La Economía Salvadoreña Al Final Del Siglo: Desafíos para El Futuro
La Economía Salvadoreña Al Final Del Siglo: Desafíos para El Futuro
La Economía Salvadoreña Al Final Del Siglo: Desafíos para El Futuro
FLACSO
A Anabel
vi
Agradecimientos
A Héctor Dada, por el apoyo institucional al proyecto y por la paciente espera del
libro, que se alargó más de lo esperado.
v
PRESENTACIÓN
v
base de su funcionamiento, habían entrado en obsolescencia y en contradicción
con la lógica de la economía mundial al momento de la firma de la paz.
Tal como lo señala Roberto Rivera Campos en el texto que presentamos, fue
considerable el crecimiento de los primeros años de esta década; pero más rápido
de lo esperado por analistas y actores económicos, la economía entró en un
período de desaceleración y de relativo estancamiento. En cierta medida,
perdidos los impulsos originales que señalamos arriba, no ha podido encontrarse
una forma adecuada de responder al reto del necesario nivel de incremento
del producto −y de la indispensable distribución de sus beneficios −que
permita enfrentar las condiciones de vida de la mayoría de la población, y se
cree la estabilidad social que de mejor espacio a la actividad productiva.
vi
proyecto, por su permanente participación. Al Real Ministerio de Relaciones
Exteriores de Noruega por su apoyo a nuestras actividades académicas, lo que
hizo posible la ejecución de esta investigación. Al personal de la FLACSO por su
respaldo en las tareas de apoyo y de edición de los textos. Las ideas expresadas,
evidentemente, son responsabilidad exclusiva del autor.
vi
Introducción
El Salvador está entrando al siglo XXI finalizando una década de cambios. Estos
cambios se han producido en varios ámbitos del quehacer de la sociedad, siendo
el principal, y de mayores consecuencias, el que se produjo en enero de 1992 con
la firma de los Acuerdos de Paz entre las partes contendientes. Con los Acuerdos
se constituyeron las bases para un desenvolvimiento social con mayor estabilidad
política, en el que los antiguos grupos enfrentados en armas pasaron a competir
en la arena política. La transformación de armas por votos ha permitido que la
antigua guerrilla hoy posea cerca de una treintena de diputados en la Asamblea
Legislativa, que se encuentre administrando una cantidad significativa de alcaldías
en el país, incluyendo la de San Salvador, y que se apreste a participar en las
próximas elecciones de marzo de 2000 por diputados y alcaldes.
ix
Aunque el déficit en las cuentas externas fue considerable, el aparato productivo
no se sometió a la real restricción por importaciones, pues las donaciones, que
venían en forma de apoyo a la balanza de pagos, permitían pagar buena parte de
las importaciones de bienes y servicios. Este esquema cambió en los noventa,
pues una vez que el conflicto se resolvió por la vía de la firma de los Acuerdos de
Paz, las donaciones comenzaron a disminuir rápidamente. La emigración de
salvadoreños −un fenómeno que había sido provocado en los ochenta por
el conflicto mismo−, por otra parte, comenzó a traducirse en un flujo de
remesas familiares que llegó a sustituir con creces el flujo de donaciones y puso
en marcha nuevos dinamismos, tanto de crecimiento como de estabilidad
económicos.
El ciclo observado en los noventa ha estado cruzado a lo largo por una falta de
fortalecimiento exportador. La capacidad de competir internacionalmente, uno de
los objetivos del nuevo modelo: el crecimiento liderado por las exportaciones, no
ha cobrado fuerza durante estos años, más bien pareciera que esa capacidad se
ha debilitado. No cabe duda que las remesas familiares estuvieron entre los
factores que contribuyeron al dinamismo de crecimiento de los primeros años de
x
la década, pero también han estado prominentemente entre los factores que
incidieron en la pérdida de competitividad de las exportaciones salvadoreñas. El
mal holandés, que ha provocado la apreciación real de la moneda, ha erosionado
sustantivamente la competitividad, resultado de la combinación de un tipo de
cambio fijo y una inflación que hasta 1996 se mantuvo por encima de la inflación
internacional.
De cara al nuevo siglo, dos grandes desafíos son la sostenibilidad del crecimiento
y la reducción de la pobreza. Ambos no son independientes. No se puede esperar
resolver definitivamente el problema de la pobreza si no se sostiene por un largo
tiempo un crecimiento robusto, pero tampoco se puede sostener un crecimiento
robusto, en un medio globalizado, sobre una fuerza de trabajo pobre, mal
educada y poco sana. Visto en el largo plazo, el camino andado durante los
últimos cuarenta años ha sido altamente volátil, ha habido algunos períodos de
rápido crecimiento, otros de recesión y otros más de franco retroceso. El resultado
neto ha sido un crecimiento promedio insuficiente. En los últimos cuarenta años el
crecimiento promedio ha estado alrededor de 3%, una tasa ligeramente superior a
la tasa de crecimiento poblacional, de tal manera que el crecimiento del ingreso
percápita ha sido notablemente insuficiente en el período largo. El hecho más
destacable en este respecto es el retroceso que experimentó el ingreso percápita
en los años ochenta, resultando en que a finales del siglo todavía aquél se
encuentra debajo de su nivel de 1978.
xi
Estos son los temas que se abordan en el libro. En el primer capítulo se presenta
una descripción de las reformas económicas, de los diferentes momentos de las
políticas económicas y del contexto de cambio durante la década, analizando
este contexto a principios, a mediados y a finales del decenio. Se presentan las
características más notables del paso del auge a la desaceleración y se discute
sobre la naturaleza del logro más importante de la década: la estabilización
macroeconómica. En el segundo capítulo, se estudia el impacto de las remesas
familiares en la competitividad y la tasa de interés real. Se argumenta que las
remesas familiares generan una especie de mal holandés que provoca una
apreciación real de la moneda, disminuyendo la competitividad de las
exportaciones, y se señala la manera en que se imbrican el fenómeno de las
remesas familiares y las políticas cambiaria y monetaria, causando elevación de la
tasa de interés real; es decir, se muestra que la respuesta de política monetaria,
por medio de la esterilización, para mantener estable el tipo de cambio, vuelve
rígida la tasa de interés nominal frente a una inflación declinante, provocando el
encarecimiento de los recursos financieros. El capítulo termina discutiendo sobre
las implicaciones para la política económica. El tercer capítulo aborda
analíticamente, en primer lugar, el auge de consumo de principios de la década,
identificando posibles causas, y, en segundo lugar, el comportamiento del ahorro
en ese mismo período. Una discusión sobre las implicaciones de la persistencia
del lento crecimiento para la estabilidad y sobre su naturaleza conyuntural o
tendencial se presenta al final. El cuarto capítulo adopta la perspectiva de largo
plazo y elabora sobre los dos grandes desafíos: el crecimiento y la pobreza y
argumenta que las causas de la persistencia de grandes niveles de pobreza se
encuentran en buena parte en un proceso de crecimiento que en el largo plazo ha
sido claramente insuficiente y en una baja eficacia para convertir el escaso
crecimiento en reducción de la pobreza, como resultado de instituciones
inapropiadas y de políticas sociales insuficientes e ineficientes. El libro termina
con algunas conclusiones generales.
xi
CAPITULO 1
UNA DÉCADA DE CAMBIOS
1
a Brasil y a otras economías suramericanas, han prolongado el ciclo de bajo
crecimiento del último quinquenio de la década con la que estamos finalizando el
siglo.
Al nivel más general, estos son los hechos que identificamos como más
relevantes que han conformado el marco en el que la economía salvadoreña ha
ido adquiriendo sus potencialidades y limitaciones recientes y que nos permite
caracterizar el período analizado como una década de cambios. En este capítulo
se realiza una revisión de la evolución de las políticas económicas, de los factores
externos y de la economía misma durante los últimos 10 años del siglo XX.
1
Una descripción de la participación de FUSADES en la elaboración del Plan Económico que serviría de
base para el Plan Económico del gobierno se encuentra en Liévano (1997).
2
Liévano (1997), pg. 14.
1
sistema de precios refleja la escasez relativa de los bienes; a su vez, la sustitución
del estado por el mercado, al liberar las fuerzas de la iniciativa privada,
impulsaría, según el modelo, el crecimiento sostenido, apoyado en la asignación
eficiente de los recursos. El objetivo de la creación de las condiciones para
erradicar la pobreza era un resultado inducido por el crecimiento sostenido, cuya
base es la teoría del rebalse: los beneficios del crecimiento desbordan hacia los
pobres.
Las críticas de ese momento a esta visión económica enfatizaban las fallas del
mercado para asignar eficientemente los recursos de la economía, que existen
aún en los mercados desarrollados, pero que en los subdesarrollados, como El
Salvador, son abundantes, tanto por el tamaño reducido de los mercados que
permiten la existencia de monopolios y oligopolios, como por la falta de
regulaciones en la operación de algunos mercados específicos. En lo que a la
pobreza se refiere, se enfatizaba que la teoría del rebalse no operaría, como no lo
había hecho en otras partes del mundo, y que por lo tanto se requería de atacar la
pobreza de frente, dándole un rol importante al estado en esa tarea.
3
Liévano (1997)
1
1.1 El plan económico
4
El fortalecimiento de las exportaciones iba más allá de sólo apoyar la cuenta corriente. Las bondades de
un crecimiento liderado por las exportaciones se veían en que explotan el mercado mundial y, por lo tanto,
no experimentan las limitaciones del mercado doméstico.
1
1.1.2 La reforma económica
5
La estrategia de industrialización por sustitución de importaciones dominó la visión del desarrollo desde los
años treinta en América Latina. En El Salvador se puede argumentar que fue con la revolución de los
1
piso y el techo arancelarios, de tal forma que la economía se fuera integrando de
forma efectiva a la competencia internacional. El argumento tradicional ha
sostenido que la industrialización por sustitución de importaciones había
conformado, mediante el proteccionismo, una industria ineficiente incapaz de
competir con los productores internacionales, lo cual había provocado, a su vez,
la incapacidad del aparato productivo de desarrollar las exportaciones. Esto se
traducía en una estructura productiva orientada a un mercado interno reducido,
razón por la cual se agotaba rápidamente cualquier impulso de crecimiento
económico6.
La tercera reforma importante era la reforma fiscal. El objetivo de esta reforma era
el fortalecimiento de las cuentas fiscales, para lo cual, por el lado de los ingresos
del gobierno, era necesario simplificar la estructura tributaria, modernizar algunos
impuestos y volverlos más neutrales; y, por el lado del gasto, se debía eliminar el
exceso de burocracia y volver eficiente el funcionamiento del estado. El marco
general comprendía la modernización de la estructura del sector público, lo que
comprendía privatizar varias de las instituciones de servicios públicos: las
empresas autónomas y los ingenios. Una de las primeras medidas que se
adoptaron fue la abolición del INCAFE y del INAZUCAR, que controlaban el
comercio exterior de los dos principales productos de exportacion tradicionales del
país. Asimismo, el programa de modernización comprendía la introducción de
métodos y sistemas más efectivos para la gestión pública.
mayores ( Mayor Oscar Osorio y Mayor Oscar Bolaños) en 1948 que formalmente se introdujo tal estrategia.
6
Ver Rivera Campos, R (1986).
7
Ver Liévano (1997), pg. 39, para una argumentación interesante de por qué este objetivo.
1
La estrategia se sustentaba en los siguientes principios: focalización del gasto
social hacia los más pobres, descentralización de los servicios sociales, subsidios
a la demanda, y participación privada y comunal en la ejecución de proyectos. Tal
estrategia formulaba acciones en las áreas de programas compensatorios y de
programas de rehabilitación y modernización de los sectores sociales.
2
La economía salvadoreña, pues, inició la década experimentando una serie de
impactos de corta y larga duración; los primeros, estuvieron dirigidos a estabilizar
las variables macroeconómicas; los segundos, a modificar la estructura de su
funcionamiento. El resultado importante es que la economía entró en un proceso
gradual y sostenido de estabilización de precios y de equilibramiento de las
cuentas fiscales, al mismo tiempo que el mercado fue cobrando, también de
manera gradual, mayor presencia en el juego económico, por ejemplo, en el
sistema financiero y en el intercambio internacional.
2. Un contexto cambiante
las municipalidades, ONG y las comunidades. Con este objetivo se crearía el Fondo Nacional de Vivienda
Popular y se liquidarían la Financiera Nacional de la Vivienda y el Instituto de Vivienda Urbana.
2
Por otra parte, el contexto económico se caracterizó por la implementación del
programa de estabilización y ajuste estructural descrito anteriormente, en el que
destacaron la privatización de la banca, la apertura de la economía y la liberación
de precios. Estas medidas conformaron el marco en el cual se canalizaron las
energías productivas antes mencionadas. Al mismo tiempo, un flujo multiplicado
de remesas familiares a principios de la década terminó incidiendo en la
formulación de la política económica misma, en un marco en el cual la economía
regional se encontraba en plena recuperación.
2
desarrollo de la actividad económica es de gran importancia para entender el
repunte de la economía en esos años. La firma de los Acuerdos de Paz que cerró
la historia del conflicto armado y que permitió que la insurgencia transformara sus
votos armados en votos políticos, para tomar sus posiciones en la arena política,
trajo un mayor grado de estabilización que el que había existido en la década
anterior. A partir de entonces se reconformó el cuerpo político del país, dándole el
espacio correspondiente a la izquierda política. En 1997 el FMLN llegó a colocar
27 diputados del total de 84 en la Asamblea Legislativa y a ganar la mayoría de
alcaldías del país.
Por otra parte, después de décadas en que el movimiento laboral había tenido
una participación muy activa en la vida política del país, los primeros años de la
década se caracterizaron por el repliegue de las organizaciones sindicales,
observándose muy poco su presencia en los distintos eventos que fueron
conformando la dinámica de la vida política y económica de la época. Este hecho
es importante de destacar, pues dá cuenta de la poca oposición que se presentó
a las reformas económicas que se implementaron en esos años: privatización de
la banca e introducción del IVA, entre otras, a diferencia de las fuertes
oposiciones observadas en América del Sur ante similares medidas.
El otro elemento de naturaleza política que formó parte del contexto desde
mediados de 1989, fue la confianza que depositó el sector empresarial en la
2
nueva administración. De hecho, la nueva administración había llegado al poder
siendo la alternativa del sector privado en ese momento. Esta confianza liberó
todas las dificultades que la aplicación de la política económica había enfrentado
en la década anterior ante el divorcio, en términos prácticos, entre la empresa
privada y la administración demócrata cristiana. El enfrentamiento, casi personal,
entre el Presidente Duarte, por un lado, y las gremiales de la empresa privada y
algunos medios de comunicación, por el otro, fue uno de los determinantes de la
casi paralización de la gestión económica a mediados y finales de ochenta. La
identificación entre la empresa privada y la nueva administración gubernamental
fue tan intensa a partir de mediados de 1989, que las oposiciones por parte del
sector privado, que normalmente experimentan algunas reformas económicas en
las aplicaciones de los programas de estabilización y ajuste estructural, no
existieron en El Salvador, y los costos, que trae consigo la reforma comercial,
fueron asumidos sin mayor cuestionamiento por el sector privado. Estos costos
privados resultan de la mayor competencia que enfrentan las empresas
domésticas ante la entrada de nuevos productos importados a los que se les abre
la puerta con las reforma comercial. En El Salvador hubo productos que bajaron
en un primer momento de una protección de hasta 290% a una de 30%. La
profundidad de la confianza entre el sector privado hacia el gobierno significó
según Segovia (1995) que "su apoyo casi incondicional al gobierno (fuera)
decisivo para llevar a cabo el programa de ajuste, que por su índole traía
aparejados cambios en las reglas del juego económico, con efectos a veces
negativos, por lo menos en el corto plazo, para ciertos sectores (particularmente
para el sector agropecuario y algunos sectores industriales)"10.
10
Segovia, Alexander. (1996).
2
recibir los impulsos que la renovada dinamización de la economía
centroamericana le estaba transmitiendo por la vía del comercio internacional.
2
necesidad de emitir ¢2,450 millones para su saneamiento y fortalecimiento. La
banca ya privatizada creó un impulso importante para la modernización de la
intermediación de los recursos: en primer lugar, contribuyó a la confianza en el
sector financiero, después de la pérdida de confianza en el sistema en la década
anterior por la mala administración y el uso del criterio político en la asignación de
recursos; en segundo lugar, se alcanzaron tasas de interés reales positivas, que
estimularon el ahorro privado, y fluyeron hacia la banca mayores recursos para
intermediación; y en tercer lugar, creo competencia al sistema, provocando la
introducción de nuevos instrumentos financieros que expandieron la capacidad de
colocación de los recursos bancarios. Uno de los resultados de la privatización fue
un cambio drástico en el acceso de los salvadoreños al crédito para el consumo.
Como veremos más adelante, en la primera mitad de la década, el crédito del
sistema financiero al sector privado llegó a crecer en algunos momentos hasta el
42% anual.
2
preocuparse por los déficit mencionados 11. Las expectativas eran diferentes en los
noventa con el final del conflicto, y, ante los acontecimientos políticos ocurridos
después de la caída del muro de Berlín, era evidente que la ayuda internacional
se redireccionaría en los noventa y, por lo tanto, habría que administrar la política
económica para mantener equilibradas las distintas cuentas económicas. Esto
hacía urgente la formulación de un programa de estabilización.
Por otro lado, un fenómeno social ocurrido como consecuencia del conflicto
armado, había comenzado a tener un impacto económico extraordinario en las
finanzas de la economía. Los salvadoreños emigrados durante los años ochenta
estaban remesando desde hacía algunos años grandes cantidades de dólares a
sus familiares en El Salvador. A inicios de los noventa, pues, se daba una
sustitución providencial de fondos externos: las remesas familiares sustituían con
creces las donaciones oficiales, lo cual significaba que la formulación de la política
económica continuaría contando, durante varios años por delante, con un
financiamiento unilateral de recursos externos. El Cuadro 1.1 muestra la evolución
de estos flujos de remesas y donaciones.
11
Rosa (1993) es un buen estudio del papel jugado por la AID en esos años.
2
Cuadro 1.1
Evolución del flujo de recursos externos en los noventa
(Millones de colones)
Donac iones Remesas Tota l de
ofic ia les privadas transferencias
2
competencia, expandiendo el crédito a los consumidores, que se enfrentaban a
una economía que ponía a su disposición una oferta ampliada de productos
importados, resultado de la reciente apertura comercial.
Las remesas familiares han sido un flujo que ha adoptado distintas facetas para
condicionar la evolución de la economía nacional en sus distintas variables: el
crecimiento, los precios, la competitividad, el crédito, la balanza comercial y la
apreciación cambiaria. En los siguientes capítulos se hacen esfuerzos por
comprender estos efectos.
2
Cuadro 1.2
Centroamérica: crecimiento económico y propensión a importar
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Fue nte: Boletín Esta dístic o varios años, Consejo Monetario Centroameric ano, Se c retaria Eje cutiva.
3
Cuadro 1.3
Exportaciones de El Salvador a Centroamérica
(Millones de dólares)
3
oficiales, imponiendo al gobierno mayor urgencia para equilibrar las cuentas
fiscales, y por la expansión del flujo de remesas familiares que permitió a la
economía continuar contando con un importante componente de financiamiento
externo; y, en quinto lugar, por un entorno centroamericano en plena recuperación
después de una década de conflictos regionales y de estancamiento económico,
el cual creó una fuerte recuperación de la demanda de las exportaciones
salvadoreñas que sirvió de impulso adicional al crecimiento económico de esos
años.
3
también mostraban que el objetivo de liderar el crecimiento por medio de las
exportaciones se había alejado a medida que avanzó la década. Existía en este
sentido un sentimiento de frustación en los exportadores y en algunas
instituciones que habían apoyado el modelo de crecimiento liderado por las
exportaciones. Por otro lado, las críticas de que el éxito del crecimiento se
apoyaba en el consumo doméstico y no en el crecimiento exportador, iban en
aumento.
