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EL CANCIONERO

HISP ANOARABE
Introduccion, traduccion y notas de Federico Corriente Cordoba

© Copyright 1984. Federico Corriente Cordoba


EDITORA NACIONAL. Madrid (Espaiia)
ISBN: 84-276-0673-7
Deposito Legal: M-21130 - 1984
Impreso en EPES Industrias Graficas, S.L.
ALCOBENDAS (Madrid)

BlBLIOTECA DE LA LITERATURA
y EL PENSAMlENTO HISPANICOS
IBN QUZMAN
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El
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EDICION PREPARADA POR


F. CORRIENTE CORDOBA

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EDITORA NACIONAL
'

Torregalindo. 10 - Madrid-16
INTRODUCCION
Presentar al lector espanol contemporaneo la persona,
obra e impacto estético en su entorno de Ibn QUZJJIan es
una tarea de rasgos paradrijicos, pues, como ocurre con el
arte abstracto, la ùiformacùJn de que disponemos sobre el
z~jelero andalusl es mas rica en sugestiones e indicios que
en detalles y difiniciones. Las fuentes histrfricas dicen poco
sobre su vida, cuando no meze/an con los datos reales anéc-
dotas que se le encajaban por convenir a una imagen for-
mada, en parte basandose en la realidad, en parte en la
misma leyenda deI personaje, como en el caso de nuestro
Quevedo; por otra parte, cuando los investigadores tratan
de lIenar lagunas y corregir diformaciones procurando ex-
traer ùiformacirfn biogr4fica de su misma obra, el Cancia-
nera que hoy presentamos, caen a menudo en el error de
tomar en sentido literaI qfirmaciones que el poeta emi/la
por «(fxigirlo el argumento)) y sin preocuparse demasiado,
como por otra parte es natural, de que se ajustaran mas 0
menos a la realidad. En cuanto a las fuentes literarias,
para hacerse cargo dei poco eco «((ificiabJ de la persona y
obra de este hombre singular, bastara recordar que el Can-
cianero ha sobrevivido en un unico manuscrito, mutdado
de algunas partes, y en raras citas de algunos literatos que

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crryeron conveniente conservar para los lectores alguna
muestra, generalmente fragmentaria, de sus zéjeles. En este
sentido, y como curiosa cotifirmacion moderna de la limita-
da aceptaciofl por el mundo islamico de la iflnovacion cultu-
ral audaz -yen seguida veremos en qué sentido la obra
de Ibn Quzman entraba en este caPitulo--, es curioso con-
signar que nuestra edicion deI Cancionero ha tenido hasta
ahora escasisima demaflda en tierras arabrfjonas, en compa-
racion con el mlmero de ejemplares solicitados desde Euro-
pa y América.
iQuiere esto decir que Ibn Quzman no ha interesado ni
tenido impacto entre los arabes y que su importaflcia ha
sido exagerada desmesuradamente por la investigaciofl ara-
bistica occidental, que le ha dedicado bastantes paginas en
proporcion con otros literatos reputados muy superiores en-
tre sus connacionales? No, exactamente: mas correcto seria
decir que el impacto real de su creacion fue aminorado,
consciente 0 inconscientemente, por la actitud de circulos cul-
turales de orientacion mas conservadora, tras haber alcan-
zado cotas notables e inc/uso sorprendentes, no solo para 10
que cabia esperar en el ambito arabe, siempre reacio a ma-
nifestaciones lingüisticas dialectales y a géneros innovados,
sino inc/uso en comparacion con la acogida que podia espe-
rar por aquellas fichas y en la propia Europa una obra no
redactada en la lengua qficial, 0 sea, el latin. No olvidemos,
por otra parte, que, a la sazon, bastaba con que una obra
perdiera popularidad durante algunos decenios para que,
en ausencia de nuevas copias que prolongaran la vida de
las antiguas, pudiera perderse para la posteridad, como de
hecho ha sucedido, de modo mas bien azaroso que motivado
por posturas tomadas, con obras importantisimas deI acervo
cultural arabe 0 deI greco-Iatino.
En cuanto al gran iflterés despertado en Occidente por
el Cancionero de Ibn Quzman, desde su descubrimiento
efoctivo por Rosen en Safi Petersburgo en 188 1 Y hasta
fluestros dias, lejos de constÎtuir una preforencia torcida ha-
cia aspectos de la literatura arabe considerados de segunda

10
fila en tierras deI Islam, se explica sobradamente por la
impresùJn que en seguida se tuvo de que dicha obra podria
arrojar importantes luces sobre nexos culturales entre los
arabes y Europa, tema que ha sido siempre o/e central y
preocupacùJn legitimisima deI arabismo occidental T ambién
es comprensible, por la misma difèrencia de su actitud ha-
cia 10 exterior, que los arabes, portadores de una gran cul-
tura que habia //egado a sentine completa e inalterable ya
antes de nacer Ibn Quzman, se hayan despreocupado en
huena medida, tras pasar su moda, de las originalidades de
este hombre de una Io/ana tierra fronteriza, y cuantos ras-
gos en su obra puedan seiialar una interaccion cultural en
un pais que acabaria perdiéndose para el Islam. Como ve-
remos en su momento, 10 que vamos averiguando sobre Ibn
Quzman, en particular, y sobre el zéje/ y el muwassaç, en
general, va frustrando no pocas de las esperanzas puestas
por el arabismo occidental en ha//ar en este tipo de litera-
tura una conexion cultural en terreno intermedio entre 10
arabe y 10 europeo, al tiempo que se pepIa mas c/aramente
la evidencia de que estos géneros se desarro//aron dentro de
direcciones ya apuntadas en el seno de la cultura arabe, y
con escasa 0 nula intetftrencia de un factor coadyuvante de
cuiio occidental
Tras esta digresùJn, encaminada a explicar la aparente
paradoja de que Ibn Quzman haya interesado, al parecer,
mas en Occidente que entre los arabes 0, al menos, los
circulos de alta cultura arabe, conviene, para prrfundizar
mas en 10 apuntado y para conocer m%r al personaje, su
obra e impacto real, emprender un breve repaso de su hio-
grafia, el contexto hist6rico-cultural de su pais y época, al-
Andaltis almoravide, y caracteristicas diferenciales de su
obra, 10 que implicara necesariamente un estudio métrico y
lingiiistico deI zéje/ y sus re/aciones, indiscutibles con la
poesia arabe c/asica y el muwassal),y no tan intimas como
a veces se ha supuesto, pero, en todo caso, existentes con al-
gunos géneros liricos de la Europa occidental, muy en par-
ticular la Penfnsula Ibérica.

11
La mejor puesta al dia de los datos de que se dispone
sobre Abii Bakr Muf;ammad Ibn (pronunciado por los
andalusies Aben, flnémicamente Ab(d)n) Quzman «(CI me-
nor)) se encuentra en el mas completo tratado de «Quzma-
nologiaJ) escrito hasta la Jecha, a saber, el Todo Ben
Quzman de Emilio Garcia Grimez, a quien todos tenemos
que agradecer el impulso difinitivo que supuso, para el co-
nocimiento de nuestro poeta, su primera edicirJn con traduc-
cirJn completa, aunque, como ocurre con toda notable creacirJn
humana, su misma actividad haya engendrado un movi-
miento de investigacirJn deI dialecto hispanoarabe y de la
métrica dl: la poesia estrr!fica andalusi que ha acabado exi-
giendo una reedicirJn actualizada deI Cancionero y necesi-
tando una nueva hiprJtesis sobre la naturaleza 'de aquella
métrica. Quien quiera informarse cumplidamente sobre el
linaje y vicisitudes personales de Ibn Quzman puede encon-
trar dicha puesta al dia en las paginas 889-899 dei vo-
lumen II de aquella obra: para nuestros proprJsitos bastara
aqui recordar que, aunque es bien sabido que murirJ a fina-
les de ramadan de 555 h. (= octubre de 1160), no consta
en ninguna parte ni es posible ca/cular con exactitud la Je-
cha de su nacimiento, si bien, de ser cierta la alusirJn auto-
biogrdfica dei zéjel 38 (9/3), no hab ria nacido min en
1806, Jecha de la batalla de Zallaqa, 10 que supondria
que no habria excedido la edad de setenta y cinco alios,
o poco mas, como mucho. Sin embargo, quizfi su longe-
vidad no habria sido mucho menor, si damos una vez mas
valor autobiogrdfico a determinadas alusiones que hace el
poeta (vgr., en 50;3) a haber conocido en su mocedad
una época de costumbres relajadas por ausencia de poder
central (xilaf, if. el término marroqui siba), 10 que debirJ
de ser antes de 1110, en que las Tai/as sucumben difiniti-
vamente al poderio de los almoravides, siendo de suponer
que, tras tomar éstos las riendas efectivas dei gobierno y
emprender la campanà moralizadora de su primera época,
los alfaquies volvieran a ejercer el control temporalmente
perdido sobre la moral y las costumbres: segun dice literal-

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mmte el poe/a, con lIostalgia)' filla ironia, «habia Ilegado
Harun ar- RaSïd), y el libertinaje volvia a necesÎtar dei
velo de la hipocresia.
No tiene el menor interés practico la cuestion, en otros
tiempos debatida con cierto ardor, de si el linaje de Ibn
Quzman era godo, arabe u otra cosa: todo ello, dentro de
unas proporciones conocidas de probabilidad, era posible en
al- Andaltis, donde, junto a frecuentisimas falsificaciones de
genealogias, todo el mundo practicamente Ilevaba en las ve-
nas todas aquellas sangres, sin excluir frecuentes aportacio-
Nes bereberes, judias, eslavas 0 centroeuropeas, etc. Dejando
aparte la inextricable marana genética, cuyo esclarecimiento
seria de improbable utilidad, 10 cierto es que 10 que contaba
socialmente, hasta cierto punto, era la aceptacion por los
demas de una pretendida nobleza de clan, y, en este sentido,
parece posible afirmar que los quzmanies hablan sido una
muy buena familia de Cordoba, que habia producido algu-
nos individuos notables, pero que en la época de nuestro
poeta habia venido ya muy a menos, probablemente a causa
de una decadencia economica, bien patente en la precariedad
de recursos de que éste se queja constantemente en sus zije-
les, aunque ésta, como casi todas las afirmaciones autobio-
grtificas que hace, es contradictoria con otras, puesto que
poree al menos una esclava para su servicio (aparentemente,
una Negra de las calificadas por los expertos como waxs
ar-raqiq, «esclavos de valor menorJ»,'y tiene una finca de
campo de donde el mayoral le trae unos me/ocotones y gra-
nadas (19/5). No ht?y que creer, pues, que Ibn Quzman
llegara a caer literalmente en la miseria, como él afirma
mando pide ayuda, ni que dilapidara totalmente unos ya
magros bienes heredados de sus antepasados, pues su pre-
tendido derroche de fortunas en el vicio parece ser otro cli-
ché al que no se podia sustraer un autor de zijeles, cliché
tanto mas conscientemente provocador de escandalo cuanto
que la avaricia era regla en la sociedad andalus!, hasta el
punto de contarnos e/ jurista Ibn al- 'AU71r, en su formu-
lario notarial, que algunos ponlan pleitos por no haber re-

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cibido exacta correspondencia a un regalo 0 invitacùfn a co-
mer. Es, en cambio, bastante probable que, aun teniendo
algunas propiedades, el zejelero cordobés conociera, incluso
con cardeter cronico, la escasez de numerario, cosa bien com-
prensible en quien ni ejerda el comercio ni una prrfesion
regularmente remunerada, y esto ultimo, no porque él no 10
intenta ra, ya que parece haber qfrecido repetidamente sus
servicios como secretario, sin que nunca se los aceptaran, no
sabemos si por su cardcter poco serio 0 por sus jacciones
poco agraciadas, segun se cuenta.
Lo que no le jaltaba, en todo caso, era una aceptable
cultura, otro indicio mds de haber transcurrido sus prime-
ros anas en el seno de una jami!ia acomodada. Conoda los
autores orientales y occidentales mas en boga, sin excluir a
los autores de muwassai), como 10 prueba el que use sus
versos en plagios como xarja, y conoda aceptablemente la
versificacion y lengua clasicas, puesto que nos ha dejado al-
gun testimonio que 10 demuestra; pero su habi!idad en estas
!ides era bastante !imitada, ya que, segun el Mugrib de
Ibn St/Id, jracaso en sus intentos de convertirse en un poeta
clasico de talla, y hubo de encontrar su mina y el vehiculo
apropiado a su temperamento en el zéjel. En nues/ra tra-
duccion senalamos ocasionales despistes y conjusiones de Ibn
Quzmem que parecen indicar que en su formacion habla
habido cier/as lagunas, si no es que con el paso de los anos
y jrecuentes libaciones se le hubiesen revuelto los conceptos.
Su jracaso como poeta clasico y su conversion al zéjel
jueron buma cosa para él y para este género. Para él,
porque autor y género se compenetraron y congeniaron tempera-
mentalmente; para el zéjel, porque de ser un género despre-
ciado por su lenguaje vulgar y poco desarrollado técnica-
mente, paso a adornarse con no pocos recursos artisticos de
,registros culturales mas elevados, sin por ello perder su
gracia coloquial y popularizante. Pero como de la evolucion
de este género tenemos que hablar mas adelante, sigamos
ahora con la trayectoria biogrdftca de Ibn Quzman. Esta-
blecida su jama de gracioso zejelero, habla de vivir plena-

14
mente la existencia que como tal le correspondia. Habia de
buscar las dddivas de eventuales mecenas, de los que le co-
flocemos varias en Cordoba, coma los miembros de la pode-
rosa jamilia de los Banu lf.amdin, asi como otros en Sevi-
lia, Granada, Jaén y hasta al otro lado dei Estrecho, en
Fez, pues es casi seguro que se traslado alli para buscQr el
javor dei destinatario de alguno de sus zéjeles, coma el
138. Pero, contra 10 que él mismo tifirma en su proPio
prologo, al dedicar su Cancionero al que parcce haber
sido el tiltimo de sus mecenas importantes, el alamin al-
Wasql, no siempre pudo 0 quiso seleccionar a sus protecto-
res, ya que entre ellos encontramos tanto a personas ilustres
camo a meros mercaderes, a personas piadosas como a liber-
tinos, a andalusies como a bereberes. Este tiltimo hecho me-
rcce comentario, puesto que se ha dicho en algtin momento
por persona ilustre (H. TERRASSE: Islam d'Espagne,
Paris, 1958, pdg. 141) que <dos poemas de Ibn Quzman
son, a su manera, una protesta contra la tirania espiritual
de los Almoravides»: no creemos que el cordobés encaje de
manera alguna en el género (protesta)) contra una ideologia
o una represion ideolOgica, pues sus protestas van dirigidas
meramente contra la carestia de la vida, la avaricia de sus
conciudadanos y el descaro de quienes le roban sus versos;
pero es cierto, por otra parte, que, como buen andalusi, de-
testaba profundamente a los norteafricanos, a los que pone
varias veces por ,modela de deslealtad y zafiedad, 0 coloca
en el papel poco airoso de marido burlado. En cuanto a la
represion moral ejercida por la dominacion almordvid, no
parece haber creado demasiados problemas al poe/a, quien
explica que era jdcti sus/raerse a ella mediante una dosis
suficiente de disimulo y precaucion.
Tendriamos que hablar ahora de la moral y habitos dei
poeta, aunque con ello adelantemos en buena medida cosas que
pertenecen al contexto historico-cultural de que debemos ocu-
parnos mas adelante. En este sentido, Ibn Quzman ha tenido
siempre muy mala prensa, puesto que él mismo tuvo buen
CIIidado de retratarse coma borracbo derrochador, imPio
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irrespetuoso, adtiltero sin escrtipulos, juerguista empedernido
y sodomita estuprador, mientras que, por otra parte, en sus
zéjeles aluae a haberse casado, tenido hijos, y haberse divor-
ciado «canônicamenfe)), por no poder soportar el caracter de
las mujeres, a quienes pinta con trazos negativos, segun la
mejor tradicùfn de la misoginia isldmica. Es, por otra parte,
casi seguro el caracter autobiogr4fico de sus dos zéjeles carce-
leros, 39 Y 4 1, donde setiala que estuvo a punto de ser ejecu-
tado por acusaciôn de impiedad, lanzada contra él por el cadi
Ibn al-Muna.fif, para la que hay Pie, en términos de juris-
prudencia musulma!za, en mas de un pastlje deI Cancione-
ra, dei que concluiriamos que a Ibn Quzman le complacia
lIevar el atuendo inmaculado,y el alma, negra. Pero a veces el
lector actual se pregunta imparcialmente si la imagen de vicio
y alryecciôn moral con que aquél gusta de presentarse no era,
en alguna 0 bastante medida, requerida por un prototipo so-
cialmente establecido para un zejelero, con una exigencia que
él procuraria cumplir con algtin que otro acto bien notorio,
pero a menudo por el mero expediente de atribuirse excesos
que probablemente no le habrlan permitido las fuerzas, el di-
nero, la salud 0 las conveniencias sociales, puesto que, aJin de
cuentas, también nos dice que cuidaba de su reputaciôn entre
los vecinos. T eniendo en cuenta que, si es cierto 10 que dice en
147/5 de que, en su vejez, se habla hecho iman de mezquita,
que subia y bajaba deI alminar, parece haber vivido demasia-
dos atios con buenas facultades fisicas para 10 que es de espe-
rar en una vida de crapula, y que sus impiedades son mas
bien reacciones contra la represiôn religiosa que reflejo de des-
creimiento filosôJico, tal vezfuera conveniente pensar que, de
la misma manera que al-Mutanabbï tuvo que arriesgar y
perder la vida, mando se proponia huir, para no ser desleal
al cliché de «poeta caballero)) que habla reflejado en los versos
de toda una vida, nuestro Ibn Quzman tuvo que ajustar sus
hechos, pero sobre todo sus dichos, a las exigencias de 10 que
la gente esperaba de la prifesiôn de zejelero. Por otra parte,
no debemos olvidar que en la sociedad andalusi de entonces, y
a puertas cerradas, literatos, gobernantes, y hasta aifaquies

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rabelesianos avant la lettre, cometian discretamente las mis-
mas faltas que se atribuye nuestro poeta, con la diférencia de
que a el/os no convenia, y a él si, proclamarlas.
Acerca de los tiltimos altoS de Ibn QUZ!1ltJn, supuso Nykl,
primer editor dei Caneionero, aunque en forma rudimenta-
ria, y pertinaz «quZ!1lanologO), no siempre aJortunado, pero
no por ello menos meritorio pionero, que su fortuna se vio
tifectada negativamente por la caida de los Almoravides en
1149 (Hispano Arabie poetry and its relation with
the old Provençal trobadours, Baltimore, 1946, pag.
268), obligandole entonces la miseria a hacerse iman de mez-
quita: son conclusiones dificiles de sustanciar, puesto que, si
bien es probable que la inestabilidad dei periodo que entonces
se abrio afectara negativamente al mercado dei zéjel, ya he-
mos senàlado que las peticiones angustiadas de diversos poe-
mas dei autor pueden responder mas a las exigencias dei
género, 0 a la avaricia de los mecenas, que al real empobreci-
mÏento dei primero, quien, por otro lado, parecia siempre en-
contrar alguien que le pagara su mercancia, como hizo al-
Waiqï en las postrimerias de su vida. Precisamente el tono
con que le dedica el Caneionero no es tI de un artista fraca-
sado e indigente en su vejez, sino el de un relajado triuifador,
que conoce el eco de su obra y dispone de reposo stificiente para
preparar su edicion, con el fin de perpetuar su mem,)ria y su
proPiedad intelectual. Esto, por supuesto, no quiere decir que
no se viera tifectado por los sucesos de aquellos alios, desastro-
sos para la ciudad de Cordoba, 10 que, como senala Garcia
Gomez, ha podido inspirar la tristeza dei zéjtl148, pero se-
guramente era Ibn QUZ!1ltJn, incluso en su vejez, demasiado
vital como para dejarse amargar y dominar por un juicio ne-
gativo sobre la vida: la tonica general dei Cancionero haC/!
pensar que procuro aprovecharla hasta su tiltimo momento.
T ras hacer a vuelapluma este bosquejo de semblanza dei
gran zejelero cordobés, es absolutamente imprescindible decir
unas palabras sobre el contexto histrJrico-cultural de su vida,
a saber, el periodo almordvide de la historia de al-Andaltls,
la que remlta tanto mas necesario por cuanto que muchas de

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las opiniones, incluso de especialistas, que circulan sobre el
conjunto de dicha historia parecen iJiciadas, en unos casos por
una romantica inclinacion a idealizar 10 hispanomusulman,
en otros por un curioso nacionalismo retroactivo, hispanizante
a ultranza de 10 que no era hispanico, entre otras cosas por-
que 10 hispanico no tardrJ demasiado en hacerse andalusly,ji-
nalmente, en otras ocasiones, por una maurqfobia, mas 0 me-
nos criptica, interesada solo en presentar los rasgos negros de
la civilizacion andalusl, como si no se hubieran cocido habas
en todas partes.
La ocupacùfn isltimica de Hispania habla sido la conse-
cuencia de una serie infrecuente de coincidencias: debilidad de
los imperios persa y bizantino, vacio politico-militar en el
Norte de Africa y caos dei reino hispano-visigodo; pero el
que dicha ocupacirJn se perpetuara en forma de Estado 0 esta-
dos, con las vicisitudes historicas conocidas,fue algo muy pro-
ximo a 10 que suele I/amarse milagro. Es dificil creer que este
milagro se hubiera producido sin los omeyas, en quienes se dio
repetidamente la capacidad de regir, coincidiendo con los mo-
mentos en que no habla en el occidente de Europa un poder
sujicientemente fuerte como para impedir la consolidacion de
al-Andalus isltimico, y estas dos circunstancias permitieron
que; no solo sin mas cryuda dei resto dei mundo isltimico, sino
incluso en pugna con poderosos vecinos como I/egaron a serlo
los fatimles de Ifriqiyya, el estado omeya alcanzara en la Pe-
nlnsula una hegemonla politica, cultural y militar que sera
indiscutible hasta el desmoronamiento dei poder cordobés, ya
no controlado eftctivamente por un califa omeya, sino por su
«chambeltim> 'amirl. AI-Andalus se fragmenta en taifas,
como de hecho habla ocurrido otras veces, antes de la domina-
cion omeya y durante el/a, pero ya no consigue ninguno de sus
hijos reuntficarlo y, aunque aun brilla la cultura, que conoce
uno de sus mejores momentos, parece haberse apoderado de
todos el convencimiento, subrcryado por ominosos éxitos de los
cristianos dei Norte, de que no era posible sobrevivir sin el
apqyo de sus correligionarios norte4ricanos.
La inclusiOn de al-Andaltis en el estado almoravide su-
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puso alteraciones importantes en la vida deI pais. En el te-
rreno militar y tras los primeros éxitos, que devolvieron el
aliento al Islam andalusf, no se vuelve a la hegemonla de épo-
cas anteriores, haciéndose permanente la conciencia de amena-
za como factor inseparable ya de 10 que queda de vida a sus
estados. Ello tiene una incidencia inmediata en el terreno re-
ligioso y moral, pues se alteran las relaciones entre la autori-
dad (y la oligarqula que la rodea 0 de donde ella procede), la
masa de subditos y el grupo pequeiio, pero poderoso y a ve-
ces temible, de los representantes de la ortodoxia islamica.
En ifecto, el estado omrya se habla caracterizado, y en parte
hecho viable, por un habil equilibrio entre estos tres estamen-
tos, restaurado siempre que se romPla en favor, en todo caso,
de la autoridad deI soberano, garante de la estabilidad, el or-
den y la sujecion mas 0 menos estrecha al emir 0 califa. Asl
se demostrrJ mando la rebelirJn deI Arrabal cordobés, en
liempos de al-lfakam l, cuya moral disgustrJ a los a!faqules
que azuzaron contra Il al pueblo, y en la repetida represirJn
de bander/as de signo Itnico, local 0 religioso. En aquel estado
de cosas, el soberano era un difensor nato de la ortodoxia
sunnf, lIegando ocasionalmente a la persecucirJn de eventua/es
heterodoxos como los disdpulos de Ibn Masarra, para calmar
los temores antidesviacionistas de los a!faqules, quienes goza-
ban de una autoridad moral que, sin embargo, debla supedi-
tarse a la ejecutiva dei principe reinante, absteniéndose de
intentar ejercerla a través de presiones sobre la masa de sub-
ditos.
Resultado de esta polltica omrya habla sido una notable
estabilidad social, poco sacudida por agitaciones ideolrJgicas,
una prosperidad material bien patente en los dlas de sus til-
limos dinastas, y una buena imagen dei Islam, al que menu-
dearon las conversiones, de manera que los musulmanes pasa-
ron de ser minorla ocupantt a mt9'0rla aplastante, en una
evolucirJn que, a cierta distancia, era seguida por el abandono
graduaI por muladles, e inc/uso moztirabes, deI monolingüis-
mo romance, y hasta dei bilingüismo, en favor de la adopcion
generalizada dei arabe como lengua tinica 0 predominante de

19
comunÎcacùfn en todas las esfiras. En este sentido, el Cancia-
nera de Ibn QUZ1lJ"(ln, esgrimidopor algunos como prueba de
prolongadisima duracùfn dei bilingüismo generalizado, nos
pareee, desde una postura mas imparcial, indicar mas bien
que en dicha poca el reeuerdo y entendimiento de algunas
frases y palabras mozarabes perduraban alin, con un math
de gracia fllklOrica, entre algunos segmentos de la poblacion
andalus!, como ocurre entre nosotros h'!J con determinados
<datinajos)) a entre los arabOfonos marroqules con alguna que
otra palabra bereber.
Pero el equilibrio de la sociedad andalusl habrla de empe-
zor a quebrantarse con el advenimiento dei régimen 'amiri,
introducido por Almanzor. Este arrolla la legitimidad di-
nastica omrya, que solo en apariencia respeta, con un poder
personal ap'!Jado en un dército de mercenarios norte4ricanos,
con cuyos éxitos <para mayor gloria dei Islam) se legitima
ante el pueblo, asl como con una actitud de ortodoxia a ul-
tranzo, traducida en su adopcion de un consdo de aifaqules, a
los que consulta rd todas sus decisiones, reabriendo la puerta a
las ambiciones teocratieas, sielllPre presentes) de éstos. El
perlodo de las Tatras, que en buena porte fue un ajuste de euffl-
tas prolongado entre determinados grupos dei estamento aris-
tocratico y los norte4ricanos, con ocasional proposito de res-
taurar el orden de antana, supuso un alivio temporal para la
libre expresù;n de grandes personalidades, pero la presi';n
militar de los cristianos dei Norte vuelve a poner las cartas
en manos de los aifaquies, que gobiernan hdbilmente los temo-
res de la masa de subditos, agobiados por gastos militares y
tributos que no consiguen detener al enemigo,y escandalizodos
por la fastuosidad de una aristocracia que no parece partici-
par de la tragedia, sino ser insensible a euanto no fueran sus
francachelas y extravagancias rifinadas, nada ortodoxas.
Como es bien sabido, ello trajo a al-AndalUs a los allllo-
ravides y, con ellos, un reforzamiento dei concepto teocratico
dei gobierno, inseparable de la ortodoxia musulmana, pero
con mucha frecuencia reducido a minima expresùfn por sobe-
ranos poco dispuestos a compartir su autoridad con los aifa-

20
quics. Como cada vez que un estado hace hincapié en su ca-
racter confesional, la hipocresia iba a incrementarse extraor-
dinariamente, puesto que se suma al comercio y a las armas
como modo de progresar en la escala social: de ahi que entre
los mccenas loados por nuestro poeta hqya mercaderes, mi/i-
tares y a(faquies.
La situacion era delicada para los poetas, ya anatemati-
zados en el proPio Coran y, por menester dei oficio y sus tra-
diciones, muy propensos a chocar con la ortodoxia: a pesar de
su serio contraticmpo con Ibn al-Muna{ij, cs sorprendente la
habilidad con que Ibn Quzman, mas propenso a la burla que
a /a Picdad, ni siquicra aparente, supo hacerse perdonar y
aprcciar unas anacreonticas de tono subido, por no hablar de
sus agudas pullas contra a(faquies y bereberes (lege almora-
vides), gracias a sus excelentes relaciones con personas in-
fiuyentes y moralmente tolerantes, entre los que se cuentan a/-
gunos a(faquies, a los que, lIegado el caso, dedica poemas de
tenor mas ortodoxo. Ello demuestra, sin lugar a dudas, que
en al-Andalus almoravide, la moralizacion oficial fue mas
represion de manifestaciones demasiado evidentes que meta-
noia, pues seguia habiendo consumidores de /0 prohibido y
posibilidad de sobrevivir con tal comercio en el sena de una
sociedad que seguia siendo bastante polifacética como para te-
ner, junto al monje-soldado, a estetas amorales. Sc escriben
tratados de J:ùsba en que sc pretende regular no solo la hon-
radez de los comerciantes, sino, en general, la moral, sobre
todo publica; pero los pudientes celebran aun fiestas baquico-
eroticas, y sc deleitan con su recuerdo en zéjeles como los de
Ibn Quzm(Jn que no parece encontraran gran dificultad en cir-
cular, ine/uso bien fuera y lejos de al-AndalUs. Podemos de-
cir que, a pesar de circunstancias adversas, la vena IUdica,
xenrffoba y antje/erica/ dei andalusi sigue laticndo, con Ibn
Quzman, en el periodo almordvide.
En el marco histrJrico-social que acabamos de esbozar,
~qué habia. ocurrido con la cultura, especialmente la cultura
literaria, que es la otra dimension en que hay que situar el
Cancionero de Ibn Quzman? Como tierra conquistada, en
21
al-Anda/us se babian encontrado dos culturas, la bispani-
ca, 0 bispanorromana, 0 incluso cristiano-bispanorromana, y
la arabe 0 arabo-isldmica. La relativa posicùJn de sus de-
tentadores, vencidos y vencedores, y las conocidas circunstan-
cias de la conquista, realizada con una minima aportacion
étnica arabe, determinaron el grado y manera de interaccion
entre ambas culturas y, en buena parte, su remltante, la
cultura andalus!, cuya supraestructura es dominantemente
arabe, mientras que en su infraestructura abundan los
atavismos bispanicos. Es tema Iste indudablemente atrac-
tivo y constantemente discutido con los pareceres mas en-
contrados, pero se sale de nuestro proposito abora ba-
blar de manto no sea el aspecto literario de la cuestion,
bastante menos controvertible, puesto que para juzgarlo
contamos con datos objetivos representados por las caracte-
risticas de unas obras y personalidades re/ativamente bien
conocidas.
Si dejamos a un lado, puesto que no se integran en la
resultante cultural andalusi y se extinguen con sus porta-
dores, las maniftstaciones latinas 0 arabes de la cultura
literaria mozarabe, resulta evidente la gran pobreza de
las maniftstaciones de una literatura andalusi en arabe
entre la conquista y el reinado de 'Abdarraf;man II
(822-852) en que tiene /ugar, en imitacion dei esplendor
dei Bagdad 'abbas!, el primer impulso rftcial serio a la
cultura. Abundan las anécdotas atribuidas a este periodo,
e incluso posteriores, que proclaman el asombro de los ara-
bes orientales mando ocasionalmente aparecia entre ellos un
andalusi que sabia recitar y componer buenos versos; pero
esta primera pobreza se veria ampliamente compensada por
el gran desarrollo que adquiere la cultura arabe en al-
Andalus, y muy particularmente la poesia clasica, bajo los
ultimos omryas y en ade/ante, con periodos particularmente
brillantes, como el de las Taifas, en el que brillaron las fi-
guras seneras de Ibn Zqydtin y al-Mu'tamid, de manera
que, al lIegar a aquel mundo Ibn Quzman, la poesia tenia
ya en al-Andaltis una larga tradicion e inc/uso unos mode-

22
los y exigencias de calidad de nivel bastante elevado como
para que il fracasara en el empeno que parece haber tenido
de brillar haciendo versos de hechura clasica.
Afortunadamente para il y para el arte, ista no era la
unica via que se abria ante un poeta en aquel entonces.
funto a la poesia drabe cldsica de corte tradicional, se ha-
bian creado en al-Andalus dos nuevos gineros peculiares:
primeramente, el muwassa};\ en lengua clasica, pero sin las
exigencias mitricas de la versificacùin arabe tradicional, y
el zéjel, de la misma naturaleza mitrica, pero ademas en
lengua vulgar, en dialecto hispanoarabe, teniendo ademas en
comun ambos gineros una estructura estrrffica en que la di-
versidad de rimas contrasta agilmente con la naturaleza
monorrima de la casida clasica. De estos dos gineros, en
realidad versiones clasica y dialectal de uno solo, Ibn Quz-
n!(Jn escogeria, para trillifar en il y elevarlo de una condi-
cùin poco brûlante, al zéjel, que asiy gracias a il, junto con
el muwassa9, constituiria durante siglos una alternativa a
la versificacùin cldsica que conoceria momentos de gran po-
pularidad en todo el mundo arabe y se perpetuarfa en cier-
to modo hasta nuestros dias.
La gran pregunta es, naturalmente, de donde sale la
poesia estrrffica hispanoarabe, pregunta que muchos investi-
gadores, sobre todo occidentales, han querido responder, con-
tribuyendo con sus esfuerzos, si no a esclarecer definitiva-
mente la euestion, si à la abundante produccion de estudios
sobre este tema en general, y sobre Ibn Quzman en particu-
lar, que senaltibamos mas arriba. Lo que las fuentes arabes
nos dicen sobre la invencion de muwassaQ y zéjel es poco, y
de todos conocido: quien dice cosas mas importantes y origi-
nales es Ibn Bassam de Santarén (m. en 1147) en SIl Da-
x/ra, que atribuye su invencion a Mu~ammad b. Ma~­
mud «el ciego de Cabra» (personaje identificado por
otros, sin embargo, con Muqaddam b. Mu'tifà de Cabra,
poeta aulico dei emir 'Abdallah), tomando para ello «he-
mis/iquios de versos clasicos y frases romances a modo de
estribiIlO), mientras que los indicios bibliogr4ftcos apl/ntan

23
haeia una invenciOn deI zéjel anterior, pero no demasiado, a
la generaeion de Ibn Quzman.
En todo caso, la afirmaeion de Ibn Bassam parece res-
ponsable de las dos teorias que, a Jalta de datos historicos
fiables, han eirculado, y cbocado con violeneia que a veces
sorprende, sobre el origen de esta poesia estrrJflca hispanod-
rabe: la deI origen arabe, sostenida primeramente por
Hartmann, y la deI origen romance, sugerida en primer lu-
gar por Ribera y expresada en su forma mds detallada,
argumentada y perfllada por Garcia Gamez Unos se han
apqyado en 10 de los «hemistiquios de versos clasicos»; otros,
en 10 de (das frases romances a modo de estribillo», sin que,
a la hora de la verdad, los versos en cuestion se suje/a-
ran sin violeneia a ninguna de ambas escansiones sugeridas,
situaeion que no Ilevaba al desistimien/o de la hipo/esis,
sino a tratar de reforzarla con argumentos culturales y no
lingüis/icos ni prosrJdicos, si bien es verdad que éstos no es-
taban aun al alcance de la mano. Lo que, en todo caso, era
el trasfondo de la cuestion, puesto que se conocia la relaeion
eierta deI zéjel con algun género /frico romance, y se trataba
de saber era si habia habido una injluencia accidentaI en
una parcela de la cultura arabe, 0 St; por el contrariO, par-
te de las métricas oceidentales debian su existeneia a una
forma poética de origen arabe.
Es eviden/e que una respuesta menas apasionada y mas
eien/(fica a esta euestion ha de basarse, ante todo, en un es-
tudio interno de la métrica y otras caracteris/icas de esta
poesia es/rrJflca que permita difinir su sistema, casa que
nunca hieieron los tratadistas nativos, pero también en una
critica bistdrica de las afirmaciones bistdrico-literarias en
que se ban basado casi exclusivamen/e las dos teorias en
pugna. Es/a mera critica ya nos revela algunos datos poco
coberentes con las ficbas sugeridas par Ibn Bassam, pues
resulta evidente que el periodo prebistdrico deI muwassaç,
anterior al siglo XI deI que datan sus primeros especime-
nes, debio de ser bas/ante prolongado, pues no de otro pro-
to/ipo pueden ser copia los poemas bebreos Ilamados mu-
24
sammat de Dunai b. Labra~, que vivirJ bajo la igida de
'Abdarra4man III, y que debla de imitar algo ya suficien-
temente prestigioso y bien establecido entre los andalusies
como para que pensemos que estaba ya en boga a finales dei
siglo IX mientras que, por 10 que se rejiere al zéjeJ, y aun-
que el dato haya que recibirse con cautela, hemos senalado
la posible existencia de un proto-zéjeJ, que datarla dei ano
912, en el texto de al-Muqtabis (vol V) de Ibn lfayyan
(viase su traduccirJn, anotada por Maria Jesus VIGUERA:
Cr6nica deI Califa 'Abdarral:rnan III an-Na~r entre
los anos 912 y 942, Zaragoza, 1981, pdg. 59, ntim.
58).
Parece, pues, bastante probable que muwassary y zéjel
fueron mds antiguos de 10 que a primera vista indican sus
noticias, que solamente reflejarian el momento en que la ac-
titud rficial de los literatos cambirJ suficientemente como
para sustituir el silencio por la mencirJn, aunque desdenosa,
de su existencia, cambio de actitud que hay que atribuir
tanto a la popularidad que dicbos gineros empezaban a
disfrutar en circulos cada vez mas serios y elevados, como
al proceso de depuracirJn y reftnamiento que hablan ido su-
friendo basta ganarse una cierta consideracirJn en unos
medios cuitas muy conservadores, sin olvidar que quizd en-
tonces fue cuando istos se enteraron finalmente de que tam-
biin en Oriente habla habido algunas innovaciones en el
arte poitico avaladas por algtin nombre tan ilustre como el
de Abii Nuwas (m. hacia 815) Y no rechazadas por el
buen gusto bagdadf, imitado y reputado superior en al-
Andaltis. No parece, en todo caso, aventurado afirmar que
la estructura estrr!fica dei muwassal:\ camo entrevirJ Stern
(Hispano-Arabic Strophic Poetry, Oxford, 1974, pdg.
55), con una frJrmula bbbAA, derive de la dei musam-
mat (AA bbbAA), que a su vez se explica camo
un desarrollo dei ta~ï' 0 rima interna de los hemistiquios,
tan antiguo camo el usa dei metro rajaz, considerado tradi-
cionalmente coma el primero que bubieran usado los drabes.
La aceptacirJn de este principio, para la que hay pocos

25
obstdculos, produce una hipotesis de la estructura estro-
fica de estos poemas como desarrol/o interno de determina-
das posibilidades de la versificacion arabe, sin necesidad de
recurrir a itifluencias exteriores, teniendo bien entendido
que el camino quedaba asi abierto a posibilidades crecientes
de complicacion, como nuevas rimas internas, que iban a
darse hasta alcanzarse un cierto barroquismo estructural.
lPor qué, sin embargo, no se ha producido una adoption sin
reservas de esta hipotesis seneil/a y razonable?
Pues porque e/ verdadero cabal/o de batal/a en la
cuestion dei origen de esta poesia no era tanto su es-
truelura estrOfica como su estructura métrica, que, al no
poder reeibir una solutiôn coherente de orden lingiiisti-
co y prosOdico, dejaba a las dos teorias faltas de com-
probaeion practica y libres de ap'!)'arse en una argumen-
tation poco decisiva, de naturaleza basada en la re/ativa
importantia de 10 arabe y 10 hispanico en la cultura de
al-AndalUs. En otras palabras, mientras no demostraran
los partidarios de/ origen arabe de la poesia estrOfica an-
dalusi la posibilidad de escandir sus versos con el siste-
ma arabe clasico y hubiese alguna probabilidad de que
I/evaran razon los que le atribuian un origen hispanico,
era arriesgado cifirmar que no nos encontrdbamos ante una
hibridacion cultural, en la que el drabe habia puesto el
estrrfismo y el romance, la métrica.
Una posible solution para esta espinosa cuestion es la que
venimos proponiendo en una serie de trabcljos que van desde
la publication de nuestra Gramatiea, métriea y texto dei
Caneionero hispanoarabe de Aban Quzma!l (Madrid,
1980) al estudio métrico dei Cantionero de aS-Sustarr (que
aparecerd en Awrag V), pasando por nuestro articulo sobre
los metros dei muwassaQ en Journal of Arabie Literatu-
re XIII, 76-82). Todos estos trabcljos coinciden en demostrar,
sin ningun lugar a dudas, que los muwassaQs y zéjeles an-
dalusies son escandibles segun los metros de la versification
drabe cldsica, siempre y cuando se acepten, en position de bre-
ves, si/abas largas dtonas, mientra que en position de largas

26
pueda haber largas dtonas 0 tônicas, 0 incluso breves tônicas
(segun los usos de la acentuaci6n andalus!, que detal/amos en
A grammatical sketch of the Spanish Arabic dialect
bundle, Madrid, 1977, pdgs. 60-66). Un hecho de esta
naturaleza no puede ser mera coincidencia e invalida a prio-
ri cualquier teoria dei origen romance de esta métrica, al re-
sultar evidente que nos encontramos ante una adaptaciôn sui
generis de la métrica drabe cldsica, aunque, como veremos,
en esa adaptaci6n hqya jugado un papel el substrato hispdni-
co de los andalusies, a nivel fonémico. Por otra parte, se hace
necfsario intentar una explicaci6n de la naturaleza de dicha
adaptaciôn, que no se habria producido sin ser requerida por
determinadas circunstancias, y ésta es nuestra hipôtesis de 10
sucedido:
a) El drabe hispdnico, como sucediera anteriormenfe
con el latin hispdnico, habia perdido el ritmo de cantidad
sildbica, sustituyéndolo por el de acentuaciôn tônica. En
otras palabras, los andalusies dejaron de percibir las sila-
bas como largas y breves, qyéndolas como trJnicas y dtonas,
segun ocurre en el romance peninsular. Esta circunstancia
estd ampliamente demostrada por los errores de los escribas
andalusies en los manuscritos menos cuidados, donde puede
apreciarse cômo omiten a veces los grtifemas que marcan en
drabe la cantidad larga de las vocales, al tiempo que los
introducen indebidamente en silabas breves en la prosodia
cldsica, pero que sabemos eran t6nicas en el dialecto anda-
lusf.
b) En estas circunstancias no podian recitar correcta-
mente, ni componer de manera natural, versos en drabe cld-
sico, por bien que conocieran la gramdtica y el léxico de
esta ltngua, pues hqy que suponer que la prosodia de su
dialecto era la que usaban también al utilizar la lengua
clasfca, como ha ocurrido en Europa con las distintas pro-
nunciaciones locales dei latin. Esto explica el periodo sin
producciôn poética de los primeras tiempos de al- Andaltis,
ya que, en aquellas circunstancias, la versificaciôn no podia
ser sino imitacùJn académica penosisima de modelos cuya

27
armonia no podia percibirse, ni mas ni menos que ocurre
con los bexametros latinos de nuestros cultos.
c) La situacùJn requeria una sa/ida, que podia ser de
dos tipos: adoption de una métrica acentual, adecuada al
ritmo de la lengua bab/ada, 0 adaptation a éste deI modelo
tradicional, la métrica arabe c/asica. Lo primero no tuvo
lugar, pese a que tal vez existia el modelo entre los que
bablaban romance en la Peninsula, sin duda por el escaso
prestigio que su cultura tenia entre los andalusies, y la so-
lucion fue la segunda, generada casi automaticamente por la
lectura de poemas en arabe c/asico donde, al colocar acentos
en lugar de cantidades largas con cierta periodicidad por la
misma estructura de los pies deI metro, se producia un
cierto ifecto ritmico. La imitacion de este ifecto era posible
y aprovecbable para la creacion de una métrica donde la
cantidad no contaba (puesto que fonémicamente no existia),
salvo cuando iba acompmiada en su rea/izacirJn de un acen-
to, cuya posicion si tenia que coincidir con los establecidos
para cada metro, dentro de esta adaptacion. No es sorpren-
dente que esta métrica no fuese enseguida admitida por los
circulos cultos, conservadores y reacios a las innovaciones, y
que priferian entonces y después versos que se ajustaran
ademas a fodas las normas c/asicas; pero es muy probable
que, puesto que los poemas asi compuestos sonaban bien
a todos, circularan a nive/es menos elevados, basta emerger
mucbo mas tarde por doquier, primero el muwassal), mas
aceptable por conservar al menos la lengua c/asica, y luego
el zéjel, que 10 bace en un momento en que e/ mismo bastio
de la fastidiosa repeticion de 10 c/asico permitia buscar aire
fresco donde 10 bubiere, aunque fuese en lengua vulgar, pero
desde luego mas como poesia popularizante que popular,
puesto que pance cierta la extracciôn mas bien cuita de sus
autores. Y éste babria sido el momento en que se encuen-
tran nuestro poeta y e/ zéjel, siendo el resto de la bistoria
conocido.
El lector se preguntara, naturalmente, qué ocurre enton-
ces con la teoria que se ba quertdo apqyar en las palabras

28
de Ibn Bassfim, de que todo el poema, muwassal). 0 zéjel,
se construia «basandose en frases romances)), 0 sea, 10 que
se suele lIamar xarja, de donde se ha conc/uido que, si ésta
era una copIa 0 estribillo de copIa moztirabe, naturalmente
con su mitrica propia de origen hispanico, era natural que
todo el poema tuviese esa misma métrica. Creemos que se
ha echado demasiado peso sobre ese «basandose)), que se ha
tomado como prueba de identidad estructural, siendo asi
que es perftctamente legitimo suponer que el apoyo consistie-
ra meramente en una relacion tematica, de manera que el
poeta, una vez encontrada xarja graciosa (y probablemente
arreglada para que encajase arentualmente en el metro que
queria usar), compusiera su poema entero y buscase a su
final la transicion aproPiada, mas 0 menos brusca, para co-
locarla. De ahi a que la xarja fuera necesariamente la fal-
silla mitrica deI poema h'!J gran distancia. Ademas, es sa-
bido que las xarjas en romance son minoria notable, en
parte porque su inteligencia no era tan general como se sue-
le decir, tratdndose mas bien de un recurso rebuscado mas y
de una variacion sobre la circunstancia normal que era el
que estuvieran en hispanoarabe, 10 que nos obliga a pregun-
tarnos si la xarja no es, en realMad, 10 que queda de an-
tiguos zéjeles, convertidos en muwassal), es decir, traduci-
dos a lengua c/asica para m%rar su aceptabilidad en
circulos mas cultos 0 lingiiisticamente mas exigentes.
Pero hemos entrado ya en un terreno de hipotesis inde-
mostrables por el que no queremos seguir, pues nuestra in-
tencion es merammte sacar dei call%n sin salida en que
estaba la cuestion deI origen de la poesia estr4fica andalusl,
presentando algunos hechos a los que no se prestaba la nece-
saria atencion, e indicando caminos por donde puede seguir
la investigacion dei tema. Creemos que, con los datos ahora
disponibles, no es posible mantmer el origen hispanico de la
métrica dei muwassal). y dei zéjel, aunque, por el contra-
rio, Iste si que pasara a /ierras cris/ianas, como es bien sa-
bido, por 10 menos en cuan/o a su es/ructura estr4fica, y sin
que queramos ni podamos en/rar en el complicado /ema de

29
las relaciones entre las /incas andalus! y de Europa oc-
cidental y meridional.
El interés por estos temas ha determinado, creemos, en
buena parte la abundante investigacùjn de estudiosos euro-
peas en torno a la poesla estro/ica andalusf, en genera!, y a
Ibn Quzman, en particular, temas que hqy pareeen ocupar
puesto secundario en las prefirencias de la cultura arabe
actua/,' pero no debemos creer que su impacto en otras po-
cas fuese tan insignificante. En la obra citada de Stern,
cuya lectura es obligada para los interesados en este tema,
podemos seguir los pasos de la difusion de estos géneros por
el Norte de Africa, Egipto, Siria y hasta Yemen, asl coma
su utilizacion «a la divinQ), que alcanzarla sus cimas
en los muwassal;ls deI mu~ciano Ibn 'Arabï y los zéjeles
deI granadino errante as=Sustarï, un imitador formaI de
Ibn Quzman en sus peregrinaciones misticas par lodo el
mundo islamico, donde sin duda encontraba aidas familiari-
zados con los ritmos y expresiones deI deserifadado cordobés,
que no exageraba cuando dec!a que sus zéjeles eran escu-
chados en Iraq. De la' difusion y éxito de su obra en el
Oriente arabe son testimonio irrifutable el rango que le
otorga el tratadista iraqul de géneros poéticos no clasicos
al-1;Iilft (m. 1339), autor deI Kita:b al-'atil al-J:nli
wal-muraxxa~ al-gal! (edilado por W. Hoenerbach,
Wiesbaden, 1956), asl coma la circunstancia de proceder
de S4ad (Palestina) el unico manuscrito que tenemos deI
Cancionero.
AI lIegar a este punta es inevitable abordar la cuestion
de por qué el zéjel (y, par supuesto, el muwass~Q, deI que
no siempre se distingue bien, como ocurre en as-Sustarï), en
general e Ibn Quzman, en par/icular, conocen un éxito tan
notable en determinada éPoca, para extinguirse luego sus
ecos y caer casi en el olvido de los arabes. La respuesta no
es faci!, pues todo clio fue cuestiOn de gustos, sobre los que,
aunque erroneamente, suele decirse que no hay nada escrito,
pero intentaremos al menas, y dentro de la posible, centrar
la cuestion. Se ha hablado mucho de gracia, frescura, inge-

30
nio, atrevimiento e innovaciones en Ibn Quzman, lIegando a
califlcarsele, por Garcia Grimez, con Ibn Ffazm e Ibn Tu-
fayl, como <runo de los tres autores arabigoandaluces que
pintan de verdad en la gran literatura universab): hqy se
encontrara pocos arabes que suscriban esta evaluacirin, y, en
cuanto a los arabistas, nuestro impeifecto conocimiento de la
lengua y la cultura quita bastante valor a nuestros juicios
estéticos sobre una obra literaria; de ahl la diflcultad para
uno de nosotros, aunque fuese mucho mas perito en el tema
que quien escribe estas /ineas, de dar la respuesta que en
este pamifo se solicita. Es diJicil, pues, medir la talla real
de Ibn Quzman, porque nuestro gusto no siempre coincide
con la estética arabe, porque uno y otra han cambiado a 10
largo de los siglos y porque, ademas, la obra en dialecto deI
zejelero cordobés suponla una innovacirin para la que no
habla, ni practicamente ha habido posteriormente, riferencia
ni baremo. En este sentido, si la singularidad es geniali-
dad, hqy que decir que Ibn Quzman fue un genio, puesto
que no ha habido otro autor en el mundo arabe que hqya
tenido semejante éxito utilizando un dialecto, una forma de
comunicacirin oral informaI, frente a la lengua c/asica pres-
crita para la comunicacirin solemne. Le hemos de apreciar
ademas la gracia, la frescura, el ingenio, el atrevimiento y
muchas mas virtudes literarias, 10 cual no quiere tampoco
decir que no resulte a veces pesado, convencional y devalua-
do con respecto a la mejor poesla arabe c/asica; pero tam-
poco seria justo juzgar a un poeta por sus momentos menos
qfortunados. Quizd una correcta evaluacirin estética de su
obra no pueda producirse sino cuando sea mejor conoci;,a
por todos, arabes y no arabes, cosa que hasta ahora no ve-
nia sucediendo por el caracter experimental y no destinado
al gran ptiblico de las ediciones existentes.
Lo que, en cualquier caso, parece cierto es que las virtu-
des de Ibn Quzman hicieron su aparicirin en un momento
adecuado, y ésta puede ser la explicacùJn, tanto de su éxito
como de su posterior olvido. La tendencia estética arabe de
no renovar los géneros, sino multiplicar sus variaciones y el

31
barroquismo de sus adornos, ha producido a menudo el
hastio dei auditorio y ocasionaln reacciones de algunos poe-
tas que no se resignaban a perderlo. Es 10 que sucediO en
Oriente con los «modernistas», como BaiSar b. Burd y
Abu Nuwas, que consagran una renovacùJn especialmen-
te tematica, y en menor medMa métrica y estrOftca, de la
casMa clasica, ya desgastada por el uso dentro de unos cau-
ces estrechos; pero incluso estas innovaciones, refle)adas de
lIeno por la ponia clasica andalusl, estaban practicamente
agotadas y caian en el manierismo rebuscado que es patente
en la obra de algunos poctas dei periodo de las T atlas. El
muwassal). y, sobre todo, el zéjel, con exigencias métrÎcas y
lingiiisticas menores, de)aban al poeta menos atado a la for-
ma y a la penosa tirania de encontrar palabras que encaja-
ran en metro, rima y registro, liberando buena parte de su
energia y talento en pos de la idea original, de la locuciôn
qfortunada, de la expresùJn dei sentimiento y hasta de
la gracia 0 el descaro dei decir calle)ero. Sabemos peifecta-
mente que, por el caracter culto y rebuscado, harto arcaÎ-
zante, de buma parte de la pocs/a drabe cldsica, fue
focuente que un meœnas tuviese que sopor/ar y retribuir ver-
sos que ni siquiera entendia bien, y esto es algo que, en
cambio, no sucedia con el muwassal). 0, sobre todo, el zéjel,
cuyos auditorios no eran minoritarios: todos estos factores
debieron de aunarse y crear ese momento propicio en que
ambos gêneros florecen y se propagan, desde al-Andaltis
al resto deI mundo drabe, hasta producirse su decadencia,
muy lenta para el muwassal)., que, por su lengua clasica
era mas viable, raPida para el zéjel dialectal, que consti-
tuia un continuo destifio para la norma lingiiistica general
y que solo en manos de personas excepcionales podia alcan-
zar cierta difusion y permanencia.
En ese momento oportuno, y en el contexto de las cir-
cunstancias que hemos descrito brevemente, surge la obra de
Ibn Quzman, que no es tematÎcamente revolucionaria, como
observara elleetor familiarizado con la ponia drabe, ni su-
pone la invencion precisamente de una nueva forma poitica,

32
sinD un grado notable de perfeccifin en una fase historico-
literaria en que el gusto exigia un aligeramiento de las ya
demasiadas trab?lS tematicas y formaies, 0 sea, una simpli-
ficaciOn de asunto, métrica y lengua. El haber sabido res-
ponder a estas exigencias es, probablemente, el mérito
m~or de nuestro poeta y por el que se gano en su mo-
mento popularidad y derecho indiscutible a un lugar en la
literatura universal.

Cuando hace algun tiempo escribiamos el prefacio de


nuestra Gramatica, métrica y texto dei Cancionero
hispanoarabe de Aban Quzman, no nos parecia urgente
proceder a efectuar una nueva traducdon de dicha obra en
beneficio dellector no arabista, como textualmente setiald-
bamos y r~amos. Nos limitamos en aquel momento a
dar una edicion dialectolOgica dei original, precedida de la
gramtitica que la justtfica y de la teoria mitrica CfJ11 la que
ésta y el texto estan interdigitados, flrmando un todo que
es casi flrzoso aceptar en conjunto 0 rechazar también con-
juntamente en su casi totalMad. Ninguna de las dos postu-
ras se ha producido 0, al menos, se ha rejlejado de manera
coherente y eficaz en las recensiones que hemos podido ver
de aquella obra, por 10 que nos parece que la critica de di-
cha obra esta todavia por hacer, siendo por otra parte esta
situacion bastante explicable, si se tiene en cuenta el volu-
men considerable de material que ha de ser evaluado, la es-
casez a escala mundial de expertos en hispanotirabe y en
Ibn Quzman, y la prudencia con que se tocan estos temas
de un tiempo a esta parte, prudencia por otra parte que
venia siendo cada vez mas aconsejable y que es ahora bien-
venida, y solo ocasionalmente contravenida.
Sin embargo, durante el tiempo transcurrido desde aque-
lia publicacion hasta el momento presente, no nos ha sido
posible apartar totalmente nuestra atendon ni de la edicion

33
efectuada ni dei manuscrito unico en que se basa: fruto de
ello ha sido un estudio, ya entregado para su publicacion en
la revista Awraq, ti/ulado <dstidrakat waqtira4at jadida
'alà hamH diwan Ibn Quzmam> «<Correcciones y nuevas
propuestas al margen dei Cancionero de Ibn Quzmam»,
y la traduccion que inexorablemente nos hemos visto obliga-
dos a abordar, como método de precisar los matices dei
texto y de alcanzar una mas exac/a formulacùJn de su edi-
cion. y, una vez, hecha dicha traduccion, y a la par que se
han desvanecido aigunas de las consideraciones por las que
no pensabamos dar/a a la luz no hace aun mucho /iempo,
se nos ha planteado el dtÏema de retenerla 0 publicar/a. Al
considerar esta ultima opcion, no se nos ocultaban los ries-
gos que elio suponia: por hablar solo de riesgos cient!ftcos, es
evidente que seguimos operando con un texto no definitiva-
mente establecido en bas/antes pasajes, y de los que natu-
ralmente solo se puede dar una edicion y traduccion hipoté-
ticas, y que la imprescindible anotacÎrm dei crmtexto histOrico,
literario y cultural no esta suficientemente madura como
para lanzar un «Cancionero de Ibn Quzmam> defini/ivo,
si es que existen obras definitivas de esta naturaleza, por
10 que no ha de faltar quien, en lugar de considerar 10 ade-
lantado con estos es/udios, haga un factÏ catalogo de 10 aun
no hecho y una facil critica de lagunas donde todos sabemos
hones/amente que htry un océano por lienar.
Pero dejando atras tales criticas, dignas de inclusion en
el <dadran, luego cabaigamos», el no publicar los resul/ados
de nuestro trabajo mas reciente sobre Ibn Quzman ha-
bria supuesto dejar sin circulacion decenas de nuevas pro-
puestas de mejoras a la edicion dei texto, y muy particu-
larmente, privar a los estudiosos de la literatura medieval
de una referencia puesta al dia sobre el contenido auténtico
dei famoso Cancionero, en bastantes de cuyos puntos las
traducciones hasta ahora existentes carecen hqy ya de apqyo
/extual, por la evolucion habida en el establecimiento dei
original. En estas circunstancias, una nueva traduccion mas
fiel al original que las anteriores podia ser de gran utili-

34
dad a los expertos no arabistas en literatura medievai
comparada quienes, por ejemplo, podian conocer por prime-
ra vez el curiosisimo «brindis al diabloJ-\ dei zijel 90, a
las alusiones, hasta ahora desconocidas, a la existencia de
unos poetas populares satiricos (I/amados 'uttab 0 'attaa-
bïn), mencionados en los zijeles 23 y 118, datos cuya ex-
plotacion dejamos a los expertos, como tantos otros que
ifrece el Cancionero en dreas en que cotifèsamos nuestra im-
pericia.
Ademds, por riflejar el texto editado un dialecto
que el conocedor meramente dei arabe cldsico no puede com-
prender sin cierta dificultad, su lectura e inteligencia venia
siendo privilegio de mtry pocas personas: por todas estas ra-
zones nos ha parecido priferible no esperar a tener una edi-
cion y traduccion mejores, sino ifrecer ya los resultados ob-
tenidos, a sabiendas de que son ampliamente petfeccionables,
como casi todos los resultados dei trabajo cientifico.
Habiendo, pues, decidido publicar una nueva traduccion
dei Camcionero de Ibn Quzman que incorporase todos los
adelantos obtenidos en el estudio de su texto, y a hacer
frente a las posibles consecuencias negativas dei empeiio,
cientificas 0 de otra naturaleza, habia también que decidir-
se por un estdo castel/ano determinado en el que riflejar un
texto poético. Siendo tarea ardua y fuera de nuestro' alcance
intentar una traduccion en verso, nos hemos limitado a re-
producir la version castellana que el original nos sugeria,
con la exigencia de que fuera literai dentro de 10 posible,
sin tratar de evitar arcaicismos provocados por el sabor a
veces rancio dei texto, y sin cuidarnos demasiado de que, al
traducir algunos versos, adoptara el riflejo castel/ano a ve-
ces e inconsistentemente formas acordes con determinados
metros de nues/ra lengua. No busque el lector en ello pro-
posito, logrado ni fal/ido, de alcanzar determinadas cotas
estéticas, puesto que 10 que fundamentalmente se le quiere
dar en esta obra es una traduccion exacta, con la que pue-
da formarse cabal idea dei mensaje y bagaje ideolOgico dei
poeta, ya que, obviamente, para poder juzgarlo estéticamen-

35
te, es necesario poder tener acceso al texto original y am-
plios conocimientos de estilistica y poética drabes.
Finalmente, nos resta agradecer al Institulo Hispano-
Arabe de Cultura y a su eficaclsimo director don Francis-
co Ulrtry Sardd, el concurso que en ésla, como en anleriores
ocasiones, han prestado a nues/ra obra.

Zaragoza, 19 de octubre de 1982

36
EL CANCIONERO
HISPANOARABE
INTRODUCCION

CANCIONERO DEL MAESTRO y EXCELSO


VISIR, PRODIGIO DE LAS ÉPOCAS,
ABU BAKR B.' ABDALMALIK
B. QUZMAN, DE QUIEN DIOS HA y A TENIDO
MISERICORDIA

En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso.


{Dijo el maestro Abli Bakr b. 'Abdalmalik b. Quzman:]

Lo mejor que se ha grabado, escrito y recordado


con firme perseverancia, siendo reprochable y cen-
surable su omisi6n por el discreto, es la menci6n de
Aquél ante quien se humillan los rostros, a Quien
terne el pecador y en Quien espera. Asimismo ben-
diga Dios a nuestro sefior Mul;nmmad, que sera in-
tercesor en el dia de la Resurrecci6n, mencionado
en la llamada a la plegaria y dentro de ella, con
bendici6n tal que redunde en salvaci6n del que la
impetra en el dia del Pavor 1 y que dé firmeza al
desarraigado ante la Dignidad, en tanto se mueva la
lengua en boca y se muestre en el ojo la pupila.
Cuando adquiri desenvoltura en las maneras del
zéjel y mi estro se ajust6 a su exquisitez, hasta el
punto de venir a ser sus maestros mis domésticos y
seguidores, logrando en él latitudes en que no me
igual6 ningUn zejelero y adquiriendo en él una ca-
pacidad de la que las gentes se hicieron lenguas, al
consolidar sus fundamentos y manifestar sus deri-
vaciones 2, pues 10 hice inasequible a los ignaros y
10 limpié de las irregularidades que 10 afeaban, ha-

39
ciéndolo suave al tacto y desbastando su rudeza,
porque 10 despojé del i'rab 3 y 10 despojé de pesade-
ces y convencionalismos como quien desnuda la es-
pada de la vaina, y a un tiempo tornélo asequible y
remoto, casera y exquisito, dificil y facil, oscuro y
claro, ocurri6 que, al percibir el oyente la soltura de
sus divisiones y hemistiquios 4, acababa toda indo-
lencia que hubiera en sus prop6sitos; mas 5, cuando
seguia mis pasos e imitaba mi estro, veia que es
algo inalcanzable e inasequible y deda: «iQué inspi-
rado eres, Fulano!», y es la verdad.
Veia yo que la gente idolatraba a los predeceso-
res, enalteciendo a aquellos iniciadores hasta poner-
los por las nubes, pues les concedfan la mas alta
categorfa y la suprema magnitud; mas ellos descono-
dan el camino y, de jando la derechura, se perdian
hacia Oriente 0 Poniente, elaborando conceptos in-
sipidos, vagos prop6sitos y expresiones de insumiso
genio 6, y con i'rab, que es 10 mas feo que puede ha-
ber en el zéjel y mas desagradable que la misma
muerte, coma cuando dijo uno, de quien Dios haya
tenido misericordia:
Se te ha roto el ala,
y ha quedado soso tu chiste 7

iBien aliquebrado qued6 el pobre, y bien soso su


chiste con tal frase! 0 coma dijo otro:
iOh tu, dos veces visir!
Hoy por dos veces
concédeme dos favores,
y niégate en adelante 8.

o aquel otro que dijo, describiendo una inunda-


ci6n:
Subi6 el agua hasta la cabecera de la cama:
de I1amarme, no sé c6mo pudiera ir 9.

40
Semejantes cosas son mas bien naderias, aunque
los tales han producido 10 ocasionalmente conceptos
hennosos y hemistiquios mas agudos que armas, vi-
niendo a ser sus palabras guijarros con alguna perla,
o almendra du1ce junto a otra amarga. De ellos, nadie
vi de estro mas d6cil y sueIo mas feraz, hasta eI pun-
to de que quienes hasta él peregrinaron le dieron sie-
te vueltas 11, ni a nadie mas merecedor de primada y
principado en esta que al maestro Axtal b. Numara,
pues traz6 el camioo y 10 abri6 excelentemente, pro-
duciendo brillantes conceptos y resplandecientes
prop6sitos su estro fluido y socorrido 12, no aeompa-
fl.ado por la ignorancia de algunos, seeundado por di-
visiones y rimas coma el ha1c6n por sus plumas, y
que pasa dei pr6logo galante al panegfrico t3 con faeil
empefl.o y hennosa dicci6n. Bastarfale 14, coma prue-
ba de eapacidad imaginativa y eorrecto parang6n 15,
su verso:

Piaf en mi mejilla, y puf en el candil,

o aquel otro:
Tan, tan, llaman al zaguan,
doc, doc, con piedra de dos libras 16.

0, coma prueba de soltura de expresi6n y domi-


nio dei concepto, aquel que dice:
Dios 10 dispuso, y 10 trajo la tentaci6n:
burlé las miradas de las gentes
y estuvimos jugando con el vaso todo el dia,
hasta que vino la noche y se tendi6 como muerto 17.

° este otro:
y 0 soy hombre de campo
y tengo una casa vada,
pero lien a de sangre de parra 18.

41
o aquel otro:

iEnrosca el rabo y estate quieto,


pardiez, que estamos en poblado! 19.

