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La Interpretacion Psicoanalitica en Los Grupos PDF

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LA INTERPRETACION PSICOANALITICA EN LOS GRUPOS

Dra. Silvia Radosh Corkidi (México)


Introducción
Interpretar desde el referente psicoanalítico, implica una serie de nociones teóricas. El sujeto está
partido, contiene todo un saber que no sabe, algo que de sí, le es oscuro, opaco, ajeno,
desconocido, y en algún lugar -el inconsciente- conocido. La opacidad entonces y el saber que se
sabe y no se sabe invita -diríamos- propone la necesidad de descubrirlo. ¿Porqué?; ¿Porqué no
dejarlo ahí, tranquilo? Precisamente porque no está ni tranquilo, ni quieto; las formaciones del
inconsciente pugnan todo el tiempo por expresarse, y de hecho lo logran, a través, como bien
sabemos, de síntomas, lapsus, sueños, actos fallidos (con ello también inventamos, creamos, pero
esto en el mejor de los casos); esas expresiones no resuelven, (mas que temporaria e
ilusoriamente), nos provocan sufrimiento; somos seres angustiados, en búsqueda, batallando
contra nuestros deseos más propios, pero reprimidos; luchando contra nuestros recuerdos más
tempranos, en constante tensión por aplastar la memoria de ellos, desde luego sin lograrlo, pues
continuamente surgen, mas no como recuerdo sino como repetición (nunca idéntica) del
conflicto, y este es un concepto básico en Freud: "compulsión a la repetición". Nos encontramos
sujetados al saber y al deseo del Otro, a normas y leyes que sentimos ajenas y que -si bien nos
va- intentamos cuestionarlas, pero muy frecuentemente nos sujetamos, lo sufrimos, bloqueando
nuestras posibilidades de creación y acción. La propuesta del psicoanálisis es -dice Freud-
"..someter el Icc al imperio del Prcc (Freud 1900-1901, p. 560). ¿Es posible hacer consciente lo
inconsciente? La propuesta "donde ello era, yo debe advenir" ¿es factible? Esto, si fuese posible,
¿podremos hacerlo solos? ¿Cómo dar luz a nuestro propio ser si nuestra conciencia comandada
por nuestras prohibiciones internas y externas, se opone ferozmente? ¿Requerimos de otro, u
otros para percatarnos de ello (en los dos sentidos) para intentar descifrar nuestros jeroglíficos?
¿Y cómo lograr que ese otro interlocutor de nuestras batallas no se erija en un nuevo normador,
sujetador y modelo de nuestro devenir? ¿Cómo asumir nuestros horrores, nuestra destructividad,
nuestros mejores y peores deseos hacia otros y hacia nosotros mismos? Gran tema el deseo, la
angustia, la pulsión mortífera. "El Sistema Icc no conoce en su trabajo ninguna otra meta que el
cumplimiento de deseo, ni dispone de otras fuerzas que no sean las mociones de deseo... no debe
olvidarse que en el trabajo de interpretación se tiene en contra a los poderes psíquicos
responsables de la desfiguración del sueño... se tiende a velar las condiciones básicas de la
formación del sueño y a desviar el interés de sus raíces pulsionales... Su tarea (de la psicoterapia)
consiste en procurar a los procesos inconscientes una tramitación y un olvido... la psicoterapia no
puede emprender otro camino que el de someter el Icc al imperio del Precc" (Freud 1900-1901 p.
569).
Uno de los caminos propuestos desde este referente, es la interpretación (de preferencia en sus
nuevas modalidades) de otro que escucha y que puede puntuar, hacer un corte que permita
detenerse a reflexionar en sus propias palabras, en los significantes que se enuncian sin
percatarnos de su importancia, su concatenación. Raymundo Mier se pregunta "¿Cuál es el lugar
del lenguaje en la exploración de la verdad?; el lenguaje es el lugar del extravío; todo lenguaje es
metafórico; Saber, Verdad y Poder: de ahí surge la indeterminación de la interpretación, nunca se
sabe cual va a ser su destino, no hay definición verdadera de la verdad... La oscuridad del objeto
y la dificultad de aprehenderlo, eso que está ahí, que interroga al sujeto es el inicio del motor
interpretativo". ¿Cómo se enfrenta el interpretante a esto? Lacan nos dice: "... el arte del analista
debe ser el de suspender las certidumbres del sujeto, hasta que se consuman sus últimos
espejismos. Y es en el discurso donde debe escandirse su resolución.... para liberar la palabra del
sujeto lo introducimos en el lenguaje de su deseo, es decir en el lenguaje primero en el cual mas
allá de lo que nos dice él, ya nos habla sin saberlo, y en los símbolos del síntoma en primer
lugar... Es ciertamente de un lenguaje de lo que se trata, en efecto, en el simbolismo sacado a la
luz por el psicoanálisis... por ser el lenguaje que capta el deseo en el punto mismo en que se
humaniza, haciéndose reconocer, es absolutamente particular del sujeto, aun cuando también
tiene el carácter universal de una lengua que se hace entender en todas las otras lenguas... Jones
observa:<aunque hay millares de símbolos en el sentido en que los entiende el psicoanálisis,
1
todos se refieren al cuerpo propio, a las relaciones de parentesco, al nacimiento, a la vida y a la
muerte>; se busca restituir a la palabra su pleno valor de evocación" (Lacan 1972, pp. 112-113).
