.

Como se ha explicado, el presente tema carece de antecedentes o

investigaciones realizadas, sin embargo, creemos que no se ha tratado

aun con la profundidad debida los diversos tópicos de las medidas de

seguridad, especialmente los vinculados a su naturaleza jurídica. Del

mismo modo, existen otros que ni siquiera son mencionados por los

autores nacionales, los mismos que intentaremos desarrollar. Finalmente,


8

debemos mencionar que como antecedente del tema la ejecutoria

suprema que constituye precedente vinculante dada por la Segunda Sala

Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia del año 2005 que

aborda algunos tópicos de las medidas de seguridad.

Formulación del problema.

¿Cuál es la naturaleza jurídica de las medidas de seguridad en el

ordenamiento penal peruano y conforme a ello qué fín le da el Estado y

qué consecuencias genera en relación a los derechos de las personas?

4. Hipótesis.

El ordenamiento penal peruano acoge la tesis de la naturaleza jurídica penal de

las medidas de seguridad, debido a que éstas consisten siempre en una

privación o restricción de bienes jurídicos que persiguen la curación, tutela y

rehabilitación; son pues un medio de control social formal con graves efectos

restrictivos en la libertad de las personas.


9

5. Metodología y Técnicas empleadas.

5.1. Métodos.

- Método científico.

- Método Hermenéutico- Interpretativo.

- Método Analítico- Comparativo.

5.2. Técnicas.

Para el acopio de datos se aplicaron:

- Fichaje: Al recolectar la información. tanto fichas de registro (bibliográficas y

hemerográficas) como de investigación (textuales, comentarios, críticas).

- Técnica documental o bibliográfica.

6. Glosa de contenidos.
10

La presente tesis consta, de conformidad con el Reglamento para la

Elaboración y Evaluación de tesis, de una parte denominada preliminares y de

otra, denominada cuerpo. En esta última, el contenido desarrollado se puede

distinguir donde consta la motivación y fundamentos, objetivos y planteamiento

del problema, hipótesis y metodología y técnicas empleadas. El segundo esta

referido al marco teórico, aspecto central de la presente investigación, dividido

en tres capítulos. Así mismo, se ha desarrollado un cuarto capítulo especial,

dedicado al tratamiento y análisis de un caso práctico.

En el primer capítulo, se hace referencia al Derecho Penal como medio formal

de control social; a los fines y funciones del Derecho Penal y finalmente al

sistema sancionador del mismo.

En el segundo capítulo del marco teórico, se analiza, cuestiona y se toma

posición, respecto al problema fundamental de nuestra investigación, esto es,

la naturaleza jurídica de las medidas de seguridad y de regulación en nuestro

ordenamiento jurídico-penal, así mismo, se aborda los temas referidos a las

consecuencias derivadas de la asunción de la tesis de la naturaleza jurídica

penal de las medidas de seguridad; su función o fines; sus diferencias y

similitudes con las penas; su evolución en el Derecho penal peruano y su

regulación en el Código Penal de 1991.

En el capítulo tercero se desarrolla los temas referidos a la medida de

seguridad de internación y el proceso de seguridad, la internación preventiva,


11

y, el internamiento previo para observación y examen, todas estas instituciones

reguladas en el Código Procesal Penal del 2004.

Al término de la presente investigación, se desarrolla un capítulo especial,

dedicado al análisis de la instrucción Nº 2014-2004, Secretario Chávez,

seguido contra Jaime Williams Leyva Cruz, por los delitos de violación sexual

de menor y actos contra el pudor en menores, en agravio de Ariana Suguey

Arévalo La Chira y Julitza Isabel Rabines Oliva, tramitado ante el Quinto

Juzgado Especializado en lo Penal. Finalmente, como cuestión final, se

mencionan las conclusiones y recomendaciones, que el tema objeto de

investigación, nos ha seguido.

7. Evaluación de los materiales.

Material bibliográfico.

-Textos de doctrina y jurisprudencia nacional.

- Textos de doctrina comparada.

- Revistas especializadas.
12

- Publicaciones diversas.

Legales.

- Constitución Política del Perú.

- Código Penal de 1924.

- Código Penal de 1991.

- Código de Procedimientos Penales.

- Código Procesal Penal de 1991.

- Código Procesal Penal del 2004.

- Legislación Comparada.
13
14

MARCO TEÓRICO

CAPÍTULO I

EL DERECHO PENAL Y LAS CONSECUENCIAS JURÍDICAS DEL DELITO

I.1. Control social.

Un concepto general y completo de control social es el que nos proporciona los

autores Cohen y Ramonet citados por Bustos Ramírez, cuando afirman que

bajo este concepto se comprenden los recursos de que dispone una sociedad

determinada para asegurarse de la conformidad de los comportamientos de

sus miembros a un conjunto de reglas y principios establecidos, así como las

formas organizadas con que la sociedad responde a sus transgresiones 1.

En nuestra sociedad se presentan formas de control social según si el órgano

que lo ejerce tiene o no como actividad principal la aplicación de dicho control,

así pueden darse el control social formal e informal. El primero ejercido por
1 BUSTOS RAMÍREZ, Juan. Obras: completas. Tomo I. Derecho Penal. Parte General. Colección de
Derecho Penal Iustitia. Director José Urquizo Olaechea. Lima: A.R.A. Editores, 2005, p. 489.
15

instancias que han sido establecidas precisamente con la finalidad de ejercer el

control social como la policía, los tribunales, el Derecho Penal, el

procedimiento penal, los establecimientos penitenciarios de manera general,

etc. El segundo, lo ejercen instituciones sociales no en forma primordial sino

como actividad complementaria, constituído por la familia, la educación, las

normas sociales, medios masivos de comunicación, la actividad política, la

actividad artística, investigación, etc.

I.2. Derecho Penal: fines y funciones.

2.1. Fines del Derecho Penal.

Los fines del Derecho Penal buscan explicar qué justifica la existencia de

este medio de control social tan violento. Entre ellos los reconocidos y

aceptados por la doctrina son los siguientes:

2.1.1. El fín de prevención de los delitos.

El Código Penal de 1991, en su artículo I del Título Preliminar,

precisa que: “Este Código tiene un objeto la prevención de delitos y

faltas como medio protector de la persona humana y de la

sociedad”. Como se puede observar, el texto legal citado positiviza

el fin de prevención de delitos del Derecho Penal, otorgándole, con

ello, gran importancia a éste.


16

2.1.2. El fín de protección frente a reacciones informales.

Por el fin de protección frente a reacciones sociales informales, se

buscan proteger a la persona que ha cometido un delito de las

diversas reacciones que pudiera tener el agraviado, sus familiares,

amigos o miembros de la sociedad; del mismo modo, se debe

actuar con la diligencia debida, para sembrar la tranquilidad en los

perjudicados por el delito.

2.1.3. El fín de reducción de la propia violencia estatal.

Silva Sánchez señala que esta misión de autocontrol, de reducción

de la medida de la propia violencia, está presidida por dos

conjuntos de principios de naturaleza diversa: por un lado, por

principios de signo utilitarista (restricción de la intervención penal, a

la medida que ésta constituye un mal, un mínimo auténticamente

necesario en términos sociales); por otro lado, por principios

axiológicos no utilitaristas, sino de garantía individual (justicia,

proporcionalidad, humanidad, etc.)2.

2 SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María. Aproximaciones al Derecho Penal Contemporáneo. Barcelona: Bosch,


1992, p. 242.
17

2.1.4. El fín de retribución.

Este fín coincide con uno de los fines asignados a la pena; en éste

sentido, el derecho penal tiene como fín la retribución, es decir que

la culpabilidad del autor debe ser compensada mediante la

imposición de un mal penal, con lo que agota todo el fín de la pena

en la retribución misma. Esto concuerda con la exposición de

motivos de nuestro Código Penal de 1991, donde se sostiene que

la pena ejercita una función retributiva.

2.2. Funciones del Derecho Penal.

Las funciones del Derecho Penal tratan de explicar los efectos empíricos

de éste en la sociedad y en el individuo que ya ha delinquido. Así

tenemos:

2.2.1. En relación con la sociedad.

2.2.1.1. Función ético-social.

Para Polaino Navarrete la función ético-social del Derecho

Penal, consiste en la defensa de los principales valores


18

éticos de la sociedad, garantizando el “mínimo ético”

imprescindible para el desarrollo de la pacífica vida social 3.

2.2.1.2. Función simbólica.

La función simbólica del Derecho Penal se tiene en cuenta,

dada la gran importancia de los signos, de los símbolos en

las comunidades humanas, así un precepto penal de

carácter simbólica tiene efectos muy significativos en las

conciencias de los ciudadanos, en cuanto al

establecimiento o restablecimiento de la confianza de la

población en el ordenamiento jurídico; un ejemplo de esta

función es el incremento de las penalidades existentes,

cuando las anteriores son ya suficientes.

2.2.1.3. Función de satisfacción de necesidades de psicología

social.

El Derecho Penal, mediante la imposición de una pena o

medida de seguridad, satisface las necesidades

psicológicas de la sociedad, la cual espera que aquellas

3 POLAINO NAVARRETE, Miguel. Derecho Penal. Modernas Bases Dogmáticas. Con la colaboración de
Miguel Polaino- Orts. Lima: Grijley, 2004, p. 235.
19

personas de conductas ilícitas, sean sancionadas por el

sistema penal.

2.2.2. En relación con el individuo que ya ha delinquido.

2.2.2.1. Función de represión.

Silva Sánchez afirma que la represión sólo es aceptable en

la medida en que no desborde el marco descrito por los

fines preventivos y garantísticos que legitiman la

intervención penal4.

2.2.2.2. Función de prevención especial “negativa”.

Esta función coincide con una de las funciones asignadas

a la pena; en este sentido, el derecho penal, tiene como

función mantener al delincuente peligroso separado de la

sociedad es decir se busca neutralizar al agente que

cometió el hecho ilícito para que en futuro no cometa

delitos.

I.3. El sistema sancionador del Derecho

Penal.

4SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María. Op. Cit.; p. 308.


20

La discusión académica del Derecho Penal gira en torno a dos grandes temas:

la teoría del delito y de las consecuencias jurídicas del mismo. En este orden

de ideas, el Derecho Penal organiza su sistema sancionador, basándose en la

pena y las medidas de seguridad.

Así la existencia de diversos sistemas parte de si, al menos teóricamente, la

pena y las medidas de seguridad son de naturaleza distinta o no. Basado en

esta problemática existen los siguientes sistemas:

Sistema monista.

Este sistema defendía la inclusión en el Derecho penal de una sola

institución punitiva, como medio de reacción contra el crimen: bien la

pena, bien las medidas de seguridad, pero no ambas.

Para los autores Cobo y Vives citados por Villa Stein, el fundamento de

esta propuesta radica en la aceptación de que las penas y las medidas de

seguridad son la misma cosa5.

Sistema dualista.

5 COBO Y VIVES, Citados por VILLA STEIN, Javier. Derecho Penal. Parte General. 2da. Edición
Aumentado y Actualizada. Lima. San Marcos, 2001, p. 516.
21

Este sistema intentaba conjugar la existencia de penas y medidas de

seguridad en el ordenamiento punitivo, como dos medios diferentes de

reacción frente al delito. Así, en este sistema, las medidas de seguridad

son acumuladas a la pena.

Sistema vicarial.

En este sistema las medidas de seguridad podrán sustituir a la pena, en

cuyo caso el tiempo de duración de las medidas será descontado al de la

pena. Por lo tanto dichas medidas serán de aplicación antes que la pena

de forma sustitutiva.

El sistema sancionador en el Código Penal Peruano de 1991.

El código Penal Peruano de 1991 consagra expresamente el sistema

vicarial, al disponer en su artículo 77º que: “cuando se necesite aplicar

una medida de internación a un imputable relativo, o a un toxicómano o

alcohólico imputable, el juez dispondrá que ella tenga lugar antes de la

pena. El período de internación se computará como tiempo de

cumplimiento de la pena sin perjuicio de que el Juez pueda dar por

extinguida la condena o reducirla atendiendo al éxito del tratamiento”.

