Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Tras Las Huellas de Himilcón

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 14

IX Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos / International Congress of Phoenician and Punic Studies

MYTRA 5, 2020: 1299-xxx

TRAS LAS HUELLAS DE HIMILCÓN: MATERIALES PÚNICOS Y


TARDOPÚNICOS EN LAS RÍAS BAIXAS GALLEGAS

RAFAEL MARÍA RODRÍGUEZ MARTÍNEZ1, DIEGO PIAY AUGUSTO2,


MARÍA LUISA CASTRO LORENZO3, FRANCESCA VERDE4

RESUMEN

Hasta hace no demasiados años, la historiografía arqueológica consideraba que el noroeste de la


península ibérica no había estado integrado en los circuitos comerciales del mundo Mediterráneo
antes de la llegada de Roma.
Las cerámicas a torno rápido, pintadas, ánforas, cuentas de pasta vítrea oculadas, etc., era imposible
que hubiesen llegado a los contextos galaicos antes de la expedición que desde Gadir lleva a Julio
César hasta Brigantium en el año 61 a.C. No obstante, las excavaciones llevadas a cabo en los
últimos años en las Rías Baixas han dejado patente que los contactos con el Mediterráneo son muy
anteriores. Por ello, a través del presente artículo pretendemos actualizar ese panorama con los
resultados de las últimas campañas ejecutadas desde la Diputación de Pontevedra.

PALABRAS CLAVE

Comercio, Edad del Hierro, púnico, castros.

ABSTRACT

Until not too many years ago, archaeological historiography considered that the northwest of the
Iberian Peninsula had not been integrated into the commercial circuits of the Mediterranean world
before the arrival of Rome.
The ceramics made in fast lathe, painted, amphoras, beads of vitreous paste oculated, etc., it was
impossible that they had arrived at the Galician contexts before the expedition that from Gadir
takes Julio César to Brigantium in the year 61 B.C. However, the excavations carried out in the last
years in the Rías Baixas have made it clear that contacts with the Mediterranean are much earlier.
Therefore, through this article we intend to update this panorama with the results of the last
campaigns executed from the Deputation of Pontevedra.

1
Diputación de Pontevedra. ES2 – EPECnetwork - G.I. Ciencia del Sistema Tierra, USC. rafael.rodriguez@depo.es
2
Departamento de Historia. Universidad de Oviedo. piaydiego@uniovi.es
3
Departamento de Historia. Universidad de Santiago de Compostela. mluisacastro@gmail.com
4
Universitá di Roma – La Sapienza. Francescaverde1980@libero.it
RAFAEL MARÍA RODRÍGUEZ MARTÍNEZ ET ALII 5

KEYWORDS

Trade, Iron Age, punic, hillfort.

1. INTRODUCCIÓN

Los estudios que introducen el noroeste peninsular en los circuitos comerciales que desde el
Mediterráneo traspasaban las Columnas de Hércules en la antigüedad, son relativamente recientes.

Aunque ya en 1755 el ilustrado gallego Martín Sarmiento habla de la existencia de un faro de origen fenicio
en A Lanzada (Sarmiento 1950: 25) o después Manuel Murguía se refiere a dicho yacimiento como “centro
entonces y emporio de todas las antiguas poblaciones de esta costa, verdaderas hijas de la edad del bronce y
cuyo comercio con el semita, acusa todavía la vieja torre de la Lanzada (…)” (Murguía: 1888: 655), no será
hasta la década de los años 20 del siglo XX cuando Antón Losada Diéguez excave el castro de Montealegre
(Moaña, Pontevedra) y describa una serie de cerámicas pintadas que identifica como de producción
mediterránea (Losada1927). Esta “apertura” e identificación de productos mediterráneos en castros gallegos
no tendrá más continuidad, a partir de ahí, todos aquellos materiales aparecidos en contextos indígenas de
producción foránea serán identificados como romanos y hasta los años 90 del pasado siglo los estudios de
materiales seguirán con esa línea argumental. Pero a partir de 1991, dos publicaciones rompen con la
historiografía arqueológica gallega gracias a los trabajos de José Suárez Otero y Francisco Fariña Busto (1990)
y, sobre todo, de Juan Naveiro López (1991). A partir de aquí las importaciones mediterráneas comenzarán
a incrementarse en los contextos costeros de entre los siglos V a.C. y II a.C., estableciéndose ya ciclos/fase de
comercio perfectamente definidas (González, Rodríguez y Ayán 2010: 577-600).

En este nuevo marco de apertura al conocimiento arqueológico de las relaciones entre Atlántico y
Mediterráneo en época prerromana, se fundamenta el presente artículo.

Como veremos en las líneas que siguen, el noroeste de la Península no será sólo un punto receptor de
materiales y mercancías, sino que será un espacio en el que se plasmarán ideas, creencias y programas
arquitectónicos y económicos diferentes, un espacio de convivencia intercultural que con cada nueva
excavación se vuelve más complejo como expondremos en las líneas que siguen.

