Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Trabajo Epiqueya Final

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 23

UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA

UCA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS


FILOSOFÍA DEL DERECHO

LA EPIQUEYA

Grupo #9:
Elfried Elizabeth Bendless Espinoza
Kevin Giovanni Rodríguez Rodríguez
Andrea Samanta Téllez Castillo

Docente:
Lic. Pablo Antonio Úbeda

Managua, 27 de julio de 2016


Índice
Objetivos ........................................................................................................................................ 2
Objetivo general ........................................................................................................................ 2
Objetivos específicos .............................................................................................................. 2
Introducción .................................................................................................................................. 3
1. Concepto ................................................................................................................................ 4
2. Desarrollo histórico de la Epiqueya como movimiento filosófico .............................. 5
La Epiqueya en la filosofía griega ......................................................................................... 5
 La escuela jónia ............................................................................................................... 6
 La escuela pitagórica ...................................................................................................... 7
 La escuela eleática.......................................................................................................... 7
 Los sofistas ...................................................................................................................... 7
 Sócrates ........................................................................................................................... 8
 Platón y Aristóteles.......................................................................................................... 8
La epiqueya en la escuela escolástica ............................................................................... 10
3. Interpretación y Epiqueya ................................................................................................. 13
4. La Epiqueya y el Derecho Natural ................................................................................... 15
5. Reflexión Moderna .............................................................................................................. 17
Corolario....................................................................................................................................... 20
Referencias Bibliográficas........................................................................................................ 22

1
Objetivos

Objetivo general

a) Explicar el proceso evolutivo de la Epiqueya como movimiento filosófico para


realizar su estudio.

Objetivos específicos

b) Analizar los principales aportes de los exponentes al movimiento filosófico de


la Epiqueya para demostrar su importancia en la reflexión moderna.

c) Analizar la relación entre la Epiqueya y el Derecho Natural a fin de explicar


los conceptos de la ley, justicia y equidad.

d) Comparar las diversas teorías filosóficas frente al concepto de Epiqueya,


desde las clásicas hasta las modernas.

2
Introducción

Desde que el ser humano evolucionó del Neanderthal al homo sapiens, ha tenido
siempre una noción de lo que debería ser y cómo este deber ser es contrastado con
la realidad material de la vida. Con el transcurso de los siglos y la maximización de
los procesos filosóficos que se llevaban a cabo en las mentes de los primeros
filósofos, se fue así mismo creando un sistema de normas que más o menos tenían
que procurar que la colectividad estuviera de acuerdo en que dichas normas tenían
un sentido justo, o equitativo.

La presente investigación no busca escudriñar en otras corrientes filosóficas más


que en las desarrolladas en Grecia y en Europa, dejando por un lado la filosofía
oriental. En este sentido, los filósofos griegos son los que desde antaño empezaron
a idear postulados y teorías que estaban encaminadas a dar solución a los
problemas que la aplicación inexorable de una ley podría traer, específicamente
cuando la ley procuraba justicia, pero que su cumplimiento acarrearía algo alejado
de ese fin primordial.

La epiqueya nace en siglos tempraneros de la antigua Grecia, con filósofos como


Platón, Sócrates y Aristóteles, sin dejar por fuera a otros grandes pensadores de la
época como Anaximandro o Heráclito. Estos maestros meditaron mucho sobre lo
que es la justicia en sí, y aunque ninguno fue capaz de confeccionar un concepto
que a día de hoy sea aceptado de manera unánime por la colectividad de filósofos,
juristas y demás pensadores, sí alcanzaron lo suficiente como para determinar qué
cosa no sería justicia. Luego de los primeros pensadores, llegaron los de la edad
media, como Alberto Magno, Agustín de Aquino o Francisco de Vitoria, quienes
retomaron lo dicho y escrito por los griegos, y le dieron también una interpretación, a
la vez que realizaron aportes interesantes para consensuar un concepto de
epiqueya más moderno, más acorde a la realidad de su época, y que varios cientos
de años después, sigue siendo completamente aplicable.

Por eso y más, este trabajo escrito procura presentar al lector con los conceptos
necesarios para entienda el comportamiento de la epiqueya, a fin de que los futuros

3
jueces, abogados y juristas en general, procuren una “justicia justa”, sin ignorar las
leyes, pero defendiendo la equidad con ética y raciocinio lógico.

1. Concepto

La Epiqueya es una actitud del hombre, que se siente dispensado del cumplimiento
literal de la ley, para ser fiel a su sentido profundo (Alcázar, 1991). Alcázar (1991)
define a la Epiqueya como la <<interpretación moderada y prudente de la ley, en
contra de su sentido literal, pero siguiendo la mente del legislador, según las
circunstancias de tiempo, lugar y persona>>. Entendiéndose que no puede aplicarse
a todas las leyes, sólo a las humanas.

La etimología de la palabra Epiqueya es difícil (L. Meyer, 1901, p23), significa, en


primer lugar, lo que es justo, conveniente, habitual; entendemos esto como sinónimo
de equidad. Luego se pasó después a designar lo que es mesurado, comedido,
suave, condescendiente. Se manifiesta sobre todo en los que tienen el poder;
entendiéndose en este sentido la falta de uso de la fuerza de la norma, para
adaptarlo a lo convenido justamente. Por lo demás, a lo largo de la historia, se ha
usado esta palabra con diversos sentidos, como veremos.