Un reporte de abril de 1993, escrito por el entonces asesor del Banco Central de
Reserva y posteriormente Ministro de Hacienda, Manuel Hinds, se constituyó en la
pieza más influyente en la redefinición de la visión del desarrollo de la nueva
administración. Este reporte indicaba que a pesar de que el gobierno había
"establecido los fundamentos de una buena estructura para el desarrollo de una
economía de libre mercado...aún los objetivos últimos de las políticas
gubernamentales no se estaban alcanzando" 14. El problema se planteaba en que
"Si la agricultura y la industria no se recuperan, y si los servicios no se vuelven
exportables, una declinante capacidad de importar puede llegar a ser un
importante obstáculo para el crecimiento económico del país"15.
3
de la información, que permitía a las grandes empresas repartir entre países su
proceso de producción y distribución al nivel del mundo. Este hecho creaba
espacios en esas cadenas productivas mundiales en donde los países
subdesarrollados podían integrarse como partes de esas cadenas, en los
componentes menos sofisticados del proceso productivo: "Para permanecer
competitivos, y concentrarse en el desarrollo de nuevas tecnologías, los países
desarrollados necesitan servicios en las partes menos sofisticadas del ciclo
productivo. Una vez establecida esta conexión, los países en desarrollo pueden
utilizarla para desarrollar tanto su capital humano como su propia habilidad para
innovar"16.
Aunque el informe ponía mucha atención en las limitaciones que los sistemas
insuficientemente desarrollados de generación y distribución de energía, de
caminos y de educación representan para el desarrollo, señalaba que el factor
particular más importante y necesario para integrar el país a los mercados
internacionales es el desarrollo de un sistema de comunicaciones de clase
mundial: "ningún país puede esperar competir como productor o como receptor de
inversión extranjera si no cuenta con el más moderno sistema de
comunicaciones"17.
16
Hinds (1993) Op. Cit. Pg. 12
17
Hinds (1993) Op. Cit. Pg. 17
3
Primero, integrar la economía del país a la economía norteamericana y
convertir su cercanía en pieza clave de la estrategia para desarrollar el
país;
18
El rol de la política económica cambiaba significativamente según la estrategia de que se tratara. Por
ejemplo, para una estrategia de crecimiento liderado por las exportaciones se requiere una política cambiaria
que no permita que se aprecie el valor real de la moneda, lo cual puede implicar un tipo de cambio flexible.
Para una estrategia de crecimiento liderado por la inversión extranjera, por el otro lado, es más importante la
eliminación del riesgo cambiario para el inversionista extranjero, lo cual implica una política de fijación del
tipo de cambio.
19
La argumentación de los representantes del gobierno apuntaba a que una de las bondades del Currency
Board sería la disminución de la tasa de interés, ante lo cual respondió uno de los asistentes "aun no
alcanzo a ver cuál es el mecanismo que hará bajar la tasa de interés". Reunión de noviembre de 1994.
3
Estas dos medidas, la abolición de los aranceles y la dolarización de la economía,
constituyeron a partir de enero de 1995 los componentes clave de la estrategia
del gobierno. Sobre la abolición de los aranceles se llegó a mencionar convertir El
Salvador en una zona franca, y sobre la dolarización se señalaron los beneficios
que traería en términos de eliminación del riesgo cambiario y reducción de tasas
de interés, y se presentaron Hong Kong y Argentina como dos ejemplos exitosos.
Cuadro 1.4
Programa de desgravación arancelaria
Tipo de Bien Actual 1 Ago. 96 1 Dic . 96 1 Jul. 97 1 Ene . 98 1 Jul. 98 1 Ene . 99 1 Jul. 99
Bienes de Capital 1% 1% 0% 0% 0% 0% 0% 0%
Materia Prima 5% 3% 0% 0% 0% 0% 0% 0%
Bienes Intermedios 10% 10% 10% 9% 8% 7% 6% 5%
Bienes Intermedios 15% 15% 15% 14% 13% 12% 11% 10%
Bienes Finales 20% 20% 20% 19% 18% 17% 15% 15%
La crisis mexicana puso también en tela de juicio la sostenibilidad del éxito de las
políticas de liberalización que se estaban aplicando en la región, principalmente,
3
interrogando el futuro del crecimiento apoyado en los auges de consumo, como el
que se estaba desarrollando en ese momento en El Salvador.
Por otra parte, los primeros signos de preocupación por un posible rompimiento
de la burbuja consumista habían comenzado a aparecer en algunos sectores de
la economía. Al tercer trimestre de 1994, el sector construcción mostraba una
combinación de variables que preocupaban a las autoridades económicas. Un
estudio de FUSADES20 de diciembre de ese año, señalaba: "algunos
observadores se han manifestado preocupados ante: 1) lo que denominan
especulación en el mercado de la vivienda y 2) la percepción de que algunas
unidades de elevado valor han experimentado dificultades de colocación" 21 . El
estudio se basó en el análisis de 302 boletas de créditos hipotecarios de largo
plazo de varios bancos y financieras y en una encuesta de 528 personas con
ingresos mayores de ¢10,000, sobre motivos de adquisición de viviendas.
20
FUSADES, "La vivienda y locales comerciales de más de ¢300,000 y su incidencia en el Sistema
Financiero", diciembre de 1994.
21
FUSADES, Op. Cit. Pg. 4.
3
problemas de colocación. Esto es lo que se está comenzando a percibir. Los
constructores se supone que tomarán estas señales del mercado para no
construir casas en los segmentos en que existan problemas. Sin embargo, la
respuesta de los constructores para aumentar la cantidad de unidades está
rezagada por el tiempo que tardan en construirlas. Las viviendas en existencia
ahora responden a las señales del mercado de un año atrás"22.
El estudio concluía que en ese momento las casas que no habían sido colocadas
en el segmento de ¢300,000 a ¢500,000 era de 55%; en el de ¢500,001 a
¢1,000,000 de 29%; en el de ¢1,000,001 a ¢1,500,000 de 33%; y en el de más de
¢1,500,000 de 57%. El informe señalaba que el segmento de casas caras era el
que se encontraba en mayores dificultades, frente a un agotamiento de la
demanda, y se recomendaba precaución para el financiamiento de proyectos de
construcción para viviendas de este valor.
22
FUSADES, Op. Cit. Pg. 10.
23
FUSADES, Op. Cit. Pg. 11.
3
Visto desde la perspectiva de finales de la década, el estudio permite destacar
que el sector construcción había sido parte de una burbuja de crecimiento rápido
con especulación de precios, y que aunque al tercer trimestre de 1994 la
economía como un todo seguía creciendo fuertemente, el sector ya
experimentaba los primeros signos de agotamiento de la demanda. Ciertamente,
la economía siguió creciendo hasta el segundo trimestre del siguiente año a tasas
superiores al 7% anual (7.2% y 8.1% en el primer y segundo trimestres,
respectivamente), e inició el ciclo de lento crecimiento el tercer trimestre de ese
año.
24
En un régimen cambiario fijo, el crecimiento del crédito por encima del crecimiento de la demanda de
dinero se traduce en decrecimiento de las reservas internacionales. Esto es lo que ocurrió durante el primer
semestre de 1995, cuando el crédito estuvo creciendo a tasas superiores al 40% anual y la demanda de
dinero no crecía más allá de 30%. Para un análisis completo de esta relación véase Rivera Campos (1996)
"Remesas familiares, mal holandés y política económica" Boletín Económico y Social, marzo de 1996.
FUSADES
3
¿Por qué se permitió que el crédito se expandiera a tales tasas cuando los
criterios de una sana política monetaria exigían tasas mucho menores, pues el
producto nominal en el primer trimestre de 1995, por ejemplo, crecía a sólo el
18% y el crédito lo hacía al 42%? No es posible determinar con la información
disponible las motivaciones para tal permisividad, pero sí es posible señalar que
como resultado de esta política de crecimiento del crédito se estimuló, por un
lado, el crecimiento de la burbuja, y, por el otro, se facilitó una dinámica de
crecimiento acelerada de los bancos con altas rentabilidades, sin valorar
suficientemente, en algunos casos, el riesgo asociado a gran parte del torrente de
crédito que se estaba otorgando en esos años, en una carrera por crecer
rápidamente. Esta situación es importante destacarla porque cuando la economía
real inicio su ruta de lento crecimiento en el tercer trimestre de 1995, la cartera de
los bancos inició su propia ruta de deterioro, con las moras bancaria en ascenso
hasta finales de la década, particularmente la de aquellos bancos y financieras
sobrecargadas con créditos de la construcción.
4
Gráfico 1.1
Sistema Financiero: crédito sector privado
Variación anual %
44
40
36
Crédito
32
28
24 Crédito real
20
16
12
0
E F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S
4
La mitad de la década, pues, constituyó un punto de inflexión de la economía
salvadoreña en el que se pasó de una fase de auge económico a una de lento
crecimiento. En ese momento se comenzó a conformar una visión ligeramente
diferente, por parte del nuevo gobierno, de cuáles deberían ser los motores del
crecimiento; se hizo un esfuerzo fallido por dolarizar la economía; y se sintió el
impacto de la crisis mexicana en la región. De esta manera, la economía entró al
segundo quinquenio de la década con las energías disminuidas para mantener un
crecimiento satisfactorio.
4
Gráfico 1.2
PIB trimestral
(Tasas de crecimiento)
Crecimiento %
10
0
I 95 II III IV I 96 II III IV I 97 II III IV I 98 II III IV I 99 II
Fuente: BCR
4
Gráfico 1.3
Indicador de actividad − Sector Construcción
Saldo neto
100
50
−50
25
Esta discusión se retoma al final del Capítulo 3.
4
Gráfico 1.4
Indicador de ventas − Sector Comercio
Saldo neto
100
50
−50
−100
I−95 II III IV I−96 II III IV I−97 II III IV I−98 II III IV I−99 II III
Tanto el precio del café como del azucar cayeron significativamente durante 1998
y se han mantenido bajos durante 1999 26. Ambos productos redujeron sus precios
casi la mitad entre principios de 1998 y mediados de 1999. Indudablemente, este
impacto externo ha creado un efecto contractivo sobre la actividad económica y el
empleo, que se ha agregado a la ya deprimida economía.
26
El precio del café se recuperó notablemente durante el último trimestre de 1999.
4
La crisis financiera internacional puede haber provocado un efecto similarmente
contractivo. La crisis de Rusia de mediados de 1998 provocó una estampida de
los capitales financieros internacionales hacia puertos más seguros. Brasil se
contagió de la crisis casi inmediatamente y progresivamente otros países
latinoamericanos fueron también entrando en dificultades. El impacto externo de
la crisis financiera internacional disminuyó el potencial de crecimiento de América
Latina durante 1999, no obstante, al final, la reacción de la región a la crisis
internacional ha sido menos negativa de lo que se esperaba al principio del año:
inicialmente se había esperado una crisis significativa en la región, sin embargo, a
la altura del tercer trimestre se estimaba que América Latina cerraría el año
solamente sin crecimiento: −0.1%.
4
Gráfico 1.5
Precios promedios de café
(US dólar por quintal)
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago
19981999
Fuente: Elaboración propia sobre la base de cifras del BCR.
Cuadro 1.5
Precios spot del mercado mundial No. 11 y Americano No. 14
para azúcar cruda, US$ Ctvs./Lb.
Año calendario
Me se s Contra to No. 11 Contra to No. 14
1998 1999 1998 1999
Ene 11.43 7.92 21.85 22.41
Fe b 10.57 6.74 21.79 22.38
Mar 9.92 5.78 21.74 22.54
Abr 9.3 5.15 22.14 22.57
May 8.86 4.75 22.31 22.66
Jun 7.92 5.6 22.43 22.61
Jul 8.58 5.67 22.66 22.65
Ago 8.45 6.21 22.21 22.69
4
afectada negativamente por los efectos de la crisis financiera internacional. Es
importante tomar en cuenta la influencia del contexto internacional en la reducción
del crecimiento de la economía salvadoreña en 1999, porque indicaría que si la
economía latinoamericana responde como estima el Fondo Monetario
Internacional para el próximo año con un crecimiento de 3.5%, la economía
salvadoreña podría experimentar un empuje positivo de crecimiento a partir del
próximo año.
4
Superintendencia del Sistema Financiero. El resultado positivo de estos
lamentables eventos ha sido la reformación de la Ley de Bancos que, finalmente
despúes de mucha discusión, ha sido aprobada por la Asamblea Legislativa, con
la cual se espera el fortalecimiento del sistema financiero salvadoreño.
Gráfico 1.6
Indicadores de calidad de activos crediticios
(En porcentajes)
7
0
I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV I II III IV
1995 1996 1997 1998 1999
Resrv. de saneam./ Act. de riesrgo bruto Morosidad = Prést. venc./ Prét. brutos
Fuente: Elaborado con base en Informe del Boletín Estadístico, Bancos y Financieras,
Superintendencia del Sistema Financiero, varios años.
Otro resultado relevante de finales de la década fue la privatización de las distribuidoras de energía
eléctrica a principíos de 1998 y de ANTEL a mediados del mismo año. La privatización de las
telecomunicaciones debe destacarse porque, como se indicó antes, el ejecutivo había identificado
la construcción de un moderno sistema de comunicaciones como la pieza clave para integrar el
4
país a los mercados internacionales. Los sucesos posteriores a la privatización de ANTEL han
mostrado el empuje de la competencia en ese sector cuando está en manos del sector privado. La
competencia desatada en el mercado de los celulares ilustra los potenciales de la privatización: el
número de celulares creció desde menos de 50,000 unidades en 1998, año de la liberalización del
sector de telecomunicaciones, hasta 360,000 a mediados de 1999, una cifra muy cercana a las
400,000 líneas telefónicas fijas que existía en 1998 27. Aún nos encontramos a gran distancia de
poseer un sistema de comunicaciones de clase mundial, pero la liberalización de las
telecomunicaciones es un avance importante que crea expectativas optimistas en esta dirección.
Gráfico 1.7
Crecimiento real de la economía e inversión privada
8 20
7
6 15
5
4 10
3
2 5
1
0 0
1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Crecimiento Inversión
Fuente: Consejo Monetario Centroamericano (1998).
27
SIGET y compañías telefónicas
5
años anteriores, en 1994 y 1995 el crecimiento continuó siendo no inferior a 6%,
pero declinó rápidamente en los siguientes años, hasta terminar en 1996 en 1.8%.
La expectativa para 1999 es que la economía crezca sólo 2.0%.
5
Cuadro 1.6
Estructura sectorial del crecimiento
(Porcentaje de crecimiento)
Agricultura Industria 1
Construc c ión Comercio Fina ncieros
1: La industria incluye los servicios industriales de maquila. Estima dos propios del
crecimiento de la industria excluyendo los servic ios por maquila son los siguientes:
1991=5.6%; 1992=8.9%; 1993=3.7%;1994=5.5%; 1995=5.0% y 1996=2.2%. Tó mese nota
de la c onsid erac ión sobre la tasa reportada de c recimiento sectorial de 1993 en
la Re vista del Banc o Central de Re serva.
Fue nte: Revista Trime stra l del Ba nco Central de Re se rva.
5
Los sectores que sí impulsaron el crecimiento en el primer quinquenio de los
noventa fueron: la construcción, el comercio y los servicios financieros. Todos
ellos crecieron por arriba del promedio del crecimiento de la economía,
exceptuando el comercio en 1993. En este sentido es facil ver que fueron estos
sectores los que impulsaron la economía en los noventa. Esto se corresponde con
el contexto en que se desarrolló la actividad económica en esos años. La
liberalización financiera impulsó el crecimiento bancario; la apertura de la
economía fomentó el comercio, particularmente de las importaciones; y el flujo de
recursos externos, y su mayor intermediación por una banca privada en
expansión, facilitó la construcción, especialmente de viviendas. Nótese que fue el
sector construcción el primero que mostró agotamiento en 1995 y que fue el más
afectado en 1996.
Gráfico 1.8
Participación de los sectores en PIB
(Precios constantes)
1990 1998
Admón. Públic a Admón. Públic a
7.6% Otros 5.6%
13.5% Construc ción Otros
3.6% 3.8% 16.0%
5
Las cifras cuentan una historia muy particular de la evolución de la economía
salvadoreña. El flujo de remesas familiares y donaciones oficiales (transferencias)
le ha permitido al país disponer de un ingreso nacional (ingreso nacional bruto)
muy por encima de su producto (PIB). Este excedente fue aumentando desde 8%
en 1990 hasta 14% en 1994, y desde entonces declinó gradualmente. De esta
manera, el consumo ha podido representar cerca de todo el producto y aún dejar
recursos para el ahorro (ahorro nacional bruto). Por otra parte, la absorción del
país (consumo + inversión) ha sido muy superior a su producción. En 1990, se
absorbió el 113% del producto, resultado de un consumo de 99% y una inversión
de 14%. La absorción fue aumentando hasta un máximo de 116% en 1995 y a
partir de ese año declinó ligeramente.
Cuadro 1.7
Cuenta de ingreso y producto nacional
(Coeficientes del PIB)
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Consumo 0.99 0.98 0.98 0.96 0.96 0.96 0.98 0.96 0.96
Inversión 0.14 0.15 0.19 0.19 0.20 0.20 0.15 0.15 0.17
Exp ortaciones 0.19 0.17 0.16 0.19 0.20 0.22 0.21 0.24 0.23
Importaciones 0.31 0.31 0.32 0.34 0.35 0.38 0.34 0.35 0.36
PIB 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00
Tra nsferencias más pnfx 0.09 0.15 0.17 0.16 0.17 0.16 0.13 0.13 0.13
Ingreso nacional bruto 1.05 1.10 1.13 1.13 1.14 1.14 1.11 1.11 1.12
Ahorro nacional bruto 0.05 0.12 0.16 0.17 0.19 0.17 0.13 0.15 0.16
Fuente: Cálculos propios con base en datos a precios corrientes de la Revista Trimestral, varios años. Banco
Central de Reserva.
5
A pesar del elevado déficit de exportaciones netas, el ahorro externo ha sido
relativamente bajo: de 4% en 1990 pasó a 1% en 1994, aunque luego creció
ligeramente. Esto ha sido posible porque como ya indicamos, las remesas y las
donaciones recibidas han permitido un elevado consumo y, a la vez, un ahorro
nacional creciente en la primera parte de la década, que ha permitido financiar la
mayor parte de toda la inversión.
El último aspecto que se observa en el cuadro anterior, que ha sido destacado por
varios autores28, es el bajo ahorro interno. El ahorro interno viene a representar el
esfuerzo de ahorro a partir de lo producido internamente; en contraste, el ahorro
nacional es el esfuerzo de ahorro a partir del ingreso nacional, el cual incluye las
remesas y donaciones. El esfuerzo interno representó solamente el 1% en 1990 y
gradualmente aumentó en los siguientes años a 4%. El bajo esfuerzo de ahorro
interno es la contrapartida natural de un exceso de consumo en relación a lo
producido. En el capítulo 3 se analiza con más detalle el tema del ahorro interno.
Finalmente, vale la pena destacar que a pesar de que el país ha contado con un
flujo neto de recursos externos en forma de transferencias unilaterales, el tamaño
del ahorro nacional ha sido bajo, aunque aumentó durante el quinquenio. La tasa
de ahorro nacional ha sido muy similar a su tasa histórica y a la tasa de ahorro de
los países latinoamericanos, exceptuando Chile.
28
Segovia (1995) y Rivera Campos (1994)
5
Gráfico 1.9
Evolución del Tipo de Cambio
1989−1998
10
0
1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
En 1989 existían tres precios para el tipo de cambio: el oficial, garantizado por el
Banco Central, el interbancario y el del mercado negro, con valores diferentes;
oficial estaba establecido en ¢5.00, el interbancario promedió el año ¢5.48 y en el
mercado negro se estableció en ¢5.96 en promedio. En septiembre, la última cifra
disponible en el mercado negro, muestra un tipo de cambio de ¢6.42. Lo
importante es destacar que la política cambiaria que se siguió y que consistió en
la aplicación de las medidas que antes se indicaron, llevaron a eliminar el
mercado negro y a provocar la convergencia de los tipos de cambio vigente.
