Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Tecnologias Productivas Agricultura Tradicional

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 19

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DEL PERÚ

FACULTAD DE ECONOMÍA

FACULTAD DE ECONOMÍA

TECNOLOGIAS PRODUCTIVAS
AGRICULTURA TRADICIONAL

CÁTEDRA:

Economía y Desarrollo Rural

CATEDRÁTICO:

Dr. Luis Cárdenas Espejo

ESTUDIANTES:

SEMESTRE: IX

HUANCAYO

Diciembre-2022
INTRODUCCIÓN

La

AGRICULTURA TRADICIONAL

La agricultura tradicional es el modelo de producción agrícola principal de las distintas


sociedades a lo largo de la historia. Está caracterizada por su poca influencia tecnológica y por
el cuidado de la naturaleza. Desde sus inicios en la era neolítica, la práctica de la agricultura
tradicional ha significado un modelo productivo y una forma de vida para las comunidades
sociales que la han ejercido.

Con pocos elementos técnicos y un profundo entendimiento de la naturaleza, las distintas


civilizaciones del mundo han obtenido alimento mediante cultivo, al tiempo que creaban una
explotación como modo de obtención de riqueza. En ese sentido, la agricultura tradicional ha
sido durante siglos un modo de trabajo rudimentario basado en el capital humano.

Valor de la agricultura tradicional

El conocimiento y la práctica agrícola tradicional se han perpetuado generación tras


generación. Así, se han conformado territorialmente como elemento de subsistencia rural. La
aparición de excesos de producción, o excedentes, dio como resultado la creación de primeros
ejemplos incipientes de comercio entre distintas comunidades, tras establecerse la división del
trabajo por el excedente producido.

Elementos característicos de la agricultura tradicional

Una de las principales características de la agricultura tradicional es la poca tecnificación


y la ausencia en el uso de la tecnología. Por ello, su producción, que no es a escala, suele
alcanzar únicamente para el consumo del agricultor, para el abastecimiento de familias o
territorios pequeños. En este caso, el agricultor trabaja la tierra con herramientas agrícolas
manuales como la hoz, la azada o la pala. En caso de poseer un tractor, éste no es utilizado a su
máximo potencial

Atendiendo a una demanda de producto pequeña y mediana. Habitualmente, la actividad


agrícola tenía como fin el simple abastecimiento de familias o pequeñas regiones. Es conocida
como agricultura de subsistencia (por lo general son policultivos que proporcionan varios tipos
de alimentos para el consumo y no para el comercio), está arraigada en países en vía de
desarrollo, principalmente de América Latina, Asia y África.

Integra técnicas agrícolas y maquinaria muy rudimentarias. Desde el factor de mano de


obra humana al uso de animales de carga configuran esta metodología. El paso de los siglos ha
dado lugar al tratamiento de distintos materiales para la creación de herramientas de trabajo.
Con metales, madera o hueso se han configurado hachas, hoces o segadoras. Al ser una
actividad aún rudimentaria, la producción depende en su mayoría de las capacidades físicas del
agricultor y sus trabajadores, por lo que el rendimiento y optimización de recursos es bajo.

Dependencia de los factores meteorológicos. Presenta una estrecha dependencia de las


condiciones meteorológicas o de la composición del terreno habitado, la forma en la que se
trabajan los terrenos corresponde a conocimientos o prácticas ancestrales y empíricas.

Funcionamiento junto a la labor ganadera. Agricultura y trato de animales, a modo de


pastoreo o cría, se han interconectado para beneficio mutuo, como ejemplifica el tratamiento con
estiércol a modo de sustancia fertilizante.

Facilita la producción diversa y variada debido al policultivo. Frente a corrientes más


modernas como el monocultivo, la práctica tradicional beneficia a la hora de acometer
mayor gama de productos.

Sistemas de Agricultura Tradicional más comunes en el mundo

Estos sistemas de agricultura tradicional, unos más sostenibles que otros, comparten la
misma finalidad: garantizar la subsistencia de las comunidades locales con el cultivo de varios
productos y el uso de herramientas o técnicas rudimentarias. Se distinguen principalmente en
tres tipos: itinerante, extensiva de secano y ricicultura monzónica.