Pues la inobservancia de las inflexion es clasicas


en el lenguaje elevado de casidas y muwassa4s 20 no
es peor que el introducirlas en el zéjel, falta grave
de la que no se tibra sino Axtal, de quien Dios haya
tenido misericordia, el cual se sustrajo a ella y no la
cometi6 sino en alglin caso de error, no propasan-
dose en ello en su comedimiento, como cuando
dice (Dios le haya sido benigno):

~Quién plant6 dos amapolas


en el jardfn de aquellas mejillas? 21

o cuando dijo:
iQuiebre Dios la pierna a todo pesado! 22

o en el pasaje:
Se asombra la gente de mi poca suerte 23,

y en algunas otras pocas palabras. Mas luego vinie-


ron los otros a quienes nos hemos referido y 10 ata-
caron con menguado talento: con todo, si hubieran
conocido nuestro tiempo y visto mis perlas y alj6-
far, sus pasos habrfan sido retroceso, no habrfan
podido pisar siquiera mi polvareda y se habrfan te-
nido por menores, y a mi por mayor, pues en esta
época nuestra no hallo sino pretensiosos, gentes
que al hablar balbucean, cuyos zéjeles tien en de cin-
co a seis estrofas 24, y, si quieren alargarse, es como
si golpearan roca, y, si 10 intentan, jadean 25 y usan,
por mi vida, de soez lenguaje, mientras que yo me
glorio de fluido estro y facilidad de expresi6n. Si

42
Ibn Numara V1Vlera y nos juntara un soberano y
abarcara un palacio, de manera que pudiera ofr mis
exquisiteces y magia, advertirfa que era mfa la meta
y el gallardete de la victoria, quedando su naturale-
za confusa al cotejar una esencia con otra. iQué las-
tima! Si hubiera alcanzado a conocerle, me hubiera
unido a él sin dejarlo, le habrfa reconocido la prio-
ridad, le habrfa tanido antiguos tonos 26, le habrfa
dicho: «Tti eres el rico; yo, el pobre», guardandole
las consideraciones debidas a su edad, encantado de
mi parangon y comparacion con él.
Cuando, accediendo a los deseos de los sobera-
nos y senores del estado, hice el panegfrico de su
hermosura e importancia, escogiéndolos 27 de noble
en noble y de distinguido a distinguido y poderoso
senor, valedor glorioso por favor divino, prosperos,
aunque prisioneros de su munificencia, coma el
cadi de la aljama Abulqasim AJ:mad b. I;Iamdin, su
hermano el alfaquf Abu Ja'far I:Jamdïn, el visir y al-
faquf Abul'alâ ibn Zuhr, el excelso visir Ibn al-
Qurasi az-Zuhri (a quien Dios haga volver con
bien, propiciando su retorno en bien de sus ami-
gos) 28 Y otros personajes'M 29 mucho, no dejando to-
dos los amigos de rogarme que se los dictara, coma
favor que les haffa, por 10 mucho que se holgaban
de mis dichos, coma era mi proposito, en la certeza
en que estaban de no encontrar a nadie que me
aventajara, y por temor a que se perdiera alguno y
se 10 atribuyera alguien 0 me fuera negada su pater-
nidad. Pero yo les daba largas de mes en mes y ano
en ano, hast a que me parecio satisfacerlos cosa me-
ritoria, y, el obedecerlos, bueno y titil.
Era el motivo que me apartaba de reunirlos y re-
gistrarlos, haciéndome tener en poco su adorno y
hechura, mi btisqueda de un hombre generoso con
cuyo nombre bordarlos, embelleciéndolos con su
marca, hasta que la fortuna mostro 10 que ocultaba,

43
de jandome ver a su ser mas noble y mejor, donan-
donos aquello que escatimaba y haciéndonos ver en
vigilia 10 que ni en suefios creerfamos, al damos a
conocer bajo forma humana al lucero cual sol, dul-
zura de Iraq en cuna andalusi, al de sinceros acen-
tos, de sobrecogedoramente brillante mirada, al de
vida la mas digna de ser rescatada con tesoros,
cumplidor sin dilaci6n de Sil palabra, el que en la
discusi6n responde sin titubeo ni pausa, quien en
su gracia adorna y enjoya, y en la amenaza es causa
de todo mal, creado a su propio gusto con bien al-
canzadas virtudes, de las que no se rebaja a pavo-
nearse, aunque bien pudiera, cuya gloria se conoce
en sus cualidades y de cuya noble condici6n hay
pruebas, coma si a ellas se refiriese el poeta 30 cuan-
do dijo:

Aunque tu mismo te hubieras dado forma, no habrfas


podido otorgarte mejor natural deI que tienes.

El es quien posee las mayores prendas, sobrepa-


sando en prudencia y sagacidad al anciano moso; él
es el excelso visir bueno y hermoso, cuyo rostro es
digno de ser mirado y su mano, digna de ser besa-
da, el alamin Abu Isljiq Ibrahim b. Al:mad al-
Wasqï 31, cuya gloria haga Dios permanente, y
«cuyos nombres apenas le hacen mejor conocido,
sino que por placer los citamos» 32.
Cuando la fortuna nos reuni6 y puso mis ojos en
tan noble objetivo, no dej6 de imponerse el vi sitar-
me y procurarme, acogiendo mi noble proceder y
opini6n con respecto a él, y durante todo nuestro
contacta y repetidas visitas, le dediqué un numero
en el papel inabarcable de peregrinos zéjeles y deli-
ciosos fragmentos, tantos que no bastarfa fuerza hu-
mana para reunirlos y que hacen parecer miseros a
los mas facundos, de manera que, surgiendo aquella
44
semilla, fue echando rafces y ramas, y experimenté
un amor y cari no tan intensos, que son inenarra-
bles, pues a su lado empequenece el mismo monte
Iahlan 33. Para mostrarmele amable y demostrarle
mi devoci6n, nada he hallado mejor que reunirle
mis zéjeles antiguos y nuevos, procurando con
ahfnco satisfacerle, al llevarle las buenas palabras,
no las viles, ya que él es inimitable y no se le puede
corresponder con plata ni oro, pues si mi condici6n
es indigente, mi lengua no 10 es, pudiendo yo decir
coma al-Mutanabbï:

Si no tienes caballos ni riquezas que regalar,


sea pr6diga la lengua donde no 10 es la fortuna 34.

He hecho, pues, este mi libro cual jardin en que


se solace su mirada y coma prueba con qué refutar
a quien le discuta mi mérito. Al ver los prop6sitos
que contiene y sus firmes y sanas expresiones, se
agitara de placer ante mi facundia y se reini de mis
chanzas, experimentando el éxtasis sin necesidad de
embriaguez, y asf habré yo agradecido sus favores.
Pues yo tendré que partir algtin dfa, tormindose mis
noticias de claras en turbias, y asf me podra recor-
dar con nombre y apellido, 0 bien se adelantara mi
muerte y acortaran mis deseos, mas con su apoyo
podra recordarme e impetrar para mi, en su deleite,
mi5ericordia.
He llamado a este libro mfo «Acierto de prop6si-
tos en menci6n de honores» 35, emparejando sonido
y sentido y armonizando mi intenci6n y descrip-
ci6n. Y a partir de aquf, con la ayuda de Dios Altf-
simo, abandonamos la prosa y acuiiamos sales y do-
naires con lengua expedita, comenzando ante todo
por aquél a quien el libro esta dedicado, para que
sean la devoci6n que le tengo y su exaltaci6n por
mi completas, habiendo ya explicado sus méritos y

45
virtudes: a Dios, glorificado y ensalzado sea, pedi-
mos buen fin.
[Fue 10 primero que dijo Abu Bakr b. Quzman
en C6rdoba, haciéndole galanteos y elogiandolo.
iDescansen ambos en paz!:] 36

46
ZEJELES

1 1

o Quiero, y por temor a enredarme lloro:


~qué puedo hacer? Muero por ti, Wasqi.

Me he enamorado: es cierto el rumor,


y él me ha dicho: «Tu casa es peregrino;
desde ahora empezaré a hacerte dafio)
Acepto tu voluntad: engrfete y castiga.

2 Me he aconsejado con gente en que confio,


diciéndoles: «Me muero por Fulano»,
y me han clicho: «Estas prenclido; guardate, déjalo.»
Mas una cosa son buenas razones, y otra, cumplir.

3 Me derrito entre esperanzado y desesperado,


estoy hecho un escombro viejo y seco:
cuando mejor parezco estar, sentado en casa,
me desmayo y se me ve apoyarme en la pared.

4 Dios te ha dado belleza con ahinco:


de ti viene el tormento, pues tuya es una boca
a la que no basta ser dulce coma barquillo,
sino que ademas almizcle la empapa.

47
5 Rubito, dulce, hermoso, delgado y alto
con dedos de noble, cortesano y pendolista,
que parecen, al extenderlos, bizcochos 2;
tanto, que al verlos se asombrara un pastelero 3.

6 iA Y del que estafa 0 quien falsifica!


iEn qué carcel, pardiez, es tenido preso!
Aunque tuviese el pescuezo de tan liso acepillado,
tornaraselo el alamfn a golpes coscoja 4.

7 Magia profiero, antigua y nueva,


y estos hombres no son de mi clase:
yo soy yo, ~quién coma yo?
........................................5
8 Oigo entre 10 que me dicen:
«Senor de beldades, nombra y dep6n,
gobierna en la plaza, toma y deja»,
y eso es por un estro que se te parece 6.

9 Si yo muriera, compadece al claro decir,


pues todos se han vuelto caballos y relinchan.
Cuando yo llego, ~se me ha de de jar callado,
cuando a otros echan monedas? ~Se me ha de de-
[cir: «Llora»?

21

o Quiero a un chico del zoco: si aparece, 10 cono-


[ceras;
te dirfa c6mo es su nombre, mas no me atrevo
[a nombrarlo.
Tu, que matas a la gente, por 10 que se dice,
~qué almizcle es éste, hermano? Ven, que el amo
[quiere verte.

48
Pardiez, que eres engreido: accede a saludar, al
[menos;
mas haces bien presumiendo, pues la pres un-
[ci6n te sienta.

2 Yo me callo, sufrido, y, sin embargo, amo;


aturdido quedo al verIo: ~qué mal hay en decir
[verdad?
Pardiez que si por mi gusto fuera, no pasarfa
[junto a él coma bobo,
y juro que disimulara, si otro pudiera hacerIo.

3 Tu, el engreldo conmigo, el de grata in justici a,


ic6mo me gusta hablarte, aunque tu conversa-
[ci6n me mata!
iV alor, coraz6n, aguanta, nunca me abandones!
iC6mo sufre el pobrecillo; vamos, soc6rrelo y
[asistelo!

4 El de los ojos garzos y finas cejas


dice que soy su esclavo, y cual dice ha de ser;
son s610 sus siervos poetas y secretarios:
ni ello es bald6n para mi, ni tampoco para él.

5 ~C6mo ha de condescender, cuando volvera el


[cuello,
si dos mujeres que 10 vieron, y vieron su her-
[mosa forma,
dijéronse una a la otra: «Dios te aflija con su
[amor,
con tal de pasar una noche con él». Y dijo la
[otra: «Si.»?

6 Mas asequible es as-Suha: 2, no engane su saludo,


que tan s610 engana a la gente con dulces pala-
[bras;
castidad le atribuirfas cuando se niega a ceder,

49
pero es trampa tendida, y ic6mo grita quien cae
[en ella!

7 Todo el dia procurandolo, la noche toda en co-


[loquios;
mas no alcanzo sino ardides, tras haberle amado
[tanto.
Intento desempenarle por un zejelillo un beso:
~qué importa que me 10 dé antes de que le pa-
[gue?

B Abrevia esto todo, hazlo de breve corte:


hijo del mas noble, besarte los dedos quiero;
toma, y iqué mal estarfa que de esto alguien se
[entere!
Todo mérito me niegas: 10 que cociste, asalo 3.

9 Deja que esta noche goce, deja que esta noche


[exulte,
y que engorde de alegrfa, sin importarme el ma-
[nana:
al-Wasqi bebi6 conmigo, pese a Ibn Abilxazz 4;
no dormi en toda la noche, sino bebi y escan-
[ciéle.

10 He acabado el zejelillo, cortado seglin mi molde;


sali6 formado de perlas y de magia de Babel;
oyes decir a la gente: «iQué inspirado es, herma-
[no!»
y se levantan ... 5 cuando 10 canta.

3 1

1 Durara vue st ra gloria mientras el mundo dure,


pues sois los poderosos y detentais las ciencias.
50
Si son cual estrellas los mayores entre las gentes,
son como plenilunios los Banu f:Jamdin.

2 Recuerdo tu zéjel y 10 recito,


y hago que el envidioso 10 envidie,
y maldigo siempre que tienes un enemigo:
imande Dios a su cabeza golpe de segur!

41

Tu que me has dejado, cesando tus nuevas


y sin tener cita que esperar contigo,
~cuando, por ventura 2, veré en ti mi esperanza
reuniéndome contigo antes de llegar mi muerte?
Pues ni tristezas me entibian
ni consuelo me calma.

2 Hay entre tu y yo aquel antiguo pacto,


te profeso un gran carifio
y no tengo, pardiez, sosiego,
ni de mi pensamiento te apartas noche y dia:
el desamor acab6me,
hubo 10 que hubo y quedé frustrado.

3 Muero de amor, nunca he de vivir;


no dejaré mi historia para mafiana.
Ibn Numara 3 nunca tuvo cura;
amor y muerte tien en precio igual,
y aun ahora, a mi edad,
veo vanidad y me place.

4 Es hermoso y engreido, mas a nadie he de nom-


[brar;
digo entre cosas que le atribuyo y siento:
51
«Oh aquél a quien amo y que para mi no tendrfa
[igual
si me obedeciera 0 cumpliera juramento:
iPor Dios, levantate, desnûdame,
ven desnudo y abrazame!

5 Dejaré esta historia, no tengo en ella esperanza:


Ibn Saralftl es el medio para este fin,
pues tiene dos cu alidades: bello y generoso,
y es, por vida, mi amigo muy mucho,
y hombre soy que alabar quiera
cuanto pueda a los amigos.

6 iGloria a quien te puso veste de bellezal


Gallardo y hermoso es como solo creciente
y, sien do sagaz y apreciando el valor de la loa,
se le cumple en mi elogio toda bondad:
Ibn Quzman, tû construyes,
y este edificio, ~ha de arruinarse?

7 Recuerdo el pasado y el presente,


sintiendo por ambos seguidos intensa nostalgia,
pues unD recuerda las cosas que agradan;
icuantas veces canté por ello:
«Ven, ayûdame, laûd de haya,
que el tiempo es bueno para quien 10
[cosechal» 4.

51

o El vino me es grato de gustar


y al amante me agrada abrazar.

Este aiiejo consuela mis penas:


en la ebriedad yo nombra y destituyo 2,

52
y cuando me dicen que es ya generoso
me entristece dejarlo, cuando falta.

2 ~Qué te parece el gozo de un morabito 3

que, si sabe de un visir con dineros 4,


corriendo se hace su compaii.ero,
y no se le halla sino en su calle?

3 Con su hermosura supera pensamientos,


arropado en su pura tunica,
de pie con las trenzas sueltas,
teii.ido hast a media pierna 5.

4 No hay mas visir 6 que Ibn 'Ublida:


mirar su rostro es devocion;
sufrir el· no alabarlo, necedad;
y bien vive qui en su cinto besa.

5 En Iraq se cuentan sus hazaii.as


y mil ayes da su enemigo:
cuando sus didivas me traen,
me traen las mismas nubes 7.

6 La fortuna 10 acata cuando Hega,


tiene entonces el triste solaz completo,
y quien terne situacion
diffcil se lib ra de su atadura.

7 Con F ulano voy a amigarme,


todo bien crea 8 hallaré.
Ea, fortuna, no se as falsa,
que el cuervo por falso fue muerto.

8 Me gusta el pan, con 0 sin levadura,


y muchas cosas que querria nombrar;
te Hamo «vi sir» y mi boca
esta sin humedad; la saliva, seca.

53
9 La embriaguez hace mas persistente,
pues es lubrificaci6n de la vida;
preso esta mi coraz6n y en cepo,
bien me parece soltarlo.

61

o cPor qué son los mozos hermosos, pero traviesos,


mientras Ibrahim al-Wassqi es hermoso y sensato?

y 0, que he visto toda clase de ellos,


nunca vi amado que no fuera desobediente:
si le dices que se sien te, se levanta,
y aun viendo tu raz6n, la tornaba falsa.

2 iMalditos mozos, qué travesura la suya!


~De d6nde les viene ser tan torcidos?
iNo les preguntes! Déjalos ir a su gusto,
y olvidalos, que Dios no olvida.

3 No saben sino faltar en promesas,


tanto si dicen de mas coma de menos:
~quién es de ellos constante, quién complaciente?
Quien no es despegado, es moroso.

4 Piensas que esta lleno todo de favor,


hasta el punto de decir que nunca habla de des-
[pego,
cuando se trueca coma si nada hubiera,
y llegas a decir que nunca fue apegado.

5 Si le dices: «Pardiez, ~cuando dormimos?»,


te rehuye travieso siempre que 10 buscas,
y se te rie cuando la encuentras,
y marchas en zaga 2, sin lograr nada.

54
6 iPleites{a a vuestro senor ciento por cien!
AI-Wassgï es sultan, y vosotros, subditos;
en belleza y azucaradas maneras
vosotros reun{s la mengua, y él, las virtudes.

7 Tengo un amado, y ide gué c1ase por cierto!


Déjame de cuanto has visto: nada es dlo junto a
[aguél,
pues dlos todos no val en.
~Como ha de igualarse al jinete el peon?

8 Este, aungue hermoso, cumple con la gente;


jamas en su mente surgen maquinaciones;
nada adquiere si no de su dinero,
y si pierde un dirhem, gasta meticales '.

9 Cuando dice gue si, sabes que es sincero,


porque no es traidor ni falso,
ni pasa nunca patrana alguna,
ni con él reinan los intrigantes.

10 Magn:inimo de talante, muy e1ocuente,


la bondad le lIeva a la majestad:
senor es de gacelas "; los demas, remedo;
arrayan de contertulios, juez de reuniones.

11 Las gacdas 4 marchan ante él en corro,


esperando su orden, coma cautivos,
y si élles hace la menor sena,
en derredor se esparcen, coma pardales.

71

o Todo préstamo es devuelto; toda prenda, reinte-


[grada:
yo hacia Ibn Harndïn a C6rdoba me voy.

55
El reinado de miseria necesariamente acaba;
esta el pobre consumido y ni fuerza ya le queda:
10 ha dejado despojado un campeon de cuida-
[do 2;
iqué bien que partioJ 3.

2 iQué rostro el de mi dicha, riente, haciendo a\-


[borbo\as,
y coma marcha la negra 4 ante mi cojeando!
~Como cogio la costumbre de vestirse de re-
[vés s,
coma penso, pardiez, que se cumplirfa su voto?

3 Demasiado sufrio mi corazon su afrenta,


pues unD vino a tener por sino un cepo.
Cuando 10 vi empecé a decirle:
«Propasose la sierpe y sera arrancada» 6.

4 Dfjome: «y ~qué haras, 0 qué recurso tienes?


~V asa apartarme con la fuerza de tu brazo?»
Yole dije: «iQué va! Ha llegado tu final:
mue st ra, clero, tu pied ad 7, y asciende, 0 bien
[cae.»

5 Dfjome: «iComo te pones, cazcarria!


No es el ajedrez coma el juego dei cinquillo 8,
se ha subido el topo 9 a 10 alto dei huerto:
~De cuando aca suele salir de su agujero?»

6 Yo le dije: «Yeso que aun no has visto nada.


~Te parecerfa bien, hijo, que me quedara sin
[nada?
~No ves que a Cordoba voy
buscando la dicha, de sue rte acompai'lada?»

7 Dijome: «y ~qué haras en Cordoba, pardiez?»


Le dije: «Alli encontraré contra ti apoyo 10,

56
y veré dias de gloria y honor,
que no hay visir secretario mas abundante y
[magnifico.»

8 Dijome: «~Quién hara contigo tales prodigios?»


Dije yo: «Ibn f:lamdïn, el unico en honores,
sustenta de los presentes y solaz de los viajeros,
el que gana virtudes y colecciona.

9 Orbita de excelencia y elevada prez,


vision, opinion y voz por Dios apoyada,
honor heredado de padres y abuelos,
de quien no alcanzo a describir cuanto oigo.

10 Ha aliviado al Islam, lanzando el error sus ayes,


y quedando el derecho y la fe erguidos:
la falsedad marcho acompaiiada de pitos;
fugitiva salio, confusa y embozada.»

11 DfJome: «Ve ya, hermano, que aunque un tiem-


[po te segui,
ya esta a mana aquel de quien te ocultaba»
«Corte el Creador mis pasos si te busco,
que en ello no hay ventaja ni provision» Il.

12 iOh Abulqasim, monte de altezas,


soporte de la fe, senor de senores!
Vengo en busca de que mires mi estado,
que es tu excelencia abogado de quien no tiene.

13 iSi Dios te de jara verme correr,


zumbando el levante en mis oidos,
hecha la espalda de frio rayada tela,
y las mismas mangas del vestido listadas!

14 El poniente 12 es mi lecho; cobertor, el cierzo;


a veces delante, a veces tras m\,-

57
y ellebeche se me burla en la nuca,
pues llevo en la testa capirote de nieve.

15 Di a este chorlito 13; «~C6mo aplicarte senten-


[cia.~)
Poca es mi deuda vencida en estos dfas.
~Se me ha de oprimir en tierra de Islam,
siendo tu cadi que ejecutas y decides?

16 Por Dios, cadi, separame de aquélla 14,


que no la vea mas, ni sepa d6nde esta;
si la ponen presa, por siglos la olviden;
le haré pedorreta y saldré corriendo.

17 ~No crees oprobio, eminencia de honores,


que yo sea poeta, autor de zéjel y 11INwaiiaQ,
literato, secretario, y que sepa chascarrillos,
pero me quede tirado, coma peine de calvo?

18 Capaz soy en toda especialidad,


entendido, memori6n, redactor de documentos,
y, llegado el momento, te haré una mueca
que te harte de risa al verme.

19 ~Qué dia saldré a sentarme entre flores,


al..zaguan de mi casa, aIl( perfumado?
œor qué, sefiores, no llevo alto copete 15,
arrastrando cola y obrando a mi gusto?

20 Vivas siempre haciendo bien, en posici6n emi-


[nente,
frustrados los enemigos, los flancos custodiados,
cercano el deseo, hermosos los resultados,
en la cima de honores y elevada condici6n.

58
8 1

o iOh aquél a quien ver me da alegrfa!


Preciso mi carnero para degollar 2.

No he de quedar chasqueado suplicandote;


es caso, sin duda, en tu atenci6n escrito:
Dios no quiera ni tu magnificencia
que sea de ella mi nombre borrado.

2 Por terco que sea, por embestidor,


no ha de asustarme, pardiez, degollarlo;
es algo que harfa antes que cualquier carnicero,
pero no ha lugar de degollar.

3 Preciso me es la asadura arrancar,


corner asado de bofes 3,
hacer caldo de la cabecilla
y colgar cecina en mi azotea.

4 Tu que en mi esparces el cofre contente 4,


mientras te hago colhires con perlas tuyas 5,
~no agradezco al lograrte tus mercedes?
~Cmindo tendra la gente mi modo de loar?

5 ~Sabe por ventura alguien 10 que yo?


Tampoco son sus joyas como las mlas,
pues tiene saI mi elogiar:
ponme tu harina, que yo pondré la saI.

6 Ibn Mugl~, senor de senores,


tu eres mis cortijos; tu, mi riqueza;
y si quiere la fortuna combatirme,
tu eres mi espada yeres mi lanza.

7 iQué suerte la mla! Palmas bato,


y no temo cuita que a mi venga,

59
ni de tiempo alguno tirania,
pues en paz estoy con sus avatares.

9 1

o Tras decir que si, se arrepinti6:


no tiene ahora de mi dafio culpa.

Dijo que si, y luego dijo que no,


jurando que nunca me dijera tal,
y negando 10 que sabia: des de entonces
no crea al hermoso cuando dice si.

2 Luego me dijo, 10 que me supo peor:


«Cumpliré la promesa tal noche y cual»;
mas yo ya 10 he visto a promesas faltar:
antes que su promesa, mis dias se cumplinin.

3 Aqui estoy nadando en el mar de su desdén.


iNo te haga Dios miserable amante!
Pardiez, hermano, soy maltratado;
y él, que 10 hace, bien sabe que es opresor.

4 Deja a mi amado dar amor 0 cortar,


pues 10 unD y 10 otro serviran tal vez;
quiza vuelvan tiempos de satisfacci6n,
y limpiaras el descanso de esta zozobra.

5 Los modos de la fortuna han de mejorar;


veras el amor al olvido quebrar,
y el apego sentarse sobre el desdén,
que es condici6n dei gozo a la cuita azotar.

6 La esquivez habra huido ante el encuentro,


y la dicha, sucedido a la desgracia,

60
no quedando censor que temer:
a quien delate, déjalo hablar.

7 iCmintas noches pasé con la luna 2


en brazos desde el crepusculo al alba!
Se enmend6 mi mocedad tras la vejez,
y diéronme, tras indigencia, bien.

8 iQuién tuviera una alforja llena de oro,


y tinajas llenas de sangre de vid!
Que entrara quien viniese, comiera y bebiera,
siendo el vecino un viejo ciego y sordo.

9 No mencionéis al espfa 3, no 10 recordéis,


ni si cae en aprieto 10 ayudéis:
volved la cabeza y no 10 miréis,
que es mas feo que perder el favor.

10 iMande Dios contra mi espfa prisi6n,


ceguera, pobreza y longevidad!
Herniado, marica y judfo hagalo morir,
sin mas ardid a mano que insultar.

Il Cuando quiero que se marche, no se va,


produciendo alejamiento entre los amantes;
pena dan, por Dios, dos amantes y un espfa
que no quiere que vea camisa con alamares 4.

12 Todo el que llega dice: «Zejelero soy,


inspiradfsimo y sin igual,
como no sea metical sobre metical.»
iPobrecillol ~Cuando se van a acordar?

13 Luego te asombras, y no es para menos:


han juntado la ignorancia con la zafiedad;
y cuando hago correr corceles arabes,
arrancan conmigo burros de criar 5.

61
14 Quien no sirve ni sabe tratar,
quien lee una sura y se olvida diez,
codicia los ojos de la hermosa 6,
cuando la naturaleza rechaza su caletre sin
[mas 7.

IS Y, cual ves, ~qué hay en ello de particular?


Este mal es costumbre de antano:
Todos pretenden ser generosos
y competir en esplendidez con Ibn Zuhr.

16 La que es para mi absurdo e improbable,


mas cual quiere dice cada cual,
aumentando coma ves y exagerando,
pues no hay pena contra eI charlatan.

17 Visir de eminencia, pupila de la fortuna,


vestido dei peregrino en todo lugar,
dulce sabor en cualquier lengua,
estimulo dei alma y eIevaci6n dei afan,

18 ~crees que hay alguien, si no tu,


que pueda disputarte generosidad y eIevaci6n?
Pardiez que no, hermano, no hay tal;
par Dias la digo, juramento eI mayor.

19 Orbita de gloria, altura y prudencia;


tuyo es eI talento, eI brilla y el arrojo,
la entereza, y eI servir a eI dafiar;
tuya la sinceridad y la lealtad en eI pacto;

20 tuya la benevolencia, cuando ha lugar;


la largueza, que a otro no ha de calificar;
la distinci6n y eI eIogio, pasado y actua~
y donde haya huérfano, tu eres su padre y su
[th

62
21 Te enfrentas con fuerte brazo a las ocasiones,
condescendiendo cuando 10 permite el caso,
y barruntas los hechos antes de acontecer:
que se ha de emplumar la flecha antes de tirar.

22 Tu eres héroe a quien bien se Hama tal;


eres, cuando pesas, en la medida caba~
cuando prometes, no tienes dilacion,
generoso que_ 8

23 El que abarca todo tipo de expresion


y, compitiendo en las ciencias, se adelanta:
a veces toma el libro, a veces el sable,
y siempre que escribe atina su razon.

24 El que cuando de lejos ataca,


pica espuela y embraza el hierro,
hace siervos de los que nos buscan
y esclavas de las que alb6rbolas en nuestra con-
[tra hacfan 9.

25 Sevilla se gloria entre las tierras todas


y te ama, icon qué extremos de amor!
Por cima de tu honor no se alza mano,
ni hay pie en el carnino que polvo te levante.

26 Los que te buscan por amor 10 hacen,


y a ti va la gente regocijandose en ti.
iAy, nombrecito, coma te arnamos todos!
iGuardenos Dios este nombre!

27 Tu eres visir, hermano; los demas, canaHa;


quien se te enfrente ha de estar loco.
Si no te temieran, iqué errores habria!
Mas no osa el cuervo volar en sagrado.
63
28 Ves que por ti tus enemigos no abren ojo,
salvo los que son peores que ruina y deuda:
marchan despacio, orejigachos,
cojos, enfermos, cual bestias de leprosos 10.

29 Te visitarla, pero tengo mis motivos:


siempre que Bego me dicen que estas ocupado,
y yo soy coma dice el refran:
«Ten amor propio, aunque acarrees carb6n.»

30 ~Como tendré permanencia en mi honor sin ti?


Volveré, a ver si nos encontramos;
vaya, hombre, asf son las cos as:
quien mucha miel come, de cietto se empacha.

31 Hombre soy, coma ves, con piernas,


pichita 11, brazos y manos,
de rubia barba y ojos azules,
bebedor de agua para pasar atascos.

32 Hago muwaiiaqs, hago versos;


mi let ra es recta coma pan casero;
hago un {ad 12 hermoso coma hojaldre,
vocales pongo coma marcas.

33 Confunde la gente al torpe escriba


que lleva un cattapacio con tinta de lana:
recuerda los puntos, y olvida las letras,
hasta que se las pongas en un homoplato 13.

34 Le dicen: «Escribe a la ciudad de Aragon» 14,


y pone: «Lancémonos al grafion»,
y luego alarga a dos manos todo el niin 15
y hunde media pluma en el algodon.

35 Mi obra, hermano, es noble e inspirada:


estiro el zïi, mas no el rffid 111;
64
la voz peregrina a mi lengua obedece,
y el 11/NllIaiiah... 17

36 Y ves que si algo escribo,


esparzo magia y el meollo dei hablar;
sumo registros y toma cuentas,
y si me dicen: «~CUlintO?», 10 sé explicar.

37 Mas quiero, cuando voy a verte,


que no se me vede, pues otros entran.
~Tenemos, senor, en Espaèia sino a ti?
iHaga Dios caer las moradas de los demas!

38 Ah! esta ese zéjel en buen papel,


con pluma elegante y trazo gentil.
iQué galanteo y qué loa puse en él!
Pardiez, senores, que 10 bordé.

39 Mi coraz6n esta lIeno de gozo y alegria;


juro sin remisi6n que ahora disfruto.
Quien al verte no repose, oh visir,
déle Dios comez6n en los testiculos.

40 Y cuando yo, por algo que tema, vaya


a tu casa, que no me regaèien alli.
Desnudo estoy, ponme tu veste de gloria,
que la generosidad es gloria, y el honor, alimento.

4t Con toda lengua te elogiaré:


estos zéjeles son buenos, coma ves.
Tus siervos somos los Banu Quzman,
y tu eres coma eres: tu derecho es innegable.

42 Si Dios quiere vayas de alegria en alegria,


pues es felicidad la afabilidad dei amante 18,
y sufra tu enemigo, incluso en al-sawwaa/ l 9;
maldiga a Dios a quien no diga amén.
65
10 1

o He aqui 2 que te amo, no Laima 3, sino estrellita.

~Quién te quiere y muere por ti?


Si soy muerto, por tu causa sera,
que si dejarte pudiera mi corazon,
no urdiera esta coplilla.

2 T li, alocado, chiflado 4,


tan triste, tan penado 5,
~ves el dia cuan largo es?
Solo un bocado tomé en él.

3 Dije: «Juro por Dios grande


que ya no puedo con esto mas:
cuando voy a la Aljama Verde,
~tu has de ir al Pozo dei Chopillm> 6.

4 Tu eres gala de reuniones,


hermosa y a mas sagaz.
iAlgorfas tenddas de meticales
si te hiciera Dios lisiadal 7.

5 Todo amante esta de ti prendado,


toda la magia de Babel, en ti reunida;
de ti se escucha toda maravilla,
cuando dices una palabrilla.

6 De poma son tus pechitos;


de adargama, las mejillas;
de aljofar, los dientecillos,
y de azucar, la boquita.

7 Si ayunar a la gente vedaras


diciendo: «Oh gentes, sed infieles»,

66
hoy no habrfa en la mezquita
mas que atados con soguillas.

8 Mas dulce que el alfenique,


soy esclavo, tu, senor
soberano, y a quien 10 niegue
le daré un cogotacillo.

9 ~Hasta cuando este desdén?


~Hasta cuando tiranfas?
iHaga Dios de ti y de mf
en casa vacfa hacecillo!

11 1

o El quedarme sin vinillo es 10 que mas aborrezco:


es la peor maldici6n que cumpla en mf Dios,
[ipor Mahomal

El mundo es como ves: has por gozar tus dfas,


cada dfa y cada noche, sin dejarte de parrandas:
despachate en él a gusto antes que tu muerte
[venga.
~No te parece desgracia morir cu an do todos vi-
[ven?

2 Rato sin beber no tengo por hermoso ni gracioso:


~qué es un dia sin desvergüenza, qué es un dfa
[sin des caro?
No hay placer que me parezca, ni tranquilidad
[tampoco
sin que entre mis labios entre con vino borde
[de vaso.

3 iSi vieras en ml casa vasos y el vino en ellos


[verterse!

67
iQué amado, pardiez, si amara; qué bebida, si
[duraral
Basta que vengas y acabose: veré beber a Zo-
[raya 2,
recordaré bajo el frasco que estoy bajo Zoraya.

4 iQué vi no hay en mi casa y qué amorcito tengo!


Si hiciera Dios que me vieras y vieras a mi carino,
y el frasco lleno en la mano, y a la beldad en
[mis brazos,
en mi mana vieras luna, y otra luna entre mis
[brazos.

5 Diome Dios 10 que nego a otro mortaI:


coma esta gloria mfa no la hubo ni la habra;
tras tu reino, Salomon 3, no hay reino sino el
[mfo;
no mas fueron que yo los omeyas y abasfes.

6 Bebes, amor mfo, tu vaso, y el sopor cierra tus


[ojos,
cual cadenilla arrastrando, tenidas de lacre las
[mejillas.
Grftame: «Eres mi solo amado», y pondré en tu
[mano mil 4;
ea, ven, agota cuanto tengo, que te diré: «iV en-
[ga, vengal»

7 Si ahora me obedecieras, acabarfas mi tormento;


pronto tomarfas mi mano, y me darfas un beso;
sin costa pondrfas tu boca noche y dfa en la
[mfa;
de alegrfa mi corazon volarfa sobre las Pléyades.

8 Quiero decir 10 que he visto, puesto que debe


[ser dicho:

68
Eso que en la boca tienes, ~es
awcar disuelto 0
[qué es?
No quiera Dios, amigo, que me desdenes cuando
te vine, seca la boca, por una gotita de agua.

9 Mi argumento se acab6 cuando ella dijo: «Basta,


[pues)
~Qué quieres? 5 En mi situaci6n, ni luego, ni después.
Mira mis medias raidas, y el manto, falso alfaneque;
suelta mi cabellera, coma bandido en campina.

10 Dios mfo, alegra mi vida hasta hartarme de mis dias,


y entre mis hijos viva quien sea gran pillo y fornique,
que diga de mi y de él quien 10 vea y quien me vea:
«El hijo es tal coma el padre: de tal palo, tal astillaJ)

o iSaludos, saludos, enseguida vengo!


Preparad el bombo, tened el adufe a mano,
Ipardiez, que con los patillos 2 no se descuide na-
[die!
Si cabe un pandero, bueno sera el ai'iadido,
y la flauta, amigos, la flauta os da la vida.

2 Ponedle a Qurra 3 un velo terciado,


tafetanes vista, con todos sus alamares
y amuletos lleve de los de Babel.
iNo os durmais, pardiez, que bien os conozco!

3 Parado esta el nistico 4, imoved esos corros!


y al que falle nota, icogotazo al canto!

69
Zuhra, Maryam, 'A'isa, ~do estais? iMoveos!
iHaced alborbolas, putillas s, por Aquél que os
[gu{a!

4 Hacedle al cadi de almohadones si lIa,


pues he de agasajarle, sien do de mi clase.
Muchacho, iqué magia! aal puede ser humano?
Veamos cuantos, pardiez, ~donde se metio Qun-
[bar? 6.

5 Esté la espada dispuesta y los cinturones,


un blanco turbante y un bermejo velo.
En los arabes 7 mi escarmiento se habra de ver.
iPreparad la camella, preparad al hebreo! 7

(, ~Qué te parece el soldado qué el viejillo cas ca-


7,
[do 7
con el mosqueador a mano, 10 que, pardiez, se le
[excusa?
~y la eleg{a que hace, moqueando entre sus que-
[jas,
que as{ se es capa siempre, estando entre vuestras
[manos?

7 iEsta es magia superior! Quien no se acuesta, en-


[ferma.
iZape, perro blanco; zape, perro blanco!
Enroscad los rabos y echaos en la cuadra,
que manana os alzaréis e iréis de caza 8.

8 A todos os quiero: queredme, por Mahoma;


sin vosotros no gozo, ni sin m{ vosotros;
si algo me ocurriera, todos me 1I0rarfais,
y si algo os pas ara, yo os Borada.

70
o Tengo un amado alto, blanco, rubio.
~Has visto de noche la luna? Pues él brilla mas.

Me dejo el traidor y luego vino


a verme y saber mis nuevas:
tapé mi boca, callé mi lengua,
fue refutacion 2 de mi opinion.

2 iQué dulce es este amor y qué amargo!


iQué feo el abandono, qué afrentoso!
iQué triste es ser amante y qué alegre!
œor qué falta abandon an al pobre amante?

3 Me gustas, Wasqï, justo 0 injusto;


veme ante ti coma ante juez;
sé engreido, cede, abandona, disparata;
ten 0 no clemencia, sé turbio 0 diafano.

4 Dos seres me irritan: delator y censor


pues tal no ex pele boca sensata;
vano es a mis o{dos \0 que digan:
sea Dios testigo, si 10 repiten.

5 Y 0 no sabia cuan suyo soy;


al abrir la puerta y yo encontrarlo,
«iDios grande!», dije, hermano, al verlo,
coma ha de decir quien ve el creciente 3.

6 Dos fiestas hay en el ano con que cuento.


~Como he de olvidarte, querido, mi hijo,
si entre tus labios esta mi gusto?
~Es saliva, pardiez, 0 agua y arucar?

7 Oyeme, amigo, que salud tengas:


quiero que aprendas a escribir y entiendas,

71
que seas sabio, habil y aprovechado,
como Abiï Yiïnus 4, loado y mentado.

8 Pues como él a 10 sumo vendrfas a ser:


~quién de la gente tiene todas sus virtudes?
De él dice la gente y verdad dicen:
~(De cepa indostano 5, pulido, acerado.»

9 La mitad bastara de su saber de zuna;


pardiez, que no falla su tajante mente;
sabe de literatura la mejor parte,
de historia sabe 10 mas granado.

10 De las gentes sabe 10 mas peregrino,


de cbsas entiende con saber probado;
si cuenta un relato, es claro y certero;
si escribe, pone en 10 escrito alj6far.

Il Es de su gente caudillo; de nobles, prez;


compararlo con otro no es justo,
que no es 10 mismo mediano que eminente,
ni se puede echar atras al que esta por delante.

12 Se deshacen los envidiosos por todo esto.


~Quién soltara 10 que at6 su gloria?
La fortuna rezonga diciéndole:
«Quien desaf!a la corriente, morira 6 en su
[seno.»

13 No se adquiere eminencia as! como as!,


ni as! logra el pajaro SJ.lS espigas:
quien no lleva trigo, no tiene tumo 7;
quien anda sin luz, en ropa tropieza.

14 A todos vence del todo unD B;


quien con él corre, le queda en zaga,
72
pues como él no ha de ser, pardiez,
si no es el ac6nito 9 como la verdura.

15 Tras todo esto. oye mis palabras:


Por Dios, cuidado, no olvides mi fe;
el portador de la carta te dara recuerdos
cumplidos, sin mengua y no rebajados.

14 1

o Mi amor prometi6me y falt6:


~qué dai'io cumplir le hiciera?

Déjale en mi desdén gozar,


darme en la cara con el zapato,
pues creo que sin pasi6n no queda
sino quien tiene una mente obtusa.

2 Haz conmigo 10 que te parezca,


que con beldad no hay reproche,
tormento ai'iade al tormento;
de jando me sé tirano y abusador.

3 A mi padre y madre insulta,


mis palabras interrompe
y mete, cuando te enfades,
mano y tira de mi robia barba.

4 Le juré por mi pasi6n


y me dijo: «~Mi desdén te inquieta?
Mas sincero, pardiez, parecfas,
antes de irritarte y jurar.

5 No se acepta de amante juramento;


dime, si fuera sincero todo el que jura,
73
no ida entonces ladron, pardiez,
sin su alcoran bajo el brazo.

6 Somos, coma ves, muchachos


hechos de vanidad y descaro:
quien ama a beldad se humilla,
aunque sea Ibn al-Abbar al-Abnaf.»

7 Su mérito es conocido;
su fortuna, en loas gastada;
si ante él se sienta un cuitado,
su cuita ya esta disipada.

8 De la gente el mas perfecto en donosura,


mas dulce que todo azucar;
quien no se envuelve en am bar,
tornase zafio reprobado.

9 Su gloria la ven los ciegos,


su mana mas que agua fluye;
perplejo entre dos estoy,
si es nube 0 es mano.

10 Mundo para él significa


solo pobres que remediar:
si en el Rfo 2 mana metiera,
pardiez que este ano creciera.

11 2Quién habla de crecida total?


Sus obras son mas notables,
que la riada arrastra y derrumba,
y éste construye y da techo.

12 Visir, oh senor, te considero,


con otro vida no tengo;
«vida» 3 en tu mejilla trueco,
cambiando el orden de letras 3.

74
13 Quien ve esa escudilla 4 ha dicha:
Ibn Quzman Mul:mnmad,
libre esta ya tu rescate,
y aherrojada tu miseria.

14 Tus acciones conocidas


no son solo tus palabras;
tus virtudes naturales son,
y no casa forzada.

15 Tu enemigo no escape al oprobio,


la misma muerte le venga
mas pronto que cage el gato al raton
que de un anaquel resbala.

15 1

o Desde que me desdena, no saluda cuando la en-


[cuentro.
~Qué me importar{a su desdén, si no la amara?

iQué pesares me ha dada Dias con este amor!


Para el amor de beldades no hay medicina;
tanto les da si les ruegas coma si no,
pues con el amante no tienen piedad ni temor de
[Dias.

2 Diffciles son de caracter, iDios me libre de tales!


No se apiadan de quien los ama, aunque la vean
[penar,
ni saben cuanto sufre ni qué sien te,
hasta que le hacen probar la que ellos dieron.

3 Nada concede sino des plante y pesaro


uno no alcanza union sin a en el deseo;
75
mas nadie tuvo la dicha que yo
cuando en suenos 10 beso 0 abrazo.

4 Ahora voy a olvidar, hallar de esta cuita reposo,


y ocuparme de mi interés coma es debido,
volviendo al amor de los cuartos y deI oro,
sin torturarme por si los amores vienen 0 van.

5 Loaré a prfncipes_ 2 de la fe coma Ibn Faraj,


claro ingenio en las Cuestiones 3 y argumentos
[decisivos,
gran memoria y honradez, sin empacho dilo,
y en dificultades tan habil y entendido.

6 iQué pronto en dadivas, qué generosas sus ma-


[nos!
La esplendidez se ha hecho deber para él:
deI dinero s610 ama que se 10 pidan,
ni disfruta sino gastandolo.

7 LIamalo visir mayor 4, 0 llamalo alfaquf:


si pruebas, hallaras toda loada prenda en él.
No se engafie en AbU: Bakr quien le busque pa-
[rang6n,
pues no he de creer a quien diga que 10 hay.

8 Para alabarte no tengo sino donaire, no mas:


la uva exprimf y cuidé hasta hacerse vino;
con mi dulce lengua acicalo las palabras,
y limo sus bordes afinandolos con nobleza.

9 iQué hermoso verso compongo y qué original!


Si otro 10 recita mal donde yo 10 oigo,
y en mi zéjeI mete algo inapropiado,
me niego entonces y exclamo: <<ÏFuego 10 queme!»

76
o Cuando llegue sma/ 2
alentaré: si es mi sino,
[nos veremos.
iQué blanca, oh manana, me pareces! iQué radian-
[te!

Quien de estas uvas come racimo prevarica;


loable me parece solo beber eI culpable vino.
Ya no queda licor dei que otrora hubo;
a la luz clarea otra vez: mete eI brazo y alcanzalo,
que si llega a caer en mi mano, no 10 soltaré.

2 iQué hermoso es tu amor, Quzman! Si se intere-


[sara,
poco seria su precio mil meticales, si viniera.
Lleva cendal granada 3 bajo la camisa;
encima, fino brocado, ihermoso esplendor!
Si vierais a la dei cendal, enloqueceriais.

3 Ibn al-Bayyant, mas liberal que las nubes,


de tus dadivosas manos éstas aprendieron largue-
[za:
tal dicen en este mundo todos;
a quien te busca en un apuro, socorres con tu
[propiedad,
pues quieres y amas a quien te pide.

4 Si en la casa liarina pones, se sigue 10 demas,


y esas cosas solo quiero tras la saciedad;
pascua es y no tengo harina ni dinero,
preciso harina y dinero que gastar;
por mi gusto, si pudiera, ahogaria a esta miseria.

5 Para zéjeI el m{o, no te cui des: viento es 10 de-


[mas,

77
pues liso y limpio la hallas en arreglo y correc-
[cion.
Su xarja es de un muwassal; de Ibn Baqi:
«La gacela corto el viento, acosada por los gal-
[gos,
pero a mi solo me apena mi tesoro no alcanza-
[do» 4

o iEsencia de majestad, gloria de al-Andahis! 2


Estando bajo tu égida no me quejaré de mal.

Mi amiga es la fortuna, quiéralo ella 0 no,


y veo mis alegdas renovarse sin cesar;
cada noche una fiesta, cada noche una alegda,
esperanzas desvelando, camo si un novio fuera.

2 La dicha me ha visitado, coma debia hacer,


y luego me ha concedido cuanto podia querer;
me ha venido la esperanza rien do de contento,
y se han ido los disgustos con su semblante
[adusto.

3 No mas vedos corriendo y disponerse a huir,


logrando mi libertad de opresores avatares,
me subi en mi fortuna, que se dejo cabalgar,
tras haber pasado anos sin de jar de resistir.

4 No te es desconocido: el camo sabdas decir,


pues estas excelencias vien en de raiz,
y ello todo se debe a tu alcurnia principal:
sin cimiento no se tiene ninguna construccion.

5 iLucero de virtudes, pupila de la fortuna,


de quien a mi me llega tanto excelente favor!
78
~v es
qué dulce es a la lengua tu mencion?
Es mas dulce para el alma que el pastel.

6 En honor perdures y en grandeza sin final,


y no halle tu enemigo consuelo en su pesaro
Los astros son coma noche donde sois las est re-
[llas,
vuestros afanes, orientes donde sois soles.

7 Alanceen mi corazon, pardiez, si te olvido, her-


[mano.
Tu eres mi vida, solo me alegro en ti;
cuando quiero solaz, solazo mi vista en ti,
pues viéndote delante me acuerdo deI nqyruz 3.

18 1

o Gasté en casorio y holgué,


pero hastiado 10 dejé.

Dios me ahorra su jaqueca:


nunca mas 10 trataré,
pues es feo de natural;
de sus cuitas harto vi.

2 ~Qué es esta ceguera en quien ojos ha?


No te seduzcan buenas carnes y hermosura,
que un candil de dos bocas llevan:
iPobre de quien del trasero el aceite ha de sacar!

3 Trampa es para tus caudales:


-<<iQué bonito tapiz tienes!»
-«Si es bonito, mas no tuyo,
~qué te alegra que la casa alfombren?»

79
4 Dime, pardiez, amigo mio:
«Como tomaste, 10 habras de dejar.»
Pues yo ahora mismo me vuelvo.
y luego, ~quién me hara tornar?

5 Me dijo: «Si quieres largarte,


~la retienes 2, 0 con qué ha de contar?
~Haces repudio?» Dije: «Si haré».
-«~Lo has decidido?» 1--. «Asi es.»

6 «Tendra 10 bueno y bas tante, y su pension,


cual debe quien se divorcia hacer.»
Viendo a Ibn Mugï!, la justicia ves;
cuanto él me diga que dé, yo daré.

7 Cuanto hace el alfaqui Abu Yunus


es 10 mas cierto, genuino y rruz:
ni el elocuente Sal:Dan 4, ni Quss S,
aventajaron a éste que ahora nombré.

8 La Mudawwana 6 de memoria sabe,


sin fin es su saber de zuna.
Presume, pues tienes de qué,
hermano, pardiez, no has dejado conf{n 7.

9 Bien nacido, noble de acciones,


gala de jovenes reuniones.
iParabién por tu altura y tus virtudes,
pues, juntando todo bien, jubilo causas!

o Al mercadillo irfa corriendo ahora mismo


si supiera que podia comprar.
80
Pardiez, sefiores, que es vestido de postin;
perfecto el talle; las hechuras, anchas,
sin que tenga rozadura ni desgarron,
que reciente aun tenia un vi sir en su cajon.

2 Dije: «Por esta joya, 2cwinto he de pagar?»


Me dijeron: «Un buen metical maravedi,
mas una casida 0 un muwassal{» 2.
«Luego te daré noticias mias»

3 Mira, hermano, si sabes 10 que quiero:


la tienda deI duefio tiene cierre nuevo,
y portal que de lejos se ve.
2Que en qué pienso? Pelliza, mi arreglo eres 3.

4 Cosas de la fortuna, cuitas dei magin.


Terminado el calor, ya no mas 10 recordé,
hasta ver a la esclava, Zad al-Mal 4,
extender la lana y guardar el (abarl S.

5 Trajo la mesa y acerco el candil,


poniéndome un poco de mu~alla~ 6,
y dijo: «Sefior, ha traido el mayoral
unos duraznillos y granada zafarf.»

6 iPor qué pruebas tiene uno que pasar!


Antes de mirar granada 0 melocoton,
apresurate a mirarte, que desnudo estas.
No niego: sabido y entendido esta.

7 Si vieras mi casa, es una leonera,


con huesecillos, estaca y cadena;
yo echado y la testa en un «déjame ya»,
erizandome el pelo el viento al soplar.

8 Tai no quiero 7, hermano, sino la lana en tapiz


y varios almohadones encima ademas,

81
trayéndoseme el jugo de cordera anal 8,
y refrescandome con jazmin sucotrino 9.

9 Mi decir es magia, amo a los discretos


coma odio a zafios e ignorantes;
en el zéjel rey soy de los peritos,
pero nunca pruebo carne vacuna.

10 Y, no teniendo qué hacer,


ni un redondo metical que gastar,
te mando esta cart a, Ibn Fulfal Hl;
toma y lee, que se deja leer.

11 La prenda barata a tal precio es;


ea, mandame ahora que vaya a pagar;
toma, ten en garantfa este pape~
no me olvide, que el futura no sé.

12 Te dirfa «deseo», pero 10 sabes mejor;


no tendras mas remedio que pagar,
si, por Dios, y no quiero jurar,
no sea que perdamos El y yo la amistad.

13 Prométeme sueldo, tenme por servidor;


venga, deprisa, aprende mi canci6n:
«Don te cedo» Il es «toma» en aljamia;
di «habedlo» 11, y habré ganado mi boIsa.

14 Ve, si Dios quiere, de gozo en dicha,


goza de amigo, de envidioso enojo;
tu, nombrado; él, preterido 12,
teniendo tu en casa de doblas mont6n 13.

15 Siempre, ya antes que el primer dinera dieras,


10 que en ti vela agradabame ver:
cuanto de ti he dicho y elogiado,
d6blelo Dios a la luz de mis ojos.
82
20 \

o iQué mujer, senores, vive en la vecindad!


Mas, ~camo abordaria, siendo la del vecino?

Meterme con vecina no tengo yo a bien,


ni esta bien que a él por la calle esple:
la mujer capta la menor senal,
y ~qué pasa si me insulta a gritos?

2 0 si va al marido diciendo: «Norabuena,


ven a ver al vecino que te insulta en tu hogar.»
El otro dir/a: «~Tal contigo osa?
iCuarenta poet as hoy voy a matar\»

3 Se arremanga, sale al zaguan,


mete mano a una tranca,
y yo, viendo que no la deja quieta,
vuelo, y no alcanza de ml polvareda.

4 0 bien, prudente, si viene a ml


y me reprocha y me recrimina:
yo me avergüenzo y quedo mal,
me 10 echa en cara y muestra mi rahez.

5 De mi honradez y orgullo, ~qué seria?


y 0 soy virtuoso, hombre de bien;
mas yo mismo dos enemigos me har/a,
cos as, hermano, que de mi gusto no son.

6 A vecina no miro sino cual hermana:


aunque estuviera yo amortajado 2
y se me echara de noche 2 encima,
ni asl qui siera que me quitara el sudario 2.

7 De cuanto has ofdo ni una letra es verdad,


no, pardiez, y ahora soy mas sincero,
83
y aunque al punto me veas quebrarme al jurar,
ya bien conoces mis chanzas y bromas.

8 ~No dicen que hasta un pelo de algo sirve,


que un ano u otro se vera y probani?
Para escarmentarla s610 fue creada la mujer:
en este asunto has de usar ardid.

9 A veces es ella la que me procura,


me hace el gusto y en mi se esmera:
si tal caza, senores, en mi mano cae,
dejo mi temor y voy a 10 que conviene.

10 Su mari do esta ocupado en el zoco:


se va de manana, iDios no 10 traiga!
Quien ve el azucar, probarlo quiere;
10 que el ojo muestra, el paladar 2 me pide.

11 iQué tormento, senores, domina al hombre!


La gente va de trastada en trastada;
cuanto mas viejos, mas crios nos hacemos:
de vino, una braza; de amores, los burJadores.

12 En amor se pas an los agraces pronto,


para el cuIto y leido especialmente:
«La de las cejas y rasgados ojos,
si en casa te viera, paraiso viera.

13 Cuando sales, siempre te espero;


feliz aquel que te visite 0 visites»
«Deja, Ibn Quzman, que me abraso con tu fue-
[go.»
«Homo soy, no hay duda de que te abraso»

14 Rubio con morena, iquédate, no te vayas!


Tu y yo somos iguales, mejor no hay:
si presumes de tu negra cabellera,
~qué tal son mis rubios aladares?

84
15 Dios hizo que todo saliera bien:
puesto el cepo, cayo el ave.
iSolos ambos en la casa, sin mas!
2No fue justo soportar y esperar?

16 «2Por qué coloquias? 2Te agrada hablarme?


Ea, la Luna a quedarme me obliga 1;
levantate, venga, y hazme la cama,
que tengo sueno; ya he velado 4 bastante.»

17 Dijome luego: «Dormitorio quiero,


mas no veo en él cobertor que me tape»
y 0 dije: «Ahora escribo de mi puno esquela
por la que vendra un cobertor nuevo.»

18 «Si no esta alli Al)mad el Dorado s,


cubrid mi gasto un sultani adelantado 6
de los mejores, bien acunado:
tantos me dio, que estoy acostumbrado.»

19 Tomé dos cuartillas, las aderecé,


empecé a escribir versos seguidos de zéjel,
10 arreglé, plegué y felicité:
isi vieras mi afin, mi capacidad!

20 Alcéme al punto, sa\{ con mi zéjel,


a nadie empleé, sino vine a pie.
iTan, tan! «2Quién es?» -«Yo», saludome:
«Quédate, toma asiento» (me hizo honores).

21 Dijome: «2Qué es de ti? Me tenias preocupado».


Dfjele: «Hermano, todo esta ocurriome».
El dijo: «2Qué se me da a mi de esa historia?
En ella son licitos mi oro y mi plata.»

22 «Ahora te mando cobertor y mas;


vete y no tropieces, sino en almohada.»

85
Este es, hermano, el senorio mas fino:
ae viste apreciar cuanto 10 necesitaba?

23 Mas éste es asunto que qued6 resuelto 7,

largo discurso bien explicado:


escucha ahora 10 que dije en su loa;
voy a leértelo, que te satisfara.

24 Abulqasim conoce gramatica depurada;


preg\intale 10 que quieras si a tal viniste;
él cumple cualquier cosa que diga;
es servi cial y justo, a rectitud inc1inado.

25 De sincero acento, fiel en promesas,


al poeta regala y agasaja encima;
todo 10 bue no sabe, nadie 10 negara;
brilla como la Luna entre las estrellas.

26 Cuando habla, nadie le vence;


A vern pace 8 ante él escolar parece;
sabe hadices 9 de los mas peregrinos,
basados en Muslim y en al-Buxari 10.

27 Al ver a un amigo en estrechez


recurre a ardides de todo tipa,
dan dole a la miseria trescientos palos,
presa en seguida y a columna atada.

28 Si alegre te ve, se goza en tu gozo;


si preocupado, del casa se ocupa;
si oye tus ayes, viene a visitarte
y te reza: «Dio s, mi amparo» 11.

29 Su siervo este ana seré y el siguiente,


y ello por su largueza, que no gratis:
aunque peregrinar a pie me pidiera,
êestaria bien discutirle 10 que fuera?

86
21 l

o Volvf a la solterfa: por vida, fue acierto,


no me he de casar hasta encanecer el cuervo 2.

Arrepentido estoy, ya no quiero casorio,


ni desvelamiento 3, ni novia con diadema 4;
no mas me sujeto que a jugar con copas,
dormir fuera, corner y beber.

2 Pasi6n fue a la que no he de volver;


a quien me 10 nombre, con la tranca iré.
Id, llevadselo a cristianos y judfos,
o a loco afectado por un par de piedras 5.

3 Es cosa que nunca a discreto se le ocurri6 6,

y que de antafio evitan los sabios:


un poeta casado es gran desdoro;
pardiez, no podni ser poeta acertado.

4 iDéjame, hermano, que es la cuita mayor,


e hfzome ver estrellas en pleno dia 7!
iQué noches en que tragué veneno
y en la boca saliva me lleg6 a faltar!

5 Por recordar a Alifa 8 me insultaba luego:


no bastaban los celas, sino ademas insultas;
pero ese nombre yo no he de de jar
hasta el dia en que con tierra me cubran.

6 Faz redonda 9 por la que a gritos me muero,


du\ce par el que lanzas aguantarfa,
hermosas tenidas son sus manas 10,
y hermosas también si el tinte se va.

7 En sus rayas se aHana todo afan.


iQué ciudad donde el Sol es Façllll,

87
y la Luna incluso es primor de telar!
Ibn al-Ab ras en aprietos sea valedor.

8 Pagarâme el alquiler y coma éste mil,


y aunque se tratara de comprar la casilla;
si en la gente se busca coma Abullyasan,
en cien ciudades no se hallara.

9 Es de amable figura y agradable aspecto:


todo cuanto tiene es hermoso al mentar;
con decir que es de buena presencia
se indica su elevada alcurnia.

10 Con sus palabras te sobra corner y cenar:


los otros y yo callamos cuando va a empezar,
y los que de enemigos a buscarle van,
luego se separan de él coma amigos ya.

Il Hay en su caracter cuanto es peregrino:


leer, escribir, let ras y caballerosidad;
maravillas obra en la discusion,
y no hay libro de que no sea transmisor.

12 Y luego, ademâs de estas cos as,


sabe poesfas, historia y refranes,
tiene buen beber y es hombre de miel:
iDios aumente su lustre y mi justa gratitud!

13 Dame, visir, que Dios te dé salvacion;


mis palabras ya ves coma quedan;
en ti espero, coma en ti es natural,
pues nunca nadie que te pidio quedo frustrado.

14 Esta tarde iré a verte a Jaén,


que es cosa buena visitar a hermanos,
aunque coma ya viste, hombre, pardiez,
hermano, temo al perro guardiân 12.

88
15 Lo sabes: desde que salto y me ataco,
mie nt ras ladraba y querfa morder,
y yo buscaba una pied ra dando tiempo,
coma quien bajo la ropa solto un pedo.

16 ~No dedais que nunca ladra a un vecino,


y que perro que no acude se siente en deshon-
[ra?
De él me hablabais constantemente,
mas yo digo que mi vista perro no ha de atis-
[bar.

17 Dios le perdone: no le he de reprochar;


con un mendrugo en la mana iré a él
y, cuando me vea delante, se 10 pondré:
no me habrâ exigido sino el portazgo.

22 1

o Doy hast a la ropa y gasto mi dinero


en el vino afiejo.

Nunca se me seca el bigote,


para mi es coma obligacion;
quien diga que estoy arrepentido,
es algo que nunca se me ocurrio.

2 ~Cambiar mi talante con penitencias?


No, hermano, poco yale quien tal hace;
mira y verâs que es ignorancia...
Iba a decir algo que es mejor callac.

3 Tiende tu diestra al frasco,


y si te dicen los que censuran:
«~Esto es 10 que haces, Fulano?»
Diles: «Si, esta es 10 que hago.»

89
4 S610 el inexperto terne al alfaqu!;
yo ni 10 respeto, ni me escondo de é~
de la madre del abstemio hagan cecina 2,
aunque esté frente a mi Aigacel 3.

5 iAy, mi cuerpo, de todos el mas sutil!


La gracia de Iraq tiene, las maneras de Bagdad;
pero dando al envidioso brega,
es mas recio que legua carninera 4,

6 Toda la vida abatido no me han de ver,


siempre preocupado, cuando Dios provee,
endeudado S, pues mucho es mi gasto ya:
êhe de apurarme estando ah! Dios y az-Zajja:l1?

7 Mocedad del estado eres tu, oh visir;


tu lote, el mas elevado, no coma los demas,
hasta el punto de decir todos: «Por Dios,
hermano, tiene éste modelo 6 superior.»

8 Ansio tus favores tan renombrados,


de lengua de todos tan alabados,
y aunque nunca he visto tu figura,
al verte colmaré mis esperanzas.

9 Sabes de medicina al menos montones,


con 10 que a la gente quit as su mal;
de literatura todo, y de todo sabes
de 10 mejor: no tienes igual 7.

10 Haces versos, sabes poesia,


sabes refranes, escribes historia,
con una mente ardiente cuai fuego
que a mi me parece avanzar coma agua.

11 Otras ciencias que no éstas sabes ademas:


eres aifaquf consultado en controversias,
90
sabedor des de que el invierno empieza
de si altos 0 bajos seran los precios.

12 Cada vez estoy mas aturdido 8 y cuitado,


con harina cada dia a cargas enteras 9;
telaranas tiene el embudo,
y en mi cedazo anid6 el rat6n.

13 En blanca camisa sentado, pardiez, estoy,


en mi casa escondido 10 coma en prisi6n:
mandame un buen vestido que ponerme,
pues es deber que se me regale.

14 Saludado eres: icrezca tu fortuna,


el amor de tus amigos y el fin de los envidiosos,
mientras gloria haya el loado y se digan versos,
y mientras por la tierra mis zéjeles vayan!

23 1

o Los bellos dias son dei disoluto condici6n:


iEI cono de la madre del que ejerce profesi6n!

Nunca me ausento dei vasa y eI frasco,


ni tengo otro capital que eI ser torcido;
herido, aturdido 2 verasme si se quita
de mi cuello eI collar dei descaro.

2 Al ver la bote lIa en la mana que invita,


para ebriedad, entonces, la mia:
aunque soy respetable y sensato,
bebo y me acude la picardia.

3 En el cielo estamos con esta uvilla


de la que un tarin 3 vale cada granillo;
91
no he de quedarme yo sin vinillo,
teniendo cuartos en el pafiuelo.

4 Me acerco al visir doquiero 10 halle,


mas del asceta 4 me alzo y corro,
pues a gentes que no beban
no me acerco yo a los tales.

5 Voy a hacerme alfaqui vinatero;


no seria el turbante mas galano:
no llevaré bonete, sino cascabeles 5;
verisme ayer gallo y hoy cogujada 6.

6 Al volver de mi afiacea,
no he de donde pagar el alquiler
de la casa en que resido:
Abu ]a'far, a ti 10 pido.

7 Visir, mi amigo, que eres mi vecino,


.pues esta tu casa junto a la mia,
por tal mediador me decido,
pues ~qué medianero mas eficaz seria?

8 De su boca recogense preciosas perlas,


por él soy honrado en todo lugar:
vergüenza jamas oida seria
que me de jaras en tal perdicion.

9 Dios te ha dado prendas acabadas,


nunca tu boca profiere maldades,
Yal:IYà b. Yal:Iyà 7 es tu tio,
y I:fatim 8, tu hermano de leche.

10 iQué hermoso este jardin tuyol


Hasta en sus paredes relumbran tus rayos
y, sentados contigo los amigos de tarde,
eres entre ellos coma una vela.

92
11 Bello es mi decir. ~He de faltar en tertulia?
~Por qué me envi di an los de mi oficio?
Mas bien debieran a mi venir;
justo es que me acaten, obedientes.

12 No he cambiado de fortuna: icuan mal me va!


De antano me viene la torcedura;
del oro escoge y dame un dob16n,
por Mahoma, no vayas a ser moroso.

24 1

o Quien lleve traje celeste de telares de Almerfa,


no puede llevar capote que no sea verde pistacho.

Quisiera ganar capote que fuera de mi elecci6n;


pienso en algo de ocasi6n y no quiero nada
[nuevo,
mas 10 quiero delicado y hermoso coma es mi
[gusto:
pardiez, traemelo de balde, que no 10 quiero
[comprado.

2 Que estén limpios los bordados, y la cauda, en


[buen estado,
que esté la borla bien hecha y con hermoso tra-
[bajo,
y que un lado no agarrote por delante al otro
[lado,
de modo que, al yo soltarlos, no me queden
[igualados.

3 Aparta de mi los cortos, pues es alta mi estatura,


y sé qué hacer con los largos, mas no tiene
[arreglo el corto;

93
que esté el estofado hecho con una buena cos-
[tura:
nada hay que yo mas odie que las costuras mal
[hechas.

