1.AHRS - Subsidio Enero 2023
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INTENCIÓN DEL PAPA: POR LOS EDUCADORES . OREOS PARA QUE Esquema de Horas
LOS EDUCADORES SEAN TESTIGOS CREÍBLES , ENSEÑANDO LA Santas para los días
FRATERNIDAD EN LUGAR DE LA COMPETENCIA Y AYUDANDO jueves de cada mes
ESPECIALMENTE A LOS JÓVENES MÁS VULNERABLES.
Capillas de Adoración Eucarística Perpetua en Tabasco
Subsidio Mensual, Enero
†
Estamos ante ti, Espíritu Santo
(Adsumus Sancte Spiritus)
Estamos ante ti, Espíritu Santo,
reunidos en tu nombre.
Tú que eres nuestro verdadero consejero:
Ven a nosotros,
apóyanos,
entra en nuestros corazones.
Ensénanos el camino,
muéstranos cómo alcanzar la meta.
No permitas que
la ignorancia nos lleve por falsos caminos.
Concédenos el don del discernimiento,
para que no nos desviemos del camino de la verdad y la justicia,
sino que en nuestros peregrinaje terrenal
nos esforcemos para alcanzar la vida eterna.
I. Exposición
El celebrante, con el paño de hombros de color blanco, trae el Santísimo Sacramento
del lugar de la reserva y lo coloca en la custodia que estará en el altar sobre un
mantel blanco y un corporal del mismo color, previamente extendido. Se emplea
cuatro o seis cirios.
Celebrante: Acto de Fe. Dios mío! Creo firmemente todo lo que cree y enseña mi
Madre Iglesia, porque tú lo has revelado y eres inefable verdad.
Celebrante: Acto de Esperanza. Dios mío, espero, por los méritos infinitos de
Jesucristo mi Salvador, que me has de dar tu gracia y tu misericordia en esta vida, y
si observo los mandamientos, la vida eterna en la otra, porque así lo has prometido y
eres fiel en cumplir tus promesas.
Celebrante: Acto de Caridad. Dios mío! Te amo con todo mi corazón, porque eres
infinitamente amable, y amo a mi prójimo como a mí mismo, por amor tuyo.
Primer jueves
“Ven y lo verás”…
Mayores cosas has de ver
Monición: Jesús, El Emanuel, la Palabra del Padre, continúa su misión, comienza a
caminar y llamar a los que Él quiere. Caminando hacia Galilea, se encuentra con
Felipe, a quién le dice “Sígueme”, quien se encuentra a su vez con Natanael y le
comparte su testimonio, la alegría y el gozo de haber encontrado a Aquel, de quien
hablaba Moisés y los Profetas, a Jesús y por eso la Invitación de Felipe a Natanael,
“Ven y Veras” y Natanael, gracias a Felipe se encontró con Jesús y con toda su
verdad, con el Hijo de Dios. (P. Cristian Salomón, Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa,
Arquidiócesis de Rosario) Hermanos en esta tarde-noche. “Dispongámonos de corazón a
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: “Este es un verdadero israelita, un hombre sin
doblez”. “¿De dónde me conoces?”, le preguntó Natanael. Jesús le respondió: “Yo te vi
antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera”. Natanael le
respondió: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”. Jesús continuó:
“Porque te dije: ‘Te vi debajo de la higuera’, crees. Verás cosas más grandes todavía”.
Y agregó: “Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y
bajar sobre el Hijo del hombre.”
Guía: Podemos tomar una posición cómoda que nos ayude a la reflexión y meditación.
Oración introductoria
(P. Cristian Salomón, Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Arquidiócesis de Rosario)
Petición
Lector 1: Concédenos, Señor, fortaleza en la fe y por el nacimiento del niño Jesús,
tengamos un encuentro personal que fortalezca nuestras vidas.
Reflexión
(P. Cristian Salomón, Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Arquidiócesis de Rosario)
Lector 2: De modo especial nos unimos en la oración por tantos jóvenes y familias
que dejando sus casas y comodidades, están misionando, llevando tu Palabra en
distintos lugares –del mundo-, que tu Espíritu los sostenga, acompañe e ilumine,
también rezamos por tantos otros que te anuncian en medio de las inundaciones,
colaborando, ayudando y también confiando en Tí.