 Itinerante, el más arcaico: Ésta es la más arcaica de todas y la responsable de la


deforestación de gran cantidad de bosques.
 Itinerante: Conocida también como un sistema de “tala y quema”, consiste en
cortar la vegetación y quemarla para utilizar las cenizas como abono y proceder
al sembrado. El terreno se explota continuamente con policultivos para el
consumo (cereales y vegetales) durante tres o cuatro años hasta que los nutrientes
se agotan y los agricultores se trasladan a otro sector para repetir el proceso. Los
suelos abandonados están listos para sembrar en un tiempo estimado de 25 años.
 Secano: Este sistema es más amable que el itinerante y demuestra la
preocupación que los agricultores tenían desde hace varias décadas por la
sostenibilidad del medio ambiente.
 Extensiva de secano: Consiste en dividir el terreno en dos partes, rotándolos para
que mientras uno se cultive el otro descanse y reponga los nutrientes. Este
régimen depende de las condiciones naturales de cada lugar y se hace sin aporte
externo de agua.
 Irrigada, una técnica sin descanso: Este sistema recibe su nombre debido a que
surgió en el Asia Monzónica, donde hay gran cantidad de lluvias a lo largo del
año, produciendo inundaciones propicias para el cultivo de especies como el
arroz.
 Ricicultura irrigada o monzónica: Esta técnica, que requiere de una gran mano
de obra y la utilización de herramientas tradicionales, beneficia a un gran número
de familias –propietarias y trabajadoras de la tierra- que cosechan dos o tres
veces al año, pues la tierra nunca descansa.

Evolución de la agricultura tradicional

Debido al crecimiento demográfico experimentado a lo largo de la historia y el avance


tecnológico y técnico en el marco de la producción agrícola, la agricultura tradicional se ha ido
adaptando progresivamente. Fruto de dicha evolución, han ido apareciendo otras modalidades
contemporáneas hasta llegar al modelo de agricultura comercial y moderna más avanzado. Estas
últimas priorizan elementos como la consecución de producción óptima y la guía de
la eficiencia.

Agricultura moderna

En paralelo al desarrollo industrial y tecnológico, la agricultura tradicional ha ido


incorporando paulatinamente diversa maquinaria y soluciones enfocadas a maximizar la
productividad y la calidad, y a minimizar los costes y el empleo de recursos. Es así como surge
la agricultura moderna, que se caracteriza por su búsqueda de la eficiencia.
Mientras que la agricultura tradicional aspira al suministro del núcleo familiar, la
moderna responde a las necesidades del mercado, al que puede abastecer gracias al incremento
de su productividad.

Las características principales de la agricultura moderna son la siguientes:

 Alto grado de tecnificación.


 Es eficiente gracias a la incorporación del desarrollo tecnológico. Esto supone
más productividad y rentabilidad y ahorro de recursos (tiempo, dinero y recursos
naturales).
 Su dependencia de la climatología es relativa, aunque presente, gracias a la
utilización de tecnologías predictivas.
 Incorpora máquinas muy avanzadas, como las cosechadoras o los tractores,
capaces de trabajar de manera automatizada.
 Control de plagas y de fertilización mucho más preciso.
 Su objetivo es abastecer al mercado, de ahí que tenga en cuenta sus necesidades,
priorizando la producción de productos más demandados por este.

A diferencia de la agricultura tradicional, la agricultura moderna se caracteriza


por incorporar la ciencia y tecnología para ser más eficiente, ahorrando recursos (tiempo y
dinero) y logrando más cantidad y mayor calidad en la producción. Es precisamente su alta
capacidad productiva la que la define como una actividad diseñada para responder a las
necesidades de los mercados y comercializar miles de toneladas a nivel interno y externo.

La aplicación de técnicas y la utilización de maquinaria hacen que se reduzca el riesgo


por la dependencia de factores externos como el clima o la mano de obra. Si en la agricultura
tradicional hay que dedicar largas jornadas para recoger las cosechas, en la moderna esa labor se
le puede encomendar a sistemas de precisión incorporados en las cosechadoras, que trabajan
autónomamente y con una alta eficiencia. Esto se deriva en mayor producción a menor costo y
en un menor tiempo. Los sistemas de riego, fertilizantes, control de plagas, monitoreo de
cultivos, entre otras, son aplicaciones que hacen que la diferencia entre la agricultura tradicional
y la moderna sea cada vez mayor, inclinando la balanza hacia la segunda

Agricultura Tecnificada

La agricultura tecnificada incorpora diversas tecnologías y soluciones avanzadas que te


permiten ser más eficiente. Y hoy en día, es imprescindible que modernicemos nuestros métodos
de producción, ya sea con máquinas más eficientes, control de cultivos por imágenes
espectrales, aplicación de fitosanitarios, abonos, semillas con precisión, utilización de
programas de gestión u otros medios. Las herramientas habituales utilizadas en la agricultura
tradicional siempre han sido la azada, la pala y la hoz. Ya en el siglo XX, época en la que se
introdujo el tractor, algunos agricultores hacían uso de esta máquina, pero el objetivo seguía
siendo el mismo: el autoabastecimiento.

La tecnificación es lo que ha permitido dar el paso desde la agricultura tradicional hasta


la moderna. En este sentido, una herramienta imprescindible en este tipo de agricultura
tecnificada son los programas de gestión.

