Derecho Subjetivo
Derecho Subjetivo
Derecho Subjetivo
AGRADECIMIENTO…………………………………………………………
INDICE………………………………………………………………………
ABREBIATURAS
INTRODUCCION
TEMA
1. CONCEPTO
1.1. CONTENIDO DE DERECHO SUBJETIVO
3. CARACTERISTICAS
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA
ABREVIATURAS
INTRODUCCIÓN
Sentido amplio: "es la facultad o poder de hacer, poseer o exigir algo conforme
a la norma jurídica".
Sentido restringido: "es el poder exclusivo conferido a una persona para actuar
en su ventaja la tutela jurídica".
uso y disfrute
disposición
pretensión
La teoría de la voluntad
La teoría del interés
La teoría de la posición jurídica
Otras teorías
2.1. La teoría de la voluntad: fue la primera que la ciencia jurídica moderna elaboró
para descubrir la esencia del derecho subjetivo, siendo sus propulsores los principales
representantes de la Escuela Histórica del Derecho. Esta teoría, tal como su nombre lo
deja entrever, consideró a la voluntad del individuo como elemento central del derecho
subjetivo, cosa que se con decía con el espíritu individualista y racionalista de la época
en la que fue formulada.
El primero en sostener una concepción voluntarista del derecho subjetivo fue Friedrich
Carl von Savigny. Para este autor, el derecho subjetivo era un poder de la voluntad
individual, en cuyos límites el individuo reinaba con consentimiento de todos. Sobre la
base de semejante noción, cuyo evidente soporte lo constituye la ideade un ámbito de
libertad en el que el individuo puede gozar sin interferencia alguna, Bernhard
Windscheid ensayó una nueva definición, mucho más precisa, por cierto. En efecto,
según este último autor, el derecho subjetivo no era otra cosa que un poder o señorío
de la voluntad concedido por el ordenamiento jurídico al individuo.
En cualquiera de los dos supuestos, sin embargo, lo decisivo era la voluntad del
sujeto, ya que de ella dependía que se realice o no un precepto del derecho objetivo, o
que se forme, altere o extinga un medio de actuación de tal precepto. En este sentido,
siempre se podía afirmar que el derecho subjetivo no era otra cosa que la potencia o
soberanía de la voluntad.
2.2. La teoría del interés: constituyó el segundo intento que la doctrina realizó en su
afán de definir el derecho subjetivo. Su autor fue Rudolf von Ihering, quien, en clara
oposición a la concepción de los voluntaristas, consideró que el elemento central del
derecho subjetivo era, no la voluntad del individuo, sino más bien su interés.
De ahí consideró que la verdadera esencia del derecho subjetivo no era el querer sino
más bien el aprovechar. En efecto, según Ihering, el derecho subjetivo no existía para
realizar una voluntad "abstracta" o vacía, sino para procurar al individuo un servicio,
utilidad o ventaja; en suma, un bien. Por ello, la sustancia de aquél no podía ser la
voluntad - subjetiva-, que era tan solamente la fuerza motriz del Derecho, sino más
bien el interés.
Ahora bien, el interés, que expresaba el valor de un bien en relación al sujeto, no era
más que uno de los elementos del derecho subjetivo. El otro elemento era, para
Ihering, la protección del interés que dispensaba el ordenamiento jurídico.
2.3. La teoría de la protección: La teoría de la protección fue elaborada
inmediatamente después de que la teoría anterior fuera dada a conocer por Ihering. Su
autor fue August Thon, quien, con una especial sutileza de por medio, consideró que el
elemento esencial del derecho subjetivo no era el interés protegido sino más bien la
protección del interés.
Según Thon, no podía dudarse que el propósito práctico del derecho subjetivo era
conferir a los individuos un conjunto de ventajas, provechos o ganancias. Consideraba,
empero, que una cosa era el fin del derecho subjetivo y otra muy distinta el derecho
subjetivo mismo. En este sentido, postulaba que aquél, esto es el derecho subjetivo,
no era el interés que se protegía sino más bien el medio de protección de dicho interés
o, en los términos coloquiales que usó, "el candado que protegía a la cueva y no la
cueva protegida.
