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CONDUCTA IV (Resumen)

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CONDUCTA IV

UNIDAD I

1.- MARCO CONCEPTUAL Y CLASIFICATORIO DE LA ADULTEZ:


Andragogía: Es la etapa comprendida entre  los 25 y los 60 años. Su iniciación y duración depende muchos factores tales como la salud, los hábitos
de vida, el vigor físico, la alimentación, etc. El individuo normal alcanza la plenitud su evolución biológica y psíquica.   Su personalidad y su carácter se
presentan firmes y seguros.
El individuo maduro se distingue por el control que logra de su vida emocional, que le permite afrontar los problemas de la vida con mayor seguridad y
serenidad que en las etapas anteriores. La adultez es la época del mayor rendimiento en la actividad. Se les puede clasificar en adultos maduros y
adultos inmaduros.
Presenta capacidad para procrear, de participar en el trabajo productivo y de asumir responsabilidades inherencias a su vida social, para actuar con
independencia y tomar sus propias decisiones con entera libertad.

Clasificación de los diferentes tipos de adulto:


Adultez intermedia (40- 65 años)
• Cambios físicos: vista, oído, gusto, olfato.
• El tiempo de reacción disminuye en un 20% entre los 20 y los 60 años.
• Menopausia: cuando cesa la ovulación y la menstruación. 1.-Se reduce la producción de estrógeno (sensación de calor, adelgazamiento vaginal y
disfunción urinaria). 2.- Osteoporosis
• Andropausia: depresión, fatiga, insuficiencia sexual.
• Salud asma, bronquitis, diabetes, entre otros.
• Mortalidad: corazón, CVA, entre otros.
Estrés/ tensiones del trabajo.
• Andragogía.
• Desarrollo psicosocial, Erikson generatividad vs estancamiento
• Matrimonio y divorcio.
• Nido vacío

Adulto joven (20-40 años)


• Se caracteriza por su fuerza, energía y resistencia y por tener sentidos agudos.
• Su mayor fuerza está entre los 25- 30 años y luego comienza a disminuir, especialmente en la espalda y en las piernas y un poco en los brazos.
Comienza a disminuir visión hacia los 40 años y la audición a partir de los 25 años.
• Salud pueden aquejarse de condiciones respiratorias y heridas. Las dolencias crónicas son: problemas de la espalda, de la columna, artritis e
hipertensión. Causal para hospitalizaciones accidentes, Enfermedades digestivas, Enfermedades genitourinarias.
• Causas de mortalidad accidentes de auto condiciones cardiacas cáncer/ homicidio.

Según diferentes enfoques teóricos del aprendizaje:

Adam, Félix. (1977; 18) La Andragogía es parte de la Antropogogía y es la ciencia y el arte de la educación de los adultos.
Ludojoski, Roque L. (1986; 25). La Andragogía consiste en el empleo de todos los medios y modalidades de la formación de la personalidad puestos a
disposición de todos los adultos sin distinción alguna, ya sea que hayan cursado sólo la enseñanza primaria o la secundaria y hasta la superior.

Castro Pereira, Manuel y otros. (1986; 21), La Andragogía es una de las ciencias de la Educación que tiene por finalidad facilitar los procesos de
aprendizaje en el adulto a lo largo de toda su vida.

Kwowles, Malcom S. (1972; 4). La Andragogía es el arte y ciencia de ayudar a aprender a los adultos,
basándose en suposiciones acerca de las diferencias entre niños y adultos.

1.1.- CARACTERIZACIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LOS DIFERENTES TIPOS DE ADULTO, SEGÚN DIFERENTES ENFOQUES TEÓRICOS DEL
APRENDIZAJE.

TIPOS DE ADULTOS Y ANDRAGOGÍA


1. Periodización de Erickson: 
a. Comienzo de la edad adulta: 21-25 años. Ascenso a la madurez legal, la responsabilidad económica, el derecho a votar, el matrimonio, la
paternidad o maternidad, la vida profesional.
b. Mediados de la edad adulta: 25-40 años. Los roles sociales y profesionales se consolidan, declinación de las funciones físicas y mentales,
estabilidad a nivel material y social.
c. Edad madura: 40-45 años. Mantenimiento de los roles sociales y profesionales, la separación de los hijos, la disminución de las actividades
sexuales. La declinación de las funciones físicas y mentales continúan. 

2. Periodización  de Guardini:
d. Edad del prerretiro: 55-65 años. Continúa la disminución de actividades sexuales. Siguen declinando las actividades físicas y mentales. Los intereses
se vuelven menos intensos. Éxito en las funciones de autoridad y despreocupación parcial ante los roles profesionales.
e. Edad del retiro: después de los 65 años. Se acentúa el deterioro de las funciones que aumentan los riesgos de desórdenes físicos y mentales. La
despreocupación se manifiesta más nítidamente.
f. Vejez: después de los 70 años. Dependencia, despreocupación total e insuficiencia de las capacidades físicas y mentales.
g. Última enfermedad y muerte: hasta un máximo de 110 años. Es la fase senil que termina con la destrucción de las funciones biológicas esenciales.

a. Comienzo de la edad adulta: Elección del cónyuge, aprendizaje de la vida conyugal, creación de una familia, educación de los hijos, gestión de los
asuntos domésticos, primeros pasos en un oficio, posesión de responsabilidades cívicas, elección de un grupo social favorable.
b. Edad intermedia: Responsabilidad cívico y social, establecimiento de un determinado nivel económico, ayuda a los adolescentes, búsqueda y
práctica de actividades de ocio, armonía con el cónyuge, aceptación de los cambios fisiológicos de la edad intermedia, adaptación a los padres que
envejecen.
c. Edad Madura: adaptación a la decadencia de la salud física, al retiro y a la disminución de los ingresos, a la muerte del cónyuge, establecimiento de
una organización material satisfactoria de la existencia.
a. Edad adulta: al final de este período la crisis se suscita en el hombre por la experiencia de sus propios límites. Puede responder a ella aceptando
lúcidamente la situación o reaccionar mediante conductas de frustración, escepticismo, desdén, evasión, falso optimismo.
b. Madurez: al terminar la madurez interviene la crisis del desasimiento, provocada por la toma de conciencia del final. Da lugar también a conductas
contradictorias como la aceptación o el rechazo a vivir. 
c. Madurez.

b. Edad Intermedia.
a. Edad del adulto joven.

La Andragogía es la ciencia de la formación de los hombres de manera permanente, su objeto ya no es la formación del niño ni el adolescente, es la
educación del adulto durante toda su vida. Esta ciencia está estrechamente relacionada con la orientación dirigida al adulto, pues orientar es una de las
tareas más importantes de la docencia y el androgogo es un facilitador que orienta al adulto en la consecución de aprendizajes significativos para su
vida.

CARACTERISTICAS ANATOMICAS Y PSICOSOCIALES DEL ADULTO:

ADULTO DE 20 años:  Inteligencia: Aparición del pensamiento formal (15-20)  Sexualidad moderada.  Sistema músculo esquelético
completamente desarrollado, movimientos muy ágiles y fuertes.  Cabello frondoso y brillante.  Muy sociable.  Psicológicamente inestable.

ADULTO DE 30 AÑOS:  Inteligencia y creatividad sobresaliente (bagaje informativo capacidad de procesamiento)  Personalidad madura y
equilibrada  Sexualidad culminante.  Fuerza disminuida.  Aparición de algunas arrugas.  Inicio de caída de cabello y piezas dentarias. 
Establecimiento de relaciones formales y duraderas.  Aporte a su comunidad.  Incremento de morbimortalidad por accidentes.

ADULTO DE 40 AÑOS: Memoria inicia su disminución (inician los olvidos). Disminuye progresiva de la audición. Presencia de arrugas (patas de
gallo y surco frontales). Presencia de cabello ano Debilitamiento respiratorio y cardiovascular. Relaciones familiares inestables relacionados con
disminución y de función hormonal. Reafirmación de la personalidad.

ADULTO DE 50 AÑOS: Visión disminuye progresiva y notablemente. Disminución de la capacidad de atención. Se acentúa la disminución de
memoria. Pérdida abundante de cabello. Pérdida de mayor cantidad piezas dentarias. Crecimiento de vello en nariz, espalda y orejas. Cabello
muy cano. Aumenta frecuencia de enfermedades cardio-vasculares, respiratorias y endocrinas. Posee capacidad de líder en comunidad por su
experiencia seriedad.
Extrovertido entabla amistades con facilidad.

1.2.- DEFINICIÓN DE ANDROLOGÍA Y SU RELACIÓN CON LA ORIENTACIÓN DIRIGIDA A ADULTOS.

Definición de andrología: Es la disciplina educativa que trata de comprender al adulto desde todos los componentes humanos,  es decir, como un ente
psicológico, biológico y social. Para incrementar el pensamiento, la autogestión, la calidad de vida y la creatividad para promover la autorrealización

Andrología y su relación con la orientación dirigida a adultos:


• Andrología: Orientación – Aprendizaje. 
• La Andrología nace en el siglo XIX.
• Andrología: Es un proceso por medio del cual las sociedades transmitían a sus nuevos miembros, a través  de instituciones docentes, una serie de
conocimientos, lineamientos y directrices que les sirve como normas e instrumentos de desempeño en sus vidas diarias. Hoy en día se considera como
la disciplina que se ocupa de la educación y el aprendizaje del adulto.

La Andragogía proporciona la oportunidad para que el adulto que decide aprender, participe activamente en su propio aprendizaje e intervenga en la
planificación, programación, realización y evaluación de las actividades educativas en condiciones de igualdad con sus compañeros participantes y con
el facilitador; lo anterior, conjuntamente con un ambiente de aprendizaje adecuado, determinan lo que podría llamarse una buena praxis andragógica.

La andragogía es considerada como una disciplina educativa que tiene en cuenta diferentes componentes del individuo, como ente psicológico,
biológico y social; una concepción nueva del ser humano como sujeto de su propia historia, cargado de experiencias dentro de un contexto socio
cultural; en este caso los destinatarios y participantes en el proceso de formación van a estar caracterizados por su adultez, de manera que esos
destinatarios son considerados como sujetos adultos.

La palabra “adulto” proviene de la voz latina “adultus” que etimológicamente significa crecer. En la situación que nos ocupa no explicaría toda su
implicación si solo tenemos en cuenta la adultez como el arribo del sujeto a una edad que convencionalmente se ubica entre 18 y 70 años, entre la
adolescencia y la senectud; es necesario tomar en consideración el crecimiento ininterrumpido y permanente desde el punto de vista psicosocial y
ergológico; por lo tanto, es una etapa de integración de diferentes perspectivas de desarrollo.

Lo fundamental en la andragogía es el conocimiento de los sujetos como destinatarios y participantes en los procesos educativos que van
desde “entrenamientos ocasionales o en el trabajo, a nivel técnico y directivo, de crecimiento y enriquecimiento personal que promuevan la movilización
social, el grado de alfabetismo y el desarrollo de la carrera.

En este contexto los adultos expresan sus particularidades, ellos “están conscientes de sus necesidades educativas que son lo
suficientemente maduros como para seleccionar si buscan o no medios para educarse y en qué forma, que están adecuadamente experimentados a
través de la vida y el trabajo; lo cual les permite razonar y aplicar conocimientos particulares a su rango de experiencia, para ser capaces de escoger
cuándo y dónde estudiar y aprender, pudiendo medir los costos de dicho aprendizaje (costos, ya sea en términos de tiempo, dinero u oportunidades
perdidas). Se asume que los adultos tienen tiempo limitado y que tienen que balancear las demandas de la familia, el trabajo y la educación.
Igualmente se puede asumir que estos ya han adquirido un conocimiento propio y del mundo, suficiente para sobrevivir; aunque no puedan controlar su
entorno a su gusto.

DEFINICIÓN DE ANDRAGOGÍA:
La Andragogía (del griego ἀνήρ "hombre" y ἀγωγή "guía" o "conducción") es la ciencia y el arte que siendo parte de la Antropogogía y
estando inmersa en la educación permanente, se desarrolla a través de una praxis fundamentada en los principios de participación y horizontalidad;
cuyo proceso, al ser orientado con características sinérgicas por el facilitador del aprendizaje, permite incrementar el pensamiento, la autogestión, la
calidad de vida, y la creatividad del participante adulto, con el propósito de proporcionarle una oportunidad para que logre su autorrealización.

La Andragogía por ser independiente del nivel de desarrollo psíquico y por partir del nivel de desarrollo cognitivo genera una nueva actitud del
hombre frente al problema educativo.

Actualmente se considera que la educación no es solo cuestión de niños y adolescentes, el hecho educativo es un proceso que actúa sobre
el hombre a lo largo de toda su vida, por lo tanto la naturaleza del hombre indica que puede continuar aprendiendo durante toda su vida sin importar su
edad cronológica.

Manuel Castro Pereira (1990) en su obra, Conformación de un Modelo de Desarrollo Curricular Experimental para el Postgrado de la
Universidad Nacional Abierta con base en los Principios Andragógicos, al referirse al adulto que facilita el aprendizaje de otros adultos, escribe: “ El
andragogo es un educador que, conociendo al adulto que aprende, es capaz de crear ambientes educativos propicios para el aprendizaje. En su
Acepción más amplia, el andragogo es el ser de la relación de ayuda educativa al adulto”.

PRINCIPIOS DE LA EDUCACIÓN ANDRAGOGICA:

1.- Participación La participación es que el estudiante no es un mero receptor, sino que es capaz de interactuar con sus compañeros, intercambiando
experiencias que ayuden a la mejor asimilación del conocimiento. Es decir el estudiante participante puede tomar decisiones en conjunto con otros
estudiantes participantes y actuar con estos en la ejecución de un trabajo o de una tarea asignada.

2.-Horizontalidad La horizontalidad es donde el facilitador y el estudiante tienen características cualitativas similares (adultez y experiencia) pero la
diferencia la ponen las características cuantitativas (diferente desarrollo de la conducta observable).

3.-Flexibilidad Es de entender, que los adultos, al poseer una carga educativa - formativa, llena de experiencias previas y cargas familiares o
económicas, debe necesitar lapsos de aprendizaje acordes con sus aptitudes y destrezas.

CARACTERISTICAS DE LA FORMACIÓN ANDRAGOGICA


El adulto como individuo maduro, a diferencia del niño, manifiesta ciertas características dentro de los procesos de aprendizaje, que
caracterizan a la andragogía:
1. Autoconcepto del individuo
2. Experiencia previa
3. Prontitud en Aprender
4. Orientación para el Aprendizaje
5. Motivación para Aprender
2.- Conformación de pareja:
2.1.- Definiciones y tipos de relaciones de pareja

Fases en el proceso de conformación de parejas:

Admiración: Valoración positiva por parte de un miembro de la pareja de las características del otro, los individuos sienten la necesidad de que les
reconozcan las cualidades positivas que poseen. 
Sentido de pertenencia: Identificación que se experimenta hacia el proyecto colectivo que se llama PAREJA. 
Clima de la cordialidad: Establecimiento de una relación interpersonal que sea grata, humana donde se respeta los criterios y derechos de la otra
persona, sabiendo que muchos de ellos se perdieron en el acto de conformación de la pareja.
Prudencia: La habilidad para prever y evitar los problemas y los peligros en situaciones conflictivas.

El conflicto: Según el Dr. Fernando Bianco y la Clínica de Parejas del C.I.P.P.S.V., (1991) el conflicto se define como el resultado de dos tendencias
encontradas. Generalmente los conflictos no resueltos conllevan a la separación o disolución de la pareja. En algunas oportunidades esta separación
puede darse sólo desde el punto de vista emocional, es decir la pareja sigue conviviendo bajo un mismo techo pero cada uno hace una vida
independiente.

Conflicto Destructivo:
Existe un enfrentamiento agresivo en la pareja sin lograr ninguna solución.

Ausencia de reforzadores positivos: Existirá déficit de conductas agradables que harán sentir placentera la vida en pareja.
Estimulación Negativa: Esta situación se expresa en actitudes indiferentes, en la existencia de agresiones físicas o verbales, en la intervención de
terceros, que constituyen un gran castigo y por lo tanto un hecho insostenible. 
Evaluación de la pareja en conflicto:
1: Se explora la conformación de la pareja.
2: Se indaga el proceso de mantenimiento.
3: Analizar las discordias en las diferentes áreas

Enamoramiento Tipo Emoción:


El individuo siente mucho afecto pero este dura de dos a tres semanas hasta uno y tres meses, hay una gran necesidad de estar juntos, de compartir,
de comunicarse intensamente y de sexualizar sin planificación ni reflexión; trayendo esto consecuencias negativas. 

Enamoramiento tipo pasión:


Suele ser de gran intensidad y de larga duración, puede durar meses o años, hay personas que nunca salen de este estado. En la pasión se violenta la
variabilidad fisiológica siendo un estado patológico, esto significa que la persona no pueda producir ni ser creativa; están funcionando algunos aspectos
y otros están totalmente lesionados. La necesidad de estar juntos es increcendo, no siendo así en la emoción, que va en decrecendo. 

Enamoramiento tipo sentimiento:


Se caracteriza por ser una respuesta de moderada intensidad y larga duración, está dentro del campo de las variabilidades fisiológicas, existe una
necesidad moderada de compartir, hay más respeto a la independencia del individuo, la comunicación es mucho más operativa, hay una mejor
planificación, se conserva el análisis y la crítica. Existe un entendimiento funcional, etapas de mayor y menor afecto, la frecuencia sexual es mucho más
estable. Todos estos elementos hacen que la relación de pareja sea poco conflictiva y más estable.

Fase de Observación y percepción: 


En esta etapa hay búsqueda, lo que llamamos una observación y una percepción. No existe aquí posibilidad de haber desarrollado emoción, pasión ni
sentimiento. 

Fase del gustar reciproco: Tiene 6 factores determinantes.


1: Características socio – económicas: Cuando existen niveles socio económicos y socio culturales distintos, se debe analizar si pudiera surgir un
conflicto o no, esto debe hacerse previamente.

2.-Formación Ideológica: Hay que conocer cuáles son las ideas políticas, las creencias de cada miembro de la pareja.

3.-Nivel Intelectual y de Instrucción: Una capacidad adecuada de razonamiento y de análisis favorece la comunicación. Cuando éste es diferente
puede aumentar la capacidad de conflicto, la discrepancia, la dependencia. 

4: Metas individuales y de pareja: Cada persona tiene un proyecto individual, que no es mas que la suma de nuestros objetivos, lo que queremos
hacer con nuestras vidas. Cuando se conforma una pareja, debemos observar el proyecto individual del otro y ver hasta donde son compatibles ambos,
pues de no serlo, esto constituirá una fuente generadora de problemas. 

El aspecto físico, la apariencia no dejan de ser necesarias. Existen personas que tienen ciertos requerimientos en este aspecto y otros que lo
consideran efímero, pues es algo que pasa con el tiempo. 

5: Características personales: Es necesario una compatibilidad, si embargo el hecho sexual en si mismo es modificable con información, con
orientación o terapia. Es por esto que no debe convertirse en un requisito indispensable

6: Aspecto Sexual :
Capacidad voluntaria de ceder una posición o una decisión, pues alguien tiene que conducir la pareja. El doble voto debe ser ofrecido con orgullo, las
funciones de mando pueden se compartidas y alternadas. 

Conflicto Productivo: Es aquel que puede se resuelto después de confrontaciones y discusiones, llegando la pareja a convenios o acuerdos
satisfactorios para ambas partes, sirviendo este proceso para el crecimiento de la vida de la pareja.

Descripción de los diferentes tipos de enamoramiento


Elementos del amor
Las investigaciones de Fehr y Russell no son, ni de lejos, las únicas que inquieren sobre cómo percibimos los distintos tipos  de amor. Los psicólogos
P. Shaver y J. Schwartz [2] realizaron en 1992 una serie de estudios empleando un procedimiento parecido. Analizaron detenidamente los juicios de
parecido o semejanza entre distintas palabras vinculadas a las emociones, descubriendo que amor, cariño, afecto, atracción y cuidado constituían un
bloque bastante uniforme. En consecuencia, los estudios de Shaver y Schwartz concluyeron que la concepción que tenemos del amor resulta muy
compleja, y no existe una delimitación manifiesta entre el amor y sentimientos o emociones parecidas.

La clasificación más importante y que congrega a un mayor número de expertos acerca de cuáles son los tipos de amor es la Teoría Triangular de
Sternberg [3]. Esta categorización se construye en base a tres dimensiones o elementos esenciales en el amor, que son éstos:

1. Pasión
La pasión es el estado de excitación física y mental descrita durante siglos por escritores, poetas y filósofos, pero también por científicos. La atracción
entre dos cuerpos y el deseo sexual son sus partes básicas. Algunos investigadores, como Bratslavsky y Baumeister, definieron la pasión en el amor
como un agregado de sentimientos de gran intensidad enfocados a la atracción hacia otra persona, caracterizados por la activación biofisiológica y la
aspiración de unirse a ella a todo nivel (sexual, sentimental…). 

Sin embargo, hay que señalar que, en caso que la persona sea deseable como pareja sexual, la pasión incorpora dos elementos: la atracción y
el apetito sexual. En cambio, pueden existir sentimientos de pasión carentes de estos dos elementos, como la pasión hacia un hijo.

2. Intimidad
Este elemento constitutivo del amor se expresa como un sentimiento de unión, proximidad y afecto hacia la otra persona, así como la preocupación
para incrementar su bienestar, para proporcionar y recibir apoyo sentimental y comunicar las opiniones y emociones personales, así como escuchar y
atender a las del otro. Los investigadores reportaron que este elemento del amor engloba una concepción de empatía mutua, actitudes amables y
benévolas hacia la otra persona, y la comunicación permanente del afecto compartido.

3. Compromiso
El compromiso puede expresarse a corto plazo como la decisión explícita de querer compartir tiempo y espacio, o a largo plazo como el  compromiso de
cuidar y alimentar ese amor. Estos dos componentes no tienen por qué darse siempre conjuntamente. El compromiso es un elemento que puede
manifestarse a pesar de que intimidad y pasión hayan desaparecido. 

Algunas veces, la relación que hay entre dos personas puede ir progresando a lo largo del tiempo, y la pasión y la intimidad ir deteriorándose. En este
caso, solo permanecería el compromiso, entendido como la voluntad de proseguir en la relación. En el caso de culturas en que se llevan a cabo
matrimonios de conveniencia pactados entre dos familias, el componente del compromiso se manifiesta al inicio de la relación, y el tiempo dirá si pasión
e intimidad también aparecerán.

Tipos de amor
En la Teoría Triangular de Sternberg, el amor se representa con cada uno de estos elementos en su forma genuina, formando los tres vértices de un
triángulo equilátero. No obstante, las relaciones amorosas reales los tipos distintos de amor se entrelazan y se combinan entre sí, dando lugar a
diferentes clases de amor (o formas de amar). Estos tipos de amor serían los siguientes:
1. Amor romántico
Se constituye a partir de la combinación entre intimidad y pasión. Este tipo de amor surge cuando los amantes tienen una atracción tanto física como
emocional, a pesar de que este sentimiento de vinculación no viene de la mano de compromiso. El ejemplo recurrente de este tipo de amor lo podemos
encontrar en muchos arquetipos surgidos de la literatura, como Romeo y Julieta, del autor británico William Shakespeare.