Cuando el hombre comenzó a cultivar la tierra, sus actividades influyeron poco sobre los
ecosistemas globales. Las personas vivían cerca de sus fuentes de alimento y sus desechos
biodegradables eran devueltos directamente a las zonas de cultivo. Durante el último medio
siglo se ha presentado en el mundo un inusitado crecimiento poblacional, así como una
elevación de los niveles de vida. Esto conlleva a una demanda creciente de alimentos y al
aumento de la producción agrícola y pecuaria. La satisfacción de esta demanda ha sido posible
gracias a una expansión constante de la frontera agrícola y a una elevación sostenida y sin
precedentes de la productividad por hectárea. El costo ecológico ha sido alto, ya que la
ampliación de las superficies de cultivo ha resultado en grandes extensiones de bosque
deforestado, erosión y disminución de la fertilidad de los suelos, drenaje y relleno de humedales
y pérdida de biodiversidad (Gabaldón, 1998).

La agricultura moderna tiende, en general, a la simplificación del ecosistema. El laboreo


ha alterado los suelos por la adición o remoción de nutrientes, reducción de la acidez por la
adición de cal, remoción de rocas para facilitar las operaciones agrícolas, nivelación de las
superficies para facilitar el riego, y mecanización. Se ha modificado intensivamente la estructura
de los suelos y del paisaje, todo justificado por la posibilidad de incorporar recursos agrícolas al
sistema económico (Bifani, 1999).

Los avances tecnológicos más importantes aplicados a la actividad agrícola han sido el
control de plagas y enfermedades de los cultivos, el suministro de nutrientes específicos al
suelo, la introducción de nuevas especies modificadas genéticamente y la mecanización. Desde
su aparición, la agricultura ha experimentado continuos avances que han sustentado su
desarrollo; sin embargo, nunca ha sido tan intensa y eficiente como ahora, tanto desde el punto
de vista productivo como económico. En los años 50 del siglo XX, el principal objetivo de la
agricultura era satisfacer las necesidades inmediatas de alimentos y mejorar el nivel de
autoabastecimiento de la población mediante un fuerte incremento de la productividad aplicando
los modelos de la agricultura moderna o Revolución Verde (Gómez, 2000). Sin embargo, desde
finales de aquella década se han planteado dudas sobre la sustentabilidad de los procesos
agrícolas tal como se han venido manejando hasta ahora, lo cual viene sustentado por elementos
tales como la alta dependencia de los fertilizantes químicos, pesticidas y herbicidas, la
destrucción de los hábitats naturales, la contaminación ambiental y los riesgos a la salud de los
seres humanos. En tal sentido se plantean alternativas tales como la agricultura orgánica (López,
2000), agroecología, agricultura sostenible y tecnologías limpias aplicadas a la agricultura.

Problemática Ambiental Asociada a la Agricultura Tradicional

La agricultura ejerce un importante impacto modificador sobre los sistemas naturales.


Todo sistema natural está dotado de su resiliencia particular que le permite recuperarse en
menor o mayor grado luego de una intervención antrópica. (Bifani, 1999).

La manipulación agrícola del suelo lleva, en primer lugar, a la remoción de la capa


vegetal natural y posteriormente a la introducción de especies, casi siempre diferentes a las
nativas. Esto implica, en el mejor de los casos, una simplificación del ecosistema además de la
denudación de la superficie del suelo (Bifani, 1999). El comportamiento agrícola se fundamenta
en indicadores que pueden agruparse con base en cuatro criterios: agro diversidad, eficiencia del
agroecosistema, uso del recurso tierra y seguridad alimentaria.

Para asegurar la productividad agrícola a pesar de las fluctuaciones climáticas, los


agricultores han desarrollado, desde los inicios de su actividad, sistemas de riego adecuados a la
disponibilidad del recurso hídrico y a sus necesidades productivas. (Bifani, 1999).

Uno de los problemas más graves derivados de la agricultura es el agotamiento del suelo
(Seoánez, 1998). La alternativa para solventar esta situación es el suministro de fertilizantes al
suelo. Si bien los abonos, tanto de origen químico como orgánico, restablecen algunas
condiciones fisicoquímicas del suelo, también pueden producir acumulación de algunos
minerales como el nitrógeno y el potasio. Estos elementos, al ser lavados por las aguas de lluvia
o riego, pueden acumularse en los cuerpos hídricos donde fluyen, tales como embalses o lagunas
naturales, generando su eutroficación (Sandia et al., 1999).

