Guardián de La Tradición y La Memoria
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Guardián de La Tradición y La Memoria
JUAN GARCA
Gobierno del Ec. Rafael Correa Delgado - 2008 COMISIN NACIONAL PERMANENTE DE CONMEMORACIONES CVICAS Galo Mora Witt Ministro de Cultura, Presidente de la CNPCC. Secretara Ejecutiva del Comit Presidencial del Bicentenario. Dr. Juan Paz y Mio Cepeda, Secretario Ejecutivo. Av. Coln, E 534 y Juan Len Mera Tel: 2 236 286 conmeciv@gmail.com Biblioteca electrnica de la CNPCC: www.conmemoracionescivicas.gov.ec Libros: w w w. c o n m e m o r a c i o n e s c iv i c a s. g ov. e c / l i b r o s. h t m l Cuadernos: w w w. c o n m e m o r a c i o n e s c iv i c a s. g ov. e c / c c. h t m l Fundacin de Desarrollo Social y Cultural Afroecuatoriana, Azcar Av. 6 de Diciembre N2343 y Baquedano, Tel: (593) 2 228969 JUAN GARCA GUARDIN DE LA TRADICIN Y LA MEMORIA Proceso organizativo afroecuatoriano, desde su lucha y palabra Ninfa Patio Snchez
ISBN-978-9978-9918-4-8 1 Edicin, 2008 Ilustraciones interiores: Oscar Barahona Ilustracin de portada: Fabin Patinho Diseo e impresin: Jaime Paredes, 097793525 Fotos: Fondo Andino Afroecuatoriano Universidad Andina Simn Bolvar. Edicin: 1000 ejemplares Quito, noviembre, 2008 Impreso en el Ecuador - Printed in Ecuador
JUAN GARCA
La defensa de nuestro ltimo patrimonio que es la dignidad es por la que debemos luchar. No importa si seguimos viviendo pobres, no importa si tenemos que caminar horas y horas para llegar a la civilizacin, no importa si no tenemos televisin, Internet , pero la dignidad es lo ltimo que nos queda, y es lo que nuestros mayores nos han dicho que guardemos con el mayor respeto Juan Garca
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Contenido Prlogo Presentacin Introduccin Organizando este dilogo de voces Por qu Juan Garca, como la voz afroecuatoriana? Desde dnde hablamos? Cmo fue que se hizo? Captulo Primero Marco referencial 1.1 La etnicidad como estrategia poltica 1.2 El testimonio oral como dispositivo de poder 1.3 Representacin y poder a travs del lenguaje 1.4 Territorio y cultura como estrategias identitarias 1.5 La etnicidad en el contexto ecuatoriano Captulo Segundo Soy Juan Garca guardin de la tradicin y la memoria 2,1Mis primeros enfrentamientos y cuestionamientos identitarios; autodefinindome. http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
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2.2 Mi regreso a los ancestros 2.3 Soy un trabajador de la Cultura 2.4 Constructor de identidad cultural 2.5 Productor de conocimientos, significados y sentidos. 2.6 Guardin de la tradicin y la memoria Captulo tercero Soy obrero del proceso organizativo de las comunidades negras del Ecuador 3.1 (Re)inventando smbolos polticos ancestrales 3.2 Soando y construyendo derechos colectivos 3.3 (De)construyendo conocimientos y saberes 3.4 Creando pensamiento y nuevos discursos Conclusiones Reflexiones finales Bibliografa
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Reconocimientos No hubiera sido posible este trabajo sin la participacin de varias voces que apoyaron en su construccin. En primer lugar a los ancestros afroecuatorianos quienes se hicieron vida en Juan Garca, gracias desde donde estn por permitirme esta profanacin. A Juan Garca: maestro, bambero mayor, obrero, guardin, trabajador de la cultura , mil gracias por permitirme entrar en su memoria, en esa memoria infinita que no tiene edad y que slo habla desde el corazn, el corazn de la africanidad. Gracias a todos quienes me acompaaron y ayudaron desde distintas trincheras en este proceso. A Luis Ernesto mi hijo, a mi familia, a Oscar Barahona y Fabin Patinho por sus maravillosos dibujos que ilustran el trabajo. Tambin a Yamile Len y Alex Salinas, por la ayuda en la correccin de textos. Especial agradecimiento a Patricio Guerrero, quien me ense a entender el verdadero sentido de corazonar la antropologa de la vida.
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Gracias a Sonia Viveros, dirigente afroecuatoriana y directora de la Fundacin de Desarrollo Social y Cultural Afroecuatoriana AZCAR , gestora de esta publicacin. Al mashi Ariruma Kowii exPresidente del Comit Permanente de Conmemoraciones Cvicas de la Presidencia de la Repblica y Subsecretario de Dilogo Intercultural del Ministerio de Educacin. Gracias al compaero Galo Mora actual Ministro de Cultura, a Patricio Morales y Fabian Bedon, por hacer posible esta publicacin. Mil gracias a todos quienes de una u otra manera hicieron minga para que salga a la luz este trabajo.
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Prlogo Un legado histrico para los afrodescendientes del Ecuador y del mundo La Naturaleza tiene sus leyes, la vida tiene sus reglas, las respetamos a ambas pero, muchos violan la vida entonces, sufren porque buscan desesperados que las leyes naturales sean las reglas de la vida A Juan Garca
No calza entregarlo todo y no recibir ni media bendicin en el intento de vida de los hombres y mujeres de este pas que tambin nos pertenece. En este escenario turbulento y cuesta arriba, muchas veces flaqueamos y queremos endosar el ltimo cheque
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de esperanza y optimismo. Pero No ! Te levantas y no te das por vencido, al continuar te sientes acompaado, te sientes respaldado y te motivas por que en este escenario habitado por el maligno, percibes la presencia y participacin de los Orishas y los espritus ancestrales de los abuelos y bisabuelos; entre ellos el abuelo Juan, s, el maestro Juan Garca. El simple pronunciar su nombre dice mucho y muestra tanto. Encarna al ltimo de los eruditos del bagaje del conocimiento y sabidura de los mayores de las Comunidades Negras Ecuatorianas de este siglo.
Todo lo expresado no basta para agradecer su aporte a la historia y cultura del pueblo afroecuatoriano. Es ahora cuando nuestra tarea contina para garantizar la tradicin oral en el pueblo. No podra entonces faltar aqu el reconocimiento de nosotros y nosotras que, juntos, desde el Colectivo de la
Juan Garca, un duro puntal de nuestra raz ancestral, un soldado benigno de nuestras luchas pacficas; un orientador de generaciones, un impulsor de nuestro desarrollo; generoso con propios y extraos.
Como no serlo, si camina con transparencia y solidaridad frente a las realidades amargas y dulces, compartidas con l en cada uno de nuestros pueblos; si vive en los mitos, cuentos y leyendas tradas de nuestras races africanas.
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Fundacin de Desarrollo Social y Cultural Afroecuatoriana AZCAR queremos expresar, y dejar a todos los ecuatorianos y ecuatorianas plasmada, su historia de vida ya no oral sino escrita en esta publicacin, por eso con mucho gusto apoyamos a la compaera Ninfa Patio para que sea publicada. Porque dos manos cambian una vida, y muchas manos cambiaremos la historia Sonia Viveros Padilla Directora de la Fundacin de Desarrollo Social y Cultural Afroecuatoriana AZCAR
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Presentacin Juan Garca: Cimarrn de la palabra, guardin de la tradicin y la memoria Cuando en los principios de un tiempo que est ms all de la palabra y la memoria, segn cuentan los ms ancestrales Pattakies, Olorn el dueo del cielo y Olofn el supremo bien, decidieron crear el mundo y lo hicieron al ritmo de tambores, para que su sonido recuerde siempre al ser humano que tiene corazn y que este es el camino a la sabidura, y que su supremo mandato es venir al mundo para ser feliz; entonces a travs de los Orshas dieron el poder de la palabra a los guardianes de la memoria, para que sean los responsables de preservarla, para que viva y cante a travs de los tiempos y para que permita a la humanidad encontrar razones para la alegra. Juan Garca, es heredero de esos ancestrales guardianes de la palabra, la tradicin y la memoria, y por lo tanto de hacer cumplir ese mandato.
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Juan Garca Guardin de la tradicin y la memoria Proceso organizativo afroecuatoriano, desde su lucha y su palabra es un trabajo con fuerza descolonizadora, no slo porque se aparta del epistemocentrismo que prioriza la academia, sino que se vuelve un espacio para que pueda hablar la sabidura de este gran maestro guardin de la tradicin; si bien se hace necesario cierto debate terico, el aporte de este trabajo est en que no es la teora la que determina la fuerza del texto sino la sabidura de la palabra de Juan Garca, quien es visto no como un informante, como lo hace http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
Cuando la academia an contina reproduciendo formas de colonialidad del saber, encerrada en un epistemocntrismo que la condena a seguir siendo guardiana de la razn y eco de las voces de occidente; cuando a pesar de las lecturas crticas de muchos de sus intelectuales y de su trabajo por recuperar las epistemologas otras , an sigue silencindose la voz de las sabiduras insurgentes, las mismas que slo han servido para enriquecer sus textos, caracterizados por un sentido eminentemente monofnico; nos alegra que insurjan al interior de la academia trabajos como los de Ninfa Patio, que no son sino un acto de descolonizacin del saber, puesto que su trabajo permite que nos acerquemos a la vida y a la lucha de Juan Garca, cimarrn de la palabra, guardin de la tradicin y la memoria, uno de los ms comprometidos y activos militantes en la lucha por la revitalizacin de la identidad y la cultura del pueblo negro, a cuyo proceso organizativo nos acercamos a travs de la sabidura de su palabra.
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Este trabajo, por lo tanto, rompe el sentido monofnico que caracteriza el trabajo acadmico colonial, para construir un texto polifnico, cuyo objetivo no es dar voz, sino hacer que las voces negras hablen por s mismas y a travs de la palabra de Juan Garca encontrarnos con la voz de los ancestros; este es un texto en el que se hermanan distintas voces, pero no es la voz de Ninfa la hegemnica, sino que sta con humildad, sin silenciar sus propias posturas, busca aprender desde el silencio, para que sea la voz de Juan Garca la que hable desde el poder de su ancestral sabidura y responda en forma contundente y militante a esa pregunta que ha inquietado a intelectuales poscoloniales Puede hablar el subalterno? (Spivak), cuando desde la lucha por la vida Juan Garca les dice categricamente que el subalternizado no solamente puede hablar, sino que lo hace desde la potica de la propia vida, que construye una palabra que tiene a la sencillez como camino hacia la inteligencia y a humildad como sendero hacia la sabidura, como ensea la sabidura shamnica. No slo que el subalternizado puede hablar, sino que adems canta, re, baila, teje la vida, los dolores y los sueos, de mano de la sabidura de sus ancestros, porque sabe que la sabidura como nos ensea el Viejo Antonio: No es sinnimo http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
la praxis colonizadora de las ciencias sociales, sino como un interlocutor al que Ninfa se acerca con humildad y con el que establece un dilogo simtrico y respetuoso, para aprender de su profunda sabidura.
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Es importante mirar que el proceso de los pueblos negros se sustenta en luchas de muy larga duracin contra su humanidad negada, como la forma ms perversa de la colonialidad del poder, del saber y del ser, ejercida sobre sus propios cuerpos y subjetividades, pues como dice Juan: ....la construccin de nuestra identidad comenz con dolor....; esto nos ayuda a entender por qu el continuun histrico de sus luchas, ha sido y sigue siendo, la existencia. Esto es lo que ha hecho posible el avance de un proceso socio organizativo que ha ido madurando, desde los iniciales movimientos de reivindicacin de la negritud como movimiento
Hay tambin en este trabajo de Ninfa un aporte para la descolonizacin metodolgica, pues este no se trata de otra historia de vida ms, de las que se acostumbra trabajar en las ciencias sociales. Cuando Ninfa deja que sea el poder de la palabra y de la sabidura de Juan Garca el que nos hable de sus propias luchas y de las luchas del pueblo negro, lo que est construyendo es algo distinto, no una simple historia de vida sino lo que proponemos llamar, una Historia desde la vida ; y es desde all, desde la intensidad de la propia vida, desde donde slo podr ser posible acercarse a los universos de sentido de Juan Garca y de la ancestral cultura afroecuatoriana, para conocer desde s mismos sus procesos organizativos, sus luchas de insurgencia, por horizontes diferentes de existencia.
de saber muchas cosas, de conocer el mundo,....sino de descubrir por detrs del dolor la esperanza.
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intelectual, para ir construyendo un proceso que ha ido ms all del posterior afrocentrismo1, hasta culminar en el actual proceso de cimarronaje, que evidencia la maduracin y el potencial poltico insurgente de las actuales luchas de los pueblos afros, pues el presente proceso de comunidades negras no se muestra encerrado en s mismo, sino que tiene el potencial para hablar por el conjunto de la sociedad, desde una perspectiva poltica distinta. Un rasgo diferencial del cimarronaje que ahora sostienen, es que el mismo se sustenta en la dimensin poltica de la ancestralidad y la espiritualidad, lo que evidencia, que las luchas de los pueblos negros han rebasado la fase de la sola resistencia del pasado para entrar en un proceso de insurgencia material y simblica, en perspectiva de la construccin de horizontes otros de existencia; pues como nos dice la sabidura de Juan Garca: ....Cimarronar, sublevarse, resistirse al mandato y la dominacin, inicialmente fue una resistencia, hoy es sinnimo de una identidad militante, poltica, hoy construimos un cimarronaje militante.
Una evidencia del actual proceso de ese cimarronaje insurgente y militante, es, entre otras, la constitucin de los Palenques y la Gran Comarca Negra, como propuesta poltico territorial, construida desde sus referentes de ancestralidad, la misma que desestructura la organizacin poltica del
1 Michael Handelsman, Lo afro y la plurinacionalidad. El caso ecuatoriano visto desde su literatura, Quito, Abya-Yala, 2001
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Este retorno a los ancestros es el que marca el sentido poltico de todo el trabajo de Juan Garca, y que lo lleva a empezar un distinto proceso de aprendizaje, el de aprender a cmo desaprender y despojarse de todo lo aprendido, para empezar a ....reaprender lo propio...., como inicio para transitar por el sendero de la sabidura, en el que la condicin insustituible es la humildad para aprender a escuchar a los ancianos, a la gente de su pueblo, y empezar a comprender que son ellos los verdaderos guardianes de la tradicin y la memoria, cimarrones de una sabidura insurgente, que no se encierra en los libros ni en las universidades, sino que nos hablan desde el poder de la palabra, de la sabidura de los abuelos, forjada en la cotidianidad de sus combates por la vida; ah est el sentido poltico de la lucha cimarrona por la existencia, por la revitalizacin de la tradicin y la memoria, pues esa es una condicin irrenunciable para volver a ser y para poder seguir siendo, pues como dice Juan: ....la tradicin mandaba recordar lo creado, es muy importante para volver a ser, lo que un da dejamos de ser, por voluntad de los otros. http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
Estado-Nacin hegemnico para erigir un espacio desde la fuerza de los ancestros, que les permita revitalizar la memoria, la identidad, la cultura, la humanidad negadas y puedan seguir tejiendo la trama de la vida y construyendo una existencia diferente; pues lo que se trata, como dice la sabidura de Juan Garca, como guardin de la tradicin, es de ....crear y recrear y volver a crear, lo que los guardianes de la tradicin recibieron de los ancestros, para no perder los referentes comunes que heredamos de la nacin africana que dejamos atrs
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El retorno a los ancestros, lo empieza Juan, escuchando las lecciones de vida de su abuela, su primera maestra de sabidura; con ella inicia un viaje que ya nunca podr detenerse, hacia el encuentro con las voces, la palabra y la sabidura de miles de abuelos y abuelas de la cultura negra; Juan Garca nos dice con humildad: ....Toda esa filosofa del ser negro arranca de la casa de mis abuelos y de las enseanzas de mi abuela ....El respeto a los ancianos lo aprend aprendiendo los saberes del monte. Yo empec mi trabajo cultural entendiendo que los ancianos tienen muchas cosas que contar y ensear, tanta informacin que transmitir. Fue el momento en que decid volver y convivir con la comunidad, decid regresar al ancestro, de respetar a los mayores y escuchar a los viejos...
Ese retorno a lo propio, a los ancestros, ser el eje vital que impulsa sus luchas por la revitalizacin de la identidad negada, pero tambin por la recuperacin de ese espacio material y simblico en donde el negro teje la totalidad de la cultura y la existencia, el territorio; de ah que Juan mira el territorio ...como casa grande, como el lugar donde yo soy, donde nadie es ms que yo, trae aparejada cultura, tradiciones, vida, por eso luchamos por revitalizar los palenques, la gran Comarca Negra. La defensa del territorio es la fuerza vital de la lucha por la existencia, y por la revitalizacin de la cultura, la identidad y la memoria, ah est la matriz que nos articula al mundo, la fortaleza que sostiene las propuestas de la lucha poltica cimarrona, pues, como dice Juan: ....el territorio es
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Como guardin de la tradicin y la memoria de su pueblo, Juan Garca, segn Ninfa ....mezcla de guerrillero de la palabra con cimarrn del pensamiento..., ha estado trabajando toda su vida en su revitalizacin, y en la construccin de una forma distinta de alteridad y de memoria colectiva, pues sabe que ....cuentos, leyendas y poesas no son de una sola persona, sino que son nacidas del pueblo, son la suma de los aportes de todos los miembros del pueblo Afroecuatoriano, de todos los rincones de nuestra tierra, pescadores, agricultores, carboneros, artesanos, una tradicin de enorme significado confiado tan slo a la memoria de los ancianos y que corre el peligro de perderse en el olvido.... . Los guardianes de la tradicin, con sus relatos, nos abren de par en par, a travs de la palabra, las puertas del corazn, del pensamiento y del espritu, para evitar que nos usurpen la memoria y nos gane el olvido, especialmente en estos tiempos de soledad postmoderna, cuando todo http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
para m la matriz de cualquier propuesta poltica.... el territorio sin su cultura ancestral es slo un terreno, no se puede hablar de territorio sin que se hable de la pertenencia de ese territorio a una cultura que lo constituye y lo anima. Sin el concepto de territorio la cultura ya no tiene el secreto, porque son tierras peladas, sin vida y sobre todo sin magia.... Para m la cultura no tiene sentido sin el territorio donde recrearla y donde mantenerla viva.... Cuando estoy fuera de ese soporte que es el territorio, yo soy dbil y la propuesta es dbil..... Para m el territorio es la fuerza vital de la propuesta de la construccin poltica social o cultural de los pueblos, sin la fuerza que da el sentido de pertenencia a un territorio, siento que estoy fuera del mundo....
