CELOS
CELOS
CELOS
Estoy segura de que has sentido celos en algún momento de tu relación. Puede
que los hayas experimentado con una pareja en concreto, o con todas. Si bien es
cierto que hay casos en los que los celos son comprensibles a consecuencia del
comportamiento del otro o por hechos que nos demuestran que puede haber una
infidelidad real, también lo es que hay personas que viven y sufren los celos de
una forma enfermiza y generalizada sin que haya motivos. En muchas ocasiones
se crean en el pensamiento de quien los sufre y lo que imaginan no tiene nada
que ver con la realidad ni con el modo de actuar del otro.
Aquellos que los sufren sienten una mezcla entre la necesidad de poseer a la otra
persona y la sensación constante de que pueden perderla. La base de los celos
está en el miedo a la infidelidad y a ser abandonado.
Muchas personas que los padecen, al analizar objetivamente la situación que los
provoca son conscientes de que no tendrían que sentirlos, que la situación en sí
no debería alterarles lo más mínimo, puesto que confían en el otro y no les da
motivos para desconfiar y sufrir esa tortura.
¿Qué sucede? ¿Por qué se apodera de nosotros ese torbellino emocional que nos
hace temblar ante la posibilidad de perder a nuestra pareja?
Vamos a ver lo que ocurre y qué relación tiene esto con nuestra autoestima:
Imaginemos que yo siento que soy poco importante, o poco valiosa, o poco
guapa, o poco capaz... Si mi pareja se relaciona con otra mujer (ya sea en el
ámbito laboral, familiar, de ocio, etcétera) a la que yo veo muy guapa,
extrovertida, más divertida que yo, muy superior a mí intelectualmente, segura de
sí misma o con cualquier otra característica que a mí me parezca importante,
dicha relación hará́ aflorar en mí la idea de que puede que a él le guste. Pienso
que a mí me gustaría, por tener todas esas cualidades y con ello ya doy por
supuesto que a él le va a gustar. Puede ser que él no dé ninguna importancia a
todas esas virtudes que yo magnifico. Puede que las vea pero que no las valore
como yo o que ni siquiera le llamen la atención.
Esta situación puede llevarme a que cada vez que él me hable de ella, o cuando
deba verla en cualquier contexto o tengan que contactar de alguna forma yo
sienta una ansiedad enorme en mi interior. Esa ansiedad viene provocada por el
alud de pensamientos tóxicos y por la alarma que asalta mi mente haciendo que
me descontrole. Son pensamientos semejantes a estos: «Vigila, a ver qué querrá
esa» «¿Y si a él le gusta? Seguro que le gusta... ¿Cómo no le va a gustar con lo
guapa que es?» «¿Y si me engaña con ella? Ya que le gusta, como no podría ser
de otro modo, es muy probable que se sienta atraído y que pase algo entre ellos...
pero ¿y si pasa y me lo esconde? ¿Y si lo oculta y yo no me entero?».
Vemos, por tanto, que el origen de este problema acostumbra a estar en la baja
autoestima. Si yo me siento segura de mí, si me siento capaz de salir adelante por
mí misma pase lo que pase en mi vida, si soy consciente de que soy importante y
valiosa como ser humano, igual que el resto de las personas, si tengo claro que no
hay nadie que sea más que nadie, eso no me va a suceder. Tendré́ claro que mi
pareja puede dejar de sentir lo que siente por mí en cualquier momento y que a
veces eso no depende de uno, que son cosas que suceden y, aunque duelan,
debemos aceptarlas. Tendré́ claro que nuestra relación puede acabar un día y que,
si hay una persona que le gusta más que yo, es libre de elegirla para continuar su
vida junto a ella. No podré evitarlo, por mucho que lo controle o que lo persiga, o
que me enfade. Si considero que su conducta con las otras mujeres no es la
adecuada y eso me hace sentir insegura y a la vez menospreciada, entonces es
que no es la persona que quiero a mi lado. Si, por el contrario, su conducta es del
todo correcta y no me da motivos para desconfiar, entonces soy yo la que debería
reforzar mi autoestima y aprender a valorarme y a confiar más en mis cualidades
y mi potencial.
Por consiguiente, las razones por las que acostumbramos a sentir celos son:
• Miedo a perder a la pareja con las consecuencias que este hecho acarrea:
soledad y abandono. Esto va ligado a que nos sentimos poco valorados
para el otro. Si consideramos a la otra persona como lo más importante
que tenemos en nuestra vida, la idea de perderla, con todo lo que nos
hemos esforzado para tenerla, abre un abismo ante nosotros. Más aun
cuando la otra potencia nuestra sensación de seguridad en determinados
aspectos como el afectivo o el económico, por ejemplo. Además, habría
que añadir la humillación que sentiríamos ante los demás si nuestra pareja
nos engaña con otra persona. No queremos ni imaginárnoslo, ya que
quedaríamos ante ellos como poco importantes y valiosos, lo cual minaría
aún más nuestra autoestima.
Ahora imaginemos que te sucede algo similar a los celos en pareja. Si te sientes
inseguro en tu puesto de trabajo y estás pensando constantemente en que no estás
preparado para ocuparlo, es posible que sí sientas miedo a que te lo arrebaten
aquellos trabajadores con los que te comparas y a los que consideras más seguros
y mejor preparados que tú. Si estás convencido que el puesto te queda grande,
por mucho que te reconozcan tus jefes y te digan que están muy contentos, o por
mucho que te repitas que si te lo han ofrecido es porque te lo mereces y porque
estás a la altura, no te lo vas a creer.