Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Maquinas de Pensar

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

FACULTAD DE CIENCIA Y TECNOLOGIA


DEPARTAMENTO DE FISICA

MAQUINAS DE PENSAR

WESLY JORDY ESPINOSA CASTRO


YANCY MARCELA CASTILLO SEPÚLVEDA

NOVIEMBRE 2022
¿Cómo llegamos hasta aquí?
Los humanos tienen un cerebro extraordinariamente grande en comparación con el de otros
animales. Los mamíferos que pesan 60 kilogramos tienen en promedio un cerebro de 200
centímetros cúbicos. Los primeros hombres y mujeres, de hace 2,5 millones de años, tenían un
cerebro de unos 600 centímetros cúbicos. Los sapiens modernos lucen un cerebro que tiene en
promedio 1350 centímetros cúbicos. El cerebro de los neandertales era aún mayor.
Algunos expertos creen que hay una relación directa entre la cocción de los alimentos, el
acortamiento del tracto intestinal humano y el crecimiento del cerebro humano. Puesto que tanto
un intestino largo como un cerebro grande son extraordinarios consumidores de energía, es difícil
tener ambas cosas. Al acortar el intestino y reducir su consumo de energía, la cocción abrió
accidentalmente el camino para el enorme cerebro de neandertales y sapiens.
El hecho de que la evolución seleccionara a favor de cerebros mayores nos puede parecer,
digamos, algo obvio. Estamos tan acostumbrados nuestra intuición que asumimos que cuando se
trata de potencia cerebral, más tiene que ser mejor. Pero si este fuera el caso, la familia de los
felinos también habría engendrado gatos que podrían hacer cálculos, pero su potencial cerebral
esta desarrollado para enfatizar sus habilidades físicas. ¿Por qué es el género Homo el único de
todo el reino animal que ha aparecido con estas enormes máquinas de pensar?
El hecho es que un cerebro colosal es un desgaste colosal en el cuerpo. No es fácil moverlo por
ahí, en especial cuando está encerrado en un cráneo enorme. Es incluso más difícil de
aprovisionar. En los Homo sapiens, el cerebro supone el 2 o 3 por ciento del peso corporal total,
pero consume el 25 por ciento de la energía corporal cuando el cuerpo está en reposo. En
comparación, el cerebro de otros simios requiere solo el 8 por ciento de la energía en los
momentos de reposo. Los humanos arcaicos pagaron por su gran cerebro de dos maneras. En
primer lugar, pasaban más tiempo en busca de comida. En segundo lugar, sus músculos se
atrofiaron.
Un chimpancé no puede ganar a Homo sapiens en una discusión, pero el simio puede despedazar
al hombre con aterradora facilidad. Hoy en día nuestro gran cerebro nos compensa
magníficamente, porque podemos producir automóviles y fusiles que nos permiten desplazarnos
mucho más deprisa que los chimpancés y dispararles desde una distancia segura en lugar de
pelear con ellos. Sin embargo, coches y armas son un fenómeno reciente. Durante más de dos
millones de años, las redes neuronales humanas no cesaron de crecer, aunque dejando aparte
algunos cuchillos de pedernal y palos aguzados, los humanos tenían muy poca cosa que mostrar.
En comparación con otros animales, los humanos nacen prematuramente, cuando muchos de sus
sistemas vitales están todavía subdesarrollados. Un caballo puede trotar poco después de nacer;
un cachorro se separa de la madre para ir a buscar comida por su cuenta cuando tiene apenas unos
pocos meses de vida. Los bebés humanos son desvalidos, y dependientes durante muchos años
para su sustento, protección y educación.
Este hecho ha contribuido enormemente a las extraordinarias capacidades sociales de la
humanidad. Criar a los niños requería la ayuda constante de cooperación. Para criar a un humano
hace falta una tribu. Así, la evolución favoreció a los que eran capaces de crear lazos sociales
fuertes.
No es en absoluto una conclusión inevitable que esto sea una buena estrategia para sobrevivir en
la naturaleza.
El aprendizaje es parte fundamental para el desarrollo del ser humano como especie.