Todavía en 1990 los tres tipos existentes diferían, siendo el establecido en las
recién inauguradas casas de cambio el más alto. La convergencia total ocurrió en
1991. A partir de allí prácticamente el tipo de cambio ha permanecido igual en los
tres mercados, como resultado de la política cambiaria.
5
anterior, el tipo de cambio flotó libremente, con poca intervención del Banco
Central, entre mediados de 1989 y finales de 1992 −en noviembre de 1992 el
tipo de cambio en las casas de cambio promedió ¢8.99 a la compra−, a partir de
1993, sin embargo, la política cambiaria optó por la intervención del Banco Central
para estabilizar el dólar en un precio relativamente fijo: ¢8.72 a la compra y ¢8.79 a
la venta.
¿Cuál fue la causa de este cambio de política? Parece ser que la respuesta está
en los recursos externos que fluyeron crecientemente al país. El cuadro siguiente
muestra el comportamiento de las remesas familiares entre 1989 y 1993 en
millones de dólares, en porcentaje de PIB y en tasa de crecimiento:
Cuadro 1.8
Evolución del flujo de remesas familiares
Porcentaje
Millones Porcentaje de
de US$ del PIB crecimiento
La evolución de las remesas familiares muestra que entre 1990 y 1992 se dio una
fuerte expansión del flujo que ingresó al país 29. En 1990 y 1991, por ejemplo, las
remesas crecieron 58% y 61%, respectivamente. Aún en 1992 las remesas
crecieron 32%, lo cual significa que en 1992 se recibió un monto de remesas de
más de 3 veces del de 1989, cuando la política cambiaria se diseñó. Mientras en
1989 las remesas representaban solamente el 4% del PIB, en 1992 habían
29
Es posible que la cifra de remesas familiares en los ochenta esté subestimada, debido tanto a los métodos
de medición como a la canalización de dólares hacia el mercado negro. La primera estimación de las
remesas familiares la realizó Segundo Montes a mediados de los ochenta
5
ascendido a 10%. Este flujo ampliado expandía el ingreso nacional precisamente
en 10% respecto al producto nacional. Indudablemente, este fenómeno llevó a
repensar la política cambiaria y finalmente a su modificación. En efecto, a partir de
1993 el Banco Central desarrolló una política cambiaria más intervencionista. La
participación del Banco se realizó ya no sólo para eliminar las especulaciones
coyunturales, sino para mantener el tipo de cambio fijo. El objetivo del BCR a
partir de entonces fue estabilizar el tipo de cambio nominal en un valor fijo: ¢8.75
en promedio; para lo cual, el Banco Central sale, desde entonces, a vender
dólares cuando existe una deficiencia de dólares en el mercado en relación con
su demanda y a comprar, en caso contrario.
Este cambio de política, sin embargo, obligó a renunciar a algunos objetivos que
se habían establecido al formular el plan económico de gobierno. En verdad, al
congelar el valor del dólar en un ambiente de mayor inflación que la internacional
se encarecieron las exportaciones salvadoreñas, con lo cual se volvieron menos
competitivas, en contradicción con la estrategia de crecimiento liderado por las
exportaciones planteada en la primera parte de la década,.
5
Gráfico 1.10
Evolución de la inflación
1989−1998
Porcentaje
25
20
15
10
0
1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Fuente: Banco Central de Reserva y Consejo Monetario Centroamericano.
El gráfico es elocuente por sí mismo. Hay varias cosas que se desprenden de él.
La primera, que la inflación en El Salvador durante los noventa siempre fue lo que
puede llamarse inflación moderada; la segunda, que desde 1989 existió una
tendencia de la inflación a converger hacia el nivel internacional, que se encuentra
promediando 2%. A estos dos resultados contribuyó el tipo de política cambiaria
que ha predominado en El Salvador desde 1993, pues exceptuando el período
que va de mediados de 1989 a finales de 1992 en que se dejó flotar el dólar, la
política cambiaria ha mantenido fijo el tipo de cambio. Lo que interesa destacar es
que el proceso de convergencia hacia la inflación de EEUU, aunque lento, alcanzó
su objetivo en 1997.
El otro aspecto importante acá es que desde 1993 hasta 1996, el anclaje del tipo
de cambio representó un deterioro de la capacidad competitiva de las
exportaciones, provocado por el exceso de la inflación doméstica respecto a la de
EEUU. No obstante, a partir de 1997, se nos planteó una nueva situación en la
5
cual desapareció la apreciación cambiaria, en la medida que la inflación
descendió al nivel internacional. Este es un logro importante que debe destacarse,
ya que a su éxito contribuyó el haber anclado el tipo de cambio.
Lo que este elevado déficit indica es que la capacidad exportadora del país no
está acorde con su demanda importadora; en otras palabras, el elevado déficit
externo muestra que la absorción del país se encuentra muy por encima de la
capacidad productiva del país30. A lo largo de estos años, la sociedad salvadoreña
ha estado absorbiendo consumo e inversión en cantidad mayor a la que produce,
lo cual significa que ha estado viviendo por encima de sus capacidades
30
La ecuación que da cuenta de esta afirmación es la siguiente: Y−A = X−M. Si las importaciones (M) son
superiores a las exportaciones (X), necesariamente la absorcion (A) excede al producto del país (Y). La
absorción se define como la suma del consumo y las inversiones privada y pública.
6
productivas. Esto se ha hecho a costa de mantener un déficit externo de igual
magnitud.
Cuadro 1.9
Evolución de la balanza comercial (Mercancias)
Millones de dólares
Exp ortac iones Importac iones Défic it Défic it1 % del PIB
1: Para el cálculo del PIB en dólares se han usado los siguientes tipos de
c ambio: 1991: ¢8.02; 1992: ¢8.37; 1993: ¢8.70; a partir de 1994: ¢8.75. (Ver
Revistas del Banco Central de Re serva)
Fue nte: Años 1989 y 1990: FMI (1995); Años 1991−1998: Consejo
M oneta rio Centroamericano (1998)
Ningún país puede permanecer en estas condiciones por mucho tiempo. El caso
de El Salvador es singular, pues las transferencias unilaterales 31 que ha estado
recibiendo le han permitido mantener esta situación sin enfrentar una crisis
externa de divisas. El Cuadro 1.10 muestra la evolución del déficit externo, de las
transferencias unilaterales y de la cuenta corriente32.
6
un máximo histórico de 12.5% en 1995 y luego también en 1998. Como resultado
de esa sustitución, el total de transferencias con que ha contado El Salvador
desde 1988 supera el 10% del PIB. Ha sido este flujo de transferencias el que le
ha permitido al país mantener déficit externos elevados −el déficit externo
se elevó hasta 18% en 1992−y no tener dificultades en la cuenta corriente. Como
se ve en el cuadro 1.10, el déficit en la cuenta corriente más alto ocurrió en 1989,
pero en general se ha mantenido abajo de 3%. En 1994, por ejemplo, el déficit
externo ascendió a 16.1% y la cuenta corriente casi cerró en equilibrio.
Cuadro 1.10
Evolución de la cuenta corriente
(Porcentaje del PIB)
Déficit externo 1
Tra nsf. Ofic. Tra nf. Priv. Déficit C.C. 2
6
Por otra parte, el control del déficit fiscal constituyó uno de los objetivos más
importantes del programa de estabilización en los noventa. Ciertamente, como ya
observamos al inicio de este capítulo, varias reformas se llevaron adelante en
términos de simplificación tributaria y fiscalización. El Cuadro 1.11 muestra la
evolución del ahorro corriente, del déficit fiscal antes de donaciones y del déficit
fiscal incluyendo donaciones.
El primer punto importante que destaca del Cuadro 1.11 es que después de un
descenso rápido del déficit en 1990, éste volvió a elevarse rápidamente, y en
1992 había vuelto al nivel de 1989. A partir de ese año el déficit comenzó
sistemáticamente a disminuir. A este resultado contribuyó el aumento del ahorro
corriente, el cual en 1995, por ejemplo, llegó a representar un poco más de 3
puntos porcentuales del PIB. El aumento del ahorro del Sector Público No
Financiero fue suficiente para provocar la reducción del déficit fiscal a partir de
1992, a pesar de la disminución rápida de las donaciones oficiales después de
firmados los acuerdos de paz en 1992.
Cuadro 1.11
Evolución de las cuentas del Sector Público No Financiero
(Porcentaje del PIB)
1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Impuestos 7.6 8.1 9.5 9.6 10.3 10.9 12.0 11.2 11.0 11.1
Gastos c orrientes 11.8 11.4 14.8 13.9 13.6 14.0 13.9 15.5 13.8 14.5
Inversión Fija 3.9 2.1 3.8 6.2 4.3 3.9 3.6 4.2 3.7 3.7
Ahorro corriente 1
−1.5 −0.3 −0.8 0.2 0.8 2.0 3.2 1.8 1.9 1.1
Déficit exc luyendo donac iones 2 5.8 2.5 4.9 6.5 3.6 2.0 0.9 2.6 2.0 2.1
Déficit incluyendo donaciones 2
4.2 0.4 2.8 4.6 1.6 0.6 0.1 2.5 1.8 2.0
Fuente: 1989−1990, FMI (1995); 1991−19998, calculados con base en Consejo Monetario Centroamericano (1998).
El aumento del ahorro corriente ocurrió como resultado del aumento de la carga
tributaria que entre 1989 y 1995 aumentó más de 4 puntos porcentuales, mientras
que el gasto corriente aumentó en el mismo período sólo un poco más de un
punto porcentual.
6
Llama la atención también el hecho que los gastos corrientes en lugar de
reducirse durante el período en que se aplicó el programa de estabilización, más
bien aumentaron y que en 1998 éstos fueran mayores, como porcentaje del PIB,
que en 1989. En efecto, mientras que en 1989 los gastos corrientes del gobierno
sólo representaban el 11.8% del PIB, en 1998 representaban el 14.5%. Aunque
los grandes aumentos de 1991 y 1996 se deben al pago de las salarios por los
decretos de retiros voluntarios de empleados públicos que se aplicaron en esos
años, los datos muestran que el gasto del sector público ha tenido la tendencia a
aumentar en relación con la producción interna de la economía, a pesar de que
uno de los más importantes objetivos del programa de reformas que se inició en
1989 fue reducir el tamaño del estado en la economía.
33
Esta disminución en la carga tributaria está asociada a la pérdida de crecimiento que experimentó la
economía a partir del segundo semestre de 1995.
6
que ascendió al 29%34. La pérdida de competitividad de las exportaciones
aparece, de esta manera, como el principal costo de la estabilización
macroeconómica. Asimismo, el esfuerzo excesivo por bajar la inflación al nivel
internacional ha provocado una intensa política de esterilización que ha
mantenido elevadas las tasas de interés nominales. Las altas tasas de interés que
se resisten a bajar a pesar de la disminución de la inflación, que ha significado
para la economía nacional altos costos reales de los recursos financieros, ha ido
ahogando la capacidad de crecimiento de la economía, al implicar costos mayores
para la producción. Así, el alto costo del crédito, y su efecto depresivo sobre la
inversión, aparece como el segundo costo de la estabilización macroeconómica35.
Conclusiones
34
Ver capítulo 2
35
Ver Capítulo 2
6
El programa de reformas económicas y la firma de los Acuerdos de Paz se dieron
en un contexto caracterizado por tres elementos: coincidencia de propósitos entre
el sector privado y la nueva administración gubernamental; reactivación de las
economías centroamericanas después de los conflictos políticos de la región; y
aumento del flujo de recursos externos, en forma de remesas familiares, que
facilitó el financiamiento externo de la economía.
Los logros del programa son mixtos. La flotación del tipo de cambio se abandonó
a finales de 1992 y se intensificó la intervención del Banco Central en el mercado
cambiario para estabilizar el tipo de cambio nominal. Este cambio de política, por
un lado, limitó el potencial de la estrategia de crecimiento liderado por las
exportaciones, debido a la pérdida de competitividad que provocó tal medida, y
por el otro, facilitó que la política monetaria fuera exitosa en disminuir la inflación
hasta alcanzar la tasa internacional en 1997, después de varios años de esfuerzo
antiinflacionario. El déficit fiscal, por su parte, tendió a disminuir en el primer
quinquenio, como resultado de la aplicación de las políticas de estabilización; no
obstante, desde 1996 los logros en materia fiscal se han revertido y hoy la
cuestión fiscal se ha convertido en el eslabón más frágil de la estabilidad
macroeconómica.
6
rápido crecimiento se hizo, en algunos casos, con elevados riesgos, que han
deteriorado la cartera de algunos bancos desde 1997. Por otra parte, aunque la
inflación ha disminuido, las tasas de interés real se han mantenido elevadas e
incluso aumentado, lo cual no contribuye a impulsar la inversión y el crecimiento.
6
Cuatro grandes temas se identifican en este capítulo que determinan la dinámica
actual de la economía salvadoreña. El primero es el mal holandés que provoca la
entrada de remesas familiares; el segundo, la baja tasa de ahorro de la economía
y el auge del consumo; el tercero, la sostenibilidad del crecimiento de la economía
y el desafío de la pobreza. A esos temas se dedican los siguientes capítulos.
6
APENDICE
No obstante que después de enero de 1990 el dólar se dejó flotar, en los meses
posteriores el BCR intervinó para evitar el ascenso observado, lo cual como indica
CENITEC36, provocó que FUSADES afirmara que "La recuperación económica no
tendría lugar a menos que el BCR intervenga en el mercado de divisas para
ordenar y suavizar la trayectoria del tipo de cambio a un nivel realista, no para
impedir que esto suceda"37. Esto a su vez obligó al BCR a informar que no
volvería a interrumpir la libre flotación de la divisa.
Este hecho es importante destacarlo porque muestra que el BCR desde temprano
ya se veía inducido no a regular las especulaciones sobre la moneda, sino a
intervenir en el mercado cambiario para evitar el ajuste del valor del dólar según el
juego de la oferta y la demanda de dólares. Finalmente, después del ascenso que
mostró el dólar entre julio y septiembre de 1992, cuando el dólar llegó a valer
cerca de ¢9.35, la política del BCR se definió por un anclaje del tipo de cambio en
36
CENITEC (1990)
37
FUSADES (1990)
6
¢8.75 por dólar, donde se ha mantenido hasta la fecha, interviniendo no para
modificar las fluctuaciones inespereadas del dólar, sino para mantenerlo anclado
en el valor indicado, ya como una estrategia antiinflacionaria.
En marzo de 1992 todos los tipos de interés habían sido liberalizados. El BCR
también estableció un tipo de interés uniforme para todos los créditos a corto
plazo, excepto para líneas a microempresas, sector agrario reformado y líneas de
crédito externas. En julio de 1992, se liberalizaron los tipos de interés para los
depósitos en moneda extranjera. Además, el BCR elevó gradualmente la tasa de
redescuento por arriba de la TIBP.
7
Con el establecimiento de la ventanilla de redescuento unificada (VRU) en marzo
de 1992, destinada a financiar actividades de corto plazo en el sector
agropecuario, el Banco Central de Reserva cesó de asignar cuotas crediticias por
actividad económica. Bajo esta nueva figura, a cada intermediario se le adjudica
un monto global−según su nivel de depósitos−a fin de permitir mayor autonomía
en la administración de fondos. Las operaciones de redescuento fueron
clausuradas en julio de 1994
7
2.3 La política crediticia
7
gravable se incrementó, eliminándose cerca del 40% de contribuyentes
asalariados. En cuarto lugar, una escala progresiva sobre el impuesto a
sociedades se reemplazó por una única tasa de 25% de ingresos en exceso de
¢75,000.00. En quinto lugar, se eliminó la doble tributación sobre beneficios,
mediante deducciones a dividendos. En sexto lugar, se instauró un sistema de
pagos mensuales−Para los trabajadores independientes, se estableció una tasa
de retención del 2%, en tanto que los ingresos de sociedades y profesionales se
gravan con una tasa del 1%.
Por el lado del gasto se eliminaron varias de las leyes de fomento fiscal y se
aplicó un programa de retiro voluntario en 1992. Este programa se repitió a finales
de 1995.
38
Esta sección está basada en Sorto (1992) y Liévano (1997)
7
En el segundo semestre de 1989 se evaluó el estado de la cartera de los bancos.
Las cartera D y E representaron el 37% de la cartera contabilizada y se
constituyeron reservas de saneamiento por un monto de 50% y 100%,
respectivamente. Con la aprobación de la Ley de Saneamiento y Fortalecimiento
de Bancos Comerciales y Asociaciones de Ahorro y Préstamo el 22 de noviembre,
se forzó nuevamente el incremento de las reservas de capital institucional hasta
alcanzar los ¢1700 millones. Con esta medida la posición patrimonial del sistema
pasó a −¢500 millones.
7
1. El techo límite de propiedad era 5% de las acciones
2. Los interesados en adquirir más del 1% debían ser calificados por la
Superintendencia
3. Los deudores clases D y E no podían adquirir acciones
4. El estado no podía tener participación en las acciones
5. Las ventas hasta por ¢100,000 se harían en forma directa a los empleados y
pequeños inversionistas y las mayores se venderían bajo subasta. La
modalidad de venta ofrecía 25% a los empleados y 25 % a los pequeños
inversionistas para adquisiciones no mayores de ¢100,000. Estas
acciones se reservaban por 60 días. El otro 50% se ofreció a los inversionistas
de más de ¢100,000
39
Liévano (1997)
7
2.6 La reforma comercial
7
1. El 10 de marzo de 1989 por decreto legislativo No. 189 se promulgó la Ley de
Fomento y Garantía de la Inversión Extranjera con los siguientes beneficios:
2.8 Desregulación
7
CAPITULO 2
MAL HOLANDÉS Y POLÍTICA
ECONÓMICA
6
Asimismo, como se argumenta en este capítulo, los logros antiinflacionarios se
han transformado en una presión hacia el alza sobre la tasa de interés real, lo
cual ha sido percibido como freno para el proceso de inversión privada.
6
Mientras la característica más marcada de América Latina en los ochenta fue la
ausencia de flujos de capitales externos hacia la región, como resultado de la
crisis de la deuda internacional que se desató después de 1982, en El Salvador,
su sector externo, en esa década, estuvo determinado por la masiva entrada de
donaciones oficiales; y cuando llegaron los noventa y en América Latina se revirtió
la situación de la década anterior y los flujos de capital financiero comenzaron a
fluir fuertemente hacia la región, en El Salvador los flujos de remesas familiares
sustituyeron rápidamente, y con creces, la disminución de las donaciones
oficiales.
40
El modelo de las dos brechas, que es una buena representación del funcionamiento de las economías en
desarrollo, muestra que estos países típicamente se enfrentan a dos brechas que limitan su crecimiento: la
brecha externa y la brecha de ahorro−inversión.
6
el debilitamiento de su capacidad de exportar y, últimamente, el alto costo de los
recursos financieros para la inversión. Estos hechos se han reflejado en dos
indicadores del sector externo: el déficit de la cuenta corriente y el déficit de la
cuenta comercial. El bajo nivel del primero muestra la ausencia de una restricción
externa para el país e indica que El Salvador se encuentra en condiciones
financieras externas saludables. El elevado nivel del segundo, por el contrario,
típico de la economía desde mediados de la década pasada, indica que El
Salvador no tiene la capacidad productiva de mantener su propia demanda de
bienes y servicios externos para conservar el nivel de bienestar actual de su
población. Esta dualidad contradictoria marca el funcionamiento de la economía
salvadoreña actual: fragilidad productiva−solvencia financiera.
Los aspectos más notables del sector externo en los noventa son el elevado nivel
de las importaciones, por un lado, y la pérdida de importancia de las
exportaciones, por el otro. Ciertamente, en 1996, por ejemplo, las importaciones
de mercancías representaron el 23.5% del PIB, mientras que las exportaciones
representaron solamente el 9.9%. Las cifras indicadas muestran que la diferencia
6
entre las exportaciones e importaciones produjo en ese año un déficit de la
balanza de mercancías de 13.6%, una cifra que habría sumergido a cualquier
economía en una profunda crisis de balanza de pagos. Este no es el caso de El
Salvador, sin embargo, lo cual motiva a indagar no sólo la razones del déficit
mencionado, sino también las de este comportamiento atípico.