Si bien los biocidas de origen orgánico o natural originan poco o ningún efecto nocivo
sobre los agricultores, ocurre lo contrario con los de origen de síntesis química. Los plaguicidas
con mayor índice de toxicidad son los compuestos organoclorados; éstos persisten a lo largo de
la cadena trófica por no ser hidrosolubles y se almacenan en los últimos eslabones de la cadena.
Los efectos nocivos se pueden detectar en los sistemas nervioso, reproductor e inmunológico,
considerándose como generadores potenciales de problemas de cáncer, asma e infertilidad, entre
otros.

La exposición directa o indirecta de personas y animales domésticos a los plaguicidas


incrementa el riesgo de accidentes. Sin embargo, los agricultores continúan usando estos
plaguicidas por su alta efectividad inicial al reducir la incidencia de las plagas y aumentar en
forma importante la productividad. Tras un tiempo corto las plagas desarrollan resistencia a los
pesticidas, lo que obliga a aumentar las cantidades de biocidas utilizados en los cultivos y a
hacer mezclas cada vez mas tóxicas. Bajo estas condiciones, las plagas nunca son exterminadas
y el uso de los pesticidas sintéticos origina la disminución de la población de organismos
predadores de plagas, los cuales son beneficiosos para los cultivos. Por otra parte, el uso de
plaguicidas en la agricultura comprende todo un sistema de operaciones y manejo del producto
que incluye transporte, almacenamiento, distribución, aplicación, desecho de residuos y envases.
En todas estas fases se presentan riesgos de contaminación ambiental importantes y de difícil
control.

Si bien la incorporación de la biotecnología a los sistemas agrícolas ha sido bien acogida


por la mayoría de los agricultores y técnicos del área, origina una serie de potenciales impactos
sobre el ambiente, entre los cuales se encuentran:

a) El ADN recombinante puede generar plantas de difícil control, ya sea por su


excesiva capacidad adaptativa o, al contrario, por su poca resistencia a los
factores ambientales
b) Las variedades locales podrían ser reemplazadas por variedades más uniformes
con la posterior introgresión de caracteres
c) las plantas genéticamente manipuladas pueden producir metabolitos secundarios
tóxicos;
d) La manipulación genética puede afectar de tal manera al organismo anfitrión que
éste puede modificar su interrelación con el entorno y a su vez alterar el
equilibrio ecológico (Guzmán et al., 2000).

Estos efectos son a largo plazo, y una vez introducidos al ecosistema, serían de difícil
control.
Tecnologías Limpias Aplicadas a la Agricultura

A sabiendas que si contamina el medio se enfrentará a la legislación y a la población en


general, el agroindustrial puede tomar dos posturas ante la contaminación: a) la
descontaminación, referida a la instalación de equipos que controlen y/o eliminen los agentes
contaminantes mediante tratamientos externos, como filtros, depuradoras, plantas de reciclado,
incineradores y vertederos controlados, entre otros; y b) la anticontaminación, que trata de
intervenir en los procesos mediante la aplicación de tecnologías limpias, de forma que no se
genere contaminación, e incluir tratamientos internos al proceso que buscan evitar la
contaminación y no procesarla (Aldy, 1998; Seoánez, 1998).

Las tecnologías limpias consisten en la aplicación de estrategias que incluyen técnicas


tales como reciclado, sustitución, recuperación y revalorización. Pueden ser muy sencillas, pues
se puede tratar de un simple cambio en un procedimiento, o pueden ser sofisticadas, con
importantes inversiones previas en investigación (Seoánez, 1998). Por ejemplo, un cambio
simple podría ser el compostaje de residuos urbanos para convertir la materia orgánica residual
en abono y así mejorar la calidad del suelo para la agricultura. Como ejemplo de un cambio
sofisticado, se encuentran las investigaciones biotecnológicas que se realizan para mejorar e
impulsar las variedades de plantas cultivables tolerantes tanto a herbicidas como a las plagas.

Entre las ventajas de la aplicación de tecnologías limpias se encuentran:

a) Se consiguen mejores resultados al no crear contaminación


b) Los sistemas implantados son permanentes, fiables, eficaces, de gran
rendimiento, rentables y casi siempre aumentan la productividad
c) Implican ahorros considerables en cánones y tasas
d) La prevención implica una ventaja económica evidente en comparación con la
descontaminación

Es necesario tener presente que la aplicación de estrategias y técnicas en agroecología


depende definitivamente de las características y condiciones ecológicas, socioculturales y
económicas de cada agroecosistema.

Las tecnologías limpias en la agricultura constituyen la parte técnica a ser aplicada en los
proyectos de desarrollo rural basados en la agroecología. En tal sentido, su sola implementación,
ya sea parcial o total, no asegura un desarrollo rural sostenible, por lo que es necesario apoyarlas
sobre una plataforma socioeconómica local y adecuada a los requerimientos particulares del
proyecto que se pretenda desarrollar.
Corchete (1986) planteó otras medidas que pueden considerarse como tecnologías
limpias, como recoger y clasificar los residuos de naturaleza inorgánica para su posterior venta,
reutilización o destrucción adecuada; retirar los cadáveres de animales (ganado) a lugares que
permitan ser utilizados por los organismos carroñeros; enterrar en labor profunda rastrojos y
residuos vegetales; y utilizar rastrojos vegetales como fuente alternativa de agro energía.

