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Modulo 5 y 6 Técnicas Gestalt

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MÓDULO 5 y 6

Técnicas terapéuticas Gestalt I y II

Objetivo General:

1. Aplicación, vivencia e integración de diferentes técnicas de trabajo en el


proceso personal y de grupo.

Introducción

A este momento ya tenemos una idea más amplia y definida de los conceptos-raíz
(fundamentos filosóficos-espirituales-psicológicos-neurofisiológicos) de la
Psicoterapia Gestalt y de los conceptos clave del ciclo de la experiencia
(retroflexión, deflexión, etc.). Ahora, a continuación, veremos unos conceptos que
son fundamentales tener a consideración en el proceso terapéutico.

Conceptos a considerar

1. Resistencia

Este concepto es tomado del psicoanálisis y la diferencia con este paradigma


psicológico lo encontramos en que en Terapia Gestalt, en vez de destruir la
resistencia, nos aliamos a ella. Laura Perls, a este respecto señala que “si alguna
vez sirvió para algo, y el individuo tiende a preservar en el tiempo lo que adquirió
a pesar de que ya no le sirve, ha de ser por alguna razón”1.

Si hay una resistencia al cambio es porque hay una necesidad de cambio. Esto es
lo que solemos llamar polaridad y esta polaridad se resuelve cuando utilizamos la
energía contenida en los bloqueos para alcanzar la resolución de la necesidad
imperante.

La resistencia la podemos entender como autointerrupción de la energía dentro


del ciclo de la experiencia Gestalt y sólo puede resolverse con el incremento de
consciencia proporcionada por la intervención del facilitador gestalt en el proceso
terapéutico.
1
Cita tomada de Salama, H.; Villarreal, R., El Enfoque Guestalt. Una filosofía
humanista. El Manual Moderno, México, 1989.
Un punto muy importante que hay que considerar en todo momento es que el
marco de seguridad y confianza que puede obtenerse en la sesión es
indispensable para que se cierre la Gestalt debido a que la resistencia se nutre del
miedo.

2. Autorregulación Organísmica

Esto implica el proceso natural que ocurre con el objeto de llegar al equilibrio
homeostático.

Este mecanismo natural sucede sin que nos demos cuenta e incluye una tarea
cumplida por lo que la podemos entender, y con justa razón, sabiduría del
organismo.

Fritz Perls considera que coexiste además otro tipo de regulación a la que llamó
debeística, que consiste en satisfacer una parte de las necesidades de la persona
en relación con lo que tendría o no tendría que ser2.

Cualquier manejo del control, incluso el externo introyectado ( tú debes),


interrumpe el funcionamiento satisfactorio del organismo humano.

3. Capas o estratos de la neurosis

Para Perls, que una persona neurótica pueda vivir plenamente, la misma persona
necesita destruir las capas que ella misma se creó. En Gestalt trabajamos con dos
aspectos o capas que la neurosis forma en la persona, las cuales son necesario,
como primer paso descubrirlas y darse cuenta, para luego acomodar o gestionar
en la misma persona, liberando la energía atrapada en ellas que le impiden su
homeostasis o su cierre de su gestalt o satisfacción de su necesidad.

Estos dos aspectos o capas, tienen a su vez estratos o estadios neuróticos que
mantienen la estructura neurótica o la conducta neurotizante que impiden la
autorregulación organísmica. Es de notar que son aspectos presentes en todas las
personas, son limitantes y entorpecedores de los procesos sanos de relación
existencial y que se constituyen a partir de la propia experiencia, vamos, son
aprendidos por la experiencia, tanto interna como externa.
2
Cfr. Perls, F., Yo , hambre y agresión, Fondo de Cultura Económica, México, 1995.
Estos aspectos de la personalidad son los siguientes:

a. Respecto a la forma de ser

® El lugar común o señales. En esta capa podemos encontrar un ir y venir de


clichés, en donde las palabras carecen de afectividad con el objeto de no
proponer un contacto real (por ejemplo, ¡hola!). En esta capa se mantiene una
distancia con el contacto, tanto ambiental (“no tengo tiempo”, “no encajo”, “la
culpa es de los demás” pero envuelta o disfrazada de cordialidad) como
personal (“no me pasa nada”, al cabo que no me dolió”, “así tenía que ser”) que
se esconde en justificaciones sean válidas o absurdas).

® Representación de un papel: O un COMO SI, que es el comportarse en tal


forma que el individuo no se compromete con su verdadero sentir (por
ejemplo, ¡qué gusto verlo!). Se trata de mantener un falso equilibrio, pero
concordado por el ambiente que no cause interrupciones a la “vida normal” de
la sociedad, de la familia, del trabajo, etc. Es el personaje que vivo, justifico y
expreso para esconder mi sentir e incluso ni siquiera hago consciente lo que
quiero o necesito, simplemente lo “tengo” que hacer (“No me gusta tener
conflictos”)

Respecto al momento existencial

® Estrato fóbico o callejón sin salida. Es donde se encuentran los roles polares
de Opresor (top dog) y Oprimido (under dog). También están las resistencias a
ser lo que se es realmente. Es un sentimiento de pánico de estar perdido y no
saber qué hacer. Este estrato es muy notorio en el diálogo interior con una
connotación moral, no es el ínico solo que es más sobresaliente y detectable
en ese tópico (es la lucha interior entre lo que quiero y lo que debo, esa es
otra manera de descubrirlo). Más adelante veremos estos conceptos de top
dog y de under dog.

® Estrato del impasse o implosión. Aquí la persona presenta el miedo a la nada y


a la muerte, contrayendo sus emociones. Es la sensación de que no hay “para
dónde hacerse”: o se avanza o se retrasa, pero no se queda en donde mismo.
A veces la persona logra cruzar esta capa y a veces se regresa a la anterior.
Tolle dice que “la conciencia y la inconciencia no pueden extistir al mismo
tiempo por mucho tiempo”3. Sin embargo, el terapeuta gestalt sabe que el
paciente tiene un tiempo para ello y debe respetarlo, en la comprensión que
para lograr la autenticidad la persona tendrá que cruzar esta capa hacia la que
le continúa, que es:

® Explosión. Ocurre cuando se soluciona la lucha entre las fuerzas polares


gracias a la emergencia de una emoción espontánea. En un ambiente
terapéutico suele acompañarse de una catarsis, aunque no siempre se
manifiesta de forma violenta; a veces se da como un “me cayó el veinte”, que
se acompaña de una emoción: sorpresa, alegría, asco, tristeza, etc. Se
distinguen cuatro tipos esenciales de explosión:

1. Estallidos de ira,
2. Alegría,
3. Aflicción y
4. Orgasmo

Cuando se logra lo anterior se llega al sentimiento de confianza donde se afirma


la creatividad y se es lo que realmente se es. A este estrato se le conoce como:
vida.

4. Contacto.

En gestalt se le toma como un darse cuenta sensorial, es decir, compromete no


sólo la razón sino los sentidos4 unido a una particular forma de conducta motriz.

El límite o frontera de contacto es aquello que encuadra todo lo que pasa entre la
persona y su medio5.
3
Tolle, E., Practicando el poder del ahora. Enseñanzas, meditaciones y ejercicios
esenciales extraídos de El poder del ahora, GAIA, Madrid, 2010.
4
En este sentido no es lo mismo darse cuenta que saber, puesto que saber muchas
veces es justificar la conducta neurótica y no la prospección de un cambio emergente en
la persona con respecto a la gestalt incompleta.
5
Oretga y Gasset dice: ”Soy yo y mis circunstancias, y si no la salvo a ella, no me
salvo yo”. Citado en 1914 en su libro Meditaciones del Quijote. Es una frase que causó un
largo debate filosófico muy intenso, debido a que para este filósofo y ensayista español el
objetivo de la filosofía es encontrar el ser fundamental del mundo, el cual es radicalmente
distinto a cualquier ser contingente o intrahumano; y también lo es (diferente) a lo dado,
es decir, a los contenidos de nuestra conciencia, ya que todo contenido de la conciencia
El contacto del terapeuta con su paciente se caracteriza por la empatía y la
habilidad que el profesional tenga para imaginarse la experiencia de la otra
persona, mientras conserva la propia identidad. De acuerdo al método
fenomenológico, el paciente comparte la experiencia y el terapeuta escucha sin
emitir juicios, ni de aprobación o desaprobación 6.

