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Sé Impecable Con Las Palabras

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S É I M P E C A B L E C O N L A S  

PA L A B R A S

El Primer Acuerdo (de los cuatro Acuerdos) consiste en ser impecable con tus
palabras. Parece muy simple, pero es sumamente poderoso. Independientemente
de la lengua que se hable, la intención se pone de manifiesto a través de las
palabras. No son solo sonidos o símbolos escritos. Son una fuerza; constituyen el
poder que existe para expresar y comunicar, para pensar y, en consecuencia, para
crear los acontecimientos de la vida. 
Las palabras pueden crear el sueño más bello o destruir todo lo que te
rodea. Uno de los filos es el uso erróneo de las palabras, que crea un infierno en
vida. El otro es la impecabilidad de las palabras, que sólo engendrará belleza,
amor y el cielo en la tierra. Según como se utilice, las palabras liberarán o
esclavizarán aún más de lo que se imagina.
La mente humana es como un campo fértil en el que continuamente se están
plantando semillas. Las semillas son opiniones, ideas y conceptos. Al plantar una
semilla, un pensamiento, pues simplemente éste crece. El único problema es
que con demasiada frecuencia es fértil para las semillas del miedo. Las mentes
humanas son fértiles, pero sólo para la clase de semillas para las que están
preparadas. Lo importante es descubrir para qué clase de semillas es fértil
nuestra mente, y prepararla para recibir las semillas del amor.

Veamos ahora lo que significa la palabra «impecabilidad «. Significa «sin pecado


«. «Impecable» proviene del latín pecatus, que quiere decir pecado. El im significa
«sin», de modo que «impecable» quiere decir «sin pecado».
Las religiones hablan del pecado y de los pecadores, pero entendamos qué
significa realmente pecar. Un pecado es cualquier cosa que se hace y que va
contra nosotros mismos. Todo lo que se siente, se cree o se dice que vaya
contra nuestro ser, es un pecado. 
Por ejemplo: al juzgarse a sí mismo o asumir la culpa por cualquier cosa, ahora
bien, No pecar es exactamente lo contrario. Ser impecable es no ir contra ti
mismo. Cuando eres impecable, asumes la responsabilidad de tus actos,
pero sin juzgarte ni culparte. El pecado es un error que empieza con el rechazo
de uno mismo. El mayor pecado que cometes es recházate a ti mismo.
Ser impecable con tus palabras es no utilizarlas contra ti mismo. Ser impecable
con tus palabras significa utilizar tu energía correctamente, en la dirección de la
verdad y del amor por ti mismo. Si llegas a un acuerdo contigo para ser impecable
con tus palabras, eso bastará para que la verdad se manifieste a través de ti y
limpie todo el veneno emocional que hay en tu interior. Pero llegar a ese acuerdo
es difícil, porque hemos aprendido a hacer de la mentira un hábito al
comunicarnos con los demás, y aún más importante, al hablar con nosotros
mismos. No somos impecables con nuestras palabras.
Por lo general, empleamos las palabras para propagar nuestro veneno personal:
para expresar rabia, celos, envidia y odio. Hacemos un mal uso de las palabras
con gran frecuencia, y así es como creamos y perpetuamos el sueño del infierno. 
Con el uso erróneo de las palabras, nos perjudicamos los unos a los otros y nos
mantenemos mutuamente en un estado de miedo y duda.
Durante años, las palabras de los demás nos han transmitido chismes y nos han
lanzado hechizos, pero lo mismo ha hecho la manera en que utilizamos las
palabras con nosotros mismos. Nos hablamos constantemente, y la mayor parte
del tiempo decimos cosas como: «Estoy gordo. Soy feo. Me hago viejo. Me estoy
quedando calvo. Soy estúpido, nunca entiendo nada. Nunca seré lo
suficientemente bueno. Nunca seré perfecto.» ¿Ves de qué modo utilizamos las
palabras contra nosotros mismos? Es necesario que empecemos a comprender lo
que son las palabras y lo que hacen. Si entiendes el Primer Acuerdo (Se
impecable con tus palabras), verás cuántos cambios ocurren en tu vida. En primer
lugar, cambios en tu manera de tratarte y en tu forma de tratar a otras personas,
especialmente aquellas a las que más quieres.
Si adoptamos el Primer Acuerdo y somos impecables con nuestras
palabras, cualquier veneno emocional acabará por desaparecer de nuestra mente
y dejaremos de transmitirlo en nuestras relaciones personales. La impecabilidad
de tus palabras también te proporcionará inmunidad frente a cualquier persona
que te lance un hechizo (una opinión, una creencia, un juicio). 
Solamente recibirás una idea negativa si tu mente es un campo para ella.
Cuando eres impecable con tus palabras, tu mente deja de ser un campo
fértil para las palabras que surgen del miedo, pero sí lo es para las que
surgen del amor.
Puedes medir la impecabilidad de tus palabras a partir de tu nivel de
autoestima. La cantidad de amor que sientes por ti es directamente proporcional a
la calidad e integridad de tus palabras. Cuando eres impecable con tus palabras,
te sientes bien, eres feliz y estás en paz.
Puedes trascender el sueño del infierno sólo con llegar al acuerdo de ser
impecable con tus palabras (pensamientos). Ahora mismo estoy plantando una
semilla en tu mente. Que crezca o no, depende de lo fértil que sea tu mente para
recibir las semillas del amor. Tú decides si llegas o no a establecer este acuerdo
contigo mismo: Soy impecable con mis palabras. Nutre esta semilla, y a medida
que crezca en tu mente, generará más semillas de amor que reemplazarán a las
del miedo.

