4.26. La Mujer en La Cultura Árabe: Formación Versus Exclusión
4.26. La Mujer en La Cultura Árabe: Formación Versus Exclusión
4.26. La Mujer en La Cultura Árabe: Formación Versus Exclusión
El nexo cultura-religión
La escritora y analista Asma Lamrabet señala que la cultura musulmana es
tremendamente diversa y, por ello, realmente difícil de definir. La cultura árabe tiene como
lazo de unión el idioma árabe, no siempre la religión del Islam. Sólo el 20% del mundo
musulmán es árabe. Entre los árabes hay muchos cristianos y una minoría de judíos.
La cultura árabe contempla diferentes modelos: La cultura árabe mediterránea
(Marruecos, Túnez, Libia, Egipto..), la cultura de la península arábiga la cultura del medio
Oriente (Palestina, Líbano, Siria). El ejemplo recurrente es Marruecos, donde conviven
desde muchos siglos seis culturas: una berébere, una cultura africana del Sahara, una
cultura árabe (de los que vinieron de Arabia y el Yemen con la conquista del Islam).
Coexisten varias culturas musulmanas que no son árabes, como la cultura musulmana
africana subsahariana, la cultura musulmana de Turquía, la cultura musulmana persa de
Irán, la cultura musulmana asiática (Pakistán, India, Afganistán...), la cultura musulmana
europea de los Balcanes, la cultura musulmanas de las ex -repúblicas soviéticas.
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Querer delimitar una sola cultura musulmana es imposible. El nexo de unión entre
ellas es el Islam; pero es importante saber que a la hora de interpretar su filosofía espiritual
juegan un papel clave las culturas de origen.
Entre sus derechos sociales está el derecho a la enseñanza, que en el Corán es una
obligación (el sabio está más cercano a Dios), el derecho al trabajo y ha participar en
actividades sociales.
La mujer en el Islám, desde hace 1400 años tiene el derecho a votar, lo que en
occidente se consiguió mucho más tarde, al igual que el derecho a tener cargos públicos y
militares. El Islám recoge que la mujer tiene derechos económicos como el derecho a una
independencia económica total y absoluta. El hombre no tiene ningún derecho sobre la
propiedad o el trabajo de la mujer. A la luz del Islám una mujer casada no está bajo el
control del marido en lo referente a sus relaciones comerciales o sus ingresos.
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Involución y Machismo
La situación de la mujer varía según los países. Algunos como Túnez o Egipto se
muestran más abiertos y receptivos a los movimientos feministas. Otros son más reacios,
caso de Jordania o Siria.
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Según Nihab Abul Kumsan, directora del pionero “Centro de la Nueva Mujer” en
Egipto, en Egipto y Túnez, cuyo movimiento feminista tiene una larga tradición, se lucha
ahora por consolidar a la mujer en puestos de alta responsabilidad política, económica y
social, mientras que en otros países islámicos aún se discute si la mujer puede o no
participar en la vida pública.
“Muchas veces son las propias mujeres las que no aceptan los cambios por falta de
una mínima cultura y por respeto a las tradiciones”, subraya Fahmi, pero el
conservadurismo también posee baluartes dentro del propio movimiento femenino, con
influyentes grupos de mujeres que se oponen a los cambios enarbolando como bandera la
defensa de los principios del Corán y la Sharia (ley islámica).
“Algunos creen que porque las mujeres participen en la vida política y tengan
responsabilidades financieras se deben cambiar ciertos principios. Pero hay textos muy
claros en El Corán que no pueden ser variados”, dice Suad Saleh, profesora de Derecho en
la sección femenina de la prestigiosa Universidad egipcia de Al Azhar (terra/noticias, 18-
05-2004).
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“En muchos países, como Egipto, esta disparidad de criterios nace del hecho de que
existe una situación de conflicto entre la Sharia, primera fuente legal, y el código civil
heredado después de los países colonizadores europeos”, precisa Abdel Naser al-Attar,
antiguo profesor de Derecho en la Universidad egipcia de Asiut (terra/noticias, 18-05-
2004).
Dominación masculina
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En opinión de Guadalupe Sáiz, profesora de la Universidad de Jaén (UJA),
determinadas prácticas como la mutilación genital, la lapidación de la adúltera o el burka,
ofrecen una imagen distorsionada de la imagen que la mujer tiene en el orbe musulmán.
