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Formación y Capacitación en Salud El Rol de Universidades

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Formación y capacitación en salud el rol de universidades, del cendeiss y

otras instituciones formadoras y capacitadoras

Introducción

La educación para la salud comprende las oportunidades de aprendizaje

creadas conscientemente destinadas a mejorar la alfabetización sanitaria que incluye la

mejora del conocimiento de la población y el desarrollo de habilidades personales que

conduzcan a la mejora de la salud. Es un proceso educativo que tiene como finalidad

responsabilizar a los ciudadanos en la defensa de la salud propia y colectiva. Es un

instrumento de la promoción de salud y por tanto una función importante de los

profesionales sanitarios, sociales y de la educación. Asimismo, la educación para la

salud es una parte del proceso asistencial, incluyendo la prevención, el tratamiento y la

rehabilitación.

La capacitación continua ayuda a todo el personal relacionado con el área de la

salud a encontrar diferentes soluciones de cómo tratar cualquier padecimiento de un

paciente, desde el más común hasta el más complejo. Además, les permite realizar su

trabajo de manera más fácil, eficiente y segura ya que con la capacitación constante

obtiene nuevos conocimientos y herramientas para optimizar sus protocolos y uso

correcto de nuevos equipos en menor tiempo y con mejor resultado. Las personas que

cuentan con más contenidos o habilidades en distintas áreas tienen más posibilidades

de desempeñarse en dichas áreas, además de otorgarles una visión más completa del

panorama al momento de diagnosticar pacientes. Por otro lado, el adquirir

conocimientos de otra disciplina mejora el trabajo y ayuda a erradicar rutinas,

intercambiar ideas, discutir problemas con el grupo de colegas y realizar un mejor


trabajo en equipo. Esto además conlleva a que estos profesionales se sientan mucho

más valorados en su lugar de trabajo, tanto por sus compañeros como por sus

superiores.

Desarrollo

Las universidades desempeñan un papel protagónico en la sociedad donde

están insertas. Orientadas al liderazgo y al desarrollo del conocimiento, son escenario

de formación técnica y profesional de los miembros de la comunidad y, a través de la

educación, la investigación y la difusión del saber, orientan y apoyan los cambios en

diversos espacios nacionales e internacionales. Toda universidad cumple su misión

social al penetrar en la cultura en que está inmersa, mediante el avance constante del

saber en los temas de mayor relevancia y necesidad para cada país. De esta forma, las

instituciones de educación superior buscan comprender los fenómenos y aportar

soluciones que enriquezcan y orienten el futuro nacional, regional y mundial. En otras

palabras, la existencia misma de una universidad implica su participación en la cultura y

en los procesos relevantes de la nación a la que pertenece.

La promoción de la salud es un proceso, no una solución fácil. Su propósito es

lograr un resultado concreto en un plazo largo, pero con efectos a mediano y corto

plazos. Los resultados concretos varían, comprenden la participación de los

ciudadanos y la comunidad y contribuyen a mejorar la calidad de vida.

La vinculación entre las instituciones universitarias y la sociedad es un asunto

que se puede abordar de diversas formas, según la relación que se desee analizar.

Esta vinculación puede considerarse de manera natural y primaria por el mismo

resultado de la formación profesional, en el momento en el que los egresados se


insertan en el medio social y productivo, y también puede ser analizada al considerar

que en las instituciones universitarias coexisten diversas finalidades y funciones que las

llevan a proyectarse y relacionarse de diversas maneras con el medio social.

En ese orden de ideas, carreras como la medicina y demás profesiones de la

salud, mantienen una relación con el medio, donde la vinculación tiene un carácter

asistencialista y se prestan servicios de salud a las poblaciones por una relación con

instituciones de salud públicas o privadas. Por su parte, carreras de naturaleza básica,

como la física o la química, se relacionan con el medio social en un modelo alemán con

enfoque a la investigación, producción de conocimiento y generación de empresa e

innovación. Por último, ciencias aplicadas como las ingenierías o las ciencias

agropecuarias mantienen más una relación con el modelo norteamericano en el que los

docentes y estudiantes se vinculan con el entorno inmediato, con la sociedad y con el

sector productivo en la búsqueda de soluciones a los problemas cotidianos.