Alcázar (1991) expresa que epiqueya y equidad tienen el mismo origen etimológico,
pero los dos vocablos, aunque parecidos, tienen dos conceptos diferentes. La
Epiqueya dice especial relación a la ciencia moral y al fuero interno; la equidad se
refiere al campo del derecho positivo y al fuero externo, como una justicia superior,
correctora del derecho existente y creadora de un derecho particular. Expresa que
en el campo del Derecho y de la Moral, hay que mantener la distinción entre esos
dos conceptos, aunque lo usual es que haya confusión.

Desde la perspectiva kantiana, Immanuel nos dice que “… La equidad


(objetivamente considerada) no es un título en cuya virtud se pueda compeler a otro
al incumplimiento de un deber puramente moral (ser benévolo o benéfico). El que
pide algo en nombre de este principio se funda en su derecho; solo que le faltan las
condiciones que serían necesarias necesarias al juez para decidir cuánto se le

4
debe, y de qué manera se puede satisfacer su petición… el juez… carece de datos
(data) para decidir lo que corresponde al demandante… Un criado, a quien a fin de
año se paga un salario en moneda que ha perdido parte de su valor durante el
mismo año, y que ya no le sirve para comprar lo que con la misma hubiera podido
adquirir en la época en que celebró su contrato, no puede apelar a su derecho, para
obtener, en lugar de la igualdad numérica y material, la igualdad de valor, a fin de
ser recompensado por un trabajo, que él estimaba en más de lo que vale el salario
que se le da; no puede recurrir más que a la equidad (divinidad muda, cuya voz no
puede ser escuchada); pero, como en el contrato nada se ha estipulado sobre este
particular, el juez no puede ajustar su sentencia a condiciones imprevistas y no
determinadas…”. Ante esta situación, Kant propone que el lema (dictum) de la
equidad es “…El derecho muy estricto es una injusticia muy grande (Summum jus
summa injuria)…”.

En conclusión, entendemos por Epiqueya, a la excepción que hace el hombre de


usar la norma, para seguir su sentido común, para juzgar desde la moral de cada
uno, desde la equidad y hacer justicia desde esa perspectiva; sin embargo, no
significa que se dejará de usar la norma, pues esta, la epiqueya, se practica cuando
se cree que la norma no es justa. La Epiqueya se ve desde dos puntos, desde el
punto de vista humano, desde el fuero interno; desde el punto de vista del Derecho,
fuero externo.

2. Desarrollo histórico de la Epiqueya como movimiento filosófico

La Epiqueya en la filosofía griega

Entre el 600 a.C. y el 200 d. C., la filosofía griega constituyó el fundamento de toda
la especulación filosófica en el mundo occidental. Las hipótesis intuitivas de los
antiguos griegos presagiaron diversas teorías de la ciencia moderna, incluso
muchas de las ideas morales elaboradas por los filósofos griegos han sido
incorporadas a la doctrina moral cristiana. (“Breve historia de filosofía griega”,
Proyecto filosofía en español, 2016).

5
 La escuela jónia

De esta escuela, los principales protagonistas son Tales de Mileto, nacido en Mileto,
polis griega de la costa de Jonia (hoy en Turquía), se dice que nació entre 625/624
a.C. y murió entre 547/546 a.C. Fue filósofo, matemático, geómetra, físico y
legislador griego. Se le conoce como el primer filósofo de occidente, por ser quien
intentó la primera explicación racional a distintos fenómenos del mundo. Aristóteles
le consideró uno de los “filósofos de la naturaleza”.

Igualmente, Anaximandro de Mileto, fue discípulo de Tales, y se cree que nació en


610 a.C. y murió en 547 a.C.; se le atribuye sólo un libro, que es sobre la naturaleza,
pero su palabra llega a la actualidad mediante comentarios doxográficos de otros
autores. Se le atribuye también un mapa terrestre, la medición de los solsticios y
equinoccios por medio de un gnomon, trabajos para determinar la distancia y
tamaño de las estrellas y la afirmación de que la Tierra es cilíndrica y ocupa el
centro del Universo.

Considerada la primera escuela importante de la filosofía griega, la jonia o también


llamada milesia, era en gran parte materialista. Fundada por Tales de Mileto en el
siglo VI a.C., partió de la creencia de Tales según la cual el agua es la sustancia
primigenia de la que procede toda materia. Se dice del proyecto (2016), que
Anaximandro ofreció una idea más elaborada en el cual mantuvo que “la base de
toda materia es una sustancia eterna que se transforma en todas las formas
materiales conocidas comúnmente”, esas formas, cambian y se funden en otras de
acuerdo con la justicia, es decir, que se busca de mantener equilibrio y proporción
(equidad). Se asegura que Heráclito consideraba que el fuego es la fuente
primordial de la materia, pero creía que el mundo entero está en constante cambio o
flujo y que la mayoría de objetos y sustancias se producen por la unión de principios
opuestos; y se ha demostrado que efectivamente, el mundo está en contantes
cambio, ya sea para modificar o evolucionar, o para innovar y adoptar.

6
 La escuela pitagórica

Pitágoras de Samos fue un filósofo y matemático griego, nacido cerca de 569 a.C. y
muerto cerca de 475 a.C., es considerado el primer matemático puro.

