Estrategias para Afrontar La Disciplina en El Aula
Estrategias para Afrontar La Disciplina en El Aula
Estrategias para Afrontar La Disciplina en El Aula
LA DISCIPLINA EN EL AULA
ESTRATEGIAS PARA AFRONTAR LA INDISCIPLINA EN EL AULA
Es común que en el salón de clases surjan problemas de conducta cuyas
causas debemos detenernos a analizar. Unas veces pueden ser debidas a los
alumnos, pero otras ocasiones la causa de los problemas de conducta pueden
ser por culpa del docente.
Logra conocer a los alumnos en clase y descubrir las razones que hay
detrás de sus actos.
Prevé los probables problemas de control, decide las estrategias para su
resolución y aplícalas con rapidez y de modo consecuente.
Mantén buena predisposición hacia el alumnado. El efecto “demonio” y la
profecía autocumplida, si ya estamos impresionados positivamente por la
conducta de alguien en un cierto contexto, nos sentiremos predispuestos
de manera favorable hacia los esfuerzos que realice en otro.
Ayuda a los alumnos a desarrollar un autoconcepto positivo, orientado
hacia el éxito. Para ello, en la medida de lo posible, procura
encomendarles tareas acordes con su nivel de aptitudes. Un alumno con
poca autoestima o que se considere un fracaso es mucho más probable que
cause problemas de control.
Cambia de actividades dentro del aula para evitar que los alumnos caigan
en el aburrimiento y la desmotivación.
Haz el entorno del aula lo más agradable, animado y estimulante posible.
Evita amenazas innecesarias o poco prácticas. Las amenazas
desmesuradas que los alumnos saben que no se pondrán en práctica,
sirven sólo para rebajar la opinión sobre el docente como alguien a quien
no se debe tomar en serio.
Establece normas y procedimientos claros. No excederse en su número, ya
que si son demasiadas es probable que se olviden de la mitad.
Procura ponerte en el lugar del alumno.
Autopresentación. El docente debe trasmitir a los alumnos:
Confianza en sí mismo: no hablar ni actuar de forma precipitada, mirar a
la clase en general y a cada alumno/a en particular de forma tranquila.
Hay que evitar cualquier antagonismo injustificado o reacción
exagerada ante la conducta de los alumnos.
Orientaciones e instrucciones precisas: las instrucciones deben ser
breves, irán al grano y se expresarán en lenguaje sencillo.
Firmeza ante los problemas.
Conciencia de lo que está ocurriendo. Mantener el estado de alerta ante
lo que sucede en el aula durante el trabajo o las explicaciones.
Disfruta enseñando. Esto ayuda a mantener un buen control de la clase y
desempeña una parte importante del éxito de la enseñanza.
Puntualidad. Muchos de los problemas de control de la clase, surgen
porque el profesor llega tarde o porque está entretenido en otras cosas.
Buena preparación de la clase.
Ponerse rápidamente a la tarea. Un vez que los alumnos están en el aula,
hay que empezar la clase con rapidez y energía para centrar la atención en
las explicaciones y en las tareas a realizar.
Insistir en la colaboración de toda la clase. Es fundamental conseguir una
colaboración total antes de entrar en materia.
Utilizar la palabra con expresividad, con tono agradable y que no
produzca cansancio o tensión.
Mantenerse alerta ante las incidencias de la clase. Moverse por el aula,
mantener un buen contacto visual con los alumnos, darse cuenta de dónde
van a surgir probablemente los problemas, concentrando ahí su atención.
Estrategias claras y bien comprendidas para enfrentarse a situaciones de
crisis.
Distribución clara y equitativa de la atención del profesor.
Evitar comparaciones. Las comparaciones pueden generar hostilidad y
resentimiento hacia los docentes por parte de las personas más
desfavorecidas en esas comparaciones y también divisiones en el seno del
aula.
Hacer un buen uso de la preguntas. El profesor que hace preguntas a
alumnos concretos, está utilizando una estrategia muy valiosa para
mantener atentos y activos a los alumnos.
Garantizar oportunidades adecuadas de actividades prácticas.
Organizar la clase de forma eficaz.