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El Cántico de Moisés 1

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EL CNTICO DE MOISS

Entonces Moiss y los hijos de Israel entonaron este cntico a Yahv:


Cantar yo a Yahv, porque se ha cubierto de gloria; ha echado en el mar al caballo y al jinete. Yahv es mi fortaleza y mi cntico. Ha sido mi salvacin. Este es mi Dios, a quien yo alabar; el Dios de mi padre, a quien yo enaltecer. Yahv es un guerrero. Yahv es su nombre! Ech en el mar los carros del faran y su ejrcito. Lo mejor de sus capitanes, en el Mar Rojo se hundi. Los abismos los cubrieron; descendieron a las profundidades como piedra. Tu diestra, Yahv, ha magnificado su poder. Tu diestra, Yahv, ha aplastado al enemigo. Con la grandeza de tu poder derribaste a los que se levantaron contra ti. Enviaste tu ira y los consumi como a hojarasca. Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas, se juntaron las corrientes como en un montn, los abismos se cuajaron en medio del mar. El enemigo dijo: Perseguir, apresar, repartir

1.- La ms antigua alabanza de Israel a Yahv fue sin duda el canto de victoria en las tiendas de los justos, que celebraba las intervenciones salvficas de Yahv. Ejemplos de estos "cantos de victoria" los encontramos en:

El canto del mar Rojo (Ex 15) conserva el recuerdo de un puro milagro El canto de Dbora (Jue 5) otros

2.- Ex 15 es un brote de lirismo pico, compuesto de estrofas irregulares, cuya nica regla es la repeticin incesante del tema de la victoria de Dios

las dos terceras partes del poema cantan el extraordinario triunfo del paso del mar Rojo el pensamiento fundamental es que los egipcios perecieron en el agua: no hay poder humano que sea capaz de aniquilar al adversario hundindolo hasta el fondo del abismo.

3.- Hay una visin retrospectiva y extraordinariamente simplificadora

canta la victoria de Yahv sobre los pueblos del sur de Palestina (la conquista fue larga,

despojos; mi alma se saciar de ellos. Sacar mi espada, los destruir mi mano. Soplaste con tu viento, los cubri el mar; se hundieron como plomo en las impetuosas aguas. Quin como t, Yahv, entre los dioses? Quin como t, magnfico en santidad, terrible en maravillosas hazaas, hacedor de prodigios? Extendiste tu diestra; la tierra los trag. Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste. Lo llevaste con tu poder a tu santa morada. Lo oirn los pueblos y temblarn. El dolor se apoderar de la tierra de los filisteos. Entonces los caudillos de Edom se turbarn, a los valientes de Moab los asaltar temblor, se acobardarn todos los habitantes de Canan. Que caiga sobre ellos temblor y espanto! Ante la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra, hasta que haya pasado tu pueblo, oh Yahv, hasta que haya pasado este pueblo que t rescataste. T los introducirs y los plantars en el monte de tu heredad, en el lugar donde has preparado, oh Yahv, tu morada, en el santuario que tus manos, oh Yahv, han afirmado.

azarosa y difcil, slo concluida en tiempos de David) en el horizonte est el Monte Santo, la Morada del Dios magnfico y bueno los acentos son los mismos que encontramos en todas las epopeyas nacionales (Ilada, Eneida, Cantar de Roland...) el bardo hebreo quiere proclamar la fortaleza de su Dios y la salvacin que ha proporcionado a su pueblo

4.- Como punto de partida de esta composicin, debi de existir un primer cntico, de expresin menos acabada, menos clsica, y que no celebrara ms que el paso del Mar Rojo

los vv. 20-21 evocan seguramente este origen del cntico el v. 19 (adicin redaccional), que reproduce en parte a 14,27-29, se presenta an -en cierto modocomo una conclusin el verso puesto en labios de Myriam ("profetisa" por ser portavoz de Dios) tiene visos de ser muy antiguo
Aleshores la profetessa Maria, germana d'Aaron, va prendre el tambor, i totes

Yahv reinar eternamente y para siempre!.

Cuando el faran entr cabalgando con sus carros y su gente de a caballo en el mar, Yahv hizo que las aguas del mar se volvieran contra ellos, mientras los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar. Entonces Mara, la profetisa, hermana de Aarn, tom un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron detrs de ella con panderos y danzas. Y Mara repeta:
Cantad a Yahv, porque se ha cubierto de gloria; ha echado en el mar al caballo y al jinete.

les dones van seguir-la dansant i tocant tamborins. Maria entonava la tornada:

Cante u al Senyo r Per la seva gran victori a; ha tirat al mar cavalls i cavalle rs

5.- El poema en su forma actual se remonta verosmilmente a la poca real

su perfeccin literaria nos hara pensar en la poca de Isaas o del Deuteronomio (tal vez es un poco ms antiguo) quiz ocup un lugar junto a muchos salmos de la gran poca es fcil que (tal como ahora lo conocemos) fuera compuesto o, al menos, utilizado para una liturgia de fiesta la celebracin pascual en Jerusaln, desde el momento en que se form, no debi de tardar en adoptarlo es el primero y el ms celebre de los

"cnticos" utilizados tambin por la liturgia cristiana (salmo responsorial a la tercera lectura de la vigilia pascual) en la liturgia eterna es el cntico de los vencedores (Ap 15, 2-4. cfr Ap 14, 2-3)

Reina-Valera 1995Edicin de Estudio, (Estados Unidos de Amrica: Sociedades Bblicas Unidas) 1998. Me he permitido sustituir "Jehov" por "Yahv"

Ap 14, 2-3
...Y o tambin un fragor que bajaba del cielo, parecido al estruendo del mar y al estampido del trueno: era el son de citaristas que taan sus ctaras delante del trono, delante de los cuatro vivientes y los ancianos, cantando un cntico nuevo. Nadie poda aprender aquel cntico fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil, los adquiridos en la tierra.

Ap 15, 2-4
Vi tambin una especie de mar de vidrio veteado de fuego; en la orilla del mar de vidrio estaban de pie los que haban triunfado de la fiera, de su estatua y de la cifra de su nombre. Con ctaras que Dios les haba dado cantaban el cntico de Moiss, el siervo de Dios, y el cntico del cordero: Grandes y admirables son tus obras, Seor, Dios del universo.

Resumido de Georges Auzou El libro del Exodo "De la Sevidumbre al servicio"

Pg 198 ss.

DIRECTORIO FRANCISCANO

La Oracin de cada da

CNTICO DE MOISS (Ex 15, 1-4. 8-13. 17-18)


Himno a Dios, despus de la victoria del mar Rojo

.
1

Cantar al Seor, sublime es su victoria, caballos y carros ha arrojado en el mar. 2 Mi fuerza y mi poder es el Seor, l fue mi salvacin. l es mi Dios: yo lo alabar; el Dios de mis padres: yo lo ensalzar. 3 El Seor es un guerrero, su nombre es El Seor.
4

Los carros del Faran los lanz al mar, ahog en el mar Rojo a sus mejores capitanes; [5las olas los cubrieron, bajaron hasta el fondo como piedras.
6

Tu diestra, Seor, es fuerte y terrible, tu diestra, Seor, tritura al enemigo; 7 tu gran victoria destruye al adversario, lanzas tu incendio, y los devora como paja.]
8

Al soplo de tu nariz, se amontonaron las aguas, las corrientes se alzaron como un dique, las olas se cuajaron en el mar.
9

Deca el enemigo: Los perseguir y alcanzar, repartir el botn, se saciar mi codicia, empuar la espada, los agarrar mi mano.
10

Pero sopl tu aliento, y los cubri el mar, se hundieron como plomo en las aguas formidables.
11

Quin como t, Seor, entre los dioses? Quin como t, terrible entre los santos, temible por tus proezas, autor de maravillas?
12 13

Extendiste tu diestra: se los trag la tierra; guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado, los llevaste con tu poder hasta tu santa morada. [14Lo oyeron los pueblos y temblaron, espasmos agarraron a los jefes filisteos, 15 se turbaron los toros de Edom, temblores agarraron a los carneros de Moab, flaquearon todos los jefes cananeos;
16

los asaltaron tu espanto y tu pavor, los dej petrificados la grandeza de tu brazo, mientras pasaba tu pueblo, Seor,

mientras pasaba el pueblo que te habas comprado.]


17

Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad, lugar del que hiciste tu trono, Seor; santuario, Seor, que fundaron tus manos. 18 El Seor reina por siempre jams.

CATEQUESIS DE JUAN PABLO II

1. Este himno de victoria (cf. Ex 15,1-18), propuesto en las Laudes del sbado de la primera semana, nos remite a un momento clave de la historia de la salvacin: a acontecimiento del xodo, cuando Israel fue salvado por Dios en una situacin humanamente desesperada. Los hechos son conocidos: despus de la larga esclavitud ya en camino hacia la tierra prometida, los hebreos haban sido alcanzados por el ejrcito del faran, y nada los habra salvado de la aniquilacin si el Seor no hubi intervenido con su mano poderosa. El himno describe con detalle la insolencia de los planes del enemigo armado: perseguir, alcanzar, repartir el botn... (Ex 1

Pero, qu puede hacer incluso un gran ejrcito frente a la omnipotencia divina? Dios ordena al mar que abra un espacio para el pueblo agredido y que se cierre al p agresores: Sopl tu aliento y los cubri el mar, se hundieron como plomo en las aguas formidables (Ex 15,10).

Son imgenes fuertes, que quieren expresar la medida de la grandeza de Dios, mientras manifiestan el estupor de un pueblo que casi no cree a sus propios ojos, y en unsono un cntico conmovido: Mi fuerza y mi poder es el Seor, l fue mi salvacin. l es mi Dios: yo lo alabar; el Dios de mis padres: yo lo ensalzar (Ex 15,

2. El cntico no habla slo de la liberacin obtenida; indica tambin su finalidad positiva, la cual no es ms que el ingreso en la morada de Dios, para vivir en comu Guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado; los llevaste con tu poder hasta tu santa morada (Ex 15,3). As comprendido, este acontecimiento no slo estuvo e la alianza entre Dios y su pueblo, sino que se convirti tambin en un smbolo de toda la historia de la salvacin. Muchas otras veces Israel experimentar situaci anlogas, y el xodo se volver a actualizar puntualmente. De modo especial aquel acontecimiento prefigura la gran liberacin que Cristo realizar con su muerte y

resurreccin.

Por eso, nuestro himno resuena de un modo especial en la liturgia de la Vigilia pascual, para destacar con la intensidad de sus imgenes lo que se ha realizado en Cr hemos sido salvados, no de un opresor humano, sino de la esclavitud de Satans y del pecado, que desde los orgenes pesa sobre el destino de la humanidad. Con l humanidad vuelve a entrar en el camino, en el sendero que lleva a la casa del Padre.

3. Esta liberacin, ya realizada en el misterio y presente en el bautismo como una semilla de vida destinada a crecer, llegar a su plenitud al final de los tiempos, cua vuelva glorioso y entregue el reino a Dios Padre (1 Co 15,24). Precisamente a este horizonte final, escatolgico, la Liturgia de las Horas nos invita a mirar, introd nuestro cntico con una cita del Apocalipsis: Los que haban vencido a la bestia cantaban el cntico de Moiss, el siervo de Dios (Ap 15,2-3).

Al final de los tiempos se realizar plenamente para todos los salvados lo que el acontecimiento del xodo prefigura y la Pascua de Cristo ha llevado a cabo de mod definitivo, pero abierto al futuro. En efecto, nuestra salvacin es real y profunda, pero est entre el ya y el todava no de la condicin terrena, como nos recuerd san Pablo: Porque nuestra salvacin es en esperanza (Rm 8,24).

4. Cantar al Seor, sublime es su vitoria (Ex 15,1). Al poner en nuestros labios estas palabras del antiguo himno, la Liturgia de las Laudes nos invita a situar nue en el gran horizonte de la historia de la salvacin. Este es el modo cristiano de percibir el paso del tiempo. En los das que se acumulan unos tras otros no hay una fa nos oprime, sino un designio que se va desarrollando, y que nuestros ojos deben aprender a leer como en filigrana.

Los Padres de la Iglesia eran particularmente sensibles a esta perspectiva histrico-salvfica, pues solan leer los hechos ms destacados del Antiguo Testamento -el tiempo de No, la llamada de Abraham, la liberacin del xodo, el regreso de los hebreos despus del destierro de Babilonia,...- como prefiguraciones de eventos reconociendo que esos hechos tenan un valor de arquetipos: en ellos se anunciaban las caractersticas fundamentales que se repetiran, de algn modo, a lo largo decurso de la historia humana.

5. Por lo dems, ya los profetas haban reledo los acontecimientos de la historia de la salvacin, mostrando su sentido siempre actual y sealando la realizacin plen futuro. As, meditando en el misterio de la alianza sellada por Dios con Israel, llegan a hablar de una nueva alianza (Jr 31,31; cf. Ez 36,26-27), en la que la ley de escrita en el corazn mismo del hombre. No es difcil ver en esta profeca la nueva alianza sellada con la sangre de Cristo y realizada por el don del Espritu. Al reza himno de victoria del antiguo xodo a la luz del xodo pascual, los fieles pueden vivir la alegra de sentirse Iglesia peregrina en el tiempo, hacia la Jerusaln celesti

6. As pues, se trata de contemplar con estupor siempre nuevo todo lo que Dios ha dispuesto para su pueblo: Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad, que hiciste tu trono, Seor; santuario, Seor, que fundaron tus manos (Ex 15,17). El himno de victoria no expresa el triunfo del hombre, sino el triunfo de Dios. No canto de guerra, sino un canto de amor.

Haciendo que nuestras jornadas estn impregnadas de este sentimiento de alabanza de los antiguos hebreos, caminamos por las sendas del mundo, llenas de insidias sufrimientos, con la certeza de que nos envuelve la mirada misericordiosa de Dios: nada puede resistir al poder de su amor.

[Audiencia general del Mircoles 21 de noviemb

MONICIN PARA EL CNTICO

La salida de Egipto y el paso del mar Rojo fueron vividos e idealizados por Israel, como la epopeya nacional y religiosa que dio nacimiento al pueblo de Dios. Sigu pedagoga que el mismo Dios nos dio al querer que esta potica epopeya fuera incluida como parte de la Biblia, la Iglesia cristiana, desde la antigedad, se ha servid narracin, llena de imgenes, para cantar el triunfo de Cristo y de la Iglesia sobre el pecado y el poder del mal. El Faran y su ejrcito personifican el pecado y la m esclavizan al hombre; mientras que el pueblo de Israel que sale inclume de las aguas del mar Rojo, es smbolo del pueblo nacido en las aguas del bautismo. Ya el a Apocalipsis, en su visin del triunfo de los santos sobre la idolatra del Imperio romano, nos dice, refirindose a este himno de victoria, que los que haban vencido cantaban el cntico de Moiss, el siervo de Dios (Ap 15, 2-3).

Cantemos, pues, al Seor, sublime es su victoria, caballos y carros ha arrojado en el mar; ha vencido el pecado, por el bautismo, y la muerte, por la resurreccin de y la esperanza de la resurreccin universal. Que nuestro entusiasmo por la victoria de la maana de Pascua no sea, pues, inferior al entusiasmo de Israel en su cntic victoria sobre el Faran y su ejrcito.-- [Pedro Farns] *** MONICIONES PARA EL REZO CRISTIANO DEL CNTICO Introduccin general

xodo 15 es un canto antiguo -posiblemente del siglo XIII a. C.- utilizado en el culto israelita, quiz para la celebracin de la Pascua. Es un himno al Dios guerrero, accin liberadora ha mostrado su supremaca sobre los dioses (v. 11) y se ha revelado como el nico salvador de Israel (v. 2). La presencia de este himno en la liturg relieve el memorial de lo acontecido y sita al pueblo que ora en trance de ser salvado de los asediantes enemigos. En la celebracin comunitaria, puede ser recitado por un solo salmista, al que responden todos con una antfona cantada que exprese la alegra por la victoria.

Tambin puede ser rezado por tres salmistas que subrayen sucesivamente los temas del cntico: Proclamacin de los atributos divinos: Cantar... mejores capitane 4). Accin divina en favor del pueblo: Al soplo de tu nariz... hasta tu santa morada (vv. 8-13). Accin presente y constante en favor del pueblo: Lo introduces... jams (vv. 17-18). Vinculacin personal con Dios

El Dios de Israel no es un abstracto, sino tan personal que desde antiguo se uni a la historia de los Padres. Esta vinculacin, hecha juramento, es la premisa que i cierta necesidad a la liberacin de Egipto. Es el Dios de mis padres, mi Dios: l es mi fuerza y mi poder; por ello fue mi salvacin. Son atributos divinos que justific visita de Dios a su pueblo en el pasado y la intervencin favorable en el presente. Tambin ahora nos ha visitado suscitndonos una fuerza salvadora, que nos h arrancado de la mano de nuestros enemigos, recordando su santa alianza (Lc 1,68-79). Como el antiguo pueblo, tambin nosotros hemos pasado de la esclavitud al

Dios, que se traduce en obediencia como expresin del verdadero culto. Por eso, como ellos, cantamos al Seor que reina por siempre jams. Un cntico al autor de maravillas

El nacimiento siempre causa admiracin: la nueva vida est acechada por mltiples peligros. El Faran, los ejrcitos perseguidores, las aguas que se interponen son tantos peligros para el neonato Israel. A pesar de todo, el pueblo ve la luz porque le asiste el autor de maravillas. Mayor maravilla es la apertura de los cielos sobr del Hombre. Pero para ello, Jess ha tenido que cumplir un nuevo xodo: una salida camino a la liberacin definitiva. Tras Cristo, un nuevo pueblo se apresta a sali campamento en busca de la ciudad permanente. Son quienes, habiendo pasado por las aguas del bautismo, han nacido del agua y del Espritu. Es la gran maravilla r por Dios, y que ahora cantamos. Somos plantacin de Dios

El xodo llega a su meta una vez que Dios introduce y planta al hombre en el monte de su heredad. Es el momento en que el pueblo se convierte en la heredad de D mismo modo, el xodo iniciado por Jess finaliza una vez que ha llegado al Padre. En este momento el Padre construye su morada perfecta con los hombres: el sant fundado por su mano. Quien ha tomado parte en el nuevo xodo es un campo de Dios, una edificacin de Dios. Plantados ya en Cristo, y sobre El edificados, espera crecimiento que Dios otorga, hasta ser una edificacin bien trabada donde Dios habite. Entusiasmados, cantamos al Seor, sublime en su victoria. Resonancias en la vida religiosa

La historia del dolor sin-sentido: La historia del dolor sin-sentido, deshumanizante, opresor, no puede ser inculpada al Dios bueno, sino que es engendro de hombre degenerados y perversos. Hoy son muchos los hombres que penan y mueren bajo el yugo opresor de los poderosos y homicidas, aunque sus acciones estn enmasca cortesas diplomticas o se oculten tras campaas propagandsticas de progreso, liberacin y bienestar comn.

