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INTRODUCCIÓN
El suelo es el recurso base fundamental del desarrollo agrícola, en el se centran casi todas las activi-
dades que el hombre realiza para la transformación de los ecosistemas naturales en sistemas de pro-
ducción, además de servir de asiento para muchas otras actividades distintas a la agricultura.
Las dificultades que se les presentan a los investigadores en el área de la pedología, están asociadas
a la posibilidad de separar ese continum sobre la superficie terrestre llamado suelo, en unidades más
homogéneas que podamos llamar “un suelo”. Los suelos a diferencia de plantas y animales, no son
unidades claramente individualizadas, ni exactamente definibles. Es decir, al hablar de un espécimen
de suelo, nos referimos a un corte arbitrario del continum, representando un grado limitado de caracte-
rísticas.
Los Centros de Información y Referencia de Suelos, son espacios para la exposición permanente de
los más importantes suelos de un país, principalmente los suelos agrícolas no solo por razones de
seguridad alimentaría sino también por la demanda creciente de tierras y aguas, recursos ambos alta-
mente solicitados, competidos y escasos, particularmente en lo relacionado a tierras de buena calidad
agrícola o capacidad agrológica.
Los Centros de Información y Referencia de Suelos, al disponer de una colección georeferenciada de
los suelos más representativos de un país o región, y de sus diferentes ambientes edafoclimáticos, así
como de las principales potencialidades y limitaciones y de los Tipos de Utilización de la Tierra más
comunes, son esenciales para apoyar por ejemplo, en el caso de Venezuela, la capacitación del per-
sonal del INTI que está involucrado o tiene la responsabilidad de realizar el proceso de Evaluación de
Tierras, con fines de aplicación de la Ley de Tierras, e incluso en la evaluación de los potenciales de
producción para el establecimiento de impuestos prediales. De la misma manera constituyen un recur-
so muy valioso para la docencia, investigación y extensión en las distintas carreras universitarias don-
de se estudia el suelo como objeto.
El Hombre y el Suelo.
En el transcurso de la historia de la humanidad el hombre se ha interesado en el conocimiento del
suelo, porque con el tiempo se fue haciendo más dependiente del mismo, en especial para la produc-
ción de alimentos, fibras y otros productos, pero además dicho conocimiento es determinante en el
mantenimiento del balance ambiental, por ser regulador de varios ciclos naturales básicos para la vida
tales como los ciclos hidrológico, del carbono y del nitrógeno.
El hombre se ha planteado su estudio desde varios enfoques o modelos, movido primariamente por la
necesidad de asentar las poblaciones en lugares seguros y salubres y consecuentemente por la pro-
ducción de alimentos, de allí que el suelo debía verse como un medio para el crecimiento de las plan-
tas, concepto utilitario, conocido también como paradigma edafológico, el cual se ha venido aplicando
desde hace 8000 años. (Mogollón y Comerma, 1994, Viloria, 1995).
El modelo o enfoque señalado hizo ver la existencia de calidades variables del suelo en el espacio a
su disposición. El interés en desagregar la superficie geográfica que mostrara esa variabilidad, posibi-
litó la aparición del modelo de suelo como cuerpo natural organizado, basado en la interacción de
factores y procesos como generadores de las características y cualidades de ese cuerpo, las cuales
imprimen un comportamiento diferencial ante las prácticas de manejo del recurso. Mediante este enfo-
que, se explica la presencia de suelos con características diferentes y la posibilidad de mostrarlos en
documentos cartográficos.
En la medida que el conocimiento avanzaba y la población aumentaba, la demanda por información
de suelo crecía; surgieron entonces nuevas necesidades humanas y sus consecuentes satisfacciones.
Esto propició la expansión e intensificación del uso del suelo, dando paso a otros enfoques o paradig-
mas que darían respuesta a nuevas interrogantes y conflictos. Dichos enfoques están referidos hacia
los estudios del suelo como manto estructural, como ente transmisor de fluidos, y últimamente como
componente del ecosistema (Viloria, 1995). Los dos primeros dirigen su atención hacia la resolución
de problemas de desarrollo urbano, manejo de cuencas hidrográficas, calidad ambiental, calidad del
agua, (Mogollón y Comerma, 1994) entre otros.
El estudio del suelo como componente del ecosistema permite un análisis a través del enfoque holísti-
co, en el cual se le concibe como elemento fundamental del ecosistema, sujeto al intercambio de ener-
gía y materia con los otros integrantes del mismo, en el espacio y en el tiempo. El objetivo es asimilar
tales relaciones e interconexiones a fin de evaluar los diversos ambientes y los cambios que entre
ellos ocurren.