La división entre idealismo y materialismo se hizo más clara con el paso del tiempo.
Pitágoras destacó la importancia de la forma sobre la materia al explicar la
estructura material. (Proyecto filosofía en español, 2016).

 La escuela eleática

Corriente griega de filosofía que tuvo su apogeo en los siglos VI y V a.C. El


pensamiento eleático se opone tanto a la filosofía de la escuela jónica como a la
teoría del flujo universal formulada por el filósofo griego Heráclito, pues según el
proyecto filosofía en español (2016) para los eleáticos, el universo es en esencia
una unidad inmutable, es decir, se mantiene en forma y materia desde su origen.

 Los sofistas

Los sofistas nacen a partir del materialismo aplicado a la vida diaria, que surgió en
el siglo V a.C. Según el proyecto filosofía en español (2016) los Sofistas, eran
personas que compartían puntos de vista filosóficos mucho más amplios que los de
una escuela, los sofistas popularizaron las ideas de varios filósofos anteriores; pero,
basándose en su interpretación de ese pensamiento filosófico anterior, casi todos
ellos concluyeron afirmando que la verdad y la moral eran en esencia materias
oponibles.

Protágoras, fue el primer pensador en llamarse a sí mismo sofista; fundamentó sus


pensamientos reflexivos en la doctrina de que nada es bueno o malo, verdadero o
falso, categorizándolo y que cada persona es, por tanto, su última autoridad, dicho
de manera propia; esta creencia se resume en su frase: “El hombre es la medida de
todas las cosas”. (Proyecto filosofía en español, 2016)

7
La filosofía de Giorgias es considerada nihilista (2016) y está expresada en tres
proporciones: nada existe; si algo existe, no puede ser conocido; si algo existe y
puede ser conocido, no puede ser comunicado.

 Sócrates

Sócrates de Atenas, 470 a.C. – 399 a.C., fue un filósofo clásico ateniense
considerado como uno de los más grandes, tanto de la filosofía occidental como de
la universal. Fue maestro de Platón, quien tuvo a Aristóteles como discípulo, siendo
estos tres los representantes fundamentales de la filosofía de la Antigua Grecia.
Destacó por su elocuencia y experticia en materia legislativa, lo que se desprende
de la lectura de diálogos como la Apología a Jenofonte o Platón; también estableció
el método de la mayéutica, que consiste en que el interlocutor descubra sus propias
verdades a base cuestionamientos lógicos.

Sócrates describió el alma no en término de misticismo, sino como “aquello en virtud


de lo cual se nos califica de sabio o de loco, bueno o malo”, podemos decir
entonces, que Sócrates pensaba en el alma como la combinación de la inteligencia
con el carácter del individuo. La base de sus enseñanzas y lo que inculcó, fue la
creencia de una comprensión objetiva de los conceptos de justicia, amor y virtud y el
conocimiento de uno mismo.

 Platón y Aristóteles

La teoría ética de Platón, según Alcázar (1991), descansa en la suposición de que la


virtud es conocimiento y que éste puede ser aprendido. Como se ha conocido en el
tiempo es que la idea última para Platón es la idea de Dios, y el conocimiento de
esa idea es la guía en el trance de adoptar una decisión moral. Platón sostenía que
conocer a dios es hacer el bien, pues la consecuencia o mejor dicho, la justificación
de que aquel que se comporta de forma inmoral lo hace desde la ignorancia, es
esto. En las discusiones de la República y El hombre político, menciona que “la
sabiduría práctica del hombre al frente de los asuntos públicos, está sobre las
leyes”, de esto se entiende que El hombre político está dotado de sabiduría,

8
prudencia y capacidad para juzgar en cada caso concreto, lo que es más
conveniente a hacer, teniendo como base que la consideración moral del hombre
buscará la justicia.

Aristóteles nació en Estagira cerca del año 384 a.C. y murió en Calcis cerca del año
322 a.C.; fue un polímata: filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia cuyas
ideas han ejercido una enorme influencia sobre la historia intelectual de Occidente
por más de dos milenios.

Aristóteles escribió cerca de 200 tratados (de los cuales solo nos han llegado 31)
sobre una enorme variedad de temas, incluyendo lógica, metafísica, filosofía de la
ciencia, ética, filosofía política, estética, retórica, física, astronomía y biología.
Aristóteles transformó muchas, si no todas, las áreas del conocimiento que abordó.
Es reconocido como el padre fundador de la lógica y de la biología, pues si bien
existen reflexiones y escritos previos sobre ambas materias, es en el trabajo de
Aristóteles, donde se encuentran las primeras investigaciones sistemáticas al
respecto.

Entre muchas otras contribuciones, Aristóteles formuló la teoría de la generación


espontánea, el principio de no contradicción, las nociones de categoría, sustancia,
acto, potencia y primer motor inmóvil. Algunas de sus ideas, que fueron novedosas
para la filosofía de su tiempo, hoy forman parte del sentido común de muchas
personas.

