Cerebro
Cerebro
Cerebro
El cerebro se puede definir como un órgano complejo, ubicado dentro del cráneo,
que gestiona la actividdad del sistema nervioso. Forma parte del Sistema Nervioso Central
(SNC) y constituye la parte más voluminosa y conocida del encéfalo. Está situado en la
parte anterior y superior de la cavidad craneal y está presente en todos los vertebrados.
Dentro del cráneo, el cerebro flota en un líquido transparente, llamado líquido
cefalorraquídeo, que cumple funciones de protección, tanto físicas como inmunológicas.
¿El cerebro es un músculo? A pesar de que coloquialmente se diga que el cerebro
debe ser entrenado y ejercitarlo como un músculo para evitar que se atrofie, en realidad
debemos tener claro que no es un músculo. No está compuesto por miocitos, las células
musculares, sino que está formado por millones de neuronas que, interconectadas
mediante axones y dendritas, permiten regular todas y cada una de las funciones del
cerebro, cuerpo y la mente: Desde respirar, pasando por comer o dormir, hasta la
capacidad para razonar, para enamorarnos o para discutir con alguien. Todo esto pasa por
el control cerebral, siendo sólo una parte de todas las funciones de este organo.
El cerebro, formado por estructuras corticales y subcorticales (que quedan ocultas bajo
la corteza cerebral). Las estructuras corticales o corteza cerebral se dividen en distintas
áreas: el lóbulo frontal (A), el lóbulo parietal (B), la corteza cingulada (C), el lóbulo
occipital (D), el lóbulo temporal y la corteza insular (estos dos quedan ocultos en la
imagen). Además, estos lóbulos están divididos por la mitad en dos hemisferios: el
derecho y el izquierdo. Las estructuras subcorticales hacen referencia a aquellas que
quedan bajo la corteza cerebral, como el cuerpo calloso (1) que une los dos
hemisferios, el tálamo (2), los ganglios basales, amígdala, hipocampo y cuerpos
mamilares (6). El cerebro es el encargado de integrar toda la información recibida por
los órganos sensoriales y organizar una respuesta. Controla las funciones motoras,
emocionales y todas las funciones cognitivas superiores: razonamiento, expresión
emocional, memoria (Squire, 1992), aprendizaje…
la liberación de la hormona de la melatonina, implicada en la regulación de los ciclos
Cerebelo (10): Es el segundo órgano más grande del encéfalo. Está involucrado en el
control postural y del movimiento principalmente, aunque también realiza algunas
funciones cognitivas.
Hipotálamo (4), glándula pituitaria o hipófisis (5) y glándula pineal (11): El
hipotálamo se comunica con la glándula pituitaria y con la glándula pineal a través de la
liberación de hormonas para regular las funciones viscerales, como la regulación de la
temperatura corporal y comportamientos básicos como la alimentación, la respuesta
sexual, la búsqueda de placer, la respuesta agresiva… La glándula pineal tiene un
importante papel en la sincronización de de sueño/vigilia, para lo cual se coordina con el
quiasma óptico (3)
El tronco cerebral: comienza en el extremo superior de la médula espinal (9). Está
formado por el bulbo raquídeo (8), el puente de Varolio o protuberancia (7) y el
mesencéfalo. El tronco o tallo encefálico controla las funciones automáticas como la
presión sanguínea o los latidos del corazón, los movimientos límbicos y funciones
viscerales como la digestión o la micción.
Tienen como consecuencia un daño físico o mental. Según su severidad puede producir
disminución del promedio de vida con aumento de la letalidad. Algunas se detectan antes del
nacimiento otras al nacimiento y muchas en los días posteriores. (1,2) Se dividen en menores y
mayores. Las menores son pequeños defectos morfológicos que no tienen repercusiones serias
para la vida del paciente desde el punto de vista médico, quirúrgico o estético. (1,3) Las
mayores constituyen un compromiso importante para la vida, con consecuencias médicas y
estéticas; tienen repercusión social y requieren tratamiento o atención médica, muchas veces
de urgencia.