4 Fuese el corredor del zoco de maiiana a la al-


[moneda:
«~Acaso tenéis capote bueno, cumplido y usa-
[do?»
Pero trajome chapuzas 2 que nada me apetecfan,
diciendo: «No hallé otros en toda la alcaiceda.»

5 Los desplegaba y abda: yo escogia los desgracia-


[dos,
y en tanto nos peleabamos coma en la guerra
[de Diil;ùs 3,
vi a un guapo moreno que a mi lado se sentaba:
«Maestro -cUjo--, Dios te guarde», y yo devol-
[vi el cumplido.

6 Dijo: «Aqui tengo un capote con todo cuanto tu


[pides,
visir, que si otro fueras, no 10 lograras, por
[vida.»
Yole dije: «Si rebajas tu ganancia, te 10 com-
[pro.»
y él dijo: «Quise decirte que te )0 cloy de rega-
[10.»

7 Di6melo, volvi6 la espalda y dej6me estupefacto,


y en corro los mercaderes desde sus tiendas mi-
[raban.
~Qué decir si tanto daba hablar 0 quedar calla-
[do?
A nadie llamen rumboso, que éste a todos los
[supera.

94
8 Ibn al-FaraQi hay muchos, mas él es el mas hon-
[rado;
si en esto se le reprocha, nadie creera el repro-
[che,
pues ha escrito en los doblones: «Deber es por
[fuerza dar»;
tan s610 come y se viste, y 10 demas 10 reparte.

9 Quien 10 busca en un aprieto, busca su felici-


[dad,
y quien alcanza a alabarlo, ha alcanzado su pro-
[p6sito,
pues tiene por uso cumplir 10 que quiera que
[prometa,
cuando otras muchas promesas suelen quedar
[incumplidas.

10 Enhorabuena, Abu 'Alï, por estas loas y glorias:


11I11111aisa4 y zéjel haga, soy secretario y poeta;
mete mano, alma de Dios, por mi vida, a los di-
[nares,
que tu morabito fuera yo sL 4.

11 Del zéjel me he hecho sultan, en él alzando es-


[tandarte;
todos me hacen elogios, y elogiarme es merecido,
que es mi zéjel recio y bello, y en cambio son
los de otros obra de Job 5, y sus rimas, ni recias
[ni primo rosas.

25 1

o Dicen que me he arrepentido y mi condici6n tro-


[cado:
mienten con respecto a mi, de 10 que dicen no
[hay nada.

95
«La boca tiene tapada, y la diestra, atajada.»
iPero si ayer tarde mismo, juntos en la bodega,
corro hicimos unos diez,
con diez copas, cada uno con la suya!

2 En vinillo se me van los adarmes y doblones,


pues 10 que tiene valor nunca es caro de com-
[prar;
mi mas seria ocupacion es el descoco no mas,
aunque otros, supongo, tendran otra preocupa-
[cion.

3 Mis palabras son notadas, y mis versos, recogl-


[dos,
cuando los oye alguien 0 son por alguien lefdos;
perla peregrina soy en mi hechicerfa,
coma 10 es en sus gracias Abu: Sulayman Ibn
[Ubayy.

4 Hablote de Rabi', el blanco, el rubicundo,


el que lIeva turban te, el de hermoso aspecto,
el de buenas costumbres, dulce coma azucar,
el de noble ciencia, agente 2 de su largueza.

26 1

o Ojos por Dios creados hermosos ojos,


cuando mejor esta uno 10 lien ais de heridas.

Mis ojos me han puesto en largo casa con vos:


se que jan de ojos negros, 2qué mal hay en su co-
(lor?
Mi indiscrecion me la hizo, imaldita indiscre-
[cion!
iQué no haffa de m{ mismo, si no me delatara!

96
2 Sembrasteis en mi coraz6n opini6n que qued6
[sembrada,
didendo: «Por mucho que huyas, habras de caeo>;
coraz6n, atente a 10 honrado, deja este riesgo;
son mis ojos de Dios obra, que no lanzas.

3 De tu vida no queda sino escaso tiempo;


cuidado, que por saltar vaguada no caigas en
[charca;
alas te veo batir, como queriendo volar.
~No temes quedar desplumado, las alas desguar-
[neddas?

4 Dios diome largo desdén y uni6n breve,


hartas jaquecas sufre quien mi bandera sigue 2.
Ya habras senti do a quién sabes aludir no quiero.
jAy, ay! A la gente da jaqueca mi continuo gritar.

5 Senores, quien ama es pescado y poco a poco


[asado J;
cuando mas se le pone al fuego, mas crudo se
[halla.
Ni muerto ni vivo estoy (que coma a tal se me
[trate) 4;
bienaventurado aquel que, una vez muerto, des-
[cansa.

o Tono se me da un amado hermoso, elegante y


[dulce:
magia es su belleza, jsi cediera un poco!

Pero es un engrefdo. ~Quién puede palpar su


[pelo?

97
èQuién abrazar su pecho, quién su boca besar?
Siente que me muero, mas resiste 10 que siento,
sin que le abrase mi fuego ni queme mi quema-
[dura.

2 iCwintas veces le dije: «Querido, basta de tono y


[desdén;
èmatas a quien te quiere, no te compadeces de
[él?»;
mas me dijo, itanto en él hace el descaro!:
«Muerto me places mas, porque vivo no te quie-
[ro.»

3 Dios con amor le otorgo dones que son muchos,


los hermosos cabe él dicen: «Tu mandas, senor»;
cual astros son junto a brillante luna,
iqué seduccion, qué hermosura, gué hermosura de
[mozot

4 Fuerte es mi anhelo por quien amo y por el oro:


tantos como mis versos, viejos y nuevos,
doblones quisiera en ~ mana tener,
o cualla majestad de 'Amir ibn Ubayy 2.

5 El cual es inteligente y de presencia hermosa,


sin que en sus méritos tenga sustituto ni paran-
[gon,
pues el hallarle igual ya es de 10 mas singular,
no pudiendo nadie ser coma él 0 cercano.

6 Famoso en su senorfo, de alta alcurnia,


torre dei visirato, jurisprudencia y let ras;
aIabalo, que poco elogio vecas inmotivado:
la generosidad de tus manos te ha ganado este
[elogio.

7 Esta lengua m{a ha dicho y ha explicado,

98
haciendo junto al elogio, como ves, alguna bro-
[ma,
cosas que sueien los que elogian mencionar;
pero, por btevedad, dejaremos esta parte.

8 Quien mis palabras oiga, c:cosa mala pensani?


Todos en sus obras las mlas imitan.
Fuerza es que con el chivo haya cabras y cabri-
[tos,
para que pueda aquél ser cabron 3 de su rebaflo.

9 Con todo poet a estoy en batalla,


pues en estas rimas causan graves destrozos,
atacando sus gemas y quebrando los aflazmes,
pues caen sobre mis palabras como algara en el
[botin.

28 1

o Para holgorios solo el rio los sauces, el verde y


2,

[la sombra,
que la hermosa y yo bebamos, mientras los paja-
[ros cantan.

Hoy hay una fiesta en las huertas que no temo


[alguien describa:
vete a ver el rio adornado de muchachas y man-
[cebas,
que del agua han hecho ropas y del cabello alma-
[Iafas,
llevando por velos lunas: a porfia hermosura vie-
[ras.

2 El Golfo 3 es mas divertido, abundante y apro-


[piado:

99
si ail{ entras preocupado, cesan todas las cuitas,
y si quieres ahora ver la espesura, sube,
entra en el cortijo 4 y bebe, ent6nate, canta y re-
[lincha.

3 Temo que te parezca que te he olvidado: oye,


estâs en mi coraz6n grabado, no has de temer,
[amigo,
que el mejor plato es de miel 5, mas para el final
[se deja:
del rio he hecho los platos, y de ti, postre de
[miel.

4 La divin a majestad te dio, honr6, prefiri6 y mâs


[dara:
eres sultân de tu tiempo; tus siervos, las beldades
[todas;
todo el que te ve te ama, todo el que te ve te
(quiere:
cuantos ves son tus siervos, nombra y depOn a
[quien quieras.

5 Por el Creador, ni Riçlwan 6en el cielo estos as-


[tros viera;
el alba, celosa de tu hermosura, se enoja, ipobre!,
[cenuda,
de ella la luna se asombra, y a tu luz se ocu1t6 el
[so.1,
y viendo Harut 7 tus ojos, huy6 al punto corriendo.

o Apuro el vasa que me lIen a Zuhra:


mi suerte son frasco y amada.
100
Estoy sentado entre mi amor y el vi no,
une es carino, bebida es otro,
y ha cumplido el hado mi anhelo,
logrando yo en la belleza Zuhra mis deseos.

2 Hiri6 con sus ojos un coraz6n sensible:


en él todos vieron la huella hecha;
dijeron que de punal, dijeron que de navaja;
otros, de cuchillo; otros, que de faca.

3 Dijéronme: «Maestro, ven a casa con nosotros,


bebe, embriagate, duerme con belleza.»
y 0 a tales cosas accedo,
y pronto me acojo antes de cambiar de idea.

4 Licor gualda, mi amor y mi senor,


mi gozo, mi alegrfa, médico de mi mal,
néctar, vino, bebida dorada,
anejo, generoso, mosto 2.

5 Oportuno me parece ya acabar,


pues debe retirarse quien ha errado,
habiendo algo mas util y honorable:
mejor me estara alabar a Ibn 'U days 3.

6 El ahri6 a gobernadores la ruta deI gobierno,


y no digo que fueran ignorantes,
pero en él hallan apano el Tesoro,
y los subditos, si, y los mandatarios.

30 1

o Mi amor esta en un lugar, y yo en otro,


lejos de quien pudiera oirme.
101
Si no fuera por amor de qui en sabes,
no arderia, ni seria insultado,
suplicando e invocando pactos.
Pues ~qué habria de obligarme y llevarme 2
a suplicar 0 a invocar?

2 Me admiro de algunos amantes


que un beso en la boca les basta.
No son tales mis maneras
ni principios, ni tal apruebo,
sino pasi6n de asno 3; huele 4 y monta.

3 Son cual sabes mis picardias,


sin las que no paso instante,
pues si entre los hombres hay
quien es pederasta 0 fornicador,
yo ambas cualidades tengo.

4 En mi arte soy inspirado,


mi verso es gema reunida;
mi zéjel, para Ibn Ubayy guardo,
es engaste de magia quzmani,
magia que al sediento sacia.

5 El junta nobleza y fortuna,


buenas palabras y hazafias;
pregunta, si respuesta quieres;
él quiere ser generoso y quiere
oir de mi 10 que escucha.

6 Sabe mi condici6n el corcel:


bajo él retorno 5 a la liza,
ajustandome 6 en todo a su natural;
corro coma una flecha si me 10 pide,
y me paro cuando él 10 hace.

102
7 Oro, tu eres amado;
siempre deseé tu union;
contigo alcanzo mi anhelo:
icomo te ansio, qué pasion!.
iqué acorde y sometimiento!

8 iOh aquel a quien bien conozco!


Tu dinero mis versos domina,
y empleo mi vida en tu loa,
pues no gusto de perder loas,
aunque te plazca que otros luego tal
[hagan 6.
9 Hablaré en su loa cuanto pueda,
pediré cuanto oro tiene:
la nave que en el agua corre,
si de oro le llenan las entrafias,
inmovil queda en el sitio.

31 1

o Coloquia, amado, conmigo cu:- ltO puedas,


y sirveme, amigo, hasta emborracharme.

Incita a tu néctar a los contertulios,


quiebra los nudillos de los dedos del copero 2;
no me quitéis mi vaso, al girar la ronda,
pues quien mi copa salta quiere matarme.
Mas me ha saltado: iqué mal agüero! 3.

2 Adoro, aunque es mi caracter callar,


a un mozo, el mas hermoso de cuantos hay,
tres de cuyos rasgos en las gacelas vi:
moreno, ojos negros almendrados, iay, qué mo-
[renol
y iqué diestro, pardiez, en cal:tt_t:.,a m~
103
3 Dfjele, al ver su esquivez de mi:
«~Prevenci6n tal vez me tien es, 0 desconfias?»
y dijo, empezando a reirse de mi:
«œor qué? Lenador fui; cuidate tu,
que yo ni sé que estas ahi» 4.

4 No he de aceptar 10 que esta mal;


todo menos morir tengo por llevadero.
El amante es coma el mar que, irritado, mata:
saI del paso de las olas, no alardees,
icorre, da, da, a tierra ya!

5 Senor, ayudame, desahoga mi pecho


y da fuerza a mi mente, que yo conozca.
~C6mo podra aventar quien no ha viento?
Si Tu ayudas a quien algo se propone,
los conceptos domina y se impone.

6 De antiguo es mentada la largueza de I;Jatim 5,


pero el nuestro nuevo es mejor y mas liberal;
«si» y «amén» 6 dice cuando le piden;
~a qué reunir los doblones para ahorrarlos?
El no lamenta 10 que gasta en loas.

7 Acabo, nada mas hay tras este elogio;


tu, a quien he alabado, cumple y haz;
no imites a otros que pierden loas.
Por la perla mas cara y mayor,
mas paga el mejor conocedor.

8 Es para mi Ibn Sa'iida la mas Fausta criatura:


ciencia, senorfo, largueza y fortuna.
iAlzate, ansia mla de oro, que no te han de
[echar;
corre, tu rostro tapa, guardate de parecer,
y albricias, pardiez, mas no te has de volver!

104
9 Si 10 ves en la calle, te admiraras;
a veces a pie, otras a caballo va:
en él la hermosura manda y se regodea,
y en reuniones y juntas no se le ve,
sin que destaque de quicn 10 rodea.

10 Letras lees, y de ellas eres flor,


admirable es tu dominio 7 de los escritos,
y ajustas asistes con secretarios:
iqué saber el tuyo que en libro se torna,
quédese en pliegos 0 sea encuadernado!

11 Si no me hubiera ocupado de la loa que hago,


anadiera al galanteo dos versos 0 mas 8,
pero prefiero la loa de Ijatim:
tal hacen los arrieros, seglin es fama,
que cargan cuando les place el hogar 9.

o iQué uni6n, si durara, seria!


Ayudadme y tendré paciencia,
amantes.

Tu que entiendes, recuerda


las palabras del censor;
todas ellas son fais as,
pues el espia, el delator,
son los que ponen en pie
el mal.

2 iAy del tiempo ya pasado


en que irritaba a envidiosos!
Dias como fiestas he visto,
luego en suenos convertidos,

105
en pasmo, cuando se recuerdan
yen mudez.

3 Siempre fui enamoradizo,


cuando de mozo creda:
~qué podia preferir
a los besos en la boca,
con gusto coma de azucar,
al probar?

4 Mas dejemos ese arte:


alaba tu mismo a quien
te es mejor procurar.
No has de preguntar quién es,
que es demasiado notorio
por doquier.

5 El buen consejero, alamin,


brillante coma lampara,
el puro, el fragante,
de risa y sonrisa lleno,
el del hermoso talante
y costumbres.

6 ~Qué ha de decir el poeta?


~No es un ilustre sol?
En su perfumada loa
se hicieron estas estrofas
en collar.

7 Si alcanzo mi deseo,
10 diré en ultima estrofa.
~Por qué no he de cantar:
«La generosidad y el favor
son de Ibn 'Abdalbarr
Abïi Isljiq»?

106
o Penas, corazon, por 10 sucedido;
mas, sUfraslo 0 no, bastete 10 que paso.

Se enojo tu amado, con otro va;


a ti te rechaza, y se va a aquél;
pardiez, que hiciste buena compra,
pero ha resultado vana su validez.

2 De noche no duermo, ni puedo parar,


la cuita continua me quita la vida.
2Como he de estar bien, si el cefio frunces?
Pardiez, que no veo 2 nada bueno.

3 Dijo el poeta: «Hoy afios ha


que no se acepta juramento de mujer»
iFuera, malvadas, inconstantes!
y nada de ello es calumnia.

4 Besais la mano de quien os da,


y ni os volvéis al que nada tiene;
corréis al que mucho tiene:
par eso os llaman mulas de alquiler.

5 Todo 10 bueno ha de tener un pero,


no escapando a un fallo, cuando el tiempo pasa:
la navaja se embota y amolandola se arregla,
y el palo quebrado se puede pegar con cola.

6 Maravilla es que cuanto existe


sea de algtin modo imperfecto,
sin que haya perfecto como es debido,
sino el hombre mas liberal, al-Bayyanï.

7 Suaves palabras, corazon amable,


mente aguda, favor, liberalidad.
107
Tu que, imitandolo 3, quieres mandar,
haz ante todos espejo de tu moraL

B Generoso es, par Dias y par el Profeta,


no se oculta esta a los que entienden:
mi lengua es sin ce ra y sabe la que dice,
y, queriendo juzgar, la que sabe dice.

9 iC6mo te desean mis ojos y mi coraz6n!


iQué pia tu pecha! iTu mana, qué liberal!
~Qué puedo imaginar para elogiarte?
Las erres se han acabado, no me queda ni una 4.

34 1

o A quien, hastiado, me desdena,


dejo yo antes que me humilIe.

Si en conformidad me acoge,
mas luego cambia y termina,
también mi coraz6n tiene caprichos,
y coma at6, me desata.

2 No es mi caracter sufrir afrenta,


y, aun estando en las delicias
cuando say de alguno amigo,
la say mientras él me estima.

3 Pardiez, que es la humillaci6n casa


vedada a mis ojos de contemplar:
say libre y no seré esclavo
que honre a quien no me honra.

4 Quien viste en la afrenta azache


y gusta de dulce coma de acerbo,

108
sin tftulo recibir 2 ni estima,
es por cierto de baja laya.

5 Pocos hay coma AbU: 'Abdarralman,


cuyas obras son hermosas,
y la miseria, tendida y muerta,
le grita: «Me has muerto, Xalid»

6 Nunca a nadie frunce el cei'io,


su mana es mas liberal que todas,
pues dice a quien va a buscarlo:
«Alégrate, si a mi vien es»

7 Fiesta es el dia en que te visito,.


y a cada momento la dicha, nueva:
veo a las desgracias mirar de lejos,
sin atreverse a tocarme.

B Al verte, mi anhelo veo,


mientras tu vivas, viviré yo:
si este elogio te alegra,
alégrame tu liberalidad.

9 Soy de todos envidiado:


«Fulano -dicen- es amo del sitio;
tiene un tesoro, hallo una mina»,
y tu eres mi mina y mi tesoro.

10 Tu mérito entre la gente no ha parangon,


de tu riqueza constantemente se espera;
por el Profeta, no anules mi juramento 3,
sigue cual me has habituado.

11 Quiero darte una noticia buena:


Te he hecho un zéjel sin par;
mi corazon te dice que dara mas si tu das,
pues tu rostro liberal me gufa.
109
12 Hablé en anhelo y con esperanza,
y saliome un zéjel coma de miel.
Ni una sola abeja hay
que no me diga: «Toma, bésame.»

35 1

o ~Cuando, cuita mia, cesaras par acaso?


~Qué es este abandono, hijo mlo 2, 'Ali?

Tu amor me ha atormentado, oh inconstante,


porque tu me de jas, mas él no;
no sé que decir mientras 3 mi cuita dure,
pues solo un amante me disculpara.

2 Sefiores, aunque nadie se apiada,


no sé la que es suefio cuando es de noche,
pues acaba el dia y le sigue otro
con nueva cuita que hace olvidar la anterior.

3 Pardiez, no es mi amor condescendiente,


pues le dije: «Quiero tus besos»,
y me dijo: «Ve pronto, corre en mulo,
busca una almena para arrojarte.»

4 No puedo, querido Wasqi, pasar sin ti;


eres sultan de blancos y rubios;
tu mejilla sin tener luna brilla,
y resplandece sin alhajas tu cuello.

5 Para que el amante resulte grato


requiere camisa blanca y zapatos limpios,
lavada testa y amable disposicion:
nada hay peor que un amante basurero.

110
6 Pero mis zéjeles son casa grande,
coma un doblon es cada estrofa,
y yo say tan inspirado coma es liberal
tan solo AbU: IsJ:iiq Ibn al-Maw~ll.

7 Vi sir de todos que a la vista place,


noble, puro, de intachable honor,
ilustre gloria que mas alta no hay:
otros no alcanzan tales alturas.

8 Toda mengua, mas tu largueza aumenta,


porque es tu caracter, aunque no quieras,
dinero gastas en gratitud nueva,
pues aborreces la que es ya vieja.

9 Ante ti no es noble mas que quien la es,


nada tomas que no sea escogido;
da la que pide al que dice bien.
~Qué excusa tien es, tan rico tu?

10 De broma a de vera s, digo a mi sabor


palabras select as, conceptos en raudal;
say inspirado en loas y en madrigal,
que en cualquier lino corre mi huso.

11 Mas no participa de esta época


sino en zozobras y en delgadez,
pues, pardiez, hermano, si me pesaran,
en m{ no hallarian una libra especiera 4.

12 Sigue la carest{a y el tiempo seco;


este ana ya no .tenemos arreglo;
venderé la litera y dejaré la cuadra:
~cuanto, senores, valdd mi litera?

13 ~Qué puedo inventar, con qué curarme?


Me echaré al hombro el marraI:

111
«Un mendrugo, por Dios, si al Profeta amais»,
y ojala algUn viandante me 10 dé.

14 Por Dios, que si en respuesta me llega un do-


[blon,
vestido y zap~tos me voy a quitar,
desde el zoco de bestias corriendo desnudo
hasta el mausoleo de Mazdalï 5.

36 1

o Boca pequenita y dulce saliva,


cielo garantizado para quien la besa.

œor qué el amado engreido me abandona,


por qué habla de quebrar mi corazon?
Humillado estoy, senores y ihasta qué punto
su boca y hermosos ojos me humillaron!

2 Humano es mi amigo, a quien yo quiero;


mas, al verIo, mi color cambia 2,
y logra sus fines en cuanto me pide:
si me pidiera los ojos, me los sacarfa.

3 iOh aquél a quien viendo es gozo mi vida!


Abu I:falawa 3 debieras llamarte;
la manera con que te cimbreas,
luna mia, no creo la tengan las ramas.

4 De mananita mi amigo, ya he dicho cwH,


me dijo: «Muchacho, ~qué criatura de mi te prote-
[ge?»
y dije: «iSenor mio, por vida de Ibn Ubayy,
perdona a tu siervo y no 10 mates!»

112
5 Dfjome: «Me has conjurado con glorioso nombre;
aunque me hubieras hecho un cahiz de faitas,
su menci6n me es mas cara que oro acendrado,
y si enviara a por mi coraz6n, se 10 enviaria.

6 Muchos se llaman asi, ~qué Ibn Ubayy es ése?»


Dije: «El hijo dei gran visir,
eI dei almohad6n y eI tapiz 4 dei emir.»
dijo: «Si, ése es, no 10 desconozco.»

7 El es clemente y respetable asaz,


y su mente, si pruebas, es cabal:
nunca cede a cualquier viento,
y esta por encima dei alto as-Simak 5.

8 Dijo de sus excelencias parte de 10 debido;


medidas son, seftores, estas palabras con oro;
dijo verdad, no minti6 eI muchacho
dei principio de su loa a su final.

37 1

o En mi volviera si me visitara eI dei cabello partido.

~Cuando veré esperanza como la que vi?


Dulce boca, no digas de azucar ni de miel:
besar a la esposa no es saber de besos dulces,
que s610 dei amado valen besos y abrazos.

2 Labios tiene que seria largo ponderar,


pues responden al anheIo, al deseo y la eIecci6n,
comparables en verdad a la grana y al granado,
y en realidad parecidos a cornalina.

113
3 Bebi a tu salud, que es para mi logro de anhelo,
me arremangué 2 para bailar segun el compas,
y mientras todos iban a rezar a Dios, me puse,
entre la copa y el jarro, borracho como una cuba.

4 Con mi zéjel alabo a los mejores, como es debido,


como Ibn Jurj que da, cuando le digo «dame»,
y solo le pido el adorado, el oro
... 3 divagacion sobre la harina.

5 Ante mi extiendo tu elogio: ~puedo dejarlo? 4.


Bendito sea quien te dio, mas tu da 5;
Dios no quiera, pues ~que harfa?, que te vea
de viaje cuando mi estado quiebre 6. •

6 Quien quiera ser como él, arreglado esta;


solo Abu Ja'far es sol y adorno de la ciudad:
no quieras parecértele tu ni nadie mas,
que no es su trama por fina tan quebradiza.

7 iQué hermoso, seilores, qué bueno este zéjel!


Al recitarlo sale de mi boca almizcle:
si en un lugar 10 leen dara al enemigo pesar
y sera obvio el gozo y asentimiento del amigo.

38 1

o A qUlen es como Ibn Tasufin se debe llamar


[emir:
tras él el califato ha vuelto a existir 2.

iBendiga Dios a su gente 3 estos dias!


Vengan ailos, pas ados algunos,
en que El los haga sultanes del Islam 4,
ayudandoles, pues El es excelente ayudador.
114
2 Me agradan, en verdad, sobremanera,
su eIogio esta en boca de todo orador,
y yo también con ahfnco amo,
y mucho quiero a quien quiero.

3 Sultan es éste, 10 que se dice sultan,


que gobierna con la zuna y eI alcoran;
con su talento no se compara eI diablo:
eI talento ante él piérdese y se asombra.

4 Es senor de Africa, senor de al-Andahis,


pero no soberbio, ni de rostro adusto:
le ruegas tirandole deI albornoz,
ah6rrate medianero y embajador.

5 Y es tal su sagacidad y penetraci6n,


que ocurre tal cual te dice que ocurrira.
Son sus palabras suaves como algod6n;
mas sus conceptos, como acerado hierro.

6 Hijo deI emir Abii Ya'qiib,


Dios te ha querido y por eso eres querido:
icuantas veces perdonas cuanto te ofenden,
aunque podrias, sin du da, castigar!

7 Hablo por 10 que sé y por 10 que he ofdo;


sé que socorriste a la fe deI Profeta,
y la afianzaste cuando se deshada,
no quedandole ya sino poco.

8 Dios premie 5 a quien debeI6 al infieI,


haciéndole ver estrellas en pleno dia,
con tropas numerosas, un as tras otras,
y cortantes espadas que volaban cabezas!

9 iQué dia, cuando fue la humanidad convocada


y ocurri6 a los cristianos 10 que ocurri6!
115
No 10 vi yo, pues aun estaba en los testfculos
[de mi padre 6
mas me cont6 el casa quien 10 vivi6.

10 iQué mala 7 embriaguez, qué juego perverso!


callaba el combate, gritaba el acero;
no me repitas tal narraci6n,
que esta noche en la cama me mearé.

Il Alzaronse de mafiana el vierne s,


y allf juntaron carnes y lanzas:
temprana fue la muerte para aquellas aImas,
aunque siempre parezca madrugadora.

12 Alli 10 vieras con estandarte y adarga,


pasar de la esgrima al alanceamiento 8,
dando cuantos golpes se requer/a,
sin dar reposo a la espada ni volverse.

13 S610 vefas infieles heridos,


yéndoseles el alma, que no esta mal,
y bajando, en marcha de mal agüero,
al infierno do fueron, iatroz destino!

14 iMas les valdrian benignas maneras!


Quien en guerra nos busc6, guerra encontr6:
ves a muslimes ir, leones entre leones,
y cual cerdo tras cerdo a los cristianos.

15 La catastrofe por doquier 10 acompafi6 9;


iba entre ellos, perplejo ya;
saHa de charca, cala en torrente,
y de poniente 10 daba en viento glacial.

16 Si sigue la Peninsula poblada


es gracias a Dios y al astro de Lamtüna:
116
que vivas mucho, sin fatiga ni pena,
que es la clicha no turbada.

17 Dios hizo a todos hennoso favor,


dando paso a préspera vida;
estamos felices y bien cobijados,
las muchas gracias se le quedan cortas.

18 Dorado estado con su gloria erigié,


y a cambio de riquezas elogio corn pré.
Te quiere al-AndalUs y también yo;
no crea que en ti falle 10 esperado.

19 Quien te ama mâs y mâs,


mucho mâs cabal que naclie,
es Ibn l;Iamdin, dulce coma la miel,
noble principal, hijo de principales,

20 que en glorias se empena,


y encuentra barata la loa cara,
que si fueran los generosos camisa,
él seria hombrera y vuelos Il.

21 Tiene una faz que el plenilunio am a,


dedos donde andan las nubes 12,
un porte del que seria largo hablar,
y virtudes de larga relacién.

22 A su respeto honra el respeto,


fluyen sus dotes coma rfos;
su nobleza es punto central,
mercancfa sin la que es pobre el rico.

23 Nobleza dei estado, senor de gacelas 13,


nobleza de ofdas y atestiguada,
hombre de hombres, prez de los tiempos,
mocedad del pafs, adorno del clan.

117
24 Como te ama y te tiene ley,
a ti s610 fue y se dirigi6,
hallando en ti, mas que 10 habituaI,
honores y especial consideraci6n.

25 Ambos tratasteis de cosas


que convienen al mundo y a la fe:
decisi6n tomaron en que nos va la vida,
estrategia cual no viose mas sagaz.

26 Tu eres (Abu) 14 Ja'far de quien se habla,


y 10 oido en todo casa se ve,
que has reunido eminendas y dotes
incomparables y sin parang6n.

27 Precedes a los nobles y a la gente dei pafs,


habiéndote a todos adelantado:
cuando tu altura con otros comparo,
estoy ligando a la plata estano.

28 Corre tu nombre por las ciudades,


necio es quien dice que con otros se vive,
mas falso en palabras que timador 15,
de acentos mas embusteros que prisionero.

29 Se resiente el envidioso al verIo:


di, pues: «Me amparo en el Senor de la Auro-
[ra» 16,
que el Profeta dijo ser dertos magia y mal de
[oio,
y todo sastre pena en los vuelos 17.

30 El qui siera ser hermoso coma tu,


e incluso se te enfrenta mas de dos veces;
en entrambos brazos se hiciera sangria,
aunque muriese en la operaci6n 18.
118
31 Tu fuiste a ver a tu emir con toda clicha,
10 que trae consecuencias, coma ves,
y es que hasta el generoso que nunca celos sin-
[tiô,
los ha de sentir ante una cosa asi.

32 Alcanzaras 10 que tu eminencia te prometiô,


que quien visitaste es hombre de opiniôn,
y el enemigo que le cuenta infundios 19
habra de troer tonada mejor.

33 iPardiez, pardiez, cômo unD se inquieta!


iOjalâ no existieran distancias, maldita sea!
Un convite haré, juntando a los amigos,
el dia en que (nos llegue la buena nueva) 20.

34 Me veras afanoso y con grandes aires


cabalgar entre la apretada muchedumbre,
con prebendas y una casa de habices 21:
por ti los muros encalaré.

35 No puedo pensar en mi nueva situaciôn


sin que llegue a mi oido augurio de bien:
<<f'elicidad», «Venga ya, que eres feliZ»,
«Bienhadado», «Ven ya, prosperidad».

36 En paz descanse quien ya partiô,


Dios tenga al puro Abulqasim,
gobernador de musulmanes y juez de jueces:
duro dia aquel en que 10 perdimos.

37 iCuantas veces amparô a esta Penfnsula!


En casos dificiles con él contabamos,
y en los pleitos mas enrevesados
tenia ideas como brillante lâmpara.

119
38 Es peregrino que con él nunca hubo mal,
ni llegaron cristianos a al-Andahis,
ni se alzaron los jinetes de Sus 22,
ni hubo en Almerfa malogrado intento 23,

39 Al punta sabfa el canicter de la gente,


como si por aiios su amigo fuera;
desde que no regfs los Banu I;Iamdin,
talento y sentido cayeron al pozo.

40 Que sigas alegre, tu anhelo logrado,


vien do poder y gloria llegarse a ti,
mientras cesen tinieblas al brillar la luna,
lleve el alfaquf bon ete y turbante el visir.

39 1

o Por tu astro, oh principal, puede el Islam respi-


[rar:
ialargue Dios estos dfas!

Eres una gracia, hermano, pocos hay coma tu;


la salvacion te acompaiia, la tropa de Dios te
[ayuda:
cuando el turban te te sueltas, acero en mano,
y a la mesnada atacas, las manos se les vuelven
[mangas 2.

2 Pocas prendas tienen otros, pocos se te parecen;


eres de las tribus prez, pues sois la mejor tribu
y habéis reunido virtudes, una tras otra,
junto a precioso linaje, de tfos por ambas ramas.

3 Hay pureza en tu honor, agudeza en tu mente;


el emirato te quiere, el principado te ama;
120
tu sabes administrar, de tu raz6n es el tacto,
y mandes 0 no mandes, tu vetas y confirmas.

4 Has puesto entre mi y la muerte distancia,


cuando veia con mis ojos mala senal,
iqué pesar y quebranto mios, qué me acontecfal
En villan a situaci6n era de pies hollado.

5 Toda acci6n se me aplicaba, toda acta se levantaba,


lejos de cuanto ansiaba, en honda câreel confinado,
reos veia de crucifixiqn y a los aherrojados,
solo, sin compaiifa, no dejado del sopl6n 3.

6 Si amigos venian, no los dejaban entrar;


cuando la puerta se abria, veia con horror al cor-
[chete;
entre ladr6n y facineroso, y si por acaso oia
ruido del careelero, deshariase el coraz6n de un
[campe6n.

7 iPor Quien te hizo compadeeerme y darme bue-


[nos vestidos,
poniendo en mis manos bien es a montones!
Tengo en poco a la gente al compararte con ella.
~C6mo puedo comparar, si embrujas entendi-
[mientos?

40 1

o Viaja 0 quédate, haz 10 que quieras,


en Fausto momento, con astro feliz.

~Te vas, agel/id, por tedio 0 enfado?


En tormento de jas los corazones de los amigos.

121
iQué vista tu alcazar tiene y la juventud en él,
y qué triste se queda cuando lejos estas!

2 iQué hermoso creees, arrayan dei alcazar,


con frescas ramas y verdes hojas!
iQué fino tu aroma, qué grato a la vista!
~Tu primera belleza quieres recobrar?

3 Volve ra, sefior, y tu a tu mocedad,


y alcanzaras de tu deseo el colmo dei anhelo:
también tu coma aquél creceras y volvenis,
y 10 cortaran de nuevo y aun brotara.

4 A ti, sultan, te dio mucho Dios:


inteligencia certera y gran poder;
digo: «Dios aumente tu valfa, emiv)
Pardiez, ya no sé qué desear.

5 Cuando al cristiano en los llanos te vas,


extienden los brazos y tiran las armas
nuevas y bruiiidas, sin hacer heridas:
falta es de corazones, sefiores, no dei metal.

6 Cabezas, troncos y brazos caen:


cuando mejor estaban se hicieron piltrafa;
la hueste se marcha y las fieras llegan
a corner 10 que pueden y cargar para acecinar.

7 Bravo, listo, casto, generoso y facundo,


trata al injusto seglin obr6:
duro con 10 falso, facil con la raz6n,
no es parcial con el discreto, ni al necio abruma.

8 Seiior, ~soy
inspirado 0 qué crees?
~Cuanto valdrfa si estuviera en venta?
Mi palabra es lisa, mi mente cual espejo;
bien esta, pardiez, di que soy bueno.

122
9 Si llega enero 2 y se cumple mi voluntad,
he de ponerme mis mejores galas,
dar un con vite e invitar a los vecinos:
bastete enero, que fiesta haré de él.

41 1

o Tensa estaba la cuerda, y luego al fin se quebro:


solo a Dios gracias doy y a Ibn Sayr MutJtm-
[mad.

Acusacion fue de muerte la que me hizo Ibn al-


[Muna~f:
de hipocres{a me hizo reo y como hereje me
2
[juzgo;
~no te parece iniseria que me ajusticiaran 3
o ver con mis ojos espada desnuda para des ca-
[bezarme?

2 Nunca, por vida, se viera a un cadi hacer tales


[cosas,
colodndome al lado de ladrones y asesinos.
iQué larga, pardiez, la noche que pasaba preocu-
[pado!
~Otra noche le sumaban, 0 es que ella se alarga-
[ba? 4

3 iCuanta desgracia se ve en esa maldita carcel!


iComo ha sufrido tu siervo de todo sayon casti-
[go!
A fe que tal casa es para mi casa de cuitas 5;
grave fue mi situacion, amenazado de muerte.
4 Un carcelero 6 sin blandura de Islam su entrafta,
me puso a la pierna grillos y luego aftadio un
[adobe;
123
cuando me fui a mover, empez6 la dificultad:
nunca viérase poet a aherrojado hast a el mismo
[talle.

5 Dfjele cuando lleg6, dispuesto a atormentarme,


metiendo mi pierna dentro, queriendo poner los
[clavos:
«~Qué es esta pena, hermano? ~No habni. otra
[menor?
~A un mastil se la pones 0 a la barra del ti-
[mon?»

6 iMaldita faenitaJ Y aun bien que no 10 creyeron,


que de piedras me cubrieran si alguien diera
[testimonio;
de zoco en zoco iba el patituerto diciendo:
«Quien servir quiera al cadi, vaya y dé tes timo-
[nio.»

7 Ellos no sabian qué hacer, ni si era el casa se-


[guro,
cuando vino aquél que, hablando, diga cual diga
[no calla,
diciendo: «Enseguida, huye, escapa, deprisa,
piérdete, deprisa, pronto, saI sin mas dilaci6n.»

8 Ibn Quzman, callate, que estas mejor que antano,


pues tienes en quien esperar y en quien apoyarte;
pierde el ano 10 infausto al decirle «pasadm>,
yves 10 fausto venir cuando él dijo «deprisa».

9 MuJ:nmmad Ibn Sayr, amado de todo sultan


que alargaste mi vida, ya llegado su fin,
mientras sagrado se respete y sean poblados los
[paises,
quien esté Dios ... 7

124
10 De todo senor y amor eres tu amo y senor,
su dicha, su gloria, su alborozo 8 y fiesta;
10 que tu no quieres, por mi padre 9, no 10 quiero.
nombra y dep6n a quien quieras, suelta y ata t~
[placer.
Il Cual Luna son mis palabras, que aqul y alla es
[observada
y, cuando se constata 10, aumenta tu alegda y
[gozo,
pues las veo circulando y hallo que esto sa1i6 de
[aquello,
pues 10 amado y todo 10 bello marcha y vuelve
[a ml.

o ~Cuando te veré y sanaré de mi nostalgia?


Si me tuvieras piedad, mejor voluntad me ten-
[ddas.

El amor todo es jaqueca de que él puede librar:


cae el coraz6n y se alza, sufriendo su mengua.
Tu que pones un velo a toda la juventud,
mejillas coma amapolas, bellas sin adorno,
ese radiante rostro los espejos te envidian.

2 Digo hermosas palabras que agradan a mis ami-


[gos,
a nadie dio la fortuna 10 que a ml;
respondo a quien me pregunta mi condici6n:
«~Quieres la verdad, amigo? Amar a Fulano
es decir finos conceptos y moral 'lI~rï 2.»

3 Mira estrofa sobre estrofa y vents a qué vine:


un grande busca a otro grande, de antemano me
TeiicitQ:
125
AbU: Mufaçl-;hl, que es generoso, me dara 10 que
[quiera,
si vengo en un apuro 0 en una necesidad,
mi coraz6n confia y es asunto resuelto.

4 Me ajusto a la economia hasta en mis zéjeles,


y esta es cualidad que en mi s610 se conoce.
Estos doblones, ~para quién se quieren sino para
[mis seme jantes?
y si es la pura verdad que se dan por loa,
esta mi lengua expedita y nobleza tengo.

5 iGuantas veces te cant6 una hermosa como luna,


pues nadie habla si~o para encomiarte!
Si quieres viajar, voy a cantarte:
«Tu hermano seré, mi enamorado;
si ternes la fatiga dei camino, mira mis ojos»

43 1

o T li, cuyos reproches me matan,


~cuando sanaré de tu tormento?

Desgraciado fue contigo


éste, de su tierra exilado:
si no atiendes a su amor,
no hay espera en su coraz6n,
ni cuerpo en su ropa queda.

2 Sei'l.ores, yo 10 quiero,
y esta brisa me 10 trae,
aumentando su tormento:
siervo entre sus siervos soy,
y hasta un perro entre los suyos.
126
3 Corre cual agua mi llanto
por amor del innominado.
Tanto da decirlo 0 no;
si me sorprendi6, pardiez,
no 10 traje yo, sino Dios.

4 ~C6mo ha de estar mi pecho sin cuita,


teniendo la pasi6n que tiene?
Sutil soy, Dios 10 sabe;
mas ya contarse no pueden
mis plantones a su puerta.

5 Y 0 beso sus manos:


si quiere rigores, sea;
si quiere perd6n, perdone:
acepto desdén y mal pago,
caprichos y mudanzas.

6 Mi tormento es largo,
mas mi lengua dice
el mérito de Ibn Sural:hil:
no de balde le agradezco,
sino retribuyéndolo.

7 En una fiesta estuvimos


donde gast6 en nosotros;
suyo es el buen carllcter,
y ama mi coraz6n su naturaleza,
como mi ojo ama su juventud.

8 Doy Je, y soy buen testigo,


que la gracia no niega,
que el dinero y los favores,
si alguien se los soli cita,
llamandoles, contestan.
127
9 Le digo 10 que propongo,
y mi cuita no le apesara:
en cualquier caso en que estés,
déjame a mi con él
en 10 que es cosa nuestra 2.

10 Quien dice que te pida


tenga este dicho presente,
probândolo al preguntar:
si le dicen «tu fortuna dame»,
es su respuesta «si, si».

11 Esta excelente loa


es pago de quien gran bien hizo;
soy tu amigo, no preguntes,
pues Dios dio y prefiri6
a aquel cuyo amigo eres.

44 1

o Cumpli6se 10 que la gente querfa, realiz6se todo


[anhelo,
que aquel a quien Dios quiere es para esto que-
[rido.

-r-Cumpli6se cual yo querfa con la mayor volun-


[tad,
que quien su rezo invalida, 10 tiene que repetir 2,
alcanzando el de seo, seguridad y dicha,
y siendo tu vencedor, y tu rival, vencido.

2 Todos vuelven al reposo y la sangre a correrles,


y tras estar preocupados, tienen el coraz6n sereno:
128
no rusienten los muslimes, y si a ti no te nom-
[braran,
verfas en esta tierra la desgracia derramada.

3 Dieron a elegir al pueblo, que todo insigne es


[electo;
por dias se li6 tu asunto y sucedieron cosas:
se te quitaron los medios, corri6 el designio ru-
[vino,
mas corri6 para alivio, y el asunto acab6 pronto.

4 Acéptales el puesto, que la ventaja es tuya;


la gente es de corto alcance, si los descuidas;
mira que el mundo te busca, no desprecies su
[venida,
y, si reproche tienes, disp6n 3 tu del reprochado.

5 El puesto ahora Bora, hast a perder la vista;


en mucho tiene encontrarte, perplejo y admirado:
si no fueras tu juez, cuya disciplina temo,
dirfa que el puesto es José al reunirse con Ja-
[cob 4.

6 Si quieres regir, tienes todos los agentes,


y si cumples tu deseo, no tendras en ello mal;
Dios premie tus desvelos y cuanto haces por la
[gente,
que se han vuelto bizcochos 5 tras haber sido al-
[garrobas.

7 Tallada fue la excelencia dellinaje de I:Jamdïn,


que reune ambas cosas: 10 mundano y religi6n;
no necesitan glosa: 10 mundano y religi6n 6;
no se me revela arcano, ni cosa oculta descubro.

8 Es familia ilustre, de nobleza de costumbres,


por hacer el bien notorios 7, unicos en largueza,
129
que abarcan a hacendados, mercaderes y artesa-
[nos;
ptiblica es su generosidad, que se ha hecho pro-
[verbial.

9 iC6mo querria quien te envidia tener estas co-


[sas!
Sobre fuego se revuelca, muere y luego resucita:
pidi6 a la fortuna don que no le era reservado;
si opini6n me dan de invitado, él debiera haber-
[10 visto 8.

10 El cadi me ha olvidado y quiero decirle:


si no has buscado eminencia y toda esta gloria
para ayudar al amigo y humillar alenemigo,
sera tu lote en el caso peleas de litigantes.

11 Cada verso que digo brilla como una Iampara;


si dieran a mi verso cuerpo, éstos serian espfritu.
La tinta es mi provisi6n, pero con tu Ioa perfuma,
y tal vez te parezca que con almizcle fue escrita.

45 1

o iU n vinillo fino y una querida!


No se 10 digas a criatura alguna.

La amada de mi coraz6n, imalhaya! 2,


junta un cuerpo inverosfmil
con gran maldad y rebeldfa 3.
l!Quién, almorzado, quiere rabanos? 4.

2 Morena es, y de hermosas partes,


dulcecilla, que nadie la describiera,

130
digna de reyes, propia de nobles:
nunca fuera su belleza precedida.

3 Se hace una trenza de primor famoso;


disculpado esta quien se admira al verIa,
pues magia es con pelo trenzado,
y magia con el pelo suelto.

4 Corazén, iy cuanto mi corazén te ama!


En elevado sitial tienes morada,
y cada vez que te aparto a un lado,
te encuentro pegada a mis entranas.

5 Déjate de 10 habido, suave y recio,


y alaba al que es generoso al punto,
a AbulÇasan, vastago de los J:famdïn,
pues en él es logrado cuanto quieres.

6 Tiene dedos libres de avaricia;


su virtud, la largueza, es conocida;
quien no tiene sus dones, nada tiene,
y quien los tiene, queda provisto.

7 Nobleza, gloria, dinero, honores,


no escucha a censor ni zoilo:
a otros vanse mientras él duerme,
pues no se fia de los criticones.

8 Dar oro es para él mas dulce,


noble y querido que otra cosa,
pues no se siente con él a gusto
si no al verlo en otros gastado.

9 Noble en palabra y en sus acciones,


témenle cuantos hablan 0 hacen,
pues las virtudes de otros
son de él prestadas 0 robadas.

131
10 Las cosas se ponen propicias,
los anhelos son tus amigos,
las puertas con su estrella se abren,
no queda una sola cerrada.

11 iBien venidol ~Qué tal tu viaje?


Fui a tu casa, sin encontrarte;
es fiesta, de tu dicha dame,
que he de comprar algo del zoco.

12 Harto es mi deseo de oro,


bendito quien 10 ve y conoce la suerte,
si el llamado doblôn lleva
melena 0 va a navaja rapado.

13 Muchos se han inclinado ante mi decir:


de mi es propio hacer tales obras;
rama mia es todo zejelero,
coma 10 es la flauta del albogue.

46 1

o Por una radiante luna desobedezco censores;


venga, si no, alguien 2 a comprobarlo.

Tu, pegado a mi corazôn, inseparable,


criatura la mas bella, coma saben los sensatos;
amigo, si te mencionan, digo de corazôn:
«No puedo pasar sin él, ~qué hay de extrano?»
Mejor es decir verdad, aunque en ello haya
[dafto.

2 No puedo sufrirlo, aunque soy sufrido;


la cosa es demasiado, todo tiene limite;
si no puedes visitarme de engrefdo,
132
has de escribir, has de mandarme a alguien:
nadie sera mas deseado ni mejor esperado..

3 Amar es desvariar, 10 demas son historias:


lee esta estrofa, vuelve el papel,
mïm, ha~ pm y una ha' colgada 3
en labor cabal 4 mi vida sefialan,
y deletreadas cierran la lfnea 5.

4 Oyes hablar y ~no sabes de quién?


~A quién aludo con buenos versos?
Al mas generoso, que emplazado cumple.
iCuantos favores me hizo, cuanto bien!
El da a quien le llega, campesino 0 urbano.

5 Tu, el mejor de varones, de mas noble calidad,


Ibn Quzman te trae el mas precioso decir,
alegre en favores, inquieto en morosidad;
mas que refranes, que ritmos y tocatas
y que taner de cuerdas es mi palabra grata.

6 Fluyen las xafjas por todo el camino,


y a oleadas me llegan y me veo en aprieto;
la mas inspirada es sutil concepto:
«Bebe el frasco a la salud del visir
Ibn Murajja AbU: I;Jaf~ 'Umar.»

47 1

o Hijo de Ramiro, fueron tus tropas vanas,


pues Dios reclam6 la prenda a los cristianos.

Quieres lograr sumisi6n de Tasufin,


y pierdes mesnada tras mesnada,
133
quitandosete a cada instante confines:
es 10 que ganas en este trato.

2 Dios nos dio dicha; a ti, pesaro


iCon qué denuedo te encuentra la hueste dei 1s-
Clam!
Ves qué copa de su licor te escanci6 Zubayr:
los dientes se te encogen de acerbidad.

3 Los hombros son hendidos; las testas, partidas;


un senor yace en un charco de sangre,
tras escribirle el sable ilegible raya
y espolvorearlo con polvo por cima.

4 He dicho 10 que sé: mi excusa es clara,


aqui termino y mi poesfa acaba;
almoravides sois y yo bien sé
que nunca os place quien mucho charla.

481

o En bulla de Pascua estamos y hay que senalarla:


el alborozo es el lunes, dame albricias.

l Bulla de pascua es cargar con corderos y cesto,


pucheros y fuentes, orzas y jar ras,
y sentarse los perfumeros en los puestos de 10
[suyo,
habiendo en cada barrio prisas por asar cabezas.

2 Con visos de sacrificio compra un cordero el


[mas pobre,
en apariencia por Dios, en verdad, gozo de chicos.
iQué calores unD sufre en las fiestas!
Mas saliendo al oratorio 2, el calor se apaga.

134
3 Todo rostro adornado esta esta noche fuera,
y se Bora en camposanto por los amigos de otrora,
conmemorando las penas y celebrando alegrfa,
hay lagrimas de pésame en ropas de sinvergüenzas.

4 Abreviando palabras, que no me agrada sean largas,


~a qué pedir 10 accesorio, si 10 principal dominas?
Conviene que diga aquello por 10 que vine:
toda la historia es que pido, la alusi6n ya has en-
[tendido.

5 Dame mi cordero de pascua, que 10 azafrane y


[coma,
y degüelle y descuartice, acecine y guarde,
ponga en fila y coma de asado hasta hartarme,
y luego me ponga ropa y te vaya a visitar.

6 ~Quién me vera a su lado a donde quiera que


[vaya?
buscando con ardid, engaftando y sobornando?
A donde alcancen sus pies no desgarrara la ropa;
hasta de gallina harfa, si no fuera por el capote 3.

7 No dudes tu de mi afecto, de seguro te quiero;


en tu gloria eres cual eres, ~qué puedo aftadirte yo?
~C6mo conviene que siga, si estas ocupado en tu
[pascua?
Nunca he visto principe a quien la charla agradara.

o Lo que ocurre en mi pecho nadie 10 sabe


por un hermoso que amo sin igual en ellugar.

135
Ha tomado mi (dolido) 2 coraz6n un amado
de suave cuello, dulce, eIegante.
A quien es como yo no se pregunta por qué
[adeIgaza,
pues no hay ya cuerpo en mis vestidos.

2 El amor me consumi6: de eso muero;


dej6 mi cuerpo cual teIa de arana;
marchaos, despedidme antes de acabar;
cerradme los ojos, que he muerto ya.

3 La gente me envidia, iqué pesarl


Dicen que quien amo es sincero y leal;
ellos se extemian y yo también:
yo, de deseo; ellos, de envidia.

4 Mi amor, senores, no tiene en eI mundo igual;


los hermosos son stibditos, él, emir.
~La Luna? El es mucho mas hermoso
en juventud, talante, talle y mejilla.

5 No creas a una mujer que diga:


«También mi Fulano tiene mejillas de sol ~),
que eI lobo solo a gusto tiraniza,
pero se calla junto al le6n.

6 Esta p{cara ha afilado 4 mi cuerpo como alfiler;


las mujeres, como sabes, son visco deI hombre.
Al verme en la calle dijo: «~Qué pides,
gusano de seda? ~No te asustan los truenos?» 5.

7 Harto estoy de ofrte «tal vez, ojala»;


he veIado noches, quemado aceite:
tu casa me senalaron y vine a hacer
mi turno y eI de almoravid en cuarteI 6.

136
8 Buenas noticias tengo que alcanzar,
aunque tu casa con alas vuele,
y la rodee tropa armada,
y aunque en tu cinto ocho nudos haya.

9 De veras, amigo, en 10 cierto esta


quien vi no y asado pone cabe él
y, tomando dos frascos, se anima y esta bien,
y hace con ella lecho, talle con talle.

50 t

o Tras gloria y honor, errante me veo,


que es la hermosura coqueta y hace 10 que desea.

iC6mo te adoro, pupila de peregrinaci6n! 2.


A cada paso se te renueva mi loa.
œor qué tan pronto me de jaste de mano?
~D6nde esta aquel amor y pasi6n intensa?

2 Recuerdo la fiesta otonal dei ano pasado,


las pillerias, los palillos 3 y el canto.
Tu esclavo seria para faenar,
dulce seria entre esclavos mi dicha ocultar.

3 Me acuerdo de la aldea en la secesi6n 4,


sin alfaqui ni peregrinos a quien temer,
manana y tarde entre limpios rostros,
con nueva fiesta y holgorio cada dia.

4 iQué tiempecillos, si hubieran durado!


Una hermosa venfa, si otra se iba:
Rasida buceaba y Muhayja nadaba,
antes de que llegara Harun ar-Rasld 5.

137
5 ~Quién viera beldad cual creciente lunar
mostrando 6 ojos bajo SU cabellera,
coma visi6n de trasnochadores 7, mas bella que
[gacela?
Cy es, para ml, el mejor verso del poema).

6 Tiene un lunar negro, objeto de besos,


por el cual, por vida, no me importa morir,
que si antes alcanzara aquel lugar,
muerte por beso fuera y moriria martir.

7 Ni en ley ni fuera de ella te he alcanzado,


mucho ha que busco pelusa en marmot:
tu eres, coma dicen, negro en tiniebla
o mora en zarza, cercana, pero inasequiWe.

8 iSi vieras a tu amigo muerto de amor,


sin que ame su coraz6n en el mundo si no a til
Mafiana de pascua 8 seria verte,
aunque sea de hierro tu coraz6n.

51 1

o Por amor de beldad me alegro y gozo;


déjame y pregunta, pardiez, que fanfarroneo.

l Quiero con pasi6n, y no es extrano,


a quien brilla y relumbra mas que luciente luna;
tu que averiguas si tiene parang6n,
~has visto lunas 0 el alba apuntar?
Mas bello es mi amado, sin empacho dilo.

2 Desde que nad hasta ahora, placeme el descoco,


y hay algunas cosas que nunca me faltan:
con todo bebedor y fornicador me junto
138
en cualquier lid y me combino:
soy como hoz: cuando corvo, correcto.

3 Cuando éramos mozos, todo era mas facU,


mas cuanto hubo acab6se y se estrope6.
lCuantas veces me dijeron algunos rectamente:
«~Tales vergüenzas dices?»! Y yo, tras la moce-
[dad 2
de broma y chanza, estoy sin venta, cual necio.

4 Se acab6 mi dinero, ipérdida grande!


Cuando me venga, unica 3 sera mi dicha;
versos haré y procuraré al generoso:
~teniendo 10 que tengo, voy a quedar por necio?
Encamfnate al castillo de mi senor Ibn Faraj.

5 Tantas cualidades tiene, que no se cuentan:


a quien favorece, con ahinco le es fiel;
quien con él se compara, que pocos hay,
en nobleza y presencia, es un canalla,
y quien dice ser mejor, ha perdido el juicio.

6 Es en la ciudad alamin fiable y vigilante,


nacido para su cargo, que brilla en belleza y or-
[nato;
mi lengua expedita alaba a Abul1;usayn,
el de alto rango, diciendo sin discusi6n:
en causas de dinero 0 vida 4 se acepta su palabra.

7 En alabanza, exultaci6n y rango de loa


he compuesto esta con elocuente palabra,
y ahora vengo al ftm S con hermosa xatja:
«Concluy6 la historia, y no tienes salida;
haz 10 que temias, que no tienes empacho» 6.

139
o Me dejo por tedio, cuando era amado mi cora-
(zon:
Dios haga que pronto al desdén siga la reunion.

1 Lo que por ti sufro y aguanto no precisa explica-


[cion,
mas no dejo de ser leal y buen guardador;
te quiero con amor que dura a 10 largo del tiempo,
y siento algo en el corazon por ti, estés 0 no es-
[tés presente.
~Qué hay en ello de taro 0 en mi amot, qué es
(extrano?

2 Amor mlo, prefiero morir a este tormento:


nunca hubo placer de vivir sin mensajero 0 es-
[quela;
acepto morir mejor que sufrir reproches y desde-
Cnes;
no es peor para mi morir que ir coma sospechoso;
todos con una beldad; yo, solo: ~para qué tal
[vida?

3 Dijo cuando me vio ganar favor, salir de miseria:


«De ti me olvidaré, de veras, de jandote, que soy
[quien sop
«Haz 10 que te plazca hacer, que yo he logrado
[mi ansia,
y no has de lograrme sino en la forma que quiero,
besando mi boca 0 mejilla, pese al espla)

4 Deja atras el amor, que amantes tendré mientras


[viva;
habla abora de Ibn Isl)aq, y deja todo;
deja la nobleza de caracter a Rabj' b. Ubayy,

140
famoso y nombrado por excelencia, y noble lina-
[judo,
generoso, bienhadado y guiado, agudo y de alcur-
(nia.

5 Este Ibn Siriij solo es una naci6n de largueza y


2
[honores,
en talento, generosidad y en todas las cosas;
a su mesa vienen todos los dias cuantos desean,
y él trasnocha en gozo y gracia, en pr6spera vida,
entre amigos, cantores, soldados, extrai'ios y pa-
[rientes.

6 Yerra quien con Rabi' compite en lejano ahelo:


es su generoso carâcter mâs llano, en mucho es
[util;
cuando quieres don, se te hace y 10 ves logrado;
cuando protecci6n, te la da, sin frustrar esperanza:
cual sable indio en;oyado, responde al Hamarlo.

7 tA qué explicar 10 que todos saben? A gritos


[digo:
«Este visir en excelencia y benignidad excede
[comparaci6n;
i.quién podrâ describir las buenas prendas que
[tiene?»
No digo ni la centésima parte de su bondad y
[dulzura,
aunque fuera en versos un kindi 3, un Jadf 4 0 un
[I:Jabïb 5.

8 Ahora buscaré una xatja de noble expresi6n,


verâs que la guardo ha tiempo y no le hallo paran-
[g6n;
a él por fuerza se refiere, déjame de opiniones:
«Canto, vino, fluir de agua en prodigioso jardin,
todo ello es poco junto ;l la union con amante.»
141
53 1

o Un rostro hermoso y dorado vino:


ésta es la meta, nada hay mas alla.
1 Ayer, cuando los dos beblamos,
el de los bellos ojos y yo,
dos veces en los labios te 10 besé:
idulce besar, qué dulzura, qué azucar!
Me embriag6 antes que la embriaguez.
2 Cant6 y bebi6, acost6se pronto,
aIl! se ech6. iDéjalo echarse, pardiez!
iQué perro soyl Testimonio 10 que vi:
iba a decir ... , pero es mejor caIlar,
que hay cos as que no conviene citar.
3 Pronto se le pas6 el vapor de la bebida;
hube de decirle a modo de aclaraci6n:
«Gana en la uni6n amigo, pobreciIlo,
pues tu barba ya quiere crecer:
de hermosa seda en coco te tornaras.»

4 Dejemos estas palabras os curas.


iOjaIa toda cuita fuera tan suave!
Este decir tan logrado
en nada de alj6far se diferencia:
es 10 mejor en poesfa 0 en prosa.

5 A Ibn I:Jazm le place se 10 reciten,


y en todo tiempo le gusta ser procurado;
mi loa a él de su largueza nace,
que el osado triunfa y se arrepiente el corto:
todo generoso en mi loa aparece.

6 El es noble, noble de acciones,


de su dinero, s610 tiene el nombre;
perfecci6n posee en toda situaci6n,

142
y con justicia se ha de vanagloriar,
que no 10 disculparfan si nada de ello tuviera.

7 En guerra estoy desde que amé al dob16n;


cuando me abandona, iqué penalidad! 2.
Por eso no anduvo errado quien dijo:
«Bien como man jar 3 mientras te veo;
cuando te ausentes, dame un coraz6n que sufra»

54 1

o ~C6mo olvidarlo?
Con desdén me espanta quien tiene mi coraz6n.
Siendo opresor injusto, ~qué juicio se hani a mi
[amor?
Pidele cuentas, Sefior, de este rechazo;
mi coraz6n ha torcido como brazalete;
adrede 10 hace,
sabiendo que me duele; por eso tuerce.
2 Una mirada suya me basta y saludarlo;
si se enoja, cacharro soy en sus manos.
Mis amigos me censuran serie sumiso:
si 10 honro,
fuerza me empuja a halagarlo.
3 En Iraq de mi se habla, y el Iraq es poco;
reunida esta la juventud en él, mucho se dice
de mi que soy inspirado, del mozo que es hermoso,
y ambos merecemos:
yo, que digan inspirado; él, que hermoso.

4 Acab6se ya 10 habido; bien esta, no repitas;


todo hombre en la pascua algtin oro necesita,
e Ibn Sa'jd tiene majestad y favores:
en él espero;
vayan a dedrselo los presentes que escuchan.
143
5 El visir, como sabes, da sin excusa,
y el chico, que se le parece, creciendo sera como él.
Con mi zéjel envio a mi fiable 'U mac;
con él 10 mando,
que a ambos sirva que él 10 lleve.

6 Por Dios, que es gran juramento, 0 sin jurar,


no tiene en la ciudad parang6n 'Abdarra};nüi:n;
no es como un nino, salvo en la edad:
Dios 10 favoreci6
sobre los altos, y mas altura le dara.

7 Todas las prendas de la fortuna se han reunido


[en un nino
que tendra nueve anos 0 poco mas:
nobleza y senorfo en dulce amalgama.
~V es cuan noble es?
Su tallecillo no me deja cimbrearlo.

8 La hermosa cuando vio que él no queria de jar


su cortijo y, si venfa, le vedaban entrar,
deseosa de él, cant6 y enton6 un decir:
«Dulce saliva,
déjame, por el Profeta, déjame ya besarla.»

55 1

o Mi amor me ha abandonado,
y sin él no puedo aguantar.

Uni6 desdén a abandono,


dio al que me envidia gusto;
son mis dfas de abandono negros
como negrura de pelo.
144
2 Peno desde que me abandon6:
pasado del reproche el trueno,
mis parpados se hacen nube,
haciendo Hover lagrimas.

3 No es amable, pardiez, mi amado;


me ha cortado camisa de desdén,
cosida con promesas rotas,
haciéndome gustar des velos.

4 Fue de pesar el dedal;


la aguja, dardos de parpados;
la muerte fue la tijera;
hilo, el decreto divino.

5 A mi talla vino, naturalmente,


aunque de nada me sirve:
es brasa, y mi cuerpo, cera
que se derrite en la brasa.

6 Mi coraz6n vio el absurdo,


fue a mi amado a decir:
«~No habra un capotillo de uni6n,
aunque sea hasta las aderras?» 2.

7 Sean sus bordados de amor,


y la borla, de buena fe;
la capa, de dulce dormir,
pues no he dormido en un mes.

8 Si me 10 pusieras, de cierto
pondrias estera en mezquita 3.
Mas dfjome: «~Sabes mi intenci6n?
Dejarte es mejor galard6n.»

9 iMira, pues, qué calamidad!


Quiso mi corazon cuitado

145
ascender a union total,
y bajo al mayor desdén.

56 1

o Quien amo es bello, y 10 que bebo, rancio;


el hermoso es blanco y lozano; el vino, fino y
[dorado.

El vino rancio ha de ser, y el hermoso, compla-


[ciente;
que si digo: «Quiero tu boca», no se oponga a
[10 que digo;
que a diario haga visitas, no sea avaro ni in-
[constante,
y sea tan sumiso que venga a ser como arnigo.

2 De desdenes ya descanso, y de ardides también;


siempre que quiero verio, no hay espfa ni repro-
[che:
se ha compadecido viendo mi inquietud y tor-
[mento.
iDios evite sufrimiento a todo arnado compasi-
[vol

3 Gozome cuando bebo y hasta vuelo de alegrfa;


luego a su salud bebo en la copa grande a una;
canto a gritos y me alzo en muchas danzas;
el vino me cae bien, y estoy borracho perdido.

4 Vaseme el corazon con él, y viene al estar pre-


[sente;
el carnino se me estrecha, haciéndose como
[tumba.
146
Su capricho sigue mi corazon, sin apartarse un
[palmo;
con él va donde vaya. iQué buen compai'iero!

5 iComo me muero yo tras este puro hermano!


Si 10 ve un hombre piadoso, ya no quiere ser
[tal;
amalo el visir y amalo el alfaqu!,
y al ver lucir el camino, sé que viene por él.

6 Si Dios te hiciera verlo, vedas hermosa criatura:


magia es, y estoy excusado, que no muera par
[poca cosa.
Pero Dios socorrio, y he dado con un ser noble.
iQué calamidad seda, de dar con un engrefdo!

7 Pero al esperarlo, cuando aparece a 10 lejos,


ves mi color cambiar, y al acercarse me tamba-
[leo,
y voy a decir cosas, pero quiero y no quiero:
en tales momentos muero y el corazon se me
[encoge.

8 Y no sé qué decir, ni sé qué responder;


al enamorarme as!, he llevado raudo golpe 2:
mi corazon temblo cual palo en azud,
y salto coma una flecha 0 piedra de catapulta.

9 Quien se pierde con hermoso, no se engai'ie,


[pues,
que si ha dado con noble, ha ido a caer de pie.
Conviene al enamorado ser persona de medios
y, de ocurrir 10 contrario, sea, al menos, elegante.

10 Hermano, éste es hermoso y bello coma ha de


[ser,
nuevo y perfecto, dulce y agrac~
147
con ce jas finas sobre ojos azules,
dientes coma granizo, labios coma agata.

11 Mi amado no tiene igual, sin empacho 10 digo:


su desdén es la muerte; su encuentro, consuelo.
~Angel y hombre es, 0 dei parafso sali6?
Mucho quisiera decir, mas temo hilar muy sutil.

