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La Salvacion de Lo Bello

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Desde la perspectiva que aborda el texto “La salvación de lo bello” de Byung Chul Han,

podemos entender que el poder actualmente se encuentra en la imagen, lo que se percibe ya


sea un objeto o una persona, esta cosa o persona será bella si tiene cierta “pulcritud”. Esta
belleza tendrá relación directa con el “disfrute”.

En los primeros capítulos del libro, el autor habla de fenómenos actuales de la sociedad, que
tienen que ver con esta forma de considerar la pulcritud. Esta hegemonía sólo es posible
gracias al consenso de la sociedad globalizada en la cual vivimos, todo el tiempo y en las
decisiones que tomamos estamos abalando esta forma de vivir y pensar. Desde un “me gusta”
en una red social hasta una publicidad de cerveza tiene que ver con este nuevo paradigma de
la sociedad en la cual vivimos.

“En presencia de lo bello el sujeto se agrada a sí mismo” dice el autor en el libro, pero
podríamos tomar esta afirmación como algo contradictorio, si lo vemos desde el punto de vista
de la sociedad digitalizada, una imagen (publicidad) que contenga a una persona con “bella”
para la sociedad y los medios de comunicación actuales, la mayoría de las personas no se
verán identificadas, esta imagen no devuelva al que la está mirando agradarse a sí mismo más,
sino querer consumir lo que esta imagen le está vendiendo, para poder llegar a alcanzar esa
“belleza”. Esto no es más que otra forma de ejercer el poder, las empresas quieren vender más
entonces van a instalar ideales muy altos que no puedan alcanzarse fácilmente. Lo bello tiene
que causar estímulos y llamar la atención.

La aprobación del otro tendrá un papel fundamental en esta nueva forma de relacionarnos, la
privacidad y la intimidad van a quedar a un lado, al publicar nuestra vida en fotos, estamos
buscando la mirada y aprobación de lo que hacemos constantemente. El autor del libro dice
que para Aristóteles “El hombre libre es alguien independiente de las precariedades de la vida
y de sus imperativos” podríamos decir que el hombre que vive en la sociedad moderna no es
libre; por lo dicho anteriormente.

Desde esta perspectiva, podemos hablar de un nuevo orden social (planteado en el texto
Gubernamentalidad Algorítmica de Pablo Manolo Rodríguez) donde se reformulan las
maneras de concebir a los dispositivos que controlan a las personas, y que ejercen poder. Se
habla de un sistema de “control a cielo abierto” donde la escuela, la fábrica, los hospitales y las
cárceles quedan en segundo plano. En la actualidad, nuestras búsquedas en la web y la forma
de relacionarnos por redes sociales y aplicaciones definen como será nuestra experiencia al
navegar, esto es gracias a los algoritmos como plantea el autor “toda la complejidad de su
influencia en la actualidad reside en que dicho conjunto es lo que hace funcionar a una
computadora y por extensión a cualquier sistema informático basado en un sistema de
codificación binaria.”

Pero para entenderlo mejor, estamos hablando de un sistema que filtra según nuestra
actividad en la web, redes sociales y Apps lo que vamos a ver, según nuestros gustos, en si
formas de producción de subjetividad, de control.

Este control es gracias al desarrollo de Internet en los últimos años ya que paso de monitorear
nuestros movimientos a monitorear como se relacionan los sujetos que producen contenidos
gracias a la digitalización de la vida social.
El libro plantea que “Gobernar será inventar una coordinación racional de los flujos de
informaciones y decisiones que circulan en el cuerpo social” (1953)

En la actualidad podríamos hablar de la invención de esa “coordinación” como la generación


de un mecanismo que controle nuestra formas de relacionarnos (formas algorítmicas de
proceder).

Concluimos que debido a estos nuevos dispositivos de control de la sociedad moderna, las
personas estamos siendo más vigiladas que nunca y permitimos esta vigilancia excesiva, sin
darle la importancia que se debería. Nadie lee los términos y condiciones al crearse un usuario
o descargar una aplicación. Permitimos este control y el poder que se ejerce gracias a este
conocimiento sobre nuestra vida. Finalizamos esta reflexión con la frase final de Deleuze “No
se trata de temer o de esperar, sino de buscar nuevas armas” (1999)

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