El trabajo de interpretación en la situación grupal
Ahora debemos enfrentar nuestro objetivo puntual, ¿cómo se ha trabajado la interpretación en el
campo grupal?; ¿se puede hablar de un discurso grupal?; o mas bien se trata de un discurso de
los sujetos que se enlaza, se enreda en significaciones que conjugan dimensiones deseantes,
políticas, económicas, sociales e históricas, que a decir de Guattari, se dan en toda existencia. Sin
proponerse introducir la política en el psicoanálisis, piensa que la política es "condición de
producción del inconsciente mismo; el inconsciente no sólo tiene relación con lo mítico y lo
familiar, sino que también es formación entre texturas sociales, económicas y políticas"(Percia,
2000). Atrevidamente este autor, (dados los requisitos del "terrorismo epistemológico"
parafraseando a Raymundo Mier) propone que los contenidos socio-políticos del inconsciente
intervienen en la determinación de los objetos de deseo; ya en otro trabajo planteaba yo su
hipótesis acerca del "deseo fascista" que todos portamos. Esto propone una mirada amplia y
compleja de los fenómenos que se observan en los grupos; Ana María Fernández plantea la
necesidad de un enfoque interdisciplinario; le viene bien el concepto foucaultiano "caja de
herramientas": "Mi preocupación es cómo transformar la historia sin olvidarnos del deseo... en
éste momento para pensar la subjetividad, utilizo herramientas foucaultianas, deleuzianas,
derridianas, castoridianas" (Vargas, 2000); pienso que este es el reto con el que nos topamos.
Intentaremos así, hacer un recorrido más bien escueto, de las nociones de algunos autores que
intentan comprender los fenómenos grupales, desde los que no incluyen la dimensión
inconsciente, hasta los que han creado la hipótesis- metáfora, de un "aparato psíquico grupal".
Los primeros trabajos de interpretación en los grupos, parten de hipótesis acerca de los
fenómenos inconscientes que se expresan en los grupos, teniendo como principal meta, la
terapéutica. En los grupos terapéuticos la interpretación tiene el propósito de desmontar el
conflicto defensivo inconsciente, a través del análisis del discurso, enredado en relaciones
plurales transferenciales, que permiten percatarse con sorpresa, a los integrantes del grupo, del
vaivén de identificaciones y proyecciones, de que somos capaces.
Bajo la influencia de los desarrollos del psicoanálisis freudiano y de los de Melanie Klein,
surgen en Inglaterra autores como Ezriel, Sutherland y Bion (los mas sobresalientes), entre otros.
Ezriel propone que existe una tensión común en los grupos que contiene un "denominador
común" de las fantasías inconscientes de sus miembros y es por ello posible y necesario,
interpretarlo, en el aquí y ahora, para desanudarlo, en vías de comprenderlo y liberarse; todo esto
trabajado básicamente en la relación transferencial central, es decir hacia el terapeuta.
Las ideas de Bion, ya conocidas y muy utilizadas, apuntan a que en todo grupo se desarrolla una
regulación implícita inconsciente, que se manifiesta a través de lo que el llama "supuestos
básicos" (dependencia, apareamiento, ataque-fuga); éstas son maneras cohesionantes que
produce el grupo, en función de no mirarse a sí mismos, aunque esa fuera su propuesta inicial, y
generalmente se encuentra un "líder" de dichos supuestos, (sabemos de la resistencia frente a
nuestros deseos inconscientes). Bion frente a un grupo se pregunta ¿qué me quiere hacer el
grupo?, y en base al análisis de su contratransferencia, puede intervenir e intentar interpretar.
Hoy salta a la vista el ¿Qué me quiere? de Lacan cuando habla de que el deseo es el deseo del
Otro (de inicio dirigido a la madre, o quien cumpla su función; sabemos que el Otro mas que una
persona es un lugar). Esto pone en evidencia que la pregunta que Bion se formula, es en base a la
relación transferencial, del grupo hacia él, y de él hacia el grupo; al mismo tiempo nos lleva al
postulado de que en las situaciones grupales, se favorece la regresión a etapas previas, sobre todo
si el dispositivo tiene como finalidad el trabajo sobre sí mismos, en y con el grupo, sin haber
ninguna tarea específica que cumplir.
Foulkes creó la "Psicoterapia Grupo-Analítica", teniendo como referentes teóricos, el
psicoanálisis freudiano, la Psicología de la Gestalt y la Sociología. Habla de una "Matriz
Grupal", como espacio privilegiado y "natural" para el tratamiento de la enfermedad mental,
pues ésta se apuntala en una base social que rige la situación familiar: "el individuo es una
cómoda ficción que no puede y no existe aislado del proceso social" (Foulkes 1981 p. 44).