12 Es hermoso y 10 amo, hablar de eIlo serfa largo;


a ti, oh 'Abdallah, ahora te hablo:
iqué zejelillo te he hecho, bello sali6, por Maho-
[ma!
y 10 he hecho paralelo a «Cort6 la gacela el
[viento» 3.

57 1

o Una mirada a sus gracias me basta: el amor es se-


[ducci6n,
y hermosa planta tiene quien me cautiv6 y des-
[poj6.

1 No cabe imaginar qué sufro de su desdén y


[abandono;
causa de su engreimiento y malicia es Su presun-
[ci6n.
Mi coraz6n esta en lucha 0 casi con sus parpa-
[dos:
si me quejo de pesares, él afiade al pesar, pesar,
y oye mis palabras y, cuando mira, no ve cuerpo.

2 Desde que decidi6 sustituirme, ha aumentando


[mi zozobra;
10 que él quiera ha de ocurrirme, si no ha ocurri-
[do ya.

148
No quiere de jarme, pues, ni resto de vida;
cuando en mortaja me tenga, di, ~qué habni des-
[pués?
Veni el inconstante si halla a uno como al que
[sepult6.

3 Déjame en rimas dar cuanto puedo, que hay que


[hablar:
mira mi acierto y mi inspiraci6n en mozo prin ci-
[pal.
iSi cediera y me hiciera el favor mayor!
Oye mi loa y excelencia. ~Qué puedo decir a
[quien
con sus dones remedi6 mi caso de su quiebra?

4 iOh, tu el mas ilustre procurado de poet as por


[doblones,
entrando y hallando el oro listo, sin excusas!
Tu eres principe; yo, mercader, perlas, la merca-
[deria;
traigote perlas y corales. ~D6nde esta el precio?
Pague oro aquel de quien un quzmanf loa las ex-
[celencias.

5 Quien ve la nobleza de tus actos, a tu excelencia.


[se inclina;
pide que repitas tus gracias: haz tu asi;
si ya antes me diste de tu fortuna, escucha tu loa,
que no llamo dadivoso a quien me socorre, cuan-
[do me quejo de los tiempos,
sino al que se me adelanta, espontaneo, con dadi-
[vas.

6 Amigo, escucha a quien aconseja, a los otros de-


[sobedece:
si loas, sabe a quién loas, y elogia a porffa,
no te vayas de aqui ni te apartes de esta ciudad:
149
quedandote a merced de Ibn Hani' estas en segu-
[ridad.
Si dicen: «~Qué Ibn Hani'?», di tU: <<Abull;lasan.»

58 J

o Nunca me arrepentiré de tomar copas,


sobre todo escanciadas por amado.

~Qué te parece una casa, con vino y vaso,


y hermoso copero de tefiidas manos,
que apurada su jarra y a gusto el cuerpo,
ya le sea igual 10 torcido 0 recto?
iAlza tu también tu jarra, ponte a gusto!

2 Zuhra es, oh primo, adorno de beldades.


~Si sera eso que aparece
tu rostro cual luz de aurora,
o eso que en la veste se cimbrea
su talle cimbreante 0 una rama?

3 Ella mostro la hermosura de su [rente,


y habrfas visto a tu pobre siervo
derretirse y quedar al punto
temblando cual pollo ante gavilan,
haciéndosete sombra de triste anciano.

4 iQué tormento, pardiez! ~A quién que jar se?


Ciego estoy, un baculo ya me busco;
de nada me sirve el lIanto,
pues he llorado hasta apiadarse mis enemigos
y compadecerme, madre m{a, el mismo espfa.

5 No he de olvidar la visita de mi amor,


que disipo mi cuita y acabo el pesaro

150
Dfjele cuando mi coraz6n tom6:
«Di, ~cuando vendras?» Dijo: «Mafiana.»
Pronto es mafiana para quien aguarda 2.

o Tengo un amado hermoso y fiel:


bueno seria, si no tuviera arrebatos.

El hermoso siempre fue am able y esquivo,


triste y alegre en su canicter:
cumple una noche y siete es injusto;
no esta el coraz6n de su uni6n seguro,
no sea que la corte en cualquier momento.

2 Irrit6se el picaro con alboroto,


amenazandome con mas desdenes,
y dijo: «~Mi in justici a 10 inquieta?
~A él qué, si soy cumplidor 0 injusto?
Quien tiene muela picada, se la saca.

3 De mi parte di le que tienes noticias:


conténtese de mi uni6n con 10 que haya,
tenga paciencia, tenga aguante,
no reproche insultos ni des plantes,
que tal vez le aproveche el insulto.» 2.

4 Lucha entre mi coraz6n y esos ojos hay


con lanzas de presunci6n, in justici a y agravio:
el pobre esquiva a diestra y siniestra:
muchacho, ~quién le ensefi6 esa esgrima,
d6nde la vio, de d6nde escuch6la?

5 iQué hermoso! Veste de belleza lleva;


su hermosura hace olvidar la de otros,
151
y la gacela, por nariz chata,
y la Luna, por tener manchas,
le dan la palma de la beIleza.

6 Tiene este amado mio un cuerpo


que s610 ves en muy pocos;
es adargama amasada en leche,
es talle de zorzal deI Ajarafe
que baja presuroso a beber deI aljibe.

7 Escucha al loado, deja 10 pasado:


quien sabe en Ibn Sa'id 10 que sabe,
por fuerza dira 10 que ve,
que soporta mis cargas graves,
y me ha hecho bellos favores.

8 Tiene hermosos, nobles hijos,


criados en gloria, fortuna y altura;
coma ellos 0 mejor no hay 2.
Quien en él fia no ha fatiga,
y es provecho de quien le busca.

9 A todos espero hacer loa,


mas de Abu 'Abdallah es este zéjel,
donde el poeta su acci6n agradece:
con mi dulzura y ocurrencias,
alboroto ascetas en su pied ad.

10 Y 0 he ennoblecido las letras,


he allanado toda aspereza,
mostrado cualquier maravilla,
explicado todo 10 oculto,
y producido prodigios.

Il Tengo un zéjel por ambos lados marcado,


cual cuno de dobl6n en dos caras;
(su preludio) 3 es xarja de uso doble 4:

152
«Tengo un amado herrnoso y fiel;
bueno seda, si no tuviera arrebatos.»

60 1

o Cuando manda la pasi6n, no suele ocultarse.

Mis higrimas trago, lucho y me esfuerzo,


y, cuanto mas quiero negar, menos se puede,
que es deI amor natural no ocultarse a nadie.
~Visteis almizcle inhalar? Aun mas delata.

2 En estos treinta dfas he ahorrado algtin oro,


para con él lanzarme en iawuiâl 2 a 10 que suelo:
des de el albor de pascua, a Dios gracias, sin
[mentir,
como y bebo 10 debido hast a acabarlo.

3 ~Barato este vino? iFalso! A dirhem el rudtryn 3,


viene a salir el cuartillo por dos dirhemes,
y el de este precio es s6lo mediano,
pues el bueno y mejor hecho, ~a cuanto es, seno-
[res?

4 iQué vergüenza para la gente! ~C6mo


pudo ocu-
[rrir tal ceguera?
Libertino al mercionarme me llamaran, pero
[~qué?
Mas ocurri6 con Ibn Abï Zayd Abulqasim
sin que rechine los dientes, y se de al recordar.

5 De buenas costumbres, noble, sensato, habil, ilus-


[tre,
si hay cualidad buena, buscala en él,

153
no pretendas que tiene socio ni parang6n,
que quien tal pretenda es injusto en su preten-
[si6n.

6 A él voy sin loa los mas de los dfas


por un dirhem 0 dos, y me da un metical entero;
pardiez, hermano, que es buena esta liberalidad,
y no hay generoso que pueda hacer mas.

7 Mas que todos, sen ores, me place el doncel,


pues es liberal y muchltcho excelente.
Escrito esta en la Biblia: «Pide, que hallaras» ";
mas uno coma él existe menos que la nada.

8 Recité mi zéjel, vi su ensartado collar,


y dfjele: «Si me dieras por éste doblones...»
y el rostro brill61e, radiante coma la luna;
sonriente estremeci6se, y me dijo: «Bien.»

9 Entre amigos tuvo un amado engrefdo,


que le retir6 el saludo en su misma presencia.
Yole dije: «Cantale, pobrecillo, sobre su amor:
"Pas6 mi amado sin saludar, algo querra"»

61 1

o PIacele romperme el coraz6n; si quiere, ~quién se


[10 impide?
Al hermoso doy yo el corazôn para destrozarlo.

Dice el censor, y no me parece improbable:


«Habiendo sido libre, entre esclavos te cuentas»
~Qué crees tu, si le he dicho que ceda y no cede?
TaI cual atôme el muchacho, no crea soltarme.

154
2 «Hermano, no oprimas a tu coraz6n, sé justo;
los mozos de ahora abusando oprimen;
recoge el coraz6n que te doy, no 10 pierdas.»
Mas me dijo: «y ~qué es para recogerlo?»

3 Me malt rata y, entre otras injurias,


desdeua entrar en coloquio, sin motivo.
œor qué me ha dejado ese amado y se ha airado?
~C6mo brot6 un desdén que yo no he plantado?

4 Perdido esta aquél en que 'Umar 2 no repara,


sin amigo que quite penas ni valido:
Ibn az-Zajjiili 2 me da la boIsa,
y remedia con dinero a quien sufre penuria.

5 Si le dices «sé dadivoso», dice «s{»;


bien hace, pues ~qué es el hombre sin largueza?
iCuantas y cuantas veces socorri6 su dinero mi
2 [necesidad!
Me alegra haber puesto en su sitio mi elogio.

6 Sigue coma eres, no faltara quien te busque;


mira qué prendas se loan y ponlas en ti;
necesariamente esperamos en ti dos cualidades:
el favor que haces y el dauo que evitas.

7 Fama innegable da mi loa a quien alabo;


10 saben mujeres, muchachos y todos,
pues va 3 de pais en pais hasta otro,
y a donde vayas 10 oyes por el camino.

8 Quien llama a este zéjel inspirado, verdad dice,


pues tal me ha salido en galanteos y loa;
quien esta lee, dice que es hermosa cosa,
y si faltara 10 bello a mi lengua, me la arrancarfa.

155
62 1

o Si el Paraiso me dieran, vino serfa


y amar beldades.

Allf fuimosde broma y desenfreno,


ora con mozos, ora con mujeres;
corrieron copas y hubo 10 que hubo.
Consejeros, dejaos de monsergas:
imi vicio es virtud!

2 Arno mi vino y mi desenfreno,


imitil es censurarme ese amor,
pues amo mas 10 que esta prohibido:
ivengan jarras a ml y vasijas
sea licito 0 no!

3 Arno a quien se empefia en dejarme:


si huye ante ml, corro tras él;
son, cual sabes, las aves de tal natural,
que mas ansia y empefio ponen
si las ahuyentan.

4 Oebo de jarme de divagaciones,


y echar a un lado mis amores,
que, si arrepentirse curara, yo ya 10 estoy;
pero par Aquel que creo la aurora,
de nada yale.

5 Guiadme a la gloria y dejadme,


llevadme a la mina de generosidad,
que Abulhu~yn 'Ali az-Zarhunl
da, cuando con loas 10 procuran,
sanas piezas.

6 El amado me vino con fragante boca,


cu al si con ella comiera una manzana,

156
y le dije, habhindole con desahogo:
«Amigo, ~d6nde corniste manzanas?
Ven, hazme ah.»

o Tu, que me has olvidado, mira de pagar:


te vend! un 1I1uwaiia4 2, ~d6nde esta el precio?

Ahorra palabras, pues quiero 10 m!o;


no mandes sino buenas piezas nuevas;
hace mucho no tengo plata ni oro:
si tu eres moroso, ~quién, pues, cumplirfa?

2 Pardiez, ~qué excusa tienes, qué esperas?


Ven aqui que te diga al oido:
ya hace tiempo que no guiso en cazuela,
ha dos semanas que coma s610 queso.

3 Que tu falles no puedo aceptar,


corchete de juez soy de natural:
«Hombre, si no tienes dineros a mano,
prenda 0 fiador por ellos dacas.»

4 Pardiez, que soy inspirado y elegante,


magias obro en toda manera;
tengo enigmas y finos conceptos,
pasajes mas dulces que versos de al-J:Iasan 3.

5 Me han robado dichos antiguos y nuevos,


Dios me hace de esto sufdr calamidad,
todos me roban estrofa a estrofa:
triste es, sefl.ores, ser robado tranquilamente.

6 Dame doblones, que te alabemos,


y, donde estemos, digamos bien de ti;

157
siempre seré coma tu peopio hermano;
si no eres tu, ~quién 10 sera?

7 Dios sabe, hermano, c6mo te quiero;


haga Dios que sea olvidado quien te haga mal.
Por la calle esp{o tus idas y venidas,
y si alquilas una casilla en el callej6n de la car-
[cel 4.

64 1

o ~Hasta cmindo,
amor, vas a agraviar?

Difamaci6n sin recato,


tormento a su sabor
y un quintal de desdén
se adueiian
de un cuerpo de un adarme.

2 Si me deja mi amor,
bâsteme Dios, no mâs:
~a qué el coraz6n meter
en aprieto
o en tal estrechez?

3 ~Qué te parece un amigo


con quien quedarte a solas,
cerrada la puerta de casa?
Si accede,
todo se arregla bien.

4 Si bebida en la copa
pone el taberneeo ,2.
alzando 3 debajo un pene,

158
hasta el mudo
al punto habla ra 4.

5 iQué uni6n fuera, si durara!


Mas, ~d6nde hay gozo completo?
Con chismoso no hay quien pare:
iqué bastardo
quien le fue con el cuento!

6 Suéltate, lengua mfa,


trae oro, que nos alegremos;
di a quién quieres alabar;
di, con tes6n,
que termin6 el galanteo.

7 Tu que compaginas
las cualidades todas
el emir Zayd es mas ilustre
y generoso:
de su mano aprenderfas.

8 Todo aroma exhalan


los vestidos que lleva;
es temido en el enojo,
mas reparte
su fortuna, si sonrfe.

9 ~A quién dara ella su favor?


~Contra quién se torn6?
~Qué habra visto para decir:
«SaI de ah!,
~qué haces? Asco te tengo» 5.

159
65 1

0 Si quien amo me visitara,


alcanzarfa mi esperanza.

Mi ardid esta descubierto;


mi secreto, difundido:
~qué excusa tendré?
Se acabaron las excusas
y agotaron mis ardides.

2 ~Ad6nde podré huir


de aquellos ojos?
~Deuda reclaman 0 vida?
Dime ya, traidor:
~qué les debo yo?

3 Pervierten ascetas,
atraviesan entraiias,
derriban campeones 2:
~qué es esta magia,
por Mahoma y por 'AIt?

4 Celador, da alivio,
vete a su;etar a otro,
pues aunque aletee
tu halc6n volador,
no ha volado mi perdiz 3.

5 Quien es entre los amantes


de sattirnica complexi6n 4,
no se acuesta con deseos;
pero da asco de ver
a un amante sattirnico.

6 Si uno pudiera ser


como Ibn Sa'dan,

160
seria, si tal fuera,
de alto rango,
rico de sobra.

7 Tu eres el senor,
prodigio sin pero,
el mas digno de procurar,
pues nada de 10 que digo
10 digo s610 de oidas.

8 Escucha, Abii 'Amir,


tu fragante menci6n,
excelsa perla
selecta y escogida,
magia de mi hechura.

9 El oro seduce;
el misero es holgazan:
10 que yo querria
son siquiera dos doblas,
que cese mi pereza.

10 Mi ilustre zéjel
se escucha en Iraq;
es cosa inspirada,
y no valen poemas 5
ante este htlZllIi 6.

66 1

o iQué zejelillo mas hermoso!


iSi mi amor realizara el deseo!

Es con quien amo mi proceder


que duerma conmigo 0 yo con él,
161
que me diga a 10 que quiero: «He venido,
haré 10 que de mi quieras,
dame la mana y vamos.»

2 De mi le dijeron: «Acab6 su amor,


y a pasi6n ajena se inclin6.»
No tal dijera un hombre cabal,
pues esta 10 dijo de mi tan s6lo
un envidioso hideputa.

3 Dios mio, concédeme con él


reuni6n en que me premies 2;
veo su boca y la deseo;
haz, Senor, que la bese:
al final del dia, vendimia 3.

4 Cimbre6se su admirable talle,


quedéme allf mismo at6nito,
y él dijo de las ramas:
«Por tu vida, ve a preguntarles
si pueden asi dmbrearse»

5 La inspiraci6n de mi zéjel es conocida,


apetece oirlo cuando es leido,
y es respetado al mostrarIo:
justo es que 10 respeten
cuantos quieren elogiar.

6 Al mas noble almojarife alabo,


quien con verIo llega uno
a ver la meta de la esperanza;
ac6gete a él, en él espera,
que esta cerca 10 que esperas.

7 El da oro a las gentes


con motivo 0 sin motivo;

162
mi miseria ha huido,
mis cuitas se han retirado,
acabamiento las ha alcanzado.

o Todos me dicen «olvidalo», pero ellos atin mas


[10 desean:
Dios sabe cuanto sufro, pero se acabü mi bien 2.

Por Mahoma, no hay una vez que 10 vea sin pa-


[lidecer:
~qué le habran dicho de mi?, ~qué noticias ha-
[bra?
Lo vigilo, amigo, como quien guarda la leche al
[fuego:
de pie delante, por si viene 0 va, aumenta 0
[mengua.

2 Aquel por quien perezco cada dia y cada noche,


esa gacela, dijome incluso: «~Adünde vas, ay de
[ti, perdicilla*» 3
Ojala un abrazo al ano y un beso pudiera darle:
iqué cuellecito para abrazarlo, qué boquita para
[sorberla!

3 DfJele: «Amado Wasqi, quisiera verte para algo.»


«Ven de maiiana a casa -me dijo-, que alli te
[espero a la puerta;
cuando el almuédano Ilamando cante, ése, ése
[sera el momento»
Hermano, no estaba en casa y, imalhaya; la
[puerta estaba atrancada.
163
4 SUS des plantes no se sufren, ni su rompimiento,
ni el coraz6n con él, ni sin él, aguanta,
pues seguirase su ruina, si su desdén se prolonga,
que es triste vida aquélla en que no veo a quien
[amo.

5 iGacela que vence al zorro! Es un verdadero ab-


[surdo:
cuando le abro una puerta, él corre pronto a ce-
[rrarla;
no puedo irle con ardid, pues mi coraz6n en su
[mano late:
~ves mis tretas y astucias? Pues son las suyas
[mayores.

6 Harina, por Dios, tuviera, y alquiler que pagar


[de casa;
no preguntes qué cuita lloro, que, por Mahoma,
[vol6 mi ruisefior 4:
~entre gentes estoy y sefiores, en la mejor de las
[tierras,
C6rdoba, ojo de al-Andahis 5, dei que es Ibn
[Mugït pupila?

7 Oh tu, eI mas virtuoso de todos, el mas comple-


[to sefior,
cada dia y cada noche va tu gloria en aumento:
si cu al tu loa perfumaras, serias mina de civet a,
y la lengua mas alaba cuanto mas prueba y apura.

8 Todo casa arduo y complicado tu padre 6 re-


[sueIve:
quien no 10 llama alamin 7, 10 llama adelantado;
10 ves con el cuello enhiesto, de razones la boca
[llena,
cuando los otros los hombros encogen, at6ni-
[tos, cuellicortos.
164
9 Entendido en ley de Malik, sabedor de todo 10
[oscuro:
quien como tu se diga, dile que aguante las
[asas 8.
Cuando quien te oye propone un caso y a ti 10
[expone,
tu das las explicaciones, analogias y citas.

10 ~Quién como Abu Yunus, quién parecido a su


[caso?
Sanan por su mano los que mueren de ansia de
[dinero;
la gaya prosa y el verso fresco estan en su len-
[gua,
sabe quién es preferible y quién es tenido en
[menos.

Il En su mano no se ve dobl6n que no esté ya


[dado,
de sus virtudes hablan cuantos van a Este y a
[Oeste;
sus bienes son reunidos para dar, en ellos no se
le ahoga el alma;
son glorias que se acumulan y dones que se re-
[parten.

12 Pardiez, que la harina es cara, y el corner, mas


[que perfume,
y la mayoria divide la cebada a dedo y una 9;
la Sanjuanad a ha llegado, como ves, y es fiesta
[ésta
no de presumir de ropa, sino de pan en la tabla.

13 Mi puchero esta limpio, mi cami sa es la grasien-


[ta;
barrido en mi casa fue todo aposento, mas mi
[cabello en desorden;

165
caido tengo el bigote de 10 mucho que hace que
[no 10 tuerzo 10;
cada dia mi pan recorto, mas estoy sin corte de
[pelo.

14 Ojala en casa tanta harina tuviera coma boca-


[dos me faltan,
porque me hada unos puches, si hubiera gota
[de aceite;
pero tampoco hay lena: cuanto me falta he
[nombrado,
que si tuviera un mendrugo, bien que me 10
[amasada.

15 iQué buena era casa de abuela, ojala fuera yo mi


[madrd
iOjala pudiera yo besar con mi boca la de Nu-
[mara! 11.
Vestidme la tunica, subidme las mangas para
[bailar;
ea, cantad, baile el maestro, que es tiempo de
[hacer que baile.

68 1

o Esta claro y el sol fde bajo un cielo azul vidria-


[do:
a tercio de dob16n esta el cuarto, y ~quieres
que
[me case?

1 El tiempo es el mismo de siempre, sin poniente


[ni senal de lluvia:
si al pozo el anillo te cayera, 10 vedas de tan
[claro que esta;
166
es cual Dios quiere este afio_ 2
tierra que no hiere azada, y aguas frias, heladas.

2 No ves d6nde entrara aguja entre astros que su-


[ben y bajan:
todo el cielo es un turbante 3, y las estrellas,
[quilates ";
la Luna esta desvelada, siendo almoravid 5 en la
[abundancia:
un as estan junto a otras, totalmente encabalga-
[das 6.

3 Nadie puede hacer nada, stifrase 10 que Dios


[mande,
que Dios hace con sus siervos 10 que hacer le
[place,
y, al ver calamidades, tras ellas viene el alivio:
cuando te asusta el barranco, ya estas cerca del
[puerto.

4 Si Dios mandara clemencia, y el suelo se hiciera


[un charco,
quisiera saltar del otofio 7 e ir a caer en barros,
en primavera florida, con flores por todas par-
[tes,
los campos coma cortinas, 0 cual telas recama-
[das.

5 No temo yo al tiempo, sien do cual es Ibn Su-


[hayd,
s610 me alegro y me rio, juego y me divierto:
se chancea quien le busque igual, coma dice el
[vulgo mal 8;
que si 10 absurdo 10 es siempre, en esta queda
[atin mas feo.

167
6 El trigo esta caro, alfaqui, y la harina mucho
[mas,
y al vientre, como bien sabes, de jar sin pan no
[se puede:
manana, de derto, mendigo, si Dios no manda
[algo;
si, por favor, vas a darme, por Mahoma, hazlo
[correr pronto.

7 Mi historia es peregrina, porque ya no tengo


[mona,
ni con qué pagar el bano, ni por el corte de
[pelo;
dame opini6n, pues en ella tengo alivio en caso
lserio;
tu estas cuestiones conoces, y sabes c6mo resol-
[verlas.

8 Voy a describir su gloria, mas hacerlo seria lar-


[go:
mi vida entera acabara sin haber llegado en me-
[dio;
eres como blancas perlas que, al frotarlas, relu-
[cen:
viendo el lino se conoce c6mo sera ya cardado.

9 Lo que tienes en la mente, hazlo pronto, pron-


[to:
para mi 10 poco es mucho; nadie opine en hol-
[sillo ajeno;
venga ya, extiende tu mano, que la mia rengo
[extendida,
y nada mas me apesara que tu tardanza y dila-
[ci6n.

10 Ya hace tres dias que no zarandeo el cedazo,


168
anteayer, ayer y hoy, 10 que me trae preocupa-
[do:
el rat6n, buscando casa, tom6 acomodo 9 en la
[fuente;
pardiez, levadura y no mas como, de pura nece-
[sidad.

69 1

o Mi amigo dei coraz6n propone


que alabe a los chicos guapos.

Oebo alabar a aquéllos


de quien me dijo algo bueno:
no contrariarla a al-W asqï
aunque entre lanzas me viera.

2 No hay parejo a su natural,


me complace en todo tiempo:
coma la inspiraci6n que ayuda,
responde cuando 10 invocan.

3 Disculpa te pido, senor,


de empezar con quien puedo;
no pospongo bueno a malo,
ni por bondad se preceden.

4 El hijo menor de as-Subkï


rostro ha de refulgente luna:
creciendo se hara aûn mas bello,
que al alba la manana sigue.

5 También Ibn al-Aslamï:


ciego es quien niegue que es bello,
defendiendo una mentira;
por bueno doy combatirle.

169
6 El hijo del /iiijj 2 Ibn Ubayy
es dulce, educado y juicioso:
nada hay tras su belleza,
proclama quien 10 ve a gritos.

7 iQué muchacho Ibn MUQriz!


No hay cual él en la cludad:
si uno enferma de no verIo,
curara vien do sus ojos.

8 También Ibn Abilxi~~


su belleza a la belleza pasma,
creado es de magia IegaI,
alabalo sin empacho.

9 También al-'Abbas 3 tiene calidad


y es perfecto en cuanto cabe;
quedar sin amarlo es error;
morir por su amor, virtud.

10 Y guapo es Ibn aI-'Attar,


cuyo amor es recto afecto:
si Qays ibn aQ-Dari1:t 4 10 viera,
no tuviera escape de él.

11 El hijo del almojarife es bello,


tanto que no tiene igual:
ves sus ojos de gacela,
ves sus hermosas mejillas.

12 Su hermano Al:rnad acopia S,


naturai es la finura de elIos,
y, si en su cepo aiguien cae,
quedanise aliquebrado.

13 Abu: Bakr de Cullera,


iqué rara y noble hermosura!
170
Por su belleza alcanzan
al corazon de la gente heridas.

14 Tampoco al-J:Iurr 6 tiene igual,


toda belleza es perfecta en él;
si presume, derecho tiene:
favor hace al condescender.

15 Al primo de este muchacho


debo también alabar,
que, por Mahoma, bien sé
que seduzco al elogiar.

16 ~Como no veo al de Priego 7,


si 10 trajo el mismo Dios?
Ahora en su loa vuelo
coma el halcon 8 con sus alas.

17 Abulqasim, ya estan todos


los que nombraste en el zéjel,
sana y de facil sonido,
y de aun mas sanos conceptos.

18 iQué acentos dulces y alegres


del principio hasta el final!
Sin ti no 10 hubiera hecho:
y ahora, ~quién querra casar?

701

o Tu, el de los afeites, devuelve el saludo


al menos, traidor; ~qué es de la fe?

1 Acepto ceder, basta de reproches,


despeja de injurias la mirada,
171
mantén tu pie en el estribo,
y al pecho levanta el nudo de bridas 2.

2 Por Quien te hizo amar dei Emir,


no te pongas velo hasta ser mayor,
que celos, pardiez, me da el turbante,
cuando esta bajo el velo de tu boca.

3 Tu velo es s610 enemigo,


iqué suerte la suya, malhaya!
Disculpado estoy de envidiarlo,
pues se harta de besar 3.

4 No te asuste la luz de la Luna,


tu que en humano la superas:
aunque esté en el plenilunio,
la de jas cual'cero a la izquierda 4.

5 Dawud ibn Yattumar es bello,


no me ha dejado coyuntura sana;
mi coraz6n, pardiez, por él grita,
y mas gritara en adelante.

6 Y cuando habla, en buena parte


ante ti esparce las perlas,
y se hacen las voces alj6far,
o el alj6far se hace voz.

7 Mi amado tiene un caballo


que se pisa la cola al titubear s;
con la vista le dîce «aguija», y basta
para que se lance coma un dardo.

8 Y si 10 espolea 6 agarrandose,
sacando eI brazo y fustigando,
suelta la silla sin atarla,
trepidante el pecho y la cincha.

172
9 jAy, mejor mozo de la mejor tribu!
A ti se vuelven los ojos de todos,
todo mando para ti es poco,
pues eres hoy senor de esclavo.

71 1

o El labio dei vasa quiero morder, que es almizcle.


1 En este tiempo unD ha de desenfrenarse:
cuando se me perdi6 el vasa en el jardin entre la
[hierba,
cogiendo rosas y mamando al borde dei frasco,
mientras el ruisenor arriba hablaba sin acabar.

2 El vino se ha tornado amante delgado y pâlido;


dejadme con mi vaso, hermanos, recuperarme.
Quien me diga: «Bebe y disipate)) es mi amigo,
e insultaré a quien me diga que me enderece.

3 Sobre el beber guerra habemos el alfaqui y yo:


es dulce per.ar en dias de lechuga e hinojo 2;
mas, al ver mi blanca barba, me dice: «Arrepién-
[tete.»
Pero yo, por costumbre, aprendo vias de ilicitud.

4 Entre la copa, el jarro y el taz6n


estoy borracho perdido, ebrio cual poza de ebrie-
[dades 3,
llegândome un aroma de jazmin y albihar,
como el elogio dei mâs noble senor, AbulQakam.

5 Visir, la fragancia de tu elogio se expande como


almizcle;
a los reyes mâs que azucar place recordart~i.
173
la fortuna meti6 su lanza en la entrana de tu ene-
[migo,
y el mundo, sonriente, viene a servirte.

6 Sé tu lustre dei que conozco mil paginas;


amo tu gloria, que mas se ve cuando eres humil-
[de;
la compara al almizcle cuando se expande,
y, cuanto mas se quiere ocultar, mas delata.

7 Acab6 el zejelillo, y es mas dulce que brisa;


el escanciador la canta y el comensal la baila:
ten saludos mios, que me voy y me quedo;
cuando un poet a saluda, alguna cosilla quiere.

72 1

o El rasco se amasa, se venden «gacelas» 2,

gaza el primera de ana quien tiene dinero.

Los puestos tienen hermosa hechura,


pardiez que en ellos disfruta el ojo;
tranquilo esta quien no tiene hijos,
a no ser que sea holgado de medios.

2 El orden de la fruta es casa peregrina:


almendras, castanas, maravilloso datil,
nueces, bellotas, higos y pas as,
divididos en orden, juntos y separados.

3 «iA veIJanas, ciruela seca, casa gazas al»


Te llaman a la puerta continuamente,
dandote el ruido dolor de cabeza,
y es que ese dolor es el negocio de la avellana.

174
4 Parece la mesa una casa en bodas,
siendo el rosco la coronada novia;
higos y bellotas, la lana y brocado,
y pongo los platos en lugar del con vite.

5 Las toron jas son amigos emparejados;


las limas, peinadoras haciendo alborbolas,
y si hay palmito 0 cana dulce,
solo es comparable a las velas.

6 Afino, pardiez, mi mente inspirada,


produjo magia e innovaciones:
sin duda, fue cosa inventada,
mira qué grata esta invencion.

7 Cuanto he nombrado, hablando de ello


si no tengo con qué comprarlo,
Ibn I:Jamdin me 10 facilitani
del mejor modo y mejor talante.

8 Abu 'AbdalEih, iqué ilustre tu altura!


iQué limpio tu honor, fragante tu loa!
En el sitio de tu padre quisiera verte,
que la veste vuelva a su primer duefio.

9 Dios os prefirio con mucho:


noble canicter, nobles hechuras,
honor heredado y vieja gloria,
riqueza amplia, eficaz teson.

10 Murio tu padre, fue designio de Dios,


y nombraron luego al cadi Fulano:
ni por el rango, ni la elocuencia,
ni canicter, ni apariencia.

11 Solo a la Luna 10 comparada,


que bien se ve quien a su luz marcha,
175
y éstos son s610 coma la brasa,
que da luz, pero sin rayos.

12 Cuando llega el tiempo te mencionamos;


a otros loamos, coma ahora a ti:
a tu padre, tu do, tu hermano, a ti;
10 dicho es uno; la loa, corn un.

13 Amplias son para ti mis alas, cortas para los de-


[mas;
tu me haces muchos favores,
pues a donde voy, a donde vuelo,
en tus bienes paro y en ti quedo.

14 El motivo de tus loas esta en tu bondad,


coma el placer del borracho en la calidad del
[vino:
cuanta mas tierra el albai'i.il pone,
mas altura hallas en su pared.

15 Nada tengo que afiadir ni que quitar;


oro dame, oro quiero:
coma me conoces, insinuo de lejos,
contigo no tengo que quitarme el velo.

73 1

o Nunca llaman necio a nadie, hast a enamorarse.

1 Bajo égida divina y en dicha estaba uno,


cuando me dijeron los ojos de Ibn MahdI: «Ama
[perdidamente.»
La pasi6n es demonio, y todo demonio es mal-
[dito:
si era su natural amar, ya sucedi6.

176
2 Me dijeron: «Viaja, que quien viaja se alivia
de todo.» Y yo dije: «Salvo de amores.»
~De veras me 10 dijeron, sefiores, 0 de broma?
Quien 10 dijo, no dijo verdad ni fue sincero.

3 Arriba, mozo, ensilla el rucio, ~qué traba hay?


Veo que el dia se me ha pasado sin verIo;
no me lIores alrededor, que no puedo oir lIanto
de ojos negros ni azules, si son belIos.

4 Me puse en marcha, ibuen mozo en verdad!


Mis fuerzas no aguantan verano ni invierno.
Hoy, mafiana, pasado: ~hasta cmindo peregrinar?
El alma se me quiere desgajar de no parar.

5 Subo a un cerro, hendiendo viento, si corre:


bajo un barranco cual si te hundieras bajo el
[suelo;
vi lOfinidad de adelfas y zarzas,
mas ni una planta de albahaca 2 vieron mis ojos
[en el barranco.

6 Viajamos de noche y de buena mafiana;


tenia el rostro rfgido y me faltaba el aliento:
me vieras de madrugada dormitar sobre el caba-
[lIo;
cuando alguien ves con rostro rfgido, es que de
[noche viaj6.

7 Entramos en Granada, bien acogidos de felici-


[dad;
ces6 mi cuita: ninguna en mi pecho qued6
con el visir Ibn Abï 'Aysun Abull;nkam,
que me acogi6 e inund6 de cuanto se gasta.

8 iTu que me diste y satisficiste, solo y sin par!


Eres el mas generoso, quieran otros 0 no;
177
no divago ni me aparto del concepto,
que no tiene galard6n quien divaga, sino desa-
[z6n.

9 Abunda en él mi loa, pues abunda en los gene-


[rosos,
hablando de su largueza y favor, nada mas.
El poeta inspirado compone estas razones;
mérito del que compone es el ser precursor.

10 Son tus gracias ser visir, secretario, tesorero,


[alamin,
buen guardador del tesoro ptiblico musulman.
Mal contraste hiciera quien pusieran en tu lu-
[gar,
que no hay mas recto, ni habil, ni de fiar.

o Mi amado es seiior de beldades; los demas, escla-


[vos.

Digo «mi amadQ), ipluguiera a Dios no 10 fuera!


Torn6me la color del cuerpo cual poniente sol,
jug6 con mi mente, acercandoseme tanto,
y cuando me tuvo bien, se me alej6.

2 iQué necio el pobre amante, qué ignorante!


A solas con el amado, 10 besa;
quiere apagar el fuego de su coraz6n y 10 enciende;
los besos le parecen ser refresco, y son combus-
[ti6n.

3 Fue un dia su caracter como la miel 2,


me salud6 y dio el beso de compromiso,
178
y yo ya siempre, de nostalgia de aquel saludo,
lIoro copiosamente cuando veo el saludo de pas-
[cua.

4 Estoy borracho perdido, ebrio cual poza de


[ebriedades,
entre la copa, la jarra y el taz6n,
lIegandome un aroma de jazmin y albihar;
mas se ha disipado la bebida y no sirve 3.

5 Tu ya estabas borracho del frasco


cuando te bes6 el pobre amante con toque 4 de
[libertino,
haciendo su boca en tus mejillas efecto peregrino,
pues anadi6 a su rosa un nuevo color.

6 Mi amado es lampara entre hermosos; los demas,


[noche;
t6mame por esclavo, que te lleve yo la cena,
te tome el talante de una mirada y, si quieres,
gdtame «de acuerdo», que yo te gritaré «senor»,
[si quieres.

7 iQué esclavo tendrfas conmigo, poeta. y letrado!


y si quieres canto, oidas algo asombroso:
en otros tiempos yo cabalgada en corcel,
isi hubiera oido mis trinos al-Mu'tamid!

75 1

o Mi amado me dice «senor»: hijo, es mas cierto al


[revés;
dime, amigo: «Tu eres el mundo, y el pr6spero
[momento.»

179
Pero que sea yo tu senor es decir un absurdo;
no me hagas mas cumplidos que 10 que se puede
[decir,
y 10 que en respeto mengües, anadelo en intimi-
[dad;
no pongas en tu pecho alquitran y leche en la
[boca.

2 ~Qué se te da a ti que se pierda 0 guarde el cora-


[z6n del que te ama?
Djala, amigo, sintieras la décima parte que yo;
perplejo quedarfas, ora esperando, ora temiendo,
sin saber, al esperar algo, si se cumplira 0 no.

3 Los amantes inquietan a sus celadores, pardiez.


[œor qué?
Nosotros también tememos 10 mismo que ellos.
Celador, muy celoso te vemos. ~No temes amar-
[lo?
De tanto que yo he amado, ahora vuélvome cela-
[dor.

4 El amante por quien muero, ~c6mo


ha de ser al-
[canzado?
El y cien celadores me ponen en dura situaci6n;
nunca se detiene conmigo mas que un cuervo
[para,
ni nunca se sienta conmigo mas que predicador 2.

5 Me admira su belleza galana: hijo, Dios bien te


[dio;
te enojes, te amigues 0 rompas, busco tu satisfac-
[ci6n;
quiero verte y no me harto nunca de encontrarte;
haces 10 posible por herirme, y me agrada tu tor-
[mento.
180
6 Dqome, al verme preocupado y macilento:
«Abu Bakr, debes hacer 10 que hacen los demas;
ea, cuéntaselo a Yahuda: 3, médico de la ciudad.»
Bien sé yo mi electuario, mi jarabe y mi doctor.

7 Ojala una noche mi suplica sea atendida;


diffa yo: «Dios mio, abreme la puerta de mi de-
[seo»,
y a una nos abrazaramos y quitaramos la ropa;
prabaré, tal vez suplicaré, y él escuchara.

8 No te impondré mas afecto que el que quieras


[dar
(te engano, pues el que ama siempre ha de enga-
[nar);
si entre gente nos encontramos, de lejos bésame,
y si a solas nos hallamos, de cerca bésame.

9 Haz la que te plazca hacer, siervo soy ante ti,


entre la gente no veo a otra a quien mirar;
sabes bien 10 que busco, no te tengo que expli-
[car;
aunque todo bien me niegues, visitame, no me
[dejes 4.

76 1

Se da tono conmigo, tiraniza y es injusto cuando


[quiere;
con sus ojos ve hervir mi coraz6n, y mas le ana-
[de:
si me mata, que es 10 que busca, a su esclavo
[mata;
imposible es que a mi amor mi tali6n reclamen.

181
2 Ped{le venia para de jar su amor, pues me mal-
2

[trataba;
dijo mi amor amenazante y terco: «Moriras por
[mi',
pardiez; has de inquietarte, sufrir y azararte hasta
[verme,
y por mor de mis noticias, amaras a mi vecino».

3 ~C6mo esperar uni6n u ocasi6n, y qué vida an-


[siar
de quien lleva faca al cinto, luciente cual relam-
[pago?
Cuando le dije: «Da a este pobre un beso, escu-
[cha»,
de un golpe me volc6 el mosto delante de ellos.

4 Error fuera que muera un quzmani', mejor es que


[viva.
He aqui' la fiesta que ha llegado, ~con qué feste-
[jar?
Mas me urge loar a Abull)asan al-Bayyant,
mejor me esta buscarlo con mis poemas.

5 Se acerca la fiesta, como demuestra que estas


10
[viendo,
y es uso en tal ocasi6n arreglar y renovar;
tengo que comprar ropas y cosas buenas,
hacer corn pras para mi hogar, seglin mis medios.

6 Oh tu a quien pido, cuando no tengo dinero, el


[suyo,
cuyo provecho alcanzo cuando 10 busco en esta
[guisa,
dame aquél cuyas 6rdenes se obedecen, juntame a
[él:
un buen dobl6n que me quite achaques, rubio
[cual mis aladares.
182
7 Una mozuela hermosa 3 canto una linda copIa,
cantando sin revelar a quien de verdad nombra-
[ba;
placer tengo 4 en decir sus versos de esta mane-
[ra S:
«Madre, mi amor deI todo es este mozo, el pillo
[de 'Ali ~).

oMis parpados revelaron 10 que hay en ml cora-


[zon,
y no ve mi tormento sino quien me aflige.

No temo en mi corazon delator ni envidioso;


las calamidades niega, esta es, pardiez, negar,
y si un infierno me asiera a un costado,
no saltarfa una chispa al otro lado.

2 Tengo toda pas ion, sin compartirla con nadie;


en esta bisagra me he pillado los dedos,
pero se aliviarlan cuitas y cesarlan mis dolores
si encontrara un amante con quien Horar mis pe-
[nas.

3 Si cierro los ojos, en sueftos la veo;


si ando, su imagen ante ml camina:
ha acortado mi vida, alargando mis dfas,
la de pecho a la par blanco y de granada.

4 «Hermosa toda, me extenûa tu desdén;


considérame cinta, méteme en tu seno»
Dijo eHa: «iQué listo, mira qué pillo!
Demasiado flojo estas para entrar en mi seno»

183
5 Presume quien amo, y aguanto su presunci6n;
si me ve llegar por alli, se marcha.
No me parece comparable sino
a autoritario sultan que ordena y prohibe.

6 Toda pasi6n acaba, mas la m{a sigue;


pero el borracho goza cuando el copero escanci~
cual deds que esta gloria es de Yannaq,
decid que es quzman{ su agradecimiento.

7 iVisir Abu Bakr, no me quites tu favorI


Este escrito sea mi acceso a tu fottuna;
veré tus favores y c6mo son tus obras,
que no esta mi casa oculto a mis amigos.

8 Si das, bien hara quien agradezca tu don,


y debes darme, puesto que yo te adorno,
y si tu eres senalado por tu gloria,
también yo 10 soy en mi oficio.

9 Si se aceptan mis palabras y triunfa mi plan,


mi dia sera blanco, y mi noche, fausta;
vendra un mensajero, cuando estoy sin blanc~
iqué suette, senores, qué alegrfa si viene!

78 1

o Da muchos recuerdos m{os a los paseos:


pasaron los d{as de solaz y acab6 la vendimia 2.

2Qué hay que no teng~ fin y no acabe?


Quien entra triste al R{o, pierde las cuitas.
iCuantos dineros gast6 y naciones arruin6
la piller{a de un mozo guapo con un viejo!

184
2 iQué tristes esos lugares! Pero ~cuando?
Cuando se te caen las hojas con alguna lluvia,
coma si los arboles te dijeran: «Huye, hombre.»
y yo toma el camino, sin volverme siquiera.

3 Es un sitio despoblado y sin bienvenida,


don de entré y, entrando, senti cual peste:
conejos vi correr do estuviera el cobertizo 3,

y grullas recorrer el lugar del cereal.

4 Mucho debemos a aquel estanque.


iSi yo mostrara 10 que hay en mi corazon, que
[es fuego!
A su orilla pas aria noche y dia,
llorando por Fulano, mientras haya estanque.

5 Envejezco cada dia, coma ocurre aquien vive;


temo que unD se muera, haciéndose historia;
mas el pan precisa horno cuando ha fermentado,
a menos que se altere y 10 horneen acimo.

6 Sevilla, icomo te quiero y te bus co!


Mas soy ante ti un tonto plebeyo:
si no fuera por el zalmedina, no te elogiara;
Abu Na~ es mi auxilio, y bien que 10 es.

7 Dios, queriéndome bien, me 10 hizo conocer:


con oro juego alegre, y marcho elegante,
celos dando a todo poeta, que me 10 envidia;
pero ha de reventar y tener celos quien me en-
[vidia.

8 Gran cosa es el cargo de zalmedina,


que antano desempenaba el catifa mismo;
por él gobiérnase la moral y se endereza,
y en el consejo del principe es lengua del emir.
185
9 iQué habil eres sentenciando prevaricadores,
qué severo con descarriados que no se arrepien-
[tan!
iQué penetrador de intrfngulis que te estan
- [ocultos!
La fisonomia te revela 10 que hay en la concien-
[ciao

10 Pero, ademas de juzgar, tienes buenas cualida-


[des:
brillas cual si tu rostro fuera luz de la maiiana,
y estan llenas tus manos de largueza para quien
[espera;
buen augurio es ofr tu nombre, buena nueva tu
[rostro.

11 Sentado éste en su silla, a la puerta de palacio,


ordéneme 10 que quiera, cumpliré 10 que man-
[dare,
que si probara tu espada al-FaŒiki 4, nunca ma-
[tara,
y si te viera Halc6n Gris 5, t6rtola se tornara.

12 Exulta aquél a quien mis versos recitan,


entran al coraz6n del hombre y con él se mez-
[clan;
mi zéjel parece haber volado a todas partes,
pues con tu favor le han crecido alas para volar.

o Cubre la tierra verde tapete,


se abren margaritas, florece todo.

De azucenas habla, loa su belleza;


las rosas no olvides, también 16alas;
186
pon narcisos a su izquierda,
y descuida el jazmin hasta florecer.

2 Las ramas se alzan sacudiendo joyas,


tras ensartar el rodo perlas en ellas;
las flores perfuman por todas partes:
te hace olvidar la roja a la amarilla.

3 Deja el alheli tal cual es,


que es de la noche, y la noche es suya:
desde la tarde con él secretea,
y, al sentir el alba, jurando niega.

4 La noche cierra tinieblas, extiende alas,


queda ignorando la promesa del alba.
Pronto vino Arcturus 2 blandiendo lanza,
guardando a Spica 3 de la traici6n.

5 Hacen los Farqad 4 cosa mal vista:


de la noche murmuran, inquietandola;
si al menos hablaran de la Osa Mayor,
siendo parientes, fuera mas leve.

6 as-Suha: 5, que 10 ha oido, no se aguanta,


no quiere el pobre con ellos nada,
y dice: «Soy inocente, alla ellos;
indiscreci6n seria hablar yo mal.»

7 El Aguila 6 se guarda de tales cosas,


diciendo: «Rencor no quiero, ni me acerco;
guardame, Vega 7, ponte en mi sitio,
que yo me oculto esta noche y no me citen.»

8 Capella 8 no pregunta por el desaguisado:


nunca se aparta del centro de la Via Lactea,
y es sensato que duerma fuera,
pues siendo los astros gui adores sus amigos,
[~qué mas quiere?

187
9 La luna brilla en su plenilunio,
con Mercurio, el escriba, a su siniestra;
]awzahar 9 de 10 suyo gasta,
y son tropa, en torno suyo, las estrellas.

10 Todos miran con corazon alegre,


sigue con tus zéjeles, haz versos, alaba,
di qué bello es esto, di en muwaiia4:
«œarecido a Ibn I:JamdIn? Dios es grande!»

11 Mientras haya mundo se preciara de su justicia,


y la fortuna se prosternara en el polvo de sus
[zapatos.
No hay gloria conocida, salvo por su causa.
~A quién se alaba en toda reunion?

12 Tu, que quieres alabar, di cual te plazca,


que hay mas que atribuir de 10 que en tu mente:
anade tus peregrinos epitetos cuanto te parezca,
sobre el unico del mundo, que es fuente y cabo.

13 El ha alzado edificio de virtudes,


se ha obligado a acoger los ruegos,
ha extendido el favor a todo pedigüeno,
y son buenas sus obras, vistas y dichas.

14 En él sale el sol de la majestad,


haciendo de Ibn I:JamdIn nombre de la largueza;
alma seria él necesariamente,
si la excelsitud tuviera cuerpo reproducible.

15 Senor Abulqasim, cadi de la aljama,


siganse contando de ti excelencias,
y a acatarte vengan tus esperanzas,
Dios ai'iadiendo a tu gloria gloria.

16 Camino eres de religion para enderezarse,


concédanos Dios agradecer tu cela;

188
perpleja estaba la judicatura hasta alcanzarte,
cesando 10 vano y mostrandose 10 recto.

17 De equidad habl6se, sin ser probada,


hasta aparecer la estrella de justicia:
injusticia, aunque se busque, no se halla,
y hay recto predicador en cada almimbar.

18 La pluma de tanto escribir se cansa,


la cuartilla se avergüenza y ruboriza,
pues tu no has dejado atras nada,
y si dices «Ha de sen>, no eres remiso.

19 El dia en que 10 veo, me alegro, y se llena 10 de


[gloria;
el mismo camino de mi casa, si en él 10 veo;
de tan dulce que es tu menci6n en la boca,
parece lIen arme la mia de azucar.

20 Que siempre los dias cumplan tu empeno,


que Dios te dé y aumente la gloria;
sea humillado quien te contradiga,
y saquen un ojo a quien amén no diga.

80 1

o Trigo nuevo, soy tu amado,


y la vida me desplace hasta encontrarte.

Mira de viajar 2 cabe tu amigo,


aparta al ingrato 3, ven por tu camino.
Feliz quien ya comi6 de tu harina
y esta contigo y tu bondad sabe.

189
2 Considera mi casa s610 tuya;
quédate en mi casa, y yo a tu lado;
tiempo ya hace que te esperaba;
si algo demoras 4, Dios te reclame.

3 Excelentes dfas los de tu entrada,


cuando llega tu altura hasta el talle,
y tu apareces entre tus espigas:
iqué hermoso estas sobre tu tallo!

4 Si a vuelta de correo vienes,


ven en mulo, cual prenda cara:
conmigo tendras el mayor respeto,
a nadie te daré, ni entregaré.

5 No amo 5 mas época que la tuya,


hazme ver el bien 6 en tu lugar;
no vaya a buscarte mi Ho alfaquf;
pardiez, no cejaré hast a traerte.

81 1

o La gente tiene condumio, y mi pan esta seco;


si tardas mas, mendigaré, supongo.

La gente tiene acemite; yo, un mendrugo:


sobre él me ves como aguilucho.
Me parece ver mi cuerpo en angustia:
de manana me arrastro medio dormido.

2 Carne coméis, y yo nada tengo;


huelo el asado, pero no veo nada;
milano me he hecho, y a donde voy,
robar procuro algUn polluelo.

190
3 0 gato que va suelto por el tejado,
con boca htimeda y mostachos largos,
que viene corriendO' y huye con piltrafa:
sabes que soy mejor que un gato.

4 Veo que todos hacen locuras,


y yo me quedo atras con mi pan;
a pesar de mi glotonerla,
estoy, si me vieras, en ardua guerra 2.

5 Bueno esta: pertenezco a los visires,


mas no tengo ni senal de carne,
algunos que vien en a visitarme
coma amigos, son s610 espfas.

6 Hasta en suefios me vienen


los demonios a burlarse,
diciéndome: «~Quieres asado?»
iHagase la voluntad de Dios! iHasta demonios!

7 Dame carne y pan de almod6n,


manda carb6n y manda hornillo:
vivo en la fonda de los habices;
aquf me tienes vivien do de sopa boba.

o Mafiana pintan paredes y clavetean cercados 2:


para la fiesta no fahan sino cuatro dfas, no mas.

Martes, miércoles, jueves y habremos descansado,


pues el vie mes por la noche, estés con bien, fes-
[tejamos.
Vendremos de saludarte, tras haber ya degollado,
al pan marcado 3 y al alimento asado.

191
2 Sale gente el dia de Minà ': vedas en el zoco 5
[aprietos,
yendo de un carnera a otra: «He aquf un carne-
[ra atado.
~Cminto yale? Paga, toma.» Lo revuelven, mano-
[sean,
10 trae un cargador al cuello gritando: «iPaso,
[cuidadoh>

3 No olvidaré un carnera cornudo de la pascua


[anterior:
si al muro ponia la testa, no habfa modo de
[apartarlo;
unD y otra carnicera me dedan c6mo apanarme:
«iHermano, que ceb6n, terco coma un mulo 6!»

4 Pera ~quédigo ahora de carneras de esta pas-


[cua?
Calculalos como quieras, seran quinientos mil 0
[mas;
s610 ves gardo y lucido, superior tras superior;
si de éste dices que es grande, le sigue otra
[mayor.

5 Dios no quiera, hermano, que quede mi casa sin


[uno,
sin que de repente escape con la soga en los
[cuernos,
o que en el zaguan se quede, separado por la
[puerta.
Oye la voz deI augurio: él te 10 dara, es segura.

6 ~No te parece vergüenza que en la manana de


las cabezas 7
quede la mia pensativa, plegado yo cual navaja,
seco, hocicudo, polvoriento, 10 mas parecido a
[un pollo

192
al que le queda la cresta 8, de tan seca, descasca-
[rada?

7 ~Qué ha de haber, sino asadura y cecina en lon-


[jas,
y mi asado al lado, mientras me siento a salar,
y a poner al fuego, que luego empiece a arre-
[glarme,
y que esté ya ataviado 9, arremangado entre el
[humo?

8 Deja atras todo eso, ya sabes 10 que pas a:


yo escogeré a ojo, y tti, pardiez, me 10 pagas.
~Qué se te da un mugriento, que con su hedor
[desgracia?
Por Dios y por Mahoma, pronto, no se me raje
[el parpado 10.

9 Y 0 ahora buscaré cuanto es preciso tener:


cuerda para colgar, cuchillo que afilaré;
veré si esta listo, cual es preciso, el recinto 11,
el agua que bebera y la hierba que paste.

10 Otra alba hay de luz en un mismo dia 12:


asi es la de la maf'iana coma la del atardecer;
dame a besar tu mano, que te dé cien besos,
premie Dios al que cumpli6 y 10 hizo repetida-
[mente.

83 1

o Hay que Horar, aunque la resignaci6n sea mas


[titi!,
pues quien ha muerto no ha partido para regre-
[sar.

193
'1

1 Excusado esta, pardiez, mas que excusado


todo el que se turba en las desgracias,
y aunque de nada sirve que los ojos IIoren,
hallan, haciéndolo, consuelo.

2 Lo dijeron en Sevilla y no quise creerlo 2,


hast a que amigos IIegaron que confirmaron la
[nueva,
y tu noticia corri6 por Oriente y Occidente,
cortando esperanzas, desanimando y sobreco-
[giendo.

3 Retorci6 entranas, caus6 enfermedad y perpleji-


[dad,
sobrecogi6 nuestros 3 corazones, demud6 y tras-
[torn6.
El hombre no tiene opci6n en la vida,
sino que es trasladado de lugar a lugar,

4 La fortuna es de talante adusto, sombrfo y hu-


[rano:
no tiene cualidades morales ni belleza f{sica:
cierra tus ojos ante ella, pues no tiene qué mi-
[rar;
ciérrale 4 tus o{dos, que en ella no hay qué escu-
[char.

i i 5 Renuncia al mundo, truécalo por algo mejor,


come 10 imprescindible, apartate de la gente,
y si te dicen: «~C6mo estas?», tu di: «No mal»,
y viste coma sea, sin vergüenza, contento.

6 Tras Ibn l;Iamdin no queda honor ni gloria,


la nobleza se rebela, partido su sefior,
y aunque resta su nombre, perdi6se el concepto,
!
y queda el eco, mas la realidad acaoose.

, i
194
1

i
7 Siempre oyes: «Por mi vida,
es cosa mia, déjamelo a mi,
por vida mia que es cosa hecha y bendita por
[Dios,
que yo he de cumplir y hacer tal y tab>

8 Mas cuando a la tarde vas a 10 prometido,


te dice que tiene que irse al cortijo:
ipardiez, que si hablara bereber
no andarfa sino en albornoz embozado! 5.

9 Ataca, fortuna, haz como te pluga,


que ha muerto Abulqasim, tu sol y tu luna;
tus propios dias cortas, matando a tus hombres:
~son éstos principios, es ésta cordura?

10 Mafiana de pascua, tu juventud troc6se:


tu rostro no brilla, ni pules tu atuendo;
no esparces fragancia, ni relinchan tus bestias,
ni se ve tu rostro, resplandeciente como espejo.

11 ~D6nde quedan aquellos dias, aquellas noches


cuya faz no ves, sino la desgracia 6?
Era el cadi hombre entre mis hombres,
de altas miras, temible y uti!.

12 Perdi6se la zuna y qued6 el Islam


todo roto 7, sin cuello ni mangas,
rasgadas las puntadas 7, sin una costura sana,
ni nada que remendar detrâs ni delante.

13 Muerto tu, cadi, ~con quién arreglarnos?


~Qué conformidad cabe, si la desgracia es
[mayor?
En ti no se pierde tan s610 la ciencia,
sino que alteza, religi6n y gloria cesan.

195
14 Tu pérdida ha sido gran calamidad:
la costumbre de la bondad ha dejado de se rio;
tras ti retroceden numerosas gentes,
como las pulgas en la frente deI calvo.

15 Nuestra cuita es grande, muerto el cadi;


la fortuna es jugador gue nos da jaguemate.
El noble sufre mientras el necio disfruta:
tu, inteligente, baja; tu, tonto, sube.

16 AI hombre tocan cosas amargas y agrias;


guiere a~irse, mas no hay don de;
por mucho cavar que le den y buen campo,
en una noche no crece el cilantro.

17 Agui esta tu ausencia, y tu proximidad, ausente;


si vivo te quise, querréte muerto;
oye 10 que te digo, por ti dolido,
y ya sin razon, pardiez, de tal pesaro

18 Déte Dios cumplido beneplacito,


y haga de mi tumba en Cordoba tu vecina;
déte en el paraiso morada y hurfes,
y riegue tu hues a, espaciosa y fresca.

84 1

o Juro que, aunque te den pepinos 2,


no haras tantos viajes como los mlos.

Se me ha ido la vida en id as y venidas,


en pleno descenso me ves ya subir;
si algo me agrada, esta prohibido,
mas no se eIige 10 que es de fuerza.
196
2 Quisiera, si fuera posible,
nunca cambiar de ciudad;
mas es raro lograr el anhelo,
cuando asi 10 dispone el destino 3.

3 ~Sabes por qué sal{ del lugar?


Hubo un caso, a nadie se 10 diras:
cambio de opinion, ya 10 he olvidado,
que es asi coma siempre cuento todo.

4 Y si me niego, parezco poco cortés.


iPardiez, si fuera de oro este decir!
~Sabes qué hubo y cual la causa fue?
Te 10 diré, mas no hay ahora ocasion.

5 Y 0 no profeso el desdén tras la union;


suelo, hermano, decir, sea cual sea, verdad.
Dios perdone a quien, prometiendo, atras vuelve.
au, siéndome fiel, te voy a faltar?
6 Déjame de eso, que no somos crios:
justo 0 injusto, 10 que paso, paso,
y en la vida mencionarlo pienso,
que ha de temer unD el baldon.

7 Uno vivia sin pensar 4 en dinero,


cayendo y alzandose ante la fortuna,
bien sabes que no por fuerte,
sino solo, cual ves, cuesta abajo.

B Ocurriome algo de admirable augurio,


pues tuve, pardiez 5, casa peregrino
con una mujercilla que vive cerca,
y venir solfa a cuidarme la casa.

9 Al atardecer me vino,
cacharrillo 6 en mano, y comenzo

197
a moverlo y tocar palillos,
cual gusta a las mujercillas.

10 Y 0, cuando vi 10 que hada


y «fulano, ve», «ve venir a mengano» 7,
«cambian los amantes constantemente»,
a qué te digo, ya no soy mozo B.

11 Le dije: «Mira, pardiez, qué es 10 que habni.»


Mir6se la mana y me dijo: «Bueno 9,
hados blancos 9, cual algod6n te veo;
ahi esta la gloria, mi dueno, buena de halla!» 9.

12 Yo le dije: «~C6mo? Hay carestia,


y nadie en el mundo pr6spero veo,
sino a nuestro senor Abul'alâ.»
Dijo ella: «A éste queria yo nombra!» 9.

13 Le dije: «Mas ~c6mo llegaré a él?»


Me dijo: «Asi: entra y salûdalo,
pues tan pronto te encuentres ante él,
cogeras gloria y honor a quintales»

14 Dije: «Si cierto esta todo resulta,


tendras parte, no daras con avaro,
pues te regalaré cuanto es bueno;
te daré a elegir 10, y a tu gusto escogeras»

15 Una albanega de seda Il mafiana te compraré,


carb6n para tu casa, aceite y harina,
un cordero gordo y dos cargas de lefia,
una gallina y cuatro pollos grandes.

16 Ella dijo: «Bien, muchas gracias;


no es porque estés delante, ni quiera alabarte;
todo bien que te llegue 10 mereces,
sabe Dios que te alabo todo el dia»

198
17 Al dia siguiente me dispuse a viajar,
sin de jar en casa sino las hue lIas;
pasada la noche, me alcé de maiiana,
pues los arrieros parten al alba.

18 iSi no fuera que me engafio, pobre de mi,


dandome en 10 oscuro un mulo ruin
y jurindome por cuanto pudo jurar
que era andador y cual quisiera iba a caminar!

19 Cuando fui a echarle la alforja encima,


temblando se le enredaron los pies,
hast a que vino su amo y los enderezo:
nos retrasamos, idos ya los mercaderes.

20 No era mas que acémila paralitica,


con nudos en el lomo cual acebuche 12
que ves por detras sobresalir,
alzandose segtin tipos, mayor y menor.

o Oesde diez dias antes 2, piensa en tu pascua,


pues no te valen ardides cuando llega el aprieto.

Ve a comprarte tu carnero a tu sabor;


que un ganapan te 10 lleve y ponlo en casa;
salgate blanco y gordo, bueno, bendito,
tierno, ligero, titil, mas te di ria.

2 Carnicero, ~te asusta que enderece ore jas?


Coge cuerda, atalo de pies y manos,
vuélvelo a la alquibla, ctibrele los ojos,
y en su pecho sentado el cuchillo métele.
199
3 Amigo cordero pascual, soy tu cofrade.
~No te avergüenza huir? Compadece al débil 3.
~C6mo estan tus amados, c6mo tus amigos?
~C6mo estan tus asados? ~y la cecina?

4 Un pote lavado al fuego con agua,


sai, cilantro y bastante especia:
prueba, y si ves que, silbando, esta hecho,
bate ya huevos, sopa adereza.

5 Si no me 10 mandas, me quedaré quieto:


~de qué pote comeré? Diran, al verme:
«~Quién eres tu, que entre platos llegas?» 4.

Tu eres mi senor; nosotros, tus siervos.

6 Pagame tu casida en ram,


deuda es que tienes y no se olvida;
p6rtate esta .pascua coma yo espero;
darasme el precio de mi casida.

7 Levantate, Ibn Quzman, deja el estrado;


lava tus bajos con cuba y jofaina;
di a este vestido: «Para hoy te guardaba.»
A 10 viejo escupe, ponte 10 nuevo.

8 Vete al cadi a darle saludos;


entra a Abulqasim, ponte dei ante;
guarda respeto mientras 10 oigas hablar;
entra, ve, besa la mana de tu senor.

o Aguijad, pardiez, los que decidisteis hacer guerra


[santa,
que ésta si que sera guerra, y si que sera campana.
200
Este, hermano, es llamamiento, ésta si que es
[salida;
bien ha sido preparada, y aseguran galard6n
la suerte, los hombres y el visir Ibn Zuhr:
iDios nos libre con bien! Ya reunidos, espolead.

2 iQué hermosura la marcha, qué hermosa acam-


[pada,
mostrando estandartes, almofalla y atabales,
gritos de «Suerte, 'Ali» y «La oraci6n por el
[Profeta»! 2
Asomando en lontananza, causan desmorona-
[miento 3.

3 'l~Qué coraz6n, qué afan puede al contrario que-


dar
vien do tus tiendas juntas, todas hacia su parte?
Se levanta polvareda que les vuela a las barbas:
didas que se levanta liebre que el azor acecha.

4 Al ver cristianas cabezas sin abluci6n prosterna-


[das 4,
las espadas en los cuellos coma hoces en las
[mieses,
ve con tu larga pica y clavala en las corazas.
~Con qué coraz6n te vendnin, si no es estreme-
[cido?

5 No veras ese dia sino aceros y astas,


disparo sobre disparo, y dardos coma guijarros,
el alquicel al brazo y el cintur6n en las ingles,
e hideputas de palo 5 saltando coma alacranes.

6 Visir, cuando te has propuesto y decidido lu-


[char,
con un acero en la diestra y otro igual en la si-
[niestra,

201
yéndose en derechura unos hombres contra
[otros,
si ves que un pecho se vuelve, atraviésale el co-
[raz6n.

7 iQué regreso alborozado, con alb6rbolas y ruido,


con los grandes condes de hierros cargados,
mujeres y mozas con pelos desmelenados,
viejos y vie jas a empellones y pinchazos!

8 De combatir a los hombres y aguantar con


[pundonor,
de si Fulano es valiente y Mengano mucho mas,
son cosas que no he entendido ni de chico ni
[de mayor:
de una poesfa preciosa 6 y zéjeles si que entiendo.

9 Negro quede el cristiano; nosotros, cual algo-


7

[d6n,
con banderas, atabales, campan as y cuernos,
diciendo Ramfrez Il: ((La lid decidi6se 9, bar6n.»
Dijo bien el hideputa: las guerras deciden.

10 Y 0 iré a caballo, con mis mejores galas,


entre visir y alfaqui, ni una pulgada apartado.
iQué hermosura de manana, qué hermoso dia!
Tu antes pregona qué dia haremos la parada.

o Eramos mozos y, andando el tiempo,


echamos barba: hombres ya somos.

Sali6me barba, me hice muchacho


cumplido 2, fornido, sano, fuerte cual mulo:

202
mil labores en un momento hada,
aun levantar pesados pedruscos.

2 Era presumido por aquel entonces:


en los banos me cortaba el pelo,
que se me igualaba delante y atras;
10 hice costumbre, presumia de ello.