2. FASES DE COMERCIO

Tras la publicación de la obra de Juan Naveiro López “El comercio antiguo en el NW peninsular” en
1991, comienzan a establecerse fases o ciclos de comercio atendiendo a la procedencia de las producciones
cerámicas documentadas en los yacimientos galaicos. Dichas fases serán completadas tras la presentación
en el IV Coloquio Internacional del Centro de Estudios Fenicios y Púnicos celebrado en Sevilla entre el 30
de septiembre y el 2 de octubre del año 2009 de la ponencia “Buscando a los púnicos en el NW” (González
et alii 2010), en donde se establecían 3 fases claramente diferenciadas.

Las primeras evidencias de contactos nos hablan de una presencia esporádica de comerciantes
mediterráneos en tierras galaicas, contando tan sólo con 15 yacimientos en los que se han documentado
materiales mediterráneos.

La cronología de este primer episodio es amplia, estableciendo un marco que se inicia en el siglo IX a.C.
y se extendería hasta el siglo V a.C.

1300
5 TRAS LAS HUELLAS DE HIMILCÓN: MATERIALES PÚNICOS Y TARDOPÚNICOS…

El emplazamiento de estos lugares es costero o fácilmente accesible a través de vías fluviales y los
materiales son mayoritariamente metálicos (cuchillos afalcatados, fíbulas tipo Huelva, Acebuchal, doble
resorte o Navicella y joyas de tipo orientalizante como los tesoros de Malhada y Baiao) (González 2006),
pero también algunas cerámicas pintadas y elementos de pasta vítrea como el colgante recuperado en la
construcción anular de Ventosiños (Lugo) (Piay et alii 2015).

A pesar de tratarse de contactos de tipo episódico, la presencia de naves y comerciantes procedentes del
Mediterráneo generaron cierto impacto en las poblaciones locales llegando a grabar los barcos en soportes
rupestres, caso de los petroglifos de Auga dos Cebros (Oia, Pontevedra).

A partir del siglo V a.C. y, sobre todo, del IV a.C., se produce una intensificación y, el volumen de
materiales y los yacimientos galaicos con contextos en los que aparecen se multiplican, se abre la segunda
fase de apertura al Mediterráneo.

Estos contactos no sólo son visibles a través de la cultura material importada, lo más impactante de
dicho proceso resulta ser la “apropiación” que algunos grupos indígenas del NW hacen de los modelos
mediterráneos, las imitaciones locales de determinados modelos cerámicos (ungüentarios o askós) (Ayán
et alii 2008), la aparición de motivos decorativos novedosos como ornitomorfos en modelos cerámicos
tradicionales, documentados en el castro de Neixón Grande (Boiro, A Coruña) o en la orfebrería galaica
(Pérez 1980). Y también, la aparición en el yacimiento del Punta do Muíño do Vento (Vigo, Pontevedra) de
cuatro betilos o cipos troncocónicos acompañados de un buen número de cerámicas que definen un
santuario púnico en el que los navegantes gaditanos realizarían sus ofrendas (Suárez 2004a).

Estos hechos, nos llevan a afirmar que a partir del siglo IV a.C. no sólo llegan materiales procedentes del
Mediterráneo, sino que símbolos e ideas foráneas empiezan a calar entre las élites galaicas fruto del
establecimiento de comerciantes púnicos en el noroeste, aunque sea con carácter temporal (González 2004).

A partir del siglo II a.C. la llegada de productos es masiva y “se puede decir que no existe un castro del
noroeste situado en la zona litoral y con ocupación entre el 450 y el 50 a.C. que no haya suministrado algún
elemento de origen mediterráneo” (González et alii 2010). El definido como “pack tardopúnico” se
documenta completo, ánforas salazoneras gaditanas como las T.7 y T.9, ánforas “poli funcionales”
turdetanas como las Pellicer D, cerámicas comunes gaditanas, ánforas itálicas Dressel 1, askós pintados
gaditanos y ebusitanos, kalathoi ibéricos y cerámica campaniense.

Pero no sólo llega un volumen de productos y materiales importante, la integración de los grupos
galaicos en los circuitos comerciales mediterráneos queda patente por la aparición de elementos
arquitectónicos singulares y formas de explotación del medio (Rodríguez et alii 2011) como los que
veremos en las líneas que siguen.

3. LOS NUEVOS DATOS. NUEVAS EXCAVACIONES EN VIEJOS YACIMIENTOS.

3.1. A LANZADA

Se trata de uno de los yacimientos más excavados de la provincia de Pontevedra, pertenece


administrativamente al municipio de Sanxenxo y ocupa la totalidad de los terrenos de la zona conocida
como Punta Lanzada, un pequeño cabo que penetra en el océano en dirección E-W, en dónde se combina
terreno arenoso (dunas de deposición eólica) sobre una base de acantilado mixto (granito con
afloramientos de esquisto) (Fig.1).

1301
RAFAEL MARÍA RODRÍGUEZ MARTÍNEZ ET ALII 5

Fig. 1. A Lanzada (Sanxenxo, Pontevedra).