En el encuentro terapéutico, el contacto aparece cuando el terapeuta comparte su


entrega e interés y acepta la vivencia del paciente tal como ésta es, sin juzgarla.

La calidad del contacto, en su forma más desarrollada corresponde a la relación


Yo-Tú, incluye el reconocimiento y la aceptación de ambas personas que
participan en el encuentro, sus diferencias y sus semejanzas, sin que una de ellas
necesite a la otra para ser diferente de como es. De ahí la importancia del
suspender el juicio al momento de estar escuchando la experiencia del paciente.

Perls propone que podemos entrar en contacto a través de tres zonas de relación
que más adelante veremos más ampliamente.

El contacto es básicamente un darse cuenta de una conducta hacia lo nuevo y


asimilable. Lo que permanece siempre igual es indiferente para el organismo, con
lo que se concluye que el contacto es creativo y dinámico. Por eso una
característica primordial del contacto o del darse cuenta es que nos mueve, es
decir, impulsa a la persona que hace contacto a buscar nuevas relaciones, nuevas
conductas y nuevas formas de estar en el mundo, sin buscar la aprobación o el
beneplácito de su ambiente o entorno que lo puso allí, en primer lugar, sino que
fluye de acuerdo a su necesidad y hacia su homeostasis.

5. Figura-Fondo

es, por definición, fragmentario y no sirve para ofrecer el sentido del mundo y de la
existencia, que sólo se encuentra en el ser fundamental o el todo: es decir, yo y mis
circunstancias…
6
En el método fenomenológico se llama a esto epojé, es decir, poner entre
paréntesis el juicio para dejar “expresarse al fenómeno en sí mismo”. El juicio, que se
expresa en consejo, justificación, aprobación o desaprobación, impide la expresión libre
de lo que la persona está experimentando y se corre el riesgo de caer en un debeísmo o
en un deseo neurótico de aprobación o el terapeuta convertirse en juez y catalizador de lo
que la persona debe sentir o cómo debe reaccionar y eso coarta la libertad de la persona e
impide el awareness o el darse cuenta, pues se sustituye por la aprobación o el rechazo.
Para la Psicoterapia Gestalt, es:

 figura todo aquello que es foco de atención y que ocupa un lugar


predominante en su necesidad de resolución.
 fondo es donde destaca la figura y cuanto más discriminado se halle éste,
más fácil será resolver la necesidad.

 Este proceso es dinámico.

Asimismo cuando la figura y el fondo no son fuertes y la energía no puede


expresarse adecuadamente, se puede hablar de la presencia de patología.

6. Holismo

Este concepto para Perls implica ver al ser humano como un organismo unificado
donde el todo es diferente a la suma de las partes y que alterada cualquier parte,
se altera el todo7.

La Psicoterapia Gestalt toma al individuo como un todo en relación con otros


todos que lo engloban, por lo que es fácil suponer que el ser humano afecta y es
afectado por el ambiente. Repetimos lo que Ortega y Gasset proclama: “Soy yo y
mis circunstancias…”.

El holismo es más que una actitud ecléctica, juicio que se la hace a la Psicoterapia
Gestalt de Perls, puesto que no es un collage de filosofías, religiones orientales y
psicologías humanistas, sino que la Gestalt persigue la integración de todas las
partes, respetando tanto el todo como las partes. En este sentido, al integrar las
distintas perspectivas de abordaje del fenómeno humano, se está abarcando más
partes que conforman al todo, pero no de manera arbitraria y sin sentido, sino de
manera integrativa y respetuosa.

7
Este concepto es tomado de la Teoría General de Sistemas, que señala que vemos como
nuestro universo es un gran juego de sistemas, interactuando, superponiéndose, en fin
polisistémico. Pero ¿qué es un sistema? Es una serie de elementos que de forma
organizada interactúan formando una unidad. En esta definición encontramos dos
conceptos que son los que lo arman. El primero es el de la interrelación de elementos
(estructura), y el segundo el de la totalidad (holismo ó sinergia). Para una mejor
comprensión de esta teoría recomiendo la lectura del artículo de Flórez A.; Thomas, J.,
Teoría General de Sistemas, en Cuadernos de Geografía, Vol. IV, No. 1-2, 1993, 111-137.
7. Self

En Gestalt este concepto se refiere al variado sistema de relaciones indispensables


para que el organismo humano pueda adaptarse. Naturalmente no podemos
imaginar al Self como algo estático, antes bien, se le debe tomar como un ente
dinámico que se constituye en el límite —sin limitar— del organismo, gracias al
cual pueden concurrir los intercambios necesarios para el crecimiento de la
persona8.

Aunque el Self no crece ni disminuye, sí podemos afirmar que puede enriquecerse


o empobrecerse en relación directa con el grado de intercambio nutritivo con su
ambiente. En la Psicoterapia Gestalt se considera al Self como la unidad básica de
la relación con el medio en el que interactúa, y a mayor consciencia adquirida,
menor será el grado de patología que enfrente o le lastime en su ardua lucha
hacia la autenticidad.

8. Perro de arriba (top dog) y perro de abajo (under dog)

Este concepto lo sacó Fritz de la observación de los perros de trineo en los cuales
puede verse cómo el perro de adelante señala el rumbo a los perros de atrás, a
pesar que el último perro no seguía exactamente la ruta del líder. Son infinitos los
roles que se utilizan con estos conceptos.

Freud denominó a estas polaridades como Superyó y Ello, en el cual el primero


dictaba las normas y el segundo presentaba la imperancia de los impulsos
instintivos, generalmente en oposición al primero.

En Análisis Transaccional, estos conceptos pueden referirse al padre vs el niño.


Los roles básicos de cada uno son: “Tú debes” y “No quiero”.

9. Vacío

8
Cfr. Salama, H., Gestalt de persona a persona, 4ª. Ed., México, 2008, Alfaomega,
p. 340.
Es una sensación displacentera relacionada con la angustia. La persona que lo
padece tiende a señalar su pecho o su estómago —descartando que no sea por
hambre o por cualquier manifestación fisiológica— y menciona que no le agrada.

Perls sugiere dos formas de vacíos:

1. Vacío Estéril y
2. Vacío Fértil

Señalando que se podría cambiar del primero al segundo mediante una fantasía
guiada en la cual se le sugiere al paciente que se enfrente a su vacío, lo conozca y
lo llene de lo que él desee.

Esta concepción se deriva de la forma de un vaso en la cual el hueco es lo que


sirve para llenarse de agua y se incluye la metáfora de los Zen budistas que
planteaban que el conocimiento del hombre radica en vaciarse para ser llenado.

Esto puede significar la posibilidad de que cuando un paciente presenta una


sensación de vacío está calificando para nutrirse.

10. Zonas de relación

Todo organismo necesita establecer relaciones con el ambiente que lo rodea para
poder subsistir; del adecuado intercambio de energía con dicho medio queda la
historia de las relaciones impregnada en la memoria. Así aprende a distinguir lo
tóxico de lo nutritivo. Y gracias este proceso se da la sobrevivencia y el proceso
evolutivo.

