D P - Parte2
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D P - Parte2
Es este un lenguaje un tanto especial pues, al ser totalmente visual y también táctil,
tiene como ámbito el espacio; utiliza elementos propios como pueden ser la línea, el punto, la
mancha, los planos, los volúmenes y los colores.
Como todo lenguaje, tiene una terminología que varía según las distintas disciplinas que
integran este medio de comunicación como son el dibujo, la pintura, la escultura, la
arquitectura, la fotografía, el cine y la televisión.
Los mensajes visuales son tan rápidos, fáciles e inmediatos en su lectura, y tan estables
en el tiempo, que hacen posible la comunicación entre personas de distinta lengua.
Las señales de tráfico dan información cumplida a través de sus formas, signos y colores.
El mensaje de los símbolos muy en boga en la actualidad y que abarca a casi todos los
sectores de nuestra civilización, nos da una información puntual y directa a través de los
pictogramas (dibujos de imágenes esquematizadas).
Por lo tanto, podemos decir que con el dibujo (en forma de grafismos o trazos) se define
principalmente la forma, que toma carta de naturaleza con la inclusión del color, con lo cual
quedan totalmente definidas las formas propias de cada información y además, cuando estamos
ante una información transmitida a través del lenguaje plástico, estos elementos estarán
organizados de manera que ofrezcan un conjunto armónico por medio de la composición.
Los pictogramas son imágenes esquematizadas que transmiten información clara y objetiva al alcance
de cualquiera y por encima del idioma.
El punto
Al contrario del plano, el punto no tiene dimensión. Es una pequeña mancha, huella o
señal que se puede hacer con muy diferentes instrumentos de dibujo: lápiz, pluma, pincel,
rotuladores, bolígrafos, etc. Este elemento gráfico ha tenido capital importancia en algunos
momentos de la historia de la pintura. Seurat y otros contemporáneos suyos, y en el marco del
movimiento impresionista, utilizaron el punto como elemento fundamental en sus creaciones.
Disponían el color en forma de puntos, puestos sobre el soporte con pincel y utilizando los
colores primarios; así conseguían la mezcla del color en la retina del observador, creándole
sensaciones de colores secundarios de luz y también degradación, contrastes, semitonos,
efectos de sombra que en conjunto crearán la sensación del volumen total (este fenómeno
podemos considerarlo como la cuarta dimensión).
También la televisión, o sea, la imagen que podemos ver en la pantalla del televisor, está
definida por puntos pues las líneas en la que se define la imagen están formadas por puntos en
los que aparecen los colores primarios luz (verde, cián y magenta).
Los puntos los podemos considerar como positivos y negativos según la configuración
que utilicemos para su definición. Geométricamente, el punto podemos definirlo como la
intersección de dos rectas o como el origen de una semirrecta. En el lenguaje plástico, puede
tener diversas formas y agruparse o dispersarse según el efecto que se pretenda conseguir.
En estos ejemplos se pueden ver los efectos que se pueden conseguir con las estructuras de puntos, y su
agrupamiento o dispersión.
En esta imagen se presenta la técnica del puntillismo, utilizada por algunos pintores impresionistas, de los que
Seurat es el más representativo e importante. Seurat pintó este cuadro en 1884-86 sobre tela de 204 x 308 cm, con
la técnica del puntillismo, es decir, usando pequeños puntos de colores puros, que, vistos a cierta distancia, crean en
la retina del observador la sensación de percibir los colores secundarios (mezcla de los primarios) y en consecuencia
los tonos intermedios que sugieren la sensación de volumen, luz y espacio. Junto al cuadro Un baño en Asnières, esta
es una de las obras más representativas e importantes de este pintor.
La línea
La podemos definir como una sucesión de puntos y puede variar su expresividad según
cómo la tracemos o según el útil que empleemos para trazarla. De esta forma, podemos cambiar
el carácter expresivo de la línea en virtud del uso que le demos o el tipo de dibujo para el que la
utilicemos.
La línea pura, trazada con cualquier útil y variando la continuidad y grosor de la misma
debido a la desigual presión del carboncillo sobre el papel, además de definir la forma y el
volumen con precisión y elegancia, da un sello de auténtica calidad a un dibujo.
La línea pura utilizada de esta forma, es muy adecuada para realizar apuntes, bosquejos y estudios de sujetos o
modelos muy variados: animales en reposo o en movimiento, retratos, estudios anatómicos, etc. En otros casos, la
línea puede tener total continuidad como en el dibujo que sigue debido a la mano de Picasso.
Por lo tanto, podemos decir que el dibujo a línea pura, sin texturas de clase alguna, es
la más precisa y directa de todas las técnicas pues el contorno realiza la tarea de sugerir la forma
con toda su fuerza.
Los pintores del renacimiento por ejemplo Leonardo o Rafael nos dejaron bocetos y
dibujos que son auténticos tratados del uso de la línea a la que sacaron su máxima expresividad.
El estudio anatómico de Leonardo muestra las posibilidades del dibujo a tinta y con pluma. Las líneas delgadas y
cortas texturizan los volúmenes de la figura de manera fina y expresiva dándole una fuerza única.
Más tarde, en el cubismo, la línea cobra preponderancia pues era elemento definitorio
de planos y masas de color.