Los que sufren claman y gritan denodadamente por un nuevo xodo, que les conduzca hacia la Patria del Amor. Hay quienes luchan, en solidaridad con ellos, para anticipe esta patria de alguna forma. Jess de Nazaret fue con su vida pobre, virgen y obediente la gran parbola de lucha por un mundo nuevo dirigido y potenciado accin dialogante y amorosa del Dios-bueno. Jess inici el xodo comunitario de los pobres oprimidos hacia la liberacin definitiva. Su fuerza y su poder, impoten debilidad para los poderosos, logr imponerse como sublime victoria el da de Pascua, pronunciando ya la sentencia condenatoria y la derrota de los opresores y vio lanzados al vaco de la destruccin. Bajo ningn otro nombre que el de Jess hay en la tierra salvacin.

Nosotros, comunidad pobre, virgen y obediente, solidarios con los apenados y explotados de nuestro mundo y fieles seguidores de Jess, no permanecemos en la pa sino que nos rebelamos e impacientamos para anticipar la victoria escatolgica. Nuestra vida slo intenta colaborar en la instauracin de las comunidades del Reino haya amor, paz, reconciliacin, comunin de bienes materiales y espirituales.

Ahora en nuestra oracin cantamos la victoria total de Jess y de los oprimidos, y le alabamos porque l es Salvacin, Magnfico, Autor de prodigios, el Seor, aun no se haya revelado totalmente su victoria.-- [ngel Aparicio y Jos Cristo Rey Garca]

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La Biblia de las Amricas ( 1997 Lockman)

Y cantaban el cntico de Moiss, siervo de Dios, y el cntico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, oh Seor Dios, Todopoderoso! Justos y verdaderos son tus caminos, oh Rey de las naciones!
La Nueva Biblia de los Hispanos ( 2005 Lockman)

xodo 15:1 Entonces Moiss y los hijos de

Israel cantaron este cntico al SEOR, y dijeron: Canto al SEOR porque ha triunfado gloriosamente; al caballo y a su jinete ha arrojado al mar.
Deuteronomio 32:3 Porque yo proclamo el

Y cantaban el cntico de Moiss, siervo de Dios, y el cntico del Cordero, diciendo: "Grandes y maravillosas son Tus obras, oh Seor Dios, Todopoderoso! Justos y verdaderos son Tus caminos, oh Rey de las naciones!
Reina Valera (1909)

nombre del SEOR; atribuid grandeza a nuestro Dios.


Josu 22:5 Solamente guardad

Y cantan el cntico de Moiss siervo de Dios, y el cntico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Seor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.
Sagradas Escrituras (1569)

cuidadosamente el mandamiento y la ley que Moiss, siervo del SEOR, os mand, de amar al SEOR vuestro Dios, andar en todos sus caminos, guardar sus mandamientos y de allegarse a El y servirle con todo vuestro corazn y con toda vuestra alma.
Job 36:24 Recuerda que debes ensalzar su

Y cantan el cntico de Moiss siervo de Dios, y el cntico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Seor Dios Todopoderoso. Tus caminos son justos y verdaderos, Rey de los santos.

obra, la cual han cantado los hombres.

Salmos 18:30 En cuanto a Dios, su camino es

perfecto; acrisolada es la palabra del SEOR; El es escudo a todos los que a El se acogen.
15:3 Greek NT: Westcott/Hort with Diacritics

, , ,
Revelation 15:3 New American Standard Bible ( 1995)

Salmos 92:5 Qu grandes son tus obras, oh

SEOR, cun profundos tus pensamientos!


Salmos 111:2 Grandes son las obras del

And they sang the song of Moses, the bond-servant of God, and the song of the Lamb, saying, "Great and marvelous are Your works, O Lord God, the Almighty; Righteous and true are Your ways, King of the nations!
Biblia Paralela Parallel Bible Biblos.com

SEOR, buscadas por todos los que se deleitan en ellas.


Salmos 111:7 Las obras de sus manos son

verdad y justicia, fieles todos sus preceptos.


Salmos 139:14 Te alabar, porque asombrosa y

maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien.
Oseas 14:9 Quien es sabio, que entienda estas

cosas; quien es prudente, que las comprenda. Porque rectos son los caminos del SEOR, y los justos andarn por ellos; pero los transgresores tropezarn en ellos.
1 Timoteo 1:17 Por tanto, al Rey eterno,

inmortal, invisible, nico Dios, a El sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amn.
Hebreos 3:5 Y Moiss fue fiel en toda la casa de

Dios como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir ms tarde;


Apocalipsis 1:8 Yo soy el Alfa y la Omega--dice

el Seor Dios-- el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.


Apocalipsis 5:9 Y cantaban un cntico nuevo,

diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque t fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nacin.
Apocalipsis 5:12 que decan a gran voz: El

Cordero que fue inmolado digno es de recibir el poder, las riquezas, la sabidura, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza.
Apocalipsis 16:7 Y o al altar, que deca: S, oh

Seor Dios Todopoderoso, verdaderos y justos son tus juicios.

Cntico de Moiss
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Para otros usos de este Cntico de Moiss ", vase el Cntico de Moiss (desambiguacin) El Cntico de Moiss en este artculo se refiere a veces el nombre dado a la poesa que aparece en Deuteronomio 32:1-43 de la Biblia hebrea . La cancin es credo por alguno para haber sido escrito y colocado en el Arca de la Alianza , junto con la vara de Aarn y el Pentateuco . [ cita requerida ]

Contenido
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Bblica de datos 1 2 Ver Crtica 3 fuentes cristianas 4 opiniones de los expertos o 4.1 Citas de la cancin 5 Configuracin Musical 6 Referencias 7 Enlaces externos

[ editar ] Los datos bblicos


Poema encontrado en Deut. xxxii. 1-43. Se dice que Moiss habl a los odos de toda la congregacin de Israel las palabras de esta cancin "(Deut. xxxi. 30, RV, comp. Ib. Xxxii. 44). La cancin muestra sorprendente originalidad de la forma, en ninguna otra parte del Antiguo Testamento son pensamientos profticos presentados en el vestir potica en tan gran escala. El poema se abre con un exordio (versculos 1-3) en el que cielo y la tierra estn llamados a escuchar lo que el poeta es total. En los versculos 4-6 el tema se define: es la rectitud y la fidelidad de Yahv hacia su pueblo infiel y corrupto. Los versculos 7-14 describen la providencia que llev a cabo Israel en la seguridad a travs del desierto y le dio una tierra rica y frtil, versculos 15-18 se dedican a la infidelidad de Israel y caer en la idolatra. Este lapso ha obligado a Yhwh amenazan (versculos 19-27) con el desastre nacional y casi de extincin nacionales. Los versculos 28-43 describen cmo Yahv ha decidido a hablar a los israelitas a travs de la extremidad de su necesidad, para conducirlos a una mente mejor, y que les conceda la victoria sobre sus enemigos. En un rollo de la Tor de la cancin est escrita con un diseo especial, en dos columnas paralelas.

[ editar ] visin crtica


El poeta era tambin un artista. Sobresaliente capacidad literaria y habilidad artstica se manifiestan en el desarrollo de su tema. Sus figuras estn diversificadas y por la fuerza; el

paralelismo es extraordinariamente regular. Uno de los mejores ejemplos de smil potico en la Biblia se produce en los versculos 11 y 12 de esta cancin: (transl del conductor.) "Como un buitre, que se despierte su nido, que hovereth sobre sus polluelos, extendi sus alas en el extranjero, l lo tom, l le dio a Su pin: Yhwh solo le gui, Y no hay dios extrao estaba con l." El plan general del poema se parece al de Ps. LXXVIII., el cv., CVI., y la prosa de Ezequiel. xx., as como las alegoras de Ezequiel. xvi. y XXIII. En el Cntico de Moiss, sin embargo, el tema se trata con mayor exhaustividad y con la potencia potica superior.

[ editar ] fuentes cristianas


Segn fuentes cristianas, el Cntico de Moiss fue dada en calidad de testigo, o testimonio, hacia la rebelin inevitable futuro de los hijos de Israel en contra de la Tor y sus consecuencias. Se cree por algunos bblica intrpretes que el Cntico de Moiss comenz a cumplir su significado proftico de la destruccin de Jerusaln en el ao 70, y completar su cumplimiento con la redencin definitiva de los Hijos de Israel, y la reconstruccin del Templo en Jerusaln . El Cntico de Moiss es mencionado tambin en el cristiano del Nuevo Testamento - en los libros de Hebreos , y por el apstol Pablo en Romanos . Por ltimo, se hace referencia directa, y alude, en el libro del Apocalipsis . Alfred Edersheim escribe en el templo que cada sbado da largo de la historia del Tabernculo y del Templo por la maana / servicio de la tarde el Cntico de Moiss fue cantado en 6 segmentos diferentes a lo largo del da. Muchos de los Salmos, que se cree haber sido escrito por el rey David , parece que se han inspirado en el Cntico de Moiss.

[ editar ] eruditas opiniones


De acuerdo con la moderna hiptesis documental que el poema era un texto originalmente por separado, que fue insertado por el deuteronomista en la segunda edicin (de 2), del texto que se convirti en el Deuteronomio (es decir, fue una adicin en el 'Dtr2 ). El poema, emitidos en parte en el tiempo futuro , describe cmo el Seor se provoca en el castigo de los israelitas por su apostasa , dando lugar a los israelitas estn destruyendo. Dtr2 se cree que ha sido producido como una reaccin al Reino de Jud, de ser enviado a su exilio en Babilonia , y as Dtr1 (la primera edicin de la hiptesis del Deuteronomio) actitud positiva, y la sugerencia de una edad de oro prximas, siendo un tanto ya no es adecuada . En consecuencia, el poema se ajusta al objetivo de Dtr2, con carcter retroactivo en la contabilidad de la desgracia de Israel, y, de hecho, puede haber sido compuesta en un momento similar. Aunque ambos judos y las fuentes cristianas han atribuido tradicionalmente la Cancin a Moiss, las condiciones presupuestas por el poema hacer que la autora del mosaico del imposible acuerdo con el comentario crtico. El xodo y la peregrinacin por el desierto se

encuentran en el pasado distante. contemporneos del escritor puede aprender de ellos de sus padres (versculo 7). Los israelitas se asentaron en Palestina (versculos 13-14); ha pasado suficiente tiempo para ellos, no slo para caer en la idolatra (versculos 15-19), pero para ser llevado al borde de la ruina. Ellos son presionados por los enemigos paganos (versculo 30), pero el Seor promete interponerse y rescatar a su pueblo (vv. 34-43).

[ editar ] Citas de la cancin


Hay diferencias de opinin en cuanto a precisin cundo y por quin la cancin fue escrita. George E. Mendenhall de la Universidad de Michigan que asigna a la poca inmediatamente despus de la derrota de los israelitas milicias en la batalla de Eben-Ezer , y su autora al profeta Samuel : "El poema no puede tener su origen en cualquier momento que despus de la destruccin de Silo "y" ... hay un nmero impresionante de correlaciones lingsticas en este texto con el lenguaje y modismos de los textos silbica de Biblos ; las correlaciones tambin se agrupan en torno a xodo 15, 5 jueces, Deuteronomio 33, 49 y Gnesis ". Cuando todos los de Deuteronomio 31:14-23 se refiere a la JE, el poema se crea que sus anteriores, y se crea que era contemporneo con las guerras asirio bajo Jos y Jeroboam II (c. 780 aC). A este perodo se le conoce por Dillmann agosto , Schrader, Oettli Samuel , Ewald Heinrich , Kamphausen Adolf y Edouard Guillaume Eugne Reuss . Kuenen and Driver, que creen que la expresin "los que no son un pueblo" en el versculo 21 se refiere a los asirios , asigne el poema a la edad de Jeremas y Ezequiel (c. 630 aC), mientras que Cornill, Steuernagel, y se refieren Bertholet a los ltimos aos del exilio, es decir. el perodo del segundo Isaas . En el estado actual del conocimiento moderno de la fecha no puede ser definitivamente fijados, pero hay mucho que decir en favor de la fecha del exilio. [ cita requerida ]

[ editar ] Configuracin Musical


Desambiguacin; para Domino Cantemus ver Cancin del mar .

Audite cli quae loquor, gran motete, S.7 por Michel Richard Delalande . Audite caeli por Francesco Provenzale .

Ambas canciones de Moiss, al igual que Habacuc 3 (Domine Audivi), y 1 Samuel 2 (Exultavit Cor Meum) se cuentan como cnticos en el uso de la iglesia.

[ editar ] Referencias
Este artculo incluye una lista de referencias , la lectura o relacionados con los enlaces externos , pero sus fuentes no estn claras porque carece de citas en lnea . Por favor, mejorar este artculo introduciendo citas ms precisas en su caso . (Febrero 2008)

Mendenhall, George E. (1973). La dcima generacin: los orgenes de la tradicin bblica. Baltimore: Johns Hopkins University Press. ISBN 0-8018-1267-4 . Mendenhall, George E., "Broken Samuel Costilla": Deuteronomio 32, 1975, reimpresin de No hambruna en los estudios de la tierra en honor a John L. McKenzie. Pulse Acadmico del Instituto de la Antigedad y Cristianismo Claremont Este artculo incorpora texto de la 1901-1906 Enciclopedia Juda artculo "Cntico de Moiss" por Emil G. Hirsch y George A. Barton , una publicacin ahora en el dominio pblico . Bibliografa juda de la Enciclopedia: o Kamphausen, A., Das Lied Moiss: Deut. 32, 1-43, 1862; Leipzig: Brockhaus o Klostermann, A., en Studien und Kritiken, 1871, pp. 249 y ss.; 1872, pp. 230 y ss., 450 y ss. o Stade de Zeitschrift, 1885, pp. 297 y ss. o Cornill, CH, Einleitung in das Alte Testamento, 1891, pp. 70 y ss., o Conductor, SR, Deuteronomio, en el Comentario Crtico Internacional, 1895, pp. 344 y ss. o Steuernagel, Deuteronomium, en los Handkommentar Nowack, 1900, pp. 114 y ss. o Bertholet, Deuteronomium, en KHC 1899, pp. 94 y ss.

[ editar ] Enlaces externos


Michael S. Heiser , 32:8 Deuteronomio y los Hijos de Dios Labuschagne Casper, 2b. El Cntico de Moiss en el Deuteronomio 32 - Anlisis Logotechnical

Obtenido de " http://en.wikipedia.org/wiki/Song_of_Moses " Categoras : eventos Tor | Textos que han sido atribuidos a Moiss

Bblica de datos: Poema encontrado en Deut. xxxii. 1-43. Se dice que Moiss habl a los odos de toda la congregacin de Israel las palabras de esta cancin "(Deut. xxxi. 30, RV, comp. Ib. Xxxii. 44). La cancin muestra sorprendente originalidad de la forma, en ninguna otra parte del Antiguo Testamento son pensamientos profticos presentados en el vestir potica en tan gran escala. El poema se abre con un exordio (versculos 1-3) en el que cielo y la tierra estn llamados a escuchar lo que el poeta es total. En los versculos 4-6 el tema se define: es la rectitud y la fidelidad de Yhwh hacia su pueblo infiel y corrupto. Los versculos 714 describen la providencia que llev a cabo Israel en la seguridad a travs del desierto y le dio una tierra rica y frtil, versculos 15-18 se dedican a la infidelidad de Israel y caer en la idolatra. Este lapso ha obligado a Yhwh una amenaza para l (versculos 19-27) con el desastre nacional y casi de extincin nacionales. Los versculos 28-43 describen cmo Yhwh ha decidido a hablar a los israelitas a travs de la extremidad de su necesidad, para conducirlos a una mente mejor, y que les conceda la victoria sobre sus enemigos. El plan general del poema se parece al de Ps. LXXVIII., el cv., CVI., y la prosa de Ezequiel. xx., as como las alegoras de Ezequiel. xvi. y XXIII. En el Cntico de Moiss, sin embargo, el tema se trata con mayor exhaustividad y con la potencia potica superior. -Visin crtica:

El poeta era tambin un artista. Sobresaliente capacidad literaria y habilidad artstica se manifiestan en el desarrollo de su tema. Sus figuras estn diversificadas y por la fuerza; el paralelismo es extraordinariamente regular. Uno de los mejores ejemplos de smil potico en la Biblia se produce en los versculos 11 y 12 de esta cancin: ( Conductor 'S trad.) "Como un buitre, que se despierte su nido, que hovereth sobre sus polluelos, extendi sus alas en el extranjero, l lo tom, l le dio a Su pin: Yhwh solo le gui, Y no hay dios extrao estaba con l. "

(Ver imagen)

Pgina de la Primera Edicin de los "Albo" Iarim, "Impreso por Josu Salomn Soncino , 1485. (En la Biblioteca de la

Universidad de Columbia, Nueva York.) Las condiciones presupuesta por el poema hacer que la autora del mosaico del imposible.

