Artículo Españoles
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Uno de los grandes acontecimientos del Uruguay moderno fue la inmigración masiva de
los siglos XIX y XX. En el 1er censo que cubrió a toda la República, el de 1860, la
población total llegaba a los 223.238 habitantes de los cuales 75.681 eran extranjeros.
De estos, 19.064 habitantes eran españoles, es decir 25,2 %. En el censo de 1985, de
una población total de 2.955.241 habitantes, 103.030 eran extranjeros y de estos,
31.546, que representarían un 30,6 % eran españoles. 1Es decir la presencia española
en nuestro país, seguida de la italiana, es un dato ineludible. Las oleadas migratorias
sucesivas desde 1870 hasta 1960 no siempre fueron constantes; a decir del Dr Carlos
Zubillaga en el prólogo de Galicia en el Uruguay, 2 se produciría “el vaivén veleidoso
de los siglos” entre España y América de acuerdo a los tiempos de crisis o bonanza
económica. Es por esto que para Zubillaga 3 se perciben 5 ciclos de fuerte inmigración
española que se corresponden con un aumento de la inmigración en general. El primero
entre 1866-68, el segundo desde 1883 a 1892, luego pasaría un lapso hasta la próxima
oleada en 1907 hasta 1912 (quizás la inestabilidad política del Uruguay por los
levantamientos de 1897 y de 1904 no propiciaban la inmigración). Una cuarta oleada se
produciría en 1919 hasta 1931 cuando se cerraría el ciclo de inmigración masiva
comenzado en el siglo XIX luego de los efectos de la crisis de 1929, con restricciones
legales impuestas en 1932. 4 Dicha legislación sería modificada luego de la II Guerra
Mundial (1939-45) a raíz de las acciones del Comité Intergubernamental para las
Migraciones Europeas (CIME), organización creada en 1951 y que modificaría su
nombre a lo largo del tiempo, para ocuparse de todo lo referente a los desplazados
durante la guerra.5
La actuación del CIME y el restablecimiento total de las relaciones diplomáticas entre
España y Uruguay en 19526 promoverían una nueva oleada inmigratoria de
consideración entre los años 1948 y 1956. En ese período llegarían 29.347 españoles de
un total de 55.144 extranjeros. 7 Este desplazamiento de contingentes humanos con
carácter masivo tendría una enorme significación social. Serían portadores de valores,
experiencias, identidades lingüísticas, gastronómicas y culturales riquísimas.
Es de esta última oleada a la que nos referiremos especialmente. Es aquí que llegan
nuestros protagonistas. En el libro España Dividida, Voces de la Memoria, Fin de Siglo,
2015, entrevistamos a treinta y tres españoles de distinta procedencia: asturianos,
valencianos, aragoneses, andaluces, catalanes y por supuesto gallegos. Eran niños,
1
Zubillaga, Carlos “Hacer la América” Editorial Fin de siglo, 1993, pag 24, cuadro I.
2
Zubillaga, Carlos “Galicia en Uruguay”, (prólogo), textos de Armando Oliveira Ramos , fotografía de
Ignacio Naón Pomiró, Diciembre 2009
3
Zubillaga, Carlos, Hacer la América, op cit
4
Ley Nº 8868, conocida como Ley de Indeseables, condicionando el ingreso de extranjeros al país de
acuerdo a la posesión de recursos para subsistir por el término de 1 año y otras muchas condicionantes.
5
Hoy en día denominada Organización Internacional para las Migraciones tiene como fin promover una mayor
comprensión sobre las migraciones velando por la dignidad y el bienestar de los migrantes.
6
Zubillaga, Carlos “La utopía cosmopolita: 3 perspectivas históricas de la inmigración masiva en el
Uruguay”, Facultad de Humanidades y Ciencias de la educación, 1998.
7
Zubillaga, Carlos “Hacer la América”, op cit pag 24, cuadro I
adolescentes o adultos que emigraron, solos o con sus familias, pertenecientes a las
clases populares, sobre todo de ámbitos rurales, de economías de subsistencia (Galicia,
Asturias), trabajadores calificados (ebanistas, herreros, torneros) o funcionarios. Unos
pocos eran hijos de profesionales liberales (médicos o abogados). Ellos o sus familias
habían sido empujados por la represión, el hambre y la falta de oportunidades en la
España franquista.
La inmensa mayoría de nuestros entrevistados pertenecía a familias simpatizantes de los
republicanos, pero también surgieron entrevistados vinculados al franquismo. En
muchos casos los percibimos como apolíticos; en realidad era el miedo reinante durante
la dictadura y su necesidad de reprimir su verdadero sentir; todos nos mencionan el “no
se podía hablar” o “mejor calladitos”.
