ENSAYO Cirrosis
ENSAYO Cirrosis
ENSAYO Cirrosis
CURSO:
PRESENTADO POR:
ROJAS ONTON CHRISTIAN ADRIAN
DOCENTES RESPONSABLES:
LIMA – PERÚ
2022
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Índice
Justificación…………………………………………………………………………………………………… 4
Antecedentes históricos………………………………………………………………………………… 5
Marco teórico………………………………………………………………………………………………… 6
Sintomatología…………………………………………………………………………………… 7
Causas………………………………………………………………………………………………… 8
Factores de riesgo………………………………………………………………………………. 9
Complicaciones…………………………………………………………………………………… 9
Diagnostico…………………………………………………………………………………………. 10
Tratamiento………………………………………………………………………………………… 10
Caso clínico……………………………………………………………………………………………………. 12
Conclusiones…………………………………………………………………………………………………. 12
Bibliografía……………………………………………………………………………………………………. 13
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Justificación
El tema fue escogido porque la cirrosis es causada por diversas causas, pero las más comunes
son las infecciones por el virus de la hepatitis, y el alcohol. He aquí el detalle, en mi familia
cercana hay un caso cercano de alcoholismo, se trata de mi abuelo materno. Él fue alcohólico
por casi toda su juventud hasta su ancianidad. Actualmente ya no consume en exceso, pero
aún sigue bebiendo bebidas alcohólicas. A parte de mi familiar, se sabe que el alcoholismo es
algo muy común en nuestra sociedad (Perú) ya que la cerveza está al alcance de nuestras
manos y se usa para distraerse. Por esta razón es que me decidí por esta enfermedad. Las
causas más comunes de la cirrosis hepática es el alcohol y la hepatitis del virus C, con una
importancia creciente de la esteatohepatitis no alcohólica.
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Antecedentes históricos
La palabra cirrosis proviene de la palabra griega Kippós-kitplvos que significa una coloración
amarilla. Los griegos junto con los romanos a su vez reconocieron la disminución del tamaño
del hígado.
Ya desde el siglo IV a.C. Se hablaba de un endurecimiento del hígado y se relacionaba con los
casos de ictericia (coloración amarillenta de la piel y mucosas). Erasístrato 304-250 a.C. decía
skirrosis, como un proceso de induración del hígado como causa de la hidropesía. Andrés
Vesalio (1514-1564) se refiere al aspecto reducido y con forma de nodo del hígado en una de
sus descripciones.
En 1543 fue Vesalius quien probablemente sugirió que las bebidas alcohólicas podrían afectar
a la salud del hígado. El termino cirrosis fue propuesto hace más de 180 años por Laennec
(1805). Deriva de la palabra scirro, que se traduce a amarillo grisáceo, que se refiere al hígado
cuando presenta esta enfermedad. En 1838 fue Caswell quien dio la primera descripción
detallada del hígado cirrótico. En 1842 Rokitansky propuso que la cirrosis era un resultado a la
respuesta activa del tejido a las alteraciones circulatorias y a una reacción inflamatoria. En
1977 expertos de la OMS propusieron requisitos para definir la cirrosis hepática (CH) 1) que el
proceso sea difuso, para excluir lesiones locales 2) que exista necrosis, con lo que se excluye la
fibrosis hepática congénita 3) debe existir regeneración modular y fibrosis difusa y 4) debe
haber distorsión del patrón arquitectural y alteración vascular. En el pasado se creía que era
irreversible, pero hace ya una década pasó de un estadio estático a un proceso dinámico.
Aproximadamente 5.5 millones de personas están afectados por CH. Causa alrededor de
26000 muertes al año, posicionándose, así como la séptima causa principal de muerte en los
Estados Unidos entre adultos de 25-64 años. En el futuro las probabilidades de que estos
números aumenten son altas.
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Marco teórico
La célula hepática estrellada (HSC) (también conocida como lipocito) se identificó como el tipo
principal de célula implicada en la síntesis de la matriz y el metabolismo, así ser fundamental
en la patogénesis de la cirrosis/fibrosis hepática. En un hígado normal, las HSC se encuentran
en el espacio subendotelial de Disse y están involucrados en el almacenamiento de retinoides.