Aristóteles (Ética a Nicómaco) hace una crítica de la doctrina de Platón sobre la


epiqueya, para ambos la ley general no puede prever todos los casos posibles, sino
que ha de atender sólo a lo que ocurre en la mayoría de ellos, es decir que no se
puede generalizar siempre y que hay caso concretos que necesitan su tratamiento
especial, sin embargo, la epiqueya para Aristóteles, según Alcázar (1991), no
aparece como una desviación o excepción de la ley, sino como una corrección de la
misma. Y utiliza esta metáfora para explicarlo, “Las piedras para edificar los muros
de Lesbos son desiguales, no pueden por eso medirse si la regla no es flexible, no
son las piedras las que deben adaptarse a la regla, sino la regla a las piedras”. Para
Aristóteles, pues, la ley es justa, pero la epiqueya es más justa todavía, pues la
9
Epiqueya va más allá de la ley, ya que incluye los casos concretos que no incluye la
ley.

Aristóteles, en su tratado Ética a Nicómaco (350 a.C.), menciona que la ética no es


materia apropiada para la juventud, quiere decir que la juventud, por falta de
experiencia y sabiduría, puede llegar a no tener ética. Cada uno juzga aquello que
conoce bien, así cada juez juzga conforme a su materia, de esta manera, el juez no
joven, ya sea por edad o joven de carácter, no es apropiado para juzgar con ética.

Epiqueya es, según Aristóteles, aquella forma de equidad o justicia superior situada
por encima del precepto jurídico positivo, en virtud de la cual es lícito al hombre
obrar contra la letra de una norma jurídica obligatoria, por el rigor inadecuado de la
misma en el caso en particular.

La epiqueya en la escuela escolástica

La Escolástica es un método especulativo filosófico-teológico desarrollado, difundido


y cultivado en las escuelas de la Europa del Medioevo desde el Imperio carolingio al
Renacimiento. (Alcázar, 1991).

Parece ser que fue S. Alberto Magno el primero entre los escolásticos que conoció
la ética a Nicómaco de Aristóteles con su doctrina sobre la epiqueya. Hasta ese
momento, entre los Padres se hablaba sólo de la equidad romana (jurídica) o
cristiana (bíblica). La primera era una interpretación conforme a derecho,
interpretación que se hacía cuando la ley era considerada injusta o muy dura. La
equidad cristiana, como dice San Cipriano, era “una justicia suavizada con la
dulzura de la misericordia”. Estas dos tenían algo en común, que es la excepción
hecha a la ley por razones que se salían de lo jurídico.

Breve reseña de quién fue San Alberto Magno; nació en Baviera entre 1193 y 1206,
y murió en Colonia en 1280, fue sacerdote, obispo y Doctor de la Iglesia. Fue un
destacado teólogo, geógrafo, filósofo y figura representativa de la química y, en
general un polímata de la ciencia medieval. Su humildad y pobreza fueron notables .
Murió a la edad de 87 (o 74) años, cuando se hallaba sentado conversando con sus

10
hermanos en Colonia. Antes había mandado construir su propia tumba, ante la que
cada día rezaba el oficio de difuntos. Está enterrado en la cripta de la Iglesia de San
Andrés, en Colonia.

Sus obras, recogidas en 21 volúmenes, fueron publicadas en Lyon en 1629.

Fue beatificado en 1622, pero la canonización se haría esperar todavía. En 1872 y


en 1927, los obispos alemanes pidieron a la Santa Sede su canonización, pero sin
éxito. El 16 de diciembre de 1931, Pío XI, proclamó a Alberto Magno Doctor de la
Iglesia lo que equivalía a la canonización. Su fiesta en la Iglesia Católica se celebra
el 15 de noviembre. San Alberto es el patrono de los estudiantes de ciencias
naturales, ciencias químicas y de ciencias exactas.

De acuerdo a la nota realizada por Blassi (2016):

San Alberto consideró en Teología una doctrina sobre la epiqueya:

<<Algunas de nuestras acciones, dice, están de tal modo sometidas al cambio y


dependen tanto de las variaciones del tiempo y lugar, que es imposible formular en
relación con ellas una regla válida para siempre. Surgen si cesar casos imprevistos
que escapan la ordenación general. En esos casos observas la letra de la ley sería
hacerse infieles a su sentido profundo>>. <<Por su misma naturaleza los actos
humanos son inestables y están sin cesar sometidos al cambio>>.

Según, pues, Alberto Magno, hay dos especies de justicia, una que dirige las
acciones humanas al tenor literal de la ley, la que es aceptada en la mayoría de los
casos, y otra que corrige la ley en ciertos casos imprevistos, de acuerdo con el
sentido profundo de la ley, es decir que no se separa del espíritu de la ley, a esta la
llama una súper-justicia o bien, epiqueya. Podemos observar que no se trata, de
encontrar la manera de escaparse del cumplimiento de la ley, sino de cómo cumplir
la ley de un modo más profundo y auténtico, es por eso que no se puede hablar de
Epiqueya sin tomar en cuenta la moral, la justicia y la equidad.

11
Santo Tomás ha perfeccionado la doctrina de San Alberto, de acuerdo a la
investigación hecha en 1991 de alcázar, sobre la epiqueya con fórmulas precisas y
rigurosas. Siguiendo a Aristóteles, Santo Tomás define la epiqueya o equidad como
la virtud que, por encima de la letra de la ley, sigue lo que exige la justicia y el bien
común. Esta interpretación de la ley le parece incluso más perfecta que
simplemente aplicar lo que dice la ley. Pero Santo Tomás exige certeza de que el
caso concreto constituye una excepción a la norma general de la ley, y en el caso
de duda se debe recurrir al superior para su consejo y decisión, lo que es bastante
prudente para no caer en tratar de evitar la ley, y hacer verdaderamente lo que es
justo, esta acentuación de la epiqueya como servicio al bien común hace que su
aplicación en la práctica deba ser restrictiva.