7
Gráfico 2.1
Evolución de las exportaciones e importaciones de mercancias
(Millones de U$ dólares)
4,500 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
4,000
3,500
3,000
2,500
2,000
1,500
1,000
500
Exportaciones Importaciones
Fuente: Istmo Centroameric ano: serieshistóric as macroec onómicas, CEPAL, 1998.
7
alcanzando $2,500 millones en 1998
Por su parte, las importaciones también se contraen en los primeros dos años de
la década pasada y luego tienden a estancarse en un nivel que se mantiene hasta
1988. Se puede decir que la tendencia dominante de las importaciones en la
década pasada fue el estancamiento. Este comportamiento de las importaciones
7
junto con el decaímiento de las exportaciones condujo a un deterioro cada vez
mayor de la balanza de mercancías −la diferencia entre las exportaciones y
las importaciones−. En efecto, durante el primer quinquenio de la década
pasada la diferencia entre ambas variables, como muestra el gráfico, fue pequeña;
sin embargo, a partir de 1985 la brecha entre ambas comienza a ampliarse
progresivamente hasta alcanzar el máximo déficit comercial de esa década en
1989.
Así, pues, las causas del déficit de la balanza comercial que actualmente
experimenta la economía salvadoreña pueden trazarse perfectamente hasta
principios de la década pasada. Mientras que en los ochenta el déficit comercial
externo fue provocado por el agudo deterioro de las exportaciones de mercancías,
en los noventa la ampliación de la brecha se debió a la rápida recuperación de las
importaciones y al debil crecimiento de las exportaciones.
7
totales medidas en millones de dólares se redujeron a la mitad durante la década,
lo cual se explica mayormente por la reducción de las exportaciones tradicionales,
aunque las no tradicionales también contribuyeron significativamente a esta
pérdida de exportaciones.
Gráfico 2.2
Evolución de los componentes de las exportaciones
(Millones de US dólares)
7
1,600
1,400
1,200
1,000
800
600
400
200
0
1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
No TradicionalesTradicionales
Fuente: CEPAL, Op. c it
El Cuadro 2.2 muestra la evolución de los rubros indicados durante los ochenta.
Indudablemente, la gravedad del sector exportador en esos años queda reflejada
en ese cuadro. La pérdida del valor de las exportaciones de café es la más grave
de todas. A finales de la década, El Salvador había perdido el 62.8% de su
capacidad de generar dólares para la economía salvadoreña. Es en estos años
que el café dejó de ser el principal proveedor de divisas para el país41.
Cuadro 2.1
Evolución de las exportaciones principales en la década pasada
(Millones de dólares)
41
Aun hoy las ventas de café se encuentran muy por debajo de los niveles que tradicionalmente
experimentaba en los setenta, a pesar de los altos precios internacionales del grano. En 1996, por ejemplo,
las ventas de café apenas alcanzaron la cifra de $332 millones, el mayor nivel de la presente década.
7
Rubros
Café Algodón MCCA
Varios son los factores que determinaron el pobre desenvolvimiento del sector
exportador: la apreciación del tipo de cambio real, que hizo perder competitividad
a las exportaciones, la caída de los precios de los productos tradicionales que
deterioró los términos de intercambio, la crisis institucional de las
nacionalizaciones y reforma agraria, que cambiaron las reglas del juego
económico, y las crisis políticas del país y de la región centroamericana que
crearon inestabilidad para la inversión salvadoreña, la primera, y que desplomó la
demanda de sus productos desde Centroamérica, la segunda. Esta multiplicidad
de factores constituyeron las causas del deterioro exportador de la década
pasada. La crisis política interna, sin embargo, fue el detonante principal del
derrumbe exportador.
El Cuadro 2.2 muestra la evolución del tipo de cambio real en los ochenta en
relación con Estados Unidos, Guatemala y Costa Rica. El tipo de cambio real
ajustado por las exportaciones en relación con los tres países mencionados se
apreció significativamente durante la década. En relación con Estados Unidos, el
TCR se apreció 40%; la apreciación en relación con Guatemala fue 60% y en
relación con Costa Rica, 72%. El comportamiento del tipo de cambio real respecto
a Guatemala se explica principalmente por la política de devaluación que mantuvo
aquel país desde 1986, y respecto a Costa Rica por la política cambiaria agresiva
7
de devaluaciones −la moneda costarricense se devaluó de 9.24 colones por
dólar en 1980 hasta 81.51 en 1989.
7
Cuadro 2.2
Evolución del tipo de cambio en la década pasada
En relación con la evolución del precio del café, exceptuando 1986 en que el
precio promedio por quintal aumentó hasta $186, la tendencia dominante durante
la década fue de caída42 −en 1980 el precio promedio fue $153.7 y
cayó gradualmente primero hasta $134.2 en 1985 y después hasta $111.0 43 en
1989. Aunque los precios del café evolucionaron desfavorablemente durante los
ochenta, el deterioro del precio del café fue más dramático en los primeros 4 años
de la siguiente década en que el precio por quintal llegó a caer hasta $55.6 en
1992.
42
La evolución negativa de los precios afectó el desenvolvimiento de las exportaciones de café en
Guatemala, por ejemplo, donde se redujeron entre 1980 y 1989 en un 19%, lo cual es mucho menor que el
59% en El Salvador. En Costa Rica, por el contrario, las exportaciones aumentaron 15% entre esos años.
Los datos provienen de CEPAL, op. cit.
43
The World Bank, op. cit.
7
En el siguiente cuadro se ilustra el deterioro de la producción nacional y el
estancamiento en Centro América en los años ochenta.
Cuadro 2.3
Evolución de la producción en El Salvador y Centro América
(Precios constantes)1
Fue nte: Los datos de El Sa lvador provienen de The World Ba nk, op. Cit; los datos de
Centro América, de CEPAL, op. cit.
7
Con la evidencia presentada hasta acá, quizas puede afirmarse que la crisis de
las exportaciones salvadoreñas se gestó en la década pasada, y se originó
principalmente en el conflicto social del país y en la crisis que experimentaron los
países de la región centroamericana. Innegablemente, la fuerte apreciación de la
moneda en términos reales en relación con los socios comerciales
centroamericanos, deterioró adicionalmente la capacidad competitiva de las
exportaciones salvadoreñas a la región y al resto del mundo, y agudizó el
decaímiento exportador del país.
44
El rol que las donaciones oficiales jugaron en el país durante los años ochenta se encuentra en Rosa
(1991)
45
Las características de esta estrategia se presentaron en las primeras secciones del capítulo anterior.
8
El regreso a la normalidad política después del final del conflicto armado, provocó
expectativas de progreso en los agentes económico y eliminó la represión del
consumo de los años de la guerra, impulsando una fuerte demanda de bienes de
inversión y de consumo, nacionales e importados. La ampliación de la demanda
encontró gran parte de su financiamiento en un flujo crecido de dólares que
entraba al país como remesas familiares y que comenzó a ser intermediado de
manera más eficiente por un sector bancario privatizado, el cual introdujo un
conjunto ampliado de nuevos instrumentos financieros para el consumo, a la vez
que la apertura de la economía puso a la disposición de los consumidores un
menú ampliado de productos importados46.
De 1990 a 1996 las exportaciones excluyendo maquila bajaron de 12.2% del PIB
a 9.9%, en una tendencia de disminución continua, y subieron ligeramente hasta
10.4% en 1998. Ya en 1992 las exportaciones constituían únicamente el 10% del
PIB y desde entonces no han recuperado una posición más importante dentro del
46
Esta interpretación se fundamenta y evidencia en el capítulo 3
8
producto. Este hecho muestra con claridad que el crecimiento liderado por las
exportaciones, promovido a finales de la década pasada como reacción al
derrumbe de las exportaciones de aquella década, lejos de recuperar la
importancia de las exportaciones para la economía, ha conducido, por el
contrario, a un mayor deterioro de ellas.
8
Gráfico 2.3
Exportaciones e importaciones
(Porcentaje del PIB)
35
30
25
20
15
10
0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Fuente: Elaboración propia con base Importaciones sin Maquila
en datos del Banco Central de Exportaciones sin Maquila
Reserva. Maquila Neto
8
Cuadro 2.4
Evolución de las exportaciones
(Millones de dólares)
Tota les 588.1 597.4 742.0 818.9 1,005.4 1,024.3 1,359.1 1,230.1
Tra dicionales 272.1 217.2 295.7 324.0 425.8 414.5 603.6 420.2
Café 219.5 151.2 235.4 270.9 361.9 339.0 517.8 323.5
No Tra dicionales 316.0 380.2 446.3 494.9 579.6 609.8 755.5 809.9
MCCA 193.7 257.2 310.2 343.1 426.7 454.8 576.1 590.0
Re sto del Mundo 122.3 123.0 136.1 151.8 152.9 155.0 179.4 219.9
FUENTE: Banco Central de Reserva de El Sa lvador. Programa Monetario y Fina nc iero, dic iembre 1998.
Por su parte, las cifras de exportación muestran que la capacidad del país para
exportar al resto del mundo no ha cambiado de manera significativa desde 1989,
en que se definió la estrategia de llevar adelante un crecimiento liderado por las
exportaciones. En los años comprendidos entre 1991 y 1998 las exportaciones al
resto del mundo solamente han crecido a una tasa promedio de 8%.
47
Hasta 1993 la evolución del precio internacional del café fue desfavorable para la economía nacional.
48
A finales de 1999, los precios del café han vuelto a elevarse.
8
Cabe destacar, asimismo, que la expansión de las exportaciones al MCCA
tuvieron un efecto multiplicador importante hacia adentro, que explica en parte el
crecimiento económico que experimentó la economía durante el primer
quinquenio de los noventa, y que determinó la recuperación del dinamismo
industrial, cuyo mercado exportador se encuentra mayormente en la región.
Ciertamente, las exportaciones a la región es el único componente que aumentó
su participación en el PIB en la presente década: de 3.6% en 1991 pasó a 4.3%
en 1996.
8
Gráfico 2.4
Composición de las importaciones de bienes
199 199
1 8
B. Consumo
B. Capital Diversos
26.5% B. Consumo
23.0% B. Capital 1.1% 29.9%
26.6%
6.1%
Construcción
5.8%
Combustible
9.7% Combustible
2.8%
M. Primas e Int.
34.7% M. Primas e Int.
33.8%
Fuente: Consejo Monetario Centroameric ano (1998).
La Gráfica 2.5 muestra que durante el primer quinquenio casi la mitad de las
importaciones de bienes de capital se dirigió al transporte, en donde está incluido
la importación de vehículos, buses y microbuses. La participación de ese rubro
aumentó en tres puntos porcentuales durante el período analizado. El otro rubro
que aumentó durante el primer quinquenio fue la importación de bienes de capital
del sector construcción que aumentó dos puntos porcentuales. Este resultado es
compatible con el dinamismo que experimentó el sector construcción durante ese
primer quinquenio. Ese análisis más detallado de las cifras indica que la
importación de bienes de capital se orientó fuertemente a vehículos y equuipos de
8
construcción de casas y edificios, más que a bienes de capital en el sentido
estricto del término de bienes para la producción de más bienes industriales y
agrícolas. En consecuencia, esta característica más bien reforzó el auge de
consumo señalado.
Gráfico 2.5
Estructura de las importaciones de bienes de capital
1991 1998
Agricultura Agricultura
3.4% Industria 3.1%
Industria
Otros 27.6% Otros
19.4% 28.9%
19.6%
Construcción
3.6%
Construcción
9.5%
Transporte Transporte
46.1% 38.9%
8
En suma, las importaciones se expandieron significativamente durante los
noventa, después del estancamiento en que cayeron durante la década pasada.
Este crecimiento fue mucho mayor que el que experimentaron las exportaciones.
La expansión de las importaciones estuvo determinada, en buena parte, por el
dinamismo que experimentaron el consumo, la construcción y el transporte. El
resultado es importante, pues muestra las características que adoptó el
crecimiento de la economía en la presente década.
8
Cuadro 2.5
Evolución de la Balanza de Pagos
(Porcentaje del PIB)
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Exportaciones de bienes (FOB) 13.81 13.56 13.36 14.88 15.45 17.39 17.27 21.55 20.66
Export. de bienes (FOB) sin maquila 12.13 11.07 10.03 10.69 10.13 10.58 9.89 12.12 10.64
Importaciones de bienes (CIF) 27.58 28.36 27.79 30.91 31.83 35.04 31.10 33.35 33.38
Importación de bienes (CIF) sin maquila 26.30 26.47 28.52 27.74 27.85 30.06 25.79 26.52 26.22
Balanza Comercial −13.77 −14.81 −14.43 −16.04 −16.38 −17.65 −13.83 −11.80 −12.72
Balanza Comercial sin maquila −14.17 −15.40 −18.49 −16.23 −17.72 −19.48 −15.90 −14.40 −15.58
Servicios Netos −0.48 0.40 0.25 −0.19 0.27 0.27 0.09 0.50 −0.69
Transferencias Netas 11.84 13.58 15.69 15.04 15.89 14.63 12.11 12.16 12.72
Privadas 7.19 10.22 11.89 11.87 12.38 12.58 11.52 11.67 12.45
Oficiales 4.65 3.36 3.80 3.18 3.51 2.05 0.59 0.49 0.26
Cuenta Corriente −2.80 −2.22 −2.54 −1.18 −0.22 −2.75 −1.62 0.86 −0.70
Cuenta Corriente (Excl. trans. ofic.) −7.45 −5.58 −6.35 −4.36 −3.74 −4.80 −2.22 0.36 −0.96
Cuenta de Capital 4.71 1.24 3.55 3.62 1.99 4.30 3.22 2.38 3.25
Capital Oficial 0.02 0.55 2.71 2.03 2.19 1.30 2.36 1.96 −0.18
Capital Bancario −0.01 −1.60 −0.60 −0.19 −0.38 2.98 0.50 1.44 −0.46
Capital Privado 1/ 4.70 2.29 1.44 1.79 0.19 0.02 0.36 −1.02 3.89
Saldo Balanza de Pagos 1.91 −0.98 1.00 2.44 1.77 1.54 1.59 3.23 2.55
8
Un déficit de este nivel y su evolución son indicadores claros de que, por un lado,
la competitividad externa del país es muy baja y de que durante los noventa no ha
sido posible revertir el deterioro experimentado en los ochenta. Como ya
indicamos antes, en los últimos veinte años El Salvador ha experimentado una
pérdida de 18 puntos porcentuales en su tasa de exportación. Por otro lado, es un
indicador preciso de que los salvadoreños estamos viviendo por arriba de
nuestras capacidades productivas. En efecto, cualquier déficit de la balanza
comercial indica que los salvadoreños estamos absorbiendo, por la vía del
consumo y de la inversión, más de lo que producimos dentro de nuestras
fronteras. El hecho de que en 1998 el déficit de la balanza comercial de bienes y
servicios haya ascendido a 13.4% indica que los salvadoreños absorbimos 13.4%
más de lo que produjimos en ese año49.
¿Cuáles son los mensajes que se pueden derivar de los resultados en la balanza
comercial y de la cuenta corriente? El bajo déficit de la cuenta corriente durante
los noventa indica que financieramente la economía salvadoreña se encuentra en
49
Si la suma del consumo y la inversión es mayor que el PIB, se absorbe más de lo que se produce.
9
condiciones viables, y que no hay necesidad de grandes cantidades de ahorro
externo, y, en consecuencia, de mayor endeudamiento externo, para continuar
operando en la forma en que lo ha hecho hasta ahora. El elevado déficit de la
balanza comercial, por su parte, nos dice que la economía no posee la capacidad
productiva para sostener el nivel de importaciones que realiza y, por lo tanto, para
mantener el nivel de bienestar que hasta ahora ha tenido la sociedad, al margen
de las remesas familiares. Son dos mensajes distintos, uno es de naturaleza
financiera, el otro, de naturaleza productiva.
9
Cuadro 2.5 también muestra que el Banco Central ha ido acumulando
progresivamente reservas internacionales −en 1990 el monto de reservas
del BCR representó el 8.3% del PIB, en 1998 ese monto representó el 14.9%−.
Esta situación de mantener elevados déficit comerciales, relativamente baja deuda
externa y aún así acumular reservas internacionales en el BCR, es posible por el
intenso flujo permanente de remesas familiares.
Una de las repercusiones de los intentos por dolarizar la economía fue la rápida
pérdida de reservas internacionales del sector privado después del segundo
trimestre de ese año. Con el objeto de acumular reservas internacionales que les
permitiera alcanzar el nivel mínimo técnico para poner en marcha la dolarización
durante el primer trimestre, el Banco Central había eliminado el encaje legal para
los préstamos en dólares que los bancos privados podían adquirir para colocarlos
en colones en el mercado doméstico. El efecto de esta medida fue un rápido
endeudamiento de la banca privada en dólares a corto plazo, con lo cual se
9
provocó una notoria pérdida de reservas internacionales privadas. El sector
privado pasó de ser poseedor de activos internacionales netos por un equivalente
a 1.5% del PIB, a ser un poseedor de pasivos internacionales netos equivalentes
a un 2.0% del PIB. Las consecuencias de este experimento provocó el abandono
de la medida y la puesta en vigencia nuevamente del encaje legal para los
depósitos en dólares.
9
fuertemente liquidez. En efecto, mientras que en diciembre de 1994 el saldo de
Certificados de Administración Monetaria ascendía a ¢1,200 millones, en julio el
monto había aumentado hasta ¢3,000 millones50; es decir, casi se había triplicado.
Pero la medida no fue suficiente para eliminar el problema del rápido crecimiento
del crédito, y a partir de agosto de ese año, el Banco Central adoptó aumentos del
encaje legal de los depósitos del sector público. Ciertamente, la tasa de encaje
legal de los depósitos de ahorro se elevó de 20% a 35% y la de los depósitos en
cuenta corriente de 30% a 35%. Se estableció que ambas tasas aumentarían
gradualmente en un punto porcentual semanal hasta alcanzar las metas
establecidas51.
50
Programa Monetario y Financiero 1998. Boletín Económico, enero−febrero 1998, No. 115, año 10. Banco
Central de Reserva
51
También se adoptaron límites a los depósitos de las instituciones autónomas en los bancos y financieras,
en la forma de techos porcentuales que se podían depositar en cada banco.
9
lectura apropiada de ese episodio muestra que el ajuste fue una necesidad
posterior de una permisividad anterior de la política monetaria.
El Gráfico 2.6 muestra tres momentos importantes de ajuste del tipo de cambio
nominal: el primero ocurrió casi al inicio de la nueva administración
gubernamental, en septiembre de 1989, en que el tipo de cambio pasó de ¢5.0
por dólar a ¢6.38, ajuste que representó una depreciación de 28%; el segundo
ocurrió en el primer trimestre del siguiente año cuando el tipo de cambio se movió
de ¢6.50 a finales de diciembre hasta ¢7.76 a finales de marzo, equivalente a una
depreciación del 19%; y el tercero, que sucedió entre finales del segundo
trimestre y principios del cuarto trimestre de 1992, al pasar el tipo de cambio de
¢8.18 en junio hasta 8.92 en noviembre, produciéndose una depreciación de
9.0%. Luego de este último episodio de depreciación cambiaria, el BCR acentuó
su intevención en el mercado para estabilizar el tipo de cambio en ¢8.72 por dólar,
lo cual fue logrado de manera definitiva a partir de principios de 1993.
9
evitar los movimiento bruscos y especulativos del mercado cambiario, el tipo de
cambio nunca tendió a apreciarse en términos nominales, es decir, a disminuir el
valor en colones del dólar. Este punto es de la mayor relevancia porque muestra
que la decisión de anclar el tipo de cambio nominal provino, no de una presión
apreciátiva que resultaba de la entrada de dólares, sino más bien de motivos de
otra naturaleza. En este estudio se mantiene la hipótesis que la razón
fundamental de este cambio de política fue la prioridad que se le dio en el Banco
Central al objetivo de disminuir la inflación52.
Gráfico 2.6
Evolución del tipo de cambio
(Colones por US dólar)
10
4
E A J O E A J O E A J O E A J O E A J O E A J O E A J O E A J O E A J O E A J O E A J
198 199 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999
9 0
Fuente: Ba nco Central de Resreva .