La comprensión de los mecanismos subyacentes a la cirrosis hepática (CH) conduce al
desarrollo de nuevos enfoques terapéuticos destinados a bloquear específicamente la cascada
fibrogenica. Estos pueden incluir controlar la activación de HSC, neutralizando los mediadores
proliferativos o fibrogenicos, ya sea bloqueando el receptor, la inhibición de la síntesis de la
matriz y mejora de la degradación de la matriz.
Cuando se habla de CH se habla de una cicatrización del hígado que ocasiona una función
hepática anormal. El hígado a su vez es el órgano interno más grande del cuerpo humano y se
encarga de muchas funciones metabólicas complejas esenciales para la vida como : extrae de
la sangre los nutrientes absorbidos por el aparato digestivo, para posteriormente procesarlos,
se encarga de la producción de la bilis que luego es transportada al aparato digestivo para así
ayudar a absorber las grasas y vitaminas, elimina todo lo que podría considerarse toxico en la
sangre y los excreta en la bilis y produce proteínas de sangre del cuerpo encargadas de la
coagulación de la sangre. Existen diversas causas para que se presente una CH como una lesión
a largo plazo del hígado o el uso excesivo del alcohol e infecciones crónicas por virus de
hepatitis (tanto hepatitis B como hepatitis C), a su vez puede estar causada por diversos
trastornos como el hígado graso, trastornos hereditarios, lesiones inducidas por drogas,
trastornos del conducto biliar y enfermedades autoinmunes. Algunos pacientes presentan más
de una causa (exceso de alcohol y hepatitis viral).
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tienen un mayor potencial gluconeogénico, lo que provoca que su
concentración (que normalmente es de 20 a 1 con los aminoácidos
aromáticos) disminuye considerablemente, invirtiendo el índice del
aminoacidograma a favor de los aminoácidos aromáticos, los cuales tienen una
acción deletérea en esta enfermedad.
Sintomatología
Durante las primeras etapas los signos o síntomas pueden estar ausentes o estar no
especificados. Entre estos síntomas inespecíficos de la fase inicial tenemos la fatiga y el
prurito. Mientras el tejido cicatrizado reemplaza el tejido sano y empeora la función hepática,
se presentan diversos síntomas. Gracias a que el hígado se encarga de muchas funciones
metabólicas complejas hay muchas complicaciones que pueden presentarse debido a la CH.
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restringe la expansión normal del tórax, causando así falta de aliento. Además, este
líquido ascítico, puede infectarse, causando así un trastorno conocido como la
peritonitis bacteriana espontanea. Entre los síntomas de esta peritonitis bacteriana
espontanea tenemos la fiebre y el dolor abdominal, pero estos pueden ser leves o
estar ausentes. La peritonitis bacteriana espontanea es un trastorno grave que por lo
general requiere hospitalización y un tratamiento con antibióticos, administrados por
vía intravenosa.
Sangrado del tubo digestivo: Los pacientes con CH suelen desarrollar venas
anormalmente dilatadas llamadas varices dentro del aparato digestivo. Generalmente
en la parte inferior del esófago. Se puede recomendar una exploración por medio de
una endoscopia superior, para confirmar la presencia de estas varices. Debido a que
las venas dilatadas son anormalmente delgadas, estas suelen romperse y sangrar hacia
el tracto digestivo. Las varices no causan síntomas a menos que lleguen a romperse. Se
puede identificar varices sangrantes debido al vomito de sangre, o a la evacuación de
heces color marrón o negro, similar a la brea. El sangrado de varices esofágicas es una
emergencia médica y requiere atención en el hospital más cercano.
La ictericia: Decoloración amarilla de la piel y la esclerótica de los ojos (la parte
blanca). El oscurecimiento de la orina (similar a un refresco de cola o un te helado) o
las heces pálidas se presentan generalmente antes que la decoloración amarilla de la
piel y la esclerótica de los ojos.
Encefalopatía hepática: En un paciente cirrótico, la función del hígado es deteriorada
y la sangre que vuelve al hígado no es correctamente desintoxicada de los productos
de desecho de la digestión. Estos productos entran en la circulación, son llevados al
cerebro y se presenta una encefalopatía hepática. Entre los síntomas tenemos:
desaceleración mental, confusión, somnolencia excesiva y dificultades en el habla. En
un caso grave los pacientes podrían entrar en coma. Se puede realizar un examen de
sangre para revisar los niveles de amoniaco, una de las toxinas presentes en pacientes
con encefalopatía.