El xodo y la peregrinacin por el desierto se encuentran en el pasado distante. contemporneos del escritor puede aprender de ellos de sus padres (versculo 7). Los israelitas se asentaron en Palestina (versculos 13-14); ha pasado suficiente tiempo para ellos, no slo para caer en la idolatra (versculos 15-19), pero para ser llevado al borde de la ruina. Ellos son presionados por los enemigos paganos (versculo 30), pero Yhwh se compromete a interponer y rescatar a su pueblo (vv. 34-43). El origen post-mosaico del poema es, pues, claro, y estos argumentos histricos son confirmadas por las ideas teolgicas y la fraseologa del poema, ninguna de estas caractersticas por ser de la edad de Moiss. Por otra parte, hay muchos puntos de contacto, tanto en la expresin y en la concepcin teolgica, con los profetas del siglo VIII al quinto BC Los crticos no estn de acuerdo, sin embargo, en la fecha exacta de la cancin. Antes, cuando todas las de Deut. xxxi. 14-23 fue remitido al JE, el poema se crea que sus anteriores, y se crea que era contemporneo con las guerras en Siria Jos y Jeroboam II. (C. 780). A este perodo se le conoce por Dillmann, Schrader, Oettli, Ewald, Kamphausen y Reuss. Kuenen y conductor, creyendo que la expresin "los que no son un pueblo" del versculo 21 al referirse a los asirios, asigne el poema a la edad de Jeremas y Ezequiel (c. 630), mientras que Cornill, Steuernagel, y Bertholet se refieren a los ltimos aos del exilio-el perodo del segundo Isaas. En el estado actual del conocimiento moderno de la fecha no puede ser definitivamente fijados, pero hay mucho que decir en favor de la fecha del exilio.
Bibliografa : Kamphausen , Das Lied Moiss , 1862 ; Klostermann , En Studien und Kritiken , 1871 , Pp. 249 y ss. 1872 , Pp. 230 et seq. 450 y ss. Stade 'S Zeitschrift , 1885 , Pp. 297 y ss. Cornill , Einleitung in das Alte Testamento , 1891 , Pp. 70 et seq. Conductor , Deuteronomio , En Comentario Crtico Internacional , 1895 , Pp. 344 y ss. Steuernagel , Deuteronomium , En Nowack 'S Handkommentar , 1900 , Pp. 114 y ss. Bertholet , Deuteronomium , En KHC 1899 , Pp. 94 y siguientes. E. G. H. G. A. B.

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Wolters (1990) 'bota de vino' Janzen (1992) Moiss se encuentra con Dios, "Cancin del Mar 'Moiss las gradas con la gente, analepsis (2001) 'Final Formulario del Norte ", puesto 550BCE compilador exilio, cruces de agua el modelo de informes de campaa asiria. Muros de Jerusaln Hiptesis Documental JEDP J 9 aC Jud E 8 aC Reino del Norte de Israel D 7 aC Jud P 5 a. C. Babilonia Dos lneas principales de J y P J material antes de Deuteronomio La profeca de Oseas 8 a. C. x. 15; Deut. 26:5-9; Josh. 24; Ps. 78,80,105,114; Ez. 20:06 xodo 14:24-25 simple cuenta xodo 1:15 en grupos pequeos, 2 matronas Tendencia a mitificar La vinculacin de la conquista y la poesa Josu 3-4 xodo 15; Sal 114 N mar travesa martima se sec Ex. 14, 23-27 15:1-18 Cancin del Mar 15:21 Cancin de Miriam Burns y Trible argumentan que esto es un ejemplo de la opresin masculina.

14:31 Moiss est de pie con el Seor 15:01 Moiss es con el pueblo Hasta el punto de que Moiss se ha visto como el salvador de su pueblo. Dentro de la cancin de Moiss no es mencionado. Es puramente una t cancin al Seor. espejos 15:19 14:26-28 analepsis - con la celebracin de la informacin slo para introducir ms tarde Miriam canta con ellos que es un masculino plural hombres Posible que los autores del xodo han seguido forma litrgica (Sal. 40:2-4) 1 clamar a Dios 2 Dioses ahorro de respuesta 3 Celebracin de los dioses liberacin 4 Efecto de los que escucha la oracin Miriam modo a formar parte de la salvacin total Mic 6:04 Salmo 77, 78, 114 historia del xodo? Cruz, Song FM del Mar de edad 11-12 a. C. Brenner, ML 5 a. C. se basa en Ex 14 Houston, W. v8 es la fuente para los Ex 14 15:13 Santo residencia vinculado en 15:17 Santuario de Jerusaln. Miring Bibliografa Haupt, P. "Cancin a Moiss del Triunfo el diario americano de lenguas semticas y Literatura, vol. 20, N 3 (abril, 1904), pp. 149-172

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Biografa Who2:

Moiss, la figura bblica / figura religiosa


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Fecha de nacimiento: entre 1300 y 1150 a. C. Lugar de nacimiento: Egipto Muri: Entre 1300 y 1150 a. C. (por el decreto de Dios) Mejor conocida como: liberador hebreo que recibi los Diez Mandamientos

Nombre al nacer: Moshe La figura ms importante en el judasmo, Moiss dividi el Mar Rojo para liberar a su pueblo y los llevaron los Diez Mandamientos en tablas de piedra. Su historia aparece temprano en la Biblia y est lleno de milagros y habla con Dios. Al nacer, los hebreos, descendientes de Abraham , Isaac y Jacob (Israel), son esclavos de Egipto el rey (faran) que ha ordenado los varones recin nacidos muertos. cueros de Moiss madre le en una cesta de papiro entre los juncos del Nilo, la hija de Faran lo encuentra, se apiada y lo adopta. Huye como un hombre joven, pero Dios se le aparece en una zarza ardiente aos ms tarde y lo enva de vuelta con su hermano, Aaron , para exigir israelitas liberar el. Las plagas llegan, el escape hebreos, y se ahoga ejrcito de Egipto en el Mar Rojo. Una estancia sigue desierto, en el que Dios, por medio de Moiss, hace un pacto con los hebreos y establece los ritos de culto y las leyes de la conducta personal y comunitaria. A la edad de 120, Moiss muere por decreto de Dios justo antes de entrar en el pueblo de la tierra conocida en los ltimos siglos como Palestina e Israel. Su nombre hebreo, Mosh, significa "el que saca" ... Su historia comienza en el xodo y termina en el Deuteronomio, dos de los "cinco libros de Moiss" o, en hebreo, la Tor ("ley"). Incluye la primera Pascua, justo antes de la salida de Egipto... La zarza ardiente y las tabletas de piedra aparecen en el monte. Sina. Su ubicacin exacta en la pennsula del Sina es incierto... Moiss es tambin una figura de la fe en el cristianismo y un profeta en el Islam; Corn 's cuenta es similar a la Biblia, pero menos detallada.

EL CANTO DE MOISS Y LA VIGILIA PASCUAL


J.DANIELOU "Dichoso aquel que comprende el significado de los cantos escribe Orgenes, puesto que nadie canta si no est en fiesta; pero dichoso an ms quien canta el canto de los cantos. Antes es preciso salir de Egipto para poder entonar el primero de los cantos: Cantad a Yav, que se ha mostrado de modo glorioso"1. Podra pensarse que la idea de agrupar los cantos del Antiguo Testamento en una especie de escala progresiva que marca a un mismo tiempo las etapas de liberacin de la humanidad y el rescate del alma sea una invencin genial, pero caprichosa, del gran alegorista alejandrino. Pero la razn de haberle aducido es el testimonio que l mismo nos da de un uso litrgico anterior a l. El canto del xodo formaba parte, sin duda alguna, de la pascua juda. De ella pas a la liturgia de la primitiva Iglesia.

Zenn de Verona nos lo asegura ya en el siglo IV. Baumstark piensa que formaba parte, junto con el cntico de los tres jvenes, del ncleo primitivo de la vigilia pascual. Por eso la Iglesia, con un instinto seguro, en la reciente reforma litrgica del oficio de la vigilia pascual lo ha mantenido, justificando el que, a imitacin de Orgenes, busquemos en el cntico de Moiss la expresin de la alegra del pueblo de Dios ante el misterio pascual de la salvacin de las naciones. ***** Antes es preciso salir de Egipto... El primer cntico es el del xodo. El Antiguo Testamento nos muestra el bosquejo de las grandes obras de Dios, el Nuevo nos anuncia su cumplimiento, la Iglesia nos presenta su resonancia actual. El xodo es una de las obras ms importantes realizadas por Dios. Es propiamente un misterio de liberacin. No es sino un aspecto de la pascua, pues la pascua encierra en s misma todo el misterio cristiano: es creacin y liberacin, expiacin y purificacin. El canto del xodo no exalta ms que un aspecto particular: el de la liberacin del pueblo de Dios, cautivo de las fuerzas del mal. Este misterio del Dios libertador reaparece en todos los niveles de la historia de la salvacin, como un sonido que se prolonga en ecos cada vez ms profundos. A orillas del mar Rojo es liberacin de Israel perseguido por el ejrcito del faran; a orillas de las aguas profundas de la muerte es liberacin de Cristo cautivo del prncipe de este mundo; a orillas de las aguas del bautismo es liberacin del pagano, cautivo de los poderes de la idolatra, misterio misional, entrada en la Iglesia, edificacin del cuerpo mstico; a orillas del mar de cristal mezclado de fuego, que nos describe el Apocalipsis, es liberacin escatolgica de los cautivos de la bestia: la muerte. Y siempre, tras la otra orilla, tras haber escapado milagrosamente de la persecucin del enemigo, el pueblo de los rescatados entona el cntico triunfal. El pueblo de Israel, guiado por la columna de nube, hua de la tirana egipcia. El faran y sus carros de combate salen en su persecucin. El pueblo lleg al mar. El camino estaba cortado. Se encontraban abocados o a un total aniquilamiento o a una nueva servidumbre. Situacin trgica de un ejrcito acorralado junto al mar hasta el punto de ser destruido o capturado. Es

menester subrayar fuertemente este carcter desesperado de la situacin, ya que ello da todo el sentido al episodio. En efecto, precisamente en el momento crtico en que se encontraban con imposibilidad absoluta de poder salvarse por s solos es cuando el poder de Dios realiza lo que para el hombre era imposible: Moiss extendi su mano sobre el mar e hizo soplar Yav sobre el mar toda la noche un fortsimo viento solano. Los hijos de Israel entraron por el medio del mar y las aguas formaban una muralla a derecha e izquierda. Los egipcios los seguan y entraron detrs en medio del mar. Moiss extendi ahora su mano, y las aguas, reunindose, cubrieron los carros, los caballeros y toda la armada del faran, de tal forma que no escap ni uno solo (Ex 14, 21-28). Esta accin de Dios librando a su pueblo de una situacin desesperada ser a travs de los siglos el mayor recuerdo de la historia de Israel: No eres t quien secaste el mar, las aguas del profundo abismo, y tornaste las profundidades del mar en camino para que pasasen los redimidos? (Is 51,10). Despus, al contemplar al alba, tras la noche trgica y prodigiosa, los cadveres de los egipcios llevados por las olas a la orilla, Moiss y los israelitas improvisaron el canto del xodo: Cantar a Yav, que se ha mostrado sobre modo glorioso. El arroj al mar al caballo y al caballero. Yav es mi fortaleza y el objeto de mi canto. l ha sido mi salvador... Mara, la profetisa, hermana de Aarn, toma en sus manos un tamborn y todas las mujeres la siguen tocando y danzando. Mara responda a los hijos de Israel Cantad a Yav, que se ha mostrado sobre modo glorioso. l arroj al mar al caballo y al caballero... A orillas del mar Rojo se form la primera liturgia pascual. Dom Winzem ha podido escribir que en esta hora naci el oficio divino. Ciertamente se trata de una verdadera liturgia.

El coro de las mujeres, repitiendo el estribillo, alterna con el de los hombres, que canta las estrofas. Nosotros lo cantamos todava en la vigilia pascual, y resonar en adelante, a travs de toda la historia de la salvacin, en todas las pascuas. Hay algo de extraordinario en esta continuidad, y la liturgia aparece aqu como maestra de doctrina. Nos muestra la fidelidad de Dios que salva a su pueblo. Si la travesa del mar Rojo es una obra admirable de Dios, el Antiguo Testamento nos muestra que Dios realizar en el futuro una obra de liberacin mucho ms admirable todava. El mensaje especfico del Antiguo Testamento consiste en anunciarnos este suceso. Es esencialmente profeca. Recoge los acontecimientos pasados nicamente para fundamentar nuestra esperanza en los acontecimientos futuros, y no para que nos desesperemos en la nostalgia de un pasado perdido irremediablemente o imposible de revivir ms que por un mero volver hacia atrs. He aqu una diferencia fundamental entre el libro santo de los judos y los de las religiones naturales. stos tienen como objeto siempre el mito original, que subsiste en un tiempo arquetipo y en el que el hombre, arrastrado por la ola del tiempo profano, se esfuerza por participar, en virtud de esos mismos ritos que renuevan las fuerzas de la vida, en las fuentes mismas de la creacin primera. Pascua ha sido el aniversario de la travesa del mar Rojo: era una primera liberacin y una gran obra de Dios; pero la liberacin nueva que haba de realizarse al fin de los tiempos es tanto ms gloriosa cuanto que pascua no ser en adelante para nosotros sino el memorial de la resurreccin de Cristo. En cierto sentido podemos decir que pensamos ms en la antigua alianza. Cuando el sol domina el horizonte, escriba san Basilio, no hay necesidad de lmparas. Con todo, siempre es bueno volver sobre esos esbozos de la ley antigua ya que nos ayudan a comprender mejor el sentido de unas acciones mucho ms admirables, las de la ley nueva. Adems, por el contraste que nos ofrecen entre s, nos permiten captar mejor su grandeza. Por eso, he aqu lo que en el corazn mismo del Antiguo Testamento anunciaba Isaas, profeta del nuevo xodo:

As habla Yav que abre un camino en las nubes, un sendero en las aguas poderosas. No os acordis ms. de los acontecimientos pasados y no consideris ya ms las cosas de otro tiempo: he aqu que voy a hacer una maravilla nueva (Is 43, 16-19). Es cierto que la travesa del mar Rojo fue una maravilla, pero la maravilla nueva que Dios va a realizar es tal que ya aqulla no se recordar ms. En seguida Isaas nos muestra la nueva creacin oscureciendo el resplandor de los primeros cielos, de la primera tierra. En estos mismos trminos nos dice lo mismo el nuevo xodo. Esta liberacin nueva y definitiva, se realiz en la resurreccin de Cristo, llevada a cabo en la misma noche en que Dios libr a su pueblo del poder de los egipcios. El mensaje del Nuevo Testamento no es precisamente ensearnos y mostrarnos una liberacin ms extraordinaria que la del xodo. El Antiguo Testamento sera ya suficiente para eso. El autntico mensaje del Nuevo Testamento consiste en hacernos saber que esta liberacin se ha cumplido ya. Una sola palabra resume el Nuevo Testamento: hodie. Hoy estars conmigo en el paraso. El objeto que persiguen los evangelistas es precisamente el mostrarnos que el futuro escatolgico, la liberacin futura anunciada por el profeta se ha cumplido ya. Jalonan la vida de Cristo los smbolos del xodo: la serpiente de bronce, la roca de aguas vivas, el man celestial, la columna luminosa. Esta liberacin, sin embargo, es de mayor envergadura que la del xodo. Entonces se trataba solamente del pueblo judo cautivo de los paganos; aqu se trata de la humanidad entera cautiva de las fuerzas del mal, de lo que llamamos el pecado original. De igual modo que el pueblo de Israel se encontraba en una situacin desesperada, aqu es la humanidad toda la que se encuentra en esa misma situacin. Lo ms grave es que no puede salir de ese apuro por s sola. No hay salvacin del hombre por el hombre. El hombre es presa de la muerte, privado de la gracia de Dios en su alma, de la vida de Dios en su cuerpo. El mal no es un problema en el que el hombre haya tomado parte. Existe un misterio del mal, raz venenosa de la

que ese mal pulula sin cesar y a donde es incapaz de llegar la industria humana. Uno solo ha sido el que ha llegado a la raz de las cosas y curado el mal oculto en su origen: Aquel que en la noche del viernes santo baj al reino de la muerte para destruir su poder y rescatar a cuantos sta tena bajo su dominio. Cuando Cristo muere sobre la cruz la tarde del viernes santo parece como si la noche cayera definitivamente sobre el mundo, como si toda esperanza fuera en adelante vana, como si la muerte hubiera tomado en su poder a su mayor enemigo. Pero Cristo descendi a la prisin de la muerte para romper los cerrojos de hierro, y en la maana de pascua aparece vencedor, quebrado para siempre el poder de la muerte sobre l y sobre la humanidad entera. Este sentido tiene la eclosin de la alegra pascual: Cantad a Yav, que se ha mostrado de modo glorioso. Arroj al mar al caballo y al caballero. No es solamente el pueblo de Israel, perseguido por el faran, el que canta su rescate a orillas del mar Rojo. Es la humanidad toda la que, librada de las profundas aguas de la muerte, alaba la obra poderosa realizada por el Verbo de Dios. El cntico del xodo es aqu el cntico de los rescatados, de todos aquellos que estaban sumergidos en el abismo de la muerte y que, librados ya, contemplan las fuerzas del mal que les tenan cautivos, ahora vencidas e impotentes, y repiten las mismas palabras de Moiss para celebrar su rescate. Si la salvacin de la humanidad se realiz sustancialmente con la resurreccin de Cristo, es preciso que sea aplicado a cada hombre en particular. Tal aplicacin se da por medio del bautismo conferido a los paganos la noche de pascua. El misterio misional del xodo es el que nosotros vivimos propiamente. En la historia de la salvacin nos encontramos en el intervalo de tiempo que separa la ascensin de la parusa, que es el tiempo de la misin. Durante este perodo continan en la Iglesia los milagros de salvacin prefigurados en la travesa del mar Rojo, cumplidos en la resurreccin. El bautismo se sita en la prolongacin de estas actuaciones grandiosas de Dios. Es para nosotros el equivalente a los

mirabilia Dei en ambos testamentos. Constituye un acontecimiento mucho mayor que el de los descubrimientos cientficos, que el crecimiento o declive de los imperios. Los ritos antiguos del bautismo expresaban esta continuidad con la pascua. Desde el comienzo de la preparacin, primer domingo de cuaresma, el candidato al bautismo era sealado en la frente con la sphragis de Cristo, con el signo de la cruz, como las casas de los israelitas haban sido ungidas con la sangre del cordero. Con esto se significaba que por medio de la sangre de Cristo haba sido salvado del castigo debido al pecado. Esto era la primera posesin del alma por Cristo. Venan despus los cuarenta das de preparacin, das que no llegamos a alcanzar su significado si no los referimos al Antiguo y al Nuevo Testamento. Durante cuarenta das Cristo haba sido tentado por Satans, y su fidelidad haba sido la contrapartida de las infidelidades de Israel. El tiempo de la cuarentena, la cuaresma, es el tiempo de tentacin para el catecmeno. Durante este perodo se desarrolla un gran combate en torno a l. Satans y sus ngeles intentan retenerlo. Conviene tomar este acecho en todo su realismo. Un pagano no es slo un extrao a la revelacin de Cristo: est adems bajo el poder positivo de las fuerzas del mal. Debe ser, por tanto, arrancado de esas fuerzas que le tienen cautivo. La conversin, en este sentido, es siempre un drama. La misin es un misterio. No se trata slo de una presentacin del mensaje adaptado a las diversas civilizaciones. Se trata de un conflicto llevado a cabo con las fuerzas del mal. Este conflicto se desarrolla en los misteriosos combates espirituales de toda santidad. Por la oracin y la penitencia los demonios son arrojados. A quien desconoce esto se le escapa el sentido profundo de la misin. Tambin tras la victoria de Cristo la humanidad permanece cautiva en aquellos miembros que todava no le pertenecen. Cristo aplast la cabeza de la serpiente, pero los crculos de sus anillos continan turbando la faz de la tierra. Ante el catecmeno, presa a punto de escapar, Satans hace un esfuerzo supremo. A un mismo tiempo Cristo, progresivamente, va tomando posesin de su persona. Es menester comprender el combate espiritual que tiene lugar

