2022 Domingo 32 v3
2022 Domingo 32 v3
2022 Domingo 32 v3
Ciclo C
INTRODUCCIÓN
Bienvenidos todos a la Eucaristía, en ella aprendemos a compartir nuestra fe,
nuestra esperanza y nuestra vida.
Nos ponemos de pie y catamos
ACTO PENITENCIAL
Luego de cada monición se puede cantar: “Hoy te pedimos perdón” o “Papá del cielo”:
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* (Abuelo) Señor, que nos regalas la vida nueva. Te cantamos… o bien Cristo ten
piedad.
* (Catequista) Señor, que nos llamas a formar una gran familia. Te cantamos… o
bien Señor ten piedad.
ORACIÓN COLECTA
GLORIA
LECTURAS
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica 2, 16-3, 5
Salmo 16, 1. 5-6. 8b y 15 (R.: 15b) R. ¡Señor, al despertar, me saciaré de tu presencia!
EVANGELIO
El Señor nos quiere vivos para dar vida y alegría
Nos ponemos de pie y recibimos la Palabra cantando el Aleluia.
Lc. 20, 27-38
HOMILIA
1
CREDO
1. Por la Iglesia, para que sea portadora de vida y esperanza para todos los hombres
del mundo. Oremos.
2. Por todos los que trabajan por la justicia y la paz, para que sus voces generen
caminos de solidaridad, concordia y unidad. Oremos.
3. Por los cristianos perseguidos en el mundo, para que la fe los sostenga con
fortaleza y esperanza. Oremos.
4. Por todos nosotros, para que seamos alegres y humildes con los más débiles.
Oremos.
CONSAGRACIÓN
COMUNIÓN
AL FINALIZAR LA MISA
Nos despedimos con el compromiso de dar testimonio de nuestra fe.
Cantamos.
2
APORTES PARA LA CELEBRACIÓN
RECURSO CATEQUÍSTICO
SIGNO: el Cirio Pascual. Jesús Resucitado está presente. La muerte ha sido vencida
por Él.
+ El Papa Francisco nos dice que la vida que Dios nos prepara no es un simple
embellecimiento de la actual; esa supera nuestra imaginación, porque Dios nos
asombra continuamente con su amor y con su misericordia.
+ Jesús dando su vida nos ganó una vida nueva y nos ha dicho: “Yo soy la
resurrección y la vida” (Jn. 11,25). Al morir nos vamos con Dios, seremos felices con
él y con nuestros seres queridos, será como una gran fiesta, un gran banquete.
+ A Dios le gusta la vida, la alegría, quiere que todos sus hijos vivamos con Él en la
fiesta del cielo. Su Amor no deja de sorprendernos porque se hace comunión y
alegría.
+ Vivamos cada día amando como Él nos ama, anunciando que nos quiere a todos
junto a Él para continuar dándonos vida y nos prepara una fiesta en el cielo.
3
ORACIÓN COLECTA
Padre bueno del cielo,
que nos regalas la vida cada día
que siempre demos gracias
por este don inmenso.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECCIONARIO
PRIMERA LECTURA
Que el Señor los fortalezca en toda obra y en toda palabra buena
Hermanos:
Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y nos dio
gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, los reconforte y fortalezca
en toda obra y en toda palabra buena.
Finalmente, hermanos, rueguen por nosotros, para que la Palabra del Señor se
propague rápidamente y sea glorificada como lo es entre ustedes. Rueguen también
para que nos veamos libres de los hombres malvados y perversos, ya que no todos
tienen fe.
Pero el Señor es fiel: Él los fortalecerá y los preservará del Maligno. Nosotros
tenemos plena confianza en el Señor de que ustedes cumplen y seguirán
cumpliendo nuestras disposiciones.
Que el Señor los encamine hacia el amor de Dios y les dé la perseverancia de
Cristo.
Palabra de Dios.
4
SALMO Sal 16, 1. 5-6. 8b y 15 (R.: 15b)
EVANGELIO
No es un Dios de muertos, sino de vivientes
5
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 20, 34-38
Jesús les respondió: «En este mundo los hombres y las mujeres se casan, pero
los que sean juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección,
no se casarán. Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y son hijos
de Dios, al ser hijos de la resurrección.
Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la
zarza, cuando llama al Señor "el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de
Jacob". Porque Él no es un Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto,
viven para Él».