Lecturas Evaluacai N Del Aprendizaje Escolar
Lecturas Evaluacai N Del Aprendizaje Escolar
Lecturas Evaluacai N Del Aprendizaje Escolar
Principios pedagógicos que sustentan el Plan de estudios. En: Plan de Estudios 2011.
SEP. México, 2011. Pp. 35 – 37.
• Observación directa.
Los contenidos.
Los avances de los estudiantes o los incrementos del aprendizaje con el fin de
saber el grado de adquisición de un contenido y como respaldar al estudiante en
caso de que la comprensión falle.
Busca información específica sobre las partes, las etapas, los conocimientos
necesarios para el logro de los objetivos que plantea un curso.
La observación.
Portafolios.
Revisar contenidos.
La evaluación fuerza a los maestros a explicar en forma clara y sin lugar a dudas,
qué aspecto del aprendizaje se tomará como evidencia de comprensión. Esta
definición de lo que se busca con la evidencia, mueve al maestro a brindar
oportunidades a los estudiantes para que desarrollen, practiquen o adquieran
habilidades que de otro modo podrían perderse.
Ser capaz de explicar un concepto exige mucho más que conocerlo. Conocer y
explicar guardan una estrecha relación entre sí. El razonamiento y pensamiento
que se requieren para producir una explicación creíble son exactamente el tipo
de esfuerzo mental que hace falta para desarrollar una comprensión flexible y
profunda.
Las progresiones del aprendizaje o los continuos del aprendizaje son importantes
para monitorear y respaldar el desarrollo a lo largo del tiempo. El progreso puede
diagramarse, y proporcionar una imagen del crecimiento individual en
contraposición con las expectativas establecidas en el programa.
Criticar su propio trabajo es útil tanto desde el punto de vista cognitivo como el
motivacional. En esencia el hábito de auto-evaluarse lleva a la auto-supervisión
del desempeño, que es la finalidad del andamiaje de la enseñanza así como el
objetivo del modelo de evaluación formativa.
Hacer que los estudiantes analicen su propio trabajo hace que se apropien del
proceso de evaluación y hace llevarlos a niveles más claros y razonables.
Cuando el alumno participa en la auto-evaluación presenta proyectos con base
en criterios compartidos, son valorados mucho más por sus maestros.
Por otro lado, quienes al inicio tienen niveles de realización y logros deficientes
muestran mejoras notables en una medición de comprensión conceptual. Hablar
con los estudiantes puede ser un medio para ver si están desarrollando la
capacidad de auto-evaluarse.
La evaluación de procesos
Evaluación de desempeño.
Evaluación dinámica.
Este concepto pone en evidencia las funciones cognitivas que están en proceso
de maduración y permite anticipar hasta dónde el niño puede progresar en la
solución de problemas más complejos, si se le apoya a través de una mediación
eficiente. El procedimiento definido como “evaluación dinámica” por Feuerstein
(1980), Campione y Brown (1985), se basa en la noción de Vygotsky (1978)
respecto a la “zona de desarrollo próximo”.
La confiabilidad y la validez en la evaluación formativa
Dar sentido a los datos de observación y a las muestras del trabajo de los
alumnos significa buscar patrones, comprobar evidencia contradictoria y
comparar la descripción emergente en contraposición con modelos del desarrollo
de las competencias.
El enfoque formativo
de la evaluación de los aprendizajes
Serie: Herramientas para la evaluación en Educación Básica. Volumen 1.
Dirección General de Desarrollo Curricular, SEP. México. Pp. 19-21, 23-51, 55-
59.
Evaluar desde el enfoque formativo
¿Qué significa evaluar?
El objeto de estudio más difícil de evaluar es el desarrollo del ser
humano, al tener éste la capacidad permanente de aprender,
evolucionar, adaptarse y cambiar, por lo que evaluar en el te-
rreno educativo, es decir, el aprendizaje convencional de las
personas, se torna en una actividad aún más compleja.
En el campo de la evaluación educativa, la evaluación es
un proceso integral y sistemático a través del cual se recopi-
la información de manera metódica y rigurosa, para conocer,
analizar y juzgar el valor de un objeto educativo determinado:
los aprendizajes de los alumnos, el desempeño de los docen-
tes, el grado de dominio del currículo y sus características; los
programas educativos del orden estatal y federal, y la gestión
de las instituciones, con base en lineamientos definidos que fun-
damentan la toma de decisiones orientadas a ayudar, mejorar
y ajustar la acción educativa (Ruiz, 1996; Hopkins, 1998; JCSEE,
2003; Worthen, Sanders y Fitzpatrick, 1997).
Desde esta perspectiva, el Plan de estudios 2011. Educación
Básica recupera las aportaciones de la evaluación educativa y
define la evaluación de los aprendizajes de los alumnos como
“el proceso que permite obtener evidencias, elaborar juicios y
brindar retroalimentación sobre los logros de aprendizaje de los
alumnos a lo largo de su formación; por tanto,
es parte constitutiva de la enseñanza y del aprendizaje” (SEP, 2011:22).
Este
enfoque formativo enriquece las aportaciones de la evaluación educativa
al indicar que el centro de la evaluación son los
aprendizajes y no los alumnos, esto es, se evalúa el desempeño
y no la persona; con ello, la evaluación deja de ser una medida
de sanción.
En la comprensión del enfoque formativo de la evaluación
que plantea el Plan de estudios 2011, es necesario considerar los
siguientes aspectos:
• Que en la práctica se tiende a confundir con cierta facili-
dad conceptos como medición, calificación, estimación
o acreditación. Sin embargo, existen diferencias episte-
mológicas o de origen y metodológicas que es importan-
te atender para clarificar su uso dentro del proceso de la
evaluación.