Conocido ya por diversas referencias desde el siglo XVIII, será en 1950 cuando comiencen las
excavaciones sistemáticas en el yacimiento bajo la dirección de Sánchez Cantón, Filgueira Valverde y
Blanco Freijeiro. Los trabajos continuarán hasta la década de los años 70 pero bajo la dirección de
diferentes investigadores. Durante esas campañas se revelará el extraordinario interés científico de A
Lanzada, un yacimiento con una amplia secuencia ocupacional que abarca desde el Bronce Final hasta la
Edad Media y en el que los materiales arqueológicos documentados dejan patente una intensa actividad
comercial.

No obstante, durante varias décadas el yacimiento cayó en el olvido arqueológico, hasta que, en el año
2010, la Diputación de Pontevedra promovió un proyecto de recuperación patrimonial del sitio.

Las evidencias documentadas permitieron identificar unas estructuras, relacionadas con la


transformación/conservación de recursos marinos, una factoría de salazón o quizás de “conservas”,
organizada en torno a dos construcciones de diferente envergadura y funcionalidad, que por un lado se
corresponderían con una zona de procesado, y por otro con una zona habitacional y posiblemente de
almacenaje (Rodríguez et alii 2011).

El material cerámico recuperado en estos espacios (cerámicas indígenas típicas del Hierro II, ánforas
púnicas del tipo T.7.4. o cerámicas pintadas gaditanas) (Fig.2), tanto en los niveles de derrumbe que sellan
las estructuras, como en los niveles de ocupación asociados a ellas, nos remiten a momentos comprendidos
entre los siglos II a.C. e inicios del I a. C.

Pero no sólo los materiales arqueológicos aportan un marco cronológico, las dataciones radiocarbónicas
lo complementaron.

1302
5 TRAS LAS HUELLAS DE HIMILCÓN: MATERIALES PÚNICOS Y TARDOPÚNICOS…

Fig. 2. Materiales de producción mediterránea documentados en A Lanzada.

La primera serie de muestras datadas se centró en los espacios utilizados como factoría de salazón y el
sector habitacional asociado y las dataciones obtenidas fueron las siguientes:

• MU100903B01, 2070±40 BP [190 cal BC-10 cal AD (95% 2ό) Beta-285092]5


• MU100903B02, 2130±40 BP [350 - 290 Cal BC y 220 - 50 Cal BC (95% 2ό) Beta-285093].
• MU100901B04, 2090±40 BP [200-10 cal BC (95% 2ό) Beta-285091].
• MU100712B03, 2100±40 BP [340 - 330 Cal BC y 200 - 30 Cal BC (95% 2ό) Beta-282360].

Los resultados proporcionados por las dataciones radiocarbónicas resultaron coherentes con la
secuencia estratigráfica y con los materiales cerámicos recuperados. Por lo que la campaña del 2010
situaba el funcionamiento de la factoría en momentos anteriores a la conquista romana del NW,
concretamente entre los siglos II-I a. C., momentos en los que las Rías Baixas gallegas estarían integradas
dentro de las rutas de comercio púnico (González et alii 2010).

Estos resultados pusieron sobre la mesa no sólo la existencia de un intercambio comercial intenso, de
sobra documentado desde el siglo IV a.C., sino la posibilidad real del establecimiento de elementos
mediterráneos en la costa galaica, con asentamientos más o menos estables de púnicos en el NW
Peninsular.

5
Las dataciones han sido calibradas según el programa Calibration Database INTCAL04 Radiocarbon Age Calibration
(IntCal04: Calibration Issue of radiocarbón, Volume 46, nr 3, 2004).

1303
RAFAEL MARÍA RODRÍGUEZ MARTÍNEZ ET ALII 5

A la vista de los resultados de la campaña del 2010, se planificó una segunda campaña sobre una
superficie de 1.489 m2.

Existen varios elementos destacables que marcan la estratigrafía del área intervenida, la gran extensión
de varios de los depósitos excavados, la acción de los elementos naturales (conformación de una duna
eólica) y antrópicos (restos de extracción de arena en época reciente o zanjas de las campañas
arqueológicas de los años 50 y 60) y, por último, la superposición de estructuras de diferente y amplia
cronología.

Para la línea argumental del presente artículo nos interesan dos áreas del espacio excavado, la oeste y la
norte. En la primera, se documenta un conchero del siglo I a.C. que amortiza una estructura oblonga del
siglo II a.C. y otro vertedero con abundante material cerámico del que destacaríamos varias piezas pintadas
de producción gaditana, un askós también gaditano y la imitación indígena de un askós, amortizando
ambos, 3 nuevas estructuras:

• Un muro de aparejo “singular” de lajas de esquisto verticales con mampuesto irregular dispuesto
entre ellas, sin paralelos en la zona de las Rías Baixas y similar a un “opus africanum rude”.
• Un pavimento de arcilla roja (en un excelente estado de conservación) que recorre el perímetro
exterior de una estructura absidial.
• Una estructura de planta absidial, realizada en mampuesto con ripios y mortero, que interiormente
presenta dos divisiones realizadas con cantos de esquisto y granito entremezclado con saprolito
granítico y que en su pared E se le adosa una gran estructura de combustión rectangular.