Durante los primeros años de vida de una persona el aprendizaje es un proceso automático y sirve
para que se desarrolle paulatinamente cada individuo en lo intelectual, en habilidades
psicomotrices, conocimientos y conductas de educación y enseñanzas de diferentes ámbitos
socioeconómicos. Es decir, estas capacidades sociales se construyen intersubjetivamente entre
distintas generaciones.
Desde los primeros momentos de vida el individuo está en constante aprendizaje, para obtener
control de su entorno y subsistir en éste.
Ciertas conductas tendrán un componente determinado de forma innata, mientras que otras
conductas exigirán de un acto consciente de aprender.
El aprendizaje es básico para la subsistencia y para la evolución de la especie, modifica y
transforma las estructuras y así, permite la realización de nuevos aprendizajes de mayor
complejidad.
El aprendizaje es un proceso mediante el cual se adquieren conocimientos y habilidades como
destreza, conductas y valores útiles para una correcta relación con el entorno social. Tiene una
gran importancia en el ser humano porque está relacionado con la educación y el desarrollo
personal.
El aprendizaje es también el producto de los conocimientos adquiridos mediante algún tiempo
de análisis. El ser humano es capaz de desarrollar y poner en práctica todo lo aprendido. De esta
manera se vincula la importancia de la ponencia cerebral en el aprendizaje.
¿Cuándo empezamos a ser inteligentes los humanos? ¿Cómo apareció nuestra inteligencia? ¿Qué
la hizo surgir? ¿Emergió paulatinamente a partir de las potencialidades de la materia, tal como
ya sugirió Darwin? ¿Responde a un acto de creación divina, como afirmaba Wallace?,
francamente no lo sabemos
La prueba del espejo es una práctica en psicología para determinar si un animal posee un nivel
de autoconciencia innato cuando ve su reflejo en un espejo. La idea de usar espejos para medir
la autoconciencia se basa en experimentos realizados por Charles Darwin, cuando los usó para
observar reacciones en orangutanes en zoológicos. Algunas versiones de la prueba del espejo
usan una marca roja en el rostro para observar la reacción de percepción subjetiva. Los niños
empiezan a aprobar está prueba a los dieciocho meses de edad, lo que marca un hito importante
en su desarrollo.
Los estudios del espejo son intrigantes porque nos relacionamos con este a un nivel intuitivo.
Mirarse al espejo y reconocerse tiene que ver con la autoconciencia.
Los humanos no son los únicos animales que pueden reconocerse, hay otras especies que también
tienen la capacidad de reconocerse a sí mismas. Los chimpancés fueron los primeros en pasar la
prueba del espejo. Luego siguieron otros animales, delfines, elefantes e incluso urracas. Sin
embargo, la prueba tiene resultados sorprendentes, algunos monos no aprueban a pesar de que
son vistos como animales inteligentes. La reacción de un perro a su reflejo, por ejemplo, la
investigación de la inteligencia animal en las últimas décadas a veces ha sido confusa, pero
también nos ha dado nuevas y profundas ideas acerca de nuestro lugar en este mundo.
Para anclar nuestro entendimiento de la mente humana, en lugar de analizar nuestra descendencia
necesitamos saber más acerca de los animales.
¿Cómo piensan los demás animales?, ¿Y cómo estudiar las mentes de los animales revela lo
que es ser humano?
Los animales claramente tienen formas de comunicarse entre sí, las abejas lo hacen mediante
zumbidos. Las ballenas cantan y los chimpancés gesticulan y gritan. Pero los humanos tenemos
una decena de miles de palabras a nuestra disposición que unidas pueden comunicar un numero
infinito de ideas. En concreto, un estudio publicado en Frontiers in Psychology llevado a cabo
por investigadores de la Universidad de Gante, Bélgica; afirma que los adultos conocemos
alrededor de 42.000 palabras a los 20 años.