2
Sugiere algunas nociones que en mi opinión, siguen siendo pertinentes y aplicables, sobre todo
"el grupo como corredor de espejos deformantes" y el fenómeno de "resonancia", gracias a lo
cual, se contactan unos con otros en sus fantasías inconscientes, dice textualmente: "mecanismos
de intercomunicación inconsciente de resonancia"; "había entre los dos una comprensión
inconsciente total". Ahora pondríamos en duda este "total", sin embargo si pensamos en la
"circulación de inconscientes" en los grupos (¿podría pensarse ahora en circulación de
significantes que se enredan o entrelazan?). En cuanto a la interpretación, Foulkes intenta
distinguir "interpretar" de "analizar", siendo esto último mucho más amplio, pues se realiza
durante todo el proceso; en cambio interpretar -dice- equivale a "transferir-traducir algo de un
contexto a otro". Piensa que la mayoría de las interpretaciones mas que un nivel profundo, tienen
que ver con mostrar, señalar, hacer claro; para llegar a una "interpetación profunda", se debe
partir primero -como lo señalaba Freud- de la superficie, de lo manifiesto. Algo importante es
que plantea que la mayoría de las interpretaciones debieran ser alcanzadas por los propios
pacientes, al grado de decir: "cuando surge la interpretación (del analista) es que el análisis
fracasa" (Foulkes 1981, p. 224.) La interpretación transferencial sólo debe enunciarse —en la
mayoría de los casos- cuando ésta (la transferencia) es resistencial, debiendo estar muy alerta a
las reacciones contratransferenciales, pues el terapeuta forma parte del grupo. Al inicio de los
grupos, se debe intervenir más, en el ánimo de que los integrantes vayan comprendiendo y
apropiándose del proceso. Como vemos, éste es un antecedente importante en el desarrollo
posterior de los grupalistas.
No obstante que Kurt Lewin no trabajó el referente psicoanalítico, aportó ideas pertinentes para
la comprensión de los fenómenos grupales, entre otras la de "tensión" en el grupo, resultante del
conflicto entre la necesidad del individuo y la colectividad. También el término "clima del
grupo"; el grupo como un "campo" donde intervienen fuerzas opuestas, tendientes a la
construcción y destrucción del propio grupo, apoyando la posibilidad de trabajo compartido,
"horizontal", entre autoridades y subordinados; enfatizaba la efectividad de intentar esclarecer
estos movimientos y estas relaciones, en lo que llamó "Training Group". Sus seguidores crearon
el primer seminario del "National training Laboratory of Group Development", en Bethel,
(Bradford, Bennis y Lippit). La mayor crítica a estos autores, es que al no incluir la dimensión
inconsciente, y sí trabajar la transferencia, lo que hacen es manipularla en lugar de interpretarla.
Las aportaciones de Lewin tienen influencia en varios países y autores; en Argentina surge
Pichón-Riviere quien -como sabemos- crea el Grupo Operativo, con sus múltiples derivaciones.
Reduciendo sus planteos en relación a la interpretación, lo citamos: "Consideramos al enfermo
que enuncia un acontecimiento, como el porta-voz de sí mismo y de las fantasías inconscientes
del grupo; en esto reside la diferencia de la técnica operativa con las otras técnicas grupales, ya
que las interpretaciones se hacen en dos tiempos y en dos direcciones distintas; se comienza por
interpretar al porta-voz, que, por su historia personal es muy sensible al problema subyacente y
que actuando como radar, detecta las fantasías del grupo y las explicita. Acto seguido, se señala
que lo explicitado es también un problema grupal, producto de la interacción de los miembros
del grupo entre sí y con el coordinador, y que él, portavoz por un proceso de <identificación
subliminal>, percibe y enuncia" (Pichón-Riviere 1971, p. 287). Esta reflexión sobre la manera de
interpretar en situación grupal, es importante y eficaz y —reiterando- ha sido el fundamento de
los posteriores avances sobre la interpretación en los grupos, no sólo en los grupos terapéuticos,
sino también en grupos de aprendizaje, en grupos de formación, en grupos insertados en
instituciones, etc. Esto último no lo hemos desarrollado en este trabajo, ya que sobrepasa el
límite requerido, pero será (y es) motivo del desarrollo de un escrito futuro.
