Trastornos Uso de Sustancias
Trastornos Uso de Sustancias
Trastornos Uso de Sustancias
sustancias y trastornos
adictivos.
« EL trastorno por consumo de sustancias», es una
enfermedad que afecta el cerebro y el comportamiento de
una persona.
Produce incapacidad de controlar el consumo de
medicamentos o drogas legales o ilegales.
Cualquier droga consumida en exceso
provoca una activación directa del
sistema de recompensa del cerebro que
participa en el refuerzo de los
comportamientos y la producción de
recuerdos.
Provocan una activación tan intensa del
sistema de recompensa que se ignoran
las actividades normales.
Alcohol, cafeína, cannabis, alucinógenos (con categorías
separadas para la fenciclidina [o arilciclohexaminas, de acción
similar] y otros alucinógenos), inhalantes, opiáceos, sedantes,
hipnóticos y ansiolíticos, estimulantes (sustancia anfetamínica,
la cocaína y otros estimulantes), tabaco y otras sustancias (o
sustancias desconocidas).
La dependencia es a lo que se refieren la mayoría de las personas cuando usan el término
adicción.
La tolerancia está presente cuando el individuo tiene que usar progresivamente más cantidad
de la sustancia a lo largo del tiempo para alcanzar un determinado nivel de sentirse
drogado.
La abstinencia es un conjunto de síntomas físicos desagradables que son opuestos a los
efectos de la droga. Si el uso de la droga causa una disminución en la frecuencia cardíaca,
un síntoma potencial de abstinencia podría ser un aumento en la frecuencia cardíaca. Los
síntomas de abstinencia son el resultado de las respuestas compensatorias del cuerpo y
aparecen cuando se interrumpe repentinamente el consumo de la droga.
La definición de droga por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se
refiere a todas las sustancias psicoactivas como: «…cualquier sustancia que, al
interior de un organismo viviente, puede modificar su percepción, estado de
ánimo, cognición, conducta o funciones motoras». Incluye el alcohol, el
tabaco y los solventes y excluye las sustancias medicinales sin efectos
psicoactivos.
Todas las drogas producen uno o varios cambios físicos y psicológicos. Sin
embargo, no todas las drogas generan adicciones, únicamente lo podrían
hacer aquellas que son llamadas “psicoactivas”, es decir, las que afectan el
sistema nervioso central (lo estimulan pueden generar abuso y dependencia
por parte de la persona que las ingiere o lo “deprimen”), y que pueden generar
abuso y dependencia por parte de la persona que las ingiere.
Las convenciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para
el control de drogas no establecen una distinción entre drogas legales o
ilegales; sólo señalan el uso como lícito o ilícito.
En general se emplea el término droga ilegal o ilícita al hablar de
aquellas que están bajo un control internacional, que pueden o no tener
un uso médico legítimo, pero que son producidas, traficadas y/o
consumidas fuera del marco legal.
Las drogas lícitas, son sustancias que aunque en muchos casos son psicoactivas, y
por tanto con efectos importantes sobre el organismo del individuo, son
aceptadas social y culturalmente o bien, prescritas por un/a médico.
Corresponden a este tipo de drogas la cafeína, el tabaco, el alcohol y los
medicamentos bajo prescripción médica.
Con respecto a estos últimos, cabe aclarar que, no todos los fármacos o
medicamentos contienen sustancias psicoactivas, pero que cuando así lo hacen,
es necesario que el o la médico tenga el cuidado de valorar la vulnerabilidad del
paciente a generar una dependencia y tomar las medidas del caso, previniendo al
mismo de cualquier tipo de abuso de la sustancia y monitoreando los efectos que
el fármaco vaya teniendo sobre la persona.
Las drogas ilícitas, son sustancias
psicoactivas cuyo uso es prohibido por
la peligrosidad en su uso y en su abuso.
No son aceptadas social ni
culturalmente y se incluyen los
medicamentos que no son utilizados
bajo prescripción médica. Entre las
drogas ilegales se encuentran la
marihuana, la cocaína, la heroína, los
ácidos, las anfetaminas, la oxicodona.
Las drogas naturales o emergentes
cuentan con la característica de no haber recibido ningún
tratamiento químico en su elaboración, llamándose, en
ocasiones, drogas crudas o drogas brutas.
2. La presión de amigos
Factores que mantienen el consumo
1. Problemas familiares Existen una serie de circunstancias familiares que implican factores de riesgo en el
consumo de sustancias:
• La distorsión en la comunicación (contradicciones, dobles mensajes, comunicación hostil, agresiva).
• La ausencia de los padres, ya sea porque no se encuentran físicamente o porque no acompañan y apoyan
a sus hijos e hijas.
• La agresión en sus diferentes formas de expresión.
• La inflexibilidad familiar para afrontar los cambios (entre ellos los del período de la adolescencia).
• La falta de espacio para desarrollar autonomía e independencia.
• La falta de límites, en tanto no hayan reglas ni tampoco fronteras entre padres e hijos(as).