Causas
Existen una gran cantidad de causas que ocasionan lesiones hepáticas, como lo es el uso
excesivo de alcohol, los virus (hepatitis B o C), trastornos hereditarios, lesiones ocasionadas
por el uso de drogas y exposición a toxinas ambientales. Si no es tratada, cualquier
enfermedad que cause lesiones continuas (crónicas) en el hígado, progresivamente terminara
convirtiéndose en cirrosis. Las lesiones hepáticas se pueden identificar por la inflamación, que
se detectan en anormalidades en las pruebas de sangre relacionadas con el hígado. Las
lesiones continuas terminan llevando al desarrollo de tejido cicatrizante en el hígado, ese
proceso es llamado fibrosis. Debido a que el hígado tiene una gran función de reserva, las
cantidades leves o moderadas de fibrosis no presentan algún síntoma. A medida que la fibrosis
aumenta, puede llegar a alterar la forma y funciones del hígado.
La cirrosis es presentada cuando la estructura normal del hígado se ve alterada por tejido
cicatricial. Una de las funciones del hígado es filtrar la sangre que vuelve al corazón desde el
aparato digestivo. Cuando existe cirrosis, el tejido cicatricial causa un aumento de la
resistencia al flujo sanguíneo a través del hígado. Como resultado de esta resistencia se
produce un proceso llamado hipertensión portal. Muchas de las complicaciones de la CH,
como la retención de líquidos y la hemorragia del esófago, están causadas por la presencia de
hipertensión portal.
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Factores de riesgo
Complicaciones
La evolución de los pacientes con cirrosis avanzada se complica a menudo con una serie de
secuelas importantes, entre ellas están la hipertensión portal (HP), ascitis, peritonitis
bacteriana espontanea (PBE), síndrome hepatorrenal (SHR) y encefalopatía hepática (EP):
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creatinina (entre 1,5 y 2,5 mg/dL). El pronóstico es malo y la supervivencia es de 50% a cinco
meses y 20% a un año.
Diagnóstico
La cirrosis es detectada cuando hay anticuerpos antimitocondriales (AMA) > 90-95% (dirigidos
contra el componente E2 del piruvato deshidrogenasa y otras enzimas mitocondriales 2-oxo-
ácido deshidrogenasas). Detectada preferiblemente examinando una muestra de tejido del
hígado bajo el microscopio, lo cual es un procedimiento denominado biopsia hepática. En este
proceso se inserta una fina aguja en el hígado, generalmente bajo anestesia local, y se extrae
un pequeño trozo de tejido hepático. La biopsia hepática no solo confirma la presencia de
cirrosis, sino que además proporciona información en cuanto a su causa. También se puede
detectar mediante las pruebas del examen físico (dilatación del bazo, dilatación del tejido
mamario en hombres y cambios en la piel) junto con los resultados de las pruebas de sangre,
estudios de imagen (ultrasonidos, escaneos TC o RM) o endoscopia. Existen incluso pruebas
que utilizan ultrasonido o IRM para medir la rigidez del hígado, pero no están ampliamente
disponibles. Existen 4 estadios: estadio 1: destrucción de los conductos biliares
interlobulillares, granulomas; estadio 2: proliferación ductal; estadio 3: fibrosis; estadio 4:
cirrosis.
Tratamiento
La cirrosis es una enfermedad crónica y los pacientes que la presentan necesitan la continua
atención médica, con un médico especializado en el cuidado de pacientes con enfermedades
hepáticas (un gastroenterólogo o un hepatólogo). La atención a los pacientes con cirrosis tiene
varios objetivos: (1) tratar la causa subyacente de la enfermedad hepática siempre que sea
posible, (2) prevenir las complicaciones relacionadas con la cirrosis, (3) tratar los síntomas de
la cirrosis.
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Siempre que sea posible se busca tratar la causa de la cirrosis. Algunas complicaciones pueden
mejorar con terapia médica y el tratamiento puede mejorar o retrasar el deterioro de la
función hepática. Cuando la cirrosis ya es muy avanzada los pacientes suelen no tolerar los
tratamientos. Los pacientes con cirrosis no deben beber alcohol. Evitar el consumo de alcohol
puede mejorar significativamente la función hepática. Realizar una actualización de sus
vacunas para evitar la infección es una recomendación también por parte de los médicos. Por
lo general una vacuna anual contra la gripe (influenza) y la vacuna contra la neumonía
(neumococo). A su vez también se vacunaría contra la hepatitis A y hepatitis B en caso de no
ser inmune.