3 Yo he sido siempre dado a vestir,


seda era mi ropa con forros de raso,
hermosos capotes de dis tintas clases,
y turbantes de Dabiq 3 que costaban cuartos.

4 Poco importaba que me dijeran necio 0 sen sato;


yo iba a mi gusto y comia bien:
a cada dia, nuevo sustento,
que de hoy a mafiana hay que esperar.

5 A un hombre alquilé una casita


por un cuarto durante alglin tiempo;
luego me dijo: «Tres ochavos quiero.»
Le hub~se dado hasta un metical.

6 Tenia alhanfa frente a la cama,


y junto al pozo, lindo brocal ";
un mirador con su puerta grande,
de donde vefa 'tres millas de campo.

7 En el arrabal no habfa maestros ni peregrinos S,


sino bellas viudas, ya sin marido,
que siempre venian por algo
y a cosas que no debo citar.

8 A la memoria me vino esto s610


por 10 que te deda de la mocedad:
del caso algo voy a contarte;
largo 0 corto, 10 has de escuchar.
203
9 Parado a mi puerta una tarde estaba,
cuando vi a alguien pasando mirar:
~Qué era aquello? ~Sol 0 luna?
~Ebriedad, verdad 0 alucinaci6n?

10 P6mulos largos y blancos como algod6n,


ojos negros y cejijunta;
bueno, toda la belleza, bien, bien,
no cree que se le encuentre parang6n.

11 En las mejillas rosa cual de rubor:


ser plo sin veda es hipocresla.
Seis trenzas vieras cual claros rayos,
saliendo entre la ropa y el alfiler.

12 Dientecillos como si alcanfor fueran,


labiecitos cual si fueran acerola;
o era hada, 0 era hurl,
dulzura y toda magia legal.

13 DfJome el coraz6n: «Ve, mira d6 entras,


e intenta, pues cuando 6 llegues
y luches, muriendo 0 matando,
una de dos: la logras 0 pereces.»

14 Dije: «Senora, tu siervo siempre seré;


he aqul mi cuello, con cuerda atalo.
Senora, ~cuanto pagas y cminto pegas?
El alma me acaba tu retrecherla»

15 Dijo: «Pues bien, yo te quiero mas;


ha de ser tal como has dicho tu.»
Dije yo: «Bien, deprisa, conmigo ven.»
Dijo: «Espera, queda tu ardid hallar.

16 Mi esposo sale de noche a rezar 7;


ven, mas cuida no te conozca alguien;

204
ponte andrajos, aljuba, 10 que encuentres,
y la lengua cambia con la figura»

17 ~Qué te digo? Pasmado quedéme,


pavor me entro cual a agonizante,
el corazon me salto como pescado,
y aleteo como un pajarillo.

18 Brasa ignea se me torno el cuerpo,


como zambullido en agua caliente:
~Qué mucho en ello, si palideciera?
De volver en mi, no 10 preguntara.

19 Me dije: «Ojala supiera qué hacer.»


Fui, me hice turbante de un alhamar,
retorcido a mano y emparejado,
parte sobre parte como cabilefio de Zirwal 8.

20 Me quedo muy bien, por mi vida,


si no fuera que todo en turbante quedo:
iDios asista! Ademas de lIevar velo,
~también redecilla de pescar sardinas?

21 El pafio del pan se me quedo corto:


pieza nueva le afiadi de estera,
y, pues me sobraba por las hombreras
calculé 9 el dibujo y cayo a la izquierda.

22 Luego marché fuera a la puerta del callejon,


con aquella estampa y ropas finas.
iSi me vieras descalzo, sin zapatos,
tranca en mano haciendo de chuzo! 10.

23 Iba cual curandero vestido,


azalea al cuello como albornoz:
iDios bendito, qué pillos sois, andaluces;
tocando albogues burlais a hombres!

205
24 En un momento me hizo la gente
mont6n de insultos y de tormentos;
unos dedan: «jSalid a ver tierras de Fez!» 1',
y otros tocabanme el caramillo 12.

25 Dijeme: «Bien, ahora hemos quedado buenos;


ni amiga, ni buen juicio tenemos.
iMaldiga Dios a quien invent6 tal broma!
Aqui quedo para mofa de esta gentuza.»

26 Escarmenté de estas cosas luego,


dejé chiquilladas y desvergüenzas,
comencé de nuevo a loar magnates,
ensartando alj6far todo seguido.

27 Reuni tinta, cogi la pluma,


junté loas, traje refranes,
baj6 mi mano al papel y bord6,
conclui y result6 trabajo cabal.

28 Verso a verso he descrito majestad,


y alteza de todo tipo nombré;
he alabado, y cuanto concibo
me sale con belleza de improvisaci6n.

29 Oh 2uhrt, cielo de majestad,


su brillo y su astro rutilante,
tus prendas cual est relias marchan,
y tus favores soplan cual brisa y cierzo.

30 Aunque otros procuren virtudes


y alcanzarlas quieran también,
cuando piensan que ya llegaron,
tienen la cabeza a la altura del zapato.

31 Hombre el mas excelso, si se busca tal,


te he descrito en cuanto fue posible:
206
en tus loas se pasman las lenguas,
sobre ti circulan refranes.

32 El honor te escatima: escatfmalo tu;


en él no tienes parang6n ni disputa,
pues, si alguien pretende hallarte parecido,
es que iguala rectitud y perdici6n.

33 Dios ampare con tu estrella al Islam,


hagante ver tus dias alegria,
mientras se turnen la luz y la oscuridad,
las estrellas marchen y aparezca luna.

o Me lleg6 un visitante, par6se a la puerta;


ojala, hermano, antes me visitara.

Fue la esclava a ver quién era,


y le dijo: «DUe que salga a ver a alguien
que ha mucho tiempo le preocupa,
y a quien noche y dia qui siera ver.»

2 Vino ella y dfJome: «Sai, te buscan.»


y dije: «Dile que no es hora de visita;
tu sei'i.or esta ocupado, ha subido a dormir;
que me espere, 0 si no, se vay a.»

3 iDios sabel Un indiscreto a la puerta esta


con una patrai'i.a que contarme en seguida:
si entra, 10 tendré que aguantar,
o me hara estar ahi a su sabor.

4 Estoy ocupado y no quiero salir;


mas no esta bien que no aparezca,

207
y me avergüenza darme postfn,
si ella le dice: «Se fue al cortijo.»

5 Lo oi repetir: «iQué extrafto!»,


y luego decir, ya mohfno e irritado:
«Ea, dile que es alguien llamado oro»,
y otras cosas que debo abreviar.

6 Al ofr yo estas palabras, dije:


«~Sera verdad 0 ilusi6n en sueftos?»
Aun sentado, di tal salto al frente,
que alcanz6 la medida de nueve palmos.

7 No paré hast a el centro de la casa,


sin duda volé 0 poco falt6:
basta sepas que tropecé en el pozo
y salté sin siquiera verlo.

8 «Entra, acércate, bien venido, siéntate;


soy tu siervo, siervo dos veces y cuarto.
lAs! haga Dios a esta esclava y aftada!
Vergüenza no tiene ni una de ellas.»

9 iQué cuentas le ped1! «Di, mala esclava,


~d6nde huves? iSal aquf a la luZ!
IEn6jese Dios con todos los negros 2,
maldfgalos y abrase a Guinea!

10 ~No te dije que no tengo nada que hacer,


que abras la puerta, que entre quien llegue?
~Es que he de aguantar tal acci6n?
Lo que pasa es que tienes mente asnab)

11 Te ahorro seguir 3, corto detalles.


iQué cortesfas, qué largos saludos!
Alli vieras alegrfa y veneraci6n,
y un quintal de «~C6mo estâs? ~Qué tal?»,
208
12 de «Siéntate. ~Cuando has llegado?»,
de «Dios sabe cuanto te quiero»,
de «Contigo me ,alegro y goZO»,
y un fascal de loas y agradecimiento:

13 «Te quiero y contigo tengo 10 que quiero;


tu construyes casas, tu compras esclavos,
tu facilitas pronto 10 inasequible,
y a quien quieres arreglas cosas.

14 Tu eres, cual ves, mi senor y orgullo;


yeguas traes y ganado, mayor y menor;
tu traes la carne y, para la cena, pan,
af\adiendo fruta, si tal quieres.

15 Tu eres mi amenidad y mi jardin,


amado no hallado, sin contradicci6n:
prueba es que no tengo blanco 4 el coraz6n
sino cuando veo tu rubicundez.

16 Cuando no te veo, me ocurren dos:


infausto el rostro, negras las mejillas,
nadie me dice de d6nde ni ad6nde voy,
ni me escuchan, ni me piden parecer.

17 En mi casa me veras sentado,


sin recordar mas sura que 'abas ;,
y, en llegando la noche, me amontono
en un rinconcillo coma Ibn 'Ammar 6.

18 Me entra sueno en plena reuni6n,


y caigo de lado coma un arcaduz,
y al fin de la noche se me echan encima
siete veces al-Kabus y Fara,zdaq 7)

19 Y a todo esta siempre: «~Con quién viniste,


c6mo tomaste el camino y 10 dejaste?
209
Ahora podras hacer noche conmigo;
ojala los hados te retengan aqui,»

20 El dijo: «Oye, a ti me envia un hombre,


que por ti reprocha y censura a la fortuna,
que me ha emplazado diciendo: "Ve a Fulano,
y haz cuanto quiera a su sabor,"

21 Vine, cual ves, corriendo,


sabiendo de ti 10 que sé:
a Dios da gracias y loa a Zuhrï,
que bien merece la consideraci6n,»

22 Y 0 he hecho 10 que exigi6:


he reunido y ai'iadido loas,
y, puesta mi mente de pie,
he expuesto conceptos coma un ajuar.

23 ~Qué puedo decir? ~Con qué inspiraci6n?


Por mucho que ai'iada, traiga y ensanche loas,
mis elogios todos reunidos
y dados no alcanzan décima parte,

24 No se pondera la largueza de otro,


ni hay quien sea tan ilustre coma tû;
tus prendas alcanzan a as-Simak 8,
y las lenguas son cortas para alabarlas,

25 Tû eres expresi6n y esencia dei honor,


aquél que a los hombres ata con favor;
fija en mi entrana esta tu utilidad,
coma rodo en la corola de la flor,

26 Pido a Dios que te conserve,


honrando contigo a la naci6n de Mahoma,
realizando en tus hijos tus esperanzas,
y dandote la mas larga vida,

210
27 Con tu gloria corran los cuatro vientos,
mientras anden pies y vueIen alas,
y, oculta la tiniebla, vea la maftana
al lucero dei sol en la frente dei dia.

89 1

o Ya no vueIvo a enamorarme: me he aburrido


[dei sistema;
mis pasos Dios corte, hermano, si me busco
[una querida.

Las mujeres, coma sabes, ganaras si de ellas


[huyes,
pues no hay ni una sola que, estando en eI
[mundo, valga,
y por igual considero a la joven y a la anciana,
la extrana 0 la parienta, la gruesa y la deIgada.

2 Rostros sin recato, corazones sin lealtad,


yeso que das conmigo, que soy maligno y artero.
Muerto ya ha sido el perro que defecaba manza-
[nas 2:
companero es de Farazdaq' quien de ellas toma
[amiga.

3 Desde que vi con mis ojos que nos posefa una


[esdava,
no me da cuitas criatura, de verdad ni imagina-
[ria:
mi coraz6n alanceara, si 10 viera amar a una,
que éstas son necedades, cuando a la verdad te
[vuelves.

4 Las mujeres no respetan compromiso ni promesa:


edén es estar con ellas hasta que logran amante;

211
luego comienzan desdenes yves entonces los
[fraudes,
y te ves en dura trance y estrecho, sin que se
[apiaden.

5 iFuera, que rampéis entranas y me habéis en ca-


[necido!
Siempre que en vosotras vivir quise me asesi-
[nasteis,
y me dejasteis muerto, tras encontrarme con
[vida.
iMaldiga Dios a quien trata a mujer con cien
[trancazos!

6 De repente entra el' 'liiiir 4: hételo ya tras la


[puerta;
muchos son los enemigos, pocos los que te
[quiercn:
estan ellas en la calle, por algo las he nombrado;
no hay esposa con conciencia, ni veo hermana
[clemente.

7 La harina preocupa a mi mente: ~qué juicio ten-


[dré, si falta?
Han quedado mis palabras llenas de qtif y de
[da/s.
iQué punadas pegais! y 0 daré, a quien dé, bofe-
[tadas,
coces, cual dais al lavar, y cogotazos recios.

8 Cuartos que gastar preciso y, por mi vida, no


[tengo;
alabaré a Ibn az-ZajjâJj, descansaré de jaqueca.
Mi amigo, hermanito, querido, mi brazo,
por Mahoma, usa en mi casa todo habil ardid.

9 Compraré bellotas, castanas. ~Qué dices, pues,


[de nueces?

212
y ~qué
de almendras peladas, ya que como tanta
[almendra?
También preciso granadas zafarfes, tal vez bana-
[nas;
son necesarios asados y algtin vinillo del viejo.

10 Abulwalïd es visir, la largueza os es natural,


vuestros usos son nobles, nunca frustniis al que
[os busca:
los quzmanfes, como ves, se mantienen por vo-
[sotros;
vuestro caracter es llano; vuestros rostros, ilus-
[tres.

11 Todos tienen cualidades, pero ~d6nde


hay cual
[las tuyas?
Te quedas solo en virtudes, toda altura es tuya
[entera:
si perlas en C6rdoba hay, ~d6nde como tu se
[encuentran?
Tu eres como la hombrera; los demas, como al-
[banega.

12 ~Quién me vera cortando y asando el dia tres


[de pascua?
Venis colgado el carnero, y el gato abajo mau-
[llando;
yo, en zaragüelles desnudo 0 envuelto en pafio
[del pan,
pareciéndome que estoy en una boda 0 'aqiqa 6.

13 Si Dios quiere, el dia de Minà saldré a recorrer


[cercados,
y a ver las vasijas y a examinar los cestos:
si me mandas dinero, hazlo por transferencia,
gue si me llega el mandato, se 10 endose a Ben
[Miqueas 7.

213
90 1

o Mi vida agoto en francachela y des coco.


iQué suerte! Borracho decidf 2 ser.

Que yo me arrepienta es absurdo,


y quedarme sin vinillo, grave error:
ivino, vino! 3 y déjame de historias,
que me parece locura dcjar el libertinaje.

2 Mi sierva sea libre, mi dinero, del habiz


el dfa en que yo abandone la copa,
y si me sirven en frasco 0 botella,
s610 el jarr6n satisface mi gaznate.

3 Ea, echémonos estos vasos al coleto.


iBorrachera! ~A cuento de qué estar sobrio?
Y, si queréis beber de manana,
despertadme desde el primer albor.

4 Tomad mi dinero, gastadlo en vino,


y repartid a las putas mis ropas,
y juradme que he obrado bien,
pues nunca en este asunto fui enganado.

5 Cuando muera, mi modo de enterramiento


sea yacer bajo las cepas en vina:
pâmpanos juntadme, de mortaja, encima,
y a la cabeza un turban te de sarmientos 4.

6 El demonio convoque aIl{ a todo amigo,


invocâdmelo, tante sentados como de pie,
y quien coma racimo de uvas,
entierre en mi tumba el escobajo.

7 Le escanciaré a tu salud en copa mayor:


«Toma tu frasco, empina el codo y acaba,

214
que excelente fue la gracia que hiciste 5;
cuanto tu me mandes, se ha de hacer»

8 «Ea, pardiez, burlemos a una mujer:


cono tendremos.» Dijo él: «Pero sucio.»
«~No os parece preferible a la mierda?
Pues ése es el precio, pagado ya.»

9 Estaba yo sentado, cuando lleg6 con diadema


una berberisca. iQué hermosa canasta!
Venga ya, que no es ser6n de cardos;
mas no la acometas, que no es gran6n.

10 «Senora di: ~adargama eres 0 qué?»


«A dormir vengo, pardiez, dices bien»
«Pues andando», dije. Y ella 6: «Primero tu.»
(Cuernos pongamos a su marido.)

11 Tan pronto vi aquella pierna


y los ojos hermosos, gallardos,
hizo mi pene tienda en los zaragüelles,
formando en la ropa coma un pabell6n.

12 En viendo a criatura acostada,


quiso la poIla entrar en el nido:
~c6mo podrfa fallar en aquel peludo?
Aqui diran todos: «iSinvergüenza!»

13 Empecé, pardiez, el trabajo;


he aqui que sale, hételo que entr6;
empujo yo dulce, dulce coma la miel,
y eyaculo caliente entre sus piernas.

14 Bueno fuera, si de dia no pelearan,


alzandose en disputas y refriegas:
«Suéltame las barbas, bu rra!»
«iSuélta tu la sartén de los tostones!»

215
15 U na arranca el parpado, la otra abofetea;
ésta desgarra ropa, muerde aquélla;
de donde lanz6se membrillo agraz
resp6ndeme un bast6n en la cabeza.

16 No me placen estas gentes:


~ad6nde, pues, llegaria el bald6n?
Por Dios, senores, y por as-Sahli 7,
no soy en eso de tal vileza.

17 Pienso que si te miran sin respeto,


ya no cabes en esta ciudad.
iQué artel Como el de Ibn Quzman
no 10 hay, para mf, tan firme.

18 Esperanza y astro mfo esperado,


mi vida y persona amada,
yo deseo, tu eres el deseado,
yo ffo, y tu gloria es garantizada.

19 Debo a tus dadivas gran cosa,


pues vengo a tu favor y paro;
tus méritos son muchos para contarlos,
pues no se comparan gotas con turbi6n.

20 Un camino a la dicha mostr6me,


adornandome entre amigo y enemigo;
mi mana asi6 en ti cuerda recia,
cuando todas las demas estan podridas.

21 AbU: Isljiq, senor de visires,


belleza deI mundo, senor de emires,
tu reviviste la poesfa a los poetas,
y resucitaste la enterrada largueza.

22 Alegre sigas, tu afan alcanzado,


viendo a gloria y a honor acogerte,
216
mientras se turne 10 oscuro con brillo de Luna,
mientras las plantas reverdezcan y se alcen ta-
[llos.

91 t

o Senor del mundo, mejora mi situaci6n;


dame de qué gastar en esta miseria.

iSenor, c6mo sufro en este ano!


~Que magia puedo usar que me remedie?
No hay quien no haya dormido en esta cama,
y todos conocen estos muebles 2.

2 La gente tiene este ano poca plata,


yo no oculto prosperidad: ~por qué es tacana? 3.

Tu eres mi unico recurso, no tengo ardid;


pon pronto a este achaque cura.

3 Mi complexi6n de siempre fue delicada;


me he quedado de ayunar flaco y delgado;
estoy débil, seco, palido y escualido:
para pelusa de nido las aves me llevarfan.

4 Hace calor cada dfa y cada noche,


tuesta la siest a, y no es tal siesta;
no veo andar mas que a una hormiguilla,
ni cantan aves, sino una cigarra.

5 Abro el gaznate para beber en esta pascua:


cordero asado, almendras peladas,
que una da 4 de azucar llene y escancie,
que del mundo son gozo beber y da 4.

6 Es mi fuerza el zéjel, que me respeta:


en él yo corro, nadie delante;
217
espada enjoyada es, sefiores, mi palabra,
tan pulida como el honor de 'Abdallah.

7 A Ibn Badr debo tantos favores,


que ningtin do lleva tanto como el de ellos:
s610 un canalla niega beneficios;
10 que digo es indudable y seguro.

8 Mueran los que le envidian sus cualidades,


Dios le bendiga cuanto le dio,
que no hay sefior como él entre sus amigos:
~qué tiene en comun la adargama con el salvado?

o iOh Jawhari, amigo excelente!


Se me acab6 la harina, no hay mas.

De cuatro cosas me quejo harto:


no tengo orillo ni dineros,
ni papilla que comer,
ni gachas con qué aliviarme.

2 Mi situaci6n es asaz ruin,


no habiendo en casa nada de masa:
quien tal se enoja a cada momento,
esta excusado, pardiez, de eso.

3 Este afio estamos en abandono,


bien chasqueados hemos quedado Z;
iojaIa cesara esta carestfa
y fuera a 10 hondo dei infierno!

4 Esta la talega abierta y pequefia,


pliegos y pliegos como en un fuelle,

218
después que estuvo grande e inflada,
y es que maroma se hila sutil 3.

5 iOjala acabe este ano maldlto


en el que busco alivio y no hay!
Al pozo me tirarfa de enojo,
mas temo al punto que sea profundo.

6 Vea yo amas ados los blancos bollos


y tendré ganas de hacer poes{a:
~Te asombra quien esta enfermo
y, tomando gachas, se recupera?

7 Se me fue un gato como un cordero:


no viendo en casa a qué tirarse,
busc6 su vida por los tejados.
iPena, senores, de esta desgracia! 4.

8 A ti ha llegado este zéjel


que he puesto ante ti:
mandame 10 que sea: ~no te avergüenza
que sufra miseria, mientras estés en camino?

9 iVenga, JawharI, haz el favorI


Mi alma y coraz6n a ti se inclinan;
de ti 10 poco sera mucho;
no hay sino tu en quien confiar.

93 1

o ~Hasta cuando soplar mis manos? Fuelle he he-


[cho de mi boca;
si yo fuera a cierto hombre, esto no me ocurrirfa.

~Hasta cuando soplar mis manos? Tengo el alqui-


[cel en cima,
219
pero lloro por bajar, cuando salgo de la alcoba
y la ropa hallo temprano, deja, no me la nom-
[bres,
cual si en charca pernoctara 0 un aluvi6n le
[cayera.

2 Este ano hay muchos catarros, no ves mas que


[acatarrados;
htimeda tienen la cabeza todos, porque esta moja-
[do el suelo,
y a mi se me figura que este (ano para septiem-
[bre) 2
no untara la Ajarquia 3 nuestros labios con sus
[habas 4.

3 Es frio que arranca entranas, y no hay quien 10


[soporte:
ante tales situaciones, no hay vergüenza ni hay
[hombria;
por Mahoma, si no llevara la pelliza culirrota,
me juntara a los «soberbios» S, por tener fuego
[debajo.

4 Mira qué he de hacer, estando entre muros, techo


[y puerta,
y en medio de la casa hay una almozala, mis za-
[leas y otros trastos.
Grito: «iArrimadme fuego, que ahora mismo me
[congelo!»
Dios dé aguante al almuédano que haya de lla-
[mar al alba.

5 No me alcazara miseria, siendo cual es Ibn Mar-


[tin;
si le dicen: «Ibn Quzman te visita», dice: «Ojala»;
no frunce el ceno a poet a, aunque pida por verso
[un dineral;

220
mienten todos los que dicen que acab6 la era dei
[verso.

6 Viva eI visir supremo, bueno en aspecto y noti-


[cias,
eI de negros aladares, eI de redondeada faz,
de quien las frases que dicen me hacen despreciar
[azucar,
quien con su largueza ha desacreditado la de
[I:fiitïm

7 Amigo de quien no los tiene, generoso mas que


[todos,
qui siera ver con mis ojos 10 que con ofdos oigo;
he aquf que he venido a verte, no sea mi venida
[en vano;
estar contigo es la gloria; estar con otros, ver-
[güenza.

8 Tu, aunque salgas de la vista de jandola, no estas


[Iejos;
nunca una mano salio de tu casa frustrada,
y e110 no es en ti extrafio, sino tan solo
que seas iraquf de caracter, siendo tu casa sevillana.

9 Después que a tu casa vine, todo punto dei mun-


[do es vano.
Visir, grande es tu condicion, como 10 es tam-
[bién la mfa,
porque si tu eres unico, que no tien es segundo
[en el mundo,
tampoco hay un zejelero que estas nueve estrofas
[diga.

221
o No me parece correcto, ni provechoso,
mas que beber vino y amar beldades.

Ha empezado este mes y ha acabado,


y ~estoy quieto? iNecio soy!
Desde manana, si Dios quiere, me descarrlo,
que la vida seria no es como la de burlas.

2 Al diablo satisfaré, no mas desobedecerle,


que es viejo malvado con quien tengo deudas.
El vinillo es llave de todo pecado:
ataré a mi lengua esa llave.

3 A todos vosotros hago un encargo:


haceos borrachos, pues yo hoy 10 soy;
no vayais sin un vaso 0 un frasco,
y ebrios, ojo, nada de ir serenos.

4 Calla, calla, que de esto haran comidilla,


cepo al cuello pondran de quien 10 diga:
si se entera Mul:;mnrnad ibn A~ag,
cien azotes costara el prodamarlo 2.

5 De dia conviene la hipocresfa,


y, en estando de noche en casa,
suelta los labios, bebe en cantidad,
mas no gastes en beber temprano.

6 Si al amanecer te pesa la cabeza,


quédate en casa, si tienes juicio;
sea tu almuerzo verdura y carne,
y no contestes, por Dios, si llaman.

7 Y si estas sereno al despertar,


tu cara lava y alaba a Dios 3,
222
de modo que si alguien te hace el aliento echar,
puedas hacerlo, anadiendo «oxte» detcas.

8 Y si estâs con alfaqui 0 imân


y te dice: «~Has bebido alguna vez?»,
dile: «~Qué estâs diciendo, alfaquf?
Pardiez, nunca ni sidra probé.»

9 Y si 10 conoces ya mucho tiempo


10 que no es fâcil de tolerar;
dile: «Oye, ya sé c6mo manejarte;
ven que te diga, bajito 0 a voces:

10 ~Recuerdas preguntarme si bebia vino?


Pues 10 cierto es que 10 tragaba en grande,
y ahora 10 sorbo noche y dia,
en jarrillo 0 en escudillas.

11 ~Sabes sus nombres?» Dirâ que no;


dile: «Toma, llenaré de ellos tu ofdo:
es vino, morapio, tinto,
espumoso, generoso y néctal'» 4.

12 iQué alegrfa algunos dfas


con hermosa compaiifa, bebiendo vino!
Muchos consejos y reprensiones of,
pero yo desprecio a los consejeros.

13 DfJome: «Bien, por Dios, que esto es hermoso»,


al verme beber un frasco entero,
de gozo cantando y dando bravos,
bebi6se un frasco e hizo otro tanto.

14 Se te acost6, comido y bebido,


se visti6 de maî'iana y se fue:
iqué clara fue a mi vista esa tiniebla,
y qué negra a mis ojos esa alborada!

223
15 No tengo cura del mal de tu amor,
~heridaes en mi coraz6n tu amor 0 llaga?
Dios guarde a 'AbdaŒih. ibn al-l;)ajj
de todo ojo que hiera mi coraz6n.

16 Aunque después, de verIo los ojos,


es distinto 10 que en el pecho siento,
pues es contemplar sus hermosuras
una especie de amena distracci6n.

17 Dile: «Tu, el mas noble, el doble vi sir,


~con qué zéjel 0 muwaisa!? pagarte?
~Qué puedo pensar 0 improvisar,
si exceden tus méritos a las loas?

18 Dios te ha preferido entre la humanidad


en prendas y en nobles padres;
ha hecho tu cuerpo el mejor de todos,
y tu espfritu de todos el mejor.

19 La lengua, al citarte, alaba a porHa;


todos llevan ropas que les diste,
y marcha tu elogio de pais en pais,
a salvo tu honor, no asi tu riqueza.

20 Cada dia aumenta su amor a la generosidad,


pues te da de 10 que el Senor le dio:
el oro da empacho a su coraz6n,
y descansa si le dicen que ya 10 dio.

21 Vi sir, yeres pena coma tal,


pues veo en ti corte de emir;
tu favoi ha alcanzado al pobre y al rico,
y corre coma los vientos corren.

22 Tiene la espada pleito con la pluma;


mas, en viéndote escribir grandes libros,
224
entro en su vaina, y acabo la rifla
que habia entre el câlamo y las armas.

23 Antiguo es el denuesto entre las naciones


sobre cuâl de ellas es mâs noble, de mâs alta
(condiciôn;
pero la tinta al cabo de la pluma
es coma el hierro en la punta de las lanzas.

24 Oh noble, oh gloria deI Islam,


generoso gue a los demâs se adelanta,
todo él joven, de hermoso decir,
el de bello turbante, el fragante,

25 principe de ministros y secretarios,


de abundantes dâdivas, regalador:
~hay coma tu entre los antiguos 0 lo~ de ahora
o 10 habrâ? No, par Quien crea el alba.

26 A ti llego la gloria y, parândose, descanso;


a ti te fue dado 10 que nunca antes a nadie;
no hay como tu, por el Profeta,
si no es que se injerta toronja en manzana.

27 Tu has regalado ropas a Ibn Quzman


y le has dado asilo contra el azar:
todos temen los avatares de la fortuna,
hast a ver tu rostro resplandeciente.

28 Lo gue tu garantizas, ocurre en todo caso,


mientras no se acredita 10 gue otros dicen,
siendo su garantia como estaca en serrin
en la cima de un cerro ... 5 ventoso.

29 Que goces de gracias duraderas:


ve provisto 6, anda glorioso y homado;
225
nunca he de temer cuita ni preocupaci6n
mientras coma himpara brillen tus larguezas.

30 Contigo he vivido y quiero seguir viviendo:


iqué riego recibi6 esta parra!
Estaba desplumado, y me devolviste la pluma,
andaba a pie y me pusiste alas.

31 Te he dado las gracias, he llegado a ti;


el iman del zéjel para ante ti;
oye la magia, no te dejes confundir:
éstos son trinos; 10 otro, ladridos.

32 Dios adorne contigo estados y palacios,


teniendo tu dicha en cualquier asunto;
alb6rbolas circulen por tu mansi6n,
mientras hagan duelo por tu enemigo.

95 1

o De tu siervo, devoto siempre,


Ibn Quzman, Dios te dé toda altura.

Dé Dios larga vida al mas excelso visir


y alfaquf, y mas perfecto secretario,
quien si dice «Haced esto», se hace,
provechoso, honrado, distinguido, ilustre.

2 Quien si moja en tinta la pluma


y acaba rengl6n tras rengl6n,
ves un parrafo del Kitiib az-Zahr 2,

y otro del Kitab al-Bayan 3.

3 Alabado sea quien te dio y colm6;


ante ti se inclinan verso y secretariado,
226
y, al verse el papel ante ti,
sabe que tendra un purpureo brocado.

4 Te escribe tu siervo rogandote,


exultante de contento por tu venida:
tuvo vergüenza, al no ser presentado,
pues asi es c6mo se visita a los grandes,

5 hasta que dfJome al poco mi coraz6n:


œor qué usar a otro de mediador,
teniendo tu noble lengua y noble diestra?
No yerra quien ambas domina.

6 Ruégote en esta tarta, pues,


que hables de mi al portero,
que no ponga entre tu y yo impedimento,
ni me salga al paso trujiman.

7 Me han dicho y he oido prodigios de ti,


han entrado en mi oido peregrinas cos as:
desea mi boca hablar con I:Jabib 4,
Y quiero ver a Badi' az-Zanian 5.

8 Quiero ser visitante asiduo,


ser para ti coma piedra en honda 6;
tenga yo honor yendo a verte,
y digan: «Fulano fue a ver a Mengano.»

9 Pido a Dios te dé larga vida,


y te deje gozar las prend as que te dio;
hagame verte pronto con bien,
y acostumbrete a hacer favor.

10 Saludos repetidos, los mas abundantes,


extensos, confirmados y repletos,
mientras corte el sol longitud de sombra,
y de él huya de sitio en sitio.

227
96 1

o Di Y afiade, lengua mfa gue describes,


acerca dei valenciano, Abu ]a'far a~~rraf.

Celébralo, di muchas razones,


hermosos conceptos y palabras faciles:
son sus cabos y su centro iguales,
y el centra igual gue los cabos.

2 Tiene tantas cualidades gue no se cuentan:


tal vez cupieran en cuarenta tomas;
su rango en sefiorfo supera a los demas,
asf la creo, y es justo, no mas.

3 Pocos hombres haUaras cual Al:mad;


tras su perfecci6n ninguna hay:
no crea haya quien diga hallarle igual,
aungue jurando se vuelva perjura.

4 Si presumes, 10 haces mereciéndolo;


siete casas ha prabado, todos conceden:
discreto, magnanimo,
liberal, sincero, cumplioor, generaso y hospitala-
[rio.

5 No piensa en mimera ni cuenta,


sino dice: «Trae la boisa, venga ya»
Oimos que es mejor casualidad gue pramesa,
hasta verle en larguez as casual.

6 iSi la vieras cuando se sienta a beber!


Levanta la copa, habla a los amigos,
sabe guién se alegra y guién no 10 esta:
tal es el caracter dei alma gentil.

7 No es hombre de pieles cuando hace frio,


que mas yale el cantaro que los forros;

228
no !leva a mana cobertor de algodon:
en este frio un vaso es mejor que cobertor.

8 Si bebes tu un vaso, él bebe dos


cumplidos en frasco 0 rudayn 2,
sobrio, sobrio, sin pestanear,
que no tiene hipo su corazon.

9 Déjate de su beber, no se puede medir;


un trago tiene en el vaso mayor,
cuando tu, yo y los demas
tragamos el tercio 0 la mitad.

10 Echa tan solo el vino, ploc, ploc,


ves su boca en el frasco, glub, glub,
y al estomago baja, toc, toc,
sin luego apoyarse ni inclinarse.

11 Bebe ademas y se cuida de todos:


cubre al que ebrio ya yace,
y se sienta mirandote cual leon,
haciéndote las mayores gentilezas.

12 A otros veras que han bebido dos 3,


y se enturbian como el Guadajoz 4,
sin discernir 10 justo del alboroto,
echandose penas encima:

13 Los ojos se le hacen de vomitar mondongo,


la camisa a las piernas, como estercolero,
y, si aun se alzan conservando la razon,
ensucian como vencejo en su nido.

14 A nadi~ ahora !lamen noble,


que aun no ha muerto Ibn Quzman;
no digais: «Iguales somos a Fulano»,
que él con espada os azota los lomos.
229
97 1

o Triunfa la zuna de Mahoma, pu lido esta el espe-


[jo del Islam:
cadi ha sido hecho Ibn al-lfijj. iProlongue Dios
[estos dias!

1 El oprimido alcanza derecho, rico y pobre son


[iguales,
no hay sino afirmar y negar, que llega sentencia
[al punto.
Reune tres cos as: piedad, ciencia y religion;
junto a él se pierde el derecho, y dura, si dura él.

2 Ves con él demandante y demandado, no visitas


[ni tertulias;
solo, si son necesarias, una 0 dos palabras, no
[mas.
iBien, cadi de la aljama! Dios te premie por la
[gente,
pues desde que tu juzgas, se sabe como se debe
[juzgar.

3 Es, por piedad y adustez, llamado al cadiazgo,


él procura enderezar 10 que puede y arreglarlo;
forzandole necesidad, podrfa escindir un cabello,
y aunque 10 ves hablar suave, es estricto en rea-
[lidad.

4 Le sucedera su hijo: nadie codicia el puesto;


éste es, pardiez, mi de seo y el de toda la gente,
y el emir 'Ali, aunque lejos, oye, si es que no ve:
él agradece la gracia, se acabo quien propaga
[hablillas.

5 El es noble de aCClOnes, honorable dentro y


[fuera,

230
cuyo corazon y veste son en él ambos puros:
si en ti busco apoyo, sé mi apoyo y valedor,
y si por meses te ruego, ayudame algunos dias.

6 Nadie tendra contento, si Dios no alarga el


[tuyo;
no hay luz en tu rostro de nadie que de la tuya
[no tome;
quien quiera ganar altura y no quiera visitarte,
es coma quien suprime el takbir 2, empezado el
[rezo.

7 ~Qué dia te veré en tu casa, en ses ion para la


[gente,
dando y negando demandas a apinados en dli-
[do vaho,
juzgando matrimonios, usurpaciones, religion,
[habices,
herencias y delitos, y tutorias de huérfanos?

8 Dios dio doble dicha a quien es coma tu:


util es su gloria, generosas son sus manos;
quien tiene ilustre camino y senorio ante sus
[ojos
es contemplado par ojos y a él los pies caminan.

9 De contratiempo he salido, y la fortuna me ha


[acogido,
mi suerte se ha remendado, y he vuelto a mi lu-
[gar:
10 que has hecho conmigo no 10 dejara mi len-
[gua;
ya sé medir y conozco humillacion y honor.

10 iQué zéjel hice, senores! iQué encanto verIo y


[oirIo!
231
Soy inspirado, mas nunca hice zéjel que 10 fuera
[tanto:
diez estrofas es de largo, tres mudanzas de an-
[cho,
trece suman ahora las estrofas y mudanzas l.

98 1

o 2Por qué vestir de trapillo si 10 nuevo adorna


[mas y favorece?
Oeben darme y regalarme: callarme es perjmli-
[carme.

l Quiero esta fiesta lIevar pelliza nueva apropiacla,


bien cortada, bella, buena, de anchos vue los y
[cumplicla,
que si un agellid 2 me la ve, se prende de su her-
[mosura,
y al punto lea y escriba, y al veria un enfermo
[cure,
bien cosida, acabada, delante y atras atinadal.

2 Dime, pardiez, entre tanto, qué ves en m{ mejor:


ècon este btrun 4 festejo, a con un corte de Siria?
èCrees me jar el de cola \ a el de mangas cônicas?
Me encantan las alcabteas G, son mas bellas y de
[macla:
yo prefiero alcabteas, no quiero ropa con mangas.

3 A Ibn Baqi acudiré y, haciéndolo, ganaré;


a nadie mas noble se acude, que alegra a quien la
[busca.
Es mejor caIlar su Ioa, pues toda mente la alaba;
mirar su rostro es albricias, raro es su liberal ta-
[lante;
232
empéflate en su largueza, haz sus dadivas extensl-
[vas.

4 No pregunta qué le piden, 10 ha tomado por cos-


[tumbre,
y si le buscan, le gusta, y vuelve de nuevo a ha-
[cerlo.
Quien a él llega es destino que resulte afortunado;
largueza tuvo y tiene, y, seglin pienso, tendra.
Poca cuita ha quien 10 ve: a ti que socorres, isalu-
[dos!

5 Me he queèado ahora inLitil, porque me ha falta-


[do el pan,
y ~qué juicio tiene uno, cuando el cereal - esta lejos?
Lo veo entrar en el horno y, cuando sale, canto:
«Mi amado ha sali do, y aunque quiero, no me
[atrevo:
ataca, el corazon dice, pero temo al almoravid» R.

99 1

o Oh tu, hermosisimo, di:


~por qué eres, hijo, inconstante?

Cuando soy gal an contigo,


a quien cumplir le demoras,
en mitad de tu desdén,
te vue Ives acogedor.

2 iVenga ya! El es bueno asaz,


cual él justo no se ha visto,
solo gracias eres tu,
y 10 dicho esta de mas.

233
3 iAy, si al menos te viera
cuanto te pones mohino!
~Asi me dejarias?
Esto es algo matador.

4 Nadie tiene lealtad,


sino un alamin 2, 'Abda~amad:
al elogio entro ya
iMira qué habil entrada!

5 Estas, hijo, son maravillas:


al punto estofar y bordar :J;
aqui vino: «iParate!», y parô,
y el hablar de mi es largo.

6 También es largo en él
el ser sabio y alfaqui,
y, si inteligente dices,
algo es que debes decir.

7 . y 10 que tiene de menos


es la alcurnia y prosapia,
aunque el origen. siempre cuenta,
pues no hay rama sin tronco.

8 iEsencia de las esencias!


Pon tu pie en el estribo,
que eres de tus amigos el mozo,
y en el estado, algo grande.

9 Firme de corazôn, clemente:


iteme iras del templado!
Es generoso, si de él esperan,
cumplidor, cuando le encargan.

10 Es familia de cargos:
siempre el cadiazgo de faIt as 4,
234
y alabarlos es mas largo;
solo he escogido capftulos.

11 Ademas de tan magnffico,


su aspecto no tiene igual:
rostro cual halo de luna,
o como rayo de sol 5.

12 No muera yo sin verte


también cadf en la ciudad,
logrado tu mayor de seo,
libre tu de oscuridad.

13 iEsto es zéjel, nada mas!


U nico en él e iman soy;
éstas sQn fin as palabras,
pongo en la inspiracion delgadez.

14 Sin la cuita en el camino,


me habrla salido mas fino;
pero es que, con la harina,
se abisman inteligencias.

15 Al ver mi pan de panizo,


negro, negro cual la pez,
en las manos pegadizo,
y harina de habas y garbanzos,

16 Y el cielo como de cobre,


y las gentes, despiadadas 6,
es cosa que quita el suefio,
ruina a 10 ancho y a 10 largo.

17 Todo esto ves y ademas


se alza aquél en la montafia 7:
todo ello se sufriera,
si estas espigas se salvan.
235
18 Esta despejado, es dia la noche,
escasa lluvia ha cafdo:
~cômo polvareda en marzo,
en lugar de inundaciones?

19 Invoca a Dios, el que contesta,


cerca esta su remedio:
pronto mejorara el tiempo,
esta la lluvia al caer.

20 Da 10 que quieras, no 10 rechazaré;


agarra ya 10 que encuentres,
pardiez, pardiez, pronto ya,
que no quiero dilaciones.

100 1

o Tengo un amado, pregunta a la gente,


iDios 10 guarde dei mal de ojo!

No masculles, no empieces,
no me levantes los enemigos,
que si la bilis negra me excitas,
soy colérico y altanero:
quien me 10 nombre, sufra su azar 2.

2 Su boca exhala almizcle fragante,


en ella Dios colocôle aljôfar,
jurarias que es de azucar
alli molido, y licor en vaso:
quien la besa, halla la vida.

3 Mi cuita aumenta, mi mal azar,


que yo me acuse de mi propia he rida 3:
~dônde estan mi juicio y mi sentido?

236
Tuve una vez corazon sensato;
mas, ail! alcanzado, dejo de serlo.

4 Di a tu esclavo algo agradable,


besar tu mejilla es bien que le dieras;
mas tu desdén, iDios nos proteja!,
cuando alancea, es hierro de campe6n 4:
paGre de aqucl cuyo costac\o atraviesa.

5 ~Cuândo lograrâ mi buena fortuna


gue me permita alcanzar favor 5
y gue no abra puerta de desdén?
No mal parece, cuando cerrada;
mas, ~como adularlo, si no 10 estâ?

6 INo desperdigues mi corazon,


M ubammad ibn Xa:lid!
El gue maltratas, marcha de pie,
coma maldito, entre contertulios,
hasta gue le das afecto de que vestirse.

101 1

o iMira este do y déjame de ascetas!


iAI vasa peregrina, aunque con bâculo vayas!

Hacia Dos Bojes 2 y los de aguella parte,


donde hay mejillas en gue la luz brilla
y ojos en que parece haber languidez
y que, de tanto tajar entrafias,
no les repugna matar a todos.

2 Quiero a alguien mâs bello que luna llena;


él me aconseja, iimitil consejo!:
«Si dicha quieres, déjame, sé sensato:

237
sin tormento, de aqui a Bagdad,
hallaras montones de beldad diversa.»

3 «Quieres cortar mi afecto, mas no podras;


no 10 intentes, que no ocurrira mas.»
«Obedece y escucha, que no es traidor quien avisa:
acabo la union, mi desdén por ti aumentara,
hinojos come 3, déjate de imposibles.»

4 Ha ocurrido el desdén, ~como olvidar?


No es sensato recordar al que partio,
no hay poder contra todo el mal sino
procurar las fiestas dei favor de Ibn 'Abbad,
el valiente, generoso y altivo.

102 1

Luego, ademas, te diré una cosa:


Dios dio victoria y ayudo con TIisufin,
protegiendo a la fe dei Profeta, hombre el me-
[jor,
y apagando 10 que el enemigo encendiera.

2 Presto estuvo a matar cristianos:


cayeron bajo su espada coma langosta,
unos a pares, otros aislados;
no los cuento, pues no es posible hacerlo.

3 Tan pronto as omo este mozo,


y le dijo en donde 2, coma y cuando,
se vino a ellos con cu al lluvia de dardos
y piedras coma si fueran granizo.

4 «jVida, mi duefio, vida, guay, pido J;


di: prendedlo; no digas: sé carneado ";
238
que quedaré, si tu quieres, cogido 5!»:
allf ofreci6 el cristiano cabeza y mano.

5 «No he de pararme por un cautivo 6,


pardiez, no necesito al mozo vivo 7:
ea, gusta del alimento, veras qué bueno.»
y transiéndole el costado, dej610 frfo.

6 Luego, cuando sali6 para la parada,


coma nos es debido y permitido,
marcharon todo viejo y toda anciana,
e invit6 a todos con ahfnco:

7 celebraron todos los me jores poet as,


y hab16 todo el que debi6 hablar,
con ventaja de los que, inspirados, precede n,
recibiendo todos mas de 10 esperado.

8 Mas yo, que fui siempre morigerado,


me olvido, ya harto, de 10 que es el hambre,
y nada guardo para manana:
en esta soy coma los leones.

9 En 10 mfo procedo despacio,


Ilegandome a 10 facil y cercano:
de ciencia 10 tengo, no de ignorancia,
pues me apoyo en conocer cosas.

10 Quiero que venga quien sabes,


y exagere y presuma de 10 que le dieron,
diga 10 que quiera, siga su marcha,
y si le dicen cuanto, el numero aumente.

11 Que si excede el buen acuerdo,


y las gracias y favores que tien es,
tornarase en su mente el gozo en pesar,
y se le hara alegrfa a la vista envidia.

239
12 Muy orgulloso estoy de alabarte,
gue a ti llego l:filtim 8 y paro luego:
guien sabe de perlas, desprecia el nacar,
y el dulce arrope no es coma miel.

13 Solo en la generosidad reposo,


tu eres unico, sin parangon;
tal vez no te gusten palabras largas:
corto agui mi discurso, ya esta bien.

103 1

o Me dijiste: «Ven a verme», y héteme agui gue


[vine;
si olvido mentar a otros, tu mencion esta en mi
[lengua.

Algo daras, sin duda: por eso me habras llamado;


eso me vino a las mien tes, de eso seguro estoy:
prémiete Dios de antemano bien 10 gue vas a
[darme.
No preguntes donde estoy, gue aguI mismo pue-
[des verme.

2 Muchos me han preguntado con gué mi falta rc-


[medio:
«Fulano, digo, sefiores, es lampara en toda tinie-
[bla»,
pues si mucho necesito, tu satisfaces todo;
mi nobleza ven do cara, y caro es, hijo, guien me
[compra.

3 Tu, noble en sesiones, bueno en liberalidad,


huyen de ml las cuitas, y tengo amplia alegrfa:

240
iDios te guarde, por Mahoma, vive hasta la resu-
[rreccion,
pues qué tiempos yo sufriera, si en el mio no es-
[tuvieras!

4 Alfaqui, consejero, y ademas zalmedina,


cadi en la ciudad seras con nunca vista grandeza:
para ahorrar elocuencia y dejar estas razones,
tu eres unico y no tienes en Cordoba parangon.

5 De tu padre las prendas estan bien corroboradas:


a quien le venia con cuentos, daba mate en una
[jugada,
y a 'Ali b. Yusuf deda yo en tribulaciones:
«Dios estando conmigo, y tu con El, ya me bas-
[ta.»

6 Mira, Abulqasim, oye 10 que aqui se dice;


no quiero «Dios te socorra» 2, no quiero que me
[den voces;
sabes que a ti he venido por unos zaragüelles de
[terliz,
y en vez de ello, bien pudieran ser de ispahani 3.

7 Ya no llevo camisa, sino una remendada,


y un albornoz por capote, con los bordes destro-
[zados:
si un cesto llevara al cuello 0 en la cabeza copete,
payo seria bailando en la farandula de al-Qalyani.

8 ~Qué puedo adornar, qué perifollos caben?


Los ojos del legafioso vense bajo collarada toca 4:
mil tarines 5 valdrfa, si se me tas ara,
y no valen un ochavo, si se valoran, mis ropas.

241
104 1

o iDios y Senor mio! Lejos parti6 eI amado de mi


[coraz6n:
reuneme con él dei modo mejor, coma yo de-
[seo.

Sin él, ~qué placer tengo en la vida 0 qué gusto?


~Qué hace unD en este mundo sin amado?
Me decias que, ido, su amor disminuiria:
quién me diria que, ausente, mas me aumentaria.

2 iQué alto hice aquella manana en los olivares! 2.


Mi coraz6n contra si cual cori alas se batia:
maldiga Dios aquel alto, maldiga aquella mafiana
que amado y coraz6n Ilev6se, de jando me solo.

3 Cuando, tras su compania, vi Ilegar la separa-


[ci6n,
y que los companeros se alejaban paso a paso,
besé su esbeIto cuello para despedirlo
(al cuello recto y hermoso llaman JÎd) J.

4 Sigui6 su camino, dej6me alli al punto


en noche negra de su cuita oscura;
pardiez que mi espiritu en mi cuerpo no esta de
(vera s,
y que apenas aguanto haberlo perdido.

5 Me muero, no me sirve ya vivir sin él;


déjame a la piedad de las gentes, que me den li-
(mosna;
acabado estoy dei mal habido y, si vueIve,
de alegria me inyectara nueva existencia.

6 Alabo a un buen hombre: ~qué mas quiero?


Hermosa mejilla que, al veria, me toma amante;
242
me he enamorado de ojos cual recit6 el poeta:
han unido a la crueldad de al-I:Jajjaj la suavidad de
[ar-Rasid 4.

7 Bueno es mi gallo, mas si canta, 10 degollanin:


es mi secreto, y desde hoy no se sabra.
y 0 alabaré, si 10 hago, a quien 10 merezca,
al buen secretario y almojarife Ibn Sa'id 5.

8 Pardiez, que en tus cosas eres peregrino:


los mozos no quieren perfume y azucar,
sino hermosas casidas al son de I:Jabili 6,
Y de todos esos versos tu eres 10 mejor.

9 Disfruta, AbU: Bakr, las loas y flores,


que nadie dice esta magia, sino yo:
has visto mi situaci6n y también mi de seo;
s610 un necio me igualaria a otros.

10 Dob16n, tu casa me parece asombroso:


eres la causa, si quieres, del deseo cumplido;
fiesta no tengo, si veo mi mana sin oro,
y los doblones, no siendo fiesta, a mi me la ha-
[cen.

o A dirhem esta la harina, a dirhem el pienso:


es lastima y estoy perdido.

Esta cuita me ha doblado coma a un libro;


me ha alcanzado la quemadura por todas partes;
de nada me sirven ya los vestidos:
debo deudas, empefios y préstarfîŒ)._
243
2 ~C6mo he de sufrir mucho 0 poco
estas calamidades, harina y cebada?
S610 la estera de mi Sefior me separa:
si te demoras, me envolveré en la estera.

3 No llevo registro, ni hago trabajo,


y llevo mas cargas de 10 que aguanto;
mi suerte no es coma antes,
esta pelechando, rota y pelona.

4 Son malos tiempos en gue el recio se allana,


ésta es su desgracia, coma fue siempre.
Ven, juntémonos contra la fortuna;
vamos a pegarle, a ver si escarmienta.

5 Esta pillerfa nunca se dijo antes:


que a la fortuna peguen y escarmienten,
gue a Abu Zayd la lleven los corchetes,
y yo la demande, y me haga justicia.

6 ~Qué piensas, alfaquf, qué dices?


~Entran otros coma yo en loa?
S610 yo, por vida dei Profeta:
excusada es la jactancia, y el juramento es veraz.

7 Asf se acude a quien ha fama de ri co


y se alaba al amado de las loas:
tti bien sabes que soy inspirado,
y yo sé que tti eres muy bueno.

8 Dulce de lengua, liberal sin excusas,


es generosa tu mana como ningtin mortal:
si fuera agua, serfa cual mar,
y si aceite, coma el Ajarafe 2.

9 Me levanto, que es poco titil sent arme,


a pedir cebada para pienso dei caballo;

244
que el leon solo tiene 10 que caza,
y el milano solamente 10 que roba.

10 He citado refranes, que es cosa buena,


te he traido estas sanas razones;
tu debes dar y animar a loar;
yo debo tomar, dar gracias e irme.

11 He conseguido el deseo, he visto mi anhelo.


Conmigo estuvo Dios: por eso se hizo;
conmigo el zéjel no pretende temor,
a mi corre, llega y se para.

106 1

o Nunca hablaré de cuita,


si consigo 10 que guiero.

Tengo un amado que me ha dejado,


tratandome como a un pedrusco;
quisiera que me quisiera,
y 10 que pidiera por su afecto,
yo se 10 dada con creees.

2 Borracho estoy de su amor,


como quien bebe vino;
vago errante todo el dia,
y, cuando acaba la jornada,
de nuevo empiezo otro dia.

3 A este enfermo el corazon duele,


guiere de jar de amar:
dieen gue le aliviada un ciibid 2,
mas no sirve en su dolor
ni compota ni 4ibid.
245
4 Si vierais brillante luna,
sentada sobre un estrado,
tras alcala de seda,
verfais la ajustez de al-I;Iakam 3
y la hermosura de ar- Rasid.

5 Este hermoso no tiene igual;


si se habla de belleza,
hay que inclinarse a mi amado,
y si de generosidad,
a Ibn Rusd AbulwaHd.

6 Es de altas miras, honrado,


esclavo es de él todo seiior;
las prendas de su abuelo son en él natura:
justo es quien a su padre sale
y no hereda le jan a cualidad.

7 Necesariamente ha de ser
cual su abuelo, el gran cadi:
~no 10 ves con su mismo apellido 4

y su nombre, Mu}:nmmad?
AI abuelo suple el nieto.

8 Este es mi zéjel completo:


con poco de ello me bas ta 5,
que, si 10 junto escribiese,
no de jara la pluma mi mano:
ni repito, ni reitero.

9 Por Mahoma, que si los astros


siguieran en ti mi opinion,
no otro el mundo dominara,
y fueran tus esclavas las mujeres;
los hombres, tus siervos todos.
246
o ~Quién puede vivir sin amado?

No miras a quien te quiere, ni ves su don;


muere por tu compafiia, y tu 10 desdefias,
y aunque quiere olvidarte, queda frustrado:
la burla no le divierte, el vino no 10 emborracha.

2 El amor ha tendido la red en que estoy prendido,


y en mi cabeza el cauterio ha llegado a los talo-
[nes.
No me atrevo a citar el nombre de este amado,
y es la cosa mas amarga amar a qUlen no se
[nombra.

3 Un espia opresor, sin clemencia el corazon,


a mi vista 10 ha ocultado, usando con él de ma-
[fias 2,
impidiendo que en su rostro vea yo el paraiso
y vedando que en su boca deguste el Kaw!ar 3.

4 Hermanos todos, debéis tenerme piedad:


~qué remedio hay, qué puedo hacer?
iSi lograra yo mi anhelo, aun quedando jorobado!
Mas temo que se diga: «Jorobado, aguantate» 4.

5 Ante él me azoro, mis propositos mueren,


y en el caso muere esta afilada lengua,
y aunque fuera yo SaQban 0 el cadi Surayj 5,
al querer hablar, tengo que tropezar.

6 ~Qué loa puedo hacer, si de él digo


que no debe habJarsele con bagatelas?
Alfaqui y cadi, glorioso, excelente,
es iman almocrf, predicador en almimbar.
247
7 Digo en mi loa sobre el mozo 10 que puedo,
que cuando 10 procuran, excede las esperanzas;
nadie pregunta 6 quién es, y él a nadie interroga;
es hermoso de aspecto, noble en palabras.

8 Este es zéjel inspirado en palabras declaradas,


con los puntos y las maddas 7, que son parte dei
[escrito,
hecho incluso, a peticion dei loado,
en el metro de «iAy rubio, dulce, ay azucar!» 8.

108 1

o iAy rubio, dulce, ay azucar!

iQué que ri dito tengo, si vierais qué lin do!


Tiene toda la belleza y la mitad le bastaria;
todo amado se olvida, pero a éste yo no:
vueltas me da el corazon cuando 10 mencionan.

2 De Ibrahim me he enamorado con amor incalcu-


[Iable,
pienso en él en el mercado, y en la casa pienso
[en él,
y aunque sople po ni ente 2, en el corazon tcngo
[fuego:
a este paso, ~qué va a ser cuando vengan dfas ca-
[Iientes?

3 Me ha llegado ramadan, y ~en


qué estado y con
[qué aguante?
~Como podré resistir el amor de quien rechaza?
iDe esta no ayuno, sino venga ese tazon!
Se me asombra la gente: «~y a no se emborra-
[cha?»

248
4 Tu mirada me revive, 0 muera por tu mirada:
cuando él pas a, con esa pasada,
a veces queda mi rostro amarillo intenso 3,
y a mi amor se le pone rojo coma la grana.

5 Todo aquel que no ama merece cauterio:


no veras nada mas dulce que la union con quien
[amas.
Dos palabras solo con él valen mil doblones,
y ~qué son siquiera mil para mencionarse?

6 Cuando veo al amado cerca de mi, me alegro,


y hete que bromeo con éste, y con otro me chan-
[ceo,
y me ves andar a mis anchas,
y el corazon me dice que atacarfa a un ejército.

7 Corazones de bestias, ~hasta cuando la indolen-


[cia?
Arriba, dormilones, ~no estais ni uno vivo?
iAmad, malditos, hombres inutiles,
que el zafio se afine y el basto se abatane!

8 Haga Dios mis iguales de quienes me censuran;


por los huesos de tus muertos, acogeme, amado;
pardiez, cuidado, hijo mio, no me mates,
que matar al amante es pecado imperdonable.

9 iQué decidido y paciente es mi corazon en amarte!


No me conozco: ~estoy enfermo 0 qué me pasa?
Este es amor permanente que me seguira a la
[tumba,
y 10 mas extrano es que amando resucitaré.

249
109 1

o Borracho estoy sin vino,


de coloquiar.
~No sabes 10 que eso significa,
luna mla?

Del suefio ignoro el sabor,


mira mi caso, mira:
al recordarte, veo
esparcirse aquellas lagrimas
de seguido.

2 Estoy como un enamorado:


toca y veras c6mo ardo;
fue 10 que Dios dispuso,
iqué suerte de sino, blanco
como la Luna!

3 iCoraz6n!, ~qué es esta bulla?


Mares son impenetrables;
oculta cuanto quieras la pasi6n,
que, al llorar y velar,
se manifiesta.

4 Lo he escondido en mi costado
y en el coraz6n conmigo,
hasta correr mis lagrimas,
marcando sobre mi mejilla
una lluvia.

5 Mi pecho en tales trances


es entre todos sufrido;
si pudiera, hervirla:
icuântas cuitas alberga
este pecho!
250
6 Qurasi, icuan a menudo
oculto yo este dolor!
y no termina el tormento,
pasando as! los meses
y la vida.

7 Por tu abueJo, que fue Mahoma,


blanco de todo anhelo,
cuando te pregunte, di:
~quién hizo salir a )awzahar 2
entre flores?

8 Lunares como tizones


a mi diablo son lanzados 3,
disparados como estrellas
que esparcen con centellas
el dafio.

9 Di a la Osa Mayor que


como ella fue adornada una mejilla
en ntimero y en forma:
~cuantas perlas te dieron,
oh luna?

10 A tu lado es legafiosa la gacela,


el creciente lunar, pecoso,
y te han dado una belleza
cual no se da una centésima
a ser humano.

11 La Luna al verte se avergonzo,


y quedo atin mas manchada;
el datil de palmera enana
no ha de ser como el fino,
aunque haga sones 4.
251
12 Toda belleza es tuya.
iLoado Quien te perfecciono!
Quien dude que eres angel,
peca imperdonablemente,
y es infiel.

o Dulce es el amor, aunque haya en él rifla 2 y des-


[dén.

iQué hoyo cavaré para mis males de ahora en


[adelante!
AlgUn dia en camino nos encontraremos y salu-
[daremos;
me las ingeniaré para sacarIe conversacion:
quien sufre cuitas amando, se las ha de ingeniar.

2 Rogué a mi corazon gue olvidara amar,


tras haber probado todo remedio y ardid;
mas fue 10 mismo tratarlo que dejarlo,
y he aqui que propongo 3 dejarle seguir su curso.

3 ~Qué cura habni, a no ser estar 4 con la gacela,


y la co pa en su mana como el Sol y la Luna?
Mi amigo escanciome, y yo a él hasta inclinarlo:
borrachos estabamos por sus ojos y por su mano.

4 Tu amor me atormenta, no sé por gué,


àoda esta fatiga, Seflor, por gué me causa? 5
~Me desdefia por alguna tacha, como y cual?
Si gustaras mi buen afecto, 10 conocerias 0 desea-
[rias.

5 Este tu corazon amante no es recio ni flojo,


y yo no estoy de ti cerca ni lejos;

252
si en mi ves provecho, visitame mas,
y si quieres revivirlo, hazle bien.

6 Déjame recitar el elogio a Abulqasim, el modelo;


quien le busca sustituto, no 10 hallani:
iqué triste me parece el mundo cuando no 10
[veo,
y cômo se me vuelve paraiso cuando 10 encuen-
[tro!

7 Sefior, por quien te nombrô, uneteme antes de


perderme,
que esta ebrio mi corazôn con la copa de tu
[amor;
te diré algo hermoso en este sentido:
«Pasa el tiempo, no su amor; ianimo, gaIan!»

111 1

o Si ves que el amado se propone maltratarte,


manda a alguien habil sin instrucciones y veras
[tu anhelo.

Cuando el amigo te en salza, eres ensalzado,


mientras que a ti no se te escucharfa,
y si dices «TaI y tal tengo», parece mal,
pues el inconstante quiere creer 10 que otros di-
[cen.

2 Quisiera yo saber los fines de este inconstante;


hace ya mucho tiempo que le escudrifio los cas-
[cos 2,
mas cuando uno saca sus reglas 3,
manda a alguien que resuma, despidiendo: «Pier-
[de las esperanzas.»

253
3 DfJome el corazon: «Mejor cart a que mensajero»;
mas, listo el papel, no sabia qué decirle:
largamente describi mis pesares y la delgadez,
y que me moria por su beso de amor.

4 Dije al portador dei billete: «Ve a él,


usa tu cana de azucar 4, léeselo,
dale recuerdos, sustituyeme gentilmente,
y dile que el remitente desea verlo.»

5 Llego, le dio la carta, mas dijo en seguida:


«~Qué trato hubo entre nosotros, qué conversa-
[cion?
Ni sé qué criatura es: isal de delante!
y no rondes mas esta calle, ni yo te vea.

6 Volvio, marcada al rostro la mayor humillacion,


y me dijo: «Tu anhelo sera cumplido el dia dei
Uuicio.
~Quieres, Fulano, que te diga 10 que dijo de ver-
[dad?
Que no has de verlo antes de ver en tu nuca
[ojOS)

7 Al cadi de Huesca, Ibn Abï Dirham, me quejaré,


buen mozo a quien la gente llama cadi 5,
que el doblon, primo, es mas elegante que 10 de-
[mas,
y mas pescadora es la plata que la red.

8 Sultan, abreme siempre la puerta dei don,


y p{same la cara con tu alcorque, coma tapiz,
que cuanto tu hagas esta bien, aunque sea error:
sé injusto y esclaviza, que sufriré tu mal trato.

9 Haz crimenes, faltame, suma pecados,


haz con tus ojos trizas los corazones,
254
coma hada en batalla la espada de Ibn 'Abbad 6;
tus ojos son coma espada; eso es, pardiez, 10 que
[creo.

o ~Como no ha de caus arme la au senci a cuita,


si he dejado mi corazon a Umm al-I:Jakam?

Con ella quedo mi corazon cuando parti,


largo fue el dia, convirtiose en mes,
perdi mi solaz, perdi mi luna,
y, tras dejarla, me arrepenti.

2 Hierve mi corazon de nostalgica soledad:


iré a visitar a la sultana del mundo,
pues, pasados afios y acabados meses,
no se acaba mi amor por Umm al-J:Iakam.

3 Umm al-J:Iakam descolla entre las muchachas,


Umm al-J:Iakam tiene mejillas de flor de granado,
Umm al-J:Iakam tiene grandes ojos negros,
rasgados, que embrujan de amor naciones.

4 Azucar selecto son de sabor,


sin duda, aquellos finos labios.
No olvides el pacto de besos y abrazos;
piensa en mi compafifa, recuérdala.

5 Sé fiel, que yo 10 soy a tu amor;


no salgas, ocultate y desaparece;
cree a quien de mi te hable bien,
y guardate de hacer casa a chismosos.

255
6 Acoge bien a mi mensajero,
y, si te avienes a escribir cart a,
con mi sangre te trazaré la respuesta,
afilandome los huesos en lugar de pluma.

o Nunca me recobraré de este desdén,


sin tener en mis brazos al amado.

iQué sufrimiento paso, qué tormento!


La union fue olvidada entre reproches,
mi cuerpo adelgaza, se afin a y disuelve:
mas flaco estoy que hilo de ropa,
no puede médico curar mi cuerpo.

2 iDios sea alabado! ~Qué es esta belleza?


Embruja al mundo con ojos de gacela
y cejas famosas por 10 derechas:
ves mostrarse prodigiosa rosa
que se abre en mejilla como leche.

3 Las ajorcas se ufanan de esta belleza,


se pasma la Luna ante el brillo de su mejilla;
nunca se viera en humano este brocado:
yo a gusto mi corazon diera en pago
por una gotita de union de amado.

4 Quiero viajar hacia Zuhra,


cuyo amor sin cesar aumenta:
cada dfa siento nueva pasion,
me maltrata el amado de mi corazon,
y estoy triste con mi cuita.
256
5 Mal rasgo el de esta ciudad:
las bellezas aumentan mi tormento,
acogiendo al amante del pais,
mientras me deja y ataca quien quiero,
pero Dios ampara a los forasteros.

6 Dije ante sus reproches y desvio,


tras hacerme ya hartos desdenes:
~D6nde, pues? Siempre prometes cumplir.
Dime: «~Cuando vendras?» Dijo: «Manana»;
pronto es manana para el que espera 2.

114 1

o Quiero a una beldad arisca,


beldad con rizos, iqué rizos!

Deliciosa, de cierto, de abrazar


y sorber los finos labios.
Cuando en la calle te encuentro,
empieza el coraz6n a hervirme,
y ya no sé ad6nde voy.

2 Pruebas sufren corazones,


yerran, hacen pecados;
aman y el cuerpo se derrite;
mas, ocultos por el pecho,
luego pas a 10 que pasa.