Entre las alternativas propuestas por Altieri (1991) para mejorar la productividad y
resiliencia de los sistemas agroecológicos, se encuentran diferentes diseños de policultivos
vegetales, sistemas diversificados de cultivos de maleza, cultivos de cobertura y mulches vivos.
Debido al auge de las tecnologías limpias, existe gran variedad de productos comerciales que
entran en la clasificación de orgánicos y son utilizados cada vez más por los agricultores
comprometidos con la agroecología. Como ejemplo tenemos humus de lombriz San Rafael
(abono), Tricobiol (fungicida), Nemabiol (nematicida) y Biograss (insecticida), entre otros.

En el mercado actual, los productos orgánicos tienen un sobreprecio en comparación con


los producidos por métodos convencionales, lo que hace atractiva la actividad para los pequeños
productores. Luego de estos análisis, se sigue considerando que el problema por resolver es el de
diseñar tecnologías apropiadas, así como aquellas estrategias compatibles sociales, económicas
y ecológicas que propicien los cambios de conducta en la población, para poder alcanzar los
objetivos de una agricultura sostenible.

En contraste con lo indicado, algunos autores como Barlow (2002) sostienen que no
existen suficientes evidencias de que las alternativas orgánicas de control de plagas sean más
seguras. Al respecto, este autor indica que los pesticidas naturales que son aceptados por los
agricultores orgánicos incluyen sulfato de cobre, compuesto prohibido por la Unión Europea
porque persiste en los suelos y produce daños hepáticos. Igualmente asegura que las granjas
orgánicas tienen una producción menor que la reseñada para las siembras convencionales,
concluyendo que la agricultura orgánica no parece tan buena idea para los cultivos a gran escala.

Ventajas de la agricultura moderna

(Martínez Castillo, 2002), Menciona que el desarrollo de la agricultura mejora la


producción, la distribución de ingresos y empleo; debido a que demandan más tiempo para la
acción, además explica que la agricultura ofrece otras ventajas como:

• Camino alternativo, basado en el conocimiento agrícola y técnicas a condiciones


locales, en el manejo de diversos recursos e insumos, donde aplica e incorpora los
principios y recursos biológicos aprovechables en los sistemas agrícolas.
• Ofrece la única vía concreta de recuperación real de suelos cultivables, que han sido
degradados por las prácticas convencionales.
• Constituye un camino seguro para el ambiente, para los pequeños productores de
zonas marginales, que podrían intensificar su producción de modo sustentable.
• Valora los bienes que poseen los pequeños productores, como el conocimiento local
y bajo costo que tiene la mano de obra. Así, este sistema reduce las desigualdades y
mejora la sustentabilidad ecológica.

Por otra parte, también el desarrollo de la agricultura productivo permite y favorece las
interacciones biológicas, los mecanismos de regulación de los organismos, la estructura trófica y
el reciclaje de nutrientes. Lo que facilita e incrementa la diversidad biológica y genética de
especies, variedades vegetales y animales

Esto genera una mayor estabilidad en los ecosistemas que se apropian pues la mayor
diversidad estructural y funcional promovida por la agricultura productiva del campesino, es un
rasgo que favorece la resistencia de los sistemas naturales intervenidos. Esta experiencia
agrícola brinda un rico conocimiento sobre la recolección, selección, germinación y tratamiento
de semillas, suelos y su preparación, métodos de cultivar plantas, control de pestes y protección
de cultivos, la crianza y cuidado de animales.

Ventajas de la agricultura de tradicional

(Altieri, 1991) Menciona que el sistema de agricultura tradicional campesino ofrece más
ventajas que la agricultura convencional, al recrear el complejo de plantas naturales:

a. Diversidad genética en las especies de plantas y animales.


b. Relaciones tróficas complejas entre cultivo, arvenses, insectos y agentes
patógenos
c. Ciclos nutrientes cerrados, con diversas necesidades nutricionales de los cultivos,
satisfechas mediante el uso de rotaciones, barbecho o abono.
d. Cubierta vegetal del suelo todo el año.
e. Uso eficiente del agua, suelo y luz solar.
f. Bajos riesgos de pérdida de cultivos, debido a la diversidad.
g. Alta estabilidad productiva, debido a la compensación de diversos componentes,
cuando uno falla

(Gliessman, 2000)El policultivo agrícola, forestal o piscícola (y su integración) favorece


sistemas de mayor productividad y reduce la acción de arvenses y pestes. Esto permite un uso
más eficiente del esfuerzo del productor, a lo largo del ciclo anual. Esta estrategia beneficia el
acoplamiento entre la actividad del productor y los ciclos naturales (biológico, físico, químico) a
través del año. El resultado son los sistemas productivos con los atributos recomendados desde
las nuevas corrientes ecológicas con aplicación en la producción rural, como es la agroecología.