Santo Tomás de Aquino nació en Roccasecca entre 1224/1225, y murió en la


Abadía de Fossanuova en 1274, ue un teólogo y filósofo católico perteneciente a la
Orden de Predicadores, el principal representante de la enseñanza escolástica, una
de las mayores figuras de la teología sistemática y, a su vez, una de las fuentes más
citadas de su época en metafísica, hasta el punto de que, después de muerto, sea
el referente de varias escuelas del pensamiento: tomista y neotomista. Es conocido
también como Doctor Angélico, Doctor Común y Doctor de la Humanidad, apodos
dados por la Iglesia católica, la cual lo recomienda para los estudios de filosofía y
teología.

Sus obras más extensas, y generalmente consideradas más importantes y


sistemáticas, son sus Sumas: la Summa Theologiae, la Summa contra Gentiles y su
Scriptum super Sententias. Aunque el interés y la temática principal siempre son
teológico, cuenta también con varios comentarios a obras filosóficas, destacándose,
como se ha dicho antes, en Aristóteles con obras filosóficas, polémicas o litúrgicas.
A lo largo de la historia se le han atribuido obras espurias, que con el paso del
tiempo han dejado de ser consideradas de su autoría

12
3. Interpretación y Epiqueya

Como se ha podido ver en este documento, el concepto básico de epiqueya atañe a


elementos subjetivos, cuya afinidad es inconfundiblemente con la moral, aunqu e se
le intente buscar otra respuesta, y a pesar de que muchos son los autores que
procuran hacer una distinción radical entre moral y epiqueya, fallan al momento de
establecer la conexión intrínseca entre el conjunto de directrices y estándares
internos que dirigen el actuar del ser humano en sí, con aquella concepción
eminentemente personal de lo que verdaderamente es justicia, concepto este que
nunca en la historia ha logrado encontrar una definición que sea aceptada de forma
unánime por la colectividad de filósofos, juristas e investigadores en general.

Francisco de Vitoria, fraile dominico salmantino de mediados del siglo XV, procuró
establecer que “la epiqueya es cierta especie y parte subjetiva de la justicia” (Idoya,
2009, p. 4); de este postulado podemos obtener lo siguiente: la justicia es el
concepto sui generis, y esta a su vez, a ser el concepto más amplio del fin que se
plantean los ordenamientos jurídicos, contiene dentro de sí a la epiqueya, que es
solo una manifestación o expresión idealista e inexorablemente personal de justicia.
Es por esto que en Derecho, plantear el concepto de epiqueya no significa romper
con los moldes que establecen otras corrientes filosófico-jurídicas, pues el fin debe
obtenerse siempre que los medios sean los legalmente establecidos, aunque a priori
puede parecer que para llegar a la justicia se interfiera con el concepto básico de
una ley, es necesario comprender que la epiqueya no es más que la manera que ha
tenido el ser humano para interferir con la aplicación injusta de una ley. Como bien
lo dijo Kant, en su proposición summum jus summa injuria.

Según lo explica Idoya (2009), al interpretar a Vitoria, se pueden plantear cuatro


casos en los que la aplicación de la epiqueya es meritoria para obtener el fin de las
leyes, estos casos representan siempre problemas:

a) El primer caso es “cuando el problema se presenta frente una ley justa.”


(Idoya, 2009, pp. 5).

13
Las leyes justas, las leyes verdaderas, son aquellas que gozan de dos elementos
doctrinalmente: legalidad y legitimidad; es decir, que se hayan creado siguiendo los
estamentos pre-establecidos en normas creadoras de normas, y que a su vez,
cuenten con la observancia y aceptación de los ciudadanos de un Estado, por estos
considerar que dicha ley procura el bien común, o dicho de otra forma por el sentido
de esta investigación, la norma creada tiene como fin obtener justicia. Pues en este
sentido, dice Vitoria, la epiqueya será aplicable cuando la ley, cumpliendo con los
dos requisitos planteados, la ley falle en alcanzar justicia; esta situación se puede
presentar de dos modos: general y particular, pero el que nos interesa es el
particular, pues la ley no alcanza su finalidad frente a una persona o conjunto de
personas determinados, lo que hace necesario el uso de la epiqueya.

b) El segundo caso que plantea Idoya (2009), es cuando el problema se


presenta frente a una ley clara, no una ley confusa que requiera de la
interpretación relativa a este tipo de leyes de difícil comprensión.

Para este caso Vitoria planteaba que la epiqueya no consiste en una mera
especulación teórica sobre una ley confusa ni mucho menos sobre una ley clara.
Siendo todo lo contrario respecto de las leyes claras, pues el caso de las leyes
confusas, ya existen mecanismos creados por los ordenamientos jurídicos para que
el que interprete la ley, sea quien tenga facultad legal para tal cosa. Las leyes claras
son las que plantean, usualmente, la ejecución de lo estipulado como consecuencia
frente al caso hipotético, y en caso de ejecutarse tal, se pierda todo el sentido de
justicia que la ley en principio pretendía lograr.

c) Comenta Idoya (2009) que “Vitoria se pregunta si es epiqueya el actuar


contra una ley o norma en un caso concreto en el que el sujeto parece
quedar fuera de esa prescripción” (p. 6).