2. Amor compañero
Se basa en la combinación de los elementos de intimidad y compromiso. En este caso, es un amor cuya ambición es la preocupación por la felicidad y
el bienestar del otro. Es un cúmulo de necesidades como el apoyo social, el apoyo emocional, la comprensión mutua y la comunicación. Las personas
que viven este tipo de amor se sienten íntimamente unidas y comparten tanto sus emociones, sus conocimientos o sus posesiones.

3. Amor fatuo
Se fundamenta en la mezcla de compromiso y pasión, sin que haya podido transcurrir el tiempo necesario para que aflore la intimidad. Este tipo de
amor se expresa cuando, por ejemplo, dos personas contraen matrimonio al poco tiempo de haberse enamorado, y todavía no ha surgido el
componente de la intimidad. Por ello, en estos casos sigue dedicándose bastante esfuerzo a ofrecer la mejor imagen de uno mismo ante los ojos de la
otra persona.

¿Existe el "amor perfecto", según la teoría de Sternberg?

Esta combinación de intimidad, pasión y compromiso desencadena lo que Sternberg definió como amor completo o amor perfecto. Según el autor, es la
clase de amor que casi todas las personas aspiran a vivir. No es ninguna exageración afirmar que el amor perfecto es difícil de conseguir, y mucho más
de mantener. Pero, después de todo, no siempre buscamos este tipo de amor en todas las relaciones íntimas que tenemos a lo largo de la vida; de
hecho, esta clase tan particular y única de amor la reservamos para unas pocas relaciones que colman nuestras expectativas a nivel emocional y
sexual, y tratamos de priorizarlas. Son aquellas relaciones que, terminen bien o no tan bien, dejan una huella imborrable en nuestra memoria.

Cada uno de los tres elementos axiales del amor que hemos descrito suele tener una progresión distinta a lo largo del tiempo de la relación. Es notorio
que la intimidad se va desarrollando progresivamente a medida que avanza la relación, y puede ir aumentando con el tiempo, pero este crecimiento
suele ser más abrupto en las primeras etapas del noviazgo.

En lo que hace referencia a la pasión, ésta se expresa de un modo muy intenso en el inicio, y crece de forma acelerada, pero más tarde decae
lentamente conforme la relación va pasando por etapas más avanzadas en el tiempo, hasta estabilizarse. Por su parte, el compromiso aumenta de
forma lenta al principio (de una forma incluso más lenta que la intimidad), para alcanzar un punto de equilibrio y estabilidad en el preciso instante en
que las recompensas y los costes de la relación son claramente perceptibles.

Nuestro cerebro y el amor

La comprensión que tenemos sobre el amor cambió en 1986 con la publicación del psicólogo Robert Sternberg en la revista Psychological Review. En
la revista explicó su teoría triangular del amor, que cambiaría por completo nuestro conocimiento sobre uno de los sentimientos más estudiados.
La teoría triangular del amor

La primera característica que determina nuestro tipo de relación amorosa es la intimidad. Cuando tenemos intimidad con nuestra pareja tenemos apego
en nuestra relación y sentimos una conexión especial, lo que nos lleva a sentirnos cercanos a nuestra pareja. Nuestro vínculo es afectivo, pues
sentimos afecto hacia la persona. La intimidad es la característica responsable de que deseemos regalar a nuestra pareja lo que más quiere esta
Navidad. Es la característica responsable de que le sorprendamos con su plato favorito, le contemos nuestros secretos y miedos y queramos descubrir
lo que le hace feliz. Según Sternberg, algunas relaciones amorosas tienen intimidad pero otras parejas, en cambio, no tienen este vínculo afectivo.

La segunda característica que determina nuestro tipo de relación amorosa con nuestra pareja es la pasión. Esta intensidad suele estar presente
durante el comienzo de una relación, pero disminuye con el paso del tiempo.
Otras parejas, en cambio, nunca llegan a sentir pasión.

La tercera y última característica que determinará qué tipo de relación amorosa tenemos con nuestra pareja es el compromiso. Las parejas
comprometidas son conscientes de lo mucho que se quieren, y no desean que el amor acabe nunca. Toman decisiones que les afectarán a largo plazo
como pareja, y estas promesas se mantienen incluso cuando la pareja está atravesando malos momentos. Al igual que las otras dos características,
para Sternberg el compromiso no está presente en todas las relaciones de pareja.

¿Qué significa la teoría triangular del amor?

Según Sternberg, la relación que tenemos con nuestra pareja puede cambiar con el paso del tiempo. Puede comenzar con mucha pasión y sin
embargo perder esta intensidad al cabo de unos meses. La pareja podría no sentirse comprometida durante el comienzo de la relación, pero las
decisiones que les afectarán a largo plazo podrían tomarse más adelante, cuando se conozcan mejor y cuando vayan teniendo más intimidad.

Para el psicólogo, las relaciones pueden tener una combinación de estas tres características (o podrían tener las tres). Sin embargo, no es muy
probable que el amor de una pareja que solamente tenga una de las tres características sea para siempre.

Al jugar con las diferentes combinaciones de características descubrimos cuáles son los siete tipos de amor.

Los siete diferentes tipos de amor.

1. Cariño. Esta relación es propia de dos personas que solamente sienten amistad, pues la única característica que tendrán es la intimidad. Se quieren,
pero no sienten pasión y no toman decisiones que les unirán a largo plazo. Muchas relaciones de pareja comienzan de esta manera, pues durante el
principio solamente son amigos.

2. Encaprichamiento. Este tipo de relación solamente tiene una característica: la pasión. No tienen intimidad, por lo que no se conocen realmente ni
comparten sus miedos y alegrías, y tampoco tienen planes a largo plazo. Muchas parejas comienzan una relación que, para ellos, ha sido 'amor a
primera vista'.

3. Amor vacío. En este tipo de relación solamente hay compromiso, pues la pareja no tiene confianza ni siente pasión. Esta relación es común cuando
se forma un matrimonio por conveniencia, o cuando dos personas que llevan muchos años juntos aún tienen intenciones de seguir juntos pero ya no
sienten nada más.

4. Amor romántico. Sternberg describe estas relaciones como una combinación de pasión e intimidad. Se quieren y lo comparten todo, pero no hacen
planes de futuro.

5. Amor sociable. Este tipo de relación incluye las características de intimidad y compromiso. La característica que falta es la pasión, que podría haber
desaparecido con el paso de los años de relación.

6. Amor fatuo. Es la combinación de pasión y compromiso. Falta la intimidad, pues no se muestran abiertos y no sienten un vínculo o conexión fuertes.

7. Amor consumado. Es el tipo de relación que todas las parejas buscan, pues combina la intimidad, la pasión y el compromiso. Según el psicólogo, lo
difícil no es alcanzar esta etapa sino permanecer en ella, pues con el paso de los años es habitual que las parejas pierdan la pasión que una vez
sintieron.

Desarrollo evolutivo del amor de pareja

Somos una especie especial. En el resto de animales son las hormonas las que fuerzan a la hembra a aparearse y el olor que producen estas
(feromonas) estimula a los machos en la consecución de su función, mientras, en los humanos el apareamiento y la atracción sexual no está regulada,
en su mayor parte, por las hormonas. Es decir, estas influyen, pero no es el determinante de la atracción. En consecuencia de esto, no dependemos
necesariamente, a diferencia del resto de animales, de un periodo de “estro o celo” para tener relaciones, pudiendo optar a ellas en cualquier momento.

Por estas razones, los seres humanos han desarrollado otros mecanismos diferentes a las hormonas (que no nos activan tanto), como por ejemplo la
atracción de los estímulos visuales. A lo largo del desarrollo evolutivo del hommo sapiens sapiens a medida que su área cerebral encargada de
procesar olores y detectar feromonas se reducía, aumentaba el área de procesar estímulos visuales (corteza cerebral del lóbulo occipital) y
paralelamente también otra zona ocupaba el espacio que dejaban las zonas de percepción olfativa, aquella zona encargada de procesar nuestras
emociones y sentimientos aumentaba (sistema límbico), algo así cómo nuestro verdadero “corazón” se estaba gestando donde ante habitaba la
percepción de feromonas.

Ahora somos una especie que prefiere estímulos visuales atractivos antes que otros. Las mujeres se sienten atraídas por aquellos hombres de cintura
estrecha, anchas espaldas, ojos claros y rasgos simétricos. Los hombres por aquellas mujeres de anchas caderas y delgada cintura, pechos grandes,
busto delicado, ojos claros y rasgos simétricos. Si bien es cierto que el canon de belleza es mucho más claro en mujeres. Ya que es un hecho que las
mujeres se fijan menos en el físico que los hombres y por tanto un canon de belleza en estos tiene menor importancia frente a otros aspectos del
carácter, cómo la dominancia, la capacidad de control, labia, empatía y no tan en primera instancia, el estatus y la capacidad del mismo para apoyarla
con la crianza de los hijos o asegurarla un futuro estable.
Los hombres se excitan más ante estímulos sexuales visuales y los signos de juventud, salud y fertilidad en las mujeres, por el contrario las mujeres se
sienten más atraídas por los signos de compromiso, estatus y recursos materiales, el apetito sexual de las mujeres es más sensible, es por ello que las
mujeres tienen una mayor tendencia a la bisexualidad. Según la Dra. Marta Susana Martín.

También es simbólico que seamos la única especie que oculta tanto su periodo ovulación como sus actos de apareamiento. "Ni la propia mujer sabe en
qué momento ocurre la ovulación, cuando es fértil, a no ser que realice una serie de cálculos. La no existencia de épocas de celo o estro en la especie
humana, conlleva el que el acto sexual humano tenga dos funciones: por una parte la consecución de la reproducción de la especie y por otra el
disfrute sexual en sí, interpretado por algunos como un hecho claro de que se halla también al servicio de la vinculación de pareja"(Eirl-Eibesfelt, I.,
1993).Otro hecho que propicia el amor es que somos una especie, que en proporción con otras, tenemos uno de los más bajos potenciales
reproductores.

Por tanto, si las hormonas no nos fuerzan a aparearnos y si tenemos un bajo potencial reproductor ¿Cuál es la motivación básica que asegura que
hombres y mujeres continúen relacionándose sexualmente y, de este modo, seguir reproduciéndose? Pues la respuesta radica en nuestra naturaleza
social y psicológica. Aquí es dónde hacen aparición y entran en juego los fenómenos característicos humanos de afectividad, placer y amor.

Es decir; al igual que la jirafa de Darwin alargó su cuello para alcanzar su alimento, el ser humano desarrollo la afectividad , el placer y el amor para
superar inconvenientes como que procreamos a escondidas (surge la intimidad), que las hormonas pierden poder (afectividad), que los niños a veces
"se ponen difíciles"(placer para seguir intentándolo más meses) y que las relaciones por tanto deben ser más duraderas, y sobre todo la individualidad
humana (entran en juego el amor y el compromiso).

Paralelamente a estos cambios históricos se van produciendo cambios en nuestras conexiones cerebrales, en lo que se traduce nuestros gustos, ideas
sobre el mundo y nuestro comportamiento en última instancia, que a gran escala vuelven a cambiar el mundo, a lo que nos exponemos y lo que
percibimos en este infinito bucle de retroalimentación interactiva entre genética y ambiente. De esta forma se aparece y se incrementa la capacidad
orgásmica de las hembras, con el fin, según investigaciones especulativas, de retener un mayor esperma de aquellos “machos” que son capaces de
asegurarlas una progenie de mayor “calidad”.

Se podría decir que las mujeres tienen orgasmos con mayor frecuencia con parejas simétricas (con rasgos faciales más simétricos), como una forma de
incrementar su posibilidad de tener los hijos de estos hombres que tienen mejores genes. Reiteradamente quien se asoma a la biología nota que
aunque desde la óptica del cerebro parece que somos nosotros los que llamamos las jugadas, son los genes los que en realidad manipulan el destino
de este juego.

Hay estudios, que de hecho, demuestran que biológicamente el tiempo medio que dura el amor es justo aquel que un ser humano tarda en tener una
prole y criar a los hijos. De 3 a 4 años. La conocida crisis de los 3 años no es una invención sin fundamento. Y es que las relaciones monogámicas
tienen una naturaleza transitoria. Parece que finiquitada la función reproductiva empiezan a aflorar los malestares. Tranquilos, no todo es tan malo
como se pinta, otros estudios calculan que en torno a un 50% de los matrimonios son para siempre. Una moneda cara o cruz. ¿Te atreverás cuando
llegue el momento? ¿Porque, aun con esta naturaleza transitoria del "verdadero primer amor de una relación" seguimos junto con alguien?¿Porque
siguen funcionando la mitad de los matrimonios? Por lo siguiente:

La liberación de la mujer:

Estás bases biológicas de la sexualidad humana resuelven muchas preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez y que nos han llevado en
algunos casos a malas y nocivas interpretaciones sobre el sexo.

Por ejemplo, creer que las mujeres tienen menor deseo sexual. Esto no es enteramente así. Cierto que los estudios al respecto ponen datos sobre la
mesa cómo que los hombres tienen un mayor “apetito sexual” que las mujeres. Pero ese menor apetito sexual de las mujeres está condicionado por
factores no sexuales.

En otras palabras, el macho, evolutivamente hablando, siempre ha tenido el cometido de montar a la hembra y dejarla preñada antes de que viniera el
depredador de turno y le comiera sin antes haberse reproducido y haber dejado huella en este mundo. Estos “instintos” siguen teniendo su espacio en
nuestro cerebro. De ahí la impulsividad del hombre y de ahí también la eyaculación precoz. Haber estado expuesto a todas esas situaciones en las que
se debe hacer “rápido y a escondidas” lleva a un aprendizaje del “descontrol” y no del “control” que poco tiene que ver con la ansiedad que algunos
atribuyen, equivocadamente, como causa de dicha disfunción. Si además de estas predisposición innata e instintiva al descontrol los chavales
aprenden en su adolescencia a masturbarse rápido y a escondidas antes de que les pillé por casa algún familiar tenemos como resultado más que
probable la eyaculación precoz.

Y al igual que los hombres, las mujeres también tienen ciertas “secuelas” evolutivas en su forma de ser y actuar actuales. Mientras que “el macho” tenía
la responsabilidad de defender la manada de depredadores u otros ataques hostiles, la mujer debía hacerse con el cuidado de las crías. Además los
hombres tenían la mala costumbre de morirse dejando a la mujer como diríamos” compuesta y sin novio” y con unas cuantas “crías “a su cuidado.

Es por ello que la mujer muestre menor “apetito sexual”. No porque no lo tenga, sino porque para activarlo necesita sentir que el entorno sea seguro
para criar un posible hijo. A pesar de que, hoy en día, con la gomita sabe que hay un 1% de probabilidades de tener ese posible hijo. Hay algo,
prehistórico, instintivo, en su cabeza que la lleva a sentir cierto riesgo. Confusión que ha llevado a la mujer a una pasividad ante la represión sexual
absurda durante años.

Es decir, que la mujer necesite un entorno favorable, no quiere decir que no puede llegar a excitarse tanto cómo un hombre o más, y mucho menos,
que sea algo malo o pecaminoso para ellas. Todo eso del "riesgo" a quedarse embarazada no quiere decir que la mujer cuando se acuesta con un
hombre esté pensando en eso. De lo que estamos hablando es de móviles o resortes inconscientes que muchas veces explican que los "estereotipos"
sean estadísticamente ciertos, como por ejemplo que el hecho de que las encuestas (anónimas) informen de las significativas diferencias en la
frecuencia masturbatoria entre mujeres y hombres o que aunque en la actualidad ambos sexos tengan el mismo derecho y libertad sexuales, la tasa de
promiscuidad e infidelidad sigue siendo mucho más elevada en hombres que en mujeres. Esto no lo digo yo, lo dicen las encuestas. Si es cierto, el
debate y la controversia está abierta, si no lo es, cabe mayor controversia porque habrá que ponerse a pensar porque las mujeres u hombres mienten
en tales encuestas.
Cómo decía anteriormente hay que separar rasgos sexuales, de rasgos emocionales. Esto no se ha hecho hasta hace poco para con la mujer. El
machismo, la iglesia y las tradiciones imperantes anularon la sexualidad de la mujer convirtiendo su papel sexual en algo pecaminoso asociado a
sentimientos de culpa. Ahora se sabe que no es así con datos empíricos al respecto.

Por ejemplo; si bien la libido de la mujer es más intensa, también es menos constante, ya que su contexto social y emocional es más amplio, y es
“exactamente igual de duradera en el transcurso vital.

También es incierto que las mujeres tarden más que los hombres en excitarse. Eso es solo una excusa masculina para justificarse ante la mujer cuando
esta se queja de que siempre es él que acaba antes y la deja digamos “colgada”. Si es cierto que las mujeres tardan más en llegar al orgasmo, pero por
un hecho muy simple, cuando el hombre ya inicia el coito, después de un rato ya excitado las mujeres apenas han comenzado a excitarse. Esta
situación, si se da de forma repetida o la mujer es reactiva a ella, puede llegar a desembocar en muchos casos en frecuentes problemas de
anorgasmia femenina. Se ve, por tanto, que a pesar de la liberación de la sexualidad de las mujeres de la actualidad todavía siguen teniendo ciertas
“secuelas” de la cultura pasada. Siguen teniendo un sentimiento de culpa que las lleva a pensar que ellas tienen el problema, y dado su papel
únicamente pasivo, no pueden ni deben hacer nada al respecto. La iniciativa en buscar lo que excite más o menos es cosa únicamente del hombre.
Creen que el problema de no llegar al orgasmo es suyo cuando no se han percatado que el problema lo tienen ellos y se llama eyaculación precoz.
Muchos problemas por los que las parejas acuden a clínicas de orientación sexual se asientan principalmente en estas falsas creencias irracionales
pasadas pero todavía presentes en muchas mentes.

Una de las más importantes es creer que el papel sexual del hombre es únicamente activo y el de la mujer únicamente pasivo, eso lleva a un exceso de
responsabilidad para el hombre que muchas veces se traduce en impotencia sexual o una incapacidad de decisión y falta de sensación de control
sobre la situación para la mujer que se traduce en falta de deseo o anorgasmia.

No obstante, asistimos hoy a una gradual desaparición de la doble moral sexual. Las mujeres comienzan a tener experiencias sexuales más
tempranamente, asimismo tienen más amantes antes del matrimonio y llevan a cabo más experimentos sexuales con sus parejas. Vemos así mujeres
que disfrutan de la promiscuidad, otras que contratan los servicios de taxi boys, otras son bisexuales o lesbianas. Hoy en día las mujeres comienzan a
expresar su sexualidad desde la temprana adolescencia hasta la vejez. H. Fischer, profesora de universidad de investigación de Ruters University de
New Jersey, opina que es “una vuelta, tal vez, a los modos de vida ancestrales de las mujeres”.

Muchos son los factores que han contribuido al avance de la libertad sexual entre los que podemos señalar el predominio de la vida urbana, la
disminución del analfabetismo, el desarrollo de la educación, una mayor independencia económica, el aumento de las tasas de divorcio, la reducción
del tamaño de las familias como consecuencia de métodos confiables de contracepción y por último y no menos importante la influencia de los medios
de comunicación (TV satelital, internet, etc.).

Origen del deseo sexual humano

El deseo sexual humano se origina en el hipotálamo (parte primitiva del cerebro), luego a través de una red de complejas conexiones y reacciones
segrega elementos químicos que se vierten en la sangre y estimula las gónadas para que produzcan los andrógenos, en especial la testosterona y los
estrógenos, en especial estradiol. También el córtex adrenal está involucrado en la función del erotismo humano.

El equilibro de todas estas sustancias que nos conducen a la cama es extremadamente complejo. La testosterona tiene un papel importantísimo.

Las mujeres con alto nivel de testosterona tienen más deseos sexuales como así también más pensamientos relacionados con el sexo que las mujeres
con bajos niveles de testosterona, asimismo hacen el amor y se masturban con más frecuencia.

En el momento de la ovulación, cuando los niveles de estrógenos y de testosterona están muy elevados, algunas mujeres incrementan su deseo
sexual, otras lo sienten después de la menstruación, como un efecto retardado de los altos niveles de testosterona que se producen a la mitad del ciclo
menstrual. No se sabe si la testosterona tiene su punto álgido en el otoño, pero los niveles de testosterona en los hombres son más elevados en los
meses de noviembre y diciembre (en el hemisferio norte).

Los niveles más altos de testosterona tanto en hombres como mujeres se produce alrededor del amanecer. Podemos decir entonces que sólo somos
hormonas que caminan, de ninguna manera, la expansión de nuestra corteza cerebral nos permite decidir cuándo, dónde, con quién y cómo expresar
nuestros impulsos sexuales. Asimismo podemos decidir no expresarlos.

Los hábitos sexuales de hombres y mujeres difieren, y éstos se originan casi todos en la corteza de sus cerebros., pero también difieren desde el punto
de vista genérico.

Por ejemplo; los hombres tienen una mayor tendencia a recordar determinados aspectos de episodios sexuales pasados como puede ser una prenda
de vestir, un aroma en particular. La psique femenina está menos sujeta a este tipo de “condicionamiento”. A los hombres los estimula más lo visual y
usan con más frecuencia materiales pornográficos visuales, no sorprende que los 500 millones de dólares que genera hoy por hoy el negocio de la
pornografía en EE.UU. se deba casi exclusivamente al gasto masculino.

Helen Fisher, sostiene que “esta necesidad masculina de mirar tiene un efecto darwiniano. Al mirar a una mujer, el hombre juzga la salud y el vigor de
ésta. Al subir sus niveles de testosterona recibe el estímulo sexual que le lleva a cortejar a las que parecen, jóvenes y sanas, y fértiles”

Si bien a las mujeres también les excitan las imágenes, es en menor medida que a la hombres, a ellas les produce mayor excitación las palabras, las
imágenes y los temas románticos de las películas e historias, estas fantasías sexuales incluyen el afecto y el compromiso, les interesan las palabras,
son más sensibles a las caricias corporales y se interesan más por la gente. Estas preferencias por la charla, las caricias y las relaciones románticas
con parejas previamente conocidas “tiene muy probablemente un objetivo evolutivo, La mujer se arriesga a quedarse embarazada cuando hace el
amor”. (Helen Fisher, “El Primer sexo”2001, Grupo Santillana Editores.) Los productores de películas porno de EE.UU. han comenzado a tener en
cuenta estos gustos femeninos y a fin de captar una clientela femenina incluyen en sus producciones algunos diálogos y una apariencia de argumento
romántico.

Cuándo y cómo nos enamoramos

Helen nos descubre las claves porque nos enamoramos de alguien, las claves según ella es importante el tiempo y los elementos culturales, se deben
encontrar en el momento para enamorarse, también habla del perfil inconsciente que buscamos en base a nuestra infancia nuestra experiencia,
nuestros padres, nuestro entorno, del colegio, de cuando conseguimos el momento adecuado y encontramos a la persona que encaja en ese perfil, es
entonces cuando los circuitos cerebrales pueden ponerse en funcionamiento, y producir las reacciones químicas, pero que no se va a elegir una
persona determinada, en el hombre es muy típico la belleza y la juventud, en la mujeres impresiona más la riqueza y la buena posición; la mujer le entra
más por los ojos, la mujer es más sensible a la palabra y a los detalles.