También en Argentina, surge la "Escuela de Buenos Aires de Psicoterapia de Grupo", con una
dirección francamente clínica, sin por ello excluir la dimensión social e institucional; sus
pricipales representantes fueron Grinberg, Langer y Rodrigué, (maestros y/o analistas de muchos
teóricos actuales del campo grupal, como Pavlovsky, Bauleo, Kesselman, Percia, Baremblitt, De
Brassi, Gilou Roger de García Reynoso, Diego García Reynoso, etc.). Consideraban al grupo no
como una suma de individuos, sino como "una integración de elementos que constituyen una
totalidad gestáltica... (pero no pensando en la "buena forma", digo yo). En el grupo, basándonos
3
en nuestras sensaciones contratransferenciales, interpretamos la fantasía inconsciente en sus
múltiples manifestaciones". Esto -dicen- concuerda con el criterio de Bion, quien marca los
niveles siguientes:
1.- "lo que supone ser la actitud del grupo hacia el analista
2.- la actitud que el individuo cree que el grupo tiene hacia él
3.- la actitud que el grupo adopta hacia el individuo"
Difieren de Bion, en que se limita a mirar los grupos desde los tres supuestos básicos, con lo que
restringe sus posibilidades interpretativas. Ellos enfatizan "la fantasía inconsciente colectiva",
con lo que captan e interpretan "mejor las riquezas de la vida interior del grupo" (Grinberg, 1962,
215-216). Definen su "escuela de Buenos Aires" con los siguientes planteos, que remito
textualmente, por ser un verdadero documento:
"a) Interpretamos al grupo como un todo al señalar el clima emocional con sus oscilaciones y las
fantasías subyacentes.
b) Interpretamos en función de roles, por considerar que éstos están en función de una situación
o de un sentimiento común al grupo.
c) Interpretamos la actitud y las fantasías del grupo hacia una persona -ya sea ésta un participante
del grupo o no- y hacia el terapeuta. (ésto podemos verlo como antecedentes de los objetos
transferenciales de Bejarano)
d) Interpretamos en términos de subgrupos como partes complementarias de un todo, como
índice de desintegración de ese todo y como dramatización de las fantasías inconscientes.
e) Interpretamos en función del <aquí y ahora>, cuyo campo está configurado por la interacción
y sobreposición de las creencias y actitudes de cada uno de los integrantes hacia el grupo como
una totalidad, hacia los otros miembros y hacia el terapeuta..." (véase como fuerte antecedente
del desarrollo de lo imaginario en los grupos y, nuevamente de los objetos transferenciales, así
como la marca de lo sincrónico más que de lo diacrónico) (Grinberg ;1962; 215-216).
Innumerables años han corrido desde entonces, los movimientos sociales y políticos fueron
graves, mas eso no impidió una importante producción enriquecida, y mi presentación no hace
justicia a ello, sólo intento mostrar un paisaje que ilustre algunos de esos caminos recorridos, en
el esfuerzo de entender e interpretar los fenómenos grupales en su compleja dimensión, que
incluye los referentes psicoanalíticos, sociológicos, institucionales, lingüísticos, en fin, humanos.
A continuación expondré algunas de los desarrollos posteriores a estos autores quienes han
constituido la plataforma de desarrollos ulteriores sobre los fenómenos psíquicos —subrayo-
inconscientes, que se expresan en los grupos, su circulación y su posible interpretación.
Representantes de la escuela grupal francesa
Representantes fuertes son Anzieu, Kaës, Bejarano, Missenard, Pontalis, entre otros. Han
realizado la mayor parte de su práctica y desarrollo teórico a través de los "grupos de formación"
(aunque también trabajan grupos terapéuticos). Esto importa porque proponen que el método
psicoanalítico es posible aplicarlo (incluyendo la interpretación) a todo tipo de grupo, no
necesariamente terapéutico, siempre y cuando se respeten las normas de ese dispositivo en
particular, en las que se incluye, en primer lugar la formación del coordinador en dicho método;
el análisis intertransferencial, y las "reglas" enunciadas al grupo ( abstinencia; verbalización sin
omisión (esto remite a la asociación libre grupal), secreto, restitución).
Anzieu plantea, apoyando "la necesidad de la interpretación", que para poder encontrar "la
interpretación adecuada" se debe disponer de un encuadre espacio-temporal y simbólico, donde
los integrantes puedan y quieran esperar y recibir la interpretación; y a su vez, el interpretante
debe estar en condición de hallar tres variables:
"1.- La demanda específica de los sujetos que acuden a estos grupos.
2.- Los procesos inconscientes, preconscientes y conscientes específicos de las situaciones de
grupo que intervienen en ese momento.
3.- Su propio deseo de ser interpretante en esas situaciones y, correlativamente a su deseo, las
fantasías y angustias mediante las cuales reacciona a la demanda de los sujetos y a la
intensificación de los procesos en estas situaciones" (Anzieu 1978 p. 236).
¿Por qué es necesaria la interpretación?
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Anzieu presenta tres razones. La primera es que ya se trate de una agrupación natural, o artificial,
provoca regresión y predisposición a la transferencia, y la única forma de entenderla es a través
del trabajo de interpretación.
La segunda es la "formación" propiamente dicha que "requiere que los interesados descubran por
sí mismos la parte de la realidad psíquica inconsciente que interfiere con su deseo de saber" y
esto en situación de grupo permite activar expresiones del "Proceso Primario" en cada uno y su
"circulación" entre todos; con ello se logra un saber sobre el aparato psíquico (propio y grupal).
