Biografia
Biografia
Biografia
nació Stephen Hawking en la ciudad de Oxford. Como tantas otras de clase media, su
familia soportaba con entereza los rigores de la Segunda Guerra Mundial; hacia el final de
la contienda, un cohete V2 alemán cayó a pocas decenas de metros de su casa en
Highgate, al norte de Londres. Tras cursar estudios secundarios, Hawking ingresó en el
University College de Oxford, donde se licenció en 1962 con los títulos de matemático y
físico. Por esa época era un chico de vida normal, cuyas singularidades eran únicamente
su brillante inteligencia y un gran interés por las ciencias.
Pero en 1963, en el transcurso de una sesión de patinaje sobre hielo, el joven Stephen
resbaló y tuvo dificultades para incorporarse. De inmediato se le diagnosticó un trastorno
degenerativo neuromuscular, la ELA o esclerosis lateral amiotrófica. Los médicos
supusieron que la enfermedad iba a acabar con su vida en pocos años; sin embargo, se
equivocaron. Naturalmente, la vida de Stephen no fue la misma a partir de entonces, pero
sus limitaciones físicas no interrumpieron en ningún momento su actividad intelectual; de
hecho, más bien la incrementaron.
En octubre de 1962 había iniciado sus estudios de doctorado en el Trinity Hall de
Cambridge. Solicitó trabajar con Fred Hoyle, pero el célebre astrónomo tenía demasiados
pretendientes y la petición fue denegada; muchos años después, el propio Hawking vería
el lado positivo: de haber sido aceptado, probablemente se hubiera visto obligado a
defender la teoría del estado estacionario de Hoyle, desacreditada tras el descubrimiento
de la radiación de fondo de microondas en 1965.
Mientras cursaba su doctorado se casó con Jane Wayline (1965), con quien tendría tres
hijos. Tras casi veinticinco años de vida en común, en 1990 la pareja se separó y el científico
se fue a vivir con Elaine Mason, una de las enfermeras que lo cuidaba y con la que cinco
años más tarde contrajo matrimonio; esta segunda relación se prolongaría hasta 2007.
Después de obtener el título de doctor en física teórica (1966), su pasión por el estudio del
origen del universo fue en aumento, y sus investigaciones se centraron en el campo de la
relatividad general, particularmente en la física de los agujeros negros, descrita por primera
vez por Robert Oppenheimer en 1939.
Sus estudios sobre los miniagujeros negros lo llevarían a combinar por primera vez la teoría
de la relatividad y la mecánica cuántica para resolver el problema de estudiar estas
estructuras de dimensiones muy reducidas y de densidad extraordinariamente elevada,
sobre las que no se creía que se pudiese obtener algún conocimiento. En 1974 propuso,
de acuerdo con las predicciones de la física cuántica, que los agujeros negros emiten
radiación térmica hasta agotar su energía y extinguirse. Hawking ha explorado asimismo
algunas singularidades del binomio espacio-tiempo.
En 1974 Hawking fue designado miembro de la Royal Society y, tres años más tarde,
profesor de física gravitacional en Cambridge, donde se le otorgó la cátedra Lucasiana de
matemáticas (1980), que había sido dictada por tan egregias figuras como Isaac Newton y,
más recientemente, Paul Dirac. Hawking continuaría ocupando dicha cátedra hasta su
jubilación en 2009. Pero a medida que los logros intelectuales y los reconocimientos se iban
sucediendo en su vida (recibió innumerables premios y doctorados honoris causa), también
avanzaba el proceso degenerativo de su enfermedad. Primero la inmovilidad de sus
extremidades lo llevó a depender de una silla de ruedas; después la parálisis se extendió a
casi todo su cuerpo; en 1985 contrajo una neumonía que obligó a los médicos a practicarle
una traqueotomía, tras lo cual perdió completamente el habla. A partir de entonces sólo
pudo comunicarse mediante un sintetizador conectado a su silla, pero ni siquiera eso lo
desmoralizó: escribió otros siete libros y siguió publicando artículos e impartiendo
conferencias.
