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Sentencia 3

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Santiago, trece de mayo de dos mil trece.


Vistos:
En estos autos Rol N° 17.984-2012, del Tercer Juzgado Civil de
Santiago, sobre declaración de quiebra, caratulado “Kreditanstalt Fur
Wiederaufbau con Inversiones Errázuriz Ltda.”, la juez titular, por
resolución de veinticinco de abril de dos mil once, escrita a fojas 98 de estas
compulsas, rechazó el recurso especial de reposición interpuesto por la
fallida Inversiones Errázuriz Ltda.
La parte perdidosa interpuso recurso de apelación en contra de dicho
fallo, y una de las salas de la Corte de Apelaciones de Santiago, por
resolución de veinte de septiembre de dos mil doce, que se lee a fojas 185,
lo confirmó.
En contra de esta última determinación, el impugnante ya
individualizado, dedujo recurso de casación en el fondo.
Se ordenó traer los autos en relación.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que el recurrente, fundamentando su recurso, atribuye a
la sentencia cuya invalidación persigue, diversos errores de derecho,
expresados en infracciones a lo dispuesto en el artículo 43 N° 1 del Libro
IV del Código de Comercio.
Explica que la norma citada exige para la declaratoria de quiebra, que
el solicitante de ella se trate de un acreedor; que el deudor debe ejercer una
actividad comercial, industrial, minera o agrícola; que haya cesado en el
pago de una obligación mercantil para con el solicitante; y que la obligación
conste en un título ejecutivo.
Sostiene que las partes celebraron un contrato de transacción, que
puso fin a las obligaciones que existían entre ellas, el que fue suscrito en el
mes de octubre de dos mil dos, en el que se estableció un calendario de
vencimientos sucesivos para la obligación asumida a partir de dicho
contrato y en reemplazo de todas las obligaciones anteriores, la que a la
fecha se encuentra totalmente extinguida por el pago de la misma, por lo
que no existe obligación alguna entre las partes que pueda servir de sustento
a la petición de quiebra invocada en estos autos, no configurándose la
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causal hecha valer, por faltar uno de los requisitos copulativos exigidos por
el legislador, el cual es cesar en el pago de una obligación.
Refiere además que la obligación que se invoca como causal de
quiebra no tiene el carácter de mercantil, y en consecuencia, tampoco
cumple con los requisitos exigidos por el legislador, toda vez que la
transacción, es por naturaleza un contrato de carácter civil, y que las
obligaciones de ella emanadas no pueden devenir en comerciales ni aun por
la aplicación de la teoría de lo accesorio, por lo que resulta absolutamente
improcedente la petición de quiebra solicitada en autos, al no cumplirse un
requisito esencial exigido por la normativa concursal, esto es que la
obligación tenga el carácter de mercantil.
Indica que a pesar de lo expuesto, los sentenciadores infringen la
disposición legal en análisis, toda vez que es jurídicamente improcedente
que se utilice un procedimiento concursal para intentar cobrar una deuda, y
asimismo, tampoco concurren los presupuestos para declararla.
SEGUNDO: Que, para los efectos de una debida inteligencia de las
cuestiones planteadas en el recurso, es menester reseñar algunos de los
antecedentes de mayor relevancia que surgen del proceso en el cual se
pronunció la sentencia que se impugna:
a) Con fecha 09 de septiembre de 2010 Kreditanstalt für Wiederaufbau,
entidad bancaria estatal de derecho público, de propiedad mancomunada de
la República Federal Alemana y de sus estados regionales, representada por
Luis Carlos Valdés Correa, solicitó se declarara la quiebra de Inversiones
Errázuriz Ltda., argumentando para ello que su representada, en diciembre
de 2005, se vio forzada a iniciar un juicio arbitral en París, al amparo del
Reglamento de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional, ante la
Corte Internacional de Arbitraje, por el incumplimiento de contratos de
préstamos por parte de la fallida, los cuales estaban sujetos a una cláusula
arbitral. Dicho arbitraje concluyó por sentencia de 1 de octubre de 2007, la
que condeno a Inversiones Errázuriz a pagar, con costas, la suma de
US$59.729.365,88 más intereses. El tribunal arbitral consideró que no era la
intención de las partes que el contrato de transacción incluyera la resolución
final de todos los asuntos relacionados con los préstamos a la demandada, y
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que por tanto no era un sustituto del cumplimiento efectivo del Contrato de
Préstamo ni del Contrato Base, precisando que sólo había abordado una
obligación derivada de un pagaré, respecto del pago que indicó, pero no
había extinguido la obligación de cumplir con los términos del Contrato de
Préstamo y del Contrato Base. En el mes de septiembre de 2008, se inició
en Chile juicio de exequátor para el reconocimiento del referido laudo, el
que culminó con sentencia de la Excma. Corte Suprema, la que ordenó que
el referido fallo fuese cumplido y ejecutado en Chile, lo que a la fecha no ha
ocurrido.
Por consiguiente la demandada es una sociedad que ejerce una
actividad comercial, que ha dejado de pagar una obligación mercantil a la
solicitante, la cual consta en un título ejecutivo no prescrito, concurriendo
en la especie la causal de quiebra contemplada en el N° 1 del artículo 43 de
la Ley 18.175.
b) En el traslado conferido al deudor, conforme a lo dispuesto en el
artículo 45 de la Ley de Quiebras, ésta, sostuvo que en la especie no se
configura la causal de quiebra, ya que durante el año 2002 las partes
celebraron un contrato de transacción, el que tuvo por objeto poner término
a los litigios vigentes a esa fecha entre las partes, y fundamentalmente
reprogramar los pasivos de las sociedades Supermercados Unimarc S.A e
Inversiones Errázuriz Ltda. hoy Inversiones de Desarrollo Inmobiliario
S.A., extinguiéndose en consecuencia las obligaciones anteriores,
otorgándose el más amplio y completo finiquito, renunciando a ejercer
cualquier tipo de acciones, de lo que es necesario concluir que la única
obligación válidamente contraída y vigente entre las partes de la presente
litis, corresponde al contrato de transacción ya mencionado, el que se
pretende desconocer.
Continúa señalando, que, en el caso específico no se cumple, para los
efectos de la declaración de quiebra, que el solicitante sea acreedor, por lo
que carece de legitimación activa para actuar en estos autos, ya que de
existir algún acreedor, este sería una compañía de seguros denominada
Euler Hermes, quien no ha comparecido en estos autos. Indica, en subsidio,
que la sentencia que se invoca como título para configurar la causal de
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quiebra, no es actualmente exigible, por emanar de un tribunal