Ver si los animales podían comunicarse con nosotros, en lenguaje humano, fue de los primeros
esfuerzos en investigación de inteligencia animal. Uno de los primeros experimentos fue con un
chimpancé llamado Viki, a finales de los cuarenta, claramente fue un rotundo fracaso. Las
cuerdas vocales de los chimpancés no están hechas para hablar. Pero en la década de los sesenta,
una pareja de psicólogos tuvo otra idea. Llevaron a casa a una bebé chimpancé llamada Washoe,
la criaron como un niño humano y trataron de enseñarle lenguaje de señas. Al final, Washoe
aprendió un centenar de palabras. Los esposos Gardner enseñaron a Washoe el lenguaje de signos
norteamericano, y aprendió a utilizar más de 350 palabras de manera combinada para articular
mensajes. Fue el primer ser no humano en aprender este lenguaje. Cuando se le mostró su reflejo
en un espejo y se le preguntó que veía, respondió: yo, Washoe.
Los lingüistas habían definido el lenguaje como comunicación simbólica. Luego vino Washoe y
estaba haciendo comunicación simbólica. Usaba señales con las manos para referirse a ciertas
cosas. Le siguieron otros estudios del lenguaje de los simios que parecieron demostrar que la
mente humana y nuestra capacidad para comunicarnos no eran tan únicas después de todo.
Así que la pregunta era, ¿estos simios realmente usaban el lenguaje?, era una pregunta radical.
Hasta finales del siglo XIX, en muchas de las culturas occidentales se suponía que las mentes
humanas no tenían nada que ver con los animales. Ese no era el caso para algunas religiones
orientales como el budismo, esta visión del universo decía que los humanos y los animales
compartían la misma naturaleza esencial y estaban relacionados con la reencarnación. La
cosmovisión cristiana se parecía más a una jerarquía, los humanos eran superiores porque tenían
alma y los animales estaban debajo de ellos. Están los mamíferos, luego los gusanos, después los
moluscos y demás. Y claro, los humanos estaban más cerca de Dios, porque los ángeles y Dios
estaban justo por encima de nosotros.
Pero, sin embargo, Charles Darwin cambio todo eso. El concepto moderno de árbol de la vida en
biología se remonta al siglo XIX, cuando Charles Darwin y especialmente Ernst Haeckel
interpretaron e ilustraron en forma de árbol las relaciones de parentesco entre los seres vivos.
Ambos entendían que la biodiversidad de la Tierra se había generado según el principio de
antepasado-descendiente con modificación, tal y como se expresa en ramas que derivaban unas
especies de otras. Hoy día la clasificación de los seres vivos sigue un principio filogenético de
ascendencia-descendencia directa, básicamente principio de monofilia y así se ofrece una
sistematización que integra la diversidad morfológica y la evolución, Es decir taxonomía y
filogenia. La revolución que ha supuesto la filogenia basada en secuencias de ADN en la
clasificación de los seres vivos tiene consecuencias fundamentales para poder entender sus
verdaderas relaciones de parentesco.
La cosmovisión se amplió con la teoría de la evolución.
Una de las cosas que Darwin hizo muy bien en El origen de las especies fue hacer evidente un
panorama alternativo en la que hay un árbol y no una escala evolutiva.
La evolución de toda la forma de vida antigua y toda la vida en general está relacionada, aunque
sea remotamente, incluso distantemente.
Los homosapiens estamos en la ramificación de los mamíferos. Darwin afirmaba que la
inteligencia debe ser característica en este lugar del árbol evolutivo, escribió: “La diferencia entre
la mente del hombre y la mente de los animales superiores, por grande que sea ciertamente es
de grado y no de clase.”
Pero la mente es mucho más difícil de definir, es complejo estudiar la mente de forma científica.
Así que durante caso todo el siglo XX la psicología convencional midió el comportamiento en
su lugar.
Esta escuela de pensamiento se llamaba conductismo. Al principio, sus objetivos estaban muy
bien, optaron por alejarse de los estados internos como los sentimientos, los pensamientos y la
conciencia en sí, y enfatizarían en el comportamiento. Pero el conductismo fue más allá,
argumentando que la mente no importaba en absoluto. Cualquier señal de inteligencia se aprendía
a través de un sistema de recompensas y castigos.
Y esa es una interpretación de como los simios aprendieron el leguaje.
El psicólogo B.F. Skinner era, por decir algo, el sumo sacerdote del conductismo.
En 1950 B.F. Skinner realizó un experimento con palomas: cada vez que oprimieran un botón,
les daría alimento. Por un tiempo, las palomas siguieron un patrón regular, hasta que Skinner
cambió el método: sólo les daría comida aleatoriamente por cada botón presionado. La respuesta
que obtuvo fue fascinante. Decía: “Su trabajo ha sido aplaudido y atacado porque detalla
métodos para moldear y controlar el comportamiento de otros.”