Como se puede observar, cuando se imponen una pena y una medida de

seguridad, ambas tienen que ser privativas de libertad, de lo contrario, no

es de aplicación dicho sistema antes mencionado.


22
23

CAPÍTULO II

LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD COMO CONSECUENCIA JURÍDICA DEL

DELITO

1. Orígenes.

Las medidas de seguridad se originan a mediados del siglo XIX promovidas por la

escuela positivista como alternativa de la pena. Para la cual el castigo ya no radicaría

en la culpabilidad, sino que también radicaría en la peligrosidad social de ciertos

sujetos determinados a la realización de conductas desviadas. A estos nuevos

castigos se les denominarían medidas de seguridad que se aplicarían bien sea para

recuperar al desviado en caso de que fuera recuperable, o bien sea para neutralizarlos

definitivamente si no lo fuera.

A este respecto Hurtado Pozo precisa que las medidas de seguridad fueron reguladas

de manera sistemática por primera vez por Carl Stoos en un Proyecto legislativo.

Inspirándose parcialmente en las ideas positivas, previó en su proyecto de Código


24

Penal Suizo de 1893, a lado de las penas, las medidas de seguridad con finalidad sólo

preventivas para luchar contra la criminalidad, neutralizando o eliminando el carácter

peligroso del autor. Esta iniciativa de Stoos no constituya del todo una primicia en la

medida que existía algunos antecedentes en la ley Belga de 1891 sobre los

vagabundo peligrosos, en el Código Penal Italiano de 1889 (Código Zanardelli) o en la

ley francesa de 1885 instaurando la relegación de los multireincidentes6.

2. Concepto.

Buscar un concepto de medida de seguridad es tanto como indagar en las diversas

concepciones y sobre esta consecuencia del delito que existe.

Nos inclinamos por considerar como concepto más completo el formulado por el

profesor Prado Saldarriaga en el sentido de que las medidas de seguridad son

sanciones que se aplican judicialmente a los inimputables o imputables relativos que

han cometido un hecho punible, cuando exista el peligro potencial de que pueda

incurrir en el futuro en actos similares7.

La conceptualización precedente procura hacer comprensiva como lo exige la

extensión en las medidas de seguridad en el presente y coincidente con nuestra

legislación penal vigente.

6 HURTADO POZO, José. Manual de Derecho Penal. Parte General I.Lima: Grijley, 2005, p.43.

7 PRADO SALDARRIAGA, Víctor. Consecuencias Jurídicas del Delito en el Perú. Lima: Gaceta Jurídica,
2000, p. 155.
25

3. Naturaleza Jurídica.

La Naturaleza Jurídica de las medidas de seguridad en la doctrina.

Desde las primeras regulaciones penales en los países de la misma órbita

cultural que la nuestra, se ha regulado la institución conocida como las medidas

de seguridad al ser una de la consecuencia del delito.

Las medidas de seguridad como consecuencia jurídica del delito a llevado a la

doctrina a plantearse el problema acerca de la naturaleza jurídica, pues estando

regulado tal instituto en la legislación penal surge la pregunta acerca de su

verdadera esencia. ¿Las medidas de seguridad tienen naturaleza jurídica penal

a extra penal o, incluso, puede tener una doble naturaleza (mixta)?.

La solución de este problema, dicta mucho de ser un esfuerzo bizantino; por el

contrario, la asunción de una u otra tesis respecto de su naturaleza jurídica tiene

implicancias prácticas, pues, de la determinación de su naturaleza depende, por

ejemplo: la aplicación, la fijación de una reparación civil, la formulación de un

requerimiento fiscal, los límites de su duración, etc., de las medidas de seguridad

como consecuencia jurídica del delito.


26

Así mismo, de la determinación de su naturaleza jurídica depende la finalidad y

presupuestos para su existencia.

En este orden de ideas analizaremos cuales son los argumentos de una y otra

tesis, estudiados por la doctrina penal, tanto nacional como extranjera y

finalmente, dejaremos sentada nuestra posición respecto al presente tema.

3.1.1. La tesis de la naturaleza jurídica penal.

Esta tesis cuenta con la mayoría de adeptos en la doctrina, tanto en el

ámbito nacional8 como internacional9. Los principales argumentos que la

sustentan son:

8 Seguidores de esta tesis, en nuestra patria, PRADO SALDARRIAGA, Víctor. Consecuencias Jurídicas del
Delito en el Perú. Lima: Gaceta Jurídica, 2000, p. 156. ; MOMETHIANO SANTIAGO Javier Ysrael.
Código Penal Exegético. Lima: San Marcos, 2003. p. 255.; CERNA SALAZAR, Daniel Ernesto. El
Sistema Vicarial de Regulación de Penas y Medidas de Seguridad en el Derecho Penal Peruano. ¿Aplicable
en la realidad … o simple ilusión?. En: Revista Jurídica del Colegio de Abogados de La Libertad. Trujillo:
Industria Gráfica La Libertad, 2006, p. 94.
9 En Colombia, VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. Derecho Penal. Parte General. 3º edición. Santa
Fe Bogotá: Temis, 1997, pp. 127-129; REYES ECHANDÍA, Alfonso. Imputabilidad. Reimpresión de la
quinta Edición. Bogotá: Temis, 2004, pp. 73 - 74.
En Chile, CURY URZÚA, Enrique. Derecho Penal. Parte General. Tomo I. Segunda Edición. Santiago de
Chile: Editorial Jurídica de Chile, 1991, p. 85.
En Italia, ANTOLISEI, Francesco. Manual de Derecho Penal. Parte General. Trad. del italiano por Juan del
Rosal y Ángel Torío. Buenos Aires: UTEHA, 1988, p. 558.; NUVOLONE, citado por BUSTOS
RAMÍREZ, Juan. Obras Completas. Tomo I. Derecho Penal. Parte General. Colección de Derecho Penal
Iustitia. Director José Urquizo Olaechea. Lima: ARA Editores, 2005. p. 244.
En España, BORJA JIMÉNEZ, Emiliano. “La Naturaleza Jurídica de las medidas de seguridad en el
Derecho Español”. En Estudios Penales. Libro homenaje al profesor Luis Alberto Bramont Arias. Lima:
San Marcos, 2003, pp. 27-28.; MORILLAS CUEVA, Lorenzo. “Las medidas de seguridad”. En: PRADO
SALDARRIAGA, Víctor. Derecho Penal. Parte General (Materiales de Enseñanza de la U.N.M.S.M.).
Lima: Grijley, 1995, p. 735.; BUSTOS RAMÍREZ, Juan. Obras Completas. Tomo I. Derecho Penal. Parte
General. Colección de Derecho Penal Iustitia. Director José Urquizo Olaechea. Lima: ARA Editores, 2005,
p. 250.; CEREZO MIR, Citado por PEÑA CABRERA, FREYRE, Alonso Raúl. Derecho Penal Peruano.
Parte General. Teoría de la Pena y las Consecuencias Jurídicas del Delito. Tomo II. Lima: Rodhas, 2004, p.
298.; OLESA MUÑIDO, citado por CALDERÓN CADAVID, Leonel. La Imputabilidad en el Derecho
Penal y en el Procedimiento. Colombia: TEMIS, 1998, p. 95.
27

a) Las medidas de seguridad forma parte del Derecho penal en

cuento se prevé y disciplinan por el código penal, siendo

consecuencia jurídica de hechos prohibidos por la ley penal. Los

seguidores de esta tesis hábilmente argumentan que no hay otro

cuerpo normativo que regule esta institución que, por sí, es

eminentemente penal.

b) Las medidas de seguridad aparecen incluso integradas

dentro de la definición de derecho Penal10. Lo cual no haría más que

agregar un elemento adicional a favor de la naturaleza jurídica penal

de las medidas de seguridad.

c) Las medidas de seguridad no tiene, diferencias estructurales

con las penas. Ambos implican un mal para el sujeto, una afectación

en sus derechos, es más, las similitudes que guardan con las penas

son de una entidad tal, que en la práctica terminan confundiéndose o

se tornan todavía más aflictivas.

d) Las medidas de seguridad al igual que las penas consisten

siempre en una privación o restricción de bienes jurídicos 11. Este

argumento se funda en el hecho de que son pues, un medio de

10 En este sentido, MORILLAS CUEVA, Lorenzo. Op. Cit.; p.735.

11 En este sentido, PRADO SALDARRIAGA, Víctor. Op. Cit.; p.156.


28

control social formal con graves efectos restrictivos en la libertad de

las personas a quienes se les aplica.

e) Las medidas de seguridad son medios de lucha contra el

delito por lo que deben incluirse en el derecho penal ya que estas

junto con las penas son consecuencias jurídicas del delito, lo cual

confirma la naturaleza penal de esta institución12.

f)Las medidas de seguridad, desde su aparición surgieron dentro del

derecho penal como una propuesta adicional para buscar una

solución al incesante aumento de la delincuencia. En este sentido, si

surgieron de él (Derecho Penal), deben encontrase y permanecer,

también dentro de este.

g) Las medidas de seguridad tiene como finalidad prevenir

atentado a bienes jurídicos penalmente tutelados, y si tienen como

presupuesto legal una conducta penalmente típica y antijurídica

¿Cómo negar que ellas son de carácter penal?.

3.1.2. La Tesis de la naturaleza jurídica extra penal.

12Cfr. MOMETHIANO SANTIAGO, Javier Ysrael. Op. Cit.; p.255.


29

Un sector de la doctrina13 considera que las medidas de seguridad tienen

una naturaleza jurídica extra penal o fuera del derecho penal.

Sustentando su posición en los siguientes argumentos:

a) Las medidas de seguridad no son un instituto de derecho

penal sino de derecho administrativo y están previstas por la forma en

el código penal solamente por razones de conexión y garantía.

b) Las medidas de seguridad tienen una naturaleza

eminentemente asistencial, para lo cual se pretende conseguir

mediante la aplicación de un tratamiento asistencial adecuado a la

personalidad el autor del injusto típico en cuestión. No obstante no a

dejado de cuestionarse doctrinalmente la naturaleza de las medidas

de seguridad y aduciéndose que, en favor de su definitiva

13Partidarios de esta tesis son entre otras, en Argentina, ZAFFARONI, Eugenio Raúl. Tratado de Derecho
Penal. Parte General. Tomo I. Buenos Aires: EDIAR, 1998, p. 102. y ss.

En Italia, MANZINI, Vicenzo. Tratado de Derecho Penal. Primera parte. Teorías Generales. Volumen IV.
Traducción de Santiago Sentis Melendo. Notas de Derecho Argentino por Ricardo Núñez y Ernesto R.
Gavier. Buenos Aires: EDIAR, 1979, p. 262.

En España, POLAINO NAVARRETE, Miguel. Derecho Penal. Modernas Bases Dogmáticas. Con la
colaboración de Miguel Polaino - Orts. Lima: Grijley, 2004, p. 191.; Parcialmente de acuerdo con esta tesis,
RODRÍGUEZ DEVESA, José María; SERRANO GÓMEZ, Alfonso. Derecho Penal Español. Parte General.
Décima octava edición. Madrid: DYKINSON, 1995, p. 987.

En Alemania, JESCHECK, Hans- Heinrich. WEINGEND, Thomás. Tratado de Derecho Penal. Parte General.
Traducción de Miguel Olmedo Cardenete. 5º edición, renovada y ampliada. Granada: CONARES, 2002, p.
865. y ss.
30

erradicación del Derecho Penal y de su inserción en otros sectores

del Ordenamiento Jurídico (esencialmente el Derecho de Policía)14.

c) Las medidas de seguridad dirigidas a los imputables, a

quienes les falta entonces tal capacidad deben quedar fuera del

derecho penal como medidas asistenciales administrativas.