incompetente, y no ser, por ende, un título ejecutivo, y que en el contrato de
transacción ya referido, no existe clausula arbitral alguna. También, en
subsidio, señala que la obligación objeto de la transacción se encuentra
extinguida por el pago, y que no tiene el carácter de mercantil, por lo que no
es procedente que la obligación que se pretende cobrar en autos lo sea a
través de un procedimiento concursal, sino que debió ser a través de un
procedimiento ejecutivo de aplicación general.
c) Con fecha tres de marzo de dos mil once, se declaró la quiebra de
la sociedad aludida. El tribunal a quo en fundamento de su decisión sostuvo
que el Laudo se encuentra ejecutoriado y, por haber sido autorizado su
cumplimiento en Chile vía exequátur, otorgado por la Excma. Corte
Suprema, adquiere el mismo valor que una sentencia dictada por los
tribunales chilenos; se concluye, además, que la transacción aludida por la
fallida no fue objeto del juicio arbitral, sino que lo fueron los préstamos
pendientes con Inversiones Errázuriz Ltda. derivados del Contrato Base
para el otorgamiento de Préstamos Individuales o Contrato Base y del
Contrato Préstamo suscrito entre las partes de autos. Respecto de la falta de
legitimación activa fundada en el pago realizado por la Aseguradora Euler
Hermes, consta que requerida ésta por oficio, señaló que no se ha efectuado
pago alguno a KFW como consecuencia de créditos otorgados a la fallida,
lo que no fue desvirtuado por la ésta. En lo relativo a que el título emana de
un tribunal incompetente, dicha alegación ya ha sido formulada y rechazada
en el fallo arbitral, por lo que no cabe revivir dicha discusión, por existir
cosa juzgada al efecto, y en todo caso, porque lo que se persigue, no dice
relación con la transacción. En lo pertinente a la alegación del pago de la
obligación, de la lectura de la sentencia arbitral, aparece que dicho pago fue
considerado en el monto final que se ordenó pagar, toda vez que habiendo
sido reconocido, se determinó que éste se imputó por el demandante en
parte al capital adeudado y en parte a intereses. En lo concerniente a que la
transacción de trata de un contrato civil, esta alegación, no puede prosperar,
toda vez que tal como se dejó sentado, la transacción o las obligaciones
contenidas en ella, no formaron parte de la cuestión sometida al
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conocimiento del tribunal arbitral. Finalmente y respecto de la oposición de