Ahora bien, Thon, al igual que Ihering, se cuidó de dejar en claro que la sola
protección jurídica del interés no era suficiente para que pudiera existir un derecho
subjetivo. Así, consideró esencial que el individuo investido con el mismo tuviese la
facultad de utilizar dicha protección o, lo que es igual, que tuviese el poder de poner en
marcha los imperativos que ordenaban a los órganos estatales la concesión de
asistencia jurídica ante la violación de un precepto.
De esta manera, pues, Thon concluyó que el derecho subjetivo era la expectativa de
aquella facultad o, en otros términos, la expectativa de pretender cierta tutela jurídica
para realizar eso que el ordenamiento jurídico mandaba o remover eso que el mismo
prohibía.
El primero en sostener una concepción ecléctica o "mixta" fue Georg Jellinek. Para
este autor, el derecho subjetivo era un bien o un interés protegido por el poder de la
voluntad perteneciente al individuo. Sobre la base de esta definición, Michoud ensayó
una otra muy parecida, aunque con la ventaja de enfrentar el problema de los casos
de ausencia de voluntad en el sujeto titular del derecho.
En efecto, para este último autor el derecho subjetivo era un interés jurídicamente
protegido por la potestad reconocida a la voluntad para su representación y defensa.
Si la voluntad faltaba en el sujeto portador del interés o, en otros términos, si éste no
tenía ni la capacidad de representar dicho interés ni la de defenderlo, la voluntad
operante de su derecho venía actuada por la de su representante legal. Con estas
primeras caracterizaciones, tímidamente seguidas por la doctrina de la época, la teoría
bajo examen no hizo sino mantener, en lo fundamental, la posición que Ihering había
defendido años atrás.
La teoría de la facultas agendi fue formulada años después de que la teoría ecléctica
fuera dada a conocer por Jellinek, siendo sus autores los juristas pertenecientes a la
Escuela Dogmática de la Civilística Italiana.
A diferencia de todas las teorías anteriores, ésta dejó de moverse dentro de los límites
trazados por las teorías de la voluntad y del interés, pasando a considerar al derecho
subjetivo en términos de posibilidad de obrar. Los primeros que formularon esta teoría
fueron G. P. Chironi y L. Albello. Para ambos autores, el derecho subjetivo no era sino
el poder jurídico de obrar voluntariamente dentro de los límites que la ley imponía.
Sobre la base de esta novedosa idea, que otorgaba capital importancia a la simple
posibilidad de actuar, Francesco Azzariti, Walter d'Avanzo, Giorgio de Semo y Carmelo
Scuto, introdujeron en ella otra vez el elemento del interés, de manera que el derecho
subjetivo quedó definido como el poder o facultad de obrar para la satisfacción de un
interés reconocido por la ley. Ahora bien, una vez que el poder, entendido como
posibilidad normativa de obrar, fue elevado a elemento esencial del derecho subjetivo,
la doctrina determinó, a la luz del diverso contenido de los distintos derechos
subjetivos, el alcance de aquel poder. En esta tarea, sin embargo, no hubo acuerdo.
Así, algunos, como Giorgio del Vecchio, sostuvieron que el derecho subjetivo era una
facultad compleja, en tanto que, de un lado, comprendía la posibilidad de obrar sobre
un bien; y, del otro, la posibilidad de exigir el respeto de todos los demás hacia dicho
bien. Otros, como Doménico Barbero, Alessandro Levi y Widar Cesarini SForza,
sostuvieron, por el contrario, que el derecho subjetivo era una facultad simple. Para el
primero, aquella facultad se traducía en la posibilidad de obrar sobre cierto bien,
mientras que, para los otros dos, la misma se traducía en la posibilidad de exigirle a
otro sujeto un comportamiento determinado.
