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Dialnet ElCodice32DelArchivoDeLaCatedralDeOviedo 3212207

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AO LVIII El códice 32 del archivo de la catedral de oviedo 67

El Códice 32 del archivo de la Catedral


de Oviedo: ¿un caso de censura?

RESUMEN:
El códice 32 de la Librería Gótica del Archivo de la Catedral de Oviedo contiene
una versión abreviada de los Commentaria in quattuor libros sententiarum de
Pedro de Tarentasia. El manuscrito presenta la anotación de correctus, que hasta
ahora se había interpretado como indicio de que el ejemplar había sido censurado. En
este artículo se propone una interpretación alternativa de dicha anotación.
PALABRAS CLAVE: Librería Gótica de la Catedral de Oviedo, Pedro de Tarentasia,
censura

ABSTRACT:
The codex 42 of the Oviedo’s Cathedral Gothic Library contains an abbreviated
version of the Commentaria in quattuor libros sententiarum by Peter of Tarentaise.
There is in the manuscript a note with the word correctus which has been taken up
to now as a proof of censorship. I propose in this paper another key to understand that
note.
KEY WORDS: Oviedo’s Cathedral Gothic Library, Peter of Tarentaise, censorship.
68 Cecilia Blanco Pascual AO LVIII

En 1290 Drouart la Vache soslayó el incipit y el explicit en su


traducción francesa del De Amore de André le Chapelain con la
intención de dificultar el reconocimiento y facilitar la difusión
de un texto que había sido condenado en el syllabus promulgado
por Étienne Tempier, obispo de París, el 7 de marzo de 12771.
En el mencionado índice se condenaban asimismo algunos
tratados de necromancia, brujería y adivinación y se prohibía
la enseñanza de 219 proposiciones consideradas erróneas. La
acción de Drouart la Vache evidencia que fueron los incipits y
explicits, y no los poco precisos y cambiantes títulos, la clave
fundamental para la identificación de las obras durante buena
parte de la Edad Media. Así lo señala L. Holtz2 y así lo hemos
constatado el Dr. Pedro Manuel Suárez y yo en muchas de
nuestras incursiones por los fondos codicológicos de la Librería
Gótica del Archivo de la Catedral de Oviedo. Por ejemplo, en el
curso de investigaciones anteriores pudimos hallar en el códice
42 de este archivo una nueva copia de la célebre Visio Edmundi
monachi de Eynsham (1196) oculta bajo un título facticio como
Tractatus revelationum beati Nicolay3. Asimismo, una copia del
muy difundido De coniuge non ducenda (ca. 1225-1250) se esconde
en el códice 18 bajo el título de Tractatus de coniugio4.
Es por esto por lo que recientemente hemos decidido
replantear el proyecto inicial de elaboración de un Inventario-
Catálogo de códices de la Librería Gótica del Archivo de la Catedral de

1 Vid. Bianchi, L., Censure et liberté intellectuelle à l’Université de Paris XIIIe-


XIVe siècles, Les Belles Lettres, Paris 1999, p. 55.
2 Vid. Holtz, L., “Titre et incipit” en Fredouille, J.-C.-Goulet-Caze, M.
O.-Hoffmann, P.- Petitmengin, P. (edd.), Titres et articulations du texte dans les oeuvres
antiques: actes du colloque international de Chantilly (13-15 décembre 1994), Institute
d’Études Augustiniennes-Brepols, Paris-Turnhout 1997, pp. 469-489, p. 486.
3 Vid. Blanco Pascual, C., “Una Visio Edmundi monachi de Eynsham en el
Archivo de la Catedral de Oviedo”, en Memoria Ecclesiae XXIV (2004), pp. 109-113.
4 Vid. Suárez Martínez, P. M., “El Tractatus de coniugio de la Catedral de
Oviedo”, en Studium Ovetense XXXII (2006), pp. 393-402.
AO LVIII El códice 32 del archivo de la catedral de oviedo 69