Skinner logró explicar una parte del aprendizaje animal y humano gracias a su experimento con
animales. En concreto, el psicólogo investigó sobre el Condicionamiento Operante.
El condicionamiento operante es un proceso de ejercer control sobre la conducta de un organismo
en un cierto ambiente, por medio de la aplicación del refuerzo. El refuerzo es un evento que va
seguido de la conducta y altera la probabilidad de que ocurra dicha conducta. Por ejemplo, si la
paloma presiona el botón y recibe comida, la conducta de presionar el botón tenderá a aumentar
cada vez que el animal quiera comer. En este tipo de condicionamiento, el individuo aprenderá a
mantener o eliminar conductas en función de las consecuencias que estas conductas representan
para él.
Él pensaba que los animales eran máquinas de respuestas a estímulos, Skinner creía que se les
podía enseñar casi cualquier cosa con las recompensas y castigos correctos.
Como enseñarles a las palomas a leer, a jugar ping phong o a volar un misil de la segunda guerra
mundial, que de hecho funcionó, pero nunca puso en práctica. Las palomas aprendieron una
respuesta diferente a cada estimulo inducido al ser recompensadas con comida.
Skinner creyó el humano también aprende de esta forma, anqué de una manera mucho mas
compleja. En una entrevista en 1977 argumento que la inteligencia humana y la inteligencia
animal eran condicionadas.
“El comportamiento humano es muy diferente, mucho más complejo que el comportamiento
animal pero los principios fundamentales están ahí.”
-Burrhus Frederic Skinner.
Noam Chomsky, un lingüista, discrepaba con Skinner, en una entrevista ese mismo año,
Chomsky argumentó que los humanos no necesitan ser condicionados para adquirir el leguaje.
Estamos hechos para ello, y es claro desde una temprana edad.
La mayoría de los padres no dan ninguna instrucción sistemática a sus hijos y, sin embargo,
aprenden
“En cierto sentido, podríamos decir que el idioma no se aprende.”
- Avram Noam Chomsky.
Creía que los animales eran aptos para otras cosas. Cuando se le preguntó si los simios como
Washoe podían aprender a hablar, respondió:
“Los humanos pueden volar unos 9 metros. Eso hacen en las Olimpiadas. ¿Eso es volar?”
Después de Washoe, los investigadores le enseñaron lenguaje de señas a otro chimpancé. Y
revisaron la grabación de estudios previos de simios, concluyendo que los chimpancés podían
imitar palabras aisladas, pero no podían hablar en oraciones espontaneas o con gramática como
lo hacen los humanos. Los chimpancés no muestran evidencia inequívoca de dominar la
organización conversacional, semántica o sintáctica del lenguaje.
Al final, la frase más larga de Nim Chimpsky, un chimpancé al que se le enseño lenguaje de
señas, fueron esta serie de palabras gesticuladas: “Dame naranja a mí, dame comer naranja, yo
comer naranja dame de comer yo, naranja dame tu”
El conductismo perdió aceptación.
Aunque ya no creemos tanto que puedan hablar, abrieron el campo de la cognición animal, al
demostrar que los simios pueden hacer más de lo que pensábamos.
Hoy gracias a Darwin, los científicos están de acuerdo en que la inteligencia humana evoluciono
de primates anteriores con la primera gran división hace unos 7 millones de años y otra hace unos
200 000 años, cuando apareció el homo sapiens, y luego, en un parpadeo evolutivo, los humanos
desarrollaron cerebros más, grandes, lenguajes complejos, culturas, tecnologías y civilizaciones
para después extenderse por todo el mundo.
Una teoría sobre porque el cerebro humano es tan excepcional es debido a la cantidad de neuronas
que posee. El cerebro humano tiene aproximadamente 100 mil millones de ellas. Tres veces más
que un chimpancé y mil veces más que un ratón. Pero recientemente se descubrió que los
elefantes tienen cerca de 260 mil millones de neuronas, casi tres veces más que nosotros.