52
En una economía abierta una manera de reducir la inflación se logra a través de fijar el tipo de cambio, lo
cual se conoce como anclaje del tipo de cambio nominal. De esta manera la inflación interna de un país
tiende hacia la inflación internacional. Vease al respecto Rivera Campos (1996).
9
anclar la moneda respecto al dólar en 1993. Recordemos que cuando se eleva la
demanda de dólares, paralelamente aparece una demanda de colones para la
adquisición de esos dólares. En otras palabra, el mercado cambiario está
estrechamente ligado al mercado monetario, y, por lo tanto, al mercado de bonos.
El siguiente cuadro muestra lo que ocurrió en el mercado de CEM en 1992.
Cuadro 2.6
Saldo de Certificados de Estabilización Monetaria en 1992
(Millones de colones en CEM)
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
Tota l 677 713 1,057 800 1,025 750 587 466 223 147 31 341
9
mismo período es el de la fuga de dólares que ocurrió en lo que se conoció como
el escándalo de FOMIEXPORT.
El Cuadro 2.7 muestra la evolución del tipo de cambio efectivo real entre 1990 y
1997. La característica principal es la caída del tipo de cambio efectivo real a lo
largo de los noventa: desde un índice de 100 al inicio de la década cayó
9
continuamente hasta llegar a 71.8 en 1997. La otra característica de esa
evolución es la aceleración de la caída después de 1993, año en que, como ya se
señaló, se ancló el tipo de cambio nominal en cerca de ¢8.75.
Cuadro 2.7
Evolución del Tipo de Cambio en la década pasada
Nominal 6.85 8.02 8.36 8.7 8.73 8.75 8.76 8.75 8.75
Efe ctivo Rea l 100.00 94.65 88.25 80.82 79.46 74.12 70.58 69.12 67.84
El tipo de cambio rea l está c alc ulado en relación con sus princ ipales soc ios comerciales. Año base
de c ompa rac ión 1990.
Fue nte: Banco Centra l de Re se rva.
9
¿Por qué se pierde competitividad por la vía cambiaria? Este es un resultado muy
bien documentado en la literatura económica y en la experiencia salvadoreña.
Siempre que hay un flujo externo importante de dólares a cualquier economía, ya
sea como resultado del auge de algún sector exportador, como ocurrió en
Holanda en los años sesenta con el descubrimiento de yacimientos de gas, o en
Inglaterra cuando descubrió petróleo en el Mar del Norte, o ya sea por la entrada
de recursos como las remesas familiares en el caso de El Salvador, ocurre un
encarecimiento de la moneda nacional en relación con las monedas
internacionales, provocando perdida de competitividad de los otros sectores
productivos exportables del país en cuestión, deprimiendo su capacidad
exportadora. Esto es lo que ocurrió con las exportaciones industriales de Holanda
e Inglaterra en las épocas indicadas, y lo que ha ocurrido con las exportaciones
salvadoreñas en los noventa. A este fenómeno de decaímiento exportador, como
resultado de la entrada masiva de recursos externos, se le conoce como mal
holandés.
53
En el Apéndice se presenta un modelo de mal holandés que es la base de la interpretación de esta
sección.
1
pueden provocar inflación. El efecto inflacionario como ya se indicó en la sección
anterior hace perder competitividad a las exportaciones de El Salvador, al
volverlas más caras en relación con los mismos productos de la competencia
internacional. El deterioro de las exportaciones del país como resultado de ese
flujo extraordinario de dólares se conoce como mal holandés.
1
conocido como déficit cuasi fiscal. Esta descripción es lo fundamental de la
política monetaria que el Banco Central ha estado aplicando desde 1993, fecha
en que fijó el tipo de cambio.
Así, pues, con esta operación complicada que realiza el BCR, logra al mismo
tiempo mantener fijo el tipo de cambio y evitar la inflación, pero presiona la tasa
de interés hacia arriba. Esto último porque para hacer renunciar a las personas de
la liquidez (el exceso de colones en circulación) que debe retirar, y que él mismo
ha inyectado, debe ofrecerles una remuneración atractiva mediante una tasa de
interés alta competitiva respecto a la que los poseedores de dinero pueden
encontrar en otras colocaciones: depósitos en cuenta corriente, depósitos de
ahorro, a plazo, entre otros. Esto significa que la colocación recurrente de
certificados por parte del BCR presiona la tasa de interés hacia arriba.
1
inflación se ha llevado a niveles incluso más bajos que los internacioneles, todo el
ajuste provocado por la entrada de remesas se ha realizado a través de la tasa de
interés real, encareciendo los recursos financieros para la inversión.
El punto central que se debe tener claro es que el ajuste se realiza de cualquier
manera, porque el flujo de remesas provoca un exceso de dólares en la economía
que debe salir de la circulación doméstica. En el caso que el ajuste se haga por
medio de una apreciación del colón o del aumento de la inflación, el exceso de
dólares sale de regreso hacia la economía mundial, porque tanto la apreciación
del colón como el aumento de la inflación abaratan las importaciones, con lo cual
se crea una balanza comercial deficitaria. Cuando ninguno de estos dos
mecanismos se deja actuar, por ejemplo manteniendo fijo el tipo de cambio, como
ha ocurrido en El Salvador desde 1993, y combatiendo la inflación, como se ha
intensificado en los últimos tres años, el único mecanismo que queda para realizar
el ajuste es la tasa de interés real. En este caso, el exceso de dólares sale de la
circulación doméstica pasando a manos del Banco Central, quien finalmente los
deposita en su cartera internacional. En esta captación de dólares, como ya se
describió antes, el Banco Central inyecta liquidez en colones, que luego la retira
por medio de la colocación de certificados, con lo cual presiona la tasa de interés
hacia arriba.
Los gráficos 2.7 y 2.8 muestran las evoluciones de la inflación y las tasas de
interés real ocurridas entre enero de 1995 y diciembre de 1997. Los gráficos
muestran que existe un intercambio compensado (trade off) entre las variables: en
los períodos en que la inflación ha disminuido la tasa de interés real ha
aumentado y cuando la inflación ha crecido la tasa de interés real ha caído. Por
ejemplo, durante 1995, mientras la inflación se elevó desde 7.5% en enero de
1
1995 hasta el 12% a finales del año, la tasa de interés pasiva real descendió
desde 6% en enero hasta 4.6% en diciembre, y la tasa de interés activa real
disminuyó de 10.7% hasta 8.6% en el mismo período; y cuando entre enero y
diciembre de 1997, la inflación disminuyó de 8% a 1.9%, las tasas de interés real
pasiva y activa aumentaron de 4.2% a 10.8% y de 9.1% a 13.8%,
respectivamente. Este comportamiento inverso entre inflación y tasa de interés
real ha continuado en los siguientes años.
Gráfico 2.7
Inflación y tasa de interés pasiva real
(enero de 1995 − septiembre de 1999)
Porc enta je
14.0
13.0
12.0
TIBP Rea l
11.0
10.0
9.0
8.0
7.0
6.0
5.0
4.0
3.0
2.0 Inflación
1.0
0.0
−1.
0
−2.
0 EF M A M J J A S O N D E F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S
1995 1996
1997 1998 1999
Fuente: Calculado con ba se a Ba nco Central de Resre va.
1
El modelo muestra que la tasa de inflación y la tasa de interés real están
directamente asociadas al flujo de remesas familiares y a las metas de política
monetaria que establece el Banco Central de Reserva. Habiendo establecido una
política de estabilidad nominal del tipo de cambio, y fijado la meta de inflación, la
tasa de interés real se convierte en la variable de ajuste del gasto. En el modelo
se muestra que la tasa de interés real pasa a ser una variable endógena que
depende del crecimiento del flujo de remesas familiares y de la meta inflacionaria.
Esta relación se entiende de la siguiente manera: dada una meta inflacionaria,
entre más rápidamente crecen las remesas familiares, más alta será la tasa de
interés real; esto significa que debido a que la política monetaria se ha diseñado y
aplicado para alcanzar una cierta meta de inflación, entre más remesas entren, la
tasa de interés real tendrá que ser más alta para eliminar el exceso de gasto. Por
otro lado, dado un cierto crecimiento de las remesas familiares, entre más
restrictiva sea la política monetaria para alcanzar una meta de inflación más baja,
mayor será la tasa de interés real. Esto es así, porque entre más baja es la meta
de inflación, más dinero debe esterilizar el Banco Central y, en consecuencia, más
alta debe ser la tasa de interés real para hacer efectiva esta esterilización.
Gráfico 2.8
Inflación y tasa de interés activa real
(enero de 1995 − septiembre de 1999)
1
Porc enta je
18.0
17.0
16.0
15.0
14.0 TIBA Rea l
13.0
12.0
11.0
10.0
9.0
8.0
7.0
6.0
5.0
4.0
3.0
2.0 Inflación
1.0
0.0
−1.0
−2.0
EF M A M J J A S O N D E F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S
Del modelo se desprende también que entre más abierta es la economía, los
efectos mencionados se dan en menor magnitud. Esto ocurre así, porque a
medida que la economía se vuelve más abierta la competencia entre los
productos domésticos y los importados se hace mayor, lo cual limita la inflación y
hace menos intensa la necesidad de esterilizar liquidez, con lo cual la presión
hacia el alza de la tasa de interés real se reduce.
1
competencia internacional. La conveniencia de una u otra alternativa dependerá
de la valoración social relativa del proteccionismo y de la estabilidad de precios y
de tasa de interés real.
La relación anterior también muestra que una economía con un flujo de remesas
familiares como el que experimenta la economía salvadoreña, requiere un grado
de apertura económica mayor o, en caso contrario, tendrá que aceptarse una
inflación y/o una tasa de interés real más alta que las que habrían si no existiera
dicho flujo.
1
Resumiendo las ideas desarrolladas hasta acá, se puede decir que la economía
tiene mecanismos automáticos para ajustar el gasto a la producción nacional.
Cuando hay un flujo de remesas familiares, como ocurre en El Salvador, el gasto
se ajusta redireccionándose el exceso hacia el exterior, mediante la apreciación
del tipo de cambio nominal; cuando la política cambiaria fija el tipo de cambio
nominal, el ajuste recae sobre la inflación; pero cuando la política monetaria es
antiinflacionaria, el exceso de gasto sólo se puede ajustar congelándolo a través
de una mayor tasa de interés real. Esto último es lo que ha ocurrido en los últimos
tres años en El Salvador.
única
54
El efecto Fisher afirma que la tasa nominal de interés cambia proporcionalmente con la tasa de inflación;
es decir, un aumento de uno porciento en la inflación aumentará uno porciento la tasa de interés nominal y
viceversa. Este resultado depende de que la inflación no altere la tasa de interés real. Ver Mankiw, Gregory
(1992)
1
variable de ajuste que queda libre, lo cual indica que la tasa de interés real no es
independiente de la inflación, como el efecto Fisher asume.
La dificultad del pago de la deuda internacional es que las remesas familiares que
llegan al país son privadas y, por lo tanto, el gobierno no puede disponer de ellas.
La única forma de hacerlo sería aumentando el ahorro corriente del gobierno, con
lo cual podría adquirir los dólares en el mercado local para pagar su deuda
internacional. Aumentar el ahorro corriente, aunque deseable por ésta y otras
razones, no es una tarea facil −al final se reduce a aumentar los
impuestos, a reducir el gasto corriente o a aumentar la eficiencia operativa, todas
las cuales han mostrado una gran inercia durante los años noventa, a pesar de los
objetivos explícitos en las políticas públicas de modificarlos en las direcciones
indicadas.
1
remesas familiares, en vez de salir del país de manera improductiva, al destinarse
al consumo importado, como es el caso actual, tienen un fin productivo. Las
experiencias de las inversiones recientes en hoteles y bancos en Centro América
son indicativas de la posibilidad de impulsar esta opción.
Mientras el Banco Central continúe con la política de estabilidad nominal del tipo
de cambio y una política de mantener la inflación al nivel internacional, la tasa de
interés real se mantendrá alta, en tanto las remesas familiares continúen
creciendo, pero desaparecerá la apreciación real de la moneda. Por el otro lado,
si la política monetaria se fija una meta de inflación menos estricta por encima de
la inflación internacional, la tasa de interés real será menor, pero el exceso de
inflación creará cierta apreciación real de la moneda.
Si, por el contrario, se sigue una política de mantener baja la tasa de interés real,
ya sea permitiendo mayor inflación o una apreciación nominal de la moneda, por
ejemplo flexibilizando el tipo de cambio, si la reducción de la tasa de interés es
suficientemente fuerte para incidir positivamente sobre las decisiones de
1
inversión, el crecimiento de la economía podría verse favorecido; no obstante, la
capacidad de competir de las exportaciones continuaría deteriorándose.
1
APÉNDICE
MAL HOLANDÉS Y TASA DE INTERÉS REAL
I El modelo
El modelo anterior, sin embargo, asumía una política acomodaticia de parte del
Banco Central, de tal forma que no intervenía esterilizando la liquidez en moneda
doméstica resultante de la entrada de dólares en forma de remesas. Este
supuesto de política monetaria permitía que todo el efecto de la entrada de las
remesas se tradujera en aumento de inflación interna. Pero en la práctica el
Banco Central ha tenido una política monetaria más activa en el sentido de hacer
compatible sus intervenciones en el mercado monetario con sus objetivos de
55
Este modelo a su vez era una adaptación de Benjamin, Devarajan and Weiner (1989)
1
reducir la inflación. En este sentido la política del Banco Central ha tenido un
componente fuerte de esterilización monetaria, con lo cual los efectos de la
entrada de remesas llegan más alla de la apreciación real para incidir
directamente en las tasas de interés.
Al igual que en Rivera Campos (1996) el modelo describe una economía en que
se producen dos bienes, uno para consumo doméstico y otro para exportación. Se
simplifica el análisis asumiendo que no hay gobierno ni inversión. Esta
carácteristica de la economía se expresa en la siguiente ecuación:
1) Y = C + X
1
2) eF PY PC PmIM
El ingreso proveniente de las remesas familiares está expresado por eF, donde e
es el tipo de cambio nominal expresado en colones por dólar y F el monto de
remesas en dólares; PY es el ingreso que se obtiene de la producción nacional,
es decir de lo que se produce en bienes de consumo y en bienes de exportación,
donde P es el precio de dichos bienes. El lado izquierdo de la ecuación 2, pues,
representa el total de ingresos de esta economía, y su lado derecho, representa
cómo se gasta el ingreso total: PC es el gasto en bienes de consumo y PmIM es
el gasto en importaciones, donde Pm es el precio de las importaciones e IM el
total de importaciones.
El bien doméstico para el consumo compite con el bien importado con base en el
precio relativo de ambos bienes; y la demanda del bien exportado, de igual
manera, depende de su precio comparado con el precio de los bienes
internacionales. Las dos ecuaciones que dan cuenta de estas demandas son:
c pM
3) IM k
p
X Xo P
4) Pm
La ecuación 3 muestra que entre más alto es el precio de los bienes importados
(Pm) en relación con los domésticos (P), mayor será el consumo de los bienes
domésticos y en caso contrario mayor será la demanda de importaciones. La
elasticidad de este efecto está dada por s: entre mayor es esta elasticidad mayor
será el efecto de la sustitución de consumo doméstico por importado ante un
cambio en los precios relativos. Nótese que entre más abierta es una economía
esta elásticidad será mayor, pues la competencia entre los bienes domésticos y
1
los importados aumenta y la sustitución que los consumidores pueden hacer entre
estos dos tipos de bienes se intensifica ante una variación de sus precios.
La parte monetaria del modelo está constituida por la ecuación cuantitativa del
dinero:
5) Mv PY
La primera extensión del modelo que aparece en Rivera Campos (1996) consiste
en introducir una ecuación para la meta inflacionaria: se asume que el Banco
Central establece anualmente una meta de inflación en relación con la inflación
internacional, cuyo cumplimiento es monitoreado a lo largo del año. La meta se
puede describir con la siguiente ecuación:
m
6)
1
relación con la inflación internacional ( m), como una fracción o un múltiplo de
esta última (?). Si, por ejemplo, ??es igual a la unidad, significa que la meta del
Banco Central es igualar la inflación internacional 56; si es mayor que la unidad,
significa que la meta inflacionaria es terminar el año con u na inflación superior a la
internacional. Es importante notar que entre más agresiva es la meta inflacionaria
en relación con la inflación internacional, menor será este coeficiente.
P*Y
7) M =
*
Dada una meta inflacionaria, el nivel de precios de fin de año (P*) está
determinado y la meta del nivel de dinero al final del año queda definida por la
ecuación 7. Posteriormente se expresará la meta monetaria en términos de una
tasa de crecimiento.
56
Este fue el caso durante 1997 en que la inflación terminó en 1.9%, muy cerca de la tasa internacional.
1
Para completar el modelo, entonces, hay que introducir las ecuaciones del
mercado de bonos en que se transan los Certificados de Administración
Monetaria del Banco Central. Este mercado queda especificado por tres
ecuaciones: una ecuación de demanda de bonos, una de oferta bonos y otra de
equilibrio de oferta y demanda.
0 1r
8) Bd =
9 Bs =
g
m
g *m M0
1
entrada de remesas. La intuición que se encuentra detrás de la ecuación 9 es la
siguiente: la entrada de remesas familiares obliga al Banco Central a
monetizarlas, es decir, a inyectar moneda doméstica al mercado para poder
mantener el tipo de cambio sin variación; el dinero crece, entonces, a la tasa g m.
Por otro lado, el Banco Central desea alcanzar una meta inflacionaria que le
obliga a establecer una meta de crecimiento del dinero g m*. El exceso de
crecimiento del dinero viene dado por la diferencia entre ambas tasas. La cantidad
de dinero que hay que esterilizar mediante la venta de bonos (Bs) resulta de
multiplicar el exceso de tasas por la cantidad de dinero al inicio del año (M0).
10) Bd= B
inflación (), el crecimento del dinero (g m), la variación del tipo de cambio real (e r) y
la tasa de crecimiento de las exportaciones (), en el caso de que el Banco Central
no interviniera para esterilizar el exceso de liquidez que resulta de la entrada de
remesas. Estas soluciones son las mismas que se obtuvieron en Rivera Campos
(1996):
m 1
i)
ii) e 1
r m
iii) er
iv)
gm m
+
1
1
donde er es la tasa de variación del tipo de cambio real, , el crecimiento de las
1å
ç ó 11 è
å
1å
ç ó 1 1
v) = è
å
donde , , , y son respectivamente la elasticidad de las exportaciones a
1
en términos reales, es decir, a apreciarse, en la medida que el crecimiento de las
remesas excede a la inflación internacional, pues en este caso er se hace
negativo; y que, concomitante con ese resultado en el tipo de cambio real, el
crecimiento de las exportaciones se vuelve negativo (ecuación iii). Por último, la
ecuación iv) indica, como consecuencia de la ecuación cuantitativa58, que el
crecimiento del dinero estará determinado por los mismos factores que producen
el crecimiento de los precios, es decir, el flujo de remesas y la inflación
internacional.
58
La ecuación cuantitativa, ecuación 5, permite ver que dado que la velocidad de circulación (v) es constante
y que si el dinero M se expresa como coeficiente del PIB, el crecimiento del dinero resulta igual al
crecimietno de los precios, es decir, a la inflación.
1
La solución completa se encuentra por etapas. En primer lugar, la meta de
crecimiento monetario establecida por el Banco se deriva de las ecuaciones 6 y 7.