Oviedo5 y realizar en primer lugar un incipitario y explicitario


de todos los textos contenidos en los códices latinos al objeto
de difundir de una vez por todas como se merece la verdadera
riqueza de esta librería. Entretanto, seguiremos dando cumplida
cuenta de algunos avances, referidos en esta ocasión al códice
32.
Se trata de un ejemplar del siglo XV6 en buen estado de
conservación al margen de ciertos daños producidos por la
carcoma. Presenta unas medidas aproximadas de 245 mm. de
alto y 150 mm. de ancho. Está encuadernado sobre tabla con
badana repujada decorada con arabescos y se conservan restos
de los broches. Consta de 139 folios escritos a una columna
más 4 folios de guarda, dos pegados a las tapas y dos volantes.
Parece haber sido copiado por varias manos en una letra gótica
hybrida7 con un notable nivel de ejecución, como se aprecia
también por la homogeneidad de los márgenes, las letras
capitulares polícromas y la alternancia de calderones en rojo y
azul. Aparece intitulado en su tejuelo como Su(m)ma Theolog(ie),
título que se repite en la contraguarda y el recto de la primera
guarda volante.
Pero el de Summa Theologie es un título genérico que designa
a todas aquellas obras dedicadas a la explicación integral de la

5 Este proyecto contó con financiación del Ministerio de Ciencia y


Tecnología del 2000 al 2003: MCT-00-BFF-0384.
6 Le agradezco esta propuesta de datación al Dr. Miguel Calleja Puerta,
Prof. Titular de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Oviedo,
que amablemente se prestó a realizar el análisis paleográfico del ejemplar que aquí
nos ocupa.
7 Empleamos aquí la terminología del llamado “Sistema Lieftinck”, tal
como lo interpreta y revisa A. Derolez, cuyo manual es de consulta ineludible en
el estudio de las escrituras llamadas góticas. Vid. Derolez, A., The Palaeography of
Gothic Manuscript Books from the Twelfth to the Early Sixteenth Century, Cambridge
University Press, Cambridge 2003.
70 Cecilia Blanco Pascual AO LVIII

doctrina católica8 y precisa, pues, ser concretado. El verso del folio


de dicha guarda volante ofrece la especificación que buscamos,
pues en ella figura una anotación de una mano posterior que A.
Andrés en sus “Notas para un catálogo de códices de la Catedral
Ovetense”9 interpreta como Tharantasia super nigrum... Señala a
continuación el Padre Andrés (ibid.) que no ha hallado mención
alguna de esta obra de Pedro de Tarentasia en los repertorios
manejados. Y no es de extrañar, pues nigrum no es sino una mala
lectura de la forma abreviada m(a)g(ist)rum10 que va seguido de la
abreviatura para s(enten)cija(rum). La nota ha de leerse por tanto
como Thara(n)tasia sup(er) m(a)g(ist)rum s(enten)cija(rum) y se
refiere, sin duda, a los Commentaria in quattuor libros sententiarum,
es decir, a los comentarios que Pedro de Tarentasia, nombre civil
del futuro Papa Inocencio V, escribió sobre las Sententiae de Pedro
Lombardo. Estas Sententiae de Pedro Lombardo, de mediados
del siglo XII, son un texto fundamental de la teología medieval y
fueron objeto de muy numerosos comentarios como los de santo
Tomás de Aquino, Bonaventura o el propio Pedro de Tarentasia.
Precisamente es esta abundancia de comentarios la que
dificulta la identificación efectiva del texto que nos interesa como
obra de Pedro de Tarentasia. Al introducir el incipit del manuscrito
(Cupientes a(liqui)d de penuria...) en el motor de búsqueda del In
Principio, el mayor incipitario existente a día de hoy, aparecen
104 resultados no exclusivamente referidos al comentario de
Pedro de Tarentasia, sino también al propio Pedro Lombardo y a
los comentarios que de su gran obra realizaron Alberto Magno,
Tomás de Aquino, Bonaventura, Juan Duns Scoto o Ricardo de
Mediavilla, entre otros significativos.

8 Vid. Mateu Ibars, J., Braquigrafía de Sumas, Publicacions i Edicions de la


Universitat de Barcelona, Barcelona 1984, p. 15.
9 Vid. Andrés, A., “Notas para un catálogo de códices de la Catedral
Ovetense”, en Memorial Histórico Español L (1963), pp. 243-320, p. 298.
10 El Padre Andrés debió malinterpretar el tercer mínimo de la “m” como
una “i” a continuación de una “n”.
AO LVIII El códice 32 del archivo de la catedral de oviedo 71

El explicit del manuscrito (...v(nde) ign(is) ille erit turbidus.