También se ha intentado averiguar si los tipos de neuronas que tenemos son especiales. No
parece ser así. Es tan cierto esto que, si se le muestra a un neurocientífico la imagen de una
neurona humana y la de un ratón, seria confuso elegir cuál de las dos neuronas proviene de un
cerebro humano.
No todas las neuronas tienen la misma función. Los cerebros humanos parecen tener unas
neuronas en particular que se activan cuando aprendemos del comportamiento de los demás. Se
denominan neuronas espejo, pero, sin embargo, se han encontrado neuronas similares en el
cerebro de otros primates.
Y en un estudio también se encontraron en gorriones pantaneros. Se activaban cuando las aves
imitaban las canciones de otras aves. Así que aún no hemos encontrado la neurona especial del
ser humano, si es que la hay.
Los humanos se destacan en el cálculo estándar de la proporción de tamaño cerebro-cuerpo. Otros
animales que percibimos como inteligentes también tienen un alto rango. Y los animales de
cerebros más grandes también suelen vivir más.
Al pensar en la inteligencia de otros animales, solemos enfocarnos en las capacidades cognitivas
que caracterizan a los humanos.
Como ser socialmente inteligentes, porque desarrollamos la habilidad de vivir en estructuras
sociales complejas. Pero los chimpancés también lo hacen en menor escala. Lo que requiere
inteligencia suficiente para hacer juicios cuidadosamente sobre los sentimientos de los demás.
¿Puedo predecir la conducta del otro?, ¿Puedo retar a este individuo?, ¿Tendré respaldo si lo
hago?, ¿Cómo y con quien me reconcilio después de las peleas? Los chimpancés tienen que tomar
decisiones complejas muy seguido.
Los investigadores creen que los chimpancés tienen empatía por que se contagian del bostezo.
Un estudio realizado en 2009 descubrió que los chimpancés bostezaran al ver a otro chimpancé
bostezando.
Solíamos creer que éramos únicos en el uso de herramientas para resolver problemas. Nos
encontramos con problemas que no sabíamos que estaban ahí, debido a que el entorno se
comporta de forma aleatoria. El universo es difícil de predecir, y creo que una descripción
acertada de inteligencia es que animal puede resolver un problema que tenga para lograr cualquier
objetivo que se desea.
Jane Goodall, en la década de los sesenta, descubre el uso generalizado de herramientas entre
chimpancés. Los investigadores descubren algo sorprendente, las aves también lo hacían. Por
ejemplo, los cuervos de Nueva Caledonia son buenos usando herramientas. Incluso ingenian
herramientas, las modifican y pueden hacer secuencia de ellas.
Pero mientras que otros animales resuelven problemas a medida que los encuentran, los humanos
creemos que somos especiales porque aprendemos de nuestros recuerdos y podemos planear ante
problemas en el futuro.
Pensamos que los animales eran cultivos del presente. Los humanos somos diferentes porque
podemos pensar en el pasado, podemos prever, hacer planes para mañana o incluso para tiempos
más prolongados. ¿Eso nos hace diferentes?
En una investigación del cascanuez americano, otro miembro de la familia de los cuervos, se
estima que pueden esconder hasta 30 000 semillas en el otoño en 6000 lugares distintos. Y luego
encontrarlas nuevamente meses después, en primavera.
Una persona promedio es capaz de memorizar aproximadamente siete dígitos.
Así que es impresionante las capacidades de estas aves.
Los humanos no solo planean su propio futuro, si no también planean el futuro de toda la especie.
Construimos escuelas, bibliotecas y museos. Tenemos cultura. La cultura no es más que una idea
intersubjetiva de responsabilidad social que se hereda a generaciones futuras.
Se puede encontrar este modelo en versiones primitivas de animales que cuidan de sus crías.
En costa de Marfil, un estudio de tres grupos de chimpancés emparentados, es decir,
genéticamente relacionados, se descubrió que cada grupo usaba distintas herramientas para
romper las mismas nueces africanas. Evidencia de que cada grupo enseña a su descendencia de
manera diferente.