Para ello, se contextualiza el carácter integral del sistema productivo y sus implicaciones
ecológicas, económicas, históricas, donde se reconocen en los sistemas tradicionales
campesinos, los principios agroecológicos.

La estrategia tradicional campesina permite la heterogeneidad paisajística, diversidad


genética y biológica, un equilibro de los flujos de materia y energía del ecosistema; se basa en
una distribución equitativa del territorio local, en áreas dedicadas a la agricultura, ganadería y
forestación

Ello demuestra varias ventajas, como:

a. Identificación entre el manejo del agroecosistema y la economía doméstica.


b. Racionalidad diferente al lucro mercantil: combinación entre la maximización del
producto y la seguridad ecológica.
c. Empleo de fuerza de trabajo familiar (cooperación mutua).
d. Control del proceso de trabajo, los aperos y deberes.
e. Capacidad de adaptación frente a situaciones de presión espacial o ambiental
(autonomía alimentaria).
f. Dinámica social intergeneracional, analógica, reproductiva en educación,
cultural, etc.
g. Manejo de energías renovables y recursos locales. Eficiencia energética y
reciclaje.
h. Participación en los intercambios subordinada al logro de la autosuficiencia:
importancia del autoconsumo y baja comercialización de la producción
i. . i. Optimización de la productividad natural del agroecosistema y diversificación
productiva como estrategia de seguridad.
j. Fenómeno de la heterogeneidad espacial y diversidad biológica: uso múltiple del
territorio.
k. El campesino: productor de paisaje y oferente de servicios ambientales. Esta
estrategia favorece la integración del productor y ciclos naturales (biológicos y
fisicoquímicos), durante el año.
Por otra parte, es necesario la humanización de la naturaleza, bajo la estrategia
tradicional campesina de uso múltiple, genera una mínima artificialización por las siguientes
razones:

a. Reduce los riesgos ecológicos y económicos del sistema productivo, disminuye


los insumos externos de materiales, energéticos y fuerza de trabajo.
b. Se favorece la productividad, medida no solo por el volumen extraído del
ecosistema, sino en su variedad de productos y permanencia durante el ciclo
anual, dos rasgos que son ignorados en la visión económica productivista,
mercantil.
c. Es la permanencia de la productividad en el tiempo. La sustentabilidad del
sistema productivo campesino, expresada en el uso del agroecosistema durante
cientos de años, constituye un rasgo ecológico importante.
d. Sobre la estabilidad, el uso mínimo o nulo de insumos externos, favorece la
autosuficiencia (en unidad domestica de producción o región), en la dimensión:
alimentaria, energética, tecnológica, materiales de construcción.

AGRICULTURA DEL FUTURO

Para el año 2050 se prevé que la población mundial sobrepase los 9.000 millones de
personas. Para alimentar a toda esa gente, la agricultura tiene por delante un gran reto: producir
alimento suficiente de forma sostenible, eficiente y rentable. Para lograr este objetivo, la
agricultura del futuro deberá apostar por la tecnología de vanguardia. Para que no pierdas detalle
de las nuevas tendencias, en este viaje al futuro de la agricultura te contamos cuáles son las
últimas innovaciones.

Las herramientas de la agricultura del futuro

Desde hace unos años, el campo apuesta por la agricultura de precisión. La tecnología
agrícola ha evolucionado con el objetivo de obtener más empleando cada vez menos insumos.
Se trata de optimizar. Para ello, el agricultor puede servirse de diferentes herramientas, como los
tractores autónomos, los drones agrícolas, la mejora de la genética vegetal o explorar otras
formas de cultivo como el vertical o en ausencia de suelo.

Tractores robot para automatizar el campo

Las casas de maquinaria agrícola ya están apostando por los tractores totalmente


autónomos. La idea es que el tractor no requiera de un conductor para realizar las labores y que
la tecnología de precisión aproveche al máximo las condiciones del suelo para minimizar el uso
de insumos.

Un ejemplo es el tractor autónomo de Case IH. Su prototipo de vehículo autónomo,


ACV, está pensado para liberar al operador del trabajo de dirigir el tractor. Este tractor puede
trabajar 24 horas al día y 7 días a la semana. Cuenta con GPS ultrapreciso que está operativo con
las correcciones que proporciona la red de antenas RTK (de la que es dueña Case IH).