fumosus. (et) feculentus) no resulta de mucha ayuda en esta
ocasión, pues el In Principio no ofrece resultado alguno. La
explicación a esta ausencia de ocurrencias se halla, sin duda, en
que el manuscrito ovetense no presenta los Comentarios en su
integridad, según informa el colofón del copista que cierra el
libro I: Expliciu(n)t q(uesti)ones abbreuiate s(upe)r p(rimum) libru(m)
sentencia(rum). Se trata, pues, de una versión abreviada.
¿Cómo constatar entonces que los comentarios son obra
de Pedro de Tarentasia? Se impondría en principio el cotejo
del manuscrito con la edición canónica de sus comentarios.
Desgraciadamente, no existe una edición crítica de esta obra y la
edición más reciente, de 1964, es una edición facsímil de la que
entre 1649 y 1652 prepararon Tomás Turco y Juan Bautista de
Marini11. Para complicar aún más las cosas, esta edición no es de
fácil acceso. En toda Europa sólo la he localizado en la Biblioteca
Bodleiana de Oxford y por el momento no he podido consultarla.
Más accesible es, por suerte, el artículo que H.-D. Simonin12
dedicó a los escritos de Pedro de Tarentasia, en el que reproduce
los incipits y explicits de los cuatro libros de los comentarios en
numerosos manuscritos que ha tenido la oportunidad de estudiar.
Si bien el incipit del libro I en estos manuscritos no coindice con el
del ejemplar que aquí nos ocupa, sí lo hacen, en cambio, el incipit
de la primera distinción del libro II (Creac(i)onu(m)13 re(rum)

11 Vid. Turcus, T.-Marini, G. B. (edd.), 1649-1652: Innocentii Quinti Pontificis


Maximi, ex ordine Praedicatorum assumpti, qui antea Petrus de Tarentasia dicebatur, in IV
libros Sententiarum commentaria ex manuscriptis bibliothecae Tolosanae Conventus Sancti
Thomae Aquinatis. Iussu Reverendiss. Patrum Thomae Turci & Ioannis Baptistae de Marinis
edita, apud Arnaldum Colomerium, Tolosae (reimpr. facs. Gregg Press: Ridgewood, N.
J., 1964).
12 Vid. Simonin, H.-D., “Les écrits de Pierre de Tarentaise”, en AA.VV.,
Beatus Innocentius PP. V (Petrus de Tarantasia O. P.): Studia et documenta, Romae ad S.
Sabinae 1943, pp. 163-335.
13 Por creacionem
72 Cecilia Blanco Pascual AO LVIII

insinuans...14), el de la primera distinción del libro III (cum ue(n)


it (i)g(itur) plenitudo...15) y el de la primera distinción del libro IV
(Samaritan(us) int(er)p(retatur) custos sanitatis...16).
Parece que podemos confirmar, así pues, que el códice 32
contiene una copia más, aunque abreviada, de los comentarios
de Pedro de Tarentasia a las Sententiae de Pedro Lombardo. Dicha
copia presenta, eso sí, una peculiaridad, pues tras el colofón de
los libros I, II y IV se incluye la anotación de cor-rec-tus, que,
según Andrés17, alude a la Inquisición. Resulta cuando menos
llamativo que la Inquisición haya podido intervenir la obra de
un autor que recibió el apelativo de Doctor famosissimus, que ha
sido señalado “como uno de los mejores testimonios de la Edad
de Oro de la teología latina”18 y que fue Papa del 21 de enero al
22 de junio de 1276 bajo el nombre de Inocencio V.
Lo cierto es, sin embargo, que las intervenciones de la
censura fueron muy frecuentes durante los siglos XIII y XIV en la
Universidad de París, en la que se formó y ejerció primero como
bachiller sententiarius19 (1256-1257) y después como catedrático (de
1259 en adelante) Pedro de Tarentasia. Fue durante estos siglos
cuando se crearon y desarrollaron los principales dispositivos de
control de la producción y circulación de las ideas y de los textos20
con el objetivo de proteger la ortodoxia. El índice promulgado por
el obispo Tempier en 1277, al que nos referíamos al comienzo, es un