Se radicaron mayoritariamente en Montevideo. Se dedicaron a los más diversos oficios,
sin embargo fueron muchos los que se abocaron al transporte de pasajeros en la empresa
CUTCSA8, y también dedicados a la comercialización de la carne, el pan, al comercio
minorista (almacenes), o a los bares y cafés. Casi todos comenzaron como empleados,
trabajaron durísimo. “Y no había ni sábados ni domingos, en 10 años no hubo una
licencia”, nos dijo un entrevistado, pero eso les permitió a algunos convertirse en
propietarios del negocio y obtener una destacada posición socioeconómica. “Los
inmigrantes son casi siempre grandes trabajadores (ayer y hoy) y en la misma decisión
de expatriarse hay un espíritu empresarial, una cultura o una ética de trabajo, ese fue un
valor que los inmigrantes aportaron”.9
Salvo escasas excepciones, las cadenas migratorias o redes de solidaridad social, al
decir de Fernando Devoto 10funcionaron; la existencia de un familiar más o menos
cercano que “reclamaba” a nuestro entrevistado fue una constante; el “tío de América”
se volvió un personaje determinante en la historia personal de cada uno ya que cuando
no existía, la salida de España era muy dificultosa. Conocemos las angustias de José
Asencio y de Rogelio Martínez como polizones. Nuestros entrevistados necesitaban al
menos recortes de una realidad a la que deberían adaptarse, de ahí la importancia de la
información provista por parientes o vecinos a través de las cartas.
En algunos casos también funcionó el conocimiento proporcionado por los cónsules, a
decir de Zubillaga, “vicarios de esperanza”.11
Todo fenómeno inmigratorio supone un desarraigo; de ahí la importancia de las
asociaciones creadas por los mismos inmigrantes defendiendo su identidad cultural de
origen (lengua, danzas, gastronomía) pero al mismo tiempo permitiéndoles adaptarse a
una sociedad, que si bien no era hostil, no era la suya. Muchos de nuestros entrevistados
participaron activamente en las más de 30 organizaciones de ayuda mutua que hay hoy
8
Cooperativa Uruguaya de Transportes Colectivos Sociedad Anónima, creada en 1937, pero
denominada así en 1946, tuvo al español José Añón Canedo, fundador de dicha empresa y su alma mater
junto a otros emprendedores gallegos Alfredo Lois, Rogelio Sande, José Varela y Venancio Pombo.
9
Devoto, Fernando “Historia de la inmigración en Argentina”, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2º
edición, 2004.
10
Devoto, Fernando “Historia de los Italianos en Argentina”, Editorial Biblos, 2006
11
Zubillaga, Carlos “Hacer la América” op cit.
en día12. Inclusive 2 de nuestras parejas (Modesto Domínguez y Otilia Figueroa, como
así Jesús Martínez y María González) se conocieron en Centros españoles. Para algunos
de ellos estas asociaciones voluntarias, creadas por sus coterráneos, y hoy dirigidas por
sus descendientes ya nacidos en Uruguay, fueron fundamentales para su inserción
laboral, como centros de sociabilidad o lugares donde reafirmar su identidad cultural.
Otros, sin embargo se mantuvieron ajenos a esas organizaciones.
Nuestros protagonistas reconocen el peso importantísimo de la Iglesia católica
definiendo conductas, actitudes y comportamientos y provocando, como contrapartida a
tanta religiosidad, el consiguiente rechazo. Recuerdan la libertad que sintieron con
respecto a esta institución cuando llegaron a nuestro país.
El viaje es otro episodio ineludible en la historia de sus vidas; 3 de ellos vinieron en
avión, algo poco frecuente para la época. En el barco Monte Udala o Monte Urbasa, en
el Cabo de Hornos o Cabo de Buena Esperanza, o en el Laennec, sus recuerdos sobre la
travesía, el clima, y cómo les resultó ver Montevideo por primera vez aparecen
grabados en su memoria.
Salvo un entrevistado de treinta y tres, todos regresaron de visita a España; en general,
tras la muerte de Franco y el cambio de régimen. No podían creer cómo se había
modificado su aldea o su pueblo y la modernización que había sufrido España en esas
últimas décadas.
Todos ellos, fueran niños, adolescentes o jóvenes adultos, vivieron las atrocidades de la
guerra. Muchos presenciaron bombardeos, asesinatos, venganzas. La miseria de la
posguerra fue común a todos. La falta de alimentos, de oportunidades laborales pero por
sobre toda las cosas, la falta de esperanza luego de la guerra es algo que nos repetían en
cada entrevista. Sin embargo es aquí donde vemos su fortaleza. Ese espíritu aventurero
que es necesario en cualquier inmigrante lo tenían nuestros protagonistas. Todos se
animaron a realizar la travesía transoceánica, a dejar padres, hermanos, novia y ver qué
les depararía el futuro.