Meditación
(Espacio Sagrado, El lugar de oración administrado por los Jesuitas Irlandeses)
Lector 2: Si nos preguntaran un día -o de hecho a todos nos habrá pasado en algún
momento u otro-, ¿qué es tener fe?, o ¿porque tener fe?, que le responderías, desde
donde lo responderías. De lo que te enseñaron de niño, de lo que aprendiste en
catequesis hace no sé cuántos años, o de la certeza de algo vivido que ya nadie ni
nadie podrá quitártelo ni hacerlo cambiar, desde donde, o que no te lo hayan
preguntado nunca, siempre hay que estar preparado para eso, por ahí te lo pueden
preguntar ahora.
Lector 1: Es muy importante que nos planteemos esto con seriedad, porque tenemos
que estar como dice San Pedro, siempre dispuesto a dar razones de nuestra fe a
quienes nos preguntan, ser maduros en la fe, haber hecho un camino entre tantas
cosas quiere decir esto, estar dispuesto y saber dar razones. Estar dispuesto no
quiere decir únicamente tener una apertura para dialogar, no responder con frases
hechas o escuchadas, si no poder hablar con inteligencia y desde el corazón, desde
los dos lados, saber dar razones no significa saber teología hacer cursos, pero si por
lo menos dar respuestas que no sean infantiles o que sean sostenible ante la
primera dificultad, la cosa debería ser sencilla, simple y por eso tan difícil de
expresar o explicar, parecer ser que lo más sencillo a veces es lo más difícil de
explicar.
Lector 2: Algo del evangelio de hoy, creo es una bonita forma de meditar sobre esto
que nos planteamos, nunca podemos responder o respondernos, -creo porque creo-,
Solicítalo al 99 31 47 88 78 / 99 31 99 06 55 / Escríbenos: Caepdiocesistab@outlook.com
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eso no es de adultos, creo porque creo, pero porque creo en alguien y en algo que
realmente paso, ósea creemos que en este evangelio que acabos de escuchar, pasó
realmente y eso se ha ido transmitiendo ininterrumpidamente a lo largo de los años
hasta nosotros, esto parece una obviedad pero no siempre lo es, hay que saberlo y
pensarlo.
Lector 1: Escúchanos en otro evangelio que, Juan el Bautista señalo a Jesús y dos de
sus discípulos lo siguieron y se quedaron todo el día con él, empezaron a conocerlo
de cerca, ya no por cuentos de otros, ya no por dichos, sino que estuvieron con él,
hoy, ya es Jesús el que llama a Felipe, y Felipe se lo cuenta a Natanael, Natanael al
principio pone sus peros, no confía, pero después que Jesús le dice ‘Te vi debajo de la
higuera’ termina reconociéndolo como el Hijo de Dios, el Rey de Israel.
Lector 2: Nos damos cuenta que finalmente creer, es creer en todo esto, en que todo
es como una linda cadena de amor y confianza, una cadena de reconocimiento de que
ese Jesús que camino por Galilea, ese mismo es realmente Dios-con-nosotros. Te
das cuenta de que no creemos por creer, que nuestra fe está sentada en datos
ciertos, reales y concretos e históricos, no creemos, como dicen por ahí -en algo hay
que creer-, no, no es esa una respuesta -infantil- o mundana e inmadura, no es la
respuesta de un hijo de Dios.
Lector 1: Creemos, porque creemos que Jesús es Dios hecho Hombre y que llamó a
personas reales como tú y como yo, de carne y hueso, que eran débiles también, los
invito a que lo conozcan para que conociéndolo a él, conozcan al Padre y para que
conociéndolo, entre todos, nos ayudemos a que otros lo conozcan, como una gran
ininterrumpida cadena de amor a lo largo del tiempo.
