Tercer Grado 3
Tercer Grado 3
Tercer Grado 3
Valió la pena cada intento, cada error y cada acierto, puesto que
están a la vista tus logros y tus progresos.
Estoy muy orgullosa de tu desempeño y feliz de transitar este camino
junto a vos…
¡Te quiero mucho!
1
Para el próximo encuentro deberás tener la
cartuchera y una hoja.
https://drive.google.com/file/d/1CnBXaF1IXZihJy0SNjdv2TTnC7h97aLv/view?usp=s
haring
2
Ya conocemos la historia de la Bella Durmiente y también la de la princesa
que no podía dormir… Ahora conoceremos a la Bella que está conectada, que
manda mensajes y que utiliza las redes sociales y la tecnología que conocemos
actualmente, para comunicarse… En esta aventura te enterarás por qué Maléfica no
es tan mala, que el príncipe valiente no es tan valiente y que la bella durmiente está
menos dormida de lo que parece. ¡Qué interesante! ¿Tenés ganas de saber? ¡Yo sí!
¿Vamos?
¡Gran trabajo!
Seguramente Bella se divirtió un montón con las aventuras que propusiste.
La princesa te agradece y las seños te invitamos a continuar resolviendo las
distintas propuestas de Lengua y Matemática.
¡Adelante!
3
Lunes 26 de octubre.
¡Claro que estás listo! ¡Con tus súper amigos, será una gran aventura!
La semana pasada estuviste leyendo algunos cuentos con los fantásticos
poderes de nuestros amigos.
Por eso, ahora te proponemos mirar con mucha atención la siguiente tapa del
cuento titulado “DOÑA CLEMENTINA QUERIDITA, LA ACHICADORA”.
4
¡Parece muy interesante este cuento!
Pero antes de leerlo, te propongo lo siguiente:
Cuando termines de escribir tus respuestas de hoy y de todos los demás días
de la semana, revisá:
★ que estén completas;
★ si agregaste mayúsculas, puntos y comas en enumeración;
★ que no hayas mezclado letra mayúscula y minúscula;
★ si separaste correctamente las palabras;
★ que no hayas olvidado alguna letra.
Lunes 26 de octubre.
¡Qué misterio! ¡Quiero saber más sobre Clementina!, y seguro que vos también.
Pero no te preocupes que ya lo averiguaremos. Mientras tanto, te va a estar
acompañando. Para ello, hoy trae en su bolsillo papelitos que te servirán. ¡Qué
buena parece Clementina! Te quiere ayudar a recordar cómo resolver la
multiplicación por dos cifras, y junto a las seños, vamos a hacer un recorrido sobre
cada estrategia trabajada la semana anterior.
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1. Observá los papelitos que guardaba Clementina para mostrarte hoy.
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2. Ahora, con la estrategia que prefieras, que te resulte más cómoda y útil, te
propongo resolver las siguientes cuentas:
Martes 27 de octubre.
7
Ayer estuviste trabajando con la tapa del libro “Doña Clementina
Queridita, la Achicadora” ¡cuántas cosas escribiste! Hoy te invito a que juntos
comencemos a disfrutar de esta hermosa historia ¡ADELANTE!
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https://drive.google.com/file/d/1S9emhIt5llPGoASpkbaIwSUnyvz264OT/view?us
p=sharing
Cuando los vecinos de Florida se juntan a tomar mate, charlan y
charlan de las cosas que pasaron en el barrio.
Se acuerdan del ladrón de banderines de bicicletas; de cuando, por
culpa de la máquina del tiempo, se les heló el agua de las canillas en pleno
diciembre...
Pero más que de ninguna otra cosa les gusta hablar de doña
Clementina Queridita, la Achicadora, de Agustín Álvarez.
Doña Clementina no había empezado siendo una Achicadora: por
ejemplo, a los dos años era una nenita llena de mocos que se agarraba con
fuerza del delantal de su mamá y, a los diez, una chica con trenzas que
juntaba figuritas de brillantes.