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Según Dumasky, (1993), citado por Viloria, (1995) ninguno de esos modelos o paradigmas se deben
considerar aislados unos respecto a los otros, sino que cada cual representa áreas especificas de in-
vestigación y aplicación de la Ciencia del Suelo, surgidos por los diferentes grados de evolución del co-
nocimiento acumulado de dicha ciencia, en la cual interactúan y se complementan.
Lo esbozado anteriormente indica la importancia que ha cobrado el conocimiento del suelo para el desa-
rrollo de la humanidad y los avances logrados por la Ciencia del Suelo para su propio desarrollo y para
entender e ir mejorando las interrelaciones entre las actividades humanas y el entorno ambiental.
Los Estudios Agrológicos como Fuente de Información Básica de Suelos.
El aumento de la población mundial y la consecuente demanda por alimentos, fibras y por espacios
para la expansión urbana e industrial, impulsó la utilización cada vez más intensiva de la tierra. Simul-
táneamente se fue sintiendo la imperiosa necesidad por profundizar el conocimiento de las caracterís-
ticas y cualidades del suelo y de su distribución espacial, de manera de ofrecer data confiable para el
apropiado diseño del manejo del recurso y de su entorno, así como de minimizar o eliminar en lo posi-
ble, las manifestaciones de deterioro del suelo que progresivamente se han venido presentando.
La fuente principal de información de suelos han sido los inventarios o prospecciones de suelos, cono-
cidos en el país como estudios agrológicos, de cuya cartografía básica, el mapa taxonómico, se han
generado múltiples interpretaciones con fines agrícolas, ingenieríles, sanitarios, ambientales y otras.
También han constituido el principal insumo para emprender o profundizar investigaciones en las otras
disciplinas de la Ciencia del Suelo, como la Física, Química, Mineralogía y Biología de suelos, ade-
más de haber tendido puentes con la geología, geomorfología y la Ingeniería, de las cuales se ha ser-
vido para mejorar sus métodos de estudio.
Desafortunadamente los inventarios de suelos están disminuyendo drásticamente, o se han desconti-
nuado por razones económicas y porque sus productos son pocos atractivos o amigables para los
usuarios de las información (Zinck, 2005). Tales vicisitudes señala el mismo autor, han estimulado el
uso creciente de la tecnología de la información, para dar lugar a “innovaciones tecnológicas y meto-
dológicas en la recolección de datos y la conversión de éstos en información”. Producto de eso, ha
sido la aplicación de la teledetección, los sistemas de información geográfica (SIG) y la estadística
espacial, cuyas técnicas, según Zinck, están contribuyendo a reemplazar los mapas taxonómicos tra-
dicionales con mapas parciales enfocados a resolver problemas locales específicos; el propósito es
reducir costos y hacer más atractiva la data inventariada. Añade el mismo autor “que la aplicación de
tal tecnología, aunque de mucha importancia actual y la cual debe verse como una herramienta, pro-
bablemente es un problema menos relevante que el de llenar la brecha entre el productor de la infor-
mación y el usuario potencial de la misma”, y señala que si tal data no es fácil de entender y de ser
utilizada, será ignorada en la toma de decisiones. Este problema ha sido también preocupación para
los estudiosos de la Ciencia del Suelo en Venezuela, y ha quedado expresado en reuniones técnicas y
congresos. En este sentido García, (1995), al proponer las estrategias de inventarios de suelos para el
siglo XXI en Venezuela, indica que la “presentación de los estudios de suelo (informe, leyendas y ma-
pas) debe ser simplificado y más amigable a los usuarios”, con quienes debe negociarse y llegar a una
suerte de compromiso, para que los productos sean recibidos y en consecuencia utilizados.
La tendencia mundial declinante en la producción de información agrológica se aprecia en los datos
aportados por Zinck (ob-cit) al establecer que sólo en los países desarrollados de Occidente, existe
cobertura cartográfica e información sistemática de suelos completa o por culminarse, a escalas apro-
piadas, mientras que el 30% de las naciones del globo, las cuales representan el 70% de las tierras
emergidas y el 60% de la población mundial (datos de 1992), poseen muy poca o todavía no tienen
cobertura cartográfica completa de suelos, a escala 1:1.000.000 (Purnell, 1995, citado por Zinck,
2005).