Un gran divulgador:
Resulta una gran paradoja, sin duda, que un hombre que se involucró plenamente en la
tarea de clarificar los conceptos científicos para el público medio (a diferencia de la mayoría
de sus colegas, Hawking optó decididamente por la divulgación) hubiera de enfrentarse
duramente con la dificultad de poder comunicarlos. No obstante, gracias a su empeño y
tenacidad, no dejó de salvar los escollos que se derivaban de sus discapacidades físicas.
En 1989, en ocasión de su visita a España para recibir el premio Príncipe de Asturias,
Stephen Hawking subrayó la importancia de que los ciudadanos de a pie posean las
nociones científicas suficientes para participar en los debates que abren los nuevos
avances científicos y tecnológicos, evitando que todo quede en manos de los expertos.
Ése es el mensaje que se descubre en algunos de sus libros más famosos, como Historia
del tiempo: del big bang a los agujeros negros (1988), que ha sido traducido a treinta y siete
idiomas y del que en pocos años se vendieron más de veinte millones de ejemplares. En
su propósito de hacer llegar el libro a un público amplio, Stephen Hawking renuncia a las
fórmulas y a las exposiciones para especialistas, pero no abandona el tratamiento riguroso
de la cuestión. Procede primero a una amplia exposición de las ideas cosmológicas
actuales (el big bang y la expansión del universo), así como de los principales hallazgos de
la física de las partículas, que explican a nivel subatómico cómo es la materia y las fuerzas
que la gobiernan. Hawking pone de manifiesto la sorprendente convergencia de estas dos
vías de investigación, que han dado nacimiento a una nueva disciplina: la astrofísica de las
partículas.
En Historia del tiempo el autor aborda también, manteniendo siempre el tono de alta
divulgación, temas como los agujeros negros y, además del origen, el posible destino del
universo. Tampoco elude la pregunta que se formula el hombre común cuando se enfrenta
a estas cuestiones: el papel de Dios en todos esos fenómenos, así como la creación del
universo, punto en el que Stephen Hawking abandona el tratamiento rigurosamente
científico para aventurarse en los inciertos caminos de la especulación metafísica.
Otro libros posteriores, como Agujeros negros y pequeños universos (1994), El universo en
una cáscara de nuez (2002) o El gran diseño (2010), manifiestan una intención divulgativa
todavía mayor que sus libros precedentes. Respecto a su bibliografía más especializada,
sus esfuerzos para describir desde un punto de vista teórico las propiedades de los agujeros
negros, así como la relación que estas propiedades guardan con las leyes de la
termodinámica clásica y de la mecánica cuántica, han quedado recogidos en obras como
The Large Scale Structure of Space-Time (1973, en colaboración con G.F.R. Ellis),
Superspace and Supergravity (1981) y The Very Early Universe (1983).
En 1985, Hawking sufrió una grave pulmonía, lo que, aunado a su problema de esclerosis,
puso en serio riesgo su vida. Finalmente una traqueotomía de urgencia le salvó la vida pero,
como consecuencia, perdió definitivamente la voz. Desde entonces, se vio obligado a
utilizar un sistema informático para tener una voz electrónica. En 1988 publicó Breve
Historia del Tiempo, un libro de divulgación científica que venía escribiendo desde 1982. La
obra explica varios temas de cosmología, entre otros el Big Bang, los agujeros negros, los
conos de luz y la teoría de super cuerdas al lector no especializado en el tema. El libro se
convirtió en un Best Seller de inmediato, dio aconocer la obra de Hawking y lo convirtió en
la personalidad más conocida del mundo científico. Sus libros de divulgación continuaron
con Agujeros negros y pequeños universos y otros ensayos en 1993 y El Universo en una
cáscara de nuez, en 2001, obteniendo nuevamente un enorme éxito editorial.