Com4-U4-Sesion 09
Com4-U4-Sesion 09
Com4-U4-Sesion 09
TÍTULO DE LA SESIÓN
APRENDIZAJES ESPERADOS
COMPETENCIAS CAPACIDADES INDICADORES
Reconoce la silueta o estructura externa y las
Recupera información de
características de una crónica.
diversos textos escritos.
Localiza información relevante en una crónica
con vocabulario variado y especializado.
Deduce las relaciones de causa-efecto y
Infiere el significado de los
Comprende textos escritos. descripción entre las ideas de un texto de
textos escritos.
estructura compleja y vocabulario variado.
Reflexiona sobre la forma, Opina sobre el tema y las ideas de textos con
contenido y contexto de los estructura compleja, comparándolo con el
textos escritos. contexto sociocultural.
SECUENCIA DIDÁCTICA
INICIO (15 minutos)
El docente da la bienvenida a los estudiantes.
El docente propone dos estrategias (OPCIONES 1 Y 2)
Luego, señala las indicaciones para observar un video de “Lenguas indígenas peruanas” en TVPerú- canal
7, recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=SF9DJngYOLI (solo los 2 minutos con 32 segundos).
El docente hace reflexionar con las siguientes preguntas: ¿Qué sentimientos transmite? ¿Cuál es el
propósito? ¿Hasta qué punto nos sentimos comprometidos con nuestra cultura? ¿Por qué creen que tiene
una etiqueta en la boca? (OPCIÓN 1).
Los estudiantes participan dando sus aportes y se despejan dudas por parte del docente.
A continuación, “El mundo al revés: Crónica de Guamán Poma de Ayala” (OPCIÓN 2).
Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=dxHs_DYeB9I.
(Se dan las indicaciones de guardar silencio, escuchar con atención y tomar apuntes). (El video dura
aproximadamente 10 minutos).
El docente pregunta a los estudiantes:
¿Cómo se vestían y qué comían las primeras generaciones de indios? ¿Qué pasó después? ¿Cómo
aprendían? ¿Con qué animales se les compara? ¿Por qué? (Sobre lo que narra)
¿Quién narra los hechos? ¿A quién iba dirigido su relato? ¿Por qué? ¿Cuál es el propósito al escribir su
relato? ¿Cómo se siente respecto a lo que narra? (Condición del narrador).
¿De quién recogió sus relatos? (Validación de fuentes).
El docente conduce las intervenciones y aclara los comentarios que generen dudas. Asimismo, enlaza la
narración escuchada con el propósito de la sesión: Conocer y valorar las crónicas literarias como
manifestaciones de multiculturalidad.
El docente indica a los estudiantes que formen grupos (de 2 o 3 integrantes) para llevar a cabo la lectura
de los fragmentos de crónicas indígenas y mestizas:
El docente entrega a cada grupo uno de los fragmentos elegidos.
Los estudiantes identifican los elementos presentes en el texto leído en el texto de la página 32 de su
libro de Comunicación 4: “Las crónicas de la Conquista en el Perú”.
El estudiante realiza la lectura del texto.
Crónicas Indígenas: Felipe Guamán Poma de Ayala - Nueva Crónica y Buen Gobierno
La primera historia de las reinas Coya Mama Huaco Coya.
El primer comienzo del padre.
Crónicas Mestizas: Inca Garcilaso de la Vega - Los comentarios reales de los Incas
Capítulo VII: Alcanzaron la inmortalidad del ánima y la resurrección universal.
Capítulo XXIV: La medicina que alcanzaron y la manera de curarse.
Autor
Tipo de texto
¿Quién relata los hechos?
¿Qué relata el texto leído?
¿Qué opinión tiene al respecto
de la información que presenta?
El docente remarca que esta es una definición de las crónicas que se hicieron durante la Conquista.
El docente plantea las siguientes preguntas: ¿En qué consiste una crónica? ¿Por qué les interesa a
estos cronistas relatar estos hechos? ¿Una crónica siempre será un hecho real? Motiva a los
estudiantes a responder las interrogantes, proponer posibles respuestas.
Los estudiantes participan con sus respuestas y el docente aclara dudas, acompaña el proceso de la
lectura.
El docente dirige la reflexión al tono de validación de información así como de denuncia que existe en
las crónicas revisadas. (Estimado docente, la revisión de estas crónicas tiene por objetivo conocer los
orígenes históricos de estas, y no reavivar pasiones sobre lo que fue el proceso de Conquista y
Colonización. La historia se revisa para conocerla).
El docente enfatiza que la crónica es un género narrativo que a través del tiempo ha encontrado a otros
exponentes y que ha sido y es muy popular entre los escritores. (El docente puede escoger una de
estas crónicas y plantearlas a los estudiantes).