El área N presenta ligeras diferencias estratigráficas, aparece también el depósito de arena que cubría
las estructuras del siglo I a.C. y bajo ella la continuidad de los restos de la factoría ya documentada en la
campaña del 2010. Ampliándose ésta con una nueva secuencia de piletas, un total de 11. Al igual que las
documentadas en la primera campaña, aparecen de dos en dos, pero diferenciándose en sus dimensiones
(presentan unas medidas de 1 m por 0,55 m). Cronológicamente, los materiales aparecidos en los niveles
de abandono y amortización establecen un marco anterior al siglo I a.C. (ollas indígenas típicas de un
momento avanzado del Hierro II o ánforas Haltern70 arcaicas), siguiendo la línea de lo ya documentado y
publicado (Rodríguez et alii 2011).

La valoración de estos trabajos vuelve a complicar el yacimiento, se amplía la secuencia estratigráfica,


la secuencia constructiva se complejiza y vemos que la factoría de salazones/conservas no se trata de un
edificio productivo exclusivo, sino que se acompaña de otras estructuras que tienen una carga
simbólico/ritual muy potente ajena al mundo galaico.

3.2. ALOBRE

Durante el año 2016 se llevó a cabo una excavación arqueológica en el yacimiento de Alobre (Vilagarcía
de Arousa, Pontevedra) (Fig.3).

No se trata de un yacimiento nuevo, sino que ya era conocido en el noroeste peninsular debido a la
multitud de referencias presentes en las obras de eruditos que desde finales del siglo XIX empezaron a
informar de los hallazgos que se estaban produciendo en la zona como consecuencia de la realización de
obras civiles, principalmente la construcción del nuevo puerto de Vilagarcía.

Estas remociones de tierra propiciaron la aparición de restos aislados y de diversa índole, pero no será
hasta el año 2001 cuando se ejecute el primer proyecto desarrollado con metodología arqueológica.

1304
5 TRAS LAS HUELLAS DE HIMILCÓN: MATERIALES PÚNICOS Y TARDOPÚNICOS…

Fig. 3. Castro de Alobre (Vilagarcía de Arousa, Pontevedra).

Las estructuras y los materiales documentados permitieron situar la cronología del espacio excavado en
el Hierro II, señalando un período de apogeo del yacimiento entre los siglos I y II d.C. Además, sobre los
restos de las estructuras de la Edad del Hierro, se exhumó una estructura arquitectónica de época romana,
que se interpretó preliminarmente como una zona de utilidad industrial (Tomás Botella 2008).

La última campaña llevada a cabo en Alobre supuso la excavación de una superficie de más de 500m2,
ampliando el espacio intervenido en las campañas anteriores. Se exhumaron total o parcialmente doce
estructuras arqueológicas que pueden adscribirse a cinco momentos ocupacionales diferentes, abarcando
una cronología que se extiende desde el siglo II a.C hasta el siglo III d.C. No obstante, se documentaron
materiales de mayor antigüedad en el basurero que ocupa gran parte de la zona central de la superficie
excavada, y se localizaron fragmentos de cronología más reciente en los niveles orgánicos superiores (Piay
et alii e.p.).

El basurero plantea ciertos problemas interpretativos, puesto que durante su excavación se


documentaron materiales más antiguos en este depósito que en los substratos a él subyacentes. Está claro
que se empleó para amortizar una zona del yacimiento muy determinada, pero es evidente que su vertido
se produjo en un momento posterior al de la formación del depósito, que tuvo que ser desplazado desde un
espacio cercano. La hipótesis más plausible es que el basurero se encontrase en una zona anexa,
posiblemente en relación con una ocupación más antigua que debemos situar en la acrópolis del
yacimiento de la Edad del Hierro algo más que común en yacimientos de esta tipología y cronología en las
Rías Baixas, ejemplos similares los encontramos en los castros de Montealegre (Moaña, Pontevedra)
(Aboal e Hierro 2006) o Neixón Grande (Boiro, A Coruña) (Ayán et alii 2007).

1305
RAFAEL MARÍA RODRÍGUEZ MARTÍNEZ ET ALII 5

La secuencia estratigráfica y los materiales exhumados permiten aseverar que siete de las estructuras
documentadas en Alobre fueron ocupadas durante las fases finales de la Edad del Hierro (I a.C – I d.C).
Seis de ellas colmatadas por niveles de basurero a excepción de la séptima, que presenta, no obstante, tres
niveles de ocupación bien diferenciados. El resto de las estructuras pertenecen a un horizonte cultural
claramente romano que no es objeto del presente artículo.

