Glauce Baldovin
Glauce Baldovin
Glauce Baldovin
Él dijo, mi cuchillo.
3
* Se levantó el velo
que le cubría el rostro
Y nosotras y sus ojos azules, negro de tan azules,
esta pléyade de madres deambulando por las se clavaron en mis ojos.
plazas
removiendo los cimientos del orden Nunca más hablamos de ello
hilvanando a golpes de silencio pero cuando me dijo
los barrotes de una cárcel ávida que espera después de haber recorrido toda la casa
bordando con palomas la mortaja que el asesino de haberse detenido en los rincones, en las
prepara colchas, en los espejos
para cubrir la esperanza. "Yo soy tu soledad"
Nosotras ...prodigiosamente unidas nos abrazamos entre llorando y riendo
dando los ojos a las que quedaron ciegas nos acariciamos la cabeza
las piernas a las sin rodillas y fue el momento más tierno del que tengo
el corazón a la abandonada memoria.
¿qué fuerza pudiera arrasar nuestra fuerza?
¿qué dolor qué tortura lograra apaciguarnos? (Libro de la Soledad, 1989)
Nada pudieron las amenazas
Nada el criminal silencio. Vuelvo temprano
XII