Los pacientes cirróticos tienen un mayor riesgo a contraer cáncer primario de hígado, conocido
como carcinoma hepatocelular. El riesgo varía según la enfermedad hepática subyacente, pero
en el caso de los pacientes con hepatitis C el riesgo es de 3-4% cada año. El tratamiento
depende de que tan temprano se detecta. Frecuentemente no causan ningún síntoma cuando
es de tamaño pequeño. Su médico puede recomendar cada 6 meses un ultrasonido, escaneo
TC o IRM de su hígado para detectar tumores en el hígado.
Para el prurito, colestiramina 4g VO con las comidas. Para la elevación del tiempo de
protombina (tiempo que tarda la porción liquida de la sangre, plasma, en coagularse) debido al
déficit intestinal de sales biliares, vitamina K, 10 mg IM diarios x 3 (posteriormente 1 mes). La
sustitución de la grasa en la dieta por triglicéridos de cadena media (TCM) puede reducir la
esteatorrea. El fármaco más utilizado es el ácido ursodesoxicolico 12-15 (mg/kg) /d VO dividido
en dos dosis: mejora los síntomas y las PFH (pruebas funcionales hepáticas), lentifica la
progresión retrasando la necesidad de trasplante hepático. En la fase final de la enfermedad
trasplante hepático.
En paciente cirróticos compensados, la dieta será según las recomendaciones para un paciente
sano. Las variaciones serán de acuerdo con su evaluación nutricional y sus necesidades
energéticas. El aporte de glúcidos, grasas y proteínas estarán en una proporción de: glúcidos:
60-65%; grasas: 20-25%; proteínas: 10-15%.
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Caso clínico
Una paciente acude a urgencias a las 22:30 horas, por un cuadro de 48 horas de evolución de
fiebre acompañada de dolor abdominal, vómitos y apistaxis. Posteriormente heces oscuras con
restos hemáticos. A su ingreso en urgencias presenta mal estado, TA 110/65 mmHg, glucemia
110 mg/dl, FC 100x, temperatura 37,7°C, saturación 95%. Consciente y orientada, ligero tinte
ictérico de piel y mucosas. Tonos cardiacos rítmicos sin soplos. Abdomen distendido, doloroso
a la palpación en hipocondrio derecho. Hepatomegalia. Ruidos intestinales presentes pero
débiles.
Los resultados de las pruebas complementarias son los siguientes: Hb 11g/dl, Htco 32,4%, VCM
118,2, leucocitos 1200 (neutrófilos 36,9%, linfocitos 56%), plaquetas 22000, TP 46,5s, Act
Protom 15%, INR 4.09, TTPA 69.73s, Fibrinogeno 296.2 mg/dl. Glucosa 28 mg/dl, Na 128
mEq/I, K 3.9 mEq/I, Bilirrubina T 4.56 mg/dl (BD 3.55 mg/dl), GOT 258 U/L, GPT 76 U/L, amilasa
57, proteínas totales 8,1 gr/dl, pH 7.14, pCO2 37 mmHg, pO2 35.4 mmHg, HCO3 12.6 mEq/L,
EB -15.5 mEq/L.
Tenemos una paciente con una cirrosis de etiología no conocida, pero que dados los valores de
GOT dobles a los de GPT y que tiene una anemia megalocítica podría tratarse de una
hepatopatía enólica, como causa más frecuente de cirrosis en nuestro medio, con las
siguientes características: ser silente en muchos casos, cursar con disfunción celular e
hipertensión portal, ictericia progresiva, hemorragia digestiva alta por varices
esofagogástricas, ascitis y encefalopatía.
Conclusiones
Uno de los factores que pueden ser utilizados a la hora de valorar el pronostico de un paciente
cirrótico puede ser el metabolismo energético. La correcta nutrición de estos pacientes es tan
o mas importante que el tratamiento farmacológico de la enfermedad y sus complicaciones, ya
que ello nos permite realizar acciones encaminadas a mejorar su calidad de vida.
El avance exitoso en los trasplantes de hígado ofrece un tratamiento efectivo para los
pacientes incluso en una etapa final de cirrosis hepática. Por lo tanto, es imperativo que las
personas con fibrosis hepática, o con las condiciones que pueden provocarla, sean
identificadas y remitidas a un hepatólogo para su evaluación.
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Bibliografía:
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