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Ser guardin de la tradicin significa una enorme responsabilidad poltica que va ms all de lo personal, el acto de crear a travs de la palabra es un acto de alteridad esencialmente colectivo, comunitario y es por ello mismo un constructor de sentido, pues la bsqueda histrica del sentido no es sino en definitiva una bsqueda del otro , de ese otro en el cual habitamos, y que habita en nosotros. Al narrar se busca que la palabra pueda hacerse carne en el otro , ese otro que escucha y vivencia el mensaje y construye un sentido a partir de lo que el otro narrador hace posible, pues narrar no es slo un acto de decir, de tejer palabras, sino tambin de escuchar para construir, para tejer sentidos diferentes sobre la vida y para poder vivirla; por ello para Juan Garca ....lo que hago y lo que digo, est siempre diluido en el discurso colectivo . El yo no tiene cabida en los procesos de construccin. Esto cuestiona profundamente el sentido individualista y egocntrico, tan presente en el fetichismo de la escritura de occidente, as como cuestiona a una praxis estractivista de los cientistas sociales, que van a usurpan los saberes y no los devuelven y los hacen personales; en cambio, Juan como guardin de la tradicin, est ....cuidando siempre que al devolverla a la comunidad, devolverla lo ms cerca del manda-
est vaciado de sentido; nos ensean andares que conducen al amor, a la esperanza, a la ternura y la alegra, armas insurgentes necesarias para transformar todas las dimensiones de la vida.
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Los guardianes de la tradicin buscan adems la construccin de una alteridad de los lenguajes csmicos, para poder escuchar y aprender de todo lo que existe, pues todo ensea, todo cumple una funcin en el orden csmico de las cosas; para ello, se hace necesario, superar la visin reduccionista de una alteridad nicamente antropocntrica, como la que nos ha impuesto la racionalidad de occidente; puesto que la comunicacin interhumana, es slo una forma ms de los mltiples lenguajes de la naturaleza y la vida, por ello es necesario construir una alteridad distinta, una alteridad csmica, biocntrica, que ponga como centro la existencia, que se nutra de la riqueza de la diversidad de los lenguajes csmicos, que nos permita escuchar con humildad, con amor y con respeto, lo que las voces de la naturaleza y el cosmos nos ensean; esto es claro en culturas como la de los pueblos negros, en las cuales a travs del poder de la imaginacin simblica creadora, que se expresa en la potica de su tradicin oral, de sus relatos, podemos conversar con los rboles, las flores y los ros; podemos escuchar las voces de los volcanes y los cerros, el canto del viento, la risa de las cascadas, la sinfona del canto de los pjaros saludando y agradeciendo por el milagro de un nuevo da; all podemos aprender de la va del http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
to ancestral, no puedo decodificarla, no puedo sacarla de contexto colectivo, no puedo hacerlas personales....Para escribir uso las imgenes de los ancianos y las hago la voz de los ancestros y luego la palabra es de todos, porque para todos manda. S que si me refiero a cosas del ancestro para nuestra gente todo est muy claro .
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En la belleza potica de estos relatos de la tradicin oral de los pueblos negros, en los que Juan Garca, como guardin de la tradicin, ha trabajado con profundo amor toda su vida para salvarlos del olvido, encontramos expresada la inseparable interrelacin del ser humano con la naturaleza, unidad que se expresa en la fuerza potica de la metfora que canta a travs de la palabra, pues all no basta que el narrador relate, sino que la propia naturaleza narra con l y a travs de l; la naturaleza es el escenario que da mayor energa vital y magia al relato, es por eso que la tradicin oral hace posible que se exprese la riqueza de esas formas mltiples y diferenciadas de los diversos lenguajes de la vida; a veces no comprendemos que esa hermandad http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
agua y las lecciones del ro y de la luna, de la sabidura del perro, del alacrn, del conejo, del sapo, de la perdiz, de los cuervos o las garzas; en esos relatos hablan las voces de los espritus, de la Tunda y el Riviel, del Jeengume y la Wualpura; en las dcimas a lo divino y a lo humano, en los argumentos y porfas podemos descubrir las profundidades de los misterios de la existencia humana y explicarnos el por qu el Pinde fue el responsable de que la muerte se quedara a vivir en este mundo; en la rica tradicin oral afro podemos mirar una visin del mundo y de la realidad que no est cargada de un sentido animista como propugna el positivismo antropocentrista occidental, sino que responde a la visin totalizadora, holstica y sistmica de las culturas negras, en las que como parte de este infinito cosmos, todo est enlazado, todo vive y todo comunica.
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con la naturaleza, que se encuentra en los pueblos negros, es porque han sabido conversar con ella; pero esto explica tambin la profunda crisis civilizatoria y la infelicidad de occidente, en donde cada vez no slo nos alejamos de la naturaleza sino que somos incapaces de dialogar y aprender lo que ella nos ensea.
La cultura negra, est ms all de esa fra abstraccin que ha hecho occidente del acto de hablar, que ha conducido al empobrecimiento de la significacin de la palabra de tanto ser nombrada y repetida y muchas veces la ha conducido hasta su envilecimiento, cuya mayor expresin se encuentra en el lenguaje de los polticos; en las culturas negras, la tradicin oral todava tiene la fuerza constructora del sentido, porque no es slo un mero acto de transmi-
La tradicin oral tiene un profundo contenido sensitivo; es tambin una tradicin sensible en donde la palabra no slo vehcula sonidos sino, sobre todo, sentires, emociones, afectos, sensibilidades, vibraciones del espritu que van construyendo sentidos otros, diferentes, sobre la existencia, la realidad y la vida; por ello cuando los decimeros, los fabuladores, los poetas, los cuenteros, los copleros populares relatan sus historias, no slo hablan con la palabra sino con el corazn, con la mirada, con las manos, con sus gestos, con la totalidad del corazn y el cuerpo, pues para contar historias, para que fluya el espritu de la palabra, es necesario tener el corazn transparente, contar es una forma de sentir y de vivir, de corazonar la vida.
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sin de fonemas, de sonidos, sino que en cada palabra se transmiten sobre todo sentimientos, esperanzas, dolores, alegras, sueos compartidos, por eso los pueblos negros han hecho del poder de la palabra un arma insurgente frente a las palabras del poder; esto explica porque las sociedades occidentales modernas no han valorado la tradicin oral como instrumento de conocimiento, no slo por el contenido instrumental y positivista que dan a todo el conocimiento que producen, sino porque estn incapacitadas para entender, desde su lgica guerrera, las cosmovisiones, la riqueza simblica que habita en el espritu de la palabra de pueblos que al nombrarla la nutren de afecto, la empapan de ternura. Occidente desde la arrogancia de la lgica y la razn dominadora, no podr entender nunca tal dimensin profunda, ya que occidente es una civilizacin que prioriza el capital sobre la vida, y para poder ejercer el dominio, la colonialidad de la sociedad, de la naturaleza y de la totalidad de la existencia, deba despojarse de afectividad; por eso occidente, como otro mecanismo de dominio, rechaza la palabra como fuente de conocimiento e impone el alfabeto y la escritura como nicos mecanismos validos para la preservacin de la verdad que surge de la hegemona del logos, pero construye al mismo tiempo un profundo analfabetismo afectivo, que despoja al conocimiento, a la academia, de sensibilidad y de ternura. Es importante revalorizar la funcin de los guardianes de la tradicin, de los narradores en los procesos de construccin y revitalizacin de la memoria colectiva de los http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
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El mito, la fbula, el cuento, las dcimas, las loas, etc., deben ser entendidos como explicaciones simblicas de la realidad expresada a travs de las palabras; son relatos con vida que ayudan a descubrir y explicar simblicamente el misterio del ser humano en el universo, constituyen un mensaje total y viviente, pues el mito, la fbula, el cuento, etc, no son sentidos nicamente como simples relatos, sino que son vividos como verdaderos , como algo viviente , como parte vital del ser humano; a travs de las narraciones de las diversas culturas hemos podido abrir formas diferentes de socializacin y de sentido, hemos aprendido las normas morales, hemos transmitido el ethos de una cultura, los valores ticos que determinan la conducta humana y csmica; con cuentos, mitos y fbulas hemos ido alumbrando y abrigando nuestros sueos desde nios, en http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
pueblos. El narrador no slo es quien vehcula palabras, sino sobre todo sentires y sentidos de la existencia; cada relato no slo ofrece una serie de valores, principios ticos, estticos y contenidos pedaggicos, sino sobre todo abre caminos, ensancha horizontes, ayuda a mantener encendido el fuego de la magia de los sueos y a continuar andando por los caminos de la esperanza y las utopas posibles; el narrador constituye la memoria viva de la comunidad, es el que expresa en el relato todo el acumulado social de la existencia de un pueblo que ayuda a preservar en la memoria colectiva; los narradores populares no son solamente preservadores y transmisores de los saberes sino constructores y revitalizadores activos de los mismos.
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Ha sido gracias a los guardianes de la tradicin, como Juan Garca y muchas abuelas y abuelos annimos, que an se mantiene vivo todo ese acumulado social de la existencia de los pueblos negros que se preserva en su memoria colectiva; la tradicin oral es una herencia en movimiento, narrar, un acto de tejer en la memoria los presentes que van pasando tan deprisa; es poder crear espacios para el encuentro de los afectos y los sentires a fin de conjurar la soledad y el silencio de estos tiempos; vivimos en una sociedad que hace mucho ruido, que tiene mucha informacin pero muy poca comunicacin y encuentros dialogales, una sociedad cuyos avances cientfico- tcnicos le han permitido enviar astronautas al espacio sideral, pero que ha sido incapaz de enviar corazonautas, humanautas al corazn del ser humano; por ello los guardianes de la memoria, como Juan Garca, saben que una tarea urgente es salvar la palabra del silenciamiento a la que le est conduciendo el ruido meditico, y hacer que recupere su fuerza constructora, como posibilidad para que nuestros pueblos puedan http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
perspectivas de diferentes despertares; hemos ido tejiendo los sentidos de la existencia, es por ello que no se los puede separar de las realidades en las que se construyen, de los seres concretos que los producen, ni del proceso histrico en los que han sido forjados, vividos y narrados, si bien su riqueza simblica permite explorar los contenidos csmicos del universo, esto se lo hace siempre a travs del ser humano real, articulado a una realidad natural, csmica, socio histrica y cultural concreta.
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seguir tejiendo la trama sagrada de la vida ....en el tiempo de antes la memoria colectiva por la voz de los mayores nos enseaba y nos mandaba muchas cosas que ahora las nuevas generaciones hemos olvidado por el inters de aprender cosas nuevas ajenas a la tradicin .
Ante esta situacin de acelerada contaminacin del corazn y del espritu, los guardianes de la tradicin como Juan Garca, no slo son guardianes de la memoria y la palabra, sino que son verdaderos guardianes guerreros cimarrones de la tierra y de la vida, que estn haciendo de la tradicin oral, un arma insurgente para empezar a trabajar en una ecologa del espritu, que nos acerque al corazn de la vida ante la situacin de deterioro ambiental a la que nos
La riqueza simblica del espritu de la palabra que habita en la tradicin oral es tambin una recurso para enfrentar las enfermedades del alma , en estos tiempos en que slo nos preocupa el dficit fiscal, pero no el dficit simblico y de sentido que enfrenta la humanidad; cuando se habla de crisis ecolgica y de los problemas de la contaminacin del ambiente, olvidamos que estamos enfrentando una crisis ecolgica todava ms grave: la crisis de la ecologa humana, pues hoy se contaminan no slo los mares, los ros, el aire, sino tambin el espritu; se deforestan los bosques pero tambin los corazones; se arrasa con las selvas pero tambin con las esperanzas y los sueos, y hoy, como nunca antes, frente a tanto desarrollo de la razn, de la ciencia y de la tcnica, estamos llenos de vaco.
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ha conducido una civilizacin que ha priorizado la acumulacin del capital sobre la vida misma, y que ha herido de muerte a nuestra madre tierra. No se trata slo de sembrar rboles sino de sembrar esperanzas, no es suficiente reforestar el suelo sino reforestar los corazones; se trata de entender que si queremos tener perspectivas presentes y futuras para la existencia, en todas sus formas, en esta porcin de universo que es nuestro planeta, debemos empezar a hacer un urgente pacto de ternura con la vida. Los guardianes de la tradicin nos estn ayudando en esta tarea, pues detrs de la luz de las palabras que hay en los cuentos, las fbulas, las parbolas, los mitos, las dcimas, etc., encontramos profundas fuentes de sentido y sabidura, que ayudan a construir una alteridad hermanada con el cosmos y la vida; a trabajar en la revolucin de un ethos otro, que construya una subjetividad e nter subjetividad humana distintas, un sentido civilizatorio diferente, diversas formas de ser, sentir, pensar, decir, hacer y significar; una esttica, una tica y una ertica otra de la existencia. Juan Garca ha sido un consecuente guardin de la memoria y un intransigente militante de los sueos, porque en sus palabras est viva la sabidura de los abuelos que nos hablan desde lo ms ancestral del tiempo, pero para anunciarnos los nuevos tiempos que vendrn; que nos dicen que no debemos renunciar a la lucha por la materializacin de nuestros sueos y de las utopas posibles que hoy el poder y el mercado quieren dejar fuera de la historia. Juan nos advierte que la verdadera historia http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
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est an por construirse pues ...no se trata de pedir reconocimiento, sino reparacin por siglos de dominacin e ignominia.... , l nos ensea que no podemos perder la esperanza, pues sta sigue ah para decirnos que debemos continuar andando, luchando y construyendo; nos reafirma la terca esperanza, que de la mano de la poesa, la ternura y la alegra debemos continuar intransigentemente, militando por los sueos y la vida.
Debemos agradecer a Ninfa Patio por su trabajo, por permitirnos acercarnos a los universos de la sabidura de Juan Garca como cimarrn de la palabra, guardin de la tradicin y la memoria, en este texto polifnico, en el que, junto a la voz de Juan Garca, podemos escuchar las voces de los ancestros hablndonos desde lo ms ancestral del tiempo, para iluminar los senderos del corazn y la memoria y de las luchas presentes por la transformar la vida, pues como Ninfa dice: ....esta voz no es la voz nicamente de Juan Garca, es la voz de la esperanza de un pueblo que ha decidido apalancarse y hablar con los smbolos de la africanidad, con el pensamiento y la sabidura de los dioses yorubas, con la negritud como smbolo de una historia que quiere (re)escribir, pero con las letras que slo el testimonio oral puede hacerlo, pues estas son las que llegan al corazn .
Este es un texto escrito desde el corazn, y no tanto desde los epistemes, y este es quiz su mayor mrito, pues para poder comprender los universos de sentido de la sabi-
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dura insurgente cimarrona, se hace necesario empezar a corazonar no slo la academia sino la propia vida, puesto que los epistemes resultan insuficientes para poder explicar la magia y los misterios de la existencia; para ello, hay que aprender a escuchar y hablar desde la sabidura del corazn, como la que se evidencia en la palabra de Juan Garca, desde la sabidura del pueblo negro, cuyas profundas enseanzas estn plenamente vivas en el texto; sabidura de un pueblo al que se le neg su condicin de humanidad, y el que a pesar de tantos siglos de dominacin y muertes y sta ha sido su mayor victoria an contina celebrando la vida, pues no ha dejado nunca de luchar, de cantar, de rer y de danzar, a pesar de la violencia y el despojo, y que ha hecho del poder de su palabra un arma insurgente frente a las palabras del poder. Las luchas de los pueblos negros nos ensean que si bien el poder les ha usurpado casi todo, nunca ha podido, ni podr usurparles el poder de sus sueos; nunca podr despojarles de la mayor herencia que han recibido de sus ancestros y que ahora la heredan a la humanidad toda, el poder de su dignidad; esa es la leccin y el camino ms hermoso que la sabidura insurgente cimarrona puede ofrecernos, para tejer un horizonte, un sentido distinto, otro de civilizacin y de existencia, cuyo testimonio ms vital lo encontramos en la propia sabidura de Juan Garca, cimarrn de la palabra, guardin de la tradicin y la memoria cuando dice
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....La defensa de nuestro ltimo patrimonio que es la dignidad es por la que debemos luchar. No importan si seguimos viviendo pobres, no importa si tenemos que caminar horas y horas para llegar a la civilizacin, no importa si no tenemos televisin, internet, no importa, pero la dignidad es lo ltimo que nos queda y es lo que nuestros mayores nos han dicho que guardemos con el mayor respeto, la dignidad . Octubre 8 de 2007 Cuando sentimos vital la presencia del Che el gran Guerrero Cimarrn de los sueos y las utopas, cuyo ejemplo sigue iluminando nuestros caminos, nuestras luchas y nuestra terca esperanza, para continuar militando intransigentemente por los sueos y por horizontes otros de vida. Patricio Guerrero Arias
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Introduccin En los ltimos aos ha venido emergiendo y visibilizndose en el Ecuador la presencia del movimiento afro, el cual toma como eje central el fortalecimiento identitario.
Quin es Juan Garca?, por qu su voz, figura y pensamiento influyen en la construccin del proceso organiza-
Aunque algunos trabajos han estudiado esta emergente visibilizacin,2 ninguno ha tomado como enfoque central a los lderes e intelectuales reconocidos como importantes por los mismos pueblos negros, como Juan Garca. Por eso este trabajo intenta investigar algunos rasgos de la vida de dicho lder, para entender cmo su discurso ha infludo y est influyendo en la construccin del proceso organizativo e identitario de las comunidades negras del Ecuador.