Venezuela se encuentra en mejor situación respecto al 30% de países referidos. Según la información
disponible hasta 1995, el país contaba con estudios agrológicos y sus correspondientes interpretacio-
nes para uso agropecuario y forestal o para hacer inferencias de carácter general a escala 1:250.000,
con cubrimiento de aproximadamente 87,4 millones de hectáreas (95,4% del territorio nacional). No
obstante, es escasa la información disponible a escalas mayores como fuente de data para planifica-
ción regional y local, y para la detección de la degradación del recurso en calidad y cuantía suficiente,
para incrementar o emprender nuevas acciones de investigación y conservación de suelos, a esos
niveles. Solo 7,6 y 2,8 millones de hectáreas están inventariados como estudios preliminares y
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física tales como erosión, generación de encostramiento superficial, sellamiento de poros, presencia de
capas compactadas y otros efectos adversos de la pedogénesis o del inadecuado uso de la tierra.
La selección del perfil a describir, muestrear y extraer como monolito, suele hacerse con base a la infor-
mación contenida en los inventarios de suelos, o en su defecto, los sitios de extracción son cuidadosa-
mente seleccionados, tomando en consideración la incidencia y combinación de los factores de forma-
ción de suelo, el uso de la tierra y otros rasgos de interés, tales como fenómenos de degradación física
y química y cualquier otra información de eventos naturales y socioeconómicos, ocurrentes en el am-
biente geomorfológico circundante, que pueda ayudar al entendimiento de la génesis del suelo en cues-
tión y del uso actual y potencial de la tierra.
Una colección de suelos de referencia, permite apreciar la variabilidad de la población de suelos concu-
rrentes en diferentes unidades de paisaje de una región; su estudio comparativo facilita los procesos de
clasificación taxonómica, interpretación con fines de usos diversos de la tierra, así como la correlación
de suelos, entendida ésta como el “establecimiento de las relaciones entre las características inherentes
de los suelos como cuerpos naturales, mapeables en diferentes lugares” (Comerma, 1968).
Ese proceso es de gran significancia, por conferir alto grado de confiabilidad y certeza a la transferencia
tecnológica, generada por la investigación de una unidad de tierra a otra, con clases de suelos simila-
res.
La problemática que se visualiza del estudio de perfiles conservados y de su información referenciada,
promueve el desarrollo de trabajos de investigación en diferentes disciplinas de la Ciencia del Suelo, y
como se dijo, la extrapolación y transferencia de información. Es así que el investigador, además de los
datos geográficos y de uso de la tierra que se exponen junto al monolito, cuenta con una base de datos
georeferenciada alimentada con resultados de las descripciones morfológicas de los suelos, con los
análisis físicos, químicos y mineralógicos, y con muestras disturbadas (muestras de referencias) espe-
cialmente resguardadas para emprender investigaciones que permitan proponer soluciones a problemas
específicos, relacionados con su campo de acción en la Ciencia del Suelo. Con ese apoyo, por ejemplo,
el correlator puede ir a corroborar líneas cartográficas o modificarlas durante el proceso de correlación.
Los monolitos permiten detectar también el efecto favorable o desfavorable de distintas tecnologías de
uso y manejo de suelo y consecuentemente promueven la necesidad de ensayar otros métodos o siste-
mas de utilización del recurso y de seleccionar y aplicar determinadas prácticas de conservación de
suelos degradados.
En conclusión, las colecciones de suelos constituyen un estimulo para el adecuado uso y manejo del
recurso suelo, al concientizar y sensibilizar al usuario y al público en general, sobre la necesidad de utili-
zarlo y conservarlo dentro de los principios del uso sustentable de la tierra.
El Centro de Información y Referencia de Suelos (CIRS) ofrece hoy día una serie de logros que pue-
den sintetizarse, tal como lo indica Torres (2004), de la siguiente manera:
• Se dispone de 136 perfiles colectados en Venezuela, la mayoría de los cuales están expuestos en
la sede del CIRS, Facultad de Agronomía, Maracay y en sus Estaciones Experimentales. Algunos
se encuentran exhibidos también en otras instituciones cooperantes del CIRS en distintas regiones
del país. En tales espacios se cuenta con información detallada del clima, relieve, material paren-
tal y usos dominantes. Adicionalmente, se presenta la caracterización morfológica, química, física,
mineralógica así como las clasificaciones taxonómicas e interpretativas de uso más común en Ve-
nezuela; de manera que en un recorrido por el centro, se puede tener una visión muy completa de
la variabilidad espacial de los suelos y sus usos.