Por otra parte, la relación de la universidad con la salud se puede abordar desde

el entendido de que la vinculación es un proceso de interrelación y apoyo entre la

universidad y la sociedad, mediante el cual se fortalecen los procesos educativos que

contribuyen a mantener la pertinencia social de los programas de formación

universitaria.

Por lo tanto, es menester que las instituciones de educación obtengan

información actualizada acerca de las necesidades del campo laboral en el que se

desarrollan profesionalmente los egresados a fin de retroalimentar y adecuar los planes

de estudio y así, asegurar la mayor pertinencia a nivel local, regional, nacional y

mundial (Guzmán y cols, 2008). Mantener la pertinencia social de los programas de


formación de educación superior es una responsabilidad de las universidades, que tal

como lo plantea Malagón (2006), constituye un fenómeno complejo con múltiples

determinaciones, ya que se deben establecer dinámicas de pertinencia entre la

universidad y la empresa, la universidad y el Estado, la universidad y los sectores

sociales, la universidad y los saberes populares, la universidad y los demás

participantes del sistema.

El cendeiss

Se encarga de la protección de los derechos de los participantes en una

investigación biomédica, en donde se deben respetar los principios fundamentales de:

Autonomía, No-maleficencia, Beneficencia y Justicia. Además, de regular, asesorar,

vigilar y controlar los proyectos de investigación en seres humanos que se lleven a

cabo en los centros asistenciales de la CCSS. Al mismo tiempo, funge como Secretaría

Técnica del Comité Ético Científico Central de la CCSS (CEC CENTRAL CCSS).

Para los procesos de formación, existen al menos tres Reglamentos que deben

tomarse como referencia para las gestiones en este ámbito, a saber, el Reglamento de

Capacitación y Formación de la CCSS, Reglamento que Regula la Formación de

Especialistas en Ciencias Médicas de la CCSS en las Unidades Docentes Autorizadas

y el Reglamento de Campos Docentes de la CCSS3. De esta forma, toda necesidad

que deba ser resuelta a través de un proceso de formación, debe ser tramitada como

un Beneficio Económico para Estudio, según lo indicado en el capítulo 5 del

Reglamento de Capacitación y Formación de la CCSS. Actualmente la CCSS financia

actividades de formación a nivel de las Tecnologías en Salud, Especialidades Médicas

y áreas de formación diversa a nivel de grado y postgrado, en las cuales se demuestre


la inopia del recurso y la necesidad de especializar las funciones que se realizan a

partir de la formación de un recurso humano anteriormente contratado.

Para los procesos de capacitación, el financiamiento puede ser realizado por

todos los Centros de Trabajo, que posean unidad programática en el ámbito

presupuestario. Otras unidades administrativas sin autogestión presupuestaria deberán

realizar el financiamiento de las actividades de capacitación a través de la autoridad

inmediata. Actualmente los Centros de Trabajo utilizan la cuenta presupuestaria 2131

denominada Actividades de Capacitación. Según el Instructivo para la Formulación

Presupuestaria 2008, el detalle de esta cuenta es el siguiente:

Actividades de Capacitación: Gastos por servicios inherentes a la organización y

participación en actividades educativas. Se excluyen las becas que se clasifican en la

subpartida “2631 Becas”. Esta subpartida “2131” actividades educativas, considera los

siguientes aspectos:

1. Organización de Congresos

2. Seminarios

3. Cursos

4. Actividades afines

Llegamos ahora a las iniciativas que las universidades podrían tomar en su

estructura, dirección, planificación y compromiso académicos, orientación de las

investigaciones y actitudes ante la sociedad, con miras a ajustar sus actividades al

desarrollo nacional. La nieta de la salud para todos, al suscitar nuevas reflexiones y un

nuevo orden de compromiso, hace de la salud un tema atractivo para el sistema

universitario. A los dirigentes de las instituciones universitarias (rectores, presidentes, o


cualquiera que sea su designación) incumbe la iniciativa de llevar ese concepto más

allá de la salud y de relacionar entre sí las distintas disciplinas. La índole de esa

iniciativa variará, por supuesto, según las distintas culturas, y aun de un país a otro,

pero es indudable la influencia que esos dirigentes académicos podrían ejercer en la

interpretación del mensaje para sus instituciones y en la tarea de conseguir que

facultades y departamentos interactúen y colaboren en sus esfuerzos para contribuir a

la salud en su perspectiva más amplia. Ejercer esa influencia requiere esfuerzos

sistemáticos; en efecto, los actos arbitrarios o las medidas especiales no bastarían.