3.1.3. La Tesis de la naturaleza jurídica mixta.

Por último, en la doctrina existe una tercera posición acerca de las

medidas de seguridad. Esta posición15 denominada ecléctica o mixta no

ofrece realmente, ningún aporte o sostiene alguna tesis consistente

simplemente, argumentan que las medidas de seguridad tiene una doble

naturaleza: penal-administrativa(o extra penal). Desde que no existe

diferencia alguna entre las penas y las medidas de seguridad, siendo una

y otras medios de defensa contra el delito es natural que coparticipen del

origen de la protestad judicial penal y la ejecución en el terreno

administrativo16.

3.1.4. Toma de posición.

14 POLAINO NAVARRETE, Miguel, Op. Cit.; p. 191.


15A nuestro entender, se ubica dentro de esta tercera tesis, en la doctrina comparada, BERNARDI, Humberto
P. .J. ; PESSAGNO, Rodolfo G.. Temas de Penología y de Ciencia Penitenciaria. Buenos Aires: Perrot,
1952, p. 31.
16BERNARDI, Humberto. P. J. PESSAGNO, Rodolfo G.. Op. Cit.; p. 30.
31

Una vez anunciada las diferentes tesis que buscan explicar la naturaleza

jurídica de las medidas de seguridad corresponde asumir posición por

algunas de ella. En este sentido, a nuestro juicio, la posición correcta a

cerca de la naturaleza jurídica de las medidas de seguridad, es la

que afirma la naturaleza penal o punitiva de dicha institución. Los

argumentos expuestos a favor de la naturaleza jurídica extra penal, no

terminan por convencer y, la mayoría de los casos resultan incorrectos.

Así pues, a continuación, se demostrará la inconsistencia de los

fundamentos que sustenta la tesis de la naturaleza jurídica extra penal de

las medidas de seguridad.

Como se recordará al exponer los argumento de cada posición el primer

fundamento de esta línea doctrinal radicaba en que las medidas de

seguridad pertenecería al Derecho Administrativo, y éstas serían

reguladas por la forma en el Código Penal. Este argumento debe

rechazarse, ya que la aplicación de esta institución no puede

considerarse como ejercicio de la actividad administrativa porque esta se

encuentra encomendado a la autoridad judicial penal17 y debido también

que la rigidez punitiva de la forma de dicha institución condiciona la

materia o su contenido sustantivo; respecto a las razones de garantía no

se trata de una mera garantía jurisdiccional, sino de una típica del

proceso penal ya que nos encontramos ante todo un orden de

providencias completamente sustraídas de la administración.

17ANTOLISEI, Francesco. Op. Cit.; p. 557.


32

El segundo argumento de la tesis de la naturaleza jurídica extra penal de

las medidas de seguridad consistiría en erradicarlas del derecho penal a

pesar de que algunas sostienen su naturaleza asistencial, para

insertarlas en otros sectores del ordenamiento jurídico. Este argumento

es definitivamente, un yerro de sus defensores. Como la precisa la

doctrina esta inconsecuencia tiene sus base en el hecho de tratar de

mantener radicalmente el principio de culpabilidad, nos solamente como

garantía, sino como principio básico del Derecho Penal moderno18. Así

pues, dicha institución constituye una excepción del principio de

culpabilidad, y la peligrosidad criminal del autor (como fundamento de las

medidas) hace las veces de la culpabilidad (fundamento de la pena). Con

esto queda refutado el argumento antes mencionado.

El tercer argumento de la tesis extra penal de la naturaleza jurídica de las

medidas de seguridad se refiere a que estas por estar dirigidas a

inimputables deberían quedar fuera del derecho penal, como medidas

asistenciales administrativas. El problema con el cual topa éste

planteamiento es el de excluir determinadas medidas de seguridad al

derecho penal y considerarlas simplemente de naturaleza

administrativa19. En este punto se pasa por alto que la base de ellas

reside en la comisión de un injusto y que, por tanto, tienen que ser

sometida a todas las garantías que establece el derecho penal al

respecto más aun si conforme a su estructura como han recalcado en

18BUSTOS RAMÍREZ, Juan. Op. Cit.; p. 248.


19Ibídem.
33

general los autores de la posición dominante no hay entre ellas y la pena

ninguna diferencia.

De esta manera se ha refutado uno por uno los argumentos que

sustentan la tesis de la naturaleza jurídica extra penal de las medidas de

seguridad.

Finalmente. Debemos incluir el análisis doctrinario de la naturaleza

jurídica de las medidas de seguridad, reafirmando nuestra posición a

favor de la tesis de la naturaleza jurídica penal o punitiva de ésta, por

todos los argumentos anteriormente expuestos.

La naturaleza jurídica de las medidas de seguridad en el ordenamiento penal

peruano.

3.2.1El esfuerzo interpretativo.

A nuestro entender lo que resulta de gran importancia, especialmente,

para el buen desarrollo de la función jurisdiccional y la correcta

administración de justicia, en beneficio de todos los miembros de nuestra

sociedad, es averiguar sobre ¿qué podemos entender o cuál es la

interpretación correcta de los artículos dedicados por nuestro

ordenamiento penal peruano a la institución que analizamos. Esta última


34

interrogante se tratará de responder utilizando los métodos de

interpretación jurídica, recurriendo a la doctrina y citando la jurisprudencia

que sean pertinentes al tema.

3.2.1.1 La realidad normativa.

Demostraremos en la siguientes líneas, realizando una

interpretación sistemática y teleológica, de los artículos

dedicados por nuestro ordenamiento penal al tratamiento de

las medidas de seguridad, concordándolos con los artículos

pertinentes del Código Penal y pudiendo concluir que nuestro

ordenamiento jurídico – penal acoge la tesis de la

naturaleza jurídica penal de las medidas de seguridad.

A esta conclusión llegamos en virtud de los siguientes

argumentos:

a. La inclusión en el ámbito penal ¿de las medidas de

seguridad post delictuales, se debe a que a ellas se

aplican las garantías individuales propias al derecho

penal20, tales como son: el principio de legalidad penal

(artículo II); el principio de prohibición de analogía

(artículo III), el principio de jurisdiccionalidad penal


20BUSTOS RAMÍREZ, Juan. Op. Cit.; p. 254.
35

(artículo V), el principio de proporcionalidad de las

sanciones penales (artículo VIII), y el principio de los

fines de las sanciones penales, todos estos regulados en

el título preliminar del código penal.

Este argumento resulta fundamental para establecer que,

definitivamente, nuestro ordenamiento penal acoge la

tesis de la naturaleza jurídica penal de las medidas de

seguridad.

b. La naturaleza judicial penal de las medidas se

seguridad fundamenta en que ellas forman parte del

derecho penal, debido a que están disciplinadas en el

código penal, destinándole todo un título (título IV), se

regula así sus clases (articulo 71° C.P.), sus

presupuestos para su aplicación (artículo 72° C.P.), su

principio de proporcionalidad (artículo 71° C.P.), la

internación (artículo 74° C.P.), la duración de ésta última

(artículo 75° C.P.), el tratamiento ambulatorio (artículo 76°

C.P.) y el sistema vicarial (artículo 77° C.P.), establece

que las rigidez punitiva de la forma en que esta regulada

dicha institución condiciona la materia o su contenido

sustantivo, es decir reafirma su naturaleza jurídica penal

de las mismas.
36

c. El artículo 71° del código penal al establecer que “las

medidas de seguridad que establece este código son: 1.

Intención y 2. Tratamiento.” ambulatorio, determina que

sus clases según el bien jurídico atentado son: privativas

y restrictivas de la libertad; es decir adoptan la misma

clasificación de las penas establecidas en el artículo 28°

del código penal, debido a que dichas medidas consisten

siempre en una privación o restricción de bienes

jurídicos21 propios del derecho penal.

Así mismo, nuestra jurisprudencia ha aceptado este

planteamiento. Así la ejecutoria suprema de carácter

vinculante derivada del expediente N° 104-2005-

Ayacucho, establece que “las medida de internación

es privativa de libertad (....) por tanto la internación “es

una medida de seguridad que conlleva graves

efectos restrictivos en la libertad de las personas”.

El argumento que acabamos de mencionar

fundamenta, aún más la naturaleza jurídica penal de

las medidas de seguridad.

21PRADO SALDARRIAGA, Víctor Op. Cit.; p. 156.


37

d. El artículo 77° del código penal al optar por el sistema

vicarial y al establecer que “el período de internación se

computará como tiempo de cumplimiento de la pena”,

confirma que las medidas de seguridad y las penas

tienen la misma naturaleza jurídica penal, dando como

resultado que las diferencias entre ambas prácticamente

desaparezcan, de lo contrario no se podría descontar

pena por medidas de seguridad cumplida.

e. La imposibilidad de tramitar las medidas de seguridad

en otra vía, distinta a la penal. La norma referente a este

tema es el artículo 399° del código procesal penal del

2004 vigente que prescribe:

“1. La sentencia condenatoria fijará, con precisión, las

penas o medidas de seguridad que correspondan y,....

las obligaciones que deberá cumplir al condenado 2. En

las penas o medidas de seguridad se fijará

provisionalmente la fecha en que la condena finaliza,

descontando los períodos de detención o prisión

preventiva cumplidas por el condenado”. Después de

analizar dicho precepto llegamos a la conclusión de que

la legislación procesal penal vigente obliga al juez a fijar

las medidas de seguridad, claro esta siempre que se den

los presupuestos para su aplicación. Es así que esta


38

norma reconoce la condición sancionadora de las

medidas de seguridad, sobre todo de las que, como la

internación, son privativas de, libertad. Se trata pues de

un fallo de condena en el sentido procesal del concepto

donde se ha acreditado el prepuesto fáctico que

relaciona a la imputación con la conducta realizada por el

imputado. La condición de inimputable no cancela la

presunción de inocencia, por lo que la aplicación de una

medida de internación tiene por presupuesto procesal la

destrucción de esta presunción22. Además como

podemos apreciar, el tratamiento que se le da a las

penas respecto a estos puntos son las mismas que se le

dan a las medidas de seguridad, equiparándolas una con

otras.

f. En el moderno derecho penal, a la pena se ha

añadido, como consecuencia jurídica de los delitos, de

naturaleza específicamente penal las denominadas

medidas de seguridad.

Del mismo modo, la jurisprudencia nacional, de forma

adecuada ha aceptado este planteamiento. Así la

ejecutoria derivada del expediente N° 4749-99-Lima,

22PRADO SALDARRIAGA, Víctor “El Proceso de Seguridad en el Código Procesal Penal del 2004”. En:
GUTIERREZ CAMACHO, Walter (Dir.). Actualidad Jurídica. Lima: Gaceta Jurídica. Tomo 156,
Noviembre, 2006, p 123.
39

establece: “Las medidas de seguridad constituyen una

de las dos posibles vías de reacción del ordenamiento

jurídico penal contra los hecho antijurídicos, el otro es la

pena ...”.

g. La existencia de un proceso especial denominado

proceso de seguridad, en el código procesal penal del

2004 vigente. El hecho que nuestra legislación procesal

penal, prevea la existencia de un proceso especial,

denominado proceso de seguridad, según entendemos,

es un argumento categórico para afirmar que nuestro

ordenamiento penal respalda la naturaleza jurídica penal

de las medidas de seguridad. Esta especie de proceso se

encuentra ubicado en la sección III, del libro quinto de los

procesos especiales del cuerpo normativo antes

mencionado, que contiene al artículo 456º referente a su

instauración, al artículo 457° referente a sus reglas

especiales y al artículo 458° sobre su transformación a

proceso común y advertencia. Además cabe mencionar

que es de aplicación la institución denominada

internación preventiva ubicada en el Título V, de la

Sección III de las Medidas de Coerción Procesal, del libro

segundo de actividad procesal del mismo cuerpo

normativo, que contiene al artículo 293°, referente a sus


40

presupuestos y el artículo 294°, sobre el internamiento

previo para su observación y examen.

h. La naturaleza jurídica penal de las medidas de

seguridad se fundamenta también en la aplicación del

principio de retroactividad cuando favorece a reo o es

benigna imponible a las medidas de seguridad.