Se impecable con tus palabras. Este es el primer acuerdo al que debes llegar si
quieres ser libre, ser feliz y trascender el nivel de existencia del infierno. Es muy
poderoso. Utiliza las palabras apropiadamente. Empléalas para compartir tu
amor. Dite a ti mismo que eres alguien digno de amor. Dite cuanto te amas. Utiliza
las palabras para romper todos esos pequeños acuerdos (creencias) que te hacen
sufrir. Este acuerdo por si solo es capaz de cambiar tu vida. La impecabilidad de
tus palabras te llevará a la libertad personal, al éxito y a la abundancia; hará que el
miedo desaparezca y lo transformará en amor y alegría. Trascenderás el sueño
del miedo y llevarás una vida diferente. Podrás vivir en el cielo en medio de miles
de personas que viven en el infierno porque serás inmune a él. Alcanzarás el reino
de los cielos con este acuerdo: Se impecable con tus palabras.

EL PODER DE LAS PALABRAS


Los seres humanos somos unos poderosos creadores. Imagínate que cada
acuerdo (creencia) es como un ladrillo. Con ellos los seres humanos creamos una
estructura completa, y con nuestra fe los fijamos unos a otros. Creemos sin
ninguna duda en todo el conocimiento que contiene esa estructura, en cuyo
interior nuestra fe queda atrapada, porque la hemos depositado en cada
acuerdo. No importa si es verdad o no; lo creemos, y para nosotros es verdad . Tu
fe es tan fuerte que cuando crees: «Nunca voy a ser esto», se hará tu voluntad, y
nunca llegarás a serlo. Si crees: «No soy capaz de hacerlo», se hará tu voluntad, y
no podrás hacerlo. Independientemente de lo que creas, al depositar tu fe en esa
creencia, harás que se convierta en realidad. Cada vez que rompes un acuerdo
recuperas el poder de la fe que depositaste en él. Ya no necesitas gastar tu poder
en mantenerlo vivo. Recobras tu poder personal, tu voluntad se hace más fuerte y
esto te brinda el poder necesario para cambiar otro acuerdo, y otro, y otro.
Observa tu mente como si fueses un halcón que surca ese campo fértil y
observa cuales son las semillas que habitualmente siembras en tu mente. Observa
esos pensamientos y si puedes lleva un diario donde los pongas por escrito, por
ejemplo: ¿Cuales son las creencias que mantengo en mi mente, ¿Cuales son los
pensamientos más recurrentes?, ¿Qué historias son a las que presto más
atención a lo largo del día?, ¿Qué opiniones mantengo sobre los demás, sobre las
personas más cercanas a mí, especialmente con aquellas personas con las que
mantengo algún conflicto?.
Date cuenta de que mantener esas creencias y esos pensamientos requiere de tu
fe, de tu decisión de regarlas y alimentarlas todos los días. El poder de tu fe es el
que las mantiene fuertes y enraizadas en tu mente. ¡Date cuenta de lo poderoso
que eres! En ocasiones pensamos que no tenemos fe, que somos débiles,
impotentes, sin embargo, si que tenemos fe, ¡somos poderosos!, pero nuestra fe
en la mayoría de los casos está alimentando nuestros miedos y mayores
pesadillas, en lugar de estar enfocado en el amor que somos.