La tercera razón es que el inconsciente se expresa en todas partes y en todo momento, como lo
planteaba Freud, pero... de forma "engañosa":
"Si se desea -dice Anzieu- dejar de ser su esclavo o su víctima, se debe, en primer lugar,
convocarlo en una marco que sea legible, es decir en el que asuma una de las formas de la
transferencia y se debe luego, allí, enseñar a leerlo. Esta enseñanza de un tipo muy particular
sólo puede ser proporcionada por la interpretación" (Anzieu 1978 p.239). Interpretar en grupos
de formación es "intentar descifrar las interacciones de la fantasía (inconsciente), de las
angustias, de las defensas, desanudar las imbricaciones de las proyecciones y de las
identificaciones".
Yo concuerdo plenamente con este planteamiento de Anzieu en el que presenta de forma
condensada, varios desarrollos conceptuales importantes para comprender los fenómenos
inconscientes que se expresan en los grupos, no da el espacio para trabajar cada uno, pero los
puntúo: regresión en los grupos, transferencia y su lectura, circulación de las expresiones del
proceso primario, interacción de fantasías inconscientes, desanudamiento de proyecciones e
identificaciones, en fin la interpretación como un desciframiento. Además de sus valiosas
aportaciones, encontramos ciertas contradicciones en este autor, quien por un lado no comparte
la idea de una "fantasía inconsciente grupal" pues piensa que el grupo se "organiza" alrededor de
una "fantasía individual" ((acude aquí al concepto de "resonancia" de Foulkes nombrado
anteriormente), de la "Imago" y de los "Fantasmas Originarios". Sin embargo habla del grupo
como "proyección del inconsciente social"; aludiendo a un seminario que impartió en la
Universidad, "Observaciones psicoanalíticas sobre los acontecimientos de Mayo de 68", nos
dice:
"El desarrollo del seminario considerado en su totalidad, me ha parecido una reproducción
abreviada, en miniatura, de la evolución del Inconsciente Social en Francia entre abril y julio de
1968. Un seminario que reposa exclusivamente en los llamados métodos de grupo ¿no es acaso
un sondeo de las capas más profundas del psiquismo colectivo?; ¿no podríamos informarnos así
sobre la infraestructura psíquica de los movimientos sociales y de su evolución?" (Anzieu 1978
p. 332).
También utiliza conceptos tales como "imaginario colectivo", "imaginario social", "fantasmática
del grupo"; piensa que hay una correspondencia entre la organización institucional y la
organización fantasmática:
"Una de las tareas del psicoanálisis institucional sería la de encontrar los modos específicos de la
organización fantasmática en las instituciones sociales... una institución sin fomentación
fantasmática subyacente, se convierte entonces en una concha vacía... si todas las actividades
humanas no están subordinadas a los objetos y necesidades económicas, todas están sin duda,
contenidas por una fantasmática inconsciente"(Anzieu, 1978; 332; 343; 344). (Cito aquí ideas
que circulan por todo el texto del autor). Sin duda resultan importantes todas esas afirmaciones
que después no desarrolla, e incluso cancela de su nueva edición (donde el capítulo mencionado,
desaparece), pero será tarea nuestra seguir investigando su pertinencia.
Cuanto tendrá de relación este planteamiento, con la concepción de "Institución Imaginaria de la
Sociedad"; es un problema que estoy por ahora reflexionando, pero queda planteado.
En el prólogo del "Trabajo Psicoanalítico en los Grupos" de Anzieu, Kaës, et al, (Anzieu, 1978)
tenemos una cita donde se aprecia su posición en relación al trabajo de interpretación en los
grupos:
"El psicoanalista que conduce un grupo de formación se ve capturado también, al igual que los
participantes, en el juego de la fomentación de fantasías, que despierta angustias, afectos y
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representaciones simbólicas. Hacer descubrir a los interesados que lo que circula entre ellos en
un grupo es el inconsciente y bajo qué formas, sensibilizarlos para que desentrañen en un
momento determinado de qué modo se relaciona esa circulación con su inconsciente personal y
de qué forma se relaciona con el inconsciente de otro, objetivos semejantes sólo pueden
alcanzarse mediante un despliegue de los diversos tipos de transferencia solicitados por la
situación grupal y mediante un trabajo de interpretación de orden psicoanalítico. No conocemos
otra vía de acceso para una comprensión del inconsciente, en tanto que éste constituye la base del
ser del sujeto y que implica el reconocimiento de la problemática edípica, de las fijaciones
pregenitales y de la angustia de castración". (Anzieu et al 1978, p. 14).
Quisiera compartir algo que expresa claramente una idea que comparto y que me parece
necesario reflexionar: "En todo lugar y en cualquier posición, de pie, sentado, recostado, donde
un sujeto deje hablar sus angustias y fantasías, surge el inconsciente, si se escucha y se está apto
para ello, puede realizarse un trabajo de tipo psicoanalítico" (Kaës, 1995). En otras palabras, el
punto de partida es que si aceptamos como parte ineludible del ser humano la existencia del
inconsciente, esa parte oscura nuestra de la que hablábamos en un principio, esa parte siempre se
expresará, en cualquier condición, otra cosa será que se esté en la situación ad hoc para que ella
sea interpretada, y cuando es así, generalmente nos sorprende, aquello que estaba ahí, pero no lo
"veíamos", por eso justamente es necesaria la interpretación.