ahora para realizar el sentido de los escrutinios bautismales. Se componen stos de exorcismos por medio de los cuales el poder del demonio va quedando rebatido, el catecmeno va quedando libre de la presin que aqul haca sobre ste, van dosificndose las bendiciones que sealan que la gracia de Cristo va efectuando una consagracin progresiva y revistiendo poco a poco su alma. Con todo, hasta el umbral de la noche de pascua, hasta el borde del agua bautismal, el demonio contina atacando al alma. En este preciso momento lo imposible se hace posible; el mar se abre; el muro de lo imposible, de que habla Dostoiesvski, contra el que se choca irremediablemente, se desploma dejando una brecha por donde pasar. As pues, el medio de escapar, el medio de salvacin existe, pero se trata de un milagro en el sentido pleno de la palabra, es decir, de una accin poderosa de Dios que hace lo que era completamente imposible. El canto del xodo es la exaltacin de este milagro, de esta accin imprevisible por la cual, en un mundo perdido, Dios abre un hueco, presenta una salvacin y propone as una posibilidad de redencin. De igual modo que el mar estaba abierto ante el pueblo israelita, igual que la muerte apareca ante la mirada de Cristo, as el catecmeno desciende al agua bautismal, atraviesa el mar y, dejando atrs al faran y a su armada, al demonio y a sus ngeles, reaparece en la otra orilla. Se ha salvado. Palabra sta que conviene tomar en su significado concreto y vulgar, como los nufragos escapados del mar que al fin se encuentran en la orilla. La maldad obstinada del demonio, escribe san Cipriano, puede algo hasta el agua salvadora, pero pierde en el bautismo toda su accin nociva. Es lo que vemos en la figura del faran que, rechazado, pero obstinado en su perfidia, sta ha podido llevarle hasta las aguas. Todava hoy, cuando por los exorcismos ha sido golpeado y burlado afirma una y otra vez que va a marcharse, pero nada hace a este respecto. Sin embargo, cuando se llega al agua bautismal, el diablo ha sido aniquilado, y el hombre ha sido consagrado a Dios, librado por la gracia divina (Epis. 58, 15: CSEL 764).

A los padres de la Iglesia les gusta describir este momento dramtico: el hombre atacado, sin ninguna esperanza humana, no esperando la salvacin sino del poder de Dios, viendo una lnea salvadora que se dibuja por entre medio de un mar infranqueable. Citemos a Orgenes: Sbete que los egipcios te persiguen y pretenden volverte a poner bajo su servicio, quiero decir los dominadores del mundo y los espritus malos a quienes t has servido hasta hoy. Se esfuerzan por perseguirte, mas desciendes a las aguas, y eres salvado. Purificado de las manchas del pecado, te levantas hombre nuevo, dispuesto a cantar un cntico nuevo (Hom. Ex. 5, 5: GCS 190). Este cntico nuevo es el del xodo. Como Moiss a orillas del mar Rojo contemplando los cadveres de los egipcios, como Jess alcanzando la ribera de la resurreccin tras haber atravesado las aguas amargas de la muerte, el catecmeno, hombre nuevo, vestido de la tnica blanca de los resucitados, perteneciendo ya a la creacin nueva, puede tambin l entonar el cntico de los rescatados: Cantad a Yav, que se ha mostrado sobre modo glorioso; arroj al mar al caballo y al caballero. Era preciso decir todo esto para comprender la significacin del canto del xodo en la vigilia pascual. Es la expresin misma de la obra de liberacin que se cumple aqu, de la liberacin en nuestro propio interior, de las almas cautivas. Se trata de una accin actual de Dios, similar a la de la travesa del mar rojo y de la resurreccin, y que es el rescate de los paganos, el misterio de la misin. La Iglesia acoge a las naciones. Como Mara, hermana de Moiss, responda al coro de los hombres, a orillas del mar rojo, en la primera liturgia pascual, as Zenn de Verona nos muestra las iglesias cantando, en coro alternante con las naciones liberadas, el cntico de Moiss Mara que golpea su tamborn es figura de la Iglesia que, cantando un himno con todas las Iglesias que ella ha engendrado, conduce al pueblo cristiano no hacia el desierto, sino hacia el cielo (PL 40, 509). Hemos de decir, sin embargo, que toda la salvacin se ha cumplido? Cierto, las naciones bautizadas pertenecen ya a Cristo y en El han escapado a las garras del mal, pero ste circula alrededor de ellas buscando una fisura entre los

libertados por donde poder alcanzarlos. Las olas de este mundo nos enrolan todava entre sus crculos. Si sabemos que ya nada tenemos que temer a las profundas aguas de la muerte, al menos hemos de atravesarlas. La vida actual contina siendo tiempo de la tentacin. El enemigo, vencido, dispone todava de un espacio de tiempo. Por eso, el xodo, que es nuestro pasado, sigue siendo nuestro presente. En tanto que estamos en este mundo nuestra vida sigue siendo un perpetuo xodo. Un da, por fin, el ltimo, atravesaremos el mar. Es el da en que el ltimo enemigo, la muerte, ser vencida. Despus, al borde del mar de fuego, los vencedores de la bestia tomarn en sus manos no los tamborines de pellejos muertos, sino las arpas celestes, y cantarn eternamente el cntico de Moiss: Vi como un mar de vidrio mezclado de fuego, y a los vencedores de la bestia y de su imagen y del nmero de su nombre, que estaban en pie sobre el mar de vidrio y tenan las ctaras de Dios, y cantaban el cntico de Moiss, siervo de Dios, y el cntico del cordero (Apoc 15, 2-3). As, desde las riberas del mar Rojo, a travs de todas las etapas de la historia de la salvacin, el canto de Moiss extender sus ecos de eternidad en eternidades. Historia de la salvacin y liturgia Sgueme. Salamanca-1965. Pgs. 115-127

Bblica de datos: Poema que se encuentran en Deut. xxxii. 1-43. Se dice que Moiss habl a los odos de toda la congregacin de Israel las palabras de esta cancin "(Deut. xxxi;. 30, RV. Borrador ib.. 44 xxxii). La cancin muestra sorprendente originalidad de la forma; en ninguna otra parte del Antiguo Testamento son pensamientos profticos presentados en el vestir potica en tan gran escala. El poema se abre con un exordio (versculos 1-3) en la que se convoca el cielo y la tierra para or lo que el poeta es absoluta. En los versculos 4-6 el tema se define: es la rectitud y la fidelidad de Yhwh hacia su gente corrupta y desleal. 7-14 retratar la providencia que llev a cabo Israel en la seguridad a travs del desierto y le dio una tierra rica y frtil, los versculos 15-18 se dedican a la infidelidad de Israel y caer en la idolatra. Este retraso ha obligado a Yhwh que la amenazan (versculos 19-27) con el desastre nacional y casi de extincin nacionales. Los versculos 28-43 describen cmo Yhwh ha decidido a hablar a los israelitas a travs de la extremidad de su necesidad, para conducirlos a una mente mejor, y que les conceda la victoria sobre sus enemigos. El plan general del poema se asemeja a la de Ps. LXXVIII. cv., CVI., y la prosa de Ezequiel. xx., as como las alegoras de Ezequiel. xvi. y XXIII. En el Cntico de Moiss, sin embargo, el tema se trata con mayor certeza y fuerza potica superior. -Ver los crticos: El poeta era tambin un artista. Sobresaliente capacidad literaria y la habilidad artstica se manifiesta en el desarrollo de su tema. Sus figuras son diversificadas y por la fuerza, el paralelismo es extraordinariamente regular. Uno de los mejores ejemplos de smil potico en la Biblia se produce en los versculos 11 y 12 de esta cancin: ( Conductor 'S transl.)

"Como un buitre, que se despierte su nido, que hovereth sobre sus polluelos, l extendi sus alas, l lo tom, l le dio a luz a su pin: Yhwh solo le gui, Y sin dios extrao estaba con l ".
Universidad de Columbia, Nueva York.) Las condiciones de presupuesto por el poema de hacer que la autora del mosaico de que

(Ver imagen)

Pgina de la Primera Edicin del Albo "'Iarim," Impreso por Josu Salomn Soncino , 1485. (En la Biblioteca de la

sea imposible. El xodo y la peregrinacin por el desierto se encuentran en el pasado distante. contemporneos del escritor puede aprender de ellos de sus padres (versculo 7). Los israelitas se asentaron en Palestina (versculos 13-14), paso de suficiente tiempo para ellos, no slo para caer en la idolatra (versculos 15-19), pero para ser llevado al borde de la ruina. Ellos se presionan duramente por los enemigos paganos (versculo 30), pero Yhwh se compromete a intervenir y rescatar a su pueblo (vv. 34-43). El origen post-mosaico del poema es, pues, claro, y estos argumentos histricos son confirmadas por las ideas teolgicas y fraseologa del poema, ninguno de estos elementos caractersticos de la poca de Moiss. Por otra parte, hay muchos puntos de contacto, tanto en la expresin y en la concepcin teolgica, con los profetas del octavo al quinto siglo AC Los crticos no estn de acuerdo, sin embargo, en la fecha exacta de la cancin. Antes, cuando todas las de Deut. xxxi. 14-23 se refiere a JE, el poema se cree que sus anteriores, y se crea que era contemporneo con las guerras en Siria Jos y Jeroboam II. (C. 780). Para este perodo se le conoce por Dillmann, Schrader, Oettli, Ewald, Kamphausen y Reuss. Kuenen y el conductor, creyendo que la expresin "los que no son un pueblo" del versculo 21 al referirse a los asirios, asigne el poema a la edad de Jeremas y Ezequiel (c. 630), mientras que Cornill, Steuernagel y Bertholet se refieren a los ltimos aos del exilio-el perodo del segundo Isaas. En el estado actual del conocimiento moderno de la fecha no puede ser fijado definitivamente, pero hay mucho que decir en favor de la fecha de exilio.
Bibliografa : Kamphausen , Das Lied Moiss , 1862 ; Klostermann , En Studien und Kritiken , 1871 , Pp 249 y ss. 1872 , Pp 230 et seq. 450 y ss. Stade 'S Zeitschrift , 1885 , Pp 297 y ss. Cornill , Einleitung en das Alte Testamento , 1891 , Pp 70 et seq. Conductor , Deuteronomio , En Internacional de Crticos de Comentario , 1895 , Pp 344 y ss. Steuernagel , Deuteronomium , En Nowack 'S Handkommentar , 1900 , Pp 114 y ss. Bertholet , Deuteronomium , En KHC 1899 , Pp 94 y siguientes. E. G. H. G. A. B.

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CNTICO DEL APOCALIPSIS (15, 3-4)


Himno de adoracin y alabanza

.
3

Grandes y maravillosas son tus obras, Seor, Dios omnipotente, justos y verdaderos tus caminos, oh Rey de los siglos!
4

Quin no temer, Seor, y glorificar tu nombre? Porque t solo eres santo, porque vendrn todas las naciones y se postrarn en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos.

COMENTARIO AL CNTICO DEL APOCALIPSIS 15,3-4

[La Biblia de Jerusaln da a este cntico el ttulo de Cntico de Moiss y del Cordero, inspirndose en el propio texto sagrado. En el captulo 15 del Apocalipsis com visin celestial de los siete ngeles que llevan en sus manos las ltimas siete plagas. En seguida, los redimidos, al igual que Moiss y los israelitas despus de cruza Rojo (Ex 15), entonan su canto de alabanza y accin de gracias a Dios por la liberacin de sus perseguidores que el Cordero les ha obtenido. Para una mejor comprensin del Cntico, lo reproducimos en su contexto:

15 1Luego vi en el cielo otro signo grande y maravilloso: siete ngeles, que llevaban siete plagas, las ltimas, porque con ellas se consuma el furor de Dios. 2Y vi tam como un mar de cristal mezclado de fuego, y a los que haban triunfado de la Bestia y de su imagen y de la cifra de su nombre, de pie junto al mar de cristal, llevand ctaras de Dios. 3Y cantan el cntico de Moiss, siervo de Dios, y el cntico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Seor, Dios omnipotente, justos y verdaderos tus caminos, oh Rey de los siglos!
4

Quin no temer, Seor, y glorificar tu nombre? Porque t solo eres santo, porque vendrn todas las naciones y se postrarn en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos.
5

Despus de esto vi que se abra en el cielo el Santuario de la Tienda del Testimonio, 6y salieron del Santuario los siete ngeles que llevaban las siete plagas, vestido puro, resplandeciente, ceido el talle con cinturones de oro. 7Luego, uno de los cuatro Vivientes entreg a los siete ngeles siete copas de oro llenas del furor de Dio por los siglos de los siglos. 8Y el Santuario se llen del humo de la gloria de Dios y de su poder, y nadie poda entrar en el Santuario hasta que se consumaran las sie de los siete ngeles.

16 1Y o una fuerte voz que desde el Santuario deca a los siete Angeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas del furor de Dios.] ***

En esta escena Juan no se halla sobre la tierra, sino en el cielo. Las siete plagas que estn para sobrevenir, se dice, son las ltimas, porque con ellas se satisface plen definitivamente la ira vengadora de Dios. Pero, como el juicio propiamente tal contra las potencias enemigas slo se describe a partir del Captulo 18, estas plagas n realidad ms que la introduccin a lo que constituye la ltima y decisiva manifestacin de la ira divina.

Antes que los siete ngeles de las copas entren en escena, el vidente contempla a los vencedores del Anticristo, en el cielo, de pie ante el trono de Dios, y oye su can acompaan con ctaras. Son ctaras de Dios, en cuanto son instrumentos celestiales y reservados a la alabanza divina. Los vencedores son todos aquellos que no s a la potencia enemiga de Cristo; se trata, pues, de los mrtires, o al menos son stos los que ocupan el primer lugar. Segn Ap 4,6, delante del trono de Dios se extie de vidrio o de cristal; aqu se dice adems que est mezclado con fuego (se alude posiblemente a los rayos), signo del inminente juicio de Dios.

Los vencedores entonan el cntico de Moiss y el cntico del cordero. Algunos exegetas piensan en dos cnticos diferentes: aquel con que Moiss y los israelit celebraron el paso del mar Rojo (Ex 15), y el cntico en honor del Cordero, que se menciona en Ap 5,9-13, o en Ap 15,3s. Pero es preferible referir las dos expresio nico canto, que sera precisamente el de Ap 15,3-4. Si el vidente lo designa con dos expresiones diversas, se debe a que este canto, en el cual los vencedores de la B agradecen a Dios su redencin y su victoria, conseguida en virtud de la sangre del Cordero, se inspira en el himno con que los israelitas expresaron su gratitud por la de Egipto, guiados por Moiss. Para los judos del tiempo de Cristo, en efecto, el paso del mar Rojo era tipo y prefiguracin de la redencin mesinica; Moiss era t el primer libertador; el Mesas, por el segundo.

El canto est compuesto ntegramente con material del AT. Los cantores exaltan las obras y los caminos de Dios, o sea, su intervencin poderosa, sabia, justa y bon la historia. Con tales expresiones se refieren, ante todo, a la obra de la redencin, y manifiestan, alegres, su seguridad de que al fin nadie rehusar a Dios, el nico sa honor y la gloria, y que aun los paganos acabarn por someterse a l, cuando todos sean testigos de su justicia al premiar y al castigar. De esta esperanza se hicieron salmos y los profetas.

[Extrado de A. Wikenhauser, El Apocalipsis de San Juan. Barcelona, Ed. He ***

Juan, el apstol y evangelista, contempla en la visin descrita en el cap. 15 del Apocalipsis un hecho (seal o signo) de gran importancia que se desarrolla en e Puesto que esta seal desborda el marco y la posibilidad de la naturaleza, la llama grande y maravillosa: siete ngeles estn en la bveda del cielo, prontos a de ltimas plagas. Antes de ver Juan en accin a los siete ngeles, se le muestra un espectculo en el cielo, que se desarrolla en dos escenas. Ve primeramente en la gloria con Dios la muchedumbre bienaventurada de aquellos que en la lucha contra la Bestia han dado buena prueba de s y han muerto en el Seor.

El teatro de la visin es, conforme a esto, la sala del trono de Dios; su pavimento, la bveda del cielo, se describe con la misma comparacin que se haba usado ya 4,6), aunque ahora con una indicacin suplementaria: la superficie clara, esplendente, centellea como brasas de fuego; como el crepsculo anuncia el fin de un da, a esplendor anuncia, ante el Seor del tiempo y de la eternidad, el fin del mundo y el juicio inminente.

La gloriosa multitud de hroes sobre el suelo incandescente canta el canto de victoria ante el trono de aquel que los ha salvado. La triple enumeracin (de la Bestia imagen y de la cifra de su nombre) menciona al enemigo sobre el que ellos triunfan; al mismo tiempo trae con nfasis una vez ms a la memoria su situacin de ot totalmente desesperada en razn de las circunstancias externas. Por eso cantan ellos su canto de victoria como canto de accin de gracias a aquel que est sentado en l los ha salvado. En cuanto a su tenor, se basa constantemente en alabanzas contenidas en el Antiguo Testamento, y con textos venerandos del primer pueblo de la ensalza la excelsitud y santidad del Creador del mundo, as como la justicia y omnipotencia del que tiene en sus manos las riendas de la historia.