la aplicación del procedimiento concursal, de la lectura de la sentencia
arbitral, se desprende claramente que lo que se ordena pagar es lo adeudado
por concepto de contratos de crédito incumplido, de modo que no se ha
establecido un cumplimiento por equivalencia. En cuanto a la aplicación de
un procedimiento ejecutivo de aplicación general, señala que la sentencia
que se pretende cumplir ha adquirido la misma fuerza que una dictada por
tribunales chilenos, de modo que el acreedor tiene para su cobro todas las
vías que la ley le otorga, pudiendo a su arbitrio iniciar una ejecución
individual como una colectiva.
d) La fallida conforme a lo dispuesto en el artículo 57 del cuerpo
normativo citado, interpuso recurso especial de reposición en contra de la
resolución que declaró su quiebra. Reiterando los argumentos expuestos en
la letra b) que antecede, y limitando a los fundamentos que sustentan el
recurso en estudio, alega que la obligación objeto de la transacción
celebrada entre las partes, se encuentra extinguida por el pago, en virtud de
la transacción celebrada entre las partes de la presente litis, y que la
obligación que se invoca como causal de quiebra tiene el carácter de civil,
por lo que se incumplen los requisitos del artículo 43 n°1 Libro IV del
Código de Comercio. Conforme a lo dicho, el tribunal ha desatendido,
según consta de la sentencia declaratoria de quiebra, el mérito de los
antecedentes acompañados.
e) La peticionaria de la quiebra al evacuar el traslado conferido
sostiene que nada nuevo aporta la fallida, ya que sólo ha reiterado los
mismos argumentos esgrimidos a lo largo del proceso, no logrando
desvirtuar los fundamentos contenidos en la sentencia que se pretende
impugnar.
f) Con fecha 25 de abril de 2011 el tribunal de primera instancia
desestimó el recurso especial de reposición. Apelada dicha determinación
por la fallida, una de las Salas de la Corte de Apelaciones de Santiago, la
confirmó, teniendo en especial consideración que el Laudo que sirve de
fundamento a la petición de quiebra, es una sentencia definitiva
ejecutoriada, cuyo cumplimiento se encuentra autorizado en Chile por la vía
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del exequátur, de modo que tiene la misma fuerza de una sentencia dictada
por los tribunales chilenos, constituyendo un título ejecutivo perfecto que
contiene una obligación de dar, facultando al acreedor para su cobro,
mediante todas las vías que la ley chilena le otorga. Precisa también que
para desestimar el pago alegado por la fallida, basta con considerar lo
razonado por la Juez de primer grado en la decisión de quiebra, en orden a
que el pago que se alega, fue considerado en el monto final que se ordenó
pagar, ya que habiéndose reconocido, éste se imputó por el demandante, en
parte al capital adeudado, y en parte a intereses. Finalmente razona en el
sentido que tampoco resulta efectivo que la obligación que funda la petición
de quiebra no tenga el carácter de mercantil, toda vez que la lectura de la
sentencia arbitral, permite concluir que no se trata de un cumplimiento por
equivalencia, como pretende el demandado, sino que lo que se ordena pagar
es lo adeudado por concepto de contratos de crédito incumplidos, de modo
que se trata del cumplimiento de las obligaciones contenidas en los
Contrato de Préstamo y Contrato Base, y que la transacción que invoca la
demandada o las obligaciones contenidas en ella, no forman parte de la
cuestión sometida al tribunal. Refiere, además, que se asentó que los
contratos cuyo cumplimiento se dispone por la sentencia arbitral, derivaron
o fueron otorgados para financiar una serie de operaciones de exportación,
compras de bienes de capital, equipos o servicios a exportadores Alemanes,
desprendiéndose de los hechos relatados en el laudo que los contrato de
mutuo fueron otorgados para los efectos de financiar actividades propias del
giro comercial de la deudora o sus filiales, de modo que se trata de actos de
comercio, y que la sentencia que sirve de título ejecutivo no tuvo por objeto
declarar la existencia de contratos de préstamo, sino aclarar dificultades
suscitadas en razón de ellos, en la especie, el monto adeudado constata el
incumplimiento de una obligación derivada de dichos préstamos y disponer
su pago.
TERCERO: Que en relación con lo que se viene reseñando, los jueces
del grado han tenido por establecidos en el proceso los hechos que siguen:

a.- Que la solicitud de quiebra tiene su fundamento en el Laudo Arbitral


anteriormente aludido en este fallo, por el cual se condenó a “Inversiones
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Errázuriz Limitada” (en adelante “Inverraz”), hoy “Inversiones de