“La ley está interpretada por los hombres, que la han adaptado según sus intereses,
incorporando al corpus legislativo elementos de otras tradiciones; la lapidación, por
ejemplo, es una costumbre judía. Igual que la escisión del clítoris, que procede del antiguo
Egipto. El velo, según la tradición islámica, era un privilegio al que no podían acceder las
esclavas, puesto que era considerado un signo de distinción social; pero el hombre ha
convertido un privilegio en un castigo”, señala Sáiz (Andalucía Investiga, 2004:12).
Hay que recordar que en muchos países islámicos, el Corán ha sido, o es todavía, la
norma jurídica que ordena la sociedad. Para Guadalupe Sáiz, investigadora de la
Universidad de Jaén, las perversiones en la interpretación de la ley islámica tienen mucho
que ver con el fundamentalismo o integrismo, un movimiento que propugna una visión
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radial de la religión, y que tiene su causa principal en el descontento social que se creó tras
la independencia de todos los países árabes: Arabia Saudita, Yemn, Irak, Transjordania –
luego Jordania -, Siria, Líbano, etc., a lo que se une el conflicto israelí-palestino. Con
todo Sáiz reconoce que “el papel de la mujer en Marruecos y en general en todo el mundo
árabe, es más importante de lo que se ve a simple vista”.
“No podemos pensar que todas las mujeres están sometidas, que sólo vienen a
España, huyendo del yugo paterno o de cualquier otro hombre con autoridad de su misma
cultura. Los problemas de género que tienen no son muchas veces muy lejanos a los que
tenemos en nuestras sociedades denominadas modernas”, comenta Mª Garía-Cano,
antropóloga de la Universidad de Granada (Andalucía Investiga, 2004:12).
Matrimonio y propiedad
Pinar Ilkkaracan, líder de Mujeres para los Derechos Humanos de las Mujeres, tal
vez la más activa de las organizaciones feministas turcas, cree que se ha conseguido algo
histórico: terminar “con la supremacía del hombre en el matrimonio y establecer la
igualdad de hombres y mujeres en la familia”. El hombre deja de ser legalmente el jefe, y
la mujer puede trabajar sin autorización del marido y participar en condiciones de igualdad
en todas las cuestiones relativas tanto a la esfera privada, como el lugar de residencia o el
tipo de educación de los hijos. “Que tales derechos estén consagrados por una ley”, dice
Ilkkaracan, “apoyará a millones de mujeres que luchan por una igualdad efectiva” (El País-
Edición impresa, 27-01-2002).
Se acaban también las diferencias (como las relativas a los derechos de herencia)
entre hijos nacidos dentro y fuera del matrimonio. Personas que vivan solas ganan además
el derecho a la adopción de niños. La edad mínima para casarse se eleva hasta los 18 años
(anteriormente era de 17 para los hombres y 15 para las mujeres).
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los casos suponía en la práctica que a la hora del divorcio la mujer se quedaba sin nada,
incluyendo, por supuesto, la vivienda. Una situación de desventaja, agravada por el hecho
de que muchas mujeres no tienen empleo ni medios de vida propios.
Ilkkaracan sabe que no será fácil que la igualdad teórica se plasme en la realidad
cotidiana. Por eso, entre sus proyectos figura luchar porque se articule un programa
nacional que asegura la igualdad real de sexos, se incluya una cláusula en la Constitución
que la garantice y un mecanismo que verifique que se aprueben medidas para eliminar la
violencia contra las mujeres, se cree una red de centros de acogida para las víctimas de la
violencia doméstica, se apruebe un presupuesto específico para resolver esta problemática,
se articule una ley especial y un programa global para eliminar los crímenes de honor y se
establezcan cuotas para la participación de las mujeres en todos los órganos de decisión y
en los partidos políticos.
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Para ella, la libertad consiste en vivir donde quieras, escribir lo que piensas, vestir
como desees, poder amar a quien ames y poder elegir la religión que te ilumine. La libertad
únicamente tiene una frontera, la del respeto a los otros (02-05-2004, Semanario, El País).