Ahora presentaremos sólo algunas ideas de Kaës, quien pienso ha realizado un profundo trabajo
de elaboración de la teoría psicoanalítica y su aplicación al campo grupal. Establece una serie de
correlaciones entre la estructura de los vínculos intersubjetivos y la estructura psíquica del
sujeto, considerado en su historia singular. Marca el tránsito de algunos contenidos inconscientes
de un sujeto a otro, que se vinculan en formas y mediaciones particulares (basándose en la
propuesta de Freud de que todos poseemos un "aparato perceptor" del inconsciente del otro (s)),
desarrolla lo que llama "funciones fóricas", que aluden a la función co-represora del otro, se
interroga sobre las condiciones intersubjetivas del retorno de lo reprimido; la formación de
síntomas compartidos y mantenidos en común; las alianzas y pactos inconscientes. Esto lo lleva
a proponer la hipótesis del Inconsciente estructurado como un grupo, basándose en la propuesta
de Freud, de una preconcepción estructural del yo en términos de grupalidad psíquica; de aquí
surge la concepción de "grupo interno": formaciones y procesos intrapsíquicos cuyas relaciones
están ordenadas por una estructura de grupo, "que en última instancia, está sometida al orden
propio de las formaciones y de los procesos inconscientes... (así propone) el sujeto de grupo en
tanto sujeto del inconsciente no es solamente para sí mismo su propio fin, sino también y
correlativamente, eslabón, heredero, servidor y beneficiario de los conjuntos inter y
transubjetivos, de los cuales el grupo es un notable paradigma". (Kaës 1995, p. 125)
Apreciamos en su propuesta una franca y lúcida interrelación, un ir y venir, del adentro al afuera
y viceversa, donde los efectos del inconsciente marcan los conjuntos intersubjetivos, y éstos a su
vez producen sus efectos en la organización del aparato psíquico; por tanto propone al grupo
como paradigma teórico y metodológico para el análisis de los vínculos intersubjetivos. Formula
tres hipótesis en cuanto al estatuto del inconsciente en el grupo, hallazgo que surge del análisis
que realiza el autor sobre "la realidad psíquica de los conjuntos" :
"1ª.- El Grupo es: lugar de manifestación del inconsciente de los sujetos; escenario de la
emergencia de las formaciones del inconsciente de sus sujetos (se desplazan, se depositan se
movilizan); es: la otra escena; es: el lugar de la realización de los deseos inconscientes de sus
sujetos (en la dimensión imaginaria).
2ª.- El Grupo como: lugar del trabajo del inconsciente; espacio psíquico específico de los
procesos y formaciones del inconsciente que no son atributo de un sujeto; no se producen más
que en grupo. (ésto se asocia con las ideas de Bion, Foulkes, Anzieu).
3ª.- El Grupo como: lugar de producción del Inconsciente; se determinan ahí las producciones
del inconsciente individual, de allí que se consideren configuraciones grupales del inconsciente,
y sistemas inconscientes intersubjetivos y transubjetivos". (por ejemplo, efectos del
agrupamiento sobre las movilizaciones pulsionales y sobre las formas de la sexualidad) (Kaës
1995 pp. 308-309).
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A lo largo de este texto encontramos muy diversas definiciones del concepto grupo, todas ellas
dependiendo del nivel y lugar específico de su temática, pero hemos elegido las anteriores como
paradigmáticas de su propuesta. Por otra parte, ampliando la noción que Pontalis ofrece del
grupo como "objeto psíquico" (Pontalis, 1974) sabemos que Kaës propone, en el intento de
comprender los fenómenos conscientes e inconscientes que se dan en los grupos, (conocimiento
indispensable para lograr algún trabajo de interpretación), dos tipos de organizadores: los
organizadores "psíquicos" y los organizadores "socio-culturales"; en tanto que el grupo es objeto
de representaciones psíquicas y de representaciones sociales, lo que crea dos sistemas de
organización:
1º.- Formaciones inconscientes de carácter grupal, o sea organizadores psíquicos grupales, que
son escenarizados y que se articulan por una meta de satisfacción pulsional, es decir que
organizan los procesos y formaciones del deseo, del amor y del odio, por tanto de todo aquello
que se juega en los vínculos. También los llama "Grupos Internos", como organizadores
potenciales; propone seis que yo expongo muy sintéticamente:
1.- Fantasias Originarias (coincide con Anzieu)
2.- Redes Identificatorias y sistemas de relación de objeto
3.- Imagen Corporal
4.- Imagen del aparato psíquico
5.- Complejos Familiares Imagoicos
6.- Imagos
2º.- Segundo sistema de la representación de grupo: organizadores socio-culturales: son el
resultado de la transformación por el trabajo de lo social y la cultura, de los núcleos
inconscientes de la representación del grupo. (Nombra: ideológicas; utópicas; míticas;
científicas). (Kaës 1995, pp. 220 y sigs.)
