El Centro Recreativo Xalapeño ha sido testigo de la historia de Xalapa durante más de 200 años, funcionando originalmente como posada y oficina de correos. En la actualidad alberga eventos culturales y artísticos para todos los sectores de la población. A pesar de altibajos a lo largo de los años, el gobierno estatal compró la propiedad y mantuvo su nombre arraigado a la tradición cultural de Xalapa.
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El Centro Recreativo Xalapeño ha sido testigo de la historia de Xalapa durante más de 200 años, funcionando originalmente como posada y oficina de correos. En la actualidad alberga eventos culturales y artísticos para todos los sectores de la población. A pesar de altibajos a lo largo de los años, el gobierno estatal compró la propiedad y mantuvo su nombre arraigado a la tradición cultural de Xalapa.
El Centro Recreativo Xalapeño ha sido testigo de la historia de Xalapa durante más de 200 años, funcionando originalmente como posada y oficina de correos. En la actualidad alberga eventos culturales y artísticos para todos los sectores de la población. A pesar de altibajos a lo largo de los años, el gobierno estatal compró la propiedad y mantuvo su nombre arraigado a la tradición cultural de Xalapa.
El Centro Recreativo Xalapeño ha sido testigo de la historia de Xalapa durante más de 200 años, funcionando originalmente como posada y oficina de correos. En la actualidad alberga eventos culturales y artísticos para todos los sectores de la población. A pesar de altibajos a lo largo de los años, el gobierno estatal compró la propiedad y mantuvo su nombre arraigado a la tradición cultural de Xalapa.
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Centro Recreativo Xalapeño,
testigo bicentenario con vocación cultural
Posada, oficina de correos, centro popular de recreación, el inmueble que hoy es un centro de arte y cultura ha sido protagonista de la historia de Xalapa. Quizá no valoramos lo que tenemos, y no hasta que lo vemos perdido sino porque sigue ahí, aun después de que nosotros ya no. Esa es la magia del patrimonio cultural y natural. Y como hemos visto a lo largo del curso, Veracruz, es uno de los mas ricos estados que tiene magia, cultura y belleza dentro de su patrimonio,. Es así como al final de este curso, al elegir un lugar que sea parte de nuestro patrimonio, por muchas razones decidí que la capital de nuestro estado pasa de lado, un lugar entrañable, que acumula mucha historia, y belleza al mismo tiempo: el Centro Recreativo Xalapeño. Decidí que este es el lugar que quiero que aparezca en el próximo curso de patrimonio cultural, aunque Xalapa cuenta con muchas más propuestas, en este momento reúne los requisitos innegables para ser considerado. Hace casi 200 años en Xalapa se observaban casas de un piso, todas de teja; calles empedradas, angostas y serpenteantes, abundantes flores, jardines y manantiales, hogares limpios donde la música y las tertulias iluminaban la noche y los corazones. El chipi-chipi y las densas neblinas de incienso hacían preguntarse a los viajeros: ¿Habrá iglesias, edificios, ahí estará la ciudad de Xalapa, paso obligado entre Veracruz, Puebla y la Capital? Hace casi 200 años México se independizaba de España, y uno de esos viajeros ingresaba, entre la bruma y la humedad, al Camino Real, hoy la avenida Xalapeños Ilustres; quiere descansar de su extenuante viaje desde el puerto jarocho, no sin antes tomar y fumar algo. Elige una de las hospederías que se encuentra a una cuadra de la Plaza de Armas, famosa por su cocina y sus vinos. Se dirige a las caballerizas ubicadas en la actual calle Jesús García, amarra sus caballos, descarga sus cosas, y va a registrarse. Lo atiende un francés, “viejo, regañón y gritón”, pero el lugar es agradable, amplio, con su arcada a la entrada, sus columnas de piedra custodiando la fuente al centro del patio central. Se trata de la antigua Posada Francesa, que sigue en pie y cuyos muros y habitaciones han visto durante centurias, incólumes, el cambio de un pueblo a ciudad capital, y que en la actualidad sigue dando refugio, pero no a personas, sino a la cultura y al arte. En esta posada, inicia la historia del Centro Recreativo Xalapeño. El de entonces era un Xalapa mágico, ya era capital del estado, había poder político, su iglesia no era Catedral, se erigía aún el Convento de los Franciscanos, que ocupaba buena parte del parque Benito Juárez. Pero sobre todo, los xalapeños, en sus casas, solían reunirse a escuchar música, hacer interpretaciones, a declamar poesía. Había una sociedad culta, y eso explica por qué hoy es una de las capitales de la cultura nacional. Incluso los escritores Guillermo Prieto y Manuel Payno dejaron referencias de la maravilla que era ir a las casas de Xalapa y encontrar las harpas clásicas, pianolas, pianos. La carretera nacional era la actual avenida 20 de Noviembre, que era la continuación del Camino Real que llevaba hacia Perote; sus otros límites eran Los Sauces, por donde corría el río Carneros, y las Lomas del Estadio. “Los viajeros venían de ese clima inhóspito del puerto de Veracruz para llegar a mil 200 metros de un territorio sano, fresco, con abundante agua y vegetación, para descansar y continuar su viaje. Esto define una ruta: el Camino Real que desembocaba en la Calle Real, hoy Enríquez. En esta ruta se asentaron las primeras hospederías, y una, emblemática, que por fortuna queda después de más de 200 años, es la antigua Posada Francesa, o Posada de Diligencias… hoy, el Centro Recreativo Xalapeño”. CULTURA Y RECREACIÓN PARA EL PUEBLO Al paso de los años se vendió parte del edificio, como las caballerizas, y entrando a la década de los 20, del Siglo XX, el inmueble es un lugar de encuentro, recreo y diversión ciudadana, pero con un enfoque distinto: para atender a los sectores populares. Se le nombra Centro Recreativo Xalapeño. “Aquí se llevaban a cabo bailes populares, venían músicos; hacia finales de los años 30 tiene su auge y compite de alguna manera con la visión de los casinos, como el Español y el Xalapeño, que tenían a ciertos sectores, pero aquí era para todos, era popular”. Un episodio, como paréntesis en el devenir del inmueble, entre 1895 y 1912, fue la Oficina del Correo de Xalapa: “Originalmente estuvo en la Calle de la Amargura, hoy Revolución, pero en este periodo la Comisión Geográfico Exploradora deja fe que esta era la oficina, entre tantas funciones que tuvo”. Orquestas, músicos populares y locales armaban grandes fiestas y tardeadas; una gran sala albergaba billares, y había una gran barra, muy bien instalada. “Con el paso de los años, ya en los 60 y 70, el lugar fue decayendo, la administración cambió, y se volvió un centro de diversión donde prevalecía la barra libre”. Fue un gran acierto del Gobierno del Estado, primero, comprar la propiedad, y luego, mantener el nombre, porque estaba arraigado a la tradición y cultura de Xalapa. “La propiedad tiene altibajos, hasta que llega a manos del Ayuntamiento mediante una donación, que se concretó jurídicamente después de muchos años”.