El problema en el ser humano es que ha perdido la primitiva capacidad de intuir


por haberla intercambiado por el pensamiento, creyendo que sería un mejor
sustituto.

La neurosis es la consecuencia de ese intercambio.

Las zonas de relación son tres y se definen de acuerdo con el contacto del
organismo tanto consigo mismo como con el ambiente que lo rodea.

1. Zona Interna
Se determina de la piel hacia adentro y representa el enlace entre sensaciones y
sentimientos

2. Zona Externa

Se la define como la unión con todo lo que ocurre desde la piel hacia afuera

3. Zona Intermedia o de la Fantasía

Se relaciona con los procesos psicológicos (ideas, pensamientos, visualizaciones,


etc.).

11. El continuo de conciencia

El continuo de consciencia es el proceso mediante el cual se establece un


intercambio dinámico entre el organismo y el ambiente, y puede estar relacionado
con cualquiera de las tres zonas anteriores y el bloqueo se saca de observar
cuáles son las zonas autointerrumpidas.

Conciencia Continua: Concepto utilizado para referirse al lugar en el continuo de


conciencia que indica el momento del desarrollo de la capacidad de los pacientes
para permanecer en y verbalizar su darse cuenta interno (sobre su experiencia en
el aquí y ahora) en un período específico de tiempo.
El darse cuenta se conceptualiza como un proceso que es experimentado en un
CONTINUO. Y resalta la importancia del trabajo con el paciente de su darse
cuenta, en la terapia gestalt, una de las herramientas fundamentales en el trabajo
con esta psicoterapia.

Dentro de la Gestalt es esencial que el terapeuta tome contacto con el “cómo” de


la experiencia de la persona, más que en el “por qué”. Se necesita entender cómo
el paciente afronta los problemas, cómo los vive, cómo los siente y los interioriza.

Para ello, hay que abrir un espacio en el que será posible identificar cuáles son
sus emociones y sensaciones presentes, mediante preguntas como: “Dime qué
sientes”; dime dónde lo sientes”; “explícame que notas en el aquí y ahora”, etc.

También nosotros podemos llevar a cabo a nivel personal esta técnica donde
practicar ese continuo de conciencia haciendo presentes cada sensación,
pensamiento y sentimiento. Lejos de pasarlos por alto o interiorizarlos,
saquémoslos a la luz, es adecuada tenerlos presente.

Perls solía decir: “Si te sientes convencido de algo, dilo. Expón tu verdadero yo.
Siente lo que dices”.

Técnicas vivenciales en la Psicoterapia Gestalt

Introducción

A lo largo de su práctica gestalt, Perls adaptó, combinó, utilizó y no dejó de crear


técnicas terapéuticas retomando lo mejor y lo que él consideraba conforme al
paradigna recién nacido de la terapia gestalt, de manera que pudiera convertir a la
gestalt en una terapia integrativa.

Así, por ejemplo, de la asociación libre freudiana retoma la idea de apoyar el


darse cuenta, a través de cambiar la atención del contenido a la forma. De la
Vegetoterapia, de su mentor Wilhelm Reich, toma lo que éste entendía sobre las
resistencias como un suceso motriz y el reconocimiento de la importancia de la
expresión.

De la psicoanalista Karen Horney, extrae la tiranía de los debieras, que


probablemente, con el tiempo Perls se inspiró para sus conceptos muy propios de
top dog y de under dog, que también encajan con los conceptos freudianos de
superyó y Ello.

Del Psicodrama de Moreno, la actuación de los conflictos; de la Dianética, la


revivificación de episodios traumáticos y las técnicas de repetición de frases; del
Budismo Zen toma la regla de minimizar el intelecto; de Berne obtiene los
diferentes juegos que todos jugamos.

El sello característico de la Gestalt, sin embargo, es la fisonomía o cariz vivencial


de sus técnicas, las que fueron copiadas por diversas corrientes humanistas. Lo
básico en gestalt es el experimento, es decir, el proceso que enfatizado en la
experiencia interna del paciente facilita modificar la conducta de la persona en el
aquí y ahora de la sesión terapéutica, de manera sistemática y nutriente.

Las técnicas aplicadas en la Psicoterapia Gestalt pueden dividirse en dos grandes


áreas interdependientes entre sí:

1. Supresivas: Sirven para dejar de hacer lo que sea necesario, para descubrir la
experiencia que se oculta detrás de una determinada actividad y son las
siguientes:

 Experimentar el vacío. Llevar a la persona a no evitar sus sensaciones o


huecos.
 No hablar acerca de... Debido a que ello favorece la racionalización.
 Descubrir los debeísmos. Los introyectos son creencias falsas que no le
pertenecen al individuo.
 Encontrar las formas de manipulación. Enseñar cuáles son las de cada uno y
aprender a evitarlas para facilitar el contacto pleno.
 Saber formular preguntas y respuestas . Toda pregunta tiene un anzuelo al
final que sirve para manipular. Hay que evitar comprar lo que no es de uno.
 Captar cuando se pide aprobación. Esto le sirve al neurótico para no crecer en
tanto tiene una necesidad insatisfecha respecto a su autoaprobación.
 Darse cuenta de cuándo se está demandando o exigiendo . Es una respuesta
que favorece vivir anclado en la infancia.

2. Expresivas: Reúne la energía suficiente para hacer frente al contenido del darse
cuenta del paciente, ya sea intensificando la atención o exagerando la acción
deliberadamente y son las siguientes:

 Expresar lo no expresado. El silencio oculta la necesidad por temor a ser y a


enfrentar.
 Terminar o completar la expresión. Cuando la figura está incompleta.
 Buscar la dirección y hacer la expresión directa . Checar micromovimientos y
exagerarlos o a veces hacer que la persona diga claramente lo que desea.
Esquema de Supervisión9

El objetivo de este esquema es proporcionar al practicante los elementos básicos


que se necesitan para realizar un trabajo terapéutico en el cual se tomen en
cuenta los siguientes aspectos:

1. Desafío actual del paciente. Investigar si se descubrió el desafío actual del


paciente o si el supervisando creó nuevas figuras alternativas.

2. Comunicación no verbal desde la presentación del paciente. Aquí se toma en


cuenta el aspecto físico, el tono de voz, sus movimientos, su mirada y su atención
o escucha.

3. Canales de representación. Tomado de la Programación Neurolingüística, el


darse cuenta de cómo utiliza sus referencias verbales que corresponde a los
verbos, adjetivos o sustantivos que las personas utilizan cuando hablan, así como
la observación del lenguaje no verbal en cualquiera de estas áreas. La visual, la
auditiva, la kinestésica —dividida en sensación, gusto y olfato— y por último la
Mixta donde el paciente incluye dos o más canales de acceso.

Es importante señalar que dependiendo del cómo se comunica la persona,


podemos distinguir su forma de representar su ambiente.

4. Zonas de relación. El terapeuta deberá ubicar con qué zonas de relación se


conecta el paciente y cuáles está dejando fuera.

5. Capas de la neurosis. Son las fases por las que la persona pasa cuando
interactúa con su medio. El terapeuta pondrá atención para ayudar al paciente
cuando éste se halle en la fase de atolladero.

6. Estados afectivos. El terapeuta atenderá a la congruencia de la expresión verbal


y no verbal del estado afectivo del paciente y ubicará el afecto predominante y su
polaridad tanto en el nivel manifiesto como latente.

7. Fases sistémicas

9
Este esquema es el propuesto por el Dr. Salama y la Dra. Yolanda Coggiola del
Centro Gestalt de México.
• Indiferenciación. Corresponde al primer contacto con el otro. Aún no existe
interés por la relación.