Arriba con todo esto al concepto de "Aparato Psíquico Grupal": "organizado por las estructuras
de las formaciones y procesos psíquicos conformados en los puntos de anudamiento de las
formaciones del inconsciente, entre el sujeto singular y los conjuntos intersubjetivos... La
investigación deberá apuntar a las relaciones, separaciones y límites de las transformaciones"
(Kaës 1995 p. 210).
Por otro lado, yendo a proposiciones más específicas del trabajo de interpretación, Kaës plantea
la necesidad, en principio, de analizar la existencia de una demanda y una oferta, viendo como
indispensable, reconocer "distinguir y aceptar" el deseo propio (de los coordinadores) y el deseo
de los integrantes del grupo; busca así las condiciones más adecuadas para hacer "un trabajo de
escucha, de análisis y de interpretación psicoanalítica", en el que incluye el análisis de lo que
organiza esa práctica social (en este caso el Grupo de Formación), y desde luego la institución
que lo promueve, que está implicada en el sistema de la oferta y la demanda. Reitera que se
ponen en escena fantasías que frecuentemente se relatan y elaboran a través de la ideología y el
mito, que, aun cuando las califica de "defensivas", piensa que cumplen una función cuádruple,
presentándolo como hipótesis de trabajo:
1.- "...de fijación y de objetivación de la fantasía;
2.- de articulación y de transición en el pasaje entre la realidad psíquica interna y la realidad
social exterior,
3.- de interpretación social estructurante y significante de estas realidades a las que se asigna un
sentido común y socialmente autorizado;
4.- de identificación de los individuos y de los conjuntos sociales organizados" (Kaës et al 1978
p. 28).
Propone claramente en todos sus textos la necesidad radical de explorar los deseos de los
coordinadores y su intrincación con la angustia y fantasmática movilizada en el grupo. Remite
así a lo que nombra (junto con Anzieu) "análisis intertransferencial":
"... la función interpretante sólo es posible... bajo la condición de que no se capture (el equipo
interpretante), en una identificación (imaginaria) ni con la institución, ni con el instituyente, ni
con su propio ideal, de acuerdo con un régimen identificatorio primario o secundario, sino que,

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por el contrario, pueda replantear constantemente su interrogación acerca de lo que califica a su
modo de existencia como grupo en la situación"; (Kaës et al, 1978 p. 40)
Todo esto apunta a la no realización del deseo, para permitir el "deslinde de la ilusión y su
interpretación"; y una herramienta útil e ineludible es el análisis a profundidad de la relación
intersubjetiva (entre el equipo interpretante), intrasubjetiva (hacia sí mismos) y hacia el grupo.
Se pueden encontrar variados ejemplos de este tipo de análisis en "Crónica de un Grupo"
(Anzieu, 1979).
Bejarano estudia y teoriza los fenómenos de la transferencia y la resistencia, en su especificidad
grupal, diferenciando su expresión, de la cura individual. Sabemos desde Freud, que la
resistencia al descubrimiento del contenido latente, a través del discurso manifiesto, se ofrece a
través de la transferencia, que es al mismo tiempo, el camino para llegar a dicho saber (del
inconsciente). Todo lo que obstaculiza el acceso al inconsciente, es nombrado resistencia; en los
grupos se expresa como "transgresión" de las reglas y frecuentemente se manifiesta a través de el
"líder de la resistencia", que es implícitamente buscado por el grupo, que alude a la transferencia
negativa, y que sólo puede ser desmontada vía la interpretación, la que deberá mostrar la "alianza
inconsciente" entre el líder y los demás participantes. El líder es el "portavoz" del discurso
manifiesto (nótese que el término portavoz, fue usado por Pichón Riviere; que Kaës nombra
como "porta-palabra", no tengo el texto en francés y por tanto no sé si también Bejarano usa
porta-palabra; sin embargo, la noción es análoga), y de la resistencia; ello promueve que la
interpretación deba ser siempre enunciada hacia el grupo y no al sujeto en particular, y de
preferencia en el "aquí y ahora" (el presente), y no hacia "el allá y entonces" (la historia de cada
uno de los sujetos).
Los fenómenos transferenciales se despliegan sobre los objetos (transferenciales) que ofrece la
situación del grupo, Bejarano distingue cuatro (un importante avance, pues los anteriores
teóricos de grupo, sólo nombraban la "transferencia central", es decir hacia el terapeuta o
coordinador, ¿omisión ideológica?); idea-fuerza, que marca de forma importante, la diferencia de
la cura individual: el monitor (transferencial central), los otros (los participantes; transferencias
laterales); el grupo como tal (el grupo como objeto psíquico -recuérdese a Pontalis-); objeto
exterior (el mundo exterior) (Bejarano et al 1978). Nosotros añadimos un quinto objeto
transferencial que sería "la institución", en tanto pensamos todo grupo atravesado por una
diversidad de instituciones, que no pondríamos en el "mundo exterior" (recordar el concepto de
"transversalidad" de Guattari.) Decíamos en un anterior escrito:
"El fenómeno de transversalidad descrito por Guattari, alude a la multitud de atravesamientos
sociales, deseantes, fantasmales, que obliga a estudiar al individuo y a la sociedad, no como
antinómicos, sino como combinatorios múltiples de los singular y lo colectivo, y todo esto a su
vez enmarcado, por un imaginario social básico: el Estado, cuyas propuestas conscientes e
inconscientes, nos habitan y dirigen nuestras acciones. Un cambio posible (deseado) es el intento
de desalojar del inconsciente, identificaciones de esta naturaleza". (Laborde, Radosh; 1991)
Actualmente, me encuentro atravesada por multitud de saberes incompletos, pero sustanciales,
que me llevan a intentar seguir "armando" (frente a tantos "desarmes") y tejiendo la compleja
textura de los grupos. Desde luego, siempre he puesto énfasis en la escucha cuidadosa del
discurso grupal, que si se logra, guía todo el trabajo, pues es alta la producción verbal, rica en
metáforas, cuentos, chistes, mitos, sueños, ideologías, siempre pendiente de cómo todo eso se
despliega en el momento histórico-social en que se produce y cuanto de él, podemos apreciar en
dicha producción grupal; el trabajo de interpretación justamente colabora a ello.