La marca Fendt es la responsable del proyecto MARS (Mobile Agricultural Robot


Swarms, en español: Enjambres de robots agrícolas móviles), que ha desarrollado un sistema
autónomo capaz de realizar por sí mismo una plantación de alta precisión. Se trata de pequeños
robots (6-12 unidades) que, conectados a la nube, planifican, monitorizan y documentan con
total precisión la siembra de maíz. 

Drones agrícolas: ¿El futuro de la agricultura está también en el aire?

La agricultura del futuro pasa también por el aire. Los drones agrícolas, esas pequeñas
aeronaves no tripuladas, cada vez sobrevuelan más las fincas agrícolas. Puedes sacarle mucho
partido a un dron agrícola:

Con esta tecnología se pueden obtener diferentes tipos de imágenes: 

 Multiespectrales: son capaces de medir el vigor vegetal de la plantación. Con este tipo
de imágenes es más fácil valorar el estado de salud y el crecimiento de los cultivos.
 Térmicas: con este tipo de imagen puedes valorar el estrés hídrico en la planta y actuar
en consecuencia. Son fundamentales para aplicar estrategias de riego de precisión.
 Topográficas: en proyectos agrícolas de gran envergadura, un levantamiento
topográfico es fundamental para sacar el máximo provecho del terreno.

Además de la toma de imágenes, los drones agrícolas pueden completar otro tipo de
tareas, como aplicar fitosanitarios. Con estas máquinas, se puede llegar a aquellos lugares de la
explotación más complicados y, lo que es más interesante, se evita que un operario se exponga
al producto aplicado.

La genética vegetal tendrá un papel protagonista

A pesar de que existen muchas reticencias sobre el uso de los transgénicos, no existe


evidencia de que sean perjudiciales para las personas. Lo que sí está claro es que la mejora
genética vegetal (que incluye técnicas como CRISPR para editar el genoma, y no solo los
transgénicos) resultará fundamental en la agricultura del futuro. 

Ya existen cultivos transgénicos que producen plantas resistentes a diferentes malezas o


algunas enfermedades. Pero la tecnología y ciencia agrícola quieren ir mucho más allá. Por
ejemplo, la Fundación Bill y Melinda Gates está trabajando en crear cultivos de cereales que
puedan fijar su propio nitrógeno. Este avance supondrá un gran beneficio para los agricultores
que no puedan acceder a fertilizantes a base de nitrógeno.

Por su parte, para la agricultura del futuro se prevé el uso de herramientas de edición del
genoma (la más famosa es CRISPR-Cas9) con las que se podrán introducir genes de una forma
más barata y rápida a las antiguas técnicas de modificación genética. Por ejemplo, en el
laboratorio, se ha editado el genoma:

 Del arroz, para hacerlo resistente a algunas enfermedades.


 Del trigo, para la misma finalidad que en el caso del arroz. 
 Del maíz, para hacerlo más tolerante a la sequía.

Los científicos están investigando en la actualidad las posibilidades de


desarrollar árboles de cítricos y viñas resistentes a algunas enfermedades. Pero
también tomates de producción temprana que se adaptarían mejor a las futuras condiciones
climáticas. 

Cultivar fuera del suelo y explotaciones verticales

En el futuro, la tierra no será el único medio que utilicemos para cultivar. La agricultura
del futuro debe tener en cuenta que la tierra fértil se verá muy limitada a la hora de alimentar a
una creciente población. Por eso, ya se están investigando, y en algunos casos produciendo
gracias a sistemas fuera del suelo o con sistemas verticales. A continuación, veremos algunas de
las opciones:

Hidroponía 

Esta técnica consiste en cultivar plantas en soluciones que contienen minerales y otros
nutrientes en lugar del suelo. Es decir, las raíces de las plantas no están en el suelo, por el
contrario, el sustrato es una solución nutritiva. Es un sistema que ya se utiliza y que tiene
múltiples beneficios: 

• No se necesita suelo. 
• Las plantas se desarrollan más rápido.
• No es necesario adaptarse a campañas estacionales.
• Se produce un consumo de agua eficiente.
• Los cultivos no compiten con otras hierbas
• El mantenimiento del cultivo y las labores son más suaves.

Cultivos verticales

Se basa en paredes o muros verticales en los que las plantas se encuentran enraizadas
entre dos láminas de un material fibroso que está anclado en la pared. En realidad, los cultivos
verticales también pueden ser hidropónicos, aeropónicos. Cultivar en vertical será clave para la
agricultura del futuro porque:

• Al aprovechar la superficie de esta forma se rinde 55 veces más producto por


unidad de área en comparación con las explotaciones en suelo tradicionales. 
• Esta forma de cultivar aprovecha la tecnología de las bombillas LED
para acelerar el crecimiento de las plantas. 
• Además, requiere menos labores manuales, pues la mayoría se automatizan.

