Derecho Civil II Apunte
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Derecho Civil II
10.08
Las cosas
Concepto material
Cosa es todo aquello que ocupa un lugar en el espacio. Este concepto material de cosa, no puede aplicarse al
derecho por tanto las personas no son una cosa, y también ocupan un lugar en el espacio.
Concepto inmaterial
Cosa es todo lo que no sea una persona. Concepto que, a pesar de ser correcto, no señala que son las cosas
sino aquello que no son las cosas.
Concepto patrimonial
Cosas son todas aquellas que son posible de avaluarse pecuniariamente, lo que no es del todo correcto,
debido a que existen cosas que están fuera del comercio humano y no son avaluables pecuniariamente, tal
como la vida.
Concepción amplia
Una cosa es todo aquello que tiene una existencia material o que puede ser captado por el intelecto,
excluidas las personas. No se puede incluir en esta concepción la propiedad intelectual, energías, los
órganos, etc., por lo cual queda corta para establecer todo aquello que es una cosa.
La noción de cosa va más allá de la existencia material o de aquello que puede ser captado por el intelecto.
Cosas y bienes
Si se acude al derecho romano, no existía diferencia alguna entre cosas y bienes, utilizándose
indistintamente los vocablos bienes y cosas. En la lengua castellana tampoco se advierte una diferencia, ya
que ambas se refieren a lo mismo.
Hoy en día la doctrina sugiere que sí existiría una diferencia la cual radica en la amplitud del concepto cosa.
Según esta opinión el género serían las cosas, y una especie, sino la más importante, serían los bienes. Los
bienes son una especie de cosa. Aun cuando esto es correcto, no apareja una consecuencia práctica,
quedando pendiente qué se entiende por bienes.
Los bienes se definen a partir de la idea de cosa, ya que estos son aquellas cosas que prestan utilidad al
hombre y que son susceptibles de apropiación. Para el código civil y según su ART 586, no existen
diferencias entre bienes y cosas, y de tal manera, según el código los bienes consisten en cosas.
Clasificación de cosas
1) Corporales e incorporales (ART 1565 CC)
Los bienes consisten en cosas corporales o incorporales. Corporales son las que tienen un ser real y que
pueden ser percibidas por los sentidos. Ej. Una cosa o un living.
Son cosas incorporales, las que consisten en meros derechos. Las cosas incorporales son derechos reales o
personales (ART 576 CC). Ej. Los créditos y las servidumbres activas.
El criterio de distinción que realiza el legislador es la de una existencia y percepción sensorial, sin perjuicio
de que, respecto de las cosas incorporales, el legislador les repute siempre derechos.
Vidal/Peña Antonia Morales
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Cosas incorporales (ART 576-581 CC)
Corresponden a meros derechos.
El legislador se refiere a las cosas incorporales en distintos textos legales, regulándose así en el ART 19
CPR, al señalar que existe un derecho de propiedad tanto en bienes corporales como incorporales. En el
ART 583 CC, se reconoce que sobre las cosas incorporales existe una especie de propiedad con ciertas
limitaciones.
En el ámbito del derecho público, podemos decir que se asegura la propiedad y se reconoce el derecho de
dominio sobre todos los derechos, sin embargo, desde un punto de vista del CC, y por consiguiente, dese el
derecho civil, podemos señalar que se hace una diferencia entre cosas incorporales patrimoniales y
extrapatrimoniales, donde con respecto a las cosas incorporales extrapatrimoniales se establece que no existe
propiedad sobre ellas, debido a que no se puede avaluar pecuniariamente y/o son intransferibles, sin
embargo, se puede ser titular de estas.
A pesar de esto, la jurisprudencia ha aplicado una noción amplia, reconociendo la propiedad en sentido
amplio, ya que logra extender la protección de estos derechos extrapatrimoniales frente al legislador o la
administración del estado por la arbitrariedad o ilegalidades de los actos. De tal forma, los tribunales han
indicado en numerosos fallos que respecto de los derechos extrapatrimoniales sí habría propiedad.
Las cosas incorporales pueden ser reales y personales.
A) Derechos reales (ART 577 CC)
ART 577.”Derecho real es el que tenemos sobre una cosa sin respecto a determinada persona. Son
derechos reales el de dominio, el de herencia, los de usufructo, uso o habitación, los de servidumbres
activas, el de prenda y el de hipoteca. De estos derechos nacen las acciones reales”.
Un derecho real es aquel que se tiene erga omnes sin respecto a una determinada persona, por lo cual el
derecho recae en la cosa. De los derechos reales subyace la acción real, poder de persecución de la cosa,
cualquiera sea quien la posea, cuando se es dueño, pero no poseedor.
El Código define el derecho real adoptando un concepto que es considerado el clásico (ART 577 CC). Se
concibe como una relación persona-cosa, inmediata y absoluta, un derecho en la cosa (ius in re). Puede
entenderse como un “poder o señorío” que tiene un sujeto sobre una cosa. Cuando ese poder es completo,
total, se está en presencia del derecho real máximo, el dominio; pero puede ser parcial, incompleto, lo que
acontece en los demás derechos reales (usufructo, prenda, hipoteca).
En esta esfera no hablamos de acreedor y deudor, sino que titular y objeto del derecho, cosa.
Tipos de derechos reales
I) Dominio (ART 582 CC)
El dominio es un derecho real en una cosa corporal, que permite usar, gozar y disponer de ella
arbitrariamente, esto debido a que el dueño de algo tiene las mayores facultades sobre su propiedad, lo que a
su vez no debe ser contra la ley o contra derecho ajeno. La propiedad separada del goce de la cosa, se llama
mera o nuda propiedad.
II) Derecho real de herencia
El derecho real de herencia es aquel derecho que recae sobre la universalidad de los bienes de una persona
difunta, o que recae sobre una cuota de dicha universalidad. La herencia lo es todo, en términos en que la
persona al fallecer transmite todos sus bienes a sus herederos, quienes le suceden en dichos bienes. Los
bienes se entienden en su sentido más amplio, debido a que la herencia contiene todos los derechos y
obligaciones trasmisibles, incluyendo de esta forma las deudas. El derecho real de herencia puede aceptarse
o repudiarse, y de mediar la aceptación, la forma de adquirir que media es la sucesión por causa de muerte.
Vidal/Peña Antonia Morales
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III) Derecho real de usufructo
El derecho real de usufructo es la facultad de gozar de una cosa con cargo a conservar su forma y sustancia,
y de restituirla a su dueño si la cosa no es fungible.
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IV) Propiedad fiduciaria
Se trata de un supuesto en el que la propiedad está sujeta al gravamen de pasar a otra persona en virtud de
cumplirse una condición. No goza del carácter perpetuo de los derechos reales, debe consolidarse la
condición dentro de un plazo. El gravamen consiste en que se cumpla la condición para dejar de ser dueño.
Es la eventualidad de que pase la condición, es decir, el tercero, espera que se cumpla la condición para
adquirir la propiedad.
ART 733 CC. “Se llama propiedad fiduciaria la que está sujeta al gravamen de pasar a otra persona, por
el hecho de verificarse una condición. La constitución de la propiedad fiduciaria se llama fideicomiso. Este
nombre se da también a la cosa constituida en propiedad fiduciaria. La translación de la propiedad a la
persona en cuyo favor se ha constituido el fideicomiso, se llama restitución”.
El modo por el que adquiere el tercero es el propio al del fideicomiso, es decir, la tradición.
V) Derecho real de uso y habitación
Se asimila al derecho de usufructo, y consiste en el goce de una parte limitada de las utilidades y productos
de una cosa. Este derecho es personalísimo a diferencia del usufructo.
ART 811 CC. “El derecho de uso es un derecho real que consiste, generalmente, en la facultad de gozar de
una parte limitada de las utilidades y productos de una cosa”.
Si se refiere a una casa, y a la utilidad de morar en ella, se llama derecho de habitación. Si este derecho dice
relación con el poder para habitar un inmueble lo llamaremos derecho de habitación, pero si me permite
percibir las rentas de un inmueble toma el nombre de derecho de uso.
VI) Servidumbre
ART 820 CC. “Servidumbre predial, o simplemente servidumbre, es un gravamen impuesto sobre un predio
en utilidad de otro predio de distinto dueño”.
Debemos entenderlo como el gravamen impuesto sobre un predio sirviente en utilidad de otro predio, de
otro dueño que es el predio dominante.
Ej. Derecho de paso, obtengo un inmueble que no tiene salida para la calle y convengo con otro dueño que sí
tiene salida, el gravamen recae en este último inmueble porque debe soportar que pasen los otros.
Se produce un gravamen sobre un bien en beneficio de otro bien.
VII) Prenda
Aquel derecho real que recae sobre un bien mueble que permanece o no en el poder del deudor y que se
constituye para la seguridad de su crédito. Se trata de derechos de garantía, los cuales no confieren un poder
directo sobre la cosa, sino que dan un poder eventual respecto del valor de intercambio de la cosa.
Ej. Si tu no me cumples yo voy a rematar la cosa para pagarme.
VIII) Derecho real de hipoteca (ART 2407 CC)
Es el derecho de prenda constituido sobre inmuebles sin que por ello deje de permanecer en poder del
deudor. La doctrina señala que es un derecho real que recae sobre un inmueble que permanece en el poder
del constituyente y que tiene por objeto garantizar un crédito.
Vidal/Peña Antonia Morales
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El CC solo tiene en cuenta a la prenda con desplazamiento, lo no previsto en la ley de prenda sin
desplazamiento será cubierto (por derecho común) por las disposiciones del CC de prenda con
desplazamiento.
En general la prenda recae sobre bienes muebles. La hipoteca recae sobre bienes inmuebles. Puede ser
constituida por el deudor principal como por un tercero. El derecho real de hipoteca no hace que la cosa se
le quite al dueño, sino que este puede disponer con ciertas limitaciones (ART 2427 CC).
IX) Censo
El derecho de censo puede ser derecho personal o derecho real, dependiendo de lo que se persiga.
Constituye derecho real cuando persigue la finca desvinculándose del deudor (ART 579 CC).
ART 579 CC. “El derecho de censo es personal en cuanto puede dirigirse contra el censuario, aunque no
esté en posesión de la finca acensuada, y real en cuanto se persiga ésta”.
Derechos reales fuera del CC
Se trata de derechos reales administrativos.
i) Aprovechamiento de aguas
ii) Conservación al medioambiente
iii) Materias de concesión
Los contratos en Chile no transfieren dominio, al contrario de otros países como en Francia donde sí son
eficaces para entregar dominio. En Chile es necesario que esté el modo de adquirir que en el caso de los
contratos es la tradición.
La ley puede crear otros derechos reales que no disciplina el CC.
Ej. El derecho de aguas regulado en el código de aguas, donde se le da al dueño un derecho de
aprovechamiento de aguas. Si se vende un inmueble, no se transfiere el derecho de aprovechamiento de
aguas. Si se aprueba la nueva CPR el derecho de aprovechamiento de aguas dejará de ser un derecho.
Fuente y número de los derechos
i. Derechos reales
La particularidad de los derechos reales es que son de tipificación o reserva legal, es decir, la ley disciplina
los derechos reales. Ciertos autores han indicado que los derechos reales poseen un carácter taxativo. La
verdad de las cosas, es que esta afirmación es imprecisa y matizable, pues existen normas en otras áreas del
derecho, como en el derecho administrativo, en que se otorgan, por ejemplo, concesiones, y se consideran
como derechos reales. Es más, recientemente se ha creado un nuevo derecho real, cual es el derecho real de
conservación del medioambiente.
En conclusión, no es que los derechos reales sean taxativos, sino que sobre ellos existe reserva legal, o sea,
que su fuente es única y exclusivamente el legislador. Las normas que regulan los derechos reales son de
orden público, es decir, estos se constituyen cuando se cumplen los requisitos legales, se transfiere el
dominio cuando la ley lo dice.
Hay tantos derechos reales como sean creados por la ley. En este caso la voluntad de las partes no puede
evitar que se transfiera el dominio. La voluntad cumple un papel en lo que toca el antecedente del derecho
real. El principal derecho real es el dominio o propiedad.
Vidal/Peña Antonia Morales
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ii. Derechos personales
La fuente de los derechos personales es la voluntad, en los reales interviene un interés general.
Clasificación de derechos reales
1) De goce
Los derechos reales de goce son aquellos que otorgan la facultad de usar y disfrutar directamente una cosa.
Tengo un poder directo sobre la cosa, un derecho de aprovechar la misma.
Ej. Usufructo, el uso o habitación y servidumbres.
2) De garantía
Los derechos reales de garantía confieren una facultad indirecta sobre la cosa, el titular no tiene poder de
aprovechamiento de la cosa, más bien tienen un derecho eventual de aprovechar del valor del eventual
intercambio de la cosa.
Otorgan la posibilidad de poder realizar los objetos del derecho y obtener un pago por ello. Guardan relación
con el concepto de caución, dado que sirven para garantizar o caucionar el cumplimiento de las obligaciones
principales (ART 46 CC).
Ej. Prenda e hipoteca.
Aspecto de los derechos reales en general
i. Aspecto interno
Es un poder de dominación de la cosa, es autónomo e inmediato del titular sobre la cosa para aprovechar de
ella. El titular tiene dominio sobre la cosa.
ii. Aspecto externo
Permite afirmar que el derecho real da lugar a una relación entre el titular de los derechos y los demás. Yo
soy titular de un derecho y ustedes deben respetar eso. El derecho es oponible, de manera que este aspecto
explica que los terceros deben abstenerse de impedir u obstaculizar el ejercicio del derecho real y si lo hacen
el titular tiene una acción para perseguir a quien quiera impedirlo.
B) Derechos personales
ART 578. “Derechos personales o créditos son los que sólo pueden reclamarse de ciertas personas, que,
por un hecho suyo o la sola disposición de la ley, han contraído las obligaciones correlativas; como el que
tiene el prestamista contra su deudor por el dinero prestado, o el hijo contra el padre por alimentos. De
estos derechos nacen las acciones personales”.
Los derechos personales son aquellos que solo pueden reclamarse de ciertas personas que por un hecho suyo
o la sola disposición de ley han contraído las obligaciones correlativas. El titular del derecho personal es el
acreedor y la persona a la que puede reclamarle es el deudor. Es una relación entre personas, ya no estamos
en una relación de persona-cosa.
El poder del acreedor recae sobre la voluntad de un deudor, en el sentido de que el deudor se autolimita a
ejecutar una prestación, debido a que debe adecuar su conducta a la prestación. De tal forma la conducta
debe adecuarse al contenido del derecho personal (prestación), de no realizarse se está incumpliendo, y el
acreedor tiene acciones para perseguir al deudor, ya sea para el cumplimiento de la prestación o pagarse una
indemnización.
La prestación puede ser de dar, hacer o no hacer. La ejecución de lo pactado puede derivar en el embargo de
bienes para rematarlos y que se pague la deuda.
Vidal/Peña Antonia Morales
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La norma del ART 578 CC nos dice que los derechos personales pueden ejecutarse contra ciertas personas.
Esta frase debemos conectarla con el ART 1437 CC que prevé sobre las fuentes de las obligaciones, el cual
establece que las obligaciones pueden nacer de una convención, sin convención como un hecho voluntario
de la persona que se obliga, o por la ley.
El hecho puede ser por contrato (convención) o sin convención que puede ser lícito o ilícito. Un hecho licito
cuasicontrato, y un hecho ilícito delito o cuasidelito.
ART 1437. “Las obligaciones nacen, ya del concurso real de las voluntades de dos o más personas, como
los contratos o convenciones; ya de un hecho voluntario de la persona que se obliga, como en la aceptación
de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos; ya a consecuencia de un hecho que ha inferido
injuria o daño a otra persona, como en los delitos y cuasidelitos; ya por disposición de la ley, como entre
los padres y los hijos sujetos a patria potestad”.
Cuando afirmamos la existencia de un derecho personal afirmamos que hay una obligación. La fuente del
derecho del acreedor es el hecho de la fuente de la obligación del deudor.
ART 1438. “Contrato o convención es un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o
no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas”.
El deudor por el contrato se obliga a dar, hacer o no hacer una cosa, es decir, la prestación. Las partes son
libres para configurar cualquier derecho personal, en cuanto a contenido y forma. Se trata de una relación
entre personas, ni aun cuando se trata de una obligación de dar, se otorga un derecho directo sobre la cosa.
La eficacia de los derechos personales es que son relativos por cuanto solo pueden reclamarse respecto de
una persona llamada deudor.
Diferencias entre derechos reales y personales
1. Según los sujetos de la relación, los derechos reales tienen un sujeto determinado (el titular del derecho),
y un sujeto pasivo universal y carente de determinación. En cambio, los derechos personales tienen un sujeto
activo que corresponde al acreedor y uno pasivo que corresponde al deudor.
2. Según su eficacia, los derechos reales tienen una eficacia absoluta, esto dado que su acción está dirigida a
cualquiera persona que detente la cosa. Los derechos personales tienen una eficacia relativa, ya que la
acción está dirigida sólo respecto del obligado.
3. Según su objeto, los derechos reales tienen por objeto una cosa determinada. Los derechos personales
tienen por objeto una prestación.
4. Los derechos personales son de números abiertos, es decir, pueden existir tantos derechos reales como la
autonomía privada pueda crear. En cambio, los derechos reales son de numero cerrado, es decir, aquellos
que la ley dice que son. Los derechos reales no solo son los que el código establece.