Las ballenas también tienen cultura. En 2009, un grupo de ballenas ubicadas en medio del mar
de coral, frente a la costa nororiental de Australia tenían un canto en particular. Solo este grupo
de ballenas emitía este sonido. Luego en 2010, una investigación revela que, este grupo se
encontró con otros grupos de ballenas en un lugar de alimentación comunal, al suroeste del
océano Pacífico. Y uno de esos grupos abandonó su propia melodía, y volvió a casa cantando
este nuevo sonido.
A esto lo llaman revolución cultural.
Descubrimientos como estos desconcertaron nuestro entendimiento de como evoluciono la
inteligencia.
Las aves y las ballenas no están tan emparentadas con los humanos, no están estrechamente
relacionados con nuestra especie como otros primates. Las ballenas y los humanos, ambos
mamíferos, comparten un ancestro de hace 100 millones de años. Y nuestro último ancestro
común con la familia de los cuervos es de hace unos 300 millones de años, antes de los
dinosaurios.
Convergemos en las mismas habilidades no por estar relacionados, sino porque enfrentamos
problemas similares y construimos estructuras cognitivas similares.
Esto sucedió también con rasgos físicos en todo el mundo animal. Especies no emparentadas
desarrollaron ciertos rasgos independientemente similares para satisfacer sus necesidades.
Rasgos como alas y aletas dorsales, o características como el veneno de las abejas y el veneno de
las medusas. Especies que evolucionaron de distinta forma para satisfacer necesidades similares.
Esto también le paso a la mente, es por eso los animales en todo el árbol evolutivo pueden tener
un sentido de autoconciencia, aunque es difícil saberlo con algunos animales.
La prueba del espejo, el experimento sobre la autopercepción tiene otras limitaciones. Parte del
problema es que la prueba es muy visual, y puede ser que muchos animales no usen la visión
como la usamos nosotros para reconocer a otro ser humano. Eso resalta un defecto fundamental
en la forma como estudiamos la mente animal. En cierto modo, muchas de las pruebas usaban un
espejo, buscando cualidades humanas, usando medidas humanas basadas en la percepción
humana del mundo.
La visión del perro, comparada con la de los humanos es limitada. Los perros no ven tonalidades
rojas o verdes; y su visión es de 4 a 8 veces menos precisa que la de los humanos. Pero subsisten
en el mundo con su sentido del olfato, que es 10 000 veces mas potente que el de los humanos.
Los investigadores diseñaron una prueba con latas de orina para ver si los perros pueden
distinguir su propio olor de uno mezclado con otros olores. Permanecieron más tiempo en los
olores propios más que en los mezclados. Indicando que lo perros pueden ser conscientes de sí
mismos, pero a través del olfato en lugar que la vista.
Eso podría explicar por qué, en 2011, investigadores descubrieron que los elefantes, un animal
inteligente según muchos estándares, fallaron en una prueba sencilla del uso de palos como
herramientas para conseguir alimento que estuvieran fuera de su alcance.
Para entender al elefante debemos entender que, por ejemplo, el elefante tiene un olfato cien
veces mejor que el perro. Pero luego modificaron la prueba, en vez de ponerles palos como
herramienta, les pusieron una caja y una llanta para ver si los elefantes se paraban en ellas para
alcanzar la comida. Y los elefantes aprobaron. Se concluyó que el elefante para levantar un palo
deja de usar su órgano olfativo, hay que entender al elefante. Y que una trompa no es lo mismo
que una mano, tienen funciones muy diferentes.
Cada animal tiene su propia forma de percibir el mundo, sus propias capacidades perceptivas.
Muchos animales escuchan cosas y ven cosas que no percibimos nosotros. Por ejemplo, los
murciélagos, una especie que desarrolló la capacidad de sentir su entorno a través de la
ecolocalización, esto significa que se guían haciendo sonidos agudos, casi imperceptibles para
los oídos humanos, que rebotan en objetos cercanos para obtener información de su medio. El
salmón puede usar el campo magnético de la Tierra como una brújula para navegar a través de
miles de kilómetros de mar abierto hasta sus lugares de habitad. Que no hagamos estas cosas,
nos hace parecer inferiores ante la diversidad de la naturaleza. No vemos mucho de las cosas que
hacen los animales porque usamos la inteligencia humana como estándar. Es increíble la
inteligencia y la astucia que pueden alcanzar.