• Identidad o identificación de elementos comunes. Implica el inicio de la relación


personal y se crea el middle ground (ver ciclos interactivos).

• Influencia o control. En esta etapa de la relación se da la lucha por el poder. La


competencia entre la pareja se hace evidente por la alteración en la autoestima.

• Intimidad o comunión. Aquí se puede observar que la pareja es cooperativa y


ambos persiguen una meta común.

8. Autoestima. Comprender en qué nivel —bajo, medio o alto— la persona se


presenta. La clave está en cómo se refiere a sí mismo y a sus relaciones, así como
al desafío actual de la sesión.

9. Relación Sistémica con el terapeuta. Competitivo. Corresponde a la fase de


influencia. Puede mostrase como nutritivo, tóxico o mixto.

10. Cooperativo. Corresponde a la fase de intimidad. Puede ser


pseudocooperativo o deflectivo (como torero, bordeando nomás la confrontación)
o confluente o mostrarse realmente comprometido con el proceso.

11. Localización del bloqueo dentro del ciclo. Depende de los resultados del Test
de Psicodiagnóstico Gestalt de Salama aplicados al paciente antes de la sesión y
además de lo que el terapeuta capte del paciente durante la entrevista.

12. Juegos manipulativos simples entre el terapeuta y el paciente. Pueden ser


utilizados igual o de manera distinta tanto por el terapeuta como por el paciente:

a. Perseguidor f. Víctima
b. Sabio g. Confuso
c. Salvador h. Acelerado
d. Indiferente i. Ignorante
e. Como si j. Pasivo-agresivo
13. Trabajo de la figura o desarrollo de la sesión. Descubrir si en la sesión se
trabajaron figuras claras y se cerraron gestalten10.

14. Cierre de la sesión. Qué se llevan y qué dejan respecto a las necesidades,
después de la sesión terapéutica. La pregunta clásica es ¿Cómo te vas?

10
Gestalten: plural de la palabra gestalt, en alemán.
Los estratos de la neurosis

El neurótico es aquella persona que continuamente está interrumpiendo el


proceso de formación y de eliminación de gestalt.

No percibe claramente cuáles y cómo son sus necesidades y sus emociones, y si


acaso se van clarificando y haciendo más nítidas, trata de ignorarlas
reprimiéndolas o negándolas.

Esta forma de actuar le hace perder la oportunidad de completar sus gestalt y, por
tanto, de satisfacer sus necesidades. Esto le crea un estado de insatisfacción
continuo.

Nunca le parece bien lo que hace o realiza; siempre está descontento, y haga lo
que haga termina con la sensación de insatisfacción consigo mismo y con los
demás. De esta manera, sus intercambios con el ambiente siempre son pobres y
deficientes, no correspondiendo a lo que necesita o a lo que desea en cada
momento. 
 

El neurótico ni toma del ambiente aquello que necesita para mantener su


equilibrio y una sana supervivencia, ni contribuye a dar al ambiente aquello que el
ambiente reclama de él y que serviría para conformarlo, al contribuir como uno
más del grupo al que pertenece. En este intercambio, tanto el individuo como el
ambiente y la sociedad se van configurando mutuamente en un continuo dar y
tomar. Ambos se van transformando por influencias mutuas, y sin esa
interrelación, uno u otro deja o interrumpe este proceso, ambos, ambiente e
individuo, se verán afectados.
La persona debe aprender a darse cuenta de cuáles son sus necesidades y cuáles
son las necesidades de la sociedad o comunidad a la que  pertenece, para que los
intercambios se realicen de la mejor manera posible.

Es por el mecanismo homeostático o de autorregulación organísmica,


anteriormente mencionado, por el que la persona se da cuenta de sus
necesidades dominantes, y de cuáles tiene que satisfacer si quiere conservar el
equilibrio y la salud, tanto física como psíquica.
Pero, ¿qué sucede cuando las necesidades dominantes de la persona entran en
conflicto con las de la sociedad?

Aquí es el individuo el que tiene que distinguir si puede diferir la satisfacción de


su necesidad, si lo cree factible por considerar que es mejor hacerlo de ese modo,
o si su necesidad es tan imperiosa que tiene que satisfacerla aunque tenga que
enfrentarse con la sociedad en que vive y, en consecuencia, con su rechazo y
desaprobación. Esta elección no siempre es fácil.

El conflicto y el desequilibrio surgen cuando la persona y la sociedad


experimentan necesidades opuestas -cuando se habla de sociedad nos referimos
a todas las demandas que proceden del mundo exterior, tales como padres,
pareja, hijos o el trabajo- y la persona es incapaz de distinguir cuál es la
necesidad dominante, si la suya o la de la sociedad (surgen el debeísmo).

Es aquí cuando la persona tiene que tomar una decisión precisa si no quiere
enfrentarse con la duda continua y, finalmente, con la insatisfacción por la opción
tomada.

Pero cuando no pu ede discriminar, ni tomar una decisión precisa, ni sentirse


satisfecho con la que ha tomado, ambos, individuo y ambiente, se ven afectados.
Este proceso de intercambio con el ambiente puede verse distorsionado, ya sea
porque los intercambios que se realizan son pobres o porque son malos o
insatisfactorios para uno y otro, afectando al buen funcionamiento.

Cuando esto se produce, aparecen dos clases de signos: unos subjetivos, que son
todos los que el paciente nos transmite (depresión, tristeza, apatía), y otros
objetivos, que son los que observa el terapeuta, como pueden ser sus
movimientos, sus gestos, sus conductas repetitivas, su lenguaje, su mirada o su
aspecto físico en general.

En toda terapia subyace una idea de salud, y es hacia ese lugar donde el
terapeuta orienta, de uno u otro modo, su quehacer y a su paciente. De la misma
manera, subyace una idea de enfermedad que, además de utilidades diagnósticas,
implica y determina toda la estructura del proceso terapéutico.

Para abordar el funcionamiento anormal del organismo desde la Gestalt  se hace


necesario considerar dos puntos importantes. 
1. El primero es que los trastornos no son mentales sino del organismo

La división mente y cuerpo en Gestalt no existe, trastorno es, una interferencia


con el proceso de formación y asimilación de la gestalt. Las interferencias que
distorsionan y desequilibran la tendencia del organismo a la integración y la
autorrealización. 

2. El otro segundo es que estos trastornos del funcionamiento no son categorías


fijas

Esto es, que solamente representan al paciente en referencia a los procesos


actuales.De esto, se deduce que  en Gestalt la enfermedad la trabajamos en
función de la salud. 

En cuanto al concepto de salud, la Gestalt la refiere de la  forma siguiente: Una


conducta sana en los seres humanos debe ser una conducta integral.

Cuando se tiene salud  el individuo está a tono con todas las capacidades y con el
proceso que hace ser lo que es. La persona se identifica con todas estas funciones
vitales, al funcionar holísticamente, todo nuestro ser es una parte de nuestra
actividad en movimiento. 

Tres aspectos fundamentales en el proceso salud - enfermedad en la teoría


gestalt:

1. un ritmo de contacto y retirada fluido,

2. la capacidad de autorregulación organísmica, y

3. el tránsito del apoyo ambiental al auto-apoyo. 

Perls nos habla de cinco capas o estratos, que hay que atravesar para eliminar las
barreras de evitación y desmontar la neurosis:

© La primera capa es la de las máscaras: los clichés y estereotipos

Los clichés;  son señales sin significado, propias de un encuentro casual. Es el ser
superficial que banaliza las relaciones humanas.
Perls dice: “Desde ella nos expresamos desde lo más superficial. Frases hechas,
reglas sociales y señas sin significado: ‘buenos días’; ‘encantado’”.