Llegando al final del camino (bueno, de este camino y en este momento)
Para terminar, unos ejemplos: (el siguiente es de un "Grupo de Formación")
Grupo:"Soñé que estábamos apartando lugar para el fantasma de la ópera, en el teatro estaban
afinando los instrumentos, y apartábamos lugar con ropa del tendedero... ¿Estás diciendo qué
lavamos?...(risas);
Coordinadores: La ropa sucia se lava en casa...
Grupo: A lo mejor es lo que quedó en el tintero... yo tengo un fantasma... los compañeros que se
fueron muy enojados porque no podían pagar..., etc.
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A partir de esto se analizó la fuerza de la ausencia, que cristalizó como fantasma; y una de las
respuestas fue:
Grupo:"ayer me angustió mucho hoy aceptar que la resistencia no se la llevó X, que está en
todos; me asusta la complicidad del grupo en la resistencia".
Ahora que escribo esto, me doy cuenta de un importante significante que además de repetirse, de
insistir, tiene mucho que ver con uno de los problemas que surgió posteriormente en el grupo
"apartar lugar"; tema central que se fue descubriendo, en relación al lugar privilegiado" de uno
de los integrantes del grupo, en su "relación", (obviamente transferencial), al coordinador,
motivo de fuertes rivalidades (fraternas).
Otro pequeño ejemplo posterior (del mismo grupo) a una dramatización en la que jugaban
(representaban) a ser niños y estar en el Kinder:
"Es muy difícil ponerse en el papel de niño, es muy temido y muy deseado. Queremos ver y no
queremos ver la diferencia; vamos a llevárnoslas al baño para ver qué tienen ahí."
Coord.: "A ver qué no tienen".
G.: "Nos cortaron la cabeza; nos cambiaron la sexualidad por cuentos de terror"; (El terror
remitía a la angustia de castración frente a la diferencias sexuales y también frente a su nueva
formación).
Coord.: "Los grupos son propicios para depositar en alguien lo propio y que le corten la cabeza".
Surge la conciencia de estar en un grupo de hombres y mujeres y los temores frente a las
diferencias y a la posibilidad del surgimiento del deseo, así como también surgieron diferencias
de saberes, económicas, de pertenencias institucionales, etc. Se aprecia en estos ejemplos (muy
reducidos por cierto) que la intervención de la coordinación, fue muy escueta, y basada en las
palabras del grupo; dando tan sólo eso, una cuantiosa y rica producción grupal.
El último ejemplo, somos nosotros, (me refiero a la tercera generación de la Maestría en
Psicología Social de Grupos e Instituciones, en su último trimestre) en una reunión del Taller de
Psicodrama, donde los coordinadores enunciaron como hipótesis "una suerte de interpretación"
que aludía a la angustia frente a la muerte (muerte REAL de José Perrés, muerte imaginaria y
simbólica frente a la terminación de ésta generación) y reconocimiento del límite y de la
omnipotencia. La producción que se generó, por parte del grupo, me pareció muy valiosa y
demostrativa:
VARIAS HIPOTESIS DEL GRUPO:
1.- Angustia de Muerte
2.- Angustia de Finitud
3.-Tensión entre clases institucionales
4.- Límites frente a la omnipotencia como contención
5.- Asumir la Incompletud, la Negatividad, Lo que ya no va a haber...
6.- La muerte y la terminación de los vínculos ( su interrelación).
7.- Interpretación generadora de reflexión productiva. Esta es la "otra escena".
Las hipótesis del grupo, hablan por si mismas; esto es una muestra de cómo en los grupos en que
se permite trabajar la interpretación, aunque escueta y circunscrita a una situación específica y no
siendo necesariamente un "grupo terapéutico", llegan ellos mismos a enunciar una serie de
posibles interpretaciones al grupo, que podrán ir siendo analizadas y elaboradas y que en este
caso les permitió efectivamente un trabajo de elaboración de los duelos que estaban enfrentando,
percatarse de sus diferencias y de la lucha por la autonomía en los procesos colectivos.
BIBLIOGRAFIA
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