5. Según su duración, el derecho real rige por regla general de forma perpetua, ya que mientras la cosa exista
el derecho subiste, incluso si se trasfiere, porque no nace de nuevo derecho, sino el mismo cambia de titular.
Por el contrario, los derechos personales se extinguen cuando la deuda se cumple, de tal forma son efímeros
o transitorios, ya que el derecho y la obligación correlativa nacen para extinguirse.
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6. Según su persecución, los derechos personales no otorgan derecho de persecución (perseguir el bien en
manos de quien se encuentra). Los derechos reales sí otorgan derecho de persecución, pues si a alguien se le
es arrebatada su propiedad, tiene derecho a la acción reivindicatoria.
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8. Según su protección, los derechos personales se protegen a través de acciones personales que provienen
del derecho general de protección, y son consagrados en el artículo 2465 CC, el cual establece el derecho
que tiene el acreedor de ejecutar o hacer cumplir su obligación en toda clase de bienes, salvo los
inembargables. Los derechos reales, se protegen a través de la acción reivindicatoria.
9. Según la forma en que se incorporan al patrimonio, los derechos personales ingresan a través de las
fuentes de las obligaciones, es decir, aquellas que se reconocen en los artículos 1437 y 2284 CC, tal como
contratos, cuasicontratos, delitos civiles y la ley. Los derechos reales se incorporan por medio de los modos
de adquirir, tales como la prescripción adquisitiva, accesión, ocupación, sucesión por causa de muerte y
tradición.
*10. En cuanto a su duración, los derechos personales son de permanencia efímera o transitoria, debido a
que nacen para extinguirse, dado que la obligación correlativa que tiene el deudor debe ser cumplida. Los
derechos reales tienen una duración permanente, es decir, se conservan mientras no se pierdan.
11. Las fuentes de derechos personales son las fuentes de las obligaciones. Las fuentes de los derechos
reales es siempre la ley, no los modos de adquirir, ya que al hablar de fuente hablamos de existencia y estos
existen según la ley.
Cosas son todo aquello que tienen una existencia material o que puede ser captada por el intelecto y ocupa
un lugar en el espacio, excepto las personas. Existen dos términos que son sinónimos, el término cosa y el
término bien. La doctrina señala que cosa es el género próximo. Los bienes son aquellas cosas que son
avaluables pecuniariamente y que son susceptibles de apropiabilidad, es decir, sobre aquellos pueden
establecerse un derecho real.
Las cosas corporales
1) Bienes muebles e inmuebles (ART 566 CC)
a) Son inmuebles aquellas cosas que no pueden transportarse de un lugar a otro sin alterar su naturaleza.
Las que adhieren permanentemente a ellas. Son sinónimos del término inmueble las palabras fincas o bien
raíz.
Clasificaciones de cosas inmuebles
i. Inmuebles por naturaleza (ART 568 CP)
Ej. Suelo, tierras y minas.
ii. Inmuebles por adherencia
Los inmuebles por adherencia son aquellos que se encuentran adheridos por naturaleza al inmueble. Se
reputan inmuebles por estar adheridos permanentemente a un inmueble (ART 568 CC).
Ej. Casa que se encuentra adherida al suelo.
iii. Inmuebles por destinación (ART 570 CC)
Se reputan inmuebles por destinación, aquellas cosas que, siendo muebles, su finalidad es el uso, cultivo,
beneficio o destino permanente de un bien raíz. Los inmuebles por destinación son muebles, pero la ley los
reputa inmuebles porque su razón de ser es beneficiar a un inmueble.
Ej. Un animal.
El ART 571 CC establece que, si un bien mueble que reputamos como inmueble, es retirado de su
destinación, recupera su calidad de mueble.
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A propósito de las cosas corporales inmuebles, existe también otra clasificación legal que incluye la Ley
General de Urbanismo y Construcción, que en estricto rigor atiende a un criterio geográfico, aunque también
se ha concebido con un criterio de carácter más bien funcional.
i. Inmuebles no rústicos o predios urbanos
Son aquellos que se encuentran en el área urbana dentro del plan regulador comunal (criterio geográfico) y
no sirven para actividades agrícolas o agropecuarias (criterio funcional).
ii. Inmuebles rústicos o predios rurales
Son aquellos que se encuentran fuera de la zonificación urbana del plan regulador comunal (criterio
geográfico) y están habilitados para realizar actividades agrícolas o agropecuarias (criterio funcional).
b) Los bienes muebles se definen como aquellas cosas que se pueden transportar de un lugar a otro sin
afectar su naturaleza, ya sea moviéndose por sí misma o por una fuerza externa. Las que se mueven por sí
mismas se denominan semoviente, aquellas que se mueven por fuerza externa se denominan inanimadas.
Clasificaciones de cosas muebles
i. Bienes muebles por naturaleza
Son bienes muebles aquellas cosas que sí pueden desplazarse sin deterioro de su naturaleza.
ii. Muebles por anticipación
Son por naturaleza bienes inmuebles, pero se reputan muebles para efecto de constituir sobre ellos derechos
en favor de terceros. Al reputarse muebles, se les aplican todas las normas de éstos, cuando se trata de
constituir derechos sobre ellos a favor de terceros.
Ej. La naranja es mueble por anticipación cuando se saca del árbol.
Esta clasificación también es aplicable sobre derechos reales y personales
Derechos reales
Si el derecho real recae sobre un inmueble, entonces el derecho real será derecho inmueble, si el derecho
real recae sobre cosa mueble, será un derecho real mueble (ART 580 CC).
Ej. Prenda, derecho real mueble, e hipoteca derecho real inmueble.
Derechos personales
Si el derecho personal es una obligación de dar, se tiene que analizar si esta obligación es dar un mueble o
inmueble para determinar su naturaleza. Si el derecho personal es de hacer o de no hacer es siempre sobre
un mueble, esto según él ART 581 CC, el cual establece que los hechos que se deben se reputan muebles.
Importancia de la clasificación
i. La compraventa sobre bienes muebles es consensual, la compraventa sobre inmuebles es solemne (ART
1801 CC).
ii. La tradición sobre bienes muebles se realiza conforme a las reglas generales del ART 684. La tradición
sobre bienes inmuebles se realiza por medio de la inscripción en el registro del conservador de bienes raíces.
iii. La extensión temporal de la prescripción adquisitiva ordinaria es distinta, dos años para los muebles y
cinco para los bienes raíces (ART 2508 CC).
iv. Existen tramitaciones especiales para que los herederos dispongan de los inmuebles heredados (ART
688CC), a diferencia de los bienes muebles.
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v. Existe acción rescisoria por lesión enorme en la compraventa de bienes inmuebles (ART 1891 CC)
vi. Las cauciones reales son distintas dependiendo si la cosa sobre la que recae es mueble o inmueble. Si
recae sobre un bien mueble, la caución real es el derecho de prenda. Si recae sobre un inmueble, la caución
real es la hipoteca.
vii. En materia de propiedad conyugal, el destino de los bienes muebles e inmuebles es distinto. Todos los
bienes muebles que se adquieren dentro de propiedad conyugal entran al patrimonio social. En cambio, los
bienes inmuebles dependen si son adquiridos a título oneroso o gratuito, de ser oneroso entran al patrimonio
social, y de ser gratuito al patrimonio personal.
viii. En materia de reglas de competencia procesal, debe hacerse la diferencia entre los bienes inmuebles
para determinar el territorio.
xi. En materia de inscripciones conservatorias los inmuebles deben registrase.
2) Cosas genéricas y específicas
El criterio de clasificación es el grado de especificación o determinación del objeto.
a) Las cosas genéricas, se definen como aquellas que están determinadas por características relacionadas a
la clase a la que pertenecen. El grado de determinación puede ser mayor o menor, puesto que un perro pastor
alemán si se mantiene dentro de su género, seguirá siendo una figura genérica.
Ej. Manzanas, o un perro pastor alemán.
b) Las cosas específicas, o especies o cuerpos ciertos, son aquellas que se encuentran individualizadas de
forma tal, que son distinguibles de aquellas de las que forman parte del mismo género.
Ej. Pastor alemán con chip 124.
El código no define que es un género o un cuerpo cierto.
En lo que respecta a las obligaciones que tiene por objeto cosas genéricas, siempre debe existir una mención
de cantidad, ya que no se puede celebrar un contrato de compraventa sin tal determinación. En las especies o
cuerpo cierto no, debido a que siempre se individualiza como uno.
Ej. En una concesionaria compro un ñuñuki negro, y la concesionaria puede pagar su obligación (entregar el
auto) con cualquier ñuñuki negro, sin embargo, cuando ya se ha comprado y se le pone patente, pasa a ser el
ñuñuki negro placa AA77.
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Esta clasificación no es sistemáticamente reconocida en el código civil chileno, sin embargo, ambas
categorías de género y cuerpos ciertos, se encuentra mencionadas innumerables veces a lo largo del
articulado del código civil, por lo cual, jurisprudencia y doctrina señalan que es una clasificación de las
cosas corporales.
Importancia de la categoría
i. Obligaciones y modo de extinguir obligaciones
Las cosas de especie o cuerpo cierto imponen al deudor deberes de conservación (ART 1549). Además,
respecto de ellas, existe un especial modo de extinguir las obligaciones, esta es la pérdida de la cosa que se
debe o imposibilidad de ejecución (ART 1670 y ss).
En cuanto a las cosas genéricas, la perdida de aquellas no extingue la obligación, debido a que el género no
perece (ART 1510 CC). Se indica que el acreedor no puede obligar a mantener las cosas del género al
deudor, si el deudor tiene más para cumplir.
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Ej. Si tengo 20 naranjas, y me quieren comprar 5, no me pueden obligar a dejar de vender las otras 15
naranjas por tener que entregar 5, ya que tengo más naranjas para cumplir con la obligación.
ii. La teoría del riesgo (ART 1550 y 1820 CC)
La teoría del riesgo es solo aplicable a las especies o cuerpos ciertos debido a que el género no perece. En
caso de un caso fortuito de cuerpos ciertos, la teoría del riego establece que, aunque la obligación del
vendedor de la cosa se extinga, el acreedor deberá pagar de igual forma.
Art. 1550. “El riesgo del cuerpo cierto cuya entrega se deba, es siempre a cargo del acreedor; salvo que el
deudor se constituya en mora de efectuarla, o que se haya comprometido a entregar una misma cosa a dos
o más personas por obligaciones distintas; en cualquiera de estos casos, será a cargo del deudor el riesgo
de la cosa, hasta su entrega”.
iii. Forma de cumplimiento
Para el cumplimiento de cosas genéricas, se establece en el ART 1509 CC que, en la obligación de género,
el acreedor no puede pedir determinadamente ningún individuo, y el deudor queda libre de ella entregando
cualquier individuo del género con tal que sea de una calidad a lo menos mediana.
Ej. X no puede marcar una naranja para que sea cumplida la obligación con ella cuando el vendedor de
naranjas tiene 20 otras iguales a la marcada.
3) Cosas consumibles y no consumibles
Clasificación que se refiere solo a las cosas muebles pues dice relación con su composición física. Para
determinar si es o no consumible se atiende a si ella se destruye o no por su primer uso.
a) Consumibles son aquellas cosas que se consumen por su primer uso. Encontramos una subclasificación
entre cosas corruptibles y no corruptibles.
i. Cosas corruptibles
Aquellas que están sujetas a la destrucción por el paso del tiempo (alimentos),
ii. Cosas no corruptibles
Son aquellas que se extinguen por su primero uso, pero no por el paso del tiempo (papel higiénico). Esta
clasificación tiene una importancia en materia procesal (ART 483 CPC).
b) No consumibles son aquellas que por su uso no se destruyen, tampoco por el paso del tiempo, lo que no
significa que no se deterioren.
La consumibilidad puede ser a su vez material o civil
i. Material
Destrucción física.
ii. Civil
Ej. Consumibilidad del dinero.
iii. La doctrina agrega lo que se denomina consumibilidad subjetiva.
Ej. Para un vendedor de libros, los códigos civiles son consumibles, pues están destinados a venderse,
siendo consumibles subjetivamente para ese sujeto en particular, ya que no representa tener ese bien en un
estado permanente.
El código si reconoce esta clasificación, pero se estima que no lo hace correctamente, ya que la reconoce en
su ART 575 CC a partir de otra categoría (cosas fungibles y no fungibles).
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ART 575 CC. “ Las cosas muebles se dividen en fungibles y no fungibles. A las primeras pertenecen
aquellas de que no puede hacerse el uso conveniente a su naturaleza sin que se destruyan. Las especies
monetarias en cuanto perecen para el que las emplea como tales, son cosas fungibles”.
El legislador define cosas consumibles como fungibles
Importancia de la clasificación
Esta clasificación es importante pues existen actos jurídicos que solo se pueden realizar respecto de cosas no
consumibles, y no se pueden celebrar respecto de cosas consumibles, pues si se destruyen por su primer uso,
el contrato no podría tener la finalidad que las partes estimen. Los actos jurídicos que conceden la facultad
de usar y gozar una determinada cosa, pero aparejan la obligación de restituirla, la cosa no puede ser
consumible, pues no es posible de ser usada y luego restituirse, pues se destruiría con su primer uso.
Ej. Usufructo, el cual debe versar sobre cosas inconsumibles. Contrato de depósito, pues este consiste en
conservar una cosa, y si esta se destruye a su primer uso, no se estaría conservando.
4) Cosas fungibles y no fungibles
El criterio de clasificación es la sustituibilidad o intercambiabilidad entre bienes, que se traduce en que
tenga un igual poder liberatorio.
a) Las cosas fungibles son aquellas que pueden sustituirse y tienen el mismo poder liberatorio. Cosas que
poseen una igualdad fáctica.
b) Las no fungibles son aquellas que no pueden sustituirse y que no tienen el mismo poder liberatorio.
La sustituibilidad implica que socialmente dos cosas que son distintas en cuanto a su composición, se miren
como iguales o equivalentes. El efecto liberatorio se vincula con el pago, es decir, el cumplimiento de la
obligación.
Ej. Un billete de 10.000 es equivalente a dos billetes de 5.000. Si se debe un billete de 10.000, se puede
cumplir la obligación con dos billetes de 5.000
La fungibilidad se aplica a los hechos, no solo a los bienes.
Hecho fungible
Ej. El hecho de pintar un muro, el hecho es fungible, pues da lo mismo la persona que pinte un muro.
Hecho no fungible
Ej. Cuando se quiere hacer una pintura que solo un artista puede hacer.
La sustituibilidad se aplica a los hechos, las obligaciones genéricas, y las obligaciones de hacer no
personalísimas. Según el ART 1509 CC, se puede cumplir con cualquier bien que sea del género, que tenga
calidad media.
Usualmente se establece una relación necesaria entre las cosas fungibles y consumibles, sin embargo, esto
no es cierto necesariamente. Así, podrían existir cosas fungibles, pero no consumibles.
Ej. Muchos libros de una misma edición, son todos no consumibles y fungibles.
También es posible que existan cosas no fungibles, pero consumibles.
Ej. En una aerolínea si existe un pasajero vegano, su comida es consumible pero dentro del contexto es no
fungible.
5) Cosas singulares y cosas universales (ART 1317, 234 y 2310 CC)
a) Son cosas singulares aquellas cosas que constituyen una unidad, ya sea natural o artificial.
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Derecho Civil II
Ej. Natural como el gato, y artificial como un teléfono.
b) Son cosas universales aquellas que se constituyen por una agrupación de bienes corporales o
incorporales que no tienen una conexión física, pero se relacionan por un determinado vinculo, formando
una unidad.
Las universalidades pueden ser de hecho o jurídicas.
i. Universalidades de hecho son aquellas que con condiciones de hecho o convivencia de carácter funcional-
económica se consideran como un todo. Cuando las universalidades de hecho son objeto de acto jurídico, no
se está vendiendo un todo, por lo cual debe determinarse. Se caracterizan por tener una naturaleza común
entre los bienes que la integran; los bienes que la componen conservan su individualidad, precio y función;
debe existir un vínculo o unión que las une por una finalidad o destino concreto, y comprenden solo
elementos activos.
Ej. Rebaño de ovejas.
ii. En las universalidades jurídicas a diferencia de las universalidades de hecho, existe una naturaleza común
desde el punto de vista jurídico entre las cosas que la componen, y por lo tanto se consideran como un todo.
Son bienes o relaciones jurídicas activas o pasivas que jurídicamente se consideran como un todo. Se
caracterizan por la existencia de elementos activos y pasivos, y opera el principio de subrogación real.
Ej. Patrimonio, el cual no es de mucha ayuda debido a que no puede ser susceptible de acto jurídico.
Ej. El derecho real de herencia, el cual se considera abstractamente como un todo, pero se compone de
diversos bienes.
En la universalidad de hecho los bienes que lo componen son similares (en un rebaño de ovejas todas son
ovejas) y se componen solo por elementos activos, es decir, bienes que no se traducen en deudas (elementos
pasivos).
Los bienes que componen la universalidad jurídica mantienen su identidad y valor, y además se componen
por elementos activos y pasivos.
6) Cosas principales y cosas accesorias
El criterio de clasificación atiende al grado de autonomía de los bienes respecto de otros, es decir, su grado
de independencia respecto de otras cosas o si se valen a sí mismas.
a) Son cosas principales aquellas que poseen una existencia independiente y autonomía.
b) Son cosas accesorias aquellas que su razón de ser está asociada a otras cosas y por ende no se entienden
subsistir por sí mismas.
Ej. Remos accesorios al bote.
Ej. Bienes por destinación (ART 570 y 1830 CC).