Este principio es uno de los pilares de un sistema de

derecho penal propio de un estado social y democrático;

esto es debido a que las medidas de seguridad también

están sometidas al principio de legalidad, y que además

equivalen a penas. De manera que si de varias leyes se

concluye que alguna mejora, empeora o mantiene la

situación de los inimputables sometidos a medidas, el

juez debe acudir a la que más favorezca la vida de

recluso23.

i. El artículo 73° del Código penal al establecer el

principio de proporcionalidad de las medidas de

seguridad, concordado con el artículo 75° del mismo

texto legal que prescribe “la duración de la medida de

internación no podrá exceder el tiempo de duración de

23En este sentido PÉREZ PINZÓN. citado por VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Derecho Penal .
Parte General . Lima: Grijley, 2006, p 171.
41

la pena privativa de libertad que hubiera correspondido

aplicarse por el delito cometido”, reafirma la naturaleza

jurídica penal de las medidas de seguridad; debido a que

la exigencia de proporcionalidad es un limite necesario a

toda sanción, sea pena o medida de seguridad, por lo

tanto la duración de la medida de internación no debe ser

indeterminada. La sentencia que la impone tiene que

precisar expresamente cuál es la extensión temporal.

Con todos los argumentos acabados de mencionar se ha

demostrado, en forma categórica, que el ordenamiento

penal peruano acoge la naturaleza jurídica penal de las

medidas de seguridad.

Consecuencias derivadas de la asunción de la tesis de la naturaleza jurídica

penal de las medidas de seguridad.

El asumir posición por la naturaleza jurídica penal de las medidas de

seguridad implica, igualmente, comentar las consecuencias que se

derivan de tal naturaleza. Sin embargo, debemos indicar, ante todo, que

muchas de ellas ya han sido mencionadas y tratadas a lo largo del

presente trabajo, por lo cual en ese caso, nos limitaremos a realizar sólo

una breve referencia y de algún aspecto todavía no tratado. Realizada

esta advertencia, procedemos a señalar que las principales


42

consecuencias derivadas de la naturaleza jurídica penal de las medidas

de seguridad son:

a. La aplicación de las medidas de seguridad debe verse rodeada de las

mismas garantías que rigen para las penas, las cuales están previstas en

los capítulos II, III, V, VIII, IX al título preliminar del código penal. “Pues es

definitiva y se trata también de una intervención coactiva y limitadora de los

derechos individuales. En tal sentido son aplicables todas las exigencias

derivadas del principio de legalidad”24.

Así se pronuncia también nuestra jurisprudencia. Por citar un ejemplo, la

ejecutoria derivada del expediente Nº 5634-97-Cuzco establece que: “El

código penal vigente, en su título preliminar, enarbola un conjunto de

principios garantistas, entre los que destaca el de legalidad, por el cual,

nadie será sancionado por un acto u omisión no previsto como delito o falta

por la ley vigente al momento de su comisión, ni sometido a pena o

medida de seguridad que no se encuentra en ella”.

a. La aplicación del sistema vicarial en el cual el tiempo de cumplimiento de la

medida de seguridad se descontará al de la pena impuesta. Esta

característica de dicho sistema, es debido a que tanto la medida de

seguridad como la pena, tienen la misma naturaleza jurídico penal. Éste

24CERNA SALAZAR, Daniel Ernesto. Op. Cit.; p. 108.


43

sistema se encuentra desarrollado en el artículo 77° 25 del código penal y de

la lectura del mismo se aprecia que se hace mas difícil establecer una

distinción nítida entre pena y medida26.

b. La sentencia condenatoria donde se fije las medidas de seguridad decidirá

también sobre la reparación civil, a fin de que no se frustre ilegalmente el

derecho indemnizatorio de la víctima. Ya se ha precisado que esto se ha

reconocido la condición de sanción de las medidas de seguridad,

confirmando así su naturaleza jurídica penal, así se regula el contenido de

la sentencia condenatoria y su correspondiente reparación civil en el

artículo 399° inciso 1 y 3 del código procesal penal del 2004 vigente.

Cabe precisar que la reparación civil se fija en la sentencia condenatoria

cuando del hecho previsto como delito realizado por el agente, se

produzcan daños y perjuicios así mismo es necesario que el agraviado se

constituya en actor civil en el proceso penal conforme al artículo 98° del

código procesal penal del 2004.

c. El Ministerio Público formulará su requerimiento de imposición de medidas

de seguridad, precisando su extensión temporal. Las medidas de

seguridad, debido a su naturaleza jurídica penal, al ser consideradas

25Articulo 77°. Cuando se necesita aplicar una medida de internación a un imputable relativo o a un
toxicómano o alcohólico imputable, el juez, dispondrá que ella tenga lugar antes de la pena.
El período de internación se computará como tiempo de cumplimiento de la pena sin perjuicio que el juez
pueda dar por extinguida la condena o reducir su duración atendiendo al éxito del tratamiento.
26Así LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Derecho penal. Parte general. Tomo III. Con anotaciones y
referencial al Derecho Penal Peruano por Luis Miguel Reyna Alfaro. Lima: Gaceta Jurídica, 2004, p. 72.
44

sanciones al igual que las penas, pueden también ser sometidas a estos

requerimientos, claro esta siempre y cuando se considere que se ha

cumplido los presupuestos para su aplicación, así se tendrá en cuenta lo

dispuesto por la acusación fiscal con la indicación precisa de la medida de

seguridad que solicita, esto conforme lo establece el artículo 456° inc. 1 del

código procesal penal del 2004 vigente.

d. No habría diferencia sustancial entre penas y medidas de seguridad, debido

a que éstas al igual que las penas consisten siempre en una privación o

restricción de bienes jurídicos. Dichas medidas en su aplicación conllevan

graves efectos restrictivos en la libertad de las personas. Este

planteamiento, la jurisprudencia nacional lo admite, como ya se ha

precisado anteriormente.

e. La imposición de una medida de seguridad debe establecer el límite

cuantitativo de su duración. Ya que estas medidas se rigen por el principio

de proporcionalidad establecido en el artículo 73° del código penal, siendo

así ellas no deben convertirse en una sanción intemporal, otra forma en

que se exprese este principio es estableciendo límites de los cuales no

podría excederse la duración de las mismas, como en el caso de la

internación y según el artículo 75° del mismo texto legal, a fin de evitar que

se adjudique un plazo excesivo de duración que no sería compatible con el

requerido por el tratamiento para el control del estado peligroso del

inimputable27.

27PRADO SALDARRIAGA, Víctor. Op. Cit.; p. 123.


45

4. Fundamento.

En este punto se trata de responder a la pregunta ¿por qué o en base a qué se

aplican las medidas de seguridad?.

Para Welzel el fundamento jurídico de las medidas de seguridad y corrección es la

peligrosidad criminal de autor manifiesta en la perpetración de delitos 28. En éste mismo

sentido coincide Polaino Navarrete quien precisa que puede conceptuarse el juicio de

peligrosidad criminal del sujeto como la elevada probabilidad de realización de nuevos

delitos en el futuro29.

Quintero Olivares y Morales Prats afirman que esta peligrosidad implica,

evidentemente, un juicio de prognosis, que como tal requiere la expresa valoración por

parte del tribunal sentenciador, por lo tanto sería técnicamente posible que la comisión

de un delito por un inimputable permanente o temporal no revele peligrosidad, sino

que esa comisión sea sólo un primer e importante dado a considerar 30. En esta misma

línea Vives Antón sostiene que ése pronóstico habrá de llevarse a cabo con los

auxilios técnicos necesarios; pero en última instancia, queda librado a la apreciación

del Juez31.
28WELZEL, Hans. Derecho Penal Alemán. Parte General. Traducido del alemán por los profesores Juan
Bustos Ramírez y Sergio Yánez Pérez. 11 edición. Chile: Editorial jurídica de Chile, 1993, p. 18.
29POLAINO NAVARRETE, Miguel. Op. Cit.; p. 185.
30QUINTERO OLIVARES, Gonzalo. (Dir.) Comentarios al Nuevo Código Penal. Navarra: ARANZADI,
1996, p. 60.
31 VIVES ANTÓN, Tomás, S. (Coord.) Comentarios al Código Penal de 1995. Valencia: Tirant lo Blanch,
1996, p. 62.
46

5. Justificación.

En este punto se trata de responder a la pregunta acerca de la de la razón por la que

se imponen las medidas de seguridad.

Stratenwerth señala que según la concepción hoy dominante, la medida de seguridad

jurídica penal sólo puede quedar justificada si la requiere un interés público

preponderante32.

De este planeamiento se puede sacar provechosas enseñanzas, como es para este

autor el acogerse a la teoría legitimadora o justificadora de la imposición de las

medidas de seguridad, ya que éstas no pugnan con el estado de derecho.

6. Función o Fines.

Se ha podido notar que sobre éste punto los autores han empleado estos términos

como sinónimos, es por eso que se ha decidido tratarlos de manera conjunta; por

motivos didácticos.

32STRATENWERTH, Günter. Derecho Penal Parte General. El hecho punible. Traducción de Manuel
Cancio Melia y Marcelo A. Sancinetti. 4a Edición reelaborada. Buenos Aires: HAMURABI, 2005, p. 53.
47

Precisa Velásquez Velásquez que en materia de medidas de seguridad poco se

discute el carácter de prevención especial como función.33

Como apreciamos de este autor colombiano, él prefiere referirse al término “función” y

no fines, y sin embargo en esta misma línea Roxín señala que el fin de las medidas de

seguridad, es por tanto de tipo preventivo. Dentro del mismo, su categoría primaria es

en todo caso preventivo especial porque, con la ayuda de medida de seguridad, se

trata de evitar futuros actos delictivos del afectado por ella34.

De esta manera el jurista alemán antes citado cree conveniente referirse al termino

“fín” y no función, pero si sabemos que ambos coinciden en la prevención especial,

resulta idónea tomarlos como términos similares para no caer en confusiones.

Así se comienza ha abrirse paso el planteamiento según el cual estas medidas de

seguridad tendrían un fin o función genérica, la prevención especial y otras especificas

que para Fernández Carrasquilla sería la curación, tutela y rehabilitación35

7. Diferencias y similitudes entre las penas y medidas de seguridad.

33VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. Manual de Derecho Penal. Parte General. Segunda edición.
Bogota: Temis, 2004, p. 122.
34ROXIN, Claus. Derecho Penal. Parte General. Traducción de la 2º Edición alemana por Diego Miguel
Luzón Peña, Miguel Díaz y García Conlledo y Javier Vicente Remezal. Madrid: Civitas, 1997, p. 104.
35FERNÁNDEZ CARRASQUILLA, Juan. Derecho Penal Fundamental. Teoría General del Delito y
Punibilidad. Vol II. Tercera impresión de la segunda edición. Colombia: Temis, 1998, 104.
48

Hay intentos en la doctrina, por señalar diferencias teóricas entre las penas y las

medidas de seguridad, sin embargo somos de la idea que estas resultan siempre

vanas; así entre las diferencias que existirían entre una y otra, tenemos que:

a. Las penas se aplican únicamente a los imputables, mientras que las medidas de

seguridad se aplican a los inimputables absolutos.

b. Silva Sánchez señala que las penas efectivamente impuesta son castigos que

tiene un fin preventivo general de confirmación de la seriedad de la amenaza

contenida en las conminaciones penales abstractas. En cambio, por lo que hace las

medidas de seguridad, si bien es cierto que “fácticamente” pueden tener, en la

percepción del sujeto, un contenido aflictivo para el mismo, también lo es que -

conceptualmente - las mismas no son un “castigo” por el delito cometido, sino una

consecuencia jurídica preventiva – especial frente a la peligrosidad manifestada por

el sujeto en un delito”36.

c. Las penas se basan en la culpabilidad y se fundamentan en la prevención general

positiva o por el contrario, las medidas de seguridad se basan en la peligrosidad y su

propósito, y se fundamentan principalmente en la prevención especial, aunque

también producen efectos de prevención general positiva.