Considera que en el sistema patriarcal, las mujeres son las víctimas, pero, a la vez,
son las que transmiten esa cultura a los hijos varones. No hay que olvidar que cada hombre
represor ha sido criado por una madre, detalla Shirín Ebadí. Y, ante la pregunta ¿qué valor
concede a la religión?. Responde: “El Islám lo es todo para mí; pero el Islam en el que yo
creo, no es el impuesto por la opresión y la tiranía. El Islám es lo que siempre me ha
acompañado en cualquier momento de mi existencia. Islám es un camino hacia Dios, pero
no es el único”. Asimismo, cree que la mujer no debe ser ambiciosa. Lo que necesita la
mujer iraní es prepararse para volver a tomar y estabilizar su estatus en la sociedad.
Además piensa que el futuro de Irán es de las mujeres y que no es imposible que algún día,
su hija Nargis, que acaba de empezar a estudiar Derecho, pueda tener los méritos
suficientes para convertirse en Jefa del Estado (02-05-2004, Semanario, El País).
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universidades de Irán, puntualiza, pero también es cierto que cuando salen de las
universidades las mujeres no consiguen buenos trabajos (BBC Mundo, 9 de junio de 2001).
No se siente relegada como mujer por ser empresaria. Sin embargo, afirma que
otras mujeres tienen dificultades para empezar a trabajar, debido, por ejemplo, a que los
bancos no dan préstamos a las mujeres que quieren montar sus propias empresas. En
cambio, a los hombres sí. Los hombres tiene derecho al divorcio y cuando no lo consiguen
pueden quedarse con los hijos. En cuanto a herencias, a las mujeres corresponde la mitad
de lo que reciben los hombres. Cree que estas leyes islámicas no puede cambiarlas nadie
(BBC Mundo, 9 de junio de 2001).
Los medios de difusión de los Emiratos Árabes Unidos han mostrado interés en
destacar la promoción de ejecutivas en los últimos años, han publicado perfiles
reconfortantes de mujeres profesionales exitosas. No obstante, aunque efectivamente
existen casos individuales que han tenido éxito, siguen siendo la minoría y no la mayoría.
Existen numerosos factores que explican por qué las cosas son así, pero el más
citado por todos es la tradición patriarcal de la sociedad árabe. Las tradiciones familiares
están en contra de que las mujeres trabajen en un entorno en el que han de mezclarse con
los hombres. En este sentido, las mujeres tienen que luchar para vencer esas tradiciones
familiares.
Deseos de cambio
Los dirigentes del país han dicho que los Emiratos Árabes Unidos deben promover
la igualdad de oportunidades para las mujeres. Las palabras del presidente del país Sheik
Zayed Bin Sultan Al-Nahyan están orientadas en esta línea: “Nada podría darme más
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placer que ver a las mujeres asumir su posición distintiva en la sociedad. Nada debe
obstaculizar su progreso. Al igual que los hombres, las mujeres merecen el derecho a
ocupar altos cargos, sobre la base de sus capacidades y su calificación” (Revista Opciones,
octubre de 2003).
Las mujeres pueden trabajar o hacer lo que quieran. Eso sí, hay limitaciones propias
de la cultura libanesa árabe. Por ejemplo, no veremos una mujer conduciendo un autobús,
un camión o un taxi (BBC Mundo, 4 de marzo de 2004).
Mona Shehab Tabbara, que estudió Ciencias Políticas, afirma que en el Islám,
ninguna ley musulmana dice que la mujer debe estar por debajo de los derechos del
hombre, pues, según el Islám, los hombres y las mujeres tienen los mismos derechos,
aunque no en todos los casos (BBC Mundo, 4 de marzo de 2004).
Cuando le preguntan por su opinión sobre los occidentales, Mona Shehab responde:
“Yo me eduqué en una escuela y en una universidad estadounidenses. Creo que la cultura
occidental está invadiendo la nuestra, conservadora, de una manera drástica.
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Los occidentales tienen aspectos negativos y positivos. De la educación, yo rescato
el aspecto positivo. Podemos integrarnos a los occidentales para aprender y educarnos.
Rima Khalaf-Hunaidi, en el Informe del desarrollo Humano Árabe del 2002, que
fue galardonado con el Premio Príncipe de Holanda, señala que el mundo árabe tiene tres
problemas: falta de libertad, atraso de la mujer y débil estructura del conocimiento (RN, 31
de diciembre de 2003).