Por ejemplo los trabajos de Michael Handelsman, Norman Whitten y Diego Quiroga y los recientes trabajos de Carlos de la Torre, entre otros.
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A lo largo del trabajo se hace referencia al marco constitucional vigente hasta la fecha, (*) es decir la Constitucin Poltica de 1998.
Finalmente es importante sealar que este trabajo se termin de realizar en el ao 2002 y seis aos despus sale a la luz, en un contexto de mltiples cambios sociales, polticos y culturales.
El primer captulo lo dedicaremos a un dilogo de voces que permita entender el contexto terico-metodolgico en el cual se va mover este trabajo; en un segundo captulo pondremos en escena a Juan Garca desde sus diversas representaciones identitarias, como trabajador de la cultura, guardin de la tradicin oral y bambero mayor; en un tercer y ltimo captulo analizaremos el proceso de comunidades negras del Ecuador y la influencia que representa en ste la figura de Juan Garca como obrero del proceso .
tivo afroecuatoriano y en qu estrategias se sustenta su discurso?, estas son preguntas que intentaremos contestar en el presente trabajo.
En septiembre del 2008 el Ecuador someter a referendo un proyecto de Constitucin, en el que se incluyen algunos cambios en cuanto a los derechos colectivos. Ver: captulo 4 Derechos de las comunidades, pueblos y nacionalidades , especialmente el Art. 58, en Proyecto de Constitucin 2008.
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Organizando este dilogo de voces Por qu Juan Garca, como la voz afroecuatoriana? Si bien es cierto que muchas son la figuras que han aportado o estn aportando en la consolidacin del proceso organizativo de las comunidades negras del Ecuador y que de hecho representan las mltiples voces afroecuatorianas, haciendo un sondeo tanto de fuentes primarias como secundarias revisiones bibliogrficas como entrevistas , nos dimos cuenta que efectivamente Juan Garca es una de las personas vivas que ms ha aportado en la recopilacin, organizacin y produccin de textos a nivel literario de su propia autora,3 como tambin ha venido 3 Garca, Juan, Dcimas, Una manifestacin de la poesa oral en los grupos negros del Ecuador, Quito, Poligrafiados, Banco Central del Ecuador, 1979. 1982, La poesa negrista en el Ecuador , Esmeraldas, Banco Central, 1984 Poesa negra en la costa de Ecuador en Desarrollo de Base, Revista de la Fundacin Inter.-americana, Volumen 8, No. 1. Varios cuadernos afroecuatorianos . No. 1,2,3,4,5, tomado de Rahier, Jean, La Dcima, poesa negra del Ecuador, Ediciones Abya-yala, Centro Cultural Afro-ecuatoriano. Y la ltima publicacin: Garca Juan, Cuentos de la Creacin, Comarca territorial del norte de Esmeraldas, Quito, 2001.
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asesorando la produccin y publicacin de otros documentos de carcter poltico.4 Asimismo, cuando nos encontrbamos iniciando la primera parte de este trabajo, Juan Garca estaba facilitando y sistematizando una jornada de talleres de discusin y concertacin a nivel regional y nacional sobre Una propuesta de Ley para el Pueblo negro o afroecuatoriano .5 Con estas acotaciones lo que queremos dejar sentado es que la eleccin de Juan Garca como interlocutor en este trabajo responde a una investigacin y consulta previas con algunos actores afroecuatorianos que han confirmado a Juan Garca como una de las voces ms representativas de los afroecuatorianos. Por ejemplo, Oscar Chal uno de los lderes del movimiento negro del Valle del Chota en una entrevista sealaba: El hermano Juan s puede ser quien ms ha aportado a la cultura afroecuatoriana, l s puede ser nuestro referente, aunque hay muchos ms que ya han muerto, pero de los vivos l puede ser el ms representativo.
Derechos colectivos de los pueblos afroecuatorianos , Cartilla de derechos colectivos de los pueblos afroecuatorianos, elaborado por varias organizaciones afroecuatorianas y financiado por USAID, CARE USA y algunos donantes privados, Quito, 2000. As como la sistematizacin de las mesas de concertacin sobre la propuesta de Ley para el Pueblo negro o afroecuatoriano. Primera, segunda, tercera y cuarta mesa de concertacin de Una propuesta de Ley para el Pueblo negro o afroecuatoriano del Ecuador sistematizada por Juan Garca.
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De la misma manera, Alexandra Ocles, lder del movimiento de mujeres afro ecuatorianas, agrega: Pap Juanito es mi padrino, es nuestro maestro, a nivel de organizaciones todos lo respetamos; por ejemplo la organizacin de mujeres negras del Ecuador siempre lo va a tomar como nuestro referente, tanto por lo que ha escrito como por lo que est apoyado al movimiento afroecuatoriano.
La Etnicidad ha sido uno de los temas que me6 ha apasionado y despertado la atencin durante mi formacin como antroploga, sin embargo, desde el levantamiento indgena en 1990 cuando el Ecuador y el continente americano se conmocionaron con la fuerza organizativa protagonizada por el Movimiento Indgena, no he dejado de pensar, reflexionar, escribir y seguir de cerca7 el proceso poltico identitario que se vive en el Ecuador, que segn la Constitucin Poltica de 1998 dice ser un Estado social de derecho, soberano, unitario, independiente, democrtico, pluricultural y multitnico , y un Estado que respeta y 6 7 nicamente en esta parte hablar en primera persona, a lo largo del trabajo utilizar la tercera persona, considerando que ha sido un trabajo colectivo en el que varias voces participaron, alentndolo e inspirndolo. Producto de esto salieron dos libros, Los Polticos y los Indgenas, y Discurso de los Polticos frente al otro, el primero en coautora con Edwin Frank y Martha Rodrguez (1992). Desde el 2000 hasta la fecha vinculada a la CONAIE como voluntaria apoyando a la Dirigencia de la Mujer y Familia., en su proceso de fortalecimiento organizativo.
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Esta sensacin de estar9 vinculada directamente al mundo indgena fue interrumpida por ms de diez aos de recorridos, experiencias, lecturas y encuentros intertnicos vividos en Centro Amrica y El Caribe, donde tuve la posibilidad de introducirme en un universo hasta esa fecha desconocido y mgico para m, el mundo negro, afroamericano, afrocaribeo y finalmente afroecuatoriano. Primero en Honduras, donde conviven indgenas y garfunas 10 y posteriormente en la Repblica Dominicana y Hait, pases con importante presencia afrocaribea. 11 Inspirada y conmovida con este descubrimiento y nuevas experiencias, a mi regreso a Ecuador en el 200212 decid conocer el proceso organizativo de las comunidades negras locales, conversando y conociendo 89
estimula el desarrollo de todas las lenguas de los ecuatorianos. El castellano es el idioma oficial. El quichua, el shuar y los dems idiomas ancestrales son de uso oficial para los pueblos indgenas, en los trminos que fija la ley .8
Constitucin Poltica de la Repblica del Ecuador, 1998 Ttulo I, artculo 1. Rodolfo Kusch, Definicin del mero estar , en Amrica Profunda, Buenos Aires, Editorial Biblio, 1999. 10 Viene del plural Garinag, que quiere decir en lengua Garfuna, Negros Caribes. 11 Producto de la primera estada salieron una serie de publicaciones en el Diario La Tribuna de Honduras sobre Cultura e Identidad de los pueblos indgenas y garfunas de ese pas centroamericano. (19941996). Como resultado de la estada en Repblica Dominicana y Hait sali un artculo, Relaciones Intertnicas en Repblica Dominicana, Racismo y Antihaitianismo , publicado en Almeida Jos, Comp., El Racismo en las Amricas y El Caribe, Quito, PUCE / Abya-Yala, 1999. 12 La primera versin de este material fue presentado como Tesis de Maestra en Estudios de la Cultura de la Universidad Andina Simn Bolvar, Sede Ecuador, en ese mismo ao.
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Como fruto de estos encuentros y acercamientos conoc a Juan Garca, y fue justamente a raz de leer sobre la vida apasionante de Esteban Montejo contada por Miguel Barnet, en su libro Cimarrn. Historia de un esclavo13 que me surgi la idea de escribir sobre el proceso afroecuatoriano, pero contado desde uno de sus protagonistas y que mejor que hacerlo a travs de Juan.
a sus principales protagonistas, infiltrndome en sus reuniones, participando e interactuando, a veces de manera activa y otras de manera absolutamente silenciosa y contemplativa.
En esta parte me toca revelar mi lugar de enunciacin y para ello recurrir a Ydice, quien dice que entre el investigador y el investigado se da una relacin de solidaridad, de complicidad y de identidad compartida. All es justamente desde donde hablar y es all donde encontr los primeros estmulos que me motivaron a elegir tanto el tema como el personaje de este trabajo.
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Para la realizacin de este trabajo tuvimos que recurrir a una serie de estrategias metodolgicas:
Fuentes secundarias (revisin bibliogrfica): fue necesario hacer una revisin de todo el material existente referido al tema afroecuatoriano, especialmente lo relativo al proceso de comunidades negras del Ecuador. Fuentes Primarias (entrevistas): Previamente hicimos un sondeo con algunos lderes afroecuatorianos para determinar la voz ms representativa del movimiento negro.
Entrevistas a profundidad a Juan Garca: previamente se prepar una gua de preguntas abiertas, las mismas que fueron aprobadas por el interlocutor.
Observacin participativa: acompaando a Juan Garca en calidad de observadora a algunos encuentros, talleres y jornadas, para darle seguimiento a la propuesta de Ley de los Derechos Colectivos del Pueblo negro o afroecuatoriano, en sus distintas etapas e instancias Congreso Nacional, Defensora del Pueblo hasta las mesas consultivas donde con las distintas regionales se lograba llegar a un consenso Valle del Chota y Quito , as como acompandolo en otros eventos organizados por la Universidad Andina Simn
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Bolvar, en Quito.14 Fueron stos espacios significativos que permitieron participar ms de cerca e involucrarse directamente en la construccin identitaria y en el proceso organizativo que lleva adelante el movimiento afroecuatoriano.
14 Se realiz una Cruzada por la vida en defensa del territorio chachi y negro en contra de la compaa minera STIC. y tambin en el lanzamiento e inauguracin del Fondo Documental Afro Andino de la Universidad Andina Simn Bolvar, Sede Ecuador.
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Primer Captulo
A continuacin algunas ideas que permitirn contextualizar el tema de la etnicidad; consideramos importante tratar este tema porque es precisamente la etnicidad el sitio donde se aloja la identidad cultural y tambin porque sta ha venido sirviendo de estrategia poltico-social en la construccin y desarrollo de los movimientos identitarios en el Ecuador. Intentaremos generar un dilogo interdisciplinario que nos lleve a comprender e interpretar de mejor manera un proceso cultural identitario en ciernes, como es el proceso del pueblo afro-ecuatoriano.
No existe unanimidad en cuanto al significado de Etnicidad, mucho se ha dicho y debatido en torno a su definicin y asociacin, al intentar definirla corremos el riesgo de caer en generalizaciones por toda su carga ideolgica y eso es justamente lo que trataremos de evitar. Evitar sobre
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todo la asociacin histrica con raza, trmino ya desaparecido en los diccionarios y enciclopedias antropolgicas. Para efectos pedaggicos intentaremos definirla desde la dimensin social, para ello tomamos prestada la definicin que hace Guerrero: La etnicidad se refiere a una de las formas de identificacin social que se establece y se expresa, primero en relacin con uno mismo, luego para la relacin y negociacin de su identidad con los otros diferentes, a travs de formas de pertenencia y diferencia construdas sobre la base de diversos rasgos y caractersticas que dependen del enfoque con el que es analizada.15
Segn Baud16 la Etnicidad debe ser entendida como una estrategia sociopoltica,17 es decir, la identidad de grupo estratgica sirve para relacionar entre s a los elementos sociales estructurales dados o institucionales,
15 Guerrero alude a los enfoques planteados por Malguesini y Jimnez: enfoque primordialista de corte biolgico, que est determinado por rasgos genticos y geogrficos; enfoque instrumentalista que toma como eje rasgos culturales; y el enfoque constructivista en el que la etnicidad viene dada como producto de las interacciones sociales. (Guerrero, 2002, pp. 113-114). 16 Baud Michiel, et al., Etnicidad como estrategia en Amrica Latina y el Caribe., Quito, AbyaYala, 1996. 17 Tanto Michiel Baud, como los dems autores del libro Etnicidad como estrategia en Amrica Latina y El Caribe, sin ser especialistas en Etnicidad intentan presentar una visin instrumental de sta, como una estrategia socio poltica que pretende analizar la realidad tnica latinoamericana y caribea.
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Este mismo autor alude a que las estrategias sociales o colectivas no significan nicamente manifestaciones de conducta rutinarias, sino ms bien una eleccin consciente de la accin social que busca y lucha por cambios en la sociedad; el xito de lograr estos objetivos depender en gran medida de la forma en que los grupos se cohesionen, logren continuidad y legitimidad de la accin estratgica.
con los actores individuales. Es all donde los grupos sociales toman vida, cuando empiezan a definirse y encuentran que comparten entre s elementos comunes. (Baud, 1996).
Si vamos a analizar un movimiento en gestacin como es el proceso de comunidades negras , proceso organizativo e identitario que ha demandado al Estado nacional el reconocimiento de una serie de derechos reivindicativos polticos, econmicos y culturales apelando a su pertenencia etno-cultural, resulta necesario averiguar como se expresa la dimensin identitaria en ste, pues depender del uso estratgico de la misma que apliquen para que sus planteamientos reivindicativos logren tener sustento. En otras palabras depender no solamente de la forma como lo planteen sino de que los instrumentos que vayan a utilizar sean lo suficientemente convincentes, capaces de seducir, cambiar, desafiar y convencer objetiva y subjetivamente a lo interno y externo de la comunidad negra del Ecuador. Es all
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Baud hace relacin a la propuesta de Giddens, quien hace referencia a los efectos que logra el comportamiento estratgico de los actores que buscan cambios sociales, l denomina agency a ese actuar en colectivo, a esa conducta social que se convierte en cultural, como una forma de comportamiento basado en un conjunto de prcticas, smbolos y significados que asume un grupo de personas libres y conscientes.19
justamente donde resulta interesante la propuesta de Baud cuando habla de etnicidad latente y manifiesta, cuya fusin es capaz de movilizar conciencias y 18 estructuras.
Precisamente una de las herramientas ser el testimonio, como una forma narrativa convertida al igual que la identidad en un instrumento estratgico que desafa, interpela y demanda espacios de poder contrahegemnicos. En este trabajo intentaremos revitalizar el espritu insurgente que tiene el testimonio, como mecanismo de denuncia y reivindicacin frente a proyectos
Cmo lograr comprender el funcionamiento de esta estrategia socio-poltica en la vida actual y qu tipo de herramientas metodolgicas seran tiles para estudiarla?
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globalizantes, excluyentes y discriminatorios, como una voz de alarma, un espacio que replantee el ejercicio de la democracia bien entendida, o como dira Patricio Guerrero recurrir a la interculturalidad y la solidaridad como instrumentos insurgentes. 20 En esta medida, nuestra atencin tendr que sacrificar los lmites de orden literario e intentar moverse en un doble sentido: epistemolgico y poltico. Es por esto que la figura de Juan Garca nos resulta ideal, por su participacin activa en la lucha cultural, social y poltica de la comunidad negra del Ecuador y como productor de conocimiento. 1.2 El testimonio oral como dispositivo de poder
La discusin parte de la identidad cultural como uno de los referentes que ha promovido las distintas luchas emancipadoras y tambin la bsqueda de nuevas formas de vida, nuevas subjetividades y nuevas formas de hacer poltica. Buscaremos constatar como esta construccin se vuelve cuerpo presente a travs del testimonio oral. Adems, la forma en que la voz narrativa emergente se abre paso entre las multitudes para conseguir algunos puntos cruciales: denunciar, reivindi-
20 Para Guerrero, la Interculturalidad no slo es un concepto para definir una utopa, sino que se trata de un nuevo proyecto civilizatorio y de vida, que insurge contra el paradigma civilizador eurocntrico capitalista que ha dominado nuestras sociedades desde la conquista (Guerrero 1999, p. 11).
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Muchos autores se han referido ya al testimonio, desde la literatura, la historia, la lingstica, la antropologa y otras ciencias humanas. Beverley, en su anatoma del testimonio 22 rescata aquello de que el testimonio es una narracin vivencial de emergencia colectiva y una manera de dar voz. Pero no se trata de dar voz sino que las voces hablen por s mismas como una necesidad de descolonizar el trabajo acadmico. Nuestro objetivo no es construir otro concepto de testimonio sino ms bien retomar algunas ideas de otros auto-
car y (re)significar un nuevo lenguaje; (re)construir nuevos escenarios, sentidos y cdigos; y (re)escribir, a travs de la oralidad, en la bsqueda de una mediacin cultural entre mbitos geogrficos, grupos sociales, y tradiciones culturales distintas y contrastantes. Encontrar una nueva mitologa, nuevas formas de generar conocimiento. Finalmente y ante todo (re)asumir el poder de la palabra frente a la palabra del poder, 21 como instrumento insurgente, ms all de la palabra y la retrica, ms bien de la accin, orientada hacia la transformacin, el cambio y la bsqueda de una verdadera democracia, pluralista y diversa.
21 Patricio Guerrero, Corazonar. Una Antropologa comprometida con la vida Nuevas miradas desde Abya-yala para la descolonizacin del poder, del saber y del ser Fondec, Asuncin, Paraguay, 2007. 22 Jhon Beverly, Anatoma del testimonio , en Revista de Crtica Literaria Latinoamericana, ao XIII, No. 25, Lima, 1er semestre, 1987.