Entre más expandamos nuestro concepto de inteligencia para incluir a mas animales mayor es
nuestra comprensión de cómo funcionan los procesos cognitivos.
El parlamento español aprobó una resolución para conceder derechos legislativos a los grandes
simios para protegerlos del cautiverio o de la experimentación. Un caso similar se está
desarrollando en Estados Unidos por los derechos legales del primer elefante que paso la prueba
de autorreconocimiento del espejo. Y el gobierno indio prohibió los espectáculos con delfines,
debido a la creciente evidencia de que los delfines son una especie dotada de inteligencia.
Debemos anclar nuestra propia existencia en el universo, tenemos una tendencia a diferenciarnos
de la naturaleza, pero estamos completamente entrelazados con ella. Hasta hace poco tiempo, la
investigación se centraba mayormente en animales familiarizados a nosotros y apenas estamos
empezando a ver más allá.

Muchos piensan que el pulpo es tan ajeno al ser humano como cualquier otro animal en el planeta.
Los pulpos, o los octópodos pertenecen al grupo de los cefalópodos y demuestran signos típicos
de inteligencia. Como los humanos y otros mamíferos y aves, usan herramientas para protegerse
he incluso llevan herramientas para usarlas posteriormente, es decir, son planificadores y se
interesan por cosas nuevas. Si se le acerca un objeto desconocido a la mayoría de los animales
salvajes les da temor, o no les interesa. Mientras que el pulpo suele ver con interés objetos
desconocidos. Los pulpos y sus parientes cefalópodos, las sepias, también pueden transformar el
color de su piel en cuestión de milisegundos, algo que los científicos tradicionales no consideran
una señal de inteligencia, quizá por que los humanos no pueden hacerlo. Ahí es cuando se sabe
que los pulpos se apoderarán del mundo. Sin embargo, tienen vidas cortas, aproximadamente dos
años. Y tienden a vivir solos, no en grupos sociales.

Los pulpos desafían las clásicas correlaciones con el concepto que tenemos de inteligencia.
Incluso, es difícil calcular su razón de tamaño cerebro-cuerpo porque es difícil distinguir entre
su cerebro y su cuerpo. De sus casi 500 millones de neuronas, dos tercios están distribuidos en
sus tentáculos. Los pulpos están mas lejos de los humanos en el árbol evolutivo, que el resto de
los otros primates, otros mamíferos e incluso aves. Nuestro antepasado mas cercano no era en
absoluto inteligente, era una especie de gusano, llamada Ikaria Wariootia de hace unos 700
millones de años. Muchos científicos creen que los pulpos encontraron su camino hacia una
inteligencia que podemos reconocer.

Significa entonces que la posibilidad de animales pensantes y con sentimientos está en todas
partes entre los millones de especies que comparten el mundo con nosotros.
Queremos entender que clase de lugar es el universo.
Un aspecto muy importante de esta cuestión es: ¿En qué lugares del universo hay experiencias,
pensamientos y mentes?, ¿Solo somos nosotros los poseedores de semejantes características?,
¿Son solo algunos animales?
Hay una importancia inherente en una pregunta de este tipo si queremos entender en que clase
de mundo vivimos.
¿Qué hay después del conductismo?
Sí el conductismo empieza a perder aceptación, surge la necesidad de pensar en otro modelo de
aprendizaje, y el que llega a captar la atención es el constructivismo, un modelo pedagógico en
que se empieza a observar y dar valor al proceso de construcción de conocimiento y se deja de
enfocar la atención en el solo resultado, en este modelo se habla de los esquemas de pensamiento,
y se comienza a pensar que es el mismo individuo el que realiza la construcción del conocimiento.
Piaget como uno de los primeros personajes en hablar del constructivismo dice que el individuo
aprende en el momento en que se relaciona con su entorno, y a su vez dependiendo la edad en
que se encuentre el individuo lo hará de manera diferente, esto último se conoce en la actualidad
como los niveles de desarrollo cognitivo, los cuales son:
• Etapa sensorio-motriz (0-2 años)
• Etapa preoperacional (2-7 años)
• Etapa de operaciones concretas (7-11 años)
• Etapa operacional formal (11 años en adelante)

Wigotsky quien también hace aportes al constructivismo afirma que el proceso de aprendizaje se
da cuando el individuo no solamente comparte con su entorno, sino, con su cultura y otros
individuos. Wigotsky habla sobre la llamada zona de desarrollo próximo, la cual afirma que
dependiendo la dificultad de la tarea que se deje para quien está aprendiendo, la cantidad de
acciones que debe usar para resolverla es cambiante.