La doble designacin (cntico de Moiss, cntico del Cordero) pone aquella accin salvfica del Antiguo Testamento expresamente en relacin con la que se ce ahora. Sobre todo se destaca aqu la forma especial como Dios llev a cabo la salvacin las dos veces. Entonces se efectu por medio del gua enviado a su pueblo, ahora por su Hijo enviado a este objeto al pueblo y cuya muerte sacrificial vicaria oper la redencin (el Cordero). La primera accin salvadora de Dios proyecta anticipadamente su luz, como prefiguracin, sobre la segunda y definitiva. Como Moiss despus del paso del mar Rojo enton el cntico de accin de gracias en m salvados y en nombre de ellos (Ex 15), as ahora tambin el Cordero en medio de la tropa gloriosa de combatientes, que ha alcanzado la victoria gracias a l.

En esta escena se anticipa por segunda vez, como presente, la victoria de Cristo todava futura, que ha de decidirlo todo; de esta manera los fieles de Cristo vienen c con certeza proftica en la esperanza de la salvacin definitiva totalmente cierta, antes de ser introducidos juntamente con los incrdulos en el difcil perodo del lti de Dios que les amenaza.

[E. Schick, El Apocalipsis. Barcelona, Ed. He *** CATEQUESIS DE JUAN PABLO II

1. La Liturgia de las Vsperas incluye, adems de los salmos, una serie de cnticos tomados del Nuevo Testamento. Algunos, como el que acabamos de escuchar, es compuestos de pasajes del Apocalipsis, libro con el que se concluye toda la Biblia, marcado a menudo por cantos y coros, por voces solistas e himnos de la asamble elegidos, por sonidos de trompetas, de arpas y de ctaras.

Nuestro cntico, muy breve, se encuentra en el captulo 15 de ese libro. Est a punto de comenzar una escena nueva y grandiosa: tras las siete trompetas que introdu plagas divinas vienen ahora siete copas tambin llenas de plagas, en griego plegh, un trmino que de por s indica un golpe violento capaz de provocar heridas y, a

incluso la muerte. Es evidente que aqu se hace referencia a la narracin de las plagas de Egipto (cf. Ex 7,14 - 11,10).

En el Apocalipsis la plaga es smbolo de un juicio sobre el mal, sobre la opresin y sobre la violencia del mundo. Por eso, tambin es signo de esperanza para los siete plagas -como es sabido, en la Biblia el nmero siete es smbolo de plenitud- se definen como las ltimas (cf. Ap 15,1), porque en ellas culmina la intervenci que detiene el mal.

2. El himno es entonado por los salvados, los justos de la tierra, que estn de pie, con la misma actitud del Cordero resucitado (cf. Ap 15,2). Del mismo modo que en el xodo, despus de atravesar el mar, cantaban el himno de Moiss (cf. Ex 15,1-18), as los elegidos elevan a Dios el cntico de Moiss, siervo de Dios, y el c Cordero (Ap 15,3), despus de vencer a la Bestia, enemiga de Dios (cf. Ap 15,2).

Este himno refleja la liturgia de las Iglesias jonicas y est constituido por un florilegio de citas del Antiguo Testamento, especialmente de los Salmos. La comunida primitiva consideraba la Biblia no slo como alma de su fe y de su vida, sino tambin de su oracin y de su liturgia, precisamente como sucede en las Vsperas que comentando.

Asimismo, es significativo que el cntico vaya acompaado de instrumentos musicales: los justos llevan en sus manos las ctaras (cf. Ap 15,2), testimonio de una lit embellecida con el esplendor de la msica sacra.

3. Con su himno, los salvados, ms que celebrar su constancia y su sacrificio, exaltan las grandes y maravillosas obras del Seor Dios omnipotente, es decir, su salvficos en el gobierno del mundo y en la historia. En efecto, la verdadera oracin, adems de peticin, es tambin alabanza, accin de gracias, bendicin, celebrac profesin de fe en el Seor que salva.

En este himno es tambin significativa la dimensin universalista, que se expresa con las palabras del salmo 85: Todos los pueblos vendrn a postrarse en tu presen Seor (Sal 85,9). La mirada se ensancha as hacia todo el horizonte y se vislumbran multitudes de pueblos que se dirigen hacia el Seor para reconocer que son ju verdaderos sus caminos (cf. Ap 15,4), es decir, sus intervenciones en la historia para detener el mal y elogiar el bien. La esperanza de justicia presente en todas las necesidad de verdad y de amor que sienten todas las espiritualidades, indican nuestra tendencia hacia el Seor, la cual slo se satisface cuando llegamos a l.

Es hermoso pensar en esta dimensin universal de religiosidad y esperanza, asumida e interpretada por las palabras de los profetas: Desde la salida del sol hasta su grande mi nombre entre las naciones, y en todo lugar ha de ofrecerse a mi nombre un sacrificio de incienso y una oblacin pura, pues grande es mi nombre entre las dice el Seor de los ejrcitos (Ml 1,11).

4. Concluimos uniendo nuestra voz al coro universal. Lo hacemos con las palabras de un canto de san Gregorio Nacianceno, gran Padre de la Iglesia, del siglo IV: Padre y al Hijo, rey del universo; gloria al Espritu Santsimo, al que sea dada toda gloria. La Trinidad es un solo Dios. l ha creado todas las cosas; y las ha colmad cielo de seres celestiales, y la tierra de terrestres. Llen de seres acuticos el mar, los ros y las fuentes, vivificndolo todo con su Espritu, para que toda la creacin himnos al sabio Creador. La vida y la permanencia en la vida lo tienen a l como nica causa. Corresponde sobre todo a la criatura racional cantar para siempre su a como Rey poderoso y Padre bueno. Haz, oh Padre, que yo tambin con pureza te glorifique en espritu, con el corazn, con la lengua y con el pensamiento (Poesie Coleccin de textos patrsticos 115, Roma 1994, pp. 66-67).

[Audiencia general del Mircoles 23 de jun *** HIMNO DE ADORACIN Y ALABANZA Queridos hermanos y hermanas:

1. Breve y solemne, incisivo y grandioso en su tonalidad es el cntico que acabamos de escuchar y de hacer nuestro, elevndolo como himno de alabanza al Seor, todopoderoso (Ap 15,3). Se trata de uno de los muchos textos de oracin insertados en el Apocalipsis, el ltimo libro de la Sagrada Escritura, libro de juicio, de sal sobre todo, de esperanza.

En efecto, la historia no est en las manos de potencias oscuras, de la casualidad o nicamente de las opciones humanas. Sobre las energas malignas que se desenca sobre la accin vehemente de Satans y sobre los numerosos azotes y males que sobrevienen, se eleva el Seor, rbitro supremo de las vicisitudes histricas. l las l sabiamente hacia el alba del nuevo cielo y de la nueva tierra, sobre los que se canta en la parte final del libro con la imagen de la nueva Jerusaln (cf. Ap 21-22).

Quienes entonan este cntico, que queremos meditar ahora, son los justos de la historia, los vencedores de la bestia satnica, los que a travs de la aparente derrota d son en realidad los autnticos constructores del mundo nuevo, con Dios como artfice supremo.

2. Comienzan ensalzando las obras grandes y maravillosas y los caminos justos y verdaderos del Seor (cf. v. 3). En este cntico se utiliza el lenguaje caracter xodo de Israel de la esclavitud de Egipto. El primer cntico de Moiss -pronunciado despus del paso del mar Rojo- celebra al Seor terrible en prodigios, autor d maravillas (Ex 15,11). El segundo cntico, referido por el Deuteronomio al final de la vida del gran legislador, reafirma que su obra es consumada, pues todos sus son justicia (Dt 32,4).

As pues, se quiere reafirmar que Dios no es indiferente a las vicisitudes humanas, sino que penetra en ellas realizando sus caminos, o sea, sus proyectos y sus o eficaces.

3. Segn nuestro himno, esta intervencin divina tiene una finalidad muy precisa: ser un signo que invita a todos los pueblos de la tierra a la conversin. Por consigu himno nos invita a todos a convertirnos siempre de nuevo. Las naciones deben aprender a leer en la historia un mensaje de Dios. La aventura de la humanidad no

y sin sentido, ni est sin remedio a merced de la prevaricacin de los prepotentes y de los perversos.

Existe la posibilidad de reconocer la accin divina oculta en la historia. Tambin el Concilio ecumnico Vaticano II, en la constitucin pastoral Gaudium et spes, in creyentes a escrutar, a la luz del Evangelio, los signos de los tiempos para encontrar en ellos la manifestacin de la accin misma de Dios (cf. nn. 4 y 11). Esta actitu lleva al hombre a descubrir la fuerza de Dios que acta en la historia y a abrirse as al temor del nombre del Seor.

En efecto, en el lenguaje bblico este temor de Dios no es miedo, no coincide con el miedo; el temor de Dios es algo muy diferente: es el reconocimiento del mist trascendencia divina. Por eso, est en la base de la fe y enlaza con el amor. Dice la Sagrada Escritura en el Deuteronomio: El Seor, tu Dios, te pide que lo temas, q con todo tu corazn y con toda tu alma (cf. Dt 10,12). Y san Hilario, obispo del siglo IV, dijo: Todo nuestro temor est en el amor.

En esta lnea, en nuestro breve himno, tomado del Apocalipsis, se unen el temor y la glorificacin de Dios. El himno dice: Quin no temer, Seor, y glorificar t (Ap 15,4). Gracias al temor del Seor no se tiene miedo al mal que abunda en la historia, y se reanuda con entusiasmo el camino de la vida. Precisamente gracias al Dios no tenemos miedo del mundo y de todos estos problemas; no tememos a los hombres, porque Dios es ms fuerte.

El Papa Juan XXIII dijo en cierta ocasin: Quien cree no tiembla, porque, al tener temor de Dios, que es bueno, no debe tener miedo del mundo y del futuro. Y el Isaas dice: Fortaleced las manos dbiles, afianzad las rodillas vacilantes. Decid a los de corazn intranquilo: nimo, no temis! (Is 35,3-4).

4. El himno concluye con la previsin de una procesin universal de los pueblos, que se presentarn ante el Seor de la historia, revelado por sus justos juicios (c Se postrarn en adoracin. Y el nico Seor y Salvador parece repetirles las palabras que pronunci en la ltima tarde de su vida terrena, cuando dijo a sus Apstole nimo! Yo he vencido al mundo (Jn 16,33).

Queremos concluir nuestra breve reflexin sobre el cntico del Cordero victorioso (cf. Ap 15,3), entonado por los justos del Apocalipsis, con un antiguo himno d lucernario, es decir, de la oracin vespertina, ya conocido por san Basilio de Cesarea. Ese himno dice: Al llegar al ocaso del sol, al ver la luz de la tarde, cantamos Hijo y al Espritu Santo de Dios. Eres digno de que te cantemos en todo momento con voces santas, Hijo de Dios, t que das la vida. Por eso, el mundo te glorifica Pricolo-M. Simonetti, La preghiera dei cristiani, Miln 2000, p. 97). Gracias!

[Texto de la Audiencia general Mircoles 11 de ma

MONICIN PARA EL CNTICO

Nuestro cntico es la parte potica de una visin en la que se contempla a los mrtires cristianos, los cuales, de pie sobre la bveda del cielo y despus de haber ven persecucin, se asemejan a los hijos de Israel que, pasado el mar Rojo, entonaron su cntico de victoria contemplando la derrota del faran. Este cntico nos invita, tomar parte en una liturgia celeste con los mrtires. Cantemos el cntico de Moiss y de los hijos de Israel.

Admiremos e imitemos la fe expresada en este himno, que, en medio de la ms dura persecucin romana, sabe ya entrever el triunfo de la causa de Dios y se goza d mesinica. Esta victoria no consiste en la destruccin del enemigo, sino en su incorporacin al reino de Dios: Porque vendrn todas las naciones (los perseguidores y, con nosotros, se postrarn en tu acatamiento.

Oracin I: Acrecienta en nosotros, Seor, la fe en la victoria inaugurada por tu Hijo, y concede a todos los perseguidores de tu Iglesia postrarse, alegres, en tu acata contemplar, con gozo, cmo tus juicios de salvacin se hacen manifiestos a todos los hombres. Por Jesucristo nuestro Seor. Amn. Oracin II: Oh Rey de los siglos, Seor Dios omnipotente, que en la Pascua de tu Hijo has inaugurado la nueva alianza, haz que, con nuestro esfuerzo en anunciar

Evangelio a los pueblos, apresuremos el da en que todas las naciones se postren en tu acatamiento y proclamen que t solo eres santo y que tus caminos han sido ve justos. Por Jesucristo nuestro Seor. Amn.

[Ped

***
NOTAS A LOS VERSCULOS DEL CNTICO Los captulos 15 y 16 del Apocalipsis describen la visin de las siete copas de la clera divina.

Al principio, en los vv. 1-4 del captulo 15, hallamos una especie de introduccin litrgica: los triunfadores de la Bestia [la Roma imperial, pagana y perseguidora d cristianos] cantan el cntico de Moiss y del Cordero. En Ap 8,2-6, era un ngel el que ofreca a Dios las oraciones de los santos; aqu, en cambio, es toda la Iglesia aparece como transportada al cielo. Adems, ya no ora solamente, sino que canta con entusiasmo, al dar por cierta la victoria divina y la conversin del mundo. San de comenzar a describir la serie de azotes que se abatirn sobre el mundo pagano, quiere justificar con esta introduccin el aparente rigor de los castigos divinos.

V. 1. El escenario de esta nueva visin es el cielo. San Juan ve en l otra seal (o signo), que es una de las siete del Apocalipsis. La visin que el vidente de Patmos en el cielo es grande y maravillosa, pues ve siete ngeles que llevan siete plagas, para arrojarlas sobre la tierra, con el fin de consumar la clera de Dios contra los m de ella. Estas siete plagas o copas de la ira divina sern las ltimas, porque sealan el momento de la consumacin de los juicios divinos contra la humanidad pecad

V. 2. El simbolismo de las siete plagas de la clera divina contenidas en sus respectivas copas era tradicional en Israel. La idea de plaga tal vez haya sugerido a San imagen del mar Rojo y la de Israel entonando el cntico de victoria sobre los egipcios (Ex 15). Tambin el nuevo Israel, es decir, los triunfadores de la Bestia, son p sobre un mar de cristal mezclado de fuego, entonando un cntico de victoria (vv. 2-3). La felicidad de los bienaventurados nos es presentada de nuevo bajo la forma liturgia que se desarrolla en la presencia de Dios. Y el acto litrgico tiene como cuadro el cielo, del mismo modo que en Ap 4,6 y 7,9.

Los triunfadores de la Bestia son los que en medio de las persecuciones se mantuvieron fieles al Cordero y no quisieron adorar la imagen de la Bestia ni aceptar su trata de los vencedores de la persecucin descrita en el captulo 13, que celebran el triunfo de su nuevo xodo de Egipto de este mundo con un nuevo cntico. Estn acompaan su canto con ctaras sobrehumanas pertenecientes a la liturgia divina del cielo. Por eso, el autor sagrado las llama ctaras de Dios, un superlativo semtic equivalente a ctaras grandsimas, y aqu muy probablemente significa ctaras muy superiores a las de los mortales.

VV. 3-4. El cntico que entonan se dice que es el cntico de Moiss, o sea el cntico pronunciado por Moiss despus del paso del mar Rojo (Ex 15), o tambin el c se encuentra en el Dt 32, en donde Moiss canta la justicia de la clera divina contra su pueblo infiel. Pero tambin es llamado el cntico del Cordero, porque Cristo verdadero hroe de esta victoria. Jesucristo es el segundo libertador del pueblo de Dios, que con su sangre redentora nos redimi de la esclavitud del demonio. El N Testamento presenta a veces a Jess como un nuevo Moiss.

El cntico es un mosaico cuajado de reminiscencias bblicas, inspirado principalmente en varios salmos y cnticos del Antiguo Testamento. Celebra el poder de Dio omnipotente, que obra maravillas en favor de los suyos. l es el Rey de las naciones o de los siglos, que en su manera de proceder siempre se muestra justo y fiel. P hombres han de temerlo y glorificar su nombre, observando sus mandamientos. Porque solo l es santo, es decir, trascendente e incontaminado, totalmente opuesto y a las Bestias, que estaban llenos de iniquidades e inmoralidades. Todas las naciones conocern que l es su Rey, y como tal le acatarn, viniendo a l y postrndo de l, pues reconocern que Dios ha obrado justsimamente en los juicios punitivos contra el mundo y en la destruccin de la Bestia. La conversin de los paganos, consiguiente, es presentada como el resultado de las ltimas intervenciones divinas. En los Profetas y en los Salmos hallamos tambin muchas veces que las nacion convertirn a Dios a la vista de los prodigios que obra en favor de su pueblo. La fuerza indestructible de la Iglesia, en virtud del poder de Dios que la sostiene y defi enemigos, es uno de los argumentos de su origen divino. Este argumento atrae las almas a la fe o las sostiene en ella. Todo esto es un anticipo de la victoria.

[Extrado de Jos Salguero, en la Biblia comentada ***

El breve captulo 15 del Apocalipsis no es ms que una introduccin a las siete plagas que siguen, en gravedad creciente, para tratar de convertir a las dos bestias y a secuaces, de su espritu antirreligioso y de su odio persecutorio contra la Iglesia de Cristo. Los castigos no obtendrn lo que pretenden, y habr de seguir sin remedi destruccin de Babilonia, que es Roma, a cuya ruina suceder un aleluya celeste de victoria (19,1-4).

El v. 1 del captulo 15 da el tema de lo que se va a decir. Le sigue, en el v. 2, la visin de los mrtires que la persecucin de las dos fieras ha causado. El coro celeste entona un himno triunfal de alabanza a Dios que resume el contenido de su victoria. El Apocalipsis nos tiene acostumbrados a esas corales y a esos sublimes cantos adoracin. El de los vv. 3-4 celebra un eslabn ms en la accin providente de Dios a favor del triunfo de la Iglesia en el mundo.

V. 1. El tema. Juan est de nuevo en el cielo. Ve un nuevo signo o prodigio del rango del de la Mujer y el dragn (Ap 12). Son los ngeles que han de verter las siet Las plagas son las ltimas, porque con ellas el castigo de Dios ha de llegar a su colmo.