Dificultad para expresar los sentimientos y solicitar ayuda ante los problemas
La dificultad para expresar los sentimientos y para solicitar ayuda a otros, puede causar que el o la adolescente sienta
una presión interna que intente erróneamente “aliviar” con el consumo de drogas
Conductas que implican riesgo para el
consumo de sustancias
Entre las conductas que podrían resultar riesgosas para el consumo de drogas se encuentran:
• No buscar ayuda para la solución de conflictos personales.
• Evadir la búsqueda de soluciones a los conflictos personales y familiares.
• La inexpresión de los sentimientos.
• Comportamientos de curiosidad que impliquen riesgo.
• El ceder fácilmente ante las presiones grupales.
• La utilización inadecuada del tiempo libre.
• Buscar espacios para el esparcimiento y recreación en los cuales se consuma algún tipo de drogas.
• No practicar deporte o ejercicio.
• No estudiar.
• No trabajar.
• Hacer y mantener un círculo de amistades que consumen drogas.
• No ponerse metas, no hacer planes.
• Depender mucho de otras personas.
Factores y conductas que evitan en un/a
adolescente el consumo de drogas
Existen una serie de factores que favorecen que el o la adolescente no consuma drogas, o que al menos lo(la)
limitan a probar (por curiosidad o por presión de amigos(as)), sin continuar usándolas. Entre estos factores
protectores se encuentran
• Problemas familiares menores. Todas las familias tienen problemas en determinados momentos, pero una
familia donde la comunicación suele ser adecuada, donde se tienen límites, pero no establecidos de manera
violenta o desde el temor; una familia de la cual se siente respeto y cariño, que apoya y acompaña pero que
también brinda un espacio para el crecimiento personal y donde hay flexibilidad para enfrentar los cambios,
brinda una serie de factores protectores a la persona adolescente, los cuales pueden protegerle del consumo de
drogas.
• Una adecuada individuación e independencia. Un(a) adolescente que por su situación familiar y su historia de
vida, ha sido capaz de diferenciarse de los otros y de asumir sus propias responsabilidades.
• Una identidad fortalecida.
• La existencia de redes de apoyo en la familia y en los amigos/as.
• Un nivel de autoestima adecuado que provoque el cuido personal a nivel físico y psicológico.
• La permanencia en el sistema educativo.
• La presencia de proyectos de vida.
• Recursos internos para poder enfrentar y resolver los problemas en lugar de evadirlos.
• Una adecuada utilización del tiempo libre.
• Capacidad productiva y oportunidades para demostrar la misma.
• Creencias y valores religiosos.
Semejanzas entre adicciones a sustancias
y adicciones conductuales
• Trastorno por Juegos de Apuestas (Ludopatía o Juego Patológico)
• Adicción a Internet y a las nuevas tecnologías virtuales.*****
• Compras compulsivas (Oniomanía) .*****
• Adicción al Trabajo.*****
Ludopatía
La práctica de los juegos de azar está muy presente en nuestra sociedad. La facilidad para acceder al juego, la
inmediatez de la recompensa y la falsa sensación de control del sujeto sobre sus resultados hacen que el
juego suponga una conducta con riesgo de transformarse en adictiva.
Existen diferentes motivos por los que un sujeto mantiene la conducta: olvidar los problemas, obtener
ganancias, compensación de la ausencia de relaciones sociales, la ilusión de control, etc. Esta pérdida de
control en el jugador, genera sensación de ansiedad y depresión que pueden llevarle a poner en riesgo su
vida, por pensamientos y conductas suicidas en la fase de desesperación y desesperanza, en etapas
avanzadas de la ludopatía.
Criterios diagnósticos de Gambling Disorder o Trastorno por Juego de apuestas del DSM- 5.
A- Conducta problemática de juego de apuestas recurrente y persistente, que lleva a incapacidad o distrés
clínicamente significativos, como sucede cuando el individuo exhibe 4 (o más) de los siguientes síntomas durante un
período de 12 meses:
1.- Necesidad de jugar cantidades crecientes de dinero para lograr la excitación deseada.
2.- Está inquieto o irritable cuando intenta interrumpir o detener el juego.
3.- Ha efectuado reiterados esfuerzos no exitosos para controlar, interrumpir o detener el juego.
4.- Está frecuentemente preocupado por el juego de apuestas
5.- Juega frecuentemente cuando se siente con distrés (ej: desesperanzado, culpable, ansioso o deprimido).
6.- Después de perder dinero en el juego, vuelve con frecuencia otro día para intentar recuperarlo (rescatar o cazar (chasing)
las propias pérdidas).
7.- Miente para ocultar su grado de implicación en el juego.
8.- Ha arriesgado o perdido relaciones interpersonales significativas, oportunidades de trabajo y educativas o profesionales
debido al juego.
9.- Confía en que los demás le proporcionen el dinero que alivie la desesperada situación financiera causada por el juego.
B. La conducta de juego de apuestas no puede ser atribuible a un episodio maníaco.
“Cuando puedes dejar, no quieres
hacerlo, y,….
cuando quieres dejar, no puedes….
”
—Luke Davies, 1988
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