Lector 2: Creemos en esto, todavía falta que nos liberemos, como dice el evangelio
´Verás cosas más grandes todavía´ que lindo creer que el Señor nos tendrá
preparado algo más grande y que la fe, siempre es sorpresa, ese ir creyendo, ese ir
creciendo, ese ir madurando, ese ir sorprendiéndonos, Natanael fue elegido por
Jesús por su sinceridad, un hombre que dijo lo que pensaba, y pensaba que de
Nazaret no podía salir nada bueno y sin embargo, desde ahí desde esa sinceridad es
donde Jesús encuentra un lugar en su corazón.
Lector 1: ¡De donde me conoces!, como sabes que soy un hombre sin dobles, la
respuesta de Jesús tiene algo de misterio “Yo te vi antes que Felipe te llamara
cuando estabas debajo de la higuera”, que habrá significado para Natanael esa
afirmación, que habría estado haciendo debajo de la higuera, que habrá estado
pensando, que habrá estado sintiendo, que solo Jesús podría saberlo, no lo sabemos
claramente, lo que si podemos decir es que para Natanael significó darse cuenta que
Jesús lo conocía realmente, que pudo ver algo de él que nadie podría saberlo.
Guía: Las personas que quieran presentar alguna oración al Señor, desde su lugar en
este momento pueden hacerlo.
Propósito
(Se gana 300 días, cada vez. Plenaria cada mes. Pio IX)
Guía: Rezare la siguiente plegaria durante este mes con la intención de ganar las
indulgencias que pudiere: ¡Dulce corazón de María, sé mi salvación!
Guía: Te lo suplico, oh Luz que vienes de lo alto, Príncipe de los corazones de fuego.
Que también para mí se abran las puertas del cielo, como antiguamente lo fueron
para Israel. Por gracia, haz subir a mi alma caída, por la escalera de luz, signo
misterioso dado a los hombres de su retorno de la tierra al cielo.
Oremos
(Guillermo de San Teodorico, monje. Oración: Veréis los cielos abiertos. Oraciones meditadas, VI, 5-7: SC 324)
Guía: En efecto, Señor, es el amor que, de nuestros corazones, sube hacia ti porque
es el amor que, de ti, descendió hasta nosotros. Porque nos amaste, descendiste
hacia nosotros; amándote, podremos subir hasta ti. Tú que dijiste: «yo soy la puerta»,
¡en tu nombre, por favor, ábrete delante de nosotros! Entonces veremos claramente
de qué morada eres la puerta, y cuando y a quien abres. Amén.
III. Bendición
A) Incensación. El ministro hace genuflexión, se arrodilla y se canta un himno
eucarístico u otro canto apropiado. El ministro inciensa el Santísimo Sacramento.
Repetimos todos:
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos Amén.
IV. Reserva
Canto: Jesús Eucaristía –presencia real- (Iván Molina) u otro canto adecuado
Segundo jueves
A DIOS LA GLORIA
Y A MÍ LA RECOMPENSA ETERNA!
Monición: Hoy el pasaje evangélico narra la curación de un leproso y expresa con
fuerza la intensidad de la relación entre Dios y el hombre, resumida en un estupendo
diálogo: "Si quieres, puedes limpiarme", dice el leproso. "Quiero: queda limpio", le
responde Jesús, tocándolo con la mano y curándolo de la lepra. Cristo es el
verdadero "médico" de la humanidad, a quien el Padre celestial envió al mundo para
curar al hombre, marcado en el cuerpo y en el espíritu por el pecado y por sus
consecuencias. Los pecados que cometemos nos alejan de Dios y, si no se confiesan
humildemente, confiando en la misericordia divina, llegan incluso a producir la
muerte del alma. El bien se difunde. El agradecimiento es difusivo. El corazón
agraciado no puede callar. “Dispongámonos de corazón a experimentar la palabra del
Señor” (Isaías.9,2).
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Guía: Podemos tomar una posición cómoda que nos ayude a la reflexión y meditación.
Oración introductoria
(Papa Benedicto XVI. Ángelus 15 de diciembre de 2009. Deiverbum.org)
Petición
Lector 1: Hoy quisiera encomendar a María, a todos los enfermos, especialmente a
los que, en todas las partes del mundo, además de la falta de salud, sufren también
la soledad, la miseria y la marginación.