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res que nos permita entender el proceso de comunidades negras contado desde la propia palabra de uno de sus protagonistas. Un testimonio es una narracin contada en primera persona gramatical por un narrador que es a la vez el protagonista de su propio relato. Su unidad narrativa suele ser una vida o una vivencia particularmente significativa. La situacin del narrador en el testimonio siempre involucra cierta urgencia o necesidad de comunicacin que surge de una experiencia vivencial de represin, pobreza, explotacin, marginalizacin, crimen y lucha.23
George Ydice recoge la idea de Barnet y plantea que esta relacin entre el narrador de historias y el investigador produce una suerte de complicidad y solidaridad entre intelectual y ciudadano. 24 Justamente aqu es donde radica nuestro inters, porque se rompe la intencionalidad
Barnet advierte que la misin del escritor de testimonios es ms o menos la de desenterrador de historias, que han sido ocultas y reprimidas por la historia dominante.
23 John Beverley, y Marc Zimmerman, Testimonial Narrative Literature and Politics in the Central American Revolutions, Austin, University ofTexas Press, 1990, p. 173. 24 George Ydice Testimonio y concientizacin , en Revista de Crtica Literaria Latinoamericana, No. 36, 1993.
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puramente acadmica y/o literaria y se reorienta hacia un dilogo solidario de sentidos y significaciones polticas, que encuentran en el testimonio una herramienta social y poltica til para la construccin de una nueva subjetividad, la configuracin de nuevos sentidos, una resignificacin que rompe con un orden de cosas para plantear un otro orden contra hegemnico y de insurgencia. 1.3 Representacin y poder a travs del lenguaje
Como advierte Linda Alcoff, existen problemas epistemolgicos, sociales, como tambin representacionales en la prctica discursiva y acadmica de hablar por otros .25 Para abordar la discusin de la representacin, es necesario mirar desde la relacin representacin/lenguaje/identidad. La representacin usa al lenguaje como vehculo para dotar de sentido y significacin al mundo y esta ecuacin resulta ser la materia prima para la construccin de una identidad cultural colectiva. Ydice26 sugiere que hay una doble historia del testimonio. Por un lado el testimonio estatalmente institucionalizado para representar y, por otro lado, el testimonio que surge como acto comunitario de lucha por la
25 Linda Alcoff, The problem of speaking for others , en Cultural Critique, No. 20, 1992. 26 Op cit., p. 210.
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Si bien es cierto que el poder colonial ha usado sus propias estrategias de dominacin a travs de la escritura como patrimonio de las culturas dominantes,27 dotando al discurso hegemnico de unos cdigos lingsticos oficiales a costa de silenciar y negar representacin y enunciacin al discurso subalterno, surge tambin una contra-estrategia por medio del testimonio y la narrativa oral, donde la palabra cobra fuerza, (re)crea otros cdigos lingsticos no oficiales , subvierte, se empodera y construye sus propios objetos de conocimiento, emergiendo de esta manera un discurso contra-hegemnico con voz e identidad propia, como una estrategia sociopoltica autorizada para denunciar, demandar reivindicaciones y exigir derechos.
Para nuestros propsitos ser necesario analizar el peso que tienen el lenguaje y la representacin a travs del poder de la palabra y en la construccin de un discurso identitario.
Una vez ms resulta imprescindible conocer cmo se expresa en todo este escenario la representacin del poder como una lucha contra hegemnica, que intenta des-colo-
27 Walter Mignolo, Colonialidad global, capitalismo y hegemona epistmica, en Indisciplinar las Ciencias Sociales, geopolticas del conocimiento y colonialidad del poder. Perspectivas desde lo andino, Universidad Andina Simn Bolvar, Abya-Yala, 2002.
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nizar el conocimiento, para esto, debemos tomar en cuenta que la construccin del sujeto intelectual colonizador, produjo una propuesta de creacin de conocimiento y ejercicio del poder bajo una lgica eurocentrista y racista.28 De lo que se trata entonces, es de explorar cmo el nuevo sujeto deconstruye ese conocimiento, y a la vez se apropia y construye un nuevo sentido de poder, y como subvierte ese mismo poder que lo excluy y lo invisibiliz en una nueva expresin de poder y en un nuevo discurso en beneficio de un proyecto poltico contra hegemnico.
En esta parte nos apoyaremos en lo que algunos autores como Gilberto Jimnez, proponen para clarificar los trminos cultura y territorio , pero vistas desde su relacin y articulacin -nosotros agregaramos adems el de la identidad- sobre todo cuando intentamos analizar el desarrollo del proceso de comunidades negras, y en el momento en que su propuesta poltica y su necesidad de construir una identidad cultural se va
28 Para Quijano Eurocentrismo es el nombre de una perspectiva de conocimiento cuya elaboracin sistemtica comenz en Europa Occidental antes de mediados del siglo XVII , en Anbal Quijano, Colonialidad del Poder, cultura y conocimiento en Amrica Latina , en Pensar (en) los intersticios. Teora y prctica de la crtica poscolonial, Bogot, Coleccin Pensar/Pontificia Universidad Javeriana, 1999, p. 218.
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a sustentar en smbolos ancestrales como el palenque, la territorialidad y las circunscripciones territoriales como mximos referentes de su propuesta poltica.29 Gimnez30 alude a una serie de elementos socio-culturales, pero tambin hace relacin a subjetividades que entran en juego al momento de plantearse una pertenencia etno-cultural: El territorio slo existe en cuanto ya valorizado de mltiples maneras: como zona de refugio, como medio de subsistencia, como fuente de productos y de recursos econmicos, como rea geopolticamente estratgica, como circunscripcin polticoadministrativa, como belleza natural , como objeto de apego afectivo, como tierra natal, como espacio de inscripcin de un proceso histrico o de una memoria colectiva, como smbolo de identidad socio-territorial, etc. (Gimnez, 1996).
No es posible concebir al territorio divorciado de la cultura, y menos aun sin que tenga una representacin subjetiva de la identidad cultural como lugar de pertenencia. Es necesario aclarar que este lugar no va a ser enten29 Ver el proyecto de Ley de Circunscripciones Territoriales afroecuatorianas, actualmente en discusin, dicho proyecto ha sido elevado a consenso para que cada regin haga las adaptaciones culturales dependiendo de su particularidad regional. 30 Gilberto Gimnez, Territorio y Cultura , en Estudios sobre las culturas contemporneas, poca, Vol. II, No. 4, Centro Universitario de Investigaciones en Ciencias Sociales, Universidad de Colima, Mxico, 1996
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dido solamente desde la lgica espacial occidental, sino que lo entenderemos desde aquella concepcin que considera al espacio como sitio donde entran en juego subjetividades, afectos, emociones, arraigos, donde la territorialidad tiene un efecto ritual y religioso porque es el lugar donde se desarrolla la vida , accin mgica que est presente en todos los hechos sociales. Esta representacin simblica no queda all, trasciende la lnea de lo cultural y se convierte en un rito poltico, en una accin poltica de denuncia, de resistencia y de recuperacin de lo perdido , lo invadido , es por ello que no es casual que tierra y territorio se hayan convertido en las herramientas estratgicas socio-polticas y de lucha de aquellos pueblos y comunidades que buscan reivindicar sus derechos teniendo como base estratgica su identidad tnica-cultural. La necesidad de reivindicarlo, (re)tomarlo y (re)apropiarlo no es ya una carencia ni un deseo, sino un derecho que no slo se debe recuperar, sino que debe exigirse su restitucin y reparacin, porque de l depender que su comunidad se reproduzca y se auto perpete. 1.5 La etnicidad en el contexto ecuatoriano
El tema de la etnicidad ha mantenido ocupados a los intelectuales de las ciencias sociales de casi todo el mundo por ms de dos dcadas y especficamente el continente americano se ha convertido en un espacio importante de estos estudios desde finales de la dcada de los ochentas hasta la actualidad.
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Mientras el movimiento indgena avanza en su consolidacin poltica, concentrando la atencin del conjunto de la sociedad, aparece en escena un nuevo colectivo, el
En el contexto ecuatoriano y a raz del encuentro continental de los pueblos indgenas31 se sientan las bases para la preparacin y ejecucin del Primer Levantamiento de estas nacionalidades, bajo la representacin de la Confederacin de Nacionalidades Indgenas del Ecuador (CONAIE). Dicho levantamiento da un giro a la historia poltica ecuatoriana y convierte al movimiento indgena en la fuerza poltica contra hegemnica ms importante del pas. Se inicia entonces un interesante proceso de (re)conceptualizacin de la etnicidad y una resignificacin de la diversidad etno-cultural, hasta llegar a la autodefinicin poltica de Nacionalidad. Las discusiones en torno al tema de la etnicidad y la diversidad cultural como estrategias sociopolticas copan la agenda de intelectuales nacionales e internacionales. El debate se intensifica y la presin aumenta cada vez ms ante los poderes del Estado Ecuatoriano. As tras 170 aos de vida republicana, por primera vez en 1998 se reconoce en la Constitucin Poltica del Ecuador, el carcter de pas pluritnico, multilinguistico y multicultural y se lucha porque se reconozca su carcter plurinacional.
31 Justamente en 1990 se dio lugar en el Ecuador el Primer Encuentro Continental de los pueblos indgenas, concentrando a las diversidades tnicas del continente americano, bajo el lema 500 aos de Resistencia Indgena .
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Hall32 alude a identidad cultural y dispora caribea como una cultura compartida, colectiva, con caractersticas histricas comunes, con ancestros y cdigos culturales compartidos. Esta cultura e identidad compartidas ha implicado que desde la literatura, el cine, la msica y otras representaciones artsticas se (re)inventen sentimientos de africanidad, los mismos que se han ido expresando y configurando en un discurso poltico, que intenta (re)valorizar y reivindicar la presencia africana en Amrica Latina y en el Caribe, lo que dara lugar al aparecimiento de un movimiento panafricano en Amrica, como una fuerza de resistencia que intenta desenterrar lo que la experiencia colonial sepult y adems generar una nueva produccin de identidad cultural, no de redescubrimiento sino de re-contar el pasado (Hall, 1997). En el Ecuador, este aparecimiento identitario surge con caractersticas ms bien locales en la provincia de Esmeraldas con el nombre de proceso de comunidades negras que encuentra en la dispora afro-americana el sendero perfecto para desde all transitar y construir estratgicamente su identidad cultural, garanta que les va a ser-
32 Stuart Hall, Representation. Cultural Representation and Signifying Practices, London, Sage, 1997.
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Veamos un poco como se va perfilando este aparecimiento identitario , pero como nacimiento de un movimiento tnico-cultural , ms no como nacimiento de una etnia , puesto que la poblacin negra hace su aparicin en territorio ecuatoriano a finales del siglo XVI, siendo Esmeraldas uno de los lugares donde primero se asientan a consecuencia de un naufragio que sufriera uno de los barcos que iba hacia Per; en este suceso surge la figura del esclavo Alonso de Illescas como el liberador de los esclavos , quien lleg a ser en 1577 el primer Gobernador de la provincia de Esmeraldas,33 y quien ha sido y es para la poblacin de Esmeraldas el gran mito que representa la rebelda, la valenta y sobre todo libertad. Handelsman dedica un captulo entero en su libro Lo afro y la plurinacionalidad, el caso ecuatoriano visto desde
vir para negociar, concertar, dialogar y demandar sus derechos frente al abandono tradicional del Estado nacional y la sociedad dominante. Este proceso est inspirado en el caso colombiano y en el movimiento de la africana latinoamericana y caribea . Se inicia as el camino hacia la discusin poltica y las luchas reivindicativas tomando como principal referente la identidad cultural y la recuperacin de las tierras.
33 Jean Rahier, La Dcima, Poesa oral negra del Ecuador, Ediciones Abya-Yala, Centro Cultural Afro-Ecuatoriano, s/f.
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Surge entonces el discurso negro afrocntrico amparado en referentes ancestrales como el Palenque, la Comarca y otras construcciones que van a formar parte de las herramientas polticas estratgicas que la comunidad negra va a apelar para construir su propuesta poltica.
su literatura ,34 para explicar como se fue configurando el proceso de comunidades negras , surgido en Esmeraldas, como una fuerza contestataria frente a la poltica integracionista blancomestiza. El autor alude a dos caractersticas principales en las cuales se va a sustentar este proceso: por un lado la afirmacin tnica donde la identidad cultural como estrategia sociocultural toma fuerza y por otro lado, la resistencia activa a modelos integracionistas tradicionales, como una estrategia socio-poltica (Handelsman, 2001).
El palenque, segn Handelsman, significa para el imaginario afro construccin, la voluntad de ser y de hacer, la comprobacin de que los negros son actores y agentes de la creacin de sociedades libres y autosuficientes .35
Si bien es cierto, histricamente el palenque significaba el escondite donde los cimarrones se protegan contra la esclavitud, ahora representa una fuerza simblica y prcti-
34 Michel Handelsman, Lo Afro y la Plurinacionalidad, el caso ecuatoriano visto desde su literatura, Quito, Ediciones Abya-Yala, 2001. 35 Ibd., pp.124.
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ca. Un espacio de libertad, ms aun, un espacio de poder desde el cual la comunidad negra, lejos de esconderse, trata ms bien de visibilizarse, hacerse conocer y hacer cumplir sus legtimos derechos. El Palenque representa su lugar de enunciacin, su sitio de pertenencia, el mximo referente estratgico identitario.
Hasta aqu hemos planteado el propsito de nuestro trabajo y la manera de cmo hacerlo. Hemos tomado como punto de partida la identidad cultural como una estrategia socio-poltica de la cual se va a valer el proceso de comunidades negras del Ecuador para construir su propuesta poltica. Hemos constatado como esta estrategia identitaria recurre a su vez al testimonio oral como una herramienta metodolgica eficaz para comunicar y hacer conocer nuevas formas de producir conocimiento, formular pensamiento, concienciar y promover procesos polticos organizativos. El discurso oral a travs del lenguaje como smbolo de poder y representacin contra-hegemnica ser el vehculo que nos permi-
El Palenque y la Comarca como propuestas polticoterritoriales construdas desde la ancestralidad que desestructura la organizacin poltica del Estado nacin hegemnico para eregir un espacio donde desde la fuerza de los ancestros puedan revitalizar la memoria, la identidad y la cultura y puedan seguir tejiendo la vida. Por eso mismo su propuesta deja el afrocentrismo y asume el cimarronaje como propuesta poltica de resistencia.
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A continuacin nos concentraremos en la figura de Juan Garca, su vida y sus recorridos por la historia de las comunidades negras, intentando abordar su pensamiento, conocimiento y discurso en la construccin identitaria del proceso de comunidades negras del Ecuador .
ta conocer y entender un proceso en construccin. Hemos revisado algunas categoras que forman parte del espectro identitario sobre el cual se va a ir construyendo la identidad afroecuatoriana, como el territorio y su relacin intrnseca con la cultura, pues slo bajo esa relacin y codependencia se podr entender el nuevo sentido que el proceso de comunidades negras , como tantos otros movimientos etno-culturales, le dan a la tierra y al territorio como estrategias movilizadoras de una propuesta poltica.
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Segundo Captulo
Soy Juan Garca, guardin de la tradicin y la memoria Introducirse en la vida personal de Juan Garca ha sido como profanar un sitio sagrado debido a que no habla, o no le gusta hablar de s mismo. Este bambero mayor , como tambin lo denominan sus hermanos de la comunidad, viene, desde hace ms de 20 aos, navegando por los mares y ros de la historia, y caminando por las rutas y senderos de la memoria y la tradicin oral. Cuando relata su propia historia no mira hacia los ojos del profanador , su mirada se sumerge y se pierde en las aguas de los recuerdos ms profundos. Sus ojos se dirigen hacia un punto infinito donde an le continan hablando, a los odos, los ancestros, los abuelos, los maestros que por horas y horas le contaban sus sueos y sus vidas. Hablar de los ancestros, como l los denomina, no le significa ningn esfuerzo, es a travs de ellos que su voz adquiere fuerza, es a travs de esas voces muertas que
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en su boca cobran vida y es a travs de ellos que quiere que se le escuche, porque tiene que seguir fielmente un mandato , el mandato de transmitir la cultura de generacin en generacin. En este captulo nos acercaremos a algunas facetas de la vida de Juan Garca, para lo cual nos planteamos algunas preguntas: quin es? cules son sus orgenes? cules sus primeros conflictos y enfrentamientos identiarios?.
Aunque en este trabajo nuestra funcin como investigadores ser bsicamente la de dejar hablar al interlocutor, por lo que los relatos sern expuestos de manera textual, intentando respetar modismos y otras expresiones surgidas en el dilogo, por fines metodolgicos queremos ir retomando algunos elementos claves que sin analizarlos e interpretarlos en rigor y recurriendo al recurso del parafraseo , nos permitan ir entendiendo como se ha ido construyendo la identidad cultural de Juan Garca. En el captulo anterior constatamos el paso de la identidad individual a la identidad colectiva compartida, como un proceso que implica confrontaciones, conflictos, tensiones. Veamos como Juan Garca vive ese escenario de transformaciones identitarias de la niez a la madurez.
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2.1 Mis primeros enfrentamientos y cuestionamientos identitarios; autodefinindome. Soy del norte de Esmeraldas la tierra de los ancestros de los puros negros, como diran los otros, pero provengo de una familia que se puede decir poco tradicional. Mi madre negra, mi padre era un emigrante espaol, comunista partidario de la causa del pueblo vasco. Mi padre se llamaba Toribio Garca Gmez y lleg a estas tierras del norte de Esmeraldas con los ingleses que tenan el derecho de la deuda de la independencia. No lo trat nunca pues el muri cuando yo slo tena 8 aos de edad. Era parte de un grupo de europeos que vivan en estos montes y los montes y la sangre africana terminaron tragndose a muchas de estas personas. Ellos tenan sus acuerdos, por eso cuando l muere, mi madre me da en custodia de otro espaol que se llamaba Reinaldo Meza, con la familia de este seor me termine de criar. Creo que es en esta relacin, de ser hijo de hombre blanco y ser medio blanco y medio negro, que me encuentro por primera vez a una confrontacin casi cultural. Por un lado mi familia materna que era negra y viva con los valores afro y por otro mi padre adoptivo que era espaol y viva con lo valores de los blancos. Creo que as viv mi primera confrontacin que no era una confrontacin violenta sino ms bien de muchas preguntas sobre mi identidad tnica. Recuerdo que cuando fue el tiempo de mi bautizo, mi padre adoptivo, que era comunista, se negaba a este ritual y mi madre que era afro-catlica lo enten-
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Desde su corta edad Juan Garca es sumergido y casi obligado a vivir en un mundo de contradicciones y es ah donde encuentra un espacio de descubrimientos permanentes, todo para l representa algo nuevo y dada su vivacidad natural, propia de la niez, aprende rpidamente, lo que tambin le va a generar conflictos y enfrentamientos de quienes siempre estn para imponer el orden y la disciplina . All est un primer Juan Garca rompiendo reglas , aprendiendo, buscando, descubriendo. Este seor Meza, que ahora era mi padrino, viva en Limones. Recuerdo que tena una gran biblioteca que logr traer poco a poco de Europa, l me ense a leer y a escribir y creo que eso fue vital para m. A l le gustaba leer y escribir, actividades que no eran muy comunes en el medio. Recuerdo que era articulista de la Revista Selecciones, all conoc por primera vez una cmara de fotos, una mquina de escribir y el microscopio y otras cosas de la cultura de los blancos. Adems de esto mi padre adoptivo era tambin mdico y tena un estatus un poco especial en la comunidad.