Entre las características principales del constructivismo tenemos:
• Hay una reorganización interna de esquemas cuando se aprende algo.
• Para que se dé el aprendizaje debe haber un desequilibrio entre lo que se sabe y lo que se
está viviendo (desequilibrio cognitivo), se genera a través de los conocimientos previos.
• El aprendizaje se entiende como un constructo del ser humano y no una copia de la
realidad.

Pero, así como hay quienes apoyan este modelo, existen filósofos que hacen críticas al
constructivismo acusándolo de desligarse casi por completo de la realidad.
“El constructivismo pedagógico no sólo es falso. También es perjudicial a causa de que niega
la verdad objetiva, elimina la crítica y el debate y hace prescindibles a los docentes”.
- BUNGE, Mario. 2007. A la caza de la realidad, Ed. Gedisa. Barcelona. España.

Ahora hablemos un poco de como el aprendizaje y la enseñanza han sido pieza fundamental
en la evolución de nuestra especie.
Desde el principio de los tiempos el ser humano ha presentado conductas, algunas más instintivas
que otras como por ejemplo: alimentarse, descansar, reproducirse. Pero qué pasa cuando hay una
conducta que parece ser más compleja, donde parece que no simplemente se resume a recibir
información puntual de procesos específicos, y que se vuelve casi obligatorio adaptarlas para que
el hombre pueda seguir con su evolución.
Resulta correcto pensar que dichos comportamientos debían ser aprendidos y recordados. Desde
el hombre prehistórico se puede resaltar que su supervivencia no solo se pudo llevar a cabo con
su aprendizaje individual, sino que tuvieron que retomar los conocimientos previos de sus
generaciones pasadas y de las experiencias que el entorno les ofrecía.
En la prehistoria, cuando las fluctuaciones del entorno eran demasiado súbitas, no habría manera
de que el individuo sobreviviera sin tener un conocimiento previo, es decir, si un bebe de ese
entonces creciera aislado de una comunidad, seguramente moriría de manera rápida, porque las
condiciones no le permitirían aprender sobre el entorno sin antes extinguirlo, la opción más viable
es pensar en que las comunidades, los grupos de individuos, compartían las experiencias y
conocimientos a las nueva generaciones, como por ejemplo (usar pieles para abrigarse, en las
eras glaciares tener que restringir su alimentación solo al pescado, usar el fuego para ahuyentar
depredadores). Esto empieza a sonar muy similar a algunas características del modelo
pedagógico conocido como constructivismo, donde retomando ideas de Piaget y Wigotsky
pareciera que la construcción del conocimiento desde ese tiempo ya tomaba una forma más
elaborada.
Otro ejemplo de ello es la aparición de la escritura en el años 3.500 a.c y como secuencialmente
se empiezan a crear y dar significados a una serie de simbologías, las cuáles se comparten y
llevan a otros territorios para que se relacionen con su leguaje de escritura, y así poder
comunicarse de una manera más fácil entre las diferentes poblaciones. La enseñanza de esta
forma de comunicación permitió que incluso muchos años después investigadores al encontrar
manuscritos en lenguas ya consideradas muertas, pudieran conocer sobre la historia de esa época,
gracias a que retomaban ese lenguaje que aun en comunidades pequeñas se sigue enseñando hoy
en día.
Entonces parece que podemos afirmar que el hombre moderno es el resultado de incorporar la
experiencia con lo aprendido, para modificar o generar comportamientos que favorecen la
integridad de él mismo y sus generaciones, sin duda alguna si el hombre no hubiera encontrado
la manera de reproducir lo aprendido a pesar de que pareciera que sus neuronas tienen esa chispa
diferente al cerebro de los demás, posiblemente no hubiesen podido desarrollarse como una
especie racional o tan siquiera hubiesen podido abrirse paso en el mundo cambiante.

También podría gustarte