La capa de roles y juegos psicológicos, el niño bueno, el importante, el matón, la


niña encantadora, cualquier rol que queramos representar. Son los estrato
superficiales, sociales, los estratos del “como sí”. Es lo que nos hacemos que
somos. Esta capa sintética es donde hacemos un show de lo que no somos para
manipular el entorno. En el trabajo terapéutico es el encuadre inicial, hablar en
primera persona y responsabilizarse. La mayoría de las personas juegan dos tipos
intelectuales:
1. Un juego es el juego de las conspiraciones, el juego del “más que”: “mi casa es
más grande que la tuya”; “Mi carrera es más productiva que la tuya”; “Yo soy mas
pobre que tu”; y la favorita de muchos: “Yo sufro más que tu”.
2. El otro juego es el juego de calzar (fitting). El juego de calzar consiste en que
miramos la realidad y vemos dónde esta realidad calza dentro de mis teorías, mis
hipótesis, mis fantasías acerca de cómo es la realidad”.

© El segundo estrato: la capa fóbica

La actitud fóbica por excelencia es: la evitación. Evitamos el sufrimiento de la


frustración. Al no atravesar esta capa permanecemos inmaduros y con la
necesidad de manipular el mundo. 

La principal actitud fóbica, además de la evitación es la fobia a descubrir la vida.


Con el objeto de evitar vivir una vida en la que descubramos al mundo y a
nosotros mismos, tomamos con frecuencia el atajo de obtener información. La
actitud fóbica básica consiste en tener miedo de ser lo que uno es. Y si nos
animamos a investigar cómo es, hallamos alivio inmediato y cuando menos lo
pensamos, nos encontramos entregándonos a fantasías catastróficas: “Si soy
como soy, ¿qué habrá de sucederme?

La nada no existe para nosotros, está basada en el darse cuenta de la nada, con lo
que hay que darse cuenta de algo, luego algo hay ahí. Encontramos que al aceptar
y atravesar esta nada, este vacío, el desierto empieza a florecer. Nada equivale a
real, verdadero.
La nada es nada mientras estamos bajo la compulsión de hacer de ella un algo.
Mientras no aceptemos la nada, la sociedad nos condena al ostracismo: “si digo lo
que quiero, pierdo el trabajo”; si le digo a mi pareja que no me gusta esto, me va
a dejar”; etc. y así, se vuelve fóbico, y comenzamos a manipular y a representar
roles. Por temor a explotar, el individuo se implota. El impasse está marcado por
una actitud fóbica, que ya hemos mencionado: la evitación. Somos fóbicos,,
evitamos el sufrimiento, especialmente el sufrimiento de la frustración.

“Estamos mal acostumbrados y no queremos atravesar las puertas del infierno del
sufrimiento, permanecemos inmaduros, continuamos manipulando el mundo en
vez de sufrir los dolores del crecimiento”.

Una vez que aceptamos la nada, todo se nos da por añadidura. La nada entonces,
se convierte en una pantalla sobre la que podemos ver todas las cosas, “un fondo”
ante el cual surgen libremente todas las figuras.

Una vez que no tenemos que ser creativos,  cualquier cosa que hagamos es
nuestra creación, una vez que no tenemos que estar iluminados, nuestra toma de
conciencia del momento es iluminación, una vez que dejamos de estar
preocupados de esto o aquello y sentimos una nada con respecto a tales
estándares, nos percatamos de que somos lo que somos. En el trabajo terapéutico
hay que sostener el malestar. 

© El tercer estrato es la capa del impasse

Si trabajamos  y atravesamos este estrato de jugar roles, vivenciamos la


antiexistencia, la nada, la vaciedad, la sensación de estar atascado y perdido. Este
es el impasse, la sensación de estar atascado y perdido.

La filosofía de la nada es muy fascinante. En nuestra cultura “la nada” tiene un


significado distinto del que tiene en las religiones de Oriente. Cuando nosotros
decimos “nada” hay un vacío, algo semejante a la muerte. Cuando una persona de
Oriente dice “nada”, la llama ninguna cosa (no-thingness) -no hay cosas ahí.

Hay únicamente proceso, transcurso. Encontramos que al aceptar y penetrar esta


nada, este vacío, el desierto empieza a florecer. El vacío se hace vivo, se llena.
Nada equivale a real, verdadero.
Nuestra energía vital se va hacia aquellas partes de nuestra personalidad con la
cual nos identificamos. El impasse se produce toda vez que uno no está
preparado o dispuesto a utilizar sus propios recursos (sus ojos inclusive) y no
dispone de apoyo ambiental inmediato. La consecuencia del impasse es que se
mantiene el statu quo.

© El cuarto estrato es la capa Implosiva

Detrás del impasse hay una capa muy interesante, es el estrato de la muerte o
fase implosiva. Esta cuarta capa aparece como la muerte o como el temor a la
muerte; es el contacto con lo muerto de dentro de nosotros, aparece como
muerte por la parálisis catatónica: nos encogemos, nos contraemos y
comprimimos, en una palabra: implotamos. Tenemos que atravesar este estrato
implosivo para llegar al sí-mismo auténtico.

Es aquí donde naufragan la mayoría de las terapias y de los terapeutas., porque


también ellos temen a la muerte. Por supuesto que no se trata de estar muertos,
sino del temor y de la sensación de estar muertos, de desaparecer. Se toma la
fantasía por realidad.

“Ustedes saben que para mover un músculo se envía a él una descarga eléctrica y
el músculo pega una brusca sacudida. Si se interrumpe la descarga, el músculo
vuelve a sacudirse. Para mantenerlo contraído es preciso repetir de continuo las
descargas eléctricas.

Pueden imaginar entonces cuánta energía se invierte en el estado catatónico, o en


cualquier oportunidad en que el sujeto entra en tensión, para mantener esa
tensión, esa rigidez. y si esa energía no es invertida en conservar esa rigidez,
queda libre para realizar todo tipo de actividades -pensar, trasladarse de un lugar
a otro, estar vivos-. Si se la libera en forma súbita, la energía aprisionada
explotará. La implosión se convierte en explosión, la compresión en expresión.”

© El quinto estrato es la capa explosiva

“Una vez que logramos un contacto verdadero con lo muerto del estrato
implosivo, entonces ocurre algo muy interesante. Esta implosión se convierte en
una explosión.”
La explosión es el último estrato neurótico y tiene lugar cuando atravesamos el
estado implosivo. A mi entender, esta progresión es necesaria para llegar a ser
auténtico.

“La capa de la muerte retorna a la vida, y esta explosión es el nexo con lo


auténtico de la persona, que es capaz de vivenciar y expresar sus emociones”.

Hay cuatro tipos fundamentales de explosiones desde el estrato implosivo:

1. La explosión de la pena genuina, se trata del trabajo sobre una pérdida


importante o una muerte que no ha sido asimilada.
2. La explosión hacia el orgasmo, en el bloqueo sexual
3. La explosión hacia la ira
4. La explosión hacia la alegría

Estas explosiones conectan con la personalidad auténtica, con el verdadero yo-


mismo (self).
                                                                     
La mayor parte de nuestro representar roles está diseñado para controlar
justamente estas explosiones, la capa de la muerte, así que no hay que
asustarnos con la palabra explosión.

El temor a la muerte es que si explotamos creemos que ya no podremos


sobrevivir (no nos querrán más, nos castigarán, nos ignorarán, no nos valorarán,
etc.). De este modo todo el ensayo y el juego de autotortura continúa; nos
retenemos y nos controlamos. La persona completa es aquella que es capaz de
explotar en las cuatro emociones.