Para explicar este caso concreto podemos plantear un ejemplo: Si existe una ley
que prohíbe jugar fútbol en una zona específica, porque al jugar fútbol se perturba la
circulación de los peatones, la epiqueya es entonces aplicable si las personas
juegan fútbol en dicha zona pero sin perturbar la circulación de los peatones. Esto

14
es a todas luces una interpretación “epiqueísta” de la ley, pues el bien común
procurado es la no perturbación a la circulación de peatones.

d) Idoya (2009) “es epiqueya cuando cesa la obligación de la ley (…) según
unas concretas circunstancias o bajo unas determinadas condiciones.” (p. 7)

Para este cuarto problema, una condición podría ser el estado de necesidad en el
que se encuentre sumergido el sujeto, planteando un ejemplo que se traslada al
campo del Derecho Penal. En la mayoría de legislaciones, existe la tipología de la
legítima defensa, que a pesar de que hoy en día es un logro, cientos de años en el
pasado no existía tal tipología, y en razón de tal realidad, el sujeto que tenía
prohibido matar, a través de epiqueya, podía hacerlo si era la única forma de
defenderse de que le hicieran lo mismo, pues la prohibición de matar es general.

4. La Epiqueya y el Derecho Natural

Pese a las diversas discusiones sobre el término de la Epiqueya, sabemos que en


un sentido general se considera como un acto o hábito moral que permite al hombre
eximirse de la observancia literal externa de una ley positiva con el fin de ser fiel al
sentido de ella o a su espíritu auténtico. Según la RAE, es la Interpretación
moderada y prudente de la ley, según las circunstancias de tiempo, lugar y persona.

De lo anterior distintos autores han intentado dejar por sentado su relación con el
derecho natural, sabemos que primeramente se considera como un principio de
interpretación de la ley, pero hay autores que se rehúsan a reducirlo únicamente a
esto, van más allá para poder establecer que la epiqueya es una virtud.

Podemos decir entonces, que para algunos autores la epiqueya está íntimamente
relacionada con la ley positiva pero también con la ley natural, puesto que nos indica
que hacer ante una situación concreta en la que el hombre discierne de la ley
positiva, porque tiene como objeto el derecho natural. Se puede pasar por encima
de la letra de la ley, en razón de buscar ávidamente la fidelidad de las justicias en
situaciones particulares y por ende no previstas por la ley positiva.
15
La epiqueya se sitúa en el plano del Derecho Natural, siendo que recoge en esencia
la conciencia de lo justo y lo injusto, pretende hacer prevalecer a la justicia sobre el
derecho positivo, recoge principalmente el valor de la justicia. En este mismo
sentido, Hammel (1961) nos explica:

“Es el carácter necesariamente imperfecto de toda ley escrita, humana, Por


una parte la ley natural exige al hombre que se someta, como condición de su
ser social, al legislador humano; pero por otro lado, al no estar fundada la ley
positiva en la naturaleza de las cosas, sino en la realidad tal y como es
entrevista por un legislador forzosamente limitado, no puede tener vigencia
más que en la mayor parte de los casos. La ley perfecta es utopía. Si nuestro
legislador se refugia en la región serena de los grandes principios tendremos
una ley vaga e inútil, dado que las acciones de los hombres son concretas. Si
por el contrario desea prever todas las posibilidades, acaricia una quimera con
su casuismo; y aun suponiendo que lo logre, la misma abundancia de
disposiciones la hará oscura e ineficaz y nos cegaremos en la polvareda de
detalles. Por su misma naturaleza el derecho exige cierta generalización e
inflexibilidad, bajo pena de incurrir si no en lo arbitrario o en parcialidad. De ahí
la necesidad de las excepciones: el legislador debe poder dispensar, y al
subordinado hay que facilitarle el recurso a la epiqueya (p.4).”

Hammel (1961) cita a Egenter (1940), al referir su artículo memorable de la Philos


Jahrbuch, que manifiesta "La justicia legal está sometida a la dirección de la
epiqueya. Es, por lo tanto, la epiqueya como una regla superior de los actos
humanos”.

Vemos entonces que este autor se rehúsa a considerar que la epiqueya es


simplemente un principio de interpretación de la ley positiva y le da una estimación
mayor, considerándola una virtud moral que tiene por objeto al derecho natural.
Según el mismo Hammel (1961) Consistirá, pues, en el arte de orientarse en los
conflictos que oponen derecho natural y ley positiva, y lo explica de un modo
conforme a las exigencias del derecho natural y de la situación concreta, realizando
de este modo un derecho más perfecto. Así considerada, es la virtud de los que

16
desean proceder según la verdadera justicia y conforme a las exigencias reales de
la situación, sin refugiarse en un legalismo facilitón.

5. Reflexión Moderna

La concepción de Santo Tomás se ha ampliado, de tal forma que la epiqueya no


solo busca señalar la conducta humana frente a una ley deficiente, autores como
Egender y Giers pretenden ampliar el ámbito de la epiqueya, siendo que
actualmente el contexto social hace derivar múltiples causas que puede que no
estén previstas en la ley, por la complejidad y progresividad actual de la vida. La
epiqueya vista como virtud expresa la actitud del hombre ante la ley y su deber,
uniendo la realidad con la responsabilidad de atender en razón del derecho natural y
la libertad de conciencia.
Hammel (1961) cita a Schöllgen (s.f.) que analiza y explica que “la acción cobra
perfección al no someterse tan sólo de modo externo y literal a la fórmula de la ley.
La epiqueya es una parte principal (pars potior) de la justicia”.