36SILVA SÁNCHEZ, Jesús Maria. “La Regulación de las Medidas de Seguridad (Artículo 6º). En: El Nuevo
Código Penal: Cinco Cuestiones Fundamentales. Barcelona: Bosch, 1997, p. 27-28.
49

d. Las penas impuestas al condenado debe cumplirse en un establecimiento

penitenciario mientras que en las medidas de seguridad el sujeto debe cumplirlas en

un establecimiento especial.

En cuento a las similitudes que existen entre las penas y las medidas de seguridad

tenemos que:

a. Las penas y las medidas de seguridad son formas de sanción penal.

a. Para Luzón Peña al igual que las penas las medidas de seguridad prevista por

la norma penal sólo pueden imponerse en un proceso por el juez penal37; debe

esta manera el jurista español nos da a entender que las penas y las medidas de

seguridad gozan del mismo régimen de garantías individuales y que ambas

instituciones están reguladas en el Código Penal.

b. Las penas y las medidas de seguridad son medios de lucha contra el delito.

c. Las penas y las medidas de seguridad son aflictivas ya que privan de la

libertad a las personas.

8. La evolución de la medida de seguridad en el derecho penal peruano.

37LUZÓN PEÑA, Diego- Manuel. Curso de Derecho Penal. Parte General. Tomo I. Madrid: Universitas,
1996, p. 56.
50

Las medidas de seguridad fueron introducidas en el Código Penal de 1924, siguiendo

el modelo de los proyectos del Código Penal Suizo. Posteriormente durante los

trabajos de reforma se dieron varios proyectos tales como: el proyecto de setiembre

de 1984, que en su artículo 103º se preveía que las medidas de seguridad son

curativas, de vigilancia y de internación; el proyecto de octubre del mismo año que en

su artículo 73° se suprimen las medidas de vigilancia; en todos los demás proyectos

(proyecto de 1985, artículo 77°; proyecto 1986, artículo 76º; proyecto de 1990, artículo

75° y proyecto 1991, artículo 71°)se prevén como en el texto vigente, sólo las medidas

de internación para inimputables (articulo 71°, 74°) y tratamiento ambulatorio para

imputables relativos (articulo 71° 76º).

En el texto definitivo del Código Penal de 1991 vigente, dictado mediante decreto

legislativo por el poder ejecutivo, no sólo conserva la existencia de las medidas de

seguridad, sino que tal como lo señala su exposición de motivos referente a este

tópico que el Código Penal de 1924 incluyo un amplio catálogo de medidas de

seguridad no obstante esta previsión, las limitaciones económicas del estado frenaron

toda posibilidad de que fueran realmente aplicadas. La comisión revisora, consciente

de esta negativa experiencia, ha buscado conciliar la aplicación de estas medidas con

las inmediatas posibilidades materiales del estado. En este sentido, solo se prevén

dos clases de medidas de seguridad: la internación y el tratamiento ambulatorio

(articulo 71°)38. Además se introduce un nuevo articulo 77°, en el que se prevee una

38CARO CORIA, Dino Carlos. Código Penal. Actuales Tendencias Jurisprudenciales de la Práctica Penal.
Lima: Gaceta Jurídica, 2002, p. 35.
51

medida de internación para imputables relativos o imputables toxicómanos o

alcohólicos, que se aplicará antes de la pena.

Finalmente en el anteproyecto de ley del código penal del 2004, en el que se refiere a

las medidas de seguridad, en su artículo I del título preliminar precisa que estos tienen

por objeto la rehabilitación los resaltante es la propuesta de la posibilidad de

sustitución de la internación por el tratamiento ambulatorio u otras reglas que

neutralicen la posibilidad del interno de cometer acciones delictivas (artículo 77°).

9. Las medidas de seguridad en el Código Penal de 1991.

9.1 La fuente legal.

La regulación referida a las medidas de seguridad que contiene el

código penal actual proviene de fuentes legales extranjeras.

Así el profesor Prado Saldarriaga señala que en primer lugar, las disposiciones

que aluden a su rol funcional en el artículo IX del título preliminar tiene como

modelo al código penal colombiano de 1980 (Cfr. 12°). El artículo 5º del nuevo

código colombiano del 2000 se refiere a las funciones de las medidas de

seguridad. Luego, las normas que tratan de las clases de medidas de

seguridad aplicables, responden a la influencia del Código Penal brasileño de

1984 (Cfr. Art. 96º a 98). Finalmente, las reglas que regulan la aplicación de las
52

medidas deben su redacción a las previsiones similares que para ello incluyó el

anteproyecto de código penal español de 1983 (Cfr. 87° a 89°)39.

Como podemos apreciar esta fusión de tres fuentes legales como los son la

colombiana, la brasileña y española, ha detenerse en consideración para

interpretar las normas referentes a las medidas de seguridad de nuestro penal

actual.

9.2 Requisitos comunes de aplicación.

De acuerdo a lo preceptuado en el artículo 72° del código penal, las

medidas de seguridad tienen que tener como requisitos los siguientes:

a. Que el agente haya realizado un hecho previsto como delito; es decir como

lo aclara García Albero al señalar que por hecho previsto como delito no

hasta entender la realización objetiva de una conducta abstractamente

prevista en el correspondiente precepto penal, sino que cabe exigir la

realización de un hecho típico, objetivo y subjetivamente, además de

antijurídico40.

Cabe mencionar tal como lo indica Lamo Rubio respecto que de este

requisito que de una parte, se acogen tan sólo las medidas denominadas

39PRADO SALDARRIAGA, Víctor. Op. Cit.; p. 163.


40GARCÍA ALBERO, Ramón. En: QUINTERO OLIVARES, Gonzalo (Dir.). Op. Cit.; p. 512.
53

post delictuales, y de otra, se excluyen su imposición cuando el hecho sea

constituido de falta41.

b. Que del hecho y de la personalidad del agente pueda deducirse un

pronóstico de comportamiento futuro que revele una elevada probabilidad

de comisión de nuevos delitos; sobre este tópico la jurisprudencia nacional

ha establecido cuando se presenta este pronóstico, así en la ejecutoria

derivada del expediente Nº 885-93, se señala que éste se produce cuando

existe un desorden orgánico cerebral, asociado a síntomas sicóticos de tipo

paranoide, ello representa potencialmente un peligro para la integridad

física del agente y de las personas de su entorno42.

Como se puede apreciar coincidimos con el autor Paredes Pérez cuando

afirma que la prognosis o probabilidad de que el individuo cometa nuevos

delitos queda al arbitrio del juzgador43.

9.3 Clases de Medidas de Seguridad.

La clasificación de las medidas de seguridad utilizadas por el Código

Penal se realiza en función al bien jurídico afectado, en la cual sólo se

41LAMO RUBIO, Jaime de. Penas y Medidas de Seguridad en el Nuevo Código. Barcelona: Bosch, 1997, p.
539.
42GUTIERREZ CAMACHO, Walter (Dir.). “Pena, Reparación Civil y otras consecuencias del delito”. En:
Jurisprudencia: Preguntas de respuestas Jurisprudenciales. Suplemento mensual de Diálogo con la
Jurisprudencia. Lima: Gaceta jurídica, año 02, número 16, 2004, p. 24.
43PAREDES PEREZ, Jorge Martín. Para Conocer el Código Penal. 2da edición. Lima: Grijley, 1995, p .109.
54

regula dos de estos criterios como son las medidas privativas de libertad

cuando hablamos de la internación y las medidas restrictivas de libertad

para referirnos al tratamiento ambulatorio.

En el mismo sentido coincide Bramont Arias al afirmar que con relación

a las medidas de seguridad en especie y el art. 71º C.P. solamente

establece dos clases: detentiva y restrictiva. La primera, detentiva, es la

internación en un hospital de custodia y tratamiento psiquiátrico, a falta

de éstos, en otro establecimiento adecuado; y la segunda, de carácter

restrictiva, consistente en la sujeción a un tratamiento ambulatorio 44.

9.3.1. La medida de internación.

La internación esta regulada en el artículo 74º del Código Penal,

la misma que consiste en el ingreso y tratamiento del inimputable

como regla general, ya que excepcionalmente se aplica al

imputable relativo toxicómano o alcohólico imputable eso es

haciendo una interpretación sistemática con el artículo 77º

referido al sistema vicarial.

Esta internación se realiza en un centro hospitalario especializado

u otro establecimiento adecuado orientado a fines específicos

propios de esta medida de seguridad como son los fines


44BRAMONT ARIAS, Luis A.; BRAMONT ARIAS-TORRES, Luis A..Código Penal Anotado. Revisado
Concordado por María del Carmen García Cantizano. 3ra. Edición. Reimpresión. Actualizad. Lima: San
Marcos, 2001, p. 291.
55

terapéuticos o de custodia. Sin embargo sobre este tópico el

autor Sánchez Yllera sostiene que la práctica ha demostrado que

la mayor parte de los supuestos ya no hace falta internar al

enfermo mental de por vida en un hospital. Los modernos

psicofármacos permiten el control eficaz de estos enfermos al

tiempo que posibilitan que continúen viviendo en sociedad al

amortiguar y reducir los síntomas que identifican al diferente 45.

Además sólo podrá disponerse la internación cuando concurra el

peligro de que el agente comecta delitos considerablemente

graves, esto concuerda con lo que afirma Peña Cabrera al

señalar que ha de tenerse en cuenta el principio de mínima

intervención, para la aplicación –incluso- de una medida de

seguridad, aún si existiera posibilidad de que el sujeto volviera a

cometer nuevos delitos menores46.

9.3.1.1. La duración de la internación.

La duración de la medida de internación es de carácter

temporal y precisa un límite de duración así el artículo

75º del Código Penal señala que esta no podrá exceder

el tiempo de duración de la pena privativa de libertad que

45SÁNCHEZ YLLERA, Ignacio. En: VIVES ANTÓN, Tomás S. (Coord.). Op. Cit.; p. 551.
46PEÑA CABRERA, Raúl. Tratado de Derecho Penal. Estudio Programático de la Parte General. Tomo I.
Lima: Grijley, 1995, p. 558.
56

hubiera correspondido aplicarse por el delito cometido. Al

respecto el autor Cerezo Mir sostiene que hay que tener

en cuenta, que la peligrosidad puede desaparecer

aunque el sujeto no se haya curado aún de su anomalía

o alteración psíquica. El criterio decisivo debería ser,

pues la eliminación de la peligrosidad y no la curación 47.

Así mismo la duración de la internación esta sujeta a

pericia médica, es decir que el juez esta facultado para

pedir cada séis meses un informe médico a la autoridad

del centro de internación, además que esta autoridad

deberá remitir al juez dicha pericia, a fín de apreciar

como evoluciona el agente con el tratamiento que se le

aplica. Si esta evolución es satisfactoria (desaparecen

las causas que hicieron necesaria la aplicación de la

medida), el juez ordenará el cese de la medida que se

impuso al sujeto conforme a la parte final del artículo 75º

del Código Penal.

9.3.2. La medida de tratamiento ambulatorio.

47CEREZO MIR, José. Obras Completas. Tomo I. Derecho Penal. Parte General. Lima: A.R.A. Editores,
2006, p. 918.
57

El tratamiento ambulatorio es la segunda clase de medida de

seguridad que regula nuestro ordenamiento jurídico penal. Esta

normada en el artículo 76º del Código Penal. Este será

establecido y se aplicará conjuntamente con la pena al imputable

relativo que lo requiera, el cual esta orientado a fines específicos

propios de esta medida de seguridad como son: los fines

terapéuticos o de rehabilitación.