La gestión digital también forma parte de la agricultura del futuro 

Aunque no sabemos cuánto tardará en llegar toda esta tecnología a nuestro día a día, sí
has podido comprobar en este artículo cuál será la agricultura del futuro. De lo que sí puedes
estar seguro es que, como agricultor, es necesario gestionar de forma eficiente tus explotaciones.

CONCLUSIÓN

La misión fundamental de la agricultura es, y seguirá siendo, la producción de materias


primas y alimentos en cantidad y calidad para atender a una población en constante crecimiento.
La agricultura, en el futuro, deberá tender a un equilibrio entre diversos factores, tales como el
progreso tecnológico continuado, la responsabilidad de conservar los recursos naturales, el
respeto al ambiente y la preservación de la biodiversidad.

La agroquímica produce impactos ambientales negativos sobre los ecosistemas y sobre la


salud de los productores y consumidores, lo que debe incluirse en los costos de producción
respectivos. El comportamiento óptimo de los sistemas de producción agrícola depende del nivel
de interacciones entre sus diversos componentes. Las tecnologías limpias incentivan las
interacciones potenciadoras, ya que los productos de un componente son utilizados en la
producción o favorecimiento de otro componente. Por el contrario, cuando se simplifican los
agroecosistemas, se reducen las sinergias y la biodiversidad.

Los sistemas agrícolas con una estructura diversificada en sus componentes vegetales
reducen la incidencia de plagas y malezas, minimizando el uso de agroquímicos. La inclusión de
organismos fijadores de nitrógeno atmosférico en los sistemas agrícolas disminuye las
necesidades de fertilizantes inorgánicos. Los sistemas de producción vegetal integrados
permiten maximizar el flujo de energía a los productos, reciclar de manera más efectiva y
económica los nutrientes y aumentar la productividad y sustentabilidad del sistema.

El desarrollo rural basado en la agroecología se vislumbra como una alternativa


sostenible sin competencia. Sin embargo, su aplicación generalizada en los sistemas agrícolas
mundiales es todavía una utopía, ya que es necesario integrar la teoría con los actores
principales, para después efectuar las acciones necesarias en un entorno local particular. Si bien
a nivel internacional se han marcado pautas y estrategias a seguir, falta llevar la teoría a la
práctica a través de procesos educativos locales, en donde se involucren tanto a los agricultores
como a los entes gubernamentales, estimulando la conciencia de la necesidad de implantar las
tecnologías limpias, como parte fundamental para lograr el desarrollo rural a través de la
agroecología.
REFERENCIAS

Altieri. (1991). ¿Por qué estudiar la agricultura tradicional? CLADES.


Gliessman. (2000). Agroecología: procesos ecológicos en agricultura sostenible. Costa rica.
Martínez Castillo, R. (2002). Agroecología: atributos de sustentabilidad. Costa rica.
Altieri M, Rosset P, Thrupp L (1997) El Potencial de la Agroecología para Combatir el Hambre
en el Mundo en Desarrollo. http://www.internet. com.uy/rusinek/tf/04agroecologia/ agr01.
htm
Barlow T (2002) La agricultura orgánica se abre paso en el mundo. Financial Times. Diario El
Universal, 02 de enero 2002.       
Bifani P (1999) Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible. IEPALA. Madrid. España. 593pp.
Corchete S (1986) El Agricultor ante la conservación y mejora del Medio Ambiente. Hojas
Divulgadoras No13/86 HD. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Madrid.
España. 24pp.
García J (1997) La agricultura orgánica en Costa Rica. Universidad Autónoma de Centro
América. Acta Académica 20: 74-83. Costa Rica. http//www.uaca.ac.cr/acta
Guzmán G, Gonzáles M, Sevilla E (2000) Introducción a la Agroecología como Desarrollo
Rural Sostenible. Mundi Prensa. Madrid. 535pp
Lindarte E (1999) Agricultura sostenible y la transformación de los Recursos Humanos. Revista
Latinoamericana de Desarrollo Rural. Año IV. Nº5. CIARA. Caracas. Venezuela. pp. 20-
27
López F (2000) Desarrollo Agrario Sostenible. En Reforma de la PAC y Agenda 2000, Nuevos
tiempos, nueva agricultura. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Madrid.
España. pp. 209-217
Quintana J, Cazorla A, Merino J (1999) Desarrollo Rural en la Unión Europea: Modelos de
participación social. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Madrid. España.
256 pp
Rivera R (1999) Evolución del concepto de desarrollo Rural y la
Sustentabilidad/Sostenibilidad. Revista Latinoamericana de Desarrollo Rural. Año IV Nº5.
CIARA. Caracas. Venezuela. pp. 6-12

También podría gustarte