• Que la evaluación, al ser un proceso que busca informa-
ción para tomar decisiones, demanda el uso de técnicas
e instrumentos para recolectar información de corte cua-
litativo y cuantitativo con objeto de obtener evidencias
y dar seguimiento a los aprendizajes de los alumnos a lo
largo de su formación en la Educación Básica.
La evaluación desde el enfoque formativo
La evaluación desde el enfoque formativo además de tener
como propósito contribuir a la mejora del aprendizaje, regula el
proceso de enseñanza y de aprendizaje, principalmente para
adaptar o ajustar las condiciones pedagógicas (estrategias, ac-
tividades, planificaciones) en función de las necesidades de los
alumnos.
Desde este enfoque, la evaluación favo-
rece el seguimiento al desarrollo del aprendi-
zaje de los alumnos como resultado de la ex-
periencia, la enseñanza o la observación. Por
tanto, la evaluación formativa constituye un
proceso en continuo cambio, producto de
las acciones de los alumnos y de las propues-
tas pedagógicas que promueva el docente
(Díaz Barriga y Hernández, 2002). De ahí que
sea importante entender qué ocurre en el
proceso e identificar la necesidad de nuevas
oportunidades de aprendizaje. De esta ma-
nera, el proceso es más importante que el
resultado y éste se convierte en un elemento
de reflexión para la mejora.
De acuerdo con estas consideraciones,
la evaluación para la mejora de la calidad
educativa es fundamental por dos razones:
a) proporciona información que no se había
previsto para ayudar a mejorar, y b) provee
información para ser comunicada a las diversas partes o au-
1.Elenfoqueformativodelaevaluac
diencias interesadas (alumnos, madres y padres de familia, tu-
tores y autoridades escolares). En consecuencia, la evaluación
desde el enfoque formativo responde a dos funciones; la prime-
ra es de carácter pedagógico –no acreditativo–, y la segunda,
social –acreditativo– (Vizcarro, 1998; Coll y Onrubia, 1999; Díaz
Barriga y Hernández, 2002).
Funciones de la evaluación
ión
La función pedagógica de la evaluación permite identificar
las necesidades del grupo de alumnos con que trabaje cada
docente, mediante la reflexión y mejora de la enseñanza y del
aprendizaje. También es útil para orientar el desempeño docente
y seleccionar el tipo de actividades de aprendizaje que respon-
dan a las necesidades de los alumnos. Sin esta función pedagó-
gica no se podrían realizar los ajustes necesarios para el logro de
los aprendizajes esperados, ni saber si se han logrado los aprendi-
zajes de un campo formativo o de una asignatura, a lo largo del
ciclo escolar o al final del nivel educativo.
La función social de la evaluación está relacionada con la
creación de oportunidades para seguir aprendiendo y la comu-
nicación de los resultados al final de un periodo de corte, tam-
bién implica analizar los resultados obtenidos para hacer ajustes
en la práctica del siguiente periodo. Esto es,
las evidencias obtenidas del seguimiento al
progreso del aprendizaje de los alumnos, así
como los juicios que se emitan de éste, serán
insumos para la toma de decisiones respecto al
1.Elenfoqueformativodelaevaluac
mejoramiento de los aprendizajes de los alum-
nos. Desde este enfoque, una calificación y una
descripción sin propuesta de mejora son insufi-
cientes e inapropiadas para mejorar el proceso
de enseñanza y de aprendizaje (SEP, 2011).
Momentos y tipos de la evaluación
Tradicionalmente se señalan tres momentos de evaluación: ini-
ión
cial, de proceso y final. Estos momentos coindicen con los tipos
de evaluación: diagnóstica, formativa y sumativa o sumaria (Scri-
ven, 1967; Díaz Barriga y Hernández, 2002; Nirenberg, Brawerman
y Ruiz, 2003).
La evaluación diagnóstica se realiza de manera previa al
desarrollo de un proceso educativo, cualquiera que sea, con
la intención de explorar los conocimientos que ya poseen los
alumnos. Este tipo de evaluación es considerado por muchos
teóricos como parte de la evaluación formativa, dado que su
objetivo es establecer una línea base de aprendizajes comunes
para diseñar las estrategias de intervención docente; por ello, la
evaluación diagnóstica puede realizarse al inicio del ciclo esco-
lar o de una situación o secuencia didáctica.
La evaluación formativa se realiza para valorar el avance en
los aprendizajes y mejorar la enseñanza y el aprendizaje. Su fun-
ción es mejorar una intervención en un momento determinado, y
en concreto, permite valorar si la planificación se está realizando
de acuerdo con lo planeado. Las modalidades de evaluación
formativa que se emplean para regular el proceso de enseñanza
y de aprendizaje son: interactiva, retroactiva y proactiva.
Regulación interactiva. Son las evaluaciones que ocurren
completamente integradas al proceso de enseñanza. La regu-
lación suele ser inmediata gracias a los intercambios frecuen-
tes y sistemáticos entre el docente y los alumnos, a propósito
de una actividad o tarea realizada en el aula. En estos casos,
el docente utiliza la observación, el diálogo y la interpretación
de lo que hacen y dicen sus alumnos, para decidir qué apoyos
necesita para hacer el seguimiento de los aprendizajes de los
alumnos.
Regulación retroactiva. Son las evaluaciones que permiten
crear oportunidades de aprendizaje después de realizar una
medición puntual al término de una situación o secuencia di-
dáctica; de esta forma, permiten reforzar lo que no se ha apren-
dido de manera apropiada. Existen varias opciones para de-
sarrollar este tipo de regulaciones: a) explicar los resultados o
argumentos de las actividades realizadas con el grupo de alum-
1.Elenfoqueformativodelaevaluac
nos; b) realizar el proceso de forma sencilla, y c) agrupar a los
alumnos por el tipo de apoyo que requieren para que elaboren
ejercicios de manera diferenciada.