Así también como señala Villa Stein que el tratamiento

ambulatorio se lleva a cabo sin internar al agente, y consiste en

visitar al o los especialistas en conducta humana (médicos o

psicólogos), en determinadas ocasiones, para seguir un

tratamiento farmacológico o psicoterapéutico que pueda incluir

“laborterapia”, “terapia de grupo”, etc. 48.

Sobre la duración de esta medida de seguridad, la ley no la

regula al respecto, sin embargo coincidimos con la División de

Estudios Legales con Gaceta Jurídica S.A. cuando afirma que

nuestro Código Penal tampoco establece un tiempo de duración

máxima del tratamiento ambulatorio, aunque este debe respetar

el principio de proporcionalidad y tomar en cuenta el tiempo de

obtención de un tratamiento exitoso a la rehabilitación del

agente49.
48VILLA STEIN, Javier. Op. Cit.; p. 518.
49DIVISIÓN DE ESTUDIOS LEGALES DE GACETA JURÍDICA S.A. Tendencias Jurisprudenciales.
Jurisprudencia Penal: Medidas de Seguridad. En: GÓMEZ BOLUARTE, Walter. (Dir.). Diálogo con la
58

9.4 Reglas de aplicación.

Nuestro Código Penal vigente ha incorporado principios y garantías para la

aplicación judicial de las medidas de seguridad, los cuales no sólo se

encuentran contenidos en el título IV del libro primero del mencionado Código,

sino también en el Título Preliminar del mismo cuerpo normativo, así entre

ellos tenemos los principios y reglas siguientes:

b.a) Legalidad.

Sólo se pueden aplicar las medidas de seguridad que estén establecidas

en la ley con anterioridad al hecho realizado por el agente previsto como

delito. El Código Penal señala en el artículo II de su Título Preliminar:

“Nadie será sancionado por un acto no previsto como delito o falta por la

ley vigente al momento de su comisión, ni sometido a medida de seguridad

que no se encuentran establecidas en ella”. Así también nuestro Código

Penal actual no permite la analogía para definir un estado de peligrosidad o

para determinar la medida de seguridad que corresponda, claro esta

siempre que sea desfavorable par el agente que realizó el hecho previsto

como delito, esto conforme al artículo III del Título Preliminar del texto

antes citado.

b.b) Jurisdiccionalidad.

Jurisprudencia. Lima: Gaceta Jurídica, Mayo, 2006, p. 213.


59

Sólo el juez competente puede imponer medidas de seguridad, la cual no

puede hacerlo sino en la forma establecida en la ley, claro esta que este se

concretará por medio de una sentencia derivada de un juicio oral donde se

establezca que concurren los requisitos para la aplicación de dicha medida.

Sobre este último punto los autores Ángeles Gonzáles y Frisancho Aparicio

sostienen que el juicio debe ser conducido y concluido bajo la garantía de

imparcialidad a fín de que el encausado ejerza oportuna y libremente su

defensa, es decir, no basta la ley previa; es exigible un escrupuloso

procedimiento formal50.

b.c) Necesidad.

Las medidas de seguridad se aplican cuando sólo resulten necesaria para

evitar que en el futuro revele una elevada probabilidad de comisión de

nuevos delitos por parte del agente. Conforme a este artículo VII del Título

Preliminar del Código Penal precisa que: “La medida de seguridad sólo

puede ser ordenada por intereses públicos predominantes”. Además cabe

mencionar por ejemplo que para disponerse una clase de medida de

seguridad como es la internación esta sólo se podrá hacer cuando

concurra peligro de que el agente cometa delitos considerablemente

graves.

50ÁNGELES GONZÁLES, Fernando; FRISANCHO APARICIO, Manuel. Código Penal, Comentado,


Concordado y Anotado. Tomo I. Artículos: 1 al 105. parte Comercial. Lima: Ediciones Jurídicas, 1996, p.
77-78.
60

Como se puede apreciar para aplicar las medidas de seguridad no sólo se

es necesario la realización de un hecho previsto como delito sino que

también debe concurrir la peligrosidad del agente. Para llegar a establecer

esta peligrosidad delictual el juzgador debe tomar en cuenta el hecho y la

personalidad del agente, así como deberá evaluar la pericia sicológica y

psiquiátrica que se le realice a fin de saber si hay o no una elevada

probabilidad de que este sea un peligro para su integridad física y de las

personas de su entorno.
61

b.d) Proporcionalidad.

Las medidas de seguridad deben ser proporcionales con la peligrosidad

delictual del agente, la gravedad del hecho cometido y los que

probablemente cometiera sino fuese tratado. Sobre este punto Bramont –

Arias Torres señala que las medidas de seguridad no son penas y, por

tanto, no se basan en el principio de culpabilidad-reproche de la conducta,

sino en el principio de proporcionalidad-grado de peligro51.

b.e) Postdelictualidad.

Las medidas de seguridad se aplican debido a que el agente a realizado un

hecho previsto como delito. Es decir esta consecuencia jurídica será

posterior a la realización del hecho previsto como delito y no anterior a este

último. Así pues el autor Carranza Valdivieso precisa que el artículo 72º del

Código Penal establece el carácter postdelictual de estas medidas

concibiendo al hecho punible como fundamento para la imposición judicial

de las medidas de seguridad, se constituyen pues en reacciones penales,

en tanto sólo puede ser impuestos a través de un proceso penal y exigen

como fundamento jurídico la comisión de un delito descansando en el

llamado principio de justicia52.

51BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Miguel. Manual de Derecho Penal. Parte General. Incluye “Principios
Reguladores del Código Penal” del autor: Dr. Luis Alberto Bramont Arias. Segunda Edición. Lima: EDDLI,
2002, p. 371.
52CARRANZA VALDIVIESO, Humberto. Código Penal. Comentado, Sumillado y Concordado. Lima:
ITAL, 1996, p. 80.
62

b.f) Control Judicial.

El juez esta facultado para controlar la aplicación de las medidas de

seguridad de los sentenciados que el establece. Creemos que debe

aplicarse extensivamente el control judicial de la internación establecido en

el artículo 75º parte final del Código Penal a la medida de tratamiento

ambulatorio, es decir que sean de aplicación para ambas medidas de

seguridad ya que sólo así sin perjuicio de que el juez lo solicite cada séis

meses, la autoridad del centro de internación deberá remitir al juez una

pericia medida a fín de conocer si las causas que hicieron necesaria la

aplicación de la medida han desaparecido. En este último caso, el juez

hará cesar la medida de internación impuesta.

9.5 Aplicación de la medida de internación antes de la pena: Sistema

Vicarial.

Nuestro Código Penal opta por un sistema vicarial que permite la aplicación de

la medida de internación al imputable relativo, alcohólico o toxicómano

imputable antes de la pena.

Así el artículo 77º del Código Penal precisa que: “cuando se necesite aplicar

una medida de internación a un imputable relativo, a un toxicómano o


63

alcohólico imputable, el juez dispondrá que ella tenga lugar antes de la pena.

El período de internación se computará como tiempo de cumplimiento de la

pena sin perjuicio que el juez pueda dar por extinguida la condena o reducir su

duración atendiendo al éxito del tratamiento”.

Sobre esto último Chirinos Soto sostiene que el dictamen pericial

correspondiente será elemento de fundamental gravitación en cuanto a la

determinación que se adopte53.

53CHIRINOS SOTO, Francisco. Código Penal. Comentado, Concordado, Anotado, Sumillado,


Jurisprudencia, Normas Complementarias. 2da. Edición. Lima: Rodhas, 2005, p. 162.
64

CAPÍTULO III

CUESTIONES PROCESALES

1. La medida de seguridad de internación y el Proceso de Seguridad en el

Código Procesal Penal del 2004.

1.1. Finalidad procesal y denominación.

El proceso de seguridad tiene como finalidad procesal el desarrollar el

juzgamiento de inimputables por enfermedad mental a los cuales

eventualmente se les aplicaría medidas de seguridad de internación.

Respecto a la denominación del Proceso de seguridad, esta es también

utilizada en otras legislaciones como en Italia, Alemania, etc., pero a nivel

regional es diferente, como lo informa Prado Saldarriaga, en el Código

Procesal Penal Chileno un procedimiento análogo al nacional es

denominado procedimiento para la aplicación exclusiva de medidas de

seguridad54.

54PRADO SALDARRIAGA, Víctor. Op. Cit.; p. 124.


65

1.2. La fuente legal.

En la regulación referida al proceso de seguridad, nuestro legislador

nacional toma como fuente legal al Código Procesal Penal Chileno,

promulgado por Ley Nº 19696, del 12 de Octubre del 2000.

1.3. Ubicación y morfología normativa.

El proceso de seguridad está ubicado en la sección III, dentro de las

disposiciones que corresponden al libro Quinto que está dedicado a los

Proceso Especiales del Código Procesal Penal del 2004.

La morfología interna de estas normas nos permite visualizar sus

alcances en los siguientes términos:

a) El artículo 456º del Código Procesal Penal del 2004, está dedicado a la

instalación del proceso de seguridad.

b) En el artículo 457º del Código Procesal del 2004, el legislador a

definido las reglas especiales del proceso de seguridad.


66

c) La disposición normativa del artículo 458º del Código Procesal Penal

del 2004, plantea la transformación de un proceso de seguridad a un

proceso común y su debida advertencia.

1.4. Análisis del proceso de seguridad.

1.4.1. Supuestos de aplicación.

El artículo 456º señala que puede aplicarse el proceso de

seguridad, cuando se presenta cualquiera de los siguientes

supuestos:

a) La resolución de inimputabilidad del procesado.

El artículo 75º precisa la facultad que tiene el juez de la

investigación o el juez penal para poder disponer el examen

pericial de un procesado cuando existen dudas sobre su estado

de inimputabilidad al momento de comisión del delito imputado.

Ahora bien, practicado la pericia y recibido el informe por la

autoridad judicial, esta llevará a cabo una audiencia con

concurrencia de las partes procesales y de los peritos para

decidir al respecto. Si luego de la audiencia, el juez considera

que se ha acreditado el estado de inimputabilidad del


67

procesado, emitirá una resolución disponiendo la instauración

en caso del proceso de seguridad.

b) La acusación fiscal y requerimiento de una medida de

internación.

Luego de terminar la etapa de investigación preparatoria, si el

fiscal considera que al procesado sólo se le aplicará una

medida de seguridad de internación, dispondrá la realización de

las diligencias imprescindibles para el delito investigado, así

como aquellas de carácter parcial que permitan considerar y

sustentar su posición. Posteriormente, al hacer su requerimiento

de apertura de juicio oral, formalizará también su requerimiento

de aplicación de la medida de seguridad de internación,

precisando su extensión temporal. Cabe señalar que para todo

ello, el fiscal deberá observar los mismos requisitos que se

exigen para la redacción de una acusación y para la solicitud

cualitativa y cuantitativa de una pena. El fiscal, indirectamente,

al requerir sólo la imposición de medida de internación para el

procesado, estará solicitando también la instauración de dicho

procedimiento especial.
68

c) La desacumulación de cargos a procesado

inimputable.

Si en un proceso se encuentra implicados varios imputados y

uno es inimputable, se dispondrá la desacumulación de los

cargos contra él y se le hará un juzgamiento independiente

conforme a las reglas del proceso de seguridad.

1.4.2. Reglas especiales del procedimiento.

El artículo 457º señala las siguientes reglas a tenerse en cuenta:

a) Se aplican las disposiciones del proceso común, sin perjuicio de

estas reglas especiales.

b) Coincidimos con Prado Saldarriaga cuando afirma que hay un

error de redacción en el inciso 2 del artículo 457º del Código

Procesal Penal del 2004. Efectivamente, la norma señala a un

inimputable que se encuentra en la situación prevista en el artículo

20.2 del Código Penal. Como se aprecia en dicha disposición

sustantiva no se trata de un inimputable por anomalía

psicopatológica sino de un “menor de 18 años”, quien no puede

ser procesado por la justicia penal ordinaria, y del cual, del ser
69

involucrado en el proceso de esta naturaleza, se le debe excluir... 55.