14 Creacionem rerum... Cf. Simonin, op. cit., p. 167.


15 Cum venit igitur... Cf. Simonin, op. cit., p. 170.
16 Samaritanus... Cf. Simonin, op. cit. p. 173.
17 Vid. Andrés, op. cit., p. 208.
18 Vid. Simonin, op. cit., p. 213.
19 Sententiarius: qui libris Sententiarium Petri Lombardi student. (Duc. VII,
425)
20 Vid. Bianchi, op. cit., p. 12.
AO LVIII El códice 32 del archivo de la catedral de oviedo 73

hito fundamental de este proceso. Si bien su objetivo inicial fue el


de controlar a ciertos maestros de la Facultad de Artes de París que,
según Tempier, excedían los límites de su facultad difundiendo
ideas erróneas21 o que podían llevar al error a estudiantes y maestros
no muy duchos en las sutilezas del debate filosófico22, este índice
adquirió pronto fuerza de ley no sólo en París, sino también en
Viena, Colonia y Erfurt y en el seno de la orden franciscana23. Al
parecer, fueron muchos los maestros universitarios que antes de
“leer”24 las Sentencias fueron obligados a jurar que no enseñarían
opiniones contrarias a la fe católica, a las decisiones de la Iglesia y a
los buenos hábitos ni tampoco favorables a los artículos condenados
por la curia romana o por París25.
La coerción intelectual era aún más rígida y precisa en el seno
de las órdenes religiosas. Así, los Dominicos habían prohibido ya
en 1254 la publicación de textos que no hubieran sido examinados
por el Maestro General o el Prior Provincial de la Orden y a partir
de 1256 los miembros de esta orden fueron obligados a suprimir
de sus libros las proposiciones condenadas en un decreto
parisiense de 1241. Ese mismo año 1256 se estableció un sistema
de delaciones por el que los Dominicos fueron obligados a dar
parte de cualquier proposición sospechosa que encontraran en
los trabajos de sus hermanos:

21 Nonnulli parisius studentes in artibus proprie facultatis limites excedentes


quosdam manifestos et execrabiles errores, immo potius uanitates et insanias falsas, in
rotulo seu cedulis presentibus hiis annexo seu annexis contentos, quasi dubitabiles in scolis
tractare et disputare presumunt... Cf. Piché, D. (ed.), La condamnation Parisienne de
1277, Librairie Philosophique J. Vrin, Paris 1999, p. 72.
22 Ne igitur incauta locutio simplices pertrahat in errorem... Cf. Piché, op. cit., p.
74.
23 Vid. Bianchi, op. cit., p. 60.
24 Legere debe interpretarse aquí en su sentido más técnico, propio del
contexto. Se refiere a la enseñanza que un maestro daba en público o privado. No se
refiere a la lectura individual.
25 Vid. Bianchi, op. cit., p. 214.
74 Cecilia Blanco Pascual AO LVIII

Quicumque eciam fratrum aliquid erroneum secundum


coscienciam suam in libros uel scriptis alicuius fratris inuenerit,
mittat illud scriptum magistro ordinis.
AOP, I, p. 81 = CVP, I, p. 31626
Pues bien, en algún momento entre 1264 y 1267 alguien
extrajo de los Comentarios a las Sentencias de Pedro de Tarentasia
108 proposiciones sospechosas y se las envió al maestro general
de la Orden, Juan de Vercelli (1205-1283). Precisamente el hecho
de que el denunciante anónimo apelara al maestro general de los
Dominicos se ha interpretado como un indicio de que también
él era miembro de la Orden27. Juan de Vercelli le remitió la lista
de proposiciones a un grupo de teólogos destacados de París
entre los que se contaba Tomás de Aquino, cuya evaluación es
la única que ha sobrevivido. El texto de santo Tomás, intitulado
Responsio ad magistrum Ioannem de Vercellis libró de toda sospecha
a Pedro de Tarentasia y concluyó que las proposiciones
cuestionadas podían entenderse en sentido ortodoxo. No hubo
lista de artículos condenados. El caso contra Pedro de Tarentasia
comenzó y terminó, así pues, dentro de la propia orden de los
Dominicos y no supuso ningún contratiempo serio en su carrera
académica y eclesiástica, como bien demuestran su segunda
maestría en la Universidad de París a partir de 1267 y que llegara
a ser posteriormente arzobispo de Lyon (1272), cardenal de Ostia
(1273) y, sobre todo, Papa; el primer Papa dominico, por cierto.
Volvamos pues al códice ovetense en busca de indicios de
eventuales intervenciones sobre el texto; especialmente a los
dos primeros libros, pues de las 108 proposiciones de Pedro de
Tarentasia que fueron cuestionadas por el denunciante anónimo,