Regulación proactiva. Son las evaluaciones que ayudan
a hacer adaptaciones relacionadas con lo que se aprenderá
en un futuro cercano. En el caso de los alumnos que lograron
los aprendizajes propuestos, se pueden programar actividades
para ampliar lo que aprendieron, y para los alumnos que no lo-
graron todos los aprendizajes se proponen actividades con me-
ión
nor grado de dificultad.
La regulación interactiva constituye la modalidad por exce-
lencia de la evaluación formativa, mientras que la proactiva y
la retroactiva son alternativas para que puedan utilizarse cuan-
do la primera no ha funcionado por diversos factores (Díaz Barri-
ga y Hernández, 2002).
Por otra parte, la evaluación sumativa promueve que se ob-
tenga un juicio global del grado de avance en el logro de los
aprendizajes esperados de cada alumno, al concluir una secuen-
cia didáctica o una situación didáctica. Para el caso de prima-
ria y secundaria, también permite tomar decisiones relacionadas
con la acreditación al final de un periodo de enseñanza o ciclo
escolar, no así en el nivel de preescolar, donde la acreditación se
obtendrá sólo por el hecho de haberlo cursado.
Asimismo, la evaluación sumativa se basa en la recolec-
ción de información acerca de los resultados de los alumnos,
así como de los procesos, las estrategias y las actividades que
ha utilizado el docente y le han permitido llegar a dichos resul-
tados.
En relación con los tres momentos de la evaluación, éstos
son fundamentales para tomar decisiones respecto al desarrollo
de la planificación en un aula en particular, por ello, es necesa-
rio evaluar durante todo el ciclo escolar. En general, la evalua-
ción inicial ocurre cuando comienza un ciclo escolar y en las
primeras etapas del desarrollo de un periodo o bloque, y la final
en las últimas etapas, mientras que la evaluación de proceso
hace posible el aprendizaje. Generalmente, la evaluación final
suele tener más atención por parte de los docentes que la del
proceso. Si lo anterior ocurre, el docente no se centraría en la
evaluación de los aprendizajes de los alumnos desde el enfo-
que formativo, por lo que al no aplicar adecuadamente estas
evaluaciones, se puede detener el proceso de aprendizaje de
varias maneras; por ejemplo:
• Si los exámenes y las tareas que se evalúan no comuni-
can lo que es importante aprender o no se enfocan en
1.Elenfoqueformativodelaevaluac
los aprendizajes esperados, los alumnos no podrán mejo-
rar sus aprendizajes.
• La asignación de calificaciones como premio o castigo
puede terminar con la motivación de los alumnos por
aprender.
• Si los alumnos perciben la obtención de una calificación
como un logro fuera de su alcance, puede aminorar su
esfuerzo y aumentar los distractores en el aprendizaje.
• Las prácticas de evaluación en las que se aplican pre-
ión
mios o castigos pueden reducir la colaboración entre los
alumnos o la motivación por aprender de los demás.
El éxito de la evaluación es que los docentes mejoren el pro-
ceso de enseñanza y de aprendizaje, en el cual las evaluacio-
nes finales se utilicen como momentos importantes de logro. Por
tanto, se apega más a la realidad de las aulas el fomentar la
evaluación con el único fin de mejorar el proceso de enseñanza
y de aprendizaje.
Desde el enfoque formativo, la evaluación debe centrarse
en los aprendizajes para dar seguimiento al progreso de cada
alumno y ofrecerle oportunidades para lograrlos; hacer hincapié
en que ellos asuman la responsabilidad de reflexionar su propio
progreso en el aprendizaje; mejorar la práctica docente, y pro-
porcionar información para la acreditación, la promoción y la
certificación de estudios.
¿Quiénes evalúan?
El docente frente a grupo es el encargado de evaluar los aprendi-
zajes de los alumnos. Para ello planifica y conduce procesos de
evaluación en diferentes contextos y con diversos propósitos y al-
cances para el aseguramiento del logro de los aprendizajes de
sus alumnos. Desde el enfoque formativo, existen tres formas en
las que el docente puede realizar la evaluación: la interna, la ex-
terna y la participativa (Nirenberg, Brawerman y Ruiz, 2003).
La interna se refiere a que el docente evalúa a los alum-
nos del grupo que atiende en un ciclo escolar, porque tiene un
conocimiento detallado del contexto y las condiciones en las
que surgen los aprendizajes de los alumnos. Este conocimiento
propicia la reflexión y el autoanálisis para la contextualización y
adaptación de sus estrategias de enseñanza y de evaluación,
con el fin de crear las oportunidades que permitan que los alum-
nos mejoren su aprendizaje.
La evaluación participativa se refiere a que el docente eva-
lúa al involucrar otros actores educativos, como sus alumnos,
docentes o directivos. Esta forma de evaluar permite establecer
acuerdos y negociaciones entre los involucrados, ya que se pro-
mueve la participación de todos y, por tanto, los cambios son
factibles. De esta manera, la evaluación se convierte en un re-
curso común para mejorar el aprendizaje, lo cual implica que se
establezcan acuerdos y se compartan criterios de evaluación
para que todos puedan mejorar.
Cuando el docente involucra a sus alumnos en el proceso
de evaluación, propicia que ellos aprendan a regular sus proce-
sos de aprendizaje; para lo cual pueden promoverse los siguien-
tes tipos de evaluaciones formativas que son complementarias
a las que realizan los docentes:
Autoevaluación: es la evaluación que realiza el propio
alumno de sus producciones y su proceso de aprendizaje. De esta forma, conoce
y valora sus actuaciones, y cuenta con más bases para mejorar su desempeño
(SEP, 2011).