Ahora bien las facultades de dicho procesado serán ejercidas por

su curador o por quien designe el juez de la investigación

preparatoria, con quien se entenderán todas las actuaciones, salvo

las de carácter personal.

c) Si fuere imposible interrogar al imputado se prescindirá de ella.

d) El juez de la investigación preparatoria puede rechazar el

requerimiento de imposición de medida de seguridad, si considera

que corresponde la aplicación de una pena. Contra este procede la

apelación con efecto suspensivo.

e) No podrá acumularse con un proceso común.

f) El juicio se realizará con exclusión del público. Por el estado de

salud o por motivos de orden o de seguridad el juicio podrá

realizarse sin la presencia del procesado, quien será representado

por su curador.

g) Cuando el procesado no concurra al juzgamiento, podrá ser

interrogado antes del juicio con la intervención y orientación de un

55PRADO SALDARRIAGA, Víctor. Op. Cit.; p. 125.


70

perito. Así mismo se podrán leer sus declaraciones anteriores así

como la diligencia antes mencionada.

h) El perito que emitía el dictamen debe ser interrogado en el juicio,

sin perjuicio de disponerse, de ser el caso, la ampliación de dicho

dictamen por él mismo u otro perito.

i) La sentencia versará sobre la absolución o aplicación de una

medida de seguridad.

1.4.3. La transformación al proceso común y su

advertencia.

El artículo 458º precisa que si después de la instalación del juicio

oral, como consecuencia del debate, el juez advierte que no es de

aplicación el proceso de seguridad conforme al artículo 456º y que

es posible aplicar una pena al imputado, el juez dictará la

resolución de transformación del proceso y advertirá al imputado

de la modificación de su situación jurídica, dándole la oportunidad

de defenderse, sin perjuicio de dar intervención a las partes.

En este caso se suspenderá el acto oral y se reiniciará antes del

octavo día, conforme al plazo previsto en el numeral 3) del artículo

360º.
71

Sobre este punto rigen, analógicamente, las reglas sobre

acusación ampliatoria, si el fiscal considera que se presenta la

situación antes mencionada, así también rigen las reglas sobre

correlación entre acusación y sentencia.

Si se ha deliberado en ausencia del imputado en virtud de las

reglas especiales del proceso de seguridad, se deberá repetir

aquellas partes del juicio en las que el inculpado no estaba

presente.

2. La internación preventiva en el Código Procesal Penal del 2004.

2.1. Concepto.

Es una medida coercitiva procesal especial que consiste en el

internamiento con carácter preventiva del procesado en un

establecimiento psiquiátrico, previa comprobación, por dictamen pericial,

de que se sufre una grave alteración o insuficiencia de sus facultades

mentales, que lo tornan peligroso para sí o para terceros.

2.2. Presupuestos.

El artículo 293º señala los siguientes presupuestos:


72

a) La existencia de elementos de convicción suficientes para sostener,

razonablemente, que es autor de un hecho punible o partícipe en él y

probablemente será objeto de una medida de seguridad de internación.

b) La existencia de una presunción suficiente de que no se someterá el

procedimiento u obstruirá un acto concreto de investigación. Rigen

analógicamente lo referido al peligro de fuga y obstaculización conforme a

los artículos 269º y 270º respectivamente.

2.3. Prolongación de la internación preventiva.

Ante la citada solicitud de prolongación de internación preventiva del

fiscal, el juez de la investigación preparatoria convocará a audiencia

dentro del tercer día. El dicho acto todas las partes procesales pueden

alegar lo conveniente a su pretensión procesal. La decisión se resolverá

al final de la audiencia o dentro de los setenta y dos horas siguientes a

esta. La resolución judicial podrá ser apelada. En tal caso, la sala penal

deberá fijar la vista de la causa y resolverá la pertinente dentro de un

plazo de cuarenta ochos horas; todo esto conforme a los numerados 2) y

3) al artículo 274º. Así también no será necesario la concurrencia del

imputado, si su estado de salud no la permite, pero si la de su defensor. El

imputado podrá ser representado por un familiar.


73

3. El internamiento previo para observación y examen en el Cogido

Procesal Penal del 2004.

3.1. Trámite.

De acuerdo al artículo 294º, el juez de la investigación preparatoria

después de recibir una comunicación motivada de los peritos, previa

audiencia con asistencia de las partes legitimadas, instado de oficio o a

pedido de parte, podrá disponer – a los efectos de la preparación de un

dictamen sobre el estado psíquico del imputado- que el imputado sea

llevado y observado en el hospital psiquiátrico público.

3.2. Presupuestos.

La autora Calderón Sumarriva precisa que debe observarse los siguientes

presupuestos:

a) “Que existan elementos de convicción razonable sobre la comisión del

delito”.

b) Que corresponda por dicho acto una sanción grave o medida de

seguridad de internación”56.

56CALDERÓN SUMARRIVA, Ana; Escuela de Graduandos Aguila & Calderón. EGACAL. Análisis
Integral del Nuevo Código Procesal Penal. Colección Didáctica. Lima: San Marcos, 2006 p. 131.
74

3.3. Duración.

El internamiento previo no puede durar más de un mes.


75

CAPÍTULO ESPECIAL

CASO PRÁCTICO

I. PLANTEAMIENTO DEL ASUNTO.

c.1. Referencia de la situación planteada.

En el día 11 de Junio del año 2004, se le imputa al señor Jaime Williams

Leyva Cruz haber ingresado al Centro Educativo Número Ochenta

Ochocientos veinte, del Distrito de “Víctor Larco Herrera”, específicamente

al interior de los servicios higiénicos para mujeres y allí posteriormente

introdujo su dedo al ano de la menor Ariana Suguey Arévalo La Chira,

mientras que a la otra menor Julitza Isabel Rabines Oliva le tocó sus

nalgas.

Luego dichas menores cuentan lo sucedido a sus padres, cabe mencionar

que los dichos de las menores agraviadas coinciden con la descripción

física del imputado; al tomar conocimiento de lo ocurrido la señora Oliva


76

Briceño, madre de una de las menores, ella se hace presente a la sub

Unidad Policial, con la finalidad de denunciar al sujeto antes mencionado.

Estos hechos dieron origen al Atestado Policial Nº 128-04-CPNP-B.A.SIDF.

remitido a la Quinta Fiscalía Provincial en lo Penal de Trujillo, para que

proceda según sus facultades. Esta fiscalía, a cargo del Dr. Javier Guillén

Boza, formalizó denuncia ante el Quinto Juzgado Especializado en lo Penal,

contra Jaime Williams Leyva Cruz, por los delitos de violación sexual de

menor y actos contra el pudor en menores en agravio de Ariana Suguey

Arévalo La Chira y Julitza Isabel Rabines Oliva respectivamente.

El Quinto Juzgado Especializado en lo Penal, a cargo del Dr. Manuel Landa

Torres, apertura instrucción Nº 2014-2004, contra el referido denunciado;

por los delitos de violación sexual de menor, en agravio de Ariana Suguey

Arévalo La Chira y de Actos contra el pudor en menores, en agravio de

Julitza Isabel Rabines Oliva.

2. Tipificación o calificación jurídica de los hechos.

2.1. Calificación jurídica en la legislación penal.

Los hechos realizados por Jaime Williams Leiva Cruz, referidos al

acceso carnal, y a los tocamientos indebidos en agravio de las

menores Ariana Suguey Arévalo La Chira y Julitza Isabel Rabines


77

Oliva, son previstos como delitos. Respecto a la definición de delito,

ésta es muy variada; sin embargo, como cuestión didáctica, lo

definiremos desde una perspectiva formal y recurriendo a un concepto

ampliamente conocido: conducta típica, antijurídica y culpable. La

tipicidad implica la adecuación de una conducta concreta a la

descripción que realiza el tipo penal, teniendo dos elementos: uno

objeto y otro subjetivo. La antijuricidad significa que la conducta de

una persona es contraria al ordenamiento jurídico. La culpabilidad se

concibe como el juicio de reproche realizado al autor de la conducta

antijurídica, por haber actuado de ese modo, pudiendo hacerlo de otro

(conforme al ordenamiento jurídico).

Los hechos descritos en la situación planteada, adecuándolo a un tipo

penal, los ubicamos en el Libro II, Título IV: Delitos contra la libertad;

Capítulo IX: Violación de la libertad sexual; Artículo 173º inc. 2; y 176º-

A del Código Penal, los mimos que prescriben:

“Artículo 173º. El que tiene acceso carnal por vía vaginal, oral, bucal o

realiza otros actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo

por alguna de las primeras vías, con un menor, será reprimido con las

siguientes penas privativas de libertad:...”

Inciso 2. Si la víctima tiene siete años a menos de diez, la

pena será no menor de veinticinco ni mayor de treinta años...”.


78

“Artículo 176º-A. El que sin propósitos de tener acceso carnal regulado

en el artículo 170º realiza sobre un menor de catorce años u obliga a

éste a efectuar sobre sí mismo o tercero, tocamientos indebidos en

sus partes íntimas o actos libidinosos contrarios al pudor, será

reprimido con las siguientes penas privativas de libertad:...”.

Inciso 2. Si la víctima tiene de siete a menos de diez años, con

pena no menor de cinco ni mayor de ocho años....”.

2.2. Calificación jurídica en la doctrina.

2.2.1. Generalidades.

En el delito de violación sexual de menor en la doctrina nacional

y comparada, así como en la legislación penal, este es

reprimido con severidad, en atención al severo daño físico,

mental y moral del menor que causa el acceso carnal o la

realización de otros actos análogos por parte del sujeto agente.

En el delito del Acto contra el pudor en menores se sanciona

todo contacto corporal con significado sexual del sujeto agente,

que recae sobre el cuerpo del menor u obliga a éste a

efectuarlo sobre sí mismo o tercero.


79

2.2.2. Bien jurídico protegido.

El bien jurídico protegido del delito de violación sexual de

menor, en términos generales, es la indemnidad o intangibilidad

sexual.

El bien jurídico protegido del delito de actos contra el pudor en

menores, en términos generales, es el pudor sexual.

2.2.3. Tipo objetivo.

a) Sujeto activo.

El sujeto activo del delito de violación sexual de menor,

puede ser cualquier persona.

El sujeto activo del delito de actos contra el pudor en

menores, puede ser cualquier persona.

b) Sujeto pasivo.

El sujeto pasivo del delito de violación sexual se menor,

puede ser un menor de catorce años.


80

El sujeto pasivo del delito de actos contra el pudor en

menores, puede ser de un menor de catorce años.

c) Acción típica.

En el delito de violación sexual de menor, este hecho

punible se configura cuando el agente tiene acceso carnal

sexual por la cavidad vaginal, anal o bucal o realiza otros

actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo

por la vía vaginal o anal, con una persona menor de

catorce años de edad cronológica57.

El delito de actos contra el pudor en menores se configura

cuando el agente con la finalidad de satisfacer sus

apetencias sexuales y sin tener el propósito o intención de

realizar el acceso carnal sexual o análogo, realiza sobre un

menor de catorce años o le obliga a efectuar sobre sí

mismo a tercero, tocamientos indebidos en sus partes

íntimas o actos libidinosos, eróticos, lujuriosos o lúbricos

contrarios al pudor, recato o decencia.

2.2.4. Tipo subjetivo.

57SALINAS SICCHA, Ramiro. Los Delitos de Acceso Carnal Sexual. Artículo 170, 171, 172, 173, 174 y
175 del Código Penal. Lima: IDEMSA, 2005, p. 166.
81

El delito de violación sexual de menor, requiere de una

conducta dolosa, ya sea mediante dolo directo, indirecto o

eventual. En este sentido, el agente del delito debe haber

actuado con conciencia y voluntad, que se represente el

resultado como finalidad de sus actos delictivos.

El delito de actos contra el pudor en menores, requiere de una

conducta dolosa. En este sentido el agente del delito debe

haber actuado con conocimiento y voluntad.