Desarrollo Inmobiliario S.A.” a pagar a la peticionaria la suma de US$
59.729.365,88, más intereses y costas;

b.- Que la solicitante de la quiebra (KfW) inició ante esta Corte Suprema
el correspondiente juicio de exequátur para el reconocimiento del Laudo de
la Corte Internacional de Arbitraje, con sede en Paris, y este Máximo
Tribunal, luego de desestimar todas las defensas de “Inverraz”, ordenó que
él fuera cumplido y ejecutado en Chile;

c.- Que la transacción referida por “Inverraz” no fue objeto del juicio
arbitral, siendo solamente materia de él los préstamos pendientes con ésta
derivados del denominado Contrato Base para el otorgamiento de
Préstamos Individuales o Contrato Base y del contrato de préstamo suscrito
entre las partes, esto es, que lo perseguido en autos no dice relación alguna
con la transacción antes mencionada, sino con contratos de crédito
incumplidos no incluidos en ella;

d.- Que el pago alegado por “Inverraz” ya fue considerado y reconocido


en el monto total que se ordenó pagar; y

e.- Que los contratos cuyo cumplimiento se dispone en la sentencia


arbitral derivaron o fueron otorgados “para financiar una serie de
operaciones de exportación, compra de bienes de capital, equipos o
servicios a exportadores alemanes, desprendiéndose de los hechos relatados
en el Laudo que los contratos de mutuo fueron otorgados para los efectos de
financiar actividades propias del giro comercial de la deudora o sus
filiales”.

CUARTO: Que de lo reseñado en el raciocinio primero de esta


sentencia, aparece que la única disposición legal que la recurrente ha dado
como infringida en su recurso, es el artículo 43 N° 1del Libro IV del
Código de Comercio, basándose para ello en dos aspectos: El primero, lo
hace consistir en el hecho que la obligación perseguida se habría extinguido
con el pago materia de la transacción celebrada entre las partes en el año
8

2002. El segundo, en que las obligaciones originadas en una transacción


tienen carácter civil y no comercial.

QUINTO: Que de lo precedentemente anotado queda en evidencia que


quien recurre de casación en el fondo no señala como vulnerada ninguna
norma reguladora de la prueba, lo que significa que los hechos asentados
por los jueces y que se han reiterado en el motivo tercero de esta sentencia,
son inamovibles para este tribunal de casación y a ellos deben sujetarse los
falladores para aplicar el derecho a la cuestión controvertida.

Pues bien, no cabe duda alguna que las alegaciones de la parte recurrente
resultan abiertamente opuestas con esos hechos que determinaron los jueces
de la instancia, de manera que lo que pretende es que en definitiva se
concluya, alterando tales hechos, que ellos al decidir como lo hicieron
conculcaron el artículo 43 N° 1 del Libro IV del Código de Comercio, lo
que está vedado a esta Corte, salvo en el caso que en el establecimiento de
los mismos se hubieren infringido normas reguladoras de la prueba, análisis
que en la especie no puede realizarse, al no haberse indicado ninguna de
ellas como vulnerada. En efecto, al no hacerse esto último, este Tribunal de
Casación se encuentra impedido de revisar la actividad desarrollada por los
magistrados del mérito en relación a la prueba y variar, en consecuencia, los
supuestos fácticos fijados por ellos y sobre los cuales recayó la aplicación
del derecho sustantivo.

SEXTO: Que, por otra parte, quien recurre no da como infringida


ninguna disposición legal atinente al pago o a la transacción, limitándose a
hacer mención a algunas de ellas referidas a la última, pero sin indicarlas
como conculcadas, lo que necesariamente debió hacer, ya que ellas, en
conjunto con la del artículo 43 N° 1 del Libro IV del Código de Comercio,
tenían el carácter de decisoria litis.

SÉPTIMO: Que, así las cosas, el recurso de casación en el fondo


intentado en estos antecedentes, no puede tener acogida.

Por estas reflexiones y visto, además, lo preceptuado en los artículos 764


y 767 del Código de Procedimiento Civil, SE RECHAZA, con costas, el
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recurso de casación en el fondo intentado por el abogado Luis Felipe


Castañeda Catalán, por la fallida, en lo principal de fs. 190.

Devuélvase la presentación acompañada por la peticionaria


extemporáneamente, de la que se hizo entrega con posterioridad a la vista
de la causa, dejándose constancia de ello.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Redacción a cargo del Ministro señor Silva Gundelach.

Rol 8379-2012.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres. Juan Araya E., Guillermo
Silva G., Juan Fuentes B., Carlos Cerda F. y Abogado Integrante Sr. Jorge Baraona G.
No firman el Ministro Sr. Cerda y el Abogado Integrante Sr. Baraona, no obstante haber concurrido
ambos a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por haber concluido su periodo de suplencia el primero y
estar ausente el segundo.

Autorizado por la Ministra de fe de esta Corte Suprema.

En Santiago, a trece de mayo de dos mil trece, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución
precedente.

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