Contrato de Seguro
Contrato de Seguro
Contrato de Seguro
Desde finales del siglo XVIII, hasta hoy, el Seguro Moderno adquiere su desarrollo
en el siglo XX. Debido a su desarrollo, se crean oficinas fiscalizadoras
gubernamentales, en Guatemala, el ente fiscalizador es el Departamento de
Inspección de Seguros y Fianzas de la Superintendencia de Bancos, adjunta al
Banco de Guatemala; vigilan el comportamiento y cumplimiento de obligaciones
derivadas de contratos de seguro; En Guatemala, de 1930 a 1945 ya existía el
seguro, sólo habían compañías extranjeras con oficinas representativas. En 1945
surge la primera compañía nacional de Seguros.
Este cálculo actuarial vale tanto para el seguro social como para el seguro
comercial: 1°. Para garantizar su funcionamiento 2°. Tanto para el funcionamiento,
como para la utilidad que persigue el asegurador. En otras palabras, el seguro se
fundamenta en el cálculo científico, que sumado a una correcta administración,
posibilita sus resultados como política social de un Estado o como negocio
mercantil.
7. Naturaleza Jurídica
Por considerar que son las más importantes, referimos únicamente tres ideas doctrinarias
que pretenden justificar la naturaleza del contrato de seguro.
1 Teoría de la indemnización.
Según esta concepción, el seguro es una institución que tiene por objeto reparar o
atenuar las consecuencias de un acontecimiento eventual e imprevisto. Se le critica a
esta teoría que la reparación de un daño o su atenuación, sólo puede referirse al
siniestro que ocurra en la esfera patrimonial de las personas aseguradas; pero, no
puede decirse lo mismo del seguro personal, ya que la integridad física no es un
bien sujeto a daños que puedan cuantificarse en términos indemnizatorios.
2 Teoría de la Necesidad.
El fundamento del seguro, según esta teoría, consiste en que es un recurso por
medio del cual un gran número de existencias económicas amenazadas por peligros
análogos, se organizan para atender mutuamente posibles necesidades tasables y
fortuitas de dinero.
3 Teoría de la Previsión.
En nuestro criterio es la más acertada: cuando se contrata un seguro se está
previendo minimizar las consecuencias de un hecho que, como riesgo, motiva el
contrato de seguro. Independientemente de otras consideraciones, quien celebra un
contrato de seguro, como asegurado o tomador, lo hace como persona previsora que
quiere trasladar a otra, el asegurador, las consecuencias parciales o totales de una
eventualidad futura; o sea el riesgo convertido en siniestro.