La ecuación 7 permite ver que la meta de crecimietno del dinero deberá ser igual
a la meta inflacionaria, y la ecuación 6, que esta última depende de la inflación
internacional y de la política antiinflacionaria,
vi) g m
*m
gm −g 1 −
vii) m
*m −
1
que es mayor el crecimiento de las remesas familiares ( ) y a medida que la
1
inflación internacional es menor. Asimismo, entre más ambiciosa es la meta
1
parte, aquélla disminuye con una mayor inflación internacional y con un mayor
grado de apertura de la economía.
b −0
ix) 1 r
0 m0 m
r − − 1− 0
1 1
x) 1
La solución del modelo para la tasa de interés real muestra que entre más crecen
las remesas familiares ( ) mayor es la tasa de interés real ( r ) de la economía,
manteniéndose todos los demás parámetros constantes. Esto significa que para
una meta inflacionaria dada () y un grado de apertura de la economía (), entre
1
más crecen las remesas familiares mayo r será la tasa de interés real. La intuición
de este resultado va de la siguiente manera: una mayor entrada de remesas
familiares obliga al Banco Central a adquirir el exceso de dólares que fluyen a la
economía para mantener el tipo de cambio sin variación, como resultado de lo
cual, dada una meta inflacionaria, debe esterilizar mayor cantidad de liquidez.
Para lograr este objetivo el Banco Central se ve forzado a ofrecer un mayor
rendimiento a fin de que los tenedores de liquidez se vean atraídos a adquirir los
bonos adicionales. Este proceso finaliza en una tasa de interés real más alta para
la economía. Nótese que lo que importa en este caso es una tasa de crecimiento
de las remesas por encima del crecimiento del PIB, pues las variables están
expresadas como coeficientes de esta última variable.
Esta reacción de la tasa de interés real ante la política de esterilización tiene una
explicación en el modelo en términos equivalentes de ahorro y tasa de interés
real. En realidad cuando el Banco Central aplica su política de esterilización
comprando los dólares y luego colocando Certificados, está impulsando a los
ciudadanos a que limiten su gasto y aumenten su ahorro, el cual servirá para
acumular reservas internacionales por parte del Banco Central y utilizarlas como
inversión financiera en el exterior, ganando una tasa de interés. Obviamente,
entre más se esteriliza más esfuerzo equivalente de ahorro se demanda de la
sociedad y, consecuentemente, le debe corresponder una tasa de interés real
más alta.
1
economía que el Banco Central debe esterilizar, un aumento del esfuerzo
antiinflacionario requiere un menor crecimiento de la cantidad de dinero y por lo
tanto se crea un exceso aún mayor de liquidez que el inicial, con lo cual la
esterilización monetaria aumenta y la mayor colocación de bonos requiere mayor
rendimiento real para los tenedores de liquidez.
1
iv) Inflación internacional y tasa de interés real
Gráfico A.1.1
1
Tasa de interés real y remesas familiares
r
r2
r1
m
Una mayor apertura de la economía tiene dos efectos que influyen de manera
distinta sobre la tasa de interés. Por un lado aumenta el intercepto, con lo cual
desplaza la curva hacia arriba, pero por el otro disminuye la pendiente de la curva.
El efecto de una mayor apertura sobre la tasa de interés real dependerá, como se
explicó antes, de cuál de los dos efectos individuales es superior.
1
Una inflación internacional más baja se traduce en un mayor intercepto y, por lo
tanto, actúa elevando la tasa de interés real para una tasa de crecimiento de las
remesas dada.
Es importante también mostrar las soluciones que se obtienen del modelo con
política de esterilización en la apreciación real de la moneda y en el crecimiento
de las exportaciones. Las soluciones de estas variables en ausencia de políticas
de esterilización se presentaron como ecuaciones ii) y iii). En ellas se observaba
que en aquel caso surge una apreciación real de la moneda y una disminución del
crecimiento de las exportaciones (el mal holandés en su forma tradicional). En el
caso de una política de esterilización activa las soluciones de estas dos variables
son las siguientes:
xi) er = 1 −
xii)
x er
La ecuación xi) indica que la variación del tipo de cambio real depende de la meta
antiinflacionaria, f, la cual normalmente no será inferior a la unidad. Mientras la
meta se mantenga por encima de la unidad, el efecto de las entradas de remesas
será una apreciación real de la moneda, pues como muestra la ecuación, si > 1,
la variación del tipo de cambio real, er, será negativa. En ese caso, como muestra
la ecuación xii se daría un decrecimiento de las exportaciones, pues e r < 0. En el
caso extremo en que la meta inflacionaria se fije al nivel de la inflación
internacional como ocurrió durante 1997, f se hace igual a la unidad y todo el
efecto del mal holandés desaparece de las exportaciones, pues, e r = 0, y = 0; es
decir, cuando la meta inflacionaria se fija al nivel internacional, desaparece la
apreciación real de la moneda y el efecto negativo sobre el crecimiento de las
exportaciones, pero como vimos antes todo el efecto se concentra en la tasa de
interés real.
1
El modelo muestra que los efectos negativos del mal holandés sobre la economía
no desaparecen por la política monetaria, solamente se trasladan a otra variable:
en caso de ausencia de esterilización el mal holandés se manifiesta en la
apreciación real de la moneda y en la pérdida de competitividad de las
exportaciones; en el caso de esterilización extrema, el mal holandés se traslada
completamente a la tasa de interés real en perjuicio de los costos reales para la
inversión y el crecimiento. El modelo muestra, pues, que la política monetaria
dispara un intercambio entre apreciación real de la moneda, por un lado, y la
elevación de la tasa de interés real, por el otro.
1
CAPITULO 3
UN CRECIMIENTO LIDERADO
POR EL CONSUMO
Después de la firma de los Acuerdos de Paz, el entorno económico del país se vio
beneficiado por un espíritu de bonanza económica, que impulsó fuertemente la
inversión privada en el país. Los espíritus animales de los empresarios, como
diría John Keynes, resurgieron en esos años, luego de más de una década de
estar ausentes por la inseguridad e incertidumbre de los años ochenta que
provocó el conflicto armado. La inversión en los tres años que siguieron a la firma
de la paz ascendió en promedio a 17.5%, en contraste con los bajos niveles de la
década anterior y de los años del segundo quinquenio de la presente década. El
efecto de este renacer inversionista sobre la economía nacional fue notable, pues
en esos años la economía creció en promedio cerca de 6.5% anual, un
crecimiento sobresaliente comparado con los años previos y los años posteriores.
1
3.1 El auge del consumo en los noventa
1
Gráfico 3.1
Crecimiento del consumo privado y el PIB
Porcenta je
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999*
1
Lo importante es destacar que entre 1992 y 1995 el consumo privado estuvo
expandiéndose rápidamente y que ese proceso tuvo un impacto significativo en el
crecimiento de la economía como un todo y en el tipo de crecimiento.
Indudablemente, el fuerte crecimiento de la demanda de consumo aumentó el
empleo y la producción de este tipo de bienes, lo cual a su vez, como un
multiplicador keynesiano, se expandió a los demás sectores de la economía,
creando más empleo y producción. Por otra parte, un tipo de crecimiento cuyo
estímulo principal lo obtiene del consumo, es proclive a ciclos cortos de auge y
declinación, pues la capacidad de los agentes económicos de absorber cada vez
más bienes de consumo tiene límite.
Gráfico 3.2
Importaciones de bienes de consumo
Millones de dólares
1,000
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999*
1
se ofrecía, una gran parte de los cuales era importado. También la renovación del
parque vehicular que posibilitó el crecimiento de las distribuidoras de vehículos,
facilitando la adquisición de automóviles nuevos (ver Recuadro 3.1), extendiendo
los plazos de endeudamiento para reducir las letras mensuales, junto con el auge
de la adquisición de viviendas nuevas, son otros indicadores de la realidad del
auge del consumo de esos años. El auge de la demanda de viviendas y su
agotamiento se encuentran descritos en el Capítulo 1
1
RECUADRO 3.1
1
Gráfico del Recuadro 3.1 Evolución del parque vehícular
(miles de vehículos)
500
391.7
400
323.8
100
0
1980 1990 1992 1993 1994 1995 1996
Fuente : Toma do de Esta do de la Nación en desa rrollo humano, 199,9
Los cuatro años, pues, que transcurrieron de 1992 a 1995 observaron una fuerte
expansión, tanto del consumo agregado del sector privado como del consumo
importado de bienes finales y de bienes duraderos. Como el gráfico mismo
muestra, el consumo importado después de 1995 se congeló en el primer año y
luego reanudo su crecimiento, pero a una marcha más lenta que en los años
anteriores. El sostén principal del crecimiento de la economía en esos años, pues,
fue el auge experimentado por la demanda de consumo.
1
porcentuales, compuesto por un aumento de 9 puntos en el ahorro privado y 3
puntos del ahorro público −hasta 1991 el sector público fue un
desahorrador neto−. Como resultado del creciente ahorro nacional, impulsado
por los crecientes ahorros público y privado, y del menor crecimiento de la
inversión59, el ahorro externo fue disminuyendo rápidamente, manteniéndose en
niveles inferiores a 3% después de 1992.
Cuadro 3.1
Evolución del ahorro
(Como % del PIB1)
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999*
Ahorro nacional 5.2 11.8 15.5 17.1 18.7 17.5 13.2 15.3 15.8 15.3
Privado 5.5 12.6 15.3 16.3 15.0 14.3 11.3 13.4 14.8 15.3
Público −0.3 −0.8 0.2 0.8 3.7 3.2 1.9 1.9 1.0 0.0
Ahorro externo 6.6 3.6 3.0 1.5 1.0 2.6 2.0 −0.4 0.8 1.8
¿Qué explica el auge del consumo y el aumento del ahorro? Hay varios factores
que confluyeron para impulsar un fuerte consumo en los noventa. El análisis que
sigue a continuación se apoya en el modelo que aparece en el Apéndice de este
capítulo. Lo que sigue es un resumen de algunas de las características
resultantes de ese modelo.
59
El ahorro externo es la diferencia entre el ahorro nacional y la inversión. Constituye el ahorro que se
requiere del resto del mundo para financiar la parte no financiada de la inversión con ahorros nacionales.
Esta variable es una medida del desequilibrio del sector externo.
1
no las reciben. Partiendo de esta estructuración, el modelo recoge dos hechos
característicos del funcionamiento de la economía salvadoreña: elevación del
ahorro y auge de consumo. El modelo facilita la interpretación de los
comportamientos observados de estas dos variables en la presente década.
El modelo muestra que como porcentaje del PIB ambas variables tienden a
aumentar al elevarse las remesas familiares. En otras palabras, el aumento de
remesas a la vez que contribuye a elevar el ahorro para financiar la inversión,
también contribuye a impulsar un auge de consumo. El modelo también muestra
la importancia de la valoración subjetiva que los individuos hacen del consumo
actual en relación con el consumo futuro 60, es decir, qué tanto es más importante
para el individuo el consumo actual que el consumo futuro. Cualquier factor
externo que altere subjetivamente esa valoración que los individuos hacen de los
consumos futuro y presente puede alterar su decisión de asignación de su ingreso
en consumo y ahorro. En este sentido, un auge del consumo puede ser el efecto
de un cambio subjetivo de los consumidores. Un resultado interesante que
aparece en el modelo en cuestión es el hecho que los individuos que reciben
remesas familiares destinan más al consumo cuando tienen la expectativa de que
el flujo de remesas lo continuarán recibiendo en el futuro, y menos cuando lo
perciben como un ingreso adicional de corta duración 61. Esto significa que las
remesas familiares se traducen mayormente en aumento de consumo que en
ahorro, cuando los individuos que reciben remesas familiares ven este flujo como
uno permanente y no como uno temporal, ya sea porque tienen la expectativa de
que esos ingresos continuarán llegándoles a El Salvador por largo tiempo, o
porque después de estarlos recibiendo durante un tiempo se han formado la
60
Esta valoración subjetiva del consumo presente en relación con el consumo futuro se conoce en la jerga
económica como la tasa intertemporal de preferencias de los consumidores. Entre más alta es esta tasa, la
valoración futura disminuye y el consumo presente tiende a aumentar y viceversa. Esto explica que aunque
no aumente el ingreso de una persona su consumo puede aumentar como resultado de un aumento de esta
tasa subjetiva.
61
Este resultado es consistente con la teoría del ingreso permanente, que indica que cuando un aumento de
ingreso es temporal se dedica una gran parte al ahorro y, en consecuencia, el consumo casi no varía; por el
contrario, cuando el aumento es permanente el gasto destinado al consumo aumenta en igual medida que el
ingreso, y el ahorro casi no varía.
1
expectativa de que emigrarán a los Estados Unidos, en donde continuarán
recibiendo ese nivel de ingresos por su trabajo en aquél país.
En resumen, el auge del consumo puede haber sido causado por cualquiera de
los siguientes factores: el aumento de la tasa subjetiva de preferencia
intertemporal de los consumidores entre consumo presente y futuro; el aumento
del flujo de remesas familiares que además impulsa el ahorro; y la percepción de
los receptores de que el flujo de remesas es un aumento permanente de sus
ingresos.
1
Desde 1992, la inversión privada como proporción del PIB fue aumentando en
promedio un punto porcentual hasta alcanzar el máximo de 17% en 1995. No
existen datos oficiales sobre el destino de estas inversiones, pero es natural
suponer que se dirigieron a los sectores que tuvieron más auge en esos años, y
entre ellos destaca el comercio y la construcción, como indicamos en un capítulo
anterior, ambos relacionados con el consumo.
RECUADRO 3.2
max u( c1 ) + k−1 u( c2
) sujeto a:
1
c1 + s1 = w1
c2 = ( 1 + r1 ) s1
1
favorecer la austeridad presente y el ahorro; mientras que una persona con una
tasa alta favorece el consumo presente en detrimento del ahorro.
Una de las reformas económicas de esta década más rápidamente aplicadas fue
la apertura de la economía a la competencia de las importaciones. La descripción
de esta reforma se encuentra detallada en el Capítulo 1 y en su Apéndice.
1
A la altura de 1992, el menú de opciones para los consumidores se había
ampliado enormemente en comparación con la década anterior. Los centros
comerciales comenzaron a construirse a una velocidad que no se había visto
anteriormente y sus estantes y los de los supermercados se abarrotaron de
productos sofisticados importados. La competencia para la industria local se
intensificó. La política cambiaria, por su parte, que ancló el tipo de cambio nominal
después de 1992 y la mayor inflación doméstica en relación con la de nuestro
principal suplidor de productos importados, Estados Unidos, volvió estos
productos cada vez más atractivos para los consumidores.
Hay dos canales a través de los que la apertura de la economía y la amplición del
menú de productos disponible para los consumidores pudo haber influido en el
auge del consumo. El primero, la mayor disposición de productos pudo haber
provocado un cambio en la tasa intertemporal de preferencias, aumentando el
consumo presente; es decir, los consumidores pudieron haberse visto impulsados
a valorar más el consumo presente al encontrarse con una gama más sofisticada
de productos y a todos los beneficios colaterales que los centros comerciales y
supermercados modernos le traían a los consumidores, por ejemplo, el disfrutar
de un paseo familiar en un centro comercial moderno, una práctica bastante
observada en nuestro país.
1
la estrategia de 1995 de eliminar completamente los aranceles a las
importaciones, como se describió en el Capítulo 1. Lo importante para este
análisis es la percepción que tenían los agentes económicos cuando la apertura
comercial recién se había iniciado.
Por medio de los dos mecanismos que hemos indicado antes, la apertura de la
economía pudo terminar impulsando el deseo de los individuos de elevar su
consumo presente, por la ampliación del menú de opciones de consumo que
impulsó una rápida modernización comercial en ese período y por la credibilidad
incompleta de la reforma misma creada en los agentes económicos. El primer
mecanismo operando a través de la mayor valoración del consumo presente; el
segundo, transmitiendo su efecto sobre el consumo a través de elevar el precio
esperado de las importaciones futuras. Dos mecanismos de transmisión distintos.
1
El auge del consumo ocurrió en el primer quinquenio de los noventa,
particularmente después de la firma de los Acuerdos de Paz. Este es
precisamente el período en que el crecimiento de las remesas fue extraordinario.
En 1990 y 1991 las remesas crecieron en promedio casi 60% en cada año, con lo
cual más que se duplicaron en esos dos años; todavía en 1992 el crecimiento fue
de 32%. Como resultado, en los cuatro años que van de 1990 a 1993, las
remesas familiares casi se cuadruplicaron, y como porcentaje del PIB se elevaron
dos veces y media. Desde finales de 1992 han representado un ingreso al país no
menor del 10% de todo su producto interno bruto, lo cual ha expandido
considerablemente la capacidad de consumir y de ahorrar del país.
La forma en que las remesas familiares pueden impulsar un auge del consumo,
sin embargo, no es simple, pues las decisiones de consumo y ahorro son
tomadas por individuos que tratan de elevar su bienestar con estas decisiones. El
modelo que se presenta en el Apéndice ayuda a entender el comportamiento del
consumo y del ahorro en El Salvador en los años noventa. Es una versión de la
teoría del ingreso permanente adaptada al caso de ingreso por remesas
familiares.
1
características. Su expectativa implica que el flujo de remesas se ha convertido
para él en un ingreso permanente, lo cual le permite cambiar su programa de
gasto en consumo y ahorro en favor del primero. La razón fundamental es que si
espera recibir el ingreso adicional por remesas en el futuro, ya no necesita ahorrar
tanto frente a la incertidumbre del futuro. Esta reprogramación de gasto en
consumo y ahorro se acopla al más alto nivel de vida esperado, resultante de sus
expectativas de ingresos por remesas más permanentes.
Una hipótesis plausible para explicar el efecto que las remesa familiares tuvieron
en la elevación del consumo y en el crecimiento de ahorro es que los receptores
han tendido a formarse expectativas de que sus ingresos por remesas familiares
serán permanentes. Lo que es importante es que el fenómeno de la emigración
de salvadoreños, principalemente hacia Estados Unidos, ha conformado en los
familiares que han permanecido en El Salvador la expectativa de una mejora
permanente de sus ingresos. Esta hipótesis puede justificarse de dos maneras: la
primera, la más directa, que cada individuo receptor de remesas se haya formado
la expectativa de que ese flujo continuará por mucho tiempo, y, en ese sentido, el
flujo de remesas ha elevado su nivel del ingreso permanente; la segunda, la más
indirecta, que algunos individuos se hayan formado la expectativa que en el futuro
cercano continuarán recibiendo el ingreso por remesas y que en el futuro más
mediato también ellos emigrarán y que al final terminarán ganando tanto como el
familiar que actualmente se encuentra en Estados Unidos. En este último caso
también el nivel de ingreso permanente ha experimentado un alza. El punto a
destacar es que cuando el individuo tiene expectativas de continuar recibiendo
ingresos por remesas, su ahorro será menor y su consumo mayor que cuando no
tiene esas expectativas. Las remesas familiares, pues, impulsaron el gasto en
consumo de los salvadoreños, y lo impulsaron más en la medida en que se fueron
formando expectativas de que ese ingreso adicional continuaría llegando en el
futuro.
1
porcentaje del producto aumenta tanto por el aumento de las remesas corrientes,
como por el aumento de las remesas esperadas en el futuro. Al mismo tiempo se
muestra que el ahorro nacional como porcentaje del producto aumenta por el
aumento de las remesas corrientes, pero disminuye por el aumento esperado del
ingreso futuro de remesas.
Los datos que hemos presentado sobre el ahorro muestran que el ahorro interno
de la economía cayó fuertemente en los noventa. Este hecho ha llamado la
atención de algunos analistas y que han mostrado su preocupación por tal
tendencia. El ahorro interno se ha definido como el esfuerzo de ahorro que se
hace a partir solamente de lo producido internamente, sin tomar en cuenta las
remesas familiares, y se calcula restando las remesas familiares al ahorro
nacional.
1
Las remesas familiares, pues, son uno de los factores que incidió en el auge de
consumo experimentado en los noventa; el modelo mostrado en el Apéndice sirve
de marco lógico para entender la manera en que este proceso se llevó a cabo.
62
Los datos utilizados para calcular esta tasa son los reportados en las revistas trimestrales del Banco
Central de Reserva bajo la categoría de Establecimientos Financieros y Seguros
1
Gráfico 3.3
Evolución de los agregados monetarios
(millones de colones)
60,000
50,000
40,000
30,000
20,000
10,000
0
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999*
* Proyección: Programa Monetario y Financiero, versión julio de 1999.
