La Historia Precolombina en Colombia
La Historia Precolombina en Colombia
La Historia Precolombina en Colombia
LA PAZ – CESAR
2022
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TABLA DE CONTENIDO
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INTRODUCCION
Otro de los elementos comunes de las culturas precolombinas que alcanzó un alto
grado de desarrollo fue la edificación de templos y monumentos religiosos.
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HISTORIA PRECOLOMBINA EN COLOMBIA
La cultura agustiniana, es de las más conocidas entre las culturas indígenas que
surgieron en Colombia antes de 1200. El espacio de desarrollo de la Cultura San
Agustín se dio en los actuales departamentos del Huila y el Norte del Depto.
del Caquetá.
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1250 y para 1300 la selva envolvía ya las ciudades agustinianas. La falta de
recursos para investigar ha producido una avalancha de interpretaciones acerca de
los orígenes, el desarrollo y la caída de la Cultura San Agustín, hasta el punto que
algunos expertos afirmaron que algunos pueblos mesoamericanos,
específicamente las culturas de Teotihuacán y la Oaxaca (Monte Albán, Mitla, etc.)
llegaron por agua o vía Centroamérica y se asentaron en esta zona. Esa teoría ha
sido ampliamente refutada.
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altas de la Montaña, y los que sucumbieron en el proceso de mestizaje. Aquellos
que se quedaron en las partes altas de la Sierra, hoy aún sobreviven, como legado
de la Cultura Tayrona, son los Kogui, los Ika y los Sanká.
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La estructura político-administrativa de los Tayrona no es muy clara, pero las
investigaciones han concluido que concentraba aspectos federales con otros
radicalmente centrales.
Los Muiscas
Habitantes de la zona central de Colombia,
específicamente el Altiplano Cundiboyacense, fueron la
cultura que más llegó a evolucionar en lo que se refiere
a la administración y la estructura político-
administrativa del Estado hasta llegar a la conformación
oficial de una Confederación de cacicazgos con un
sistema uniforme de caminos, lengua, impuestos,
religión y leyes. Realmente, el nombre "muiscas", no es el propio de ellos, este fue
el apelativo dado por los cronistas españoles como un símil entre esta cultura y las
moscas, pues salían de todas partes emboscando a los conquistadores españoles.
De todas maneras, nos referiremos a ellos como muiscas.
También existen otros mitos como el de Bachué, la madre de los Muiscas. Un día
salió de la laguna de Iguaque una mujer esbelta y bella, con un hijo en sus brazos.
Ella era Bachué, se sentó a la orilla de la laguna y esperó hasta que su hijo creciera.
Cuando alcanzó la edad suficiente, se casó con él y tuvieron muchos hijos, esos
hijos son los Muiscas. Bachué les enseñó a cazar, cultivar, respetar las leyes y
adorar a los dioses. Bachué fue tan buena, que los mismos Muiscas se referían a
ella también como Furachoque (Mujer Buena en Chibcha). Cuando ya eran muy
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viejos, Bachué y su Hijo-Esposo decidieron volver a Iguaque y se convirtieron en
serpientes. Esas serpientes se sumergieron en el lago. Ese día los Muiscas
estuvieron muy tristes, pero sabían que Bachué, su madre, era feliz.
De los Muiscas nos han llegado muchos mitos, pues como Bogotá se instituyó como
capital del Nuevo Reino de Granada, muchos cronistas y oidores viajaron a
asentarse allí. Durante estas estancias, ellos escribían "Crónicas de Indias", que
nos revelaron lo que quedó de la América Prehispánica, y por supuesto, lo que los
Reales Censores permitieran publicar. Según los muiscas, había muchos dioses,
pero los más importantes eran Sué (El Sol), y su templo de Sugamuxi o Suamox
(Sogamoso), era el más venerado del mundo Muisca. Chía (La Luna), y su templo
en el pueblo que hoy lleva ese mismo nombre, el segundo en orden de importancia.
Otros personajes como Bochica, que no eran dioses, eran recordados por todos con
respeto y afecto. El mito de Bochica es este: en la sabana, vivían los Muiscas, pero
ellos se habían cansado de las inundaciones, que podían ser causadas por Huitaca,
la hermosa y malvada mujer o Chibchacum, el protector de los agricultores.
Entonces, del cielo salió un arcoiris, y de él bajó un hombre blanco, con barbas
blancas y túnica. Este dijo llamarse Bochica y les enseñó a tejer. Bochica escuchó
las quejas de los Muiscas sobre las inundaciones, y con su bastón de oro partió dos
piedras al borde del precipicio donde terminaba la Sabana y salió toda el agua,
creándose el Salto de Tequendama. Bochica castigó a Huitaca y Chibchacum, a la
primera convirtiéndola en lechuza, y obligándola a cargar el cielo. A Chibchacum lo
obligó a cargar la tierra, y cada vez que él se cambia de hombro, la tierra tiembla.
La contribución de los Muiscas a la cultura nacional colombiana es quizás la más
importante. Juegos como el tejo, son predecesores del Turmequé, que fue
inventado por los Muiscas y los españoles le agregaron el detalle de la pólvora.
