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Transmisibilidad Mortis Causa

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2.

Transmisibilidad Mortis Causa

2.1. Antecedentes

En un principio, la transmisión mortis causa estaba vinculada con la religión, junto


con las nociones de familia y propiedad. Los bienes pasaban al heredero, como
consecuencia natural de la continuidad del culto. Mientras eran un atributo de la
comunidad doméstica, la sucesión fue solo legal. (Da Silva Pereia, 2013)

Sin embargo, a medida que la propiedad se individualiza, el hombre siente la


necesidad de afirmarse después de la muerte, eligiendo quien recibirá sus
posesiones, en estrecha correlación con la indicación de quién pueda perpetuar el
culto. (Da Silva Pereia, 2013)

Teniendo en cuenta que, el artículo 61 de nuestro Código Civil refiere que “la
muerte pone fin a la persona”, lo cual trae aparejado un hecho importante ya que
“desde el momento de la muerte de una persona, los bienes, derechos y
obligaciones que constituyen la herencia se transmiten a sus sucesores” (artículo
660 del Código Civil). (Zuta Vidal, 2020).

En consecuencia, se genera un cambio de titularidad en el patrimonio del causante


y son los sucesores los llamados a heredar, debido a que tienen vocación
hereditaria. Esta acción puede provenir de dos fuentes: 1) son llamados a heredar
porque el causante realizó un testamento y esta declaración de última voluntad
sirve de sustento para reclamar una herencia o 2) a falta de testamento o
problemas con este, se recurre a la sucesión intestada o sucesión legal. (Zuta Vidal,
2020)

2.2. Definición.-

La sucesión mortis causa hace referencia a qué ocurre con los bienes y
derechos de una persona cuando muere. Nuestro ordenamiento jurídico no
admite que el patrimonio del fallecido quede sin titular.

Por tanto, las normas de Derecho sucesorio son aquellas que se aplican al
momento posterior del fallecimiento, en el cual se determinan los herederos y
legatarios que serán llamados a adquirir el patrimonio yacente.

La locución latina mortis causa significa “por causa de muerte”. La sucesión


mortis causa, por tanto, es la subrogación que hacen los herederos en el
patrimonio del fallecido a causa de su muerte.

Cabe señalar que la sucesión no solo tiene lugar respecto a bienes y derechos,
sino también respecto a las deudas y obligaciones.
Al respecto nuestro Código Civil en su artículo 660 señala: “Desde el momento
de la muerte de una persona, los bienes, derechos y obligaciones que
constituyen la herencia se trasmiten a sus sucesores.

Conforme se ha indicado nuestro ordenamiento jurídico es contrario a que el


patrimonio de un fallecido quede sin titulares. Por tanto, gracias a la libertad de
testar, permitirá que este designe en sus últimas voluntades (respetando los
límites legales como la legítima o la incapacidad de testar o de suceder) quién
debe ser llamado a quedarse con su patrimonio mortis causa.

Sin embargo, en caso de que el causante no otorgara testamento o este


deviniera irregular o nulo, nuestro ordenamiento jurídico establece unas normas
de sucesión intestada o abintestato, gracias a las cuales se determinará quién
debe ser llamado a suceder.

2.3. Las formas de sucesión mortis causa

Como se habrá podido comprobar, el Derecho hereditario contempla diferentes


formas de sucesión mortis causa:

2.3.1. La sucesión testamentaria.

Se trata de aquella basada en las últimas voluntades del causante. Este


puede expresarlas por medio de su testamento, que determinará el
destino de su patrimonio cuando fallezca.

De acuerdo con el artículo 686 del Código Civil señala:

“Artículo 686.- Sucesión por testamento

Por el testamento una persona puede disponer de sus bienes,


total o parcialmente, para después de su muerte, y ordenar su
propia sucesión dentro de los límites de la ley y con las
formalidades que ésta señala.

Son válidas las disposiciones de carácter no patrimonial


contenidas en el testamento, aunque el acto se limite a ellas”.

Se trata de una declaración de última voluntad, y más precisamente


acto de disposición de bienes para cuando el otorgante haya fallecido.
Este concepto es el que predomina en las diversas legislaciones, sin
embargo debemos señalar que no necesariamente, ni exclusivamente,
el testamento debe contener disposiciones con contenido patrimonial,
pues más que ello, y como dice Clemente de Diego, se trata de un
ejercicio de plena autonomía de la voluntad de una persona para
después de su muerte, y así se pueden encontrar disposiciones de
orden económico en el testamento pero también disposiciones de orden
personal. (Aguilar Llanos, 2011)

Para Zárate del Pino, el testamento es el acto jurídico personalísimo,


unilateral, revocable y solemne por el que una persona dispone, para
después de su muerte, de todos sus bienes y una parte de ellos, así
como de otros asuntos no patrimoniales que le conciernen. (Zárate del
Pino, 1998)

El testamento produce sus efectos solo a la muerte del testador, por eso
se dice que el testamento es un acto de disposición de bienes mortis
causa, mientras se encuentra con vida el testador no confiere a los
instituidos ningún derecho actual, los designados sucesores en el
testamento no tienen un derecho firme y solido sino un simple derecho
expectaticio, ya que siendo esencialmente mudable la voluntad del
testador bien puede revocar esas disposiciones. (Zárate del Pino, 1998)

Ejemplo: Declaro como herederos universales a mis tres hijos, a mi hijo


Juan le dejo el 33.33% de mi herencia, a mi hijo Mario 33.33% y mi hija
Antonia el otro 33.33%.