Esta clasificación es importante debido a la consecuencia de la aplicación del adagio de que lo accesorio
sigue la suerte de lo principal.
Importancia de la clasificación
Esta clasificación se aplica a las cosas incorporales, específicamente tanto a derechos reales como
personales. Por ejemplo, las cauciones (obligaciones contraídas para asegurar el cumplimento de otras),
constituyen derechos accesorios, pues generalmente nacen para dar seguridad a un derecho personal
determinado, por ejemplo, el nacido de un mutuo de dinero.
Ej. Contrato principal es el mutuo, y el contrato accesorio es la hipoteca.
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Derecho Civil II
7) Cosas comerciables e incomerciables
Esta clasificación atiende a la posibilidad de que los bienes o cosas sean objeto del trámite jurídico, o
susceptibles de posesión privada
a) Son comerciables aquellas cosas susceptibles de posesión privada y acto jurídico.
b) Son cosas incomerciables aquellas que no son susceptibles de posesión privada, y que permanecen
fuera del comercio y, por ende, no pueden celebrarse actos y contratos en base a ellas.
Importancia de su clasificación
Su importancia radica en que los actos jurídicos que tiene por objeto cosas no comerciables son nulos de
nulidad absoluta por objeto ilícito (ART 1464 N°1). La regla es que las cosas sean comerciables, aunque no
faltan ejemplos de incomerciables.
Ej. Órganos humanos, el derecho de alimentos, etc.
22.08
Dominio
ART 582. “El dominio (que se llama también propiedad) es el derecho real en una cosa corporal, para
gozar y disponer de ella arbitrariamente; no siendo contra la ley o contra derecho ajeno. La propiedad
separada del goce de la cosa, se llama mera o nuda propiedad”.
La propiedad mirada como poder se refiere a las facultades que el derecho de dominio confiere a su titular.
La doctrina moderna considera que estas facultades son ilimitadas y no susceptibles de enumeración, sin
embargo, la doctrina tradicional reitera y enumera estas facultades desde el derecho romano, y tales
facultades se engloban en las facultades materiales y jurídicas del dominio.
Facultades
i. De usar la cosa
ii. De gozar de ella
iii. De disponer material y jurídicamente de la cosa
En el concepto solo se habla de “gozar” y “disponer”, no mencionando el derecho de “usar” la cosa. Desde
luego que el legislador obvía aquel detalle, pues la facultad de uso se ve comprendida en la de goce.
El legislador limita las facultades o ejercicio de ellas, esto porque no pueden ser contrarias a la ley ni al
derecho ajeno.
La propiedad recae sobre cosas corporales, y además el ART 83 del código civil, extiende el objeto del
derecho de propiedad y establece que sobre las cosas incorporales también hay una especie de propiedad, el
cual se reconoce en la CPR como un derecho fundamental. Tratándose de las cosas incorporales, la
intensidad de la propiedad es menor y se comporta de una forma distinta, debido a que estamos hablando en
derecho reales y personales. Es menester advertir que las facultades propias del dominio sobre los derechos
no se materializan de idéntica forma, y por ello el CC menciona que existe “una especie de propiedad”.
La ley puede establecer limitaciones a las facultades de usar, gozar y disponer, y aquello es posible debido a
la función social de la propiedad, pues convive la propiedad individual con un interés general.
Elementos constitutivos de la definición legal de dominio
1. El dominio es un derecho real
2. Los poderes del titular corresponden al uso, goce y disposición.
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3. Es restricción de dominio; la ley o norma.
4. Los objetos del dominio son las cosas corporales e incorporarles, en las cuales encontramos propiedades
especiales como la intelectual.
Manifestaciones del domino en el CC
i. Sobre las cosas corporales (ART 582 CC)
ii. Sobre las cosas incorporales (ART 583 CC)
iii. Sobre la protección del talento y el ingenio (ART 584 CC)
Delimitación del objeto de la propiedad
¿Qué características debe reunir un bien para ser objeto del dominio?
i. Debe ser comerciable (susceptible de dominio y posesión privada)
ii. Deber ser individualmente determinable (singularidad)
iii. Debe ser una cosa corporal o incorporal
¿Cómo determinar físicamente el objeto del dominio en las cosas corporales?
i. Muebles
Por sus contornos, si se contiene a sí misma, o por los contornos de su continente, si debe ser encapsulada en
otra (Ej. Cilindro de gas).
ii. Inmuebles
i. En un plano horizontal o por su demarcación (ART 842 y 843 CC)
ii. En un plano vertical, mediante la utilidad de la cosa, y los limites que imponga el derecho público (Ej.
Normas de derecho aeronáutico o de legislación urbanística y territorial).
Características de dominio
i. El dominio es absoluto. Esto debido a que entrega las más amplias facultades que puede tener una persona
con respecto a una cosa. Nadie puede hacer algo más que el dueño, pues tiene plena in re potestas.
ii. El dominio es ilimitado e independiente, lo que supone que el dueño no requiere del consentimiento de
otros para usar, gozar y disponer (jurídica o materialmente) de un bien propio. A este aspecto parece ser a lo
que se refiere el legislador cuando establece el uso, goce y disposición arbitraria.
iii. La doctrina establece que el afirmar que el derecho real de dominio es absoluto, consistiría en afirmar la
presencia de un poder totalitario, ignorante de ciertas limitaciones, por lo cual, se establece que el derecho
real de dominio es general e independiente, pues está presente la función social. El derecho real de
propiedad dominio es general pues no se necesita del consentimiento de terceros para celebrar actos
jurídicos o alteraciones físicas sobre la cosa. Es independiente pues el dominio no presupone la existencia de
otros dominios para el ejercicio de la propiedad.
iv. Es exclusivo o privativo, pues se atribuye a un solo titular, y no puede existir más de un propietario
respecto del derecho real, sin perjuicio de la copropiedad y condominio. Este atributo o característica, es
posible apreciarla en ciertas acciones que posee el propietario, así, por ejemplo, existen las acciones de
demarcación de territorio, acción reivindicatoria, la facultad de excluir o impedir a terceros ejercer
facultades de propietario que no les son propias, etc.
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Excepciones a la exclusividad del dominio.
a) El derecho de uso inocuo. Se tiene dominio sobre una cosa ajena sin causar detrimento a la cosa ni
causar un daño al propietario. El propietario no tiene el derecho de excluir.
Ej. X sale a dar un paseo a una montaña, pero se le hace de noche y se ve en la necesidad de armar su
carpa en el terreno de Y quién posee propiedad del terreno en la montaña.
b) Derecho de acceso forzoso. Facultad previa autorización del dueño o de la autoridad para entrar en la
propiedad ajena en cuanto resulta irresistible este acceso por un tiempo limitado. (ART 943 CC).
Ej. X dueño le da autorización a Y para recoger frutos en su terreno.
c) Las ejecuciones de actos en virtud del principio del mal menor. Consiste en el aprovechamiento de una
cosa para salvaguardar otra con una valoración jurídica superior, reflejada en que el daño a la cosa que se
aprovecha será menor al que se sufre por no salvar otra.
v. El derecho real de dominio es perpetuo o permanente, subsiste mientras exista la cosa, no se extingue por
el paso del tiempo o no ejercicio. Que sea perpetuo no significa que el titular será dueño para siempre, sino
que, aunque el derecho se transfiera o trasmita, seguirá siendo la misma propiedad.
La doctrina prefiere indicar que el dominio es general o naturalmente perpetuo o bien, permanente.
vi. El derecho real de dominio es abstracto y elástico. Abstracto porque el dominio es independiente de las
facultades que se otorgan, y es elástico pues sus facultades pueden restringirse y volver a su lugar.
Ej. Se constituye un usufructo por un tiempo, pero luego este termina, retornando al dueño el uso y goce.
24.08
Calificaciones del dominio
i. Criterio en relación si acaso el dueño se encuentra con todas las facultades que el dominio otorga a su
alcance o disposición
a) Propiedad plena aquella que tiene el dueño quien mantiene todas las facultades del dominio.
b) Propiedad nuda aquella que tiene el dueño, quien ha cedido alguna de sus facultades del dominio.
Ej. El dueño ha cedido su facultad de goce a un tercero, mientras que el usufructuario es el mero tenedor
ii. Dependiendo si el derecho de dominio se encuentra sujeto a la eventualidad de una condición resolutoria
a) Propiedad absoluta. Persiste mientras el dueño no haga un acto de enajenación, donde el dominio es
permanente.
b) Propiedad fiduciaria. El fidecomiso es un derecho a propiedad que está sujeto a una condición resolutoria,
en caso de acontecer, la propiedad vuelve en manos de otra persona.
iii. Según el régimen o disciplina al cual se sujeta
a) Propiedad ordinaria
b) Propiedades especiales
Son aquellas que se encuentran sujetas a un régimen especial de normas distintas al código civil.
Ej. Austral o indígena.
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Facultades del dominio
Aquellos poderes que tiene el dueño y que son inherentes al derecho de dominio, es decir, qué puede hacer
el dueño en virtud de su calidad de tal.
La doctrina moderna señala que no hay una enumeración taxativa, ya que el dueño puede hacer lo que
quiera, sin que este contrario a la ley. La doctrina tradicional sigue el esquema romano, que distingue en
uso, goce, disposición y además se considera la disposición material.
El dominio no se encuentra protegido solo a nivel civil, sino que también a nivel constitucional y penal. La
doctrina moderna establece que las facultades no se agotan, al contrario de la doctrina tradicional la cual si
realiza una enumeración taxativa.
i. Facultades materiales
Aquellas que se realizan mediante actos materiales que permiten el aprovechamiento del objeto del derecho.
Objeto como cosa sobre la cual recae el dominio.
a) Uso
El uso consiste en poder ocupar (aplicar) una cosa en todos los servicios que es capaz de proporcionar, aun
cuando vayan en contra de su propia naturaleza, sin que ello importe tocar los productos de la referida cosa,
ni su destrucción inmediata.
El uso consiste en poder emplear las cosas sobre la cual se es dueño para todos los servicios. Si se es dueño
se puede usar una cosa no para el uso que se le da socialmente. Cuando el dueño le da uso a la cosa, no debe
destruirse.
El uso no implica el tocar los productos que pueda generar una cosa, debido a que cuando se sirve de los
productos de una cosa, esta se desmejora.
Ej. El metal que se puede obtener de una mina. Si se saca cobre de una mina, la mina se va a desmejorar,
pues el cobre no es algo que se produzca, sino que es algo que está, pues al sacar el cobre, este no se
volverá a generar.
El uso separado del dueño
El emplear la cosa conforme su uso natural tiene importancia en todos aquellos casos en que el dueño, sea
en virtud de un derecho real o derecho personal, cede la tenencia de la cosa a un tercero y este debe
restituirla, o no se ha especificado el uso que se le debería dar como, por ejemplo, en el derecho real de
usufructo o en un contrato de arrendamiento. El derecho de uso o habitación, cuando se trata de un tercero
no dueño, no se puede emplear un uso que no es su natural.
En la práctica es frecuente que la facultad de uso vaya acompañada en la facultad de goce con la cual se
confunde. Por esta razón el legislador, en el concepto que proporciona de dominio no considera al uso como
una facultad independiente del goce, ello obedece, precisamente, a que entendió que el uso estaba
comprendido en la facultad de gozar.
b) Facultad de goce
Consiste en aquella facultad que habilita al dueño a beneficiarse de los furtos que la cosa, sobre la cual recae
el derecho real de dominio proporciona, sea que los proporcione periódicamente, de forma natural o con
auxilio de la industria humana. En virtud de ésta, el dueño de una cosa pasa a serlo de los frutos que ella da.
Se distingue entre cosa fructuaria (cosa madre), y los frutos propiamente tales, aquellas que genera la cosa
fructuaria, frutos naturales y civiles, dependiendo del contenido, de la justificación, etc.
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Derecho Civil II
Los frutos
Son aquellos que la cosa da periódicamente, ayudada o no por la industria humana y sin detrimento de la
cosa fructuaria.
i. Frutos naturales son aquellos que la cosa produce respecto de su propia naturaleza.
Ej. Manzanas que produce el manzano
ii. Los frutos civiles consisten en aquella utilidad equivalente que el dueño de la cosa recibe por ceder el uso
o goce sobre la cosa que es dueño.
Ej. Renta o precio del arrendamiento, es el fruto civil por excelencia.
Los productos
Son aquellas cosas que desmejoran la integridad de la cosa sobre la cual se es dueño y que carecen de
prioridad. El remover los productos no es parte de la facultad de goce, sino que consiste en una facultad de
consumo de disposición material. Cuando se cede el goce a un tercero, aquel no puede servirse de los
productos, por tanto, excedería las facultades que se le han entregado.
Los frutos en el sistema chileno, se adquieren por un especial modo de adquirir el cual se denomina
accesión, el cual no es un acto formal. Esto se ha criticado por la doctrina porque el origen y causa del
dominio de los frutos está en la facultad de goce, no siendo necesario recurrir al modo de adquirir
accesión, pues consideran que la verdadera accesión se da sólo cuando una cosa se junta a otra.
*Consideración. En el sistema romano se explicaba que se es dueño de los terneros debido a que son frutos
de la cosa madre que es la vaca. En el sistema chileno se explicaría debido a que se tiene accesión de ellos.
c) Consumo o disposición material
Solo el dueño puede consumir materialmente. Se trata de aquella facultad que habilita para destruir
materialmente la cosa, transformarla o degradarla. Por destruir se entiende, inutilizar o aniquilar un
determinado bien. Por transformar se entiende variar la naturaleza de la cosa que se es dueño, forma o
destino. Por degradar una cosa, se entiende la realización de obras que tiene por consecuencia su
desvalorización.
Sin lugar a dudas ésta es la facultad característica del dominio. Los demás derechos reales si bien autorizan
a sus titulares para usar y gozar de la cosa de una forma más o menos completa, jamás dan poder para
destruirla o transformarla. Esta facultad es una manifestación del carácter absoluto o general del derecho de
propiedad.
ii. Facultades jurídicas
Las facultades jurídicas son las que se realizan o llevan a cabo mediante actos jurídicos y que para ser
ejecutadas requieren de facultad de disposición.
Para poder ejercer las facultades jurídicas, hay que servirse de actos jurídicos, y se necesita tener facultad de
disposición, es decir, aquella que tiene el dueño para desprenderse del poder que tiene sobre la cosa propia
sea o no a favor de otra persona, por actos entre vivos o por causa de muerte.
Las formas típicas de disposición jurídica
i. Enajenación
a) Sentido amplio
Consiste en cualquier acto de disposición entre vivos, por el cual el titular del derecho transfiere su derecho
a otro o constituye un nuevo derecho real que viene a limitar o gravar el ya existente.
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El dominio se puede transferir o transmitir. Si es un acto entre vivos el dominio se transfiere (traslación de
un derecho de un patrimonio a otro). Si se trata de sucesión por causa de muerte, los derechos y el dominio
se transmiten, la enajenación siempre se trata de transferencia pues supone un acto ente vivos.
b) Sentido estricto
Acto entre vivos por medio del cual se transfiere el domino.
En nuestro sistema jurídico, enajenación es sinónimo de tradición, y no es sinónimo de compraventa, debido
a que, si se define la enajenación como cualquier acto de disposición entre vivos, supone trasferencia, y
como es sabido, la compraventa y todos los contratos, no transfieren el dominio, sino que la compraventa
extingue obligaciones.
La transferencia del dominio, por lo tanto, se produce en virtud de la confluencia del título y modo, en
concreto, al operar la tradición como modo de adquirir de estos derechos. En necesario que para que
produzca efectivamente la transferencia del derecho, que el tradente tenga capacidad y facultad de
disposición.
La facultad de disposición es la nota característica del dominio. La afirmación de que es común a todos los
derechos reales, salvo ciertas excepciones, y aunque se extiende a todos los derechos personales, se justifica
porque se detenta la calidad de propietario de ellos.
Capacidad vs. Facultad de disposición
La capacidad de enajenar o de disposición es la aptitud general de sujeto para disponer libremente de sus
derechos, equivalente a la capacidad de ejercicio.
La facultad de disposición es el poder que tiene el dueño para poder desprenderse de la cosa sobre la cual es
propietario, por el contrario, la capacidad consiste en la aptitud para poder regenerar actos de disposición
jurídica, es decir, la capacidad de ejercicio. La facultad de enajenar o de disposición, es el poder para
disponer de un derecho determinado. La efectiva disposición del derecho del que se trata, requiere del
cumplimiento de varios factores.
a) La capacidad de disposición en la mayor parte de los casos.
b) La titularidad del derecho de que se trata o la calidad de representante de ese titular o la autorización de
éste o de la ley.
c) La aptitud del derecho para ser objeto de disposición (lo que no sucede en los derechos personalísimos)
d) La ausencia de un agente legítimo y extraño que obste al acto de disposición.
De tal forma no existe facultad de disposición respecto de los bienes ajenos, porque no se es titular del
derecho. No existe facultad si se carece de capacidad de disposición como en el caso de los menores de
edad. También si el derecho no es apto para ser objeto de disposición como en los derechos personalismos, y
si existe un agente extraño y legítimo que lo impide, tal como un embargo, siempre que el acreedor o el juez
no lo autoricen.
29.08 ¿Se puede o no renunciar a la disposición como atributo del dueño?