3 «Amado, oye, a ti te digo:


mucho me de jas y atormentas.»
Dijo: «~Qué es esta entrada?»
«Voy a mostrarte las cosas;
si eres injusto, yo no.»
257
4 Hijo mio, para mi lu na fuiste
creado; para otros, seduccion:
a todos tu union alegra,
y bien te queda engreirte,
y es tu union alegrfa, iqué alegrfal
5 Al acercarse la noche,
marcharé a esa gacela;
clamaré, entrafias ardiendo:
«Amigo, por Dios clemente,
un besito al siervo que visita!»

115 1

oMis entrafias desgarras, chiquilla.


iAh, si supieras 10 que me pasal

Por deseo de lograr en ti mi anhelo,


no se cierran mis ojos al acostarme:
Dios conoce mi propasito
y sabe la intencion mas intima.

2 iQué suerte el dia que te veol


Tu clara mejilla es mi jardin;
si tu me aceptas, amado del corazon,
yo soy de natural contentadizo.

3 Esta belleza, ~es tu sierva 0 prisionera?


El mundo a tu paso se adorna,
y, cuando en tu lecho te incorporas,
brillan el barrio y la alcoba.

4 Tu rostro es luz de mis ojos y aurora,


tu eres mi arrayan, tu eres mi vino;
a gusto no estoy, ni contento,
hast a ver tu luciente aspecto.
258
5 Alegrfa y vida del amante,
tu eres causa de su vida 0 muerte:
en viendo tus ojos, le bastaron,
y no hay indemnizaci6n par tal muerte.

6 Me dicen: «Mirala solo y aguanta.


Esta paciencia, ~es larga 0 redonda?
~De qué color es, ami go; tal vez verde?
~o amarilla, a marr6n de Almerfa?

7 iSi el amado sintiera un tercio de la que yo!


Mi piel no se ve dentro de la ropa.
iQué ansioso este amor de atormentarme!
iQué pesar mas completo 2, qué des gracia!

8 Dias a nadie dia 10 que a ti:


no hay mujer cual tu hermosa,
pues tienes tres cualidades naturales:
eres blanca, limpia y leal.

116 1

o iSi vierais qué hermoso es


quien yo quiero!

Tengo un amado que si mira,


avergüenza al Sol y la Luna,
con mejillas rojisimas,
blanco, rubio, dulce, dulce,
con talle de rama al doblarse.

2 iQué dardas tiene en los ojos!


Casi son coma flechas.
y en las mejillas, guardada rosa:
tiende la mana, c6gela,
que con la boca se toma.
259
3 iSi vierais qué elegante
es quien yo quiero y amo!
iOye a quien dice: abnizalo!
~Quién pudiera besarlo?
iAl final del dia, vendimial 2

4 Suya es s610 la belleza,


y la ha prestado a la Luna:
~ves tu a la Luna llena?
Pardiez que en su rostro le dice:
«Trae la mano y vamonos»)

5 Vine a mi amado mendigando


un besito; me dijo: «Vuela,
corre, pronto y sin volverte,
a mi hierro, pues besarlo 3
causa fatiga y desengafio»)

o Carga es pesada el amor: venga a alzarla el cora-


[z6n.
Hermosos, si dais la vida, se os agradece y alaba.

El origen del amor viene por la mirada:


ves unos ojos hermosos, creados de brujerfa,
y te quit an la raz6n y te de jan sin paciencia;
ves tu coraz6n en sus manos como preso agarro-
[tado.

2 Ves de su pasi6n corchetes que saben a ti llegarse,


y el coraz6n te asierran, como la gente en madera,
y dirfas que les parece que es todo para hacer
[lefia:
260
hay ail! eslab6n y yesca, y piedra' con qué encen-
[der.

3 Fuego infernal de desdén cae sobre tu cuerpo:


ves tus carnes inflamarse, ves tus carnes arder,
pides al amado uni6n con que se apaguen;
llega el fuego del desdén, puf, puf, y 10 aviva.

4 Quien quiere amar a un mozo, sufre mucha hu-


[millaci6n:
tienda el tostro por el polvo, y déjelo bien llano;
piedras te han de caer, y resonar la vajilla 2,
y el humo dejara negro al muro blanco que to-
[que.

5 Hermosos, piedad para estas aImas quejosas,


ablandad a los amantes esos corazones duros;
compadeced a los que aman, procurad el bien,
plantad buena semilla, que asf tendréis cosecha.

6 Es ley para el hermoso ser también afectuoso,


y mantener el afecto, no ser traidor inconstante,
y, si abandon a 0 se entona, ibendito sea el Profe-
[ta! 3,
cuando no avanza el caballo, irrumpid desenvai-
[nando.

7 Cada cual con cada cual, y yo, 2a quién amaré?


A un hermoso que no tiene parang6n en este
[tiempo:
la hermosura de su rostro al ver, prendani a la
[Luna,
y todos los hermosos se gozaran en su hermosura.

261
118 1

o Ha llegado la fiesta, mas, por impedimentos,


en lugar de vfctima, he degollado una cebolla.

Fui a desollarla y no le en contré pata 2:


alli mismo la pelé a mano;
la piel se estropeaba y rompia,
y, si de curtirla hablais, se pudrini.

2 Tormento tuve mientras la pelaba:


lloraban mis ojos, se me quejaba el cuerpo,
y decia: «De dura no me he de cocinar,
ni frefr: ahorrate la pimienta.»

3 Encontré algo blanco y dije: «Nifto, anda,


trae una fuente para poner la grasa.»
~Manteca todo? No hallé sino tumor
coma un pufto, mas duro que guijarro.

4 Cogi un cuchillo, todavia osado,


mas, en cogiéndolo, se puso el casa diffcil:
flaca es, no sirve para vfctima,
ni tiene nada de que hacer fritura.

5 Estas rimas lancé descuidadamente,


mi mente fue el arco, la pluma, el dardo,
tinta puse en lugar de ponzofta,
y acerté plenamente en los conceptos.

6 No digas que tiro de mi reserva,


que el inspirado habla improvisando,
y las rimas no se atreven a hiparme 3,
pues soy el bufon, y ellas, los cascabeles 4.

262
119 l

o Acabo el mes del ayuno, Bego sawwal, ya no pre-


[gunto.

Desde ahora beberé sin preguntar por el ayuno,


que para mi rectitud sin bebida no es taI:
~quién dijo que esta prohibido? No mientas, no
[10 esta:
hoy mismo dijo Ibn Qamniel 2 que es legal.

2 ~Como ha de estar prohibido, si quien bebe un


[poco,
se hace valiente y generoso, si era avaro,
y aun hace buen verso quien es habil,
y gasta dinero, sin problemas, quien 10 tiene?

3 Bebo seglin mi natural, no me emborracho cual


[otros,
y otra cosa, que es el secreto del asunto:
bebo a dos manos, sin de jar ni parar,
y si tengo en la diestra frasco, vaso tendré en si-
[niestra.

4 Cuando con alguien 0 solo bebo en un sitio al


[alba,
le insisto y no le permito que pare,
hast a decirme, ya enojado del trance:
«Eres mas insistente que corredor de ropavejero.»

5 Quéjate a Sawwal, que con mis ojos 10 he visto,


trayendo alegria a la gente y jolgorio.
Dile: «~Donde estabas? Ha tiempo que no te ven.
iVen, pues, con nosotros, sawwal,' basta de dejar-
[nos!
6 Bueno fuera, si no es que todos vienen de repente;
yo diria: ojala supiera cuando veré la fiesta
263
(muchas personas dicen leryt sery, con expresi6n
entre plebeyos tan popular como curandero entre
[canalIa) 3.

7 Si no viera este creciente 4, yo me apagaria;


rasgaria todos mis escritos y me desterraria,
diciendo: «Abul'abbas, no desaparezcas:
empina el codo y el brazo, veras el creciente.»

8 Nueve 5 estrofas tienen mis zéjeles, que no es largo,


y no es porque me falten cosas que decir:
te aiiadiria unos versillos, si no fuera ocioso;
yo nunca digo mudanza ni vuelta sino improvi-
[sadas.

120 1

o Me ha atormentado la ausencia de quien amo.


~Qué le valen, seiiores, mi abandono
y larga pasi6n?

Otros no se han enamorado como yo;


me dicen que 10 olvide: ~c6mo olvidar?
Desde que mi amor me dej6 y parti6,
decidiendo matarme y afligiéndome,
he perdido la paciencia y el olvido,
y es sabido mi secreto.

2 Un dia que me faIte me parece aiios:


mira cuanto se qued6 este otono, cuanto dur6;
cada ano sufro por estas fechas:
no tuve saludo ni noticias,
ni siquiera a quién lIorar mis penas
y excusas.
264
3 Me dijo el hermoso: «No quiero dejarte,
sino s610 ver tu paciencia.»
Dije: «Has de de jar este absurdo.
~Quien quiere ver mi paciencia me olvida?
Con s610 su in justici a y mi discreci6n
ve mi paciencia.

4 Deja a mi amado hacer 10 que quiera;


por injusto que él sea, yo seré justo;
aceptaré su infidelidad y melindres,
pues si este amado, amigos,
nunca quiso ofr mis juramentos,
~c6mo oirâ mis reniegos?

5 Con su dulzura me hago ilusiones,


con la hermosura de su rostro cuando son rie,
y el rubor de su boca cuando habla:
si no fuera que me aniquila con sus ojos,
y que me atormenta con su lejania,
~qué mal habria?

121 1

o Tû que quieres romper y desdenarme,


ve, no importa, caerâs en mi mano:

Al cabo de todo volverâs a mi mano,


y mi aguante vencerâ a tu tardanza, no te asustes:
los dos son campeones, pero une es mâs valiente;
si es tu tardanza Miqdad al-HindI 2,
mi aguante es 'Amr b. Ma'di 3.

2 ~Sabes 10 que de ti quiero, coraz6n? Sé firme,


salta con tus caballos, apoya a la reina 4,
dobla las torres, con pe6n apoya 5,

265
que si, por mi vida, tengo suerte,
pardiez que daré jaquemate a mi mal sino.

3 «De ti estoy en guardÎa, almocadén;


juego con mi alfil, me cino el rey;
me coloco al costado del tablero,
y me protejo dei ahogo 6,
pues por perdido ya me doy.

4 Valor, pardiez, Abu Mul;nmmad,


ese regalo, ~en quién vas a derrochar?
y 0 seré tu aeerada espada;
héteme desenvainando, ~a quién atacas?
~Me neeesitas 0 vuelvo a mi vaina?»

5 Cuando me vio girarle en toma


y apoyado en un pe6n,
cei'iida la torre dei mejor modo,
me dio un beso en plena mejilla,
y dijo: «Esta noche dormiras conmigo.»

oVe y dile que si me deja, eso esta bien,


que 10 que en él mas me gusta es el abandono.

Me he enamorado de un asesino que me mata


e ignora la cuantfa de 10 que en mi comete;
mis higrimas corren y aun de ml dÎce:
«Ve y di le que guarde sus IagrÎmas para duelos.»

2 Rie la belleza en sus ojitos,


mas asequÎble es el Sol que sus Iabios;
quÎen no 10 conoee e ignora su caso,
no niega, sino por sus actos, su buena fe 2.

266
3 lQué cosas me hace, c6mo me maltratal
Si no tuviera vergüenza, llorarfa ahora.
Dice a mis amigos: «~Qué quiere que diga?
Si muriese, me alegrarfa que 10 amortajaran.»

4 ~Quién te ha ensefiado esta dulzura, humano?


Oije: «De azucar he sido creado,
y robé la galanura de al-Batalyawsl,
ese que es unico en su clase.»

5 Ibn al-I:Jasan, ic6mo me placen tus noticias!


lQué suerte es verte, qué suerte visitarte!
iDios no quite la alegrfa de tu casa!
Oecid, pardiez, «amém>, hermanos.

6 Mi coraz6n palpita, ansioso de primavera,


de vinillo y de un amado hermoso;
yo no le cerraré la puerta de mi casa,
cuando las flores ya me ensenan sus colores.

7 Cuando 10 bebo, es solaz dei espfritu;


cuando 10 aspiro, es ambar fragante;
cuando 10 miro, prescindo de lampara,
y, si 10 tomo, es hermoso tomado.

8 Tres cosas he alabado yo al vaso;


bebe conmigo a la salud de Abul'abbas.
Otro Quzman se perdi6 entre la gente,
pero yo soy el padre dei zéjel y sus sortilegios 3.

123 1

o Amante soy, pese a quien 10 niegue;


el amante de mi tiempo, que en amor a nadie
[terne.

267
El amor me ha dejado plilido y delgado:
mira y veras c6mo mi color torn6se;
ahora poddas ya llamarme moreno,
y en mi ropa no hay ya cuerpo;
no me vedas, si no fuera porque gimo.

2 Soy, pardiez, hombre enamorado,


y mi estado atestigua que digo verdad;
pero en este zéjel me recobro,
pues raja mi mente un cabello desenvainada,
y nunca detuviese cota a la espada de mi lengua.

3 Déjame de la fe de Jamïl y 'Urwa 2,


que modelo tiene la gente en al-f:Jasan 3.
Di a quienes no 10 creen en Africa ":
«Tu, que prefieres otro a ljatim,
~qué yale un putero, del que todo el pafs se
[mofa?

4 Suéltate el pelo amando a mozos,


y si ves que el amado es melindroso,
escanciale como sea una y otra vez,
y si bebe la copa grande y aun resiste,
dale otra y caera, aunque sea un le6n.

5 Cuando hubo mi amado bebido su vaso,


y 10 derrib6 la embriaguez entre contertulios,
le recité, sosteniéndole la cabeza: .
«Bebi6 mi amante, bebi6 hasta prosternarse,
y no garantizo a quien, ebtio, se me acuesta.»

124 t

o Exilio, soledad, amor violento


es 10 que sufro, forastero solitario.
268
~Hasta cuando pasar mi vida en este destierro?
Me propongo volver a mis amigos,
curar la nostalgia de quienes me despidieron,
y satisfacerme en la uni6n con los alejados.

2 Facilita, Senor, la uni6n a todo amado,


ponme muy cerca de quienes amo;
ayuda, Senor, a todo forastero,
cuidalo y facilita sus deseos.

3 Siente mi coraz6n tan hirviente nostalgia,


que quiero viajar, marcharme;
. pero hay cosas y casos que median,
pues tengo en la ciudad un nuevo amado.

4 iEn qué atolladero y red esta uno!


Es mi natural discreto, y abora proclamo:
es un mozo, el mas hermoso de todos,
en cuyas mejillas la blancura envidia a 10 rosado.

5 Listo, dulce, de buena generosidad,


sabe leer y escribir, tiene seso cabal;
es respetable y educado al hablar,
en belleza se parece al mismo ar-Rasld 2.

6 Constantemente aumenta en dulzura y perfec-


[ci6n,
y, al verIo, verias, pardiez, un creciente.
Superior es su belleza a toda otra:
él es principe, y las beldades, sus siervos.

7 AbulQakam, gobierna, que eres sultan;


imponte, que eres senor de gacelas;
sigue en gloria, dicha y seguridad;
haz 10 que quieras con las beldades, age//id3•

269
125 1

o iNo me tientes con tu mejilla reluciente,


tu, mi solaz, mi alegrfa, mi fiesta mayor!

iSi 2 yo fuera tu amor, como tu eres el mfo!


iSi tu corazon supiera 10 que en el mfo llevo!
Pardiez, que tu amor me es caro,
pues, aunque no creo amar, la verdad sea dicha,
mas que a mf a nada, a ti te amo mas.

2 iNorabuena, ser coqueto, que tanto dolor causas!


Que venga 0 se vaya, déjalo hacer 10 que quiera;
hace mucho perd! el seso, de jugar con él.
Ausente a mis ojos, tu recuerdo aumenta;
mi alma es tuya, pienso al verte.

3 Mi amor se envanece porque soy tu siervo;


mas primero es mi honor, luego, este inconstante.
Me dice quien 3 se acogio al pacto de procurarle:
«Oh, poeta que elogias, aljOfar tu ensartas)
Y, siendo yo de mi clase, me voy pavoneandome.

4 Quien crea que hay como Abulqasim,


a sf mismo dafta y a nadie mas 4,
pues quedara frustrado, igloria al Sabio! 5.
lndicio de su altura, hijo mfo, con favor se muestra
del que estoy vestido, al marchar contoneandome.

5 Abu MuJ:;runmad tiene cosas como su hermano,


pues a ambos une universal gracia:
ifatiga tiene quien les busque parangon!
Pues han hecho por mi, dignos de agradecer,
favores tales, que no son los astros mas.

6 Tu, a quien loé al principio de mi poema,


amiga del alma; tu, quien tu sabes,
270
dije que tu estas libre, y a tu sabor bien corres,
y cuando me de jas, no puedo sufrirlo:
te quiero. Y ella dijo: «Yo mas.»

126 1

o Arno a un hermoso cual nunca otro se vio,


pero esquivo: isi vieras sus melindres!

Hermos{simo, pero engreldo.


iCuanto 10 qviero, cuanto 10 amo!
Mientras viva no le he de olvidar;
10 sufro y aguanto su humillaci6n,
pues es coma miel 0 no tiene igual.

2 Le envié a alguien a pedirle un besito;


hételo aquel dia hecho un Nu'man 2:
~cual fue su respuesta, di, cual fue?
«~Beso pidi6? Ve corriendo a decirle
que no querra ceguera. ~Qué le pasa?»

3 Por Dios, hijito, arréglalo;


procura cambiar ese caracter,
pues, par Mahoma, 10 haces adrede.
~De qué te sirve, hermos{simo,
poner mala cara, llegado el huésped?

4 Por Dios, tu, el de hermoso aspecto,


acepta mi sumisi6n, tal vez recuerdes,
y a quien te ama, amalo mas,
y a quien te trae un zéjel, pagaie
un metical tarin con que remediarse.

5 Este zéjel esta hecho de piller{a,


con bellaquerfa coma relleno;
271
cito en él al almoravid que es mi vida 3,

a cuya cuerda va atado eI burl6n 4:


si me obedece, mejor le ira.

o Dame rondas de jugo de parra,


sirveme a la salud dei sei'ior de sei'iores,
si me fuera fiel.

Mas no crea que cumpla 10 que dijo;


largo he sufrido su ausencia,
siendo amarle mi mas urgente quehacer.
Imposible es verme de él olvidado,
pues si me deja mi gacela, sei'iores,
esta en mi mente.

2 Hermosa Zuhra, querida,


cuy a belleza confunde las ide as,
tu eres (de ti la magia de la gaceIa)
mi Sol, mi Venus y mi creciente,
mi mundo, mi vida, mi fortuna
y mi gacela.

3 Cuando te pones eI traje y manto,


cortos te quedan rey y principes:
belleza, brillo y lozania
se agit an en enjoyadas ropas,
.-y hay fragancia de almizcle de algalia
a mi alrededor.

4 Pardiez, que solicito me sirve,


haciendo en mi ausencia 10 que digo 2:
un poco que se aparte de mi deseo,
le engorda el gusto de hacerlo 3,
272
y yo me quedo tan flaco coma alfiler
con mi tormento.

5 Digo, y en ello no hago mal,


que la hermosa tiene postfn y aires,
y que Ibn Abilxi~l es el mas generoso:
alzaré mi pensamiento e improvisacion,
que en él no se perdera mi afan
y mi agasajo.

6 Jugué con mi hermosa a melindres,


y cantome 10 que dijo aquél,
lamentandose por cabello y vestidos:
«iOh, desgracia! éQué me ha pasado?
Jugando me ha estropeado el pelo
y los vestidos» 4.

128 1

o Se canso de mi compafiia, que es la beldad in-


[constante.
éQuién ha dado con un amado constante?

Creyo acerca de mi toda habladurfa:


las intromisiones estropean 10 hermoso;
tornoseme, pues la lealtad es rara,
cuando yo no pen saba que se me fuera a tornar.

2 Cuando la veo, parezco tropezar;


mudo me vuelvo, y la mudez es lacra,
coma a quien ponen en la boca acial,
cual si a los pies me pusieran traba.

3 Ojos negros tiene esta picara,


cuya falta menor es matar,
273
mientras que los otros que los quieren tales
por celos, han de usar alcohol.

4 Le escrib{ mis que jas y reproches,


por si alcanzaba en respuesta satisfacci6n:
pegaron al mensajero por la carta
y por aquel que la remiti6.

5 Otros pretenden amar rectitud;


Dios déjeme de eso pasar:
besar, abrazar y 10 que sigue luego;
indiscreto es quien busca otra cosa.

129 1

o ~Por qué tienes la boca herida y rota?


Dios te guarde, amado; escupe la sangre.

Di: «Amigo, pardiez, es de esos ojos malvados.»


Dios cre6 en tus mejillas coma brocado de Al-
[merfa,
y te dio un os labios finos, dulces y apetitosos,
dan dote una carita coma la luna bien puesta.

2 Tuve el pecho en aprieto al ver la rosa de tus


[mejillas;
mucho me guardé de ti, hast a caer en tus manos;
la magia de Harut y Marut 2 he visto entre tus
[ojos;
a Dios pido salvaci6n, mas no crea salvarme.

3 Soy, pardiez, tu siervo, toda la hUPnanidad 10 es;


Dios te aument6 hermosura, y es justo que te au-
[mente:
274
cuando todos te quieren, ~no he de quererte yo?
Si tu amor me mata, tu eres Jesus, hijo de Maria.

4 Tu eres hoy mi religi6n, mi alquibla y mi ora-


[ci6n;
tu eres luz de mis ojos, mi solaz y mi vida.
TaI vez, mi amor, vengas antes de mi muerte:
tu uni6n sera el parafso; tu desdén, el infierno.

5 Y para aumentar mi pena, mi miseria y mi pa-


[si6n,
me llevo la mana al cuerpo y no hallo sino hue-
[sos,
y si acaso se me ocurre meter mana a mi cintura,
de tan delgado no hallo ya ni senal del talle.

6 ~Qué vida puedo esperar, ay, si el arco de tus


[ojos tira
mortales flechas que cubren 10 llano y 10 esca-
[broso?
No permita Dios que hagas en mi coraz6n heridas
y te marches de mi lado, cuando eres mi balsamo.

1301

o Si quien amo es esquivo, se arrepentini:


ya se ha visto antes al encumbrado caer.

Engrefdo 2, sé constante con tu amante,


que él es tu siervo, y tu su senor,
y si ha cometido faIta, ya le basta:
sup6nme un cristiano que se convirti6;
10 pasado, pasado quede, mi amado.

2 Lo que mas me agrada de todas las cos as,


si no fuera por el esp{a, es una moza
275
de color triguefio, tan dulcecita
que me gusta: isi vieras qué simpatfa!
De una mirada se te entra en el corazon.

3 Tiene rostro redondo y O)OS negros,


con magia propia de por si,
y aun te afiadiré: toca el laud,
y al tafierlo, 10 oyes resonar,
y a los viejos vedas tornarse mozos.

4 DfJome: «Te afligiré en total abandono»


Yole dije: «Menos maldad,
que veo en ti pu nt as de pillerfa.»
y ella dijo: «~Quién te obliga a hablar
a una amada con puotas de pillerfa?»

5 Todo amante sufre alglin desdén,


aunque en generosidad, excelencia y suerte,
sea como Abu Muf:nmmad, adorno del visirato,
aquel cuya diestra es mas generosa
que cuantos dicen: «Mia es la largueza.»

6 Pardiez, pardiez, juramento mayor,


que tu honras a los reyes del Islam,
mayor de las gentes en generosidad y honor;
~como no has de ser el mas generoso,
siendo tu padre al-Lay! Abu Sulayman?

7 En su amor coinciden las aimas;


oye mis palabras y bebe vino:
su dinero es para gastar; él, para los elogios;
su jardin, para el ojo; su almizcle, para oler;
almizcle ante el cual otro es oHbano.

8 Aquélla de quien hablibamos


me ha saludado y dado satisfaccion,
triste conmigo por 10 que hubo:
276
si hubiera pasado sin saludar,
~qué rostro tend ria yo entre los amigos?

131 1

o No tengo, tras ti, a quien esperar:


bien venido de tu viaje.

Cual pâjaro es el hombre, pardiez,


que una vez va y otra viene.
Todo es «~c6mo estâs?», «ëqué tal?», «bien»,
«10 que a ti te alegra, a mi también».

2 «ëC6mo hiciste noche?», «ëqué tal tu andf


a 10 largo dei viaje y de la venida?»,
«ojalâ no te alcance 10 que no quieres»,
«Dios te libre de todo mal».

3 iCuânto me debato en tu cuita!


Te fuiste, sin yo sentirlo,
y luego necesité un chaleco de pie l,
de anchas mangas y orillado,

4 que fuera de pelo espeso,


usado, pero buen género,
blanco, suave, largo, liso y ligero,
limpio el pecho y los bordados.

5 A la gente dijiste tu mismo,


èa qué argumentar, si es claro?:
«Fulano, si viene, tendrâ pelliza»;
mira que, habiendo venido, no tienes excusa.

6 Qurasl, deI mâs noble linaje,


miente quien diga dudarlo:

277
~c6mo, si eres rostro de los ârabes
y ojo deI Islam, cuando mira?

7 Tus alquerfas son ya de la gente,


y 10 que tienes no es tuyo;
en ti he probado natura exceIente
cual en ninguno de la humanidad.

8 No ale je Dios de tu lado compaiHa,


ni faIte en tu casa alborozo,
que todo 10 desolado contigo se ameniza,
y todo 10 poblado sin ti es desierto.

132 1

o Es su derecho, y esta no es reproche,


que ame Siraj a Ibn Makklx 2.

Cada uno estâ enamorado de otro:


éste y aquél, y ése y ésos J;
Siraj es la lâmpara 4 de mi esperanza;
quien venga murmurando, sufra censura.

2 Tienen dulzura irresistible,


unD se ha hecho amante deI otro;
son, por mi vida, palomos ladrones
que no anidan sino en corazones.

3 Juegan adrede con hermosos ojos


cuyo corte es agudo coma las lanzas:
icon qué habilidad, sin hacer herida!
iPardiez, si fuera este juego con meIones! 5.

4 Este es almizcle; eI otro, magla legal,


y a esta belleza se llama tal;
278
qui en diga, hermano, de la luz de la Luna
que es mas brillante, tiene mente estropeada.

5 Pardiez, este amor ~es 0 no brasa?


Cuanto mas amargo es mas dulce;
mi vida se agota, mas no mi amor,
y todos envejecen, mas no él.

(j BaHo a Wasqï en cami no y me humillo,


a un tiempo siento vergüenza y temor:
él se pone tan rojo como azarc6n,
y yo tan amarillo como arsénico.

7 . Pardiez, amantes, amadle, amadle mas;


reid de rencores de los envidiosos;
bebed, que el vino es la misma rectitud,
y, si no hay bebida, haya guiso.

8 Siraj, dulcecito, por Quien te cre6,


yo te amo y amo a quien te ama,
y si alguien dice que no es asi,
pegadle firme hast a que grite.

9 ~Qué es este almizcle y este amor?


De esta magia se hacen hechizos;
la Luna ama al Sol dei dia,
y Mercurio se muere por Marte 6.

133 1

o ~Quién me mueve a gastar mi vida


en una beldad que tiene a bien de jarme?

~He de amar a quien me es hostil?


Déjame de eso: dame alguien d6cil,
279
que si bebo, llene y me encan cie:
~qué amante es quien no me busca,
que apriete de noche contra el pecho
y asi esté con él toda la vida?

2 No 10 creas: todo esta es imposible;


nunca nadie concedio tal union,
son tan solo cosas que la gente dice;
eso solo pasa en suefio humano:
tal vez eso todo pase en suefios,
pero en vigilia no 10 conozco.

3 Supon que amo a alguien dulce coma azucar:


~sabes quién es? El hijo del agallid Bu Bakr,
con boquita mas perfumada que am bar,
dientecitos en fila del aljOfar:
justo es que se llame ambarina a aquélla,
y a la sarta de éstos, aljofar.

4 Si vierais como sale quien he dicho,


de proposito desabrochados los botones
de una susiyya 2 blanca como alcanfor,
cabalgandote su famoso caballo
y su silla de_. 3
iLastima, si no temiera yo a Bu Bakr!

5 ~Sabes, ahora en serio, 10 que me conturbo?


La albura de la pierna junto al tinte: déjame,
que cuando 10 vi, me pasmé:
jurarfas que era venero de metal,
mas encima vefas la pierna blanca y tierna,
dorada hasta la mitad con ja'fari 4.

6 Un dia 10 vi salir con el bayo,


y, sintiendo en el corazon 10 que sabes,
dije este zéjel, como ya has visto,
280
imitando el muwaiSa4 que designo:
«Dé Dios estandarte de victoria
al ilustre principe Abu Bako> 5.

134 1

o Prendiome en amor mi ojo adultero


y mi corazon ansioso.

Dijeron que el amor es mi adorno,


y a mi ojo obedecio el corazon,
y a la muerte me llevaron:
~qué viste, ojo? Parpados, desterraos;
y tu, corazon, desgarrate.

2 Estais prendidos en amor de qui en


nunca os dara afecto, sino
partira, si os ve venir;
y aumenta mi cuita de esta beldad la costumbre
de no volver cuando parte.

3 Senor, ~cual sera mi galardon?


Mi amor mucho me maltrata;
yoJe amo, él me abandon a:
cme adelanto a de jar a quien me aflige,
o él se adelanta a de jarme?

4 Mi amado, si quiere, es injusto,


y, pardiez, no dice una palabra;
bello es, déjalo dominar;
10 acato, que es mi condicion, senores, acatarlo:
qui en ama, debe acatar.

5 Te quiero, que la belleza es que rida,


y, si me estas velado 0 vedado,

281
110raré, cual l1or6 Jacob;
me cegaré y diré: «Me ceg6 mi amor.»
Tai vez me cure Horar 2.

6 Tus labios son rojos coma sangre,


tu aliento es almizcle al oler;
diceme el coraz6n: «Ahora, Ianzate.»
y temo sea causa de mi privaci6n,
contentandome con mirar.

7 Dulce me es tu boca porque


en ella se mezcla agua con miel.
Te busco: escanciame, pues,
la miel de tu boca: una gota basta;
no seas avaro, no niegues.

8 Mi gusta el cimbreo de tu talle,


me gustan tus ojos de hurf,
me gustan tus rojas mejillas;
me gusta que tengas por mejillas 3 granadas,
y ojos que de lejos bril1an.

9 ~Esmeralda eres 0 alj6far?


~Eres canela, 0 bien ambar?
~Eres pastel, 0 bien azucar?
~Sol eres, dia 0 segunda luna,
o todo esta en ti reunes?

10 Cual magia ha quedado todo el zéjel;


Ibn Riisid, con ser tan habil,
no habrfa compuesto uno igual,
y en métrica imita un zéjel quzmani 4,
pero éste ha salido mejor.

282
135 1

o Rompio corazones, ato y deshizo:


hermosos ojos, ~qué hacéis?

De ellos la ruina me domina,


y por mi cul pa, solo mi culpa;
duro me es el trance de la muerte,
y morir no es el fin de esto.

2 Cayo en mi corazon 10 que no habla.


Dije: «~Qué haces ahl, pardiez?»
Dijo: «Imagen 2 soy de quien amas;
primero doy amor, luego me vuelvo.»

3 Dime qué puedo contra ello ingeniar,


puesto que es sino que en ml se cumple:
este afecto, sefiores, no florece,
mas el desdén florece y fructifica.

4 Tu amor en mi corazon actuo y acttia,


tal vez enloquezca, pues, 0 me extentie,
pues a medida que mi corazon se disuelve,
mi pasion se intensifica mas.

5 Mi corazon esta dl.': tu desdén mohlno,


y es la historia de mi amor peregrina,
coma 10 es en ilustres cualidades
Abull)asan ibn sru:ub ar-radd 3.

6 Pues estoy ante su loa,


espérame, por favor, un poco,
hasta que la idea me vuelva,
y se inflame y agudice mi vena.

7 Este es momento de extender la loa:


noble es y hermoso de talante 4,
283
y de firme y verdadero afin:
fiel quiero serle, y estaré orgulloso.

8 Sabe literatura y sabe versos,


vivo es su pensamiento como el fuego:
si le preguntas, te dira historias,
y si 10 pides, recitara.

9 Viste bien, aunque sin excesos;


monta a caballo y sabe;
cuando corre, es como relampago;
cuando retiene, es como roca.

10 Su anhelo alcanza a quien a él llega;


cumple cuanto puede, solfcito;
yo 10 he procurado por sus cualidades,
pues quien es como él es buscado con esperanza.

11 Quede con bien, que acabo mi zéjel;


tenga yo la suerte que me corresponda;
por m{ no andes con titubeos:
dame, no mas, 10 mas a mano.

136 1

o ~Llorasla cuita dei ayuno?


Le hagas 0 no reproches,
10 has de acabar.

1 S{ que ayunas tu bien:


borracho, en tinaja el alma.
~Qué he de temer? No se dijo
quien la ans{a.

284
2 Despertad, desvergonzados,
por Mahoma, compaii.eros;
los dfas del ayuno en seguida
se acaban.

3 Y viene el mes de iawwal,


y todo marcha ya bien:
todos con frasco y copa
en la manga.

4 Mi corazon pide su electuario,


y si un vasa que 10 Ileva pas a,
aunque no puedo probarlo,
10 husmeo.

5 Y aquél a quien no menciono


es brasa ardiente en entraii.as:
ojahi una gota lograra de 10 que hay
en su boca.

6 Se estremece el corazon dei borracho


vien do el vasa que le esta vedado,
coma cordero al que destetan
de su madre.

7 iCuanta gente 10 procura!


Quien no puede beberlo
aIl!, pardiez, contra el corazon
10 estrecha 2.

o ]iù[tib, yema de huésped 2, ~donde


estais, herma-
[nos?
Ramadan ya llega, he tenido nuevas.
285
«Si -me dijo sa'hanl..-, 10 he dejado de cami no,
y ha hablado conmigo, tras mucha fatiga 4;
yo no miento, que con mis ojos 10 he visto,
he aqui que nos viene_. 5

2 Aqui esta Ramadan: sube al alto, baja,


venga aquel colch6n, extiende tu el arambel;
da una mano, septiembre; alb6rbolas haz tu,
[mayo;
mira dentro, septiembre; echad a mis sin ver-
[güenzas.

3 ~D6nde estais, borrachos, d6nde estais todos?


Quien tenga vino, tfrelo, os aconsejo;
vaciad las copas, guardad vuestros frascos;
ya vendran dias en que necesitéis vasijas.

4 No es momento de jarro, deja tu el taz6n;


~qué dices tu ah!? Tullido quedes 6, siéntate.
Deja tu las azucenas, suelta tu los narcisos:
ino quiero crapula, ya me basta!

5 Este es mes excelente, y que esta, pardiez, mar-


[cado;
amigos, pardiez, pardiez, haced 10 que es debido:
todo el que esté impuro, enderécese al punto,
aunque sea, Dios no quiera 10 peor, cristiano.

6 Quien tenga que lavar ropa, busquese jab6n;


quien quiera hacer abluci6n, sabe el camino del
[rio,
y el camino de la mezquita no es cosa que ignore
sino quien sea necio 0 forastero.

7 ~D6nde esta el tiempo alocado, d6nde aquellos


[dias?

286
~Qué diversiones fueron y qué alegrfa, si dura-
[ran!
Con el «toma, coge», «dame», «mira, ése se ha
[dormido»,
«levantate, no duermas», «despierta, que estas
[cascado»,

8 «llena tu vaso, bebe, diviértete y gozala»,


«glu, glu, glu, cloc, cloc, cloc, ja, ja, ja» 7.
«Oye el gallo cantao>, «~Como, amanece, par-
[diez?»
«Es de dia: saI, que no te vean mis vecinos;

9 muévete, haz algo», «y eso, ~qué se nos dû»


«Eres, pardiez, haragan; ea, levantate, ~no te
[bastû
Déjame ya, arriba, apartate hacia alla.
iSe apoya 8 en el cinturon y me hiere el pecho!»

10 iQué noche aquellal Rebosante fue, en verdad:


deja 9 que el pandero suene y la flauta dé trinos.
Ten vergüenza, siquiera, no seas tu majadero 10;
como yo te he respetado, por Mahoma, respétame.

11 œor qué armas alboroto, por qué se canta en la


[casû
iTu eres origen de sedicion y cabeza del mal!
iPum, sufre, pegal iSenores, sacome el ojo!
iToma, bastete, ten, toma eso, rubiales!

12 Atadlo con mi licencia y llevadlo a cogotazos;


reciba cual dio bofetadas y punetazos;
pardiez, no 10 de je yo, aunque salte,
y que ha de venir conmigo ahora ante Ibn
[Hani.:.,
287
138 1

o No hay en la ciudad mas guapo que al-'Abbas


ibn J:hmad.
Déjate de 10 visto y de ir por las ramas,
que él es superior, a decir la verdad:
2como no he de inclinarme a creerlo,
cu an do tiene un talle que cual ramo de mirto se
[inclina,
granado?

2 El sol de mediodfa es parte de su luz,


Dulfaqar 2 corta menos que su filo:
por eso hay que guifiar ante sus ojos hechiceros 3;
pardiez, icomo prueba los corazones de la gente,
con qué empefio!

3 Tu que quieres parecértele, larga fatiga tienes,


y en ello no gananis sino romper dJ corazon;
fatfgate menos, abrevia tu lucha,
que no habra coma él en la ciudad de Fez
jamas.

4 Cervatil10 chico en su primera edad,


icomo 10 quiero aun siendo de condicion injusta!
Tiraniza mi corazon con sus parpados
coma un leon, y 10 aflige con divers os
tormentos.

5 iCuanto he sufrido amando a este jilguero!


El me ha puesto en séptima década 4.
iCuanto has sufrido, mi pobre corazon,
en cada desdén! Vino generoso te escanciaré
para aliviarte.

6 iOh tu, cuyo encuentro diome vida tras morir!


Tu nombre ha sido de mi zéjel tan buen adorno,
288
que en él 10 repito dos veces, como ves:
No hay en la ciudad mas guapo que al-'Abbas
ibn l;Jamad.

o Un laud afinan y lIen an vasos:


imétete, en nombre de Diosl

Escanciame este vino que me anime;


mézclalo con agua, si tal quieres,
que nunca sufri nada a medias,
para que cese la cuita 0 yo me olvide.

2 Ella visti6se de amapolas rojas,


collar de alj6far se puso, cual ves;
tu, novia que te contoneas,
~quién te abrazara, a quien te desvelaras?

3 iQué hermoso es el laud, qué bella su forma!


Oyendo su preludio me conmuevo,
por él se debe toda tarea abandonar;
escuchalo y oye 10 que recitan.

4 Oye a quien s610 dice la verdad,


y magia co secha, si 10 interrogan;
amar recomienda, aunque él no ame,
y nostalgia recuerda, sin él amar.

5 Joyas tiene que no forjara platero,


fino es su cuello, lleno su vientre,
y su voz no es la del adulto:
ni no es, y cuanto hace agrada.

6 Ya pasaron los dfas de mi mocedad,


y han Ilegado mis tiltimos afios:
289
lastima, pardiez, de 10 ya pasado
de juventud, inacabable pena.

7 Deja eso todo, que de nada sirve;


imitil es hablar de la ya pasado;
alabemos al visir y alcaide
Ibn Sa'iida Abii 'Abdallah.

B A mi me conviene y a la gente ta da
alabar a quien, de veria u oirlo,
no se alzara ayo en ninglin lugar,
ni aun yendo con baculo y alforja 2.

9 Si cage en un camino a un salteador,


la menas que sufre es crucifixion:
icomo grita el ladr6n cuando le pegan!
Mas grita el pescado en la sartén.

10 Tu, que caminas recta y honradamente,


estas segura, nada has de temer;
mas, si cometes faltas, sabelo:
en tu culpa sabras la que te espera.

11 Habil, conocedor de altos afanes,


sultan perito en calar al hombre;
jardin de contertulios es su conversaci6n:
si azucar citas, mas dulce es aquélla.

12 No pregunta a quien viajando la busca,


acoge a ta do huésped que llega;
él garantiza que las casas se cumplan;
casa hospitalaria tiene donde dicen: «~C6mo
[no?»

13 Sincero say, falsedad no digo,


estas palabras par sf son daras;
tranquilo quedara del mal de ojo,
si en sus prendas hallara un pero 3.

290
140 1

o Quiero a un muchachito,
y 10 querré mientras viva.

Mirame con ojos de gacela


y un rostro 2 coma la Luna;
y ademas de este tormento,
~qué ha de ser sino dulcecito?

2 Labios coma hemorragia


bien destrozan las entranas;
si algo dice con qaJ,
10 hace un poco coma klif 3.

3 Alguno me veda amarlo,


diciendo: «De as-Suha: 4 te enamoraste:
no puedes llegar a él,
ni tendras ningtin provecho.

4 Bastete amar mujeres,


saI del aprieto a la holgura,
y seras coma quien troca
harapos 5 por gabancillo.»

5 Soy el hombre mas recio


y fuerte para el desdén:
si el amor cuece a algunos,
yo me 10 coma crudo.

6 Le dije: «Aharrate el cuidado;


no te veo cuando te busco»
«As! hago, hijo, por veleidad»
«Pero, ~es juego la coz dei potro?»

7 Mi corazan presumiendo azora,


férreo yunque en él tengo;
291
por él arrostrara lanzas
aun en manos de Ibn Ubayy.

8 De su encuentro huye el valiente,


alzando los brazos en un iah! 6;
sin sonrisa de beneplacito,
t6rnase el !ah! en iay!

9 Rabi' en larguezas se asienta,


y tiene otras excelencias:
ama generosidad por naturaleza,
coma am6 Gaylan a Mayy 7.

141 1

o Bebe la hermosa y me escancia,


sin que nadie nos esple 0 gobierne:
asl es mejor.

Pasamos la noche a gusto, en besos y abrazos:


«~D6nde vas? ~Qué quieres? ~Qué te inquieta?»
(Ah6rrate nariguera 2 con quien ama.)
«Quien soporta mi rigor, ve mi ternura,
que en aquél no persevero,
y es en vano.»

2 La mocedad le sienta, ~qué se ha de hacer?


Déjala, pues, que venga y coquetee,
que he visto mucho, pero a nadie mas bello:
un pecho que me apetece abrazar,
don de brotan erectos senos
con descaro;

3 una boquita ves coma un anillo,


de ordenadas perlas sin ensartador,
292
perdici6n del que reza y el que ayuna:
mi expresi6n no se ajusta a mi talento,
pues dije que es coma un anillo,
y es melor.

4 Estabamos hablando y bebiendo vino;


yo cantaba, ella se extasiaba,
cuando le pedf 10 que se suele:
y dijo que sf, accediendo,
cuando, injusta, apunt6 la aurora:
~por qué amaneci6?

5 Me fui a mi capote, sin demorar;


dijo: «~D6nde 3 vas, qué quieres hacer?
iQu{tate el capote, pues, quédate!»
Dije: «Voy por oro, déjame,
que a Abulqasim b. Sumayda'
quiero loar.

6 Aquél cuy a fortuna aprovecha


y se habla de sus dadivas y favor,
en quien esperan cuantos su don ven;
mira su largueza y me diras:
"Es proverbial la generosidad de I;litim,
y la de éste es mas."))

o Censuro a beldades que fueron injustas;


quien de ellas su hechizo me asest6,
de muerte hiri6.

Mi amada presume ante compai'ieros,


iqué acerba me es su altanerfa!
De las cejas forj6se arcos,
293
flechas de parpados y pestafias:
tira a los corazones de quien mira
para matarlos.

2 Fue creada para abrazar y estrechar,


~sabes gué finos son sus dientecitos?
Su talle es tan flaco como mi Fe;
mas son las cade ras cual Gibralfaro,
y en toma ves el hoyuelo de la vulva 2

hacia abajo.

3 iCanelita, dulce de contemplar!


Ven, bebamos ambos, nadie mas,
algo escogido, delicado y dorado,
cuyo mosto alcanzo su punto
y se le sentaron los posos,
apimentandose.

4 Dijo la pfcara, cuando yo yada


por su amor, incitando al envidioso 3:
«~Qué sientes en tu corazon gue odia? 3.

Deja, deja gue se ase en su fuego:


quien ama y al querido abandon a,
asi es muerto.»

5 Bueno es guien gusta de un dia festivo.


Vino a mi casa, le dijeron que no estaba,
y canto la cancion del amante apasionado:
«De mi se esconde en casa el amado.
~Qué piensas? œregunto al vecino por él,
o qué hago?»

143 1

6 ~De veras, borrachos, os arrepentfs? iDios os asista!


Veréis estas flores qué vino os escancian.

294
iQué flores hay, qué hermosura, qué belleza!
Bordado brocado nuestras plantas pisan.
~De veras, borrachos, os arrepentis? iDios os asista!
Muy justo es 10 que deds. iDios os asista!

2 La Naturaleza viste las flores que necesita.


~Qué es esta tunica, qué es ese vaso?
Bebed, borrachos, el vino a botellas.
iDios guarde al diablo, que es vuestro mentor! 2.

3 El alfaqui de las flores es el alhe!{:


de dia finge recato, dando a vender almod 3,
y cuando llega la noche, se va corriendo al vaso
y grita: «Borrachos, Dios os bendiga»

4 Albihar, narciso, os quiero en el alma;


tu eres siempre mas hermoso, y tu, mas elegante:
vuestro amor me mata; si de veras muero,
cada dia en mi tumba os enviaré recuerdos.

5 LIego el cortejo de rosas, alzando sus estandartes.


iBien venido el sultan, alargue Dios sus dias!
Almizcle son los perfumes que llevan delante:
oledlo, borrachos, y abriréis los ojos.

6 Pfcaros hermosos y vino at'iejo:


son amargos, si baratos, caros, cuando dulces.
Pido a Dios, mi Set'ior, que a mis hijos depare
un patron que les dé consejos como yo os doy.

o Veo a una bella y la olvido por otra mejor:


te pasmaste, corazon, en la alameda de Mu'am-
[mal 2.
295
1 Vi ail! muchachas que no son musu[manas,
y, al vedas, se me hicieron las manos mangas .1;
me senté a mirarlas a la sombra de los oimos,
y abrasome el corazon sentarme a la sombra.

2 Romperme el corazon quieren Maryam y Alifa 4;


la una de azticar, la otra, de canela,
mozas de los Banu Laylà 5, de escogida marca,
ante las cuales no sé a quién preferir.

3 Quien te da a escoger, confunde: a ésta quiera,


pero es la otra a la que creo seguiré;
mas esta tercera es mas dulce y elegante:
deddete ya, y sabe con cUlii quedarte.

4 Pasando por debajo, atin indeciso,


vi las ventanas lucir de lunas:
también aUi me lanzaban las pestafias coqueterfas,
asestadas sin fallar en nadie blanco.

5 La hermosura en Granada me dejo perplejo:


parece perla mayor entre el alj6far;
no son andalusies, ni bereberes,
si no medias calzas y jubon con cuello negro 6.

6 iQuién fuera vuestro cuidado, compedoras dei co-


[razon!
iTengan todo bien tu da y tu madre!
Tres nudos, hermano, en la boca tienes;
adorna el tercera con una lazada 7.

7 Pero son dos ojos que suelen desgarrar,


y que, si miran, no necesitan mas:
han aprendido de la espada de Abu Sa'ada,
que, al tomar vidas, le sigue la muerte rauda.

296
145 1

0 Quiero decirte una cosa:


du \ces son estos morenos.

60y yo Ku!ayyir 0 ]amil 2?


Me seduce un color noble
de mestizo, 0 poco mas,
cual si quisiera tirar
a amari110 y abreviemos.

2 iQué hermoso color, qué bueno!


Compuesto fue hecho, oh enemigo;
tiene blanco y tiene negro,
como el romper de la aurora
con alguna oscuridad de albor.

3 Si te dicen blanco lechoso,


cerca estarfas de 10 cierto.
y ~qué tiene ello de extrano?
De 10 be1Jo y prodigioso
el color la mente asombra.

4 Parece .1 cu al vino ai'i.ejo,


sien tes que el coraz6n te abrasa,
y tiene un gusto agradable,
mezclado con agua fina,
para romperle la acerbidad.

5 Me seduce la desvergüenza
y 'pasi6n coma la muerte;
sea, pues, 10 que Dios quiera:
cumpli6se en mi la magia de ojos,
como se cumple el destino.

6 Quiero a una morenita de miel,


de talle fino granado;
297
en cuanta a su belleza, déjame,
que en palacio real no se hall a,
y 2qué falta en ese palacio?

7 Mi sefiora, Umm Sa'd,


siempre seré tu esclavo;
ea, mete ya mano,
pâlpame y averigua
cuantos d{as quedan de un mes 4.

8 Ven, pernactemos, deja el enoja,


déjate ya de chanzas,
que el secreto del casa
es s610 abrazar y besar,
y frotar pecho can pecho.

9 A ti vine con bello rostro,


haz conmigo una obra buena:
abnizame, que me alivie,
apriétame hasta que grite,
deja romperse los pechos.

10 2Cuanto durara este desdén?


2Qué me haces, malhadada?
Caf en el mar de pesares,
y, pardiez, no sé nadar,
ni he vista nunca el mar.

11 Este es ya largo tormento,


cogido estoy, duda mi gufa,
y mi carga me abruma.
Dijo eUa: «Dorado, fino
y amargo he hallado el vina.»

12 Por todos lados la quiero,


2quién no ama la juventud?
Quien venga con muchos reproches,
298
ocasion merecera de arrepentimiento,
como se da al que reniega '.

13 Cierto es 10 que os he dicho,


y con buen decir 10 dije.
Dfjome ella: «Descansar quiero.»
Bien esta ya esta loa;
no afiado sino las gracias.

146 1

o Tû que muestras hue lIas de viaje,


loado sea Dios que llegaste bien.

Gran nostalgia provoco tu salida 2;


no olvido, pardiez, el placer de abrazarte.
~Sabes qué dfa fue el de tu partida,
y aguella noche de soledad y pesar?

2 iQué gusto fue tu venida!


Mejor es tu compafHa que tu ausencia;
en suefios vime reunido contigo,
y ha resultado cie~to ese suefio.

3 Ha tornado el Sol la belleza de los colores,


ya no es ese rostro como era:
cuando a despoblado vayas, hombre,
embozate en el cabo del turban te.

4 Tu familia en el visirato,
sin adornos ni cumplidos,
es como orla en capote,
o como alabar a Dios el iman 3.

5 Cu an do a Abu 'Abdallah se oye mentar,


es como pro bar vino cortado.

299
Bien estâ: ~me reprochâis porque
pu se eI vino en femenino? 4,

6 iSi me vieras atisbar desde eI cerro,


oteando distancia de un dia 0 mâs!
~A quién veo? Dirfa que a Mul.nmmad.
iOjalâ fuera yo Zarqa al- Yamama! 5.

147 1

o La casa dei amado, tras su partida, estâ por los


[suelos:
al desagüe de la casa, por su nostalgia vueIvo 2.

t Marcho dei lugar quien oyo sonar su hora;


la casa es solar vado, al igual que los soportales,
donde la tortola se lamenta con sus zureos.
Quien dejo a los amigos, ~qué bien codicia?
Ha de lIorar las huellas, sido por sitio.

2 Pasmado estoy de su ausencia y alejamiento:


mâs fâcil que su vueIta es tocar las estrellas;
allâ ves a la tortola, cual ella suele,
de verdad, Ibn Quzman_ 3
~quién.~ 3

3 ~Qué se hizo de! callejon de Ibn Zaydun 4, tan


[frecuentado?
~Qué dei barrio de la Mezquita y de su belleza?
Mâs des gracias les cayeron de 10 que soportar
[podian;
acércate y los veras hechos campo que se ara y
planta, y el resto es estepar alto coma un hombre.

4 Parece que yo nunca asistiera a aquellas reunio-


[nes,

300
con todos los distinguidos, hermosos y afables.
iQué hermoso adorno aquellos vestidos,
mientras eI son deI laud su labor hada,
y el fmpetu de la flauta desde fuera se ofa!

5 Arrepentido esta Ibn Quzman, inorabuena si


[dura!
Sus dfas fueron fiestas entre los dfas:
de jando atras adufe y pandero y mangas arre-
[mangadas 5,
sube y baja el alminar de llamar al rezo;
iman se hizo de mezquita, que se arrodilla y
[prosterna.

6 Odiosa es la voz del cuervo, pues es tan fea_


iQué desgraciado el pobre, qué escasa saI tiene!
Siempre se le ve triste, ëcuando se alegra?
iMalditos los cuervos en aspecto y en sonidos!
iNegros de mal agüero, gué espanto causais!

148 1

o Oye 10 gue el alfaguf dice: «Arrepiéntete) iQué


[necio entrometido!
ëC6mo arrepentirse, si el jardin rie y el céfiro es
[fragante como almizcle?

La primavera despliega su estandarte como sul-


tan vtctorioso,
los arboles visten sus galas y encima gorjean las
laves,
los jardines vi sten tunica en tela color esmeralda,
y albihar va con violet as: iqué belleza, azul y
[blanca!

301
2 Rodo, alhelf y mirto, reposo, sombra y agua;
el hermoso, complaciente y bello; el espfa, sordo
[y ciego;
tafie. el flautista con arte; canta una voz". 2
el cielo limpio, vidriado, la bebida, dorada y cla-
[ra.

3 Salen los astros faustos, flores de alhell se abren,


el canto es un tarareo; el juego, una carcajada;
y luego el «Déjame, bruto; me has herido el pe-
[cho, iay!»
(Me asusta el botijo, madre. ~Sabes qué me hizo?
[Boc, bac) 3.

4 ~Qué dices de beber tu vasa y besar tu boca de


[amante,
junto a ti la beldad sentada, con canto y tafier de
[cuerdas,
mientras se hace el puchero, y al fuego se asa el
[espeto?
~Qué me dices a todo esto? ~No estoy en la cier-
[to y justo?

5 iAy, bebida, ay, vina 4, qué dulce! Eres, pardiez,


[como azticar;
por quien me hizo quererte, ~quién te salpico de
[aljOfar?
~No tendras algtin mal, pues te veo amarillo y
[fino?
Crea que tienes un dolor, 0 sin duda amas bel-
[dad.

6 Llamandome Ibn Quzman es justo que haga ma-


[gia,
pues si uno tiene suerte, todo natural I~ viene,
302
y hast a el nombre le aprovecha: 10 dijo Ka'b
[al-Al:bar 5;
refran viejo es de la gente: ~hay toro sino abiga-
[rrado? 6.

149 1

o Fue el insomnio indeciso hasta dar en mi pupila:


[alli paro.

~Qué tiene, sefiores, conmigo? Dias glorioso 10


[ha enviado;
este amor intenta que mi vida acabe antes de plazo.
Me quejo de dolores, estando mi corazon don de
[esta,
cogido, maldita sea, coma los de Jaén, en plena
[cosecha 2.

2 Este amor agosta y quema mi corazon, isocorred-


[me! 3.
No temo el agostamiento, sino que se afieja cada
[vez mas.
iCuanto he jurado nunca mas amar, con cuantos
[juramentos!
No sirve jurar, pues mas perjuro es el hombre
[cuanta mas jura.

3 Pajaro hermoso deI zoco: mira gué !indo, qué be-


[110;
quien 10 ame, nunca sera libre de su prision, ni
[10 soltara.
Si alguien su corazon le da, 10 desprecia y despe-
[daza,
10 hace trizas y cose a desdenes, a un punta esto-
[far y bordar 4.
303
4 Dime: ~cuandovino dei Paralso eterno? Pues no
[es hombre.
Mira qué hermosas son las amapolas entre las
[flores:
pues él, para ml, luce mas y es mas perfecto que
[la Luna, porque ésta
mengua a veces, y éste no tiene ni mengua ni
[manchas.

5 Desde el barrio de la Aljama veo yo salir mi


[luna;
su belleza espléndida en su talle erguido se cim-
[brea,
mas hay impedimento para coger su madura flor:
un negrillo jardinero envuelto en una amapola 5.

6 AI mostrarse su mejilla y la frente clara bajo la


[melena,
vi aparecer la luna, saliendo de cabellera, no dei
[cielo,
y me puse a cantar: «Toda beldad, es sabido, tuya
[por turno es;
anda, encuadra gacelas, que tu eres sultan, Ibn
['Ataf.»

304
NOTAS
INTRODUCCION

1 0 sea, el dies irae, 0 dia dei Juicio Final.


2 Utiil y fUfiil (requerido por la rima, en lugar dei usual/uni') son
aquf los fundamentos y derivaciones dei arte dei zéjel, aludiendo Ibn
QU2mlin, sin duda, aquf a su actividad depuradora, tanto de la forma
como de la lengua de este género, en el que favoreci6 determinadas
combinaciones métricas y estr6ficas, y cre6 otras que desarrollaban el
micleo inicial existente. T ambién conden6, comO dirâ en seguida, deter-
minadas irregularidades que se cometfan, tanto en los metros como en
la lengua; sancion6 la ausencia de t'rOb (véase i1(ra) y 0per6 una selec-
ci6n de temas, no carente de renovaci6n, que nos recuerda la revolu-
ci6n estética que en el Oriente 'abblisf tiene lugar contra la tematica de
la casida clasica. Que 10 hiciera inasequible a los ignaros puede querer
cb::ir que preconi1ri una métrica mas cercana al 'ar'il! (0 sea, el sistema
cl:isico~ dei que los andalusfes tenderfan naturalrnente a separarse mas y
mas, dado el caracter acentual de su recitaci6n (véase nuestro articulo
«The metres of the mUllla11fli?, an Andalusian adaptation of 'afii4 [A
bridging hypothesisJ», en Journal tf Arabie UI,raftm, XIII).
3 0 sea, las inflexiones de caso y modo de que carecen los dialectos
neoarabes. Contra 10 que se ha dicho, Ibn Qwmlin no viola practica-
mente nunca esta norma, aunque ello s610 se advierte cumplidamente
en una edici6n dialectol6gica.
4 No cabe duda de que aqsam y mOfari' son, en este contexto, tecni-
cismos; por «hemistiquios» pareceria que hubiera que en tender las mu-
danzas, herederas en la poesfa estr6fica hispanoarabe de los hemisti-
quios de la clasica, a través dei lOf ri', 0 estructura de hemistiquios rima-
dos entre si, a modo de pareados, bastante comûn ya en el metro clasi-
co rajaz. Sin embargo, como 97/10/3 y 4 demuestra que qasïm pl. aq-

307
sam es la mudanza, habni 'lue pensar 'lue mi[ra' sea otra casa, tal vez
nombre indiferente de vueltas y mudanzas, 0 s610 de las vueltas.
5 Arreglamos con este remiendo la construcci6n 'lue Ibn Quzman
dej6 mal trabada, en unD de sus no infrecuentes descuidos.
6 Hay una palabra ilegible en esta frase, 'lue debe aludir a la creen-
cia de los arabes de 'lue la elocuencia en prosa, y sobre todo en verso,
.es obra de genios 0 demonios 'lue la transmiten a los autores, dicién-
dose de éstos 'lue dominan a dichos seres, cuando sobresalen.
7 Parece un ramaI, con las licencias propias dei zéjel. Su fallo con sis-
tirfa en el uso de las formas clasicas takassara y tabarrada, en lugar de
las dialectales atkassdr y atbarrdd, 10 'lue 'luit aria gracia a la expresi6n.
8 Estos versos pueden medirse como mustafi/un fa'll/un (variedad de ra-
jaz no atestiguada en el Cancionero, donde si hay un mustali/un fa'iI: am-
bas combinaciones se dan en as-SustarJ 5, 7, 8, 62 Y 55). Para ello hay
'lue Ieee: fi Iydwmi mare ra )tdyn 1 ya t!.a Iwizaratdyn 1 taq41 li
1 ajatdyn 1 wa1Ina'it!. tabayn 1; los fallos estarfan en el i'rab de yawmi y tJ!z y
en el nun aseverativo de tabdyn.
9 Admite escansi6n de sari' leyendo: ~ a/d' alma 1alta liras assarir 1 it!.(a)
nud'a lam ara kayfa aslr, consistiendo su fallo en el clasicismo de los cuatro
ûltimos términos.
10 En este punto, la grafia dei manuscrito s610 permite una lectura
con jetural.
II Alusi6n al rito de peregrinaci6n a la Ka'ba, pues en arabe se dice
de algo 0 alguien 'lue es una Ka'ba, para indicar «centro de atenci6m>.
12 Corregimos agui el manuscrito ma'an en mu 'an, 'lue exige el con-
texto.
13 La casida cIasica se componia de estas partes, separadas por un
ra~ïl, 0 descripci6n dei viaje del poeta enamorado para encontrar al
loado, tema en 'lue la reacci6n posclasica se ceoo con las mas duras
crfticas a su falta de espontaneidad. Reacci6n acusada por Ibn Quzman,
pues mientras a'luellas dos partes estan c1aramente presentes en mu-
chos de sus zéjeles, el ra~i/ s610 aparece en el 72. Otros tienen s610 pa-
negirico (0 elegla), y alguno s610 tema galante (vgr, el 26), abundando
en muchos otros las descripciones (aw{ af) en lugar de ra1 il, bien dentro
de la corriente posclasica.
14 Palabra 'lue hay 'lue ailadir, pues Ibn Quzman se dej6 la frase in-
completa.
15 T raducimos asi mu'ara4 a, tecnicismo 'lue 'luiere decir (,imitaci6n dei
metro y rima de otro poema», sin 'lue podamos en este casa identificar el
modelo. En cuanto a la capacidad imaginativa en estos casos, parece refe-
rirse al recurso de la onomatopeya.
16 Escandible coma xafif (/ii'iratun mustafi/un fa'/an), leyendo: !aqa
~ al"! dq .JIf!a/1ds assawdtr 1 dNba durdNb hi[ dxra min ra! Idyn (para este sentÎ-
do de t41is, véase Vocabu/ista in arabiro, s.v. «retundere»).
17 También xafif, alternando el ûltimo pie confo'i/un, si se lee: qdd-

308
dar alltih Wasdqll alwaswas 1 wala'abna ~II/ annahar ba/leas 1 waja a/ltiyl
wamtadda mit! a/qatll j.
18 Escandible como rajaz. leyendo: ana min ahl albadiya 1 wama'i da-
ran xa/iya 1 malti bidtimm addaliya j.
19 No podemos escandir estos versos con certeza, porque el primero
parece falto. Si se leyera Jea"ale (a{)t!.antib (at) wahtid 1 walltih inna htit!.a
ba/ad, serfa un mlltadiirile (fa'/an pi'i/lln pi'illln).
20 Preferimos esta transcripci6n a la hispanizaci6n «moaxaja>., cuya
jota es injustificable, y su género femenino, contrario al uso normal
arabe. Por razones similares, tampoco usaremos el ya frecuent{simo
«jarcha>., que seguimos transcribiendo como xarja. En esta obra, las vo-
ces hispanoarabes son transcritas seglin las normas de nuestro A gram-
matica/ Sleetch tf the Spanish-Arabie dia/ect bllndle; en las chisicas se indica,
por supuesto, la cantidad vodlica, sistema que se ha preferido también
en los nombres propios, para uniformarlos.
21 También rajaz. leyendo: lamtin garas nll'manatayn 1 Ji rtiwrfi ti/le a/-
wajnatayn l, donde Ibn Quzman censurada la vocal de i'rob de rawrfi.
22 Se escande coma madid, leyendo: letissar allah sdqa ledlli ~aqll, don-
de nuestro autor censurada· el i'rob de sdqa.
23 Se escande como basl~, leyendo: ta'tijjab annas min qillati sa'di l,
donde Ibn Quzman censurada el j'rob de qlllati.
24 El hacer zéjeles mas, e incluso muchisimo mas largos, parece ha-
ber sido ocurrencia caractedstica de Ibn Quzman; en efecto, en el otro
ûnico gran zejelero del que nos ha llegado un diwon, as-Sustarï, son ra-
ros los que pasan de aquella medida.
25 Corregimos el manuscrito, no muy c1aro, donde se ha le!do najara
por naxara.
26 F rase que parece aludir a que Ibn Quzman le habda recitado zéje-
les «a la antigua usanza>•.
27 Como observaca el lector dei Cancionero, en realidad Ibn Quzman
dist6 mucha de ser siempre tan selectivo coma pretende con los desti-
natarios de sus zéjeles, algunos de los cuales no ten{an mas mérito que
la similitud de gustos con nuestro pocta, 0 su fortuna persona!.
28 Mi compai'lera y docta especialista doctora Maria ]esûs Viguera
me facilita los siguientes datos de la historiograHa andalus{ acerca de
los Banü l:Iamdin: el primer miernbro mencionado es Abü 'Abdalah
MlÙ}ammad b. 'Ali b. MlÙ}ammad b. 'Abdal 'Azïz at-Taglibï (439-508 h.),
cadi de la aljama cordobesa, mencionado en ~ila nûm. 1.138, BlIgya
nûm. 230 y Na'!7" pag. 14, padre de los dos hermanos loados y que
también detentaron dicho puesto: Abulqasim AJ:mad b. Abï 'Abdallah
(472-521), mencionado en ~ila nûm. 169, Na'!7" pag. 18 y A 'mol 252, y
Abü ]a'far I;hmdïn b. Abï 'Abdallah (m. en 546 0 548), que se alz6 en
C6rdoba contra los almoravides, proclamandose sobrerano en 539, se-
glin noticias de N~m pag. 217, Bugya nÛffi. 685, Talemila nÛffi. 119,
A'mol pag. 252, J. BOSCH: los Almoravides, Tetuan, 1936, pags. 288-291;

309
E. LEVI-PROVENÇAl, «Du nouveau sur Ibn Quzman», en a/-Anda/lls 9
(1944) 366. Es también sabido que el antepasado ep6nimo Ijamdin lIe-
gO a Espaila con las tropas sirias de Balj, a mediados dei siglo VIII. y se
instal6 en Pego, y hay también noticias sobre un Abu 'Abdallah (Mu-
I:runmad) b. AJ:mad, 0 sea, el cadi de la aljama Abulqasim, en ~i/a num.
169. En cuanto a Abul'ala Ibn Zuhr, no se trata dei famoso médico co-
nocido en Occidente como Avenzoar, sino de su padre, acerca dei cual
véase EI2 111, pags. 1.001-1.002. En 10 que respecta al visir Ibn al-
Qurasi az-Zuhri, que debio de desempeilar un papel polltico y militar
de cierto relieve, a juzgar por los zéjeles a él dedicados, nucstros esfuer-
ws y consultas a especialistas en la historia de al-Andalus no han pro-
ducido hasta ahora una identificacion dei personaje, de quien solo pue-
de decirse que era un qll,ai; emparentado con la importante familia se-
villan a de los BanU Zuhr, cuyo apellido habla enlazado al propio.
29 Al final de esta pâgina deI manuscrito hay una laguna textual,
probablemente breve, que dirla algo asi como: «a los que dediqué zéje-
les y sobre quienes escribl...».
30 Verso de Abu Tammam, en su casida dedicada a Mahdi b. A~am
(véase Di",an Abï Tammam, ed. 'Abduh 'Azzam, El Cairo, Dar al-
Ma'arif, 1951, vol. II, pag. 340, num. 92.
31 No hemos podido conocer nuevos datos acerca de este aristôcrata
cordobés, al que estan dedicados el Di",an de Ibn Quzman y muchos de
sus zéjeles.
32 Famoso verso de al-~utanabbj en su panegirico a 'A<;hd ad-
Dawla (véase Di",an Abi Ttryyib a/-Mlltanabbi biiar~ Abi /-!3aqa' a/-
'Ukbari, ed. Mugafà as-Saqqa, Ibrahim al-Ibyarî y Abdallpfi~ Salabi, El
Cairo 2,1956, vol. IV, pag. 275 0 284.
33 En Najd, véase YAQUT: MII'jam a/-BII/dan (Beirut, ~dir, 1977, vol.
II, pâg. 88).
34 Comienzo de la casida en elogio de 'AçLd ad-Dawla (véase op.
cit, vol. III, pâg. 276 0 215).
35 En arabe, I{abat a/-agriilj fi ~ikr a/-a'rat!, Utulo con que no es cier-
tamente muy conocido 10 que solemos llamar el lYllIIan 0 Candontro de
Ibn Quzman.
36 Esta frase, asi como todo 10 igualmente abarcado por corchetes al
principio y final de la Introduccion, no son de la pluma dei poeta.