V. 2. La coral de los vencedores. El pavimento del cielo, inmenso como mar y traslcido como cristal, estaba mezclado con fuego. Se ha de tener presente que el g firmamento, visto por arriba, era el pavimento celeste, segn los hebreos. Ve Juan all a un grupo muy nutrido de santos, como otras veces; pero ahora son los mrti principalmente mrtires, que han vencido sucumbiendo ante la bestia imperial, su imagen y su cifra, por no querer adorarlos ni admitir nada de ellos (cf. Ap 13). Es trono de Dios, radiantes y resplandecientes, y tienen en sus manos ctaras de Dios. Se trata de un superlativo semtico que equivale a ctaras grandsimas por el nm cuerdas, con lo que se expresa la amplitud y calidad musical de la instrumentacin, y, por ende, el vuelo de la cantata.

VV. 3-4. El Cntico. Los que haban triunfado de la bestia cantaba un himno de alabanza. Se dice de inmediato, refirindose al contenido, que cantaban el cntico d

el del Cordero, y se aade la letra de otro cntico. Se trata, pues, de tres cantares en apariencia distintos.

1. Cntico de Moiss. Moiss fue el primer libertador del pueblo. Su cntico es el que enton con todos los israelitas cuando el mar Rojo engull a los egipcios, y h en el xodo (Ex 15). Contiene cuatro ideas fundamentales: 1) Yahv ha actuado de manera irresistible y sobrecogedora. 2) Yahv ha quebrantado de modo definitiv de Egipto a favor de su pueblo. 3) Las naciones gentiles (Filistea, Edom, Moab, Canan) han quedado mudas de espanto ante las obras de Yahv y temen al pueblo Yahv plant a su pueblo por siempre jams en la tierra de promisin y reinar en l definitivamente.

2. Cntico del Cordero. No se trata de un cntico que compuso el Cordero, sino del que se cant en honor del Cordero. Jess es el segundo libertador del pueblo de Supermoiss, y como la sangre de cordero pascual puesta en los dinteles de las puertas en la huida de Egipto fue causa de la liberacin del pueblo de Dios, de modo eminente la sangre del Cordero Jess liber al nuevo pueblo de Dios. El cntico en honor del Cordero no puede ser otro que el que todos los seres de la creacin can solemne entronizacin de Jesucristo en el cielo, y tenemos en Ap 5,9-13. Quitando los elementos circunstanciales, se entresacan de l dos ideas bsicas: 1) El Corde con su sangre a los hombres y form un pueblo esplndido, que es la Iglesia. 2) Se dan honores divinos al Cordero en la misma gloria de Dios el Padre. Bajo el prim completa las circunstancias del cntico de Moiss; bajo el segundo, le aade un elemento nuevo.

3. Cntico de los triunfadores de la bestia (vv. 3-4). Ante todo se advierte al leerlo que es un cntico cuajado de reminiscencias bblicas. Tiene dos partes distintas Suponiendo y aceptando las afirmaciones de los otros dos cnticos precedentes, imposta su sentido y completa su contenido.

La primera parte es un himno de adoracin a Dios omnipotente, que obra maravillas a favor de su Iglesia. Sus obras son admirables como cuando actu contra Egip dirigido al Padre. Los caminos de Dios son las maneras con que procede en la historia, que son justsimas, dando a cada uno lo que se merece, y en mal nunca ms d merece, y adems verdaderas, es decir, fieles, en cuanto observa de modo inquebrantable sus promesas en el tiempo, pase lo que pase, saliendo en ayuda de los suy ltimo trmino vencern. Porque Yahv es Rey absoluto de todos los reinos, de toda la historia, de todos los siglos.

Consecuencia de ese ser y actuar de Dios, es la resolucin de todo hombre sensato: ha de temer a Dios, es decir, en sentido bblico, ha de observar cuidadosamente s mandamientos sobre todo en la Iglesia, que es el camino de salud que l ha dispuesto para los hombres, y adems ha de glorificar su nombre, clarificar la esencia di manifestada en su actuacin potente, y eso no slo por medio de palabras de alabanza, sino con obras, temiendo a Yahv. Porque l solo es el que da la ley religi santa y acomodada a la naturaleza humana, en oposicin a los desequilibrios de religiosidad esencial del dragn y las bestias.

La segunda parte de este cntico pone un colofn indito a los dos anteriores. Siguiendo las corrientes de universalismo del Antiguo Testamento y utilizando casi la palabras del salmo 85,9, celebra, no ya el pasmo religioso de los pueblos paganos como Moab y Canan, sino su conversin a la Iglesia por la actuacin justsima d los castigos contra el mundo y en la destruccin de la bestia. En su humillacin terrena aparente, los vencedores de la bestia cantan el triunfo final y sus saludables consecuencias.

[Extrado de S. Bartina, en La Sagrada Escritura. Texto y comentario, *** MONICIONES PARA EL REZO DEL CNTICO Introduccin general

El nuevo Pueblo, guiado por Cristo como en otro tiempo lo hiciera Moiss, ha escapado al podero de la Bestia y de sus lugartenientes: el Anticristo y el Pseudoprof pie en medio del mar y en trance de alcanzar la otra orilla (Ap 15,2). No obstante, ya entonan el himno de la victoria definitiva, el cntico de Moiss y el del Corder Moiss del nuevo Pueblo. Los no-rescatados, por el contrario, experimentan la ira de Dios, como sucedi a Egipto. En nuestro himno abundan los motivos tomados Antiguo Testamento.

En la celebracin comunitaria, es aconsejable una recitacin al unsono, en consonancia con las expresiones entusiastas del himno y con los cantores del mismo en e Apocalipsis: la totalidad de los redimidos (144.000 salvados, cf. 14,2-3). La recitacin puede precederse y concluirse cantado los cuatro primeros versos. Dios, autor de prodigios

Sublime fue la victoria de Yahweh sobre los egipcios (Ex 15); su diestra, fuerte y magnfica, le revel como salvador. Yahweh es guerrero, Seor magnfico otros eptetos recibi Dios en el primer xodo. La salida de Babilonia, segundo xodo, provoca la acuacin de nuevas alabanzas (cf. Is 42-43). Con el tercer xod por Cristo, que va de este mundo al Padre, los sustantivos y eptetos se condensan al mximo. Nos faltan las palabras adecuadas para ensalzar las obras maravillosas Omnipotente, lo que no impide que nuestro espritu se abra a la inspiracin -Oh Rey de los siglos!-. A lo largo de estas tres travesas, el nico Dios fiel y veraz, h Una brisa de liberacin se ha posado en nuestra tierra. El S de Dios

Dios es justo en todo su proceder, lo cual da veracidad -contenido- a sus acciones, mientras que las obras atribuidas a los dolos son vacuas, como ellos mismos. Cri S ltimo a todas las promesas. En l, que me am y se entreg por m (Gl 2,20), hemos sido salvados. Esta maravillosa obra de Dios genera en el creyente un entraable confianza, que se traduce en esperanza activa. Esperamos la resurreccin de los muertos y la vida del mundo futuro. Esperamos entrar en el S de Dios cantamos alegres. Que todos los pueblos te alaben La eleccin de un pueblo o de un individuo no es un acto exclusivista, sino funcional. Todo autntico elegido es un enviado. Israel se abre a la universalidad: todas

sin excepcin vendrn al Templo ideal y rendirn a Dios el homenaje de su adoracin. l es el nico, la suma rectitud moral manifestada al exterior en sus juicio santidad de Dios infunde temor en el hombre pecador, abrigamos la ntima conviccin de haber sido perdonados en Cristo. No son nuestras obras, sino la fe en Cris nos justifica (Rm 3,28). Ya justificados, seremos salvados por la vida de Cristo. Reconciliados por Dios y salvados, Dios nos ha confiado el ministerio de la reconci Nuestra palabra y nuestra vida se convierten en un grito: An es posible el amor!. Seremos capaces de amar para que las gentes se postren a los pies del nico Resonancias en la vida religiosa

Afectados por la novedad del Espritu: Nuestra comunidad religiosa est misteriosamente afectada por la novedad del Espritu de Cristo. Esa novedad es producto d victoria ltima de Dios sobre todas las fuerzas de oposicin, la emanacin espiritual de su reinado. En Cristo somos una nueva creacin. Pero no hemos logrado t plena manifestacin de esta victoriosa novedad; aquellos que se dejan llevar por el Espritu la presienten.

El Canto del Apocalipsis es respuesta de alabanza al Seor victorioso, que hemos experimentado anticipadamente. Manifestamos en nuestra oracin no aquello que sino aquello que con toda certeza esperamos: la manifestacin total del Reinado de Dios, renovacin y recreacin de todas las cosas y de todos los hombres y pueblo Oraciones slmicas

Oracin I: Seor Dios omnipotente, hemos visto y odo las maravillas que has realizado con los hombres desde siempre; te proclamamos santo y autor de prodigios esperamos de tu firmeza no desfallecer en la travesa del mar, oh rey de los siglos!, el nico veraz y justo. Por Jesucristo nuestro Seor. Amn.

Oracin II: Dios todopoderoso y eterno, que mantienes tu justicia y tu fidelidad desde siempre y para siempre; infunde una activa esperanza en tu Iglesia, que espe tu S eterno; conduce a todos los hombres hasta que se postren en tu acatamiento y contemplen gozosamente la veracidad de tus caminos. Te lo pedimos, Padre, p Jesucristo nuestro Seor. Amn.

Oracin III: Oh Dios, tu nombre es santo, T eres el nico; obrador de prodigios; te glorificamos y te alabamos porque en la Pascua de tu Hijo nos has reconciliado nos has hecho ministros de la reconciliacin; te pedimos que nuestras palabras y vida testifiquen el entraable amor que nos muestras, para que nuestros hermanos s seducidos por tus juicios de salvacin y proclamen que slo T eres santo. Por Jesucristo nuestro Seor. Amn.

[ngel Aparicio y Jos Cristo R

A MODO DE CONCLUSIN Luego de este recorrido por los procedimientos ms usuales de la exgesis bblica, una pregunta queda por resolver: tienen estos mtodos la verdad ltima y nica sobre la Biblia? De ningn modo. No existe un mtodo que garantice la exhaustividad del anlisis, ni puede pretender ser la nica va de acceso al mismo64. De ah su multiplicidad y la necesidad de recurrir a varios de ellos para conocer de manera ms exacta el sentido del texto. La pluralidad de los mtodos permite explorar todas las caractersticas de la Biblia. Su incorporacin, a manera de anlisis sincrnicos, ha supuesto una ventaja en orden al conocimiento del sentido de los textos. Contrario a lo que se pudiera pensar, este hecho no ha supuesto un descrdito para los clsicos. Al contrario, el modelo fundamental de los mtodos histrico-crticos demostr toda su capacidad para abarcar como elementos fundamentales los anlisis de tipo lingstico que se han desarrollado en las ltimas dcadas65. Dicho de otra manera: el paradigma fundamental de los mtodos histrico-crticos sali fortalecido con la incorporacin de estos nuevos mtodos.
Para la diferencia entre gnero, forma y frmula, cf, supra, p. 157, n. 35. De otra parte, remitimos a lo dicho en las mismas pginas acerca del anlisis de gnero, pues ac evitamos repetir lo ya explicado. 6 4 EGGER, W. Lecturas, o. c., 104. 6 5 STENGER, W. Los mtodos de la exgesis bblica, o. c., 19.
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Experiencias de la caminata xodo 15-18


Agabo Borges de Sousa En estos captulos de Ex. 15-18 tenemos al pueblo de Dios en la caminata, con todos sus lmites de comprensin y de existencia, pero hay disposicin para la vivencia de compromiso con el Dios que obra maravillas en los momentos de amenaza. Se trata de una composicin colorida. Lo que amarra las varias unidades es la propuesta del redactor de demostrar que cada momento es una estacin de la caminata del pueblo.

In these chapters, Ex. 15-18, we have the people of God on the way, with all their limitations of understanding and existence, but their is a readiness to live out their commitment with the God who works wonders in threatening moments. We have before us a composition with a good deal of coloration. What holds together the several units is the redactors proposal to show that each moment is a way-station on the peoples march.

El xodo es indiscutiblemente uno de los principales ejes teolgicos del Antiguo Testamento (AT). Es la experiencia de la liberacin que da sentido a la relacin de Yahv con su pueblo. Por eso los textos que se refieren al xodo, la caminata del pueblo bajo la direccin de Dios, tienen gran importancia para la teologa del AT. Textos que tratan de este tema pueden ser encontrados en todo el AT. En este ensayo nos vamos a centrar en Ex. 15-18, que tiene un lugar destacado en la actual discusin sobre el Pentateuco. Especialmente la cuestin de la ley y la estructura legal desde el punto de vista socio-histrico han sido puestos en evidencia por estos captulos. Ex. 15-18 se encuentra colocado estratgicamente entre la travesa del mar la liberacin de la amenaza de las fuerzas faranicas y el evento del Sina. Destaca fases en la caminata del pueblo y trata problemas bsicos de la existencia humana: hambre y sed, amenaza de muerte y otros. Evidentemente no podremos tratar de todas las cuestiones presentes en nuestro conjunto. Nos limitaremos a algunas informaciones generales.

1. Los cnticos de victoria (Ex. 15,1-21) El cntico es una forma de expresin de sentimientos, pero tambin una manera de retrabajar la historia. Todava hoy los cnticos en especial los populares tratan de la vida, de las experiencias del pasado, del momento presente y de las aspiraciones futuras. En Ex. 15,1-21 tenemos cnticos, cantados por el pueblo que habla de su historia.

1.1. El cntico de Moiss (15,1-18) Limitar nuestro texto a los vv. 1-18 tiene una razn didctica, que es la de destacar el v. 19, pues este versculo contiene elementos importantes para la comprensin de todo el captulo. Tampoco se puede dejar de ver que desde el punto de vista literario existen fuertes razones para esta delimitacin, ya que el v. 19 es en prosa, y el cntico propiamente dicho es cerrado con la frase: Yahv reinar eterna y perpetuamente. El cntico de Moiss comienza resaltando el triunfo de Yahv sobre los caballos y caballeros, y concluye hablando de la perpetuidad de esta victoria, siendo l mismo aqul que reinar. Este cntico no se limita a la experiencia de la liberacin de la persecucin de las tropas egipcias, como podramos esperar por causa de los captulos anteriores, sino que habla de la compaa de Yahv en la peregrinacin del pueblo: guiaste al pueblo... lo condujiste a tu morada (v. 13), en la victoria sobre los pueblos en la conquista de la tierra: derritironse todos los habitantes de Canan (v. 15), y en el establecimiento del santuario, la edificacin del templo: a tu habitacin en el santuario... que tus manos establecieron (v. 17). El cntico es cerrado con la temtica de la monarqua: reinado perpetuo. Con esto podemos percibir que este cntico no es simplemente un cntico del momento de la travesa del mar, un cntico de Moiss, sino un cntico de la historia del pueblo de los hijos de Israel (v. 1) desde la liberacin hasta el establecimiento de la monarqua y del templo. Hay muchos elementos importantes. Gustaramos de hacer apenas algunas observaciones: a) La teologa del v. 3 recuerda las conquistas, como podemos ver en el v. 13. En el texto, aqu Yahv es el guerrero que lucha por el pueblo perseguido y desprotegido, el pueblo cuya derrota parece garantizada (v. 9), el pueblo que es vctima de la maldad de los otros. La expresin del v. 9: satisfacer mi ser/alma a travs de la espada y de la destruccin por las manos, resalta el aspecto de la maldad de la cual el pueblo era vctima. Por lo tanto, el Yahv guerrero no es puesto aqu como el destructor implacable, sino como el protector que lucha en favor del desprotegido. La frase Yahv es su nombre nos remite a Ex. 3,14; conocer su nombre significa conocerlo, y este conocimiento slo se da en su involucramiento en la historia, en este caso en la historia del desprotegido. No se trata de un conocimiento absoluto, del en s, sino de un conocimiento histrico y parcial, del Dios que lucha contra aquellos que obran la maldad. b) Es interesante percibir cmo es hecha la descripcin de la derrota de las tropas de faran. En los vv. 3-11 las palabras mar y aguas aparecen seis veces, pero la estrofa termina en el v. 12 donde dice que la tierra los trag, lo que nos recuerda Nm. 16,29-32. Es posible que se trate aqu de una tradicin distinta de las tradiciones de los versos anteriores, o al menos se tenga la intencin de algo distinto de la narrativa del ahogamiento de las tropas. Es difcil pensar que ser tragado por las aguas o por la tierra fuese la misma cosa. Me parece ms comprensible que haya una intencin especfica en el v. 12. La mano derecha extendida est ligada a la mano derecha poderosa y destructora del v. 6. Se trata de la mano que destroza al enemigo. Por ende, debemos pensar en una accin dirigida cuyo presupuesto es ser enemigo. La segunda expresin del v. 12 es puesta en paralelo a la primera y nos recuerda la pena, el castigo. Los que persiguen a los desposedos con la avidez de destruirlos, terminan siendo tragados por la tierra. Leyendo a partir de Nm. 16,29-32, podemos decir que el v. 12 no pretende hablar de la forma como las tropas de faran fueron derrotadas, aun usando la figura de ser tragado, sino resaltar el castigo, la punicin de Yahv como respuesta a su maldad. c) El templo est presente en la visin de los cantores de este himno. El v. 13 habla de la santa habitacin, y el v. 17 del monte de tu herencia, lugar... para tu habitacin y santuario. Estas expresiones nos recuerdan Sin (Sal. 74,2), que surge como una tradicin fuerte en este cntico. Los autores de este cntico podran ser los cantores del templo hacia el siglo VIII o VII, o sea, despus de la construccin del primer templo y antes de su destruccin, debido a la falta de mencin del evento de la deportacin. Es importante observar igualmente que los cantores del templo tambin atribuyen a Moiss el Sal. 90 1. d) Estas observaciones ayudan a entender la mencin de los pueblos vencidos en 15,14s. El pueblo, que estaba en la inminencia de la derrota, se vuelve victorioso por la beneficencia y compaa de Yahv, porque Yahv abre el camino para su pueblo. Estos pueblos filisteos, edomitas y moabitas, habitantes de Canan 2, se hacen presentes en un perodo muy posterior a la salida de Egipto. Los filisteos aparecen en Canan alrededor del 1175 a. C. Slo fechando tardamente este cntico podemos, por consiguiente, comprender esta mencin de los territorios al oeste del Jordn (Filistea y Canan) y al este del Jordn (Edom y Moab).

1.2. La liberacin en la historia (15,19) Todo este cntico tiene una base que es el sustentculo de la razn de ser de esta alabanza: est expresada en 15,19. Este versculo no tiene las mismas caractersticas de 15,1-18. Es un texto narrativo. No est cargado del paralelismo de la poesa hebrea.