26 Apud Bianchi, op. cit., p. 50.


27 Vid. Courtenay, W. J., “Dominicains and Suspect Opinion in the
Thirteenth Century: The cases of Stephen of Venizy, Peter of Tarentaise, and the
Articles of 1270 and 1271”, en Vivarium 32 (1994), pp. 186-195, p. 191.
AO LVIII El códice 32 del archivo de la catedral de oviedo 75

90 fueron extraídas de las distinciones 2 a 48 del libro I y 18 de


entre las distinciones 1, 2 y 3 del libro II28. Sin embargo, no hay
aparentemente en estos libros ni en el resto del manuscrito muestra
de correcciones ni de las fórmulas y comentarios explicativos que
frecuentemente empleaban los censores y que afirmaban que
una proposición era herética, contraria a la fe católica, errónea,
falsa en filosofía, absurda, contraria a la opinión común, etc. Es
cierto que hay anotaciones marginales pero se trata casi siempre
de ladillos que informan del comienzo de cada cuestión (q(uesti)
o), de llamadas de atención sobre determinados pasajes (no(ta);
no(ta) bene; no(ta) q(ua)l(it)e(r) sit (com)p(ositi)o i(n) a(n)i(m)a (et)
i(n) angelis...) y de adiciones que pretenden reparar omisiones en
el cuerpo del texto.
Cabía también la posibilidad de que el manuscrito presentara
una versión expurgada de los Comentarios de Pedro de Tarentasia,
libre de las cuestiones más problemáticas, pero el cotejo con la
Responsio ad magistrum Ioannem de Vercellis de santo Tomás29 me
ha permitido localizar en el códice ovetense al menos 34 de las
108 cuestiones. Siguen a continuación algunos ejemplos:
1. De 108 articulis, quaestio 12: Quod vero duodecimo ponitur,
productio a natura et a voluntate potest intelligi tripliciter:
a natura solum, aut a voluntate solum, aut a natura et
voluntate simul: primo modo procedit filius, secundo
modo creatura, tertio modo procedit spiritus sanctus,
quantum ad id quod obiiciens contra opponit, non magnam
difficultatem habet.
Cf. ACO32, 6r l. 3: et sic p(ro)duct(i)o a n(atur)a / u(e)l
uo(luntate) p(otest) i(n)t(e)ll(iger)i. t(riplex). q(uia) u(e)
l a n(atur)a solu(m). (ue)l a vo(luntate) solu(m). (ue)l ab

28 Vid. Simonin, op. cit., p. 164.


29 Me he servido para dicho cotejo de la siguiente edición: (Editori di) San
Tommaso (ed.), Sancti Thomae de Aquino opera omnia iussu Leonis XIII P. M. edita, t. 42:
Responsio ad magistrum Ioannem de Vercellis de 108 articulis, Roma 1979, pp. 259-294.
76 Cecilia Blanco Pascual AO LVIII

vt(ro)q(ue) si(mu)l. p(rim)o m(od)o / p(ro)cedit fili(us).


s(ecundo) m(odo) c(re)at(ur)a. (tercio) m(odo) sp(iri)
t(us)...
2. De 108 articulis, quaestio 29: Quod vigesimo nono ponitur,
spiritus sanctus procedit a duobus, filius ab uno, unde
videtur magis procedere, omnino falsum est; nisi faciat vim
in hoc quod dicitur, videtur: ut intelligatur, videtur sophisticum,
quod non est.
Cf. ACO32, 9v l. 31: vt(rum) p(ro)ced(er)e // sit p(ro)
p(ri)u(m) sp(iri)t(us) s(ancti). d(icen)d(um). q(uod) p(ro)
ced(er)e d(icitur) uno modo co(mmun)it(er). (et) sic id(em)
e(st) q(uod) emanare / ab alt(er)o… (et) r(aci)o vna e(st)
q(uia) p(ro)cedit a duob(us) / fili(us) ab uno solo. v(nde)
vi(detur) mag(is) p(ro)ced(er)e.
3. De 108 articulis, quaestio 74: Quod vero septuagesimo
quarto ponitur, praedestinatio est causa salutis prima,
liberum arbitrium proxima; effectus vero magis sequitur
conditionem causae proximae, ut patet in generatione
inferiorum ex motu necessario superiorum, quantum
ad aliquid verum est, scilicet quantum ad contingentiam et
necessitatem
Cf. ACO32, 29v l. 24: ...q(uia) n(on) e(st) tota c(aus)a
salutis. s(ed) c(aus)a p(rima) / libe(rum) u(er)o arbitriu(m)
c(aus)a p(ro)xi(m)a. effec(tus) v(er)o mag(is) seq(uitur)
(con)dic(i)ones c(aus)e / p(ro)xi(m)e i(n) (con)ti(n)gencia
(et) n(e)cc(esita)te(m)...
No creo tampoco que sea la censura la explicación de la
ausencia en el ejemplar ovetense de las setenta y cuatro cuestiones
restantes, pues, según se ha visto, todas las proposiciones
cuestionadas fueron interpretadas conforme a la ortodoxia por
santo Tomás, tanto las presentes como las ausentes de nuestro
códice. La clave para interpretar estas omisiones se halla, en
cambio, según creo, en el hecho de que la presente copia es un
AO LVIII El códice 32 del archivo de la catedral de oviedo 77