En los primeros aos no asist a la escuela, sin embargo mi padre me indujo a la lectura, all en su biblioteca. As fue como aprend todo lo relacionado con la historia de Espaa, y su gente. Aprend la historia espaola antes que la historia
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ecuatoriana, aprend todo lo que en ese tiempo ocurra en Espaa.: quien era Franco, sobre la revolucin, las masacres. En la casa se viva la historia de Espaa con cierta aoranza y sentimientos contra Franco.
Creo que esto de la lectura era una cosa de afinidad, pues en la casa haba otros chicos criados pero no les gustaba este asunto de leer. Creo que yo era un criado ms de la casa, cada uno tena funciones especficas que realizar, eran sobre todo labores de la casa: traer lea, agua, asear el bao, sacar agua del pozo. La cosa es que uno haca de criado, pero tambin iba aprendiendo las cosas de la gente blanca. En ese tiempo todo esto era parte normal del aprendizaje. Despus cuando yo saba leer y escribir bien, el Sr. Meza decidi ponerme en la escuela. Esto era como a los 9 10 aos. Este seor se opona a esto de las escuelas pero termin ponindome. Yo ya saba leer y escribir perfectamente.
En la escuela yo era un chico problema para los profesores y para los compaeros; no poda entender bien eso de la escuela, tena problemas de integracin, no lograba integrarme bien, no quera entrar a las clases, me quera quedar leyendo cosas de la historia y de medicina, de guerras y resistencia. La escuela fue un fracaso, slo estuve hasta el quinto grado, todos ramos gente de la regin pero yo viva en otro mundo. La verdad es que no pude terminar la primaria. Un da el Director le dijo a mi padrino que no poda continuar en la escuela. Las personas mayores aseguraban enfermo de la cabeza . En
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esos das me acerqu a la gente de la iglesia que mi padrino tanto detestaba, entonces fue cuando mi padrino resolvi entregarme a mi madre.
Como explica Juan Garca, los psiclogos aludiran que su personalidad rebelde y anrquica al parecer estaba marcada por genes transmitidos tanto de su padre que vena huyendo de las represiones franquistas, de una Espaa donde el comunismo era el principal enemigo del rgimen. Por otro lado los genes de su madre, que tambin haba heredado la rebelda cimarrona del negro que no se somete, interpela y se libera. As nos encontramos con un Juan Garca producto del aprendizaje, el re aprendizaje , la transmisin y la apropiacin, lo que en otras palabras significa la cultura y sta a su vez representa la materia prima ideal para ir configurndose la identidad cultural. Durante el tiempo que viv con mi padrino l hizo las averiguaciones para crear ciertos vnculos con la familia de mi padre; escribamos cartas a mis tas y hicimos planes para encontramos con ellas pero viajar a Espaa costaba mucho y creo, todos sabamos que ramos hijos de espaoles, pero personas diferentes por no decir hijos de mujeres negras. Mis principales problemas eran con los profesores, pero en general tena problemas con los que tenan autoridad sobre m. Yo era muy belicoso
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con los profesores de la escuela; creo que era porque no quera aprender o talvez no poda, tena demasiada confusin en mi cabeza y muchas veces no saba donde pararme. Entonces regres donde mi madre pero por poco tiempo pues algunos amigos de la iglesia me ofrecen un espacio en la ciudad de Esmeraldas y as entro a trabajar y estudiar pero como aprendiz de carpintera en una escuela que se llama San Jos Obrero. Ah me hago carpintero y aprendo algunas cosas ms de la cultura de los europeos, esta vez italianos.
En aquel tiempo yo no tena ninguna visin de las diferencias culturales, pero vinculado a la iglesia vuelvo a sentir la diferencia entre blancos y negros y sobre todo entre ricos y pobres. Por eso yo soy primero carpintero luego otras cosas. As termin de hacerme adulto.
La niez de Juan Garca iba quedando atrs entre los estudios forzados y el trabajo tambin forzado , entre escuelas y centros correccionales, porque su caso de nio especial , o nio con problemas superaba cualquier enseanza e instruccin normales . As creci en medio del desconcierto de sus maestros que no saban qu hacer, si deshacerse, ocultarse o alejarse de l, porque su capacidad de aprender, de comprender y entender las cosas resultaba una verdadera amenaza para el sistema en el cual se estaba formando.
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En el tiempo que viv cerca de los misioneros aprend el italiano y hablaba bastante bien, pero pronto aprend que todo lo que uno sabe no lo tiene que decir. En ese tiempo conoc a muchas personas que ahora son parte de mis recuerdos de nio y de juventud. En ese tiempo fue que aprend con ms contradicciones que nunca que las diferencias se mantienen en todo lado y por sobre toda religin y filosofa.
Cuando sal de esta escuela yo tena 18 aos, en ese momento, yo quera estudiar y ser parte de los otros jvenes, pero esto no era posible en aquel tiempo para la gente negra y sobre todo pobre. ramos obreros no estudiantes, as termina mi vinculacin con la iglesia. Creo que alguna vez me pas por la cabeza la idea de hacerme cura. Creo que haba pasado mucho tiempo haciendo de monaguillo en la iglesia
Estudi y trabaj durante ms o menos siete aos en la escuela San Jos Obrero. Esta escuela termin siendo ciudad de los muchachos , pero nosotros no ramos parte de los jvenes que venan de la correccional, ramos otra cosa ramos jvenes obreros y de la accin catlica, pero todos sabamos que ramos diferentes a los otros que podan ir al colegio. ramos no delincuentes sino obreros, como maestros.
Durante todos esos aos de exilio involuntario en el mundo urbano, Juan Garca haba acumulado tanta inforhttp://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
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macin que en el campo no le iba a servir. Como l mismo deca, deba iniciar un nuevo proceso de aprendizaje, pero antes deba despojarse de lo aprendido. Recuerdo muy bien mi situacin despus de salir de la escuela de carpintera. Este tiempo es el ms difcil para m. Primero porque no saba a dnde ir, luego porque ya no era de ninguna parte. Haba vivido muchos aos fuera del campo por lo tanto no era campesino y despus de tantos aos tampoco era del pueblo. En aquel tiempo tena el sentimiento de no ser de ninguna parte. Muchos aos ms tarde entend que es el sentimiento de los desarraigados. Como no tena donde ir regres a la casa de mi mam, ahora lo llamo el regreso a mis ancestros, pero en ese tiempo era como regresar derrotado. Todos y sobre todo mi mam me deca: vienes al monte, desde la ciudad, qu puedes hacer aqu ahora? Mi madre viva en una pequea casita en una comunidad que se llama El Cuerval, ah yo haba nacido, ese era mi pueblo pero lo conoca poco. Este pueblito ahora no existe, lo destruyeron los camaroneros, pero eso es otra historia. Cuando regresas al ancestro es como chocar con la propia cultura. No sabes por donde caminar. A todo esto mi madre estaba casada con otro seor y tena 4 hijos ms. En este momento se junta toda la familia, pues mi hermano mayor que estaba viviendo con otro espaol ya haba regresado. As paso a ser parte de esta nueva familia.
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l me reensea las cosas del monte, me lleva al trabajo de campo y poco a poco, segn sus propias palabras, me trata de hacer hombre til y trabajador . Se re de mis mojigangas de pueblo, y se burla de mi debilidad para la vida dura. l me ensea a trabajar con el hacha, con el machete, me muestra algunos secretos del monte, las contra de culebra, el canto de los animales y sobre todo me ensea a matar animales del monte, que despus del pueblo tenan para m como otro significado. l me habla por primera vez de los secretos de la cabeza y del poder que estos secretos tienen para los hombres negros. Mi compadre Santiago no saba leer ni escribir y nunca haba salido al pueblo, era segn sus palabras un hombre montars, rudo y estaba orgulloso de su capacidad para comer. Ahora cuando lo recuerdo, se que l fue mi primer lder. Por eso en seis aos aprend casi todo lo que tena que aprender sobre el monte y sus secretos. Lo nico que no pude aprender nunca fue a matar para comer.
Regresar a la casa de la familia a los 18 aos es regresar en calidad de amigo ms que de hijo o hermano. El compaero de mi mam era muy buena persona entonces me recuerda que desde muy pequeo el era mi compadre de boca , pues segn cuentan los mayores el me salv la vida en alguna ocasin. As nos llamamos: compadre, es con mi compadre Santiago Quinez que me inici en el proceso de reaprender todo lo que tena que aprender para ser un hombre del monte. Mi compadre Santiago era orgulloso de ser hombre del monte.
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2.3 Soy un trabajador de la Cultura soy un trabajador de la cultura, porque yo estoy recuperando las cosas culturales pero a la vez estoy trabajando en la construccin de una propuesta .
Segn Juan, ya de vuelta a casa, a su comunidad de origen, tuvo que despojarse de lo aprendido con sus padres adoptivos, en la iglesia con los curas, con los profesores, con sus compaeros de oficio, deba (re)aprender lo que durante 12 aos haba (des)aprendido. Es en esta poca que empieza a pasar por transformaciones, por una conciencia identitaria y por la construccin de lazos con el pueblo negro. Reflejo de eso es su auto-identificacin como trabajador de la cultura . Eso de trabajador de la cultura arranca al mismo tiempo, es paralelo a mi reaprender lo propio. El respeto a los ancianos lo aprend aprendiendo los saberes del monte. Yo empec mi trabajo cultural entendiendo que los ancianos tienen muchas cosas que contar y ensear, tanta informacin que trasmitir. Fue en el momento que decid volver y convivir con la comunidad, que decid regresar al ancestro de respetar a los mayores y escuchar a los viejos. A ellos les gustaba que un joven venido del pueblo asumiera voluntariamente un ignorante cultural . As con humildad aprend muchas cosas que lo ancianos tenan guardadas en su cabeza, todos me enseaban con paciencia.
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All haba un significado para m que era mostrar a la comunidad que el que sale casi siempre aprende muy pocas cosas tiles. Pero esto era para muchos un contra sentido, especialmente para los jvenes, no podan comprender como era que yo me consideraba ignorante y quera reaprender de ellos. La gente no entenda. Creo que fue en ese momento que me empez a marcar esta idea, de que si queremos hacer algo como pueblo, como grupo, como cultura, debemos aprender de los ancianos de las comunidades. As aprend que se tiene que trabajar mucho para ensear a los dirigentes que lo de afuera no vale mucho para la propuesta que tenemos que construir como pueblo, como grupo y esto es trabajar, redefinir apropiar y sobre todo poner adentro. Es verdad que tenemos que aprender del otro para poder interactuar con el de afuera pero en trminos de ver las diferencias para redefinir la identidad, el ser, la personalidad. Tenemos que regresar a lo propio y esto es un trabajo de subordinacin, de sometimiento, de asumir que conozco poco de lo propio. Esto de aprender de los mayores tiene sin duda un doble significado: revalorizar la cultura y revalorizar el papel de los ancianos y a la vez uno se fortalece asumiendo la voz de los ancestros. Entonces cuando hago esto soy un obrero de la cultura, porque yo estoy recuperando las cosas culturales, pero a la vez estoy trabajando en la construccin de una propuesta. Yo http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
Algunos en la comunidad vean en m alguien que puede ensear, cosa que un da inici enseando a un grupo de personas adultas a leer, luego trabaje con nios pero saba que no tena nada que ensear a nadie. Yo saba que no tena mucho que ensear, yo quera ms bien aprender.
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vea todo esto como un trabajo, como algo que se tiene que hacer. Por eso, cuando trabajo en un libro no pretendo ser un escritor, ni un autor, sino ms bien un trabajador de la cultura, porque mi trabajo y mi aporte en el libro es replantear las cosas que dicen los ancestros. De esta idea bsica es que naci esa idea de ser trabajador y sobre todo obrero del proceso o de trabajador de la cultura.
Su inters e inclinacin por escuchar a los mayores con profunda atencin y admiracin no es casual. Juan Garca desde nio y antes de vivir afuera, fue sometido , especialmente por su abuela materna a la tarea de escuchar. Ella fue su mentora y maestra, y adems artfice principal de su formacin e inters por conocer las tradiciones de su pueblo. Su abuela, negra y orgullosa de su origen, incentiva a su nieto a iniciar el descubrimiento de su pertenencia como negro, como afro-descendiente, y poseedor de una identidad cultural. Es por ello quiz su veneracin y respeto hacia los abuelos, los ancianos. En ellos Juan encuentra el sentido de su origen, la importancia de las races, el lugar de su pertenencia. Est absolutamente claro que en la tradicin oral africana y de acuerdo a la frmula Hampat Ba un viejo que muere es una biblioteca que se quema. 36
36 Marc Aug, Hacia una antropologa de los mundos contemporneos, Espaa, Gedisa, 1995.
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Los recuerdos de mis abuelos maternos son ms protagnicos en mi vida, sobre todo mi abuelo. Con mi madre tuve una relacin lejana, pero de ella tambin aprend muchas cosas sobre todo de las personas. El aprendizaje con mi abuelo fue ms cercano. Siempre digo que mis abuelos maternos fueron el modelo ms claro de lo que yo quiero hacer, yo siempre cuento como se viva en la casa de los abuelos. Muchas de las cosas que enseo a los jvenes vienen de los recuerdos de la casa de mis abuelos. De la forma como ellos vivan y usaban las cosas y los espacios, arranca toda la construccin del espacio, del uso de los recursos, de la racionalidad, del compartir, de la tolerancia, de todos los conceptos que la gente negra ahora quiere construir. Toda esta filosofa del ser negro arranca de la casa de mis abuelos y de las enseanzas de mi abuelo. l en sus ltimos das me ense muchas cosas sobre lo que somos como pueblo y ahora las tengo grabadas como en piedra.
Mi abuela se asuma negra, ella era muy orgullosa de serlo y se lo deca a los mestizos como una forma de poner distancia, creo que era algo as como querer guardar una diferencia que antes le haba dolido. As se asuma: negra, diferente frente al blanco. Lo deca sin temor, era como tener muy claro una cierta divisin impuesta. Para ella el blanco ya no era antagnico, era un ser que tiene que buscar su puesto . Ella saba que siempre tuvo un patrn blanco y hablaba sin rencor de ellos, pero los dejaba como atrs, como parte de algo histrico que ella haba heredado de un sistema contra el que no deba pelear. Ella tena muy claro que la relahttp://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
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cin entre negros y blancos tena que ser distante y separada, sin llegar a ser enfrentados pero antagnicos en el corazn. Todo esto se transfiere a la gente mestiza, colonos, gobierno, Estado, al excluyente, al dominante.
Mis abuelos sembraron la semilla, despus que ellos murieron hice el periplo por la voz de miles de abuelas y abuelos del pueblo de origen africano. Entonces el recorrido por la vida de los ancianos fue bsico, tan bsico que lo hago hasta ahora cuando tengo la oportunidad y me gusta pasar das enteros conversando con los guardianes de la tradicin. All encuentro inspiracin en lo que los ancianos cuentan, hay mucho que asumirme y mucho para someterme. Puedo decir que he escuchado a miles de abuelos y abuelas, siempre preguntando, y escuchando callando frente a sus ideas. Yo dira que todo lo que ahora trato de poner en prctica y de compartir est inspirado en los ancianos. Esa es la fuerza del ancestro y por eso es mi fuerza pero sobre todo mi fuente.
Para Juan Garca la identidad cultural es entendida como una decisin poltica y como una necesidad ineludible de autodenominarse frente a la presencia de su antagnico, una necesidad que est marcada por el conflicto y el enfrentamiento. Por tanto, es aqu donde la identidad cultural de Juan se convierte en estratgica, similar a la estrategia de etnicidad de la que habla Baud. En esta estrategia se colectiviza y entra en accin. Segn Juan, esta necesidad de actuar al frente del otro, del antagnico, es lo a uno le http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
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permite e impulsa a definirse, a pensar su propia identidad. La lucha y defensa del territorio de su comunidad es uno de los resortes que moviliza esa identidad compartida. Creo que en este pas las personas que pertenecemos a grupos tnicos excluidos, no sentimos la diferencia de pertenecer a esos colectivos hasta que tomamos la decisin de hacer algo por sacar adelante alguna idea poltica en favor del pueblo. Si ests contento con la suerte de tu pueblo no encuentras antagnico, pero si te conviertes en militante de los derechos de tu pueblo te conviertes en una persona antiptica y de mal gusto. Nadie quiere hablar contigo porque no tienes otro tema para dialogar como no sea el asunto de los negros o algo as. Entonces cuando t decides definir tu postura es cuando entiendes que casi todos son antagnicos cuando ests en lo tuyo. Creo que la autodefinicin pasa por definir primero un antagnico y esto pasa sin haber tenido un enfrentamiento con l. Esto de ser rechazado por pertenecerse es lo que hace que uno sienta la necesidad de autodefinirse, y de ser militante de lo suyo. Pero primero se enfrenta con el antagnico a que uno es. Luego resulta que el antagnico est en todas partes y en contra de todo lo que uno pueda hacer; exponer ideas polticas, asumir posturas sociales, defender espacio territorial o incluso defender los ms elementales derechos. Entonces, cuando desde tu particularidad encuentras esos antagonismos es que empiezas el proceso de auto-definir lo que eres. Pero esto es siempre frente al otro; yo recuerdo que muchas persohttp://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
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nas de mi comunidad cambiaron su manera de ver a los colonos cuando la comunidad empez a perder sus territorios frente a ellos.