Así, el docente presenta algunas Crónicas de Felipe Guamán Poma de Ayala en Nueva crónica y buen
gobierno.
(Estas relatan cómo los incas/indígenas cuidaban a sus hijos y cómo cada uno de ellos tenía una
responsabilidad de acuerdo a la edad y sexo) (ver ANEXO).
Así, por ejemplo, podemos recordar las crónicas de César Vallejo (ver ANEXO).
(Como observará, estimado docente, esta crónica es periodística y refiere un evento inmediato que
impresionó al cronista sobre el contexto europeo. Vallejo produjo un nutrido grupo de crónicas durante
su estadía en Europa y las publicó en periódicos peruanos e hispanoamericanos).
El tipo de crónica que elaboró Vallejo está muy cercana a la crónica de viajes. Los viajeros suelen ser
quienes experimentan la sorpresa ante el nuevo lugar al que llegan. De los viajes pueden resultar
registros muy interesantes si tenemos un esquema de trabajo para redactar de manera creativa lo que
nos ha parecido novedoso.
ATENCIÓN DIFERENCIADA
El docente orienta la respuesta a las preguntas con la participación dirigida de los estudiantes desde
las más simples para los de menor demanda cognitiva, hasta las más complejas, para los de mayor
demanda cognitiva.
El docente se refiere a Crónica de una muerte anunciada, la novela escrita por el colombiano Gabriel
García Márquez (ver ANEXO). En ambos casos, se trata de textos literarios que han partido de una
noticia real.
Crónica de una muerte anunciada se basa en un suceso real ocurrido en 1951, el autor hizo uso del
crimen, los protagonistas, el escenario y las circunstancias, cuidó con detalle los datos pero los
organizó de forma narrativa.
El docente asigna un texto para cada grupo y los estudiantes debe realizar lo siguiente:
Subrayar los elementos donde sea distinguible la perspectiva e intereses del narrador, así como la
información rescatada, y de qué manera se presenta.
El docente conduce la lectura de cada grupo y orienta la temática señalada poniendo énfasis en el
propósito de la sesión de hoy.
Los estudiantes presentan en forma oral lo realizado, y reflexionan, a medida que van escuchando las
presentaciones, sobre cómo las crónicas se han desarrollado con diversos temas.
El docente conduce las participaciones y corrige las contradicciones o vacíos de información. Además,
acompaña y monitorea el trabajo grupal del análisis de las lecturas.
EVALUACIÓN
PRIMERA VISITA
CUARTA VISITA
Esta primera calle se llamaba auca camayoc,
En esta cuarta calle estaban los enfermos,
que decir “hombres valientes”. Eran hombres
lisiados, cojos, mancos, tullidos y mudos.
que tenían entre veinticinco y cincuenta años y
Los que podían trabajaban ayudando a los
que el inca enviaba a la guerra; los auca
demás. Por ejemplo, los que tenían ojos
camayoc también poblaban las provincias; para
servían para mirar, los que tenían manos
ello, el Inca les daba tierras, pastos y pies andaban, los que tenían manos tejían
sementeras. y servían de despenseros y quipo camayoc
(“contadores”).
Esto lo hacía para tener su reino seguro y bien
Cada uno se casaba con su igual para
multiplicarse. Casaban al ciego con otra
SEGUNDA VISITA ciega, al cojo con otra coja, al mudo con
otra muda, al enano con la enana, al
En esta calle segunda llamada puric macho corcovado con la corcovada, al nariz
(que significa “viejo que camina”), hendido con otra de nariz hendida, para el
encontramos a viejos de sesenta años. multiplico del mundo.
Ellos servían en las chacras; traían leña y
paja y limpiaban las casas del Inca o de QUINTA VISITA
algùn señor principal. También servían de
camareros, despenseros, porteros y quipo En esta quinta calle estaban los sayapayac
(que significa “mandaderos”). Eran indios
camayoc (“contadores”)
entre los dieciocho y los veinte años.
Hacían de correo: llevaban mensajes de un
TERCERA VISITA
pueblo a otro.
Los sayapayac no probaban sal, ají, miel
En esta calle está el llamado rocto macho
ni vinagre. No comían dulces, carne ni
(que significa “viejo sordo”). Eran
nada que tuviera grasa. Tampoco bebían
personas de ochenta, cien y hasta ciento
chicha. Como gran regalo, les invitaban un
cincuenta años.
poco de mote (“maíz cocido”). Y para
Estos dichos rocto machos eran tan viejos,
vestir, les bastaba una camiseta y manga
que solo podían comer y dormir; los que
gruesa. Y si eran hijos de personas nobles
podían, fabricaban sogas y frazadas; otros
cuidaban las casas de los pobres y criaban
conejos y patos.