Su visin del acontecimiento est ms ligada a la visin del captulo 14. Podemos destacar el hecho de que aqu los caballos de faran, carros y caballeros (como en 14,23; ver tambin 14,17.26.28), entran en el mar (14,23), no son lanzados al mar (15,1.4). Esta combinacin carros y caballeros, tambin es distinta del captulo 15 que hace la combinacin caballos y caballeros. Otro aspecto interesante es la ltima frase del v. 19: los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar. Esta misma frase la encontramos en 14,29 y tiene su ligazn con el dilogo de Yahv y Moiss en 14,16, slo que esto no es tematizado en Ex. 15. Podemos, por ende, pensar que el redactor de este texto busca destacar el significado de la travesa en el cntico de Moiss, as como preparar al lector para el cntico de Miriam que sigue. La alabanza es dirigida al Dios que hizo pasar al pueblo desprotegido y amenazado a pie enjuto por el mar. Yahv es el Dios que abre el camino para que el pueblo contine su caminata. La destruccin de las tropas de faran se da en funcin de la proteccin de Yahv al pueblo que camina en direccin a la promesa. El recuerdo de esta experiencia da sentido y esperanza en la caminata. Es en este punto que se afirma la historia de fe del pueblo desprotegido con Yahv, hombre de guerra, que se revela en la lucha contra la opresin del desprotegido. Por eso pensamos que el v. 19 tiene un lugar muy especial en la composicin de Ex. 15.

XODO
NDC SUMARIO: 1. El mensaje liberador del xodo: 1. Criterios hermenuticos; 2. Historia, mito y fe; 3. La estructura literaria, criterio de lectura. II. Momentos catequticos ms importantes: 1. Las ideas-fuerza de la teologa del xodo; 2. Mediaciones histricas o elementos de la pedagoga de Dios. III. Algunas pistas metodolgicas para la catequesis: 1. El Dios de la revelacin cristiana; 2. Actualizacin de la experiencia de fe del xodo; 3. Testimonios actuales. I. El mensaje liberador del Exodo 1. CRITERIOS HERMENUTICOS. De cara a una lectura actualizada del libro del Exodo, hay dos puntos de referencia importantes, si queremos acertar con una perspectiva que permita descubrir toda la densidad teolgica y catequtica encerrada en sus pginas. Ambos hay que buscarlos en el uso que la tradicin de la comunidad creyente a la que iba dirigida Israel y la Iglesia cristiana ha sabido hacer de l. a) El primero viene dado por la afirmacin que considera la frase Yav nos sac de Egipto como la confesin de fe original de Israel y la expresin ms antigua y genuina de su modo de expresar la relacin de Dios con el pueblo elegido. Tanto es as, que su presencia en Dt 26,5-9 (en el marco de la fiesta de las primicias), Jos 24,1-13 (en el momento de la renovacin de la alianza en Siqun) y en el salmo 136 (que forma parte del gran Hillel), hace de esta afirmacin el elemento estructurador de la historia de la salvacin tal como la entendi siempre la teologa de Israel. Si a esto aadimos el papel preponderante que implcita o explcitamente tiene el libro del Exodo en la elaboracin de la base literaria de los evangelios y en las referencias a sus contenidos,

queda patente que los primeros cristianos se sienten herederos de esta manera de comprender la intervencin divina en la historia humana. b) Una cita del tratado talmdico Pesahim (10,5) proporciona el segundo punto de referencia importante para leer el libro del Exodo: Cada generacin tiene que considerarse a s misma como salida del xodo. No se trata, en la mente de los comentaristas, de tomar nota de hechos sucedidos en el pasado, ilustrativos de la historia del pueblo. Se trata de la posibilidad de sumergirse en el significado teolgico de los acontecimientos narrados, buscando, por encima de cualquier otra cosa, aquello que, desde el punto de vista de la fe, siguen diciendo al lector de hoy. La comprensin del momento fundamental de la historia de Dios con los hombres, a partir de la narracin del libro, y la fusin del significado aportado por el texto con el horizonte existencial de cada nueva poca histrica, he aqu la doble actitud con la que debemos acercarnos a la lectura del libro que la Biblia hebrea llama Shemot y la tradicin cristiana, a partir de la traduccin de los LXX, libro del Exodo. 2. HISTORIA, MITO Y FE. Antes de acercarnos directamente a las pginas del Exodo, conviene aclarar una cuestin: la relacin que se da entre los hechos narrados y la historia ocurrida, o en otras palabras, entre la crnica y la historia de la salvacin, para as descubrir el punto de contacto entre la vida y la fe, entre el Dios que se manifiesta en la vida y la conciencia que hace suyo este modo de relacin religiosa. a) La peripecia del xodo ha llegado hasta nosotros a travs de la mediacin narrativa de las tres tradiciones literarias J, E, P, es decir, Yavista, Elohsta y Sacerdotal, y de otras menores que se hallan incorporadas en un relato unitario que revela, a simple vista, sus diferencias y sus fatigosas suturas. Tanto las diversas tradiciones literarias como el resultado final responden a los criterios de la historiografa antigua, para la cual hubiera sido absurdo plantear la cuestin de la veracidad o verificabilidad de cada uno de los relatos. Su inters era otro. Y es este el que tenemos que saber hallar. Partiendo de un ncleo histrico, recibido por transmisin oral durante siglos, el autor o los autores crean la posibilidad de una interpretacin proftica de unos acontecimientos que cada vez se

desdibujan ms como crnica o epopeya del pasado, para ofrecer los contenidos teolgicos capaces de sustentar la fe del pueblo en el Dios de la Alianza. Esto es lo que significa historia proftica: desentraar el significado de la historia a la luz de la fe. Podemos decir, de acuerdo con la investigacin actual, que, aunque muy difcil de descifrar en detalle, existe un ncleo real, acontecido, histrico, que puede definirse, por tanto, como salida de un estado de opresin en el pas de Egipto por un grupo o por grupos de semitas que ms tarde formarn la nacin de Israel. No se trata, pues, de una crnica apoyada en documentos historiogrficos ni del resultado de una investigacin cientfica asptica, impensable en la poca, para contar las glorias nacionales de un estado en formacin, sino de la voluntad de buscar bajo la superficie fenomnica del dato histrico la palabra proftica: el contenido de la fe. b) Para conseguir este objetivo, el narrador se sirve de todas las mediaciones literarias que le ofrece el momento cultural en que escribe, desde la lengua (el hebreo) y el modo de escritura (no es lo mismo escribir con un clamo que hacerlo con un ordenador) hasta los diversos gneros literarios de que dispone. Sin duda uno de los ms aptos para expresar lo que se nos quiere decir es el mito: una narracin pseudohistrica, cuya pretensin consiste en vehicular contenidos tericos que ataen a las grandes preguntas de siempre de una comunidad concreta. En nuestro caso, el mito se halla al servicio de la expresin de la fe; y as hay que entenderlo, sin que ello obste en absoluto ni para negar la anterior afirmacin acerca de la autenticidad nuclear de la historia narrada, ni para declarar imposible todo contacto de la historia con la fe. c) Esto nos lleva a una conclusin importante: historia y fe, desde la perspectiva de la revelacin del Dios de Jess, se implican mutuamente. Es en la vida de los hombres y mujeres de un tiempo concreto donde se hizo presente, de modo misterioso pero real y eficaz, la voluntad divina de entrar en contacto con la humanidad, y hacerlo tambin de una manera especfica. La lectura de la vida a la luz de la fe crea la conciencia de ese modo de revelacin de Dios. Su puesta por escrito constituye el esfuerzo de los autores de los libros bblicos, y el hecho de que se trate de la narracin de experiencias existenciales tpica y profundamente humanas es lo que permite la fusin de los horizontes de sentido y el que nosotros podamos hallar hoy en los textos la misma posibilidad de fe que se

encuentra en su origen y en su lectura constante a travs de la historia. 3. LA ESTRUCTURA LITERARIA, CRITERIO DE LECTURA. La estructura literaria del libro del Exodo, nos ofrece el criterio de lectura de su contenido teolgico. Sea cual sea la historia de la redaccin del libro del Exodo, nosotros nos encontramos con una obra literaria elaborada y unitaria, pese a las diversas fuentes (J, E, P) de las que ya hemos hablado. Ello nos permite y nos exige una lectura tambin unitaria. Es decir, prescindiendo de las tradiciones, partir de la ltima redaccin, que entendemos como resultado final de una voluntad clara de comunicacin de contenidos teolgicos especficos. Toda obra literaria responde a un plan que el ltimo redactor ha elaborado previamente y a partir del cual organiza el material de que dispone. A este modo concreto de organizacin lo llamamos estructura literaria y consideramos que aporta un criterio decisivo de lectura que permite seguir de manera progresiva y gradual catequtica la asimilacin de las ideas que desea haga suyas el lector. a) Estructura del libro del xodo, tal como la ha plasmado el ltimo redactor: 1) Descripcin de una situacin lmite, que es la opresin del pueblo en Egipto (cc. 1-4): situacin de Israel, nacimiento e historia de Moiss (1-2); proceso de formacin de la conciencia proftica de Moiss: su nacimiento espiritual; experiencia cumbre ante la zarza ardiente y la comunicacin del nombre de Dios (3-4). 2) Proceso de liberacin del pueblo oprimido como lugar de la experiencia decisiva de su Dios (5-15): palabras y acciones significativas. Las plagas (5-11); la accin significativa por excelencia y su pervivencia en la historia de la pascua (12-13; 16); narracin de la salida de Egipto; accin significativa: paso del mar Rojo (14,5-31); Himno potico de accin de gracias (15,1-21). 3) El camino por el desierto: problemas y dificultades; el miedo a la libertad (16-18). 4) Centro literario del libro: la primera alianza (1924): narracin de la teofana del Sina y contenido de la alianza; primera ley del culto: el rito, accin significativa destinada a perpetuar la memoria de la liberacin (25-31). 5) Segunda alianza (32-40): narracin del pecado y renovacin de la alianza (32-34); la segunda ley del culto (35-40,33). 6) Eplogo: La presencia del Seor con su pueblo, garanta del futuro (40,34-38) b) Los grandes temas. El anlisis de esta estructura aporta los grandes temas que el autor quiere poner a la consideracin de los lectores: 1) De la opresin a la libertad: no hay correcta

comprensin del ser de Dios sin lucha por la libertad de las condiciones opresoras y para la justicia y la solidaridad. 2) El proceso de formacin de la conciencia del profeta. 3) El esquemabase de la historia de la salvacin: palabra y accin significativa en el espacio y el tiempo que, perpetuados por la memoria cultual, se convierten en puntos de referencia para la lectura creyente de la realidad y permiten la construccin del reino de Dios aqu y ahora. 4) La alianza entre Dios y el pueblo, origen y fundamento de la realizacin del proyecto salvador-liberador de Dios. 5) El proceso de creacin de la conciencia libre: la crisis y su solucin desde el futuro de Dios. La solidaridad y la justicia, condiciones de posibilidad para la construccin de un futuro feliz. 6) La meta del proceso liberador: la tierra prometida; el ya y el todava no que dinamiza la historia y la convierte en historia de la salvacin. II. Momentos catequticos ms importantes A la luz de este hilo conductor que ofrece al lector la estructura literaria del libro del Exodo, podemos concretar, en un esfuerzo de sntesis, los momentos catequticos ms importantes y algunas orientaciones metodolgicas para la catequesis del Exodo, aunque estas las abordaremos en el apartado III. 1. LAS IDEAS-FUERZA DE LA TEOLOGA DEL EXODO. a) La experiencia de Dios. Difcilmente podemos captar hoy toda la novedad que supone, en el contexto de entonces, la presentacin de un Dios que se manifiesta decididamente a favor del dbil y del humillado. En un ambiente cultural en que la religin cae de lleno bajo el control del poder poltico (basta recordar el Imperio egipcio o los que se van sucediendo en la zona de Mesopotamia), supone una autntica revolucin. El Dios de Israel tiene un lugar privilegiado donde se realiza su automanifestacin: la lucha por salir de la opresin. Una opresin, adems, nada romntica ni espiritual, sino estrictamente econmica, social y poltica con todas sus consecuencias. En este sentido, la descripcin del estado en que se encuentran los israelitas, plasmada en los primeros versculos del libro del Exodo (Ex 1,1-22), incluidas las medidas adoptadas por la administracin egipcia, no ofrecen desperdicio: convenientemente traducidas, reflejan la actitud de cualquier sistema estatal que busca por encima de todo mantener sometida la poblacin. Desde esta perspectiva, el texto sistematiza algunos principios que servirn de

punto de referencia crtico a cualquier teologa posterior y a la catequesis. Son los siguientes: En el seno del esquema opresor-oprimido, Dios se decanta sin paliativos en favor del pobre y del marginado: del que sufre la opresin. En consecuencia, jams podr justificarse, en nombre del Dios del Exodo, una religin que no sea, en ltima instancia, liberadora del sujeto y del colectivo. La religin poltica, entendida como el cimiento que cohesiona una determinada forma de dominio y sumisin de unos sobre los otros, muere con el Faran en las aguas del mar Rojo. Pero hay ms: el conocimiento del Dios de Israel, base para la adhesin a la fe, nacer en el seno de la lucha por salir de la opresin. Importancia especial reviste la comunicacin del nombre a Moiss, en la experiencia de la zarza ardiente. Yo soy el que soy no puede ser entendido como la expresin de un contenido metafsico que identifica a Dios con el Ser de la filosofa posterior. Hay que comprenderlo como una afirmacin existencial que coloca a Dios siempre ms all de toda realizacin humana concreta por necesariamente imperfecta. Yo soy vuestro futuro o Yo soy el que va siendo, significara esta dimensin inasible de la automanifestacin de Dios. El Dios de la libertad es el Dios que se da a conocer en la experiencia dolorosa, ambigua, nunca perfecta del todo, de la lucha por la liberacin. De este modo, el Dios creador vida de la vida, de acuerdo con la aportacin del libro del Gnesis, que se ha manifestado a los patriarcas, asume ahora una nueva caracterstica que culminar precisamente en la cruz de Jess de Nazaret: el Dios libre que habla a la humanidad para hacerla a su vez libre. La tierra prometida, sacramento del reino de Dios, asume el significado del proyecto humanizador propuesto por Dios a Israel: un pueblo libre, una sociedad de hermanos, cuyas relciones sociales y polticas expresan a los ojos de las naciones el ser de su Dios. b) La pascua: el paso de la servidumbre al servicio como un proceso superador del miedo a la libertad. No hay duda de que el libro del Exodo es profundamente realista: el anlisis que ofrece de las vicisitudes del camino que conduce hasta la tierra prometida resulta especialmente aleccionador. Presenta una idea nada idealizada de los intereses, muy a ras de tierra, del pueblo al que Dios desea liberar. La mezquindad, la traicin, las resistencias a la solidaridad, el miedo, la violencia y el rencor son otros tantos nombres de lo que puede llamarse la gran dificultad para el xito

del proceso liberador: el miedo a la libertad. Este es el gran pecado contra el Dios que se manifiesta en el proceso del trnsito (pascua) de la servidumbre al servicio y a la fraternidad. El gran signo de la cena pascual (Ex 12-13), la gesta del paso (pascua) del mar Rojo (Ex 14), interpretado en clave de fe por el cntico de Moiss (Ex 15), y la presencia continuada del Seor de la libertad en la nube y la columna de humo (Ex 13,22), son otros tantos momentos teolgicos al servicio de una idea central: Dios, manifestado como la fuerza que moviliza a la persona y al colectivo hacia la consecucin de la libertad. De tal manera, que el recuerdo de la memoria viva de los hechos narrados constituir el ncleo fuerte de la religin de Israel. La superacin del miedo, de la tentacin del tener como garanta de la cohesin social, y de la violencia como medio ms eficaz para la consecucin de los fines propuestos, estructura un proceso pedaggico difcil y complicado, a travs del cual el Dios de Israel construye la conciencia colectiva necesaria para llegar a ser pueblo de Dios: el sacramento del Reino. Al mismo tiempo, la solucin de cada una de las crisis desde el futuro abierto por la fe, proporciona una leccin fundamental para la historia, a la luz de la pascua: nada interesante se realiza sin la mediacin de la crisis. Toda crisis supone una dura prueba para la fe en la realizacin de la promesa. Slo su solucin, a la luz de la experiencia pascual, acerca la realidad a la promesa. De este modo, paso a paso, da a da, la experiencia del Exodo se abre camino, en el seno de una historia siempre opaca, a la presencia operativa y eficaz de Dios. c) La Alianza. Los captulos 19-24 forman el centro literario del libro del Exodo. Son, por tanto, su centro teolgico: expresan la ideafuerza fundamental, al servicio de la cual se halla el resto de la narracin. En esta experiencia culminante se proponen al lector los ejes constitutivos de la religin del pueblo elegido. Dios no se conforma con una intervencin soberana, intemporal y de una vez por todas, a la hora de construir el modelo de felicidad concreto que puede hacer de la humanidad entera un autntico paraso. Propone un trabajo en colaboracin. Muy en consonancia con la afirmacin de la alianza como lugar de manifestacin de su ser, el Dios del Exodo busca la realizacin de un proyecto en el que ambos l y el pueblopuedan sentirse protagonistas con todas las consecuencias, desde la libertad y la