ZEJELES

1 Ded:cado al alamln al-Wasqi, mencionado en la Introduccion.


2 Har: piimdt, étimo en deftnitiva de <onazarnorra», aunque es evi-
dente en este contexto que se trataba de un dulce alargado.

310
3 Hâr, Iea'lei 0 Ieah lei, de lea'Iea 0 leah Iea, «roseo», aun en uso.
4 Hâr, cirlei, «simÙar a la encina., ~r 10 retorcido y rugoso.
5 Falta este verso en el manuserito.
6 Verso de dificil interpretaci6n, en el que hemos preferido suponer
DIa/aie en lugar de ail' /ak.

Dedicado al ;Iamln al-Wasqï, mencionado en la Introducci6n.


Pequena estrella en la cola de la Osa Mayor, por otro nombre AI-
.:or {véase P. KUNITZSCH: Arabische St.mnamen in Ellropa, Wiesbaden,
1959, pâg. 208).
3 Frase proverbial que parece aludir a quien \leva constantementc la
contraria.
4 Un alfaqui, sin duda de aqué\los a quienes Ibil Quzman gustaba de
desafiar en sus zéjeles. Como apuntâbamos en la edici6n, podrla ser una
alusi6n crlptica a Algacel, puesto que ibn abilx= signifiea «hijo deI que
trabaja seda azache», y al-Gaz(z)alï admite una interpretaci6n coma
«descendiente de hiladon,.
5 Laguna en el manuscrito.

1 Panegirico acéfalo, a causa de una gran laguna en eI manuscrito


no siendo posible en las dos estrofas finales que sobreviven reconocer
espedficamente a qué miembro de los Banu J:hmdin iba dedicado.

1 Panegirico de un Ibn Saral,ïl, nombre de origen sudaribigo, lengua


en que significaba «Dias dia reposo». Debido a la fuerte presencia ye-
menl en al-Andalus, euyo impacto Iingülstico es conocido, no son de
extrafiar tales vestigios en la onomâstica.
2 Es probable que haya que Ieer tard, no nard en el original.
3 Ibn Quzman se \lama aqul, coma en 67/15/2, «hijo de Numara»
(véase la nota Il a dicho zéjeI, sobre esta alusi6n biogrâfica).
4 Xarja tomada de un mll/llasiaq atribuido al ciego de T udela (véase
Dâr at-praz, pâg. 81, num. 31), debiendo advertirse que, en lugar de
az.-ZI1mdll, «tiempo» (lectura deI manuscrito de Ibn Quzman). Rikabi, y
con él Stern, en Hispallo-Arabic Strophic Poetry, leen aqul ar-rllmmdn, <das
granadas», métricamente mejor, pero de peor sentido.

311
5

1 Dedicado a un visir Ibn S~l~ sobre euyo nombre véase zéjel 4,


mim.1.
2 0 sea, «me siento autoridad suprema». Recuérdese la respuesta deI
poeta cristiano y gran bebedor, al-Axçal, al califa •Abdalmalik, que le
ofreda grandes ventajas si se hada musulman, renunciando al vino, de
cuyo placer discutible trataba de convencerle, ya que comenzaba con
sabor amargo y terminaba en la insensibilidad de la embriaguez: «Pero
entre ambos hay un estado en eI que tu mismo reino me parece una
gota de agua en mi dedo»
3 En eI original, murdbi~, de donde nuestro «almoravid»; pero no pa-
rece que eI poeta se atribuya aqul tal etnia, sino que da a aque!la voz,
ir6nicamente sin duda, su sentido original de «persona consagrada a la
piedad y a la guerra santa».
4 En el original, qartiri~, «quilates», moncda almoravid, seglin nota
de GARCiA GOMEZ Todo Ben Quzmdn, J, 24.
5 La moda de teftirse de dorado media pierna reaparece en el zéjel
133, siendo objeto de nota de Garda G6mez en TBQ II, 663, num. 3.
6 Palabra poco clara en el manuscrito, que admite otras lecturas
coma qardr, «reposo», que tendrfa la ventaja de respetar la rima interna,
cosa que no suc~de con wazir; pero estas violaciones oeurren esporadi-
eamente en el zéjel.
7 El !lamar <<oube» a una dadiva generosa 0 a quien la concede es
lugar comun de la poesia arabe.
8 Frase en romanCe en el original.

Dedicado al alamin al- W asql, a quien ya conocemos.


Alusi6n a las «zagas» de los ejércitos musulmanes medievales, inte-
gradas por abigarradas multitudes, no profesionales, a quienes natural-
mente tocaba la peor parte deI boHn, en casa de victoria.
3 Sobre la complieada euesti6n deI val or can6nieo y real dei metical
(descendiente deI so/idus bizantino) y deI dirhem (representante deI
dracma griego), véase W. HINZ Islamische Masse und Gewichte, Leiden,
Brill, 1970.
4 Metafora por «persona hermosa».

Dedicado a Abulqasim AJ:mad b. J:hmdln, mencionado en la Intro-


ducci6n.

312
2 Verso en romance salvo la palabra miqddm, «eampe6m), muy clara
en el manuscrito; es, en cambio, hipotética la lectura de 10 que sigue.
3 Verso ineompleto por cotte dei margen.
4 Literalmente «mi mOnOl), metonimia por «mala suette».
5 Sabemos ahora, gracias a los refranes de az-ZajjaIJ (Amfâl al-
'awiimm, ed. Bencherifa, pag. 172, num. 761), que los andalusles conside-
raban de mal agüero ponerse la ropa al revés.
6 Esta expresi6n proverbial parece aludir al mal final de los tiranos.
7 El comienzo de este verso es de problem>itica lectura, pues aunque
la grafla es c1adsima, no asl su interpretaci6n, siendo posible que quss
no signifique «sacerdote», sino que aluda a Quss b. Sa'ada, mltieo pro-
pulsor de la ret6rica, a quien se atribuyen muchos dichos.
8 En el original, Xllmaysa, no identificado hasta ahora con ningUn jue-
go descrito 0 oonocido, aunque es evidente que se trata de un juego f.icil.
9 Esta sustitucion del original clarlsimo bu(!murx, por ininteligible,
no deja de ser hipotética.
10 Verso falto que completamos con esta palabra (najda), suponien-
do una haplografla, 10 que es mera hip6tesis, naturalmente.
11 Hemos eorregido aqul el mad/a' editado en maria', tras advertir
que se lIamaban asl las alforjas en el Vocabulisla in arabico.
12 De este pasaje se deduce que el falrik era el viento de Poniente,
no procediendo corregir la grafla (clarlsima aqul eomo en 38/15/4) ni
sustituirla por ialiik, pues éste (de donde nuestro «)aloque») era mera-
mente el «viento de la marina», seglin propusimos en Vox Romanica 39
(1980) 205. A 10 comentado en dichas «Notas de lexicologla hispanoa-
rabe», pag. 185, podemos agregar ahora una explicacion de la sustitu-
cion dei nombre arabe elasico deI Poniente, dalJiir, por el haro falrik,
que seria un eufemismo: dabur, literai mente «el que sopla en la direc-
cion dei traserOl), seglin la orientacion semltica conocida, en la que se
da cara a Oriente, quedando el Sur y Norte a la diestra y siniestra res-
pectivamente, debi6 de parecer malsonante, siendo sustituido por una
palabra de idéntica forma, pero derivada dei eufemismo falak (literal-
mente, «redondez», pero «traserOl), vgr, en el dialecto egipcio), eufemis-
mo probablemente antiguo, ya que los diecionarios clasicos recogen
esta voz en la acepcion de «Ileno de nalgas».
13 Palabra problematica, escrita ~aJtar en el manuscrito. Ahora susti-
tuimos nuestro muy hipotético t!ab~dJr de la edicion por el gràficamen-
te cercanlsirno ('9'( aw, que parece un caso de metanaIisis de marca de
unidad, a partir del clasico ('9'( awà, deI que podda derivar nuestro <<1:0-
tovla» (a través de un nombre de unidad (aJ(awiiJa, con modificaciones
fonéticas bastante normales).
14 0 sea, de su <megra» 0 mala suette, en el original, «mono».
15 En el original, «con ~ur~ri,.,), bonete alto propio de funcionarios
distinguidos, sobre el cual véase Dozy Dictionnaire détaillé des noms des
vêtements chez les arabes, pàg. 262-278.

313
8

Dedicado al alfaqui cordobés Abu Yunus b. Mugï!.


Con motivo de la Pascua Grande musulmana 0 'Id al-a4~à.
Sobre el plato lIamado gurniiq, véase Dozy: Supplément aux diction-
naires arabes, S.v.
4 El comienzo de este verso es de lectura e interpretaci6n problema-
ticas, y de él hay sucesivas lecturas distintas en las ediciones existentes
y en nuestro artfculo en Awraq V, (dstidrakat waqtiral:iit jadïda 'alà ha-
mis clin Ibn Quzmam>. Para la traducci6n que ahora damos se supone un
original ya nti~it fiyya tl.( ~ undliq masrlir; algo mas fiel a la graf!a seria fayytil
tl.( ~ undliq, de sentido muy similar; pero todo esto es siempre hipotético.
5 Aqui hay en arabe un juego de palabras intraducible, pues «espar-
cit» es, metaf6ricamente, «escribir en pros:!», y «hacer collares» es
«componer poes!a».

1 Dedicado a Abu!'ala' Ibn Zuhr (véase Introducci6n, nota 28).


2 Es sabido que, en arabe, «lun:!» es metifora usual por «persona be-
lia».
3 Este esp!a (raqib) es un personaje tipico de la poes!a arabe, junto
con el censor ('a~il) y el delator (WaSl), con quienes forma la triada clà-
sica de enemigos de los amantes.
4 Seglin conocida explicaci6n de al-AhwanI, «camisa con alamares»
seria la propia de las mujeres.
5 El manuscrito dice aqui awlam, pero se impone la correcci6n,
como senalamos en la nota correspondiente a la edici6n, a la luz dei
Vocabulista in arabica, pags. t 36 Y 298, Y de los proverbios de az-Zajjalï
(ed. Bencherifa, mim. 429). Se trata de los asnos reproductores, prover-
bialmente inutiles para otro fin; pero ya no creemos que haya relaci6n
entre (a/am y d'fi/am, sino que pensamos que, como tantas otras cosas
relativas a la cria y cuidado de caballos y asnos, 6I;ansmitidas a los ara-
bes por Siria, agui se trata del griego fJaÀaI.W;, «aprisco», especializado
como «acaballadero».
6 Literalmente, ,da vaca» (bdqra, mas poéticamente mahat), conocida
metafora arabe con que se designa a una mujer de hermosos ojos, por
comparaci6n con los dei animal que se suele designar como «vaca sal-
vaje», en realidad, el 6rix (véase nuestra traducci6n Las Mu'a//aqiit: anlo-
/ogia y panorama de Arabia preisltimica, pag. 73, num. 8).
7 Corregimos con esta traducci6n el texto, suponiendo taruddi IUbbu
jaZJim, Con 10 que se elimina el ï~ii' (0 sea, repetici6n de rima) que
habrfa a causa de 28/4.

314
8 Verso incompleto por corte del margen en la encuadernaciôn del
manuscrito.
9 Reflejo de la costumbre de las mujeres arabes de animar a los va-
rones al combate desde la zaga, emitiendo estos sonidos. Sobre la pre-
sencia de mujeres en las batallas con la finalidad de enardecer a los
combatientes, tenemos ya la menciôn de la mll'allaqa de 'Amr b. Kul-
tütn (versos 84-90, pag. 117 y nûm. 19 de nuestra traducciôn). Pero
;tribuir este uso a los cristianos a los que combatirfa Ibn Zuhr no pa-
rece ser sino uno de los despistes dei poeta, quien, como confiesa en
otro zéjel, sabia poco de escenas guerreras.
10 Leemos ahora jlldfa)m.
11 Perfectamente claro en el manuscrito blllayl, acerca de 10 cual
véase nuestro artfculo citado en nota 12 al zéjel 7, pag. 210, nota c.
12 Letra dei alifato arabe. Por «marcas» alude a las que se ponian en
el pan para reconocer en el horno pûblico el de cada cual.
13 Los nifios hadan practica de escritura en las escuelas utilizando ta-
blillas lavables u homoplatos.
14 No existfa, naturalmente, ciudad de este nombre; pero es sabido que
la cultura de Ibn Quzman, 0 su preocupaciôn por la exactitud, eran muy
relativas.
15 Letra del alfabeto arabe.
16 Letras arabes distintas, pero generalmente confundidas en la pro-
nunciaciôn, 10 que ocasiona frecuentes faltas de ortografia, que nuestro
poeta se precia de evitar. Sobre el terna, véase nuestro artfculo (<Q 1-L
doublets in Classical Arabic as evidence of the process of de-Iateralisation
of t(ad and development of its standard reflex», en fOllmal if Semi/ic Stlldies,
23 1 (1978), 50-55.
17 Verso incompleto por corte del margen en la encuadernaciôn del
manuscrito.
18 Palabras en romance en el original.
19 Mes de la alegria por excelencia, tras las privaciones de ramadan.

10

1 Poema de amor, sin destinatario expreso.


Traducimos asi etimolôgicamente ~àba (derivado de ida bah, forma
ésta beduina de bih; véase nuestro articulo «From Old Arabk 10 Classical
Arabic..», enfollmal ifSemiticStlldies, 21 (1876),92, y, sobre su reflejo an-
dalusi, nue stras «Notas de lexicologia hispanoarabe», ya citadas, pag. 198,
con 10 que modificamos nuestra suposiciôn de un origen arabe antiguo
de da 'ban para este adverbio, basandonos ahora en la pervivencia en el
norte de Africa de reflejos de itfa bih, vgr. en el tunecino watfabih, segûn
PH. MARÇAIS, Esqllise grammaticale de l'Arabe maghrebin, Paris, 1977, pag.
239.

315
3 Esta traducci6n refleja 10 sugerido en nuestro artlculo «Istidrakat...»,
antes citado: el nombre de esta esdava seria, pues, Layma (<<lima dulce»),
y el poeta estaria diciendo que, aûn llam:indose asl, era mas bien una es-
trellita que una lima.
4 Palabra en romance.
Verso en romance.
Lugares no identificados en C6rdoba, sin duda alejados entre si.
Pues todos irian a darle limosna, como pretexto para verIa.

Il

Poema baquico, sin destinatario expreso.


2 Damos esta transcripci6n medieval del nombre arabe de las Pléya-
des para evitar este plural que desvirtuaria el juego de palabras, posible
en arabe, donde es singular y nombre de mujer. Luego, en 11/7/4,
mantendremos la forma hoy usual.
3 Alusi6n al mltico imperio que atribuyen a Salom6n las tradiciones
musulmanas.
4 Dinares, se entiende.
5 Frase en romance en el original. No esta daro si todo este verso
es parte de la respuesta de ella, rechazando al poeta, 0 es la explicaci6n
que éste da de su fracaso; abonarla 10 primero que Ibn Quzman pone a
menudo el romance en hoca de mujeres.

12
Curiosisimo zéjel juglaresco, sin destinatario expreso, del 'lue hay
otra edici6n y traducci6n por J. T. MONROE en El romancero hoy: Histo-
ria, Comparatismo, Madrid, Gredos, 1979.
2 Creemos que Jiz no son aqul castanuelas, sino los palillos para el
bombo, aunque 10 primero no es imposible.
3 Preferimos aqui "la sugesti6n de Monroe a opiniones ameriores.
Qurra es nombre propio masculino; pero un hombre, especialmente si
era afeminado, no debla de ser cos a tan rara en estos papeles de baya-
dera.
4 Pensamos que este qarawi es nombre técnico de uno de los pape les
represemados por estos grupos juglarescos.
5 Palabra arabe con plural romance, 10 que imposibilitaba su inteli-
gencia hasta hace poco.
6 Creemos que aqul se trata deI nombre de un esdavo 0 esdava

316
(<<alondra»), y no de un instrumenta musical, pues el contexto alude a
personas.
7 Los «:irabes», coma el «f\lstico», el «hebreo», el «soidado» y el «vie-
jillo cascada», que van a aparecer en seguida, serian papeles usuales en
esta comparsa. No es improbable, coma sena lamas en la edicion, que la
historia puesta en escena en este casa fuera la de José en Egipto, que
casa bien con la escenograffa aqul aludida de arabes con una camelia
(los mercaderes que la compraron), un soldado (Putifar), un hebreo
Oosé) y un viejo que 1I0ra desconsoladamente Oacob, conocedor de la
mala nueva, figura proverbial 'lue reaparece en el Cancionero).
8 No es tan misteriosa la aparicion de estas perros en el zéjeJ. Estos
grupos juglarescos distraian al publico con diversas representaciones y
juegos, en los que a veces participarlan animales adiestrados, camo es
practica de los titiriteros actuales. Terminada la actuacion con gran éxi-
to (<<magia superioD», el poeta director de la compaMa despide a todos,
diciendo que hay que dormir, para continuar la labor al dia siguiente.
S610 la de «ir de caza» es probablemente metaf6rico: con tales perros
seguramente no se cazaba sino el dinero de los espectadores. La impor-
tancia de este zéjel coma posible testimonio de la existencia de un tea-
tro rudimentario en al-Andalus, paralelo al conocido en el Norte cris-
tiano, y seguramente conexo, es grande, pero no hay que apresurarse a
concluir que nuestro poeta de hecho hubiera actuado coma director de
uno de estos grupos, pues es conocida su costumbre de imaginarse en
situaciones, con el unico fin de renovar la tematiea dei zéjel.

13

Dedicado al alfaqui Abü Yünus b. MugI!.


Traduciendo asi, suponemos un original lIIaradd, de mejor sentido
que lIIabrad.
3 Concretamente, el ereciente de iaWl/lal, que pone fin a ramadan,
mes de ayuno, camo indica el original textualmente.
4 Asf hay que eorregir, naturalmente, el manuscrito abn yunus, que
nos pas6 inadvertido en la edicion.
5 Literalmente «indio, hijo de indio», donde hay juego de palabras
intraducible, pues, por una parte, los arabes atribuian a los indios espe-
cial inteligencia, y, por otra, hindi significaba también «sable indio», que
es por 10 que en seguida anade «pu lido, aeerado».
6 Literalmente «sera resucitado (en el dia dei J uicio»>.
7 En el molino, se entiende: refran rescatado por una observacion
de al-Ahwanl.
8 Palabra romance en el original.
Este parece ser el sentido de lifti en este verso.

317
14
1 Panegirico de un visir de nombre problematico, pues el labbtuJ deI
manuscrito es improbable: nos inclinamos a un al-Abbar.
2 Seguramente el Guadalquivir, que era familiarmente lIamado asi.
3 Juego de palabras intraducible entre ramaq, «resto de vida», y qa-
mar, «Iuna», queriendo decir que el poeta trueca la vida que le da el
loado, invirriendo las letras en luna, 0 sea, la hermosura dei rostro dei
segundo.
4 La tradicional escudilla de la generosidad beduina ofrecida a los
huéspedes, aun en los peores tiempos.

1S
Dedicado al visir y alfaqui Abü Bakr b. Faraj.
Aqui debe de haber laguna textual, pues el verso esta falto de dos
sflabas, y lIamar a un morral «rey de la religi6m) seria una blasfemia
que enca;a mal en este contexto.
3 Se refiere a las Cuestiones juridicas, seguramente las recogidas en
el Mllwa!!a' de Malik b. Anas, obra bâsica de la practica legal de al-
Andalus.
4 Llteralmente, «visir almocadén», 10 que sugiere un rango militar.

16
1 Dedicado a Abull;asan 'Ali (Ibn) al-Bayyani, probablemente un
rico comerciante, mencionado también en 36/6/4 y 76/4/3, donde la
supresi6n de ibn se entiende por ser ya apellido familiar, y no nombre
de su padre, el gentilicio de «de Baena».
2 Véase num. 9, nota 19, y nUm. 13, nota 3.
3 Alude, al parecer, al color y textura de la misma piel.
4 Xarja bien conocida, pero con variantes por doquier, tanto en la
edici6n de)Jar ~-Tiraz. por Rikabï, como en el estudio de 'Adnan Mu-
l;ammad AI Tu'ma, M1IWai;a~at Ibn Baqi a!-TlllaY!1I1i wa-xllfifllha aI-
fanniyya, Bagdad, 1979, pag. 187. A la vista de todas las variantes, nos
hemos inclinado a suponer un texto: alg~I saqq alxarlq, etc;' modifi-
cando asi ligeramente nuestra edici6n de este zéjel.

17
1 Falta en este zéjel la menci6n expresa dei loado. Como en 6/3 hay
una referencia en plural, tal vez se trate de alguno de los Banü J:llmdïn,
a los que individual y colectivamente alab6 el poeta tan a menudo.

318
2 Asi se acentuaba esta voz en haro no habiendo motivo al hispani-
zaria de usar otras acentuaciones sugeridas por el uso oriental moder-
no.
3 El nowruz, fiesta con nombre persa del Ano Nuevo, en versi6n an-
dalusi nayniz (véase S/eetrh, 1.1.10, pag. 26 Y nota 12) 0 1INrUs, como en
este pasaje, era llamado tambiényonn,ryr (véase F. DE LA GRANJA: «Fies-
tas cristianas en al-Andalus [Materiales para un estudio] I.'al-durr al-
mun~~am' de al-'Azafin, en oi-Andaills, 34.1 (1969) 1-53).

18

Dedicado al alfaqui cordobés Abu Yunus b. Mugi!.


Alusi6n al divorcio provisional de la ley islamica, por el que el
marido retiene el derecho de restaurar la relaci6n matrimonial en cual-
quier momento, 10 que supone determinadas obligaciones para ambos
c6nyuges.
3 Literalmente, «èhas hecho plegaria por el Profeta.:>'), expresi6n con
que los musulmanes recomiendan reflexi6n a quien en un arrebato de
ira podria tomar una decisi6n que luego lamentase.
4 SaJ:Diin Wii'il fue un arabe famoso por su e10cuencia que vivi6 en
los primeros tiempos dei Islam, fechandose su muerte en 674.
5 Acerca de Quss b. Sa'ida, véase zéjel, nota 7.
6 Obra fundamental de la jurisprudencia maliki, debida al mismo
Malik b. Anas y transmitida por sus disdpulos.
7 Se entiende, por traspasar.

19

1 Dedicado a un Ibn Fulfal, probablemente no mas que rico merca-


der, ya que no se le elogia ciencia ni valor, a quien el poet a pide una
dadiva.
2 En realidad, un zéjel, pero en el USD popular estos dos géneros no
se distinguian muy bien, como prueba el Diwan de as-Sustar!, donde la
mezcla de dialecto y elasko hace a veces muy dificil aplicar uno u otro
nombre.
3 La lectura de la ultima palabra de este verso es hipotética: aqui su-
ponemos soqtori (por sa'tori, seglin Sketch, 2.25.1) Y que «tomillo», con-
dimento muy usado entre los arabes, quiere metaf6ricamente decir
«arreglo, apano».
4 Sobre este nombre de eselava, véase TBQ l, pig. 102, num. 2.
5 Suponemos que se trata de una tela de imitaci6n de las de Iran,
fina y propia deI verano, con que se cubriria el lecho, hasta llegar el in-
vierno yser sustituida por el cobertor de lana.

319
6 A juzgar por las protestas de pobreza deI poeta en este zéjel, hay
que pensar que se trata sencillamente de una sopa 0 menestra de tres
verduras.
7 Interpretaci6n hipotética dei problematico 'dmda, sobre el cual véa-
se nuestra nota a la edici6n, pag. 136.
8 Seguimos aqui la sugerencia de «!stidrakat», a saber, m,;dda li ;,;kk
al-xar';j, donde j';kk, «jugO», es nuevo romancismo, basado en sakka,
«Sugere», dei V ocabulista in arabico, que hasta ahora pasaba inadvertido.
9 Esta Ifnea deI manuscrito es de muy diffcil interpretaci6n. A 10
editado anteriormente preferimos ahora, siempre hipotéticamente, un
texto kinnubarrdd bij';lIi lIIaiuq! ad (sobre esta ultima voz, véase «aloes»,
en V ocabulista in arabico).
10 Corregimos asl, un tanto hipotéticamente, la grafla deI manuscrito
falafal, seglin la pronunciaci6n hispanoarabe.
Il En romance en el original.
12 Literalmente, «de palo».
13 Literalmente, un «h6rreo» 0 «alfoll».

20

Dedicado a un gramatico y tradicionista llamado Abulqasim.


Palabras en romance en el original.
Verso casi totalmente en romance en el original, como sucede a
menudo cuando hablan mujeres en el CanCÎonero.
4 En romance en el original.
5 Designaci6n metaf6rica de la moneda de oro.
6 Acerca de los dirhemes sultanles, véase el Supplément de Dozy; el
poeta dice, pues, que si no le dan oro, le darân plata.
7 Literalmente, «herido que ya curamos».
8 Sobre el famoso fil6sofo, entre otras actividades, véase El 2 III,
pag. 750-752.
9 0 sea, tradiciones atribuidas al Profeta.
10 Autores de las mas famosas compilaciones de hadices, llamad~s
respectivamente as-~aqïq y al-pmi' af-~aqïq.
Il Defortnaci6n, requerida por la rima, de la comun jaculaloria rab-
buna yastur, «Nuestro Senor (nos) proleja», que revisle fortnas distinlas,
también muy usuales, como ya rabb ya satir, «Oh, Senor; oh, Proteclon>.

21

1 Paneglrico deI visir Abullpsan Faql Ibn al-Abra:;.


2 Expresi6n equivalente a la nueslra «cuanclo las ranas cr/en pelQ».

320
3 Alusi6n a la ceremonia de desvelar a la novia, tlpica del casamien-
to ishimico.
4 Sabemos por diversas fuentes que los andalusles, ordinariamente
parcos en el gasto, hadan alardes de ostentaci6n en las bodas, parti cu-
lartnente en los lujosos aderezos de las novias. Los formularios notaria-
les testifican que para que ni siquiera los mas pobres se vieran privados
de la pompa y circunstancia de tales ocasiones, algunas personas pu-
dientes legaban en habiz aderezos de boda para que fueran prest ados a
los pobres en su momento.
5 Alusi6n a la antigua creencia de que la locura era producida por
una piedra que se desarrollaba en el occipucio y que habla que extirpar
para curarla. El poeta alude aqul a un loco que tuviera no una, sino
dos de estas piedras.
6 Seguimos la correcci6n propuesta en «!stidrakab).
7 Literalmente, «a la hora de la siesta», expresi6n romance que de-
sentrail6 al-Ahwaru.
8 Gracias a la amabilidad de mi compailera, doctora Labarta, se con-
firma que AUfa era nombre de mujer entre los musulmanes andalusles,
pues asl se refleja en algunos documentos de la Inquisici6n. A juzgar
por el contexto en que este nombre reaparece en 144/2/1, tal vez fue-
ra en la época nombre adoptado por judlas.
9 En romance original.
1() Es conocida la costumbre de las mujeres arabes, en algunas zonas

y épocas, de teilirse las manos con alheila, 10 que ha dado lugar a de-
signar a la mujer poéticamente como <da de teilidas manos».
Il Invertimos el orden de estos dos versos en el original, pues pare-
ce exigirlo el sentido. Faql parece ser el nombre dei elogiado, pero en
ello hay también un juego de palabras intraducible, pues esta voz signi-
ficaba también «orla» (de donde el arabismo fatel; véase DozY-
ENGELMANN: Glossaire des mots espagnols et portugais..., pag. 266), 10 que
hace juego con el verso siguiente.
12 Creemos que esta palabra del original es, efectivamente, un tipo
de perro, aunque no podemos garantizar la vocalizaci6n de este hapax,
que tal vez no sea 'iqdb. En nuestra edici6n 10 conectamos con el suda-
rabigo epigrafico 'qb (<<custoS», seglin C. ROSSINI: Chrestomathia Arabica
Meridionalis Epigraphica, Roma, 1931, pag. 211; es también voz muy
usual en geez, seglin el Lexieon de Dillmann); serfa otro yemenismo
mas del har, ya que en nordanibigo y norsemltÎco esta rafz sigue otros
cauces semanticos; con todo, en el Lisan se encuentran otras voces que
podrfan indicar supervivencias dei uso meridional, como 'aqib, «nombre
de una dignidad en el Yemem); mi'qab, «velm), y mu'aqqibat, «angeles
guardianes». Incluso 'uqab, <dguila», podrfa ser una designaci6n antono-
mastica (<<vigilante») de esta procedencia: todo hace pensar que dei sen-
tido de «ir a los talones, seguin), bien reflejado en el resto dei semftico,
el sudarâbigo epigrafico y el geez han derivado un «vigilaD) secundario,

321
s610 ocasionalmente infiltrado en el nordarabigo, como una intluencia
yemeni mas, 10 que da cierto relieve a este testimonio de Ibn Quzman.

22
Oedicado al visir Abulwalld az-Zajjall.
2 Este sentido tiene el verbo cancdq, de origen romance, que hemos
estudiado en Vox Romanica, 39 (1970), 203, donde seilaIabamos, sin
embargo, que en Aleala ya habia derivado a «de jar hecho un andrajo»,
por 10 que no excluimos, como dedamos en (<!stidrakat», que, como en
el casa dei arabe oriental Jarma! y Jarmu!a, haya habido una evoluci6n
semantica y que esta frase quiera decir «[raten como a trapajo / prosti-
tuta, etc.».
3 Sobre el famoso fil6sofo y m{stico oriental Abu I;fimid MuI:nmmad
al-Gaz(z)all (1058-1111), véase El zI!, pags. 1.062-1.066).
4 Interpretaci6n plausible de GARCiA GOMEZ.
5 Traducimos enmendando el original editado wa'in en wa'an.
6 Literalmente, «bordado», !irïïz. sobre cuy a industria véase Historia
d. Espa"a, dirigida por R. MENÉNDEZ-PIDAL, vol. V, por E. LÉV!-
PROVENÇAL, pâg. 782 Y ss.
7 F rase romance en el original.
8 Enmendamos aqui el manuscrito, fielmente reproducido en nues-
tra edici6n, por un Ijayra, preferible por el sentido.
9 !ronia 0 queja dei gasro diario, aunque esto es contradictorio con
la afirmaci6n que sigue de no hacer uso dei cedazo.
10 Restituimos el texto claro y correcto del manuscrito maxbi, inex-
plicablemente deturpado en todas las ediciones.

23
Panegirico de un visir llamado Abu )a'far.
Modificamos asi el texto editado Ijibd/ en xabdl, mas concorde con
el sentido, aunque el manuscrito parece llevar ,?ayl, no imposible, 10 que
daria un «herido en mis fuerzas»; pero métricamente esto es peor.
3 Sobre el nombre de esta moneda originaria de Sicilia, véase STERN,
«Tari (the quarter dinar»), en Studi Medievali, 3.' serie, 9.1 (1970),
117-209. Los datos del volumen V dei Muqtabis de Ibn J:hyyan sobre el
comercio entre C6rdoba y Amalfi permiten comprender la rapida difu-
si6n de aquella moneda en el este y sur de Espaila, asi como la apari-
ci6n en el sur de ltalia de los cassimini, que no son sino los solidos kavni
mencionados en el norte de Espaila, 0 sea, los acuilados por Qasim b.
Xalid, encargado de la ceca bajo 'Abdarr~an III (véase la traducci6n
de aquella obra bajo el Utulo Cronica dei Califa «Abdarra,?man III an-

322
Na{ir entre los anos 812 y 942, por M. J. VIGUERA y F. CORRIENTE, Za-
ragoza, 1981, pags. 358-359),
4 Modificamos el texto editado como jaqih, pues el manuscrito dice
claramente jaqfr: pareee, pues, que ya entonces en el al-Andahis se lIa-
maba asl al mlstico, designaci6n luego ya normal en, vgr, as-Sustari.
5 Interesante dato que indica que también en al-Andalùs hubo bufo-
nes con adorno de cascabeles en la cabeza (cf. 118/6/4, que 10 confir-
ma).
b El bon ete rojo de los alfaqules es comparado a una cresta de gallo,
y el penacho de la cogujada representa el capuch6n dei buf6n.
7 Alusi6n al famoso alfaqul cordobés que jugara importante papel en
la rebeli6n dei Arrabal de C6rdoba, bajo al-Ij akam 1, y en la introduc-
ci6n dei maliquismo.
8 Alusi6n al prototipo preislimico de la generosidad, el poeta J:lltim

a~-Ta'i (m. 605).

24
1 Dedicado a un Abj 'Ali Ibn al-FaraÇl, quizi de la conocida familia
cordobesa de este apellido, pero que, por el tono deI panegfrico, no pa-
rece haber sido sino hombre de medios y afici6n al zéjel.
2 Traducci6n hipotética de una palabra poco clara en el original y
sobre cuya identifieaci6n no estamos seguros.
3 Famosa guerra tribal preislamica, promovida por una disputa en
torno a un caballo de dicho nombre.
4 Verso cortado en el margen perdido en la encuadernaci6n.
5 0 sea, fruto de trabajo y esfuerzo paciente, no de la inspiraci6n.

25

1 Dedieado a Abu Sulayman Rabj'ibn Ubayy, destinatario también


dei zéjel 55. GARCiA GOMEZ supuso que el Ibn Ubayy mencionado en
el 27 es este mismo Rabr, pero ello no es posible, porque el nombre
deI alll mencionado, aunque no deI todo c1aro en el manuscrito, parece
ser 'Amir, y, por olra parte, el mismo poeta dice, en 36/6/1, que hay
varios de este nombre, tratandose en este caso deI «hijo dei gran visir»,
10 que no acl",a si el Ibn Ubayy de los zéjeles 30 y 36 es Abu Sulay-
man Rabl' 0 'Amir.
2 Para traducir asl corregimos el editado qat/dlu en ja"dlu, con esca-
so cambio de sentido.

323
26
Poema de amor sin destinatario expreso, tal vez incompleto, como
supuso Garda G6mez, pues es demasiado breve y tiene en su tlltima
estrofa lagunas métricas y deturpaciones que podrlan indicar que fue
abreviado por el copista. La persona que, con posteridad a la copia deI
manuscrito, numer6 los zéjeles debi6 pensar 10 mismo, porque 10 dej6
sin numerar entre el 29 Y 30 de su numeraci6n, distinta de la actual,
por la laguna en que se han perdido el 3, 4, 5 Y comienzo dei 6, ahora
el 3.
2 Para traducir asl preferimos al texto editado una lectura mas cer-
cana al manuscrito: qa~~a bandi.
3 Verso con una laguna métrica y corrupciones; para traducirlo aqul,
seguimos la enmienda propuesla en dstidrakatP' man {tibba ya pm, yan-
,ab laiMy My jiMy.
4 Laguna métrica, cerrada seglin parece pedir el senlido ya en la edi-
ci6n con un texto que literalmente significa «para que sobre m( invo-
quen la demencia divina, 0 para obtener sustento».

27

1 Dedicado a 'Amir b. Ubayy, visir, alfaqui y lelrado, a juzgar por las


expre~iones que le dedica el poeta.
2 V éase zéjel 25, nota 1.
J Traduciendo asi renunciamos a la enmienda hecha en la edici6n,
leyendo yllqarran, mas cerca dei manuscrito, segtln propuesta de (dsti-
drakab,.

28

1 Falta en este breve zéjel la menci6n expresa dei elogiado. ~Seri


fragmentario?
2 Se trata dei Guadalquivir (cf. 14/10/3 y nota 2).
Parece tratarse de un top6nimo que no sabemos localizar.
4 Preferimos a 10 editado esta sugerencia de (dstidrakat», majiar.
5 El mil 'assaI es, indudablemenle, un postre, tal vez el «arroz con
mie!>" mencionado en el Kifiib a~-~abIX fi I-Magrib //Jal-Andalus, ed. Hui-
ci Miranda, Madrid, 1965, pag. 199.
6 Equivalente de San Pedro en el parafso musulman, como senalara
Garda G6mez, segtln tradici6n papular.
7 Se trata de Hariît y Marot, angeles depositarios de la magia en Ba-
bel (Coran, II, 102), que la ensenaron a los hombres a su propio riesgo
y por permisi6n divina. En ello parece subyacer un reflejo dei caplrulo

324
VIII dei Libro de Hmoe, seglin el cu al los angeles que bajaron a la tierra,
seducidos por la belleza de las mujeres, ensenaron a los hombres magia,
astrologfa, metalurgia, etc, leyenda oriental sin duda muy amigua, pues-
to que figura muy resumida en Génesis, VI, 2-4 (véase sabre este tema
T. FAHIJ. La divination arabe, Leiden, 1966, pag. 70, nota 3).

29
Dedicado al gobernador Ibn 'Udays 0 'Uways (véase infra).
Larga lista de nombres aproximadamente sin6nimos deI vino que
emparejamos, sin pretender exactitud, con otra de designaciones caste-
Ilanas.
3 Sobre la dudos. identificacion de este nombre, véase la nota co-
rrespondiente en la edicion. Cabe, sin embargo, que el 'adabbas propues-
to por Garcia G6mez fuera pronunciado 'adtibJ, con 10 que desaparece-
ria la dificultad métrica, aunque queda la de la rareza de la voz en el
uso comun y en la onamastica.

30

1 Paneglrico de un Ibn Ubayy que no podemos precisar por haber


en el Cancionera varios de este nombre (véase zéjel 25, nota 1).
2 Es discutible si se debe mantener asl la lectura de nuestra edicion
(adddn;), 0 la deI manuscrito (a<jtini), 10 que exigirla leer in en el verso
siguiente, y traducir: «ëQué me constrenirla 0 danarla, si suplicara 0 in-
vocara?»
3 Respetamos asl la grafla deI manuscrito; la pasi6n «asna]" es cono-
cida en los refranes.
4 Corregimas asl el qum editado en ;um, mas acorde con el sentido y
con la grafla del manuscrito, seglin seilalamos en ,<!stidrakat».
5 Por exigencia dei sentido, corregimos la persona de estos dos ver-
hos, seglin propuesta de ,dstidraklît».
6 Aceptamas asi la carreccion al manuscrito que en su edici6n hicie-
ra Garda Gomez y que, por fidelidad en 10 posible al manuscrito, reco-
gimas s610 en nata al texto.

31

Panegirico dei visir granadina Abu 'Abdallah l;iitim b. Sa'ada, des-


tinatario asimismo de los zéjeles 129, 139 Y 144,
2 Alusi6n al c6mputo digital (véase TBQ, Il, 166). Aqul se sugiere
que se quiebran las articulaciones de tanto contar asl. Sobre _quel cu-

325
rioso sistema, véase CH. PELLAT, T,xleJ arab" relalifs à la darldonomie,
Paris, 1977.
3 Seguimos en esta traducci6n la propuesta de enmienda de «Istidra-
kab), 0 sea, navar donde el manuscrito lIeva nakyar, apoyandose en
otras confusiones de ~ y k en este manuscrito, facilmente comprensi-
bles en una copia oriental de un manuscrito occidental, por su parecido
en la grafia magrebina.
4 El verso alude claramente a la costumbre de l~s leiiadores de de·
rribar arboles sin mas que un grito de adverrencia a los posibles vian-
dantes. El verso se sale de medida y hubo que abreviarlo en la edici6n;
es cosa que ocurre otras veces en este manuscrito y que atribuimos a
que el copista tenia mas de un original, y, en casos de discrepancia,
mezclaba varias lecturas.
5 V éase zéjel 23, nota 8.
6 Traducimos seglin correcci6n sugerida en <dstidrakat».
7 Traducimos asi pensando que el manuscrito ftil no tiene mucho
semido y que es errata por ndf, 0 tal vez por bdl.
8 0 sea, estrofas de zéjel, que en la terminologia se lIamaban bayt,
reminiscencia deI origen de estos poemas estr6ficos, resultantes de anti-
guos poemas monorrimos en que los versos adquirieron rimas internas.
9 Refràn que parece atribuir a los arrieros la costumbre de cargar las
acémilas y marcharse cuando empiezan a estar a gusto al calor del fue-
go de las ventas.

32
Dedicado al alamin Abu IsJ;üq b. 'Abdalbarr.

33
1 Dedicado, como los zéjeles 16 y 76, a Abull;nsan 'Ali (Ibn) al-
Bayyani.
2 Preferimos asi leer nard, seglin <dstidrakab).
3 Ante la grafia confusa dei manuscrito aqui, traducimos seglin su-
gerencia hecha en <dstidrakab) de leer taq(y)if
4 Alusi6n a que el poema usa la r como rima de los estribillos 0
vueltas.

34

1 Dedicado, como el num. 100, a Abu 'Abdarratman Mul;nmmad b.


Xalid, probablemente hombre de medios y afici6n al género.
2 Literalmente, «sin ser lIamado por su kunya», 0 sea, el filonimico,

326
10 que en a<juella época y àrea seria senal de respeto, y no de familiari-
dad, como en otros casos.
3 Seguimos aqui una nueva lectura, aq'ddta, mas fiel al manuscrito.

35
Dedicado al visir Abu Isl:Rq b. al-Maw~ll, sobre cuya familia véase
la nota de GARCiA GOMEZ en TBQ, l, 185,
2 Asi se debe traducir, y no en diminutivo, como figura en nuestra
edici6n, pues el manuscrito es correcto y se debe leer ya ibni.
3 El manuscrito ma kan b.lham requiere una de dos correcciones: la
que sirve de base a esta traducci6n (ma kdn bi /Mm), 0 la sugerida en
nota a nuestra edici6n (makdn a/Mm); en todo caso, la diferencia de
sentido es minima.
4 Sobre esta unidacl de peso, véase la nota de GARCiA G()MEZ en
TBQ, 1,185.
5 Segûn me informa mi corn panera, doctora Viguera, debe tratarse
deI cadi almoràvide Mazdall b. Salan kan, caldo en batalla en sawwa/ de
580 h, segûn noticia de Na,!!" al-Juman (ecl. M. 'A. Makkl, pàg. 19).

36
1 Dedicado a un Ibn Ubayy, sobre cuya dudosa identificaci6n véase
nûm, 25, nota 1.
2 Como ocurrirla ante un ser sobrenatural.
3 Kunya 0 apodo descriptivo, en este caso.
4 Designaci6n deI introcluctor de visitas en la residencia deI emir al-
moràvide.
5 Sobre este nombre, no clefinido con el oponuno calificativo dife-
renciador, de las dos estrellas Arcturus y Spica, véase TBQ, l, 189.

37

1 Dedicado a un Abu Ja'far b. Jurj, sin duda persona de medios y


aficiones literarias.
2 Traducimos, segûn propuesta de ,dstidrakah., fatd/tu, en lugar de
faqûmlu.
3 Laguna producida por el cone deI margen en la encuadernaci6n.
Verso tal vez corrupto, pues su sintaxis es anormal.
Traducimos suponiendo un original wa-a'!' iyydk.
Traducimos, segûn enmienda de «!stidrakat», suponiendo un origi-
nal mul1jaliq, en lugar delfatftfiq de nuestra edici6n.

327
38

1 Dedicado a Abu ]a'far b. I;Iundïn, con motivo de su viaje a la cor-


te almoravide, con el objetivo de recuperar para la familia el puesto de
cadi de C6rdoba. El poeta le desea éxito, antes de su regreso, coma se
desprende de las estrofas 32 y 33, Y de la alusi6n que se hace a un ri-
vai que aun intriga ante el emir almoravide contra los designios dei
loado.
2 Suponemos un original ta{fr, de mejor sentido que tasfr, siendo
muy frecuente la confusi6n de ambos verbos en ârabe medio (véase
Sketch, 2.17.2, pag. 50, y sobre el intercambio de s y {, en general, véase
J. BLAU Diqdud ha-'aravit ha-yhudit sel yme bellayim, pâgs. 36 y 37).
3 Palabra que pide el sentido, aunque falta en el texto, que presenta
un verso métrico corto.
4 Alusi6n a las pretensiones de extender su poder al resto dei mun-
do musulman que tuvieron los sucesivos dominadores dei Occidente
musulmân, desde los Omeyas.
5 Traducimos asl el original rajjd', que parece equivalente abreviado
de la expresi6n c1âsica rajja'a bay'atahu.
6 0 sea, no habla nacido aun.
7 Sobre el uso eufemlstico de la(if, en el sentido de «malo», véase
Sketch, 10.1.1, pâg. 151.
8 Despiste de Ibn Quzman, 0 exigencia de la rima, pues en la fraseo-
logia y en la realidad se pasaba dei alanceamiento en el primer encon-
tronazo de los ejércitos a la esgrima de espadas, y no viceversa.
9 Alusi6n a Alfonso VI, no mencionado expresamente, pero que en
efecto, y coma dice la estrofa anterior, habla desafiado a los musulma-
nes.
10 Sobre el viento lIamadofaltik, véase num.7, nota 12.
Il 0 sea, no quedarian a los demas sino las mangas.
12 Expresi6n metaf6rica de «generosidad».
13 Expresi6n metaf6rica de «belleza», que hemos visto repetidamente
usada
14 Hay que corregir asl el manuscrito dtta hu en dt abti.
15 Esta traducci6n se basa en la correcci6n sugerida en «lstidrakat»
de lIa'ai en lIajas, que es confabularse el vendedor con un compadre
que alabe la mercanda y le ofrezca precio superior, con el fin de que
alglin cliente caiga en el ardid.
16 Primera aleya de la brevlsima sura 113, que continua «dei mal
por El creado», y termina «y dei mal dei envidioso cuando envidia»,
f6rmula contra el mal de ojo y otros temores mâgicos.
17 Probable refran que seguramente alude a la dificultad que en-
cuentra quien no domina bien un arte, aplicable al competidor dei loa-
do en el cargo.
18 La sangria era terapéutica propia de la aristocracia, con que se

328
compensaban excesos en la mesa: aquf se alude a que, por demostrar su
alto linaje, el oponente de Abü ja'far seria capaz de hacerse matar a
sangrias.
19 Traducimos asi suponiendo que el verso, métricamente falto, con-
tendria un hipotético verbo yigayyl, formado sobre el sustantivo g4Yya,
«error» (de hecho, tenemos un ga",d, «suggerere» = «sugerir diab6lica-
mente» en el Vocab,ilista in arabiro).
20 Reconstrucci6n del texto perdido en el margen cortado.
21 No se trata de que las casas de los habices, le~das por personas
piadosas para albergar a pobres que 10 merecieran, fuesen particular-
mente humildes, sino que su adjudicaci6n era una prebenda mas que
los cadies concedian indiscutiblemente a sus amistades.
22 Alusi6n, seglin Garcia G6mez, a la primera insurgencia almohade.
23 Tai vez se aluda aqui a la intentona de Alfonso 1 contra Andalu-
cia, si no a otro suceso en Almeria; pero no creemos que el manuscrito
pueda convertirse en algo como r4Yat RMdmir, «el estandarte de Ramiro
(cualquier rey aragonés)), y preferimos esta traducci6n, basada en la co-
rrecci6n de «lstidrakat».

39
Dedicado a un personaje (ra'ù) no nombrado, por haberle sacado de
la carcel, adonde le lIevaron, al parecer, acusaciones de impiedad. No pue-
de afirmarse que se trate del mismo Ibn Sayr MuJ:nmmad, dedicatario del
num. 41, de igual tema, pues no seria extrai\o que en su liberaci6n hubie-
ra habido multiples gestiones, y ademas, este zéjel es mucho mas conser-
vador que aquél, donde el poeta no s610 se queja de las penalidades sufri-
das, sino que acusa abiertamente de arbitrariedad a un cadi: diriase que
los destinatarios son personas de distinta actitud moral.
2 Expresi6n metaf6rica de perplejidad.
3 Aceptamos asi ahora la enmienda al manuscrito que hiciera Garcia
G6mez, pues parece mejor que respetar el original.

40
1 Dedicado a un agellid 0 prfncipe bereber euyo nombre no se men-
ciona, pero a quien elogia y pide una dadiva para celebrar debidamente
el Primero de Enero (cristiano), fiesta sobre cuya importancia en al-
Andalus véase num. 17, nota 3.
2 Entiéndase el Primero de Enero.

329
41
1 Dedicado a un Mul:ammad b. Sayr que le saco de la drcel (véase
num. 39, nota 1), donde le habda colocado la acusacion dei cadi Ibn al-
Muna~f, de bien conocida familia cordobesa (véase TBQ, I, 218).
2 «Hip6crita» es como suele traducirse el término coninico ",ulliifiq,
préstamo dei eti6pico (geez), en que significa «escépticQ», siendo de no-
tar su evolucion semantiea en el ambiente inieial deI Islam en gue mu-
chos, aunque no convencidos por esta doctrina, hubieron de aparentar
seguirla.
3 Literalmente, «gue saliera mi alma estando yo de pie», diferencian
do esta muerte de la deI que, acostado, agoniza de muerte natura!.
4 Sobre estas expresiones, véase la nota correspondiente de nuestr.
edicion (pag. 287), donde se sdiala la influencia sobre esta imagen de
un verso de la ",u'al/aga de Imru' al-Qays (pag. 74, verso 45 de nuestra
traducci6n citada en mim. 9, nota 6).
5 Ya senalamos en la edici6n que «casa de cuitas» es metafora por
«tumba», as! como el estudio de esta expresi6n por F. DE LA GRAI\o)A
en a/-Anda/us, 39, pag. 323.
6 En la edici6n hadamos observar que esta voz, ma/a~j, ya recogida
por Dozy en su Supp/iment, junto al comenlario que sigue e indica que
no se trataba de un musulman, hacen pensar que tal vez se empleaba a
malteses para esta funcion, a 10 que hay que sumar la alusion marinera
de 5/4.
Verso cortado con el margen en la encuadernacion.
8 El bunh era la parada militar previa a una expedicion.
9 Correcci6n hipotética, seglin ,dstidrakat», a una palabra de dudosa
lectura.
10 En esta estrofa se camparan las sucesivas informaciones de ha-
berse visto la luna de iawwa/ y la subsiguiente declaraci6n, ya oficial,
dei fin de ramadan, con el usa de su obra por otras personas, donde él
podia reconocer las partes imitadas de sus zéjeles. En este caso, no se
queja de ello, como suele, sinD 'se enorgullece y regocija de laIes imila-
ciones.

42
Dedicado a un Ibn Mufa<;l::hl dei que nada mas sabemos.
2 Tendencia estética de algunos poetas arabes anliguos, caracterizada
por la total castidad de su pasion.

43
Dedicado a un Ibn Surat:Dll, dei que nada mas sabemos.
Traducimos, seglin propuesta en «Istidrakat», li mà por am111à.

330
44
J Dedicado al cadi Abu Ja'far Ibn I;hmdjn, con motivo de Su elec-
cion al cargo.
2 Alusion a la norma canonica por la 'lue el rezo hecho con ciertas
omisiones no es valido.
3 Literalmente, «ata y desata». En estas estrofas, el poeta personaliza
el cadiazgo, suponiendo 'lue el loado tiene derecho a estar enojado con
él por su titubeo en ofrecérsele.
4 Siguiendo con el simil, Ibn Quzman mete aqul ahora la conocida
historia dei reencuentro de Jacob con José, en la cual el primero, 'lue
habia perdido la vista de tanto 1I0rarlo, la recupera, pero confunde los
papeles, ya 'lue si el cargo 1I0ra hasta perder la vista, y la recupera al
encontrar a Ibn lj arnd!n, tendria que decir que el cargo es Jacob, no
José. El poeta dice temer la disciplina deI juez, porque esta compara-
cion con profetas podrla ser atrevida. Los textos coranicos correspon-
dientes son XII, 84 Y XII, 96 (cf. num. 134, nota 2).
5 Véase num.l, nota 3.
6 El poeta glosa a'lul, en un juego de palabras, el nombre I;hmdïn,
analizandolo coma ~am(m), «la mayor parte; 10 mundano», y Jin, «reli-
giom).
7 Traducimos, seglin correcci6n de "lstidrakab>, I1JtaqdJ/u por I1Jta'dd·
du.
Volvemos con esta traduccion a un original fiel al manuscrito,
kiyyardh rdy Jaw 'u~i Ji rtiy mandub, aun'lue el verso no deja de ser de
lectura problematica, pudiendo ser corregido de mas de una manera.

45
Dedicado a un AbulJ:nsan, de los Banu I;hmdïn, a su regreso de un
viaje y pidiéndole el aguinaldo.
2 Esta traduccion supone un texto la kdn, en lugar de law kan.
T raducimos seglin traducci6n propuesta en "lstidrakat».
Refran recuperado tras la correcciôn propuesta en ,dstidrakat».

46
Dedicado al visir Abu I;hf~ 'Umar b. Murajjà.
Traducimos asl, suponiendo un original murjd, seglin ,dstidrakat».
Nombres de las letras arabes 'lue componen la palabra muhja(h),
"vida», siendo de observar el que se da a la generalmente lIamada ta'
marbiita.
4 Palabra romance en el original.
Sa!r, "linea», era nombre técnico de la estrofa de zéjel.

331
47
Zéjel seguramente trunco, aun con la adici6n de la estrofa tercera,
recuperada por Garda G6mez dei MlIgrib de Ibn Sa'id, por mas que el
propio autor aluda a su brevedad, adecuada a los senores almoravides a
quienes irla dedicado, y no especificados, pues la menci6n que hay de
lasufin parece epis6dica. Véase TBQ, 1, 247 Y siguientes.

48

Petici6n de aguinaldo dirigida a un arist6crata innominado.


El oratorio extramuros al que se alude no estarla lejos dei cemen-
terio; sabemos que en estos lugares, con la excusa de rezar en las tum-
bas, se juntaban hombres y mujeres con prpp6sito menos plo. De ah{ la
alusi6n dei poeta de que el calor se apaga, es decir, que habia mucha
frescura.
3 Verso de lectura y traducci6n hipotéticas; parece aludir a «juegos
de manos» y bromas pesadas con que algunos celebrarian la fiesta.

49

1 Sin dedicatoria.
2 Adici6n conveniente, ya en la edici6n de Garda G6mez, a un ver-
so falto.
3 Frase romance en el original.
4 Traducci6n que restaura el manuscrito como ",tÜ?,?a ~a rraqt", supo-
niendo que el haro daba a clicho verbo el sentido de «gastar, consumio>.
5 AI-Ahwani explic6 este dialogo como alusi6n a la creencia popular
de que el trueno mata al gusano de seda.
6 Alusi6n a los turnos de ejercicios piadosos y combate que observa-
ban los almoravides y sus imitadores en los ri~ 0 cuarteles-capillas.

50

Otro poema amoroso sin destinatario ni panegirico. <Los compo-


nia Ibn Quzman para ablandar los corazones de algunos de sus amo-
res?
2 Tema imitado dei poeta J:ijazï 'Umar b. Abï Rabi'a, famoso por el
lirismo de sus composiciones, que dedicaba incluso a las mujeres inte-
gradas en la peregrinaci6n a La Meca. Los breves amor(os con éstas
son comparables a los también effmeros que tienen lugar en fiestas
coma la de atono.

332
3 Véase mim 12, nota 2.
4 Suponemos asl que xlitif es abreviaci6n de dar alxiltif, «pals en disi-
dencia», 10 que cuadrarla bien con el verso siguiente, donde se alude a
la ausencia de alfaqules y peregrinos, pues en tales wnas la pnictica re-
ligiosa decala un tanto, en comparaci6n con las sometidas al poder cen-
tral. Si e.la mcnci6n fuese realmente autobiogrâfica, habria que tenerla
en cuenta para alargar la vida de Ibn Quzman hacia atras, de manera
que hubiera podido conocer en su mocedad una zona dei Sur aùn no
sometida a los almoravides.
5 Rasïda y Muhayja serian dos muchachas, participantes en una fies-
ta acuatica de placer, como la descrita en el nùm. 28. Con Harun ar-
Rasld (<<el recto») alude sin duda a un gobernante (~almoravide?), 0 al
nuevo estado de cosas, en que ya no se toleraban aquellos escarceos.
6 T raducimos suponiendo ahora una lectura leil/ab/Ji}, muy cercana
dei ininteligible leamifaj dei manuscrito.
7 Traducimos segùn correcci6n en «Istidrllkat>,.
8 Propuesta muy plausible de al-Ahwanï.

51

1 Panegirico dei alamln Abull:usayn Ibn al-Faraj.


2 Segùn nota en la edici6n, éste debe de ser el senti do metaf6rico
dei sabtij, «azabache».
3 Traducci6n segùn interpretaci6n hipotética dei manuscrito en la
edici6n.
4 0 sea, en pleitos por intereses econ6micos y en causas criminales.
5 Los estribillos de este zéjel riman en dicha letra.
6 Alusi6n a que ha lIegado el momento de corresponder al poema
con una dadiva: ~era poco generoso el alamln?

52
1 Dedicado indudablemente a RabI' ibn Ubayy (véase nùm. 25), a
quien da ya el tltulo de visir. El IsI:Rq de la estrofa 4 era indudablemen-
te su padre, siendo Ibn Ubayy apellido familiar.
2 Apelativo 0 nombre supuesto (cf. nùm. 132), y no parte dei nom-
bre real dei loado.
3 Alusi6n al gran poeta preisIamico Imru' al-Qays, 0 a al-Mutanabbl
que fue conocido con dicha nisba, aunque realmente no le correspondla.
4 Famoso poeta oriental dei periodo Omeya.
5 l;hblb b. Aws, mâs conocido por AbU Tammam, famoso poeta
neoclasico oriental.

333
53
Dedicado a un Ibn J:hzm.
T.aducimos seglin correccion propuesta en «Istidra:kat».
Palabra romance en el original.

54
Dedicado al visir Ibn Sa'ld, mencionando también las gracias de su
hijo pequeilo 'Abdarr~a:n (cf. mims. 59 y 146).

55
1 Poema de amor, sin loa ni destinatario expreso, que debio de al-
canzar gran popularidad, a juzgar por la imitacion «a 10 divino» de que
10 hizo objeto as-Sustarl en su zéjel mim. 96.
2 Sobre las dificultades de imeligencia de esta voz, véase nuestra edi-
ci6n.
3 0 sea, harfas una obra pfa.

56
1 Dedicado a un 'Abdallah, al parecer mis como requiebro que
como panegfrico retribuible en metalico.
2 Mera interpretacion posible deI original, no totalmente c1aro; no se
excluyen otras, como leer qab!a, «fracasQ».
3 V éase num 16, nota 4; efectivamente, tamo este zéjel como el
num. 16 son una version dei metro maâid.

57

1 Dedicado a un Abull:nsan b. Hani', sin duda hombre de medios


aficio"ado al género.

58

Poema de amor a una Zuhra, sin panegfrico ni destinatario con fin


lucrativo.
2 Xarja en arabe c1asico inspirada en unos versos de Mihyar ad-
Daylaml, gran poeta de origen persa que muri6 en Bagdad en 1037

334
(véase la nota correspondiente en nuestra edici6n). Aunque, coma se-
ilala Garda G6mez, es un dicho proverbial que se atribuye al poet a
preislâmico Qurada b. Ajda' en un paneg!rico al rey Nu'man b. Mun~ir,
es mâs probable que Ibn Quzman 10 tomara de Mihyar, puesto que 10
da en forma tex tuai mas cercana a los versos de éste.

59

1 Dedicado a un magnate lIamado Ibn Sa'jd, tal vez el mismo visir


destinatario dei num. 54. Aunque en este zéjel se menciona a sus hijos,
no hay que pensar que el Abu 'Abdallah de la estrofa 9 sea uno de
ellos, sino serâ mas bien la kunya dei mismo Ibn Sa'jd que se lIamaria
de nombre, pues, seguramente, Mulp.mmad, pudiendo tratarse dei mis-
mo visir Abu 'Abdallah Mulp.mmad, destinatario dei num. 146.
T raducimos seglin correcci6n propuesta en «Istidrakat".
3 Adici6n que pide el sentido de este verso falto.
4 Sobre la explicaci6n de la frase hibrida dos 'amaMyn, véase la nota
correspondiente en la edici6n; tal vez era un nombre técnico que daban
los zejeleros al poema en que el preludio sirve también de xarja, recur-
so de cierta frecuencia, vgr, en as-Sustarl.

60

1 Dedicado a un Abulqasim b. Abl Zayd, seguramente hombre de


medios y afici6n al género.
2 Sobre el carâcter festivo dei mes de !>"awwal, véase num. 9, nota 18.
3 Garda G6mez supon!a que el nombre de esta medida de vino, no
mencionada en otras Fuentes, serfa el diminutivo dei ârabe rudn «man-
gal,. También podrfa ser, cosa probable en un tecnicismo dei vino, una
arabizaci6n de una voz romance derivada de rota, rotella 0 incluso de
rute/lum, diminutivo de r"trum, «artes.".
4 Sobre esta cita, véase TBQ, l, pâg. 305, nota 6.

61

1 Dedicado a 'Umar b. az-Zajjali, de la conocida familia cordohesa


(cf. nums. 22 y 89).
2 As! hay que leer el manuscrito, sin problemas en 'umar, corrigien-
do donde dice walilja rrijal por waMd az-Zajjdli, de donde resulta el
nombre dei loado.
Traducimos seglin correcci6n en «Isti~

335
62
1 Dedicado a un AbulJ:usayn 'Alï (Ibn) az-Zarhünî, de quien nada
mas sabemos.

63
Reclamacion de pago a un mecenas no nombrado.
Entiéndase, un zéjel (cf. Olim. 19, nota 2). Es probable que los pri-
meros zéjeles, derivados dei mllwassaq por mera sustitucion de la lengua
clasica por la vulgar, heredaran dicha designacion, hasta imponerse la
nueva.
3 0 sea, el famoso poeta oriental Abu Nuwas.
4 Sobre la localizacion de la carcel cordobesa, véase a/- Anda/IIJ, 30
(1965), 361-363, dentro dei artfeulo de GARCiA GOMEZ «Notas sobre la
topograffa cordobesa en los Anales de al-J:lakam 1 por 'lsà Riizî».

64

Dedicado a un emir Zayd, dei que nada mas podemos precisar.


2 Literalmente, «el duei'\o dei convento», pues las bodegas de los
monasterios sirvieron de tabernas donde acudian los musulmanes bebe-
dores; pero hay que creer en una secularizacion de dayr, «convento»,
que figura ya como «taberna» en el V rxabli/iJla in arabico.
3 T raducimos seglin propuesta de «!stidrakah>.
4 «Hablar el mudo» quiere decir no poder contener nadie la expre-
sion de sus sentimientos, en este caso de satisfaccion doble, por la be-
bida y el sexo.
5 La lectura de la ultima palabra cs insegura; otra interpretacion hay
en «!stidrakat».

65
1 Dedicado a un Abü 'Amir b. Sa'dan, dei que no sabemos mas.
2 Miqdacl, nombre propio de algunos campeones arabes (véase TBQ,
l, 326, nota 1), parece utilizado aqui como comun.
3 Quiere decir que el celador (raqlb) esta vigilando hechos que no se
producen, pues aunque aletee el halcon de su vigilancia, no puede lan-
zarse sobre pieza alguna, pues falta la perdiz que vuele, 0 sea, un amor
correspondido.
4 Probable alusion al onanismo 0 «vicio solitario», pues era creencia
astrologica que Saturno induda al aislamiento a las personas sobre las

336
que tenla ascendiente (cf. pag. 250 dei texto arabe deI Kitab atttJ!him li-
awa'il fina'al attanjïm de 7, ed. R. Ramsey Wright, Londres, Luzac &
Co, 1934, referencia y explicaci6n que debo a la amabilidad de mi
compai\ero doctor don Julio Sams6).
5 Es decir, casidas en lengua y metro clasicos.
6 Término que designaba los versos en dialecto.

66
Dedicado a un almojarife no nombrado, que Garcia G6mez pens6
podria ser el Ibn Sa'ïd deI m,m. 104.
2 Leemos aqul ahora Ilij/z, en lugar dei editado yaxdr, donde el ma-
nuscrito lleva laxir.
3 Sobre esta frase, probable proverbio, y su interpretaci6n, s610 hi-
potética, véase la nota correspondiente al num. 116 en «Istidrakab>.
Desde luego, no se puede leer janna, «paralso», por raz6n métrica, ni bi-
jatf/la significa «a cambio de».