Cuando nos enamoramos se produce una proyección en el cerebro en la química de los circuitos cerebrales. Fisher estudió los cerebros enamorados y
descubrió varias cosas:

1) vio que la dopamina, la norepirefrina y la serotonina, son las sustancias que ha detectado, son como drogas naturales cuando nos enamoramos,
esa especie de locura que acompaña al estado de estar enamorados lo producen los altos niveles de dopamina y norepirefrina, y el nivel bajo de
serotonina.

2) la dopamina además de aumentar la testosterona la hormona del deseo sexual, está asociada a una gran euforia y dependencia, que son síntomas
de adicción.

3) el alto nivel de norepirefrina produce euforia y pérdida de apetito.

4) el bajo nivel de serotonina tiene que ver con la obsesión de estar con el amado, de querer estar con el amado.

Amor o capricho. Cómo distinguirlos.

Para finalizar me gustaría hacer una distinción que solo existe entre "Psicólogos". Pero que, por su importancia, debería comprender más gente Un día
escuchando en una clase de la asignatura "Fundamentos psicosociales del comportamiento" se dijo que había que distinguir entre "Amor y
"Enamoramiento". El enamoramiento se entiende como una forma de "encaprichamiento" con alguien que suele ser opuesto a ti, a tu forma de ser.
Tiene más que ver con el "poder". Por algo nos enamoramos cuando somos jóvenes. Porque creemos que estamos por encima de todo y de todos,
pero cuando pasa el tiempo te das cuenta de que solo eres uno más y muy distinto al resto.

Enamorarse tiene que ver más con el poder porque en el fondo no nos enamoramos de esa persona sino de la idea de poder hacer cambiar a esa
persona. ¿Y qué mayor poder hay en el mundo que cambiar la forma de ser de alguien a la tuya propia?.. Bien, pues eso no es amor, eso es
enamoramiento. El amor cuenta con el componente que le falta al enamoramiento, la noción de "compromiso" con alguien. ¿Y por qué nos
comprometemos con alguien? Porque nos da aquello que necesitamos y que nadie más nos puede dar. Necesidad esa es la palabra. El amor
verdadero, lejos del poder del enamoramiento, se puede distinguir por esa "sensación de paz" de la que la gente habla. Poniéndonos poéticos
podríamos decir que el amor verdadero te da esa paz porque "te hace libre" porque ya no necesitas invertir más esfuerzos inútiles en ser esa persona
que crees que el mundo espera que seas, ( y ya te has dado cuenta de que al mundo poco le importas tú y tus logros) porque ya has encontrado a una
sola persona que te quiere tal y cómo eres. Y con una ya es suficiente, para que toda vida, e incluso, toda muerte tenga sentido.

Muchas teorías, que probablemente tengan razón, hablan de un egoísmo genético, muchas teorías hablan de que solo buscamos a alguien
"compatible" para no quedarnos sin dejar nuestra huella genética en este mundo y así sentirnos íntegros y realizados. Sentir que una parte de nosotros
perdurará para siempre. Y claro que lo hará. Yo siempre he creído que existe la vida eterna... en el ADN de nuestros hijos fruto del amor de dos
personas. Pero recuerden, si lo decimos bajito, nuestra vida no tiene por qué ser menos trascendente. Si existe otra clase de vida eterna, eso ni lo
afirmo ni lo niego, pero sé que esa respuesta jamás me hará vivir con más intensidad. En cambio, luchar por el amor si me lo permitirá.

Lo mismo podría ocurrir con los parientes, las parejas y los amigos. Decía antes que si se asegurara que los dos componentes de la pareja fueran
fieles, se favorecieran mutuamente y murieran al mismo tiempo, sus intereses genéticos serían los mismos, encarnados en sus hijos comunes. Se
puede imaginar incluso una especie en que todas las parejas estuvieran abandonadas en una isla para toda la vida y sus hijos se dispersaran al llegar
la madurez, para no regresar jamás. Dado que los intereses al principio genéticos de los dos que forman la pareja son idénticos, se podría pensar al
principio que la evolución les otorgaría la dicha del amor sexual y romántico y de la amistad perfecta.

Pero según Symons, nada así ocurriría. La relación entre la pareja evolucionaría hasta ser igual que la simple relación entre las células de un cuerpo,
cuyos intereses genéticos son también idénticos. Las células del corazón y las del pulmón no tienen que enamorarse para vivir en perfecta armonía.
Del mismo modo, las parejas de esa especie tendrían relaciones sexuales con el único objetivo de procrear (¿por qué desperdiciar energía?) y el sexo
no proporcionaría más placer que el resto de la fisiología reproductora, por ejemplo la liberación de hormonas o la formación de gametos:

No existiría el enamoramiento, porque no habría compañeros alternativos entre quienes escoger, y enamorarse sería un inmenso despilfarro. Uno
querría a su compañero literalmente como a sí mismo, pero ahí está la cuestión: uno no se quiere a sí mismo, excepto metafóricamente; uno es él
mismo. Los dos serían, en lo que la evolución se refiere, una misma carne, y sus relaciones estarían gobernadas por una fisiología mecánica [...].Uno
podría sentir dolor si observara que su compañero se corta, pero nunca se desarrollarían todos los sentimientos que tenemos hacia nuestra pareja y
que hace tan maravillosa la relación cuando funciona bien ( y tan dolorosa cuando no funciona ).Aun en el caso de que la especie los tuviera cuando la
pareja inició ese modo de vida, la selección natural los eliminaría, como eliminó los ojos del pez que vive en las marismas más profundas, porque
serían un alto coste y no reportarían un beneficio alguno.

Lo mismo ocurre con los sentimientos que tenemos hacia nuestra pareja, familia y nuestros amigos: la riqueza e intensidad con la que los albergamos
en la mente son la prueba del valor y la fragilidad que esos lazos tienen en la vida. En resumen, sin la posibilidad de sufrir, lo que tendríamos no sería
una dicha armoniosa, sino que, al contrario, careceríamos por completo de lo que nos hace humanos; la empatía y la conciencia.
Steven Pnker. La negación moderna de la naturaleza humana.

“El éxito de las relaciones amorosas no se debe medir por su duración, sino por lo buenas que fueran mientras duraron” Solo así aprenderemos ha
hacer del amor algo satisfactorio y no una tortura ,para los hijos o para la propia pareja, por la que no merece la pena luchar . (Amores y desamores:
procesos de vinculación y desvinculación sexuales y afectivos. Félix López Sánchez, biblioteca nueva, 2009).

Variables afectivas y racionales intervinientes en la díada: Gustar recíproco (química del amor)

Una frase que da mucho que pensar, especialmente cerca de una fecha tan señalada como San Valentín. Vamos a analizar científicamente toda esa
"magia" que envuelve al 14 de Febrero intentando, brevemente, responder a tres cuestiones: ¿es lo mismo amor y enamoramiento?, ¿es el corazón el
órgano de las emociones, o es el cerebro? y ¿es el amor sólo química?
Desde la Edada Antigüa, concretamente en la cultura egipcia, se han encontrado escritos y documentos que partían de la idea de que la sede del alma
en el cuerpo residía en el corazón. Este órgano, asociado a la vida y a la muerte (incluso a los valores y al estilo de vida en expresiones como
"hombres de corazón puro"), se consideraba el eje del intelecto humano y de sus emociones, conociéndose en la historia de la filosofía, psicología y
neurología a esta teoría como cardiocentrismo.

La otra postura, la que mantiene que es el cerebro el órgano de nuestro intelecto, psique o alma, (aunque son conceptos distintos se utilizan como
sinónimos en muchas ocasiones) se denomina cefalocentrismo, y es postulada por primera vez en la historia por Alcmeón de Crotona e Hipócrates (IV-
V a.C), padres de la actual medicina y origen del famoso "juramento hipocrático" que realizan los médicos. Nadie duda hoy de que las alteraciones
encefálicas y neurológicas pueden producir, según la gravedad y localización de las mismas, diferentes alteraciones mentales y comportamentales, por
lo que está más que demostrado científicamente que es el cerebro la sede del intelecto. Sin embargo, fuera de los círculos científicos y académicos, a
nivel popular, muchas personas funcionan con una creencia dualista de que una cosa es el intelecto, "lo intelectual", "lo racional", y esto se encuentra
en el cerebro, y otra cosa es "lo emocional", "lo pasional" y esto, como se siente con el corazón, pues…se encuentra en él.

Incluso Pascal, matemático, físico, filósofo cristiano y escritor francés de mediados del siglo XX, escribió la frase que ha pasado a la historia "el corazón
tiene razones que la razón no comprende". ¿De dónde deriva esta idea?

Fue Platón, base indiscutible de la filosofía occidental y con más influencia en el cristianismo de lo que mucha gente piensa, quien hablaba no de un
alma, sino de tres, alma racional, alma irascible y alma concupiscible.

En el mito del carro alado, Platón representa el alma racional con la metáfora del  auriga (persona que conduce un carro tirado por dos caballos o biga).
Es la parte más excelente del alma, se identifica con la razón, el conocimiento y la realización del bien y la justicia. Es un principio divino y dotado de
inmortalidad. La sitúa en la cabeza (el cerebro).
En ese mismo mito representa el alma irascible con la metáfora del caballo bueno y dócil a las instrucciones del auriga. En el alma irascible se
encuentra la voluntad, el valor y la fortaleza. La sitúa en el pecho (el corazón).

Platón representa el alma concupiscible con la metáfora del caballo malo, poco dócil y que dirige al carro hacia el mundo sensible. Es la parte del alma
humana más relacionada con el cuerpo, los placeres sensibles y los apetitos o deseos (deseos sexuales, apetitos por la comida, etc.). A diferencia del
alma racional, ésta es mortal. La sitúa en el abdomen y bajo vientre.

Así, nuestra cultura, tremendamente influenciada por Platón y el Cristianismo, ha llegado hasta nuestros días con este dualismo cerebro-corazón,
favorecido sin duda porque:

Las emociones las sentimos en el corazón (que no es lo mismo que sentirlas por el corazón). Al corazón llegan órdenes del cerebro de
neurotransmisores y hormonas que regulan su funcionamiento y lo preparan para la pertinente acción desencadenada por la emoción. Nosotros no
sentimos el cerebro, pero sí los latidos del corazón, lo que nos hace asociar a éste órgano con las emociones, pero de nuevo repito que el corazón las
sufre, no las provoca.

Los procesos voluntarios y racionales sí los ubicamos en el cerebro (como atender, memorizar, comprender) y han dado lugar a expresiones como
"cabeza de chorlito", "no tiene dos dedos de frente" o "la cabeza sólo le sirve para llevar sombreros", pero los procesos emocionales son involuntarios,
inconscientes e instintivos, se pueden escapar de nuestro control (como el caballo indómito del mito de Platón), si no se aprenden a controlar (es lo que
se llama inteligencia emocional) por lo que los hemos centrifugado del cerebro, favoreciendo su caída en el corazón. Lo que sí se sabe hoy es que se
desarrollan en el cerebro, pero en áreas subcorticales como el sistema límbico, llamado también el cerebro emocional.

Dejamos así, más o menos clara, la idea de que la sede del amor es el cerebro y no el corazón, aunque podemos reconocer que existen algunas
posturas minoritarias dentro del panorama científico actual que mantienen aún ideas cardiocentristas.
¿Es lo mismo enamoramiento que amor?

Vamos ahora a responder a la segunda pregunta, sobre si es lo mismo enamoramiento y amor, y lo vamos a hacer partiendo nuevamente de la teoría
de platón y el mito del carro alado, y de la diferencia entre emoción y sentimiento, pues, aunque usamos estos dos términos como sinónimos, no lo son.

Emoción: Sin entrar en excesivos tecnicismos podemos decir que es una reacción psicofisiológica producida de forma instintiva por un estímulo. Es
algo impulsivo, intenso y poco duradero en el tiempo que sentimos como "un latigazo" y que parece que se escapa a nuestro control. Ejemplo de
emociones son la alegría, la tristeza, el miedo, la ira, el asco y el asombro, como se reflejaban en la película "Del Revés (Inside Out)". Así, cuando una
persona con aracnofobia ve una imagen de una araña por la televisión, siente una emoción de miedo, o asco, o ambas, por mucho que racionalmente
sepa que no es real.
Sentimiento: Resumiéndolo mucho sería una emoción + un pensamiento. Es decir, se trata de la toma de consciencia de forma racional de una
emoción que se repite en el tiempo. Conlleva por tanto procesos psicológicos superiores, es menos intensa que la emoción, pero es más duradera y
estable en el tiempo. Implica no sólo al cerebro emocional (sistema límbico), sino que establece conexiones con la corteza cerebral y procesos como la
atención (córtex prefrontal) y la memoria (córtex fronto-orbital y temporal). Siempre que explicaba esta diferencia a mis alumnos de 4º ESO, les decía,
"vuestros padres os quieren, son conscientes de ello y os podrían dar razones del porqué de ese sentimiento, os quieren incluso cuando la armáis y
ese día se cabrean fuertemente con vosotros, ese día tienen una emoción de rabia, que sabéis que se les pasará, pero no por eso dejan de quereros,
aunque os riñan". La rabia sería una emoción, el amor parental un sentimiento.

Si entendemos esa diferencia es fácil establecer la relación entre emoción y alma concupiscible y sentimiento y alma irascible. Así, hay personas que
establecen la diferencia entre pasión (emoción) y amor (sentimiento)

De esta forma llegamos a la diferencia entre enamoramiento y amor, entendiendo por el primero una emoción, una pasión que, neurológicamente anula
nuestro raciocinio (se producen desconexiones o inhibiciones del córtex frontal) y que hacen que idealicemos a la persona que tenemos frente a
nosotros mientras una montaña rusa emocional o mariposas en el estómago se apoderan de nosotros. Así, esta situación que muchos estudios sitúan
como preludio del amor, tiene fecha de caducidad, pues biológicamente estamos preparados para responder a las novedades y adaptarnos a los
estímulos y entornos estables, siendo entre seis meses y un año el término medio del enamoramiento.

¿Y qué pasa cuando se acaba la magia?

Pues, en el mejor de los casos, que llega el amor, como decía Erich Fromm. Si hemos pasado de idealizar a esa persona, y de que nos idealicen, para
conocernos realmente y aceptarnos como somos, si tenemos claro un proyecto por encima de las fluctuaciones emocionales (como en el ejemplo del
amor parental que antes describí), si sabemos que va a haber días buenos y otros no tanto, si somos conscientes de eso, entonces hemos dado paso
al amor, y éste, no tiene fecha de caducidad biológica, pues depende más de factores psicológicos, sociales, económicos o culturales que de
neurotransmisores. Así, el amor, como sentimiento que es, conlleva como os decía emoción + pensamiento. En cierta ocasión conocí a un cura que me
decía "lo peor que puede hacer una pareja es casarse enamorados, con amor sí, pero no enamorados, pues cuando se caigan de la burra de
idealizarse, ya veremos…"
¿Cuál es entonces la química del amor, o del enamoramiento, o de ambos?

Erick Fromm

Pues podemos decir que los neurocientíficos están estudiando el cerebro para tener una mejor comprensión de cómo la red neuronal del amor puede
facilitar a los médicos, psicólogos y otros terapeutas, nuevos tratamientos para las personas que sufren de trastornos como adicción al amor,
depravación amorosa, amor no correspondido, etc.

En el enamoramiento o el amor apasionado diferente neurotransmisor y hormonas entran en acción:

La Dopamina ayuda a controlar el centro de placer cerebral y regula la forma en la cual respondemos emocionalmente. La dopamina es la responsable
de la sensación de euforia.

La Noradrenalina ayuda a controlar las emociones y el estrés. Cuando se libera en la sangre de los amantes pueden ver estrellas, causa latidos
acelerados y palmas sudorosas. Por esta razón, y para aumentar esa sensación provocada por la adrenaliana, los enamorados hacen "cosas
arriesgadas", como subir a la montaña rusa, pasear en moto o en coche a velocidad o ir a ver juntos películas de terror, atribuyendo la sensación
producida por los picos de noradrenalina a la persona con la que estamos.

La Serotonina ayuda a regular la temperatura corporal, el estado de ánimo y el dolor. Sus niveles son bajos al inicio de una relación, es por eso que
uno tal vez se obsesione con alguien o tenga una pérdida de apetito, cambios en la temperatura.

La Feniletilamina: Es una anfetamina natural y puede causar los mismos efectos estimuladores que la conocida droga. Contribuye a esa sensación de
"estar en el cielo" que aparece cuando hay atracción, y da la energía necesaria para mantenerse en pie día y noche con un nuevo amor.

En el amor parece que el estallido de sustancias químicas del enamoramiento tiende apagarse con el tiempo, pero dos hormonas liberadas por el
sistema nervioso sirven para unir a las almas gemelas.

La Oxitocina, "la hormona del amor", está involucrada en el apego o vínculo parental, el comportamiento sexual y la unión. Sus niveles se elevan con
los besos o abrazos, esta hormona juega un papel importante en las relaciones sexuales, el parto y la lactancia.

La Vasopresina, hormona que, entre otros efectos, se cree que fomenta la fidelidad. Estudios con ratones de campo masculinos altamente
promiscuos, reveló que cuando se les suministro una dosis de vasopresina extra, se tornaron en compañeros fieles.

La Dra. Theresa Crenshaw, autora de "La alquimia del amor y la lujuria", dice: "La testosterona quiere irse de ronda, la vasopresina quiere quedarse en
casa". También describe la vasopresina como la atenuadora del deseo sexual del hombre. La vasopresina refuerza la inclinación protectora del padre
hacia su pareja y el bebé promovida por la testosterona, disminuye su agresividad, le vuelve más razonable. Al promover el pensamiento más racional y
menos caprichoso, esta hormona induce un papel sensible paternal, proporcionando estabilidad así como actitud de vigilancia.

Con el tiempo, niveles altos de oxitocina y vasopresina pueden interferir con los niveles de la dopamina y la norepinefrina, lo cual puede explicar por
qué la sensación de apego crece mientras que la locura apasionada del amor decae.

¿Podemos decir entonces que el amor es sólo química?, pues no, no es sólo química. Sí podemos decir que los factores químicos juegan un papel muy
importante en las primeras fases (amor a primera vista), pero a medida que nos movemos al polo del amor ya que entran en juego más factores
psicológicos, sociales y culturales. Incluso en las primeras fases hay patrones o concepciones culturales a cerca de la belleza. Pensemos que en un
espacio de menos de veinte años el "ideal" de belleza para las jóvenes occidentales ha pasado de ser "el metrosexual" imberbe, al barbudo "hipster", y
estos determinantes estéticos juegan ya su papel en el "amor a primera vista".

Se puede decir entonces que, en el amor la química es necesaria, pero no suficiente.

Por último, si usted o su pareja deciden salir por separado a tomar una copa con sus amigos o amigas, elijan un buen combinado de Oxitocina y
Vasopresina, y dejen, para cuando se reencuentren en casa, el combinado de Dopamina con Noradrenalina.

Conformación de la relación pareja

La relación de pareja es quizás la experiencia más gratificante en la que se ve envuelto el ser humano, razón por la cual ha sido objeto de la atención
del hombre desde tiempos muy antiguos. Ya en grabados sumerios con una antigüedad de 4.000 años antes de cristo se pueden observar imágenes y
frases románticas dirigidas a una pareja (Páez, 2006). De la misma forma durante la historia de la civilización la relación de pareja y el amor han sido
tema de canciones, poemas, pinturas, esculturas, etc. gran parte del arte está orientada sobre esta experiencia. Por otra parte, la psicología ha
estudiado también este fenómeno tratando de establecer el origen y las conductas características del amor y finalmente a fines del siglo veinte la
biología ha entrado en la carrera por explicar esta compleja experiencia del vivir humano entregándonos las bases neurobiológicas del amor, la
monogamia y la fidelidad. Conocer sobre el amor es ahondar en la naturaleza biológica misma del hombre, no por nada hoy por hoy los dos aspectos
más importantes del desarrollo de un individuo son el trabajo y la familia.

La experiencia amorosa se encuentra en todas las culturas (Jankowiak y Fisher, 1992) y es sin duda una de las situaciones más estimulantes en
nuestras vidas. Pese a la universalidad e importancia de esta situación solo hace unas pocas décadas que comenzó formalmente el estudio del amor.
En este aspecto es posible resaltar los trabajos de Rubin (1970) quien es el primero en descomponer el amor en dos factores: amar y gustar. Lee
(1977) habla de tres componentes primarios del amor: Eros, Storge y Ludos, que en su mezcla van generando diversos tipos de amor. Sternberg (1986,
1989) establece tres bases fundamentales del amor: intimidad, pasión y compromiso.

a) Cariño: Es la relación donde existe un alto grado de intimidad, de verdadera amistad, pero sin la pasión y el compromiso a largo plazo.
b) Encaprichamiento: Es una relación con alto grado de pasión, pero sin intimidad y compromiso, por lo cual tiende a disolverse con facilidad.
c) Amor vacío: Es la relación con un alto grado de compromiso, pero sin intimidad y sin pasión.
d) Amor romántico: Es la relación que se solventa en la intimidad y la pasión.
e) Amor sociable: Es la relación en donde existe la intimidad y el compromiso, pero no hay pasión. Esto es común en lo matrimonios de larga
duración.
f) Amor fatuo: Es la relación basada en la pasión y el compromiso.
g) Amor consumado: Es la relación en donde podemos observar los tres componentes: intimidad, pasión y compromiso. Gracias a los trabajos
revolucionarios de estos autores, el amor dejo de ser terreno de la filosofía y comenzó a ser parte de los objetos de estudios de las ciencias.
El cambio del amor del objeto al sujeto (Fromm, 1956) y los componentes del mismo (Sternberg, 1986, 1989), constituyen importantes avances por
explicar este complejo fenómeno y han incentivado a numerosos investigadores en el mundo a desentrañar esta experiencia. ¿Es lo mismo el amor y la
relación de pareja? La relación de pareja es una dinámica relacional humana que va a estar dada por diferentes parámetros dependiendo de la
sociedad donde esa relación sede. Estudiar el fenómeno de ser pareja amerita conocer el contexto cultural en donde ambos individuos han sido
formados y donde se desenvuelven, ya que esto influirá directamente en la forma en que ambos ven y actúan dentro de una relación. Revista Por otra
parte, el amor es un proceso netamente biológico y que no representa una característica exclusivamente humana, habiendo otros mamíferos y aves
que la experimentan. El amor está relacionado con la reproducción y la crianza, siendo un proceso determinado por nuestras funciones sistémicas
(Fisher, 2002). La relación de pareja es un proceso que abarca toda la naturaleza humana y en donde el amor es un elemento de la relación, pero no el
único que lo conforma. De ahí la importancia de establecer claramente las diferencias entre uno y otro, mientras que el amor es estudiado como un
proceso biológico mediado por estructuras cerebrales, la relación de pareja es mucho más amplia y su análisis requiere además del componente
biológico, una comprensión humana sociocultural de donde el individuo especifico forma parte.