Reflexión
(Cf. S.S. Francisco, 6 de diciembre de 2013, homilía en Santa Marta)
Guía: Quien reza no teme molestar a Dios y nutre una confianza ciega en su amor de
Padre. Confianza ciega como la de los dos no videntes del pasaje del Evangelio, que
gritan detrás de Jesús su necesidad de ser sanados. O como el ciego de Jericó, que
invoca la intervención del Maestro con una voz más alta de quien quiere callarlo.
Jesús nos ha enseñado a rezar como el amigo molesto que mendiga la comida a
media noche, o como la viuda con el juez corrupto.
Lector 1: No sé si quizá esto suena mal, pero rezar es un poco molestar a Dios, para
que nos escuche. Pero, el Señor lo dice: como el amigo a media noche, como la viuda
al juez... Es atraer los ojos, atraer el corazón de Dios hacia nosotros... Y esto lo han
hecho también los leprosos que se le acercaron: 'Si tú quieres, puedes curarme'. Lo
han hecho con una cierta seguridad. Así, Jesús nos enseña a rezar.
Lector 2: El leproso del evangelio de hoy nos presenta una realidad muy cercana a
nosotros: la pobreza de nuestra condición humana . Nosotros la experimentamos y
nos la topamos a diario: las asperezas de nuestro carácter que dificultan nuestras
relaciones con los demás; la dificultad y la inconstancia en la oración; la debilidad de
nuestra voluntad, que aun teniendo buenos propósitos se ve abatida por el egoísmo,
la sensualidad, la soberbia... Triste condición si estuviéramos destinados a vivir bajo
el yugo de nuestra miseria humana. Sin embargo, el caso del leproso nos muestra
otra realidad que sobrepasa la frontera de nuestras limitaciones humanas: Cristo.
Meditación
(Homilía de S.S. Francisco, 15 de febrero de 2015)
víctima de una enfermedad, sino que también se siente culpable, castigado por sus
pecados. Es un muerto viviente, como "si su padre le hubiera escupido en la cara".
Lector 1: El Evangelio nos presenta una vez más a uno de esos hombres que se
acercó a Jesús para que le curase. Como los demás, reconoció en Cristo al Salvador.
Pasó por su vida y creyó en él como en él único que podía remediar sus males. En
esta ocasión se trata de un leproso. Para Jesús el caso no presentaba novedad. Lo
que sí impresiona es que el leproso se expresa en unos términos inauditos: "Si
quieres, puedes curarme".
Lector 2: ¿Sería posible que Cristo no quisiese? Si así sucediera estaríamos perdidos.
Fuera de Cristo, ¿dónde puede encontrarse la salud? El leproso no se presentó con
su petición con las torcidas intenciones de los fariseos. "Tú puedes curarme, porque
todo te es posible. Si no me curas es porque no quieres. Si no quieres no eres bueno.
Y si no eres bueno, ¿cómo haces milagros? Con el poder de los demonios..." Nada de
esto. Él conoce a Cristo, profundamente. Sabe lo que hay en su corazón. Por eso se
arrodilla. Por eso dice "si quieres". Porque cree plenamente en que Cristo le ama.
¿Creemos nosotros esto? De nuestra confianza depende nuestra curación.
1. Oremos por la santa Iglesia de Dios para que, fiel a su misión, continúe
mostrando al mundo el rostro misericordioso de Dios y siga anunciando la
alegría de nuestra salvación. Roguemos al Señor.
2. Oremos por las comunidades cristianas que inician su caminar en medio de
muchas dificultades sociales, pero que por su testimonio muchos hermanos
crean y aumente la fe de los ya creyentes. Roguemos al Señor.
3. Oremos por los pueblos que sufren a causa de la violencia y la injusticia, para
que por el trabajo incansable de toda la Iglesia mostremos el amor, que es el
camino para establecer la justicia y la paz. Roguemos al Señor.