En América, la situación es diferente para cada país, pues en algunos la mortalidad infantil ha
descendido a menos de 20 por cada 1 000 nacidos vivos, pero la mayoría se mantiene con
tasas muy elevadas. Cuba resulta una excepción pues, a pesar de ser un país con escasos
recursos económicos, ha logrado reducir este indicador, ubicándose entre los primeros países
de todo el mundo, incluyendo los industrializados. (1) En Cuba constituyen la segunda causa de
muerte, en los niños menores de 1 año y en los de 1 a 4 años de edad, así como la tercera
causa en las edades entre 5 y 14 años.(1)
¿Cuáles serán las características de los defectos congénitos mayores del SNC y sus factores de
riesgo asociados? OBJETIVO: Describir las anomalías congénitas mayores del SNC y sus factores
de riesgo asociados. Desarrollo Los defectos congénitos han fascinado a la humanidad por
siglos. Los antiguos griegos consideraban los nacimientos anormales como augurios de
acontecimientos futuros. Otra explicación, era la creencia de que los defectos congénitos eran
resultado del apareamiento de seres humanos con demonios, brujas, y otros elementos
malignos. (10) A principios del siglo XIX, como consecuencia de los experimentos de Trembley,
el desarrollo de la embriología experimental permitió profundizar la comprensión del origen
de los defectos congénitos. En aquella época los DC, solo tenían carácter descriptivo ya que no
era posible ni prevenirlas ni tratarlas. (10) La Organización Mundial de la Salud define los
defectos congénitos como toda anomalía del desarrollo morfológico, estructural, funcional o
molecular, interna o externa, familiar o esporádica, hereditaria o no, única o múltiple presente
al nacer (aunque puede manifestarse más tarde). (11)
En muchos casos, la presencia de una o más anomalías menores (visibles), se puede asociar a
una o más anomalías mayores. Las personas que tienen 2 anomalías menores tienen una
probabilidad de aproximadamente el 10% de presentar una anomalía mayor. Si el individuo
tiene 3 o más anomalías menores, esta probabilidad aumenta al 25%. (12) Las funcionales
interrumpen procesos biológicos sin implicar un cambio macroscópico de forma; involucran
alteraciones metabólicas, hematológicas, del sistema inmune, entre otras. Algunos ejemplos
son: hipotiroidismo congénito, discapacidad intelectual, tono muscular disminuido, ceguera,
sordera, convulsiones de inicio neonatal. (12)
Factores de Riesgo
Ambroise Paré quién se considera no solo el padre de la cirugía francesa sino también de las
teorías multifactoriales de los defectos congénitos, creía en la multiplicidad de factores
etiológicos. (10) • 1933- Hale observó que las crías de cerdas sin vitamina A, nacían sin ojos y
concluyó que este déficit podía perturbar los factores que controlan el desarrollo ocular. (10) •
1941- Epidemia de rubéola, Gregg observó que los embriones expuestos al virus tenían
anomalías como: cataratas, defectos cardíacos, sordera y retraso mental. (10)
• 1960- Talidomida, sedante suave utilizado en las mujeres, parecía provocar anomalías
características en las extremidades, fue descubierto por Lenz. (10) Todo lo cual llevó a la
conclusión de que los agentes ambientales también son causantes de las malformaciones
congénitas. Pueden obedecer a la presencia de un solo gen defectuoso, alteraciones
cromosómicas, a una combinación de factores hereditarios, teratógenos presentes en el medio
ambiente o a carencias de micronutrientes. El hecho de que la madre padezca enfermedades
como la diabetes mellitus, tenga déficit de yodo o ácido fólico o se vea expuesta a
medicamentos, drogas (alcohol y tabaco), ciertos contaminantes químicos ambientales o
elevadas dosis de radiación son otros factores que pueden causar defectos congénitos. (14)
Factores socioeconómicos y demográficos Aunque los ingresos bajos pueden ser un
determinante indirecto, las anomalías congénitas son más frecuentes en las familias y países
de ingresos bajos. Se calcula que aproximadamente un 94% de las anomalías congénitas graves
se producen en países de ingresos bajos y medios, en los que las mujeres a menudo carecen de
acceso suficiente a alimentos nutritivos y pueden tener mayor exposición a agentes o factores
que inducen o aumentan la incidencia de un desarrollo prenatal anormal. La edad materna
avanzada también incrementa el riesgo de algunas alteraciones cromosómicas, como el
síndrome de Down. (15)
Estado nutricional de la madre Las carencias de yodo y folato, el sobrepeso y enfermedades
como la diabetes mellitus están relacionadas con algunas anomalías congénitas. Por ejemplo,
la carencia de folato aumenta el riesgo de tener niños con defectos del tubo neural. Además,
el aporte excesivo de vitamina A puede afectar al desarrollo normal del embrión o del feto.
(15)
Factores ambientales
Son las anomalías congénitas más importantes y determinantes para el desarrollo. La evidencia
sugiere que muchos factores que incluyen la radiación, drogas, malnutrición, procesos
químicos y genéticos como la mutación de la respuesta al folato o las vías dependientes de
folato pueden afectar de manera negativa al desarrollo del SNC. (5)
Existe una gran variedad de DC del SNC, entre estos se encuentra la Hidrocefalia que era
conocida desde la antigüedad y se dice que Hipócrates ya había puncionado y drenado
ventrículos Hidrocefálicos. El mecanismo de producción de esta enfermedad fue aclarado por
Dandy y Cols, en el Jonh Hopkins Hospital en 1914. (9)
Una antigua referencia a la espina bífida fue la de Morgagni en 1769, quien explicaba que la
espina bífida era un tumor acuoso de las vértebras. En 1886 el médico Von Recklinghausen
llevó a cabo estudios detallados de este proceso y desarrolló una teoría sobre la patogenia del
mielomeningocele. La parte más baja del canal era la que se afectaba con más frecuencia,
implicando unas 5 o 6 vértebras. Se identificaron tres formas de espina bífida: el meningocele,
el meningomielocele y el siringomielocele. (9)
La malformación de Arnold-Chiari fue descrita por Julios Arnold y Hans Von Chiari en 1894.
Arnold era profesor de anatomía patológica en Heidelbertg y Chiari ocupaba la cátedra de
anatomía patológica de Estrasburgo. La malformación describe una anomalía cerebral
posterior en la que la raíz del cuarto ventrículo descansa por debajo del nivel del foramen
magnum y produce así una obstrucción al paso del líquido cerebro espinal, con la consiguiente
hidrocefalia. Sus observaciones fueron complementadas por las de Russel en 1935 y las de
Donald también en ese año, quienes publicaron 10 casos de espina bífida con
mielomeningocele, todos los cuales mostraban la malformación y en 8 de ellos estaba también
presente la hidrocefalia. (9)