• En el año 2001 se desarrolló una nueva metodología para la preparación, impregnación y tallado
de monolitos de suelos, mediante el uso de goma de carpintero (pega Sold 236-E) y agua destila-
da, la cual supera significativamente la metodología convencional que recomienda laca nitroceluló-
sica y thinner como diluyente, ambos productos de uso riesgoso para la salud. El método ha re-
sultado más económico y ofrece un periodo de preparación y secado mas corto que el utilizado
hasta ese año (Martínez y Torres, 2001), (Torres et al., 2001 y Torres et al., 2003). Esta metodolo-
gía se ha practicado con éxito en los últimos seis años de actividades del CIRS, en alrededor de
50 perfiles de suelos de características diversas. Se han colectado suelos con distintos grados de
desarrollo y composición mineralógica, con texturas desde arenosas hasta arcillosas, incluso se
ha usado en la extracción de suelos con texturas muy arenosas para las cuales comúnmente se
aplica la tecnología conocida como “lacquer peeling”. Con la ayuda del alisador del perfil y la apli-
cación de goma de carpintero mediante un método que podría denominarse “gum peeling”, el pro-
cedimiento ha resultado exitoso y práctico (Torres et al., 2007, en prensa). También se ha usado
con condiciones de drenaje desde muy pobre hasta excesivamente drenados, así como en suelos
orgánicos (Torres et al., 2001 y Torres et al., 2003).
Otros logros no menos importantes del CIRS, se han orientado hacia la docencia, extensión universi-
taria y educación en general, mediante las siguientes acciones:
• Apoyo de cursos de pre y postgrado en ciencias del suelo de la UCV.
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Además de las anteriores actividades, el CIRS ha realizado varias publicaciones técnicas y divulgativas
sobre los suelos de distintas regiones del país y trípticos informativos sobre la propia institución. Por otra
parte, ha promovido la realización de varias tesis de pregrado en la UCV-Facultad de Agronomía, en la
Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado, Facultad de Agronomía, en la Universidad de Los
Andes, núcleo Táchira y en la Universidad Nacional Experimental del Táchira.
El CIRS ha estimulado y apoyado también la realización de dos trabajos Ascenso en la Universidad
Centro Occidental Lisandro Alvarado (UCLA) y en la Rómulo Gallegos (UNERG) (Torres, 2004).
El CIRS mantiene permanente contacto e intercambio con Instituciones relacionadas con el estudio y
uso del suelo a nivel nacional e internacional. En este último caso con el International Soil Reference
and Information Centre (ISRIC), anteriormente conocido como Museo Internacional de la Ciencia del
Suelo con sede en Wageningen, Holanda.
A nivel nacional se han establecido estrechas relaciones interuniversitarias con Instituciones como la
Universidad del Zulia, Centro Occidental Lisandro Alvarado, Rómulo Gallegos, Francisco de Miranda y
Experimental del Táchira, con las cuales se ha cooperado en el establecimiento de colecciones de sue-
los representativos de sus respectivas regiones.
Actualmente hay planes para desarrollar similares actividades en la UNELLEZ, y en la CVG, a fin de
establecer Centros de Referencia de Suelos de los Llanos Occidentales y de la región Guayana respec-
tivamente. El objetivo es conformar una Red Nacional de Centros de Referencia de Suelos, para ofrecer
un amplio y eficaz apoyo a las diversas actividades y distintos proyectos que utilicen el recurso y muy
especialmente, para los programas nacionales de clasificación y correlación de suelos, así como para
difundir el conocimiento y el adecuado uso del recurso (Torres, 2004). Más adelante se presenta una
propuesta al respecto.
Según Torres (2004) el CIRS tiene como misión ser el Centro Nacional de Información y Referencia so-
bre el recurso suelo para apoyar la docencia, investigación y extensión en la UCV-Facultad de Agrono-
mía y de otros centros de estudio y universidades.
La meta visionaria del CIRS es “ser el Centro Nacional de Referencia sobre el Recurso Suelo” mediante
las colecciones de suelos agrícolas representativos de diferentes regiones de Venezuela, pero también
“ser el centro de Referencia Internacional” para la divulgación y el conocimiento de los suelos venezola-
nos y para apoyar programas de clasificación y correlación de suelos. (Torres, 2004).
Propuesta para la Creación de una Red Nacional de Centros de Información y Referencia de Sue-
los.
La situación actual del inventario de recursos, los riesgos inminentes de pérdida de información alta-
mente valiosa y la carencia actual de un ente rector de los estudios de suelos en Venezuela, plantea la
necesidad de constituir alianzas estratégicas para la recuperación de la información ya levantada y su
utilización en procesos de enseñanza y apoyo a programas nacionales de correlación, en la medida en
que se tome conciencia de la importancia del recurso para el país. Schargel (2007), señala la necesidad
de crear un organismo oficial rector de los estudios de suelos (Instituto de Suelos) que garantice conser-
var y difundir la información básica sobre los suelos del país.