En conclusión, la sucesión testamentaria es un acto mortis


causa porque los designados sucesores solo adquirirán un derecho
firme luego de la muerte del testador (efecto post mortem). Mientras
esté viva solo tendrán un derecho expectaticio. Pudiéndose disponer a
través de este acto de última voluntad tanto de cuestiones patrimoniales
(parte o totalidad de sus bienes) como de extrapatrimoniales (artículos
8, 390, 503, 572, 669, 753, etc.).

2.3.2. La sucesión intestada.

Se trata de un reparto del patrimonio realizado conforme a las normas


del Código Civil, por faltar la voluntad del difunto. Esta puede faltar por
no haber otorgado testamento o por haberse anulado el mismo.

La sucesión intestada es una clase de sucesión hereditaria que tiene


lugar cuando el causante carece de testamento o este es declarado
nulo o caduco. En tales casos es menester recurrir de modo supletorio a
esta forma legal (art. 815, incisos 1, 3 y 4, del CC). Otras veces
desempeña función complementaria o mixta, como cuando el
testamento no contiene institución de herederos, no obstante existir
hijos del testador, y el testamento solo contiene institución de legatarios
(art. 815, incisos 2 y 5, del CC). Es competente el juez de paz o el
notario público para hacer esta declaración de herederos. Los casos
que prevé el artículo 815 tienen naturaleza tienen naturaleza procesal y
por tanto es norma de orden público. (Fernádez Arce, 2019)

Es llamada también ab-intestato, legal o legítima y viene a ser la


sucesión que se defiere por disposición de la ley a falta, defecto o
insuficiencia de disposiciones testamentarias, lo que ocurre en
numerosos casos, que son la mayoría, en que la voluntad del causante
no llega a ser conocida por haber fallecido sin dejar testamento o
cuando habiéndolo hecho resulta incompleto, nulo o ineficaz. (Zárate
Del Pino, 1999)

La sucesión intestada cumple dos funciones en el derecho sucesorio:

a) Función supletoria, pues suple la ausencia de manifestación de


voluntad del causante, siendo este el rol principal, pues todo el
desarrollo del proceso hereditario se hace en estricta aplicación de
las normas legales. Así tenemos que los llamados a la sucesión, la
participación, la concurrencia o exclusión de los sucesores, la
liquidación de la sucesión igualmente los termina haciendo la ley.
(Aguilar Llanos, Derecho de sucesiones, 2011)

b) Función de complemento, pues la sucesión intestada es la de


servir de complemento a la sucesión testamentaria, cuando esta es
insuficiente para regular la sucesión del causante. En este último
caso, nos encontramos ante una sucesión mixta, hoy
perfectamente aplicable. Ejemplo: el testador hizo un testamento
en el 2002, pero falleció en el 2005, en esos años se hizo dueño de
dos terrenos, esos dos terrenos van de forma intestada en la
sucesión del causante, ya que esos terrenos no los dispuso en su
testamento del 2002. (Aguilar Llanos, Derecho de sucesiones,
2011)

En conclusión, podemos concebir a la sucesión intestada o sucesión


legal como aquella que opera o bien en defecto o bien como
complemento de la sucesión testamentaria. En el primer caso, el
causante carece de testamento o este es declarado nulo o caduco (art.
815, incisos 1, 3 y 4 del CC), en el segundo la sucesión testamentaria
es insuficiente para regular la sucesión del causante como cuando el
testamento no contiene institución de herederos, no obstante existir
hijos del testador, y el testamento solo contiene institución de
legatarios (art. 815, incisos 2 y 5 del CC).
Referencias

Aguilar Llanos, B. (2011). Derecho de sucesiones. Lima: Ediciones Legales.

Da Silva Pereia, C. (2013). Instituições de direito civil. Direito das Sucessões:. Rio de Janeiro:
Editora Forense.

Fernádez Arce, C. (2019). Derecho de sucesiones. Lo esencial del derecho. Lima: PUCP.

Zárate del Pino, J. (1998). Curso de derecho de sucesiones. . Lima: Palestra Editores.

Zárate Del Pino, J. (1999). Curso de derecho de sucesiones. Lima: Palestra Editores.

Zuta Vidal, E. (2020). “Sucesión intestada: trámites y dificultades”. Obtenido de “Sucesión


intestada: trámites y dificultades”: https://ius360.com/sucesion-intestada-tramites-y-
dificultades/

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