Coevaluación: es la evaluación que realiza el propio
alumno en colaboración con sus compañeros acerca
de alguna producción o evidencia de desempeño de-
terminada. De esta forma aprende a valorar los proce-
sos y actuaciones de sus compañeros con la respon-
sabilidad que esto conlleva. Además, representa una
oportunidad para compartir estrategias de aprendizaje
y aprender juntos (SEP, 2011).
Heteroevaluación: es la evaluación que el docente
realiza de las producciones de un alumno o un grupo de
alumnos. Esta evaluación contribuye al mejoramiento
de los aprendizajes de los alumnos mediante la identi-
ficación de las respuestas que se obtienen con dichos
aprendizajes y, en consecuencia, permite la creación de
oportunidades para mejorar el desempeño (SEP, 2011).
Desde el enfoque formativo de la evaluación, tanto en la au-
toevaluación como en la coevaluación es necesario brindar a los
alumnos criterios claros, precisos y concisos que deben aplicar du-
rante el proceso, con el fin de que éste se convierta en una expe-
riencia constructiva y no en la emisión de juicios sin fundamento.
La evaluación externa se refiere a que el docente o agen-
te que evalúa no esta incorporado a la escuela; es decir, se
establece un juicio más objetivo porque no existen relaciones
interpersonales con los evaluados. Sin embargo, se tiene poco
conocimiento acerca de los avances en el aprendizaje de los
alumnos y una noción mínima del contexto.
En el enfoque formativo se debe privilegiar que los docen-
tes evalúen de manera interna y participativa, al considerar los
aprendizajes de los alumnos como el centro de atención de la
evaluación en el aula.
Lectura 5
Un modelo de evaluación con enfoque
formativo
Sheppard4 ha aportado el modelo más aceptado de la eva-
luación formativa. El modelo se sustenta en la premisa de que
los docentes no sólo se limiten a brindar retroalimentación de las
respuestas correctas o incorrectas de sus alumnos, sino que ten-
gan claridad: ¿Qué quiero que aprendan los alumnos? ¿Qué
aprendizajes han construido? y ¿Cómo voy a lograr que apren-
dan lo que se espera? En el contexto del Plan y los programas
de estudio 2011, la primera pregunta se refiere a los aprendizajes
esperados; la segunda a tener claridad de los conocimientos
previos que tienen los alumnos, y la tercera, a las estrategias que
se requieren para alcanzar los aprendizajes de acuerdo con lo
que saben los alumnos.
Este modelo plantea que en un primer momento debe exis-
tir claridad por parte del docente y los alumnos respecto a los
aprendizajes esperados, los criterios para valorar el trabajo del
alumno, y el reconocimiento por parte del docente y los alumnos
de los aprendizajes con que cuentan. Posteriormente, el modelo
señala en un segundo momento que la evaluación debe darse
durante el proceso de aprendizaje, mientras el alumno trabaja
en tareas que ejemplifican los aprendizajes esperados de ma-
nera directa. Esta evaluación que surge a la par del aprendizaje
1.Elenfoqueformativodelaevaluac
puede darse mediante preguntas dirigidas al alumno durante el
trabajo grupal, cuando los alumnos explican en la clase cómo re-
solvieron un problema, o al examinar un trabajo escrito. Finalmen-
te, en un tercer momento, para que la evaluación formativa sea
de ayuda para el aprendizaje, el docente debe retroalimentar el
trabajo de los alumnos para subsanar las dificultades detectadas
en el aprendizaje y brindar los elementos necesarios para que los
alumnos sean capaces de supervisar su propio mejoramiento.
ión
Este modelo resalta la necesidad de que el docente identi-
fique los aprendizajes esperados; los criterios de evaluación; lo
que saben los alumnos en relación con lo que les quiere ense-
ñar, para establecer las estrategias que permitan que los alum-
nos aprendan; se les brinde retroalimentación y que se autoe-
valúen y supervisen su propio desempeño. A continuación se
explican estos elementos.
Claridad en lo que se enseña: los aprendizajes
esperados
En el Plan de estudios 2011 se establece que los aprendizajes es-
perados son indicadores de logro que, en términos de la tempo-
ralidad establecida en los programas de estudio, definen lo que
se espera de cada alumno, en términos de saber, saber hacer
y saber ser; además, le dan concreción al trabajo docente al
constatar lo que los alumnos logran, y cons-
tituyen un referente para la planificación y la
evaluación en el aula (SEP, 2011).
Para que los aprendizajes tengan sentido
es necesario que la enseñanza aplique el en-
foque didáctico de cada campo formativo
(preescolar) o asignatura (primaria y secunda-
ria), porque así los alumnos desarrollarán ac-
tividades de aprendizaje significativas y con-
gruentes con los aprendizajes esperados.
1.Elenfoqueformativodelaevaluac
Establecer y comunicar los criterios de evaluación
El docente que evalúa con base en el enfoque formativo debe
definir y compartir con sus alumnos los criterios de evaluación
que utilizará, por lo que se espera que antes de iniciar y duran-
te una actividad, secuencia didáctica o proyecto, les comu-
nique: los propósitos; lo que se espera que logren al final de la
actividad (los aprendizajes esperados); el tipo de actividades
que se planificarán; el tiempo destinado para su realización; la
ión
importancia que tiene la actividad para el logro de los aprendi-
zajes esperados, y cómo se les va a evaluar, es decir, el tipo de
estrategia de evaluación (técnica o instrumento de evaluación:
examen, ensayo, portafolio, etcétera); las características que
tendrán los trabajos que se tomarán en cuenta; así como los
lineamientos para evaluar que determinará el docente.
Lo anterior con la finalidad que los alumnos conozcan de
antemano en qué consistirá la actividad que están por desarro-
llar y lo que se espera de ellos, para lograr que sean participan-
tes activos y reflexivos en su proceso de aprendizaje.