En el caso del yacimiento arousán, ya se conocía la presencia de materiales relacionados con el mundo
mediterráneo desde el siglo VIII a.C. por lo menos, tal y como ponían de manifiesto la aparición de una fíbula
de navicella o sanguisuga (González Ruibal 2006), o un buen número de elementos del ya referido “pack
tardopúnico” (González et alii 2010). Nos referimos a ánforas tipo T.7 y T.9, cerámicas gaditanas y kalathos
íberos, ampliándose el elenco con la aparición de ánforas púnicas de los tipos T.8 y T.12 y, sobre todo, un
askós, de posible filiación ebusitana, que aportan una cronología amplia entre los siglos IV a.C. y II a.C. (Fig.4).

Fig. 4. Materiales de producción mediterránea documentados en Alobre.

1306
5 TRAS LAS HUELLAS DE HIMILCÓN: MATERIALES PÚNICOS Y TARDOPÚNICOS…

3.3. SANTA TREGA

El castro, citania u oppidum de Santa Trega se sitúa en el monte del mismo nombre, en la parroquia de
Santa María de A Guarda. Se localiza a 343 m.s.n.m en la costa N de la desembocadura del río Miño, lugar
de fuerte componente estratégico y simbólico, un gran cerro granítico aislado, un “monumento natural”,
con un importante dominio visual del entorno, controlando vías de comunicación naturales, las tierras de
producción agrícola y diversos yacimientos mineros de la zona.

El poblado no cuenta con una planta bien definida, sino que se extiende por la cima y las laderas del
monte, especialmente en la zona E, abarcando una superficie de 20 hectáreas.

Ha sido objeto de numerosas campañas de excavación desde 1914, bajo la dirección de diferentes
arqueólogos como Ignacio Calvo, Cayetano de Mergelina o Antonio de la Peña.

Estas campañas sirvieron para establecer una caracterización tipológica y cronológica del poblado a
partir de los resultados obtenidos en tres sectores diferenciados; sector norte o barrio Calvo, sector central
o barrio Mergelina y puerta sur. Estableciendo una ocupación principal entre los siglos I y II d.C.,
momento de “eclosión urbanística”, siendo los posibles momentos anteriores residuales y poco definidos.

Entre septiembre de 2015 y marzo de 2016 la Diputación de Pontevedra promovió la recuperación


patrimonial de 1670 metros cuadrados del sector central o barrio Mergelina, con unos interesantes
resultados que modificaron, entre otras cosas, la secuencia cronológica/ocupacional respecto a las
conclusiones extraídas de los trabajos anteriores. Documentándose en el espacio intervenido tres fases
claramente diferenciadas:

• Fase I. Siglo IV a.C. Definida por estructuras en negativo (zanjas, agujeros de poste y fosas) y
materiales encuadrables en este momento, tanto producciones indígenas como importaciones (se
documentan cinco ejemplares de T.8), además de dataciones radiocarbónicas (Beta-434176 -
MUESTRA 4 (MU-109) que con un 95% de probabilidades establece como resultado calibrado: Cal
BC 385 to 200 (Cal BP 2335 to 2150).
• Fase II. Siglo II a.C. Se produce la primera petrificación de las estructuras habitacionales del espacio,
se documentan varias estructuras circulares repartidas por todo el sector, así como también
improntas de cabañas circulares u ovaladas desmanteladas. La mayoría de estas construcciones se
amortizan en la siguiente fase o se integran en las cimentaciones de los nuevos elementos. Los
materiales importados cobran importancia en volumen y diversidad, aparecen ánforas de los tipos
T.7.4.3 y Pellicer D, cerámicas gaditanas (ollas y cuencos principalmente), kalathos íberos y
cerámicas de barniz negro (Fig.5).
• Fase III. Siglos I a.C – primera mitad del I d.C. Momento en el que se produce una reurbanización
total del espacio. Tal y como sucede en la fase II, se amortizan gran parte de las viviendas circulares
anteriores. El aterrazamiento principal del sector se articula a través de callejuelas que se abren de
este a oeste, entorno a las cuáles las familias construyen las edificaciones que componen las
unidades habitacionales, este urbanismo claro no difiere de otros yacimientos del Noroeste como
San Cibrán de Lás (Ourense), Castromao (Ourense) (González 2006-07) o los portugueses de Monte
Mozinho (Penafiel), Briteiros (Guimaraes), Sanfins (Paços de Ferreira) (Silva 1989) o Crasto do
Vieito (Marques 2012).

Los materiales documentados para esta fase nos hablan de cambios en los patrones de consumo y en la
introducción de nuevos alimentos puesto que un alto porcentaje de los elementos recuperados son ánforas
vinarias y salazoneras, así como alguna de aceite.

1307
RAFAEL MARÍA RODRÍGUEZ MARTÍNEZ ET ALII 5

Fig. 5. Materiales de producción mediterránea documentados en Santa Trega.

De nuevo en el Trega se observa como a partir del siglo II a.C. se produce una llegada importante de
productos del Mediterráneo, que a su vez coinciden con la complejización socioeconómica que
experimentan las sociedades del Hierro de las Rías Baixas.