Gracias entonces a Pilar y Lorenzo, Iván, Carlos, Ana, a los Rogelios, a José Luis,
Marina, Modesto y Otilia, a Ceferino , a José y Olga, a las Josefas, a Serafín, a los
12
Asociación Comunidad Valenciana, Asociación de Empresarios Gallegos del Uruguay, Asociación
Hispano Uruguaya de Profesionales, Asociación Uruguaya Andaluza para la Cooperación y el Desarrollo,
Cámara de Comercio de Uruguay y Canarias, Cámara Oficial Española de Comercio, Industria y
Navegación, Cambadu, Asociación Española 1º de Socorros Mutuos, Casa de Andalucía, Casa de Galicia,
Casal Catalá, Central Español FC, Centro Alma Gallega, Centro Asturiano-Casa de Asturias, Centro
Balear, Centro Bergantiños, Centro Euskaro, Centro Gallego, Centro Hijos de Galicia, Centro Orensano,
Centro Pontevedrés, Centro Riojano del Uruguay, Centro Valle Miñor, Club Español, Federación de
Instituciones Españolas, Hijos Amigos de Castilla, Hogar Español de Ancianos, Liga Española de
Deportes, Patronato Da Cultura Galega, Sociedad De Campo Lameiro en Uruguay C y R, Sociedad Islas
Canarias, Sociedad Puerto del Son, Unión Castellano-Leonesa, Unión de Sociedades Gallegas, Unión
Hijos de Morgadanes. En el Interior funcionan Asociación Buscando Raíces- Descendientes Canarios en
Canelones, Asociación Española de Artigas, Asociación Española de Cerro Largo, Asociación Española
de Florida, Asociación Española de Rivera, Asociación Española de Socorros Mutuos de Salto,
Asociación Islas Canarias de Maldonado, Centro Español de Flores, Centro Español de Maldonado,
Centro Español de Tacuarembó, Colectividad Canaria de San Carlos, Institución de Confraternidad
Vasca, Instituto Cultural Español de San José, Sociedad Española de Colonia, Sociedad Española “2 de
Mayo” Castillos, Sociedad Española de Mercedes, Sociedad Española de Paysandú. De todas estas
instituciones el Centro Gallego es el más antiguo del Mundo fundado el 30 de agosto de 1879.
Manuel, a los Jesús, a José , Rafael , Alfonso , a Santos, María , a Rafael, a Francisca y
a Celso. Sin ellos este trabajo no hubiese sido posible. Si bien algunos ya no están con
nosotros físicamente, sus vivencias quedarán en nuestro recuerdo para siempre.
Rescatar la memoria de estos “gallegos”,13 como tendemos a llamarles, sean asturianos,
andaluces o catalanes, que se bajaron de los barcos para “hacer la América” siendo
pobrísimos al llegar, y reconocer su fortaleza para proveerse un futuro mejor, puede ser
una lección de superación y resiliencia.
Referencias
Carlos Zubillaga, Hacer la América, Montevideo, Colección Raíces, Fin de Siglo, 1993
Carlos Zubillaga, La Utopía Cosmopolita: 3 perspectivas históricas de la inmigración.
Montevideo, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 1998.
Armando Oliveira Ramos, Ignacio Pomiró Naón, Galicia en el Uruguay. Prólogo del
Dr. Carlos Zubillaga. Buenos Aires, Taller de Artes Gráficas Integradas, diciembre
2009
Fernando Devoto, Historia de la inmigración en Argentina, Buenos Aires, Editorial
Sudamericana, 2° Edición, 2004.
Fernando Devoto Historia de los italianos en Argentina, Buenos Aires, Editorial Biblos,
2006.
13
Se utilizaba el gentilicio “gallegos” para aludir a todos los españoles, ya que cuantitativamente fue la
gallega la inmigración más importante, situada en el largo plazo de 60% del total de acuerdo a lo
estudiado por Carlos Zubillaga en “Los gallegos en el Uruguay”, tomado de “Hacer la América “ de
Carlos Zubillaga, op cit. Este autor, profundo estudioso de dicha comunidad, nos habla de la connotación
peyorativa atribuida al gentilicio. Con el correr del tiempo la connotación descalificadora, sobre todo a
nivel intelectual, (recordemos los “chistes de gallegos”) ha dado paso a un reconocimiento de sus
virtudes intrínsecas: su laboriosidad, su honradez, su solidaridad.
Cupones de racionamiento pertenecientes a la Flia. Freijanes.