Las universidades poseen una capacidad instalada desde el punto de vista físico y los talentos humanos
capacitados para abordar un proyecto de esta naturaleza. Conscientes de ello, se plantea la creación de
diversos Centros de Información y Referencia Regionales, que en conjunto abarquen las principales zo-
nas agroecológicas y ecosistemas nacionales, como una vía de recabar la información existente y selec-
cionar aquellos ecosistemas o áreas de interés, que requieren de información básica.
Los centros que se plantean funcionarían en red, y tendrían al Centro de Información y Referencia de
Suelos de la Facultad de Agronomía de la UCV (CIRS), como nodo central; la ubicación de tales centros
se muestra en la figura 2.
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Zo na en n
c ió
Centro Nacional y Región Central R eclama
(CIRS-UCV)
Llanos Occidentales (UNELLEZ)
Centro de Información y Referencia de Suelos de los Llanos Occidentales, cuya sede e institu-
ción responsable seria la Unellez, Guanare. Tal como su nombre lo señala tendría como responsabili-
dad, elaborar y ser depositarios de la colección de los suelos representativos de los Llanos Occidenta-
les, incluyendo el área de piedemonte.
Centro de Información y Referencia de Suelos de las Zonas Áridas, con sede en la Universidad
Centro Occidental Lisandro Alvarado, Estado Lara. El énfasis de esta colección, seria el de los princi-
pales suelos de las regiones áridas del país, sus particularidades de clima y vegetación, el manejo y
los principales tipos de utilización de las tierras actuales y potenciales.
Centro de Información y Referencia de las Zonas Montañosas, con sede en Táchira y bajo la res-
ponsabilidad compartida de ULA-Táchira y UNET. Coleccionarían los suelos más representativos de
las diferentes formaciones geológicas y usos predominantes en la región montañosa andina, así como
lo relacionado con riesgos de erosión y principales prácticas de manejo.
Centro de Información y Referencia de Suelos de la Región Guayana, con sede en Puerto Ordaz
y bajo la responsabilidad de la CVG. Seria responsable y depositaria de la colección de los suelos
más importantes de la zona sur del país, con énfasis en los suelos representativos y sus principales
usos, incluyendo aspectos del ecosistema no necesariamente ligados al uso agrícola, sino además los
suelos afectados por minería u otros procesos extractivos y su impacto. En este centro se incluirían
los estados Delta Amacuro, Bolívar y Amazonas.
Centro de Información y Referencia de los Llanos Centrales y Orientales, con sede compartida
entre las universidades UNERG y UDO. La responsabilidad seria la colección de los suelos más re-
presentativos de las diferentes zonas agroecológicas que ocurren en la región y sus particularidades
de uso y manejo.
Centro de Información y Referencia de la Cuenca del Lago de Maracaibo, con sede en la Univer-
sidad del Zulia Facultad de Agronomía, le compete la colección de los principales suelos y paisajes
que integran la Cuenca del Lago de Maracaibo y sus particularidades de uso y manejo actuales y po-
tenciales.
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En algunas Universidades ya existen Centros de Información con grado variable de desarrollo, de ma-
nera que en ellas seria relativamente fácil concretar la creación del mismo. El funcionar como red, per-
mitirá un uso más eficiente de los recursos humanos, del apoyo logístico y de los recursos financieros
en general, que es uno de los aspectos más limitantes para establecer las colecciones.
El Centro de Información y Referencia de la Facultad de Agronomía de la UCV, tendría la res-
ponsabilidad de apoyar la creación de los centros regionales y de ser el depositario de cada uno de
los perfiles que se colecten como duplicados en cada región, de manera de constituirse en el centro
nacional, con muestras de todos los suelos más representativos del país. Asumiría también la respon-
sabilidad de la capacitación del personal necesario para abordar las colecciones regionales y partici-
paría en el proceso de selección y extracción de los perfiles representativos.
Los Centros Regionales y el Centro Nacional, serian los depositarios de las colecciones de los suelos
del país y de la información disponible para cada región, lo cual garantizaría el resguardo de toda la
información de suelos ya producida en el país, a diferentes escalas y grados de detalle. La generación
de las bases de datos y la disponibilidad de perfiles georeferenciados, permitiría además, el encade-
namiento con Sistemas de Información Geográfica (SIG), lo cual le confiere un importante valor agre-
gado a las colecciones.
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