Mantenimiento de la relación de pareja


Brehm, Miler, Perlam y Campbell :
La relación de mantenimiento es menos interesante que un nuevo amor y también menos dramática que la separación; es el punto medio, la forma
efectiva para alcanzar el éxito en una relación cercana. 
Guerrero y Chávez: Las conductas de mantenimiento pueden ser la clave para que una relación de amistad exitosa se convierta en una relación
romántica exitosa
CINCO AREAS DE CONDUCTAS DE MANTENIMIENTO
1. Interacción de la pareja, la cual debe darse en un ambiente optimista y no crítico.
2. Apertura en la comunicación, discutir la naturaleza de la relación.
3. Importancia de compartir mensajes que ayuden a continuar y mantener la relación.
4. Relaciones de ambos, compartir tiempo, disfrutar con amigos y familiar. 
5. Responsabilidades que toman los miembros de la pareja.

Variables socioculturales mediadoras para la vida en pareja.

Definiciones
Factor social: son aquellas cosas que afectan a los seres humanos en su conjunto, sea en el lugar y en el espacio en que se encuentra.

Conflicto de pareja: En las relaciones de pareja el conflicto ha sido definido como el momento en que sus miembros no pueden llegar a un acuerdo,
tienen dificultades para conciliar su interés personales, o existe una falta de entendimiento entre estos. 

Consumismo: En La familia aumenta innecesariamente los gastos comprando cosas que se puede evitar o reducir.
En el caso de las parejas cada vez se cultiva más el tener que el ser, como si teniendo más se fuera más. A la relación se le sacrifican valores
fundamentales y por él se destina más tiempo del debido a la consecución de recursos económicos para satisfacerlo, en grave desmedro, entre otras
cosas, de la vida familiar.

Hedonismo:
El hedonismo es considerado como la excesiva importancia y preeminencia dada al placer sexual independizado del amor y el mundo de valores. 

Se ha caído en una sexualización de todo y su utilización por los medios publicitarios y otros para la promoción de ventas. Este es un factor influyente
en el deterioro de las relaciones de pareja ya que se dejan llevar más por la pasión incluyendo los impulsos sexuales dejando de lado el amor y los
sentimientos hacia la pareja.

Los medios de comunicación: Los medios de comunicación puestos como lo están, al menos en nuestro país, al servicio de una economía de
mercado en la cual el hombre ha perdido su preeminencia sobre ella sino que se ha vuelto servidor y aún esclavo de la misma, solo se encargan de
promover el consumismo y el hedonismo.

Ocasiona la falta de privacidad, falta de espacio e intimidad ya que la finalidad de los medios de comunicación es mantener a la gente en contacto, más
comunicada, más accesible pero esto influye ya que cada vez nosotros como individuos independientes perdemos nuestro espacio, intimidad y el estar
constantemente localizados puede llevarnos al agobio, cansancio o estrés. 

El quiebre de valores en el mundo

La manifestación del quiebre de valores en la que nos encontramos insertos en la actualidad es notoria y existe mucha influencia en las parejas. Pocos
son hoy día quienes defienden los auténticos valores humanistas y trascendentes.

La caída en el egoísmo y en las necesidades materiales exageradas que van más allá de lo indispensable para sostener una vida digna, el olvido que
la finalidad de la vida no está en el tener más sino que en el ser más, lo que se le logra desarrollando las potencialidades propiamente humanas
existentes en nosotros, hace que se olviden las finalidades fundamentales en el matrimonio y de la familia, lo que se traduce, en elevadas tasas de
divorcio y otros indicadores de destrucción de la familia en los países donde impera el mayor bienestar material. 

El desempleo: Es un factor importante de desorganización y desintegración familiar. Perder el trabajo exige un cambio abrupto en el modo de vida y
además supone una pérdida y un duelo que no solo afectan al trabajador sino a todo su núcleo afectivo.
 
Machismo y Feminismo. Vicios y adicciones: Al presentarse este tipo de problemas que afecta la conducta humana del individuo, no solo causa
daños en la forma de la salud física, sino también produce daños en la forma de socialización del individuo y por tanto afecta en su relación de pareja
ya que es la manera más directa de socialización que tiene.

Diferencias y priorización del estatus laboral: Tener un estatus laboral es algo positivo para el desarrollo como persona y también para el sustento
económico del individuo y su familia, sin embargo, este puede influir en la relación de pareja de distintas formas:

Se pone a menudo en riesgo la familia, los amigos y las relaciones sociales en general, priorizándolo demasiado.
La competencia entre ambos buscando ser el que más se destaque de los dos en el aspecto laboral, por lo cargos que obtengan o si son mejores
remunerados.

Embarazos prematuros: Existe una relación muy directa entre el matrimonio prematuro y los embarazos inesperados. Las parejas, son muy jóvenes y
aún están en la etapa de conocimiento y aceptación.
Aunque se consideran motivo de unión, en muchas ocasiones, los hijos son un factor asociado con el deterioro de la relación amorosa, ya que
incrementan la responsabilidad, el estrés y el cansancio, disminuyen la libertad y el tiempo de intimidad y soledad de la pareja. 
Diferencias Culturales: Las parejas en las que existen diferencias culturales significativas entre sus miembros, se ven afectadas tanto en su
organización, como en su relación y el desarrollo de su vida cotidiana. 
Las diferencias de intereses, la falta de comprensión y conocimiento frente a los problemas que está atravesando la pareja; conlleva a distintos
conflictos que afectan su relación, lo que puede conducir a la disolución de la pareja.  

Factores internos
El equipaje interior que acompaña a la persona durante su camino por la vida.

1.Historias personales no resueltas del pasado: que se proyectan en la relación de pareja actual. Por ejemplo: historias con la familia de origen
(padre y madre), la educación, la sociedad, rupturas sentimentales y situaciones dolorosas o traumáticas en las diferentes etapas de la vida.

2. Emociones: constantes altibajos emocionales que tienen que ver en muchas ocasiones con historias personales no resueltas. La falta de
autocontrol emocional afecta directamente la comunicación y la convivencia.

3. Actitud con relación a la convivencia: cuando uno de los dos o los dos, siente, piensa o se comporta de forma negativa, pesimista o desmotivada
ante la relación de pareja y la familia.

4. Ego y rigidez mental: dos combinaciones peligrosas. Creerse y sentirse superior y mejor que la pareja. Tener una mentalidad rígida en la cual no
cambia de parecer, creencias fijas. Achacar los problemas a los demás. Por ejemplo: ver la paja en el ojo ajeno y no en el suyo propio, como dice el
refrán.

5. Autoestima: causante de muchos de los problemas de comunicación. Influye cuando uno de los dos no se valora, siente inseguridad, desconfianza
y comparaciones constantes. Tiene falta de iniciativa y no se cree capaz de ofrecer soluciones asertivas a los problemas.

6. Control: relacionada con la autoestima y el manejo de las emociones. Tiene que ver con inseguridad, celos y miedo a la perdida de la pareja. Influye
en que la comunicación no sea coherente y saludable. Con alta probabilidad de que la relación termine en ruptura.

7. Expresar afecto: los vínculos afectivos deben ser cuidados con mimo. La pobreza afectiva en la comunicación de la pareja, influye en que la
relación se deteriore progresivamente. Es fundamental que ambos miembros de la pareja se expresen afectos y mantengan la chispa.

8. Dificultad en las habilidades sociales: no son pocas las parejas que tienen problemas de comunicación, porque no saben cómo expresar sus
ideas y sentimientos a través del lenguaje del cuerpo y las palabras. Las habilidades sociales se pueden aprender y existen vías de comunicación más
conscientes y positivas que ayudan a mejorar la relación de pareja.

Factores Socioculturales, Psicológicos y de Pareja

- Los principios morales, filosóficos, y éticos pueden ser heredados de la familia principalmente (transmisión generacional), pero también de los
maestros en quienes las personas pueden llegar a poner toda su confianza por considerarlos “modelos” a seguir (al idealizarlos, como suele suceder).
Estos principios, independientemente de la fuente, están mal conceptuados, actúan inadecuadamente en la formación de esos criterios individuales,
sobre todo en lo que respecta al criterio de normalidad y al enfrentarse a la fisiología normal de la mujer. Y, como la mujer se desenvuelve en un grupo
donde todos lo comparten, tiende a arraigarse cada vez más y le cuesta entender alguna situación o información de manera diferente.

- La educación en la escuela, la poca información sexual que reciben las niñas no es suficiente y bien orientada, lo que la hace inefectiva para su
madurez psicológica, intelectual y sexual.

La sociedad latinoamericana, machista por excelencia, determina un rol pasivo y hasta sumiso de la mujer en lo referente a la relación de pareja y la
sexualidad. Pasividad y sumisión que llevan a la mujer a tener que “tolerar” la actitud y requerimientos del varón. Ese mismo patrón machista que ha
afectado a tantas mujeres predispone a aquellas que comienzan a formarse sexualmente a verse “reflejadas” en el espejo de las demás (por el
presente o ante un futuro incierto), lo que pudiese generar temores y angustias sexuales, como también inasertividad, baja autoestima y hasta
depresión. Esto es válido también para el momento en que la mujer desea expresarse en forma plena sexualmente, en su placer y deseo de accionar al
ejercer su función sexual, pudiendo ser descalificada, denigrada, rechazada o abandonada por el hombre.

- El aspecto anterior tiene que ver con la anticipación de las fallas en su buen desempeño sexual, lo que generaría angustia en la mujer y, por ende,
pocas probabilidades de placer o disfrute sexual.

- Ese mismo poder que se le confiere al hombre dificulta la adecuada solución de problemas de pareja, al pretender él tener siempre la razón y por su
tendencia intrínseca a no ventilar sus conflictos con otras personas, incluidos los profesionales.

- Las experiencias traumáticas sexuales en la mujer, ya sea en su infancia o edad adulta, de manos de abusadores sexuales o sus parejas, producen
ansiedad y resistencia al ejercicio de la función sexual. Esto también es válido para cuando la mujer puede ser contagiada de alguna infección de
transmisión sexual o sufre un aborto.

- El temor al embarazo también genera altos niveles de angustia en las mujeres a la hora de disfrutar sexualmente.
- La Religión considera “pecado” toda práctica sexual sin fines reproductivos. La mujer está más propensa a ceñirse a los principios religiosos, por lo
que podrían genera en ella asco hacia la sexualidad, aversión extrema y persistente, disminución o represión de sus impulsos, deseos y fantasías
sexuales; angustia, y conflictos de pareja.

- El amor o afecto que cobra gran importancia en el mundo de la mujer, podría generar conflictos al verse la mujer “usada sexualmente” por su pareja si
esta es poco afectuosa, si lo que busca desde el inicio de la relación es actividad sexual, si es lo único que le interesa con ella, o si el hombre, estando
casado, la desea como extrapareja solamente.
- Llevarse bien con la pareja es vital para la mujer, lo cual se origina de los conceptos del matrimonio (“es para toda la vida”, “no quiero tener la etiqueta
de divorciada”, “mis hijos son lo mas importante y no pueden quedarse sin su padre, y si me divorcio, me van a echar la culpa de ello”, “a toda
divorciada, si se le acerca otro hombre, lo primero que busca es sexo”, etc.).

- Si su vida sexual no es satisfactoria, teme reconocerle a la pareja que él no le sabe estimular, que él sólo la penetra y todo su cuerpo siente, o que es
monótona, y se le hace difícil establecer una relación “extrapareja”, ya sea sólo de índole sexual o con afectos creados por lo de la fidelidad, que en las
mujeres se arraiga más y es muy cuestionado. La soledad y las pérdidas físicas recientes llevan a la mujer a comprometerse en relaciones de pareja o
situaciones sexuales inusuales y hasta inestables e insatisfactorias.

5.- Relaciones no operativas

Son relaciones que ya no funcionan; son relaciones codependientes, donde la persona se siente controlada por el otro o la persona trata de controlar o
manipular a otros; donde se tienen comportamientos obsesivos o compulsivos y gran dificultad para establecer límites en las relaciones.

Se inician con una expectativa inconsciente en donde casi siempre la persona se involucra en relaciones que la destruyen, humillan, rechazan,
desvalorizan, manipulan y hasta se hace presente la violencia sexual; si la persona no tiene una autoestima fuerte y sana se puede llegar a la violencia
verbal y física. 

Son muchas las parejas que permanecen en este tipo de relaciones porque este ha sido el modelo de convivencia desde su infancia donde han vivido
inmersos en el abuso y por lo tanto lo consideran “normal” o como parte de su dinámica de vida, o sea los patrones de convivencia se fundamentan en
el abuso. 

Las personas que conviven en este estereotipo de relaciones generalmente han vivido carentes de sus necesidades más básicas desde el punto de
vista emocional puesto que las personas que deberían darle protección, respeto y cariño han estado ausentes física y emocionalmente y en muchas
ocasiones recibiendo tratos violentos. 

En el caso de las mujeres de estas relaciones disfuncionales se les enseña a ser responsables por sus relaciones de pareja lo que significa “aguantar lo
que sea”, hasta abusos físicos en lugar de liberarse de ese sentimiento de culpa y reconocer esta relación como destructiva; por el contrario se les
genera patrones de dependencia muy parecido a las adicciones y eso hace difícil el manejo de la salud física, emocional y por ende psicológica de la
pareja. 

Los problemas de pareja se pueden catalogar en problemas prácticos y problemas emocionales: los problemas prácticos son todos aquellos procesos
que surgen para el logro de objetivos (mantenimiento, cubrir necesidades básicas, planes sociales, expresiones afectivas y otros…); los problemas
emocionales son consecuencia de la forma como se resuelven los problemas prácticos; en las parejas con funcionamiento sano se pueden presentar
desacuerdos, contrariedades, frustraciones y preocupación, eso es asertivo y manejable, ahora bien los problemas disfuncionales aparecen cuando
esos sentimientos irrumpen violentamente como resultado de ideas desajustadas, rígidas e incluso irracionales de cómo “deberían” ser las cosas, aquí
la pareja se deja llevar por sus respuestas emocionales y se comporta de forma violenta y sus discrepancias se reducen de manera considerable para
convertirse en miedos profundos.

 La actitud de las personas en una relación disfuncional los puede conllevar al desamor que con frecuencia se manifiesta por medio de reacciones
emocionales fuertes frente a cualquier indicio de desaire o maltrato. 

Nos merecemos el amor funcional por derecho propio; pero el problema es que lo buscamos o lo aceptamos en personas o lugares equivocados, fuera
de nosotros mismos, en relaciones imperfectas, con personas imperfectas que muchas veces están heridas y nos quieren herir a nosotros y esto
generalmente lo que deja es frustración y desilusión. 

5.1.- Déficit de intercambio de reforzadores

Las parejas en conflicto muestran el siguiente perfil: o Deficiencias en habilidades de comunicación y en resolución de problemas. o Dificultades para
producir cambios en la conducta del otro. o Técnicas de control basadas en el castigo y reforzamiento negativo. Críticas, amenazas, chantajes… o
Mayor tasas de castigos que recompensas 3 REFUERZO POSITIVO El sexo, las caricias, hacer regalos, preparar una cena, aprobación verbal,
escuchar con atención, mantener conversaciones agradables, sorprender… La ausencia de refuerzos contingentes a las conductas adaptativas de las
parejas va a generar que esas conductas se debiliten con el paso del tiempo. Extinción. REFUERZO NEGATIVO Cuando la situación de la pareja está
en conflicto, lo más probable es que se trate de escapar o evitar ciertas situaciones que se repiten con frecuencia dentro de la relación (discusiones,
reproches,….). El alivio que se siente al evitar o escapar refuerza estás conductas que van a generar un distanciamiento entre la pareja. Este tipo de
dinámicas suelen ser muy frecuentes en relaciones deterioradas.  No tener deseos de llegar a casa o evitar llegar pronto.  Abandonar la relación.
CASTIGO Se va a utilizar en las parejas como un medio de controlar las conductas no deseadas de la pareja (ciertas actitudes, no realizar ciertas
tareas de la casa, ante sensaciones de abandono…). Estos castigos, consisten en gritos, amenazas, ataques, insultos… El castigo no suele ser útil
para generar bienestar en la pareja y no parecen ser eficaces para generar cambios duraderos.

RECIPROCIDAD - COERCIÓN o Cuando explicamos en la fase pedagógica estos modelos estamos persiguiendo que se produzca un cambio en su
forma de entender los problemas de pareja y en la responsabilidad que cada uno tiene en satisfacción de la relación. “ Tengo cierta responsabilidad
sobre el comportamiento del otro” 6 o Intentamos pasar de “él tiene que cambiar” a “si yo cambio es más fácil que el otro cambie”
Las recompensas y los castigos son idiosincráticos en las parejas y se caracterizan por tener efectos agradables o desagradables en el otro.
Hay que tener en cuenta que las parejas proporcionan beneficios de todo tipo: sexual, afectivo, comunicativo e instrumental y parece ser que las
conductas afectivas y comunicativas son más importantes que las instrumentales (cuidar la casa, dinero, tener una casa, etc.) y que el
compañerismo “per se” es reforzador en las parejas que se llevan bien, pero no en las conflictivas (Jacobson, 1978).
Una de las premisas teóricas fundamentales, consiste en mantener que una baja tasa de intercambios mutuos de gratificaciones explica y predice la
sensación subjetiva de malestar y quejas dentro de la relación interpersonal.
Es decir, la satisfacción o el conflicto es función directa de la tasa de intercambios positivos y negativos. La escasez de intercambios positivos y el
aumento de los negativos hará reducir el grado de atractivo que sentimos hacia la pareja.
Según Stuart (1969) “Una relación conflictiva es aquella en la que se da un déficit de consecuencias positivas para cada cónyuge”.
5.2.- Comunicación inefectiva

Con frecuencia en la vida de pareja surgen incomprensiones y conflictos destructivos por una mala comunicación. Quizás sólo porque en una
determinada etapa la comunicación no se ha cuidado o no se ha adaptado a los nuevos retos de la vida. Ver de nuevo las modalidades de vuestra
comunicación para mejorarla es el paso que proponemos en este segundo encuentro, quizás obteniendo algún acuerdo en algunas decisiones
concretas. La comunicación coherente o distorsionada Una buena comunicación es “coherente”. Lo que decimos con las palabras debe estar en
sintonía con lo que expresamos con los afectos, incluso con la parte de nosotros mismos que no dominamos completamente. A las palabras deben
corresponderles sentimientos, comportamientos y gestos coherentes. Cuando esto no sucede en los otros nos damos cuenta enseguida. “¿Qué te pasa
hoy cariño?”: A menudo nos sale la respuesta “Todo bien….” Que no nos convence, porque va acompañada de un tono y una expresión poco segura.
Es fácil ver en los otros incongruencias y contradicciones en su manera de comunicar, es más difícil ver las nuestras. Intuimos que en la vida de pareja
será importante dejar que el otro/a nos haga de “espejo bueno”, acogiendo con curiosidad y agradecimiento sus indicaciones. La comunicación
intencionada o no intencionada Una buena comunicación es “intencionada”. Significa saber qué se dice y querer decir las cosas concretas de la manera
apropiada. A veces, sin embargo, nos sucede que se comunica sacando a relucir algunas cosas que teníamos guardadas dentro desde hacía tiempo, o
que en el ímpetu de los sentimientos no pasamos por la razón. Una comunicación intencionada nace de un espíritu en paz, y disfruta cada momento de
la vida. La prisa, la superficialidad, la ansiedad nos llevan a decir lo que no querríamos decir o a usar modos que comunican exactamente lo contrario
de lo que teníamos intención de afirmar. La comunicación eficaz o ineficaz Una buena comunicación es eficaz, va del emisor al receptor y el mensaje
se entiende bien. Para esto es necesario tener un lenguaje común o aclarar sus dudas al otro/a. Aunque se tenga un lenguaje en común es necesario
verificar lo que el otro/a ha entendido de verdad de con nuestro mensaje. Estos sencillos controles permiten valorar la eficacia de la comunicación
realizada. Al contrario nuestras palabras y gestos serán malgastados. 2 Algunos pasos a realizar para comunicarnos mejor Sugerimos algunos puntos
para mejorar y verificar vuestra comunicación de pareja. Prestar atención al otro y a su lenguaje no verbal: La comunicación se realiza a varios niveles.
Los más importantes son el “verbal” y el “no verbal”. Es relativamente fácil mentir con las palabras, pero es mucho más difícil mentir con las
expresiones faciales, los gestos y con todo nuestro cuerpo. La contradicción entre palabras y expresiones de la cara y de las formas es una cosa que
todos percibimos con cierta facilidad. Para entender a quien tenemos delante debemos estar atentos no sólo a las palabras que dice sino al cómo las
dice. El cómo expresa con más fuerza los pensamientos y sentimientos del otro. Es necesario ponernos en el lugar del otro: La comunicación está
siempre ligada a una causalidad circular más que a una causalidad lineal. La causa de B no es sólo A, pero B produce A como también A produce B.
Los estudiosos dicen que “la valoración que hacemos de nuestra comunicación es siempre arbitraria: el mensaje tiene dos direcciones”. Podemos
poner un ejemplo: él es poco comunicativo con su mujer y sale con frecuencia por la noche; ella es aprensiva, entrometida y habla continuamente. Si le
preguntáis a ella os dirá: “¡Por la fuerza, soy tan aprensiva y hablo tanto, porque él no habla nunca! Sale siempre y me deja sola, ¿qué tengo qué
hacer? Trato de saber las cosas cuando está en casa y me quejo de las continuas salidas”.

Recomendaciones para facilitar una buena comunicación


Por su parte, la doctora Ellen Wachtel, terapeuta de pareja y autora del libro “Nos queremos mucho, pero…”, opina que la vida en pareja no tiene por
qué ser aburrida, debido a que se puede mantener el interés. Para lograr esto, la especialista, te da tres tips evitar el Síndrome de Cansancio Afectivo y
tener una relación feliz con la pareja:
1. Practica el noble ejercicio de agradecer. Las parejas que llevan mucho tiempo juntas dejan de reconocer lo que se dan el uno al otro, porque
se han acostumbrado a recibir. La doctora Wachtel señala que admitir y manifestar lo que nos gusta de nuestra pareja (desde  “me gusta
cuando cocinas”, hasta “me encanta cómo me besas”), y expresar nuestra gratitud, es muy eficaz para intensificar la unión.
2. La convivencia cotidiana nos hace olvidar ciertas conductas que en los inicios de una relación seríamos incapaces de cometer; por ejemplo,
optar por el descuido de la apariencia física o la descortesía. El interés por la pareja se demuestra al hacer un esfuerzo por ser atractivos y
respetuosos.
3. El trabajo se queda fuera de casa. La doctora Wachtel, asegura que al descargar el mal humor o las quejas sobre la pareja, se crea un gran
distanciamiento, debido a que se trata de una forma de abuso de confianza.

5.3.- Agotamiento del afecto

El Síndrome de Cansancio Afectivo en una pareja se presenta cuando la pasión desaparece y los silencios van ganando terreno; además, en este
tipo de relaciones los individuos tienen sexo sólo por “checar tarjeta” o por urgencia biológica.
 