“A menudo descubrirán que en cierto punto se sienten conmocionados, se sienten


involucrados, y empiezan a fundirse, se sienten blandos o estallan en llanto. Esta
es una de las maneras de amortiguar una explosión dañina; pero, básicamente,
uno debe estar dispuesto a afrontar riesgos.”

Todas las perturbaciones  neuróticas surgen de la incapacidad del individuo para


encontrar y mantener el balance adecuado entre él mismo y el resto del mundo.
Tienen en común el hecho de que en la neurosis, el límite social y ambiental se
sienten extendiéndose demasiado sobre el individuo.

El neurótico es la persona sobre quien la sociedad actúa con demasiada fuerza. Su


neurosis es una maniobra defensiva para protegerse a sí mismo de la amenaza de
ser aplastado por un mundo avasallador.

La neurosis es su técnica más afectiva para mantener su balance y su sentido de


auto-regulación en una situación en la que  siente que la suerte no le favorece.

El problema del neurótico no es que no pueda manipular, sino que sus


manipulaciones son dirigidas hacia la preservación y el cultivo de su
impedimento, en lugar de estar dirigidas a deshacerse de él.

Si logra aprender cómo dedicar tanta inteligencia y energía al apoyarse en sí


mismo como lo pone en hacer que su ambiente le apoye, entonces tendrá que
tener éxito. Su capacidad para manipular es su mayor logro, su punto fuerte, y su
incapacidad para enfrentar su crisis existencial es su punto flaco.

Otra reformulación de nuestra tesis básica acerca de la génesis de la neurosis: la


neurosis surge  si coexisten simultáneamente imperativos de índole social y
personal que no pueden ser enfrentados mediante la misma acción. Si tanto la
exigencia como la cosa exigida son aceptables, la gestalt se halla cerrada. Pero si
hay una resistencia y el imperativo se ejecuta de todas maneras, tendremos
resentimiento y neurosis, si por otro lado, el imperativo ha asumido la categoría
de ley natural, como en el caso de “honrarás a tu padre y a tu madre”, y a pesar de
todo es rechazado, tendremos criminalidad o tendremos el neurótico sentimiento
de culpa. 

Un proceso neurótico  que trabajamos en gestalt es la polaridad perro de arriba-


perro de abajo, la parte controladora y la parte controlada, cada una le da un
sentido a la otra, obviamente el de arriba el  superyó de Freud, y el de abajo es el
reprimido, es el mandón y mandado de Naranjo, o amo y esclavo, opresor y
oprimido, uno es autoritario, perfecto, virtuoso y ejemplar, es la norma
interiorizada, y el contexto en el que se mueve, social, es el “tú deberías”, el otro
se muestra defensivo y adulador, se justifica y no sume sus compromisos,
posponiéndolos, está relacionado más con lo emocional, lo organísmico.
                       
Ambos se necesitan y uno intenta controlar al otro,  y así lo que hacen es no
encarar la realidad, se dejan controlar por la situación. Es una fractura de la
autorregulación con el entorno.

El perro de arriba es una manera de protegernos, como un padre que hemos


creado dentro de nosotros, que quiere que mejoremos inmediatamente con
independencia de la situación de la persona, el de abajo responde con
autocomplacencia o sabotaje. Los dos representan dos roles inútiles ante un yo
ineficaz y tolerante.

La autorregulación organísmica es el antídoto de la neurosis, la restauración de la


sabiduría interna y la buena orientación externa, siempre Perls nos remite a la
autorregulación como solución de la neurosis, ya que entraña una fe en lo
organísmico frente a lo social o intrínseco.

El comportamiento humano estaría regulado por el proceso llamado homeostasis.

La homeostasis es el proceso por medio del cual el organismo satisface sus


necesidades y por el cual mantiene un equilibrio. En el actuar del organismo a
cada momento existe algún suceso que puede perturbar su equilibrio y, de
manera simultánea y regulada por el proceso homeostático, una tendencia
contraria surgiría para recuperar ese equilibrio.

El metabolismo fisiológico es el ejemplo más claro de la tendencia innata de cada


organismo a lograr un equilibrio. Si, por ejemplo, en el curso de sus actividades el
organismo consume gran parte del agua ingerida aparece la sed. De manera
inmediata este organismo buscaría la forma de restablecer el nivel óptimo de
agua en el sistema. En los organismos vivos cuando hay deficiencias o excesos el
sistema orgánico los remedia. 

Las deficiencias del organismo humano no son exclusivamente de naturaleza


biológica. La cultura o civilización ha creado en el hombre un cierto número de
necesidades adicionales. Cuando este proceso falla parcialmente, y el organismo
mantiene en el tiempo un estado de desequilibrio, se produce la enfermedad.

Cuando el proceso homeostático falla completamente, lo que resulta es la muerte


del organismo. A pesar que el principio de autorregulación no asegura la
satisfacción de las necesidades del organismo, garantiza que los organismos
harán todo lo posible para regularse de acuerdo a sus necesidades y los recursos
del ambiente (tendencia a la actualización).

El ajuste creativo

La idea del ajuste creativo es nuclear en la terapia Gestalt. Difiere sustancialmente


de una visión proveniente del Psicoanálisis que está muy extendida, según cual la
persona tiene un Ello que contiene sus pulsiones más básicas, en gran medida
incompatibles con la vida social.

Según esto, la interiorización de las normas sociales produce una represión de los
instintos, que han de quedar reprimidos o manifestarse a través de la
sublimación. El artista, por ejemplo, sublima sus instintos más básicos a través
del arte, dándoles una forma socialmente aceptable. Ésta es, pues, una visión en
la que el individuo está en contínua lucha "consigo mismo" para conseguir
mantener a raya los impulsos que no son viables socialmente.

La terapia Gestalt, en cambio, propone el concepto del ajuste creativo. Por un


lado, la función Ello activa las necesidades del organismo y, por otro, la función
Yo busca soluciones viables para satisfacer la necesidad con la información que
proporciona la función Personalidad.

El aspecto creativo consiste en encontrar diferentes posibilidades de solución. El


aspecto de ajuste implica que las soluciones buscadas han de ser compatibles con
el entorno para que se pueda llegar a un contacto real. Tienen que ser soluciones
viables.

La terapia Gestalt enfatiza la importancia de la agresividad y la destrucción para


que la asimilación sea posible.

El individuo es capaz de, hasta cierto punto, modificar su entorno, agredirlo, para
que el contacto sea posible. El entorno social no se contempla como una realidad
inmutable a la que el individuo se ha de someter si no quiere ser rechazado, sino
como parte de un campo cambiante que puede ser modificado. 

El Self es definido como "el sistema de ajustes creativos” 11 expresa, por tanto,
"una capacidad, la del organismo animal humano que, concentrándose sobre un

11
Zinker, J., Terapia Gestalt, vol. II, 2, 11
acontecimiento presente y dejando interactuar libremente sus facultades, no llega
al caos (como la mentalidad dicotómica sobre la relación individuo/entorno hace
pensar), sino a una Gestalt que de hecho resuelve un problema real”12.

El Self es, así, el "órgano del contacto", la manera que tenemos para acceder al
entorno y satisfacer en él nuestras necesidades. Esto se hace mediante ajustes
creativos.

Ajuste Creativo y Psicoterapia

El énfasis en el ajuste creativo tiene grandes implicaciones en la terapia.

En primer lugar, invita a confiar en los recursos del paciente, en que la persona es
capaz de autorregularse y ajustarse creativamente para lograr nuevas soluciones.

No se considera, por tanto, que la persona está "enferma" (al menos en el caso de


la neurosis; no entro en el caso de una psicosis grave o una lesión cerebral), sino
que sus energías están puestas en mantener unos ajustes conservadores
procedentes de asuntos inconclusos que ya no son soluciones adecuadas en el
momento actual.