Ejercicios que ayudarán a sacar a la luz todos esos acuerdos, esos


pensamientos y creencias que restan valor y a dejar de darles fuerza a través
de la fe de la creencia.
1. Imagínate como. le hablarías a alguien a quien amas y respetas profundamente.
Luego considera como te hablas a ti mismo. ¿Qué te dices cada día cuando te
levantas, cuando te miras al espejo, cuando avanza el día? 
2. Observa que es lo que piensas sobre ti mismo, cuales son las ideas que
mantienes en tu mente y consideras verdaderas. Ahora que eres consciente de
este Acuerdo puedes escoger romperlo diciéndote: «Ya no estoy de acuerdo
con tratarme con esta falta de respeto. Cada vez que un pensamiento
crítico aparezca en mi mente, perdonaré al Juez (subpersonalidad dentro
de la mente que juzga, critica, cree en el conflicto, la culpa y el miedo) y
me diré palabras de elogio, aceptación y amor.» Haz una lista que
contenga un mínimo de cuatro cosas que te dices sobre ti cada día. Después
revísalas y decide si son cariñosas y amables y si quieres seguir albergándolas
en tu mente. Elige ser impecable con tus palabras.
3. Nuestra vida es un perfecto tapiz que manifiesta nuestras creencias
subconscientes, aquellos acuerdos que hemos adoptado y que nunca nos
hemos atrevido a cuestionar ni mirar. Nuestra vida refleja de una forma perfecta
aquello que son nuestros deseos subconscientes, a lo que hemos decidido
prestar nuestra atención y alimentar con nuestra fe. Así que una forma de sacar
a la luz esos acuerdos o creencias es hacer un repaso por las diferentes áreas
de mi vida, especialmente por aquellas donde existe conflicto y preguntarte:
«¿Qué es lo que debería creer internamente para manifestar esta situación en
mi vida?» Por ejemplo puede que en mi vida esté presente la carencia pero no
me de cuenta de la cantidad de veces que apoyo esa carencia a través de mis
pensamientos, de como por ejemplo utilizo el dinero, o la falta de él como una
excusa para no hacer aquello que no quiero hacer o que me da miedo hacer.
¿De que formas utilizo el dinero, o la falta de él para atacarme a mi misma? Haz
un repaso de las diferentes áreas de conflicto en tu vida y presta atención a las
creencias que están por debajo sustentando esa situación.
4. Completa las siguientes frases:
1. No soy impecable con mis palabras cuando….
2. Podría ser impecable si…
3. Puedo utilizar el poder de mis palabras en la dirección de la verdad si…
4. Puedo utilizar las palabras para compartir mi amor siempre que…
5. Selecciona un objeto que te sirva para simbollizar el poder de tus palabras y
para recordarte que seas impecable con ellas. Asegúrate de colocar el objeto en
un lugar donde puedas verlo cada día. Es importante que el símbolo resulte
significativo para ti.
6. Haz una lista de cuatro ocasiones en las que el mal uso de tus palabras te
causase un sufrimiento innecesario a ti mismo o se lo causase a otra persona.
7. Haz una lista de cuatro razones apremiantes para ser impecable con tus
palabras.
8. Establece un nuevo acuerdo contigo mismo a fin de ser impecable con tus
palabras y escríbelo en un papel. Nutre tus semillas de amor leyendo a diario el
acuerdo que has escrito durante un mínimo de cuatro semanas o hasta que
hayas establecido firmemente el hábito de ser impecable con tus palabras.
9. Utiliza las palabras para compartir tu amor. Cuando eres impecable con tus
palabras te sientes bien, eres feliz y estás en paz.

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