M1
Fuente: Banco Central de Reserva M2 M3
1
Gráfico 3.4
Crecimiento del dinero
Porcentajes
50
40
30
20
10
0
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999*
M2Inflación (Variación dic. a dic.)M2/ PIB
1
Gráfico 3.5
Estructura del ahorro financiero
(Porcentaje)
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
A la vistaDe ahorroA Plazos
Fuente: Elaboración propia con cifras del Banco Central de Reserva
Cuadro 3.2
Evolución del crédito de bancos y financieras a las empresas privadas
(Porcentaje)
Ta sa de
crecimiento 37.0 20.7 28.2 32.2 14.4 19.2 11.7
Fuente: Calculado con base a datosde la Revista del Ba nco Central de Reserva ,
variosaños.
Hasta 1995 el crédito de los bancos y las financieras a las empresas se mantuvo
creciendo a tasas muy superiores a las que se muestran después de ese año.
1
Obsérvese, por ejemplo, que en 1995 el crédito aumentó en 32%, mientras que el
dinero, M", sólo créció 13% (ver Gráfico 3.4). Como bien señala la teoría
monetaria, en un régimen de tipo de cambio fijo, cuando el crédito crece por
encima de la demanda de dinero, las reservas internacionales netas se reducen
(ver Recuadro 3.3); esto es lo que se observó a finales del primer quinquenio
−entre 1991 y 1995 las reservas internacionales netas de los bancos y
financieras pasó de un saldo positivo de $48 millones a un saldo negativo de
$263 millones−. Este saldo negativo se mantuvo con ligeras variaciones
alrededor de −$200 millones durante el segundo quinquenio. Lo que es
importante señalar es que la expansión del crédito constituyó, en gran parte, el
combustible que hizo viable el auge del consumo que se experimentó en esos
años. La expansión del crédito tomó fuerza en esos años, tanto por la política
crediticia del Banco Central como por el dinamismo que experimentó el sistema
financiero después de la privatización. Como veremos más adelante, este episodio
que menguó a partir de mediados de 1995, tuvo implicaciones para el resto de la
década en la medida en que el crecimiento desmedido del crédito dejó al sector
privado altamente endeudado con poca capacidad de demanda y a la banca
nacional con una cartera con alto potencial de volverse irrecuperable. Lo primero
se tradujo en un traslado de activos extraordinarios hacia los bancos, provenientes
de las empresas y de los individuos endeudados con la banca sin capacidad de
pagar, y, lo segundo, en una cartera en deterioro progresivo que incrementó la
mora bancaria un poco arriba de 7% a finales de 1999.
RECUADRO 3.3
El tipo de cambio fijo establece los límites de lo que la política monetaria puede
y no puede hacer. En un régimen de tipo de cambio fijo la autoridad
1
(BCR) tiene que garantizar el cambio de la moneda al valor establecido con
anterioridad; en el caso de El Salvador, este cambio se ha establecido en ¢8.72
por US$ a la compra y ¢8.79 por US$ a la venta. Para poder garantizar este nivel
de cambio, la autoridad monetaria debe estar lista a vender o comprar dólares
cada vez que haya un exceso de demanda u oferta de dólares en el mercado. Lo
anterior significa que la autoridad monetaria estará inyectando o extrayendo
colones a la economía para poder mantener el tipo de cambio fijo. La oferta de
dinero, es decir, la liquidez en el mercado, entonces, varía según haya exceso de
demanda o de oferta de dólares por parte de los agentes económicos
(consumidores y productores) y estos excesos no dependen de la voluntad de la
autoridad monetaria, sino de como se está comportando la actividad económica.
En otras palabras, la autoridad monetaria no puede controlar la oferta de dinero
de la economía.
Esto quiere decir que el BCR en concreto no puede decidir por sí solo cuanta
oferta de colones habrá en la economía. La conclusión anterior es importante
mantenerla presente, pues indica que en aras de mantener el tipo de cambio fijo,
la política monetaria tiene que sacrificar el control del dinero. Lo contrario ocurre
en un régimen de tipo de cambio flotante. Veamos cuáles son las implicaciones
de esta situación de tipo de cambio fijo.
1
vendiendo dólares a cambio de colones, con lo cual la expansión inicial en
colones que había iniciado el BCR queda eliminada gradualmente. El resultado
final, entonces, es que aunque el BCR intentó ampliar la liquidez de la economía,
el esfuerzo se frustró, pues gradualmente la liquidez volvió al nivel deseado por
los agentes económicos. Sin embargo, aunque la liquidez volvió a su nivel inicial,
durante el proceso descrito una cantidad en dólares equivalentes a la expansión
en colones se fue del país.
1
Las ideas anteriores se pueden resumir identificando tres períodos en la
evolución monetaria de los últimos tres años. En 1993 el crédito se expandió en
correspondencia con la expansión de la demanda de dinero, con lo cual las
reservas internacionales mantuvieron un comportamiento estable y acorde con
las necesidades de sostenibilidad de un régimen de tipo de cambio fijo. Durante
la mayor parte de 1994, esta correspondencia se rompió por la expansión
excesiva del crédito, impactando negativamente en el crecimiento de las reservas
internacionales. Aquí se marcó un comportamiento no acorde con las
necesidades de un régimen de tipo de cambio fijo. Sin embargo, la variable que
requería ajuste era una variable sobre la cual las autoridades monetarias pueden
ejercer considerable control, el crédito. Durante 1995, la no correspondencia en
cuestión se agravó por la disminución acelerada de la tasa de crecimiento de la
demanda de dinero, con lo cual las reservas internacionales llegaron incluso a
decrecer. La demanda de dinero, sin embargo, no es controlable por la política
monetaria, lo cual exige un freno más drástico a la expansión del crédito.
1
Gráfico del Recuadro 3.3 Sistema Bancario (Variación anual)
Porcentajes
60
40
30
20
10
RIN M2
0
−10
III III IV III III IV III III IV III III IV III III IV III III IV III III IV
1993199419951996199719981999
Fuente: Elaborado por FUSADES con base en información semanal sobre la liquidez de la economía; v
1
público. Se argumentó que esta última medida evitaría la presión hacia arriba en
la tasa de interés, que provocaba la capacidad de negociación por mayores tasas
de interés de las instituciones públicas por los elevados montos de sus depósitos
en los bancos y financieras.
3,000 8
2,500
6
2,000
1,500 4
1,000
2
500
0 0
E M M J S N E M M J S N E M M J S N E M M J S N E M M J S
1
Una característica destacable de la expansión crediticia en el primer quinquenio
fue su orientación predominante hacia los sectores que producen bienes no
exportables, es decir, hacia los servicios, la construcción, el transporte y el
comercio interno y de importación. Esta evolución del crédito al sector privado es
compatible con los resultados mostrados en Rivera Campos (1996), en donde se
desarrolla un modelo que explica que en una economía con flujos importantes de
remesas familiares, los precios relativos se mueven en favor de los sectores que
producen bienes no exportables y en detrimento de los exportables. Sin duda, en
una economía de mercado de asignación privada del crédito, éste se orientará
mayormente hacia los sectores que más lo demanden y, en las circunstancias
particulares de El Salvador, debido a los flujos de remesas familiares, éstos fueron
los sectores productores de bienes no exportables, pues ellos fueron los más
rentables. La asignación sectorial del crédito se aprecia en el siguiente cuadro.
Gráfico 3.7
Estructura del destino del crédito
(Porcentaje)
100%
Présta mos
90%
70% Comercio
60%
Comercio de exp.
50%
Construcción
40%
Industria
30%
20% Agropecuario
10% Otros
0%
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
1
El gráfico anterior es ilustrativo de la dinámica de la asignación del crédito. A partir
de 1992 el crédito bancario se orientó en mayor medida a aquellos sectores que
más representan la producción de productos no exportables. Los sectores
agropecuario, industria manufacturera y comercio de exportación que están más
vinculados a las exportaciones redujeron su participación en la asignación del
crédito; mientras que aquellos que representan actividades no exportables, como
el crédito personal, los servicios, el comercio no de exportación y la construcción,
aumentan su participación notablemente desde un poco más de 40% hasta un
poco más de 50%. El crédito a la industria y a la agricultura se reduce de 50% en
1992 a cerca de 35% en 1995 y a menos de 30% tres años más tarde.
1
Durante el primer quinquenio de los noventa, El Salvador experimentó un fuerte
impulso de crecimiento con tasas superiores en algunos años al 7%.
Posteriormente, entrando a la segunda mitad de la década el impulso mencionado
perdió energía y el crecimiento en 1996 bajó a 1.8%, lo cual muestra, en el
contexto de toda la década, los efectos de una rápida desaceleración del
dinamismo económico. Una característica notable del comportamiento cíclico del
desenvolvimiento económico de estos años fue el auge y la posterior
desaceleración del consumo privado. Ciertamente, el auge del consumo fue uno
de los factores que estuvieron en la base del rápido crecimiento de inicios de la
década. ¿Cómo se explica el auge del consumo que se experimentó en esos
años? La siguiente es una interpretación de conjunto que resulta de la articulación
de los factores que individualmente se sugirieron anteriormente y que impactaron
de distintas maneras sobre el consumo.
Como ya se sugirió antes, las expectativas optimistas sobre el futuro, así como la
ampliación del menú de opciones de consumo importado, creada como resultado
1
de la rápida apertura de la economía a la competencia internacional, incentivaron
el consumo presente en contra del ahorro y del consumo futuro de los individuos,
es decir, aumentaron la tasa de preferencia intertemporal del consumo. Asimismo,
se ha argumentado en párrafos anteriores que la apertura comercial, en la medida
que pudo ser percibida con insuficiente credibilidad, pudo abaratar los productos
importados en relación con el precio esperado por los consumidores en el futuro,
y, en ese sentido, pudo impulsar el deseo de elevar el consumo de ese momento
a costa del ahorro y del consumo futuro.
Todos estos factores sólo explican el impulso que pudo haber cobrado el deseo
de consumir más, pero hubo otro conjunto de factores que facilitaron
financieramente la realización del auge del consumo. Estos factores son las
remesas familiares y la liberalización del sistema financiero.
A la par que las remesas elevaron el consumo de las familias receptoras, también
constituyeron un flujo de recursos que posibilitaron financiar el exceso de
consumo que los individuos deseaban realizar. Las remesas constituyeron, de
esta manera, la contrapartida financiera necesaria del auge del deseo de
consumir, estimulado por los factores antes mencionados. Además de estimular el
consumo, tanto doméstico como importado, las remesas cerraron la brecha
deficitaria comercial provocada por el exceso de importaciones de los
salvadoreños en relación con las exportaciones. Las remesas familiares sirvieron
en este sentido para estimular y para financiar un exceso de importaciones
equivalentes a más de 10% del PIB en estos años.
1
sistema financiero, la competencia en el sector, que llevó a introducir nuevos
instrumentos para financiar el consumo, y a estrategias de crecimiento bancario
que tenían el consumo como uno de sus pilares, y la política monetaria de
expansión del crédito a las empresas y las familias hasta tasas anuales de más de
40% en algunos períodos, facilitaron la intermediación de los recursos financieros
necesarios para que el auge del consumo se desarrollara rápidamente. Por su
parte, la apertura de la economía puso a disposición de los consumidores un
amplio menú de opciones de consumo. El auge del consumo fue el resultado
natural de esta combinación de factores. El ahogo posterior del crecimiento de la
economía se alimentó con el rompimiento de la burbuja consumista a mediados
de 1995.
1
términos de estabilidad contra crecimiento. Varios son los temas que se han
discutido sobre esta dualidad.
1
energía del proceso inversionista, y, con ello, sobre la persistencia del lento
crecimiento y del bajo empleo. Mantener tan baja la inflación, en consecuencia,
puede ser una de las causas que mantienen ahogado el proceso de crecimiento
económico: la estabilidad puede tener efectos negativos sobre el crecimiento.
De tal manera, pues, que de no generar ahorros públicos por la vía de reducir los
gastos públicos, las cuentas fiscales continuarán siendo incompatibles con la
1
mantención de un régimen de tipo de cambio fijo, incompatibilidad que se
expresará en un ahogamiento de la actividad productiva y del empleo. La reforma
del sector público es fundamental para liberar la presión fiscal sobre el
crecimiento.
1
menos. Como consecuencia, la rentabilidad de los bancos disminuyó
significativamente en ese período, obligando, tanto la morosidad como la
reducción de la rentabilidad, a que un banco quebrara a finales de 1998, y a que
otros se vendieran o fusionaran con bancos más grandes, en un proceso de
fusiones que ha cobrado fuerza durante los últimos dos años.
Pero podría ser que la economía salvadoreña se esté ajustando a un ritmo normal
de crecimiento menor que el experimentado en el primer quinquenio, digamos que
se esté ajustando a una tasa normal entre 3% y 4%, lo cual podría ser el resultado
de un enfriamiento de los motores del crecimiento. Este podría ser el caso de una
pérdida del ritmo de ganancias de productividad de la economía salvadoreña,
provocada por la prolongación de la crisis del sector agrícola, el bajo nivel
persistente de inversión y la baja capacidad de exportar. El enfriamiento de los
motores de crecimiento se habría puesto de manifiesto una vez que la burbuja de
consumo se reventó en 1995.
1
Conclusiones
1
Tres consideraciones pueden hacerse sobre la relación entre estabilidad y
crecimiento. La primera, que el exceso de política antiinflacionaria en un marco de
tipo de cambio fijo en el cual la situación fiscal es deficitaria, podría estar
contribuyendo a ahogar el crecimiento económico, a través de encarecer los
recursos financieros para la inversión, provocado por las mayores tasas reales de
interés. La segunda, que la persistencia del lento crecimiento se ha convertido en
una amenaza contra la estabilidad macroeconómica, tanto por el deterioro de las
finanzas públicas, debido a la disminución de la recaudación tributaria, como por
el deterioro de las carteras de los bancos, que ha resultado de la insolvencia de
algunas empresas por la caída de la demanda y de la ampliación del desempleo.
La tercera, que la disminución del ritmo de crecimiento, aunque si bien tiene
componentes coyunturales, como, por ejemplo, la serie de crisis financieras
internacionales, tiene características tendenciales que indicarían que la economía
se está ajustando a un menor ritmo normal de crecimiento, resultado de un bajo
crecimiento de la productividad, producto de años de deterioro de la agricultura y
de años de bajas tasas de inversión y de exportación.
1
APENDICE
Supongamos un individuo que vive dos períodos, que trabaja en el primer período
y recibe un ingreso por su trabajo (W1) y remesas familiares por una cantidad R1.
En el segundo período el individuo vive de su ahorro (S1) del primer período que
gana una tasa de interés (r). En el primer período el individuo se forma
expectativas de las remesas que recibirá en el segundo período de su vida
(E(R2)). El individuo trata de maximizar su utilidad obtenida de consumir C1 en el
primer período y C2 en el segundo. La función de utilidad es separable y la
utilidad del segundo periódo es descontada por medio de la tasa de preferencia
intertemporal k. El problema que resuelve el individuo es el siguiente:
La solución de este modelo establece que la utilidad marginal del primer período
debe ser igual al valor presente de la utilidad marginal del segundo período:
C1 = { k−1 (1 + r )}1/1 C2
1
1
1 k 1 r 1
1
S1 W1 R1k 1
1 r 1 1 1 rER2
1
1 1
1 r 1
k 1 r 1
La solución muestra que el ahorro del individuo depende tanto del ingreso del
trabajo como de las remesas que recibe en el primer período y de las expectativas
que él se forma sobre las remesas que recibirá en el segundo período. Obsérvese
que las remesas recibidas en el primer período actúan sobre el ahorro de manera
positiva, pero que las expectativas futuras de remesas inciden en el ahorro de
manera negativa, es decir disminuyéndolo. Una simplificación de la expresión del
ahorro se logra suponiendo que la tasa intertemporal de preferencias es igual al
inverso de la tasa de interés: k = (1 + r)−1. En ese caso la ecuación se reduce a:
S1 1 (W1 R1) 1
ER2
2r 2r
En la última expresión se puede apreciar con más claridad que el ahorro depende
de si las expectativas del individuo sobre el flujo de remesas que recibe son de
naturaleza temporal o permanente. Si las expectativas son que las remesas serán
temporales, es decir, que las remesas sólo se recibirán en el primer período,
E(R2) = 0, el ahorro se expresa por la siguiente ecuación:
S1 1 (W1 R1)
2
Si por el contrario, las expectativas del individuo son que las remesas que recibe
son permanentes, es decir que continuará recibiéndolas en el segundo período,
supongamos, de igual magnitud que en el primer período: E(R2) = R1, el ahorro
viene dado por:
S1 1
W1
2
Las implicaciones del modelo de las remesas sobre el ahorro son importantes.
Cuando los individuos que reciben las remesas familiares no tienen expectativas
de que continuarán en el futuro, parte de ellas se ahorran, y el ahorro total
aumenta. En este caso la propensión al ahorro de las remesas viene dado en el
1
caso simplificado por 1/(2+r). En el caso más general se observa que depende
tanto de la tasa intertemporal de preferencias como de la tasa de interés. Cuando
los individuos, por el contrario, esperan que continuarán recibiendo las remesas
familiares en el futuro, el ahorro decae. Si las expectativas son que las remesas
familiares en el futuro serán de igual magnitud que las del presente, todas ellas se
dedican al consumo, es decir, la propensión marginal al ahorro de las remesas
familiares es cero. Si las expectativas son que las remesas familiares crecerán en
el futuro, incluso no sólo no contribuyen al ahorro, sino que además inducen a
ahorrar menos del ingreso del trabajo.
Supongamos una economía formada por dos individuos que viven dos períodos,
uno que recibe remesas en el primer período y tiene expectativas de recibirlas en
el segundo período, y otro que no recibe ni tiene expectativas de recibirlas.
Utilizando un asterísco para indicar las variables del individuo receptor de
remesas, el problema de consumo y ahorro de esta económía se puede
representar con el siguiente problema:
1
i) El problema del individuo que no recibe remesas:
1
S1 W
1
1
1 r 1
k 1 r
1
C1 k 1
1 1
1
(1 r)W
k 1 1
1
1 1
r 1
S *1 k 1 r 1 1
ER2
1
W *1 R1 1
1
1 1
1
1 r 1
1
k 1 r 1 k 1 r 1 r 1
k1 1 r
1
C *1
1
1
1 rW *1 R1 ER2
1
1 r 1
k 1 r 1
El ahorro total y el consumo total de esta economía se forma por la suma de los
ahorros y consumos de ambos individuos respectivamente.
k 11
1 r
1
1 1 1
S 1 r W 1 W *1 1
ER2
1
1
1 1
1
R1 1
k 1 r k 1
C 1
1 r W1 W *1 R1 E R 2
1
1
k 1
k 1
1 r 1 r 1
1
1
1
1 k 1 r111
s
1 1 t1k 1
1 r 1 1 r Et12
1 r 1
1
k 1 r 1
1
1 r 1 t1 Et 2
c 1
1
k 1
k 1
1 r
1
1 1 r 1
1
donde s y c representan el ahorro y el consumo como porcentaje del producto −lo
que generalmente llamamos el ahorro como porcentaje del PIB−y t1 y E(t2) son
1
las remesas corrientes y las expectativas de remesas futuras como porcentajes
del producto . La última de las ecuaciones muestra por qué el consumo en
relación al producto aumenta a medida que aumentan las remesas familiares,
tanto si aumentan las remesas corrientes como si lo hacen las expectativas de las
remesas futuras. Nótese también que la propensión marginal a consumir de las
remesas depende inversamente del valor de k (la tasa de preferencia
intertemporal); es decir, entre más pequeña es esta tasa mayor será el consumo
nacional. Esto significa que cualquier fenómeno que disminuya la tasa de
preferencia intertemporal, es decir que valorice más el consumo presente
aumentará el consumo total. Como en todos los modelos intertemporales de
consumo cada individuo dedica al gasto en consumo una fracción del valor
presente del ingreso esperado a lo largo de su vida. Esa fracción está
determinada por los valores de su tasa de preferencia intertemporal, un parámetro
subjetivo, y por la tasa de interés de la economía, un parámetro objetivo.