Este esfuerzo suplementario supone la existencia de una estructura que sirva de pauta

para ayudar a los miembros de la facultad a aportar la máxima contribución posible a la

salud para todos. Hay muchas maneras de establecer una estructura de esa clase,

pero ante todo debemos determinar dónde se encontrará el centro de la función de

coordinación. En algunas instituciones ese centro está simplemente en las manos de

una junta de decanos, mientras que en otras corresponde a un grupo especial e

interdisciplinario de acción interfacultades. Cualquiera que sea el órgano que se

identifique, es indispensable, Que el alcance de la contribución universitaria se amplíe

de modo que abarque todas las disciplinas académicas. Las nuevas perspectivas que

ha abierto en el sector de la salud la aceptación de la atención primaria requieren esta

concepción amplia de la función de la universidad.

En varios países, tanto del mundo desarrollado como en desarrollo, algunas

instituciones universitarias ya están dando una expresión práctica a la salud para todos

mediante programas interdisciplinarios basados en la comunidad, o están colaborando

con los gobiernos en la planificación sanitaria o en las investigaciones sobre sistemas


de salud. Una manera de suscitar y movilizar el interés del mundo académico podría

consistir en establecer una lista de programas estudios de importancia para el

desarrollo nacional y para la salud para todos, que puedan ser ejecutados por grupos

interdisciplinarios. Entre los temas de esos estudios podrían figurar los siguientes:

cuestiones sociales y filosóficas; derecho y ética; economía; ingeniería; arquitectura;

gestión; ayuda y desarrollo; energía rural; agricultura, incluida la tecnología aplicable

para el almacenamiento de las cosechas y su tratamiento ulterior; el medio ambiente

humano; la industrialización; el desempleo; la rehabilitación; la vejez; la mujer en la

sociedad; y las comunicaciones.

De la misma manera que las universidades tratan de establecer una interacción

más estrecha con su comunidad local, se está cobrando mayor conciencia del hecho

de que la atención de salud requiere la plena colaboración con la sociedad y su

participación. Si las universidades asumen más plenamente su función como recursos

de la comunidad en la esfera de la salud, ofrecerán una oportunidad más amplia para la

integración académica y cívica. En ese contexto, además de los sistemas oficiales de

educación superior deberían también tenerse en cuenta las posibilidades que ofrecen

ciertos sistemas extraoficiales y las nuevas dimensiones de educación superior que

representan los programas de ampliación, los departamentos de estudios extramurales,

y la universidad abierta.

En Costa Rica la formación de profesionales es responsabilidad exclusiva de las

universidades quienes utilizan espacios en los hospitales y áreas de salud para cumplir

con la enseñanza y el aprendizaje de los estudiantes universitarios de Medicina y

algunas ciencias de la salud, ya que las universidades no tienen hospitales para esos
fines. Son las universidades las obligadas a trasmitir el conocimiento y garantizar la

calidad de la formación de sus estudiantes, sea para la obtención del título de la

licenciatura o la especialidad y su posterior ejercicio profesional. Ahora bien, como la

Caja permite el uso de sus espacios para la adquisición del conocimiento, debe

garantizarse que la prestación del servicio a la salud no se vea perjudicada. Por ello, el

CENDEISSS, como responsable del uso de los campos docentes en la Caja, exige a

las universidades que los aspirantes al internado (práctica supervisada que es un

requisito universitario de graduación) cumplan con los requisitos académicos y

disciplinarios previo a su ingreso.