67
Dedicado al alfaqul Abu Yunus b. Mugï!, en cuyo elogio incluirla
a su padre, de la misma profesi6n, si no se corrige el w/ldak de la es-
trofa 8 por '/lmll, «su sabeD>, 0 cosa parecida.
2 Esta frase parece un refran en lengua clasica.
3 Traducimos segtln correcci6n propuesta en «Istidrakat».
4 Alusi6n a su incapacidad de componer buenos versos en situaci6n
apurada, segtln el conocido dicho arabe ~ala Ijarïtjll diina Iqaritj, «la ago-
nia impide el estro», atribuido al poet a 'Vbayd b. al-Abra" a quien el
rey Nu'man de ':ira pedla versos a la hora de su suplicio.
5 Gteralmente, «de la Isla».
6 Téngase aqul en cuenta 10 dicho en el num. 1.
7 Suponemos errata el manuscrito y texto editado al-am/r.
8 Probable expresi6n proverbial con que se aludirla a la incapacidad
deI disclpulo de hacer algo mas que ayudar al maestro.
9 Alusi6n al c6mputo digital (véase num. 31, nota 2), sugiriendo que
los granos de cebada ya no se cuentan por decenas (0 sea, artejos de
los dedos), sino uno a unD (0 sea, por unas).
10 Traducimos segtln correcci6n de <<!stidrakab>.
11 Curiosa alusi6n a un antepasado de Ibn Quzman, seguramente su
abuelo materno, llamado Numara, hombre de medios, en cuya casa ha-
bria conocido el poeta en su ninez la prosperidad. Como su padre se
llam6 'Abdalmalik, no es probable que se llamase también Numara,
coma en algtln momento hemos supuesto en la edici6n, al designarse el

337
poeta en 4/3/3 como «hijo de Numara», sino que este «hijo>' querra de-
cir «descendiente". Queda en el aire si este Numara, de quien Ibn Quz-
man habria heredado 10 enamoradizo, tiene alguna relaci6n con el Ax-
çal b. Numara citado en la Introducci6n.

68
Paneglrico y petici6n al alfaqul Ibn SUhayd.
Verso falto en el manuscrito.
Corregimos el texto editado segûn la sugerencia de al-Ahwanï en
RIEl, 28 (1974/5), 47, arabe.
4 Véase mim. 5, nota 4.
5 Alusi6n a que, en tiempo de lluvia, la luna aparece cubierta con
un cendal, comparable al velo de un almoravide.
6 Restituimos el orden dei manuscrito en las estrofas 2 y 3, segûn
,<!stidrakat>,.
7 Traducimos segûn sugerencia en nota al texto editado.
8 El poeta alude aqul a una pronunciaci6n dialectal, como aclaramos
en la nota al texto editado.
9 Literalmente, «tom6 en inzjil", 0 sea, el derecho que tenla la tropa
dei soberano a alojamiento durante las expediciones (véase Dozy: Sup-
plément, s.v.).

69
1 Esta es la llamada por Garda G6mez «n6mina de los chicos gua-
pos de C6rdoban, cuyo ultimo verso, hasta nuestra edici6n no entendi-
do por un error dei copista, que confundi6 k con !, es testimonio directl-
simo de una sociedad bisexual en al-And al us de entonces.
2 Tltulo que recibe el que ha hecho la peregrinaci6n a La Meca.
3 Corregimos este nombre segûn sugerencia de «lstidrakat>,.
4 Poet a medinés dei perlodo omeya, enamorado de Lubnà, por la
que tuvo una pasi6n tormentosa. Era Lubnà alta y rubia; probablemen-
te Ibn al-'A~ar también, a juzgar por esta estrofa.
5 Cualidades, se entiende.
6 Corregimos asl este nombre, onomasticamente mas probable que
10 editado.
7 Manuscrito albagî, seguramente la nisba de Baguh, 0 sea, Priego de
C6rdoba.
8 Sobre la problematica de esta palabra en el manuscrito, véase «lsti-
drakat>,.

338
70
1 Paneglrico y requiebro de un muchacho almodvide, hijo, segura-
mente, de algûn dignatario.
2 Le pide que no le cast igue con puntapiés ni azotandole con la bri-
da (cf. 48/6/3).
3 Palabra expresada deletreandola.
4 En el original, «cu al IVaIV de 'Amn), aludiendo a una peculiaridad
onografica de esta voz, en que se escribe dicha let ra, sin pronunciarse.
5 Palabra de lectura e interpretacion dudosas.
G Traducimos segûn propuesta de <<!stidrakao).

71

Paneglrico de un visir llamado AbulJ:nkam (cf. nûm. 73).


Alusion a la relativa licitud 0, al menos, oponunidad estética, de
los placeres en la juventud.
3 Sobre esta expresion, repetida en 74/4/1, véase «Istidrakao).

72

1 Paneglrico y peticion de-aguinaldo para el na}TUZ (véase nûm. 17,


nota 3) a Abu 'Abdallah Muhammad Ibn I-hmdln.
2 Sin duda, figuritas de an'imales, probablemente de mazapan.

73

1 Paneglrico dei vi sir de Granada, AbulJ:nkam b. 'Aysun, quiza el


mismo destinatario dei nûm. 71.
2 La albahaca era indicio de presencia de poblaci6n humana.

74

1 Oferta de servicios a un magnate anonimo, que Garda Gomez


piensa debla de ser sevillano, por la alusi6n final a al-Mu'tamid, si bien
esto no es conc1uyente.
2 Deletreado en el original.
3 Verso de lectura e interpretaci6n muy dudosa: en pane seguimos
la sugerencia de «!stidrakao), pero leyendo la ûltima palabra como yaf/d.
4 Traducimos segûn sugerencia de <<!stidrakat».

339
75
Poema de amor sin destinatario expreso.
2 Es sabido que el orador en el almimbar no se sienta, ni tiene don-
de hacerlo.
3 La construcci6n permite asegurar que no se trata de «un judio»,
sino de un Yehuda, a la saz6n bien conocido coma médico. En la edi-
ci6n sugerlamos una posible identificaci6n con Yehuda ben SawUl b.
Jibbon, nacido en Granada en 1120 y que ejerci6 en al-Andalus hasta
1150; pero era nombre demasiado comun para poder asegurarlo.
4 Frase romance en el original, tomada de una famosa xarja utiliza-
da por poetas hispanomusulmanes e hispanojudios (véase GARCiA G6-
MEZ, Las jarchas romances de la serie drabe en Sil marco, pags. 393-397).

76
Paneglrico de un mecenas, AbulJ:ltsan 'An al-Bayyanï, a cuyo nom-
bre se alude en la xarja.
2 Palabra romance en el original.
3 Verso métricamente falto.
4 Con esta traducci6n corregimos el texto editado, suponiendo ll'a-
Iddda li ...an (en lugar de id).
'5 Es necesario retrasar' aqui este verso, primero de la estrofa en el
manuscrito. Como vern os, toda la estrofa es problematica, y las solucio-
nes que le damos, necesariamente hipotéticas.
6 Verso intercalado de romance, que traducimos seglin propuesta en
«lstidrakal».

77

1 Paneglrico de un vlslr Ilamado Abu Bakr Yannaq, 0 tal vez b.


Yannaq, en todo casa de linaje muladi.

78
Paneglrico ~l zalmedina sevillano Ibn Na~.
Aqui, coma en 50/2/1, se trata de la fiesta de otono 0 alazer, cele~
braci6n de origen premusulman, muy imponante en al-Andalus y cor.
reminiscencias de la fiesta judia de Tabernaculos (Slikkot).
3 Se trata de la nall'II'dla, nagüela 0 choza que servia de abrigo duran-
te la recolecci6n y la fiesta subsiguiente.
4 No hay otras datos sobre este criminal, pero suponemos por razo-

340
nes métricas que su nombre seda as! y no al-Fallal<, aunque también
podr!a ser deturpaci6n de Filalî, nisba de Tafilete, en cuyo caso se trata-
da de un bereber.
5 Sobre este bandido de tiempos de al-Mu'tamid, véase TBQ, l, 389,
nota 9.

79
Panegirico del cadi de la aljama de C6rdoba, Abulqasim AJ:rnad b.
!;hmdin, sobre cuyas curiosas caractedsticas véase TBQ, 390-391.
2 En arabe as-SÎmak ar-rami, «el alzador armadm>.
3 En arabe as-simak al-a'ZJ11, «el alzador inerme».
y y fi de la Osa Menor.
Véase num. 2, nota 2.
o sea, Aquila.
7 0 sea, Lyra.
8 En la constelacion dei Auriga.
9 Sobre esta estrella, lambda dei Dragon, véase P. K.UNITZ$CH, Ara-
bisch. Stemnamffl in Ellropa, pag. 165.
10 Corregimos el texto editado, fiel al manuscrito, por la propuesta
preferible de Garda G6mez.

80

1 Petici6n de trigo a un magnate no expreso, zéjel lIeno de pasajes


deturpados u oscuros, a pesar de su brevedad.
2 Seguimos la correcci6n raf?il por Vljdyyal, que hiciera al-Ahwani en
RIEl, 28 (1974-1975), 49 arabe.
3 Traducimos suponiendo un texto azl?al (en lugar dei manuscrito
arf?al), y restituyendo lalardun, que es 10 que dice el manuscrito y tiene
sentido, seglin el Vocablilista in arabico (véase «Notas de lexicograffa his-
panoarabe», en Voz Romanica, 39, pag. 201 y nota 25).
4 Adoptamos aqui la correcci6n de Garda G6mez, durta, pues este
verbo es «tardare» en el V ocallilista in arabico.
S Traducimos seglin la correccion al manuscrito propuesta por Gar-
da G6mez.
6 T r~ducimos corrigiendo el manuscrito axïr en xayr. Como sei'lala-
mos en la edici6n, el poet a parece aludir al tributo dei azaque y a la
avidez de los alfaqu!es.

81

1 Petici6n desesperada de ayuda econ6mica, tal vez sincera, sin des-


tinatario expreso.

341
2 En el original, «en la guerra de DaJ:is» (véase num. 24, nota 3),
pero diiJ;is significa también «panadizo» 0 «sabailôn», y no se excluye
que aqui haya juego de palabras y que esté queriendo decir «pues coma
mas que un sabailôm>, como deciamos en la ediciôn.

82
Peticiôn de un carnero para la Pascua a un protector anônimo, tal
vez el cadi Abulqasim AtnJad b.l;hmdîn, a juzgar por la solemnidad de la
visita que deberfa hacerle el poeta la noche de la fiesta.
2 Para celebrar la Pascua se encalaban las paredes y preparaban cerca-
dos para los carneros.
3 Volvemos a la lectura dei manuscrito, muJ;a=z. suponiendo se trata
del pan marcado de que habla el poeta en 9/32/4.
4 Sobre esta fecha, véase TBQ, l, 408-409, nota 1.
En el texto, 11.F!tiff, que era, en al-Andalus, la calle central dei zoco.
Traducimos seglin propuesta en (<!stidrakat».
El dia de la Pascua.
Traducimos suponiendo un original qllrqllmul, seglin (dstidrakat».
Traducimos suponiendo un original wa'an nakun a~abyd~, palabra esta
ultima romance.
10 aJtar, literalmente «el que tiene el parpado inferior rasgado», es aqui
metafora por «salirse los ojos» (de tanto mirar los carneros).
Il La concordancia impide leer ?filla; debe de tratarse del dialectal ?Jill,
«sombra», en el sentido de (<sombrajo» 0 «corrab>, para tener al carnero
hasta el momento de sacrificarlo.
12 Verso romance en el original. En la copia de que ha sido extraido se
aludirfa con la segunda alba al encuentro con el amado; aqui, al del poeta
con su mecenas. Desde luego, no hay «albada» en este verso.

83

Elegia por el cadi de C6rdoba, Abulqasim AtnJad b.l;hmdîn.


2 Verso calcado de los famosisimos de la elegia de al-Mutanabbî a la
muerte de la hermana de Sayf ad-Dawla (ediciôn citada dei Diwan, l,
87-88): «Recorriendo Mesopotamia me Hegé una noticia / que, asusta-
do, esperé no fuera cierta / y, cuando ya no qued6 sino creerla, / me
ahogué en Hanto 0 el Hanto en mis tagrimas ahogése.
3 Traducimos seglin enmienda en «!stidrakat».
Idem.
El tema de la deslealtad bereber, tan frecuente entre los andalusies.
Verso problematico, traducido asi seglin la Icctura romance edita-

342
da, pero no es imposible darle otras, como la arabe kan~ibdl aqtiJ?i abddu
mdli, «cual se marchitan las margaritas, agotaron mi fortuna».
7 Voz romance en el original.

84
1 Zéjel incompleto, que terminar!a con el paneg!rico de Abul'ala',
probablemente el visir y alfaqu! Abul'ala' b. Zuhr, mencionado en la In-
troducci6n y destinatario de los nÛffis. 9 y 86, pero no de 87 Y 88, de-
dicados a Ibn al-Qurasï az-ZuhrI, también mencionado ail!.
2 Traducimos, seglin ,<lstidraldt», esta alusi6n al refran popular alu-
sivo a 10 mucho que «repite» el pepino, subiendo y bajando dentro de
quien 10 come.
3 Traducimos seglin «Istidraldt», suponiendo un texto wa'ala ~al la·
{drruf alaqddr.
4 Este parece ser el sentido de xa{{a, que ha evolucionado desde
«con cern iD> a «ser necesario» (vgr, en marroqu! actual).
5 Aunque no es imposible mantener el texto del manuscrito preferi-
mos as! ahora la correcci6n de Garcia G6mez.
6 No sabemos exactamente qué instrumento era esta qu{dyfa: proba-
blemente se trataria de una zambomba, pandero 0 tambor, con que se
acompailaria la buenaventura.
7 «Fulano» y «mengano» aluden aqul probablemente a los astros res-
ponsables de la suerte que la mujer trataba de adivinar.
8 Literalmente, «paimito», 0 incluso «retono», de donde el arabismo
aijuma y el aijoma, «mozo», que cita Corominas, DCELC, bajo a)omale
(véanse nuestras «Apostillas de lexicografla hispanoarabe», en las Actas
de las II Jomadas de Cullura Hispanodrabe.
9 Frase en romance en el original.
10 Traducimos suponiendo un texto wanaxqyydrka.
11 Este sentido tiene iaqiq en el Vocabulisla, siendo probable, por la
relaci6n en que figura, que se trate de una calidad intermedia.
12 Todos hemos desbarrado algo sobre el «acebuche». No es voz be-
reber como se viene repitiendo, pero tampoco romance exactamente.
Al fruto del acebuche se Ilamaba en buen arabe za'ba), palabra que se-
ria pronunciada za(')bdc en al-Andalûs, Jo que, con calda de la faringal
y sustituci6n dei sufijo metanalizado por su equivalente despectivo en
·uc, dio zabuc, origen de nuestro acebuche.

85

1 Petici6n de un carnero al cadi de C6rdoba, Abulqasim AJ:rnad b.


J:hmdïn (cf. nûm 82).

343
2 Sobre el término 'tisur, véase TBQ, 1, 429, nota t.
3 Parodia de las arengas a los soldados ante el enemigo, del que de-
bian proteger a los miembros mas débiles de la comunidad. Una simi-
lar, dirigida fKlr 'Abdarr~an III a los capitanes a quienes condenaba
a crucifIXi6n fKlr huir en Simancas, puede verse en la traducci6n de a/-
Muqtabis, V, pag. 335.
4 Sabemos que los andalusies eran a menudo avaros e interesados,
por el testimonio irrecusable del formulario notarial de Ibn al-' A!?r, de
que, cuando invitaban a corner a alguien 0 le hacian un regalo, espera-
ban exacta corresfKlndencia, y, de no recibida, eran capaces de poner
pleito, y los jueces atendian tales demandas. De ah{ la extraordinaria in-
correcci6n de caer en casa ajena a horas de comida.

86
Dedicado a la parada militar (burtlz) previa a una expedici6n con-
ducida por el visir Ibn Zuhr contra un rey aragonés.
2 Gritos hélicos con que se invocaba a Mahoma y al gran califa gue-
rrero, 'Ail.
3 Palabra insegura en la rima.
4 La plegaria islamica va precedida de abluciones; en cambio, las ca-
bezas cristianas estarian fKlr tierra sin abluci6n previa.
5 Pasaje ininteligible y de interpretaci6n hifKltética: suponemos, casi
como 10 editado, bani ~ar~d, pero luego (min) 'Nd, expresi6n que aparece
en el num. 19, nota 12.
6 Respetamos ahora el nafts dei manuscrito, renunciando al hifKltéti-
co maqïs.
7 Literalmente, «como tinta».
8 Asi se lIamaba a cualquier rey aragonés.
9 Frase romance de problematica interpretaci6n, aquf traducida se-
glin propuesta en «!stidrakiib).

87

1 Panegirico de Ibn al-Qurasl az-Zuhrl, mencionado en la Introduc-


ci6n.
2 Puede interpretarse asi 0 coma nombre de la medida de donde de-
riva nuestro a/qNtZ.
3 Los tejidos de Dablq en el Delta dei Nilo eran famosos; véanse las
referencias (seglin indice) en M. LoMBARD: Les textiles dans /e monde mN-
su/man VII'-XII' siècle.

344
4 Mas que brocal, el 'uqab (dguila») del pozo era el soporte de los
accesorios para sacar el agua.
5 Sobre los inconvenientes de tener en la vecindad a personas reli-
giosas, confr6ntese el proverbio de az-ZajjaU: «Si tu vecino hace pere-
grinaci6n, vende tu casa, y si la hace dos veces, véndela de fiado» (ed.
Bencherifa, pag.1, Olim. 1).
6 Suponemos un texto 10",,,,0.
7 Literalmente, «al oratorio (",azdd»>, que parece ser un estableci-
miento almoravide con funciones religiosas, docentes y militares. La
bella era, pues, mujer de un norteafricano, y en esta se manifiesta,
como en la burla que sigue de la indumenta bereber, la conocida anti-
patia de los andalusies a sus correligionarios de la orilla opuesta.
8 La presencia de estos bereberes en al-Andahis es sei'lalada por IBN
J:lAzM: ]o",horot onsab 01- 'orob, ed. Lévi-Provençal, El Cairo, Dar al-
Ma'arif, 1948, pag. 463.
9 Corregimos aqui el manuscrito qartr.d en ~o:tflrt.
10 El ogpil 0 azagaya era arma tipica de los norteafricanos, mencio-
nada en el tratado de ~isbo de Ibn 'Abdun, precisamente para prohibir
que circularan armados con ella, por los incidentes que se produdan
(véase LÉVI-PROVENÇAL: l aïa~ rasa'il ondolusiyyo fi adiib ol-~isbo 11101-
",u~tfJSib, pag. 28, linea 14). A falta de una auténtica, el poeta la susti-
tuye con la barra 0 falleba de asegurar la puerta.
Il Hip6tesis plausible, por el contexto, de una palabra deturpada en
el manuscrito.
12 Palabra deturpada en el manuscrito, que restituimos hipotética-
mente, apoyados en el contexto y en su docurnentaci6n andalusi sei'la-
lada en la edici6n.

88
Panegirico de Ibn al-Qurasî az-Zuhrî, como el anterior.
Literalmente, «los hijos de Qawqaw», designaci6n geografica de a1-
gunas zonas centroafricanas.
3 Texto corrupto, de interpretaci6n hipotética seglin <<!stidriÛ<at».
4 0 sea, «tranquilo».
5 Nombre de la sura 80 deI Corân, que habria constituido una repri-
menda divina al Profeta por haberle molestado la inoportuna aparici6n
de un ciego, cuando trataba de convencer a algunos de Qurays.
6 Sobre la interpretaci6n anecd6tica de este pasaje, véase TBQ, l,
457, nota 11.
7 Seglin Garda G6mez, incubos que asaltan de noche a quien guar-
da castidad
8 Sobre las dos estrellas de este nombre, véase mun. 79, notas 2 y 3.

345
89
Petici6n de aguinaldo al visir Abulwalîd ibn az-Zajjalî.
2 Sobre este proverbial anima~ reminiscente de la gallina de los hue-
vos de oro, véase el comentario de Bencherifa sobre refranes parecidos
en su edici6n a los proverbios de az-Zajjalî.
3 Véase num. 88, nota 7.
\'éase num. 85, nota 2.
Letras de la palabra arabe que significa «harina».
Fiesta que se celebraba al cortar el primer pelo al recién nacido.
Sin duda un judio dedicado a estas operaciones bancarias. La ,?awa-
la 0 i,?a/a consiste en saldar una deuda mediante la transferencia al
acreedor dei adeudo de otra persona, operaci6n ya documentada en pa-
piros arabes egipcios de los siglos 1 y II h, Y reflejada como corriente
entre los mercaderes cordobeses por el formulario notarial de Ibn al-
'A~~ar (m. 399/1008). Talbi (<<Opérations bancaires en Ifriqiya â l'époque
d'al-Mazari (453-536/1061-1141). Crédit bancaire et paiement par chè-
que, en Rtcherches d'ls/am%git... C.t., ANAW AT] et L. GARDET, Lovaina
1977, pp. 3076-319), indica que lleg6 a ser un procedimiento de cuenta
bancaria y cheques, que sabemos se introduce luego en la Europa meri-
dional medieval con el nombre de aval. (Nota debida a la amabilidad de
mi colega Pedro Chalmeta).

90
Panegfrico dei visir Abü Is~q as-Sahlî.
Es probable que haya que corregir aquf el manuscrito bdyt en ba-
IIdyt, pero no es improbable que baddyt tuviera el mismo senti do, a par-
tir dei giro bada li, «he cambiado de parecef», de la rruz bd~ seglin el
Lisall.
3 En romance en el original.
4 Este tema, como su paralelo en las Ruba'iyyat de 'Umar al-
Xayyam, es imitaci6n dei archicelebérrimo fragmento dei poeta preisla-
mico Abu Mlhjan a!-Iaqafi (recogido en el Kitab al-Agani, cuya pronta
circulaci6n por al-Andalus es notoria): «Cuando muera, enterradme jun-
to a una vina / que rieguen mi espfritu, ya muerto, sus venas; / no
me enterréis en el desierto, porque temo / que, una vez muerto, no he
de probarlas» En nota al texto editado senaJabamos también que todo
el asunto parece reflejar una interpretaci6n baquica por los poetas ara-
bes preislamicos de la costumbre de los etfopes de plantar vinas en las
tumbas (véase M. CHAINE Grammaire éthiopitlltle, Beirut, 1938, pâg. 253).
5 No se habla reparado hast a ahora en este «brindis con el diablo»,
al que el poeta escancia agradeciéndole la invenci6n dei vino, que, en
efecto, le atribuyen algunas tradiciones.
6 En el manuscrito «éh), pero es seguramente errata.

346
7 Asi en el manuscrito y ademas el metro rechaza Suhayll, por 10
que no sera "isba de Fuengirola, sino de alguno de los top6nimos que
contienen Jah/, 0 de la as-Sahla de Albarradn.

91

Panegirico y petici6n de un 'Abdallah b. Badr, dei que no sabemos


mas.
2 Quiere decir que su cama y demas enseres han sido empei'lados y
han cambiado de manos repetidamente.
3 Alusi6n a la creencia de que quien oculta su riqueza, para evitar
pedigüei'los, es castigado con pobreza.
4 En la edici6n explicamos c6mo «tia» parece haber adquirido el
sentido de «querida, amante». En castellano ha habido algo parecido,
pero son fen6menos paralelos e isom6rficos, como 10 confirma el sor-
prendente parecido de «tia de azUcan) con el americanismo Jugar daddy,
aplicado al hombre de cierta edad que mantiene a una amante de la
que, cuando conviene, se finge padre, padrino, Ho, etc.

92

Petici6n a un Jawharï del que nada mas sabemos.


Asi puede entenderse este verso, a juzgar por los datos del Supplé-
ment de Dozy en (1;.
3 Refra.n que indica que la maroma se hace de muchos cabos finos;
del mismo modo, la talega dei poeta, por lIena que estuviera, ha queda-
do vada tras sucesiws sacas.
4 No es segura la grafia, y, por tanto, la interpretaci6n de la ûltima
palabra del verso.

93

Panegirico petici6n al visir sevillano Ibn Martïn.


Restituci6n probable del texto perdido por el corte dei margen en
la encuadernaci6n.
3 No podemos precisar a cuil de las regiones «orientales» se refiere;
seria una famosa por sus habas.
4 Literalmente, «man jar de habas», plato aûn conocido en el norte
de Africa y Egipto.
5 Como sei'lal6 Garda G6mez, se refiere a COra", XXXVIII, 75-76,
donde se habla de Lucifer y sus secuaces.
6 Véase nûm. 23, nota 8.

347
94
Panegirico de 'Abdallah b. al-J:lijj.
Traducimos seglin propuesta en «!stidrakab).
Literalmente, «pronuncia las frases: no hay mas dios que Dios, y
loado sea Dios».
4 Enumeraci6n de nombres dei vino, que traducimos por otra serie
paralela, sin pretender correspondencia exacta.
5 Verso falto.
6 En romance en el original.

95

Curioso zéjel en forma epistolar, dirigido como autopresentaci6n a


un visir, alfaqul y secretario no expreso.
2 Se refiere seguramente al Kifiib zahr a/-adiib wa-tamar a/-a/bab de
Abu IsJ:iiq lbrahîm b. 'Ali b. Tamlm al-f:b!fÎ, utilizad~ didacticamente
como manual de adiib en al-Andahis (véase El 2 III, 660).
3 El famoso Kitab a/-baya1/ wat-ta~/1/, tratado de ret6rica por al-ral]4,
prosista oriental dei siglo IX.
4 Véase num. 52, nota 5.
5 BadI' az-Zaman al-Hama~anÎ (siglo X), inventor de las maqamas, 0
novelas breves en prosa rimada.
6 0 sea, «girar constantemente en torno suyO», no «servirle de de-
fensil», como se ha dicho.

96

Panegirico de Abu ]a'far A~ad al-BalansÎ, quiz:i cambista de pro-


fesi6n, aunque a~~rraf podrla también ser ya apellido familia.r.
2 V éase num. 60, nota 3.
3 Palabra romance en el original, sobre cuyo uso véase num. 59,
nota 4, y la nota a dicho pasaje en la edici6n, con referencia al refran
953 de az-Zajjali y al comentario que le hizo Bencherifa.
4 Aunque el segundo componente de Guadajoz es romance, es pro-
bable que los andalusies 10 interpretaran como siis,
«turbiedacl», en una
etimologia popula.r aqui utilizada por el poeta.

97
Panegirico dei cadi electo 'Abdallah Ibn al-J:lijj.
Invocaci6n al comienzo dei rezo, sin la cual éste no es v,Œdo.

348
.1 Los zéjeles y muwaJJa~s se escriblan poniendo las mudanzas (aqsïim
en la terminologla aqul usada) en una misma IInea, separadas por un
espacio, en reminiscencia de su origen, como puede verse en el manus-
crito de Ibn Qumian, Y las vueltas, sepatadas a continuaci6n en otra 11-
nea; de ahl que diga el poeta que este zéjel tiene tres mud?nzas de an-
cho por diez estrofas (bayl) de largo. Otras disposiciones que &_ usaron
y se usan son motivadas en principio por no caber el conjunto en una
IInea.

98
Paneglrico-petici6n a un Ibn Baqî (seguramente asl, aunque el ma-
nuscrito lleve bïiqï), dei que nada mas sabemos. .
2 Del 40/1/1 Y 74/0, asl como de este zéjel, se infiere que se daba
este tltulo bereber a los hijos de ciertos dignatarios almoravides. En
esta estrofa se alude al analfabetismo entonces general de los norteafri-
canos; de ahl que el poeta diga que, de asombro ante su tunica, el
mozo harla 10 mas impensado: leer y escribir.
3 Traducimos suponiendo un original ~uzJr.
4 Suponemos que esta palabra deturpada en el manuscrito sea la bi-
rune, de origen persa, mencionada por Dozy en su Dictionnaire dilaillé
des noms des vilemenls chez les arabes, pag. 116.
5 Tai vez «adornado•• (mulawbal, como lleva el manuscrito y recoge-
mos en «Istidrakat»).
6 Sobre esta prenda, véase TBQ, l, 511, nota 5.
7 Tai vez «mano de exprimidoD>, seglin «Istidrrudït>•.
8 Probable referencia al padre de alglin agellid, muchachos que exci-
taban la concupiscencia de bisexuales como Ibn Quzman, aunque tam-
bién cabe pensar en el marido bereber de alguna mujer, situaci6n favo-
rita de la tematica de nuestro poeta.

99
Paneglrico-petici6n al alamin 'Abda~ad.
2 Juego de palabras entre los dos sentidos de amïn, «persona leah. y
«alamim•.
3 Frase proverbial (cf. num. 149/3/4) con que se alude a la inusitada
rapidez en hacer cosas normalmente lentas. El poeta nos dice que hace
excelentes zéjeles en menos que canta un gallo.
4 El metro ha debido de impedir al poeta usar el nombre entero del
cargo, ~a.? ib XU! ! al al-ma~ïilim, 0 «encargado de la represi6n de abu-
sos••. Es sabido, efectivamente, que dertos cargos recaian casi heredita-
riamente en determinadas familias.

349
5 Frase romance en el original.
6 Literalmente, «hip6critas», 0 sea, malos musulmanes, sin caridad
para sus semejantes.
8 Sugiere Garcia G6mez que aqui pueda haber referencia al inicio de
la rebeli6n almohade.

100

Requiebro a un MuJ:runmad b. Xalid.


El poeta exige, bajo amenazas, que no se mencione el nombre de
su amado, para protegerlo dei mal de ojo.
3 Literalmente se trata de la ladmiya (de donde el castellano medie-
val lazmia, hasta ahora no comprendido), 0 testimonio que daba el heri-
do moribundo contra sus agresores, para que a su muerte se les persi-
guiera en derecho, como ilustran los formularios notariales.
4 Traducimos, segtin propuesta en «!stidrrudt», este verso de diflcil
lectuta.
5 Preferimos ahora la propuesta de Garcia G6mez de correcci6n de
este pasaje.

101

1 Panegirico de un Ibn 'Abbad del que nada mas se sabe. El zéjel


parece acusar la presencia de una laguna.
2 Top6nimo problematico: respetamos la grafia del manuscrito, su-
poniendo que el baqjks, «buxus» dei Vocabulisla in arabico, es reflejo
oriental de la voz latina, y que en mozarabe existi6 ademas la forma es-
perada buxs.
3 No esta claro el sentido de esta expresi6n metaf6rica, que parece
aludir a la necesidad de desistir de 10 inalcanzable.

102

1 Paneglrico acéfalo de un capitan musulman, cuyo nombre ha debi-


do de perderse con las estrofas que fait an.
2 T raducimos segtin propuesta de «!stidrrudt».
Idem. Verso parcialmente en romance.
Idem.
Idem. También podrla entenderse «cosido» 0 sea, inm6vil.
Verso en romance en el original.
7 Palabra romance en el original.
8 V éase num. 23, nota 8.

350
103
1 Panegfrico mendicante dirigido a un Abulqasim b. 'Alï b. Yusuf,
quiza el miembro de los Banu I;hmdïn que seria luego cadi de C6rdoba.
2 Expresi6n con que se rechaza al mendigo.
3 V éase M. LOMBARD: Les textiles da/ls le lIIo/lde lIIusulllla/l... (seglin In-
dice).
4 Volvemos aquf a la lectura de Garcia G6mez, pues la prenda en
cuesti6n se menciona en el estudio de al-Ahwanï, AIfo~ lIIagribtyya f/li/l
kifiib lb/l Hiiiif/l al-Laxf/ll fi IaI?/I aI- 'af/lf/la, pag. 47.
5 V éase mim. 23, nota 3.

104

Panegirico dei secretario y almojarife Abu Bakr b. Sa'ïd.


Readaptaci6n neocIasica deI tema clasico de la despedida de la
amada, aquf entre olivos, y ya no entre las acacias propias del paisaje
arabigo, coma vemos, vgr, en el verso 4 de la lIIu'aliaqa de Imru' al-
Qays.
3 Juego de palabras intraducible, pues dicha voz significaba ademas,
en andalusf, «bueno».
4 Gobernador de los omeyas en el Iraq, famoso por su dureza.
5 El famosfsimo Harun.
6 Véase mim. 52, nota 5.

105

Petici6n al alfaquf Abulqasim Abu Zayd.


El Aljarafe sevillano, siempre famoso por sus olivares (véase la
nota de Bencherifa al refran mim. 1.036 de az-Zajjalï).

106
Panegirico de Abulwalïd MuJ:runmad b. Rusd (Averres).
2Medicamento para el higado, vlscera en que localizaba el amor la
concepci6n ffsica de los arabes.
3 AI parecer, al-J:hkam II.
4 Literalmente, kU/lya 0 filionfmico.
T raducimos seglin propuesta de «!stidrakab).

351
107
Panegirico de un alfaqui no nombrado.
Palabra romance en el original.
Nombre de un rio del Paraiso.
Traduciendo asi suponemos que es correcte cl manuscrito y que
qar fuese el imperativo hispanoarabe del verbo cl:isico lJIaqara-yaqir, 10
que es morfol6gicamente viable (véase Sleetrh, 6.6.3), aunque no esta do-
cumentado.
5 Sobre SalDan, véase num. 18, nota 4; en cuanto al segundo, se tra-
ta de AI:mad ·b. Suray~ maestro safi'! y cadi de Siru (m. 918), a quien
se han atribuido cuatrocientas obras, todas perdidas.
6 Preferimos ahora la lectura de Garda G6mez,yaqtil.
7 Expresi6n curiosa que, al examinar las caracterlsticas ortograficas
deI manuscrito, podrla llevar a pensar que dichos signos se usaban para
marcar los acentos en la recitaci6n.
8 Se trata, en efecto, de una _'Or"" a 0 irnitaci6n métrica deI nt1m.
108.

108
Poema de amor a un Ibralûm, tal vez al-Wasqï.
Sobre el foltik, véase nu.m. 7, nota 12.
Literalmente, «con la hermosura de la vaca», pero es alusi6n a Co-
ran, II, 69, pasaje famosisimo en que Dios pide a los israelitas que le sa-
crifiquen una vaca de color amarillo intenso.

109
1 Panegirico en forma de poema amoroso a un al-QuraSï.
2 Véase nu.m. 79, nota 9.
3 Para los antiguos acabes,_poetas y adivinos debian sus talentos a
un Jinn 0 genio diab6lico, seres que obtenian conocimientos espiando
en el Cielo. Una vez revelado el Coran, fueron colocados angeles guar-
dianes que los ahuyentaban disparandoles estrellas fugaces (véase T.
FAHD: La divination arabe, pag. 66).
4 Juego de palabras: el datil de palmera enana (dalJllll) es siempre in-
ferior al comu.n (~alllr), aunque su otro nombre ('a:rf) signifique, ade-
mas, «son musical».

110

1 Panegirico de un Abulqasim, que podrla ser ~mad b. J:lamdïn.


aunque el zéjel no 10 confirma.

352
2 Traducimos prefiriendo una lectura niqar.
3 Traducimos prefiriendo la lectura de Garda G6me2.
4 Traducimos seglin enmienda de «!stidraklit».
5 Idem.

111
Panegirico-petici6n a un miembro de los Banu Abî Dirham.
Metafora que indica un examen a fondo, como de quien compra
una acémila.
3 Lectura in segura; podrfa ser referencia a los instrumentos de medi-
ci6n usados por los arquitectos al proyectar una construcci6n.
4 Expresi6n metaf6rica.
5 Este verso parece confirmar que «cadi de Huesca» era s610 apelli-
do hereditario de esta familia.
6 Puede referirse a al-Mu'tamid, 0 a su padre al-Mu'taqig, cuyas
proezas militares fueron particularmente notorias.

112

Poema de amor a una Umm al-I:Jakam.

113
Poema de amor a Zuhra.
V éase nUm. 58, nota 2.

114
Poema de amor sin destinatario expreso.

115
1 Poema de amor sin destinatario expreso.
Lectura hipotética de nuestra edici6n.

116
1 Poema de amor sin destinatario expreso.
Véase num. 66, nota 3.
Traducimos seglin propuesta en «Istidraklit».

353
117

Poema de amor sin destinatario expreso.


Alusi6n al terremoto, coma en el verso siguiente la hay al incen-
dio, calamidades con las que el poeta compara estos amores.
3 V éase num. 18, nota 3 sobre el senti do de esta frase.

118

Probable petici6n de un cordero para la Pascua a un mecenas no


nombrado.
2 Como es sabido, para introducir el canuto por donde luego se so-
pla para hinchar la piel y poder desollar al animal c6modamente.
3 Traducimos segûn correcci6n en «Istidiakat».
4 Nuestra interpretaci6n de este verso, basada en la correcci6n de
<<!stidrakat», se apoya en la existencia (demostrada por el num. 23, nota
5) de bufones con cascabeles en al-Andalus, y en el dato de Ibn I;hyyan
(al-Muqtabis, V, pag. 196 de la edici6n y pag. 152 de su traducci6n) de
que, ya en época de 'Abdarratman III, habla unos poet as populares sa-
tlricos, Il am ados 'utrab (plural de 'iilib, «reprochadon>, voz que admite
facilmente un doblete, 'atrab, que seria la lectura original dei manuscri-
to). Si éstos no eran todavla bufones con cascabeles, las dos alusiones
de nuestro poet a permiten afirmar que si los habla en su época.

119

1 Poema baquico con ocasi6n dei inicio dei mes de sallllllal Cita a un
Abul'abbas, que podrfa sec el destinatario, pero no hay eiogio ni peti-
ci6n: tal vez se hallaran en la estrofa perdida probablemente entre la 7
y la 8, pasaje que se nos presenta mal conexo.
2 Identificaci6n de al-Ahwani en RIEl, 18, pag. 77, quien a su vez
se bas6 en el articulo de STERN en al-Andalus, 13, pag. 317; se trataba
de un médico judio de la Corte almoravide.
3 El poeta parece aludir a que popularmente se decia layt 14Y en lu-
gar de layla Si'n, «oja"'»: alguna otra observaci6n lingûfstica de este gé-
nero hay en el Cancionero.
4 0 sea, el que indica el inicio de sawwal y fin dei ayuno de rama-
dan, que Ibn Quzman decia observar, absteniéndose en él dei vino.
s Garcia G6mez repar6 en este ntimero para deducir que el zéjel
esta falto de una estrofa.

120

1 Poema de amor sin destinatario expreso.

354
121
1 Curioso zéjel ajedredstico, tal vez una petici6n de dadivas al almo-
cadén Abu M~mad en él mencionado, quiza aficionado a este juego.
2 V éase TBQ, I, 326-327 sobre guerreros de este nombre: es proba-
ble que el poeta se 10 haya inventado, forjandolo con elementos diver-
sos.
3 SegUn Garda G6mez, 'Amr b. Ma'dikarib.
4 Como es sabido, la reina en el ajedrez arabe (fa1"f{fl 0 jiriiin) era
una pieza relativarnente débil, por 10 que conven(a protegerla con otra,
generalmente un pe6n, que es 10 que parece indicar la expresi6n aqui
usada.
5 Expresi6n sin6nima dei movimiento descrito en la nota anterior.
Los movimientos que describe recuerdan la apertura atribuida a Ibn
Sarara al-A~ar (véase EI/ibro dei ajedrez. .., ed. F. Pareja, Madrid, 1935,
II, 27, Y I, 80).
6 En el ajedrez arabe, rey ahogado era partida perdida.

122
1 Anacre6ntica dedicada a Abul'abbas b. al-I;hsan al-Baçalyawsj.
Verso de lectura dudosa. Traducimos segûn 10 editado, pero leyen-
do la ûltima palabra como iman, pues parece decir que su arnado es in-
fiel en sus acciones, pero no 10 parece exteriormente.
3 El verso 3 de esta estrofa podda referirse a un antepasado de la
farnilia, tal vez su Ho y homonimo, secretario de al-Mutawakkil de Ba-
dajoz, de quien el poet a senalada haberse distinguido por su actuacion
como excelente zejelero. Que éste jugaba con su nombre interpretando-
10 como qusman, plural de qasam, «conjurQ», es cosa que explicamos en
la edicion (pâg. 93) Y que se refleja en 1214/3, 30/4/4, 139/4/2 Y
148/7/1.

123
1 Panegirico de un l;iitim, segurarnente un norteafricano, a juzgar
por la estrofa 3; no puede tratarse, pues, dei visir granadino Ibn Sa'ada.
Este zéjel y el 138 confirman que nuestro poeta cruzo alguna vez el
Estrecho.
2 Jarnll b. 'Abdallah al-'U~rj, poeta enarnorado plat6nico de Bu!ayna
(m. hacia 701), y 'Urwa b. al-Ward al-'Absj, poeta «vagabundo» preishi-
mlCO.
3 0 sea, Abu 'Ali al-I;hsan b. Hani', conocido como Abu Nuwas, fa-
moso poeta de época 'abbasj (m. 813).
4 Asi parece que hay que leer.

355
124

1 Alabanza y requiebro a un AbulJ:ukam, que Garcia G6mez, muy


dubitativamente, sugiere identificar con el granadino Ibn Abï 'Aysiin.
2 El famoso califa Harun, prototipo de la hermosura segtin 106/4/5.
3 V éase nlun. 98, nota 2. Este titulo hace dudar de que pueda tratar-
se del mismo visir granadino destinatario dei nlim. 73 (y probablemen-
te deI 71), pues éste, por su profesi6n y talentos, no parece poder ser
un agellid, ni le va el elogio de saber leer y escribir que se hacia a los
norteafricanos, corno cosa rara en ellos, pero normal en los andalusies.
Bien es verdad que la identificaci6n por Garcia G6rne2 de esta xarja
con la de un mU1VaSsa1 de Ibn Labbiin quita relevancia a la designaci6n
de agellid, pero siguen sin coincidir las caracterizaciones.

125
1 Panegirico de los hermanos Abulqasirn y Abu MuJ.runrnad b. J:Iun-
clin.
T raducirnos seglin propuesta en <<lstidrakab).
3 Leernos ahora li man.
4 El poeta utiliza aquf la noci6n coranica de '?l'lm annaft, 0 dai'lo que
se causa el descrefdo. Seguirnos parcialmente la enrnienda de <<lstidra-
kat»; de seguirla totalmente, traduciriamos «a si rnisrno dai'la, aunque
sea injusto».
5 Epiteto de la Divinidad.

126
1 Requiebro a un desconocido.
Referencia al rey de /:ira, quien, segtin la leyenda, rnataba a aque-
lIos cuyo aspecto le rnolestaba en los dias nefastos.
3 El poeta ha advertido que en el zéjel hay pillerfa, y esta parece in-
dicar que juega con las palabras de esta estrofa: el almora vide que es su
vida podrfa ser el oro «<rnaravedi»), rnencionado en 4/4, y al rnisrno
t~rnpo puede estar refiriéndose a un agellid, de nombre 'Aysï 0 Ibn
'A'isa (propuesta de al-Ahwanï), que seria el destinatario dei requiebro.
4 Preferimos leer xumdri, «burl6n», porque era sin6nirno de h~/1,
designaci6n dei zéjel (cf. 65/10/5 y Vocabulista in arabico, s.v. «vulgare»),
siendo un t6pico de la poesia ârabe en general, y de la de Ibn Quzman
en particular, que los buenos versos son prisioneros de la didiva.

356
127
Panegirico de un Ibn Abilxi~l.
Estos dos versos son ir6nicos.
La ultima frase de este verso es oscura, y su traducci6n, hipotética.
V éase «Istidraldit» acerca de este «cabello» y «vestidos». Literal-
mente son la «reputaci6m. y la «coqueteria», pero siendo el cabello el
orgullo de la mujer, y la ropa, expresi6n de su coqueteda, se entiende
este usa metaf6rico.

128
Poema de amor sin destinatario expreso.

129
Poema de amor sin destinatario expreso.
Véase num. 28, nota 7.

130

Panegirico de Abu Mu~mad b. Abï Sulayman al-Lay!.


2 Traducimos prefiriendo una lecturaya tayyâh.
3 Traducimos seglin correcci6n de «Istidrlikat».

131
1 Panegirico al visir Qurasï, quizâ el mismo destinatario dei nUm.
109.

132

1 Poema de amor, aparentemente dedicado a al-Wasqï, a quien da el


poeta, asi coma a si mismo, ciertos seud6nimos.
2 No sabemos por qué el poeta llama Siraj al-W asqï, pero si atisba-
mos por qué se llama él Ibn Makkïx: un patriarca nestoriano llamado
Makkix (mencionado en el Kititb aI-N!ijdiJ de Man b. Sulayman) al-
canro notoriedad por la eficacia con que se cumplian sus maldiciones,
siendo probable que de Iraq a Espai'ia llegara su fama como notable
mago, y ya sabemos que Ibn Quzman se definia como el mago del zé-
jel. Mas detalles pueden verse en «Istidrlikat».

357
3 Traducimos seglin correcci6n de «Istidrakah).
4 Juego de palabras, pues Siraj significa «lampar:!».
5 Alusi6n a los ejercicios ecuestres en que se sablea melones a la ca-
rrera.
6 Probablemente, Ibn Quzman se identifica ahora con Mercurio, y
al-WasqI serâ Marte.

133

1 Panegfrico y requiebro de un muchacho almorâvide, hijo de un


agellid, de nombre Bu Bakr, 0 Hamado asi él mismo, si en 3/2 traduci-
mos (<un chico, el agellid Bu BakD), ya que hemos visto que Ibn Quz-
man da este titulo a j6venes principes norteafricanos. En cuanto al Bti-
car que puede interesar a los estudiosos de Mio Cid, es una adaptaci6n
de Bu Bakâr (por Abu Bakr, en pronunciaci6n andalusi), de la que no
faltan reflejos en la antroponimia hispanoârabe, vgr, en los Reparti-
mientos, habiendo sido error en nuestro Sketch (1.1.9) considerarlo caso
de labializaci6n de a.
Especie de camisa, originaria de Susa, en T tinez.
3 Verso incompleto, cortado en la encuadernaci6n.
4 Nombre de una variedad de oro, pero aqui debe de tratarse mas
bien de algo como purpurina, con la que los chicos a la moda se pinta-
ban media pierna.
5 Xarja tomada de un famoso mUUla1Saq de Avempace al gobemador
de Zaragoza, Ibn Tifilwlt, como sei'laI6 STERN en al-Anda/us, 16 (1951),
396-398.

134
Poema de amor sin destinatario expreso.
El poet~ recurre de nuevo a la historia de Jacob y José, coma en
el nUm. 24, pero esta vez correctamente.
3 Asi el manuscrito, pero el t6pico usual es comparar los pechos con
las granadas: seguramente debe de restituirse !adr por su equivalente
métrico xadd.
4 A saber, el nUm. 30, que es, efectivamente, el tinico otro h=} dei
Cancianero, si prescindimos de los estribillos dei nUm. 4, seglin recoge-
mos en nuestra edici6n, pâg. 78.

135
1 Panegfrico y petici6n a AbulJ:nsan b. ~b ar-radd.
Traducimos suponiendo !ayf en lugar de tjayf.

358
3 El {~ib ar-radd era una especie de asesor judicial (véase LÉVl-
PROVENÇA~ Histoire de l'Espagne Mllsllimane, III, 143-145, Y V, 82-83),
pero no 10 hemos traducido porque estos cargos a veces se convertian
en apellidos familiares heredados por quienes ya no los desempenaban.
4 Ibn Quzman utiliza aqui la palabra arabe bastante comun ~al'a,
mientras que en 111/6/1, pasaje de diffcil lectura, es probable que haya
utilizado taldnl. Como la etimologfa de «talante» dista mucho de estar
clara, se nos ocurre que haya habido contaminacion en mozarabe entre
~al'a y «semblante», con un resultado laldnt.

136

1 Anacreontica en que Ibn Quzman describe el dolor de estar priva-


do de beber durante el ramadan.
2 Una interpretaci6n altemativa seria: <cLuanta gente 10 procura
/ que no puede beberlo / alli, sino contra el corazon / estrecharloh)

137
1 Dedicado a un Ibn Hani', cadi al parecer, 10 que hace insegura la
identificaci6n con el destinatario del num. 57, donde falta referencia a
este cargo, cosa improbable en nuestro poeta. El zéjel describe la Ilega-
da de ramadan: Ibn Quzman personaliza a los meses y les ordena reci-
bir al honorable huésped, exhortando a sus companeros de crapula a
guardarlo, sin de jar de recordar las orgias propias de otros momentos.
Pero el vino provoca una rina, y es Ilevado ant .. el cadi para ser casti-
gado.
2 El ~ era un dulœ de origen persa, ya citado en el Usan, Y con
la misma forma que aqui, Jïi~aba, en el Kifiib a~-(abjx ft al-Magrib llIal-
Andaills, ed. Huici, pag. 195. En cuanto a 10 que sigue, sugerimos leerlo
mil'?'? a44ayj, para traducirlo como hacemos, pensando que es también
un término de reposterfa, conforme a la costumbre musulmana de con-
sumir postres especiales en las comidas de ramadan.
3 Nombre deI mes lunar anterior a ramadan.
4 Ramadan es mes austero, poco dado a charlar.
Verso falto de un hemistiquio.
Traducimos segtin propuesta en «!stidral<ab).
7 Onomatopeyas del vino echado en las copas, el alboroto y la risa.
S y 9 Traducimos segtin propuesta en «!stidral<ab).
10 Ahora se dirige al vino.

359
138
1 Dedicaclo a un magnate de Fez, aI-'Abbis ibn J:larnacl.
2 Famosa espada de Mahoma, que luego pas6 a Ali.
3 Traducimos segUn «lstidrakat».
4 Juego de palabras: como seilal6 Garcia G6mez, el 70 en cifras ru-
mies es una Iinea curva, y, al mismo tiempo, la frase indica que le ha
hecho a1canzar 0 aparentar clicha edad.

139
1 Panegirico dei visir granadino Abu: 'Abdallah I;Iitim b. Sa'lida.
2 AI parecer, una referencia a la rebeli6n a1mohacle iniciacla por Ibn
i umart, dato precioso para fechar este zéjel y poner otro jal6n en la
vida de Ibn Quzman, cuya fecha de nacimiento es desconocida.
3 Quiere decir que no tiene" ninguna cualidad negativa, 10 que, seglin
creencia popular, le hace blanco favorito dei mal de ojo.

140

Panegirico de Abu: Sulayman Rabi' b. Ubayy.


2 En romance en el original, aunque tal vez era voz ya asimilada.
3 En el manuscrito, ta, pero no es facil imaginar tal defecto de pro-
nunciaci6n, que, en todo caso, seria un tartamudeo ininteligible. Como
el copista oriental de este manuscrito confundi6 en otros casos ! y k,
suponemos que ha ultracorregido tiif (por üfJ en !ii. La sustituci6n de
q por k en el hispanoarabe es bien conocida (cf. Skelch, 2223. y nota
74).
4 V éase nUm. 2, nota 2.
Traclucimos seglin correcci6n en «Istidraklit».
De sorpresa.
Famoso poeta orienta~ mas conocido por Qu: r-Rumma (m. 735);
Mayya fue la amada que cant6.

141

1 Panegfrioo de un AbuIqasim b. Sumayda', nombre este Ultimo de


origen sudarabigo que significa «hizo conocer (su) nombre».
2 Traducimos suponiendo alxaZJJma, como exige el sentido: el ena-
morado no necesita nariguera, porque sin ella el amado 10 lIeva como
quiere.
3 Corregimos j" en Qy, coma en 1/2.

360
142

1 Poema er6tico sin destinatario expreso.


2 Juego de palabras, pues lintl es también «higo», y el monte Gibral-
faro es lugar apropiado para higueras.
3 Versos de lectura insegura, con alguna corrupcion, para los que se-
guimos la propuesta de Garda GOmez.

143

1 Poema anacreontico, sin destinatario expreso.


2 No hay por qué dudar de esta lectura dei manuscrito, por blasfe-
mo que parezca el contexto, pues, a la luz de pasajes como los nUms.
90 y 94/2, resulta evidente que el «vieja malvado» 0 «autor dei mai»,
de quien se habla a veces en el CIlf/dof/.ro, es el diablo, a quien el poeta
invoca como patron protector de disolutos. No cabe hablar de blasfe-
mia, ni mucho menos de demonolatrfa, sino que el grupo de escépticos
hedonistas a que perteneda Ibn Quzman no creia, naturalmente, en el
diablo, y se divertfan escandalizando y contrariando a las personas reli-
giosas. Por tolerante que hubiese llegado a ser la sociedad almor:lvide,
no es de extrwar que tales actitudes crearan al poeta muy serios pro-
blemas.
3 Los andalusfes dedan «vender almorf» por «ser hip6crita», por el
parecido fonético entre las palabras: hay anécdotas que refieren que re-
galar a alguien almori era interpretado como una inclirecta.

144

1 Panegfrico dei visir granadino Abü 'Abdallah Hitim b. Sa'lida.


2 Para detalles sobre este lugar granadino, véase TBQ, !l, 714, nota 1.
3 0 sea, «quedé confuso».
4 Véase num. 21, nota 7.
5 Si, como sospechamos, porque mas abajo dice que estas muchachas
no son andaluzas ni bereberes, se trata de judfas (10 que los nombres
no desmienten), cabrfa pensar en errata por «hijos de Lfa», esposa de
Jacob que le pario los mas de sus hijos, por 10 que podrla ser ésta de-
signacion de los judfos, a los que el poeta evita llamar por su nombre,
tal vez porque yllhlidi era ofensivo; en efecto, Aleal:! 10 da como «cobar-
de», y, en «judlo», wade los eufemismas isrllyll y xllybllri. Es sabida que
en Granada habla entances muchas judfos, y hay que pensar que el
poeta no querla herir susceptibilidades muy altamente calocadas, inclu-
50, tal vez, en el Gobierno.

361
6 Esta seria la indumentaria tfpica de estas muchachas.
7 Los tres ultimos versos de esta estrofa son enigmaticos, aunque se
alude claramente a la conveniencia de cailar algo, quiza el gentilicio
«judlo». Una posible explicacion de alguno de estos enigmas seria 'lue
el visir tuviera alglin parentesco con judios y hubiese llevado al poet a a
una fiesta de esta comunidad.

145

1 Este zéjel seria un panegirico a juzgar por la xarja, pero en él no


se alaba a nadie en particular; tal vez algunos mecenas le encarga ban al
poeta zéjeles sin panegirico, pero él creerla necesario al menos dar las
gracias en la xarja.
2 Ku!ayyir, poet a medinense enamorado de 'Azza (m. 623); sobre Ja-
mil, véase num. 123, nota 2. Como sei'lala Garda Gomez, ambos poetas
cantaron a amadas de piel oscura.
3 Traducimos seglin correccion en «Istidrakab>.
4 Alusion al uso del comprador de revolver la mercanda (particular-
mente, acémila 0 esclavo) para comprobar su buen estado, y a la 'idda
o plazo legal 'lue ha de guardar la mujer antes de ser puesta a disposi-
ci6n de su nuevo marido 0 duei'lo.
5 En la pr,ictica juridica islamica, el renegado debe ser amonestado a
arrepentirse antes de aplicarle la pena capital 'lue corresponde a su fal-
ta.

146

Felicitaci6n por su feliz regreso a un Abu 'Abdallah, vi sir 0 hijo de


vi,ires (véanse nums. 54 y 59). La estrofa 2, ausente en el manuscrito
~adî, es una adici6n de Garcia G6mez, procedente de HüENERBACH y
Rn-rER, «Neue Materialen zum Zacal, 1: Ibn Quzmam>, en Orims, 3.2
(1950),266-315.
2 Traducimos seglin correccion de (dstidrakat», respetando una vez
mas la grafia original con una interpretaci6n apoyada en nuestro estu-
dio de la etimologia de tamanto en las Actas de las II Jornadas de Cul-
tura Arabe e IsJamica, organizadas por el Instituto Hispano-Arabe, ac-
tualmente en prensa.
3 Literalmente, «como la f6rmula de loor a Dios al comienzo de la
plegariv>.
4 Otra nota lingüistica: al parecer, la gente usaba solo mudâm, «vino»,
aunque, como hace notar el poeta, también mudâma es correcto.
5 Prototipo rnitieo preislamico de agudeza de visi6n: seglin al-J~;
se afirmaba 'lue podria ver a tres dias de distancia.

362
147
Casi un poema ascético (Vlhdiyya J. lleno de nostalgia y tristeza, in-
duso arrepentimiento. sin destinatario expreso.
2 El tema clisico de la visita al campamento abandonado de la ama-
da esta aqul urbanizado: la zanja de drenaje (mu'y, cf. verso 5 de la "",'a-
lIaqa de Zuhayr) ha sido sustituida por el desagüe al arroyo ('la/Ir).
3 Versos escritos al margen, borrosos e ilegibles en nuestras repro-
ducciones.
4 Identificado por Bencherifa (Amfiil al-'Awiimm, de az-Zajjalï, l,
257) como punto de reuni6n de homosexuales.
5 Para bailar, seglin expresi6n repetida en el CancÏonero.

148
Zéjel anacre6ntico, sin destinatario expreso.
Texto cortado en la encuadernaci6n.
Alusi6n a la famosa historieta (contenida, vgr, en El Conde Luca-
nor) de la muchacha que se asusta de nimiedades, como el ruido del bo-
tijo al llenarse, pero no de actos audaces.
4 En romance en el original.
5 Abu Istaq Ka'b b. Mati', judfo yemenl convertido al Islam, que vi-
vi6 bajo Abu Bakr y 'Umar, alcanzando notoriedad por sus conoci-
mientos biblicos, entre otros talentos. La conexi6n entre el nombre
Quzman y la magia fue explicada en el num. 122, nota 3.
6 Es in segura la explicaci6n de este refran; parece ser que abundaba
este color entre las reses vacunas, hasta el punto de decirse constante-
mente «toro abigarrado» y producir antonomasia.

149
Paneg(~co requiebro a un Ibn 'A~af.
Mi companera, doctora Viguera, me sugiere que el incidente en
cuesti6n podrfa haber tenido lugar al entrar los almoravides en Jaén en
1149,0 al atacarla Ibn Mardanls en 1159.
3 Literalmente. «oh, musulmanes».

Véase num. 99, nota 3.


o sea, lunar en la mejilla.

363
INDICE
INTRODUCCION . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
EL CANCIONERO HISP ANOARABE . . . . . . . • . . . . . 37
Introducci6n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Zejeles. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
NOTAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . , .. . 305
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BIBLIOTECA DE LA LITERATURA
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2. PEDRO ANTONIO DE ALARCON: La prtidiga. Edici6n preparada por
Alberto Navarro Gonzalez.
3. LoPE DE VEGA: Tealro. Edici6n preparada por José Maria Diez Bor-
que.
4. DoMINGO F. SARMIENTO: Faeundo (Civilkflcilin y barbarie). Edici6n
preparada por Luis Ortega Galindo.
5. ALFONSO DE V ALOÈS: Didlogo de las rosas oeurridas en Roma. Edici6n
preparada por José Luis Abellan Garda.
6. JosÉ MARTI: Antolog/a. Edici6n preparada por Andrés Sorel.
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10. JORGE DE MONTEMAYOR: Los siete libros de la Diana. Edici6n prepa-
rada por Enrique Moreno Baez.
11. IRIARTE: Fdbulas literarias. Edici6n preparada por Sebastian de la
Nuez Caballero.
12. CERVANTES: Novelas e)emplares (2 vols.). Edici6n preparada por Ma-
riano Baquero Goyanes.
13. JUAN DE MENA: Laberinto tk Fortuna. Poemas menores. Edici6n prepa-
rada por Miguel Angel Pérez Priego.
14. HUARTE DE SAN JUAN: Examen de ingenios para las ciencias. Edici6n
preparada por Esteban Torre.
15. FERNANDEZ DE LIZARDt Periquillo Sarniento. Edici6n preparada por
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16. SAAVEDRA F AJARDO: Empresas politkas. Edici6n preparada por
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17. ANDRÉS BELLO: Antologla de discursos y esmtos. Edici6n preparada
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18. FRANCISCO DE MIRANDA: Diario de via}es y esmtos politiros. Edici6n
preparada por M. Hemandez Sanchez-Barba.
19. LEANDRO FERNANDEZ DE MORATIN: Teatro rompleto. Edici6n prepa-
rada por Manuel Femandez Nieto.
20. La picara JlIstina. Edici6n preparada por Antonio Rey Hazas.
21. MIGUEL DE MOLINOS: Gllia espiritual. Edici6n preparada por Santia-
go GonzaJez Noriega.
22. AN6NIMo: La~rillo de Tor111ts, y J. DE LUNA: Segllnda parte dei ~ri­
/10 de Tonnes. Edici6n preparada por Pedro M. Pinero Ramirez.
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25. JosÉ ZoRRILLA: Teatro selecto. Edici6n preparada por Joaquin de En-
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26. INFANTE DON JUAN MANUEL: El ronde Lucanor. Edici6n preparada
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27. JUAN, DE MONTALVQ: Siete tratados. Réplica a lin sofista seudocatOliro.
Edici6n preparada por José Luis AbeIIan.
28. MARIANO J. DE LARRA: Antologla. Edici6n prepuada por Armando
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29. CALDER6N DE LA BARCA: Dos tragedias. Edici6n preparada por José
Maria Diez Berque.
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mento. Edici6n preparada por Francisco Aguilar Pinal
32. SoR JUANA INÉS DE LA CRuz.: Se/ecatfn. Edici6n preparada por Luis
Ortega Galindo.
33. QUINTANA: Selection poética. Edici6n preparada por Rogelio Reyes
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34. RAM6N LWLI.: Proverbios de Ramon. Edici6n preparada por Sebastiân
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da por Francisco Otero.
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Edici6n preparada por Jesus Imirizaldu.
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ter.
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ciencias. Introducci6n y notas de Carlos Soles Santos. TraducciOn de
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parada por Luis A. Acosta y Maria Jesus Varela.
18. LAO TSE-CHUANG Tzu: Dos grandes maestros dei T aoismo. Edici6n pre-
parada por Carmelo Elorduy.
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rada por José Maria Lucas de Dios.
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da por Javier Echevarria.
21. GoTTHOLD EPHRAIM LESSING: Laocoonte. Edici6n preparada por
Eustaquio Barjau.
22. DAVID HUME: Tratado de la naturaitZ/1 humana. Edici6n preparada
por Félix Duque.
23. AN6NIMO: Allna.J Brahma. Edici6n preparada por F. R. Adrados y
F. Villar Liébana.
24. P. B. SHELLEY: Adonais y otros poemas. Edici6n preparada por loren-
zo Peraile.
25. LUCANO: La Farsalia. Edici6n preparada por Sebastian Mariner.
26. DEMOSTENES: Discursos esrogidos. Edici6n preparada por Emilio Fer-
nandez Galiano.
27. Textos literarios betitas. Edici6n preparada por Alberto Bernabé.
28. THOMAS HOBBEs: Leviatan. Edici6n preparada por Carlos Moya y
Antonio Escahotado.
29. JOHN WEBSTER: El diablo blanro. Edicion preparada por Fernando
Villaverde.
30. El Coran. Edici6n preparada por Julio Cortés.
31. ROBERT FLUDD: Escritos sobre mNsica. Edici6n preparada por Luis
Robledo.
32. ANONIMO: La Demanda deI Santo Graal. Edici6n preparada por Car-
los Alvar.
33. LOCKE: Ensayo sobre el entendimiento humano. Edici6n preparada por
Sergio Rabade y Esmeralda Garcia.
34. AN6NIMCJ: Poema de Gilgamesh. Edici6n preparada por F. Lara Peina-
do.
35. Poema babi/Onico de la creadon. Edici6n preparada por F. Lara Peinado
y Maximiliano Garcia Cordero.
36. Sendebar. Libro d. los enga;;os de las mujeres. Edici6n preparada por José
F rade jas Lebrero.
37. ARIST6TELES, HORACIO y BOLLEAU: Poétieas. Edici6n preparada por
Anibal Gonzalez.
38. CHRÉTIENS DE TROYES: Erec y Enid. Edici6n preparada por Carlos
Alvar.
39. Calimaco y Crisorroe. Edici6n preparada por Carlos Garcia GuaI.
40. KALIDASA: Meghaduta. Edici6n preparada por F. Villar Liébana.
41. A. ALCIATO: Embl.mas. Edici6n preparada por B. Daza Pin ciano.
42. JEAN RACINE: Teatro completo. Edici6n preparada por J. M. Azpitarte
y Emilio Naftez.
43. MARiA DE FRANCIA: Lais. Edici6n preparada por Luis Alberto de
Cuenca.
44. Mabinogirfn. Edici6n preparada por Marfa Victoria Cirlot.
45. GOTTFRIED VON STRASSBURG: Tristan e Isolda. Edici6n preparada por
BemdDietz.
46. GUILLERMO IX DUQUE DE AQUITANIA y JAUFRE RÙDE!.: Candone!
completas. Edici6n preparada por Luis Alberto de Cuenca y Miguel
Angel Elvira.
47. FUZULI: LeylâY Memlln. Edici6n preparada por Süleyman Salam.
48. FERNANDO PESSOA: Antologia de Alvaro de Campos. Edici6n prepara-
da por J. A. Liardent.
49. BENJAMiN FRANKLIN: Autobiografîa y otroi eserifos. Edici6n preparada
por Luis L6pez Guerra.
50. JACOPO SANNAZARO: Arcadia. Edici6n preparada por Julio Martfnez
Mesanza.
51. SNORRI STURLUSON: Textos mitologieos de los Eddas. Edici6n preparada
por Enrique Benardez.
52. AN6NIMCJ: Libro de los cambios. Edici6n preparada por Carmelo Elor-
duy.
53. W. B. YEATS; J. M. SINGE; SEAN O'CASEY: Teatro IrltmJis. Edici6n
preparada por Carina J. Reynolds.
54. INMANUEL SWEDENBORG: Antologîa. Edici6n preparada por Jesus
Imirizaldu.
55. AN6NIMO: Romancero chino. Edici6n preparada por Carmelo Elorduy.
56. SNORRI STURLUSON: Saga de Egil Skal/agrimsson. Edici6n preparada
por Enrique Bemardez.

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