3.4. MONTE DO CASTRO

El cuarto y último de los yacimientos recientemente excavados y que aquí presentamos es Monte do
Castro o Castro de Besomaño (Ribadumia). Se trata de un poblado fortificado que presenta una ocupación
continuada desde el siglo V a.C. al siglo I d.C. (Fig.6).

En este yacimiento se llevaron a cabo cuatro campañas de excavación entre los años 2011 y 2015, que
fueron dejando al descubierto diferentes novedades que iban dando forma a un yacimiento más complejo
de lo esperado con la siguiente secuencia ocupacional:

• FASE I. Se define por estructuras en negativo, agujeros de poste, zanjas y fosas que ocupan toda el
área intervenida y que están cortando directamente el sustrato granítico que compone la base del
terreno.
Cronológicamente estas estructuras se encuadran entre finales del siglo V a.C. y mediados del siglo
IV a.C. Este marco temporal responde a los materiales arqueológicos asociados a las estructuras,
destacando un alabastrón de producción rodia datable entre los siglos VI a.C. y V a.C. y varias
cerámicas pintadas de producción mediterránea y, a las dataciones radiocarbónicas obtenidas de las
maderas calcinadas y semillas documentadas, Beta-354125 – Monte do Castro-99 que con un 95% de
probabilidades establece como resultado calibrado: Cal BC 390 to 350 (Cal BP 2340 to 2300) and
Cal BC 300 to 200 (Cal BP 2250 to 2180); Beta-354131 – Monte do Castro-194 que con un 95% de
probabilidades establece como resultado calibrado: Cal BC 520 to 390 (Cal BP 2470 to 2340) y Beta-
354133 – Monte do Castro-203 que con un 95% de probabilidades establece como resultado
calibrado: Cal BC 410 to 380 (Cal BP 2360 to 2340)
• FASE II. Esta fase podríamos definirla como el paso a la arquitectura en piedra o la petrificación del
castro. Las estructuras en material perecedero son amortizadas por una nueva redistribución
espacial. Esta etapa se caracteriza por las cabañas circulares y ovaladas de diversos tamaños que,

1308
5 TRAS LAS HUELLAS DE HIMILCÓN: MATERIALES PÚNICOS Y TARDOPÚNICOS…

Fig. 6. Monte do Castro (Ribadumia, Pontevedra).

parece, funcionan de manera individualizada. En esta fase II comienza la construcción de la muralla.


Cronológicamente, se encuadran entre el siglo II a.C. y comienzos del I a.C., ya que así lo ponen de
manifiesto los materiales documentados entre los que destacan varios individuos de T.7.4.3, un
askós muy fragmentado, varios individuos de cerámicas pintadas, así como un buen número de
elementos atribuibles a producciones gaditanas.
• FASE III. Supone la mayor reordenación del yacimiento, muchas de las estructuras anteriores son
amortizadas, se produce un importante movimiento de tierras, un acopio masivo de tierras con sus
correspondientes aterrazamientos. En este momento, el yacimiento está completamente rodeado por
una muralla monumental, que llega a 4,5 m de anchura y con refuerzos puntuales, torreones.

A nivel interpretativo, se refuerza la idea de que en esta tercera fase se produce una explotación del medio
importantísima, la producción cerealística de las tierras aluviales del valle del Umia es muy alta, lo que
explicaría la necesidad de construir graneros para su almacenamiento y el surgimiento de desigualdades
sociales materializadas en las diferencias arquitectónicas de las estructuras habitacionales (Ayán 2012).

Esta tercera fase no va más allá de mediados del siglo I como ponen de manifiesto los materiales
documentados y las dataciones obtenidas. En ese momento, un incendio destruye una parte importante del
yacimiento, conllevando su abandono.

Al igual que en los yacimientos anteriores, en Monte do Castro se constata un contacto temprano con el
Mediterráneo. En este caso a través de la llegada de materiales que están vinculados con las élites del
poblado. Es el caso del alabastrón rodio, el cuál es muy probable que llegue a través de canales indirectos,
bien procesos de redistribución desde enclaves costeros como A Lanzada o Alobre o a través del
comercio/intercambio regional entre élites o poblados.

1309
RAFAEL MARÍA RODRÍGUEZ MARTÍNEZ ET ALII 5

A pesar de no encontrarse en la costa, a partir del siglo II a.C. el yacimiento es un centro receptor de un
importante volumen de materiales mediterráneos (Fig.7), con lo que podemos afirmar que estaría
integrado en ese circuito comercial que llegaría al Noroeste desde Gadir y este aumento de materiales,
también va parejo a la aparición de grandes estructuras de almacenaje de cereal, de diferencias en los
programas arquitectónicos entre las familias del poblado, así como de un importante proceso de
fortificación del lugar.

Fig. 7. Materiales de producción mediterránea documentados en Monte do Castro.

4. ¿CONCLUSIONES?

El título del apartado entre interrogaciones es un reflejo de lo que era la realidad arqueológica de las
Rías Baixas.

Una zona con una intensa ocupación desde la Prehistoria Reciente, en donde se han ejecutado
numerosas campañas de excavación a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y en donde se planteaba
hasta hace no muchos años que hasta la llegada de Roma era casi impensable plantearse contactos con el
mundo mediterráneo.