Este autor, además de hacer una crítica dura contra el estancamiento político,
económico e intelectual de la región árabe, presenta sugerencias para mejorar la situación:
traducciones de publicaciones científicas de Occidente para desarrollar la sociedad del
conocimiento, modernización de los métodos de enseñanza e investigación en las
universidades, etc. Para él, la “interacción” es la clave: mediante el intercambio de
conocimiento con el resto de la humanidad, el mundo árabe podrá ponerse al día. Y, a su
vez, los otros tendrán la oportunidad de saber más de la rica cultura árabe (RN, 31 de
diciembre de 2003).
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La reina Rania Al Abdallah de Jordania en su visita al Líbano en junio de 2003
expuso las distintas etapas recorridas en el campo de los derechos de la mujer desde que
Jordania asumió la presidencia de la cumbre árabe. Destacó la doble creación de la
“Organización de la Mujer Árabe” y de la página web de la misma, con miras a establecer
vínculos entre todas las mujeres árabes.
Al referirse a los proyectos que aún desea realizar, la soberana hachemita citó el
lanzamiento de un diálogo cultural entre las mujeres árabes y las mujeres del mundo que,
según su opinión, puede ayudar a Occidente a comprender mejor los puntos de vista del
mundo árabe y musulmán (Revista Una mirada al Líbano de ayer, de hoy de siempre,
2003:13).
La mayoría de las mujeres continúa luchando por derogar leyes injustas y obtener
derechos elementales como la libre elección de marido, el acceso a la herencia o la
posibilidad de salir sola a la calle. Pero, sin embargo, muchas de estas rigurosas
restricciones que limitan la libertad de las mujeres, como ya hemos señalado, no proceden
del Corán, sino de la política autoritaria de ciertos poderes interesados en fomentar, desde
una tradición represora, el inmovilismo social.
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¿Es el islamismo compatible con la modernidad? Sí; si su interpretación y
aplicación dejan de ser monopolizadas por los hombres. Es evidente que los cambios no se
producen repentinamente. Y para que sean posibles se necesita tiempo y, sobre todo, el
apoyo económico de los organismos internacionales para impulsar el desarrollo y a la vez,
la igualdad de género. El camino de las reformas es difícil y la educación, base de la
convivencia entre culturas, es uno de los factores que pueden generar cambios, por ello, los
gobiernos de países árabes deben impulsarla.
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directo con los colectivos de inmigrantes. En los últimos tiempos, ha experimentado un
crecimiento considerable, tanto en número de personas que trabajan y colaboran, como en
volumen de trabajo y proyectos realizados. Esto ha contribuido a dar a la acción un
carácter más integral, dando respuesta al amplio abanico de necesidades y retos que plantea
la inmigración. Las principales acciones que desarrolla Andalucía Acoge se engloban en
tres áreas: Social, Promoción y Formación.
A) Área Social
Esta Área tiene como objetivo mejorar la situación de los inmigrantes respecto a
sus necesidades sociales básicas, tenemos los siguientes programas:
- Servicio de Acogida: encargado de la primera atención al inmigrante, que después se
derivará, si es necesario, a otros programas.
- Apoyo al Alojamiento: dedicado a favorecer el acceso al alojamiento y el
mantenimiento de una vivienda digna.
- Servicio Jurídico: que tiene por objeto la normalización jurídica y documental de los
inmigrantes, así como apoyar en todo lo relacionado con aspectos legales.
- Promoción de la Salud: desde donde se lleva a cabo tanto campañas de concienciación
como la derivación de inmigrantes a la sanidad pública.
- Atención a Reclusos: encargado del mantenimiento de pisos de acogida para reclusos
inmigrantes con permiso de salida, así como la intervención individualizada y grupal
dentro del centro penitenciario
- Atención a Menores: dedicado al mantenimiento de pisos de acogida para menores
inmigrantes en desamparo.
B) Área de Promoción
El objetivo de esta área es potenciar los recursos de los inmigrantes para favorecer su
integración, tenemos los siguientes programas:
- Promoción cultural y educativa de niños y jóvenes inmigrantes: en-cargado de la
intervención en las escuelas, clases de lengua y cultura de origen y el apoyo extraescolar de
los alumnos inmigrantes.
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- Promoción sociolaboral: que tiene por objeto la mejora de la situación laboral de los
inmigrantes a través de la formación o el apoyo a iniciativas de autoempleo.
- Promoción cultural de adultos inmigrantes: dedicado fundamentalmente a las clases
de lengua y cultura de la sociedad de acogida.
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