Identificar dónde están los alumnos
y hasta dónde pueden llegar
¿Qué saben los alumnos de lo que se les va a enseñar? El cono-
cimiento previo es esencial para el aprendizaje, el cual incluye
el aprendizaje formal, pero también una multitud de explica-
ciones implícitas para comprender e interpretar el mundo. Las
estrategias eficaces de enseñanza se basan en el conocimiento
previo de los estudiantes. Por ejemplo, los docentes ayudan a
los alumnos a desarrollar el hábito de preguntarse (cuando se
enfrentan a un nuevo aprendizaje o una tarea en la que tengan
que resolver un problema) acerca de lo que ya saben: ¿qué
puede ayudar a resolver esto?
Se puede aplicar una evaluación diagnóstica formal y utilizar
los resultados para decidir qué saben los alumnos y qué requiere
de mayor trabajo. De esta manera, los alumnos entienden el
sentido de los resultados de las evaluaciones y su vinculación
formativa con lo que se les enseña (Sheppard, 2008).
¿Cómo identificar hasta dónde pueden llegar los alumnos?
Esta concepción corresponde directamente con la zona de
desarrollo próximo y con la teoría sociocultural del aprendizaje.
La perspectiva sociocultural considera que el desarrollo es el fru-
to de una compleja e intrincada construcción, modificación y
1.Elenfoqueformativodelaevaluac
reorganización de los procesos cognoscitivos y de los esquemas
de interpretación de la realidad, procesos que surgen gracias
a la interacción entre las personas con el entorno donde viven,
incluyendo las prácticas sociales y culturales.
La perspectiva sociocultural tiene un punto de apoyo funda-
mental en el trabajo de Vygotsky (1962, 1991). Uno de los presu-
puestos básicos de su teoría es que todas las funciones mentales
complejas aparecen primero en el plano interpsicológico –a nivel
social–, y posteriormente, después de la interacción con alguien
ión
experto, aparecen en el plano intrapsicológico –a nivel individual.
El concepto utilizado para ello es la zona de desarrollo próxi-
mo, que es la región, en un continuo imaginario de aprendizaje,
entre lo que un alumno puede hacer de manera independiente
y lo que puede hacer si lo ayuda el docente u otros alumnos
más expertos que él. Es decir, la zona de desarrollo próximo se
refiere a la diferencia que existe entre el desarrollo actual de un
alumno, determinado por su capacidad de solucionar proble-
mas de manera independiente (conocimientos, habilidades y
actitudes previas), y su desarrollo potencial, determinado por
lo que puede llegar a lograr con la guía o la colaboración de
alguien más experto.
Respecto a lo anterior, se deben tender puentes entre lo
que conoce un alumno (conocimientos previos) y lo que puede
aprender. Esto implica un mecanismo distinto a la identificación
de la zona de desarrollo próximo, que Bruner (1986) denominó
como el proceso de andamiaje, y Sheppard (2008) especificó
andamiaje de la enseñanza. En este proceso, un alumno,que
inicialmente no conoce algo o no maneja un aprendizaje es-
perado, conocimiento, habilidad o actitud, puede llegar a ha-
cerlo si interactúa con un “experto”: el docente, que le brinda
guías, indicaciones y estímulos con base en estrategias especí-
ficas con el propósito de que el alumno mejore su desempeño.
Para favorecer el proceso de andamiaje de la enseñanza
se determinan dinámicas en el aula que garanticen que los
elementos básicos de la evaluación formativa y del andamiaje
estén establecidos y funcionando como interacciones de en-
señanza ordinarias. Algunas dinámicas serían que los alumnos
compartan algo que han escrito con el grupo, y enseñarles a
que se retroalimenten unos a otros. Este tipo de exposición gru-
pal y retroalimentación ofrece un andamiaje al alumno, sin que
sea necesario que el docente los atienda de manera individual
1.Elenfoqueformativodelaevaluac
(Sheppard, 2008).
El reto que tiene el docente es lograr que estos procesos no
interrumpan la enseñanza, sino que retroalimenten un aprendi-
zaje continuo.
Retroalimentar a los alumnos
Uno de los hallazgos más antiguos en la investigación es que
ión
la retroalimentación facilita el aprendizaje; sin ésta es probable
que el alumno siga cometiendo los mismos errores. En este sen-
tido, uno de los mecanismos que puede establecerse como an-
damiaje de la enseñanza es la retroalimentación.
De acuerdo con las evidencias de la investigación, no es
conveniente hacer elogios falsos al tratar de motivar a los estu-
diantes y aumentar su autoestima. Al mismo tiempo, la retroali-
mentación negativa directa, sin consideraciones, puede dete-
ner el aprendizaje y la disposición del alumno a esforzarse más.
La evaluación formativa demuestra que la retroalimentación es
especialmente eficaz cuando dirige su atención a cualidades
particulares del desempeño del alumno en relación con criterios
establecidos, y proporciona una guía de qué hacer para mejorar.
Además, para que la retroalimentación sea formativa los
docentes deben propiciar un clima de confianza y desarrollar
normas en clase que posibiliten la crítica constructiva y las opi-
niones fundamentadas. Estratégicamente, esto significa que la
retroalimentación debe ocurrir durante el proceso de aprendi-
zaje (y no al final, cuando ya se terminó el aprendizaje de ese
tema): docente y alumnos deben tener una comprensión com-
partida de que la finalidad de la retroalimentación es facilitar el
aprendizaje (Sheppard, 2008).
Para que haya una retroalimentación eficaz es necesario
que los docentes sean capaces de analizar el trabajo de los
alumnos e identificar los patrones de errores y las interferencias
en el aprendizaje que más atención requieren. En un estudio
de intervención, Elawar y Corno (1985) descubrieron que los
docentes mejoraban extraordinariamente la eficacia de la re-
troalimentación cuando se concentraban en estas preguntas:
“¿Cuál es el error principal? ¿Cuál es la razón probable de que
el alumno cometiera este error? ¿Cómo puedo guiar al alumno
para que evite el error en un futuro?”.
Supervisar el propio desempeño
1.Elenfoqueformativodelaevaluac
El hábito de autoevaluarse se asocia con la autosupervisión del
desempeño, que es la finalidad del andamiaje de la enseñanza,
así como el objetivo de la evaluación formativa de Sadler (1989).
El proceso de autoevaluación se basa en que existan criterios
de evaluación claros y explícitos para que los alumnos puedan
pensar, aplicar y reflexionar, en el contexto de su propio trabajo.
Este proceso de autoreflexión incrementa la responsabilidad y el
compromiso de los alumnos ante su aprendizaje, lo que genera
ión
más colaboración en la relación alumno-docente. Los docentes,
por su parte, no renuncian a su responsabilidad sino que, al com-
partirla, consiguen que los alumnos tengan mayor confianza en
lo que deben aprender, se generan expectativas que entienden
ambas partes, y se promueve que los alumnos se autorregulen.
Se sabe que los alumnos que son capaces de desarrollar es-
tas habilidades autorreguladoras son más eficaces en su apren-
dizaje, y éstas suelen ser aprendidas cuando alguien que sabe
más las modela o las muestra de manera visible (Díaz Barriga y
Hernández, 2002).
La ética en la evaluación
La ética le da a la evaluación la posibilidad de constituirse como
un ejercicio profesional equilibrado, al regular que los juicios de
los docentes se apliquen de manera imparcial, justa, equitati-
va, respetuosa, responsable, honesta y con compromiso social;
además que se asuman las responsabilidades y se facilite la re-
flexión de las acciones que surgen de la evaluación.
Asimismo, la ética es un elemento a considerar en el proce-
so de enseñanza, de aprendizaje y de evaluación, con todos los
actores: docentes, alumnos, madres y padres, tutores, autorida-
des escolares y educativas.
Un docente que evalúa debe ser un profesional ético que:
a) trate a los alumnos de acuerdo con las orientaciones y los
valores que rigen su conducta, como la honestidad, el respe-
to, la autonomía, la reciprocidad, la imparcialidad y la justicia;
b) reconozca las voces de todos, asegurando que los grupos
más vulnerados en la sociedad, la escuela y el salón de clases,
sean igualmente escuchados durante los procesos de enseñan-
za, de aprendizaje y de evaluación; c) incorpore a los alumnos
en las actividades con su pleno consentimiento; d) logre que
los resultados estén disponibles y sean legítimos para todos los
interesados, y e) permita a otros docentes enterarse de lo que
1.Elenfoqueformativodelaevaluac
él hace (House, 1990; Lois-Ellin, 1999).
Algunas herramientas y estrategias que le ayudan al docente
que evalúa a identificar, enfrentar y solucionar los dilemas éticos,
se dividen en tres ámbitos: individual, colectivo y material, que en
su conjunto permite al docente que evalúa enfrentar los desafíos
éticos. Esta es una propuesta que el docente puede reflexionar y
aumentar según su experiencia.
A continuación se describe cada uno de estos ámbitos.
ión
El ámbito individual se refiere a todas aquellas competen-
cias (conocimientos, habilidades, actitudes y valores) que debe
poseer el docente que evalúa para poder identificar, enfrentar
y solucionar un dilema ético: ser reflexivo, tener formación y es-
tar actualizado en su campo, además de contar con capaci-
dad analítica y autocrítica.
El ámbito colectivo se refiere a que el docente que evalúa
trabaje de manera colegiada y colaborativa para evaluar su
desempeño, mediante el diálogo entre docentes para comuni-
car sus experiencias, avances y retos. Es necesario fomentar el
intercambio de experiencias entre docentes para favorecer la
conformación de redes y el desarrollo de un clima de aprendi-
zaje, que permita la actualización y la detección de problemas
comunes para establecer y comprender principios y códigos de
actuación, que favorezcan al docente evaluador revisar su
desempeño con base en las opiniones de otros docentes.
El ámbito material se refiere a las herramientas con que cuen-
ta el docente para regular y desarrollar un proceso de evaluación
ético. La evaluación debe reflejar lo que el alumno ha aprendido
o le falta por aprender; de esta manera, dentro de este ámbito es
necesario que el docente tenga las evidencias que le ayuden a
tomar las decisiones correctas para favorecer el desempeño de
los alumnos. Cabe señalar que una mala evaluación es determi-
nante en los procesos de aprendizaje de los alumnos.
En relación con la ética, la evaluación no debe considerarse
una medida de control o sanción, de amenaza a los alumnos,
como cambiar calificaciones o “bajarles puntos”, ya que no
beneficia el proceso de aprendizaje; la evaluación debe consi-
derarse una medida conveniente para establecer criterios cen-
trados en mejorar el aprendizaje, que garanticen el derecho a
la educación de todos los alumnos, respetando su dignidad y
protegiendo sus derechos.
En suma, el tener siempre presente los tres ámbitos permitirá
al docente evaluar de manera profesional y ética.
Lectura 6
Las técnicas de evaluación son los procedimientos utilizados por el docente para
obtener información acerca del aprendizaje de los alumnos; cada técnica de
evaluación se acompaña de instrumentos de evaluación, definidos como
recursos estructurados diseñados para fines específicos.
Tanto las técnicas como los instrumentos de evaluación de-ben adaptarse a las
características de los alumnos y brindar in-formación de su proceso de
aprendizaje. Dada la diversidad de instrumentos que permiten obtener
información del aprendizaje, es necesario seleccionar cuidadosamente los que
permitan obtener la información que se desea. Cabe señalar que no existe un
mejor instrumento que otro, debido a que su pertinencia está en función de la
finalidad que se persigue, es decir, a quién evalúa y qué se quiere saber, por
ejemplo, qué sabe o cómo lo hace. En Educación Básica algunas técnicas e
instrumentos de evaluación que pueden usarse son: observación, desempeño de
los alumnos, análisis del desempeño, e interrogatorio.
Técnicas de observación
Finalidad
Procedimiento
Ejemplos
Grupo:
Fecha de observación:
Competencias
• ¿Cómo interactúan los niños con los carteles? (es decir, ¿qué comentarios
hacen sobre los carteles que el docente les muestra y el que les propuso
elaborar? Por ejemplo, dicen que nunca habían visto carteles o que habían visto
en algún lugar; dicen qué habían visto expuesto o anunciado en otros carteles).
• Referencias al lenguaje escrito: qué hacen los niños respecto a los carteles
que observan y el que elaboran (qué decisiones toman).
Lo que los niños comenten acerca del cartel y otros que han visto permitirá saber
si usan o no este tipo de texto y en qué condiciones; la información que se
obtenga será un dato importante para tomar decisiones respecto a las
actividades que pueden realizarse posteriormente con el grupo.
Grupo:
Fecha de observación:
Aprendizajes esperados
Aspectos a observar
En las actividades de diseño del cartel: • ¿Cómo escriben los niños? (¿usan
letras, garabatos nada parecidos a las letras; señalan dónde escribieron…?),
¿cómo se refieren a lo escrito? • ¿Qué tanto, lo que hacen los niños, tiene que
ver con el texto que se les propone elaborar (cartel)? • ¿Los niños mencionan
algunos otros textos (por ejemplo, comparando o recordando cómo se usa, cómo
es, dónde lo ha visto)?
Registro:
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Fecha de observación:
Aprendizajes esperados:
Aspectos a observar
Registro:
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Registro anecdótico
Procedimiento
Alumno:
Hora:
Clase de Matemáticas
Fecha:
Diario de trabajo
Ejemplo
Fecha de registro:
Las técnicas de desempeño son aquellas que requieren que el alumno responda
o realice una tarea que demuestre su aprendizaje de una determinada situación.
Involucran la integración de conocimientos, habilidades, actitudes y valores
puestas en juego para el logro de los aprendizajes esperados y el desarrollo de
competencias. Entre los instrumentos de evaluación de las técnicas de
desempeño se encuentran las preguntas sobre el procedimiento, los cuadernos
del alumno, los textos escritos y los organizadores gráficos, entre otros.
Finalidad
Promover la reflexión de los pasos para resolver una situación o realizar algo.
Procedimiento
Ejemplos
Nivel: Secundaria
Grado: Primero
Bloque I
Explicar a los alumnos que el propósito del aprendizaje esperado para este
bloque es utilizar distintos sonidos, el ruido y el silencio, para crear una
composición sonora, la cual registrarán por medio de representaciones gráficas
no convencionales (la convencional es la notación musical occidental) y también
a presentarán ante un público.
Motivar el interés entre los alum-nos con base en preguntas clave, por ejemplo,
¿los instrumentos musicales y la voz son los únicos recursos con los cuales se
puede crear música?, ¿todas las combinaciones de sonido y silencio dan como
resultado música?
Se planteará un desafío o un reto que permita a los alumnos dar respuesta a las
preguntas anteriores, por ejemplo, que mencionen una canción de su agrado y
sólo utilicen movimientos corporales y la voz (sin cantar) para que la reproduzcan
(imiten). Pedir que generen una secuencia de sonidos que no tenga relación con
alguna canción que conozcan. El objetivo es que los alumnos reconozcan que no
se necesitan instrumentos musicales para crear música; se puede utilizar sólo el
cuerpo y asimismo generar secuencias de sonidos (por ejemplo, dos palmadas,
un pisotón y un grito) que no siempre serán música, sin embargo, sí serán
creaciones sonoras. Exponer varios tipos de música donde no se utilicen
instrumentos musicales ni la voz con letra. La finalidad es que el alumno tenga
una idea de qué se puede hacer con el cuerpo y distintos objetos, para crear una
composición sonora. De igual manera, proponer distintos ejemplos de grafías
convencionales para que el alumno reconozca la forma común de representar
gráfica-mente la música; ello le servirá de referente para registrar sus creaciones
con grafías distintas a ésta (mostrar diferentes partituras con grafías
convencionales). Pedir a los alumnos que escuchen a su alrededor, que
exploren distintos paisajes sonoros (los sonidos del ambiente) en el salón de
clases, en el patio, en la calle, o que imaginen los sonidos de un parque, una
feria, un mercado, etcétera. Solicitar que averigüen las causas y efectos que
originan los sonidos que hayan identificado. La intención es que registren con
una grafía particular cada sonido (con su cualidad) y ruido que les atraiga, y
éstos aunados con el silencio se utilizarán para crear una composición sonora
(puede ser cualquier grafía distinta a la notación musical convencional: rayas,
espirales, líneas punteadas, un punto, figuras, garabatos, ¡todo es válido!).
Sugerir que inventen distintas combinaciones y patrones; asimismo proponer que
las composiciones incluyan un inicio, un desarrollo y un cierre. la creación para
leerla y ejecutarla, con sonidos producidos por su cuerpo, la voz y algunos
objetos. Es importante considerar la presentación de las composiciones ante un
público, la comunidad escolar, en algún foro de la entidad o ante otros grupos.