Tradicionalmente uno de los temas discutidos, con relación a la facultad de disposición jurídica, es la
renuncia a la misma. El cuestionamiento de esta posibilidad surge de conciliarla con la libre circulación de
los bienes, que es considerada como un principio de orden público, porque asegura la libertad de comercio,
que constituye la regla general en nuestro derecho. Reafirmaría esto, una serie de disposiciones que dan
cuenta que la intención del legislador es mantener la libre circulación de los bienes
Sin perjuicio de lo anterior, es posible encontrar disposiciones que otorgan validez a las cláusulas de no
enajenar, que hacen excepción al principio de libre circulación de los bienes.
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Derecho Civil II
Ej. Tratándose de la propiedad fiduciaria, el constituyente puede prohibir la enajenación entre vivos.
a) Asigna validez general a las cláusulas de no enajenar.
i. La facultad de disposición si puede renunciarse pues en derecho civil, rige el principio según el cual puede
hacerse todo aquello que no esté prohibido, y como no existe disposición legal que en términos generales
prohíba estas cláusulas, debe aceptarse su validez haciendo primar el principio rector en materia de
contratación de la autonomía de la voluntad de las partes y con esto las cláusulas que ellas introducen.
ii. Si el legislador ha realizado una prohibición del establecimiento de las cláusulas en determinados casos,
esto significaría que la regla general es que existe libertad para establecerlas o sí se puede renunciar a la
facultad de disposición.
iii. Si el propietario puede desprenderse de todas las facultades de dominio (uso, goce y disposición) cuando
enajena las cosas sobre la que recae su derecho real de dominio, con mayor razón podrá desprenderse de
parte de ellas, es decir, sólo de la facultad de disposición.
iv. El texto del artículo 53 número 3 del reglamento del conservador de bienes raíces, señala que puede
inscribirse “todo impedimento o prohibición referente a inmuebles, sea convencional, legal o judicial, que
embarace o límite de cualquier modo el libre ejercicio del derecho de enajenar.” Son de la segunda clase el
embargo, cesión de bienes, secuestro, litigio, etc.
Dentro de esta postura existen 2 corrientes respecto a la consecuencia
i. Algunos sostienen que esta cláusula equivale a un embargo decretado por el juez y que, por lo tanto, su
inobservancia hace aplicable el artículo 1464 Nº 3 CC y la sanción sería la nulidad absoluta por objeto
ilícito.
ii. Otros establecen que en realidad se trata de incumplimiento de las obligaciones de no hacer, ya que la
nulidad es de derecho estricto (solo procede ante causas expresamente previstas por el legislador) y esta
hipótesis no se encuentra entre aquellas opciones. El incumplimiento de esta clase de obligaciones podrá
conllevar a la resolución del contrato en que se encuentra incorporada o a la indemnización de perjuicios.
b) No asigna validez a las cláusulas de no enajenar.
i. Se señala que tanto en el mensaje del código civil como en sus disposiciones se consagra la libre
disposición de los bienes como un principio de orden público, y por lo mismo, no puede ser alterado por la
sola voluntad de las partes, y de tal manera no podría tolerarse una norma que vulnera normas de orden
público.
ii. Si las partes pudieran libremente pactar una cláusula de no enajenar, el legislador no habría tenido la
obligación de prohibirlo en casos especiales o de señalarlo en forma expresa en ciertos casos, como acontece
en materia de fideicomiso y usufructo.
iii. Estas cláusulas se oponen a diferentes textos del CC en los que se reafirma que la facultad de enajenar es
de la esencia de la propiedad, y por lo tanto el propietario no puede renunciar a ella. Esto acontece con ART
1810 CC. Esta norma dice relación con establecer que pueden venderse todas las cosas corporales e
incorporales cuya enajenación no este prohibida por la ley, por lo cual, solo la ley puede establecer la
prohibición de enajenación.
iv. Con respecto al ART 53 número 3 del reglamento del conservador de bienes raíces, se establece que
como es un reglamento, se trata de una norma infra legal, por lo cual, no puede decirse ni pretenderse
oponer un reglamento por sobre la ley, y de tal forma el artículo 53 N°3 no sería un argumento. Esto podría
ser discutible, ya que, a pesar de llamarse reglamento, es un decreto con fuerza de ley, por lo cual se
mandata el ejecutivo a realizar un decreto con fuerza de ley.
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Derecho Civil II
c) Se le asigna una validez relativa, siempre que cumplan con ciertos requisitos.
Las cláusulas de no enejar serían validas cumpliendo dos requisitos
i. Que no se impongan a través de ellas prohibiciones de carácter perpetuo.
ii. Que justifiquen un interés legítimo.
La cláusula de no enajenar constituye una obligación de no hacer, supuesta su validez, como lo hace esta
doctrina, si es infringida, señalan será aplicable el artículo 1555 CC relativo a las alternativas que tiene el
acreedor frente al incumplimiento, es decir, procede la indemnización de perjuicios sino puede deshacerse lo
hecho. Si el contrato es bilateral y el incumplimiento resulta ser grave tendrá aplicación el artículo 1489 del
CC, dándose paso a la resolución por incumplimiento.
Respecto de terceros, la cláusula en principio es inoponible, ya que solo produce efectos entre las partes. Sin
embargo, si el tercero adquirente conocía la cláusula y es posible acreditar su mala fe, puede verse obligado
a restituir la cosa. El fundamento descansa en los efectos de la resolución respecto de terceros, artículos
1490 y 1491 CC, mas no porque el contrato adolezca de un vicio de nulidad y haya sido declarada ésta
judicialmente.
Teoría del abuso del derecho
A pesar de ejercer dominio legalmente, se pueden causar daños a terceros.
Se rige por la regla de la responsabilidad extracontractual (ART 2314 y ss CC) . También encontramos
limitaciones de orden legal, Ej. Limitaciones propias del plan regulador municipal.
31.08
¿Qué es una comunidad?
En un sentido amplio, hay comunidad cuando un mismo derecho pertenece, conjuntamente a dos o más
sujetos. Una comunidad es la pluralidad de titulares de un derecho sobre una cosa. El derecho de cada
comunero no se identifica con una parte física de la cosa, sino que se proyecta sobre toda la cosa. Los
comuneros tienen el derecho de pedir la partición de la cosa en común, y tal partición se realiza por medio
de la venta en pública subasta de la cosa en común. La comunidad apareja la necesidad de una regulación o
estatuto. Se aplican las reglas del cuasicontrato de comunidad, fuente de las obligaciones (ART 2304 CC).
ART 2304 CC. “La comunidad de una cosa universal o singular, entre dos o más personas, sin que ninguna
de ellas haya contratado sociedad o celebrado otra convención relativa a la misma cosa, es una especie de
cuasicontrato”.
La comunidad puede tener por objeto una universalidad jurídica que nace de la sucesión por causa de
muerte, pero además puede tener por objeto una cosa singular. Tanto en el caso de una cosa universal, como
singular, los comuneros pueden darse una regulación a través de una convención, por ejemplo, celebrar un
contrato de sociedad. También puede suceder que la ley regule la situación de la comunidad.
Copropiedad se refiere a una cosa singular, y comunidad cuando se trata de una cosa universal. También se
piensa que comunidad es el género, y copropiedad la especie, o a veces se establece que se refieren a lo
mismo.
02.09
Comunidad
En un sentido amplio hay comunidad cuando un mismo derecho pertenece conjuntamente a dos o más
sujetos. La doctrina sostiene que la verdadera comunidad es la proindiviso, aquella en que el derecho de
cada comunero se extiende a toda y cada una de las partes de la cosa común.
Vidal/Peña Antonia Morales
Derecho Civil II
De esta forma, el derecho de cada titular recae sobre una parte físicamente determinada de la cosa única,
parte que corresponde exclusivamente al respectivo sujeto, que se extiende a otros sectores de la cosa, en la
que hay comunión con otros.
La comunidad pro divisa, corresponde a un haz de propiedades concurrentes a un mismo objeto, cuyas
partes, constitutiva cada una de un derecho perteneciente exclusivamente a un titular distinto, están unidas o
coligadas
Terminología
Para algunos autores, indivisión, condominio y copropiedad son sinónimos. Para otros la copropiedad o
condominio es una comunidad que tiene por objeto cosas singulares. La indivisión por su parte es un
término que hace referencia a los elementos activos de una universalidad de derecho.
La distinción que la doctrina acepta es aquella que entiende que son sinónimos comunidad e indivisión, por
una parte, y por otra, copropiedad y condominio. Entre ambas categorías existe una relación de género a
especie respectivamente.
Existe comunidad o indivisión cuando varias personas tienen sobre la totalidad de una misma cosa, y sobre
cada una de sus partes derecho de idéntica naturaleza jurídica, o un solo derecho. Cuando tal derecho es el
dominio o propiedad, la comunidad o indivisión toma el nombre específico de copropiedad o condominio.
Copropiedad
De tal forma, la copropiedad es el derecho de propiedad que tienen dos o más personas conjuntamente sobre
el total de una misma cosa y sobre cada una de sus partes, no sobre una parte materialmente determinada de
ella.
Teorías sobre la naturaleza jurídica de la copropiedad
i. Teoría clásica
La copropiedad no es un derecho esencialmente distinto del dominio, sino que una modalidad de él. El
derecho de propiedad, se encuentra fragmentado entre los diversos titulares, siendo la parte de cada
propietario, una parte ideal del derecho entero.
ii. Teoría Henri Capitant
Establece que la copropiedad trata de un derecho real que difiere del derecho real de dominio, así cada
titular puede adquirir parte de los frutos u obtener el uso de la cosa en ciertos casos, intervenir en la
administración, la facultad de la partición, etc.
Tipos de comunidad
i. Comunidad Roma
Versa sobre la distinción entre la parte ideal o abstracta que pertenece a cada comunero, llamada cuota parte,
y la misma cosa. Sobre la cuota parte, cada propietario tiene un derecho de dominio pleno y absoluto,
pudiendo disponer de ella, sin necesidad de contar con el consentimiento de los otros copropietarios. Ej.
Ceder, hipotecar, reivindicar, su cuota.
Sobre la cosa misma ningún copropietario tiene un derecho exclusivo, pues el derecho de cada uno se
encuentra limitado y paralizado por los derechos de los demás. Cualquier acto material o jurídico sobre la
cosa requiere del consentimiento de todos los comuneros. Esta teoría se critica por atentar contra la
característica de exclusividad del dominio, sin embargo, esta crítica se refuta ya que cada uno de los
comuneros tiene una parte indivisa del derecho y no todo éste.
Vidal/Peña Antonia Morales
Derecho Civil II
ii. Comunidad Germana
Este tipo de comunidad se denomina en mano común, en ella la cosa pertenece a la colectividad formada por
los copropietarios, es decir, todos se consideran como un solo titular del dominio. Cada comunero no tiene
ningún derecho real ni abstracto sobre parte alguna de la cosa en tanto dura la indivisión, sino que poseen un
derecho parcial de goce sobre la cosa común porque está limitado por el derecho de los demás.
La doctrina nacional estima que nuestro CC ha optado por la Teoría Romana, ya que diversas normas
reconocen la noción de cuota y permiten respecto de ella diversos actos sin necesidad de contar con el
consentimiento de los demás comuneros.
Fuentes de la indivisión
i. Un hecho
Ej. Muerte del causante, el cual origina la comunidad hereditaria en el evento en que existan dos o más
herederos.
ii. La voluntad del titular
La indivisión puede nacer de un contrato si dos o más personas adquieren en común una cosa, por cualquier
título traslaticio de dominio seguido de tradición.
iii. La ley
Ej. Ley de copropiedad inmobiliaria.
Clases de comunidad
i. Según el objeto sobre el cual recae la comunidad. Se distingue entre comunidad universal y comunidad
sobre una cosa singular.
a) Comunidad universal
a1) Universalidad de hecho
Conjunto de bienes muebles que, no obstante conservar su individualidad, forman un solo todo al estar
unidas por un vínculo, por la misma destinación normalmente de orden económico (Ej. Rebaño). No se
consideran universalidades de hecho las partes de un bien singular. La doctrina al hablar de universalidades
de hecho solo considera su activo.
a2) Universalidad jurídica
Comprende el conjunto de bienes, derecho y obligaciones, o relaciones jurídicas activas y pasivas (deudas)
consideradas como un todo indivisible. Ej. Patrimonio de una persona, el derecho real de herencia.
Respecto de estas últimas cabe preguntase si existe comunicabilidad o no de la cuota o parte de ella, de cada
comunero a cada una de las cosas sobre las que recae la universalidad, el objeto de la comunidad. Si
optamos por la comunidad Romana, la cuota se comunica a las cosas que forman la comunidad, esto
quedaría demostrado por el hecho que la partición, el conjunto de actos tendientes a la distribución de los
bienes comunes entre los comuneros en proporción a su cuota, tiene efecto atributivo, es decir, cuando a
cada comunero se le adjudica un bien, él es dueño del objeto desde el día de la adjudicación, siendo un título
traslaticio de dominio.
En nuestro sistema jurídico las cuotas del comunero, en una universalidad, no se comunican a los bienes que
conforman la universalidad.
Vidal/Peña Antonia Morales
Derecho Civil II
En virtud del ART 686 inc. 1, si la cuota de cada comunero se hubiese comunicado a las cosas sobre las que
recae la universalidad, y la herencia comprendiese inmuebles, su tradición debería efectuarse por medio de
dicha inscripción, más el legislador no lo menciona.
En virtud del ART 1344 inc. 3, se consagra el efecto declarativo y retroactivo de la partición. Una vez
efectuada la partición, el derecho de cada comunero es radicado en una cosa singular, la ley entiende que el
adjudicatario ha sido dueño de la cosa desde que se originó la comunidad, es decir, desde la muerte del
causante, o una vez celebrada la convención, o impuesta por la ley.
De tal forma tratándose de la indivisión que recae sobre una cosa singular, sí existe comunicabilidad de la
cuota del comunero a la cosa común.
ii. Según su fuente
Un hecho, la voluntad del titular y la ley.
iii. Según su duración
a) Comunidad temporal
Es aquella destinada a regir dentro de un lapso o tiempo determinado. Se trata de una indivisión temporal ya
que transcurrido 5 años se dará paso a la partición.
b) Comunidad perpetua
Es aquella que no está sujeta a un determinado lapso o período de tiempo.
Derecho de los comuneros
Debe distinguirse entre los actos jurídicos que pueden realizarse respecto de la cuota parte y los actos
materiales de uso o goce que pueden hacerse sobre la cosa común.
i. Actos jurídicos que los comuneros pueden realizar sobre su cuota
Cada comunero es considerado dueño individual y exclusivo de su cuota, pudiendo disponer de ella
libremente sin el consentimiento de los otros comuneros.
ii. Actos materiales que pueden hacer los comuneros sobre la cosa común
Cada comunero puede servirse para su uso personal de las cosas comunes, con tal que las emplee según su
destino ordinario y no entrabe el justo uso de los demás comuneros.
Administración de la cosa común
a) No existe administrador que gestione los intereses comunes
Como todos los comuneros tienen los mismos derechos sobre la cosa común, todos ellos tienen las mismas
facultades para intervenir en su administración. Los actos administrativos deben ser adoptados por la
unanimidad de los comuneros. Ante las dificultades que acarrea la unanimidad se permite la adopción por
mayoría absoluta.
b) Si existe administrador que gestione los intereses comunes
Él será el encargado de la administración, pudiendo ser escogido por la unanimidad de los comuneros o bien
por la mayoría absoluta.
Obligaciones de los comuneros
i. Deben contribuir a las expensas necesarias para la conservación de la cosa, ello es proporcionalmente a su
cuota.
Vidal/Peña Antonia Morales
Derecho Civil II
ii. Ninguno de los comuneros puede hacer innovaciones en los bienes comunes sin el consentimiento de los
otros. Entendiéndose por innovaciones las que cambien el destino de la cosa.
iii. Obligación de restituir a la comunidad. Cada comunero está obligado a restituir a la comunidad lo que
saca de ella, incluso los intereses corrientes de dineros comunes que haya empleado en negocios
particulares.
Responsabilidades de los comuneros
El principio básico es que cada comunero responde del pago de las deudas que afecta a los bienes comunes a
prorrata de sus respectivas cuotas de interés en la comunidad.
i. Responsabilidad por las deudas comunes contraídas durante la comunidad y en pro de ella
Respecto de estas deudas no es obligado sino el comunero que las contrajo, el cual tiene acción en contra de
la comunidad para el reembolso de lo que hubiere pagado por ellas, que exceda de la cuota que le
corresponde asumir.
Si la deuda ha sido contraída por los comuneros colectivamente, sin expresión de cuotas, todos ellos, son
obligados al acreedor por partes iguales.
ii. Inexistencia de responsabilidad por las deudas personales de los comuneros
Respecto de las deudas que benefician exclusivamente al comunero deudor, él es el único obligado frente a
su acreedor, quien puede embargarle la respectiva cuota en el bien común.
iii. Responsabilidad por los daños causados en las cosas y negocios comunes. Cada comunero responde
hasta culpa leve.
iv. La cuota del comunero insolvente grava a todos los demás en las prestaciones a que son obligados entre
sí los comuneros. Esta regla mira a la igualdad de los comuneros y tiende a evitar el perjuicio del que ha
hecho el desembolso.
Extinción de la comunidad
i. Por la reunión de las cuotas de todos los comuneros en una sola persona.
ii. Por la destrucción material de la cosa en común o su salida del comercio humano
iii. La partición
Es la operación por la cual el bien común se divide en tantos lotes cuantos comuneros haya, recibiendo cada
uno de éstos la propiedad exclusiva de uno de esos lotes. De esta manera las cuotas indivisas y abstractas de
cada uno de los comuneros se transforma en partes concretas y materiales, la propiedad indivisa es sustituida
por una propiedad unitaria.