Todos conocemos la línea en sus diferentes variantes (recta, curva, ondulada, quebrada
y mixta), pero probablemente no sabemos, cuánta expresividad podemos conseguir de la línea
variando el trazo o la presión del útil sobre el papel. En la línea será donde dejemos la impronta
más poderosa de nuestro carácter y de nuestra sensibilidad.
La mancha
Es una superficie de color distinto que el soporte, que podemos realizar con diversos
útiles. No tiene contorno regular y está totalmente identificada con la acción de pintar.
En el cuadro de Maurice de Vlaminck (izquierda) y en el de Joaquín Mir (derecha), queda bien definido el concepto de
mancha: pequeña, vibrante y muy expresiva en el primero, y más amplia, dulce y menos agresiva en el segundo.
Son dos conceptos expresivos diferenciados y se pueden encontrar otros muchos ejemplos de manchas con variadas
formas, tamaños y criterios plásticos. El disponer las manchas en el soporte de una forma determinada, hace variar
sustancialmente el resultado final.
Comparando la mancha con la línea, podemos decir que la mancha tiene longitud y
anchura.
Decimos que pintar con manchas consiste en colocarlas de forma directa sobre la
superficie del soporte, sin dibujo previo y normalmente con pincel. Carlos Areán hablaba de la
"pintura de las formas fluctuantes". Las últimas corrientes plásticas de finales del XIX han
utilizado la mancha como medio expresivo principal.
El plano
Hemos hablado ya del plano soporte, ahora hablaremos del plano como elemento
expresivo. Del mismo modo que definimos la línea como una sucesión de puntos (que son los
elementos gráficos más básicos, sin dimensión), podemos definir el plano como una sucesión de
líneas o también como la superficie generada por el movimiento de una línea.
El pintor utiliza el plano en su obra para estructurar formas y espacios. Los artistas
cubistas lo utilizaron con especial maestría.
El plano nos permite sentir la corporeidad de aquello que nos rodea y que hemos tenido
a bien seleccionar para nuestro trabajo. Es entonces cuando empezamos a sentirlo y a verlo en
el contexto plástico.
El plano nos permite de igual modo, construir y jugar con las formas y los colores, buscar
texturas, efectos lumínicos y cromáticos de las superficies, establecer una organización interna
de los elementos puestos en la composición e identificar las formas a través de los grafismos y
de las representaciones gráficas de los elementos para conseguir crear sensaciones de espacio,
volumen y profundidad, o sea, la sensación tridimensional o por el contrario bidimensional en
el caso de que ordenemos las formas con otros criterios.
El cuadro de Picasso "Las señoritas de Aviñón" está estructurado con grandes masas de color que definen los
diferentes planos que configuran a la vez las formas y los volúmenes de los personajes y el fondo. En algunas partes
del cuadro, la línea refuerza el criterio geometrizante del plano para reforzar la expresividad de las masas de color.
El volumen
La consecuencia final de la unión de todos los elementos que integran los medios del
lenguaje visual es el volumen, delimitado por planos, por la luz y el claroscuro, tanto en su
concepto cromático como acromático.
Todos los objetos de nuestro entorno tienen tres dimensiones: altura, longitud y
anchura o profundidad. Cuando dibujamos o pintamos alguno de estos objetos, lo hacemos en
dos dimensiones. El volumen está sugerido por el concurso de la luz, las sombras, el color y los
procedimientos de representación, y por lo tanto está implícito en la superficie de
representación. En los dibujos, en las pinturas, en las pantallas de televisión y cine, así como en
las fotografías, el volumen no existe, sino que todos los elementos mencionados nos producen
una ilusión de volumen.
En otros casos, la simple línea (que configura planos) puede ser elemento definitorio del
volumen y también del espacio (en perspectiva y representaciones de dibujo técnico).
El color
El diccionario define el color como "calidad de los fenómenos visuales que depende de
las impresiones que producen en el ojo las diferentes longitudes de onda de la luz". También
llamamos colores a las sustancias para pintar o dar a las cosas un tinte determinado.
Por lo tanto, podemos decir que la sensación del color es la percepción de la luz que
reciben nuestros ojos y si no existiera la luz no habría ni visión ni color.
El color da una información total, pues todo cuanto nos rodea tiene color, pero ese color
que percibimos es la luz que el objeto refleja (todo objeto absorbe unas longitudes de onda y
rechaza otras, que son las que percibimos).
La teoría física del color es muy compleja para nosotros y difícil e inexplicable para
nuestros alumnos de Primaria o Secundaria.
Newton en 1666 llegó a comprender cómo se producen los colores. Antes se pensaba
que el color era algo propio de los objetos, de los cuerpos pero Newton pudo demostrar que los
colores son la descomposición de la luz blanca o solar, y que se convierte en los colores del
espectro, a saber: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta (los colores del arco iris).
Está demostrado que los colores son una energía, unas radiaciones electromagnéticas,
cada uno de ellos con una frecuencia y una longitud de onda diferente entre 0,0004 y 0,0007
mm.
Vemos el color como una gama de ondas diferentes que el ojo capta con unos órganos
especiales: los conos y los bastones, alojados en la retina. Estos órganos son capaces de analizar
la luz según su longitud de onda, y transmiten ese análisis al cerebro a través del nervio óptico.
Así podemos captar propiedades del color como tono, saturación, y luminosidad.