4. Oremos finalmente por nuestra comunidad parroquial congregada, para que el
Señor, nos conceda todas las gracias que necesitamos, pero que no sabemos
pedir. Roguemos al Señor.
Guía: Las personas que quieran presentar alguna oración al Señor, desde su lugar en
este momento pueden hacerlo.
Propósito
(Se gana 300 días, cada vez. Plenaria cada mes. Pio IX)
Guía: Rezare la siguiente plegaria durante este mes con la intención de ganar las
indulgencias que pudiere: ¡Dulce corazón de María, sé mi salvación!
Oremos
(Santa Madre Teresa de Calcuta. Cartas)
Guía: Los pobres tienen sed de agua, pero también de paz, de verdad y de justicia.
Los pobres están desnudos y necesitan vestidos, pero también dignidad humana y
compasión por los pecadores. Los pobres no tienen hogar y necesitan un refugio
hecho de ladrillos, pero también un corazón alegre, compasivo y lleno de amor. Están
enfermos y necesitan atención médica, pero también una mano caritativa y una
sonrisa acogedora. Amén.
III. Bendición
A) Incensación. El ministro hace genuflexión, se arrodilla y se canta un himno
eucarístico u otro canto apropiado. El ministro inciensa el Santísimo Sacramento.
Repetimos todos:
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos Amén.
IV. Reserva
Canto: Jesús Eucaristía –presencia real- (Iván Molina) u otro canto adecuado
Tercer jueves
TU ERES EL HIJO DE DIOS
MISERICORDIA DE DIOS
Monición: Unos y otros se arrojaban a los pies del Señor, los que tenían mal de
enfermedades corporales, y los que estaban atormentados por los espíritus
inmundos; los primeros con la intención de obtener la salud; los últimos, es decir, los
poseídos, o mejor, los demonios que en ellos estaban, obligados por el temor a su
divinidad no sólo a arrojarse a sus pies, sino también a confesar su majestad. «Y
gritaban diciendo: Tú eres el Hijo de Dios». “Dispongámonos de corazón a
experimentar la palabra del Señor”. (Isaías.9,2)
Guía: Podemos tomar una posición cómoda que nos ayude a la reflexión y meditación.
Oración introductoria
Guía: Señor, tú tienes misericordia de todos y nunca odias a tus creaturas; borras los
pecados de los hombres que se arrepienten, y los perdonas, porque tú, Señor, eres
nuestro Dios. (Cfr. Sab 11, 23. 24. 26)
Petición
Lector 1: Señor, escucha bondadoso nuestros ruegos, perdona nuestros pecados y
danos tú paz.
Reflexión
(Espacio Sagrado)
Lector 1: Al nombrar alguno de los lugares donde un gran número de viajeros iban a
encontrarse con Jesús, Marcos enfatiza como ha crecido su reputación. Los lugares
mencionados representan el Norte, el Sur, el Este y el Oeste. Son centros con
poblaciones mayoritariamente Judías, si bien Tiro y Sidón están en territorio Gentil.
Pero este gran número es una gota en el océano, si lo comparamos con los
cristianos de hoy. Nosotros podemos legítimamente hablar de una Iglesia Mundial.
Quédate con Jesús mientras Él destaca lo que más aprecia acerca de tu vida, y de
toda la devoción a Él y a los demás que hay en ello
Lector 2: Todos los cristianos decimos: “¡Tú eres el Hijo de Dios!" Sin embargo,
nuestra segregación bajo la misma Fe, llama la atención. Los mártires cristianos en
África estaban divididos, incluso cuando las llamas los consumían juntos. Aún ahora,
estamos tratando alcanzar la unidad y el respeto mutuo. Hay miles de flores en el
Jardín del Señor.
Meditación
(Homilía de S.S. Francisco)
El pueblo siente esto y ve que en Jesús se cumplen las promesas, que en Jesús hay
una esperanza. El pueblo estaba un poco aburrido de la forma de enseñar la fe, de
los doctores de la ley de aquella época, que cargaban sobre la espalda muchos
mandamientos, muchos preceptos, pero no llegaban al corazón de la gente. Pero,
cuando ven a Jesús y escuchan a Jesús, las propuestas de Jesús, las
bienaventuranzas… pues escuchan dentro algo que se mueve, es el Espíritu Santo
que despierta eso, y van a encontrar a Jesús.
