La histeria es un trastorno psicológico caracterizado por la somatización de conflictos psíquicos reprimidos. Los síntomas de la histeria incluyen parálisis, convulsiones y trastornos sensoriales y motores que no tienen origen orgánico. Según Freud, la histeria se origina por la represión de deseos sexuales infantiles inconscientes que se expresan a través de síntomas histéricos.
La histeria es un trastorno psicológico caracterizado por la somatización de conflictos psíquicos reprimidos. Los síntomas de la histeria incluyen parálisis, convulsiones y trastornos sensoriales y motores que no tienen origen orgánico. Según Freud, la histeria se origina por la represión de deseos sexuales infantiles inconscientes que se expresan a través de síntomas histéricos.
La histeria es un trastorno psicológico caracterizado por la somatización de conflictos psíquicos reprimidos. Los síntomas de la histeria incluyen parálisis, convulsiones y trastornos sensoriales y motores que no tienen origen orgánico. Según Freud, la histeria se origina por la represión de deseos sexuales infantiles inconscientes que se expresan a través de síntomas histéricos.
La histeria es un trastorno psicológico caracterizado por la somatización de conflictos psíquicos reprimidos. Los síntomas de la histeria incluyen parálisis, convulsiones y trastornos sensoriales y motores que no tienen origen orgánico. Según Freud, la histeria se origina por la represión de deseos sexuales infantiles inconscientes que se expresan a través de síntomas histéricos.
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HISTERIA
La histeria es un tipo de neurosis, un conflicto psíquico sin causa orgánica que se
caracteriza por una elaboración alterada de contenidos desagradables y dolorosos que han sucumbido a la represión y se expresan simbólicamente en la somatización del cuerpo. La histeria es un tipo de psiconeurosis de defensa, considerada como una “enfermedad por representación” ya que es una afección vivida como metáfora. La histérica expresa en su malestar una serie de sentidos internos sostenidos por la satisfacción de deseos sexuales perversos que están reprimidos por haber entrado en conflicto con las instancias superiores del psiquismo. La histeria es una enfermedad nerviosa que se caracteriza por frecuentes cambios psíquicos y alteraciones emocionales que pueden ir acompañadas de convulsiones, parálisis y sofocaciones. Es un trastorno psicológico encuadrado dentro de la tipología de las neurosis. Una de sus características es que se somatiza física o psíquicamente sin causas aparentes. A veces provoca que el enfermo cree distintas personalidades. Histeria para FREUED. Para el mayor investigador del alma humana, los sueños diurnos y las fantasías constituyen el primer peldaño que antecede el desarrollo de los síntomas histéricos. Cabe destacar que estas formaciones no dependen directamente de las experiencias vividas en la realidad efectiva, sino de las fantasías anudadas a contenidos sexuales que las acompañan. Los síntomas histéricos serían pues, representantes simbólicos de un conflicto reprimido, pero expresado en “la anatomía imaginaria” del cuerpo. Como bien apunta Freud (1921), “Un síntoma histérico se funda en una fantasía y no en la reproducción de algo verdaderamente vivido”. En resumen, el histérico se halla dominado por representaciones inconscientes, siendo las mímicas y los síntomas un modo de recordar las escenas fantaseadas que dominan su vida emotiva ¿CUÁL ES LA CAUSA DE LA HISTERIA? Freud ubica la etiología de la histeria en la psicosexualidad de los pacientes, y también afirma que los síntomas histéricos dependen de las fantasías que se elaboran en torno a recuerdos y sucesos autoeróticos y edípicos reprimidos. Según Freud (1917): “En la histeria existe siempre una regresión de la libido a los primeros objetos sexuales de naturaleza incestuosa…siendo, la represión la que desempeña en el mecanismo de esta enfermedad el papel principal”. (p.2.336). En este sentido, la amnesia por represión es un hecho particular de las observaciones freudianas acerca de la estructura histérica. Sin embargo, la causa de la histeria es multifactorial. No necesariamente debe surgir de una “vivencia traumática” o es una única fantasía reprimida la que se encuentra enlazada linealmente con los