La terapia no pretende "curar al enfermo" sino ayudar a la persona a encontrar


nuevas soluciones para sus problemas. Es una visión menos patologizante que la
de otros enfoques.

Por otro lado, el componente de ajuste del "ajuste creativo" (valga la


redundancia) invita continuamente a poner la atención en la relación de la persona
con su entorno, alejándonos de una perspectiva intrapsíquica (los problemas
están "dentro de la cabeza"), y acercándonos a una perspectiva de campo y
relacional (los problemas están "con el otro"). 

Las resistencias del paciente no se ven como una barrera a destruir, sino como
un ajuste conservador. Si están ahí, es por algo, como decía Laura Perls, y la
terapia Gestalt propone apoyar las resistencias para que pueda aflorar qué
función estan cumpliendo y actualizarlas, en vez de "derribarlas".

12
Spagnuolo M., Psicoterapia de la Gestalt, p. 107, Ed. Gedisa, 2002
El discurso gestáltico suena más a "para qué te sirve eso", "cómo es que eso te
resulta útil", o "lo que haces tiene este impacto sobre mí", que a "no deberías
hacer eso" o "eso que haces es incorrecto"13.

Finalmente, el ajuste creativo pone el énfasis en la experimentación. La terapia no


busca que el paciente "entienda" lo que le "pasa por la cabeza", sino que pueda
llevar a cabo nuevos ajustes y experimente con nuevas soluciones que pueda
luego trasladar a su vida cotidiana. El enfoque es experiencial y no analítico.

13
Las ganancias secundarias, en este sentido aplican en el ajuste creativo. Por eso,
pienso, que una buena pregunta es: ¿Eso que haces y que te obtiene determinado
beneficio, será posible conseguirlo sin tanto costo o desgaste personal y de tu entorno?
Algunas estrategias terapéuticas

Introducción

Para las presentes estrategias terapéuticas gestálticas hemos querido tomar como
referencia el Ciclo de la Experiencia gestalt y sus bloqueos.

Las estrategias terapéuticas sirven como apoyo a la labor del terapeuta dentro de
su proceso teraéuta-paciente. Por eso es importante tener en cuenta algunas
variables como pueden ser las siguientes: número de sesiones, edad, cultura,
sexo, conocimiento de los bloqueos (de acuerdo al test Salama), tipos de
pacientes, etc.

Las estrategias clásicas o, al menos las más utilizadas serían, de acuerdo al


listado que ofrece el Dr. Salama, las siguientes:

Estrategia Utilidad
La silla vacía Sirve para trabajar proyecciones y
saliese del sistema.
Manejo de polaridades Funciona para aclarar la figura y el
proceso de cambio.
Fantasías guiadas Se utilizan en sensibilización y para
graduar el experimento.
Sensibilización Conviene en el caldeamiento
inespecífico.
Descarga en objetos neutros Se aplica para resolver resentimientos.
Cambio de roles Es importante para “ponerse en los
zapatos del otro.
Confrontación Se utiliza cuando se desea conservar la
relación.
Anclaje Tomado de PNL, sirve para fortalecer
un cambio de creencias.
Manejo de refranes y metáforas Es utilizado para asociar y sensibilizar.
Proverbios Se función es similar a la anterior.
Cuentos de proyección Son usados para aclarar la figura y
darse cuenta.
Psicodrama fenomenológico Es funcional en la revivencia de
experiencias.
Manejo de introyectos Esto aplica para cambio de creencias
distónicas al Yo.
Manejo de sueños, duelos y fantasías Básicamente sirve para reestructurar al
Yo.

Lo que a continuación veremos serán algunas de las estrategias que más se


utilizan en Psicoterapia Gestalt, tomando en cuenta el ciclo de la experiencia y los
bloqueos de cada fase del mismo. Por cuestiones didácticas, es mejor que
iniciemos en la fase 2 del ciclo de la experiencia gestalt.

1. Desensibilización

La desensibilización es un proceso mediante el cual la persona bloquea su


sensibilidad a las sensaciones tanto del medio externo como del interior, esto
estimula el proceso de intelectualización por lo que intenta explicar racionalmente
la ausencia de contacto sensorial.

La estrategia terapéutica que se sugiere es facilitar al paciente el contacto con sus


zonas de relación mediante el sencillo procedimiento de completar la frase “Ahora
me doy cuenta de…” poniendo atención a cada una de sus tres zonas.

Los ejercicios de sensibilización son apropiados para desbloquear esta


autointerrupción.

2. Proyección

El mecanismo de proyección que implica atribuir a otras personas, situaciones


que le son propias; mediante ello, la persona no asume responsabilidad sobre sus
propios actos, pensamientos o emociones.

La estrategia terapéutica que se considera adecuada es facilitar la re-


identificación mediante sillas y asumir la responsabilidad de cada palabra o acción
que diga o haga. Con ello comienza a fortalecer su Self a través de un Yo más
fuerte.

3. Introyección
En la introyección la persona muestra conductas que son distónicas con su Yo por
lo que está llena de “debeísmos” con lo que no está de acuerdo aunque obedezca.
Difícilmente puede formar una nueva figura si está saturada de viejas órdenes
figurales.

La estrategia que consideramos adecuada en esta distonía yoica es trabajar con


polaridades, sillas, diálogo externo, mitos y refranes, proverbios y cuentos.

Con ello se canaliza un proceso creativo que lleva al paciente a proponer nuevos
modelos más acordes a su realidad actual y así poder desbloquear energía
atorada en círculos viciosos estériles.

4. Retroflexión

La retroflexión consiste en hacerse a sí mismo en términos agresivos lo que le


gustaría hacerle a otros.

Con esta autointerrupción el paciente descarga su energía sobre su Self


provocándose somatizaciones como: neurodermatitis, gastritis, colitis, etc., lo que
le impide utilizar energía libre para completar su gestalt.

También es conducta retroflexiva el autotorturarse ocasionándose insomnios,


dolores de cabeza, gastritis, etc.

La estrategia natural aquí es facilitar la descarga energética sobre un objeto


neutro que simbolice o represente una figura o situación molesta o temida. Para
ello es importante localizar introyectos.

5. Deflexión

La deflexión implica evitar el contacto una vez iniciada la acción tendiente a cerrar
la Gestalt.

La estrategia adecuada entonces es: enfrentar, confrontar, manejar fantasías


fluidas, hacer diálogo externo, cambio de roles y aclarar el fondo o la figura
confusa.

6. Confluencia
La confluencia es perder los propios límites del “Yo” para buscar aceptación y/o
reconocimiento del “otro”.

La estrategia a seguir es: facilitar la diferenciación individual e invitar al paciente a


expresarse, lo que hasta este momento no se había atrevido, no sólo estar
revelando su ser sino a sí mismo. Favorecer la separación del Self del ambiente.

7. Fijación

La fijación es toda experiencia que se queda rondando y molestando, es decir,


quedarse con situaciones truncas.

Dos obstáculos de signo contrario pueden interferir en el proceso. El primero es la


obsesión o compulsión, que consiste en la necesidad rígida de completar el viejo
asunto inconcluso y que lleva a la rigidez consiguiente de la configuración de
figura-fondo.

La interferencia opuesta es la Mentalidad Lábil, que apenas da ocasión a


experimentar lo que está ocurriendo, porque su foco es tan fluctuante que no
permite el desarrollo —ni, desde luego, la experiencia— del cierre.

La estrategia a seguir sería buscar figuras alternativas y anclajes en fantasías y


facilitar el sentido de comportamiento, de modo que el proceso no se quede a
medio camino, alcanzando así el sentido de identidad que se desarrolla
completando las pequeñas secuencias de la propia vida.

