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Centro Recreativo Xalapeño

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Centro Recreativo Xalapeño,

testigo bicentenario con vocación cultural


Posada, oficina de correos, centro popular de recreación, el
inmueble que hoy es un centro de arte y cultura ha sido protagonista de
la historia de Xalapa.
Quizá no valoramos lo que tenemos, y no hasta que lo vemos perdido
sino porque sigue ahí, aun después de que nosotros ya no. Esa es la magia
del patrimonio cultural y natural. Y como hemos visto a lo largo del curso,
Veracruz, es uno de los mas ricos estados que tiene magia, cultura y
belleza dentro de su patrimonio,. Es así como al final de este curso, al
elegir un lugar que sea parte de nuestro patrimonio, por muchas razones
decidí que la capital de nuestro estado pasa de lado, un lugar entrañable,
que acumula mucha historia, y belleza al mismo tiempo: el Centro
Recreativo Xalapeño.
Decidí que este es el lugar que quiero que aparezca en el próximo curso
de patrimonio cultural, aunque Xalapa cuenta con muchas más
propuestas, en este momento reúne los requisitos innegables para ser
considerado.
Hace casi 200 años en Xalapa se observaban casas de un piso, todas de
teja; calles empedradas, angostas y serpenteantes, abundantes flores,
jardines y manantiales, hogares limpios donde la música y las
tertulias iluminaban la noche y los corazones. El chipi-chipi y las densas
neblinas de incienso hacían preguntarse a los viajeros: ¿Habrá iglesias,
edificios, ahí estará la ciudad de Xalapa, paso obligado entre Veracruz,
Puebla y la Capital?
Hace casi 200 años México se independizaba de España, y uno de esos
viajeros ingresaba, entre la bruma y la humedad, al Camino Real, hoy la
avenida Xalapeños Ilustres; quiere descansar de su extenuante viaje
desde el puerto jarocho, no sin antes tomar y fumar algo. Elige una de
las hospederías que se encuentra a una cuadra de la Plaza de Armas,
famosa por su cocina y sus vinos.
Se dirige a las caballerizas ubicadas en la actual calle Jesús García, amarra
sus caballos, descarga sus cosas, y va a registrarse. Lo atiende un
francés, “viejo, regañón y gritón”, pero el lugar es agradable, amplio, con
su arcada a la entrada, sus columnas de piedra custodiando la fuente al
centro del patio central.
Se trata de la antigua Posada Francesa, que sigue en pie y cuyos muros
y habitaciones han visto durante centurias, incólumes, el cambio de un
pueblo a ciudad capital, y que en la actualidad sigue dando refugio, pero
no a personas, sino a la cultura y al arte. En esta posada, inicia la historia
del Centro Recreativo Xalapeño.
El de entonces era un Xalapa mágico, ya era capital del estado, había
poder político, su iglesia no era Catedral, se erigía aún el Convento de los
Franciscanos, que ocupaba buena parte del parque Benito Juárez. Pero
sobre todo, los xalapeños, en sus casas, solían reunirse a escuchar
música, hacer interpretaciones, a declamar poesía. Había una sociedad
culta, y eso explica por qué hoy es una de las capitales de la cultura
nacional.
Incluso los escritores Guillermo Prieto y Manuel Payno dejaron referencias
de la maravilla que era ir a las casas de Xalapa y encontrar las harpas
clásicas, pianolas, pianos.
La carretera nacional era la actual avenida 20 de Noviembre, que era la
continuación del Camino Real que llevaba hacia Perote; sus otros límites
eran Los Sauces, por donde corría el río Carneros, y las Lomas del Estadio.
“Los viajeros venían de ese clima inhóspito del puerto de Veracruz para
llegar a mil 200 metros de un territorio sano, fresco, con abundante agua
y vegetación, para descansar y continuar su viaje. Esto define una ruta:
el Camino Real que desembocaba en la Calle Real, hoy Enríquez. En esta
ruta se asentaron las primeras hospederías, y una, emblemática, que por
fortuna queda después de más de 200 años, es la antigua Posada
Francesa, o Posada de Diligencias… hoy, el Centro Recreativo Xalapeño”.
CULTURA Y RECREACIÓN PARA EL PUEBLO
Al paso de los años se vendió parte del edificio, como las caballerizas, y
entrando a la década de los 20, del Siglo XX, el inmueble es un lugar de
encuentro, recreo y diversión ciudadana, pero con un enfoque distinto:
para atender a los sectores populares. Se le nombra Centro Recreativo
Xalapeño.
“Aquí se llevaban a cabo bailes populares, venían músicos; hacia finales
de los años 30 tiene su auge y compite de alguna manera con la visión
de los casinos, como el Español y el Xalapeño, que tenían a ciertos
sectores, pero aquí era para todos, era popular”.
Un episodio, como paréntesis en el devenir del inmueble, entre 1895 y
1912, fue la Oficina del Correo de Xalapa: “Originalmente estuvo en la
Calle de la Amargura, hoy Revolución, pero en este periodo la Comisión
Geográfico Exploradora deja fe que esta era la oficina, entre tantas
funciones que tuvo”.
Orquestas, músicos populares y locales armaban grandes fiestas y
tardeadas; una gran sala albergaba billares, y había una gran barra, muy
bien instalada. “Con el paso de los años, ya en los 60 y 70, el lugar fue
decayendo, la administración cambió, y se volvió un centro de diversión
donde prevalecía la barra libre”.
Fue un gran acierto del Gobierno del Estado, primero, comprar la
propiedad, y luego, mantener el nombre, porque estaba arraigado a la
tradición y cultura de Xalapa. “La propiedad tiene altibajos, hasta que
llega a manos del Ayuntamiento mediante una donación, que se concretó
jurídicamente después de muchos años”.

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