05.09
Posesión
ART 700 CC. “La posesión es la tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor o dueño, sea que el
dueño o el que se da por tal tenga la cosa por sí mismo, o por otra persona que la tenga en lugar y a
nombre de él. El poseedor es reputado dueño, mientras otra persona no justifica serlo”.
Calidades que pueden tener las personas respecto de una cosa
i. Se puede ser dueño. Sujeto en virtud de ser titular del derecho real de dominio (ART 582 CC).
Otorga facultades materiales, y situaciones jurídicas como la enajenación.
Vidal/Peña Antonia Morales
Derecho Civil II
ii. Un sujeto puede ser poseedor. Se constituye como una situación de hecho jurídicamente protegida, dado
que el poseedor se reputa dueño mientras no se demuestre lo contrario. Responde a una situación fáctica
(ART 700 CC).
El dueño podrá las más de las veces se poseedor, es decir titular del derecho, demostrándose en los hechos
que es poseedor. Puede suceder que el poseedor no sea el dueño, y de así suceder, puede llegar a serlo.
iii. Mero tenedor.
ART 714 CC. “Se llama mera tenencia la que se ejerce sobre una cosa, no como dueño, sino en lugar o a
nombre del dueño. El acreedor prendario, el secuestre, el usufructuario, el usuario, el que tiene el derecho
de habitación, son meros tenedores de la cosa empeñada, secuestrada, o cuyo usufructo, uso o habitación
les pertenece.
Lo dicho se aplica generalmente a todo el que tiene una cosa reconociendo dominio ajeno”.
La mera tenencia es simplemente la tenencia de una cosa determinada, pero sin el ánimo de señor y dueño,
pues la tenencia se ejerce al lugar o nombre del dueño, reconociendo dominio ajeno. Ej. Arrendatario,
comodatario.
La situación normal es que exista coincidencia entre quien detenta el dominio y la posesión, sin embargo, es
común que se den situaciones donde no es así.
El dominio y la posesión semejanzas y diferencias
Semejanzas
i. Ambos recaen sobre cosas determinadas.
ii. Ambos reciben protección jurídica, para ambos existe tutela.
iii. Son de ejercicio exclusivo, pues ambos tienen la facultad de excluir, es decir, son exclusivas.
Diferencias
i. En el caso del dominio, existe una relación jurídica formal, constituido por un titular y una cosa, como
derecho real. Por el contrario, la posesión es una situación de hecho o relación material de tal suerte que la
relación que se constituye es distinta.
ii. Los métodos de protección son distintos. En el caso del dominio, la protección está dada por la acción
reivindicatoria (en el caso de un dueño que pierde la posesión). En el caso de la posesión, la protección está
dada por acciones posesorias, de tal manera que las acciones son distintas.
Como consecuencia de la relación jurídica del dominio, y material de la posesión, como el dominio es un
derecho, el dominio se transfiere y trasmite. La posesión no es un derecho, por lo cual no se transfiere ni
transmite, sino que los poseedores adquieren la posesión cumpliendo con los requisitos para ello.
Bienes inmuebles
Debido a la operatividad del sistema registral, es necesario distinguir a los bienes inmuebles inscritos y no
inscritos. Hoy en día lo normal es que los inmuebles estén en el sistema registral, sin embargo, hay algunas
que no lo están, y por lo mismo hay que responder a la interrogante de qué ocurre con la adquisión,
conservación y perdida de la posesión respecto de estos bienes inmuebles no inscritos.
Adquisión de los inmuebles no inscritos
Es indispensable discutir si se invoca o no título, y de que clase es este.
i. Si no se invoca ningún título, es decir, hay un simple apoderamiento del título, se entiende que es posible
adquirir la posesión de un inmueble no inscrito por apoderamiento del título.
ART 726 CC. “Se deja de poseer una cosa desde que otro se apodera de ella con ánimo de hacerla suya;
menos en los casos que las leyes expresamente exceptúan”.
ART 729 CC. “Si alguien, pretendiéndose dueño, se apodera violenta o clandestinamente de un inmueble
cuyo título no está inscrito, el que tenía la posesión la pierde”.
ii. Cuando se invoca un título, pero este no es traslaticio de dominio, es posible adquirir la posesión de un
bien inmueble no inscrito, invocando un título no traslaticio no siendo necesario realizar inscripción alguna.
Esto es lo ocurre cuando se ocupa como título la accesión, es decir, quien es dueño de la cosa principal, se
convierte también en dueño también de las accesorias, dado que lo accesorio sigue la suerte de lo principal,
y de tal forma no se debe inscribir.
Vidal/Peña Antonia Morales
Derecho Civil II
Además, encontramos el caso de la sucesión por causa de muerte, donde existe un fenómeno de tradición,
por lo tanto, al momento de la muerte del causante, aunque se ignore el hecho de ser heredero, se adquiere la
posesión legal de la herencia por la sola voluntad de la ley, esto dado que se continua la personalidad
jurídica del causante, por lo cual, se adquiere la posesión por deferencia.
ART 722 CC. “La posesión de la herencia se adquiere desde el momento en que es deferida, aunque el
heredero lo ignore”.
ART 703 CC. “El justo título es constitutivo o translaticio de dominio. Son constitutivos de dominio la
ocupación, la accesión y la prescripción. Son translaticios de dominio los que por su naturaleza sirven para
transferirlo, como la venta, la permuta, la donación entre vivos”.
No es título posesorio para adquirir bienes raíces no inscritos, tanto la ocupación como la prescripción, dado
que, en primer lugar, se tendrá que recordar el artículo 590 del CC.
ART 590 CC. “Son bienes del Estado todas las tierras que, estando situadas dentro de los límites
territoriales, carecen de otro dueño”.
Por lo tanto, si se abandona el dominio formalmente de un inmueble, el dominio y posesión no se transforma
en una cosa de nadie, sino que pasa a ser parte del estado, siendo el estado el dueño y poseedor, no siendo
admisible la ocupación. Los inmuebles no son cosas de nadie, ya que inmediatamente pasan a ser parte del
fisco.
Si no se puede poseer un inmueble que es de nadie, no se podrá cumplir con los requisitos de la
prescripción.
iii. Cuando el título es traslaticio de dominio (aquellos que sirven para la transferencia del dominio), se
requiere necesariamente la tradición, lo que se requiere en el caso de bienes inmuebles, por lo cual, la única
forma de adquirir es a través de la inscripción. Sin embargo, el problema suscita en el caso de los inmuebles
no inscritos.
ART 724 CC. “Si la cosa es de aquellas cuya tradición deba hacerse por inscripción en el Registro del
Conservador, nadie podrá adquirir la posesión de ella sino por este medio”.
a) Argumentos de aquellos autores que estiman necesaria la inscripción, sea para adquirir la posesión regular
e irregular
En primer lugar, se utiliza como argumento el tenor literal del ART 724 CC, en cuanto no distingue entre
bienes inscritos y no inscritos. En segundo lugar, se establece como argumento el artículo 696 CC.
ART 696 CC. “Los títulos cuya inscripción se prescribe en los artículos anteriores, no darán o transferirán
la posesión efectiva del respectivo derecho, mientras la inscripción no se efectúe de la manera que en
dichos artículos se ordena; pero esta disposición no regirá sino respecto de los títulos que se confieran
después del término señalado en el reglamento antedicho”.
Este artículo señala como sanción a la no inscripción la de no conceder la posesión respecto del bien
inmueble del que se trate. De tal forma, se establece que se requiere la inscripción puesto que existe la
sanción de no existir posesión respecto de bienes inmuebles no inscritos.
En tercer lugar, establecen que es necesario invocar el espíritu de la legislación en relación con la posesión
de los bienes inmuebles, pues el codificador le da importancia a la inscripción conservativa.
b) Argumentos de autores que estiman no necesaria la inscripción
En primer lugar, hay un sector de la doctrina que estima que la inscripción es innecesaria tratándose de
bienes raíces no inscritos, para adquirir al menos la posesión irregular. Además, señalan que el ART 724 CC
se refiere solo a los inmuebles que ya se encuentran dentro del sistema registral. Esto se refuerza dado el
tenor de los ARTS 728 y 729 CC.
Vidal/Peña Antonia Morales
Derecho Civil II
ART 728 CC. “Para que cese la posesión inscrita, es necesario que la inscripción se cancele, sea por
voluntad de las partes, o por una nueva inscripción en que el poseedor inscrito transfiere su derecho a otro,
o por decreto judicial.
Mientras subsista la inscripción, el que se apodera de la cosa a que se refiere el título inscrito, no adquiere
posesión de ella ni pone fin a la posesión existente”.
De tal forma, si no se es poseedor inscrito, no se aplicaría el ART 728 CC.
ART 729 CC. “Si alguien, pretendiéndose dueño, se apodera violenta o clandestinamente de un inmueble
cuyo título no está inscrito, el que tenía la posesión la pierde”.
Este artículo supone que a pesar de que el titulo no esté inscrito, igualmente se podría adquirir la posición.
Además, se señala el argumento del ART 730 CC.
ART 730 inc. Final. “Con todo, si el que tiene la cosa en lugar y a nombre de un poseedor inscrito, se da
por dueño de ella y la enajena, no se pierde por una parte la posesión ni se adquiere por otra, sin la
competente inscripción”.
Este artículo no se refiere a los bienes inmuebles no inscritos, pudiéndose de tal forma adquirir la posesión.
ii. Conservación
iii. Perdida
Se pierde si se pierde de forma simultánea el corpus y el animus
Requisitos de la tradición
Es necesario pensar en lo que genuinamente es la tradición como entrega jurídica. Se debe pensar que la
entrega va acompañada de una voluntad, de una intención de transferir de una parte, y de adquirir de la otra.
Se requiere además que quien transfiere (el tradente), tenga en definitiva la facultad de transferir el dominio
de la cosa, y que a quien llamamos adquiriente, manifieste su intención de adquirir la cosa y su capacidad
para hacerlo. De tal forma, para que se produzca el efecto virtuoso de la transferencia del dominio, por un
lado, el vendedor o tradente debe tener la facultad de transferir el dominio de esa cosa, y, por otro lado,
respecto del adquiriente, este debe tener capacidad de adquirirla.
El legislador habla de la facultad de enajenar y adquirir. El adquiriente, aunque tenga la intención y la
capacidad para adquirir, no adquiere en el caso de que quien transfiere no tenga la capacidad de transferir el
dominio, por lo cual, la tradición pasaría de ser un título traslaticio de dominio, a resultar como un título
posesorio, dado que la tradición es un título posesorio cuando el tradente no tiene la capacidad de enajenar.
ART 672 CC. “Para que la tradición sea válida debe ser hecha voluntariamente por el tradente o por su
representante. Una tradición que al principio fue inválida por haberse hecho sin voluntad del tradente o de
su representante, se valida retroactivamente por la ratificación del que tiene facultad de enajenar la cosa
como dueño o como representante del dueño”.
ART 673 CC. “La tradición, para que sea válida, requiere también el consentimiento del adquirente o de su
representante. Pero la tradición que en su principio fue inválida por haber faltado este consentimiento, se
valida retroactivamente por la ratificación”.
La tradición requiere de la concurrencia de dos voluntades. El lenguaje utilizado cambia en el ART 672 Y
673 CC, dado que es un lenguaje que nos permite acercarnos a la naturaleza jurídica de la tradición, ya que
es un modo de adquirir en cuanto a su consecuencia, pero respecto de su naturaleza corresponde a una
convención, es decir, un acto jurídico bilateral que produce el efecto particular de extinguir la obligación de
entregar.
Quien hace la tradición, lo hace porque está obligado en virtud de un título traslaticio, por lo tanto, la forma
de justificar el pago, es la tradición.
Vidal/Peña Antonia Morales
Derecho Civil II
De tal forma, la validez de la tradición depende del consentimiento del adquiriente y la voluntad de
transferir del tradente. No hay duda de que estamos en presencia de una convención que no es un contrato,
ya que este crea derechos y obligaciones, y la tradición extingue una obligación.
El legislador no distingue entre inexistencia y validez, entonces si falta la voluntad, la consecuencia que se
sigue es la nulidad absoluta la cual puede ratificarse. La nulidad puede declararse de oficio o a petición de
parte, cualquiera que tenga interés en ello.
La sanción que debiese aplicarse es la nulidad absoluta y estrictamente la inexistencia, y si ese es el caso no
cabría la ratificación, sin embargo, el legislador está pensando en que, a falta de voluntad de quien tiene la
facultad de enajenar la cosa, es decir, el tradente o su representante, no se trataría de un caso donde la
tradición es inválida, sino que existiría una voluntad manifestada por quien no era dueño.
Hay un acto jurídico que se perfeccionó y la tradición se celebra como la venta de cosa ajena, realizada por
quien no tenía la facultad de transferirla al ser una persona distinta al dueño, faltando la voluntad de quien
tiene la capacidad para hacerlo. Esta tradición es válida pero no produce su efecto natural de transferir el
dominio por no haber sido hecho por quien tenía la facultad de transferir el dominio. En ese caso, cuando el
legislador utiliza la expresión “válida”, está refiriéndose a eficaz, es decir, a que no producirá su efecto de
transferir el dominio.
Si realiza la tradición voluntariamente quien tiene la facultad de transferir el dominio en los términos del
código, será válida la tradición, realizada voluntariamente por el tradente o su representante. De no ser de tal
forma, luego se puede validar retroactivamente por quien tiene la facultad de enajenar
La ratificación guarda relación con la aceptación de algo que se hizo por otro sin tener la facultad de
hacerlo, por ejemplo, el mandato en que el mandatario actúa sin facultades.
Se habla de un supuesto en que el legislador establece que si se celebra una compraventa con quien no era
dueño, la compraventa es válida pero inoponible al dueño, pudiendo ejercerse la acción reivindicatoria
mientras el comprador no adquiera por prescripción adquisitiva. Podría hacerse dueño, en caso de que, en un
plazo menor a un año, apareciere el dueño y ratificara la tradición.
ART 682 CC. “Si el tradente no es el verdadero dueño de la cosa que se entrega por él o a su nombre, no se
adquieren por medio de la tradición otros derechos que los transmisibles del mismo tradente sobre la cosa
entregada. Pero si el tradente adquiere después el dominio, se entenderá haberse éste transferido desde el
momento de la tradición”.
Deben concurrir en este acto jurídico bilateral los requisitos generales de todo acto o contrato establecidos
en el ART 1145 CC. Se suman otros que tienen que ver con la eficacia de la tradición. La particularidad es
que, si no concurre la capacidad de enajenar o capacidad de adquirir, puede subsanarse por el dueño o por
quien tenía la facultad de adquirir o sus representantes.
ART 1815 CC. “La venta de cosa ajena vale, sin perjuicio de los derechos del dueño de la cosa vendida,
mientras no se extingan por el lapso de tiempo”.
Es menester distinguir entre “entrega” en sentido amplio y “enajenación”. La entrega se constituye como
género, y la enajenación o tradición como la especie.
17.10
Como ya se ha establecido, la tradición se trata de un modo de adquirir el dominio derivativo, que puede
operar a título singular o universal, el cual en cuanto a su naturaleza jurídica se trata de una convención, un
acto jurídico bilateral cuyo objeto consiste en la extinción de una obligación. La tradición corresponde a la
forma en que se efectúa el pago, tratándose de obligaciones de dar. El pago constituye un medio de
extinción de las obligaciones conforme lo establece el ART 1567 N°1 CC.
Vidal/Peña Antonia Morales
Derecho Civil II
Estamos en presencia de una convención, donde existen dos o más partes. Una parte es el tradente y la otra
el adquiriente, requiriéndose de un consentimiento exento de vicios.
La tradición, como se trata de una convención, es distinta al título traslaticio de domino, el cual corresponde
a un acto jurídico bilateral, tal como la compraventa, donación, contrato de mutuo, etc. La convención posee
ciertos requisitos generales de todo acto jurídico los cuales se consagran el ART 1445, y en la regulación de
la tradición, en los ART 670 y SS del CC se constituyen reglas especiales.
La peculiaridad de esta convención es que se trata de una convención causada, que necesariamente tiene una
causa que es el título, el cual es el antecedente que explica o justifica la tradición, y como se trata de una
convención causada en el título, lo que pueda afectar al título afecta a la tradición. Esto explica el por qué la
nulidad del contrato o ineficacia de un acto jurídico en generar puede producir efectos restitutorios respecto
de terceros, ya que se deja sin efecto el contrato.
Puede suceder que la tradición quede sin efecto, pero el título y la obligación subsistan.
¿Cuál es el efecto de la tradición o cuando se entiende que esta es eficaz y ha producido sus efectos?
La tradición produce un efecto cual es, el de transferir el domino de manera que, si afirmamos que una
tradición es eficaz, lo que se estaría afirmando es que la tradición a transferido el dominio. Sin perjuicio de
lo anterior existen casos donde la tradición produce efectos diversos como en el caso donde el tradente no es
dueño. De no ser dueño, la tradición que se ha producido es válida, pero no se produce lo que las partes han
querido, es decir, la transferencia del domino, dado que la tradición requiere por parte del tradente la
intención de transferir el dominio, y por parte del adquiriente la intención de adquirirlo. Existen tradiciones
que no producen el efecto de transferir el dominio, apareciendo el titulo posesorio de tradición pudiendo
adquirir el dominio por prescripción adquisitiva.