La reflexión moderna se preocupa por saber cuándo ha de hacerse uso de la


epiqueya, se si analiza desde Suárez con su enseñanza tradicional solo nos indica
tres casos:

a) Primero: Cuando en una situación particular, las prescripciones de la ley positiva


entran en conflicto con una ley superior que ordena salvaguardar intereses de
mayor cuantía.
b) Segundo: Si por causas excepcionales, la sumisión a la ley positiva viene a
resultar demasiado insoportable y no se sigue un bien proporcionado que compense
el sacrificio exigido.
c) Tercero: Cuando el cumplimiento de la ley positiva, por circunstancias especiales
e imprevistas, se hace más dificultoso que lo previsto en la mente del legislador.
Lo anterior es aceptado parcialmente hasta el momento, es decir que de forma
unánime los autores no se ponen de acuerdo cuando se trata de justificar el uso de
la epiqueya. Hammel (1961) recoge las dos tendencias, consecuentes con su
definición de la virtud y expresa:

17
A) Interpretación benigna del pensamiento del legislador: en la mente de éste
creen hallar algunos la razón última de la epiqueya (por escapar en el primer
caso a su jurisdicción; ya que es injusto que en tales circunstancias exija en el
segundo ese enorme esfuerzo; y al presumirse en el tercero que, dispensaría
en el supuesto de conocer esta situación.

B) La de aquellos autores que suponen la definición aristotélico-tomista: la


epiqueya corrige la ley cuando ésta es deficiente a causa de su universalidad.
Más allá de la mente del legislador (su poder y querer) se remontan a los
principios superiores del derecho natural. Egenter y sus seguidores militan en
este grupo. Nos dirán que en el primer caso el legislador carece de poder para
exigir el cumplimiento de tal ley; el súbdito debe prescindir de la letra en
nombre de una exigencia superior de la ley natural, ya que la voluntad del
legislador no es soberana sino que se subordina a la ley natural (v g., la ley de
asistencia a misa los domingos es accidentalmente perjudicial para el que se
expone, si la cumple, a dejar morir a un enfermo. En estas circunstancias si
obedece a la ley superior de la caridad ni siquiera viola materialmente el
precepto ya que no puede considerarse trasgresión de la ley positiva lo que
contradice a una ley superior). En el segundo caso es la misma ley, natural la
que le prohíbe exigir un heroísmo injustificado. El uso de la epiqueya es
facultativo en el tercero; si juzga preferible soslayar la letra de la ley es no sólo
en nombre de la benignidad del legislador, sino principalmente para mejor
realizar el espíritu de esa ley. Los principios superiores de la ley natural le
facultan a esa sustracción para de este modo realizar, fuera del texto legal, la
verdadera justicia (p.3).

Vemos que la segunda interpretación plantea que cuando se esté frente a una
situación en la que la ley positiva es insuficiente para abarcar completamente una
situación particular, el derecho natural permite y exige según el caso concreto,
entablar una acción de conformidad con la situación presente. La concepción debe
ser cumplir con la ley según la exigencia del bien común y no tanto de librarse de
ella.

18
A pesar de los múltiples esfuerzos de los autores tradicionales , los tratadistas
modernos prevén un cuarto caso mediante la f ormulación de la interrogante ¿Puede
surgir también conflicto cuando la ley natural impone sobrepasar el mínimo estricto
impuesto por la ley positiva; ya que en situaciones concretas ésta puede contradecir
al bien común?

La reflexión moderna llega a la conclusión de que la epiqueya señala y exige una


acción no prevista por la ley positiva, en el sentido de mayor carga y fatiga como
medio de realizar la justicia natural. Como Hammel señala que ya autores como
Egenter y Merkelbach dejaron ver e insinúan que es posible que la epiqueya busque
la corrección y el mejoramiento del derecho positivo cuando este es deficiente o
defectuoso por su universalidad. De acuerdo con Hammel (1961):

Este defecto puede provenir por exceso y por defecto, y la epiqueya es capaz
de corregirlo en ambos sentidos. Pero ¿cómo determinar en la situación
concreta .si nos hallamos en presencia o no de este nuevo cuarto caso? Los
criterios tradicionales no sirven, ya que en la presente ocasión el conformismo
a la letra no es inmoral, imposible o heroico en demasía, sino simplemente
insuficiente. ¿Dónde hallar una norma de discernimiento?

Hammel (1961) cita a Giers que responde en la doctrina social cristiana “La moral
social guiará nuestros pasos en este nuevo uso de la epiqueya, invocando las
exigencias superiores del bien común más allá de la justicia legal positiva” (p.4).
Ante este posible cuarto caso concreto, Santo Tomás ya dejo una idea al respecto y
es que "De donde se deduce que (la epiqueya) es parte subjetiva de la justicia, y lo
es más propiamente que la legal, pues ésta se halla sometida a la dirección de la
epiqueya".

