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FILIACIÓN

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FILIACIÓN

CONCEPTO: La filiación es el vínculo jurídico recíproco que une a los hijos con los padres,
del que se derivan una serie de derechos y obligaciones, tales como la responsabilidad
parental, alimentos, derechos sucesorios.

Aquí trataremos lo atinente a la determinación de la filiación.

EVOLUCIÓN DEL INSTITUTO EN EL DERECHO ARGENTINO

RÉGIMEN DEL CÓDIGO CIVIL DE VELEZ SARSFIELD (en vigencia a partir del
01/01/1871). Reguló dos categorías de hijos:

1- Legítimos: son los hijos de personas unidas entre sí por el matrimonio, concebidos


después de dicho acto jurídico familiar.

2- Ilegítimos: son los hijos de personas no unidas entre sí por el matrimonio. A su vez, en
esta categoría hay una subclasificación:

a) naturales: son los hijos de personas que, si bien no estaban unidas entre sí por el
matrimonio, no tenían ningún impedimento para casarse.

b) incestuosos: son los hijos de personas que no podían contrar matrimonio entre sí por
impedimento de parentesco por consanguinidad.

c) adulterinos: son los hijos de personas que no podían contraer matrimonio entre sí por
impedimento de ligamen; es decir, por estar casados.

d) sacrílegos: son los hijos de padre clérigo de órdenes mayores o de persona -padre o
madre- ligada por voto solemne de castidad, en orden religiosa aprobada por la Iglesia
Católica.

En el Código Civil Vélez Sarsfield siguió el antecedente del derecho romano justinianeo y


del Derecho Español, que apuntaban a la protección legal de la familia legítima y de la
descendencia legítima; mientras que la familia ilegítima prácticamente no era tenida en
cuenta. La subcategoría de hijos ilegítimos naturales era la única a la que se le regulaba el
derecho de reclamación de su filiación, de demandar alimentos, la posibilidad de su
legitimación por matrimonio de los padres y derechos sucesorios, aunque en este último
supuesto, con desventajas en la cuota hereditaria en relación a los descendientes legítimos.
La posibilidad de investigar sus orígenes estaba prohibida a los demás hijos ilegítimos; que
sólo podían ser reconocidos en forma voluntaria por sus progenitores, recibir alimentos
hasta la edad de 18 años y carecían de vocación sucesoria.
REGIMEN DE LA LEY Nº 2393 (Ley de matrimonio civil, que entró en vigencia el
01/11/1889): mantuvo la clasificación de hijos legítimos e ilegítimos, pero suprimió la
subcategoría de hijos sacrílegos (quedaron vigentes los naturales, adulterinos e
incestuosos).

REGIMEN DE LA LEY Nº 13.252 (publicada el 29/09/1948): incorpora al Derecho Civil


Argentino el instituto de la adopción, como nuevo tipo de filiación. Fue derogada por la Ley
Nº 19.134 (publicada el 29/07/1971), que regula dos tipos de adopción: simple y plena.
Luego, se dicta la Ley Nº 24779 (publicada el 01/04/1997) que incorpora el instituto al texto
del Código Civil, y finalmente entran en vigencia las importantes reformas del Código Civil y
Comercial de la Nación (el 01/08/2015).

REGIMEN DE LA LEY Nº 14.367 (publicada el 03/11/1954): suprime las discriminaciones


públicas y oficiales entre los hijos nacidos dentro y fuera del matrimonio y las calificaciones
que la legislación establece respecto de estos últimos. Las categorías son dos: hijos
matrimoniales e hijos extramatrimoniales. En la segunda se eliminan las subcategorías o
subclasificación; quedan subsumidos los hijos naturales, adulterinos e incestuosos en una
única categoría: la de los hijos extramatrimoniales, con iguales derechos: podían demandar
a los padres para que reconozcan su paternidad o maternidad, reclamar alimentos y les
correspondía en la herencia de los padres la mitad de lo que le correspondía a un hijo
matrimonial. Es decir que, las subcategorías de hijos adulterinos e incestuosos mejoraron su
situación jurídica al quedar equiparados con los naturales en una única categoría, la de los
hijos extramatrimoniales.

RÉGIMEN DE LA LEY Nº23.264 (en vigencia a partir del 01/11/ 1985): introduce una
relevante humanización del derecho al poner fin a las discriminaciones de efectos
jurídicos según categorías de hijos. Clasifica dos tipos de filiación: filiación por naturaleza
(matrimonial y extramatrimonial) y filiación por adopción, y establece que todas producen
los mismos efectos. Se mantiene la clasificación de los tipos de filiación porque la forma
de determinación de la paternidad es diferente.

RÉGIMEN DEL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN (en vigencia desde el


01/08/2015): incorpora como tercer tipo filiatorio a la filiación por técnicas de reproducción
humana asistida y establece que la filiación por adopción plena, por naturaleza o por
técnicas de reproducción humana asistida, matrimonial y extramatrimonial; surten los
mismos efectos. El Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas sólo debe expedir
certificados de nacimiento que sean redactados en forma tal que de ellos no resulte si la
persona ha nacido o no durante el matrimonio, por técnicas de reproducción humana
asistida, o ha sido adoptada, a los efectos de evitar todo tipo de discriminación.

 
METODOLOGIA DEL CODIGO CIVIL Y COMERCIAL

El Título V del Libro Segundo del Código Civil y Comercial de la Nación (sancionado
mediante Ley Nº 26.994, vigente a partir del 01/08/2015) regula el instituto de la filiación en
ocho Capítulos. El Capítulo 1 de Disposiciones Generales y los siguientes, sobre la filiación
por TRHA y la filiación por naturaleza (determinación de maternidad, determinación de
filiación matrimonial, determinación de filiación extramatrimonial y acciones de filiación).

En el Título VI del Libro Segundo, en seis Capítulos se legisla la adopción, que es la otra
fuente de filiación.

DISPOSICIONES GENERALES

En el Capítulo 1 sobre Disposiciones Generales, los arts. 558 y 559 regulan las fuentes de la
filiación. En el 558 se reiteran la filiación por naturaleza y por adopción, previstas en el
art.240 del Código Civil derogado y se incluye a las técnicas de reproducción humana
asistida (TRHA) como una nueva fuente o categoría de filiación.

Así, el art. 558 prescribe que “La filiación puede tener lugar por naturaleza, mediante
técnicas de reproducción humana asistida, o por adopción. La filiación por adopción plena,
por naturaleza o por técnicas de reproducción humana asistida, matrimonial y
extramatrimonial, surten los mismos efectos, conforme a las disposiciones de este Código.
Ninguna persona puede tener más de dos vínculos filiales, cualquiera sea la naturaleza de la
filiación”

Se sigue la técnica legislativa de clasificación de tipos de filiación, porque las formas de


determinación de la filiación son diferentes. En la filiación por naturaleza importa el dato
genético-biológico aportado a través del acto sexual. En la filiación por adopción y en las
técnicas de reproducción humana asistida (TRHA) la causa fuente es la voluntad, el deseo de
tener un hijo, con la diferencia que en la adopción la voluntad se expresa en relación a una
persona humana nacida que no tiene ningún vínculo genético con su adoptante, mientras
que en las técnicas por reproducción humana asistida la expresión de voluntad, la
conformidad es anterior a la gestación y en la TRHA homóloga también existe un vínculo
genético entre el nacido y los progenitores o con uno de ellos.

Es decir, los tipos de filiación son: a) por naturaleza, b) por adopción y c) por técnicas de
reproducción humana asistida.

TIPOS DE FILIACIÓN FUENTE


Por naturaleza Procreación biológica
Por adopción Sentencia judicial en juicio de adopción
Por THRA Voluntad procreacional
 

Se mantiene el sistema binario, principio del derecho de filiación que ya se aplicaba en el


Código Civil derogado, por el que sólo se puede tener vínculo filial con dos personas al
mismo tiempo y si se pretende tener vínculo con otra persona, previa o simultáneamente se
debe promover la acción de desplazamiento del vínculo anterior (según el art. 252 del
Código Civil derogado y art. 578 del CCyCN vigente).

Este principio del doble vínculo de filiación, se aplica con una diferencia importante entre
uno y otro cuerpo normativo, porque en el Código Civil derogado se hace referencia a la
imposibilidad de tener dos madres o dos padres, mientras que en el nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación se emplea una terminología neutra, por la que se dice que la
imposibilidad es de tener más de un "doble vínculo filial, cualquiera sea el tipo de filiación,
lo que equivale a decir que una persona humana puede tener dos padres, dos madres o un
padre y una madre.

Ahora bien, una vez producido el emplazamiento en el estado de filiación por naturaleza
(matrimonial o extramatrimonial), filiación por adopción o filiación por técnicas de
reproducción humana asistida; todos esos tipos de filiación producen los mismos efectos
jurídicos, con fundamento en el derecho de igualdad y de no discriminación de las personas
humanas.

En el art. 559 del CCyCN se sigue un lineamiento parecido al del art. 241 del Código Civil
derogado en cuanto al certificado de nacimiento: "El Registro del Estado Civil y Capacidad
de las Personas sólo debe expedir certificados de nacimiento que sean redactados en forma
tal que de ellos no resulte si la persona ha nacido o no durante el matrimonio, por técnicas
de reproducción humana asistida, o ha sido adoptada." Con la nueva redacción quedan
superados defectos de la redacción de la norma en el Código Civil derogado y se refiere la
adopción sin determinación de clases.

FILIACIÓN POR TÉCNICAS DE

REPRODUCCION HUMANA ASISTIDA (THRA)

Técnicas de reproducción humana asistida. Consideraciones generales

Las técnicas de reproducción humana asistida son el conjunto de procedimientos y


tratamientos biomédicos que facilitan o pueden sustituir a los procesos naturales de
fecundación; con el objeto de que el óvulo sea fecundado y lograr un embarazo.
Estos procedimientos médicos tienen alcance amplio en relación a sus destinatarios; pueden
hacer uso de los mismos las parejas de igual o distinto sexo, casadas o convivientes, como
así también hombres y/o mujeres solos.

En nuestro país, las TRHA fueron reguladas por Ley Nacional Nº 26.862 del año 2013 de
Acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-asistenciales de fertilización
humana asistida y su Decreto Reglamentario Nº 956/2013, que en el art 2 define dos tipos
de técnicas a saber: “Se entiende por técnicas de reproducción médicamente asistida a
todos los tratamientos o procedimientos para la consecución de un embarazo. Se
consideran técnicas de baja complejidad a aquellas que tienen por objeto la unión entre
óvulo y espermatozoide en el interior del sistema reproductor femenino, lograda a través de
la inducción de ovulación, estimulación ovárica controlada, desencadenamiento de la
ovulación e inseminación intrauterina, intracervical o intra***l, con semen de la pareja o
donante. Se entiende por técnicas de alta complejidad a aquellas donde la unión entre
óvulo y espermatozoide tiene lugar por fuera del sistema reproductor femenino, incluyendo
a la fecundación in vitro; la inyección intracitoplasmática de espermatozoide; la
criopreservación de ovocitos y embriones; la donación de ovocitos y embriones y la
vitrificación de tejidos reproductivos (…)”

A su vez, la inseminación o fecundación puede ser homóloga o heteróloga. Es homóloga


cuando se emplea material genético propio de la pareja. A su vez, puede tratarse de: a)
inseminación o fecundación realizada en vida de la pareja, y b) inseminación o fecundación
post mortem Si bien en estos casos se da la concurrencia de verdad genética y voluntad
procreacional, el vínculo jurídico filial tiene como fuente la voluntad procreacional. Es
inseminación o fecundación heteróloga cuando se utiliza material genético de un tercero
dador, generalmente anónimo. A diferencia de la homóloga, hay disociación entre verdad
genética y voluntad procreacional, definiéndose el vínculo jurídico filial también por la
voluntad, por la decisión de ser progenitor.

Las técnicas de reproducción humana asistida y sus avances científicos, han incidido en el
instituto de la filiación, porque produjeron la disociación del acto sexual y la procreación del
hijo. Principios troncales del Derecho de Filiación, tales como el que el hombre aportante
del esperma y la mujer gestante son los progenitores del niño nacido de esa unión,
resultaron contradichos en el caso de la intervención de procedimientos médico- científicos
en la reproducción, en los que el esperma y/o el ovocito pueden provenir de un tercero/a
donante; el planteamiento sobre quién o quiénes son los progenitores de ese niño
(biparentalidad o pluriparentalidad) y las futuras proyecciones de los dilemas ético-
biológico-jurídicos acerca de la aplicación de técnicas que posibilita la ciencia médica (por
ej. la prohibición o aceptación de la maternidad por sustitución, de la filiación post-
mortem); son algunos de los aspectos que justifican el tratamiento independiente y
diferenciado del instituto de la filiación por técnicas de reproducción humana asistida .
Otra importante discusión es la relativa al derecho de identidad de la persona humana
nacida de técnicas de reproducción humana asistida, porque con la intervención de estos
procedimientos médicos, cabe hacer la siguiente diferenciación en identidad de la persona
humana:

1) Identidad genética: Está dada por el dato genético, es decir el material genético aportado
(el espermatozoide y el ovocito).

2) Identidad biológica: hace referencia al origen, a la verdad biológica a un acto humano; en


el supuesto del hombre, el haber tenido relación sexual y en el supuesto de la mujer,
además de la relación sexual, la gestación. Es decir, comprende algo más que lo genético,
que es el vínculo entre el nacido y quienes lo procrearon.

3) Identidad voluntaria o consentida: la paternidad y/o maternidad se determina por la


voluntad procreacional, el deseo y la decisión de ser progenitor

Régimen del Código Civil y Comercial de la Nación

La filiación por técnicas de reproducción humana asistida (TRHA) tiene reglas propias, que
se regulan en el Libro Segundo Relaciones de Familia, Título V Filiación, Capítulo 2 Reglas
Generales relativas a la filiación por técnicas de reproducción humana asistida, del Código
Civil y Comercial de la Nación.

Una de las principales innovaciones que introduce el Código Civil y Comercial al Libro
Segundo dedicado a las "Relaciones de Familia" es la incorporación de las técnicas de
reproducción humana asistida como tercer tipo de filiación. Así, el art. 558 del CCyCN con el
que se inicia el Título V sobre "Filiación" regula: "La filiación puede tener lugar por
naturaleza, mediante técnicas de reproducción humana asistida, o por adopción. La filiación
por adopción plena, por naturaleza o por técnicas de reproducción humana asistida,
matrimonial y extramatrimonial, surten los mismos efectos, conforme a las disposiciones de
este Código. Ninguna persona puede tener más de dos vínculos filiales, cualquiera sea la
naturaleza de la filiación".

Por otro lado, la intervención del material genético de un donante, en el caso de la


fecundación heteróloga, genera el cuestionamiento acerca de cuántos progenitores tiene un
niño nacido de la aplicación de este método: sólo quienes decidieron recurrir a estas
técnicas o son más de dos los progenitores. Ya dijimos anteriormente, que el Código Civil y
Comercial de la Nación, en el art. 558 mantiene el sistema legal del doble vínculo de
filiación, cualquiera sea la naturaleza de la filiación. Por ej. si un matrimonio o una unión
convivencial de mujeres deciden ser madres mediante técnicas de fecundación asistida, con
espermatozoide de un donante y el óvulo de una de ellas, con la implantación del embrión
en el útero de la segunda (que será la gestante y quién dará a luz), el vínculo de filiación del
niño nacido de la aplicación de esta técnica será con las dos mujeres, sin ningún tipo de
vínculo filial con el donante del espermatozoide.

Determinación de la filiación

Tipos de determinación Formas


Determinación de filiación por TRHA Voluntaria: Voluntad procreacional.
Determinación de la maternidad Legal: Prueba del nacimiento (parto) e identidad
matrimonial y extramatrimonial del nacido.
Determinación de la filiación matrimonial Legal: Presunción legal: el cónyuge de la persona
que da a luz es el progenitor/a.
Determinación de la filiación paterna Voluntaria: Reconocimiento.
extramatrimonial
 

Determinación de la filiación por técnicas de reproducción humana asistida

En el art. 562 del CCyCN se prevé que: “Los nacidos por las técnicas de reproducción
humana asistida son hijos de quién dio a luz y del hombre o de la mujer que también ha
prestado su consentimiento previo, informado y libre en los términos de los artículos 560 y
561, debidamente inscripto en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, con
independencia de quién haya aportado los gametos”

La regulación de la filiación por las TRHA ya contaba con el antecedente de la Ley Nacional
Nº 26.618 de matrimonio igualitario ( parejas del mismo sexo) , en el que resulta necesaria
la intervención de métodos de asistencia médica para tener un hijo, por la imposibilidad
estructural de generación de un hijo por la pareja; por ej. si se trata de una pareja de
mujeres podría aplicarse la técnica médica con óvulos de la mujer que gesta o de su pareja
del mismo sexo, con material genético masculino aportado por un donante. Si se trata de
una pareja conformada por dos hombres, para que accedan a la co-paternidad tendrían que
recurrir a la figura de la gestación por sustitución (maternidad subrogada o maternidad por
sustitución, que no ha sido regulada en el Código Civil y Comercial vigente).

Además, por la vigencia de la Ley Nacional Nº 26.473 de identidad de género (promulgada


el 23/05/12) ya no cabe aludir a la "mujer" que da a luz sino de manera genérica como lo
dice la norma mencionada, a "quien da a luz" con un lenguaje neutro. Por ej. puede ser que
quién da a luz, es una persona transexual masculina que conserva su aparato reproductor y
si se le implantara un embrión sería en el útero de una persona humana jurídicamente
masculina (por su identidad autopercibida). De allí que en el art. 561 se refiera a la
implantación del embrión, sin aludir dónde se produce tal hecho.

Cualquier persona mayor de edad puede acceder a las técnicas de fecundación humana
asistida y dar lugar a la llamada filiación procreacional, y estando a lo previsto por el art
562 del CCyCN, su alcance es amplio, comprende a pareja matrimonial y en unión
convivencial; pueden ser dos mujeres en pareja, una pareja heterosexual; también puede ser
el supuesto de una mujer sola.

La Ley Nº 26.862 establece que “Tiene derecho a acceder a los procedimientos y técnicas de
reproducción médicamente asistida, toda persona mayor de edad que, de plena
conformidad con lo previsto en la ley 26.529, de derechos del paciente en su relación con
los profesionales e instituciones de la salud, haya explicitado su consentimiento informado.
El consentimiento es revocable hasta antes de producirse la implantación del embrión en la
mujer”. Además, esta ley establece que pueden acceder a las prestaciones de reproducción
médicamente asistida todas las personas, mayores de edad, sin que se pueda introducir
requisitos o limitaciones que impliquen la exclusión debido a la orientación sexual o el
estado civil de los destinatarios de estas técnicas médicas. La cobertura prestacional la
deben brindar los establecimientos asistenciales de todos los ámbitos de la salud: público,
seguridad social (obras sociales) y privado (medicina prepaga.

Ahora bien, como requisito previo a la aplicación de las TRHA requeridas el art.560 del
CCyCN prescribe: "El centro de salud interviniente debe recabar el consentimiento previo,
informado y libre de las personas que se someten al uso de las técnicas de reproducción
humana asistida. Este consentimiento debe renovarse cada vez que se procede a la
utilización de gametos o embriones".

En dicha norma se define la médula de la filiación por técnicas de reproducción humana


asistida: la voluntad procreacional, manifestada en el consentimiento que debe ser previo,
informado y libre. Además, debe renovarse con iguales exigencias (previo, informado y libre)
antes de cada nueva práctica o procedimiento médico. Es decir, cada vez que se procede a
la utilización de los gametos o embriones el centro de salud interviniente debe recabar la
renovación del consentimiento de quien o quienes quieren ser progenitores por medio de
las TRHA.

El Código Civil y Comercial dispone que el consentimiento debe ser recabado por el centro
de salud interviniente, es decir, por el establecimiento sanitario habilitado para la realización
de procedimientos y técnicas de reproducción médicamente asistida, debidamente inscripto
en el Registro Unico previsto en la Ley Nacional Nº 26.862, a fin de que la autoridad de
aplicación - el Ministerio de Salud- controle su funcionamiento. En virtud de esto, el centro
de salud que intervenga en la práctica médica debe ajustar este previo consentimiento a lo
previsto en la Ley nacional 26.529 de Derechos del Paciente en su Relación con los
Profesionales e Instituciones de Salud ( publicada el 20/11/2009; luego, Ley Nº 26.742/ 12)
en cuyo artículo 5 lo define: “Entiéndase por consentimiento informado, la declaración de
voluntad suficiente efectuada por el paciente, o por sus representantes legales en su caso,
emitida luego de recibir, por parte del profesional interviniente, información clara, precisa y
adecuada (…)”. Ese es el consentimiento previo, libre e informado exigido en el art. 560 del
CCyCN.

Aquí cabe destacar que la única filiación admitida por el CCyCN en este supuesto, es la que
se efectúa con intervención de centro de salud autorizado por la autoridad de aplicación, es
decir se regulan técnicas de reproducción médicamente asistidas, quedando fuera de esta
disposición normativa otro tipo de métodos, los denominados “caseros” que consisten en la
inseminación de la mujer por vía de jeringa con el material genético aportado por un
tercero (un amigo, un conocido). De haberse producido el nacimiento de un niño, mediante
este tipo de "prácticas caseras" se da origen a la filiación por naturaleza, no a la filiación por
TRHA, porque no hubo intervención de un centro de salud autorizado.

 
A su vez, el art. 561 del CCyCN explicita la regulación del consentimiento para la aplicación
de las TRHA: "La instrumentación de dicho consentimiento debe contener los requisitos
previstos en las disposiciones especiales, para su posterior protocolización ante escribano
público o certificación ante la autoridad sanitaria correspondiente a la jurisdicción. El
consentimiento es libremente revocable mientras no se haya producido la concepción en la
persona o la implantación del embrión". En este sentido, el Ministerio de Salud en su
carácter de autoridad de aplicación de conformidad con lo dispuesto en la Ley Nº 26.862 es
el organismo encargado de la organización de este trámite.

Por otro lado, el art. 561 en su última parte dispone que el consentimiento "es libremente
revocable mientras no se haya producido la concepción en la persona o la implantación del
embrión”. Con igual criterio legislativo en la Ley Nº 26.862, al tratar sobre los "Beneficiarios",
se dispone: "(…) el consentimiento es revocable hasta antes de la implantación del
embrión", y el art. 7 del Decreto Reglamentario de dicha Ley ( Nº 956/2013) prevé:
“Beneficiarios. El consentimiento informado deberá ser prestado por la persona que
requiera la aplicación de técnicas de reproducción médicamente asistida, antes del inicio de
cada una de ellas. El consentimiento informado y su revocación deben documentarse en la
historia clínica con la firma del titular del derecho expresando su manifestación de voluntad.
Se aplican, en lo pertinente, las Leyes No 26.529 de Derechos del Paciente en su relación
con los Profesionales e Instituciones de la Salud y Nº 25.326 de Protección de los Datos
Personales. En los casos de técnicas de reproducción médicamente asistida de baja
complejidad el consentimiento es revocable en cualquier momento del tratamiento, o hasta
antes del inicio de la inseminación. En los casos de técnicas de reproducción médicamente
asistida de alta complejidad, el consentimiento es revocable hasta antes de la implantación
del embrión.Con igual criterio legislativo previsto en la Ley Nº 26.862, al tratar sobre los
"Beneficiarios", dispone: "(…) el consentimiento es revocable hasta antes de la implantación
del embrión". Desde luego, la facultad de revocación del consentimiento está íntimamente
ligada a la libertad como requisito esencial de la expresión de voluntad.

El fundamento del requisito de renovación del consentimiento para cada práctica está en


la libertad de la voluntad procreacional y no en la genética. Si alguno de los que
requirieron la técnica asistida de reproducción no renueva su consentimiento al momento
de la implantación, el embrión no podrá ser implantado aunque por ej. genéticamente sea
hijo de la mujer que reclama esa implantación; incluso, a pesar de que no tenga más óvulos
para crear un nuevo embrión.

 
En lo relativo al período en el que se puede manifestar la revocación del consentimiento,
guarda directa vinculación con el tema comienzo de la existencia de la persona humana. Al
respecto, el art 19 del CCyCN dice “La existencia de la persona humana comienza con la
concepción”. Mientras que en el art. 561 se prevé la posibilidad de la revocación del
consentimiento “(…) mientras no se haya producido la concepción en la persona o la
implantación del embrión”.

El fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso “Artavia Murillo y otros


c. Costa Rica”, del 28/11(12, ha desarrollado la interpretación que debe darse al término
“concepción”, basada en la diferenciación entre dos momentos complementarios y
esenciales en el desarrollo embrionario: la fecundación y la implantación. El Tribunal analiza
que sólo al cumplirse el segundo momento se cierra el ciclo que permite entender que
existe la concepción y así dice que “(…) Teniendo en cuenta la prueba científica presentada
por las partes en el presente caso, el Tribunal constata que, si bien al ser fecundado el óvulo
se da paso a una célula diferente y con la información genética suficiente para el posible
desarrollo de un “ser humano”, lo cierto es que si dicho embrión no se implanta en el
cuerpo de la mujer sus posibilidades de desarrollo son nulas. Si un embrión nunca lograra
implantarse en el útero, no podría desarrollarse pues no recibiría los nutrientes necesarios,
ni estaría en un ambiente adecuado para su desarrollo (…)” Con ese alcance, cabe la
interpretación de la expresión implantación del embrión en el art. 561 del CCyCN.

En definitiva, en la filiación por TRHA, el criterio legal para la determinación del vínculo de
filiación es la voluntad procreacional y su exteriorización mediante el consentimiento, con
los requisitos que ordena el CCyCN: Sólo quien manifiesta este consentimiento es tenido
jurídicamente como progenitor, no el donante. La función e intervención del donante se
circunscribe al acto de la donación, sin perjuicio del derecho a la información sobre datos
identificatorios y no identificatorios por parte de la persona nacida de la aplicación de las
TRHA, que no genera vínculo de filiación alguno con el donante del material
genético; excepto a los fines de los impedimentos matrimoniales en los mismos términos
que la adopción plena. Por eso en el art. 577 último párrafo del CCyCN se dispone: “No es
admisible el reconocimiento ni el ejercicio de acción de filiación o de reclamo alguno de
vínculo filial respecto de éste”. Es decir, si alguien es donante de espermatozoide o de
óvulos para su aplicación en TRHA no hay determinación de filiación a su favor, ni tampoco
se le podrá reclamar vínculo de filiación alguno.

 
 

Derecho a la información de los hijos nacidos de TRHA heteróloga

En la filiación por técnicas de reproducción humana asistida cabe la diferenciación entre el


vínculo de filiación que se establece con quien o quienes manifestaron la voluntad
procreacional y el derecho de información acerca del origen genético, en el caso de
fertilización heteróloga.

En este derecho a la información quedan comprendidos los siguientes aspectos:

1) el derecho a saber que se ha nacido de TRHA con material de un tercero. Aquí es


relevante la responsabilidad del Estado en el resguardo de la información y el abordaje del
tema por el centro de salud interviniente, con quien/es recurren al TRHA, acerca de la
importancia de que el niño nacido de la aplicación de estas técnicas médicas conozca que
en su procreación se utilizó material genético de un tercero donante,

2) el derecho de acceder a información no identificatoria (datos genéticos o de salud sobre


el donante), y

3) el derecho de acceder a información identificatoria (nombre, apellido y datos de


individualización del donante).

El hecho de la utilización de material genético de un tercero resulta evidente en el caso del


niño nacido en parejas del mismo sexo; por la infertilidad estructural, surge evidente que se
tiene que recurrir al aporte de material de un tercero.

En el derecho comparado, se observan diversos sistemas, entre los que se destacan los
siguientes : a) Países que establecen el anonimato del tercero donante del material
genético: Dinamarca, Italia, Francia ; b) Países que reconocen ampliamente el derecho de
conocer el origen genético, mediante el acceso a los datos de identidad del tercero
donante: Suecia, Holanda, Finlandia, Noruega, Reino Unido; c)Países que sólo posibilitan el
acceso a datos no identificatorios ( datos médicos del donante): Brasil, Grecia; d) Países que
reconocen al donante el derecho de opción entre una donación anónima o no, y a la pareja
requirente de las TRHA, el derecho de opción entre material genético anónimo o
identificable: Bulgaria, Islandia; e) Países con un sistema de anonimato relativo, en el que la
regla es el anonimato y sólo en circunstancias de excepción se puede conocer la identidad
del donante.

 
 

Régimen del Código Civil y Comercial de la Nación

El Código Civil y Comercial regula el derecho de información sobre el origen genético de los
niños nacidos de TRHA heteróloga en los arts. 563 y 564.

El art. 563 del CCyCN dispone: “La información relativa a que la persona ha nacido por el
uso de técnicas de reproducción humana asistida con gametos de un tercero debe constar
en el correspondiente legajo base para la inscripción del nacimiento”.

Aquí se regula la obligación del Estado en el resguardo de toda la información sobre el


donante; la que debe formar parte de la documentación base para la inscripción del
nacimiento del niño. En el legajo base para la inscripción del nacimiento debe constar la
información acerca del origen genético (por TRHA heteróloga) y toda la información acerca
del donante, queda en el centro de salud interviniente.

El art. 564 sobre contenido de la información, dice:” A petición de las personas nacidas a
través de las técnicas de reproducción humana asistida, puede: a) obtenerse del centro de
salud interviniente información relativa a datos médicos del donante, cuando es relevante
para la salud; b) revelarse la identidad del donante, por razones debidamente fundadas,
evaluadas por la autoridad judicial por el procedimiento más breve que prevea la ley local.

Es decir que nuestro país sigue el sistema de anonimato relativo.

Con respecto al acceso a la información no identificatoria, el Código Civil y Comercial


establece un sistema amplio, por el que la persona nacida de TRHA heteróloga, cuando
cuente con edad y grado de madurez suficiente tiene el derecho de requerir directamente al
centro de salud que intervino en esa técnica los datos médicos del donante, que fueran
relevantes para su salud.

Por último, el derecho a la información identificatoria comprende el nombre y apellido,


domicilio, teléfono y cualquier otro dato que posibilite la ubicación del donante del material
genético. En este caso, se regula un sistema limitado: Se debe promover una acción judicial,
en la que se fundamentarán las razones que habiliten el acceso a los datos del donante y
consiguiente autorización del juez en el procedimiento más breve que prevea la ley local.

Maternidad por sustitución


Se trata del caso en el que la gestante no tiene voluntad procreacional; sólo lo hace para
que otra persona o una pareja sean los progenitores del niño que nace de la aplicación de
esta técnica médica.

Es un método singular en el que el proyecto parental del/os progenitor/es está ligado al


cuerpo y a la salud de una tercera persona (la gestante), con quién el niño que nace no
tendrá vínculo de filiación alguno.

En el Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación se regulaba este


procedimiento, con los límites redactados en el art. 562 : a) el consentimiento informado de
todas las partes intervinientes en el proceso de gestación por sustitución; b) La filiación
entre el niño nacido y quienes manifestaran su voluntad procreacional, quedaba
determinada por la prueba del nacimiento, la identidad y el consentimiento debidamente
homologado por autoridad judicial; c) el juez debía homologar el consentimiento informado
si, además de los requisitos previstos en la ley especial, se acreditaba: 1) el haber tenido en
mira el interés superior del niño que pueda nacer; 2) que la gestante gozaba de plena
capacidad, buena salud física y psíquica; 3) que al menos uno de los comitentes aportaba
sus gametos; 4) que el o los comitentes estaban en la imposibilidad de concebir o de llevar
un embarazo a término; 5) que la gestante no aportaba sus gametos; 6) que la gestante no
percibía retribución; 7) que la gestante había dado a luz a un hijo propio; d) Los centros de
salud no podían proceder a la transferencia embrionaria en la gestante sin la autorización
judicial; e) Si se carecía de la autorización judicial previa, la filiación se determinaba por las
reglas de la filiación por naturaleza.

De lo proyectado surge que el instituto se regulaba con limitaciones y fundamentalmente


con el control judicial en dos etapas del procedimiento  médico. Ningún centro especializado
podría llevar a cabo este tipo de práctica médica si no se cuenta con la correspondiente
autorización judicial obtenida tras realizar un análisis integral e interdisciplinario de la
situación, no sólo de la o los comitentes sino de la gestante a quien en especial se apuntaba
a proteger.

Finalmente, en el Código Civil y Comercial de la Nación aprobado quedó suprimida del art
562 la maternidad por sustitución.

En la doctrina nacional autores clásicos consideran que se trata de contratos nulos, de


nulidad absoluta, en cuanto recaen sobre un objeto ilícito, sea gratuito u oneroso. Así lo
sostienen Cafferata, Borda, Zannoni, Méndez Costa, Wagmaister, Levy, Loyarte-Rotonda,
Ursula Basset, Mazzinghi, Rivera, Álvarez, Sambrizzi, Ferrer partiendo de que se trata de
acuerdos de cesión de hijo, o que tienen por objeto el compromiso de concebir y gestar un
hijo por cuenta de otro, que por lo tanto no pueden nunca tener valor jurídico, pues se
contrata sobre materia indisponible. Se convierten a la mujer y al hijo en un objeto, se
dispone de la maternidad, del estado civil del hijo y de la responsabilidad parental, a la cual
se renuncia anticipadamente antes de nacer el hijo. Comprometen, por lo tanto, el interés
social y el orden público No puede, por consiguiente, ser objeto de ejecución forzada,
aunque sean concluidos a título gratuito y si son remunerados, violan el principio de la no
comercialización del cuerpo humano.

Otra corriente de la doctrina nacional, se pronuncia a favor de la maternidad por sustitución.


En ese sentido, Kemelmajer de Carlucci, Adriana Krasnow, Natalia La Torre, Marisa Herrera,
entre otros, propician su recepción legal en base al interés superior del niño, el respeto de la
autonomía por vía de la voluntad procreacional y del proyecto personal de vida, además de
que es la actual tendencia en el derecho comparado y muchos países están regulando esta
figura para dar solución a una situación de la realidad.

Fertilización post mortem

La filiación post mortem comprende el caso de una mujer o un hombre que mantiene la
decisión de continuar con el proyecto familiar a pesar del fallecimiento de su pareja
(convivencial o matrimonial) por vía de la fecundación de un óvulo con el material genético
(espermatozoide) de su pareja fallecida y/o transfiriendo de un embrión criopreservado con
gametos (ovocitos o espermatozoides) de la pareja (uno de ellos fallecido) o mediante
material genético donado.

El proyecto de reforma del Código Civil y Comercial de la Nación regulaba de manera


expresa el supuesto de la fertilización post mortem en el art 563. En esta norma proyectada
se disponía como principio general que en caso de muerte del o la cónyuge o conviviente
de la mujer que da a luz, no existe la posibilidad de que haya vínculo filial entre la persona
nacida del uso de las técnicas de reproducción humana asistida y la persona fallecida, y la
concepción en la mujer o la implantación del embrión en ella no se había producido antes
de fallecimiento. Pero se regulaba una excepción a este principio siempre que se cumplan
los siguientes requisitos: 1) que la persona consintiera de manera expresa (el
consentimiento previo, libre e informado) que los embriones producidos con sus gametos
fueron transferidos en la mujer después de su fallecimiento, y 2) que la concepción en la
mujer con la implantación del embrión en ella se produzca dentro del año siguiente al
fallecimiento, para no dejar latentes los derechos hereditarios.

Finalmente, en el texto del Código Civil y Comercial de la Nación aprobado por Ley Nº
26.994 se modifica el art. 563 del Proyecto de Reforma y se suprime la posibilidad de que la
persona de su consentimiento para que los embriones se transfieran a la mujer dentro del
año posterior al fallecimiento.

 
FILIACION POR NATURALEZA

Determinación de la Maternidad Matrimonial y Extramatrimonial

La maternidad se determina de igual modo en la filiación matrimonial y en la


extramatrimonial, es una forma de determinación de pleno derecho, por efecto de la ley, no
depende de la voluntad, ni de la decisión de la mujer.

En el art 565 del CCyCN se mantiene el sistema del Código Civil derogado y se dice que en
la filiación por naturaleza la maternidad se establece con la prueba del nacimiento y la
identidad del nacido. La inscripción debe realizarse a petición de quien presenta un
certificado del médico, obstétrica o agente de salud si corresponde, que atendió el parto de
la mujer a quien se atribuye la maternidad del nacido. Esta inscripción debe ser notificada a
la madre, excepto que sea ella quien la solicita o que quién denuncia el nacimiento sea su
cónyuge. Si se carece del certificado mencionado, la inscripción de la maternidad por
naturaleza debe realizarse según las disposiciones del Registro de Estado Civil y Capacidad
de las Personas.

Si bien se mantiene el sistema legal de determinación de la maternidad matrimonial y


extramatrimonial en la filiación por naturaleza, basado en la prueba del nacimiento y la
identidad del nacido; del vigente art 565 surgen dos diferencias: 1) que ha sido suprimida la
ficha de identificación del recién nacido, agregado incorporado por la Ley Nº 24.540 de
Régimen de identificación de los recién nacidos (publicada el 22/09/95) en el art. 242 del
Código Civil derogado. Además, la Ley Nº 26.413 (publicada el 06/10/08), que regula el
funcionamiento del Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas, en su art. 33
legisla los requisitos del certificado médico; 2) se prevé el supuesto del nacimiento ocurrido
fuera de un establecimiento médico, remitiendo a las “disposiciones contenidas en los
ordenamientos relativos al Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas”,
garantizándose así una rápida inscripción. Para este supuesto, la Ley Nacional Nº 26.413
prevé en el art. 32 inc. c) que el nacimiento se acreditará con el certificado médico emitido
por un establecimiento público con determinación de edad presunta y sexo, un certificado
médico del estado puerperal de la madre, y la declaración de dos testigos que prueben el
lugar de nacimiento, el estado de gravidez y el haber visto con vida al recién nacido.

Todo expuesto resulta de aplicación para la determinación de la maternidad en la filiación


por naturaleza y en la filiación por TRHA.

Determinación de la filiación matrimonial

El Código Civil y Comercial de la Nación mantiene el sistema del Código Civil derogado,
consistente en la aplicación de presunciones legales, derivadas del acto jurídico familiar
matrimonio para la determinación de la filiación matrimonial: Si el niño nace de una mujer
casada, por imperio de la ley, tiene un doble vínculo legal: con la persona que dio a luz y
con el cónyuge de esa persona, sea de igual sexo o de diverso sexo (la presunción se aplica
tanto al cónyuge hombre, como a la cónyuge mujer, de la persona que dio a luz). Si el niño
ha nacido por el uso de TRHA, la presunción legal solo regirá si el o la cónyuge prestó
previamente el consentimiento informado.

El art. 566 del CCyCN establece que “Excepto prueba en contrario, se presumen hijos del o
la cónyuge, los nacidos después de la celebración del matrimonio y hasta los 300 días
posteriores a la interposición de la demanda de divorcio o nulidad del matrimonio, de la
separación de hecho o de la muerte.

Por aplicación del principio de igualdad y de no discriminación según la orientación sexual,


la determinación de la filiación matrimonial comprende al integrado por parejas de igual o
de diverso sexo, por eso, a partir de la vigencia del Código Civil y Comercial de la Nación se
la denomina Filiación Matrimonial, en lugar de Paternidad Matrimonial.

En el Código Civil derogado se trataba de presunciones legales de paternidad matrimonial


(porque sólo se regulaba el matrimonio heterosexual) y ahora, son presunciones legales de
filiación matrimonial. La presunción legal que en el sistema legal derogado se expresaba
diciendo que “se tiene por padre, al esposo de la madre, en el caso de hijo nacido de mujer
casada”, queda sustituida por una presunción con terminología neutra, como lo es la
presunción legal de filiación matrimonial del cónyuge de quien da a luz, pudiendo ser este
cónyuge un hombre (padre) o una mujer (co-maternidad).

Es decir que a todo niño que nace dentro de un matrimonio se lo tiene por hijo matrimonial
y se le aplica la presunción legal de filiación al cónyuge de la madre de ese niño, con
vigencia hasta los 300 días a contar desde la interposición de la demanda de divorcio o de
nulidad de matrimonio, de la separación de hecho o del fallecimiento del cónyuge.

En el caso de la filiación derivada de las técnicas de reproducción humana asistida (TRHA),


para que opere la presunción legal de filiación del cónyuge de quien da a luz, no solo se
debe producir el alumbramiento en los plazos establecidos en la norma, sino que también
se debe haber manifestado el consentimiento formal, libre e informado, para la realización
de dichas técnicas.

Casos especiales de presunciones

El Código Civil y Comercial de la Nación mantiene la regulación de la presunción en dos


supuestos excepcionales:
1) La separación de hecho. Se plantea qué ocurre cuando, aún cesada la presunción legal
de filiación del cónyuge de quien da a luz por haber transcurrido más de 300 días de
producida la separación de hecho, el vínculo matrimonial siguió vigente.

El CCyCN regula esta cuestión en el art. 567, al establecer que el niño será matrimonial
siempre y cuando se cumpla con el siguiente requisito: que sea inscripto con el
consentimiento de ambos miembros del matrimonio. Se trata de un supuesto especial en el
que si bien ha cesado la presunción legal que establece como principio el art. 566
CCyC, cobra vigencia la expresión de la voluntad común de los cónyuges, para que el niño
sea matrimonial.

La parte final del art. 566 del CCyCN, dispone que la presunción no rige en los supuestos de
TRHA, si él o la cónyuge no prestó el consentimiento previo, informado y libre, para la
aplicación de las técnicas de TRHA.

2) Matrimonios sucesivos. Este supuesto comprende la situación de una persona casada


en segundas nupcias que da a luz a un hijo, estando aún vigente la presunción legal de
filiación matrimonial con el cónyuge del primer matrimonio (los trescientos días del plazo
de vigencia de la presunción legal en relación a ese cónyuge del primer matrimonio disuelto
o anulado). La pregunta es a cuál de los cónyuges se le aplica la presunción de filiación
matrimonial: ¿al cónyuge del primer matrimonio o al cónyuge del segundo matrimonio?).

La solución normativa está regulada en el art. 568 del CCyCN (siguiendo los plazos de


duración del embarazo previstos en el art. 20 del CCyCN, que al igual que en el art. 77 del
Código Civil derogado, los fija en un mínimo de 180 días y un máximo de 300 días) según la
siguiente presunción “iuris tantum” (admite prueba en contrario): “Si median matrimonios
sucesivos de la mujer que da a luz, se presume que el hijo nacido dentro de los trescientos
días de la disolución o anulación del primero y dentro de los ciento ochenta días de la
celebración del segundo, tiene vínculo filial con el primer cónyuge; y que el nacido dentro
de los trescientos días de la disolución o anulación del primero y después de los ciento
ochenta días de la celebración del segundo tiene vínculo filial con el segundo cónyuge”.

Prueba de la filiación matrimonial: a) por la inscripción del nacimiento en el Registro del


Estado Civil y Capacidad de la Personas y por la prueba del matrimonio; b) por sentencia
firme en juicio de filiación; c) en los supuestos de TRHA, por el consentimiento previo,
informado y libre debidamente inscripto en el Registro civil del Estado Civil y Capacidad de
las Personas.

Determinación de la filiación extramatrimonial


En el art. 570 del CCyCN, cuando la madre no es casada, se prevén tres modos de
determinación de la filiación extramatrimonial: a) reconocimiento (filiación por naturaleza);
b) consentimiento previo, informado y libre (filiación por TRHA); c) sentencia en juicio de
filiación (por naturaleza en los casos de reclamación o de manera excepcional, en los casos
de filiación por TRHA cuando exista algún conflicto derivado del consentimiento).

Reconocimiento.

En la filiación por naturaleza, el reconocimiento es el acto jurídico familiar unilateral por el


que una persona declara que otro es su hijo. Mediante este, queda determinado el vínculo
filial con otra persona con la que se tiene nexo biológico.

Caracteres del reconocimiento.

1) Irrevocable: la voluntad del reconociente no puede modificarse ni retractarse. Responde


al principio de seguridad jurídica. No impide la posibilidad de la impugnación a través de la
correspondiente acción judicial, por aplicación del principio de igualdad de las filiaciones.

2) Puro y simple: No está sujeto a modalidad. Si quien lo realiza igual establece algún tipo
de condición o modalidad, está debe tenerse por no escrita y el reconocimiento será válido.

3) Unilateral: No requiere la voluntad de la madre ni la del hijo reconocido; es suficiente la


expresión de voluntad del reconociente.

4) Declarativo: Se limita a afirmar una realidad filial preexistente, fundada en la identidad


biológica; por lo tanto, es declarativo del estado de familia y tiene efecto retroactivo al día
de la concepción del hijo.

Formas del reconocimiento.

El Código Civil y Comercial de la Nación mantiene el sistema regulado en el Código Civil


derogado, para la determinación de la paternidad, en una filiación extramatrimonial
heterosexual, y exige el acto jurídico familiar reconocimiento como causa fuente en este
tipo de filiación (simplemente porque no resulta factible la aplicación del sistema
de presunción legal, en relación a quién no tiene vínculo matrimonial con la madre del hijo).
En el art. 571 del CCyCN se prevén las formas de reconocimiento admitidas, con igual
criterio al seguido en el Código Civil derogado: a) La declaración formulada ante el oficial
del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, en oportunidad de inscribirse el
nacimiento o posteriormente; b) La declaración realizada en instrumento público o privado
debidamente reconocido; c) La disposiciones contenidas en actos de última voluntad,
aunque el reconocimiento se efectúe en forma incidental.
Se destaca que el CCyCN introduce las siguientes novedades en el campo de la filiación
extramatrimonial: a) Exigencia de notificación del reconocimiento a la madre y al hijo o a su
representante legal, con la finalidad de garantizar que ese emplazamiento guarde
concordancia con la realidad biológica, y el consiguiente ejercicio de derechos del hijo,
como efectos del vínculo de parentesco o bien, la acción de impugnación del
reconocimiento, si no hubiere nexo biológico con el reconociente (art. 572 del CCyCN); b)
Admisión expresa del reconocimiento del hijo por nacer, que queda sujeto al nacimiento
con vida (art. 574 del CCyCN); c) Pérdida de derechos hereditarios cuando se reconoce al
hijo fallecido, para quien lo formula y los demás ascendientes de su rama, excepto que haya
habido posesión de estado de hijo (art. 573 del CCyCN).

La determinación en las TRHA.

El art. 575del CCyCN prevé que en los supuestos de TRHA, la determinación de


la filiación se deriva del consentimiento previo, informado y libre. Cuando en el proceso
reproductivo se utilicen gametos de terceros, no se genera vínculo jurídico alguno con
estos, excepto a los fines de los impedimentos matrimoniales en los mismos términos que la
adopción plena.

ACCIONES DE FILIACIÓN

Consideraciones Generales

Las acciones de filiación son acciones de estado de familia en las que el objeto es el dictado
de una sentencia judicial que se pronuncie acerca del emplazamiento o el desplazamiento
del estado de hijo, de una persona humana. Es decir, las acciones de estado de familia
constituyen el género y las acciones de filiación son una de las especies (otras, por ejemplo,
son la acción de divorcio vincular, la de nulidad de matrimonio, la de alimentos, la de
régimen comunicacional, la de cuidado personal).

Caracteres:

1.- La imprescriptibilidad e irrenunciabilidad de las acciones de filiación: Se pueden ejercer


en todo tiempo, por el hijo, salvo supuestos de caducidad en el caso de los progenitores y
herederos.

2.- Inherencia personal: No pueden ser ejercidas por vía de subrogación y no se transmiten
por causa de muerte (salvo supuestos específicos)
3.- Eficacia y ejecutoriedad de la Sentencia: Oponibilidad erga omnes, tienen efecto frente a
terceros.

4.- Inalienabilidad: Está fuera del comercio.

Estas acciones comprenden supuestos de reclamación (emplazamiento) o de impugnación


(desplazamiento) en los que el nuevo estado filial se logrará por vía forzosa, es decir, a
través de un pronunciamiento judicial. Así, si la paternidad o la maternidad no están
determinadas, están previstas las acciones de reclamación de estado de filiación
matrimonial o extramatrimonial, en el art. 582 del CCyCN. En cambio, si la filiación está
determinada, es factible la promoción de acciones de impugnación del estado filiatorio
(desplazamiento), a los fines de lograr el estado de familia que corresponda (por ej., acción
de impugnación de la maternidad matrimonial, acción de impugnación del reconocimiento)

En los capítulos VI, VII y VIII del Título V del Libro Segundo del Código Civil y Comercial de
la Nación se regulan las acciones de filiación, en forma concordante con el sistema de
determinación de la filiación regulado en los capítulos anteriores. Ya analizamos la
importante reforma en lo relativo a los tipos de filiación con la incorporación de la filiación
por técnicas de reproducción humana asistida, tercer tipo de filiación en el que como la
causa- fuente es la voluntad procreacional , no es admisible la impugnación de la filiación
matrimonial o de la extramatrimonial de los hijos nacidos mediante la aplicación de TRHA,
siempre que se haya manifestado el consentimiento previo, libre e informado con dichas
técnicas, con independencia de quién haya aportado los gametos. A ello se suma que el
donante de material genético no podrá reconocer al hijo ni ejercer acción de reclamación, al
haber hecho entrega de sus gametos voluntariamente a favor de terceros; es decir, no
existirá vínculo alguno entre el donante de los gametos y el niño que haya nacido de la
aplicación de esas técnicas, salvo los impedimentos matrimoniales.

Además, en el CCyCN se introducen modificaciones en institutos severamente cuestionados


por la doctrina y jurisprudencia precedentes, tales como los legitimados para el ejercicio de
las acciones, los plazos de caducidad y contingencias del procedimiento de filiación
(competencia, alimentos provisorios, efectos de la incomparecencia o renuencia del
demandado en las pruebas genéticas, etc.)

DISPOSICIONES GENERALES QUE RIGEN LAS ACCIONES DE FILIACIÓN

En el capítulo 6 del Título V del Libro II del CCyCN, se regulan las disposiciones generales
que rigen las acciones de filiación que, salvo algunas reformas, ya se preveían en el Código
Civil derogado, a saber:
A) La imprescriptibilidad e irrenunciabilidad de las acciones de filiación, pero no así de los
derechos patrimoniales derivados del estado de familia (art. 576 del CCyCN).

B) Inadmisibilidad de acciones de filiación de los hijos nacidos de TRHA: El art. 577 del
CCyCN establece que "No es admisible la impugnación de la filiación matrimonial o
extramatrimonial de los hijos nacidos mediante el uso de técnicas de reproducción humana
asistida cuando haya mediado consentimiento previo, informado y libre a dichas técnicas,
de conformidad con este Código y la ley especial, con independencia de quién haya
aportado los gametos. No es admisible el reconocimiento ni el ejercicio de acción de
filiación o de reclamo alguno de vínculo filial respecto de éste". La causa fuente del vínculo
de filiación así determinado no es el nexo biológico, ya que este puede existir o no existir en
relación a alguno de los miembros de la pareja parental, para pasar a ser el consentimiento
previo, informado y libre. Se es padre, no por el aporte del material genético, sino por la
decisión y elección de serlo (voluntad procreacional prevista en el art. 562 del CCyCN). En
virtud de ello, las acciones de impugnación de la filiación de los hijos nacidos mediante el
uso de dichas técnicas, tienen sus propias reglas, dado que no se basan en la existencia o
inexistencia del vínculo biológico, sino en la ausencia del consentimiento previo, libre e
informado.

C) La regla del doble vínculo filial, por la que, si se reclama una filiación que importa dejar
sin efecto una anteriormente establecida, debe previa o simultáneamente, ejercerse la
correspondiente acción de impugnación (arts. 252 del Código Civil derogado y 578 del
CCyCN). La diferencia entre uno y otro cuerpo normativo es que antes se hacía referencia a
la imposibilidad de tener dos madres o dos padres, mientras que en el nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, se neutralizan los conceptos al hablarse de “doble vínculo filial”,
superándose el histórico binomio maternidad/paternidad. La regla consiste en que ninguna
persona podrá tener más de dos progenitores al mismo tiempo.

D) La flexibilidad en la admisión de todo tipo de pruebas, con regulación específica de la


prueba genética (arts. 253 del Código Civil derogado y 579 del CCyCN).

Entre los diversos medios de prueba que se pueden ofrecer y producir en el juicio de
filiación se encuentra la prueba documental (cartas, fotografías, estudios médicos, etc.); la
absolución de posiciones de las partes; la prueba testimonial (para la acreditación del
vínculo de los progenitores en la etapa de concepción del hijo, la posesión de estado de
hijo, etc.).

 
Ahora bien, en las acciones de filiación, el avance de la ciencia médica ha llevado a que la
prueba biológica consistente en el estudio genético de ADN constituya “la prueba de las
pruebas” en los juicios de filiación y prácticamente es definitoria en el dictado de la
sentencia, siempre que el juez/a cuente con una pericia producida con la aplicación de
todas las reglas técnico-científicas y los controles de seguridad. Esto porque los avances
producidos por la ciencia médica en la biología molecular han llevado a que los resultados
en esta prueba científica, alcanzan prácticamente un grado de certeza en un 99,9999% de
probabilidad de existencia del vínculo biológico.

En relación a estas pruebas, en el CCyCN se sigue un sistema de regulación específica y


diferenciada para la prueba genética y se la ubica en un lugar predominante en relación a
los otros medios probatorios, pero no excluyente. Esto último, porque podrían plantearse
situaciones en las que no resultare necesario el ofrecimiento del estudio de ADN, porque la
acción de reclamación de filiación extramatrimonial se basa en la posesión de estado de hijo
(la que equivale al reconocimiento, conforme el art. 584 del CCyCN); o que en una acción de
reclamación de la filiación extramatrimonial se produzca prueba confesional del demandado
(que también equivale a un reconocimiento); o que se invocara y acreditara la convivencia
de la madre con el presunto progenitor en la época de la concepción del hijo. No obstante
ello, en la mayoría de los procesos judiciales, se ofrece la producción de la prueba genética
de ADN, a pesar de que se haya planteado la posesión de estado de hijo o la convivencia
del presunto progenitor con la madre del hijo en la etapa de la concepción; a lo que se
suma que el juez puede ordenar de oficio la producción de la pericial genética.

Se regulan pormenorizadamente las diversas posibilidades con las que se cuenta para la
producción de la prueba genética, ante la imposibilidad de efectuar el estudio directamente
al demandado y además, se incorpora la interpretación de la negativa, la renuencia o la
incomparecencia, a la extracción de muestras biológicas (hisopado bucal) para el estudio
genético, tanto si proviene del presunto progenitor demandado, como de sus parientes
llamados en segundo término; como un indicio contrario a la posición asumida,
agregándole el calificativo de “grave” a dicho indicio, a diferencia del derogado art. 4 de la
Ley Nº 23.511 de Creación del Banco Nacional de Datos Genéticos.

El art. 579 del CCyCN prevé el valor que debe asignarse a la negativa del demandado a
someterse a la prueba genética, cuestión en la que la doctrina sostiene diferentes posturas:
a) Quienes consideran que dicho indicio tiene un carácter complementario de otras pruebas
para formar la convicción del juez (solución legal del derogado art. 4 de la Ley Nº 23.511 de
Creación del Banco Nacional de Datos Genéticos); b) Quienes consideran que tiene el efecto
de presunción en contra del renuente, que hace presumir su paternidad (posición
mayoritaria en la doctrina y jurisprudencia)

Los arts. 579 y 580 del CCyCN contemplan dos situaciones: a) Promoción de la acción de
filiación en contra de una persona viva, o b) Continuación o promoción de la acción en
contra de los herederos del presunto progenitor fallecido.

En relación a la primera cuestión, el art. 579 del CCyCN prevé que la realización de la prueba
con material genético de los parientes por naturaleza del demandado, hasta el segundo
grado, se puede efectuar solo en el supuesto en que la prueba genética sobre el presunto
progenitor (demandado) fuere imposible.

En relación a la segunda cuestión, la norma vigente resuelve la discusión doctrinaria ante el


silencio legal en el Código Civil derogado, en torno a dos bienes jurídicos en tensión: El
derecho a la identidad del hijo accionante y el derecho a la preservación de la intimidad, de
la memoria y del honor de una persona fallecida, a favor del primero de los derechos.

Entonces, ante la imposibilidad de la toma directa de la muestra genética, por el


fallecimiento del presunto progenitor, el art. 580 del CCyCN prevé el aporte del material
para la prueba, por los dos progenitores naturales del presunto padre fallecido y sólo ante
la negativa o imposibilidad de uno de ellos, se puede autorizar la exhumación del cadáver.

Es decir, se reconoce la opción del magistrado para decidir decretar la prueba sobre los
progenitores naturales del demandado fallecido, o bien la exhumación del cadáver. Sin
dudas, la extracción de muestra genética por vía de exhumación del cadáver, se efectuará
cuando el estado de los restos cadavéricos lo permitan, mientras que en caso contrario
(cremación, descomposición avanzada de los restos) corresponderá decretar la prueba
genética sobre material de los progenitores del demandado.

 
Aun cuando el CCyC no prevé los efectos de la negativa de los parientes a la realización de
la prueba, por analogía cabe aplicarles el mismo efecto previsto para el caso en que el
demandado hubiere estado vivo y se hubiese negado a la extracción de muestras o no
hubiere concurrido para dicha extracción: como un indicio grave, ya que la muerte del
presunto padre no debería empeorar la situación de quien promueve la acción de filiación.

E) Competencia: El artículo 581 del CCyCN, regula la competencia del juez para el supuesto
en el que el actor es una persona menor de edad o con capacidad restringida, con una
doble opción: a) El juez del lugar donde el actor tiene su centro de vida, o b) El juez del
domicilio del demandado; a elección del actor.

El concepto de "centro de vida" ha sido definido por la ley Nacional Nº 26.061 de


Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes, en su art 3º, al definir el interés superior
del niño como la máxima satisfacción, integral y simultánea de los derechos y garantías
reconocidos en la ley, requiere el respeto por su "centro de vida". Y luego define a este
último como "el lugar donde las niñas, niños y adolescentes hubiesen transcurrido en
condiciones legítimas la mayor parte de su existencia."

La regla de competencia establecida en el artículo 581, se hace extensiva a las personas con
capacidad restringida de acuerdo a la clasificación que efectúa el artículo 32 del CCyCN.

La experiencia judicial da cuenta de que las acciones de filiación que se promueven a favor
de niños, adolescentes, de personas incapaces o con capacidad restringida, se inician ante el
juez competente del domicilio que constituye el centro de vida de estas personas, porque
es el que por aplicación del principio de inmediatez, garantiza la mayor protección de estas
personas en estado de vulnerabilidad.

Si el actor es mayor de edad y capaz, la acción de filiación la deberá promover ante el juez
del domicilio del demandado.

ACCIONES DE FILIACIÓN
 

ACCIONES DE ESTADO DE FAMILIA


ACCIONES DE FILIACIÓN
A) DE RECLAMACIÓN DE B) DE IMPUGNACIÓN DE FILIACIÓN
FILIACIÓN:
1- MATRIMONIAL 1- DE MATERNIDAD MATRIMONIAL Y
EXTRAMATRIMONIAL (Art. 588 CCyCN)
(Art. 582 CCyCN):

Contra ambos cónyuges


conjuntamente

 
  2- DE LA FILIACIÓN PRESUMIDA POR LA LEY

(Arts. 589/590 CCyCN)


2- EXTRAMATRIMONIAL 3- DE NEGACIÓN DE FILIACIÓN PRESUMIDA POR LA LEY

(Art. 582 CCyCN): (Art. 591 CCyCN)

Contra quien/es considere sus


progenitores
  4- PREVENTIVA DE LA FILIACIÓN PRESUMIDA POR LA LEY

(Art. 592 CCyCN)


  5- DEL RECONOCIMIENTO (Art. 593 CCyCN)
 

Previo al desarrollo de las acciones de filiación resulta conveniente la reiteración del


principio previsto por el art 577 del CCyCN , que dice "No es admisible la impugnación de la
filiación matrimonial o extramatrimonial de los hijos nacidos mediante el uso de técnicas de
reproducción humana asistida cuando haya mediado consentimiento previo, informado y
libre a dichas técnicas, de conformidad con este Código y la ley especial, con independencia
de quién haya aportado los gametos. No es admisible el reconocimiento ni el ejercicio de
acción de filiación o de reclamo alguno de vínculo filial respecto de éste".
 

Como ya se dijo, la causa fuente del vínculo de filiación por técnicas de reproducción
humana asistida no es el nexo biológico, ya que este puede existir o no existir en relación a
alguno de los miembros de la pareja parental, para pasar a ser el consentimiento previo,
informado y libre. (voluntad procreacional prevista en el art. 562 del CCyCN).

Por ello, aquí se sintetiza que en todas las acciones de filiación, el sistema legal seguido por
el CCyCN es la reiteración en la parte final del respectivo artículo de la siguiente regla: “Esta
disposición no se aplica en los supuestos de la aplicación de técnicas de reproducción
humana asistida cuando haya mediado consentimiento previo, informado y libre, con
independencia de quienes hayan aportado los gametos”.

A) ACCIONES DE RECLAMACION DE LA FILIACION:

Acción de reclamación de filiación matrimonial y de filiación extramatrimonial (art. 582


del CCyCN)

En el Capítulo 7 del Título V Libro Segundo del CCyCN, se regulan las acciones de
reclamación de filiación matrimonial y extramatrimonial, las que, según se dijo, tienen por
objeto el emplazamiento en el estado de hijo, cuando el vínculo de filiación no ha sido
determinado por alguna de las formas previstas en los capítulos 3, 4 y 5 de igual Título.

El objeto de prueba es la existencia del vínculo biológico invocado.

La legitimación activa para la promoción de la acción se confiere al hijo y sus herederos. El


hijo tiene la acción en todo tiempo, mientras que sus herederos pueden continuarla en caso
de que el hijo fallezca durante el proceso o iniciarla en los casos en que fallezca en la menor
edad o siendo incapaz o antes de transcurrir un año (el Código Civil derogado preveía el
plazo de dos años) computado desde que alcanzó la mayor edad o la plena capacidad, o
durante el primer año (el Código Civil derogado preveía hasta el segundo año) siguiente al
descubrimiento de las pruebas en que se haya de fundar la demanda. En este último
supuesto, la acción corresponde a sus herederos por todo el tiempo que falte para
completar dichos plazos.

En cuanto a la legitimación pasiva, la acción debe dirigirse contra los progenitores. Si la


filiación es matrimonial debe demandarse a ambos cónyuges como un litisconsorcio pasivo
necesario, ya que, si la madre es una persona casada, cobra vigencia la presunción de
filiación en relación a su cónyuge, por lo que éste último debe tener intervención en un
juicio en el que la sentencia que se dicte producirá efecto en relación a su persona.

En caso de fallecimiento del sujeto pasivo de la acción, la normativa vigente con


terminología precisa, prevé que debe entablarse contra sus herederos.

El Código Civil y Comercial de la Nación mantiene dos soluciones legales presentes en el


Código Civil derogado, para el caso de reclamación de la filiación extramatrimonial:
A) Posesión de estado: En tal sentido, el art. 584 reconoce a la posesión de estado de hijo,
debidamente acreditada en juicio, el valor del reconocimiento, siempre que no sea
desvirtuada por prueba en contrario sobre el nexo genético. Se trata de una situación de
hecho que, acreditada con prueba fehaciente sobre el trato de padre-hijo, desplaza a la
prueba genética (por ej. en el caso de la acción de negación de filiación presumida por la
ley); y B) Convivencia en época de la concepción: El art. 585 del CCyCN dispone que "La
convivencia de la madre durante la concepción hace presumir el vínculo filial a favor de su
conviviente, excepto oposición fundada". Tal convivencia constituye un hecho objeto de
prueba en la acción de reclamación de la filiación extramatrimonial, que podrá acreditarse
con la registración de la unión convivencial en los términos del art. 511 del CCyCN o bien,
por cualquier medio de prueba. Acreditada la convivencia en el período previsto por
aquella, será elemento suficiente para conformar la presunción de paternidad del
conviviente de la madre en la época de la concepción del hijo, sin que sean necesarias otras
probanzas; a menos que el pretenso progenitor demandado se oponga y demuestre la
inexistencia de la unión convivencial en esa etapa u ofrezca prueba genética para la
comprobación de la inexistencia del vínculo biológico invocado por el demandante.

B) ACCIONES DE IMPUGNACION DE FILIACIÓN

1- Acción de impugnación de maternidad matrimonial y extramatrimonial (Art. 588 del


CCyCN)

El art. 588 del CCyCN prescribe “En los supuestos de determinación de la maternidad de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 565, el vínculo filial puede ser impugnado por
no ser la mujer la madre del hijo que pasa por suyo. Esta acción e impugnación puede ser
interpuesta por el hijo, la madre, el o la cónyuge y todo tercero que invoque un interés
legítimo. La acción caduca si transcurre un año desde la inscripción del nacimiento o desde
que se conoció la sustitución o incertidumbre sobre la identidad del hijo. El hijo puede
iniciar la acción en cualquier tiempo. En los supuestos de filiación por técnicas de
reproducción humana asistida, la falta de vinculo genético no puede invocarse para
impugnar la maternidad, si ha mediado consentimiento previo, informado y libre”.

Esta acción tiene por objeto el desplazamiento o impugnación del vínculo materno filial por
naturaleza, matrimonial o extramatrimonial (según las formas de determinación de ese tipo
de filiación), en el supuesto de hecho en el que la mujer no es la madre del hijo que pasa
por suyo.

Legitimación activa: En el sistema legal vigente rige el principio de flexibilización, dado que
se eliminan las diferencias reguladas en el tema por el art. 262 del Código Civil derogado,
que decía: “La maternidad podrá ser impugnada en todo tiempo por el marido o sus
herederos, por el hijo y por todo tercero que invoque un interés legítimo. La mujer podrá
ejercer la acción cuando alegue sustitución o incertidumbre acerca de la identidad del hijo”.
Es decir que en el régimen anterior estaban limitados los casos en los que la madre podía
ejercer la acción: Cuando invocara sustitución o incertidumbre acerca de la identidad del
hijo, quedando excluida la posibilidad de promoción de la acción en el caso de suposición
de parto. La razón legal de esta restricción, apuntaba a evitar que la mujer cómplice de la
maniobra dolosa por la que se le atribuye falazmente la maternidad (con la consiguiente
sustitución del estado civil del hijo), pudiera luego invocar esta conducta para el
desplazamiento de la maternidad determinada por vía legal.

Actualmente, queda suprimida toda diferenciación de situaciones y se aplica un criterio


legal amplio de legitimación activa, por el que están facultados para la promoción de la
acción de impugnación de la maternidad matrimonial o extramatrimonial, el hijo, la madre,
el o la cónyuge y todo tercero que invoque un interés legítimo.

La prueba en este caso, apunta a la acreditación de la inexistencia del nexo biológico entre
madre e hijo.

A diferencia del art. 262 del Código Civil derogado, en el que nada se establecía sobre plazo
de caducidad; en el texto vigente (art. 588 CCyCN) se prevé el de un año a computar desde
la inscripción del nacimiento o desde que se conoce la sustitución o incertidumbre sobre la
identidad del hijo.

En relación al hijo, rige el principio de imprescriptibilidad para el ejercicio de la acción; es


decir que puede promoverla en cualquier tiempo.

2- Impugnación de la filiación presumida por la ley (Arts. 589/590 del CCyCN)


El art. 589 del CCyCN regula la acción de impugnación de la presunción de filiación
matrimonial, derivada del sistema de determinación de filiación matrimonial regulado en el
art. 566 del CCyCN.

El art. 589 dice: “El o la cónyuge de quien da a luz puede impugnar el vínculo filial de los
hijos nacidos durante el matrimonio o dentro de los trescientos días siguientes a la
interposición de la demanda de divorcio o nulidad, de la separación de hecho o de la
muerte, mediante la alegación de no poder ser el progenitor, o que la filiación presumida
por la ley no debe ser razonablemente mantenida de conformidad con las pruebas que la
contradicen o en el interés del niño. Para acreditar esa circunstancia puede valerse de todo
medio de prueba, pero no es suficiente la sola declaración de quien dio a luz. Esta
disposición no se aplica en los supuestos de técnicas de reproducción humana asistida
cuando haya mediado consentimiento previo, informado y libre, con independencia de
quienes hayan aportado los gametos”.

Esta acción, también llamada de impugnación rigurosa, tiene por objeto el desplazamiento
de la filiación matrimonial por naturaleza del o la cónyuge de la madre, al que, por estar
unido en matrimonio con esta, se le aplica el sistema de presunción legal para la
determinación de la filiación.

A diferencia del art. 258 del Código Civil derogado, en la norma vigente no se exige que se
acredite “previamente la verosimilitud de los hechos en que se funda”, requisito que ya
había sido criticado por la doctrina, al resultar una exigencia irrazonable y
desproporcionada, ante el derecho de identidad que está en juego en esta acción.

El objeto de prueba de la demanda es la inexistencia del vínculo biológico presumido por


ley, con la aplicación del principio de flexibilidad y amplitud de medios probatorios de
ofrecimiento, con la expresa limitación de que no será suficiente la sola declaración de
quien dio a luz.

En lo relativo a la legitimación activa para el ejercicio de la acción, el art. 590 del CCyCN
supera la discusión doctrinaria y jurisprudencial en el tema. El art. 259 del Código Civil
derogado establecía que la acción podía ser ejercida por el marido, sus herederos y por el
hijo. En el art. 590 del CCyCN, se adecua la terminología y en lugar de “marido” se dice
“cónyuge”, y se amplía el elenco de legitimados para el ejercicio de la acción, dado que los
herederos habilitados no son sólo los del cónyuge, sino los de todos los sujetos legitimados
en forma originaria, y, además, se incorpora a la madre y a cualquier tercero que invoque un
interés legítimo.

La incorporación en el texto normativo de la madre y del tercero con interés legítimo, son el
resultado de toda una evolución doctrinario jurisprudencial, desde una visión constitucional
del derecho de familia.
En cuanto a la caducidad del derecho de ejercer la acción de impugnación, el art. 590 del
CCyCN distingue entre el hijo y los demás legitimados. Así, el hijo puede impugnar su
filiación en cualquier tiempo, pero para los demás la acción está sujeta al plazo de
caducidad de un año contado desde la inscripción del nacimiento o desde que se tuvo
conocimiento de que el niño podría no ser hijo de quien la ley lo presume.

El plazo de un año, a computar desde la inscripción del nacimiento del hijo, estaba previsto
en el art. 259 del Código Civil derogado, con la salvedad de que el marido probara que no
tuvo conocimiento del parto, en cuyo caso, se preveía que el término se computara desde el
día en que lo supo.

En la redacción vigente, el plazo de caducidad comienza a correr desde la inscripción del


nacimiento y se incluye el supuesto “desde que se tuvo conocimiento de que el niño podría
no ser hijo de quien la ley lo presume”

La reforma introducida en este ítem es relevante, ya que la posibilidad de iniciación de la


acción de impugnación se vincula con el descubrimiento de la imposibilidad o de la
inexistencia del nexo biológico. Los herederos de todos los legitimados activos pueden
impugnar la filiación si el fallecimiento se produce antes de que se cumpla el término de
caducidad de un año y la acción caduca una vez cumplido el plazo que comenzó a correr en
vida del legitimado activo.

3- Acción de negación de filiación presumida por la ley (Art. 591 CCyCN)

La acción de negación de la filiación presumida por la ley, también llamada simplemente


negatoria o de desconocimiento simple, se encuentra regulada en el art. 591 del CCyCN,
siguiendo una técnica legislativa semejante a la del art. 260 del Código Civil derogado. El
art. 591 dice: “El o la cónyuge de la mujer que da a luz puede negar judicialmente el vínculo
filial del hijo nacido dentro de los ciento ochenta días siguientes a la celebración del
matrimonio. La acción caduca si transcurre un año desde la inscripción del nacimiento o
desde que se tuvo conocimiento de que el niño podría no ser hijo de quien la ley lo
presume. Si se prueba que el o la cónyuge tenía conocimiento del embarazo de su mujer al
tiempo de la celebración del matrimonio o hubo posesión de estado de hijo, la negación
debe ser desestimada. Queda a salvo, en todo caso, la acción de impugnación de la filiación
que autorizan los artículos anteriores. Esta disposición no se aplica en los supuestos de
técnicas de reproducción humana asistida cuando haya mediado consentimiento previo,
informado y libre, con independencia de quienes hayan aportado los gametos”

El objeto de esta acción es la inaplicabilidad de la presunción de filiación regulada en el art.


566 del CCyCN, en el supuesto en que el hijo nace dentro de los ciento ochenta días
siguientes a la celebración del matrimonio, lo que permite presumir que la concepción se
originó antes de ese momento (se toma el plazo mínimo del embarazo, regulado en el art.
20 del CCyCN). El objeto de prueba de la acción consiste en la acreditación de la fecha del
parto y la del matrimonio, sin que resulte necesaria la prueba sobre la inexistencia del
vínculo biológico. Es decir que, en esta acción la prueba es documental: Acta de nacimiento
del hijo y acta de matrimonio de los progenitores.

La legitimación activa solo está prevista a favor de la o el cónyuge de la madre, quedando


excluidos sus herederos, el propio hijo, la madre y terceros. Se mantiene la previsión del
Código Civil derogado en lo relativo a defensas a favor de la madre y del hijo. Así, la acción
no prosperará si se prueba que el o la cónyuge tenía conocimiento del embarazo de su
mujer al tiempo de la celebración del matrimonio o que hubo posesión de estado de hijo.
En este caso, el o la cónyuge vencido en el juicio, tiene el derecho de ejercitar la acción de
impugnación de la filiación matrimonial, prevista en los arts. 589 y 590 del CCyCN
(impugnación rigurosa).

La acción caduca si transcurre un año desde la inscripción del nacimiento o desde que se
tuvo conocimiento que el niño podría no ser hijo de quien la ley lo presume, en
concordancia con el supuesto de caducidad regulado en el art. 590 del CCyCN. La redacción
de la norma vigente, mejora la del 260 del Código Civil derogado, que también establecía el
plazo de un año, pero no precisaba desde cuándo se debía computar dicho plazo.

4- Impugnación preventiva de la filiación presumida por la ley (Art. 592 CCyCN)

La acción de impugnación preventiva de la filiación presumida por la ley, regulada en el art.


592 del CCyCN, ya estaba comprendida en el párrafo final del art. 258 del Código Civil
derogado, con una regulación semejante a la prevista en el Código vigente. El art. 592 dice:
“Aun antes del nacimiento del hijo, el o la cónyuge pueden impugnar preventivamente la
filiación de la persona por nacer. Esta acción puede ser ejercida, además, por la madre y por
cualquier tercero que invoque un interés legítimo. La inscripción del nacimiento posterior
no hace presumir la filiación del cónyuge de quien da a luz si la acción es acogida. Esta
disposición no se aplica en los supuestos de técnicas de reproducción humana asistida
cuando haya mediado consentimiento previo, informado y libre, con independencia de
quienes hayan aportado los gametos”.

El objeto de la acción es la inaplicabilidad al niño que nazca, de la presunción de filiación


matrimonial prevista en el art. 566 del CCyCN, por lo que ineludiblemente debe
interponerse en el transcurso del embarazo, fundada en iguales razones que las previstas
para la procedencia de la acción de impugnación rigurosa.
En lo relativo a la legitimación activa, también se aplica el principio de amplitud y a
diferencia de la redacción anterior, en la que solo tenían legitimación activa el marido y sus
herederos, en el art. 592 del CCyCN, además de los mencionados, están previstos el hijo, la
madre, sus herederos y cualquier otro que invoque un interés legítimo.

Si bien no está previsto un plazo de caducidad, de la propia norma se infiere que lo es el


nacimiento del hijo, dado que este hecho determina la filiación matrimonial y consiguiente
vigencia de la presunción legal.

5- Impugnación del reconocimiento (Art. 593 CCyCN)

Esta acción tiene por objeto el desplazamiento de la filiación extramatrimonial determinada


por el reconocimiento del hijo, por la inexistencia del nexo biológico.

En lo relativo a los legitimados activos, se sigue igual técnica legislativa del art. 263 del
Código Civil derogado, por la que pueden promover la acción, el hijo y cualquier tercero
que invoque un interés legítimo.

La acción no puede ser promovida por el reconociente, por la irrevocabilidad del acto
jurídico del reconocimiento, prevista por el art. 573 del CCyCN y por aplicación del efecto
jurídico de los actos propios. En este caso, el reconociente puede iniciar la acción de nulidad
del reconocimiento, fundado en la existencia de vicios de la voluntad u otras causas que
comprometen la validez del acto de reconocimiento, en los términos del régimen general
de validez y de nulidad de los actos jurídicos regulados por el Código Civil y Comercial de la
Nación.

En cuanto a la caducidad de la acción, los terceros tienen el plazo de un año desde que han
conocido el acto de reconocimiento o desde que se tuvo conocimiento que el niño podría
no ser el hijo (en el art. 263 del Código Civil derogado, se establecía que la acción caducaba
dentro de los dos años de haber conocido el acto de reconocimiento).

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