3. CARACTERISTICAS
Este derecho no hace referencia a las normas jurídicas, sino que son
facultades derivadas de la propia norma.
No establece obligaciones a la ciudadanía, este derecho es la posibilidad que
tiene el ciudadano de ejercer el derecho que se le atribuye en una norma. No
es imperativo.
Cuando el ciudadano ejerce un derecho subjetivo debe respetar los límites
establecidos por los derechos subjetivos de terceros.
Nace del derecho objetivo.
Este derecho puede representar la facultad del ciudadano de obligar a otra
persona a cumplir con una obligación.
El principal objetivo de este derecho es satisfacer o gobernar los propios
intereses del titular de este derecho.
Pueden ser de índole pública o privada.
El derecho subjetivo siempre se basa en una norma jurídica.
El titular de este derecho puede ser una persona física o una persona jurídica.
El objeto de este derecho son las cosas sobre las que recae el derecho
subjetivo, da igual que la cosa sea material (derecho de propiedad) o inmaterial
(propiedad intelectual).
El derecho a los recursos son derechos subjetivos. Una persona podrá recurrir
a aquellas resoluciones administrativas o judiciales siempre y cuando esté
previsto en una norma, es decir, en el derecho objetivo, la posibilidad de
recurrir.
Por tanto, este derecho subjetivo, derecho de recurrir, se encuentra recogido
en un derecho objetivo, los códigos procesales.
Por su eficacia:
a) Derechos absolutos.
b) Derechos relativos.
Por su naturaleza:
a) Derechos transmisibles.
b) Derechos intransmisibles.
c) Derechos principales.
d) Derechos accesorios.
Por su contenido:
a) Derechos patrimoniales.
b) Derechos no patrimoniales.
Denominados así también por el ámbito de eficacia del poder jurídico y determinación
del sujeto pasivo.
Derechos absolutos: son aquellos que tienen eficacia contra todos (erga omnes).
Ejemplo: los derechos de la personalidad, los derechos reales, los derechos sobre
bienes inmateriales, el derecho hereditario y los derechos políticos.
Los derechos intransmisibles son los que no pueden ser transmitidos de su titular a
otra persona. Ejemplo: los derechos de la personalidad, los poderes familiares (patria
potestad) y los derechos patrimoniales que van unidos a dichos poderes.
Los Derechos Subjetivos extra patrimoniales, Son aquellos que están fuera del
comercio humano:
Derechos de la persona
Derechos de la personalidad
Bienes de dominio público
6. EL OBJETO DEL DERECHO SUBJETIVO
Se entiende por objeto del derecho subjetivo, la parte de la realidad sobre la cual
recae el poder o facultad que la norma jurídica le otorga a una persona natural o
colectiva. Los objetos de los derechos reales son las cosas y de los derechos de
crédito son las prestaciones.
El objeto de derecho, es decir, aquello sobre lo cual recae el poder jurídico del sujeto
activo de la relación o del titular del derecho subjetivo puede tener diversas
naturalezas. Entre las cuales podemos tener:
Que son los hechos o acciones que manifiestan un acuerdo de la voluntad humana
Ejemplo: los servicios y prestaciones son objeto de derechos (relativos: de obligación o
de crédito).
Que son los objetos materiales susceptibles de tener un valor, y que pertenecen al
mundo exterior al hombre; es decir, las que están fuera del hombre.
Hay una clasificación que los juristas suelen hacer del derecho subjetivo. Se trata de
su aspecto clásico y su aspecto moderno.
En este sentido, se describe el derecho subjetivo clásico como aquel brinda libertad de
hacer o no hacer algo con determinada cosa. A esto se le conoce con el nombre de
derechos reales o derechos de créditos.
Visto desde este punto de vista el derecho subjetivo ha venido a enriquecer al derecho
objetivo con leyes y normativas que no podían concebirse hace tan solo un par de
décadas.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA