Delrio Guerra Tg2 162 Final
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Directora
Reconocimientos
dirección y apoyo constante brindado por la psicóloga Silvia Rivera Largacha, profesora
asociada de la Universidad del Rosario, quien en su desempeño como Directora del trabajo de
esta afecta el desarrollo psicoafectivo del niño”, aportó sus conocimientos y organización de la
información para la presentación del actual trabajo. De igual forma, se agradece al comité de
aprobación y en especial al Dr. Telmo Eduardo Peña Correal por sus aportes técnicos y
contribuyeron a que este trabajo de revisión de la literatura pudiera llevarse a cabo. Por último,
Tabla de contenidos
Página de presentación…………………………………………………………………......1
Página de aprobación……………………………………………………………………….2
Página de reconocimientos…………………………………………………………………3
Tabla de contenidos………………………………………………………………………..4
Resumen……………………………………………………………………………………5
Abstract…………………………………………………………………………………….6
Introducción………………………………………………………………………………..7
Biografía de Wilfred Bion…………………………………………………………11
Biografía de Donald Winnicott…………………………………………………….12
Biografía de Helene Deutsch………………………………………………………13
Objetivos………………………………………………………………………………......14
Metodología………………………………………………………………………………..14
Bion, Winnicott y Deutsch y su legado en el estudio del vínculo.........................................15
Planteamiento teórico de Bion……………………………………………………..............19
Planteamiento teórico de Winnicott …………………………………………………….....27
Planteamiento teórico de Deutsch…………………..……………………………………..35
Discusión y conclusiones ……………………………………………..……………….......45
Referencias……………………………………………………………..…………………..53
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 5
Resumen
Este documento hace una revisión de literatura desde un enfoque psicoanalítico sobre la relación
madre – hijo durante el embarazo y la forma en que este influye en el desarrollo psíquico del
bebé. Se aborda esta temática principalmente desde la visión teórica de Donald Winnicott,
Wilfred Bion y Helene Deutsch para lograr un análisis más integral del vínculo madre-hijo. La
elección de autores se hizo teniendo en cuenta que para cada uno de ellos este vínculo constituye
una parte fundamental en el desarrollo psicoafectivo del niño, así como la importancia que le dan
Abstract
This document reviews the psychoanalytic literature on the mother-child relationship during
pregnancy and how it influences the baby 's psychic development. This issue is addressed mainly
from the theoretical perspective of Donald Winnicott, Wilfred Bion and Helene Deutsch to
achieve a more comprehensive analysis of this bond. The choice of the authors was made taking
into account that for them the mother-child bond constitutes a fundamental part in the psycho -
affective development of the child, as well as the importance of pregnancy in this process.
Introducción
La existencia de una estructura psíquica en el ser humano es un tema que ha sido de gran
interés para la psicología en general, sin embargo ha sido el enfoque psicoanalítico el que más se
ha interesado por temas relacionados con el consciente e inconsciente del ser humano. Por
ejemplo, Sigmund Freud fue uno de los primeros y más representativos autores en plantear la
estructura psíquica (Yo, Ello, Superyó) y su importancia para mantener el equilibrio psicológico
del individuo.
Siendo así, parece interesante ahondar en el tema del desarrollo del psiquismo del ser
o si esta estructura psíquica existe o no desde el principio. Lo que nos remite a momentos
cruciales en el ciclo vital de cada individuo como el nacimiento y, por consiguiente, al papel de
psicoanalítica “es prolija en cuanto a la teorización del desarrollo del psíquismo del bebé
enmarcado en el vínculo materno” (p. 5) con autores como Melanie Klein, Freud, Winnicott, y
Bion, entre otros (Gutiérrez et al., 2007), hasta el punto de darle tal importancia al vínculo
Asi pues, como pregunta inicial de investigación se quieren identificar cuáles son los
planteamientos teóricos propuestos por Winnicott, Deutsch y Bion frente a la relación madre-hijo
durante el embarazo y el puerperio Debido a que estos autores dan a la madre y a sus cuidados
un papel fundamental en el desarrollo del Yo del bebé, se busca ampliar la información existente
premisa de que en un principio el bebé como tal no existe , ya que prima la unión madre-hijo
Siendo así, para psicoanalistas como Donald Winnicott (1896-1971), Wilfred Bion (1897-
1979) y Helene Deutsch (1884-1982), el desarrollo psíquico del individuo empieza desde el
embarazo, e incluso antes, pues explican que la mujer, durante la concepción, al pensar en el
hijo, en sus expectativas frente a este nuevo rol y sobre todo en su deseo de tenerlo, abre un
nuevo espacio psíquico dentro de ella. Además, la gestación, representa para el inconsciente de
mundo a un bebé, recrea su propia historia como hija y como receptora de una serie de deseos y
De esta manera, los estos tres autores señalan la importancia del proceso de gestación
prepara para ser madre y para su hijo. Este espacio psíquico es la base a partir de la cual se
Para el desarrollo de esta revisión bibliográfica, se decidió tomar a estos tres autores que
marcan la investigación sobre el vínculo madre hijo en el siglo XX. Las escuelas a las que
respectivamente y van a centrar su interés en el desarrollo psíquico del niño y en las influencias
que dentro de este proceso tiene la figura y la relación particular que establece con la madre. En
contraste, Helene Deutsch aborda el tema de la relación madre-hijo desde la mirada femenina de
proceso de transformación que implica la maternidad. Deutsch tiene un papel histórico además,
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ya que fue la primera mujer que habló de estos temas desde el psicoanálisis con la influencia
El interés por el tema del vínculo entre madre e hijo tiene una importancia histórica, ya
que emerge en un momento de transformación cultural que cambió las costumbres sociales y las
formas de relación en las sociedades industriales. Los efectos de estos cambios persisten hoy en
día en las sociedades post industriales. En el siglo XVIII y posteriormente en el XIX, la sociedad
costumbres sociales (Leahey, 2005). En especial, la consolidación del mundo urbano de estos
siglos genera una fuerte separación entre géneros, ya que la industrialización y la preferencia de
la mano de obra masculina por encima de la femenina, llevan a que los hombres se vayan
apropiando del mundo industrial y de los espacios públicos; mientras que las mujeres son
radicaliza en los primeros momentos de la industrialización. Sin embargo a mediados del siglo
XIX esta radicalización del sistema patriarcal se empieza a debilitar entre otras cosas por la
entrada de la mano de obra femenina dentro del sistema industrial (Leahey, 2005).
época y por lo tanto centran su interés en la importancia del papel del hombre dentro de los
niños. En los primeros trabajos de Freud sobre el tema, este resalta que la constitución del ser
empieza desde el Edipo y este se desarrolla principalmente por el papel que el padre ocupa en la
dinámica familiar. En contraposición, Melanie Klein, Wilfred Bion y Donald Winnicott tratan el
origen de la vida psíquica desde muy temprana edad y le dan una importancia central a la etapa
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 10
Así como Bion y Winnicott centran sus obras en el origen de la vida psíquica del bebé y
en cómo este desarrolla sus pensamientos, Deutsch centra su interés en el estudio de cómo la
mujer, que va a ser madre, vive el embarazo y qué consecuencias psíquicas le genera en ella. Así
como el trabajo de Klein, Winnicott y Bion cuestionan la supremacía masculina dentro de las
dinámicas de relación familiar, que en el mundo social del siglo XIX es legitimada, el trabajo de
Deutsch cuestiona también una idea generalizada en el siglo XIX con respecto a existencia de un
instinto maternal innato que le sería propio a la mujer. Al cuestionarse sobre la psicología
de una mujer al convertirse en madre, Deutsch analiza las diferentes tensiones, temores y
este proceso, sacándolo del registro de lo instintivo para vincularlo al registro de lo cultural y lo
relacional.
Wilfred Ruprecht Bion nace en el Punjab, en India, en 1897, en una familia bien
acomodada, durante el final de la etapa imperialista del imperio británico (que corresponde
aproximadamente con el fin de la era Victoriana) (Bianchi, n.d.; Roudinesco, Piatigorsky, Plon,
& Plon, 2008). Vive en India con sus padres hasta la edad de 8 años cuando lo mandan a un
internado en Inglaterra. Esto marcó a Bion pues toda su vida soñó con los paisajes de la India y
con recuperar la cercanía con sus padres. Su madre era amorosa aunque tenía estados de ánimo
impredecibles y se mostraba fría, y su padre era sensible y, aunque a veces le provocaba rechazo,
Después de haber estado en las filas militares de la Primera Guerra Mundial, estudió
fracaso amoroso, lo que lo llevó a acercarse a la psiquiatría y luego al psicoanálisis. Así fue el
analista de Samuel Beckett (dramaturgo, novelista, crítico y poeta irlandés), lo que le permitió
estar en un círculo de eruditos que lo influenció de manera importante (Roudinesco et al., 2008).
analista. Este fue, a su vez, analizado por Melanie Klein, lo que permite que Bion se inicie en las
inglesa y trabaja en su teoría de los pequeños grupos (principio terapéutico con hombres que
habían participado en la guerra y que consistía en organizar pequeños grupos que definían lo que
querían tratar con la compañía de un terapeuta que mantenía una relación horizontal con ellos)
En 1945 Wilfred Bion inicia su tercer análisis con Melanie Klein, lo que marca
postulados más importantes, donde divide el aparato psíquico en dos funciones mentales: una
primitivas que adquieren una naturaleza de cosas concretas) (Roudinesco et al., 2008). Así
Donald Wood Winnicott, nació en Plymounth, Reino Unido, en 1896, en el seno de una
1999). Sin embargo decide hacer una pausa en su carrera para servir como cirujano en la Primera
Guerra Mundial. En 1920, culminó sus estudios de medicina y pediatría, y entró a trabajar al
Hospital de Niños de Paddington Green, en Londres, donde trabajaría por más de 40 años (Brett,
1999).
Jones, famoso psicoanalista y escritor de la época, quien lo animó a empezar su análisis con
James Strachey, psicoanálisis que continuó con Joan Rivière. Una vez terminó esto, en 1927,
ingresó a la Sociedad Psicoanalítica Británica, de la que fue presidente entre 1956 y 1959
Durante la Segunda Guerra Mundial, estudió los efectos psíquicos en niños ocasionados
por la separación de sus padres. La población que estudió se centró en niños Emigrantes de
Londres que fueron acomodados en “hogares de paso” hasta el final de la guerra. Dentro de sus
investigaciones, llamaron la atención aquellas que realizó con adolescentes, niños con problemas
Pese a que la mayor parte de su labor como psicoanalista la realizó con adultos, Winnicott
fue conocido por su trabajo con niños (Brett, 1999). Dentro de sus planteamientos teóricos,
“difíciles”, pues gran parte de su teoría hizo énfasis en las primeras interacciones madre- hijo
acomodada y la preferida de su padre. Su madre era una mujer autoritaria y poco afectuosa
(Roudinesco et al., 2008). A pesar de ser una joven depresiva y marcada por situaciones
Lieberman, con el que se instaló en Viena, y empezó los estudios de medicina (Roudinesco et al.,
2008). Más tarde se separó de él y años después se casó con Felix Deutsch, quien se volvería en
el médico personal de Sigmund Freud. Fue entonces su esposo quien la inició en las ideas
freudianas.
En 1914 inició los estudios de psiquiatría con Emil Kraepelin en Alemania antes de volver
a Viena, donde en la Primera Guerra Mundial asistió a grupos de mujeres y niñas con la
hijo Martín (Roudinesco et al., 2008). En este tiempo, a causa de sus problemas personales y de
sus intereses teóricos, se integró en los grupos freudianos, antes de empezar un análisis con el
propio Sigmund Freud. Desde el principio este se mostró encantado con Helene Deutsch y quiso
que fuera su más fiel discípula, lo que logró con los años (Roudinesco et al., 2008).
Helene dejó su análisis con Freud para dirigir un instituto policlínico en Viena dado el
pedido de este. Luego se fue a Berlín para seguir su análisis con Karl Abraham. Allí empieza a
escribir y hace su primer trabajo sobre la psicología de la mujer (Roudinesco et al., 2008). De ahí
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Roudinesco et al. (2008), “la posición de Helene Deutsch sobre la sexualidad femenina, inspirada
escuela vienesa” (p. 224). Es importante notar que esta corriente se opone a la escuela inglesa,
A raíz de la Segunda Guerra Mundial, Helene Deutsch se trasladó con su esposo y su hijo
Society (BoPS) (Roudinesco et al., 2008). Ahí vivió hasta el final de sus días como psicoanalista
Objetivos
El objetivo general de este trabajo es identificar los planteamientos teóricos que proponen
Donald Winnicott, Wilfred Bion y Helene Deutsch, frente a la formación de las bases de la
¿Cuáles son los planteamientos teóricos propuestos por Winnicott, Deutsch y Bion sobre la
- Identificar las propuestas de Wilfred Bion sobre la relación madre-hijo durante el periodo
gestacional y el puerperio.
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Método
Para cumplir con los objetivos de este trabajo de grado se decidió hacer una revisión de
literatura para ahondar en las diferentes posturas teóricas de los autores anteriormente
mencionados, con el fin de identificar similitudes, contradicciones y vacíos para así lograr una
perspectiva más integrada sobre el proceso de gestación, la relación madre-hijo y la forma en que
En primera instancia se consultaron las fuentes primarias, es decir todos los libros de los
autores que fueran pertinentes para el tema. De esta manera, se leyeron 4 libros de Winnicott, 2
de Helene Deutsch y 4 de Bion. Por otra parte, se revisaron fuentes secundarias en bases de datos
En esta revisión el rango de años escogido fue del 2005 al 2015 y las palabras claves fueron:
vínculo, relación madre-hijo, embarazo, maternidad, padre, self, deseo. De esta búsqueda se
Antes de exponer las propuestas sobre la relación madre-hijo de estos tres autores, es
necesario hacer un recorrido histórico sobre el surgimiento del interés por el estudio del vínculo
entre la madre y el bebé en el psicoanálisis, para entender cuál es el aporte puntual de estos
autores dentro de una discusión general que se desarrolla a lo largo del siglo XX.
El impacto de las concepciones de Winnicott y Bion, que pueden ser consideradas como
herederas de los grandes debates de las relaciones objetales, es importante en las corrientes
psicoanalíticas actuales de Europa. Sus obras tienen en común un tópico yo-objeto interpretado
interés por el vínculo entre la madre y el bebé perdió importancia. Esto se puede explicar por la
momento del Edipo como un elemento central en la constitución del ser del niño.
Solamente hasta 1930, se retoma el interés por el vínculo madre-hijo con las teorías de las
“relaciones objetales" de Fairbairn y Klein (Green, 2006) en las que rescatan la importancia del
momento pre-edípico y del vínculo materno Entre los años 1957 y 1962, Bion retoma el interés
por la investigación en torno a la relación del bebé con la madre, entendida, no como objeto, sino
como función; es decir que le da la importancia a la función materna (capacidad de la madre para
“relaciones objetales” en la cual se entiende a la madre como un objeto y no como una función,
tal como lo cita Green (2006), “No me intereso solo en el seno, en el pene, o en el pensamiento
verbal sino en su función que es la de hacer el vínculo con dos objetos” (Green, 2006).
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En 1962, Bion, identifica el vínculo con el analista como un espacio de réplica de los
vínculos afectivos más íntimos, como lo son los vínculos con las figuras parentales. Así define el
“vínculo” como: “la capacidad del analista de introyectar las identificaciones proyectivas del
paciente. Los ataques contra los vínculos son entonces sinónimos de ataques contra la
De esta manera, las experiencias corporales y de intercambio entre los padres y el bebé
son el origen de los fantasmas que se vuelven los mecanismos organizadores de los procesos que
desarrollan la psique (Brusset, 2006). Es importante notar que Bion es el primer analista que
“espacio del pensamiento” y de un “espacio emocional” y no como Klein que solo se refería al
“mundo interno” del bebé (Brusset, 2006). Es decir que Bion desarrolla la teoría de Melanie
Klein y divide el mundo interno en tres partes: el psíquico, que se encarga de la constitución del
ser y se ve influenciado por los otros dos; el mental, donde pertenecen los pensamientos y el
desarrollo de estos; y el espacio emocional, en el que se viven las emociones y las sensaciones
corporales que estas conllevan. Esta es una separación simbólica y que permite explicar mejor
cada categoría.
Para entender los lineamientos globales de estos autores en torno al análisis de la relación
madre-hijo y el origen de los pensamientos del bebé, se trabajarán, para los dos primeros autores,
tres ejes. En una primera parte se explicará el modo en el que cada uno hace referencia a la
relación madre-hijo, para luego tratar la hipótesis el origen de la vida psíquica y terminar con la
formación del pensamiento en los bebés. En el caso de Helene Deutsch, ya que esta centra sus
maternidad y el aparato psíquico femenino, para luego discutir sobre la relación madre-hijo
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desde la experiencia psicológica de la mujer. Por último se tratarán las experiencias de la mujer
en el parto y el puerperio y como estas activan las pulsiones de desarrollo del bebé.
obra en el origen del pensamiento desde la etapa gestacional y en cómo este se evidencia
De esta manera, Bion sostiene que la capacidad de la madre para construir un contacto
psíquico, un vínculo entre ella y el bebé le permite a este introyectar su propio yo, y desarrollar
sus pensamientos. Es decir que mediante el vínculo entre madre e hijo, el recién nacido logra
sentir su cuerpo e ir sintiéndolo como propio a medida que se desarrolla; lo que posteriormente
posibilita una vida mental propia con el desarrollo de sus pensamientos. A esta función
concepto de rêverie hace referencia al estado anímico que está abierto a la recepción de
cualquier "objeto" del objeto amado. Esto significa que la madre pueda recibir cualquier –objeto-
sentimiento, emoción, dolor, pulsión o necesidad de parte del objeto amado, es decir, del bebé.
Esta capacidad se da cuando la madre, incluso desde la etapa gestacional, es capaz de recibir las
identificaciones proyectivas del feto y posteriormente del lactante, ya sean sentidas por este
como buenas o malas (Bion, & Grimberg, 1980). Es decir que la rêverie es una función
somatopsíquica, es decir que, a través de sentir el cuerpo del bebé, la madre puede introyectar o
apropiarse de su psique para entenderlo y así generar el vínculo. Este proceso se da porque el
propio cuerpo, pues su identidad aún permanece determinada por su vínculo físico con la madre.
La madre hace así lo que el bebé todavía no es capaz de hacer y conecta su propio cuerpo con la
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psique del bebé (Badoni, 2001). De esta manera, la revêrie materna es la capacidad de
contención emocional de la madre hacia el bebé. Se espera que la madre y también el padre, sean
capaces de recibir las angustias, molestias y llantos del niño y transformarlos, devolviéndolos de
una forma más apropiada, descargados de angustia, de manera que puedan ser tolerados y
recibidos por el éste (Zapata, 2004). Para que la madre desarrolle esta capacidad de rêverie, es
necesario que tenga un Edipo organizador que haya estructurado su self, donde tenga entonces
claros sus límites y sus propios traumas infantiles. Si no es así, la psique de la madre puede
evacuar al bebé que le recuerda sus propios traumas y de esta manera, evita el contacto del bebé
(Bion & Grimberg, 1980). Wilfred Bion trata el modelo de la relación madre-hijo,
que va más allá de la pulsión conectándola con las emociones y a las experiencias corporales
ampliándolo y llevándolo a su teoría de la función alfa materna (Goyena & Leclerc, 2001). Klein
relaciona este modo de identificación con la escisión, con el paso de la posición esquizo-
malo y un seno bueno, escoge una posición absolutista en la que cree que la madre es lo uno o lo
otro pero no logra integrarla, de esta forma no puede existir un mundo interno ni externo
misma que tiene un seno malo, es la que tiene un seno bueno. De esta manera logra estructurar su
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 20
mundo interno y externo y aparece la posibilidad de temporalidad). Esto permite que haya
evitando una simbiosis donde el mundo interno y externo están confundidos. (Baranger, 1994)).
Esta psicoanalista aclara que este modo de vinculación entre la madre y el bebé se produce
incluso antes del nacimiento, suponiendo que el embrión sea capaz de reconocer sensaciones
primordiales (Bion, 1997). La identificación proyectiva de Klein tiene tres objetivos principales:
proyectiva en los siguientes términos: “Partes de mi "yo" (moi) y de objetos internos son
proyectiva es, ante todo, una defensa contra la angustia de la separación, puesto que el resultado
vínculos, es decir como una relación continente-contenido común (bisexual) que se distingue de
madre y el bebé. Esta implica un contacto permanente entre uno y el otro. De esta manera, la
madre activa la rêverie, su estado especial de receptividad frente al bebé (Goyena & Leclerc,
2001) y puede recibir las emociones brutas no elaboradas del bebé (elementos beta) para
(elementos alfa) (Bion & Grimberg, 1980; Dispaux, 2010; Goyena & Leclerc, 2001; Lysebeth-
Ledent, 2004).
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 21
Es importante notar que hay una diferencia esencial entre la proyección y la identificación
es que proyecte lo malo al exterior para poderlo evacuar. Sin embargo, en la segunda, el yo
proyecta en el objeto tanto lo bueno como lo malo, no para soltarlo sino para evitar las fronteras
entre el yo y el otro (Dispaux, 2010). De esta manera, se crea una relación simbiótica entre la
madre y el bebé donde se conciben como un solo ente psíquico. La madre siente todo lo que
siente el bebé y este todo lo que siente su madre, generando un contacto permanente entre el uno
y el otro (Bion, 1997).Con respecto a las experiencias del feto en el útero y su relación con la
posibilidad de existencia de una mente con la cual interactuar con la madre antes de ser
autónomo como ser pensante, Wilfred Bion (1997), en su libro La tabla y la cesura: Bion en
Nueva York y San Pablo expone que “sería ridículo suponer que un recién nacido no tiene
mente” (p. 229). De esta manera, este autor defiende la idea de que el feto se hace sensible a lo
que cabría denominar “sucesos” (conjetura imaginativa) y así, antes de nacer, es un adulto
inteligente en potencia (Bion, 1997) que es sensible a todo lo que pasa dentro del útero (Bion,
líquido amniótico y puede por lo tanto estimular las cavidades óptica y auditiva. De ahí
que quiero aventurar la hipótesis de que aún un embrión en la tercera o cuarta etapa de
"sensaciones".
Por consiguiente, el feto dentro del útero reconoce que hay “cosas” que son diferentes a sí
mismo y, aunque estas experiencias pueden llegar a ser intolerables para el feto, posiblemente las
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olvida y se deshace de ellas, ya que no puede procesarlas por el momento (Bion, 1997). Sin
embargo, el estado mental que se configura tan pronto como se puede decir que el embrión o el
feto poseen una mente, es diferente del estado mental del bebé, que exhibe un pensamiento y una
conducta para los que sí se aplican los conceptos de consciente e inconsciente (Bion, 1997).
En importante resaltar que para que el feto pueda desarrollarse en el útero de su madre,
los padres necesitan desarrollarse también, para pasar de ser marido y mujer a ser padre y madre,
ya que de lo contrario no habría “espacio” para el crecimiento físico y psíquico del recién nacido
(Bion, 1997).
El momento del parto es muy importante ya que genera un tipo de cesura que Otto Rank
Existe una continuidad entre el feto en término y el bebé, si bien hay algo así como
una sinapsis, un diafragma o una pantalla, que al mismo tiempo que mantiene esa
feto se proyecta en esta cesura y vuelve reflejado desde el bebé hasta sus niveles
A raíz del parto, el bebé es consciente de que existe algo más allá de su propio cuerpo y
empieza a entrar en contacto con la madre de otra manera. Así, la primera representación que
tiene de la madre después de nacer es el seno (Goyena & Leclerc, 2001). De esta manera, el
origen de la vida psíquica se centra en el reconocimiento de que hay un otro. Para que haya un
sujeto, tiene que haber otro reconocido como tal. Para que haya un “yo” (moi) tiene que haber un
objeto del cual demandar y querer algo, para que haya un “yo” (je) se necesita un “tú” (Roux,
2007). De tal forma, el origen de la vida psíquica del bebé se crea en la necesidad de este por
lactancia se vuelve fundamental para el desarrollo de la psique del bebé y la relación madre-hijo
Como expuso Freud, el pecho es el “órgano sensorial para la percepción de las cualidades
psíquicas” De esta manera, el seno es necesario para que el bebé interiorice los objetos internos
(Goyena & Leclerc, 2001). Esto se logra por la experiencia del bebé de que a veces hay un seno
para él y a veces está ausente. Esto lo introduce Melanie Klein con la existencia del pecho bueno
y el pecho malo. El incorporar leche, amor, calor, puede ser sentido como el incorporar un pecho
bueno (Bion & Grimberg, 1980). Así, el primero está asociado con la leche real que satisface el
hambre y el otro con la no existencia de esa leche, estos tienen una propiedad psíquica diferente
(Bion & Grimberg, 1980) y son los que permiten que el bebé se encuentre con la experiencia de
la carencia. El lactante capta la existencia de un pecho muy malo dentro de sí, un pecho que “no
está allí” y por no estarlo provoca sentimientos dolorosos (Bion & Grimberg, 1980). De esta
manera, el pecho bueno y el pecho malo son una experiencia emocional (Bion & Grimberg,
1980).
desde la metáfora digestiva y la relación con el pecho. Bion le atribuye al bebé el ser consciente
de que sus necesidades no son satisfechas, en vez del reconocimiento de lo que pueda necesitar.
Por ejemplo, el bebé sabe cuándo hay un pecho malo y se frustra en vez de tener la
conciencia de que quisiera un pecho bueno. Se siente frustrado y tiene no el deseo de un seno
bueno, sino el deseo de evacuar el seno malo. De esta forma, el bebé empieza a sentir frustración
de un seno faltante, en vez de darse cuenta de que hay uno malo presente (Goyena & Leclerc,
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precisamente la unión entre una preconcepción y una frustración lo que permite el pensamiento
(Arnoux, 2010). Si el bebé logra tolerar la frustración, el seno malo se vuelve un pensamiento y
se desarrolla un aparato para pensar. Si hay intolerancia, el bebé quiere expulsar y huir de esta
sensación y el pensamiento pasa a ser un objeto malo (Goyena & Leclerc, 2001). Es importante
notar que este mecanismo funciona solo si existe un ritmo entre las gratificaciones y las
frustraciones, así como un vínculo psicoafectivo fuerte entre la madre y el bebé (Bourdellon,
2004) y es necesario un pecho que contenga al lactante (Bion & Grimberg, 1980).
sentido de la realidad, de ser dominado por el principio de realidad. Igualmente, puede sobrevivir
la dolorosa prueba de tener una madre incapaz de rêverie que no pueda brindarle la satisfacción
frustración va más allá de cierto límite, comienzan a funcionar los mecanismos omnipotentes,
especialmente la identificación proyectiva (Bion & Grimberg, 1980). Es por esta razón que la
identificación proyectiva es una forma temprana de lo que luego sería la capacidad para pensar
(Bion & Grimberg, 1980). Así, este mecanismo posibilita al lactante a manejarse con la emoción
primitiva y así contribuye al desarrollo de los pensamientos (Bion, 1988). De esta manera, el
amor no se apoya solo en la ingestión de la leche, sino también en la capacidad de la madre para
niño muy pequeño cree que puede escindir las sensaciones o ideas desagradables, es decir todo
aquello que le causa displacer. Según esta psicoanalista, el niño tiene la fantasía omnipotente de
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que puede escindir esos pensamientos displacenteros y evacuarlos después, del mismo modo en
que evacúa la orina o las heces. Estos fenómenos se manifiestan, según ella, después del
La importancia del seno radica entonces en que el lactante se puede sentir frustrado
frustración (Bion & Grimberg, 1980). Es así que, el pecho, la cosa en sí misma, no se distingue
cosa misma en la boca (Bion & Grimberg, 1980). De esta manera, para el bebé, la existencia
física del seno no se diferencia del pensamiento del seno. Por eso mismo, Bion supone que el
lactante tiene una capacidad para la abstracción que le permite separar un elemento de la
experiencia total, que es la creencia de que existe un objeto que puede satisfacer sus necesidades
La teoría del pensamiento de Bion también es una teoría del conocimiento, del aprendizaje
por experiencia. Así, todo conocimiento tiene como base alguna experiencia primitiva emocional
tolerancia de la frustración intrínseca a la experiencia que Bion llama el vínculo "C" (Goyena &
Leclerc, 2001). La primera y más primitiva manifestación de este vínculo ocurre en la relación
entre madre y lactante. Como una relación de objetos parciales, puede enunciarse como una
relación entre la boca y el pecho (Bion & Grimberg, 1980). Es así que se gesta una relación
de ser unidos e impregnados por la emoción (Bion & Grimberg, 1980). Esto significa que
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 26
continente y contenido dependen entre sí para beneficio mutuo y sin daño para ninguno. Así, la
madre saca provecho y logra crecimiento mental a través de la experiencia y el lactante también
saca provecho y logra crecer (Bion & Grimberg, 1980). En el modelo de contenido / continente,
relación se inversa, aparece la envidia y la codicia y el vínculo se vuelve destructivo (Goyena &
Leclerc, 2001).
Ahora bien, en cuanto a la autonomía del bebé frente a la madre, es importante añadir que
bebé. El bebé permite así que la madre tenga contacto con su infancia reprimida y que haya de
esta manera un doble crecimiento estimulado por una espiral transaccional (Bourdellon, 2004).
bebé introyecta la función continente y la función alfa (aparato para pensar pensamientos). Así,
En cuanto a la entrada del padre, Wilfred Bion expone que el infante se incluye en el
cierre narcisista materno “pare-excitante”. La madre y el bebé salen poco a poco de una ilusión
simbiótica, permitiendo así descubrir el no-yo, el otro, encarnado en el padre (Bourdellon, 2004).
De igual forma, el padre, el tercer objeto, reconocido como tal, es el que garantiza la función
(Roudinesco et al., 2008) centra gran parte de su obra en describir la relación temprana entre
madre – hijo, especialmente en los cuidados que ella le proporcionará durante sus primeros años
de vida, partiendo del supuesto de que la salud mental del individuo es determinada desde un
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 27
principio por la madre, quien sin saberlo proporciona un ambiente facilitador en el cual los
procesos naturales que abarcan el crecimiento y desarrollo del bebé tiene lugar, al igual que sus
primeras interacciones con el medio (Winnicott, 1987). Todo esto, permite la construcción de la
base de la salud mental del infante, quien con el tiempo ira relacionándose creativamente con el
mundo. Aquí el sentido de la creatividad está en sentir que uno existe (Torres, 2006), teniendo en
cuenta que el desarrollo del ser humano es un proceso continuo, tanto a nivel físico como
personal y emocional.
Sin embargo, para Winnicott (1987) es difícil precisar el momento exacto en el que
comienza la existencia individual. En su libro Los bebés y sus madres afirma que la fantasía
juega un papel importante en este proceso, pues la relación con los hijos comienza desde el
momento en que empiezan a ser fantaseados por los padres y es en la concepción donde
propiamente los padres logran materializar dicha fantasía. Además, durante el proceso de
gestación, especialmente en el momento en el que la madre llega a percibir los movimientos del
feto, es cuando empieza a concebir a su hijo como un ser vivo que crece en su interior; la prueba
de esto es que el feto “patea”. Adicionalmente el autor afirma que en el momento del nacimiento
no comienza como tal la vida psicológica del individuo. La importancia de este proceso está
principalmente en el gran cambio de actitud de los padres hacia su hijo, pues es en este momento
En este sentido, para Winnicott resulta difícil ligar intrínsecamente este proceso con el
propia existencia (Winnicott, 1987). A través de los cuidados físicos proporcionados por su
personalidad del infante. Esto se da en una transición gradual desde la dependencia absoluta,
posee cierta identidad, además de la capacidad por diferenciar entre “Su yo” y “No-yo” que hace
referencia a la realidad externa al niño (Green, 2006.; Winnicott, 1945). Sin embargo, el autor
considera difícil precisar el momento exacto en el que ocurre esto. (Winnicott, 1987). De modo
que para Winnicott, “desde las relaciones más tempranas con las figuras parentales, el desarrollo
psíquico del niño puede desplegarse o restringirse” (Gutiérrez, Castellanos, Henao, &
Santacoloma, 2007, p.5). Por consiguiente, un niño privado un contacto afectuoso, podrá ver
cuanto al proceso de embarazo señala en Los bebés y sus madres (1987) que este proceso, es una
fase principalmente de identificación con el bebé. Además es una fase en la que posiblemente
resurgen experiencias y recuerdos del pasado, pues al igual que su hijo que está próximo a nacer,
ella también fue un bebé y ante la inminente llegada de su propio hijo, emergen en ella los
recuerdos de haber sido cuidada y estos interfieren en sus propias experiencias como madre.
En los últimos momentos del embarazo, la madre ya está preparada para saber las
convicción de que la madre tiene que sentir las necesidades de su bebé y debe saber responder
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 29
ante ellas (Lysebeth, 2004). Este fenómeno tiene lugar durante el proceso de embazo, el
puerperio, extendiéndose aproximadamente hasta el primer año de vida del niño y le permite a la
madre adquirir la capacidad de identificarse con su bebé y así satisfacer sus necesidades básicas
Para Winnicott, la identificación que la madre logra con su bebé es sumamente compleja y
fascinante, pues ella por cuanto se siente muy identificada con su hijo, sigue siendo en cierta
medida ella, una mujer con identidad; lo contrario a lo que sucede con su hijo, quien, por otra
parte tiene una identidad con la madre, como si fueran uno solo, pues al comienzo la madre es
parte del bebé (Torres, 2006). Por ende, este vínculo constituye un aspecto primordial para el
Siendo así, la preocupación primaria materna y la unión madre- hijo que en un principio
pueden considerarse uno solo, son el comienzo de todo, ya que le dan sentido a palabras tan
simples como “ser” y consecuentemente a la palabra “yo soy”. Winnicott (1987) considera
“importante que el yo soy no significa nada a no ser que, en un comienzo, yo sea uno junto con
Estos procesos de identificación entre el niño y la madre son ampliamente trabajados por
Winnicott y es por esto que en su obra hace énfasis en la importancia de los cuidados físicos
proporcionados especialmente por la madre, en los primeros años de vida, (Winnicott, 1987).
Durante este proceso madurativo se hace indispensable el apoyo del yo de la madre para facilitar
la organización del yo del bebé, hasta que sea capaz de afirmar su propia individualidad y
para atender las necesidades del bebé, Winnicott habla de “La madre suficientemente buena”.
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 30
Esta es la madre que logra adaptarse adecuadamente a las necesidades de su hijo, dependiendo al
momento madurativo en el que el bebé se encuentre (Torres, 2006). Al principio el bebé no logra
percibir quien proporciona los cuidados, solo se percata del ambiente protector cuando siente sus
maduración del niño el autor señala que el bebé aprende a tolerar la ausencia gradualmente, a
Es importante tener en cuenta que la madre no es capaz de aportar todo lo que su hijo
necesita y entonces el bebé empieza a registrar sus ausencias e inicia el reconocimiento del
mundo exterior (Zapata, 2004). Por consiguiente la madre suficientemente buena es la que
además de suplir todas las necesidades de su hijo, es capaz de hacer experimentar al niño la
proceso se hace posible por que el individuo en los cuidados maternos que sostienen su
Para Winnicott (1965), la identificación que tiene la madre con su bebé le permite:
(…) emplear una potente capacidad para intuir las necesidades de su hijo” (…) esta
hijo, y por tanto es capaz de darle casi exactamente todo lo que necesita en forma de
propiamente una acción (Cañellas, 2008) lo que implica que no necesariamente tiene que ser la
madre quien las desempeñe; al contrario cualquier persona que logre identificarse con el bebé,
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 31
suplir sus necesidades, brindarle un ambiente adecuado para su desarrollo emocional y demostrar
en términos de cuidado su amor por él o ella, podrá estar inmerso en este proceso madurativo.
Sin embargo, en la mayoría de sus análisis hace referencia a la madre, pues es esta quien logra
esa “conexión espacial” con su hijo teniendo en cuenta el precedente biológico y simbólico del
Ahora bien, dentro de las funciones maternales plantea las siguientes (Winnicott, 1958):
criatura en brazos que constituye una forma de amar” (p. 56), es en esta fase, que el individuo
emocional entre madre–hijo (Winnicott, 1965). Esta fase va más allá de ser un factor básico de
cuidado materno, ya que su esencia está principalmente en que la madre logre sostener
que facilite la integración del cuerpo y la organización psíquica del bebé (Winnicott, 1965).
real” (p. 33). Una adecuada manipulación le permitirá al niño “disfrutar de la experiencia de su
1958).
relacionarse con objetos, con el mundo” (p. 34), esta función consiste en la capacidad de hacer
real el impulso de creatividad al que tanta importancia le otorga. Esta función desarrolla
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 32
propiamente la capacidad del niño por sentirse real en el instante en que se relaciona con el
acumulación de experiencias de vida, que son posibles gracias a un medio favorable, que en este
Winnicott concibe a la madre como una figura necesaria por las siguientes razones:
1. Como una persona viva, el bebé debe poder sentir el calor de su piel, poder ver y
sentir a su madre, “debe tener acceso pleno al cuerpo de su madre” (p. 144). Aquí se unen el
cuidado físico y el psicológico, pues la presencia física de la madre y los cuidados que ella
expresa en términos físicos. “la madre viva y sus cuidados físicos proporcionan un ambiente
psicológico y emocional esencial para el crecimiento temprano del bebé” (p. 144) (Winnicott,
1957).
el mundo al bebé, a través suyo el bebé toma contacto con la realidad externa. Aquí justamente la
eventualmente tiene la ilusión de que ese pecho es el resultado de su creación, que surgió de la
necesidad, avidez y los primeros impulsos de amor primitivo” (p. 145) este proceso de
externa. Por ende la alimentación constituye una parte esencial del proceso madurativo del bebé.
(Winnicott, 1957).
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 33
3. Por último, la madre se hace necesaria en su tarea de desilusión, ya que “una vez
que le ha dado a su hijo la ilusión de que el mundo puede crearse a partir de la necesidad y la
imaginación (…) tendrá que hacer pasar a su hijo por un proceso de desilusión que se extiende
más allá del proceso de destete” (p. 145) poco a poco la madre capacita a su hijo para aceptar
“que si bien el mundo puede proporcionar lo que necesita y desea, no lo hace automáticamente,
ni inmediatamente en el momento que surge la necesidad o el deseo”; por consiguiente será ella
quien con el fin de conseguir el crecimiento de la capacidad de su hijo por hacer uso positivo de
sus fallas adaptativas, logre que este aprenda a tolerar gradualmente su ausencia, basando en la
confianza de la reaparición de la madre. Sólo ella será capaz de instaurar el proceso de desilusión
sobre el proceso de ilusión que previamente había creado, al suplir todas las necesidades de su
hijo, en un principio donde éste no percibía las fallas de su madre, ya que lógicamente la madre
no es capaz de aportar en todo momento lo que su hijo necesita. Es entonces cuando el bebé
empieza a registrar las ausencias maternas y así iniciar el reconocimiento de la realidad externa y
determina la base de la capacidad del niño por estar solo, que se hace posible por medio de la
experiencia de haber estado solo en presencia de otra persona: estar solo en presencia de su
madre, gracias a las fallas que registró a lo largo de su desarrollo en esa persona que proporcionó
del hijo hacia la madre y en el desarrollo emocional del bebé, respecto a este suceso considera
que “no hay nada más poderoso e íntimo en las relaciones humanas que el vínculo existente entre
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 34
madre (pecho) -hijo, que el que hay durante la extinción de una primera experiencia alimentaria”
(p. 148). La succión del pecho constituye una relación compleja en la medida en que incluye la
gratificación, que viene acompañado del alivio de la tensión instintiva que trae consigo la
la madre, pues está fuertemente ligada a la identificación proyectiva que logra con su hijo recién
nacido, además de sus propias experiencias de cuando era un bebé (Winnicott, 1987). Al ser esta
una experiencia tan íntima en la relación madre- hijo, en el momento en que el bebé mira a su
madre y ésta mira como la mira, el bebé logra descubrirse en el rostro de su madre
madre, se da gracias a este momento, gracias a la mirada mutua entre la madre y su hijo que
Winnicott llamó “mirada en el espejo” y que con el tiempo posibilitara el origen y desarrollo del
Pese a que Winnicott no hace mucho énfasis en el papel del padre dentro de este proceso
de maduración emocional y desarrollo del Self, hace la siguiente afirmación “No existe bebé sin
madre (…) al igual que no hay madre capaz de cumplir todos los requerimientos del bebé en sus
primeras etapas, si no hay un padre o un tercero que haga la función de contener a la madre para
que pueda cumplir con su labor de cuidadora (…) por ende, considera su papel de vital
gradualmente a través de la relación directa con el hijo” (p. 25) (Zapata, 2004).
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 35
psicología de la mujer y sexualidad femenina. Influenciada por la corriente teórica de Freud, fue
las condiciones culturales llevan a que la mujer renuncie a su satisfacción sexual y se refugie en
una vida llena de fantasmas, ya sea en su relación con el objeto amoroso o con su bebé (Parat,
2010). Así mismo, en sus investigaciones sobre las funciones sexuales de la mujer, concibe la
maternidad como una experiencia enteramente individual, al considerar que cada mujer cuenta
con sus propios recursos y experimenta diferentes deseos y temores. Además, hace énfasis en la
maternidad como fenómeno social y debe siempre considerarse como una experiencia netamente
singular y diferente para cada mujer (Deutsch, 1951)Esta psicoanalista considera que la mujer
maternal es aquella que es capaz de trasformar y transferir desde su yo, el deseo narcisista de ser
amada de la mujer femenina hasta el hijo. Por ende, esa transferencia de deseo es concebida
como un acto altruista de la madre hacia su hijo (Deutsch, 1951). Helene Deutsch es la primera
que intenta comprender lo que le pasa al aparato psíquico femenino en relación a su parte
psicoanalista considera que todas las experiencias se encuentran ligadas entre sí. De esta manera,
resurgen para la mujer situaciones de su pasado, que frecuentemente pueden ser de carácter
infantil (Deutsch, 1951). Por esta razón, dominar el pasado se vuelve un prerrequisito para la
salud psíquica de la mujer, pues, en caso contrario, las nuevas situaciones llegan a provocar
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 36
nuevos traumas y conflictos internos de la mujer con su proceso de maternidad (Deutsch, 1951).
Así, el bebé permite borrar o reabrir las heridas narcisistas anteriores de la madre. Es necesario
durante el embarazo. Esto implica pensar que el bebé puede ser un bebé oral, anal, así como
Para Deutsch, la relación madre –hijo comienza con la concepción y se extiende a través
de los procesos fisiológicos del embarazo, nacimiento, alimentación y asistencia del bebé. Así
mismo, “(…) todas estas funciones se acompañan de reacciones afectivas, que son hasta cierto
grado típicas en la madre, pero en su mayor parte varían según la personalidad de cada mujer”
La experiencia psicológica del embarazo de la mujer depende del grado de las condiciones
en que la mujer haya concebido a su hijo y en las condiciones en las que este nazca. Así mismo,
este fenómeno está fuertemente influenciado por el ambiente inmediato, es decir el trato que
recibe la mujer por parte de su esposo y familia, y otros factores del ambiente como el estatus
Además, esta psicoanalista afirma que el proceso de gestación, embarazo y parto, siempre
está acompañado de temores relacionados con su propia vida o la de su hijo, por lo que el apoyo
que reciba la mujer de su pareja y de su entorno es de vital importancia, pues ayudará a mitigar
dichos temores y fortalecer la confianza en su pareja y en otros lazos afectivos con los que pueda
De esta misma manera, existe una influencia de los procesos somáticos sobre la psique,
madre y los síntomas físicos del embarazo, pues toda mujer aporta a su embarazo ciertos factores
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 37
propias del embarazo (Deutsch, 1951). Así, es importante notar que con la presencia del bebé
hay una reactivación del complejo de Edipo. Dentro de esta reactivación el bebé se vuelve el
objeto de amor que su madre le tiene a su padre (el de ella). De esta forma, las náuseas y el
vómito al principio del embarazo refuerzan los movimientos edípicos, así como la presencia de
la envidia de la madre que activan de nuevo los impulsos libidinales antes abandonados (Parat,
2010).
madre y el feto, son una unidad orgánica absoluta, de modo que el bienestar o perturbaciones de
uno, implica un efecto directo en el otro (Gutiérrez et al., 2007). Para Deutsch (1951), “si existen
lo que desde el punto biológico: un enemigo que explota el organismo maternal” (p. 129).
cuerpo de la madre, se nutre y vive de ella. Por ende, si no existe un suficiente deseo positivo por
la llegada del bebé, para el amor y el sacrificio masoquista, y en tanto la identificación materna
no sea mayor o significativa a la representación parasitaria del feto, este seguirá siendo un
perturbador psíquico para la madre, y traerá dificultades afectivas y emocionales para esta
(Deutsch, 1951). Si el deseo por un hijo no es suficientemente fuerte, o si es inhibido por otras
portadora, y esto puede manifestarse con tendencias expulsivas del feto para oponerse al proceso
ajustan a las necesidades fisiológicas del feto, lo que muestra que el sentimiento de unidad
gestante debe sentirse libre de culpa y estar satisfecho por un interés afectivo dirigido hacia un
objeto que solo será real cuando nazca y mientras tanto solo hará parte de su fantasía. Además
de esto, es importante que la mujer no vea la maternidad como un obstáculo en su vida. Esto
sucede porque, a pesar de que la relación madre-bebé representa una realización completa del
estado primario donde no hay separación entre la libido del yo y la libido del objeto. Ahora
bien, como el bebé representa el ideal del yo materno, hay posibles conflictos con su yo ya que
el bebé sigue siendo un objeto del mundo exterior sobre el que se muestran todos los conflictos
de ambivalencia que en la madre están ligados a las diferentes fases del desarrollo de su propia
Así, el estatus del niño es doble porque es un objeto introyectado que entra en el yo (moi)
y lo expande, pero también es una parte del mundo exterior en la que todas las relaciones
objetales de la madre se ven repetidas. “El niño es una prolongación física del compañero sexual
a través del proceso de introyección, se vuelve así el compañero mismo” (Parat, 2010).
Los últimos momentos del embarazo, acompañados de las sensaciones físicas cercanas al
parto, suelen ser desagradables e incómodos para la madre, lo que a nivel psicológico, según
Deutsch, provocan impaciencia psíquica. Por esto que la armonía entre madre–hijo se perturba,
precisamente, por factores fisiológicos y cambios orgánicos (Deutsch, 1951). Todo lo anterior da
lugar a que la pulsión afectiva de la madre durante todo el proceso del embarazo adquiera un
carácter hostil respecto a la unidad de la madre con su hijo. Esto, puede compararse con las fases
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 39
iniciales del embarazo, debido a que la percepción interna que tiene la madre de que en su cuerpo
se producen desgarramientos, transforma cada vez más al feto en un cuerpo extraño. Esta
situación inicia un conflicto en la madre en el cual se enfrenta por un lado, al deseo de retener y
embarazo y por otro lado con la tendencia a a renunciar a la unidad ya establecida con el bebé y
Helene Deutsch describe el parto a partir del término “prematura separación” para hacer
referencia a que cuanto más se acerque el momento del nacimiento de su hijo, mayor será la
significación afectiva del hijo en la vida de la madre, gracias al deseo de verle en el mundo
exterior. Esto es lo que determina que tanto se ha preparado la madre para el trauma de la
separación.
La psicoanalista concibe el embarazo y el parto como una extensión directa del acto
sexual, no solo a nivel físico sino también a nivel fantasmático. "Así como el primer acto
contiene elementos del segundo (en el orgasmo), el segundo está lleno de mecanismos de placer
del primero” (Parat, 2010). De esta manera, el acto de nacimiento representa “la cumbre del
placer sexual y el acto de parir para la mujer es una salida del placer masoquista” (Parat, 2010).
Es así como el parto constituye la máxima y más satisfactoria experiencia para la mujer en
la medida en que ella logre dominar los elementos perturbadores internos o externos, es decir si
el parto sigue un curso natural y normal, y si mediante influencias afectivas directas u otros
Además, para que esta experiencia adquiera una sensación satisfactoria, Deutsch considera
que hay dos factores fundamentales. El primero, lo denomina el goce del cumplimiento que se
relaciona con el dominio que la mujer logra de sus temores relacionados al parto, pues el parto
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 40
permite una repetición completa del miedo asociado al traumatismo del nacimiento y una
dominación de este miedo a través del acto de reproducción. Los fantasmas del nacimiento
condensan así el nacimiento nunca olvidado de la madre (Parat, 2010). El segundo hace
referencia a la relación que comienza con el niño inmediatamente después del parto (Deutsch,
1951). Es decir, que toda la energía psíquica ligada al parto, y gracias a la liberación
experimentada por la madre en relación a sus temores y el dolor del parto, “crean un sentimiento
1951, p. 209). Pese a que para la psicoanalista el primer contacto entre la madre y el hijo juega
un papel esencial en el comienzo del vínculo afectivo madre-hijo, considera imposible saber
hasta qué grado este primer contacto matiza como tal dicha relación (Deutsch, 1951).
continuidad de los elementos psicológicos que acompañaron las diversas fases de la maternidad
madre–hijo (Deutsch, 1951). Después del parto, la mujer reconstruye el mundo en torno al hijo y
se establecen a través de él sus abandonadas relaciones con el ambiente, que abarcan dos actos.
El primero, tiene lugar en el último momento del parto y se caracteriza por la presencia y
con un redescubrimiento del hijo, en donde se hace real la fantasía. El segundo acto se refiere al
periodo del puerperio, en donde principalmente el organismo se recupera del parto y vuelve a su
estado normal. Según Deutsch (1951), el proceso psicológico del puerperio depende en gran
medida del ambiente en el que se encuentre la mujer, el significado del nacimiento de su hijo, de
su familia y de su pareja. Es decir, que esta experiencia varía según la mujer y la situación vital
sentirse el centro de toda atención amorosa, ya que considera a su hijo como el producto de su
hazaña. A medida que el niño manifiesta gradualmente sus necesidades, exigencias y derechos,
vínculo, pues como elemento afectivo de dicha relación, se basa en el hecho de que, con respecto
al niño, la madre se comporta desinteresadamente y está dispuesta a sacrificar todo por él. La
esencia de este amor maternal según la autora radica en el hecho de no pedir nada y no tener
límites en el momento de darse sin reserva. Dentro de esta relación, el niño ve a su madre como
esa persona que satisface sus necesidades, y es precisamente esa actitud altruista que despierta en
el bebé la sensación de que su madre no tiene otro interés fuera de él, fundamentando el principio
de confianza de dicho vínculo (Deutsch, 1951). Desde el punto de vista teórico de esta autora,
considera el puerperio como esa parte del ciclo vital de la mujer en el que el trauma de la
1951).
psicoanalista describe la relación madre–hijo propiamente como ese lazo afectivo que crea una
especie de cordón umbilical psíquico entre la madre y su hijo, que empieza desde el momento de
cordón umbilical psíquico el que liga el seno de la madre con la boca del niño (Deutsch, 1951).
Hay entonces una analogía entre el coito y la lactancia que evocan los procesos de incorporación
de los fantasmas. “La actividad de succión del bebé le permite incorporar una parte del cuerpo
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 42
materno bajo la forma de un fluido que extrae de ella” (Parat, 2010). Esto despierta “el conflicto
entre las tendencias egocéntricas del yo de la madre y las fuerzas altruistas de la maternidad (…)
sexuales que se relacionan con diversos problemas, dada la analogía entre el seno y el pene. La
analogía completa de las dos situaciones de succión -es decir del coito y de la lactancia- permite
ante todo que la frontera entre el sujeto y el objeto desaparezca, pero también permite la
identidad de la incorporación oral del objeto en el acto de succión. El acto de lactar es un acto de
gozo sexual en el que la glándula mamaria tiene el rol de zona erógena (Parat, 2010).
En este orden de ideas, cuando la madre experimenta alguna dificultad para amamantar a
su hijo, es debido a que tiene la sensación de que su yo corre peligro, lo que puede dar lugar a
que llegue a considerar a su hijo como un enemigo y sus necesidades orales como agresiones. La
sensación de peligro que ella experimenta puede manifestarse a través de temores a la lactancia y
el daño que esto pueda causarle físicamente. En estos casos la succión por parte del niño del
pecho, puede ser considerado como una acción devoradora (Deutsch, 1951).
De igual forma, esta dificultad de amamantar se origina debido a que la madre siente en su
interior sus propias agresiones durante la lactancia. La incapacidad para alimentar a su hijo
representa entonces un intento por huir, no para protegerse propiamente a sí misma, sino para
Las agresiones inconscientes que la madre experimenta al amamantar a su hijo están entre
su temor a ser devorada por él y su impulso a destruir a su hijo a través de la lactancia, teniendo
en cuenta que las fuentes de temor y los motivos de agresión repulsiva varían en cada mujer.
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 43
(Deutsch, 1951).
Por otro lado, las mujeres que no experimentan ninguna dificultad con amamantar a su
hijo, son aquellas que logran ver y experimentar la función de la lactancia como algo más que
peso de obligación. Así, la satisfacción de lograr alimentar a su hijo sin ninguna dificultad está
Respecto a lo anterior, para Deutsch la lactancia es sin duda un proceso fisiológico que
está expuesto a las influencias psíquicas y emocionales. La unión que existe entre madre – hijo
es tan profunda y delicada que difícilmente se puede llegar a comprender la experiencia de cada
donde se prepara gran parte de esta relación, y en gran parte depende de la capacidad individual
de cada mujer por transformar el “individuo parasitario” en un ser amado y deseado, al igual que
su capacidad por dominar los temores del embarazo y del parto (Deutsch, 1951). Como ya se ha
mencionado, la relación madre – hijo es ese lazo afectivo que crea un cordón umbilical psíquico
entre la madre y el hijo, esta conexión le permite a la madre identificarse con el hijo. Durante el
embarazo la unión a través del cordón umbilical es netamente física, pero al momento del parto
la madre tiene que ser capaz de preservar esa unión a nivel psíquico, más allá de lo físico, con su
De tal forma, las dos grandes tareas de la mujer como madre tienen que ver con moldear
su unidad con el hijo y más tarde con ser capaz de disolverla armónicamente (Deutsch, 1951).
Estas tareas que sirven principalmente para la conservación de la especie, están a su vez ligadas
al desarrollo del niño, pues durante el primer periodo de vida del recién nacido todos los
este periodo, el recién nacido hace parte del yo de la madre, ya que el impulso de la madre para
conservar una unidad con su hijo es más fuerte, y el proceso de lactancia favorece la fuerza del
vínculo entre madre e hijo. Sin embargo, a medida que este crece irá adquiriendo cierto tipo de
El amor maternal empático que logra la madre con su hijo y permite la consolidación del
vínculo madre –hijo se logra a partir de la profunda identificación que la madre logra con su
bebé, a través de lo que esta autora denominó “el cordón umbilical psicológico” tanto a nivel
La relación madre-hijo está condicionada desde un principio por diversos factores como:
la propia infancia de la madre, la educación y el ambiente cultural en el que tenga lugar dicho
la maternidad, y confirmar si está determinada no sólo por factores culturales y del ambiente,
sino también por conflictos no resueltos del pasado de la madre” (Deutsch, 1951, p. 274).
Helene Deutsch insiste en todas las reactivaciones pulsionales que en el niño surgen como
narcisista, rol del dolor en la libido del niño, sentimiento de extrañeza, activación de la
ambivalencia hasta ahora disimulado por la identificación del niño al propio yo de la madre. Del
lado de la madre el proceso de embarazo y nacimiento del hijo tiene como fundamento la energía
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 45
libidinal que este implica para ella. La libido narcisista de la madre tiene que soportar el vacío
del bebé dentro de ella y asumir la pérdida de manera libidinal exitosa (Parat, 2010).
Discusión y conclusiones
elementos que permitan identificar la teorización desde un enfoque psicoanalítico del desarrollo
psíquico del bebé a partir del vínculo con la madre (Gutiérrez et al., 2007). Este recorrido
propuestos por Winnicott, Deutsch y Bion sobre la relación madre-hijo durante el periodo
gestacional y el puerperio?,
yo del niño tiene la relación con la madre, mientras que Deustch en un trabajo que antecede al de
estos dos autores, se concentrará en el proceso particular de la madre, en el impacto que tiene en
Los tres autores dan una importancia significativa a la relación madre–hijo, y la forma en
que este vínculo se hace posible. Bion habla de la capacidad de rêverie de la madre, Winnicott se
refiere a la identificación maternal primaria y Deutsch al cordón umbilical psíquico, para hacer
referencia a esa identificación que logra la mujer con el recién nacido, que le permite reconocer
las necesidades y emociones de su hijo. Solo con lograr esto puede cumplir con su papel de
cuidadora y forjar ese vínculo con su hijo que le permitirá manifestarle su amor de diferentes
Así pues, para los tres autores mencionados, los procesos previos al nacimiento del bebé
influyen notablemente en la identificación que la madre logra con el bebé al momento de nacer.
Sin embargo, Helene Deutsch hace mayor énfasis en la etapa previa al nacimiento, centrando
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 46
gran parte de su obra en lo que sucede durante la concepción, embarazo y parto, e intenta
comprender lo que pasa en el aparato psíquico femenino en relación a estos procesos (Parat,
2010). De esta manera esta psicoanalista centra su obra en los procesos que suceden en la psique
embarazo como cruciales en la formación del vínculo madre-hijo, ponen el énfasis en los
procesos que vive el bebé y en cómo este, a través de este vínculo, logra desarrollar su
autonomía.
Ahora bien, desde el punto de vista teórico de Deutsch, el deseo con el que se espera el
bebé influye notablemente en el curso del embarazo, para esta psicoanalista citada por Gutiérrez
et al. (2007) “(…) es importante que el niño como objeto futuro, sea deseado, amado, esperado
con alegría (…) si el niño es una carga involuntaria, un objeto del futuro odio en la fantasía de la
madre, de odio aun no compensado por los sentimientos maternales conciliatorios, el embarazo
general se centran en la mujer, más que en el desarrollo psicoemocional del bebé, como no
sucede en el caso de Bion y Winnicott, que en sus principales obras, otorgan un papel importante
a la madre, pero dándole un papel de cuidadora y necesaria en el desarrollo del bebé. Deutsch,
habla del tema en un contexto social dominado por la visión masculina, que se hacía presente
también en el contexto del psicoanálisis. Precisamente por ser mujer, y por haber vivido
incluyendo varias perdidas, antes de lograr un embarazo exitoso- ella privilegia una visión
teórica que se acerca a la experiencia propia de ser madre, sin naturalizar ni establecer
el impacto del entorno social y de la historia personal de la madre en la configuración única que
Para Helene Deutsch, el desarrollo del embarazo armonioso presupone varios factores
como una madurez afectiva definida en la mujer que está próxima a ser mamá, una buena salud
sociales-. De esta manera, dentro del proceso de embarazo y maternidad, tanto la influencia del
ambiente, al ser un fenómeno social y colectivo, como la individualidad, al concebirlo como una
Por su parte, Winnicott menciona que durante el embarazo la madre logra identificarse
con su hijo para suplir todas las necesidades básicas de este, y demostrarle su amor en términos
físicos a través del cuidado y el soporte. Así pues, ese ensimismamiento que experimenta la
madre con su hijo, tiene que ver con el deseo de la madre por la llegada de su bebé (Vilar, 2006).
Sin embargo, su teoría se centra más en el vínculo madre- hijo y la manera en que este se forma
especialmente después del parto y los primero meses de vida del recién nacido, haciendo énfasis
en la influencia del ambiente sobre el desarrollo psíquico del bebé. El entorno es, en un
principio, representado en su totalidad por la madre, quien es la que facilita y permite el proceso
madurativo de su hijo a través de su cuidado. Esto denota que, para el autor, es de vital
importancia que las funciones que la madre cumple respecto al cuidado de su hijo, son las que
perspectiva, Winnicott, centra su obra en las funciones maternas y la capacidad de esta para
apoyar el desarrollo psíquico del niño. Bion sostiene que la madre tiene la capacidad de construir
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 48
un contacto psíquico entre ella y el bebé, que le permite a este introyectar su propio yo y
desarrollar sus propios pensamientos. Además ella debe ser capaz de contener no solo física, sino
emocionalmente, a su hijo.
De esta forma en los autores aquí tratados, las funciones maternas facilitan ciertas
experiencias decisivas para la construcción del psiquismo del bebé. En especial resaltan la
importancia de la lactancia, debido a que gran parte de la vigilia del bebé en un principio tiene
que ver con la alimentación (Gutiérrez et al., 2007). Así pues, Bion, Winnicott y Deutsch le dan
en su obra una especial importancia a este proceso, al considerarlo como la más íntima
interacción entre madre e hijo. Sin embargo la describen de forma diferente y le asignan una
función distinta.
Por su parte, Donald Winnicott no considera indispensable que la madre tenga el deber de
alimentar a su hijo. Pese a esto, si la mujer no presenta ninguna dificultad durante este proceso y
puede llevarlo a cabo sin ningún problema, será la oportunidad en la que su hijo logre
identificarse en sus ojos y viceversa, es decir a través de la mirada, la madre logra identificarse
Por otra parte, Helene Deutsch considera que la madre puede llevar a cabo esta función en
la medida en que haya sido capaz de vencer sus miedos al embarazo y al parto, y gracias al amor
que siente por su hijo, puede lograr identificar que la succión de su hijo del pecho esté libre de
cualquier agresión. De esta manera, la madre puede liberarse también de los fantasmas eróticos
que se crean desde la concepción en la asimilación que tiene del bebé como falo y en el acto de
Por último, Wilfred Bion plantea que el seno es necesario para que el bebé interiorice los
objetos internos ya que, a través del reconocimiento del seno bueno y el seno malo, el infante se
conecta con la tolerancia a la frustración y esto es lo que le permite desarrollar los pensamientos.
Adicionalmente, todo lo descrito hasta ahora permite identificar que los autores, en
especial Bion y Winnicott, conciben el rol de la madre como aquella capaz de identificarse
proyectivamente con su hijo, y así lograr suplir la mayor parte de las necesidades del recién
nacido, que recaen principalmente en los cuidados físicos. Siendo así, los autores conciben esta
función materna como indispensable en la formación del pensamiento del infante y por
consiguiente el propio reconocimiento de su existencia. Así pues, partiendo de esta premisa, los
autores consideran imposible que la madre logre satisfacer todas las necesidades de su hijo y
gracias a esto, el hijo logra registrar poco a poco la ausencia de su madre y lograr tolerar la
materna permanezca disponible para él, a pesar de las ausencias esporádicas que pueda tener. El
niño será capaz de soportar emocionalmente las ausencias y la frustración que estas generan y a
nivel cognitivo esta capacidad de espera hace posible una transformación de gran importancia..
Tanto Bion como Winnicott concuerdan en que el origen del pensamiento de infante, se da
gracias a la frustración que genera la ausencia de la madre, y la capacidad de este por tolerarla.
Para los tres autores la relación madre- hijo, son entendidas como un proceso de
formación del vínculo desde la concepción y la fantasía del hijo esperado o deseado, pasando
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 50
por el embarazo, el parto y por último, por la consolidación de este vínculo a través del contacto
Por ende, Bion, Deutsch y Winnicott le dan un papel indispensable a la madre en todo este
pensamiento freudiano. Adicionalmente resulta curioso el hecho de que el lugar del padre dentro
del planteamiento teórico de estos tres autores no se trata a fondo y se enfoca toda la
primeros meses de vida del recién nacido. Esto puede deberse a que las escuelas de las relaciones
contrarrestando la importancia que Freud le dio al padre. Es así como, autoras como Horney y
Melanie Klein, destacan la fase pre-edípica como etapa clave para la formación del género en
contra de los supuestos freudianos y lacanianos (Ferguson, 2003). Así mismo, Chodorow (citada
en Ferguson, 2003) expone que “la crisis en el desarrollo del género no tiene su origen en el
el principal agente adulto de la socialización de género de 1os niños y niñas resulta ser la madre
teóricos propuestos por Winnicott, Deutsch y Bion sobre la relación madre-hijo y se mostró
cómo estos le entregan una importancia a la etapa pre-edípica que, históricamente había sido
relegada por Freud. Es así como rescatamos la importancia de las diferentes posturas frente a la
maternidad, que aún sigue siendo un tema sustancial hoy en día, tanto para el desarrollo
diversos factores socio-culturales pueden influir en la experiencia de cada mujer por ser madre.
madrastras, pero en el contexto propio a su época donde el marido se encontraba viudo, con hijos
Los postulados de estos tres autores son un campo de análisis que se renueva hoy en día
cuando las transformaciones sociales, políticas y económicas del siglo XX y XXI han tenido un
importante impacto en la transformación de las relaciones de género. En este escenario hay una
transformación en la identidad femenina en donde hay una posibilidad cada vez más amplia de
separación con la identidad materna. Con la inserción de las mujeres en el mundo del trabajo la
maternidad deja de ser una ocupación prioritaria, central y definitoria de su identidad femenina.
Es decir, que para algunas mujeres existen prioridades diferentes a la maternidad como la
Estas transformaciones culturales requieren que estas teorías sean repensadas dentro de las
nuevas dinámicas de interacción en las que se establece el vínculo del bebé con su cuidador o
figura de la madre biológica, para ser compartida por el padre, una segunda madre, un segundo
padre (en el caso de las parejas gay), la madrastra o el padrastro (en el caso de las familias
recompuestas) otros familiares o figuras allegadas, es necesario repensar la manera en la que hoy
en día se encarna la función materna. Los postulados de Deutsch deben ser repensados en un
mundo donde el hecho de convertirse en madre está atravesado por varios elementos que han
transformado esta experiencia. Por ejemplo, las exigencias simultáneas que se le hace a las
RELACIÓN MADRE-HIJO DURANTE EL EMBARAZO 52
trabajo y que intervienen de manera directa en la forma como las mujeres viven la maternidad.
También existen nuevos elementos médicos, nuevas tecnologías que atraviesan la experiencia
que para una mujer implica el ser madre. Cuando un embarazo está atravesado por ejemplo por
paterna ¿Cómo se puede pensar la experiencia de ser madre en estos casos que Helene Deutsch
no conoció en su tiempo?
gestacional y el puerperio. Los herederos de esas teorías han creado nuevos enfoques como el
cuenta nuevos elementos dentro de esta relación como lo es el lugar del padre en estos
momentos pre-edípicos de la primera infancia. De tal forma una vez reconquistado el interés por
la etapa preedipica como precursora de la formación del pensamiento y el yo, en los herederos de
importancia dentro de un sistema de relación complejo que va a dar las bases estructurales para
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