Estas hipótesis de partida han ido modificándose considerablemente con cada metro cúbico de tierra
que se ha ido excavando en estas últimas campañas.

Como exponíamos en la introducción, lo que pretendíamos recoger en el presente artículo era una
actualización de datos, ampliar el rico panorama de la “mediterranización” del Atlántico.

Un panorama que habla de unos contactos cada vez más intensos antes de la llegada de Roma al
Noroeste. Pero no sólo desde un punto de vista comercial, como pone de manifiesto la cultura material y la
aparición de infraestructuras dedicadas a la explotación y transformación de recursos marinos como A
Lanzada (Rodríguez et alii 2011). Sino también, desde el punto de vista de las creencias, con la existencia
de altares púnicos en yacimientos galaicos como el de Punta do Muíño (Vigo, Pontevedra) (Suárez Otero
2017) o de estructuras singulares con pavimentos de arcilla roja como las aparecidas en A Lanzada
(Rodríguez et alii 2018).

1310
5 TRAS LAS HUELLAS DE HIMILCÓN: MATERIALES PÚNICOS Y TARDOPÚNICOS…

Pero esa intensificación, esos contactos, tienen también su reflejo en las sociedades locales, sociedades
que están sufriendo una serie de transformaciones socioeconómicas internas que facilitan esa
intensificación por la emergencia de élites que demandan esos productos y que llevan a que se imiten tipos
cerámicos singulares como askós (A Lanzada) o perfumarios (Neixón, Boiro, A Coruña), se introduzcan
motivos decorativos claramente mediterráneos como los ornitomorfos en cerámicas (Neixón, Boiro, A
Coruña) o en la orfebrería (diadema de Elviña, A Coruña o arracada de Vilar de Santos, Ourense) o se
ponga en funcionamiento una factoría de explotación y transformación de recursos marinos entre los siglos
III a.C. y II a.C. en A Lanzada.

No sabemos si fue a partir de la expedición del general Himilcón, pero el registro arqueológico del
Noroeste refleja que a partir del siglo IV a.C. los contactos entre el mundo mediterráneo y los grupos
galaicos se intensificaron, especialmente en las Rías Baixas.

BIBLIOGRAFÍA

ABOAL FERNÁNDEZ, R.; CASTRO HIERRO, V. (coords) 2006: O Castro de Montealegre, Noia.
APARICIO, B; PEÑA, A. DE LA; RODRÍGUEZ, R.M. 2014: Lanceata, entre la vida y la muerte. Entre la tierra y el
mar, Ponte Caldelas.
AYÁN VILA, X.M. 2012: Casa, familia y comunidad en la Edad del Hierro del NW. Universidad de Santiago
de Compostela. Tesis doctoral inédita.
A YÁN , X.; R ODRÍGUEZ , R.: G ONZÁLEZ , A.; G ONZÁLEZ , L.; A RIZAGA , A.; F RANCO , M. 2007: “Un espacio
monumental de la 2ª Edad del Hierro: el acceso SE al recinto superior de O Castro Grande de Neixón
(Boiro, A Coruña)”, en Fanjul, A. (coord.), Estudios varios de arqueología castreña. A propósito de las
excavaciones de los castros de Teverga (Asturias), Santander: 189-209.
A YÁN , X.; R ODRÍGUEZ , R.; G ONZÁLEZ , L.; G ONZÁLEZ , A. 2008: “Arrecendos púnicos: uno novo anaco de
aríbalos no castro Grande de Neixón (Boiro, A Coruña)”, Cuadernos de Estudios Gallegos, LV, Nº 121:
73-92
BLANCO FREIJEIRO, A.; FILGUEIRA VALVERDE, J. 1965: “Excavaciones en La Lanzada”, Noticiario Arqueológico
Hispánico, V (1956-1961), Madrid: 137-153.
CALVO, I. 2001: Monte de Santa Tegra. Memorias arqueológicas. Años 1914-1920. 1922-1923, A Guarda.
Fariña Busto, F 1974: “A Lanzada”, Gran Enciclopedia Gallega, A Coruña: 218-221.
FILGUEIRA VALVERDE, J.; FARIÑA BUSTO, F. 1975: “Excavación de A Lanzada (Sanxenxo-Pontevedra). Informe
preliminar de la Campaña de 1974”, El Museo de Pontevedra, 29: 163-173.
GONZÁLEZ RUIBAL, G. 2004: “Un askós ibicenco en Galicia: notas sobre el carácter del comercio púnico en el
noroeste ibérico”, Complutum, 15: 33-43.
GONZÁLEZ RUIBAL, G. 2006-07: Galaicos: poder y comunidad en el Noroeste de la Península Ibérica (1.200
a.C – 50 d.C), Brigantium, Boletín do Museo Arqueolóxico e Histórico da Coruña, 18/19, A Coruña.
G ONZÁLEZ , A; R ODRÍGUEZ , R; A BOAL , R; C ASTRO , V. 2007: “Comercio mediterráneo en el Castro de
Montealegre (Pontevedra, Galicia). Siglo II A.C.-Inicios I D.C.”, Archivo Español de Arqueología, 80:
43-74
GONZÁLEZ, A; AYÁN, X.; RODRÍGUEZ, R.M. 2010: “Buscando a los púnicos en el Noroeste”, Mainake, 32 (1):
577-600.
GONZÁLEZ, E.; BEJEGA, V.; RODRÍGUEZ R.; ALVAREZ, J.C.; FERNÁNDEZ, C. 2014: “Los moluscos del yacimiento
de A Lanzada (Sanxenxo, Pontevedra): primeros resultados”, en Cantillo, J. J.; Bernal, D.; Ramos, J.
(eds.), Moluscos y púrpura en contextos arqueológicos atlántico-mediterráneos. Nuevos datos y
reflexiones en clave de proceso histórico, Cádiz: 229-236.
Losada Diéguez, A.1927: Excavaciones en Montealegre (Domayo) Provincia de Pontevedra, Memoria de
la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades 90, Madrid.