Indicar a los alumnos cada etapa del proceso para llegar a la presen-tación:
desde la creación de la composición el ensayo de las piezas, su lectura y
exploración de las posibilidades para ejecutarla con el cuerpo y objetos; la
producción, es decir, en qué espacio se presentará, qué vestuario se utilizará, y
la difusión verbal, por medio de carteles, periódicos lo-cales y anuncios;
indicando la hora, el lugar y el día de la presentación, así como los participantes.
Favorecer el disfrute durante la ejecución y audición de las composiciones
sonoras al momento de la presentación. Motivar el respeto por su creación y la
de sus compañeros, pidiendo reconocer las cualidades del sonido en las
composiciones para registrarlas con grafías no convencionales. Promover una
reflexión del aprendizaje, donde sus alumnos socialicen su experiencia; puede
esperar respuestas libres o espontáneas, o guiar la reflexión mediante preguntas
que la orienten, por ejemplo, ¿Qué sonidos utilizaste en tu composición sonora?
¿Qué diferencias encuentras entre tu composición y las de tus compañeros?
¿Emplearon los mismos objetos y recursos sonoros? ¿Existió algún orden lógico
en tu creación?, y en la de tus compa-ñeros ¿hubo silencio y/o ruido?
Procedimiento
Cuadros sinópticos
Mapas conceptuales
Portafolio
Procedimiento
El uso del portafolio como instrumento de evaluación debe: Ser un reflejo del
proceso de aprendizaje. Identificar cuestiones clave para ayudar a los alumnos a
reflexionar acerca del punto de partida, los avances que se obtuvieron y las
interferencias persistentes a lo largo del proceso. Favorecer la reflexión en torno
al propio aprendizaje. Promover la autoevaluación y la coevaluación.
La elaboración del portafolio debe ser una tarea que se comparta con los
alumnos; para realizarlo es necesario: Establecer el propósito del portafolio: para
qué asignaturas y periodos se utilizará; cuál es la tarea de los alumnos; qué
trabajos se incluirán y por qué, y cómo se organizará. º Definir los criterios para
valorar los trabajos cuidando la congruencia con los aprendizajes esperados.
Establecer momentos de trabajo y reflexión sobre las evidencias del portafolio.
Establecer periodos de análisis de las evidencias del portafolio por parte del
docente. Promover la presentación del portafolio en la escuela.
Ejemplo
Bloque I. México a través de los mapas y sus paisajes. Eje temático: Espacio
geográfico y mapas. Competencia que se favorece: Manejo de información
geográfica.
Listas de Cotejo
Criterios de evaluación
Incluye ejemplos de componentes espaciales que se aprecian en paisajes
de México.
Expresa diferencias en paisajes representativos de México a partir de sus
componentes espaciales.
Advierte la diversidad de paisajes en México a partir de sus componentes
espaciales.
Rúbrica
Para elaborar una rúbrica es necesario: Redactar los indicadores con base en los
aprendizajes esperados. Establecer el grado máximo, intermedio y mínimo de
logro de cada indicador para la primera variante. Redactarlos de forma clara.
Listas de cotejo
Es una lista de palabras, frases u oraciones que señalan con pre-cisión las
tareas, acciones, procesos y actitudes que se desean evaluar. La lista de cotejo
generalmente se organiza en una tabla en la que sólo se consideran los aspectos
que se relacionan con las partes relevantes del proceso y los ordena según la
secuencia de realización.
Criterios:
(SÍ - NO)
Técnicas de interrogatorio
Los tipos textuales orales o escritos son instrumentos útiles para valorar la
comprensión, apropiación, interpretación, explicación y formulación de
argumentos de diferentes contenidos de las distintas asignaturas.
Debate
Después: Evaluación.
Ensayo
El ensayo es una producción escrita cuyo propósito es exponer las ideas del
alumno en torno a un tema que se centra en un aspecto concreto. Con frecuencia
es un texto breve que se diferencia de otras formas de exposición, como la tesis,
la disertación o el tratado.
Considerando que toda secuencia didáctica tiene una etapa de inicio, una de
desarrollo y un cierre, los procesos de enseñanza, de aprendizaje y de
evaluación deben confluir, con la finalidad de acercar al estudiante al logro del
aprendizaje esperado. Lograr una secuencia didáctica que plantee a los
estudian-tes desafíos interesantes y los oriente a indagar, cuestionar, analizar y
comprender, y al mismo tiempo genere evidencias que puedan analizarse por los
propios alumnos y por el docente para reflexionar acerca de los procesos
ocurridos y retroalimentarlos de manera que se mejore el aprendizaje, requiere
de una cuidadosa planificación. La planificación es un proceso fundamental en el
ejercicio docente, ya que contribuye a orientar su intervención hacia el logro de
los aprendizajes esperados y, por ende, al desarrollo de competencias de los
alumnos. Al realizar la planificación es necesario considerar las carac terísticas
de los alumnos, del entorno escolar y social en que se desarrollan, las
estrategias, los mate-riales, el tiempo y los instrumentos de evaluación que
permitirán obtener evidencias del aprendizaje de los alumnos. Por lo anterior, la
planificación debe tomar en cuenta los aprendizajes que se esperan lograr con
los alumnos y trazar el trayecto para alcanzarlos, considerando qué tienen que
comprender y experimentar primero los estudiantes y qué después para lograr el
aprendizaje; qué aspectos quedarán a cargo de los alumnos y cuáles será
necesario explicar para que puedan avanzar; qué se trabajará en el aula, en casa
o en otros espacios; cómo se organizará al grupo para realizar las activida-des,
en qué momentos trabajarán de manera individual, por equipos o en sesión
plenaria, y qué evidencias se generarán en cada etapa para evaluar los avances,
los apoyos que se requieren y las estrategias por modificar. La finalidad de la
secuencia didáctica será la consecución de los aprendizajes esperados que
establecen los programas de estudio de preescolar, primaria y secundaria.