La aplicación de un examen de conocimientos como el realizado por la Caja

para el ingreso de los estudiantes de internado, se ha visto como un mecanismo de

selección de espacio de formación, sin embargo, se debe reiterar que la medición del

conocimiento es propia de las universidades. Partiendo de esa visión, la Caja, por

medio del CENDEISSS, fortalecerá los mecanismos para verificar la aplicación de la

normativa en materia de internado rotatorio universitario y valorará opciones en procura

de la obtención de profesionales con el conocimiento requerido para el ejercicio

profesional en sus servicios. En relación con la formación de especialistas, actualmente

se encuentra en manos de la Universidad de Costa Rica quien es la responsable del

proceso de selección de aspirantes y la ejecución del programa académico. La Caja

solo facilita las plazas de acuerdo a las necesidades institucionales en la prestación de

los servicios y la disponibilidad financiera.

La medicina es la ciencia dedicada al estudio de la vida, la salud, las

enfermedades y la muerte del ser humano. Supone el ejercicio de un conocimiento


técnico para el mantenimiento y la recuperación de la salud, a partir del diagnóstico, el

tratamiento y la prevención de las enfermedades. La medicina forma parte de las

ciencias de la salud.

Escuela Autónoma de Ciencias Médicas de Centroamérica de la Universidad

Autónoma de Centroamérica (UACA)

La creación de esta escuela privada data de 1976, año en que se inscribió en el

Registro Público gracias al interés de reconocidos profesionales costarricenses, para

quienes era cada vez más imperiosa la necesidad de otra escuela de medicina que

resultara una opción sería para la enseñanza en el área de la salud. Las áreas de

estudio serían las ciencias' médicas y sus tecnologías, así como la investigación

científica a favor del bienestar social, la salud y el desarrollo regional de Centroamérica.

Pero la voluntad de los fundadores tuvo que topar con numerosos problemas, sobre

todo en la adquisición de equipo y la adecuación de sus. instalaciones: el antiguo

Hospital Neuropsiquiátrico "Manuel A. Chapuf', cedido por la Junta de Protección Social

de San José el mismo año en que se instituyó la escuela.

Carrera de Medicina y Cirugía, Licenciatura y Doctorado Universidad

Internacional de las Américas

Esta carrera, cuya iniciativa gestora se encuentra en el deseo de brindar una

nueva opción privada para el estudio de la medicina, inicia sus labores en 1991. En la

actualidad, tiene alumnos en el cuarto nivel y su promoción está programada para

1996. El plan de estudios, autorizado por el CONESUP, comprende doce cuatrimestres

que culminan con una tesis de graduación y un año de internado rotatorio, para obtener

el doctorado profesional. Para realizar los estudios clínicos, cuenta con profesores de
amplia experiencia académica y laboral, así como con los hospitales de San Ramón, de

Alajuela, el Hospital México y el de Niños.

Facultad de Medicina Universidad de Iberoamérica (UNIBE)

La UNIBE, como opción privada, tiene como objetivo abrir sus puertas bajo un

concepto moderno y revolucionario en el área de la enseñanza en ciencias de la salud,

como lo es la utilización del método holístico, el cual exige una estrecha interrelación

entre el estudiante y el profesor en busca de la participación activa. Otro aspecto

innovador es el uso de multimedia para el logro de los objetivos del estudio y la

investigación. Como carrera, la de medicina y cirugía ofrece el grado de licenciatura

luego de aprobar trece cuatrimestres y realizar una tesis de graduación en el último de

ellos. El doctorado profesional se otorga después de realizar el internado rotatorio

universitario. Su plan de estudios ftie aprobado por el conesup el 27 de febrero de 1995

e inició las lecciones el 27 de marzo de ese mismo año.

Conclusión
Empecemos por examinar la función de las universidades en el contexto del

sistema social. En este punto, se espera de la comunidad que tome una parte activa. Si

tomamos como ejemplo básico de un servicio social la atención de salud, se advierte

fácilmente que la universidad se encuentra situada estratégicamente en relación con

los recursos, la prestación y la promoción.