síntomas; sino que puede estar determinada por una cooperación de varias experiencias, junto con otros recuerdos anteriores, p. ej: evocaciones de cosas que ocurrieron, o fantasías de sucesos que no ocurrieron. Por ende, la histeria se apoya en una constelación de elementos interconectados que le dan su consistencia a partir de un punto nodal, es decir, un punto de entrecruzamiento de dos o más representaciones (recuerdos, sucesos) resignificados en la cadena asociativa, que tocan un conflicto sexual reprimido. La histeria se genera por la represión de una representación sexual prematura (es decir, acaecida en la niñez temprana) que es inconciliable con la dirección de las representaciones que ya están presentes en la organización del yo La histeria, también llamada trastorno por somatización, es aquella patología en que la persona tiene una preocupación crónica por síntomas físicos que no tienen ningún origen identificable. Por ello, visita a todo tipo de especialistas médicos para encontrar una cura a su dolencia física que no puede ser detectada. A menudo se trata de preocupaciones psicológicas que el paciente exterioriza en forma de dolencias físicas. Es más frecuente en las mujeres que en los hombres. Esta patología incluye trastornos somatoformes, trastornos disociativos y trastornos de conversión. ¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA HISTERIA? Para Freud los síntomas histéricos constituyen la manifestación de deseos reprimidos, siendo tales síntomas la expresión simbólica de la vida íntima y de la psicosexualidad infantil del sujeto. Es característico de la histeria que los síntomas se formen por el proceso de conversión, esto es: la somatización de un afecto. Entre los síntomas más llamativos se encuentran: Alucinaciones de contenidos reprimidos Parálisis motoras y anestesias locales. Convulsiones, contracturas o tics. Cegueras parciales. Vómitos. Impotencia y frigidez Fobias (histeria de angustia). Disneas (ahogos). Tos nerviosa. Mutismo. Afonía. Amnesia histérica (puesta al servicio de la represión). Disociación psíquica (desdoblamiento de la consciencia). Hay que recordar que estos síntomas no tienen un origen neurológico, y lo que caracteriza al síntoma histérico es su capacidad de repetirse. Según Freud (1900): “el síntoma histérico no nace sino cuando dos realizaciones de deseos, contrarias y procedentes cada una de un sistema psíquico distinto, pueden coincidir en una expresión”. Los síntomas de la histeria son tanto físicos como psíquicos. Destacan los trastornos motores, sensitivos y sensoriales. Dentro de los trastornos motores pueden darse convulsiones y/o parálisis. La pesadez en las extremidades, los llantos dolorosos, la debilidad y la inestabilidad emocional son algunos de los principales síntomas de la histeria. El dolor y otros síntomas que siente el paciente con este tipo de trastornos son reales e involucran muchas partes del cuerpo, sobre todo el aparato digestivo, el sistema nervioso y el aparato reproductor.
HAY DOS CLASES DE HISTERIA:
La de conversión, inervación somática de un órgano debida a una fijación sexual, hace que ese órgano este como enfermo, pero a diferencia de la somatización, la conversión es sensible a la palabra, es alcanzada por la palabra del analista puesto que se trata de un síntoma de conversión, como la parálisis en la pierna de una paciente de Freud que había cuidado y apoyado su pierna en el padre, y esta se sexualizó; Freud curó este síntoma con la palabra. La otra histeria es la de angustia o fobia, la angustia es el síntoma principal y puede, de ser temida, convertirse en fobia, por ejemplo, a los animales, como la fobia a los caballos del caso Juanito de Freud” Una fobia en un niño de 5 años”. Pero el deseo insatisfecho de la histérica, lo que la caracteriza: es universal, también. Todo ser humano, aunque sea normal se caracteriza por unos deseos insatisfechos en su haber. Síntoma muy habitual en la histeria de conversión, es la frigidez, que no conviene que la trate el sexólogo, ya que sería una manera de no respetar el síntoma (y al síntoma es imprescindible respetarlo) sino el psicoanalista. Debemos a las histéricas, ya lo reconoce Freud, el descubrimiento del valor de la palabra a la hora de la curación y el de la asociación libre como modo de acceso al inconsciente.