Cuando doña Clementina Queridita se convirtió en la Achicadora de
Agustín Álvarez era ya casi una vieja. Tenía un montón de arrugas, un
poquito de pelo blanco en la cabeza y un gato fortachón y atigrado al que
llamaba Polidoro.
A doña Clementina los vecinos la llamaban “Queridita” porque así era
como ella les decía a todos:
— “Hola, queridita, ¿cómo amaneció su hijito esta mañana?”, “Manolo,
queridito, ¿me harías el favorcito de ir a la estación a comprarme una
revista?”.
Pero, aunque todos la conocían desde siempre, doña Clementina sólo
llegó a famosa cuando empezó con los achiques.
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Ahora, te propongo responder las siguientes preguntas:
1) ¿Por qué le decían “Queridita”?
2) ¿Cuándo se convirtió en “la Achicadora”?
3) Imaginá y escribí, ¿con qué achiques habrá empezado doña Clementina?
(Por ejemplo: achicó tanto a un lago que lo guardó en un frasco de
mermelada y también a un edificio de 10 pisos que quedó del tamaño de una
caja de zapatos…).
Martes 27 de octubre.
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1) Doña Clementina fue a la farmacia a comprar elementos para su
botiquín. Compró 5 cajas de 12 curitas cada una. ¿Cuántas curitas compró?
2) Llevó 3 tiras de caramelos para aliviar la tos. Cada una le costó $43.
¿ Cuánto le costaron las 3 tiras?
3) También compró 4 paquetes de gasas a $32 pesos cada uno. ¿Cuánto
gastó en gasas?
11
Miércoles 28 de octubre.
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https://drive.google.com/file/d/1UbS4F5lfus8BCM4hblYmO5Z13ePzunaQ/view?
usp=sharing
—¡Aquí tiene mi gatito!—dijo, apoyando el plato de lata en un rincón de
la cocina.
Y ahí nomás vino el primer achique. El gordo, peludo y fortachón
Polidoro empezó a achicarse y a achicarse hasta volverse casi una pelusa,
del mismo tamaño que cada uno de los trocitos de hígado que había
colocado doña Clementina en el plato de lata.
El pobre gato, bastante angustiado, erizaba los pelos del lomo y corría
de un lado al otro, dando vueltas alrededor del plato, más chiquito que
una cucaracha pero, sin embargo, peludito y perfectamente reconocible.
Era Polidoro, de eso no cabía duda, pero muchísimo más chico.
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Doña Clementina, asustadísima lo hizo upa enseguida: le parecía muy
peligroso que siguiera corriendo por el piso; al fin de cuentas podía
matarlo la primera miga de pan que se cayera desde la mesa… Lo sostuvo
en la palma de la mano y lo acarició lo mejor que pudo con un dedo. En
medio de la pelusita atigrada brillaban dos chispas verdes: eran los ojos de
Polidoro, que no entendían nada de nada.
Se ve que la enfermedad del achique es muy violenta porque después
del de Polidoro hubo como quince achiques más, todos en el mismo día.
Doña Clementina se sacó el delantal a cuadros, agarró el monedero y
corrió a la farmacia.
— ¡Ay, don Ramón! —le dijo al farmacéutico, un gordo grandote y
colorado, vestido con delantal blanco. —Don Ramón, algo le está pasando
a Polidoro. ¡Se me volvió chiquito!
— ¿Y usted cree que este jarabito le va a hacer bien, don
Ramón?—preguntó doña Clementina mientras miraba con atención la
etiqueta, que estaba llena de estrellitas azules.
Y, en cuanto terminó de hablar, el frasco de jarabe se convirtió en un
frasquito, en un frasquitito, en el frasco más chiquito que jamás se haya
visto.
Don Ramón, el farmacéutico, corrió a buscar una lupa: efectivamente,
ahí estaba el jarabe de antes, muy achicado, y, si se miraba con atención,
podían divisarse las estrellitas azules de la etiqueta.