Lector 1: La multitud seguía a Jesús para ser sanada, es decir, buscando el propio
bien. Por eso nunca podemos seguir a Dios con pureza de intención desde el inicio,
siempre un poco para nosotros, un poco para Dios... Y el camino es purificar esta
intención.
Lector 2: ¡Jesús salva! Estas sanaciones, estas palabras que llegan al corazón son el
signo y el inicio de una salvación. El recorrido de la salvación de muchos que
comienzan a ir a escuchar a Jesús o a pedir una sanación y después vuelven a Él y
sienten la salvación.
Guía: Tanta era la atracción de Cristo en vida que en la playa no había lugar para él.
Sube a una barca para poder enseñarles a todos las cosas del Reino.
Lector 1: Cristo desea subir a una barca. Allí hay muchísimas, pero Él sólo subirá a
una. Es la primera vez que Cristo hace una cosa semejante. Él quiere hablarle a la
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gente, pero se encuentra impedido por el poco espacio. Él te pide permiso para subir
a la barca de tu vida y desde allí llamar a todos a la felicidad.
Lector 2: Él puede cambiar tu vida, como lo hizo con sus apóstoles. Eran rudos
pescadores, y terminaron dando su vida por la extensión del Reino. Ahora te toca a ti.
Dios te quiere subir a su barca para cambiar tu vida y la de los hombres que
escuchen su voz a través del medio que eres tú.
1. Por la santa Iglesia de Dios, para que Dios, nuestro Señor, le conceda la paz y
la unidad y la proteja en todo el mundo. Roguemos al Señor.
2. Por los gobernantes de nuestra patria y de todas las naciones, para que Dios,
nuestro Señor, dirija sus pensamientos y decisiones hacia una paz verdadera.
Roguemos al Señor.
3. Por los que están en camino de conversión y por los que se preparan a recibir
el Bautismo, para que Dios, nuestro Señor, les abra la puerta de su
misericordia y les dé parte en la vida nueva de Cristo Jesús. Roguemos al
Señor.
4. Por nuestros familiares y amigos que no están ahora aquí con nosotros, para
que Dios, nuestro Señor, escuche sus oraciones y lleve a la realidad sus
deseos. Roguemos al Señor.
Guía: Las personas que quieran presentar alguna oración al Señor, desde su lugar en
este momento pueden hacerlo.
Propósito
(Se gana 300 días, cada vez. Plenaria cada mes. Pio IX)
Guía: Rezare la siguiente plegaria durante este mes con la intención de ganar las
indulgencias que pudiere: ¡Dulce corazón de María, sé mi salvación!
Guía: ¡Oh misericordias, enviadas y derramadas sobre todos los hombres! Vienen de
ti, Señor, tú que en tu compasión por todos los hombres has salido a su encuentro.
Por tu muerte les has abierto los tesoros de tu misericordia… Tu ser profundo queda
escondido a la mirada de los hombres, pero es anunciado en los movimientos más
insignificantes. Tus obras nos dan las pistas para conocer al autor y las criaturas nos
hablan de su creador (Sb 13,1; Rm 1,20), para que podamos tocar a aquel que se sustrae a la
búsqueda intelectual, pero que se da a conocer en sus dones. Es difícil llegar a estar
delante de él cara a cara, pero es fácil acercarse a él. Amén.
III. Bendición
A) Incensación. El ministro hace genuflexión, se arrodilla y se canta un himno
eucarístico u otro canto apropiado. El ministro inciensa el Santísimo Sacramento.
Repetimos todos:
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos Amén.
IV. Reserva
Canto: Jesús Eucaristía –presencia real- (Iván Molina) u otro canto adecuado
Cuarto jueves
Lector 1: Del santo Evangelio según San Marcos (Mc. 4, 21-25). (Nos ponemos de pie)
Oración introductoria
Guía: Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humildemente
tu clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para nosotros signo de
unidad y vínculo de caridad.