Aunque las funciones tradicionales de la universidad consisten en producir

recursos humanos y en general información mediante las investigaciones, el concepto

de la salud para todos, al afectar a las cuestiones sociales del desarrollo humano y de

la equidad, constituye un reto más profundo. Las universidades ya no pueden seguir

limitándose a definir planes de estudios académicos, a dar formación al personal, a


ejecutar investigaciones y a contribuir a los servicios de salud prestando diversos

grados de atención sanitaria. Tampoco pueden seguir considerando adecuado relegar

esas funciones a las disciplinas relacionadas con la salud. Las universidades tratan de

encontrar para sí otras funciones más fundamentales, como la de ayudar a definir las

políticas sanitarias y a evaluar la eficacia de los sistemas nacionales de salud mediante

la aplicación de un criterio interdisciplinario. Así, y mediante su influencia moral e

intelectual, es como las universidades pueden desempeñar una función eficaz en la

planificación general de una estrategia para mejorar la cobertura de atención sanitaria y

para definir las responsabilidades del estado y de la provincia, de las zonas rurales y de

las urbanas con respecto a los demás sectores de la economía.

Es fundamental que las universidades y el ministerio de salud encuentren la

manera de interactuar con eficacia. Si las autoridades sanitarias no tienen acceso en el

escalón político a los educadores que preparan al personal de salud y a los

investigadores que podrían ayudarles a resolver problemas en el sector de los servicios

de salud, carecen de la información indispensable para tomar decisiones eficaces. Si

los dirigentes de las universidades no tienen un acceso eficaz al sistema de salud

donde sus graduados deberán trabajar, carecerán de orientaciones suficientes-en

cantidad y en calidad-~ para poder planificar de manera racional sus programas de

formación de los recursos de personal. La interacción entre la universidad y el

ministerio debe considerarse como un ejemplo de interdependencia constructiva, cuya

ausencia da lugar a un derroche de esfuerzos, una duplicación innecesaria y una

ineficacia general. Quizá baste decir que las universidades y el ministerio deberían

coordinar sus actividades porque ello redundaría en beneficio mutuo; pero ésta es otra
cuestión. El concepto ampliado de la salud, inherente a la salud para todos, requiere

que tanto la universidad como el ministerio amplíen también el concepto de sus

respectivas funciones y participen de manea más profunda en la solución de las

cuestiones de salud y desarrollo en el plano de la comunidad, cada uno desde su

propia base de responsabilidades, pero necesitándose unos a otros para complementar

la comprensión más completa que tratan de conseguir. Las relaciones orgánicas

necesarias para ello deberían, pues, establecerse por lo menos en dos niveles de la

universidad y del ministerio. En primer lugar, en el escalón de la política general, las

universidades y el ministerio deberían, cada uno por su parte, exponer sus objetivos y

sus orientaciones. Ello permitiría identificar y resolver las coincidencias y las

discrepancias básicas en los planes y programas respectivos. En segundo lugar, en el

plano de la práctica sobre el terreno, las universidades deben tener acceso a los

servicios de salud de primera línea para poder organizar su programa educativo y de

investigaciones, y el ministerio, por su parte, debe poder evaluar la eficacia y la

capacidad de los recursos de personal preparados por las universidades.

Toda esta cuestión suscita nuevas reflexiones si se la toma como una serie de

consideraciones de índole pragmática. Si se juzga conveniente que las universidades

participen cada vez más en el sistema de salud, esa participación podría establecerse

sobre una base oficial y permanente. sobre una base flexible. Si las universidades

deben participar, cabría invitarlas a servir como órgano de consulta para la apreciación

de los diferentes aspectos del sistema de salud, de la misma manera que cabría pedir

al ministerio que participara en las deliberaciones de la facultad sobre los diversos

aspectos de la enseñanza de la medicina. Una de las consecuencias de esta


interacción sería que las instituciones de salud y las universidades compartirían la

responsabilidad y los recursos de la atención de salud, y que los funcionarios de los

ministerios y los profesores de la universidad decidirían de común acuerdo el número,

la estructura profesional y las funciones del personal de salud. -Sería útil saber cómo

reaccionarían los ministerios y las universidades ante este conjunto de propuestas,

porque en esos vínculos funcionales estriba la oportunidad de resolver la inquietud que

parece observarse en las relaciones entre esas dos instituciones y de establecer un

arreglo duradero y mutuamente beneficioso para el gobierno y las universidades y, por

vía de consecuencia, para la sociedad.

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