Para Juan Garca el territorio representa la vida misma, y al referirse a l no escatima esfuerzo alguno para encontrarle multiplicidad de sentidos y significaciones; habla de la relacin intrnseca que tiene el territorio con la cultura y por supuesto con la identidad, la fuerza que ejerce ste sobre su autodefinicin tnica, el sentido y la dimensin simblica que representa el territorio, pero no el territorio visto y sentido por el antagnico, sino el territorio ancestral, es decir el territorio en cuanto espacio ritual donde se desarrolla la vida, se afirma la cultura y se sostiene la identidad, en sntesis: territorio-cultura e identidad son las estrategias sociopolticas en las cuales se sustenta el proceso afroecuatoriano. El territorio es para m la matriz principal de cualquier propuesta poltica, el ser del monte sabe que en el territorio vive, se crea y se recrea todo y de manera especial la cultura. Por eso el territorio tiene que ser la base de la reivindicacin poltica, social, cultural, econmica y todo lo que un pueblo quiera construir. La cultura no vive sin el territorio y nosotros sabemos que los territorios tienen sus culturas. El territorio sin su cultura ancestral es slo http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
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Soy de los territorios ancestrales del norte de Esmeraldas y s que ese norte tiene su historia, una historia que tiene que ver con lo que soy: negro. Por eso digo que ser del norte de Esmeraldas me dice ms que ser ecuatoriano. La historia del norte es la historia de mi pueblo, pero la historia del Ecuador es la historia de los otros, de los antagnicos. La cultura de los pueblos negros se debilita sin sus territorios, se agota hasta morir. Soy una persona del monte, me considero montaras todava. Para m la cultura no tiene sentido sin el territorio donde recrearla y donde mantenerla viva. Para el pueblo negro y desde todo ngulo, todo est referido a la tierra, al territorio, a los manglares, al agua. No se puede entender la pertenencia sin esa matriz que es el territorio. No se me ha ocurrido hasta ahora armar una propuesta poltica sin que haya el territorio como concepto primario, me parece casi imposible. Para el mundo del que vengo y en el que trabajo nada se podra construir sin el territorio. Cuando yo estoy fuera de ese soporte que es el territorio soy dbil y la propuesta es dbil. Para m el territorio es la fuerza vital de la propuesta y de la construccin poltica social o cultural de los pueblos, sin la fuerza que da el sentido de pertenencia a un territorio siento que estoy fuera del mundo. Por eso para m trabajar en el espacio urba-
un terreno, no se puede hablar de territorios sin que se hable de la pertenencia de ese territorio a una cultura que lo constituye y lo anima. Sin el concepto de territorio la cultura ya no tiene el secreto, porque son tierras peladas, sin vida y sobre todo sin magia.
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no es difcil, veo que hay el desafo, porque lo que yo veo all no tiene magia ni secretos, como dicen los ancestros: cuando no hay territorio no hay enjundia, no hay races .
La idea de pertenencia o de auto-adscripcin a una identidad cultural va a estar presente en todos los relatos de Juan Garca, pero esta auto-adscripcin y pertenencia estn permanentemente relacionadas con el territorio; de all que resulta la matriz como smbolo de la reproduccin de donde proviene su existencia. Cada vez que l habla del universo natural siempre se va a referir de manera metafrica. En este caso matriz , es la razn de ser, el origen y el lugar donde se desarrolla la vida. El lenguaje, los cdigos y el sentido que le pone a cada palabra, expresan un conocimiento y pensamiento que responde a una identidad cultural compartida. 2.6 Guardin de la tradicin y la memoria
Crear, recrear y volver a crear, es una facultad que los guardianes de la tradicin recibieron de los ancestros, para no perder los referentes comunes que heredamos de la nacin africana que dejamos atrs .37
37 Juan Garca, Cuentos de la Creacin, Comarca Territorial del Norte de Esmeraldas, 2001.
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Partimos de la pregunta: Qu viene guardando , desde cundo, para qu y cmo lo ha venido haciendo? A travs de su inclinacin por la lectura, adquirida por su padre adoptivo, Juan Garca inicia sus primeros pasos en la produccin intelectual. Su inters hacia la lectura y escritura est orientado hacia la cultura afro ecuatoriana, desde sus races a finales del siglo XIX, con la aparicin del movimiento de la Negritud. Juan Garca se refiere a este movimiento como: Un movimiento literario, que hizo volver la vista de los poetas negros hacia su antes despreciado origen africano, tuvo su origen en Pars, en el ao 1934 cuando algunos estudiantes negros de las colonias francesas, bajo la influencia de un movimiento artstico europeo que utilizaba elementos africanos en la plstica y en la msica, se dieron cuenta del valor de su propia cultura y decidieron rechazar los modelos literarios europeos que haban aprendido en las escuelas y se declararon partidarios de seguir modelos ms autnticos para ellos relacionados con su herencia ancestral. Este movimiento literario conocido ms tarde como Negritud , marc el
Durante ms de 20 aos Juan Garca viene viajando, conociendo, descubriendo, redescubriendo, inventando y reinventando historias, mitos, leyendas, cuentos y dems relatos que los mayores le han legado durante esas largas jornadas de plticas y dilogos. En ese ejercicio ha logrado desarrollar ciertas destrezas como el arte de escuchar, pero junto a esta destreza, tambin ha logrado desarrollar la habilidad de guardar esas historias.
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Ser guardin de la memoria ha implicado dedicarse gran parte de su vida de adulto a investigar, estudiar, recopilar y coleccionar material referido a su pueblo.39 Miles de horas de testimonios orales de los mayores lderes y miembros de las comunidades negras de Esmeraldas y del Valle del Chota, fotografas, cuentos, leyendas, mitos y juegos reflejan su deseo de revitalizar y guardar la tradicin. Otra manera de llevar a cabo su trabajo como guardin de la memoria se encuentra en los libros que el mismo ha publicado, dedicados a la literatura y concretamente a la poesa.
comienzo de una nueva etapa para los poetas de origen africano especialmente para los nacidos en las colonias americanas. La palabra Negritud procede de AIME CESAIRE, uno de los ms grandes expositores de este movimiento, y aparece por primera vez en su obra Cahier dn retour au pas natal , escrito en 1938.38
Por ejemplo en la introduccin de La Poesa Negrista, publicada en 1982, Juan Garca invita al lector a sumergirse en la historia de los primeros negros en el Ecuador, desde
38 Juan Garca, La poesia negrista en el Ecuador, Coleccin Pambil, Quito, Centro de Investigacin y Cultura del Banco Central del Ecuador, 1982. 39 Dicho material ahora forma parte del Fondo Documental Afro Andino de la Universidad Andina Simn Bolvar.
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el perodo colonial al perodo post-colonial. Relata como se abre paso a las primeras obras literarias sobre la negritud , entonces presenta los antecedentes de la poesa negrista: A pesar de la terrible opresin que significaba el proceso de la esclavitud para la cultura de los sometidos, son muchas las manifestaciones culturales de origen ancestral que quedaron vivas entre los descendientes directos de los esclavos. Una de ellas es la poesa oral, hecho muy caracterstico entre las culturas africanas, se ha conservado de una forma muy particular entre los grupos negros que habitan en la regin de Esmeraldas, especialmente en la costa norte donde se le ha dado el nombre espaol de Dcima.40
As, en esta obra, Juan Garca presenta toda una coleccin de dcimas que pacientemente ha ido recopilando durante toda su juventud y madurez. Estas recopilaciones son el producto de las conversaciones y entrevistas logradas con los ancianos, cuya memoria ha permitido que hoy contemos con este y otros materiales.41 En la Poesa Negrista en el Ecuador, Juan Garca (re)cuenta las dcimas de ancianos o mayores, que hablan sobre lo divino , lo fantstico , lo humano , dcimas amorosas y descriptivas. A travs de este material se puede
40 Dcima criolla, sincrtica , es una composicin de cuatro estrofas (dcimas) precedidas por una redondibla que es la sntesis de los ltimos versos de las cuatro dcimas siguientes y donde ni la mtrica ni la rima son importantes. Op cit., p.14. 41 Ibd., Fondo documental Afro Andino.
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conocer el pensar y el sentir del pueblo afroecuatoriano de la dcada de los ochenta. Segn lo explica l, las dcimas a lo humano son relatos referidos a la vida de los pueblos negros de la costa. Es a travs de estas expresiones que el poeta solidario y comprometido con las vivencias colectivas se hace presente. En cuanto sucede algo llamativo en el pueblo, se convierte en noticia, e inmediatamente se llama al decimero para que registre el hecho en forma de dcima. El decimero viene a ser adems de poeta, un lder poltico, y tambin el medio de informacin y comunicacin a travs del cual el pueblo se mantiene al tanto de los acontecimientos y eventos importantes. La muerte y los temas religiosos eran los tpicos ms frecuentes que tocaba el decimero para entretener al pueblo. Pero como podemos ver en la dcima presentada a continuacin, el entretenimiento tambin tiene funcin educativa, de guardar y transmitir la memoria que en el mundo actual est en peligro de desaparecer. El triste fin de calacho42 Compre su dcima, amigo paque se delite un rato y conocer la historia del triste fin de Calacho
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Le cuento que este muchacho en una gran funcin atrac contra su vida sin ninguna compasin. Capricho del corazn y turbado del sentido, un hombre prenderse vivo es la peor terquedad. Para que se entere ms, compre su dcima, amigo. Ni los parientes mi amigo gustaron que se prendiera. El mismo se disfraz y se puso el nombre Candela . Escuche mi linda escena en la ciudad de Tumaco, que en este tan corto rato me sobra la voluntad: que me vengan a escuch y se deleiten un rato.43 En esta forma Calacho se puso nombre Candela que cuando quiso apag ya no apago la candela.
43 Cabe anotar que estas dcimas pasaron por un proceso metodolgico realizado por Juan Garca, las mismas que eran relatadas oralmente, grabadas y luego transcritas textualmente respetando modismos, palabras inventadas y deformadas, tratando en lo posible de presentar tal cual los decimeros lo expresaban.
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Corriendo que daba pena, turbado de la memoria, el alma vol en gloria en ese mesmo momento quen todo el departamento reconocieron la historia. Se extendi la novedad en todito el continente que Calacho se muri fue por causa de la muerte que por no salir al frente con su negro garabato trastorn apobre muchacho ra que la gente viera el triste fin de Calacho. Esta, como otras dcimas hablan de la muerte, siendo ste, como ya se ha dicho, un tema recurrente tanto en la primera como en la segunda obra. En las dos producciones Juan Garca es la voz que nos hace escuchar la voz de los decimeros y recuenta de manera escrita aquello que fuera narrado oralmente por un anciano que gustaba de las dcimas y haca gala de una extraordinaria memoria, de all justamente el nombre de memoria oral. La reciente publicacin Cuentos de la Creacin,44 denominada as por la similitud que presenta la cosmovisin de las comunidades
44 Juan Garca, Cuentos de la Creacin, Comarca Territorial del Norte de Esmeraldas, CODEMPEPRODEPINE, 2001.
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rurales de la Gran Comarca Territorial del Norte de Esmeraldas con algunos cuentos cosmognicos pertenecientes a ciertas regiones de frica, tambin demuestra su labor de ser guardin de la memoria . Como anota en introduccin: Para los guardianes de la tradicin estos cuentos no tienen secretos son slo eso, cuentos de los mayores, de los que nos precedieron, por eso la explicacin ms simple de su origen y razn de ser, est en los mandatos ancestrales que ordenan el respeto y la obediencia a la tradicin cultural.45
El oficio de guardar la historia oral de los pueblos afro descendientes no implica nicamente conservarla o preservarla, sino que adems debe asumir el libre compromiso de recontarla y de reescribirla. Cuentos de la Creacin tiene ese objetivo. nicamente a travs de este mecanismo es que se asegura que la tradicin contine viva y siga vigente de generacin en generacin. 45 Ibd., p.11.
Aqu es donde justamente radica el hecho de que Juan Garca sea denominado como guardin de la tradicin y de la memoria, pues es la figura que ms ha respetado, obedecido, guardado y revitalizado lo que sus mayores le han sabido contar, recontar y transmitir. Ahora l espera que las nuevas generaciones sigan su ejemplo, y continen con la tarea de guardar la tradicin.
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Devolver la vida a la tradicin y a la historia oral, es hacernos escuchar la voz y alma a todo lo que se mueve, ladra, vuela, silba y representa vida en la naturaleza. As, Juan Garca a travs de los cuentos relatados por los mayores hace hablar al perro, al alacrn, al conejo, a la lenguada, la zorra, el sapo, al gallinazo, al puerco y a los seres mticos, que como el Pinde, asumen actitudes y responsabilidades como los seres humanos frente a la vida y a la muerte. As, Juan Garca a travs de uno de sus cuentos, que describimos a continuacin, nos introduce en ese mundo mgico, mtico lleno de representaciones simblicas, hace que nos traslademos en el universo afro y que experimentemos la muerte y la vida a la vez: Nacer para morir Parece que en el tiempo de antes, la ley era que se mora para revivir, o sea, que el que por alguna cosa se mora, despus de un tiempo reviva otra vez. Pero como al principio Nuestro Seor andaba acomodando las cosas de este mundo, l quera tambin saber como sera mejor dejar las cosas de la muerte. Para eso andaba caminando y preguntando a los animales, que sera lo ms conveniente para el mundo: si dejar que la gente naciera para morir , o dejar que la gente muriera para revivir .
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Mientras andaba pensando, Nuestro Seor se fue a la orilla para tomar agua, y all se encontr con el Pinde que estaba subido en una rama meneando la cabeza de un lado para otro, con ganas de pasarse al otro lado del ro. Entonces, Nuestro Seor le dijo: Pande! T que eres animal de la tierra, y que tienes la virtud de caminar por encima del agua sin hundirte, dime que crees que sera lo mejor para este mundo y para todas las criaturas que all viven, Dejar que uno muera para revivir, o dejar que uno muera para nunca ms revivir?
Pinde Tu ests seguro que as como t dices, sera mejor dejar las cosas de la muerte?
Entonces el Pinde se qued oyendo y meneando la cabeza de un lado para otro, subindola y bajndola y capeando los ojos, Y luego le contesto: Hummmmmm Yo creo que lo mejor para este mundo sera que el que se muera una vez ya no reviva nunca ms en esta vida.
-S nuestro Seor. Es mejor que el que muere ya no reviva ms. Nacer para morir , esa tiene que ser la ley para el que tiene la vida.
-Pinde, pinsalo bien! Ests seguro que as quieres que sean las cosas? Despus no se podr pedir que esas cosas cambien. -No, Nuestro Seor. Deje noms que sea morir para nunca ms revivir . Porque eso de andar muriendo y despus reviviendo otra vez
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es mucha pendejada.
-Bueno pues, Pinde, si as t lo quieres, as tendr que dejar las cosas. T llevars esa carga.
-Pero como el Pinde tena toda su familia viva y no conoca lo que es el dolor de tener un muerto, resulta que a los pocos das que Nuestro Seor dej esta ley, al Pinde se le muri la mam. Cuando le lleg la noticia enseguida sali para donde viva la mam Despus de que la vio muerta ah tendida sobre una mesa, la gente lloraba y gritaba de la pena.
-Enseguida Nuestro Seor mand regar la noticia por todo el mundo: desde ese momento en adelante la ley sera morir para nunca ms revivir.
-Como nuestro Seor siempre respetaba la primera palabra, as como lo haba dicho el Pinde, as quedaron las cosas.
Cuando el Pinde vio que todo el mundo gritaba y se lamentaba por el dolor de la muerte, peg la carrera pa adonde viva nuestro Seor y cuando lleg peg el grito: -Ay Nuestro Seor, esto de la muerte de una madre es cosa muy dura, mejor sera que la gente muera y despus reviva otra vez.
Nuestro seor dej ese rato botados los oficios que estaba haciendo, y se acerc al pinde que
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-Pinde. Yo te pregunt cmo queras que quedaran las cosas de la muerte, y t me dijiste que lo mejor era morir para nunca ms revivir , Ya no se puede cambiar la palabra. -No, Pinde. Lo que qued as, quedar as y ya no se puede cambiar nunca ms en la vida: todos tenemos que morir algn da . -El pobre Pande tuvo que pasar su dolor y enterrar no ms a su mam, porque ya no hubo componte para esto de la muerte. -Aaaaayyyy, Nuestro Seor, que sta sea la ltima vez de morir para revivir.
-Desde ah qued esto de la muerte, que es morir para nunca revivir. Pero todo fue culpa del pinde, por hablar de lo que l no haba sentido. Por eso l ahora es un animal que no tiene paz con nadie y desde ese da qued as. Siempre anda como asustado, porque lo que hizo fue bastante malo para todas las criaturas de este mundo. Tambin es por eso que el pande casi no sale de las orillas de los ros y se pasa todito el da aguaitando de un lado para otro. Cuando va a alguien l sale a la carrera como loco; y si es de pasarse de un lado a otro de un ro por encima del agua, l lo hace con semejante carrera que lleva. Pero todo esto que l hace es por el miedo que le tiene a los cristianos; parece que tiene miedo que le hagan alguhttp://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
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na cosa. Dicen que tambin l anda as a la carrera porque no quiere que la muerte lo alcance. De todas maneras, cuando ya le toca su hora de morir, el pande se muere no ms. E incluso cuando est bien criado, alguna gente hasta se lo come por remedio .46 Este cuento cosmognico presenta dos situaciones: morir para nunca ms revivir y morir para revivir , el mito radica en que Pinde fue el culpable de que no se cumpliera la ltima ley y es por esa razn que los seres humanos ahora debemos enfrentar a nuestra propia muerte y sufrir la muerte de los que ms queremos.