De acuerdo con los psicólogos norteamericanos Ellyn Bader y Peter Pearson, toda relación de pareja evoluciona y atraviesa algunas fases que
coinciden con la relación madre-hijo, entre estas se encuentran:
1. Fusión: Cuando los dos se sienten uno
2. Diferenciación: Cada persona afirma su propia identidad y pone a prueba su solidez
3. Exploración: Se pone a prueba la capacidad de tomar distancia del otro con actividades de todo tipo de acercamiento.
Los expertos aseguran que al superar las etapas anteriores, las parejas se unen, mejoran su comunicación, establecen condiciones con claridad
(cada uno se enriquece con las diferencias del otro), y de complicidad (los dos se involucran más en la construcción de la pareja y en la evolución del
otro, abriéndose juntos a lo que les rodea).
 
Así que no dudes en mantenerte atractivo para tu pareja y procura tener detalles lindos con ella. Alimenta día a día el amor que los llevó a unirse.

 6.- Relaciones patológicas: maltrato conyugal, patologías de personalidad subyacentes.

La relación entre violencia y trastornos de personalidad se puede examinar en función de cuatro dimensiones: la impulsividad, la falta de regulación
emocional, el narcisismo y las amenazas al yo, así como, el estilo de personalidad paranoide. Las dos primeras se han implicado en todos los
trastornos de personalidad relacionados con la violencia, las dos últimas, se han asociado empíricamente a la violencia y a los trastornos mentales. Los
síntomas de trastornos de personalidad han mostrado ser mejores predictores de violencia que los trastornos de personalidad en sí mismos. Los
síntomas cluster A o B de los trastornos de personalidad, tales como síntomas paranoides, narcisistas o antisociales se correlacionan significativamente
con la violencia. Hay que tener en cuenta que los trastornos de personalidad son egosintónicos, muestran comorbilidad con otros trastornos del eje I ó
II y también que la violencia se asocia al abuso de drogas. El común denominador de la violencia asociado a los trastornos de personalidad, salvo
excepciones como la psicopatía, es la ira. La ira puede activarse por diversas circunstancias: por la sospecha el fanatismo, celos patológicos o
venganza (trastorno paranoide), por aversión al contacto con otras personas (trastorno esquizoide), por intolerancia a la frustración y al enfado intenso
al recibir un trato diferente al esperado (trastorno narcisista), por la necesidad de liberar tensión utilizando la escisión como mecanismo de defensa o
por miedo a la pérdida (trastorno límite), por sentimiento de marginación o de rechazo (trastorno evitativo), por el sentimiento de tedio, la
deshumanización, la necesidad de tener poder, y la ausencia de empatía (trastorno antisocial), por la necesidad imperiosa del llamar la atención o
integrarse en un grupo (trastorno histriónico, y dependiente, respectivamente), por alteraciones cognitivas y experiencias extrañas (trastorno
esquizotípico). Los rasgos de personalidad que más tienden a la violencia son la impulsividad, la regulación afectiva deficiente, el narcisismo, y el
paranoidismo. Los dominios más implicados en las conductas violentas son la emocionalidad negativa (labilidad emocional, desconfianza), la
introversión (afectividad restringida), el antagonismo y la desinhibición. La esquizotipia y la compulsividad tienen menor implicación en este tipo de
conductas. El problema se agrava cuando el trastorno de personalidad se asocia a patología psiquiátrica, como depresión, ansiedad, abuso de alcohol
y drogas, y esquizofrenia, lo que va a condicionar un curso tórpido y mal pronóstico, favoreciendo su cronificación.

La psicosis es un factor independiente de riesgo de violencia, especialmente asociada a consumo de drogas y mala adhesión al tratamiento. La
asociación entre trastorno de personalidad, drogas y violencia está bien fundamentada. Los estudios encaminados a establecer si las personas con
trastornos de personalidad son más violentas, se basan, en parte, en estudios en cárceles, donde la prevalencia de trastornos de personalidad es
elevada. Se ha encontrado una relación entre padecer un trastorno grave y peligroso de la personalidad y una alta probabilidad de cometer un acto
delictivo. Gonzalez-Guerrero establecen, investigando en la jurisdicción penal en España, que los trastornos de personalidad más prevalentes en
varones condenados son el antisocial, el límite y el paranoide, por orden de frecuencia. En mujeres predomina el trastorno límite. Aunque hay bastantes
estudios sobre las poblaciones penitenciarias en este sentido, éstas podrían no ser representativas de la población general, pues se suele hacer
psiquiatrización del comportamiento criminal. Existen otros estudios sobre la población general que estiman prevalencias ligeramente superiores a las
esperadas de conducta violenta en personas con trastornos de personalidad respecto a no tener este trastorno. La incidencia de violencia aumentaría
mucho bajo el abuso de alcohol o drogas, o en caso de comorbilidad con trastornos mentales severos. Sin embargo, podría existir un sesgo ligado a los
actuales sistemas de clasificación de las enfermedades mentales, y aún se requieren estudios más rigurosos para establecer la relación entre
trastornos de personalidad y conductas violentas. Los trastornos de personalidad del grupo A suelen ser menos violentos que los del grupo B aunque
su extravagancia y aislamiento social se han relacionado con violencia más grave. El trastorno paranoide se caracteriza por la suspicacia y la
desconfianza, son hipersensibles a los desprecios, no olvidan un insulto y siempre están listos para responder con ira y para el contraataque. Suelen
cometer la conducta violenta en solitario, urdiendo un plan premeditado, y sin arrepentimiento ni necesidad de huir. Tienden a pelear tras mínimas
provocaciones. Cometen agresiones debido a interpretaciones distorsionadas y reacciones exageradas ante situaciones cotidianas, especialmente
cuando la víctima emprende una acción física o verbal que interpreta como un ataque personal. El trastorno esquizoide no suele ser violento, aunque
cuando se asocia a conducta violenta puede ser extrema. Es el aislamiento y la ausencia de habilidades sociales lo que genera rechazo y puede
precipitar el acto violento. El trastorno esquizotípico puede llevar a conductas violentas no planificadas por lo general, en solitario, y de forma impulsiva,
sin un móvil claro.

Los trastornos de personalidad del grupo B son los más relacionados con conducta delictiva y violenta, son los que se vinculan más frecuentemente a
abuso de alcohol o drogas, hábitos considerados disparadores de la violencia. El trastorno antisocial de la personalidad es el trastorno de Revista
Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia | 8 Copyright 2011 by Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia S.E.M.P.y P.
ISSN: 2253-749X Vol. 3 (2013) n.° 4 personalidad más relacionado con la delincuencia violenta en ambos sexos. Estos sujetos, cuentan con una baja
empatía e intolerancia a la frustración. No acatan las normas y necesitan imperiosamente experiencias novedosas, mostrándose susceptibles al
aburrimiento. Sienten fascinación por la violencia. Los sujetos con trastorno antisocial han sufrido trastorno por déficit de atención con hiperactividad, o
presentan frecuentemente antecedentes de trastorno disocial en la infancia o adolescencia. Se suelen asociar a bandas con una jerga específica,
consumen alcohol o drogas desde edades tempranas, suelen intimidar o acosar a otros. Suelen iniciar peleas físicas, han usado algún arma, han sido
crueles con animales o personas, han hecho frente y robado a alguna víctima, han causado fuegos para provocar daño serio, y frecuentemente
mienten para conseguir favores o evitar obligaciones. No suelen adaptarse al medio escolar o han huido del hogar. Los menores con rasgos disociales
suelen tener familias multiproblematicas, desestructuradas, o de ambientes marginales. Los malos tratos o negligencia emocional en el entorno familiar
promueven un estilo educativo inadecuado (punitivo, permisivo o errático). El trastorno antisocial y la psicopatía comparten algunos criterios
diagnósticos pero miden constructos diferentes. El primero se basa en conductas antisociales y delictivas, y tiene poco en cuenta síntomas
interpersonales y afectivos propios de sujetos con psicopatía. Los rasgos definitorios de psicopatía son el narcisismo, la frialdad, la anestesia emocional
respecto a los demás, frecuentemente asociados con un nivel alto de inteligencia puesta al servicio de sus intereses, de la manipulación y el
fingimiento. Cuentan con un buen nivel de inteligencia verbal combinado con alteraciones ejecutivas y baja inteligencia emocional. Los psicópatas
pueden “comprender” los sentimientos de los demás, pero no empatizan con el dolor o sufrimiento ajeno, por lo que actúan como depredadores
humanos. El diagnóstico de trastorno de personalidad podría estar sobreestimado en los entornos judiciales, mientras que el diagnóstico de psicopatía,
aunque requiere de una mayor experiencia profesional para establecerlo, predice mejor los delitos violentos y la reincidencia. Las personalidades
antisociales se desarrollan más en ambientes desfavorecidos de la sociedad donde las carencias económicas, la falta de cohesión familiar, el fracaso
escolar, un nivel intelectual bajo y el aprendizaje social facilitan la adopción temprana de conductas antisociales y la búsqueda de gratificaciones
alternativas poco convencionales. En las psicopatías, se han descrito alteraciones neurobiológicas que podrían predisponer al sujeto hacia
comportamiento antisocial y violento. Entre otras disfunciones, se han descrito reducciones de hasta el 11% del volumen del lóbulo frontal o
alteraciones en la amígdala. Sin embargo, ni todos los delincuentes y violentos son psicópatas ni todos los psicópatas son violentos, y estas hipótesis
solo explican una mínima parte de los casos. Hay que tener en cuenta al analizar violencia y trastornos mentales otras variables como el tipo de
agresión. Los psicópatas están mayoritariamente implicados en actos de violencia instrumental, en busca de un Revista Digital de Medicina
Psicosomática y Psicoterapia | 9 Copyright 2011 by Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia S.E.M.P.y P. ISSN: 2253-749X Vol. 3
(2013) n.° 4 objetivo o beneficio concreto. Presentan un déficit de resonancia emocional, careciendo de afectos, emociones y sentimientos. Aunque
saben diferenciar el bien del mal, no lo sienten. Saben lo que hacen, sin experimentar sentimientos de culpa. Son peligrosos por la indiferencia ante las
normas, la frialdad afectiva y la incapacidad para aprender. Los delitos más frecuentes en los que se implican son los delitos de lesiones contra la
integridad sexual y contra la propiedad, los que tienden a provocar alarma social, más aún cuando los estudios indican que sus homicidios son actos
instrumentales, es decir, sin desencadenante concreto. El trastorno límite de la personalidad cada vez se diagnostica con mayor frecuencia en
muestras forenses con delitos violentos. Actualmente ocupa en estas muestras el segundo lugar en varones tras el trastorno paranoide y el primer lugar
en mujeres. Predomina la autoagresividad sobre la heteroagresividad. Lo que les lleva a desarrollar conductas violentas es la impulsividad, la crisis
emocional o el consumo de drogas. La emoción que le dirige es la ira, y su motivación principal suele ser el alivio de la tensión. Dutton, en el ámbito de
la violencia contra la pareja, ha analizado en detalle un estilo de personalidad abusiva cuyo eje central es el trastorno límite. Entran a formar parte de
dicho estilo, la inestabilidad emocional y el abuso psicológico, en el marco de un apego inseguro (ansioso y evitativo), de rechazo real o imaginario,
acompañado de celos; todo esto sumado a la tendencia al locus de control externo, que lleva a culpabilizar de todos los males a la pareja. Junto al
trastorno antisocial, y el evitativo, suele ser frecuente en muestras de agresores sexuales. Se caracterizan por miedo al abandono, relaciones intensas
e inestables, trastornos de identidad, inestabilidad emocional e impulsividad. Las conductas violentas en trastorno límite se potencian cuando existe
comorbilidad con el abuso de drogas y alcohol, y con el trastorno por déficit de atención. El trastorno narcisista de la personalidad junto a los rasgos
paranoides incrementa el riesgo de conductas violentas. Sienten una necesidad enfermiza de admiración, son arrogantes y exquisitamente sensibles
hacia cualquier tipo de rechazo o desprecio, aunque son incapaces de reconocer los sentimientos ajenos. Facetas del narcisismo como el autoritarismo
y la explotación de otros están fuertemente relacionados con la agresión. Suelen agredir a personas conocidas. Las reacciones violentas dan respuesta
a la herida en su ego, respuesta que también puede verse en personalidades psicopáticas. Como rasgo, el narcisismo es el más frecuente en sujetos
violentos en general, en especial en antisociales y psicópatas, los cuales anteponen sus deseos a las necesidades y deseos de los demás. Los
trastornos de personalidad del grupo C son los menos violentos. Sin embargo, tras una fachada de aceptación y docilidad puede esconderse cólera o
furia ante el temor al abandono o rechazo. Es relativamente frecuente la relación con actos de violencia grave contra la pareja, y con Revista Digital de
Medicina Psicosomática y Psicoterapia | 10 Copyright 2011 by Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia S.E.M.P.y P. ISSN: 2253-
749X Vol. 3 (2013) n.° 4 agresiones sexuales. El trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad es poco frecuente que se relacione con actos de
violencia, aunque puede aparecer si se descontrola la ira acumulada, normalmente combinado con el consumo abusivo de alcohol. Se trata de un
trastorno comórbido con los trastornos del estado de ánimo. Según el estudio de Fernández-Montalvo y Echeburúa, se encuentra con frecuencia en
varones que han cometido actos graves de violencia contra la pareja. El trastorno dependiente de la personalidad cursa con sumisión, necesidad
constante de aprobación y afecto. Pueden sentir angustia intensa ante el abandono real o imaginario, lo que puede llevarle a cometer actos violentos
auto o heteroagresivos. También los celos o la inseguridad los pueden promover. El trastorno ansioso-evitativo de la personalidad, junto al trastorno
antisocial y el trastorno límite, se ve con frecuencia en delincuentes sexuales. Se caracterizan por presentar falta de confianza en sí mismos,
inseguridad, sentimientos de inferioridad, miedo a sufrir humillación y temor a mostrarse como son. Carecen de habilidades sociales, presentan
inhibición social y se muestran hipersensibles frente a cualquier crítica. Cuando se da un patrón negativista, aparece retraimiento y hostilidad impulsiva,
presentando reacciones más agresivas, atacando a otras personas al sentir que sus necesidades afectivas no son reconocidas. El trastorno no
especificado de la personalidad, y en concreto el trastorno sádico de la personalidad, añade un factor de peligrosidad a la violencia. Es lo que ocurre
cuando la psicopatía se asocia a parafilia. El agresor logra la excitación sexual a través del sufrimiento de la víctima. Los psicópatas sádicos presentan
rasgos antisociales, impulsividad, aislamiento social, fantasías sexuales violentas repetitivas, fascinación por la literatura violenta y pornográfica,
consumo de drogas, interés por temas como genocidio y nazismo, coleccionismo de cuchillos o armas,…

7.- Descripción de las variables integradoras de la expresividad sensual y sexual:


7.1.- Variables biológicas
Comprende aquellos aspectos que desde el punto de vista físico y orgánico tienen que ver con la expresión sexual. Se integran en ella, por tanto,
distintos aparatos y órganos regidos por el cerebro que, tras recibir información desde los órganos de los sentidos, elabora la respuesta sexual humana.
Los órganos de los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) son parte esencial de esta dimensión así como la piel, que en su totalidad constituye el
mayor órgano sensorial sexual y es considerada, junto con las mucosas, un agente erógeno de importancia capital. Los órganos genitales, que se
integran en esta dimensión, a menudo han monopolizado todos los aspectos placenteros de la sexualidad en detrimento del placer proveniente de otras
zonas corporales como la piel. Esto, que es muy evidente en el hombre, no lo ha sido tanto para la mujer, en quien se reconoce una gran sensibilidad
de las zonas no genitales (piel y mucosas sobre todo), lo que la hace más sensible a estímulos táctiles como besos y caricias.

La piel, en su totalidad, constituye el mayor órgano sensorial sexual y es considerada un agente erógeno de capital importancia.Cuando el encuentro
amoroso avanza y se llega a la fase de excitación, las sensaciones provenientes de los órganos de los sentidos influyen de manera distinta en cada
uno de los sexos. Los estímulos auditivos favorecen la excitación sexual de la mujer sutilmente más que en el hombre, mientras que en éste juegan
mayor papel los visuales.
También se integran en esta dimensión biológica las cuestiones relacionadas con el desarrollo sexual y sus diferentes etapas, que comprenden toda la
vida. Desde el nacimiento, la infancia, la pubertad, el tiempo en el que se inicia la capacidad de procreación y hasta cuando ésta se pierde se sigue
viviendo como ser sexuado. Integra también los distintos aspectos relacionados con la respuesta sexual humana, que es posible gracias a la
implicación de diferentes sistemas de nuestro organismo (nervioso, endocrino y vascular).

Dimensiones psicológica y social


Cada persona va perfilando a lo largo del tiempo una actitud propia sobre la sexualidad, que será facilitadora o inhibidora de su expresión según sus
propias experiencias, las referidas por otras de su entorno, el ambiente social y cultural en el que está inmersa, su formación y su información, sus
creencias religiosas, etc. A la vez, y de forma inevitable, transmite a su entorno una imagen basada en su conducta y en sus opiniones, que pueden ser
coincidentes o no con su íntima realidad. Desde la infancia, las primeras actitudes hacia el sexo, que a menudo permanecen inalteradas, se basan en lo
que oímos y percibimos de nuestros padres, madres, educadores y educadoras, así como de compañeros y compañeras. En definitiva, es indudable
que el entorno social mediatiza de manera importante tanto nuestra actitud como nuestra conducta hacia la sexualidad propia y ajena. Cuando surgen
problemas sexuales, por leves que sean, generan en el individuo reacciones de ansiedad, inseguridad, miedo al fracaso, etc. y repercuten en la pareja,
que puede responder adoptando diversas actitudes -comprensiva, de colaboración o de rechazo o irritación- pero que en general no suelen dejarla
indiferente.
Así pues, la dimensión psicosocial de la sexualidad conjuga factores psicológicos (emociones, ideas, actitudes personales) con factores sociales
(influencia del entorno social) y su evaluación es muy importante porque con ella se puede explicar el origen de numerosos trastornos sexuales.

Dimensión medioambiental
En los últimos años, algunos expertos señalan una nueva dimensión en la sexualidad, la medioambiental, movidos por la certeza de que los factores
medioambientales influyen de manera clara en ella. Estos cambios provocan modificaciones diferenciales en la sexualidad de los seres vivos, y la
interdependencia entre éstos y el ambiente es la base de la evolución y de la biodiversidad.

Componentes fisiológicos
Gottman y Levenson (1986) explican como las diferencias fisiológicas entre hombres y mujeres pueden influir en los conflictos de la pareja. Para estos
autores el hombre muestra incrementos más amplios de actividad autonómica ante el estrés, cambios que se disparan más fácilmente y tardan más en
recuperarse que en la mujer. Por eso se ven inclinados a evitar todas aquellas situaciones asociadas con un alto nivel de activación. En consecuencia
intentan un clima racional dentro de las relaciones, para lo que adoptan patrones más conciliadores y menos generadores de conflicto, y si este
empezase tienden a retirarse antes que la mujer. Cuando el enfado y la hostilidad de ella generan enfado y hostilidad en él, esta genera miedo en ella,
el cual genera más hostilidad y enfado en él produciéndose la escalada del conflicto.
Las diferencias en la reactividad fisiológica pueden estar en la explicación del patrón de demanda de la mujer – retirada del marido, el exceso de
excitación predispondría al hombre a iniciar la retirada ante las demandas de la mujer, llegando al punto de no hacerle ningún caso (Gottman, 1998).

Variables emocionales
La especialista detalla que existen algunos factores emocionales que contribuyen a mantener viva la chispa de la relación por mucho tiempo, y evitan
que el amor y la pasión se convierta en compañerismo o simple rutina.
 
1. Aprecia los cambios de tu pareja. Es muy importante que con el tiempo no pierdas los detalles y los piropos con tu pareja. Aprovecha el
envejecimiento juntos y disfruten de cada etapa.
2. Sé consciente de su salud. Mantén un peso adecuado para que tu salud esté en estado óptimo, esto te ayudará a mantener el deseo y la pasión.
Recuerda que la obesidad impacta directamente en tu vida sexual.
3. Mantén interés en el sexo.  En diversos estudios se detalla que las personas con menos parejas sexuales están menos interesados en tener
relaciones sexuales, pero esto no es pretexto para evitarlo. Mejor descubre tus zonas erógenas a lado de tu pareja.
 
4. Entiende los gustos de tu pareja. La satisfacción sexual tiene que involucrar a ambas partes.  Una pareja que es capaz de identificar y satisfacer
sus necesidades sexuales, jamás perderá el atractivo o el interés.
5. Mantente disponible. Deja a un lado el cansancio, el estrés y sorprende a tu pareja con una gran noche de pasión. Es necesario que te alimentes
bien para que tengas energía, recuerda que las calorías las puedes quemar en una noche de pasión.
Estos factores emocionales que incluyen tomar en cuenta a la pareja en todo momento, así como en tus propios intereses, te ayudarán a que nunca se
apague la llama del amor y disfrutes de una sexualidad plena. Y tú, ¿tienes una vida sexual satisfactoria?

Variables cognitivas
Por otra parte y con referencia a los procesos cognitivos y su influencia en la dimensión de la sexualidad, se puede afirmar que también constituyen un
mediador decisivo de la vivencia sexual. A través de ellos, el sujeto construye el conocimiento de la realidad y la interpreta de un modo u otro, en
función de ese conocimiento. Así, la forma en que el sujeto se acerca al conocimiento de la realidad, la información que posee, sus creencias,
expectativas y fantasías acerca de la sexualidad, van a jugar un papel determinante en su vida sexual. 

 Las capacidades mentales y los intereses de los individuos cambian en relación con la edad, y ello conlleva diferentes formas de comprender y encarar
los eventos y los acontecimientos sexuales. De este modo, desde el típico razonamiento transductivo desde el que opera un niño, hasta el
razonamiento hipotético – deductivo que puede utilizar un adolescente o adulto, en el que se contemplan hipótesis y posibilidades, además de la
realidad concreta, se puede pensar en las múltiples y diferentes formas de conocer, comprender e interpretar los hechos sexuales. 

El grado de información que se posee acerca de la sexualidad, el sistema de creencias y valores del sujeto, etc., ya suponen una forma específica de
vivenciar subjetivamente la sexualidad. Pero, además, numerosos trabajos e investigaciones han venido demostrando el importante impacto que estos
procesos tienen respecto a los comportamientos sexuales. En este sentido, resulta claro que el tipo de creencias, la información, las actitudes y las
expectativas, pueden determinar el acercamiento o la evitación de determinados estímulos o situaciones sexuales, y asimismo, los resultados o
consecuencias de la conducta cuando ésta se pone de manifiesto. 

Componentes cognitivos
Se han estudiado también los elementos cognitivos que preceden, están asociados al conflicto y a veces pueden desencadenarlo. Epstein y
colaboradores (1993) identifican los siguientes:
La atención selectiva. Los miembros de la pareja tienden a valorar de forma muy diferente la frecuencia con la que ocurren determinadas conductas,
fijándose en aquello que les duele y dándole subjetivamente mayor frecuencia, para lo que acuden a buscar en la historia de la pareja hechos similares
con los que intentan confirmar su percepción actual, o simplemente justificando su miedo a que ocurra algo aversivo (Ver también Sillar et al, 2000).
Atribuciones. La atribución del problema a determinadas causas se ve como un elemento necesario para su solución, de aquí la importancia de que las
atribuciones estén realizadas correctamente. Un tipo de atribuciones que incrementan los problemas, son aquellas en las que se atribuye al otro la
responsabilidad de los problemas comunes. Lo mismo ocurre con aquellas en las que se atribuye la conducta negativa del otro a malas intenciones,
siendo casi imposible probar su falsedad. Este tipo de atribuciones intensifica el conflicto al incrementar los ataques verbales que intentan culpabilizar y
avergonzar al otro.