Entre los Muiscas, se celebraban torneos de lucha, y el ganador era premiado por
el cacique con una manta fina de algodón y se convertía en guerrero.
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La lengua de los Muiscas, era miembro de la
familia lingüística chibcha, lo que les permitió
mantener fluidas relaciones con los Pances, los
Motilones, los Tayronas y los Opitas, miembros
dialectales de ese grupo lingüístico.
Los Quimbayas
Los Quimbayas, se calcula que eran casi 100000, vivían en chozas redondas de
guadua y techos de palma. Los fogones eran públicos, y eran compartidos por tres
o cuatro familias cada uno y estaban aparte en una choza cercana a las tres casas.
Los poblados eran bastante compactos, y era común que cada poblado Quimbaya
no superara tres familias diferentes, haciendo el trato dentro de los poblados muy
cordial y familiar.
La producción agrícola de los Quimbayas, no era tan eficiente como en otras
culturas, pero conocían y practicaban la rotación de cultivos. Ellos cultivaban una
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tierra y la dejaban descansar, mientras el año siguiente se tomaba otra, y así
sucesivamente.
El oro Quimbaya no provenía de minas como ocurría con los Tayronas o los Calimas
y Pances, ni del comercio, como los Muiscas, sino de los ríos. Los Quimbayas iban
a los ríos con frecuencia y con macanas recolectaban oro. Cuando eran demasiado
caudalosos, o crecían esperaban las sequías para recoger el oro de la arena, junto
con el limo, muy bueno para cultivar. El oro bruto era llevado a casas de orfebrería,
donde era molido con grandes piedras, cuando era casi polvo, era mezclado con
cobre para hacer tumbaga que era más fácil de fundir. Los Quimbayas obtenías
figuras en tumbaga con la técnica de la cera perdida
y posteriormente les practicaban el templado:
calentarlas y sumergirlas en agua helada, luego
martillarlas, para sacar las impurezas y darle
resistencia. Los Quimbayas fueron los que mejor
practicaban el templado, pues martillaban y repetían
el proceso varias veces. Por ello las figuras
Quimbayas que vemos en los museos brillan más y
no han sufrido tanto el paso del tiempo. Además de
la cera perdida, que era más usual en los elementos
decorativos y las piezas ceremoniales sacerdotales o civiles, se usaba también el
repujado o martilleo delicado de hojas de oro. Esta técnica era más usada en las
armas, cascos y pectorales de los guerreros, pues se hacía con láminas que eran
más livianas en el combate.
Fueron una de las últimas culturas en desaparecer pues las zonas que habitaban
eran casi inaccesibles, rodeados a lado y lado por nevados y con dos tapones de
selva al norte y al sur. Aun así, los españoles al mando de Jorge Robledo, que había
ya conquistado el Norte de Antioquia llegaron a la región que habitaban. Robledo
primero los trató bien pero luego comenzó a mandarlos a las encomiendas a
trabajar. Los Quimbayas se resintieron y comenzaron una guerra. Fue inútil,
Robledo venció y los últimos Quimbayas escaparon al Chocó. Lentamente
desaparecieron y nos dejaron maravillosos tesoros, el más famoso, es el "Tesoro
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de los Quimbayas", encontrado enterrado en Quimbaya, Quindío a finales del siglo
XIX, este tesoro está hoy en el Museo de América de Madrid. Aunque la pieza más
representativa del arte Quimbaya, el Poporo Quimbaya, reposa en las bóvedas del
Museo del Oro de Bogotá, siendo la primera pieza que el Museo tuvo, en el año de
1933.
Los Zenúes
Los ritos mortuorios Zenúes eran bastante simples, pero esto no les restaba belleza.
Cuando alguien moría era llevado en una chalupa por los canales hasta Finzenú
donde todos los Zenúes eran enterrados. Si era un importante dignatario, la misma
cacica de Finzenú presidía en su chalupa. Todos los muertos eran enterrados
mirando hacia oriente para que todos los días vieran la salida del sol. Realmente la
muerte para los Zenúes no era triste, lo tomaban con un aire festivo, pues pensaban
que ahora la vida era más feliz, ya que el espíritu no tenía un cuerpo al que le deba
obligaciones y ahora es todo diversión. Los asistentes al rito, beben y comen,
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mientras pisan la tierra donde la persona va hacer enterrada. Al final del entierro, se
siembra un árbol sobre el montículo y se disuelve la reunión.
Los Zenúes, con sus falencias como nación, avanzaron notablemente, en materia
administrativa y en la producción, además de domar los ríos Zenú y Cauca, su
exquisita orfebrería, es única entre las precolombinas, pues ellos dominaron el arte
de la filigrana, cosa que ninguna otra logró. Los Zenúes fueron la última Cultura en
ser encontrada y conquistada por los españoles, es más, en la actual Córdoba,
existen herederos de los Zenúes.
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CONCLUSIÓN
sociedad en todos los ámbitos posibles de ellos aun se conservan grandes legados
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BIBLIOGRAFIA
• https://www.todacolombia.com/historia-de-colombia/colombia-
precolombina.html
• https://es.slideshare.net/sotelodesign/presentacin-culturas-precolombinas
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