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¿Por Qué Se Dice Que El Proceso de Transición Democrática Del Gobierno Transitorio de Valentín Paniagua Fue Un Fracaso para La Democracia Actual?

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¿Por qué se dice que el proceso de transición

democrática del gobierno transitorio de Valentín


Paniagua fue un fracaso para la democracia actual?

En primer lugar, consideramos que el proceso de transición democrática del gobierno


transitorio de Valentín Paniagua fue un fracaso para la democracia actual ,ya que las
decisiones que se tomaron en ese momento son contraproducentes para la actualidad.
Luego de la renuncia de Fujimori, el gobierno transitorio de Paniagua tomó las riendas del
mandato, en el tiempo que estuvo se realizaron acciones como: renovar el poder judicial
para así liberar 11 presos políticos que algunos eran terroristas y opositores, se firma el
contrato de gas de Camisea, se suspenden las privatizaciones de puertos y por último la
comisión de la base de la reforma constitucional 1993 para poder analizar los cambios de la
reforma. Ahora analizaremos ciertos casos de la actualidad que se fomentaron gracias a la
toma de estas decisiones.

En segundo lugar , el periodo transitorio de Valentín Paniagua quince años después de su


mandato puede parecer un tiempo político breve para medir sus consecuencias, es
necesario hacer un balance tanto de lo que representó dicho gobierno como de los objetivos
planteados en ese momento.  Por eso me parece pertinente comparar los ideales
y objetivos del gobierno de transición del gobierno de Valentín Paniagua con la actual
situación democrática del país. 
 
El dato más importante que define el carácter y contenido que tenía la transición lo
encontramos en su discurso cuando asume la Presidencia Constitucional el 22 de
noviembre de 2000. Cito las primeras líneas: “Nace hoy un nuevo tiempo. Se cierra una
etapa y se abre otra en la historia del Perú. Un sentimiento de la fe anima a los espíritus de
la Nación y una ilusión, acaso excesiva, sacude a todos los peruanos”. 
 
Esta idea, que se puede asociar con un sano jacobinismo, democrático, liberal y
republicano, que habla del cierre de una etapa y el inicio de un tiempo nuevo u otro periodo,
la encontramos también, en otros discursos. Para Paniagua se trataba de poner fin a esta
suerte de péndulo político entre largos inviernos autoritarios y cortas primaveras
democráticas, para dar nacimiento a un largo ciclo democrático. Por ello, era vital, si
queríamos una transición exitosa, derrotar a lo que representó el régimen autoritario del
fujimorismo, esta suerte de gobierno cívico militar como lo calificaba. En este contexto se
puede entender la importancia que tenía la creación de la Comisión de la Verdad. 
 
Valentín Paniagua al asociar la transición con un momento fundacional o constituyente
buscaba no solo iniciar un nuevo ciclo democrático sino también la transformación del país. 
De manera, hoy vivimos en una democracia precaria y, diríamos, mediocre y nada
dialogante. Sus defectos son mayores que sus virtudes. 
 
En una reciente encuesta de IPSOS muestra claramente que las instituciones principales
del régimen democrático son las más cuestionadas y, por lo tanto, las que tienen un
porcentaje mayor de desaprobación. La desaprobación del gobierno llega en noviembre a
79%, mientras que la del Poder Judicial a 77% y la del Congreso a 82%. Es efecto , la
democracia peruana antes que tener adeptos lo que tiene es un ejército de gente
descontenta.  
Luego de quince años se puede concluir que estos ideales que animaron a la transición no
solo no se han cumplido. El posible triunfo electoral del fujimorismo, el aumento de la
corrupción, la mayor presencia de los poderes fácticos y de los lobbies en el Estado, la
pérdida creciente de soberanía, la propia descomposición institucional, la decadencia de la
mayoría de los partidos y la debilidad política de la sociedad, son los signos más visibles de
que la transición no solo quedó inconclusa, sino que, gracias a los políticos y a los últimos
gobernantes, hoy muestra signos evidentes de su agotamiento. No sería extraño que
tengamos una democracia vacía de contenido.

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