 En las parejas en conflicto se atribuyen las principales causas de los conflictos a rasgos globales, internos y estables, que son imposibles de
cambiar. Cuando pierden la esperanza de cambiar al otro, o escalan la agresividad aún a sabiendas de que no vale para nada o se retiran y se
deprimen.
 Dentro de los problemas generados por las atribuciones mal hechas está la de atribuir al otro la capacidad de hacer el cambio necesario para
la solución del problema, suponiendo que no lo hace porque no quiere y entonces se le culpa y ataca.
 La discrepancia en las atribuciones sobre la causa de los problemas, puede ser a su vez causa de problemas.  Por ejemplo si la esposa cree
que el marido piensa que su personalidad es la causa de los problemas y no está de acuerdo, esto se convierte de nuevo en un foco de discrepancia.

Expectativas. Es evidente que si no se tienen expectativas de solución la posibilidad de que los problemas se resuelvan son mucho menores, se deja
de buscar y de intentarlo. En consecuencia pueden darse problemas de depresión al producirse indefensión. Cuando tienen la creencia de que los
problemas se pueden resolver se dan más posibilidades de que se resuelvan.

Suposiciones y estándares. Si aparece una discrepancia entre lo que creen los esposos que debería ser el matrimonio y lo que perciben que es, tanto
en cualidad como en cantidad, los problemas están asegurados. No es necesario que sean conscientes de la discrepancia para que aparezcan los
conflictos. Sin embargo las diferencias reales entre los estándares de ambos componentes tienen poca correlación con el nivel de satisfacción del
matrimonio, siempre y cuando no exista discrepancia entre lo que “debería ser y lo que es”, cada uno de ellos puede pensar que se cumplen en el
matrimonio.

Las creencias irracionales pueden ser una de las fuentes de conflicto en las parejas. Eidelson y Epstein (1982) listan algunas de ellas: Estar en
desacuerdo es destructivo de la relación, los miembros de la pareja deben ser capaces de averiguar los deseos, pensamientos y emociones del otro,
los miembros de la pareja no pueden cambiarse a sí mismos o a la naturaleza de la relación, uno debe ser un compañero sexual perfecto del otro, los
conflictos entre hombre y mujeres se deben a diferencias innatas asociadas al sexo que se muestran en las necesidades y en la personalidad.

Variables conductuales:
Componentes conductuales
Se han determinado patrones conductuales que se instalan en las parejas con conflictos (Finchman y Beach, 1999a):

El más problemático es cuando a una comunicación negativa se responde generalmente con otra comunicación negativa por parte del otro
estableciéndose una reciprocidad en la negatividad que puede acabar en una escalada de violencia. A la escalada verbal suele contribuir en mayor
medida la mujer. Las mujeres que no lo hacen es porque tienen más capacidad de razonar en esas circunstancias sobre sus pensamientos y cambiar la
respuesta más automática. Este patrón de reciprocidad negativa aparece también en los matrimonios que no tienen problemas; pero con mucha menos
frecuencia, en ellos una interacción negativa es seguida frecuentemente por una respuesta positiva o por ninguna respuesta. El patrón de reciprocidad
positiva se da en ambos tipos de matrimonios. (Gottman, 1998). Es por tanto la reciprocidad negativa, que de alguna manera es más “justa” uno de los
patrones de interacción que más frecuentemente se asocia con los problemas de pareja. Este patrón es un estado absorbente, es decir, es muy difícil
salir de él.

Otro patrón problemático aparece cuando la mujer da respuestas hostiles mientras que el hombre se retira o no contesta, ante lo que la mujer
incrementa su hostilidad. En los matrimonios armoniosos se da también este patrón aunque con menor frecuencia y a menudo acaba con la retirada de
ambos.
Uno de los métodos que se utilizan para resolver los problemas de comunicación es el empleo de la metacomunicación, es decir, reflexionar sobre la
forma en que se está dando la comunicación. Por ejemplo, se dice “no me estás escuchando” para intentar que haya una escucha, pero el mensaje no
verbal agresivo va acompañado, en general, por un componente no verbal agresivo, y el que responde lo hace al componente agresivo, lo que lleva a
más discusiones, metiéndose en un círculo vicioso. En los matrimonios sin problemas contestan a la metacomunicación y no al componente emocional.

Como patrones de comunicación problemáticos Gottman (1998) añade la presencia de los cuatro jinetes del Apocalipsis que pueden conducir a la
pareja al divorcio: la crítica, la actitud defensiva, el desprecio y hablar mucho para que el otro no pueda dar su opinión. Para este autor se comienza
con la crítica que lleva a los otros jinetes.

Todos estos patrones de conductas pretenden la mayoría de las veces resolver el conflicto, pero no solamente no lo resuelven, sino que lo perpetúan y
la propia interacción se convierte en el problema que lleva a la separación. No siempre los conflictos llevan a la ruptura. Se ha reportado un tipo de
conflictos en los que el marido se enfada e inicia la discusión con ánimo de resolver el problema. Cuando se tiene éxito, la relación puede salir
fortalecida,  en estos casos el conflicto vivido por los hijos no es negativo para ellos, incluso puede ser una ocasión para aprender a ser asertivos.
(Finchman y Beach, 1999a).

7.4.1.- Edad a la cual se procrea

Entre los 19 y los 40 años, las opiniones sobre cuál es la mejor edad para concebir están divididas. Esto dicen los últimos estudios y encuestas.
También te puede interesar: Embarazo después de los 35, ¿en qué es diferente?

En la sociedad actual, muchas parejas retrasan el momento de formar una familia. Los factores son muchos: falta de estabilidad laboral y económica,
problemas con la conciliación entre el trabajo y la vida personal, querer más tiempo para viajar y disfrutar en pareja… Mientras que los médicos nos
recuerdan que la fertilidad, especialmente la femenina, disminuye año tras año, otras personas argumentan que tener hijos pasada la treintena es mejor
para su educación, pues los padres son más maduros y tienen las ideas más claras.

El diario The Telegraph ha hecho una recopilación e estudios y consejos de expertos sobre la conveniencia de tener hijos a cada edad, entre los 19 y
los 40 años.
19 años
Según un estudio de la Universidad de Texas, esta sería la edad óptima para tener un bebé, ya que el sistema reproductivo se encuentra en su pico
de fertilidad.
20 años
Según el ginecólogo Tony Falconer, en esta edad se deberían incluir nociones sobre la maternidad y la crianza en las clases de educación sexual, ya
que comienza el periodo ideal para tener hijos.
23 años
Un reciente estudio realizado en el Centro Médico Universitario de Utrecht ha creado una “Calculadora de Fertilidad” para asesorar a las mujeres sobre
el momento ideal para empezar a formar una familia. Según sus creadores, si se quieren tener tres hijos, los 23 años es la edad perfecta para
comenzar.
25 años
Según una encuesta realizada en EEUU en el año 2013, para las mujeres norteamericanas esta sería la edad perfecta para comenzar a formar una
familia. Los hombres, en cambio, opinaron que son los 27 el momento ideal.
26 años
Según los británicos esta es la edad apropiada para empezar a tener hijos. La psicóloga Claire Halsey propone darle una vuelta a la percepción de que
hay que trabajar mucho y dedicarse a los hobbies antes de formar una familia: “tal vez se puede  formar una familia primero y centrarse en la carrera
profesional después”, explica la especialista.
27 años
La edad perfecta para tener un bebé si se quieren tener dos hijos, según el reciente estudio holandés.
28 años
Una edad en la que el reloj biológico empieza a darnos avisos, según demostraron varios investigadores de EEUU e Italia. Su estudio fue el primero en
demostrar una caída en la fertilidad femenina antes de los 30 años.

29 años
El ginecólogo y profesor Geeta Nargund afirma que es necesario intentar tener un bebé como máximo a esta edad para evitar poner al límite a nuestro
reloj biológico. “Si una mujer desea tener hijos, debe hacerlo antes de los 30. Según la mujer se hace mayor, la fertilidad cae en picado”, explica el
experto.
30 años
Es la edad límite para tener hijos, según un estudio de la Universidad de Edimburgo en el que se encontró que en este momento la mujer conserva
un 12% de su reserva ovárica.
31 años
Un dato interesante, aunque no relacionado directamente con la fertilidad, es que a esta edad las mujeres alcanzan su pico de “autoestima sexual”,
según una encuesta realizada por singles247.com a 2.000 mujeres de entre 18 y 60 años. Aprovechar esta confianza para buscar un embarazo ya es
decisión de cada una…
32 años
Edad top para concebir en caso de que se desee tener tan solo un hijo, según el estudio holandés.
34 años
Según un estudio del Instituto Nacional de Envejecimiento y Salud Mental del Reino Unido, esta es la edad óptima para tener un bebé, ya que la mujer
está más preparada para afrontar la educación de sus hijos. “Los estudios sugieren que la maternidad prematura interfiere con el nivel de formación y
predispone a las mujeres a la monoparentalidad, el desempleo y la pobreza”, explica el profesor John Mirowsky, director del citado trabajo.
35 años
Si quieres formar una familia más adelante, este es el momento límite para congelar tus óvulos, según un estudio realizado a principios de este año por
el Hospital Universitario Quirón-Dexeus de Barcelona. Los médicos también advierten que, si se quieren tener hijos, no se debería posponer mucho
más allá de esta fecha.
37 años
Otros trabajos hablan de los 37 como la edad tope para quedarse embarazada. 
39 años
En el año 2013, la profesora Jean Twenge, de San Diego, afirmó que es tan fácil quedar embarazada a los 39 como a los 20. La psicóloga, que tuvo a
sus tres hijos pasados los 35, afirmó que el “bebé-pánico” está basado en datos muy cuestionables.
40 años
En general se acepta que la fecundidad femenina se ha reducido a la mitad y que  solo conservamos el 3% de nuestra reserva ovárica, de acuerdo con
el trabajo de la Universidad de Edimburgo, aunque en 2014 la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido mostró que las tasas de embarazo
en mujeres por encima de los 40 se han duplicado en los últimos años, seguramente debido al avance en los métodos de reproducción asistida. En
España, esta cifra se ha triplicado desde el año 2000, y además el 33% de los partos se producen en mujeres mayores de los 35.
Por otro lado, Adam Balen, de la Sociedad Británica de Fertilidad, acusó hace poco a las celebrities de dar a las mujeres una falsa impresión de la
maternidad por tener hijos a los 40 años.

7.4.2.- Transición a la maternidad-paternidad


1. La transición hacia la paternidad y maternidad
 A lo largo de la vida se producen numerosos cambios vitales que, de una forma u otra, marcan el devenir futuro de las personas. Uno de estos
cambios se produce cuando una pareja decide formar un núcleo familiar, tener hijos y, en estas circunstancias, surge la pregunta de “¿Qué quiero
para mis hijos?”.

La paternidad y maternidad son momentos en los que se produce una total reestructuración en cuanto a los intereses y prioridades de las parejas y
en el que se genera una propuesta futura en cuanto a los valores y aprendizajes que serán susceptibles de ser transmitidos a generaciones futuras.
Éste es el primer capítulo de una serie de monográficos dedicados a acompañar tanto a los que quieren ser padres como a los que ya lo son en la
tarea de educar y socializar a sus hijos. Esta necesidad de aprender  a ser padres no es algo nuevo, sino que hasta ahora se ha ejemplarizado
como una especie de legado social del cual se beneficiaban los padres nobeles. En este espacio trataremos los temas relacionados con la
educación de los hijos de un modo más técnico y educativo. Todo ello es debido a que las circunstancias en que las familias se desarrollan han
cambiado en los últimos años a causa de un nuevo estilo de vida más trepidante que antaño. De esta forma se fortalecerá una faceta importante
del rol de padres, que es el de educador.

La llegada de un hijo cambia en gran medida la rutina diaria de la pareja y es por ello que los padres no deben sentirse culpables si, al inicio,
perciben un gran cambio en los hábitos tanto individuales como mutuos: tiempo libre, relaciones sexuales, tiempo en soledad… Sin embargo, el
hecho de ser padres hace que se forme una nueva noción del sí mismo en la autoestima y autoconcepto de las personas. Surge un nuevo rol, y
con ello, todo el trabajo de generación y mantenimiento que requiere el incorporar a nuestra vida una faceta hasta ahora desconocida. Es por ello
que, desde aquí, me parece importante enviar a los papás un mensaje de calma y de normalidad ante los miedos y dudas que surgen en esta
nueva etapa vital.

Convertirse en padre por primera vez es uno de los eventos más importantes y significativos en la vida de los hombres el cual tiene efectos muy
profundos y a largo plazo, y Introducción 3 sin embargo, es un evento poco estudiado si se le compara con la gran cantidad de estudios de la que
ha sido objeto la transición a la maternidad. Además, no sólo hay mucha más literatura dedicada a la maternidad que a la paternidad sino más
grupos de apoyo o programas educativos dedicados a las madres que a los padres (Linton, 2000). La paternidad implica importantes retos, pero se
ha visto que hay poca orientación, modelos o apoyo disponible para ayudar a los padres (Goodman, 2005). Es por ello que surgió la idea de
estudiar este fenómeno y comprender mejor lo que viven los hombres durante su primera transición a la paternidad, y específicamente, de
comprender la experiencia psicocultural de la transición a la paternidad que expresan los hombres que la atraviesan por primera vez, a través de su
participación en un grupo de apoyo online, objetivo central del presente estudio. Convertirse en padre por primera vez es el evento más profundo y
complicado en la vida de un hombre (Linton, 2000) el cual implica cambios vitales significativos (Goodman, 2005) y que es una de sus decisiones
más importantes (Climent, Rodríguez, Maris y Climent, 2006). Tener hijos es una afirmación de quien es, de su propósito en la vida, es una
representación de lo que es verdaderamente importante, le da al hombre un sentido de logro (Townsend, 2007). Ninguna otra transición en la vida,
ni casarse, cambiar de trabajo, mudarse o lograr las metas educativas, tiene un efecto tan a largo plazo sobre el sentido de propósito del hombre
como convertirse en padre (Linton, 2000). Convertirse en padre es una transformación moral ya que cambia las prioridades de los hombres y su
sentido de responsabilidad. El matrimonio marca el fin de un período de diversión y responsabilidad sólo por uno mismo, y tener hijos marca el
cambio de la época de la pareja a la época de la familia (Townsend, 2007). Tener un hijo es un cambio de estatus, es el cambio de no ser padres a
ser padres (Draper, 2003). Cualquiera que sea la edad del padre o su estado civil, tener el primer hijo afectará su vida en múltiples aspectos. Por
ejemplo, la relación con la pareja se profundiza y se crea un lazo muy fuerte por muchos años, incluso en los casos en que la pareja se separe
(Climent, Rodríguez, Maris y Climent, 2006). Es un momento de perplejidad y de un importante cambio social (McVeigh y Baafi, 2002) pero la
felicidad de ser padre por primera vez es una de las experiencias más enriquecedoras de la vida de un hombre (Climent et al, 2006). Significados
de la transición a la paternidad 4 Ser padre le da a los hombres un propósito y un significado de una manera que ninguna otra experiencia puede
hacerlo (Linton, 2000). De ahí la necesidad de profundizar en cómo los hombres que participaron en el grupo de apoyo online estudiado viven la
experiencia de ser padres por primera vez, pregunta que guía la presente investigación, dado que la vivencia o el modo cómo las personas valoran,
perciben, interpretan aquello que les sucede y rodea, se considera la unidad de análisis de la psicología cultural (Esteban, 2008), enfoque de
análisis que guía a la presente investigación.

Elección ocupacional.

La orientación vocacional y profesional es uno de los referentes de actuación del profesional responsable de los Departamentos de Orientación de un
centro escolar. A través de las perspectivas teóricas centramos su fundamentación, para pasar del análisis de la conducta vocacional a la presentación
de los modelos más significativos, terminando con nuestra propuesta de modelo de asesoramiento vocacional.

Aunque el término vocacional se ha empleado tradicionalmente apelando a su sentido etimológico (vocare, llamar), expresando la idea de que cada
persona está llamada a desempeñar una ocupación-profesión determinada en la que alcanzaría su máximo grado de realización, es obvio que tal
planteamiento no tiene sentido alguno en la actualidad, ya que desde mediados de nuestro siglo la psicología ha empleado este término con un sentido
menos "transcendente", para referirlo al proceso interactivo entre la sociedad y los individuos y entre éstos y su entorno socioeconómico. Una
interacción en la que se busca el equilibrio entre las necesidades sociales de atender a las demandas de empleo productivas y las exigencias
individuales de realización a través de la ocupación del tiempo personal de forma útil.

Así entendido, lo vocacional se constituye en una faceta del desarrollo psicosocial, un proceso psicológico (afectivo, cognitivo y comportamental) de
carácter gradual, que lleva al individuo a su plena socialización a través del empleo del tiempo útil o productivo, por medio de su inserción en el mundo
laboral u ocupacional (Rivas, 1998). De acuerdo con la definición de Rivas podemos atribuir al proceso vocacional los siguientes rasgos esenciales:
a) Es una dimensión básica del desarrollo.
b) Tiene una intensa relación con la propia estima, el autoconcepto y la identidad.
c) Siempre se encuentra en equilibrio inestable.
La conducta vocacional no siempre ha sido analizada desde la misma óptica, sino que sobre ella, como sobre otras conductas humanas, han recaído
perspectivas teóricas diferentes:
a) Enfoques individualistas. Desde los que se ha considerado que el desarrollo vocacional es determinado, básicamente, por factores personales
como las aptitudes y las destrezas, los intereses y preferencias vocacionales, las actitudes, la formación, etc. Dentro de esta perspectiva teórica
podrían considerarse los modelos psicodinámicos más puros y sobre todo los pertenecientes a la Teoría del Rasgo.
b) Enfoques ambientalistas. Desde estos enfoques se considera que la conducta vocacional es el producto de factores estructurales, sociales y
económicos, que priman por encima de los factores personales. Algunos de estos factores son: ambiente socio-familiar, presión ambiental, estatus
profesional, estructuras sociales y económicas,... En esta perspectiva teórica se encuentran los modelos conductuales más puros.
c) Enfoque interactivo. Otros enfoques han planteado la conducta y el desarrollo vocacional como consecuencia de la interacción de factores
individuales y ambientales. Desde este enfoque se consideran, además de los factores señalados con anterioridad, otros como las relaciones sujeto-
escuela, relaciones entorno sociodinámico-escuela, etc. En esta perspectiva pueden situarse buena parte de los enfoques evolutivos (Super, Ginzberg,
Pelletier,...), así como los modelos cognitivo-conductuales más recientes, como puede ser el planteado en nuestro país por Rivas (1988).
Es en esta última perspectiva teórica donde nosotros concretamente nos situamos, por lo que podíamos concluir que adoptamos una posición teórica
continua, al explicar la conducta vocacional, que por un lado se produce a lo largo del tiempo y, por otro, es fruto de la combinación de factores
personales y socio-ambientales.
EVOLUCIÓN DE LA CONDUCTA VOCACIONAL
Es hoy una posición teórica dominante en el mundo occidental entender la conducta vocacional como algo que se establece a lo largo de la vida de los
sujetos y que la misma discurre en etapas o periodos evolutivos, en cada uno de los cuales adopta formas diferentes, según la edad del sujeto.
Aunque uno de los autores pioneros en el establecimiento de etapas evolutivas en la conducta vocacional fue Ginzberg en los años 50, sin duda
alguna, sus propuestas han sido superadas por otros autores posteriores, como Super, Crites y Ossipow en el ámbito anglosajón, Pelletier y su escuela
en el ámbito francófono y desde una perspectiva más cercana a nosotros el profesor Rivas (1988). Veamos de una manera muy sucinta las
perspectivas teóricas de Super y de Rivas.
1. Modelo de Super
En su enfoque del ciclo vital o "life span" señala la existencia de cuatro grandes periodos evolutivos:
a) Periodo de crecimiento: hasta los 14 años.
b) Periodo de exploración: desde los 14 a 24 años.
- Etapa de tanteo: 15-17. En esta etapa el adolescente ya ha tenido oportunidad de obtener, de su experiencia en el medio, información sobre las
posibilidades subjetivas de alcanzar lo que pretende, aunque carece de seguridad en su propósito. El adolescente de estas edades busca información,
pero sin comprometerse aún seriamente con una opción.
- Etapa de transición: 18-21. En estas edades se han tomado ya decisiones impuestas por el sistema educativo, las presiones del entorno y la
estructura laboral que habrán de afectar a medio y largo plazo a su situación vocacional. Igualmente empieza a ser más personal y matizada la
valoración de las diferentes actividades profesionales, produciéndose una identificación personal con, al menos, una gran área vocacional.
- Etapa de ensayo: 22-24. Este tercer estadio o etapa supone el enfrentamiento con la búsqueda del primer empleo o, en su caso, la decisión de una
mayor especialización en el área vocacional específica en donde el joven se ha situado.
c) Periodo de afirmación: de los 24 a 44.
d) Periodo de mantenimiento: desde los 45 a la jubilación.
e) Periodo de declive: desde la jubilación.
Super elaboró en 1953 diez proposiciones, aumentadas a doce y posteriormente a 14, que resumen de alguna manera sus posiciones en esta cuestión
(Super 1979):

1) Las personas difieren en sus habilidades, intereses y en su personalidad.


2) En virtud de estas características son aptas para un variado número de ocupaciones.
3) Cada una de esas ocupaciones requiere un patrón típico de habilidades, intereses y rasgos de personalidad, que permiten una amplia gama de
ocupaciones para cada individuo y una variedad de individuos para cada ocupación.
4) Las competencias y las preferencias vocacionales, las situaciones en las cuales la gente vive y trabaja así como el concepto que de sí mismo se
tiene, cambia con el tiempo y la experiencia. Esto hace que la adaptación y la toma de decisiones sean un proceso continuo.
5) Este proceso se resume en una serie de periodos que se caracterizan por el crecimiento, la exploración, el establecimiento y el retiro.
6) La naturaleza de los patrones de las carreras, esto es, el nivel ocupacional de un trabajo, está determinada por el nivel socio-económico de los
padres del individuo, por la capacidad mental, por las características de la personalidad y por las oportunidades a que cada persona esté expuesto.
7) El desarrollo en las etapas de la vida puede ser guiado para facilitar el proceso de maduración de las habilidades e intereses, hacia la ayuda del
conocimiento de la realidad y al desarrollo del concepto de sí mismo.
8) El proceso de desarrollo vocacional es esencialmente el desarrollo del concepto de sí mismo. Este concepto es el producto de la interacción de las
aptitudes, de la composición neural y endocrina, de la herencia, de las oportunidades que se tengan en la vida y del nivel de aprobación manifestado
por superiores y compañeros en las tareas desempeñadas.
9) El compromiso entre el individuo y los factores sociales, entre el concepto de sí mismo y la realidad, está presente en todos los papeles que el
individuo desempeñe.
10) La satisfacción en el trabajo y en la vida depende de la cantidad de salidas adecuadas que el individuo encuentre para sus habilidades, intereses,
rasgos de personalidad y valores.
Para valorar la adecuación del desarrollo vocacional en cada uno de estos periodos, más allá de la idea clásica del "ajuste vocacional" entendido como
la existencia de una opción vocacional idónea para cada sujeto, Super definió inicialmente el concepto de madurez vocacional como la posición del
sujeto en el continuo del desarrollo vocacional que va desde la exploración de las posibilidades hasta el periodo de declive profesional y que hoy día se
entiende como "la capacidad de manejar adecuadamente la información que se obtiene del propio medio y la construcción de un concepto de sí mismo
realista y ponderado con la situación de que parte el adolescente" (Rocabert y otros, 1990).