Petición
Guía: Señor, concédeme la gracia de vivir siempre con fe y caridad y dar testimonio
de ello a los demás.
Reflexión
(Espacio Sagrado)
Lector 2: En la lectura del Evangelio de hoy, se nos dice que las buenas nuevas son
para compartirlas. El Papa Francisco, hablando con gente que estaba preocupada por
la falta de sacerdotes, habló de las personas que viven auténticas vidas cristianas,
como predicadores de las buenas nuevas al mundo de hoy.
Lector 1: “Pon atención a lo que oyes”. Oh, Dios, te doy este tiempo del día para que
me hables. Ayúdame a descubrir tu Palabra entre todas las señales que recibo.
Bendíceme para que pueda ponerte atención y así poder recibirte en mi corazón.
“Al que produce se le dará más”. Señor, ayúdame a ver cuánto Tú me das. Déjame
verte como un Dios dadivoso, que nunca deja de darme cualquier cosa que pueda
ayudarme.
Meditación
(Homilía de S.S. Francisco, 10 de septiembre de 2015)
Lector 2: Se podrá ser un buen hombre o una buena mujer, pero si no sabe perdonar
no es cristiano y si uno no perdona no puede recibir la paz del Señor. En el Padre
Nuestro rezamos perdónanos como nosotros perdonamos.
Es necesario tener paciencia cristiana, porque hay muchos hombres y mujeres entre
nosotros, que soportan por el bien de la familia, de los hijos, brutalidades y tantas
injusticias, que se levantan temprano para ir al trabajo a veces injusto y mal pagado
para mantener a la familia, estos son los justos.
Lector 1: Están aquellos que hacen trabajar la lengua y hacen la guerra, porque la
lengua destruye y hace la guerra. Hay otra palabra clave en el evangelio:
misericordia. El Señor, el Padre es misericordioso, y siempre nos perdona, siempre
quiere hacer la paz con nosotros. Y si uno no es misericordioso corre el riesgo que el
Señor no sea misericordioso con uno, porque seremos juzgados con la misma
medida con la que juzgamos a los demás.
Lector 1: Cristo nos mide con la vara de su misericordia, de su amor, nos perdona
siempre y nosotros a veces somos muy duros para juzgar a los demás.
Respondamos a Cristo con ese amor a los que están más cerca de nosotros,
midiéndolos con los ojos de Cristo, con amor y caridad. Que la luz de Cristo brille
siempre en nosotros, para que podamos dar a los demás ese reflejo de Dios.
1. Por la santa Iglesia de Dios, para que busque cada día con mayor afán el rosto
de su Señor, y sus fieles se esfuercen en purificarse de todas sus faltas y
pecados. Roguemos al Señor.
2. Por los que gobiernan las naciones, para que trabajen con interés y constancia
por la paz y el bienestar de sus súbditos, a fin de que reine entre los pueblos la
justicia y la paz. Roguemos al Señor.
3. Por los enfermos, los encarcelados y por todos los que sufren, para que Dios,
Padre de misericordia, venga en auxilio de sus males. Roguemos al Señor.
4. Por todos los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda
perseverar en la fe y progresar en el mutuo amor. Roguemos al Señor.
Guía: Las personas que quieran presentar alguna oración al Señor, desde su lugar en
este momento pueden hacerlo.
Propósito
(Se gana 300 días, cada vez. Plenaria cada mes. Pio IX)
Guía: Rezare la siguiente plegaria durante este mes con la intención de ganar las
indulgencias que pudiere: ¡Dulce corazón de María, sé mi salvación!
Oremos
(Máximo el Confesor. Deiverbum.org)
III. Bendición
A) Incensación. El ministro hace genuflexión, se arrodilla y se canta un himno
eucarístico u otro canto apropiado. El ministro inciensa el Santísimo Sacramento.
Repetimos todos:
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos Amén.
IV. Reserva
Canto: Jesús Eucaristía –presencia real- (Iván Molina) u otro canto adecuado