—¡Ay don Ramón, don Ramoncito! ¡No sé lo que vamos a hacer!—
lloriqueó doña Clementina con el frasquito diminuto apoyado en la punta
del dedo.
Doña Clementina se apoyó sobre el mostrador y miró del otro lado.
Allá abajo, en el suelo, apoyado contra el zócalo, estaba don Ramón, tan
gordo y tan colorado como siempre, pero muchísimo más chiquito.
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“¡Pobre hombre!”, pensó doña Clementina, “¡Qué solito ha de
sentirse allá abajo...!
De modo que doña Clementina se llevó a don Ramón en un bolsillo
y al frasquito de jarabe en el otro.
Pero Polidoro no vino. Se había caído en el fondo de la huevera y
desde allí maullaba pidiendo auxilio.
Entonces doña Clementina se dio cuenta de que las hueveras eran
muy útiles para conservar achicados. Sin pensarlo dos veces, sacó los
huevos que quedaban, los puso en un plato y en la huevera puso a don
Ramón, que la miraba desde el fondo, perplejo, y algo le decía, pero en voz
tan bajita que era casi imposible oírlo.
En fin, basta con que les cuente que, en esos días doña Clementina
llenó la huevera, y tuvo que inaugurar dos hueveras más, que contenían:
• un don Ramón agarrado al borde, que cada tanto pedía a los gritos
algún jarabe;
• una etiqueta llena de estrellitas;
• el propio “Oscarcito”, al que de pronto se le había acabado el
cumpleaños;
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• un “librito de cuentos”;
y otras muchas cosas que resultaban invisibles a los ojos _como un
“tiempito”, un “problemita” y un “amorcito”_, todas chiquitas.
Y, claro, doña Clementina no sabía qué hacer con sus achicados; le
daba mucha vergüenza esa horrible enfermedad que la obligaba a andar
achicando cosas contra su voluntad. Era por eso que, en cuanto algo o
alguien se le achicaba (gente, bicho, cosa o planta), se apuraba a
metérselo en el bolsillo y después corría a su casa para darle un lugarcito
en la huevera.
Con las “manzanitas”, la “sillita”, las “velitas”, el “jarabito” y el “librito de
cuentos” no había conflicto. Pero con Polidoro, y sobre todo con don
Ramón y con Oscarcito era otra cosa.
En el barrio no se hablaba de otra cosa que de la misteriosa
desaparición.
La mujer de don Ramón no sabía qué pensar: había encontrado la
farmacia abierta y sola, sin rastros del farmacéutico por ninguna parte. Y
Juana María y Braulio, los padres de Oscarcito, andaban desesperados en
busca del hijo tan travieso que se les había escapado justo el día del
cumpleaños.
Así pasaron cinco días.
Doña Clementina Queridita, la Achicadora de Agustín Álvarez, cuidaba
con todo esmero a sus achicados: al arbolito le ponía dos gotas de agua
todas las mañanas, a Oscarcito lo alimentaba con miguitas de torta de
limón (su torta favorita) y a don Ramón le preparaba churrasquitos de dos
milímetros, vuelta y vuelta.
Dos veces al día doña Clementina vaciaba las hueveras sobre la mesa
de la cocina: Oscarcito jugaba con Polidoro y los dos se revolcaban hasta
quedar escondidos debajo de la panera; don Ramón, en cambio, muy
formal, se sentaba en la sillita y le explicaba a doña Clementina cosas que
ella jamás entendía, mientras mordisqueaba una manzana (perdón, una
manzanita).
¡Qué gran problema tenía doña Clementina! Ahora ya sabemos por qué la
llamaban “la Achicadora”, ¿te acordás?
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Resolvé:
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Miércoles 28 de octubre.
Recordá:
- subrayar los datos que te sirvan en cada problema,
- dejar registradas las estrategias utilizadas,
- escribir las respuestas completas.
1) Doña Clementina
guardaba sus achiques en las
hueveras. En cada una había
lugar para 6 achiques.
¿Cuántos lugares había en 12 hueveras?