Resumiendo, ha de tenerse en cuenta los conceptos que se tengan de justicia


social, puesto que si la justicia exige devolver a los miembros de la sociedad lo que
es debido como tal, en virtud de los derechos positivos y derechos naturales donde
vemos que vierten dos corrientes, sean ius positivismo y ius naturalismo en razón de
una necesidad común (fuente material del Derecho), observamos entonces que se
evidencia la epiqueya como aquel camino para que exista justicia social.

19
Hammel (1961) concluye que la función específica de la justicia social es “proteger
el respeto a los derechos naturales no definidos por la legislación civil. La justicia
social y la epiqueya, en presencia de una ley positiva insuficiente, nos impulsan a
cumplir lo que el derecho natural impone en nombre del bien común” .

Corolario

Se ha podido ver el desarrollo del concepto epiqueya en distintas épocas de la


humanidad, y también en distintas civilizaciones, pues cada una había adoptado
conceptos de justicia que se diferenciaban en varios puntos. Sin embargo, esos
conceptos siempre dejaban por fuera la realidad material de los casos concretos no
previstos por las normas, y en algunos de esos casos, la ejecución de la ley
conllevaría con total certeza a la injusticia. Eso porque las normas estaban, y a la
fecha la mayoría siguen estando, diseñadas para más o menos procurar justicia,
pero casi nunca se diseñan para evitar injusticia.

Como logros alcanzados a partir de la conceptualización, ampliación y aceptación


de los conceptos de epiqueya, podemos encontrar por ejemplo algunos principios
generales del Derecho en materia Laboral: In dubio pro trabajador, que es
evidentemente una positivización de la epiqueya, pues a través de este principio el
juez tiene la facultad de salir un poco de la esfera de una ley en particular cuando la
ejecución de la misma conlleve a una flagrante desmejora en las condiciones
mínimas que debe tener el trabajador frente al empleador.

Otro claro ejemplo de la aplicación de los conceptos emanados de la epiqueya lo


podemos encontrar dentro de las eximentes que se encuentran en muchos códigos
Penales alrededor del mundo, en donde la legítima defensa puede tenerse como
atenuante e incluso eximente de responsabilidad penal, siempre y cuando se
cumpla con algunos elementos configuradores de dicho término. Esto también es
una clara ejemplificación de lo que el ser humano es capaz de idealizar como
justicia, frente a un evento simultáneo en el que entra en juego no transgredir una
ley o procurar proteger la integridad física propia, de terceros o incluso la vida de los

20
tales, ya que el mero cumplimiento de la ley, significaría el menoscabo de lo antes
mencionado, dando lugar a la injusticia, pudiendo esta evitarse si se ignora el
cumplimiento irrestricto de la ley, frente a un caso concreto, según lo planteaba
Francisco de Vitoria.

Como corolario, queda entonces decir que la aplicación de la epiqueya en la


actualidad, ha sido dotada de positivismo, pues la mayoría de ordenamientos
jurídicos han optado por incluir dentro de sus disposiciones legales, aquellas
excepciones ante las cuales los sujetos como los jueces, tienen permitido
abandonar la esfera de cumplimiento de una ley, a fin de alcanzar realmente el
espíritu de una norma, es decir, el bien común o la justicia. No obstante, sería
incorrecto dar por hecho que esas inclusiones positivas signifiquen que la epiqueya
no tendría más cabida que la otorgada por las mismas leyes, pues el positivismo
puede provenir de la epiqueya, pero la epiqueya no necesita del positivismo para ser
un concepto filosófico-jurídico aplicable en relación del lugar, sujetos y cosas,
aunque estos no estén predeterminados en una ley.

21
Referencias Bibliográficas

Aristóteles. (350 a.C.) Ética a Nicómaco. Grecia.

Alcázar, H. (1991). Epiqueya. Recuperado de


http://www.mercaba.org/Rialp/E/epiqueya.htm

Blassi, F. M. (2016). La etimología de epiqueya en Tomás de Aquino. Scielo.


Recuperado el uno de julio del dos mil dieciséis, de
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1853-
63792013000200005

Del Vecchio, G. (1974). Filosofía del Derecho. Barcelona: BOSCH.

Friedrich, C. J. (1964). Filosofía del Derecho. México: Fondo de Cultura Económica,


Colección Breviarios.

Hamel, E. (1961). La virtud de la Epiqueya. Revista de Ciencias Eclesiásticas.


Recuperado de
http://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol1/2/002_hamel.pdf

Idoya, M. (2009). Interpretación y Epiqueya: Un Problema de Justicia en los


Comentarios de Francisco De Vitoria. España: Universidad de Navarra.

Meyer, L. (1901). Volumen II, de Handbuch der griechischen Etymologie.


Massachusetts: S. Hirzel.

Proyecto filosofía en español: Breve historia de la filosofía Griega. (2016).


Recuperado el día veintiocho de junio del dos mil dieciséis, de
http://mimosa.pntic.mec.es/jgomez53/filosofia/brevegrecia.htm

Truyol y Serra, A. (1975). Historia de la Filosofía del Derecho y del Estado I: De los
orígenes a la baja Edad Media. (5a ed.). Madrid: Editorial Revista de
Occidente S.A.

Truyol y Serra, A. (1975). Historia de la Filosofía del Derecho y del Estado II: Del
Renacimiento a Kant. (5a ed.). Madrid: Editorial Revista de Occidente S.A.

22

También podría gustarte