Requisitos de la tradición
1. Existencia de dos partes
En la tradición encontramos el tradente y el adquiriente.
i. Requisitos que deben concurrir en el tradente
Según el ART 670 CC, respecto del tradente se requiere la facultad de disponer o enajenar la cosa, y la
intención de enajenarla. Cuando se habla de esta facultad, no se piensa solo en la capacidad de ejercicio o
capacidad de enajenar, sino que también se piensa en el poder de enajenar, por lo cual se entiende que
cuando el legislador exige la facultad de enajenar se refiere a la legitimación de hacerlo, es decir, la persona
del tradente está legitimada para disponer de la cosa, teniendo la voluntad o poder de hacerlo. Es posible que
se produzca el caso del incapaz relativo el cual no tiene la posibilidad de enajenar. Existen, además, otros
casos en donde no se tiene la capacidad de enajenar, tal como en el caso de los representantes legales, los
cuales requieren para enajenar bienes raíces, de una autorización judicial.
De faltar la facultad de enajenar, las consecuencias que apareja son diversas, pues por ejemplo en el caso de
la tradición realizada por un incapaz relativo o por un representante legal sin autorización, esta adolecerá de
nulidad relativa. Si se trata de un mandatario que actúa sin facultades, la sanción será la inoponibilidad.
El código civil prevé la posibilidad de que la tradición sea efectuada por representantes legales o
convencionales.
ART 674 CC. “Para que sea válida la tradición en que intervienen mandatarios o representantes legales, se
requiere además que éstos obren dentro de los límites de su mandato o de su representación legal”.
El legislador establece la validez como sinónimo de eficacia. Si el mandatario actúa fuera de los límites de
su mandato el acto es válido o, en otros términos, la limitación del mandatario no envuelve la invalidez de
su actuación, sino que ineficacia al ser inoponible.
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ii. Requisitos que deben concurrir en el adquiriente
En el adquiriente se requiere la capacidad de adquirir, ya no habla de facultad, sino que de capacidad. Para
el profesor Alessandri, la norma se refiere a la capacidad de goce, que acarrea el problema de que todos y
todas tendríamos la capacidad de adquirir. Otros (Somarriba) establecen que la norma se refiere a la
capacidad de administrar libremente los bienes en virtud del ART 1578.
ART 1578 CC. “El pago hecho al acreedor es nulo en los casos siguientes:
1º. Si el acreedor no tiene la administración de sus bienes; salvo en cuanto se probare que la cosa pagada
se ha empleado en provecho del acreedor, y en cuanto este provecho se justifique con arreglo al artículo
1688”.
En complemento, Peñailillo sostiene que la norma alude al pago en la tradición debe realizarse con
capacidad de ejercicio, y de no realizarse con ella, la tradición será inválida.
De tal forma, el adquiriente requiere de la intención de adquirir, la cual supone la capacidad de ejercicio.
2. Se requiere del consentimiento debido a que es una convención, por lo cual es un requisito de existencia
De lo que se requiere es de una voluntad especifica que es, por un lado, la voluntad de transferir y por otro
lado la intención de trasmitir. El concurso de estas dos voluntades es el consentimiento que se requiere en la
tradición. Este consentimiento puede manifestarse personalmente o por medio de representantes, este
consentimiento puede manifestarse personalmente o por medio de representantes, el punto es que el
representante, sea un mandatario o un representante legal, debe actuar dentro de los límites del mandato o
autorización legal (ART 671 CC).
La tradición es un acto jurídico causado, por cuanto el antecedente jurídico de esta tradición se encuentra en
el título, por lo cual, en el titulo se plasma o es posible encontrar la intención de transferir o adquirir. El
título no transfiere el dominio, por lo cual, se requiere de un modo, y en el caso de los títulos traslaticios de
dominio, el modo es la tradición.
El consentimiento debe ser exento de vicios de acuerdo al ART 1445 CC. De tal forma, se habla de los
vicios del consentimiento de la tradición, los cuales son los mismos de aquellos que pueden afectar a
cualquier acto jurídico bilateral, sin embargo, el código presta especial atención al vicio del error. El error en
materia de tradición tiene una regulación particular.
ART 676 CC. “Se requiere también para la validez de la tradición que no se padezca error en cuanto a la
identidad de la especie que debe entregarse, o de la persona a quien se le hace la entrega, ni en cuanto al
título.
Si se yerra en el nombre sólo, es válida la tradición”.
ART 677 CC. “El error en el título invalida la tradición, sea cuando una sola de las partes supone un
título translaticio de dominio, como cuando por una parte se tiene el ánimo de entregar a título de
comodato, y por otra se tiene el ánimo de recibir a título de donación, o sea cuando por las dos partes se
suponen títulos translaticios de dominio, pero diferentes, como si por una parte se supone mutuo, y por otra
donación”.
La tradición será inválida, si es que se incurre en un error acerca de la identidad de la cosa tradida, acerca de
la identidad de la persona a la que se le hace la entrega (adquiriente), y también, sera invalida la tradición en
la que se padece un error en cuanto al título.
a. Error en la cosa tradida (ART 676 CC)
En virtud de la regla del ART 1453 CC, cuando se trata del error obstáculo o esencial que recae en la
identidad de la cosa, y el error en la naturaleza o especie del título, la tradición no será nula de nulidad
relativa, sino que será nula de nulidad absoluta e inexistencia al entenderse que no hay consentimiento.
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b. Error en la persona a quien se le hace la entrega (ART 676 CC)
En cuanto al error en la identidad de la persona y el nombre de ella, si se erra en su nombre, la tradición es
válida, el error debe recaer en la identidad de la persona y la sanción será la nulidad relativa, por lo cual,
para el legislador la tradición es un acto jurídico intuito personae, es decir, lo que determina la voluntad es la
persona del adquirente. Esta regla se vincula con el ART 1576 CC.
c. Error en el título (ART 677 CC)
En cuanto al error en la naturaleza del título, se establece que este error se puede dar en el caso de que una
parte entienda que se trata de un título traslaticio de dominio, y la otra entienda que se trata de un título de
mera tenencia. Además, encontramos el caso en que ambos entienden que se trata de un título traslaticio,
pero de una distinta especie, tal como un muto y una donación.
19.10
iii. Existencia de un título traslaticio de dominio válido (ART 675)
Cualquier acto que sirva de antecedente para la adquisición del dominio (muto, venta, donación, aporte en la
sociedad, la novación), o bien, los que no son los títulos de mera tenencia, que reconocen el dominio ajeno
como el arrendamiento.
Se trata de una convención causada, un antecedente jurídico inmediato, que explica que se tiene la aptitud de
transferir el dominio. Si es invalido, sea de nulidad absoluta o relativa, y se declara entonces la convención
nula, entonces se daría un efecto retroactivo respecto de la cosa. Si no hay título traslaticio de dominio no
habrá tradición. El título (contrato de compraventa, por ejemplo) implica la realización de la tradición, es
decir, cumplir la obligación de entrega tanto material como jurídica. El título en la tradición es importante
porque en éste se contiene la voluntad de transferir y de adquirir de las partes y además permite diferenciar
la simple entrega material, de la tradición, que requiere de este elemento intencional. De este modo el título
traslaticio opera como causa de la tradición.
El título es el acto jurídico que sirve de antecedente más o menos próximo a la adquisición del dominio o a
la causa inmediata del derecho. También se llama título traslaticio al documento en que hay constancia de lo
anterior (ejemplo, una escritura pública). Aquí se agrupan todos aquellos actos que por su naturaleza sirven
para transferir el dominio, cualquiera que sea la clase de acto jurídico de que se trate.
Requisitos del Título Traslaticio
i. El título debe ser válido (ART 675 CC)
En otros términos, la nulidad del título hace que no pueda operar la tradición, ya que todo defecto o vicio de
aquél alcanza a ésta. Una manifestación de que el título debe ser válido está en el ART 679 CC, que señala
que, si la ley exige solemnidades para la enajenación, no se transfiere el dominio sin ellas.
ii. Este título debe ser válido respecto de la persona a la que se le confiere. Así, por ejemplo, no es título
válido la compraventa entre cónyuges no separados judicialmente o entre padre e hijo de familia no
emancipado (ART 1796 CC).
21.10
4. Entrega de la cosa
i. La tradición sobre bienes muebles o derechos reales que recaen sobre ellos (684 CC)
ART 684 CC. “La tradición de una cosa corporal mueble deberá hacerse significando una de las partes a
la otra que le transfiere el dominio, y figurando esta transferencia por uno de los medios siguientes:
1º. Permitiéndole la aprensión material de una cosa presente;
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2º. Mostrándosela;
3º. Entregándole las llaves del granero, almacén, cofre o lugar cualquiera en que esté guardada la cosa;
4º. Encargándose el uno de poner la cosa a disposición del otro en el lugar convenido; y
5º. Por la venta, donación u otro título de enajenación conferido al que tiene la cosa mueble como
usufructuario, arrendatario, comodatario, depositario, o a cualquier otro título no translaticio de dominio;
y recíprocamente por el mero contrato en que el dueño se constituye usufructuario, comodatario,
arrendatario, etc”.
La forma en que se realiza la tradición se encuentra en el ART 684 en su inciso primero, es decir,
“significando una de las partes a la otra que le transfiere el dominio, por los medios que indica el
legislador”, dado que la enumeración de medios consiste en la forma en que se manifiesta la tradición.
Respecto de esta enumeración se ha planteado la pregunta de si es o no taxativa, problema que queda vacío
de cierto modo por dos motivos. En primer lugar, se establece que los numerales del artículo son los
suficientemente amplios para entender cualquier figuración de entrega y, en segundo lugar, la forma de
efectuar la tradición propiamente dicha es el inciso primero, por lo tanto, mientras la figuración de la entrega
cumpla con los requisitos del inciso primero, no hay problema en extenderla a otras formas.
N°1) Permitiéndole la aprensión material de una cosa presente
El número uno, se conoce como tradición real, ya que, en definitiva, es aquella en que la cosa es
materialmente pasada de mano del tradente al adquirente, es decir, es lo que normalmente tiene que pasar en
la tradición. En el derecho romano se le denomina “de mano a mano”.
En relación a la posesión, cuando el título es traslaticio de dominio nunca debe faltar la tradición debido a
que, si no hay entrega material o al menos una circunstancia que posibilite la aprensión material, no hay
corpus, y no hay posesión, por lo cual, la tradición es sumamente importante desde el punto de vista
práctico. Si el tradente no es dueño, a pesar de que el modo no desplegará sus efectos normales que es la
transferencia del dominio, constituye en poseedor al adquirente, por lo cual se establece que la tradición
sigue siendo eficaz a pesar de que se pueda distinguir entre efectos normales y anormales. La tradición
siempre es eficaz.
Tradición ficta
La segunda forma de tradición, es la que se denomina tradición ficta, y es aquella donde el tradente no
entrega físicamente la cosa al adquiriente mano a mano, sino que se manifiesta en actos jurídicos, hechos o
gestos, que por sí mismos son capaces de manifestar la voluntad de transferir el dominio, y en particular, el
código establece cuatro casos de tradición ficta que incluye todos los casos que se encuentran en el ART 684
N°1 CC.
N°2) La tradición de larga mano
Aquella en virtud del cual el tradente muestra la cosa objeto de la tradición, y consiste en apuntar con la
mano.
Ej. Si alguien está en un bazar y quiere comprar una coca cola, le señala al vendedor la bebida para que
entienda que quiere comprarla.
N° 3 y 4) Tradición simbólica
Entrega al adquirente las llaves de donde se encuentra la cosa objeto de la tradición o encargándose el uno
de poner la cosa a disposición del otro en el lugar convenido.
En el primer caso, naturalmente esto se explica cuando no es posible tener la cosa que se pretende transferir
físicamente en las manos, por lo tanto, un símbolo de la tradición, por ejemplo, de un auto, sería entregar la
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llave. Lo mismo se aplica a los inmuebles no inscritos, ya que, dado que la tradición no se hace por la
inscripción, un medio sería entregando la llave.
N°5) Tradición de breve mano y constituto posesorio
La primera hipótesis se produce cuando el mero tenedor adquiere el dominio de la cosa y retiene en su poder
con ánimo de dueño. Por ejemplo, el arrendatario o el usufructuario compra el inmueble respecto del cual
era mero tenedor. Se denomina de breve mano porque no hay una entrega propiamente dicha, dado que el
mero tenedor se queda con la cosa de la que estaba tentando en calidad de mero tenedor, por lo cual, es
importante la celebración del acto jurídico, ya que en ningún caso se adquiere el dominio por compraventa.
En la hipótesis de la cláusula de constituto posesorio, lo que se trata de evitar es una doble entrega, es decir,
se parte como dueño y se termina como mero tenedor (684 N°5 CC).
Ej. X quiere transferirle el dominio a su hijo, por lo cual, se produce un acto jurídico de enajenación, y X
pasa a ser dueño a mero tenedor.
Regla especial ART 685 CC. Tradición de derechos reales sobre cosa corporal mueble
a. Tradición de muebles por anticipación
Son aquellos que por naturaleza son inmuebles, pero se reputan muebles para efectos de constituir derechos
reales en favor de terceros (ART 571 CC). La tradición se genera con la separación de los objetos,
poniéndose de acuerdo el comprado con el vendedor, sobre la hora y día en que puede recogerlos.
ART 685 CC. “Cuando con permiso del dueño de un predio, se toman en él piedras, frutos pendientes u
otras cosas que forman parte del predio, la tradición se verifica en el momento de la separación de estos
objetos.
Aquél a quien se debieren los frutos de una sementera, viña o plantío, podrá entrar a cogerlos, fijándose el
día y hora de común acuerdo con el dueño”.
b. Tradición de muebles registrales
El único mueble registral en nuestro sistema son los vehículos motorizados, ya que existe un registro
nacional de vehículos motorizados que está a cargo del registro civil de identificación, que son los que
emiten el padrón como título demostrativo del título de dominio, y busca llevar la publicidad de este tipo de
bienes. Cabe preguntarse si la inscripción de los muebles registrales es el modo de producir la tradición, la
cual sería una tradición ficta.
Se establece que no es la forma de realizar la tradición, sin embargo, para efectos probatorios se requiere la
inscripción, dado que lo que sucede es que, quien aparece como dueño del padrón, se presume dueño, por lo
tanto, en ese caso y teniendo presente el decreto supremo 1111 y la ley 18.290, se tiene que entender que
solo viene efecto de publicidad y efectos probatorios, por lo cual no es la forma de efectuar la tradición.
ii. Tradición de los derechos reales sobre cosas corporales inmuebles (ART 686 CC)
ART 686 CC. “Se efectuará la tradición del dominio de los bienes raíces por la inscripción del título
(compraventa, donación, permuta) en el Registro del Conservador.
De la misma manera se efectuará la tradición de los derechos de usufructo o de uso constituidos en bienes
raíces, de los derechos de habitación o de censo y del derecho de hipoteca.
Acerca de la tradición de las minas se estará a lo prevenido en el Código de Minería”.
Se deduce que esta tradición es ficta, dado que para el caso del sistema registral el legislador ha establecido
que la forma de efectuar la tradición es la inscripción conservaticia, ya que la inscripción es una forma de
entrar en la posesión de los bienes raíces conforme al ART 724, es garantía de la inscripción conforme al
ART 728, es prueba de la inscripción en virtud del ART 924, y mantiene la historia de la propiedad raíz.
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La servidumbre no se menciona, sin embargo, conforme al ART 696 CC, se realiza por escritura pública, sin
embargo, no es necesario que exista una escritura pública distinta al título. Las servidumbres de
alcantarillados sobre predios urbanos, sí deben inscribirse.
iii. Tradición de derechos personales
Son cosas incorporales que pueden transferirse por causa de muerte o entre vivos. Esta tradición se define
como la convención en cuya virtud el acreedor transfiere su crédito a otra persona llamada cesionario, el que
pasa a ocupar la situación jurídica del cedente en el derecho cedido.
A la tradición de derechos personales se le denomina cesión de créditos. Comparte ciertos rasgos con otras
figuras en donde también se transfiere el crédito, por ejemplo, la renovación por cambio de acreedor. Se
regula en el código en el ART 1906 y SS, dado que previo a la cesión de crédito precede la compraventa.
Requisitos
Entre el cedente y el cesionario
1. Que el crédito sea susceptible de cederse, lo que en general nos evoca al ART 1684 CC.
2. Debe mediar un título traslaticio de dominio.
Ej. Compraventa o donación
Requisitos para que la cesión sea oponible al deudor. Entre el deudor y el tercero
1. Para ser oponible el cesionario tiene que notificar al deudor o que el deudor acepte la cesión.
Es oponible la cesión si el cesionario, adquiriente o comprador, notifica al deudor, es decir, le hace saber, o
si el deudor acepta la cesión.
ART 1902 CC. “La cesión no produce efecto contra el deudor ni contra terceros, mientras no ha sido
notificada por el cesionario al deudor o aceptada por éste”.
De no realizarse la notificación y de no aceptarse la cesión, lo que se produce es la inoponibilidad de la
cesión (ART 1985 CC).
ART 1905 CC. “No interviniendo la notificación o aceptación sobredichas, podrá el deudor pagar al
cedente, o embargarse el crédito por acreedores del cedente; y en general, se considerará existir el crédito
en manos del cedente respecto del deudor y terceros”.
Esto no significa que el deudor queda exento de la deuda u obligación, significa que el cesionario no le
puede cobrar al deudor, ni el deudor responde ante el cesionario, solo responderá respecto del cedente.