2. El modelo de Rivas


Los trabajos del profesor Rivas tienen desde nuestro punto de vista un doble interés: son más recientes (1988 y 1994) y se han realizado con sujetos
españoles y no norteamericanos. En relación con los periodos vitales que nos interesa, distingue dos grandes momentos:
a) Periodo de la iniciación pre-vocacional. Presente en la etapa de la Educación Secundaria Obligatoria y en el que el desarrollo vocacional se
caracteriza por el ensayo de conductas vocacionales sin que se establezca compromiso alguno con una decisión, pero con la decidida intención de
probar algunos aspectos del mundo vocacional. La experiencia escolar con diferentes materias sirve de base al sujeto para percibir el esfuerzo
diferencial que le requieren distintas actividades, en función de la estructura de sus capacidades e intereses.
b) Periodo de la decisión e implicación vocacional. El periodo que va de los 17 a los 20 años se caracteriza por la imperiosa necesidad de responder a
las presiones del medio, en el sentido de optar por un área vocacional específica. Pero hay dos circunstancias, añadidas a la presión educativa, como
son la necesidad (psicológica) de dar salida a las capacidades, intereses y valores propios en un área que permita la realización del autocontrol
vocacional, y el hecho de haber tenido experiencias vocacionales para decidir, al menos, si orientarse hacia la continuación de los estudios en un nivel
dado o, por contra, hacia la búsqueda de empleo. Citando al propio Rivas (1998:153): "al adolescente en este periodo se le juntan excesivas demandas
(...) al mismo tiempo, planificar su futuro, atender a las pulsiones sexuales y tendencia a encontrar nuevas relaciones afectivas al margen de la familia,
conciencia de que acaba una época de poca responsabilidad, etc. Todo ello unido a las presiones, expectativas familiares, limitaciones socio-
económicas, desinformación vocacional, explican la ansiedad que tiene este periodo. Lo vocacional se percibe como una forma de vida ante la que hay
que optar".

FACTORES EN LA ELECCIÓN DE ESTUDIOS PROFESIONALES


Siguiendo el esquema propuesto por Rivas y otros (1995) podemos señalar que las variables básicas en los procesos de decisión vocacional son las
siguientes:
a) Variables personales. Son aquellas que resultan inseparables de cada sujeto, como son:
1) Los biodatos. Que han sido considerados habitualmente como variables demográficas; sin embargo, deberían entenderse; como circunstancias
configuradoras de la propia historia personal y en un proceso decisional óptimo, hacer consciente al sujeto de su relevancia.
2) Las aptitudes o capacidades. Aunque tradicionalmente esta variable ha soportado gran parte del peso de las elecciones vocacionales por partir del
supuesto ajuste sujeto-ocupación, los datos empíricos no apuntan a que se constituya en una variable determinante a la hora de elegir entre diferentes
grupos vocacionales, aunque sí lo sea junto con otras (estilo de aprendizaje, motivación,...) para el ascenso académico.
3) Intereses y preferencias vocacionales. Configuran un aspecto esencial del componente vocacional de la conducta en el proceso de elección de
estudios y profesiones, ya que son intereses y preferencias los factores que la dotan de dirección e impulso. Suelen ser, para la mayoría de los autores,
el elemento más diferenciador y decisivo en la elección vocacional.
4) Los constructos personales. Propuesto por Kelly en los años 50, hacen referencia a las percepciones que el sujeto tiene acerca de las diferentes
opciones profesionales. Tiene una intensa relación con los valores personales, la información disponible, las experiencias vocacionales, etc.
5) Problemática vocacional y madurez vocacional. Hace referencia al grado de conciencia que posee el individuo de que la elección vocacional supone
un problema a resolver por él mismo, así como a las repercusiones que dicha elección tendrá para él.
6) Las expectativas del logro. El sujeto debe ser también consciente de que sus planes vocacionales juegan un papel decisivo, ya que uno no suele
estar dispuesto a implicarse en ocupaciones en las que espera un bajo rendimiento.
7) Estilos decisionales. El conocimiento con la mayor precisión posible sobre el peculiar modo de tomar decisiones de cada uno (calculador- atrevido,
intuitivo-racional, dependiente-independiente,...) constituye otra variable individual relevante en la toma de decisiones.
8) Factores psicoemocionales. La autoconfianza, la seguridad en las propias decisiones, ajuste emocional,... Constituyen otro elemento importante en
la decisión vocacional.
b) Variables socio-familiares. Aunque podrían estar algunas reflejadas en los biodatos mencionados con anterioridad, su importancia precisa de un
planteamiento por separado:
1) Variables familiares
- Nivel económico
- Estatus profesional de la familia
- Nivel socio-cultural
2) Variables sociales
- Nivel socio-económico
- Recursos disponibles-accesibles
- Servicios sociales-asistenciales

TIPOS DE ASESORAMIENTO VOCACIONAL


Desde los supuestos enumerados con anterioridad para definir nuestro modelo, el asesoramiento vocacional de los alumnos constituye una actividad
integrada en el conjunto de la acción orientadora y tutorial, que tiene como fin proporcionar ayuda y guía personalizada en la solución autónoma de
problemas relativos al desarrollo vocacional. No obstante, del mismo modo entendemos que esa personalización ha de llevarse a cabo en dos niveles
operativos, claramente diferenciados, como señalan Vidal y Manjón (1997):
A) ASESORAMIENTO VOCACIONAL GENERALIZADO. Para llegar a responder a las necesidades de asesoramiento de todos y cada uno de los
alumnos es necesario, al igual que en la enseñanza, la existencia de un primer nivel que "sirva" a la mayoría de ellos y cuya ejecución correspondería a
los profesores y tutores (Santana y Álvarez, 1996). Es decir, que es necesario el diseño e implantación de programas de asesoramiento de carácter
general, incluso inmersos en el curriculum, para los alumnos tanto de la ESO como de Bachillerato. De esta manera, por ejemplo en la ESO, la
orientación vocacional podría plantearse mediante la existencia de dos programas de asesoramiento generalizado: uno que se desarrollaría en el
Primer Ciclo y 3º de la ESO dirigido a la elección de optativas, mientras que un segundo incidiría más en opciones profesionales, por la repercusión en
la decisión del alumno, al finalizar la enseñanza obligatoria. En este plano incorporamos acciones importantes por parte del Departamento de
Orientación del Centro tanto en aspectos de evaluaciòn psicopedagógica, como de programas de información sobre optatividad y opciones
profesionales. Llamamos la atención a que en la evaluación psicopedagógica se exploren, además de aptitudes y capacidades, aspectos de
competencia curricular y muy especialmente intereses y preferencias profesionales, los planos motivacionales que el alumno maneja para su toma de
decisiones... La información obtenida por parte del Departamento de Orientación debe ser revertida de una manera oficial en el  Consejo
Orientador que por supuesto "debe ser entendido como una propuesta colegiada del equipo educativo en la que, teniendo en cuenta las expectativas
manifestadas por el propio alumno, se le recomendarían las opciones educativas o profesionales más acordes con sus capacidades, intereses y
posibilidades". Dicho consejo orientador va firmado por el profesor tutor con el visto bueno del Director, pero se confecciona de forma colegiada por el
conjunto de profesores con la colaboración del Departamento de Orientación, que entendemos debe decir mucho en apartados como capacidades,
posibilidades de aprendizaje, intereses y preferencias personales, expectativas profesionales y el grado de ajuste entre el nivel de desarrollo y
aprendizaje alcanzado por el alumno y las diferentes opciones educativas y profesionales. Es, pues, un aspecto que debemos trabajar con suma
responsabilidad para seguir acreditando y afianzando la figura del Orientador en los Centros escolares.
B) EL ASESORAMIENTO INDIVIDUALIZADO El asesoramiento individualizado ha de constituir, desde el punto de vista vocacional, una realizaciòn que
debería estar precedida por el asesoramiento generalizado que es propio de los grupos sociales, entre ellos la escuela. Para nosotros este tipo de
asesoramiento debería ser el último escalón dentro de la función de asesoramiento que es propia de los orientadores escolares. El asesoramiento
individualizado o Counseling ha sido entendido siempre como un proceso de ayuda solicitada, que podría ser matizada como ayuda aceptada, aunque
el alumno no lo haya solicitado. Y ello, porque creemos que el asesoramiento individualizado de un alumno podría llegar a producirse por tres vías
diferentes:
- Porque él mismo lo solicite.
- Porque el tutor/tutora lo derive hacia el orientador.
- Porque sea detectado por el orientador como sujeto de alto riesgo.
Como señalan Vidal y Manjón (1997) el asesoramiento vocacional, tanto generalizado como individualizado, debe ser entendido como:
1) Un proceso de ayuda que oriente en la solución autónoma y responsable de problemas: puede que un problema no se solucione, pero el
asesoramiento ha de contribuir a que el proceso seguido redunde en una mayor madurez del alumno frente al problema abordado.
2) Un proceso planificado siguiendo las etapas propias de todo proceso de solución de problemas y toma de decisiones.
3) Como parte integrante (y coherente, por tanto) del conjunto de medidas educativas dirigidas al alumno.
4) Como una actividad de "segundo escalón", que nunca debe suplir, sino complementar al resto de medidas de personalización más generales.
5) Un proceso voluntariamente aceptado por el alumno sin presiones, ya sea porque surge de una petición propia, ya porque profesores y/u
orientadores han llevado a cabo una labor de conciliación previa acerca de una necesidad real, pero no sentida como tal por parte del alumno.
Descripción y explicación de planes de orientación cognitivo conductual:
Descripción y explicación de planes de orientación cognitivo conductual: Identificación de errores de concepto.
MEDICIÓN DE LAS HABILIDAD COGNOSCITIVAS EN LA EDAD ADULTA
En términos cognitivos, las personas de edad adulta intermedia están en lo máximo de su capacidad. En apariencia el desarrollo cognitivo no es
uniforme durante la edad adulta, pues implica pérdidas y ganancias en diferentes habilidades y en diferentes épocas. A pesar de las amplias diferencias
individuales, la mayoría de las personas en el estudio de Seattle no mostro una reducción significativa en las capacidades hasta después de los 60
años.
Características distintivas de la cognición adulta
Según Sinnott, (1996) el pensamiento maduro representa una nueva etapa de desarrollo cognitivo, una forma especial de inteligencia. La cual puede
servir de fundamento alas habilidades interpersonales y contribuir ala solución de problemas prácticos, relacionados con los campos que han elegido,
básicamente la respuesta reside en el conocimiento especializado en una forma de inteligencia cristalizada.
Planes cognitivos-conductuales
Corrección de errores de concepto en función de esquemas cognitivos, creencias inadecuadas, actitudes no funcionales que en unión con
contingencias ambientales influyen en el desarrollo, fortalecimiento, mantenimiento y/o reducción de determinados comportamientos en el adulto medio.

1. Técnicas de reestructuración cognitiva: están centradas en la identificación y cambio de las cogniciones (creencias irracionales, pensamientos
distorsionados o auto verbalizaciones negativas). Enseñan al paciente a pensar de manera correcta, atacando los errores o distorsiones en el
procesamiento de la información. Se incluye:
· La Terapia racional Emotiva de Ellis.
· La Terapia Cognitiva de Beck.
· La Reestructuración Racional Sistemática de Goldfried.
· El Entrenamiento en auto instrucciones de Meichenbaum.

La Terapia racional Emotiva de Ellis


Su objetivo es modificarlos núcleos cognitivos disfuncionales (ideas irracionales) que subyacen en los estados de perturbación psicológica.
Las creencias racionales son cogniciones evaluativas de significados personales que son de carácter preferencial que se expresan en forma de
deseo, preferencia, gusto, agrado y desagrado, mientras que los pensamientos irracionales son cogniciones evaluativas de carácter absolutista y
dogmático (debería/tendría) y generan emociones negativas perturbadoras que interfieren en la consecución de metas que proporcionan felicidad.

Identifica cuatro formas de pensamientos irracionales:


· Demandas o exigencias
· Catastrofismo
· Baja tolerancia a la frustración
· Depreciación o condena global de la valía humana
La Terapia Cognitiva de Beck
Es un procedimiento de intervención estructurado que utiliza como estrategias el razonamiento deductivo y la comprobación de hipótesis para
ayudar a las personas a aprender a identificar y contrastar sus pensamientos disfuncionales. Enfatiza el papel de los elementos cognitivos en el origen
y mantenimiento de los problemas psicológicos.
Este modelo sostiene que los individuos no responden automáticamente ante una situación estimular, sino que antes de emitir una respuesta
emocional o conductual perciben, clasifican, interpretan, evalúan y asignan significado al estímulo en función de sus supuestos previos o esquemas
cognitivos, siendo éstos entidades organizativas conceptuales complejas compuestas de unidades más simples que contienen nuestro conocimiento de
cómo se organizan y estructuran los estímulos ambientales (creencias nucleares).
Las distorsiones cognitivas son los sesgos negativos que cometen las personas con problemas emocionales. Los pensamientos automáticos son
los resultantes de la información proporcionada por el medio, proporcionada por el medio, los esquemas, creencias y procesos cognitivos.

La Reestructuración Racional Sistemática de Goldfried


Mediante esta técnica se proporciona al paciente habilidades de afrontamiento tales como:
· Presentar la afirmación de que los pensamientos median las emociones, se ayuda al paciente a reconocer que tanto sus pensamientos como sus
suposiciones como sus expectativas pueden afectar su manera de reaccionar a las situaciones.
· Establecer una perspectiva realista en el paciente.
· Identificar las suposiciones poco realistas que median su conducta desadaptativa, ayudándolo a descubrir las creencias o suposiciones que están
asociadas a tal conducta.

El Entrenamiento en auto instrucciones de Meichenbaum


La idea central del modelo es que el lenguaje tiene en el individuo la función de guiar y ordenar su propia conducta externa. El reconocimiento del
lenguaje interno como director y controlador del comportamiento por parte de Meinchenbaum, le lleva a describir un procedimiento general que permita
modificar las verbalizaciones internas del sujeto y en consecuencia, la conducta manifiesta.
El entrenamiento autoinstruccional es una técnica cognitiva de cambio de comportamiento en la que se modifican las autoverbalizaciones
(verbalizaciones internas o pensamientos) que un sujeto realiza ante cualquier tarea o problema, sustituyéndolas por otras que, en general, son más
útiles para llevar a cabo dicha tarea. El objetivo es que el sujeto introduzca inicialmente un cambio en sus auto verbalizaciones para que, finalmente, se
modifique su comportamiento manifiesto.

Identificación de errores de concepto

Identificación de errores de concepto


En términos cognitivos, las personas de edad adulta intermedia están en lo máximo de su capacidad. En apariencia el desarrollo cognitivo no es
uniforme durante la edad adulta, pues implica pérdidas y ganancias en diferentes habilidades y en diferentes épocas. A pesar de las amplias diferencias
individuales, la mayoría de las personas en el estudio de Seattle no mostro una reducción significativa en las capacidades hasta después de los 60
años. Según Sinnott, (1996) el pensamiento maduro representa una nueva etapa de desarrollo cognitivo, una forma especial de inteligencia. La cual
puede servir de fundamento alas habilidades interpersonales y contribuir a la solución de problemas prácticos, relacionados con los campos que han
elegido, básicamente la respuesta reside en el conocimiento especializado en una forma de inteligencia cristalizada.
El error es una constante en todo proceso de enseñanza-aprendizaje, pero es innegable que la didáctica tradicional lo consideraba algo punitivo y en
esencia no bien visto. Hoy día prevalece una didáctica operatoria o constructivista donde el estudiante ocupa el lugar privilegiado en la enseñanza-
aprendizaje; el error es ponderado porque se considera que el equivocarse es una oportunidad para el aprendizaje. Con el error, se dice, el estudiante
se da cuenta que ante el aprendizaje no puede ni debe adquirir actitudes superficiales, y por lo tanto, ofrece una coyuntura para la autocrítica y para
inferir la necesidad de aprender de los errores y fracasos: cuando un estudiante se equivoca, se le hace ver su error y se le invita a corregirlo. Es
innegable que con ello aumenta su capacidad de curiosidad e iniciativa para observar, indagar y rectificar. En este sentido Víctor García Hoz, en el
Sistema de la obra bien hecha, afirma que cuando el estudiante hace mal las cosas, es oportunidad para educarlo.
Claparéde y Dewey aludían a la necesidad de «permitir» a los estudiantes cometer errores. Para Skinner, en cambio, era necesario organizar el
ambiente no sólo escolar, sino familiar o comunitario con la finalidad de que el estudiante no cometa errores. Para los primeros es necesario tomar en
cuenta una ley fundamental del aprendizaje: «el proceso de aprender es individual». Para el segundo, en el análisis de cualquier situación de
aprendizaje, nos apoyaríamos en las sugerencias hechas por los estudiantes, pero esto sólo constataría que sus propuestas no siempre serán las
mismas aunque hubieran adquirido las mismas categorías de análisis para la construcción de un concepto. Sus propuestas no son confiables. Las dos
hipótesis tienen sus defensores. Para Skinner, es necesario proponer todas las pequeñas etapas para el aprendizaje del estudiante. Las cuestiones
son simples y el estudiante, conociendo lo que debe hacer, triunfará en cada ocasión y, entusiasmado por su éxito, continuará conquistando el estudio.
Según él, es necesario espaciar progresivamente los refuerzos en un lapso de tiempo para que el estudiante continúe aprendiendo; este aprendizaje
generará alegría y, así, los refuerzos requeridos serán cada vez más espaciados.

Para los otros teóricos, en particular para los psicólogos cognoscitivistas ¾ que consideran a la persona humana como un gran centro de
procesamiento de información¾ , el error es parte del mismo proceso de autoinformación. El error es un hecho normal en el complejo proceso de la
resolución de un problema y es, eventualmente, síntoma de un disfuncionamiento cognitivo, o también, simplemente, de un estado en donde se
procesa una conceptualización.

Corrección de errores de concepto en función de esquemas cognitivos (creencias inadecuadas, actitudes no funcionales) que en unión con
contingencias ambientales influyen en el desarrollo, fortalecimiento, mantenimiento y/o reducción de determinados comportamientos en el
adulto joven.

Corrección de errores de concepto en función de esquemas cognitivos


A partir de los errores, los estudiantes y docentes efectúan diagnósticos y pilotean las actividades de aprendizaje en los diferentes espacios educativos.
De ahí la trascendencia de atender educativamente al error y la necesidad de reconocer que la situación de enseñanza-aprendizaje es ante todo una
situación particular de comunicación, que articula tres componentes: un «docente» que tiene la intención de enseñar, unos «estudiantes» que no todo
el tiempo desean aprender y un «contenido educativo» por enseñar. Esta situación es concebida por el docente como un medio para persuadir sobre el
logro de un aprendizaje en el estudiante.

Si admitimos que la educación es una acción que toma en cuenta la producción de los efectos del aprendizaje, se puede visualizar y comparar la
situación de enseñanza-aprendizaje como una «situación de producción». Imaginemos que, en un sistema restringido a la situación de enseñanza-
aprendizaje, el producto a transformar sean los estudiantes. Al entrar al sistema se transforman porque han aprendido. En el sistema, ellos se capacitan
intelectualmente sobre la base de un material real o simbólico y con ello adquieren nuevas capacidades o competencias.

El objetivo es que en el sistema se ponga en marcha la estrategia para que los estudiantes realmente aprendan. Como sujetos de aprendizaje,
analizarán las diferentes situaciones, confrontarán sus resultados con los de sus compañeros, se darán cuenta del «error» (con o sin ayuda del
docente) y verificarán sus procesos de aprendizaje. En este momento de verificación, lo vital es el tipo de inferencias o de razonamiento que haga el
estudiante sobre lo adquirido. Por lo anterior, no pretendemos ofrecer una imagen mecánica ni reduccionista del aprendizaje en cuanto a un solo
proceso de transformación, sino más bien señalar que el docente y los estudiantes, al estar relacionados implícita y explícitamente en una situación de
proceso de enseñanza-aprendizaje, constituyen los dos polos de una relación educativa ampliamente dependiente de factores psicológicos, socio-
afectivos, cognitivos e institucionales. No hacemos sino valorar toda la riqueza de esas interacciones y, sobre todo, las dificultades individuales que
pueden surgir en todo momento, como parte del proceso de aprendizaje.

¿Por qué el error?


Entre otras cosas, la educación es una acción que tiene como objetivo hacer que una persona pase de un estado «N» a un estado «N+1». La pregunta
es: ¿cuál es la verdadera importancia de corregir el error? En primer lugar razonar, que para los psicólogos es hacer inferencias. Y hacer inferencias es
pensar de una cierta manera: es producir una información nueva a partir de la información existente. El razonamiento por sí solo se integraría a ciertas
actividades mentales como la comprensión, la inducción, el pensamiento analógico, el aprendizaje, la deducción, etcétera.

El razonamiento deductivo es un caso particular de procesos de inferencias: una persona que «razona» ofrece una conclusión a partir de un enunciado
constituido de varias premisas.

En la vida corriente, muchos razonamientos son prácticos y las reglas de decisión que permiten acercarse a una conclusión no obedecen forzosamente
a los criterios de la lógica clásica. Para la construcción de los razonamientos, y por ende para la obtención de conclusiones, la lógica clásica admite la
validez de algunas inferencias. Pero las personas en ciertas situaciones, parecieran desconocer las reglas de la lógica clásica y funcionan según otras
«reglas».
Experimentalmente está constatado que las «vías de razonamiento», es decir, los «errores sistemáticos de razonamiento», tienen un origen difícil de
identificar. La interpretación de esos errores es la fuente de debates teóricos que frecuentemente nos ofrecen numerosas interrogaciones.

Los errores cometidos por los sujetos pueden ser advertidos siguiendo los pasos de la lógica clásica y nos previenen de las implicaciones en las
interpretaciones porque, en la mayoría de los casos, los razonamientos se construyen a partir de elementos concretos, de factores familiares o
reconocidos en los cuales ya existe una implicación de representación. Esto nos constata una vez más que las estrategias de razonamiento construidas
sobre lo concreto nos conducen de manera natural a lo abstracto, y esto es lo más pertinente para la mayoría de las personas. Pero justamente por no
seguir esta lógica clásica se cometen errores.