Estos viejos eran muy temidos, respetados
y obedecidos por todos. Podían azotar a
los niños y niñas que se portaban mal; a
todos daban buenos consejos y doctrinas.
Predicaban con el ejemplo-
Los que podían cuidaban a las
NOVENA VISITA
SEXTA VISITA
En esta novena calle estaban los llamados
En esta calle sexta estaban los muchachos
llullo llocac uamracona (que significa
de doce a dieciocho años, a quienes
“niño de teta”). A esta calle pertenecían
llamaban mactacona. Ellos ayudaban a
desde que comenzaban a gatear hasta que
guardar el ganado y las sementeras,
cumplían cinco años. No servían para
cazaban aves y servían a los caciques
nada; al contrario, los demás les debían
principales. Eran educados en la humildad
servir y cuidar para que no se cayeran, ni
y en la obediencia y se les enseñaba a
se quemaran, ni les pasara nada malo.
servir en todo este reino.
En esta séptima calle estaban los llamados En esta décima estaban los llamados uaua
tocllacoc uamracuna (que significa quirapicac, es decir, “niños de teta recién
“muchachos cazadores”). Tenían entre paridos que están en la cuna”. A estos
nueve y doce años. Se dedicaban a cazar niños debía cuidarlos su madre y no otra
pajaritos, utilizando lazos y ligas. Con la persona; solo su madre debía darles la
carne hacían charqui. Y con las plumas leche.
hacían finos tejidos y otras galanterías En esta dicha calle de niños de cuna, se
para el Inca y los señores principales. acaba la visita general de los indios
adonde es buena ley y obra de
OCTAVA VISITA
El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en
que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna,
y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de
pájaros. «Siempre soñaba con árboles», me dijo Plácida Linero, su madre, evocando 27 años después los
pormenores de aquel lunes ingrato. «La semana anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de
estaño que volaba sin tropezar por entre los almendros», me dijo. Tenía una reputación muy bien ganada de
intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que se los contaran en ayunas, pero no había advertido
ningún augurio aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había
contado en las mañanas que precedieron a su muerte.
Tampoco Santiago Nasar reconoció el presagio. Había dormido poco y mal, sin quitarse la ropa, y despertó
con dolor de cabeza y con un sedimento de estribo de cobre en el paladar, y los interpretó como estragos
naturales de la parranda de bodas que se había prolongado hasta después de la media noche. Más aún: las
muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que fue destazado como un
cerdo una hora después, lo recordaban un poco soñoliento pero de buen humor, y a todos les comentó de un
modo casual que era un día muy hermoso. Nadie estaba seguro de si se refería al estado del tiempo. Muchos
coincidían en el recuerdo de que era una mañana radiante con una brisa de mar que llegaba a través de los
platanales, como era de pensar que lo fuera en un buen febrero de aquella época. Pero la mayoría estaba de
acuerdo en que era un tiempo fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un denso olor de aguas dormidas, y que en
el instante de la desgracia estaba cayendo una llovizna menuda como la que había visto Santiago Nasar en el
bosque del sueño. Yo estaba reponiéndome de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María
Alejandrina Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque pensé
que las habían soltado en honor del obispo.
(…)
La última imagen que su madre tenía de él era la de su paso fugaz por el dormitorio.
La había despertado cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y ella
encendió la luz y lo vio aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como había de recordarlo para
siempre. Santiago Nasar le contó entonces el sueño, pero ella no les puso atención a los árboles.
−Todos los sueños con pájaros son de buena salud −dijo.
Lo vio desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré postrada por las últimas luces de la
vejez, cuando volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas astillas dispersas el espejo roto
de la memoria. Apenas si distinguía las formas a plena luz, y tenía hojas medicinales en las sienes para el
dolor de cabeza eterno que le dejó su hijo la última vez que pasó por el dormitorio. Estaba de costado,
agarrada a las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de incorporarse, y había en la penumbra el olor de
bautisterio que me había sorprendido la mañana del crimen.
Apenas aparecí en el vano de la puerta me confundió con el recuerdo de Santiago Nasar. «Ahí estaba», me
dijo. «Tenía el vestido de lino blanco lavado con agua sola, porque era de piel tan delicada que no soportaba
el ruido del almidón.» Estuvo un largo rato sentada en la hamaca, masticando pepas de cardamina, hasta que
se le pasó la ilusión de que el hijo había vuelto. Entonces suspiró: «Fue el hombre de mi vida».