Si se ha cedido un mismo crédito a dos o más personas, se hace prevalecer el derecho del cesionario que
haya notificado primero al deudor, o que el cesionario haya aceptado primero su cesión, existiendo
responsabilidad contractual para los demás.
No importa que compraventa o título sea el más antiguo, importa que cesión haya sido oponible primero al
deudor, por lo cual, prima la cesión que se haya notificado o aceptado primero.
El cesionario pasa a ocupar el lugar jurídico del cedente, es como si el cedente viniese a cobrar después, y
como consecuencia de la cesión, el crédito cedido comprende todos los privilegios inherentes al crédito, sus
fianzas y sus hipotecas. En general todas las cauciones.
No se transfieren las acciones y excepciones de carácter personal del cedente (ART 1906 CC).
Ej. Suspensión de la prescripción, compensaciones (modo especial de extinguir las obligaciones).
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La contra excepción a esta excepción es el ejercicio de la nulidad relativa, dado que a pesar de que esta es
para aquellos en cuyo beneficio se ha declarado, conforme al ART 1684 CC, si se cede un crédito en ese
sentido, podrá alegarse la nulidad relativa.
iv. Cesión del derecho real de herencia
Se regula bajo las normas de la cesión de crédito, y además por la regla del ART 684 de los bienes muebles,
esto dado que el derecho real de herencia es una abstracción jurídica, no se sabe si es mueble o inmueble,
por lo que se aplica el estatuto general de los bienes muebles, dado que entre los bienes inmuebles se da un
tratamiento más agravado y excepcional, con lo que no se quiere establecer que el derecho real de herencia
es mueble, sino que como no se sabe si es mueble o inmueble, se aplican las normas del ART 684 CC.
Prescripción adquisitiva (ART 2492 CC)
ART 2492 CC. “La prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de extinguir las acciones y
derechos ajenos, por haberse poseído las cosas o no haberse ejercido dichas acciones y derechos durante
cierto lapso de tiempo, y concurriendo los demás requisitos legales.
Una acción o derecho se dice prescribir cuando se extingue por la prescripción”.
Existen dos tipos de prescripción, la adquisitiva o extintiva.
i. Adquisitiva
Consiste en adquirir una cosa por el paso de cierto tiempo y se denomina usucapión. En definitiva, es un
modo de adquirir derechos reales por una posesión continua durante cierto tiempo, con la concurrencia de
los demás requisitos legales.
ii. Extintiva
Modo de extinguir acciones y derechos. No se extingue propiamente la obligación, sino que pierde su
exigibilidad.
Ej. Si no se ejerce una acción para demandar el cumplimiento del contrato en un plazo de 5 años, no se
puede exigir.
El legislador cierra el articulado del código con la prescripción, dado que lo que hace la prescripción es
mantener o procurar la seguridad y certeza jurídica del sistema.
24.10
La prescripción es una sanción a la negligencia, dado que un dueño diligente está preocupado de estar en
posesión, o de reaccionar o emplear un medio de tutelar reactivo frente a la perturbación de la propiedad.
Tratándose de la prescripción adquisitiva existe un argumento práctico, dado que la inscripción del título en
el registro conservaticio respectivo, no prueba el dominio, sino que prueba la posesión. Se prueba el
dominio probando que la tradición o, el modo de adquirir opero correctamente. Cuando impugna el dominio,
se puede alegar que existe dominio por la prescripción, ya que esta cumple un rol instrumental para evitar
realizar la “prueba diabólica”, es decir, probar que todas las tradiciones anteriores a la realizada son válidas
y eficaces hasta llegar al dueño originario. Para evitarse aquello, se prueba la prescripción adquisitiva, dado
que se si se poseyó en 5 o 10 años anteriores de forma continua y cumpliendo con los requisitos legales, se
establece la excepción de prescripción.
Reglas generales y comunes a toda prescripción, como adquisitiva y extintiva
1. La prescripción debe ser alegada (ART 2493 CC). El juez no puede declararla de oficio. La prescripción
se entiende que puede ser alegada por vía de excepción o acción. Como acción se podría alegar en favor de
quien demanda para que el juez establezca que ha operado el modo de adquirir.
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Como excepción, ante una demanda, se puede oponer la excepción perentoria o anómala, mediante la cual
se puede declarar también el dominio. Si el juez la declara de oficio es susceptible de casación en la forma y
recurso de queja o apelación.
ART 2493 CC. “El que quiera aprovecharse de la prescripción debe alegarla; el juez no puede declararla
de oficio”.
2. No admite renuncia anticipada (ART 12 CC)
ART 12 CC. “Podrán renunciarse los derechos conferidos por las leyes, con tal que sólo miren al interés
individual del renunciante, y que no esté prohibida su renuncia”.
Se estima que no puede renunciarse anticipadamente ya que puede ser posible que se afecten derechos de
terceros o relaciones jurídicas con herederos. Además, no existe un derecho consolidado hasta antes de que
se cumpla la prescripción. Una vez cumplidos los requisitos si puede manifestar la renuncia frente a lo cual
no hay limitación.
ART 2494 CC. “La prescripción puede ser renunciada expresa o tácitamente; pero sólo después de
cumplida.
Renúnciese tácitamente, cuando el que puede alegarla manifiesta por un hecho suyo que reconoce el
derecho del dueño o del acreedor; por ejemplo, cuando cumplidas las condiciones legales de la
prescripción, el poseedor de la cosa la toma en arriendo, o el que debe dinero paga intereses o pide plazo”.
La renuncia tácita dice relación con actos que unívocamente para el caso de la prescripción
adquisitivamente, impliquen el reconocimiento del dominio ajeno.
3. La prescripción corre en favor y en contra de cualquier persona (ART 2497 CC)
ART 2497 CC. “Las reglas relativas a la prescripción se aplican igualmente a favor y en contra del Estado,
de las iglesias, de las municipalidades, de los establecimientos y corporaciones nacionales, y de los
individuos particulares que tienen la libre administración de lo suyo”.
Esta regla es un paso que se da en el sistema civil de igualdad ante la ley. La prescripción es una disciplina
trasversal a todo el ordenamiento jurídico.
Prescripción adquisitiva en particular
La prescripción adquisitiva es un modo de adquirir el dominio y los demás derechos reales ajenos por su
posesión continua durante cierto tiempo y concurriendo los demás requisitos legales. Usucapión
Características como modo de adquirir
1. Modo de adquirir originario. Ex novo
La cosa que se adquiere tenía anteriormente un dominio, sin embargo, el prescribiente no la adquiere por un
traspaso o transferencia del derecho, sino porque se extingue el dominio el dominio respecto del dueño
anterior, y el poseedor pasa a ser dueño. Ese derecho en particular nace ex novo, es fruto de la consolidación
de la relación de hecho que existía entre la cosa y su dueño respecto de su posesión.
2. Sirve para adquirir el derecho real de domino y los demás derechos reales que sean distintos del dominio
con excepción de las servidumbres discontinuas, y continuas inaparentes
Prescriben conforme a las reglas generales salvo el derecho de herencia que tiene normas especiales. No
sirve para adquirir derechos personales, y es un argumento fundamental para establecer que no existe
dominio sobre cosas incorporales, dado que no pueden prescribir.
3. Es un modo de adquirir a título singular y excepcionalmente respecto de la herencia será un modo de
adquirir universal.
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4. Es un modo de adquirir gratuito, porque no importa ningún desembolso económico del adquirente como
acto previo a la adquisición del dominio.
5. Por acto entre vivos porque no tiene como presupuesto la muerte de alguna persona.
Requisitos para que opere
1. Hay que estar en presencia de una cosa que sea susceptible de ser adquirida por prescripción.
a) El derecho de dominio
b) Derecho reales en general, salvo las servidumbres discontinuas de cualquier clase y las continuas
inaparentes (ART 917 CC). Algunos autores señalan que respecto de estas servidumbres no existe posesión.
Además, no pueden ser adquiridos por prescripción los derechos personales al no existir posesión sobre
ellos, los derechos de la personalidad (o fundamentales), las cosas propias debido a que la prescripción no
tendría causa, ya que las cosas pueden tener solo un dueño, y, por último, las cosas incomerciables por
encontrarse fuera del comercio.
2. La existencia de una posesión
Solo la verdadera posesión, es decir, la que se ejerce con ánimo de señor o dueño, es la que conduce la
adquisión de la propiedad por prescripción, por lo tanto, cualquier posesión calificada como útil sirve para
adquirir la posesión
ART 2498 CC. “Se gana por prescripción el dominio de los bienes corporales raíces o muebles, que están
en el comercio humano, y se han poseído con las condiciones legales. Se ganan de la misma manera los
otros derechos reales que no están especialmente exceptuados”.
ART 2499 CC. “La omisión de actos de mera facultad, y la mera tolerancia de actos de que no resulta
gravamen, no confieren posesión, ni dan fundamento a prescripción alguna.
Así el que durante muchos años dejó de edificar en un terreno suyo, no por eso confiere a su vecino el
derecho de impedirle que edifique. Del mismo modo, el que tolera que el ganado de su vecino transite por
sus tierras eriales o paste en ellas, no por eso se impone la servidumbre de este tránsito o pasto.
Se llaman actos de mera facultad los que cada cual puede ejecutar en lo suyo, sin necesidad del
consentimiento de otro”.
Esta norma es importante pues lo que trata de decir el legislador, es que no porque alguien deje de hacer
algo como poseedor, confiere posesión o deja de poseer. Lo importante es que se mantenga la posesión,
habiendo posesión que se ejercer permaneciendo en corpus y animus, entonces se cumple el requisito de
posesión y habrá derecho a prescribir adquisitivamente.
Ej. No porque deje que mi vecino traiga a sus vacas a pastar a mi predio constituyo el derecho real de
servidumbre.
ART 2500 CC. “Si una cosa ha sido poseída sucesivamente y sin interrupción por dos o más personas, el
tiempo del antecesor puede o no agregarse al tiempo del sucesor, según lo dispuesto en el artículo 717. La
posesión principiada por una persona difunta continúa en la herencia yacente, que se entiende poseer a
nombre del heredero”.
Dada la acción de posesiones, la posesión puede establecerse como un hecho continuo si es sumada con la
posesión de los antecesores.
ART 717 CC. “Sea que se suceda a título universal o singular, la posesión del sucesor, principia en él; a
menos que quiera añadir la de su antecesor a la suya; pero en tal caso se la apropia con sus calidades y
vicios.
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Podrá agregarse en los mismos términos a la posesión propia la de una serie no interrumpida de
antecesores”.
3. El transcurso de un plazo
Dar la posibilidad al verdadero dueño de defenderse mediante la acción reivindicatoria. Pasado del tiempo
de la prescripción adquisitiva, ya no podrá entablar la acción reivindicatoria a pesar de que esta no se
extingue por su no ejercicio, sino que se extingue debido a que la cosa ha sido adquirida por otro por medio
de la prescripción.
Las reglas sobre el computo se encuentran en los ARTS 2506 CC- ART 2510 CC
ART 2508. “El tiempo necesario a la prescripción ordinaria es de dos años para los muebles y de cinco
años para los bienes raíces”.
ART 2510 CC. “El dominio de cosas comerciales que no ha sido adquirido por la prescripción ordinaria,
puede serlo por la extraordinaria, bajo las reglas que van a expresarse:
1a. Para la prescripción extraordinaria no es necesario título alguno.
2a. Se presume en ella de derecho la buena fe, sin embargo, de la falta de un título adquisitivo de dominio.
3a. Pero la existencia de un título de mera tenencia hará presumir mala fe, y no dará lugar a la
prescripción, a menos de concurrir estas dos
circunstancias:
1a. Que el que se pretende dueño no pueda probar que en los últimos diez años se haya reconocido expresa
o tácitamente su dominio por el que alega la prescripción;
2a. Que el que alega la prescripción pruebe haber poseído sin violencia, clandestinidad ni interrupción por
el mismo espacio de tiempo.”
La prescripción extraordinaria sea para muebles o inmuebles requiere de un plazo de 10 años, el cual es el
plazo máximo en nuestro sistema. La regla viene reafirmada por el ART 2511.
ART 2511 CC. “El lapso de tiempo necesario para adquirir por esta especie de prescripción es de diez
años contra toda persona, y no se suspende a favor de las enumeradas en el artículo 2509.”
El ART 2510, no especifica que se necesita posesión irregular, pues no aclara que tipo de posesión se
requiere. La doctrina entiende que como no se necesita buena fe porque se presume de derecho, por
implicación, la posesión irregular da lugar a la prescripción extraordinaria. Se establece además que un
título de mera tenencia hace presumir la mala fe, pero que, sin perjuicio de ello, el mero tenedor si puede
convertirse en dueño probando las circunstancias que en el artículo se señalan.
Esta norma es polémica dado que de la mera tenencia no se pasa a ser poseedor, dado que la mera tenencia
es inmutable. Se establece respecto a esta norma que se está protegiendo igualmente la consolidación de una
relación de hecho, realizando el mero tenedor actos de dueño sin perjuicio de tener un título de mera
tenencia, lo que en la práctica ocurre con los permisos precarios para las personas asienten en un
campamento, por lo cual estas personas cercan el terreno y construyen como si fuesen dueños. El mero
tenedor por regla general no puede ser dueño, sino que lo será cumpliendo con los requisitos.
Dada la circunstancia 1era de la regla tercera, respecto del mero tenedor tendrá que probarse que el que se
pretende dueño no puede probar que en los últimos diez años se haya reconocido expresa o tácitamente su
dominio, por lo cual es un mero tenedor respecto del cual no se puede probar que ha reconocido dominio
ajeno.
Dada la circunstancia 2da de la regla tercera, el mero tenedor deberá probar además haber poseído sin
violencia, clandestinidad ni interrupción por el mismo espacio de tiempo.
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La única parte donde se declare expresamente que la posesión o posesiones viciosas pueden ser inútiles, es
en este caso de la regla tercera del ART 2510, norma de escaza aplicación.
Caso de los derechos reales distintos del dominio
ART 2512 CC. “Los derechos reales se adquieren por la prescripción de la misma manera que el dominio,
y están sujetos a las mismas reglas, salvas las
excepciones siguientes:
1a. El derecho de herencia y el de censo se adquieren por la prescripción extraordinaria de diez
años.
2a. El derecho de servidumbre se adquiere según el artículo 882”.
No hay prescripción ordinaria respecto del derecho de herencia. El derecho se servidumbre se adquiere por
un plazo de 3 años. Lo que sucede con el derecho de herencia es que existe la posibilidad de que pueda
adquirirse en un plazo de 5 años que es para el heredero putativo que tiene resolución administrativa o
decreto judicial de posesión efectiva, en este caso el ART 1269 CC señala que el derecho de herencia
prescribe adquisitivamente en 5 años.
Hay dos instituciones de radical importancia y que alteran el computo del plazo de prescripción.
1. Interrupción de la prescripción
Perdida del tiempo transcurrido para ganar por prescripción adquisitiva en virtud de un hecho al que la ley le
atribuye ese merito (efecto interruptivo), acaecido antes que el lapso para prescribir se cumpla. Mientras se
está poseyendo y computando el plazo de prescripción, acontece un hecho, civil o natural, que hace perder
todo el tiempo hacia atrás de la posesión.
ART 2501 CC. “Posesión no interrumpida es la que no ha sufrido ninguna interrupción natural o civil”.
i. Civil.
Cese de la inactividad del dueño a través de recursos judiciales. Es todo recurso judicial intentado por el que
se pretende verdadero dueño de la cosa, en contra del poseedor de ella. Solo el que ha intentado este recuso
o demanda judicial, podrá alegar la interrupción.
ART 2503 CC. “Interrupción civil es todo recurso judicial intentado por el que se pretende verdadero
dueño de la cosa, contra el poseedor.
Sólo el que ha intentado este recurso podrá alegar la interrupción; y ni aun él en los casos siguientes:
1º. Si la notificación de la demanda no ha sido hecha en forma legal;
2º. Si el recurrente desistió expresamente de la demanda o se declaró abandonada la instancia;
3.º Si el demandado obtuvo sentencia de absolución. En estos tres casos se entenderá no haber sido
interrumpida la prescripción por la demanda”.
El debate se presenta en determinar el momento en que se interrumpe civilmente la prescripción. El ART
2503 señala que se interrumpe por cualquier recurso judicial, es decir, la mera presentación de la demanda.
Otros, señalan que se interrumpe con la notificación, dado que no se interrumpe si no se notifica la demanda
legalmente. La clandestinidad, respecto de las posesiones, cesa desde la notificación de la demanda. la mala
fe o conocimiento se tiene desde la notificación.
ii. Natural
Imposibilidad de ejercer actos posesorios.
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ART 2502 CC. “La interrupción es natural:
1º. Cuando sin haber pasado la posesión a otras manos, se ha hecho imposible el ejercicio de actos
posesorios, como cuando una heredad ha sido permanentemente inundada;
2º. Cuando se ha perdido la posesión por haber entrado en ella otra persona.
La interrupción natural de la primera especie no produce otro efecto que el de descontarse su duración;
pero la interrupción natural de la segunda especie hace perder todo el tiempo de la posesión anterior; a
menos que se haya recobrado legalmente la posesión, conforme a lo dispuesto en el título De las acciones
posesorias, pues en tal caso no se entenderá haber habido interrupción para el desposeído”.