Sealemos slo dos rasgos simblicos que parecen definitivos para la reflexin:
La presencia de un ser supremo: Nuestro Seor: como el creador, que sin embargo no se ve tan supremo ni absoluto, pues necesita de otra voz que tome la ltima decisin. Es por esto que recurre al Pinde. As el ser supremo se convierte en una especie de pilatos para no ser o parecer tan castigador.
El Pinde es un smbolo que representa culpabilidad, error, egosmo, egocentrismo; para el pueblo afro ecua-
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Podemos concluir este captulo diciendo que, si la identidad cultural representa una estrategia eficaz para procesos reivindicativos de resistencia e insurgencia, pues en la vida de Juan Garca esta construccin se hace presente a temprana edad. Talvez al comienzo no asoma de manera manifiesta como lo sugiere Baud,47 sin embargo sus sntomas empiezan a hacerse sentir sutilmente y se expresan de manera latente cuando siente la necesidad de recuperar el sitio de su pertenencia, sus referentes comunes, es all donde se plantea seriamente por primera vez: quin soy: mulato, negro, blanco, afro-esmeraldeo, afro-ecuatoriano...? Ninguna de estas identidades surgieron como respuesta, l prefiere auto-denominarse como: trabajador de la cultura , guardin de la tradicin , surge entonces una nueva pregunta: trabajador de qu cultura y de qu tradicin? Y todo eso por qu? Porque para Juan Garca la identidad cultural no pasa por asumirse biolgicamente o siguiendo patrones tnicos esencialistas, prefiere recurrir a estrategias polticas de auto-identificacin que van cambiando y alternndose
toriano tambin representa lo antagnico, la modernidad, y las consecuencias que trae consigo su presencia: enfermedad, muerte, extincin.
47 Op cit., p.22.
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como una bisagra que se abre y se cierra al ritmo de las circunstancias socio-culturales.
Su lucha haba iniciado, el reconocimiento de su pertenencia identitaria era ahora su mejor estrategia y con ella se aprestaba a continuar el camino que sus ancestros le haban encargado.
El regreso a casa, a sus ancestros ese era su lugar de pertenencia, la casa de la madre y de la abuela: negras, afro-descendientes. Su comunidad, donde le estn esperando los ancianos, los mayores, para contarle la historia de sus orgenes. La historia que le contaron en la ciudad cuando era pequeo no era su historia, tampoco eran sus lenguas e idiomas, las que haba aprendido con tanta rapidez en su niez. Ahora le tocaba (des)aprenderse todo aquello e iniciar un nuevo ciclo de (re)aprendizaje de lo que a partir de ese da era su verdadero descubrimiento, haba descubierto su identidad cultural, ahora era parte de la comunidad negra.
Veamos como en el siguiente captulo ese camino lo recorre con una nueva representacin: la de obrero del proceso .
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Tercer Captulo
Soy obrero del proceso de las comunidades negras del Ecuador En el primer captulo contextualizamos de manera general la etnicidad y la identidad cultural como estrategias de lucha poltica. Veamos tambin el rol que juega el testimonio en este escenario, sus representaciones mediante el lenguaje y el discurso. Finalmente analizamos la importancia que tiene el territorio y su relacin con la identidad y la cultura.
En este tercer y ltimo captulo pondremos en escena a Juan Garca desde un escenario poltico, con el propsito de conocer cul es su pensamiento, su discurso y como stos influyen en la construccin identitaria del proceso de comunidades negras del Ecuador.
En el segundo captulo pusimos a hablar a Juan Garca en sus diversas representaciones: como constructor de identidades, trabajador de la cultura y guardin de la tradicin.
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Partimos de las siguientes preguntas: Por qu obrero del proceso, desde cundo se involucra en la accin poltica a favor de la comunidad afroecuatoriana? En qu estrategias polticas se sustenta su discurso y cmo influye en la construccin identitaria del emergente movimiento afroecuatoriano? Cules son las tensiones y conflictos que le ha tocado enfrentar en este proceso? Adems de contar y recontar cuentos y tradiciones, Juan Garca ha tenido un papel protagnico en la formacin y construccin poltica del proceso de comunidades negras del Ecuador. Veremos esta vez un Juan Garca obrero del proceso , poltico, lder, generador de pensamiento, promotor de conocimiento, y constructor de discursos, como la voz de insurgencia, como dice Patricio Guerrero; una mezcla de guerrillero de la palabra con cimarrn del pensamiento. Sin dejar de escuchar y obedecer a sus ancestros y sin descuidar su papel de puente entre los que le ensean y aquellos a los que tiene que ensear, l revive los smbolos y cdigos originarios de su pueblo, los reconfigura, los dota de sentido poltico y los coloca en lenguaje comn, de tal manera que lo entiendan propios y antagnicos. La gente tambin dice que me dedico a pensar, si es verdad que me dedico a pensar, pero entendiendo el pensar como una accin de entender y replantear lo que dicen los mayores para devolverles a las nuevas generaciones, hago esto porque
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creo que ese es mi rol y mi papel generacional. Yo soy bsicamente un hombre del monte, sigo siendo un trabajador del campo, sigo teniendo una casita en Limones, aoro vivir all, no me gusta vivir en la ciudad. Yo soy un trabajador de la cultura eso s; los hermanos del proceso me definen como alguien que mantiene la memoria, yo me defino como un obrero del proceso casi como una hormiga en mi forma de aportar y en la relacin con el todo de los que forman el proceso
Cuando se le pregunta por qu obrero del proceso, y no lder poltico afro ecuatoriano, Juan Garca respira profundamente y como si le hubieren preguntado a qu partido poltico pertenece?, contesta: Yo no he querido ser dirigente, nunca he tenido un puesto de mando en ninguna organizacin, ni presidente ni tesorero, entonces empec a marcar una lnea en mi manera de trabajar para los procesos, no he sido dirigente: soy posesionario de un pedazo de tierra ancestral en una comunidad, tengo mi ttulo de propiedad y mi reconocimiento comunitario, que es territorio ancestral de la comunidad, pero no he usado mi derecho de pertenencia para ser socio de una cooperativa, asociacin o miembro de una comunidad u organizacin. Nunca fui miembro de una organizacin de ningn nivel. Todo esto que hago, lo hago por voluntad y por ensear que se debera trabajar por algo que est ms all de los cargos y las
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representaciones. Somos muy pocos los que hemos asumido esta tarea de trabajar como obreros del proceso. Los dems optan por ser dirigentes porque creen que por all va la cosa y yo entiendo que esta decisin es parte del proceso. En lo personal creo que ser obrero desnuda al lder del poder de ser dirigente y lo enfrenta al desafo de construir liderazgo puro. Siempre quise ser alguien que sugiere, que propone, que no tiene que defender la organizacin, que bien puede ser de Colombia, de Venezuela, porque el proceso de los negros es de todas partes. Estoy en el proceso universal y no en la particularidad de la organizacin local, entonces esa fue la razn de quedarme as, en ese nivel de ser un obrero del proceso.
Su participacin va ms all que un afianzamiento poltico y menos an econmico. Decide autodefinirse esta vez como obrero del proceso. Afirma, adems, que su http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
En su relato expresa que sus aspiraciones estn lejos de asumir niveles de liderazgo que lo etiqueten como dirigente, adems su preocupacin aumenta cuando tiene que aclarar que no persigue posicin econmica alguna.
Juan Garca gasta toda su energa y busca suficiente argumentacin para aclarar que no es un poltico y que sobre todo no persigue una representacin organizativopoltica dentro del movimiento, pero que su trabajo y lucha tiene un profundo sentido poltico.
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misin es ensear , surge entonces una nueva representacin, la voz del maestro.
Haciendo una reflexin desde los estudios de la subalternidad surge la pregunta: dnde termina su condicin de subalterno y dnde comienza su papel de intelectual orgnico? Quiz su accionar sea el resultado de la fusin de las dos posiciones. Sea como fuere el caso es que Juan Garca quiere que se le identifique como la voz de los ancestros, guardin de la tradicin y la memoria.
Juan Garca no inventa nada, los trminos, cdigos y smbolos ya existen, han existido siempre porque es la herencia dejada por los ancestros, su papel es reinventar, recrear, revalorizar y revitalizarlos. Siempre trato de apalencarme en lo mo, como dicen los viejos, de pegarme a lo propio a lo que es de adentro. Eso tiene para m mucha fuerza, mucho smbolo para ilustrar lo que trato de decir. No es que crea que la gente es ignorante total de lo que digo, pero muchos ignoran la forma como lo digo, porque eso pertenece al pueblo negro. Las palabras que uso, los smbolos que recreo, pertenecen a mi pueblo. Pero cuando hago esto no es por querer ser montaras o totalmente inocente, lo que trato es de quedarme en el uso de la tradicin y si es casa adentro en la transmisin de la palabra ancestral.
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El palenque y la comarca son smbolos de resistencia e insurgencia que han sido acuados por Juan Garca y sus dems hermanos afro ecuatorianos. Smbolos que se manifiestan en el discurso y en la prctica poltica. El Palenque, como estrategia es la institucin socio-poltica y cultural, conformada por un conjunto de comunidades afro ecuatorianas, que poseen un territorio colectivo, regidas internamente por sus sistemas ancestrales de derecho, valores y prcticas sociales, culturales, espirituales, administrativas y polticas.48
Estas ancestrales figuras socio-poltico-culturales tienen principalmente su centro en el territorio, de all que para Juan Garca el territorio es el eje central de la vida de los afro ecuatorianos. Es aqu justamente que se abre paso un Juan Garca, poltico, militante, comprometido con su pueblo e incluso dispuesto a dar la vida, cuando esa matriz su territorio
La gran comarca es un modelo de organizacin territorial, poltica, tnico-comunitaria, formada por los palenques locales y otras organizaciones del Pueblo afro ecuatoriano, su base radica en la tenencia de la tierra, la organizacin administrativa, el manejo ancestral de los territorios y el uso de los recursos naturales.49
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ha sido amenazada. Esto se evidenci cuando tuvieron que enfrentar un conflicto con una compaa minera, a la que el Gobierno Nacional, sin consultar a las comunidades, e inconstitucionalmente, concesion ms de 40.000 has., poniendo en riesgo la vida de cientos de familias afro ecuatorianas y de la Nacionalidad Chachi, quienes viven ancestralmente junto al ro Cayapas. En esta oportunidad, Juan Garca tuvo que liderar un movimiento de resistencia, denominado Cruzada por la vida de las comunidades chachis y negras en contra de la minera STIC .
En este acto de rebelda Juan hizo gala de otra de sus habilidades, la oratoria, y con gran destreza puso en evidencia un lenguaje cargado de significaciones, sentidos y representaciones simblicas. Su discurso se centr en una reflexin en torno al agua, su importancia y significacin para el pueblo afro ecuatoriano, el milagro del agua: Cuando se hizo la Constitucin de la Repblica del Ecuador, las comunidades negras y chachis no estuvimos ausentes de la lucha, estuvimos all. La Constitucin refleja muy poco de lo que chachis y negros queramos que refleje para la zona norte de Esmeraldas. Sabemos que existe el Art. 84: El Estado reconocer a los pueblos indgenas, de conformidad con esta Constitucin y la ley, el respeto al orden pblico y a los derechos humanos, los siguientes derechos colectivos:... Ser consultados sobre planes y programas de prospeccin y explota-
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Sabemos que no se nos consult, sabemos que la autorizacin debe venir de una autoridad competente y digna y eso no se hizo. Yo recuerdo una vez conversando con un anciano en su canoa, cerca de la comunidad de Maldonado sobre ese gran puente que han hecho all, es una cosa impresionante, le coment: pap, lleg la modernidad con semejante puente, y el abuelo viendo eso deca: esa cosa no es para nosotros, no lo han hecho para nosotros, lo hacen justamente para gente que no es de nosotros.
cin de recursos no renovables que se hallen en sus tierras y que puedan afectarlos ambiental o culturalmente: participar en los beneficios que esos proyectos reporten, en cuanto sea posible y recibir indemnizaciones por los perjuicios socio-ambientales que les causen...
No es que la gente negra no conozcamos un grifo de agua, pues conocemos, hay en Limones, en Esmeraldas, pero el milagro de un grifo de agua y ver que el agua cae, solamente se mide cuando uno vive en las comunidades donde no hay grifos de agua, ese es el milagro que est pasando en estos momentos, la unidad chachi-negros que se haba resquebrajado se ha vuelto a unir, se debe al milagro el agua, no hay grifos para abrir, todo el mundo baja al ro para baarse, el agua es para cocinar, para baar a los nios, para lavar la ropa, el agua es para todo, el agua http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
Una vez vea yo un hombre mayor en una ciudad como Quito, abriendo la llave de agua, de un lugar donde estaban reunidos y mirando atentamente el agua caer, yo le deca, qu es lo que tanto ve abuelo?...esto es como un milagro deca el abuelo.
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El Estado sabe que hay harta plata en manos de indios y negros y eso es porque estn acelerando el proceso de sacar a la gente de estas comunidades y por eso es que van a envenenar el agua porque saben que sin agua no podemos vivir y si no podemos vivir, las tierras sern ms fciles de allanacin. Hermanos y hermanas estamos en pie de lucha, no vamos a ceder y cuando nos han dicho que estamos en bronca, decimos que no estamos en bronca, estamos en la defensa de nuestro ltimo patrimonio que es la tierra, el ltimo que nos queda, si lo perdemos, si nos sacan de all, a dnde vamos a ir?, dnde vamos a vivir? La defensa de nuestro ltimo patrimonio que es la dignidad es por la que debemos luchar. No importa si seguimos viviendo pobres, no importa si tenemos que caminar horas y horas para llegar a la civilizacin; no importa si no tenemos televisin, Internet, no importa, pero la dignidad es lo ltimo que nos queda, y es lo que nuestros mayores nos han dicho que guardemos con el mayor respeto, la dignidad.50
es la vida, y es el agua la que se va a afectar, all est el milagro de la unidad, de esta comunidad chachinegra en el milagro del agua. El grifo puede ser de una persona, el ro es de todos.
50 Discurso de Juan Garca el 26 de febrero del 2002 en la Cruzada por la vida en contra de la violencia social, cultural y ambiental en el norte de Esmeraldas , realizada en la Universidad Andina Simn Bolvar, Quito.
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3.2 Soando y construyendo derechos colectivos Soy resistente a liderar y a estar adelante en los procesos, yo soy resistente a los liderazgos, llamados, peleados, disputados, yo nunca peleo liderazgos, listados. Tengo esa carga, yo desde pequeo he tenido esa dificultad de lidiar con las designaciones, yo no soy un lder nato, yo lo que s s, es que hago cosas, por naturaleza, que tengo etapas de actividad, yo conozco cada proceso, en algunos, escucho y espero el momento preciso para decir las cosas. De tal manera que la discusin cambie de rumbo, atrs de eso no hay una utilidad personal, pues lo que hago y lo que digo est siempre diluido en el discurso colectivo. El yo no tiene vida en los proceso de construccin.
A pesar de que Juan Garca insiste, en casi todos los dilogos, en que prefiere no ser etiquetado como lder poltico, sus actuaciones ltimamente han sido de militancia y han estado dirigidas hacia la construccin del emergente movimiento negro o afroecuatoriano .51 En una serie de agotadoras jornadas particip activamente, facilitando y sistematizando los resultados de las distintas mesas de discusin para elevar a documento definitivo, la propuesta de ley de los Derechos colectivos del pueblo negro o afro ecuatoriano. 51 Aunque en los captulos anteriores hablbamos ms del proceso de comunidades negras en este captulo alternaremos con emergente movimiento afroecuatoriano o negro .
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Uno de los productos generados en gran medida por Juan Garca digo en gran medida porque fue una de las personas que ms aport en la preparacin, correccin e ilustracin es el documento Derechos Colectivos de los pueblos Afro ecuatorianos . Esta cartilla fue elaborada a partir de un borrador producido con apoyo del Comit Andino de Servicios y por un conjunto de organizaciones que integran el Consejo de Palenques: Frente Artesanal Afro de Recolectores de Productos Bioacuticos del Manglar E.A (FEDARPROBIM). Federacin de Comunidades Negras del Alto San Lorenzo (FECONA S.L.) Palenque Humerales. Unin de Organizaciones Negras del Norte de Esmeraldas (UONNE) Comuna Ro Santiago-Cayapas (CRSC) Frente Cultural Afro.
En dicho documento se puede encontrar de manera dinmica y pedaggica el proyecto poltico de los pueblos afro ecuatorianos orientado hacia el reconocimiento jurdico, poltico y social de la Gran Comarca Territorial Afro Ecuatoriana.52 Este documento fue concebido como un ins52 Ver: Derechos colectivos de los pueblos afroecautorianos, Internacional en el Ecuador, 2000. financiado por CARE
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trumento informativo suficientemente claro para que pueda ser conocido, reconocido y promovido tanto al interior como al exterior de las comunidades negras: Los hijos y las hijas del pueblo negro tenemos que saber que la Constitucin Poltica de la Repblica del Ecuador, por s sola no es suficiente para lograr los distintos espacios que nuestro pueblo requiere para una justa y adecuada participacin. Pero ahora conocemos los caminos y sabemos que los espacios estn claramente anunciados y sugeridos; ahora depende de nosotros que los Derechos Colectivos que aqu se nos reconocen pueden convertirse en instrumentos para la participacin de nuestras comunidades, palenques territoriales y organizaciones.53
Esta Propuesta de Ley ha pasado por una serie de momentos consultivos. Justamente en esas circunstancias, es que tuvimos la oportunidad de presenciar, en calidad no de observadora sino de aprendedora , acompaando a Juan Garca en algunas mesas de concertacin que se prepararon para discutir y decidir sobre la mencionada propuesta de Ley. Al respecto, Juan Garca opina: Las mesas de concertacin son espacios regionales de trabajo para discutir un grupo de documentos que
53 Op cit., p. 5
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apuntan a pulir una propuesta de Ley para los Derechos Colectivos y para las Circunscripciones Territoriales de los Pueblos Negros del Ecuador, a partir del mandato constitucional .54
Dichas jornadas de discusin se realizaron a nivel regional y nacional: Primera mesa. Valle del Chota del 2 al 3 de febrero del 2002. Segunda mesa: Esmeraldas del 9 al 10 de marzo del 20002. Cuarta mesa nacional: Quito 20 y 21 de abril del 2002. En todas las mesas se partan de la siguiente accin: Tercera mesa Guayaquil el 23 y 24 de marzo.