1311
RAFAEL MARÍA RODRÍGUEZ MARTÍNEZ ET ALII 5

MERGELINA Y LUNA, C. De. 2001: La citania de Santa Trega, la Guarda (Pontevedra), A Guarda.
MURGUÍA, M. 1888: Galicia, Serie España. Sus monumentos y Artes – Su Naturaleza e Historia, Barcelona.
N AVEIRO L ÓPEZ , J. 1991: El comercio antiguo en el NW Peninsular. Lectura Histórica del Registro
Arqueológico, Monografías Urxentes do Museu, 5, Sada.
PEÑA SANTOS, A. 2001: Santa Trega. Un poblado castrexo-romano, Ourense.
PÉREZ OUTEIRIÑO, B. 1980: “Os ornitomorfos no conxunto dos motivos decorativos da orfebrería castrexa”,
Boletín Auriense, 10: 9-23.
PIAY, D.; CANO, J.; NAVEIRO, J. 2015: “La construcción anular y el Enclos de Ventosiños (Coeses, Lugo).
Estudio preliminar del Bronce Final”, Zephyrus, 76: 57-76
PIAY, D.; RODRÍGUEZ R.; CASAL. L.; FERNÁNDEZ, C.: GONZÁLEZ, E. e.p.: “Entre espinas y restos de metal:
evidencias de actividades pesqueras en el yacimiento de Alobre (Villagarcía de Arousa, Pontevedra)”,
Madrider Mitteilungen, 60.
RAMÓN TORRES, J. 1995: Las ánforas fenicio-púnicas del Mediterráneo Central y Occidental. Col.lecciò
Instrumenta, 2, Barcelona.
R ODRÍGUEZ M ARTÍNEZ , R.M. 2010: Intervención arqueolóxica para a recuperación patrimonial do
xacemento de A Lanzada, Informe Valorativo, Xunta de Galicia.
R ODRÍGUEZ M ARTÍNEZ , R.M. 2017a. Intervención arqueolóxica para a recuperación patrimonial do
xacemento de A Lanzada. Fase II. Informe Valorativo. Xunta de Galicia.
RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, R.M. 2017b. Viaxando pola Historia. 100 anos do MASAT. A Guarda.
RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, R.M. 2018: “Re-excavando Santa Trega (A Guarda, Pontevedra). Nuevos datos y
conclusiones del Barrio Mergelina”, Férvedes, 9: 107 – 116.
RODRÍGUEZ, R.M.; ABOAL, R.; CASTRO, V.; CANCELA, C.; AYÁN, X. 2011: “Una posible factoría prerromana en el
noroeste. Primeras valoraciones de la intervención en el Campo de A Lanzada (Sanxenxo, Pontevedra)”,
Fervédes, 7: 159-168.
RODRÍGUEZ, R.; NICOLAU, A.; AYÁN, X.; CASTRO, M.L.; PIAY, D. 2018: Galaicos, un pueblo entre dos mundos,
Santiago de Compostela.
SARMIENTO, M. 1950: Viaje a Galicia (1754-1755), Cuadernos de Estudios Gallegos, Anejo III, Santiago de
Compostela
SUÁREZ OTERO, J. 2004a: “Cipo de Toralla y posible altar púnico de Alcabre, siglos V y II a.C.”, en Até o
confin do mundo. Diálogos entre Santiago e o Mar, Vigo: 40.
SUÁREZ OTERO, J. 2004b: “Cerámicas iberopúnicas do Castro de Alcabre”, Até o confín do mundo. Diálogos
entre Galicia e o Mar, Vigo: 38.
SUÁREZ OTERO, J.; FARIÑA BUSTO, F. 1990: “A Lanzada (Sanxenxo, Pontevedra), definición e interpretación
de un yacimiento castreño atípico. Apuntes para un estudio de los intercambios protohistóricos en el
noroeste peninsular”, Madrider Mitteilunguen, 31: 309-338.

1312

También podría gustarte