Otra fuente de error es la memoria, reconocida como un sistema por el cual una persona regresa al «banco de información» en su cerebro y recupera
enseguida lo que le genera una necesidad (Lieury, 1993). Señala Piaget: «La memoria humana es habitualmente definida como la capacidad de
reactivar, parcialmente o totalmente, de forma verídica o errónea, los acontecimientos del pasado» (1970). Sin embargo, «(…) su función no es
solamente reactivar el pasado, sino también detectar la novedad y permitir el aprendizaje» (Tiberghien, 1991). En concreto, la memoria ayuda a
enriquecer un concepto a partir de elementos ya aprendidos y recordados de manera correcta, y a modificar un esquema a partir de la reflexión de
errores capturados en un aprendizaje inicial (que generan un nuevo concepto o crean un nuevo esquema).

En esencia, el conjunto de las ciencias cognitivas como la psicología cognitiva y otras disciplinas o ciencias como la inteligencia artificial, las neuro-
ciencias, la lingüística, la filosofía y la antropología, generan un espacio de reflexión en torno al error como materia prima del aprendizaje.
Fundamentándose en el tratamiento de la información, se puede decir lo siguiente: los sentidos abastecen la vía de entrada de información (primera
fuente de error), mientras que las operaciones mentales actúan sobre esos datos (segunda fuente de error). Los datos transformados crean una
estructura mental (tercera fuente de error) que se relaciona con la memoria (cuarta fuente de error). Esa estructura mental entra en interacción con la
memoria y con otras estructuras para emitir una respuesta (quinta fuente de error). Son fuentes de error al no interactuar correctamente.

Es éste un sistema de tratamiento de la información que ha sido desarrollado por Newell y Simon, y retomado por Anderson en 1983. Para explicar este
trayecto del tratamiento de la información por medio de las estructuras hipotéticas del cerebro humano, hay que suponer una analogía con respecto a la
computadora. Aún estamos lejos de saber cómo superar los errores, pero ésa es justamente una de las razones por las que psicólogos de la cognición
estudian las variables que influyen en la transferencia para la resolución de un problema: espacio del problema, espacio de la tarea, representaciones,
anticipación, planificación, efectos del contenido y todo aquello que concierne a la comprensión del problema.

La idea esencial, cuando se considera al error desde un punto de vista constructivista, es renunciar a eso que Piaget llamaba el «no importa el
queísmo». Se debe prestar atención a la primera respuesta del estudiante y encontrar, al mismo tiempo, las operaciones intelectuales realizadas
(Meirieu, 1984). Se verá, así, que con los modelos de aprendizaje constructivista (que no son uniformes), el error adquiere una función más relevante al
indicarnos las tareas intelectuales que resuelven los estudiantes y los obstáculos a los que se enfrenta su pensamiento: «si la noción de obstáculo
epistemológico es operatoria en pedagogía, eso significa que no es suficiente reconocer el derecho al error, sino que es necesario comprometerse
sobre la vía de un verdadero conocimiento del error» (Sanner, 1983). Aprender es tomar el riesgo de equivocarse siempre. Existe un «saber del error»
como lo afirma Jean-Pierre Jaffré, porque al error más bien se le orienta y se le guía, por lo que lo fundamental entre un estudiante novicio y un
enseñante experto de su disciplina, es generar un intercambio de paradigmas. Lo esencial para nuestro propósito, es que los intercambios de
paradigmas nos describen la victoria de la verdad sobre el error.

Fabre (1955) designa seis características complementarias de los obstáculos: interioridad; facilidad; lo positivo; ambigüedad; las diversas formas; y la
causa y el efecto. Sólo las enunciamos para dar cuenta de los estudios realizados en torno al error como materia prima del aprendizaje, porque ya
Bachelard alertaba sobre el hecho de que los errores de los estudiantes son los índices de los obstáculos que se resisten a aceptar y que tienden a
subestimarse. El mismo Piaget insistió por su parte sobre el hecho de tomar en cuenta los obstáculos que enfrentan los estudiantes. La idea de
«obstáculo» en Piaget se interpreta como la construcción de «esquemas»; para él, los «esquemas» son los instrumentos de conocimiento de los cuales
dispone una persona para comprender y para interpretar la realidad exterior.

UNIDAD II
1.- Madurez emocional ¿Crisis o transición?
a conjunción de la madurez o capacidad para saber reaccionar adecuadamente en éxitos y fracasos con la presencia de una buenas emociones no
siempre se da. Lo importante es tener conceptos de estas dos realidades humanas tan importantes para tratar de integrarlas en una respuesta de
adecuación.

2.- Cambios en la mujer: Menopausia


Las mujeres son más propensas a sufrir cambios en el estado de ánimo que los hombres, aunque estos cambios son causados generalmente por
cosas cotidianas como dormir mal, problemas laborales, estrés, la adicción a alguna droga o su abstinencia y algunas problemas médicos (como el
déficit de triptófano o el hipertiroidismo), durante la menopausia, la depresión e irritabilidad es más marcada, siendo uno de sus síntomas típicos.
o Los cambios del humor, como la depresión e irritabilidad, son característicos de la menopausia.
o La irritabilidad está presente en el 70% de las mujeres menopáusicas.
o La relación de la mujer con su entorno es la más afectada por los cambios de humor.
Los cambios del humor son característicos de la menopausia
¿Sabías que la irritabilidad es un síntoma que está presente en el 70% de las mujeres menopáusicas?
 
Estar a la defensiva, enfadada, intolerante, más sensible, con baja autoestima y más vulnerable, mostrar algunos sinos
de agresividad, estrés, ansiedad e impaciencia son síntomas frecuentes durante la menopausia. Estos síntomas también pueden experimentarlos
algunas mujeres durante el síndrome premenstrual y el embarazo.
 
Cómo disminuir la irritabilidad en la menopausia
Las cosas que ayudan a reducir los episodios de irritabilidad aparte de seguir un tratamiento psicológico son:
 Identificar las causas/detonantes de irritabilidad para corregirlas o evitarlas a tiempo.
 Reducir los factores estresantes lo máximo posible.
 Dormir las horas necesarias para que el cuerpo descanse es importante para que la persona este de buen humor.
 Ejercicio físico. Durante la práctica de ejercicio físico se producen endorfinas, que ayudan a disminuir la aparición de depresión e
irritabilidad, además favorece bajar de peso.
 Alimentación adecuada. Una dieta balanceada reduce síntomas como los sofocos, el exceso de sudoración y la depresión, factores que
suelen desencadenar la aparición de la irritabilidad. Llevar una dieta sana también ayudan a disminuir de peso, lo que junto con la actividad física,
mejora la autoestima de la mujer.
 Técnicas de relajación. Realizar actividades como la meditación, el yoga o el taichí, leer un libro o realizar actividades nuevas como ir a
clases de música o baile puede  ayudar a conseguir una mayor relajación, y por tanto disminuir la ansiedad.
 
¿Por qué estás más irritable en la menopausia?
La causa principal de la aparición de la irritabilidad en esta etapa es la reducción de los niveles hormonales que produce muchos cambios
psicológicos y físicos.
También hay otros factores asociados que pueden influir en el estado de ánimo de la mujer durante la menopausia como son:
 Historial de anteriores episodios de cambios de humor (depresión, ansiedad, agresividad).
 Mala percepción de la menopausia y del envejecimiento.
 Infelicidad en la vida personal-social antes de esta etapa.
 Insatisfacción laboral.
 Tabaquismo.
3.- Cambios en el hombre: Andropausia
Cambios en el hombre: Andropausia.
Andropausia es un término creado para cotejar los cambios producidos en el hombre con el correr de los años con aquellos producidos en la mujer
durante su menopausia. Si bien tanto la menopausia como la andropausia son etapas de la vida de la mujer y el hombre donde se manifiesta una
disminución de la producción hormonal, ambos procesos se viven en forma diferente y no son tan similares.
Los síntomas de la andropausia pueden pasar mucho más desapercibidos ya que la caída hormonal no es tan abrupta y al contrario de lo que sucede
en la mujer, la llegada de la andropausia en el hombre no significa un cese total de la función reproductiva, ya que la producción de espermatozoides
continúa.
La andropausia es un proceso que se manifiesta en forma lenta y progresiva, a veces imperceptible, producto del descenso del nivel de andrógenos
(hormonas sexuales masculinas) con el paso de los años. Si bien la edad de comienzo es muy diversa, en líneas generales, los primeros síntomas
comienzan hacia los 50 años. Y además, hay una diferencia marcada: mientras que en la menopausia la mujer debe enfrentar mayormente cambios
físicos, en la andropausia, el hombre tiene cambios físicos sutiles pero en cambio debe enfrentar predominantemente cambios psicosociales.
El sentimiento de pérdida de masculinidad y potencia sexual puede dar lugar incluso a una baja autoestima y pérdida de confianza y repercutir en la
relación de pareja.
En nuestra sociedad es muy común hablar del proceso de madurez femenino; a nadie le escapa el tema de los “calores o bochornos de la mujer
madura”, de la menopausia y las necesidades del suministro de hormonas para que calmen el carácter y que se controle el estado de ánimo, así como
para que recupere el apetito sexual.
La pregunta que se desprende es ¿qué pasa con el hombre en el periodo de la madurez? Ahora sabemos que en la mujer existe una etapa en la vida
que se denomina “menopausia” y posteriormente “climaterio”, en la cual la mujer pierde la capacidad reproductiva. Los años en el hombre también
provocan cambios hormonales y por lo tanto en la sexualidad masculina. Los cambios generados en el hombre por los procesos hormonales son muy
distintos a los que presenta la mujer.
El hombre no pierde la capacidad reproductiva, es fácil encontrar hombres de mas de 60 años (por lo menos en el 50 % de ellos), esperma con calidad
reproductiva y por lo tanto la edad no es impedimento para embarazar a una mujer. Otra de las diferencias entre hombre y mujer en edad madura, es
que el hombre no esta atado a periodos regulares o cambios bruscos, lo cual da la posibilidad de la procreación en varones de edad avanzada.
En la década de los noventas se empezó a usar el término de “Andropausia” para los efectos que se producen por la edad en los varones. El término
Andropausia se acuñó para referirse a las similitudes que parecía tener con la menopausia, más adelante se ha comprobado que estos procesos no
son del todo iguales. Menopausia significa terminación de la menstruación, mientras que andro se refiere al hombre, pero el cual no tendrá una
terminación, asimismo el concepto de Climaterio, se refiere a “escalón” y el hombre lleva un paso lento y prolongado sin subidas y bajadas.
La Andropausia identifica el proceso que sufre el varón mayor de 45 años, el cual es paulatino, largo, no termina abruptamente con la capacidad de
engendrar, ni tampoco termina con el deseo, ni con el ejercicio de la sexualidad, pero si causa cambios hormonales, físicos y psicológicos. Los
síntomas de la Andropausia no solo son en la sexualidad; también se afecta el estado de ánimo: presentándose irritabilidad, desasosiego e incluso una
tendencia a la depresión y en la función sexual uno de los principales efectos es la dificultad para tener y mantener la erección. Las alteraciones en la
sexualidad son solo un aspecto; en conjunto, los factores de cambio hacen sentir al hombre que va perdiendo su masculinidad, su potencia sexual, su
atractivo, su capacidad laboral, la seguridad en sí mismo, la autoestima, etc. Se pierde el rubor sexual de la piel y se reduce la tensión muscular
durante la excitación sexual.
Es necesario tomar en cuenta los factores culturales que afectan el desempeño sexual de los hombres mayores de 45 años; entre los cuales se
encuentran los estigmas como son: “viejo rabo verde”, el “cebollón”, el “viejito carcamán”, el “libidinoso”, etc., factores que niegan la existencia y
posibilidad de una sexualidad libre y satisfactoria a ciertas edades. Pareciera que la sociedad otorga un espacio a la madurez siempre y cuando no sea
sexualmente activa. Esto se ha convertido en uno de los peores mitos de la sexualidad, tanto para los hombres como para las mujeres mayores a los
50 años. La verdad es que la actividad y ejercicio libre de la sexualidad es una condición de cada ser humano hasta el último día de su vida.

4.- Disolución de la relación de pareja:


4.1.- Separación operativa
4.2.- Divorcio y sus repercusiones socioemocionales y legales tanto en los ex cónyuges, como en l@s hij@s

En condiciones estables en la pareja se establece un statu quo que permite la convivencia, aunque sea dura y aversiva. Es en los periodos en los que
ocurren cambios importantes cuando es más probable que se desencadenen los conflictos graves. Cambios como la paternidad/ maternidad, el
abandono del hogar de los hijos, la jubilación, alguna enfermedad grave, etc. pueden ser el desencadenante de un problema que en realidad puede
llevar larvado mucho tiempo.
Claramente las parejas con conflictos tienen mayores discusiones e interacciones que son problemáticas y les es muy difícil encontrar una salida a la
forma de enzarzarse. Desde un enfoque cognitivo conductual se han analizado con detalle como son los patrones de relación en las parejas con
problemas, sobre todo en la comunicación y en las habilidades de resolución de problemas. (una descripción más amplia de algunos de estos modelos
se puede ver en Cáceres, 1996).
Componentes conductuales

Se han determinado patrones conductuales que se instalan en las parejas con conflictos (Finchman y Beach, 1999a):
El más problemático es cuando a una comunicación negativa se responde generalmente con otra comunicación negativa por parte del otro
estableciéndose una reciprocidad en la negatividad que puede acabar en una escalada de violencia. A la escalada verbal suele contribuir en mayor
medida la mujer. Las mujeres que no lo hacen es porque tienen más capacidad de razonar en esas circunstancias sobre sus pensamientos y cambiar la
respuesta más automática. Este patrón de reciprocidad negativa aparece también en los matrimonios que no tienen problemas; pero con mucha menos
frecuencia, en ellos una interacción negativa es seguida frecuentemente por una respuesta positiva o por ninguna respuesta. El patrón de reciprocidad
positiva se da en ambos tipos de matrimonios. (Gottman, 1998). Es por tanto la reciprocidad negativa, que de alguna manera es más “justa” uno de los
patrones de interacción que más frecuentemente se asocia con los problemas de pareja. Este patrón es un estado absorbente, es decir, es muy difícil
salir de él.

Otro patrón problemático aparece cuando la mujer da respuestas hostiles mientras que el hombre se retira o no contesta, ante lo que la mujer
incrementa su hostilidad. En los matrimonios armoniosos se da también este patrón aunque con menor frecuencia y a menudo acaba con la retirada de
ambos.

Uno de los métodos que se utilizan para resolver los problemas de comunicación es el empleo de la metacomunicación, es decir, reflexionar sobre la
forma en que se está dando la comunicación. Por ejemplo, se dice “no me estás escuchando” para intentar que haya una escucha, pero el mensaje no
verbal agresivo va acompañado, en general, por un componente no verbal agresivo, y el que responde lo hace al componente agresivo, lo que lleva a
más discusiones, metiéndose en un círculo vicioso. En los matrimonios sin problemas contestan a la metacomunicación y no al componente emocional.
Como patrones de comunicación problemáticos Gottman (1998) añade la presencia de los cuatro jinetes del Apocalipsis que pueden conducir a la
pareja al divorcio: la crítica, la actitud defensiva, el desprecio y hablar mucho para que el otro no pueda dar su opinión. Para este autor se comienza
con la crítica que lleva a los otros jinetes.

Todos estos patrones de conductas pretenden la mayoría de las veces resolver el conflicto, pero no solamente no lo resuelven, sino que lo perpetúan y
la propia interacción se convierte en el problema que lleva a la separación. No siempre los conflictos llevan a la ruptura. Se ha reportado un tipo de
conflictos en los que el marido se enfada e inicia la discusión con ánimo de resolver el problema. Cuando se tiene éxito, la relación puede salir
fortalecida, en estos casos el conflicto vivido por los hijos no es negativo para ellos, incluso puede ser una ocasión para aprender a ser asertivos.
(Finchman y Beach, 1999a).
Componentes cognitivos

Se han estudiado también los elementos cognitivos que preceden, están asociados al conflicto y a veces pueden desencadenarlo. Epstein y
colaboradores (1993) identifican los siguientes:
La atención selectiva. Los miembros de la pareja tienden a valorar de forma muy diferente la frecuencia con la que ocurren determinadas conductas,
fijándose en aquello que les duele y dándole subjetivamente mayor frecuencia, para lo que acuden a buscar en la historia de la pareja hechos similares
con los que intentan confirmar su percepción actual, o simplemente justificando su miedo a que ocurra algo aversivo (Ver también Sillar et al, 2000).

Atribuciones. La atribución del problema a determinadas causas se ve como un elemento necesario para su solución, de aquí la importancia de que las
atribuciones estén realizadas correctamente. Un tipo de atribuciones que incrementan los problemas, son aquellas en las que se atribuye al otro la
responsabilidad de los problemas comunes. Lo mismo ocurre con aquellas en las que se atribuye la conducta negativa del otro a malas intenciones,
siendo casi imposible probar su falsedad. Este tipo de atribuciones intensifica el conflicto al incrementar los ataques verbales que intentan culpabilizar y
avergonzar al otro.

En las parejas en conflicto se atribuyen las principales causas de los conflictos a rasgos globales, internos y estables, que son imposibles de cambiar.
Cuando pierden la esperanza de cambiar al otro, o escalan la agresividad aún a sabiendas de que no vale para nada o se retiran y se deprimen.
Dentro de los problemas generados por las atribuciones mal hechas está la de atribuir al otro la capacidad de hacer el cambio necesario para la
solución del problema, suponiendo que no lo hace porque no quiere y entonces se le culpa y ataca.

La discrepancia en las atribuciones sobre la causa de los problemas, puede ser a su vez causa de problemas. Por ejemplo si la esposa cree que el
marido piensa que su personalidad es la causa de los problemas y no está de acuerdo, esto se convierte de nuevo en un foco de discrepancia.

Expectativas. Es evidente que si no se tienen expectativas de solución la posibilidad de que los problemas se resuelvan son mucho menores, se deja
de buscar y de intentarlo. En consecuencia pueden darse problemas de depresión al producirse indefensión. Cuando tienen la creencia de que los
problemas se pueden resolver se dan más posibilidades de que se resuelvan.

Suposiciones y estándares. Si aparece una discrepancia entre lo que creen los esposos que debería ser el matrimonio y lo que perciben que es, tanto
en cualidad como en cantidad, los problemas están asegurados. No es necesario que sean conscientes de la discrepancia para que aparezcan los
conflictos. Sin embargo las diferencias reales entre los estándares de ambos componentes tienen poca correlación con el nivel de satisfacción del
matrimonio, siempre y cuando no exista discrepancia entre lo que “debería ser y lo que es”, cada uno de ellos puede pensar que se cumplen en el
matrimonio.

Las creencias irracionales pueden ser una de las fuentes de conflicto en las parejas. Eidelson y Epstein (1982) listan algunas de ellas: Estar en
desacuerdo es destructivo de la relación, los miembros de la pareja deben ser capaces de averiguar los deseos, pensamientos y emociones del otro,
los miembros de la pareja no pueden cambiarse a sí mismos o a la naturaleza de la relación, uno debe ser un compañero sexual perfecto del otro, los
conflictos entre hombre y mujeres se deben a diferencias innatas asociadas al sexo que se muestran en las necesidades y en la personalidad.
Componentes fisiológicos
Gottman y Levenson (1986) explican como las diferencias fisiológicas entre hombres y mujeres pueden influir en los conflictos de la pareja. Para estos
autores el hombre muestra incrementos más amplios de actividad autonómica ante el estrés, cambios que se disparan más fácilmente y tardan más en
recuperarse que en la mujer. Por eso se ven inclinados a evitar todas aquellas situaciones asociadas con un alto nivel de activación. En consecuencia
intentan un clima racional dentro de las relaciones, para lo que adoptan patrones más conciliadores y menos generadores de conflicto, y si este
empezase tienden a retirarse antes que la mujer. Cuando el enfado y la hostilidad de ella generan enfado y hostilidad en él, esta genera miedo en ella,
el cual genera más hostilidad y enfado en él produciéndose la escalada del conflicto.

Las diferencias en la reactividad fisiológica pueden estar en la explicación del patrón de demanda de la mujer – retirada del marido, el exceso de
excitación predispondría al hombre a iniciar la retirada ante las demandas de la mujer, llegando al punto de no hacerle ningún caso (Gottman, 1998).

Divorcio y sus repercusiones socioemocionales y legales tanto en los ex cónyuges, como en l@s hij@s.
El divorcio
Según Bianco que el divorcio es una ruptura que existe entre dos personas, conduciéndolas a sentirse desolados, melancólicos y tristes por
dicha perdida, pero que los padres divorciados pueden transformar esta situación de manera operativa, es decir protege su autoestima y a
su vez la de los niños., además la integridad de la familia. Continua Bianco, que luego del divorcio la familia se transforma en su mayoría
en materno filial, donde se exige a la madre actuar como cabeza de la familia ya que es ella quien va a ejercer la autoridad y el efecto
que le va a permitir y mantener el nivel de comunicación necesario para el cumplimiento de los deberes y derechos de los niños.

Nos hemos separado ¿y nuestros hij@s?


Guía de actuación para padres
Por lo general la separación o el divorcio es una experiencia frustrante para todas las parejas afectadas y puede resultar mucho más difícil cuando se
tienen hijos, sin embargo, es una realidad que forma parte de nuestra sociedad. En muchos casos viene a solucionar conflictos que afectan a toda la
familia derivados de una relación de pareja insatisfactoria, pero se corre el riesgo de que tenga consecuencias muy negativas para los hijos. Los
menores son los espectadores pasivos de la ruptura de la relación de sus padres, y con demasiada frecuencia, las victimas inocentes del
comportamiento inadecuado de éstos, así como de los errores cometidos a lo largo del proceso de su separación.

Los hijos son, además de una parte fundamental de la familia, una de las principales preocupaciones que surgen a la hora de afrontar una separación.
La ruptura puede producirles un fuerte impacto emocional porque, lo que consideraban un lugar cálido y seguro en el que crecer, se convierte para
ellos en un lugar solitario en el que no saben ubicarse. Esto, sin duda, dependerá de la forma en que los padres expliquen la ruptura.

En el enlace mostrado se encuentran unas pautas sobre como abordar una separación y la forma de planteársela a los hijos. El cambio que se produce
en la vida de todos requiere un periodo de adaptación y nuevas normas de convivencia. Con esta guía pretendemos ofrecer un apoyo a los padres que
desean que, a pesar de las dificultades, sus hijos continúen con su desarrollo personal y emocional. A través de estas páginas encontrarán pistas y
aclaraciones que les ayudarán a superar momentos y conflictos. Esta guía es también para los hijos, para todos los niños y niñas que en esta
Comunidad, viven una situación similar.

¿Cómo ayudar a nuestro hijo a afrontar un divorcio?

Claves para que el niño afronte la separación de los padres.


Hoy en día es habitual que en las familias se den casos de divorcio llegada una determinada situación. En las familias con hijos una separación puede
llegar a afectar a los niños de forma muy negativa, problemas de conducta, dificultades emocionales, culpabilidad... Hay que recordar que a estas
edades los padres constituyen el universo entero de los niños. Es un factor que puede hacer a nuestros hijos más vulnerables. Los divorcios son una
realidad pero hay claves para afrontarlos de una forma más sana y menos nociva para el entorno en el que se encuentran nuestros hijos.

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