Dibujar el sueo que nos permitiera mostrar y poder ver el como nos gustara que fueran los procesos para la participacin, poltica, econmica y social de nuestras comunidades en el Estado. Por lo tanto este documento quiere ser una propuesta bsica y elemental de lo que es el sueo de la participacin de las comunidades negras, si no tuviramos que ajustarnos siempre a lo que nos manda la Constitucin y las leyes.55
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La idea principal sobre estas reuniones o talleres era bsicamente discutir entre los representantes de las distintas organizaciones y comunidades negras del Ecuador la propuesta de Ley, de tal manera que saliera un resultado compartido y consultado a nivel nacional. En dichas mesas se ponan en evidencia esos sueos , deseos y realidades que demandan las comunidades negras del Ecuador, recalcando y ponderando la diversidad cultural que las caracteriza. En ese sentido el documento deba responder a especificidades histricas, socio-culturales, ambientales de cada una de ellas, es decir los afroecuatorianos de la costa, sierra, de la ciudad y del campo. En cada mesa, por lo menos en las que pudimos constatar personalmente, Juan Garca intervena explicando el sentido de la reunin, lo haca de manera clara y comprensiva a los participantes. El lenguaje que usaba, las palabras que empleaba, la actitud que asuma y la seguridad con la que expresaba su posicin eran los dispositivos estratgicos que garantizaban el xito de aquellos encuentros. La estrategia discursiva empleada por Juan haba surtido efecto: en los rostros de los participantes se perciba la esperanza de que su sueo llegue a hacerse realidad. 3.3 (De)construyendo conocimientos y saberes Alguna vez cuando se me ha preguntado si soy un escritor, si escribo libros, digo que no; digo que
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asumo o retomo, o me hago cargo de usar la palabra para hacerla ms grande, ms clara, ms entendible, para transmitirla, esa es una vocacin que Dios me ha dado. Poder hablar con la gente, recibir sus ideas colectivas, sus pensamientos comunes, meter todas esas palabras en mi cabeza y soltarlas luego. Pero cuidando siempre que al devolverlas a la comunidad, devolverla lo ms cerca del mandato ancestral, no puedo decodificarla, no puedo sacarla del contesto colectivo, no puedo hacerlas personales. Pero todo esto tiene doble va, pues muchas veces cuando trabajo con la gente, sugiero cosas, aprendidas de ellos mismos y entonces la gente se apropia de ellas, luego las suelta otra vez, como recicladas y puestas en la tierra; entonces esto de producir ideas, imgenes y palabras se hace como un proceso de reciclaje de tres o cuatro tiempos; todo esto es lo que llamamos proceso. Para escribir uso las imgenes de los ancianos, y las hago la voz de los ancestros y luego la palabra es de todos, porque para todos manda. S que si me refiero a cosas del ancestro para nuestra gente esto est muy claro.
Notamos, sin embargo, que no es una voz en minscula sino en mayscula, suficientemente grande y sonora como para ser escuchada desde la alteridad. http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
Aqu una vez ms estamos frente a la voz que habla por pero tambin desde la voz de los ancestros cuando Juan Garca afirma: Me hago cargo de usar la palabra de los ancestros para hacerla ms grande, ms clara, ms entendible, para transmitirla
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Eso nos hace recordar la referencia que hace Alemn sobre el buen hablador: El buen hablador se hace, no nace. Pese a que necesita una aptitud innata, sus destrezas se alimentan, se enriquecen por la va de la observacin y de la asimilacin de los requerimientos de una representacin. Su realizacin como ejecutante no depende
Estamos ante una nueva representacin la de (de)constructor de significados y sentidos. Y en esto no tiene que hacer ningn esfuerzo, a las palabras, a pesar que le salen solas y fciles, sin embargo, las dota de un enorme sentido, las pone vida y sobre todo las pone en el lugar indicado, al alcance de todos, las decodifica y las vuelve sencillas. Juan Garca encuentra sentido a todo lo que escucha, y luego reenva el mensaje pero lo suficientemente procesado con las palabras y significados que l considera deben ser entendidos.
En esta parte queremos retomar algunos elementos que marcan de manera significativa la figura de Juan Garca en el proceso de comunidades negras del Ecuador. Su voz, palabra, su presencia, su imagen, su discurso estn cargados de significacin, cada vez que Juan habla, no habla por l solamente, es la voz de los ancestros, es una voz mandada y encargada por . En ese recibir el mandato, asumirlo y reenviarlo Juan Garca debe hacer un ejercicio, como el mismo lo dice, de reciclar, decodificar y reprogramar el mensaje para que sea lo suficientemente entendible por los suyos y antagnicos .
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slo de su habilidad para aprender y memorizar los hechos culturales anteriores, sino de la capacidad de manipular las estructuras para improvisar, embellecer y difundir un estilo propio .56
En su relato, cuando invoca la sensacin de sentirse tocado o bendecido por Dios, o ms bien enviado desde los ancestros, Juan Garca evidencia una dimensin espiritual, trascendente y obediente de los mandatos de Dios y de los ancestros, una especie de maestro que debe transmitir la doctrina a travs de la tradicin oral, con el propsito de lograr un efecto multiplicador, que sea capaz de reproducirse y perpetuarse, no slo en la conciencia, sino en el espritu de quienes lo escuchan; no solamente habla por y para los suyos sino tambin para sus antagnicos, ... en cualquier cultura oral, el buen hablador ejerce un rol hegemnico, central, puesto que es simultneamente un animador, un historiador, un maestro y un creador.(Alemn, 1995). 3.4 Creando pensamiento y nuevos discursos Soy producto de un proceso de aprendizaje desde lo que manda el ancestro, son cosas que no las he logrado con los estudios ni en investigaciones sino
56 Helena Alemn, Oralidad: problemas y dificultades en la investigacin de campo , en Memorias de JALLA, Tucumn, 1995.
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Yo hablo con la voz de los ancianos y ellos lo recuerdan., entonces cuando trabajo con los dirigentes yo tengo que decirles que ellos estn escuchando hablar a sus ancestros, a sus abuelos, a su pap, a sus mayores. Por eso cuando yo hablo siempre hablo en nombre del ancestro. Yo nunca he personificado lo que digo, no he tenido ni tengo propiedad, por eso no me animo a escribir, como una propuesta personal y cuando lo hago, lo hago como eco de la voz de los ancianos, aunque yo a veces interpreto la propuesta de los ancianos y lo hago porque creo que ese debe ser mi rol generacional. Yo trato de devolver el poder a los ancestros cuando me despojo de la propiedad personal. Yo creo que las personas del proceso han logrado entender que uno va perdiendo lo personal y se va convirtiendo en un ente colectivo que siempre se refiere a la memoria colectiva. Algunas veces esto puede ser doloroso, porque cuando alguien lo apropia, lo devuelve y no dice: El ancestro dice, es como si se apropiara de algo que es de todos. Yo no debo vincularme al ancestro porque todava estoy vivo, pero si creo que la gente tiene claro que lo que viene de l es como una cosa aprendida, por eso uno es como un mensajero, entonces nunca digo que es mi propia voz, siempre digo que esta es
escuchando a los ancianos. A mi mam, a mis abuelos, sobre todo a mi abuelo y tambin hace muchos aos, no s cuntos, caminando y escuchando en las comunidades la memoria oral. Yo escuch a mil ancianos de Imbabura, Carchi, Esmeraldas y Loja. Yo se que escuchar a los ancianos es escuchar la voz de los ancestros.
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la voz de los ancestros, entonces hay una impersonalidad de lo que digo, y ese no ponerme en primera ni en segunda ni en tercera persona, lo que hago es animar a las personas para que se apropien, que asuma como propio y sabe que no tiene que discutirlo conmigo, quien lo dijo o cuando se lo dijo, sino que eso es del colectivo es una clase que la gente escucha, lo asume, eso no quiere decir que no tenga grupos o personas antagnicas, dentro del proceso, eso es lo ms doloroso del trabajo, aunque se apropie, asuma lo que dice, repita lo que dice. Esto tiene que ver con liderazgo organizacional, o como yo digo: dirigencias polticas vs. liderazgos intelectuales, culturales o ancestrales. Se da en nuestra comunidad no mucho pero se da. Yo reconozco que hay algunas personas que apropian lo que es de todos, de un lado quisieran que yo diga una cosa y por otro quisieran que me apropie como una produccin personal, as yo lo estoy entendiendo y as yo no lo hago, eso hace que se capitalicen las enseanzas, pero hacen que sean colectivas y eso me interesa que si la gente la apropia, aunque la gente tambin enfrenta y descarta mentalmente algunas cosas y en ese descartar, enfrenta lo mismo.
Como en las anteriores autodefiniciones aparece una vez ms la recurrente auto adscripcin: soy mensajero y soy la voz de los ancestros. Aqu se hace ms evidente su posicionamiento y adems un desprendimiento de su personalidad intelectual, especialmente en el momento que se despoja de su yo para volverse colectivo. Este acto de desprendimiento intelectual individual , podra no ser entenhttp://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
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dido o aceptado por algunos hermanos afro ecuatorianos, sobre todo por ciertos lderes. Sin embargo stos acuan su pensamiento y conocimiento y lo (re)incorporan en sus discursos polticos, porque saben que esa es la palabra del bambero mayor.57
Su capacidad de deconstruir discursos, resignificar sentidos, cdigos lingsticos y representaciones simblicas han servido para que negros, indios, blanco-mestizos, pobres, ricos e incluso otros pueblos de este Ecuador diverso, afirmen que su sabidura no le viene de gratis , sino que es un mandato de sus hermanos afrodescendientes. Siempre estoy diluido en el discurso colectivo, o sea no hay un discurso que pueda ser llamado con el discurso de Juan, soy renuente a que se escriba sobre m, sobre mi persona, sobre lo que soy, sobre mi origen, si soy dirigente, lder, maestro, no s algo que me quieran llamar. Tampoco me opongo a que me digan maestro. Soy renuente a las principalas, tanto en trminos intelectuales, como de los productos intelectuales. Yo creo que si se va a construir un proceso de liderazgo, ese proceso debe diluirse en el colectivo, de tal manera de que el individualismo no salga hacia delante. Creo que cuando se tiene que construir algo, los liderazgos no tienen que ser individualidades.
57 Esta afirmacin es de algunos lderes que han sido entrevistados para conocer la percepcin que tienen acerca de Juan Garca.
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Conclusiones Si la colonialidad del poder, como dispositivo de dominacin, construy representaciones, fabric realidades, impuso significados, delimit imaginarios, a travs de varias estrategias, como bien lo anota Quijano, una de ellas ha sido la escritura. En el tiempo colonial la letra escrita fue usada en contra de los pueblos indgenas y negros, quienes mantenan una tradicin principalmente oral, para diferenciarles de la cultura alta y negar la posibilidad de ser considerados como intelectuales, as tambin surgen nuevos dispositivos de resistencia como el testimonio y la memoria oral para, a travs del lenguaje, la palabra y la voz de la insurgencia, poder deconstruir, decodificar y restituir las huellas dejadas por la dominacin. Este nuevo pensamiento tambin fabrica representaciones, crea conocimientos significados y sentidos de poder y hacer poltica, pero desde otra realidad, ms democrtica e igualitaria, que incluya y no excluya, que respete y reconozca las diversidades, que sea capaz de transformar horizontalmente y no verticalmente donde unos han venido dominando sobre otros. http://www.scribd.com/users/Barricadas/document_collections
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En este escenario es que emergen las voces subalternizadas de los movimientos con identidad cultural propia, en esas voces es que est representada la voz de Juan Garca, como la voz afroecuatoriana, quien ha aceptado el mandato de sus ancestros, de sus voces mayores , para seguir fielmente su encargo de hacer or y hacer cumplir su mandato. De all que su voz hecha palabra, su discurso hecho propuesta, su pensamiento hecho teora y su conocimiento hecho sabidura, representan los dispositivos contrahegemnicos sobre los que se sostiene el proyecto poltico de las comunidades negras del Ecuador. No hay frase o expresin en los documentos que forman parte de la propuesta poltica afroecuatoriana, donde no est la sabidura, los mensajes metafricos y los contenidos simblicos de Juan Garca, no en balde sus hermanos afroecuatorianos lo consideran el bambero mayor .
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Reflexiones finales
No es casual el surgimiento o etnognesis de un nuevo movimiento en el Ecuador y en el mundo. Al parecer ya se sienten temblores de que algo traern consigo los prximos aos.
Sin lugar a dudas, estamos a las puertas de experimentar un nuevo momento en la historia del Ecuador, con nuevos escenarios y actores. Hace ms de diez aos el santuario de Santo Domingo se llen de ponchos y huipalas, estamos invadidos por una fiebre indiomanaca afirmaban asombrados negros y blanco-mestizos.
Estos son entre otros los sntomas de que algo pasa o pasar en el mundo, a favor o en contra de los pueblos negros del mundo.
No significa que con esto la discriminacin y la segregacin racial desaparecern, al contrario, podra movilizar y exacerbar aun ms sentimientos neo-racistas. Si lo vemos positivamente, esto puede resultar bueno en la
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Este trabajo busca que reconozcamos que el pueblo afro ecuatoriano tiene que enfrentar a diario a su antagnico, que no solamente es aquel que no lo deja subir al bus por el temor a ser asaltado, o al hecho de que en un Banco todos pongan a buen recaudo su billetera ante su presencia, sino porque la discriminacin y la exclusin vienen desde el Estado y sus instituciones, que ejercen poder y descargan su dominacin hacia los ms vulnerables, los subalternos. La historia nos demuestra que desde la Colonia se ha impuesto la estratificacin de unos sobre otros, reflejndose esto en todos los mbitos: econmico-poltico, social y cultural. En cierta manera este trabajo ha intentado dar respuesta a algunas preguntas, aunque otras quedarn sin respuestas, porque los procesos sobre todo socio-polticos se mueven en una dinmica de cambio y transformaciones sujetas a espacios y tiempos en permanente movilidad. As el movimiento afroecuatoriano hay que mirarlo desde la perspectiva de proceso, un proceso poltico y social que
medida que permita movilizar y concienciar a la poblacin de que existe el racismo como conflicto y que el enfrentarlo pasa primero por reconocerlo. Esto, a veces, en el Ecuador tanto como en otros pases, es difcil de identificar y se piensa que en sus sociedades se respiran paz y tranquilidad, cuando sabemos que indios y negros son cotidianamente agredidos material y simblicamente, de manera implcita y explcita.
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implica retos, tensiones, confrontaciones, dilogos y negociaciones. Seguramente es all donde encuentran cabida los estudios culturales, en la medida en que se convierten en instrumentos terico-metodolgicos de anlisis y puedan servir de puente entre la teora y la prctica.
En este contexto es que hemos intentado explorar como se mueve y construye la identidad cultural como una estrategia poltica, como una produccin que nunca est completa, sino que siempre est en proceso y se constituye dentro de la representacin y no fuera de ella
Visto as, el proceso de comunidades negras o afroecuatorianas apelan a su identidad cultural como bandera de lucha para exigir al Estado Ecuatoriano un espacio poltico donde puedan desarrollarse como pueblos diversos y formar parte de la poltica de pluriculturalidad que desde 1998 viene amparando la Constitucin de la Repblica. Hemos constatado tambin como este proceso identitario actualmente atraviesa una serie de cambios y tensiones porque es un proceso colectivo en construccin y como tal est sujeto a una serie de vaivenes sobre todo geo-polticos, de negociaciones y (re)organizacin interna; este hecho resulta ser un tanto complejo y evidentemente demanda de un espacio y un tiempo propios del proceso, sin embargo vemos como los avances logrados hasta ahora representan luces que permiten ver que en algn lugar del tnel se encuentra la luz, de all la importancia que representa la figura de Juan Garca, pero no el sombrero que se ponga,
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si de obrero, trabajador o maestro mayor, sino su pensamiento, su palabra, su forma de construir conocimiento y su voz, como la voz insurgente, transformadora y revitalizadora, como estrategias y artfices eficaces para construir un proceso colectivo. Este proceso a veces asoma como comunidad, pueblo, movimiento, organizacin, otras como la gran comarca ; al igual que Juan Garca esta versatilidad de (auto)denominaciones mientras est orientada hacia la visibilizacin, empoderamiento y reconocimiento, quedar en el marco de lo diverso, hasta cuando se logre su definitiva consolidacin y constitucin. Es en esta forma en que la palabra, el pensamiento y el producir conocimiento , cobran sentido en este trabajo, porque representan los dispositivos estratgicos de resistencia e insurgencia de un poder que la subalternidad ahora utiliza, se apropia y lo redirige hacia su proyecto contrahegemnico, como smbolos de protesta, rechazo y de reclamo por la exclusin y marginacin de la que han sido vctimas por ms de cinco siglos y siguen siendo vctimas de la colonialidad del poder. De all que la voz de los negros afrodescendientes, representada en la voz de Juan Garca, es la palabra hablada que (re)cobra fuerza, adquiere sentido, reinventa y se (re)apropia de smbolos ancestrales, para construir una identidad cultural colectiva con proyecto poltico propio. Esta voz no es la voz nicamente de Juan Garca, es la voz de la esperanza de un pueblo que ha decidido apa-
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lencarse y hablar con los smbolos de la africanidad, con el pensamiento y la sabidura de los dioses yorubas, con la negritud como smbolo de una historia que quiere (re)escribirla pero con las letras que slo el testimonio oral puede hacerlo, pues sta es la que llega al corazn.
Esta voz, es la voz de la identidad cultural afroecuatoriana, una voz con olor a insurgencia y con sabor a lucha de significados, smbolos y representaciones que buscan hacerse escuchar, ver y sentir.
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