2.2.5. Grados de desarrollo del delito.

El delito de violación sexual de menor se consuma con la

penetración total o parcial de la víctima menor, ya sea vía

vaginal, anal o bucal, o en su caso, cuando se introduce objetos

o partes del cuerpo en la cavidad vaginal o anal del sujeto

pasivo y, si admite tentativa.

El delito de actos contra el pudor en menores se consuma

desde el momento en que el agente realiza sobre un menor de

catorce años o le obliga a efectuar sobre si mismo o tercero,

tocamientos indebidos en sus partes íntimas o actos libidinosos


82

o eróticos contrarios al pudor, recato o decencia y, no admite

tentativa.

2.2.6. Penalidad.

Al agente del delito de violación sexual de menor se le reprime

con pena privativa de libertad, según corresponda la edad de la

víctima, así del siguiente modo: si la víctima tiene de siete años

a menos de diez, la pena será no menor de veinticinco ni mayor

de treinta años.

Al agente del delito de actos contra el pudor en menores se le

reprime con pena privativa de libertad, según corresponda la

edad de la víctima, así del siguiente modo: si la víctima tiene de

siete a menos de diez, con pena no menor de cinco ni mayor de

ocho años.
83

II. DESARROLLO PROCESAL Y PROCEDIMENTAL.

1. Elementos del proceso.

1.1. Actos jurídicos procesales.

Son todos aquellos que se realizan al interior de un proceso penal, por

el juez, el imputado, el agraviado, el tercero civil y los auxiliares de

justicia. Ejemplos de estos actos procesales, son: el auto de abrir

instrucción, la instructiva, la preventiva, etc.

1.2. Sujetos de la relación procesal.

Son los que intervienen en el desarrollo del proceso penal, teniendo

derechos y obligaciones. Estos sujetos pueden ser clasificados como

sujetos principales y secundarios. Entre los primeros tenemos al Juez

Especializado en lo Penal, la Sala Penal de la Corte Superior, la Sala

Penal de la Corte Suprema, el Fiscal Provincial en lo Penal, el Fiscal

Superior en lo Penal, el Fiscal Penal Supremo, el procesado, el

Abogado defensor. Entre los segundos tenemos, el agraviado, los

peritos y otros.

1.3. El litigio.
84

Es el conflicto que surge como consecuencia de que se haya realizado

un hecho previsto como delito, entre el agente y el Estado o la

sociedad, respecto del ilícito penal.

En el presente caso, el representante del Ministerio Público tiene como

obligación la persecución del delito, buscando destruir la presunción

de inocencia que asiste al procesado Jaime Williams Leyva Cruz.

La segunda Sala Especializada en lo Penal del Distrito Judicial de la

Libertad, es el encargado de dirimir dicho conflicto por ser competente

en la presente instrucción, de conformidad con lo previsto en la Ley Nº

26689.

1.4. El procedimiento.

El procedimiento penal está constituido por el conjunto de pasos

sistematizados, coherentes, preordenados y dinámicos, que se realiza

con el objetivo de encontrar la verdad concreta.

En el caso materia de análisis, se ha sentenciado de acuerdo a la

reglas del procedimiento Penal Ordinario. En este procedimiento el

plazo para la instrucción es de cuatro meses, prorrogable por 60 días

más, a petición del Fiscal Provincial o cuando el Juez lo considere

necesario; a cuyo término, tanto el Fiscal emitirá su dictamen como el


85

Juez su informe. La etapa intermedia, en este procedimiento, se inicia

al ser elevado la instrucción a la Sala Penal en la Corte Superior, para

que previo dictamen acusatorio del Fiscal Superior, de ser el caso, se

lleve a cabo el juicio oral. La Sala Penal tiene facultad decisoria. El

recurso de nulidad que procede contra la sentencia se interpone ante

la sala Penal Superior y es resuelto por la Corte Suprema.

1.5. El juicio.

Consiste en el pronunciamiento principal que emite el órgano

jurisdiccional y está constituido por el conjunto de operaciones volitivas

o cognoscitivas, basado en las pruebas actuadas en el transcurso del

proceso penal, teniendo que resolver sobre la acción penal, ejercida

por el representante del Ministerio Público y sobre la reparación civil

que corresponda al perjudicado por el delito.

En el presente proceso, declararon extinguida la acción penal iniciada

contra el señor Jaime Williams Leyva Cruz, por los delitos de violación

sexual en agravio de A.S.A.L.CH. y por el delito contra el pudor en

agravio de J.I.R.O. y le impusieron medida de seguridad al citado

interno, consistente en internamiento para su tratamiento

especializado.
86

III. LA APRECIACIÓN FINAL.

1. Evaluación global del proceso.

Realizando un análisis del expediente materia del presente análisis,

signado con el número 2014-2004, se advierte que ha sido tramitado de

conformidad con la normatividad penal, en materia procesal; incluso es

de resaltar que se ha dado cumplimiento a los plazos procesales

(ordinario y de complemento); sin embargo durante la vigencia de ellos,

no se han actuado algunas diligencias importantes del presente caso; lo

que provocaron ciertas dilaciones en el proceso; pero en materia

sustantivo no se puede decir lo mismo, porque hubo una diferencia de

resultado, por ejemplo se aprecia que en el fallo que emite la Segunda

Sala Penal de la Corte Superior de Justicia fue de imponer una medida

de seguridad de internación, la misma que fue consentida

posteriormente por los sujetos procesales; pero en cambio antes de su

expedición, la Fiscal Superior en su acusación y al mantener su tesis en

su requisitoria oral, solicita que se imponga al acusado treinta años de

pena privativa de libertad y seis mil nuevo soles de reparación civil, no

estando acorde con lo previsto en el artículo 73º del Código Penal,

manteniéndose cada uno en sus propias convicciones.


87

2. Evaluación global del procedimiento ordinario.

2.1. Del estadío pre-procesal.

2.1.1. De la formalización de denuncia.

El Fiscal Provincial, al momento de formalizar denuncia, debe

exponer los hechos, ofrecer la prueba con la que cuenta, la que

ofrece actuar y las diligencias que considera oportunas solicitar

se practiquen por el Juez, conforme la prescribe el inciso 2, el

artículo 94º del Derecho Legíslativo Nº 052. Así en la

formalización de denuncia que corre a fojas 22-23, el Fiscal

Provincial en lo Penal, Dr. Jaime Guillén Boza, si cumple con su

deber de solicitar se actúe las diligencias que él considera

necesarias se practiquen, y sólo delega, parcialmente, su deber

legal, al Juez de la causa, cuando se limita a decir que: “se

realice cuanta diligencia sea necesaria para el mejor

esclarecimiento de los hechos”.

El Fiscal Provincial en lo Penal demuestra haber estudiado el

caso con la rigurosidad necesaria, pues todos los indicios

apuntaban hacia la realización de los delitos de violación sexual

de menor y actos contra el pudor en menores, por lo que éste

formaliza denuncia por los mencionados delitos.


88

2.2. Del estadío procesal.

2.2.1. De la etapa de instrucción ordinaria.

El Fiscal Provincial y el Juez Especializado en lo penal no han

cuidado que todas las diligencias programadas se cumplan en

la fecha señalada, teniendo, por ello, que dictan un plazo

ampliatorio de investigación, de oficio, por cuanto faltaban los

exámenes ginecológicos de las menores agraviadas, la

ratificación pericial psiquiátrica, entre otras diligencias.

2.2.2. De la etapa intermedia ordinaria.

La Fiscalía Superior demuestra la poca rigurosidad con que

actúa, pues en su dictamen, que corre de fojas 231 a 240,

acusa al procesado, solicitando para él una pena privativa de

libertad de treinta años, además de la obligación de pagar la

suma de seis mil y 00/100 nuevos soles, por concepto de

reparación civil. Dos cosas resultan cuestionables. La acusación

que se realiza contra Jaime Williams Leyva, considerándolo

responsable de los delitos imputados, cuando respecto al delito

de violación sexual de menor, no se ha acompañado el

certificado médico legista de una de las agraviadas, el cual de


89

preferencia tendría que haber sido elaborado por un

especialista en la materia como lo es el proctólogo. Además

resulta poco serio dejar de lado el protocolo de pericia

psicológica realizada al procesado donde concluye que este

presenta signos y síntomas de enfermedad mental, con lo cual

debió considerar la posibilidad de solicitar la aplicación de una

medida de seguridad. Por otro lado, con la suma solicitada por

concepto de reparación civil no se aprecia ningún valor que se

le asigne al daño moral y daño a la persona, sufrido por las

agraviadas.

2.2.3. De la etapa de juicio oral ordinario.

2.2.3.1. De la sentencia.

Respecto de la imposición de la medidas de

seguridad que es lo que realmente nos interesa, cabe

precisar que el órgano jurisiccional sólo realiza una

alusión genérica de ésta, sin motivar debidamente la

sentencia, en este extremo, e incurriendo en el error

de considerar con juicio de tipicidad sin corroborarlo

con prueba fehaciente. Respecto al juicio de

antijuricidad donde se señala que: “se encuentran

causas de justificación que eximen la conducta


90

desarrollada por el mismo acusado”, lo cual es

erróneo ya que se presentan causas de

inimputabilidad establecidas en el artículo 20º inciso 1

del Código Penal y no de justificación, por lo tanto de

ellas se derivan la eliminación de la culpabilidad y no

de la antijuricidad. Creemos que hubo un error de

redacción cuando se señala el: “declarar extinguida la

acción penal” debido a que no se presenta en el caso

alguno causal de extinción de la acción, sino mas

bien debió decir: “declarar exento de responsabilidad

penal” conforme a la interpretación sistemática de la

sentencia y a las conclusiones del alegato de la

defensa en el juicio oral. Finalmente, al no especificar

tiempo de duración para aplicar la medida de

seguridad de internación; sobre este punto ya hemos

declarado nuestra posición, sólo manifestamos que

esa omisión no tiene respaldo en nuestro

ordenamiento penal peruano.


91

CONCLUSIONES

1. Las medidas de seguridad son un instrumento más

de control social, que consiste en la limitación de derechos individuales

impuestas coactivamente por el Estado, razón más que suficiente para tratarlas

como a las penas, desde el punto de vista de las garantías.

2. En la doctrina, la naturaleza jurídica de las medidas

de seguridad, busca ser explicada por las siguientes tesis: de la naturaleza

penal, extra penal o mixta.

3. A nuestro juicio, la tesis correcta acerca de la

naturaleza jurídica de las medidas de seguridad, es la que afirma que ésta

tiene una naturaleza penal o punitiva.

4. La aplicación de las medidas de seguridad debe

verse rodeada de las mismas garantías que rigen para las penas, pues en

definitiva, se trata también de una intervención coactiva y limitadora de

derechos individuales. En tal sentido, son aplicables todas las exigencias

derivadas del principio de legalidad.


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5. A pesar de la deficiente regulación de las medidas de

seguridad en nuestro ordenamiento penal vigente, realizando una

interpretación sistemática y teleológica, puede concluirse que este acoge la

tesis de la naturaleza jurídica penal de las medidas de seguridad.

6. El proceso de seguridad es un aporte importante para

el proceso penal nacional que debe entrar en vigencia en el corto plazo en todo

el país.

7. El proceso de seguridad brinda un tratamiento

procesal adecuado a los inimputables.


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RECOMENDACIONES

1. Nuestros magistrados deben cumplir con motivar las sentencias, en el extremo

de las medidas de seguridad, aludiendo a sus requisitos, tiempo de su duración y

observación del principio de proporcionalidad en relación a la peligrosidad delictual

del agente.

2. La judicatura nacional debe ser más rigurosa en la aplicación de las medidas de

seguridad, valorando correctamente la prueba a fín de vincular directa o

indirectamente al procesado con la realización del hecho previsto como delito.

3. Es necesario fomentar la capacitación de los operadores jurídicos en la

aplicación de las medidas de seguridad y del nuevo proceso de seguridad.


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