resumen, uno de tantos como circularon no sólo de las Sentencias


de Pedro Lombardo, sino también de los numerosos comentarios
de los que fue objeto.
¿Cómo podemos interpretar entonces las tres anotaciones de
correctus del códice que nos ocupa? La clave hay que buscarla,
creo, en el propio proceso de elaboración del códice. Una vez
terminada la transcripción del ejemplar se realizaba con frecuencia
la revisión del trabajo, que podía correr a cargo del jefe de taller,
de un corrector, o del propio copista. La prueba de que dicha
revisión se había efectuado se hallaba en las anotaciones emendaui,
contuli o correxi. Al parecer, este último verbo se empleó a partir
de época más tardía y solía comparecer bajo la forma correctus
al final del cuaderno30. Las anotaciones de cor-rec-tus de nuestro
códice muy bien podrían aparecer, así pues, como prueba de
que el texto ha sido sometido a una revisión posterior a la copia,
hipótesis corroborada por alguna que otra adición marginal que
pretende reparar una omisión anterior, como se aprecia en los
ejemplos que siguen31:

1. 6r, l. 3: (et) h(ic) d(icitu)r /.\ [spir(it)o. q(ue)da(m) q(ue)


n(on) e(st) de n(atur)a p(ro)ducentis (et) h(ic) d(icitu)r]
facto (ue)l c(re)ato.
2. 7v, l. 7: vn(de) n(on) p(otest) for(mar)e enu(n)ciac(i)ones
de d(e)o n(isi) /.\ [p(er) v(er)ba] te(m)p(or)alia.
3. 100r, l. 21: i(de)o no(n) i(n) si(n)g(u)lis //: [dieb(us)]
d(icu)n(tu)r. s(ed) i(n) illis i(n) quib(us)...

30 Vid. Ruiz García, E., Introducción a la codicología, Fundación Germán


Sánchez Ruipérez, Madrid 2002, p. 252.
31 Se subrayan e incluyen entre corchetes aquellos pasajes que en un primer
momento se habían omitido de la copia y fueron posteriormente añadidos al
margen.
78 Cecilia Blanco Pascual AO LVIII

Creo, en fin, que esta interpretación es más plausible, aunque


también más prosaica, que aquella del Padre Andrés, que veía
en el correctus un resto de la acción inquisitorial. Su error de
interpretación es una muestra más de la necesidad de elaborar
un catálogo más preciso y sistemático de los fondos codicológicos
del Archivo de la Catedral de Oviedo; pero también y, sobre todo,
demuestra la importancia del conocimiento del soporte material
del texto. La mise en page, la división del texto, las anotaciones
al margen... en definitiva, todos los dispositivos de los que se
sirvieron copistas y editores, impresores y correctores, por
irrelevantes que puedan parecer, son portadores de una “función
expresiva”32, son capaces de generar lecturas cargadas de
significado33 y condicionan, por tanto, la recepción e interpretación
de aquello que tradicionalmente hemos denominado texto en un
sentido más estricto. No deberíamos, pues, despreciarlos como
accesorios.

Cecilia Blanco Pascual


Universidad de Oviedo

32 Esta expresión está tomada de Chartier, R., “Prólogo” en McKenzie, D.


F., Bibliografía y sociología de los textos, Akal Ediciones, Madrid 2005, pp. 5-18, p. 7.
33 Vid. McKenzie, op. cit., p. 36.

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