responsabilidad, cada uno con una tarea especfica y complementaria. A Dios le corresponde la iniciativa gratuita que salva y libera por exclusiva decisin de su misericordia, la propuesta de un cdigo tico capaz de resolver las contradicciones inherentes a la naturaleza humana y el mantenimiento de la promesa frente a la desesperanza y el cansancio de unas gentes excesivamente proclives a la bsqueda del dolo. En el otro extremo, al pueblo Dios le pide que cumpla su parte en el contrato: llevar a la prctica la promesa, construir un estilo de vida colectivo que la transparente, y vivir abierto al amor filial hacia l. Sobre todo, a travs de la mediacin del culto, expresin privilegiada de esta relacin, nica en la historia, entre Dios e Israel. De ah que ocupe un lugar tan importante el Cdigo de la alianza y la abundante legislacin cultual que la acompaa (Ex 25-31): el conjunto de orientaciones y preceptos destinados a posibilitar unas relaciones sociales coherentes con la alianza (Ex 20,2223,19). Una cosa es preciso subrayar: la base de la alianza, su condicin de posibilidad, es la fidelidad de un Dios que se compromete con su omnipotencia y de un pueblo que asume la responsabilidad de vivir de acuerdo con lo pactado. Las numerosas referencias bblicas a la parte que le corresponde a Dios en el mantenimiento de la alianza, sobre todo en el libro de los Salmos, pone de manifiesto la sensibilidad despertada por una actuacin tan inslita del Seor que se revela en el Sina. Constituye este aspecto uno de los ms originales y ricos en consecuencias teolgicas de la religin bblica. De hecho, la fidelidad de Dios se ofrece como garanta suprema a la realizacin de la promesa: con realismo cruel, el libro del Exodo narra profusamente la primera infraccin del pacto por parte del pueblo. Y muy poco tiempo despus de que se haya ratificado solemnemente (Ex 32-34). El esquema: propuesta divina-asentimiento del pueblo-rupturanueva propuesta divina-renovacin del pacto, ser el entramado que sostendr la historia entera de Israel y servir de base literaria para la elaboracin del libro de los Jueces, por ejemplo. Lo mismo podra decirse de la crtica proftica a la situacin concreta de cada nueva poca histrica. Una vez ms, y siempre, la misericordia de Dios ser ms fuerte que la tendencia mixtificadora de Israel. Y la fidelidad de Dios se mostrar realmente ilimitada cuando, en el Exodo definitivo, desemboque en el Glgota. 2. MEDIACIONES HISTRICAS O ELEMENTOS DE LA PEDAGOGA DE DIOS. Para comunicar su proyecto salvador y liberador, Dios se sirve de mediaciones histricas. Jams ha visto

nadie a Dios (1Jn 4,12). Esta afirmacin fundamental de la experiencia religiosa, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, queda ratificada por el mismo proyecto divino, que se comunica a la humanidad siempre a travs de mediaciones histricas, que culminarn en la encarnacin del Hijo de Dios. Por ello, tan importante como la expresin de las grandes ideas teolgicas, que acabamos de resear, es la reflexin de los autores del libro del Exodo, acerca del instrumental prctico que posibilita su realizacin en la vida cotidiana y, de este modo, acerca la realidad a la promesa. Una caracterstica de' la religin bblica, que la distingue de todas las restantes de su poca, es el papel atribuido a la memoria, entendida como actualizacin de la nica realidad capaz de convertir a la humanidad en reino de Dios. Memoria que no se identifica con el recuerdo que permite revivir las grandes gestas nacionales, sino que consiste en la posibilidad de sumergirse, a travs de la palabra y el gesto cultual, en la misma experiencia que se halla en los orgenes de la palabra escrita. Curiosamente se trata siempre de una palabra subversiva: aquella que ataca las races de la infidelidad, poniendo de manifiesto la mentira que convierte en dolo al Dios vivo y verdadero. Y por eso mismo exige la conversin de las costumbres en la lnea conservada y transmitida por la palabra misma. Leer el libro del xodo supone, pues, superar la ancdota que lo encierra en el pasado remoto de un pueblo concreto y dejarse juzgar por el contenido que vehicula. Supone tomar nota de todas las opresiones de cada hoy en la historia y emprender el camino de liberacin que en sus pginas se describe. Esta memoria representa el horizonte de toda lectura del texto. a) El profeta. Es la mediacin antropolgica. El profeta es el verdadero mediador entre el Dios inefable, trascendente, inabarcable, y el pueblo. En este caso, la descripcin de la figura de Moiss, sin duda la ms grande de todas las que van apareciendo en el curso de la tradicin bblica, ofrece los elementos esenciales que permitirn a la posteridad tener un punto de referencia crtico para distinguir el autntico profeta del que se ha puesto al servicio del dolo y del poder. b) La ley y la institucin cultual. Se trata de la mediacin sociolgica. La ley es un conjunto sistemtico de valores y pautas de comportamiento que permiten concretar en toda circunstancia el estilo de vida y de relacio nes sociales capaces de convertir a un

pueblo en el pueblo de Dios. Desde esta misma perspectiva, la institucin del culto representa el universo simblico creador de una conciencia colectiva, capaz de descubrir el sentido de la historia en clave de salvacin. c) La palabra y la accin significativa. El Dios de Israel se identifica con la palabra transmitida por la tradicin del pueblo. Esta palabra es narracin de las acciones de Dios en el espacio y en el tiempo histricos; de aquellas acciones que han cambiado la realidad en la direccin del futuro de Dios. Desde las plagas (Ex 7,811,10), pasando por las grandes gestas de la pascua y el paso del mar Rojo (14,15-31) hasta llegar a la descripcin de las ltimas palabras que cuentan la presencia constante de la nube como signo de la presencia del Seor en su pueblo, el libro del Exodo permanece fiel a este doble momento de la revelacin: la palabra que seala el sentido de la accin y la accin que muestra la verdad y la eficacia de la palabra. d) Las seales de identidad del pueblo de Israel. Israel est llamado a ser en el seno de las naciones, por vocacin y decisin libre de su Dios, el sacramento de la presencia activa, eficaz y operativa del Seor en su deseo de reconstruir el paraso. Por eso posee un conjunto de notas diferenciales que le convierten en un colectivo nico. A travs de estas seales de identidad se crea la conciencia colectiva de pertenecer a Dios de manera muy especial y, en consecuencia, de participar en una misin que le sobrepasa y a la cual debe supeditar toda otra pretensin sociopoltica o cultural. El libro del Exodo establece las bases teolgicas de esta diferenciacin, en continuidad con lo que se ha dicho ya en el libro del Gnesis por lo que hace referencia a la circuncisin, mientras que concentra su atencin en lo referente al sacerdocio, al culto y a la Tor. e) El libro del Exodo en la memoria del pueblo de Israel. La experiencia del Exodo permanecer en la memoria colectiva de Israel como el tiempo original, la poca de la creacin de Israel, como el Gnesis da cuenta de la creacin del mundo y de la humanidad en general. Por eso ser el punto de referencia constante a la hora de todas las reformas que el cansancio de la historia harn necesarias una y otra vez: los profetas recordarn constantemente la alianza como ncleo constitutivo del ser de Israel. Y a su luz plantearn sus crticas y articularn sus propuestas. A partir del exilio, el nuevo Exodo, relectura en clave actualizada del primero, constituir la expresin de la esperanza maltrecha, pero firme, del resto fiel a su Seor. En los momentos

crticos de las crisis posexlicas, los sabios buscarn desentraar las lecciones tiles para su presente que se hallaban implcitas en las tradiciones del Exodo. Y la apocalptica centrar en la expectacin de un segundo Moiss el Profeta que ha de venir la preparacin inmediata de los tiempos mesinicos. Por eso, tanto en la narrativa como en la literatura sapiencial y litrgica basta leer el libro de los Salmos la reflexin sobre el libro del Exodo ocupa un lugar nico y destacado. f) El libro del xodo en los evangelios. Siendo as las cosas, no resulta nada extrao que los primeros autores cristianos, apoyndose sin duda en sus mismas palabras histricas, vean en Jess muerto y resucitado la realizacin definitiva de las promesas articuladas en torno a la alianza del Sina. Los sinpticos estructuran el texto de sus respectivos evangelios a partir de la narracin de un viaje xodo de Jess, que de la Galilea de los gentiles le conduce hasta Jerusaln para sellar all una alianza definitiva e inquebrantable entre su Dios y la humanidad entera. Por otra parte, son muchas las alusiones textuales implcitas en el texto, que identifican a Jess con el nuevo Moiss y lo presentan como el Pastor definitivo, enviado a su pueblo por el Dios de la libertad. Para citar un solo ejemplo: el sermn de las bienaventuranzas (Mt 5) ofrece una relectura clara, en la nueva clave aportada por la resurreccin de Jess, del momento culminante de la historia de Israel: la alianza del Sina. El evangelio de Juan, sin renunciar al esquema del viaje como momento estructurador que lo asimila a los sinpticos, aade todo un conjunto de smbolos directamente conectados con la experiencia de Israel en el desierto. Destaca, entre otros, el del agua y la mencin de las grandes fiestas celebradas en Jerusaln, todas rememoradoras de las gestas de la salida de Egipto. Con ello, los evangelistas establecen las grandes ideas-fuerza del libro del Exodo como un primer horizonte hermenuticointerpretativo que permita entender en toda su profundidad la novedad presente eh Jess de Nazaret. Y lo definen como Mesas liberador de Israel y de la humanidad. Se cierra as el crculo iniciado en la experiencia del desierto como lugar privilegiado de la experiencia de Dios con los hombres. III. Algunas pistas metodolgicas para la catequesis

Intentemos aportar algunas orientaciones metodolgicas que ayuden a realizar la catequesis sobre el Exodo. Advertimos, sin embargo, que nos fijamos tanto en la catequesis de iniciacin cristiana, especialmente en la que prepara a la confirmacin entre los 14 y 18 aos (cf DGC 63-68; IC 69-110), como en la catequesis reiniciatoria, que recupera a jvenes y a adultos para una vivencia adulta de la fe (cf IC 124-133). Por tanto, en estas pistas prcticas no nos fijamos en la llamada catequesis permanente o educacin permanente de la fe (cf DGC 69-72). 1. EL DIOS DE LA REVELACIN CRISTIANA. Nos preguntamos: Quin es el Dios de la revelacin cristiana? Cmo se nos revela a s mismo? Con frecuencia los creyentes estamos satisfechos de haber recibido de boca de Jess quin es Dios para nosotros: [Jess] le dijo a Mara Magdalena: "Anda y di a mis hermanos que me voy con mi Padre y vuestro Padre, con mi Dios y vuestro Dios" (Jn 20,17). Pero durante su vida pblica ya nos haba dicho: Vosotros orad as: Padre nuestro que ests en el cielo... (Mt 6,915). Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5,48). Vuestro Padre celestial ya sabe que necesitis todo eso (Mt 6,32). Y esta revelacin nos lleva a gozarnos de nuestra relacin filial con Dios. Sin embargo, esta vivencia de Dios como Padre, la ms radical a la experiencia cristiana, no puede oscurecer otros rasgos fundamentales del Dios revelado, que fueron manifestndose ya desde el Antiguo Testamento. Moiss se encontr con el Dios de los padres desde una profunda experiencia religiosa expresada por la zarza ardiente (Ex 3,1-6), y lo descubre como el Dios liberador del hombre. Y esta revelacin se fue reiterando, consolidando y matizando a travs de cada uno de los acontecimientos liberadores en que Moiss sinti la presencia de Yav: Yo estar contigo (x 3,12; 4,12-15). A lo largo del Exodo, que entre los biblistas abarca desde la salida de Egipto hasta las puertas de la tierra de la promesa (Exodo, Levtico, Nmeros y Deuteronomio), el Dios de Israel se fue revelando especialmente en sus acciones a favor de su pueblo. Ms que decir quin es en s mismo, Dios manifiesta quin quiere ser para los hombres (Josep Vives), como puede percibirse en el siguiente cuadro sinptico. As pues, el conocimiento del Dios de Israel, base para la adhesin a la fe, va naciendo en el seno de la lucha por salir de la opresin,

y los sucesivos acontecimientos van descubriendo su identidad y le van proporcionando nuevos nombres. Esta es la pedagoga divina y este es, consecuentemente, el recurso pedaggico catequtico para conocer y dar a conocer o anunciar la misericordia entraable del Dios revelado, que llegar a su cenit cuando l mismo, con entraas paternales, enve al Hijo nico y predilecto a sus hijos extraviados, y por l descubramos lo mucho que Dios ha hecho por nosotros.

Bendicin de Moses
Bendicin de Moses es a poema eso aparece adentro Deuteronomy en 33:2 - 27. Segn el moderno hiptesis documental el poema era un texto originalmente separado, de que fue insertado por Deuteronomist en la segunda edicin (de dos) del texto que se convirti en Deuteronomy (es decir. era una adicin en Dtr2).

El poema presenta una opinin de los mritos y de las cualidades de cada uno de Tribus de Israel, y puede ser comparado tan con Bendicin de Jacob, que tiene el mismo tema. Sin embargo, hay muy poco en campo comn entre los poemas, a excepcin de describir una de las tribus como juez, y otro como 'lenwhelp de s, aunque en la bendicin de Moses est Gad se es el juez y Dan el whelp, mientras que en el otro poema es Dan que es el juez y el Judah el whelp. Tambin, desemejante de la bendicin de Jacob, el de Moses es positivo hacia todas las tribus mencionadas.

El poema no describe notablemente Simeon, que puede proporcionar una fecha para la composicin del poema, pues Simeon se cree para haber perdido gradualmente su identidad tribal, puesto que su territorio tradicional estaba enteramente dentro de el de Judah. El poema tambin menciona solamente cada tribu brevemente, a excepcin de las tribus de Jos y Levi, que puede indicar ambos que el poema origin dentro del sacerdocio de Levite, dentro del territorio de las tribus de Jos, o ms generalmente del norteo reino de Israel donde Ephraim, la parte de la tribu de Jos, era la ms prominente.

Es difcil establecer la conexin de la bendicin de Moses con el de Jacob. La mayora de las autoridades mantienen que el anterior dependido directamente del ltimo; y su principal discusin se basa en el paso en Jos, la parte de quien se contiene tambin en la bendicin de Jacob. Pero puede apenas haber una duda que el paso en Jos en la bendicin de Jacob fue amplificado del material contenido en la bendicin de Moses. Si no una discusin similar se pudo basar sobre el mismo arreglo en cada bendicin de las tribus de Zebulun y Issachar, y sobre otros puntos del acuerdo que, sin embargo, indican una semejanza de la materia ms bien que la conexin directa. En todos los acontecimientos, hay diferencias llamativas entre las dos bendiciones.

Contenido

1 Versos dudosos 2 Fecha probable del origen 3 Referencias

4 Acoplamientos externos

Versos dudosos
La bendicin de Moses, como la bendicin de Jacob, contiene solamente algunos benedictions, la mayor parte de los versos que describen la condicin de las tribus a la hora del autor. Como el texto de la bendicin de Jacob, el texto de estos versos no es intacto: el principio (versos 2 y 3) ha sufrido mucha mutilacin; e iguale con la ayuda de las versiones que es imposible llenar el boquete. Quizs la introduccin y la conclusin no fueron escritas por el autor de la bendicin s mismo. Steuernagel, en su comentario en Deuteronomy, precisa que la transicin del verso 5 al verso 6 y el verso 25 a el verso 26 es muy precipitada, y que el contenido de la introduccin y de la conclusin est de una naturaleza enteramente diversa de el de los otros versos. Versos 26 et seq. parzcase conectar con el verso 5; y la asuncin es natural que los versos benedictory eran inserciones ms ltimas. Los versos 9 y 10 eran probablemente tambin el trabajo de un autor ms ltimo.

Fecha probable del origen


Sin embargo que puede ser, es cierto que la bendicin de Moses es de una fecha ms ltima que el ncleo de la bendicin de Jacob. Mientras que en el ltimos Simeon y Levi (compare Gnesis 34) se censuran a causa de su pecado y se amenazan con la dispersin en Israel (generador. 44:5 - 7), la bendicin de Moses no menciona Simeon en todos; y en l Levi aparece como la tribu de sacerdotes, aunque no todava est asegurado de la oficina sacerdotal, ni respetado por sostenerla. l resuelve algo con persecuciones, y stas probablemente de las personas que disputan la su derecha al sacerdocio (Deuteronomy 33:8 FF). Mientras que en la bendicin de Jacob Reuben se amenaza con la prdida de su birthright, el deseo se expresa en la otra bendicin: Mayo Reuben vivo, y no dado; y no pueden sus hombres ser pocos. sta es una indicacin clara que Reuben antes de este tiempo haba hundido en un estado de la insignificancia absoluta. Y mientras que el paso en Jos en el seala otra vez un perodo en el cual esta tribu se defendi con xito contra sus enemigos, el paso correspondiente en el otro (generador. 49:22 FF) seala a una poca en que Ephraim mantuvo su energa no disminuda y derrot a sus enemigos en todos los lados: Su gloria [de Jos] es como firstling de su buey, y sus cuernos son como los cuernos de unicorns: con ellos l empujar a gente junta a los extremos de la tierra " (Deut. 33:17). Este verso refiere ciertamente a un rato ms ltimo que las guerras sirias debajo Ahab. Refiere ms probablemente a la poca de Jeroboam II, que era ms acertado que cualesquiera de sus

precursores en derrotar a los enemigos de Israel. Es probable que el paso encendido Gad refiere al mismo perodo, en el cual esta tribu soport con xito a sirios.

Agosto Dillmann'declaracin de s (en el suyo Comentario en nmeros y Deuteronomy, P. 415) que la bendicin de Judah seala al perodo inmediatamente despus que la separacin de los dos reinos est apenas correcta. l basa su opinin en el hecho de que la alabanza de Levi y Benjamin, junto con qu se dice sobre Judah y Jos, podra aplicarse solamente a este perodo. Steuernagel sugiere que la alusin pudiera estar a la victoria del Edomites (II reyes 14:7), que quizs pusieron una parada a la seal de socorro caus a Judah de Edom. Quizs, tambin, la alusin pudo estar a la situacin descrita en II reyes 12:18 FF. En todos los acontecimientos, sin estirar un punto, los pasos tales como sos en Benjamin y Levi se pueden asumir para referir al principio del octavo siglo A.C., y el paso en Jos presupone apenas el perodo de Jeroboam I. Por lo tanto Reuss (Testamentos del DES Alten de Heiligen Schriften del der de Geschichte, P. 213), Cornill (Einleitung en el testamento de Alte de los das, P. 72), y otros se justifican en la consideracin de la bendicin de Moses haber originado en el octavo siglo A.C. En todo caso, ningunos de los versos indican la profesin de escritor de Moses; esta tradicin no se implica en ninguna caracterstica de la bendicin s mismo, y se refiere simplemente en los versos introductorios y de cierres (31: 30, 32:44 a), que se piensan para equipar un ajuste al poema y para establecer la conexin entre sus varias secciones.

Referencias

R. H. Graf, Der Segen Moses, 1857; C. J. Bola, la bendicin de Moses, Procedimientos de la sociedad de la arqueologa bblica, 1896, pp. 118-137;

A. Van der Flier, Deuteronomium, 1895, P. 33;

A. Kamphausen, Das minti Moses;

Klostermann, Das minti los das Deuteronomium del und de Moses, adentro Und Kritiken de Theologische Studien, 1871-1872 (una serie de artculos).

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