______ Aquí finalizan las tareas para enviar de esta semana. ______
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Jueves 28 de octubre.
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¡Vamos, que seguro a vos se te ocurre algo grandioso!
https://drive.google.com/file/d/1Q3KacwjbLrS3gE0wzcri6e7Wh1KMgCBl/view?usp
=sharing
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Achicadora de Agustín Álvarez, que, por fin, había encontrado el antídoto
para curar a sus pobres achicados.
Doña Clementina corrió a agarrar al gato Polidoro y le dijo,
entusiasmada:
Y Polidoro creció tanto que hasta podría decirse que quedó un poco
más grande de lo que había sido antes del achique.
Le tocaba el turno a don Ramón. Doña Clementina dudó un poco y
después llamó:
—¡Don Ramonón!
Y don Ramón volvió a ser un gordo grandote y colorado, con delantal
blanco, que ocupó más de la mitad de la cocina.
Y todos corrieron a casa de todos a contar la historia ésta de los
achiques, que, con el tiempo, se hizo famosa en el barrio de Florida.
Desde ese día doña Clementina Queridita cuida mucho más sus
palabras, y nunca le dice a nadie “queridito” sin agregar en seguida:
“queridón”.
La sillita de Juana María, el frasquito con la etiqueta de estrellitas
azules y el librito de cuentos siguieron siendo chiquitos. Están desde
hace años en un estante del Museo de las Cosas Raras del barrio de
Florida, adentro de una huevera.
Graciela Montes.
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Jueves 28 de octubre.
Doña Clementina está más tranquila porque ahora podrá controlarse, pero aún
sigue muy preocupada, porque debido al achique de Oscarcito, éste no pudo
festejar su cumpleaños. Decidió entonces, invitarlo a su casa, cocinarle una
exquisita torta de limón, y se ofreció para ayudarlo a hacer la tarea. Clementina,
sacó un lapicito, digo… un lápiz o mejor un lapizote y expresó: — ¡A trabajar
Oscarcito! Eh… digo, Oscar.
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¡Qué bien lo estás haciendo! ¡Sabía que lo harías genial!
2. El siguiente desafío, tiene que ver con escribir el nombre de la posición que
ocupa la cifra subrayada. ¡Vamos! Tendrás que resolver, tal como Clementina
te muestra en el primer casillero.
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Viernes 29 de octubre.
¡Bienvenidos al viernes!
¿Llegaron todos con su tamaño normal? ¿Alguien se achicó o agrandó de
😀
más? Las seños por suerte no sufrimos ningún cambio… Bueno...sólo un
poquito...
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¡Menos mal que Clementina no es de verdad! 😁
A continuación, te dejamos el cuento completo con las ilustraciones para que
disfrutes leyéndolo junto a un familiar.
http://abc.gob.ar/primaria/sites/default/files/documentos/donia_clementina_1_anio.pdf
1) Ahora, te proponemos completar la siguiente ficha con los datos del cuento y
con una recomendación:
…………………………………………………………………………………………
AUTOR/A: …………………………………………………..……………………….
…………………………………………………………………………………………
PORQUE: ………………………………………………………………………………..
…………………………………………………………………………………………..
………………………………………………………………………………………….
…………………………………………………………………………………………
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2) ¿Y si en vez de ir a la farmacia de don Ramón, Clementina va a la verdulería
de don Manolo? Escribí qué pudo haber sucedido allí, pero manteniendo el
poder de achicadora de Clementina. Si querés, podés agregar otro
personaje.
😉
¡Cada semana avanzan un poco más!
Sólo queda resolver lo de Matemática para terminar esta.
Viernes 29 de octubre.
Los chicos de tercero están ordenando de menor a mayor los números de los
libros de doña Clementina en la biblioteca, para todos los grados que quieran ir a
consultarlos. Para ello, te necesitan como asistente, ¿los ayudás?
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Ahora te propongo poner atención a lo que dice la seño. Luego, completá las
etiquetas colocando y ordenando los números, de mayor a menor.
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