8. Retención

En la retención, parecería que uno tuviera que saber forzosamente cuándo una
secuencia de acontecimientos constituye una unidad completa. En realidad el
comportamiento o cierre no funciona así: saber cuando algo está terminado
requiere una considerable maestría en el arte de vivir.

Si precipitamos el proceso de despegue, abortamos la continuidad normal que


cada movimiento tiene con el que le sigue; si lo retardamos (retenemos),
interrumpimos esa continuidad.
La estrategia a seguir sería trabajar polaridades, exageración, autoestima,
aprender la diferencia que existe entre sostener (staying with) una experiencia
hasta el final y estancarse en ella (hanging on) tratando de obtener algo más —
cualquier cosa más— de una situación terminada o agotada. Facilitar el proceso
de quedarnos con lo que nos nutre y eliminar lo que es tóxico.

Fluir es condición básica de la experiencia, de modo que si uno puede permitir


que cada experiencia alcance la realidad que persigue, se disipa a su vez en el
fondo, para ser sustituida por la experiencia inmediata que tenga fuerza
suficiente para irrumpir en el primer plano. Donde quiera que este movimiento
sufre interrupciones o se detiene, la vida se vuelve torpe, inconexa o vacía,
porque uno ha perdido el apoyo constantemente rejuvenecedor del ciclo evolutivo
y la fruición inherente al proceso vital en marcha.

Cabe mencionar que para el manejo de estas estrategias se requiere un


entrenamiento previo académico supervisado, que sea profesional y ético.

Silla vacía/Silla caliente

La técnica de la Silla Vacía es una de las herramientas de la terapia Gestalt que


resultan más llamativas y, de algún modo, espectaculares: personas que se
sientan ante una silla vacía y se dirigen a ella como si allí estuviera sentado un ser
relevante para ellas; un ser que, de algún modo, se ha visto implicado en un
hecho que les cambió la vida.

La técnica de la Silla Vacía es una de las técnicas posibles que se suelen utilizar
para ayudar a superar el tipo de experiencias basadas en vivencias pasadas.

¿Qué es la técnica de la Silla Vacía?

La técnica de la Silla Vacía es una de las técnicas más conocidas de la Terapia


Gestalt. Fue creada por Fritz Perls con el propósito de elaborar un método que
permitiese reintegrar en la vida de los pacientes fenómenos o cuestiones no
resueltas.

Esta técnica trata de reproducir un encuentro con una situación o persona con el
fin de dialogar con ella y contactar emocionalmente con el suceso, pudiendo
aceptar la situación y darle una conclusión. El nombre de la técnica de la Silla
Vacía proviene de la utilización de una silla real, en la cual el paciente “sentará”
imaginariamente a la persona, situación o faceta que le provoca el bloqueo
emocional para posteriormente establecer el diálogo antes mencionado.

Uso de la Silla Vacía

Su uso es muy frecuente como forma de hacer frente a pérdidas traumáticas, o en


el proceso de elaboración del duelo. Sin embargo, su aplicación no se circunscribe
únicamente a éste ámbito, sino que también se emplea como elemento para
permitir la aceptación de facetas de la propia personalidad o del pensamiento que
no son consideradas aceptables por el paciente, así como para trabajar en la
percepción de limitaciones y discapacidades (pérdida de facultades,
amputaciones, etc.).

Igualmente, resulta una técnica válida para afrontar situaciones traumáticas, que
pueden o no cursar con TEPT y/o trastornos disociativos, tales como violaciones,
divorcios o síndrome del superviviente.

Las características de esta técnica permiten además que se pueda aplicar también
en el mundo de la educación o incluso a nivel de organizaciones, en fenómenos
como el burnout o el acoso.

En todos los casos, se actúa bajo la creencia de que el “el paciente solo necesita
una experiencia, no una explicación” para acabar de cerrar el proceso inacabado y
aceptar su situación.

A nivel de terapia, además de como elemento para que el paciente explore su


propia visión y contacte con sus emociones, resulta un elemento que proporciona
mucha información tanto al propio individuo como al profesional sobre el modo
en el que el paciente procesa la situación y cómo ésta ha afectado a su calidad de
vida, favoreciéndose la aplicación de otras actuaciones que mejoren el tratamiento
de los problemas analizados.

Funcionamiento de la técnica

Pasemos a ver a continuación cómo funciona el uso de la Silla Vacía. En primer


lugar, en una fase preparatoria, se realiza la confrontación física del paciente con
la silla vacía. Es decir, se posiciona la silla vacía delante del individuo (si bien en
ocasiones se coloca orientada diagonalmente de modo que no se vea una
oposición a la persona o situación imaginada).

A continuación se indica al paciente que proyecte imaginariamente en la silla a la


persona, situación o sentimiento o parte de la personalidad con la cual se va a
producir el diálogo.

En una tercera fase, se invita al paciente a que describa la proyección realizada,


con el fin de fortalecer la imagen imaginaria que se ha representado. Se ha de
mencionar tanto lo positivo como negativo, tanto de la persona como de la
situación o sus efectos.

Posteriormente, en la fase de expresión verbal, el paciente inicia el diálogo en voz


alta con la proyección, intentando ser sincero y dejando ver aquellos detalles que
el paciente no se atreve o no ha podido dejar ver en su vida cotidiana o ante la
persona en cuestión, cómo ha vivido el paciente la situación y por qué ha sido así.

El terapeuta ha de vigilar el diálogo y redirigirlo con el fin de que no se produzcan


desviaciones que empeoren la situación, sin coartar por ello el flujo de
pensamiento del individuo.

Si bien en algunas variantes de la técnica no se aplica, resulta útil hacer que el


paciente intercambie su silla con la de la proyección, poniéndose en el lugar del
otro de manera que se facilite la expresión emocional. Este intercambio va a darse
tantas veces como se considere necesario siempre y cuando la transición sea
necesaria y coherente con el problema a abordar.

Por último, se señala y se ayuda a reflexionar al paciente las sensaciones que va


mostrando, de manera que el sujeto sea capaz de identificar y darse cuenta de
sus reacciones emocionales, cómo le ha afectado el suceso y cómo afecta eso a su
vida.

Para finalizar la técnica el terapeuta indica al paciente que cierre los ojos y se
imagine la proyección entrando de nuevo dentro de él, para posteriormente ir
eliminando todas las imágenes creadas mientras vuelve a prestar atención solo al
contexto real en la consulta.
Dificultades en el uso de la Silla Vacía

A pesar de que esta técnica ha mostrado su utilidad para el desbloqueo


emocional, la autoaceptación y la resolución de procesos de duelo, su aplicación
puede quedar dificultada por una serie de resistencias.

Para empezar, este tipo de técnica requiere de la capacidad de imaginar y


proyectar la imagen de una persona, sea un ser no esté presente o una parte de la
propia persona. Es decir, alguien que no tenga la capacidad de imaginar con
precisión a la persona o faceta de personalidad en cuestión no será capaz de
sacar el nivel de provecho pretendido de la técnica. Se puede guiar al paciente en
la técnica a través de preguntas para facilitar la proyección.

Una segunda dificultad está en que el propio paciente se niegue a usarla por el
hecho de considerarla ridícula, o bien ante el miedo o dificultad de expresar en
voz alta los propios pensamientos.

Un tercer y último problema puede venir de la capacidad de detección del


elemento bloqueado, de manera que el paciente no sea capaz de dar con otra
perspectiva de la situación vivida, la que debe ser trabajada. A veces, el elemento
que produce malestar es difícil de identificar.

A pesar de que tiene muchos posibles usos, la Silla Vacía se usa de forma
intermitente, solamente cuando sea relevante para facilitar el contacto emocional
con una parte del  self  del paciente o para explorar la situación problema.
Bibliografía

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