En el primer caso de la heredad inundada, el efecto que se produce es que se pierde el tiempo en el que no se
pudo poseer, por lo tanto, si la heredad estuvo inundada por 2 años y se llevaban 6 años poseyendo, al
perderse el tiempo en que no se pudo poseer, quedaría solo en 4 años. En el segundo caso de interrupción
natural, se pierde todo el tiempo, sin embargo, esta norma es engañosa dado que, si se arrebata la posesión, y
la posteriormente se recupera legalmente, se reputa que nunca se perdió el tiempo. Esta regla se condice con
el ART 731 CC.
ART 731 CC. “El que recupera legalmente la posesión perdida, se entenderá haberla tenido durante todo el
tiempo intermedio”.
En el caso de la interrupción de primer orden, esta no opera como interrupción, sino que se suspende el
plazo mientras no se ejerza o mientras no se pueda ejercer. En el segundo caso, la interrupción opera solo a
veces.
26.10
Efectos de la Interrupción
El efecto propio de la interrupción es hacer perder todo el tiempo que ha transcurrido para adquirir por
prescripción.
Este efecto tiene ciertas excepciones, por una parte, la interrupción natural en su primer caso (ART 2502
Nº1), su efecto se reduce a no contar en el plazo de prescripción el tiempo de duración de la interrupción. En
la interrupción natural del segundo caso, es decir, si el poseedor por medio de acciones legales recupera la
posesión perdida, en esta hipótesis no se entiende haber habido interrupción para el desposeído.
La interrupción de la prescripción se aplica tanto a la prescripción adquisitiva ordinaria como extraordinaria,
en razón de que el legislador se ocupa de reglar la interrupción antes de clasificar la prescripción en
ordinaria y extraordinaria, lo que indica que ella se aplica a ambas prescripciones.
2. Suspensión de la prescripción
Beneficio legal establecido a favor de ciertas personas, en cuya virtud se detiene el plazo de prescripción en
tanto dura la causa que lo autoriza. En ella existe la detención del curso del plazo de la prescripción durante
el tiempo que dure la causa suspensiva, pero desaparecida ésta, el plazo de prescripción continúa,
sumándose al habido con anterioridad, de modo que el único plazo que no se computa es el trascurrido
mientras existió y subsistió la causa de la suspensión.
La suspensión está establecida en favor de ciertas personas que están imposibilitadas de ejercer por sí
mismas cualquier acción judicial en contra del poseedor. Su fundamento entonces se encuentra en la
injusticia que supondría dejar correr la prescripción en contra de persona que se encuentran imposibilitadas
de hacer valer sus derechos.
Es de aplicación excepcional sólo a la prescripción adquisitiva ordinaria y en los casos expresamente
previstos por el legislador en los ART 2509 y 2511.
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ART 2509 CC. “La prescripción ordinaria puede suspenderse, sin extinguirse: en ese caso, cesando la
causa de la suspensión, se le cuenta al poseedor el tiempo anterior a ella, si alguno hubo.
Se suspende la prescripción ordinaria, en favor de las personas siguientes:
1º. Los menores; los dementes; los sordos o sordomudos que no pueden darse a entender claramente; y
todos los que estén bajo potestad paterna, o bajo tutela o curaduría;
2º. La mujer casada en sociedad conyugal mientras dure ésta;
3º. La herencia yacente.
No se suspende la prescripción en favor de la mujer separada judicialmente de su marido, ni de la sujeta al
régimen de separación de bienes, respecto de aquellos que administra.
La prescripción se suspende siempre entre cónyuges”.
Nunca se podría concretar el dominio de un poseedor, siendo contrario a nuestro sistema dado un problema
de seguridad jurídica.
Respecto al N°1, se incluye a los incapaces de ejercicio tanto absolutos como relativos. El dilapidador debe
ser declarado en interdicción para ser considerado incapaz relativo, instancia en la cual se procede al
nombramiento de un curador.
Respecto al N°2, la mujer casada en sociedad conyugal, esta debe plenamente capaz, por lo cual el
beneficio de la suspensión se fundamenta en el hecho de que, en dicho régimen, la administración ordinaria
corresponde al marido, sin que ella pueda administrar sus bienes propios en atención a la misma norma al
señalar que “no se suspende la prescripción en favor de la mujer separada judicialmente de su marido, ni
de la sujeta al régimen de separación de bienes, respecto de aquellos que administra”.
En relación al N°3, se denomina herencia yacente a los bienes de un difunto cuya herencia no ha sido
aceptada y a los cuales el juez les designa un curador. El curador de la herencia yacente es un curador de
bienes y tiene las facultades que dicen relación con la administración, custodia y conservación de los bienes
de la herencia, incluyéndose dentro de ella la facultad de interrumpir la prescripción por medio de la cual
podrían adquirirse bienes del difunto. Sin perjuicio de ello, la ley beneficia en último término a quienes en
definitiva aceptan la herencia del difunto, desde que suspende la prescripción que puede correr en relación
con alguno de los bienes de la herencia.
Luego encontramos el ART 2509 CC que dispone que la prescripción se suspende siempre entre cónyuges.
Sobre el alcance de la expresión “siempre” en doctrina se han planteado dos teorías, la primera plantea la
suspensión de la prescripción adquisitiva ordinaria siempre entre cónyuges; la segunda, siempre en cualquier
prescripción.
Argumentos primera postura
La primera sostiene que la prescripción adquisitiva ordinaria se suspende entre cónyuges, sólo ella, es decir,
estén o no casados bajo el régimen de sociedad conyugal.
Se establece aquello, en primer lugar, dado que la suspensión es un beneficio que la ley otorga y tiene por lo
tanto un carácter excepcional, sin que quepa una interpretación analógica para hacerla aplicable a la
prescripción adquisitiva extraordinaria.
En segundo lugar, la expresión siempre, sostienen dice relación con el párrafo anterior, vale decir, con
independencia de si la mujer se encuentra separada judicialmente o separada de bienes del marido.
En tercer lugar, la expresión “enumerados” que emplea el ART 2511 está tomada en el sentido de
“indicadas”, “referidas” o “enunciadas” y no en el sentido de “señaladas con número”.
Finalmente se indica como argumento la ubicación de esta institución.
Vidal/Peña Antonia Morales
Derecho Civil II
Argumentos segunda postura
El ART 2009 CC dispone que la prescripción adquisitiva ordinaria se suspende en favor de las personas que
la disposición enumera, lo que se reitera en el ART 2511 que prescribe que la prescripción adquisitiva
extraordinaria no se suspende a favor de las personas enumeradas en el ART 2509 y resulta que éste último
artículo no enumera a los cónyuges entre las personas beneficiadas por la suspensión, sino que están
contemplados en un párrafo aparte.
Además, el ART 2509 CC al final y en una disposición separada e independiente de la enumeración
establece que la prescripción sin calificarla de ordinaria, como sí lo hace en el encabezado de la norma, se
suspende siempre entre cónyuges.
Se suele mencionar, además, la comunidad de vida que importa la vida matrimonial, fundamento válido para
toda clase de prescripción.
Esta última postura es la que se considera dominante en la doctrina.
Efectos de la Suspensión
En favor de estas personas y de la herencia yacente no corre la prescripción adquisitiva ordinaria. Respecto
de los cónyuges, jamás corre prescripción ni ordinaria ni extraordinaria, lo que revela que la posesión que
tenga uno de los cónyuges sobre los bienes del otro, siempre es inútil.
En caso que hubiere corrido algún tiempo de prescripción antes de que se hubiera configurado la causal de
suspensión, se detiene la prescripción hasta que cese la causal y después sigue corriendo. En todo caso, el
tiempo ganado con anterioridad a la suspensión no se pierde y se computa para el plazo de prescripción.
Paralelo entre la interrupción y la suspensión
Sucintamente podemos indicar las siguientes diferencias entre la suspensión y la interrupción de la
prescripción.
1. La fuente. La Interrupción es producto de un hecho de la naturaleza o del hombre. La suspensión tiene su
fuente en la ley, obrando de pleno derecho.
2. La Interrupción puede alegarla cualquiera persona que tenga interés en ella si la interrupción es natural, y
quien ha entablado la acción si la interrupción es civil. La suspensión es un beneficio excepcional, por esta
razón sólo puede alegarla aquel en cuyo beneficio se encuentra establecida.
3. Efectos. La Interrupción hace perder, por regla general, todo el tiempo transcurrido de prescripción. La
suspensión sólo produce el efecto de descontar el tiempo que ha durado la causa de suspensión o impedir
que comience a correr.
4. Campo de aplicación. La Interrupción opera tanto en la prescripción adquisitiva ordinaria como la
prescripción adquisitiva extraordinaria. La suspensión, según el ART 2509 CC sólo se aplica a la
prescripción adquisitiva ordinaria y no a la prescripción adquisitiva extraordinaria, siendo discutida su
aplicación en el caso de los cónyuges.
ART 1687 INC 2 CC . “En las restituciones mutuas que hayan de hacerse los contratantes en virtud de este
pronunciamiento, será cada cual responsable de la pérdida de las especies o de su deterioro, de los
intereses y frutos, y del abono de las mejoras necesarias, útiles o voluptuarias, tomándose en consideración
los casos fortuitos y la posesión de buena o mala fe de las partes; todo ello según las reglas generales y sin
perjuicio de lo dispuesto en el siguiente artículo”.
El legislador establece las prestaciones mutuas como reglas generales, de ahí que son el derecho común de
la restitución.
Vidal/Peña Antonia Morales
Derecho Civil II
Dentro de las prestaciones mutuas, hay dos grandes grupos, las primeras son las prestaciones que el
poseedor vencido tiene que hacer en favor del que gano (reivindicante), las segundas, son las prestaciones
que el que gano, debe realizar en favor del poseedor que perdió.
Respecto de las que se deben al ganador dueño
i. Restitución de las cosas dentro del plazo que el juez fije
ART 904 CC. “Si es vencido el poseedor, restituirá la cosa en el plazo que el juez señalare; y si la cosa fue
secuestrada, pagará el actor al secuestre los gastos de custodia y conservación, y tendrá derecho para que
el poseedor de mala fe se los reembolse”.
La restitución del inmueble se efectúa dejándolo desocupado y en la forma tal que el reivindicante (en
estricto rigor se relaciona con el tribunal) pueda entrar en su posesión nuevamente.
ii. Indemnización por los deterioros que haya sufrido la cosa
Si el poseedor estaba de mala fe, conforme al ART 906 CC, será responsable de todos los deterioros que por
su culpa o hecho haya sufrido la cosa. No responde por caso fortuito, y solo lo hará si ha constituido en
mora de restituir.
Si el poseedor esta de buena fe, mientras la buena fe subsista por ley hasta la contestación de la demanda, no
responde de los deterioros que por su culpa o hecho haya sufrido la cosa. No responde porque esta de buena
fe, es decir, cree que es dueño, y el dueño tiene facultad de consumo material o disposición, tiene la
conciencia de haber adquirido el dominio por un medio legítimo exentos de fraude y todo vicio. Se está
protegiendo al poseedor que se reputa dueño verdadero. Después de la contestación debe responder.
La buena fe se pierde desde la contestación de la demanda, dado que en ese caso ya se pierde la conciencia
absoluta de que se es dueño.
11.11
iii. Restitución de los frutos
Nuevamente deberá distinguirse entre si el poseedor vencido estaba de mala o buena fe.
Respecto del poseedor de mala fe, debe restituir los frutos civiles y naturales de la cosa, no sólo los
percibidos, sino también aquellos que el dueño hubiera podido obtener con mediana inteligencia y actividad.
Si los frutos no existiesen o se hubieren deteriorado, deberá pagar el valor que tenía o hubiesen tenido al
tiempo de la percepción.
ART 907 INC 1 CC. “El poseedor de mala fe es obligado a restituir los frutos naturales y civiles de la cosa,
y no solamente los percibidos sino los que el dueño hubiera podido percibir con mediana inteligencia y
actividad, teniendo la cosa en su poder”.
Respecto al poseedor de buena fe, no está obligado a la restitución de los frutos antes de la contestación de
la demanda. En cuanto a los percibidos después está sujeto a las reglas del poseedor de mala fe.
ART 907 CC INC 3-4. “El poseedor de buena fe no es obligado a la restitución de los frutos percibidos
antes de la contestación de la demanda: en cuanto a los percibidos después, estará sujeto a las reglas de los
dos incisos anteriores.
En toda restitución de frutos se abonarán al que la hace los gastos ordinarios que ha invertido en
producirlos.
Vidal/Peña Antonia Morales
Derecho Civil II
iv. Gastos del juicio, conservación y custodia
Sólo respecto del poseedor de mala fe existe la obligación de reembolsarlos (ART 904 CC). En lo tocante a
las costas, dependerá de la decisión del juez.
Respecto de las que se deben al poseedor vencido
i. El abandono de los gastos ordinarios que se han invertido en la producción de los frutos
ii. El abono de las expensas o mejoras que el poseedor haya hecho en la cosa
Las expensas o mejoras corresponden a gastos hechos para una cosa.
Expensas necesarias
Las expensas necesarias son aquellas que aseguran la conservación de la cosa, que de no realizarse producen
su menoscabo, deterioro o pérdida. Encontramos expensas necesarias ordinarias, que corresponden a gastos
mas o menos periódicos que exige el uso natural de la cosa y que son indispensables para su conservación y
cultivo; y las expensas necesarias extraordinarias, que son aquellas que tienen lugar a intervalos de tiempo y
que conciernen a la conservación permanente de utilidad de la cosa.
Por regla general, todo poseedor tiene derecho a que se le indemnicen las mejoras necesarias, pues el dueño
de todas formas hubiese tenido que efectuarlas (ART 908, INC 1 CC).
Si se invirtieron en obras permanentes o extraordinarias, se abonarán al poseedor en cuanto hubieren sido
realmente necesarias pero reducidas a lo que valgan las obras al tiempo de la restitución, la razón está en que
el poseedor se ha aprovechado de estas obras desde que se hicieron hasta que ha debido restituir (ART 908,
INC 2).
Si se invirtieron en cosas que por su naturaleza no dejan un resultado material permanente, deben abonarse
al poseedor en cuanto aprovechen al reivindicador y se hayan ejecutado con mediana inteligencia y
economía (ART 908, INC final).
Expensas no necesarias
Son aquellas que pueden dejarse de hacer sin que se produzca un menoscabo, pérdida o deterioro de la cosa.
i. Expensas no necesarias que pueden resultar útiles
Son útiles en razón de que aumentan el valor venal de la cosa. Respecto al poseedor de buena fe, este posee
el derecho a que se le abonen antes de la contestación de la demanda. El reivindicador tiene derecho a elegir
entre el valor mismo de la mejora, o el diferencial entre el precio sin la mejora y con esta.
En relación a las mejoras posteriores a la contestación de la demanda, se sujetan a las reglas del poseedor de
buena fe.
Respecto del poseedor de mala fe, este no tiene derecho a que se le abonen estas mejoras, pero puede
llevarse los materiales de ellas, siempre que pueda separarlos sin detrimento de la cosa reivindicada, y el
propietario rehúse pagarles el precio que tendrían dichos materiales después de separados.
La separación no causa detrimento cuando a pesar de dejarla en peor estado que antes de ejecutarse las
mejoras, el vencido pudiere reponerla inmediatamente en su estado anterior, y se allanare a ello (ART 912
CC).
ii. Voluptuarias
Las que sólo consisten en objetos de lujo y recreo, que no aumentan el valor venal de la cosa, en el mercado,
o si lo hace, lo aumentan en una proporción insignificante.
Vidal/Peña Antonia Morales
Derecho Civil II
El propietario no está obligado a pagarlas a ningún poseedor, éste sólo tiene con respecto a ellas el derecho
que se concede al poseedor de mala fe respecto de las mejoras útiles (ART 911, INC 1 CC).
Derecho de retención del poseedor vencido
ART 914 CC. “Cuando el poseedor vencido tuviere un saldo que reclamar en razón de expensas y mejoras,
podrá retener la cosa hasta que se verifique el pago, o se le asegure a su satisfacción”.
Este es un derecho del que goza el poseedor con independencia de su buena o mala fe.
Respecto de bienes raíces, debe practicarse inscripción pertinente. Respecto de los muebles, la retención
puede ser restringida por el juez a una parte de ellos, a la que baste para garantizar el crédito mismo y sus
accesorios.
Estos bienes retenidos por resolución judicial ejecutoriada se consideran hipotecas o constituidos en prenda
en favor del poseedor para efectos de su realización y pago.
Tutela cautelar en el juicio reivindicatorio
La demanda reivindicatoria notificada legalmente interrumpe la prescripción del poseedor. Con todo, éste
puede seguir detentando la cosa en su poder durante la secuela del juicio. Frente a esto, el legislador
reconoce el derecho de solicitar medidas precautorias para asegurar el resultado de la acción, impidiendo
que se frustre una ejecución ulterior.
i. Respecto de cosas muebles
Ante su eventual pérdida o deterioro en manos del poseedor demandado, se puede solicitar el secuestro del
objeto reivindicado. El demandado será obligado a consentir en ello o rendir seguridad o caución suficiente
en caso de resultar vencido (ARTS 909, 2249 CC, y ART 290 CPC N°1).
ii. Respecto de bienes raíces
Derecho a provocar todas las providencias necesarias por peligro de deterioro (junto a los muebles que le
accedan), siempre que exista justo motivo de temerlos y el demandado no rinda seguridad suficiente (ART
904 CC).
En general, se aplica el ART 290 CPC, donde se establece el nombramiento de interventores, y la
prohibición de celebrar actos y contratos.