Carlos Vega, Tradicion
Carlos Vega, Tradicion
Carlos Vega, Tradicion
7
·a por el gas, la navaja por la maqUin·
eléctrica, )a 1e n. itn d
velas p<>r )a )uz J birome • · · ~
f itar el 14piz par a I todas )as cosas que heredamos de nuestro
a e ~ •tradición"' inc uyc . os referirnos s6lo a las que movilfaan el ess
res, pero nosotros qucrcm t . es al conjunto de cosas heredadas qu P rit~
tª·
0 nd0s •;~:s l~s cosas tradicionales se trasmiten de e haJ\
; engendran activid
rneaeddo nuestro •f~;ier medio· son cosas de hombres. Las person:1¾.
na a pel5()nA ~r et~R q afectiv~ por esa selección de bienes antigu <iu~
c)esarTOllan _inchnac1~benes el nombre de "tradicionalistas". os 1/
por su ambiente reci celen n ser tradicionali.stas. L a con d.ic1'ón d e tradic:io
No todos
. son o putitud pasiva especia, . 1 mezc1a d e amor, d e tenden~ na.
lista reqwere u;a ª~entaci6n y una capacidad de exaltación y militan :~,
de edducadi~nrte ~:; su patri:nonio afectivo está amenazado por ten den~:
cuan o a vi~ plemente por un ritmo de progreso más vivo y eficaz. Per~
opu~o~ o
el tradicionalista produce además una nota muy suya : ~ amor se extiende
1 1
bI•é al ambiente en que funcionan sus cosas; a a tierra, a os árboles
tamrí n la montaña al caballo y a otros animales, en fin, al contorno natural
al o,ª '
que condiciona el género -
d~ vida que anora y pref·1ere. En. a Igunos de estos
ntos coincide con el patriota- que puede ser su contrano-.
pu Los tradicionalistas suelen tener especialidades absorbentes. Hay tradi.
cionalistas en filosofía -los antirracionalistas de la primera mitad del siglo
XIX-; hay tradicionalistas en economía; ~~ tra~cionalistas en política ...
Nosotros nos referimos solamente a los tradicionalistas que todos sabemos: a
]os que aman con dedicación sencilla y espontánea las antiguas costumbres
y usos, los productos menores de la mente y la sensibilidad y hasta las cosas
de uso práctico que pertenecieron a una extinta etapa de vida, que consideran
superior a la propia. El memorialista Santiago Calzaclilla, que public6 en
1891 sus recuerdos de largo medio siglo atrás, empieza así su capítulo IX:
-Por más que no quiera establecer comparaciones entre lo que pasaba en
antaño y lo que pasa hoy, es fuera de duda que la sociabilidad de ayer hacía
más llevadera nuestra vida".
El adelanto, el avance, el perfeccionamiento, las hmovaciones, sostenidos
por los •progresistas", deterntinan la actividad contraria o, mejor, la existencia
misma de los tradicionalistas militantes. Y en cuanto la marcha del tiemPo
decreta la ineficacia de cosas que en los grupos renovados no tienen ya razón
de ser, l~s tradicio~alistas se aferran a su recuerdo y, en muchos casos, según
la especie, se dedican a su práctica o uso, a su evocación o a su culto. El
tradicio~ se mani~i~sta en plenitud cuando, después de aceptar la
decadeneta O la desapanc1ón de cosas o actividades de antaño toma par wo-
de/: a los diversos grupos sociales históricos que las animar;n y se entrega
a empresa de vivificarlas en sí mismo y en su contorno.
b Más allá de_ las cosas ~ismas y de los grupos sociales, el tradicionalista
dusca el persona1e de antano que, al vitalizar su patrimonio definió un 111odo
eodser,dpenímsarboly hacer. En la Argentina los tradicionalist~s han elegido, a
· e1 gauc h º· o, d e modo más general, los tin0
m 0 es 5
rurales d I dio' un tipo rural· . r- ¡
e as versas regiones del país. Pero el gaucho significa para ca5
8
todos un ideal de vida Y de conducta. Sobre la base del admirado jinete de
la llanura los tradicionalistas han creado el hombre que cada uno quisiera
ser, el hombre que todos quisieran ver en cada uno, pues aUDque los gauchos
~ no fueron todos modelos de virtud -ni era pos1ole-, se puede
admitir que en sus buenos tiempos los más de ellos fueron hábiles, generosos,
buenos cristianos, dignos, honrados y valientes, y las mujeres, piadosas, sufri-
da, trabajado~ fieles esposas y madres ejemplares. Por eso, en un impulso
de identificación, muchos tradicionalistas usan ocasionalmente algunas pre114
das del vestuario gaucho, se deleitan con sus platos y con el mate, recitan
-y hasta escriben- prosas y versos gauchescos, tocan la guitarra Y cantan.
baiJan, y actúan entre paredes urbanas decoradas con escenas rurales.
La creación del modelo · es un acto espontáneo de voluntad colectiva
aceptado sin examen por las generaciones de tradicionalistas, Y así se repro-
duce en el orden privado, la premeditada ejemplari<;lad ~e. los próceres histó-
ricos que con carácter formativo difunde la docencia oficial.