Respecto al ahorro como porcentaje del producto, obsérvese que éste aumenta
con el aumento de las remesas corrientes, pero disminuye con las expectativas de
que se continuará recibiéndolas. También obsérvese que una disminución de la
tasa de preferencias intertemporales disminuye el ahorro como porcentaje del
producto, tanto a través de las remesas corrientes como a través de las
expectativas sobre las remesas futuras.
Una de los aspectos del ahorro que ha preocupado a los analistas en los noventa
es el hecho que lo que se ha llamado el ahorro interno, que resulta de restar las
remesas familiares al ahorro nacional, cayó rápidamente a principios de la década
y se ha mantenido a niveles alrededor del 2% del PIB−se ha expresado en
algunas ocasiones que el ahorro interno expresa el esfuerzo de ahorro a partir
solamente de la producción interna−. El modelo anterior nos muestra que éste
es un resultado normal de una economía receptora de remesas. Si a la ecuación
de ahorro como porcentaje del producto le restamos el coeficiente de las
remesas
1
como porcentaje del producto, t, y simplificamos, obtenemos la siguiente
expresión para el ahorro interno, si:
si 1
k 1
1 1
1
1 r t1 Et2
k 1
1 r 1 1
1
k 1
1 1 1 r
r 1 1
1
La solución para el ahorro interno muestra que éste mantiene una relación inversa
tanto con las remesas familiares corrientes como con las expectativas de ellas en
el futuro. Esto indica que a medida que aumentan las remesas familiares el ahorro
interno tiene que caer. Esta caída es más intensa cuando la tasa de preferencia
intertemporal es más pequeña, es decir, cuando el consumo presente tiende a
valorarse más que el consumo futuro. Nótese que el ahorro interno está
conformado por dos partes: la primera, el ahorro nacional como porcentaje del
producto si no hubiera ingreso por remesas; la segunda, el consumo que se
realiza como una fracción del ingreso por remesas corriente y esperado, el cual se
deduce del primer coeficiente. A medida que ese ingreso aumenta la deducción
aumenta y el ahorro interno se reduce.
1
CAPITULO 4
CRECIMIENTO Y POBREZA EN EL SALVADOR: LOS DOS
GRANDES DESAFÍOS
1
por crisis políticas −el conflicto con Honduras y el debilitamiento del
Mercado Común Centroamericano a finales de los sesenta, y el conflicto armado
interno de los años ochenta− y por cambios estructurales −el cambio
del modelo de sustitución de importaciones por el de mercado en los noventa.
Cuadro 4.1
Crecimiento económico por décadas
(Porcentaje)
1
Sesenta Setenta 3 Ochenta Noventa
3: Entre pa rénte sis se muestra la ta sa de c recimiento exc luyendo 1979 por ser a ño
a fecta do p or el conflicto soc ia l
Fuente: Comisió n Ec onómic a p ara Americ a La tina , Istm o Centroa meric ano: Serie s
Históric a s Mac roeconómica s, 1996; y Ba nc o Centra l de Reserva .
1
problemas de este país. El gráfico siguiente ilustra la evolución del crecimiento
anual en esos años y muestra cuáles han sido los momentos más dinámicos.
1
Gráfico 4.1
Crecimiento económico en el largo plazo
(Porcentaje)
1
5
1
2
9
6
3
0
−
3
−
6
− 1960 1963 1966 1969 1972 1975 1978 1981 1984 1987 1990 1993 1996 1999
9
−1 Fuente: CEPAL, Op. Cit y BCR.
2
−1
5
La industria, por su parte, fue el sector más dinámico en la década del sesenta,
pero ya en los setenta había perdido gran parte de la energía de crecimiento. En
los años ochenta el sector fue uno de los más afectados por el conflicto, aunque
menos que la agricultura, y en los noventa, aunque ha recuperado parte de su
fuerza de crecimiento, ésta es aún inferior al crecimiento de la economía como un
todo. El Mercado Común Centroamericano ha jugado un rol importante en los
resultados indicados. En los sesenta el MCCA fue el impulsor de la rápida
expansión industrial, no sólo en El Salvador sino en Centro América; su
decaimiento a finales de los sesenta explica de manera importante la
desaceleración industrial en los setenta; y la reanimación de su funcionamiento en
los noventa, después de la finalización del conflicto social que caracterizó a los
años ochenta, ha estado impulsando el crecimiento exportador de la industria
nacional.
1
Tanto la industria como la agricultura, pues, han estado perdiendo importancia en
la estructura de la producción nacional; la industria entró en esta tendencia a
partir de los años setenta, mientras la declinación de la agricultura se extiende
más allá de esa década. Las tasas de crecimiento de largo plazo de ambos
sectores permiten pensar más claramente las tendencias de la estructura
productiva: la tasa de crecimiento promedio de la agricultura en los últimos 36
años fue apenas 0.6% y la de la industria, 4.0%, mientras la de la economía en los
últimos 37 años fue 3.0%. Estas cifras muestran el deterioro de largo plazo de la
agricultura. Cada año en promedio durante las últimas dos terceras partes del
siglo la agricultura ha estado creciendo sólo medio punto porcentual. En verdad,
se trata de una crisis secular de la agricultura.
1
tres decenios. ¿Cómo se puede esperar que no se haya agudizado la pobreza
con este ritmo de expansión de la producción, si en el mismo período la población
ha estado creciendo a una tasa promedio cercana a 2% anual?. El crecimiento de
la producción apenas ha excedido el crecimiento poblacional. Indudablemente, la
crisis de los ochenta es el factor más importante de la debilidad del crecimiento de
largo plazo, pero los otros períodos no han mostrado desarrollos sustantivos.
Obviamente, las contracciones que provocó la crisis política en los ochenta son
determinantes de las cifras mencionadas, pero en una visión de largo plazo, las
cifras nos indican el progreso real que hemos logrado entre los años comparados.
Indudablemente, la solución armada de los conflictos no rinde beneficios.
1
Cuadro 4.2
El proceso de ahorro e inversión en el largo plazo
(Porcentaje del PIB)
El proceso de inversión ha sido débil si se le compara con los países que han
crecido sustantivamente en las últimas décadas, como es el caso de los países
del este asiático y Chile últimamente. Estos países han mantenido tasas de
inversión arriba de 30% los primeros, y un poco abajo de 30%, el segundo.
El primer rasgo que destaca es la similitud entre la inversión total entre los años
sesenta y los ochenta, tratándose de coyunturas diametralmente opuestas en
términos de crecimiento económico. Mientras en los sesenta la economía
salvadoreña estaba explotando el potencial del MCCA, en los ochenta estaba
atravesando una profunda crisis política que la llevó a contracciones fuertes en los
primeros años y a casi estancamiento en el segundo quinquenio. Esta diferencia
sugiere que mientras que en los sesenta se estaba ganando mucha productividad,
en los ochenta debe haberse estado perdiendo.
1
promedio el 14.1% del PIB sino que también el sector público adoptó un rol más
activo en lo que a inversión se refiere, pues esta variable llegó a alcanzar el 6.9%,
el nivel más alto alcanzado durante algún período. También destaca en esa época
la elevada tasa de ahorro nacional. Ese hecho permitió que la presión que ejerció
la fuerte demanda de inversión no indujera a un excesivo ahorro externo. No cabe
duda que ese fuerte proceso de ahorro e inversión estuvo influenciado por la
favorable evolución de los precios del café en esos años.
1
3. Productividad y crecimiento económico
1
pues arroja mucha información sobre las características del patrón de crecimiento
que se está experimentando. Sin embargo, no hay muchos estudios al respecto.
Uno de los pocos esfuerzos en esta dirección es el estudio del FMI (1998). Para
poder estimar estos parámetros es necesario hacer un cálculo de la evolución de
la cantidad de capital del país. Un esfuerzo en esta dirección se encuentra en
Harberger (1993). Uno más reciente se ha realizado en FMI (1998), cuyo cálculo
permite aproximarse a la evolución de largo plazo de las productividades medias
del capital y del trabajo.
Esta tendencia podría ser el resultado de una transformación del sector productivo
que ha ido sustituyendo tecnologías intensivas en capital por tecnologías
intensivas en mano de obra en los últimos veinticinco años. Si este fuera el caso,
el proceso de inversión tendría que haber sido substantivo para provocar una
transformación productiva como la identificada. Más bien parece ser el caso que
1
se ha tratado de la absorción de más mano de obra sin acompañarlo de
inversiones de la magnitud apropiada. Como se mostró en el Cuadro 4.2, la
inversión privada en los últimos 25 años se ha encontrado siempre abajo del 15%.
1
hacerse hincapié que la tendencia se remonta hasta los años setenta, cuando
estos fenómenos no ocurrían de manera importante.
1
estancamiento de largo plazo de la agricultura, que se extiende más atrás, como
se argumentó a inicios de este capítulo.
1
Ese resultado es consistente con las tendencias identificadas de menor
productividad del capital y del trabajo. Pero también la estimación identifica otro
factor que se ha venido señalando a lo largo de este libro: la pérdidad de
competitividad de la economía expresada en una apreciación real de la moneda.
De acuerdo a los resultados, esta pérdida habría explicado 0.3 puntos
porcentuales entre 1971 y 1991, y 3.5 puntos entre 1992 y 1995.
Cuadro 4.3
Determinantes del crecimiento de largo plazo
1
siendo combatido con una estrategia para aumentar la productividad de la fuerza
de trabajo mediante la educación.
Cáceres realiza una comparación del ingreso per cápita de cada país
centroamericano en relación con el promedio de la región desde 1920. Varios son
los aspectos que destacan en el estudio de Cáceres. En relación con la región,
Costa Rica siempre tuvo un ingreso per cápita superior a los demás países, pero
desde los años sesenta su ingreso per cápita se eleva sostenidamente por
encima del de ellos. En el caso de El Salvador, hasta mediados de los cuarenta el
ingreso per cápita era inferior al de Centroamérica, pero alcanza su nivel en los
años cincuenta. Destaca en esta comparación que desde principios de los años
sesenta el ingreso percápita salvadoreño desciende en relación el
centroamericano y después de una mejora en el segundo quinquenio de los
setenta, aquél se desploma en los ochenta.
Debe hacerse hincapié, en primer lugar, que aunque los sesenta es la época
dorada de la industrialización de El Salvador y del Mercado Común
Centroamericano, la efectividad de El Salvador para elevar su ingreso percápita
en relación a los países de la región declina; en palabras del autor: "Es irónico
que en el período cuando a El Salvador se le calificaba como el "Japón de Centro
América" era cuando estaba iniciando una trayectoria descendente que, a 1984,
no se había podido revertir". En segundo lugar, hay que destacar las trayectorias
divergentes del ingreso percápita de El Salvador y Costa Rica desde principios de
los sesenta. Mientras que, de acuerdo con los datos, Costa Rica desde 1960
experimentó 25 años de crecimiento en su ingreso percápita en relación con el
1
promedio de Centro América, El Salvador experimentó un retroceso, y la brecha
entre ambos países se amplió considerablemente.
Esta sección ha argumentado que en el largo plazo hay algunos aspectos que
caracterizan de manera importante el crecimiento de la economía salvadoreña.
Aunque ésta ha experimentado períodos de fuerte crecimiento, en el período largo
el crecimiento ha sido relativamente bajo: sólo 2.2% en los últimos tres decenios,
apenas mayor que el crecimiento poblacional. Es posible identificar una gran
tendencia en el largo plazo: la estructura productiva ha estado variando en favor
del sector servicios y en detrimento de la agricultura y la industria. También es
posible observar otra gran tendencia en otra dimensión del crecimiento
económico: en los últimos 25 años la productividad media de los factores
productivos ha estado declinando sistemáticamente, y el capital a disposición de
cada trabajador ha caído rápidamente. Ha habido una tendencia a perder
competitividad en el largo plazo. Esta pérdidad de competitividad ha provenido en
gran parte de una tendencia a la apreciación real de la moneda que no se ha
limitado a los años noventa, sino que ha venido ocurriendo al menos desde los
años setenta. En los últimos 45 años El Salvador ha experimentado un retroceso
en su ingreso percápita en relación con Centro América, particularmente con el de
Costa Rica. La determinación de estas tendencias ayudan a comprender la
naturaleza del crecimiento económico salvadoreño y a identificar desafíos y
soluciones.
1
4. Pobreza y distribución del ingreso
1
Con base en estas encuestas, los indicadores calculados muestran en el Cuadro
4.4 que la pobreza urbana, tanto absoluta como relativa, aumentó de 1977 a 1988
y disminuyó rápidamente a partir de entonces; por otro lado, el panorama de la
pobreza rural habría sido un poco diferente, pues la pobreza absoluta disminuyó
rápidamente, mientras la relativa se mantuvo prácticamente constante. Un
resultado que llama a dudar de la consistencia de las cifras es la disminución de 9
puntos en un año en la pobreza rural absoluta: de 35 pasó a 26, mientras que la
relativa aumentó un punto. ¿Qué puede haber ocurrido en el área rural en 1995
para que disminuyera tan drásticamente el nivel de pobreza absoluta?
Cuadro 4.4
Evolución de la pobreza
(Porcentajes)
1977 50 30 20 1985 63 31 32
1988 61 32 29 1991 −1992 66 33 33
1994 44 28 16 1994 65 30 35
1995 41 28 13 1995 58 32 26
1996 43 28 15 1996 65 33 32
1997 40 27 13 1997 62 32 30
1998 38 24 14 1998 57 30 27
Fuente : FUSADES
1
Según el Informe Sobre Desarrollo Humano 1998, el Indice de Pobreza Humana
de El Salvador en 1995 fue 27.8%63. Una comparación con Centro América se
muestra en el Cuadro 4.5. El primer punto que destaca es el contraste entre el
grado de pobreza en Costa Rica y en el resto de Centro América. Mientras en el
primero apenas asciende a 6.6%, en los restantes no baja de 20%, lo cual es
debido a los bajos índices de privaciones en todos los campos: en longevidad,
educación y salud. Mientras que en Costa Rica se espera que apenas el 4% de la
población no sobreviva los 40 años, en El Salvador esa cifra asciende a 12% y lo
mismo ocurre con el resto de Centro América; mientras en Costa Rica solamente
el 5.2% de los adultos son analfabetos, en El Salvador lo es el 28.5%; mientras en
Costa Rica el 4% de la población no tiene acceso a agua potable y el 20% no lo
tiene a servicios de salud, en El Salvador casi la tercera parte de la población vive
sin agua potable y las tres quintas partes sin servicios de salud. En El Salvador,
por otro lado, las dos quintas partes de los niños no alcanzan a llegar al quinto
grado, mientras que en Costa Rica esto le ocurre solamente al 11%.
Cuadro 4.5
Sinopsis de pobreza en Centro América
63
El Indice de pobreza humana del PNUD de los países en desarrollo mide las privaciones en tres
dimensiones esenciales de la vida humana: la longevidad, los conocimientos y un nivel decente de vida. La
primera está representada por el porcentaje de personas que se estima que no sobrevivirán hasta la edad
de 40 años; la segunda, por el porcentaje de adultos analfabetos; y la tercera, por un compuesto de tres
variables: el porcentaje de personas sin acceso a agua potable, el porcentaje de personas sin acceso a
servicios de salud y el porcentaje de niños menores de cinco años de edad con peso moderado y
severamente insuficiente.
1
El cuadro también muestra que, exceptuando Costa Rica, la región se encuentra
en condiciones similares de privaciones. La sinopsis también muestra que la
mayor debilidad de El Salvador en relación con Centroamérica en términos de
pobreza se encuentra en la precaria situación de los accesos de la población
respecto a agua potable y a servicios de salud, siendo este último servicio en El
Salvador el más precario de la región. El mal estado en que se encuentra el
acceso a los servicios de salud en El Salvador, se expresa en que el porcentaje
de la población sin acceso a estos servicios (60%) es más del doble del promedio
de Centroamérica (28%). El Salvador califica en promedio como un país de
desarrollo humano mediano, pero en acceso a servicios de agua potable y de
salud se encuentra incluso peor que el promedio de los países de desarrollo
humano bajo. Esto muestra la precariedad de estos servicios y la urgencia de
fijarse metas en torno a ellos.
1
Cuadro 4.6
Gasto social en Centro América
1
regional es tal que la diferencia entre la capital y el oriente del país es de 50
posiciones internacionales de desarrollo humano. El mayor contraste del
desarrollo regional se encuentra no tanto en la longevidad como en las grandes
diferencias en los índices de educación y de ingreso. Mientras que el índice de
educación asciende en la capital a 0.843, similar a los de Luxemburgo, Hong
Kong y Singapur, en Morazán apenas llega a 0.556, similar a los de Tanzania y
Nigeria. Asimismo, en tanto el índice de ingreso en la capital es 0.564, parecido a
los de Marruecos y Paraguay, en Morazán apenas es 0.155, parecido al de
Zambia, Sudán, Gambia y Mozambique.
64
FUSADES (1997)
65
Idem
66
Idem
1
4.2 Ingreso percápita, índice de desarrollo humano e índice de pobreza: una
comparación internacional
Utilizando los datos del índice de desarrollo humano y del PIB percápita real
ajustado de 174 países publicados en el Informe Sobre Desarrollo Humano 1998
del PNUD se estimó una relación econométrica entre ambas variables, obteniendo
el siguiente resultado:
2
Log IDH = −4.486 + 0.50 log pibpc R2 = 0.87
(−37.3) (33.6) DW =
1.36
Gráfico 4.2
PIB per cápita e índice de desarrollo humano
(174 países − 1995)
0.0
El Salvador
−0.5
−1.0
Log
−1.5
−2.
0
5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0
2
la elasticidad del IDH con respecto al ingreso percápita: un aumento de 1% del
ingreso percápita se traduce en promedio en un aumento del 0.5% del IDH. La
efectividad, entonces, de la comunidad internacional para convertir ingreso real
percápita en desarrollo humano, conforme a como lo mide el PNUD, es 0.5.
¿Qué ha pasado con Costa Rica? Con un ingreso real percápita ajustado de
$5969 se obtiene, aplicando la ecuación internacional estimada, un valor latente
del IDH de 0.870, mientras que el IDH real publicado por el PNUD se encuentra
en 0.889. Esto indica que Costa Rica se encuentra ligeramente arriba (2%) de la
efectividad internacional promedio de transformar ingreso real percápita en
desarrollo humano.
2
pero el desarrollo humano del segundo fue muy superior al del primero. Angola
tenía en 1995 un ingreso percápita de $1,839 y Georgía uno de $1,389, sin
embargo el índice de desarrollo humano de Georgia (0.633) era casi el doble del
índice de Angola (0.344) y, por supuesto, en la muestra de 174 países Georgia
calificó en la posición 108, mientras que Angola lo hizo en la posición 156.
2
Gráfico 4.3
Pobreza e ingreso per cápita
(77 países − 1995)
4.5
4.0
El Salvador
3.5
3.0
Log
2.5
2.0
1.5
1.0
5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0
Log PIB per cápita
2
Siguiendo el mismo tipo de análisis que se realizó para el IDH, en el caso de El
Salvador con un ingreso percápita de $2610 en 1995, le correspondería de
acuerdo a la ecuación estimada, es decir, de acuerdo con la norma internacional,
un índice de pobreza humana de 23.3%. Sin embargo, el índice real −el
calculado por el Informe Sobre Desarrollo Humano 1998−asciende a 27.8%. El
índice real es mayor que la norma internacional a ese nivel de ingreso percápita.
La diferencia indica que la efectividad de El Salvador de convertir ingreso
percápita en disminución de la pobreza ha sido inferior en un 16% a la efectividad
que ha mostrado en promedio la comunidad internacional. En el caso de Costa
Rica, el índice de pobreza humana real fue en 1995 6.6% −un índice
sumamente bajo, que hace que en la muestra de 74 países ocupe la novena
posición−y el índice que le correspondería de acuerdo a la norma internacional y a
su ingreso percápita sería 13.3%. La efectividad de Costa Rica para convertir
ingreso percápita en bienestar de la población y reducción de la pobreza es muy
superior a la efectividad internacional. Acá es donde radica la causa fundamental
de las diferencias entre Costa Rica y el resto de Centroamérica, particularmente
con El Salvador. Costa Rica no solamente tiene un ingreso percápita superior al de
El Salvador, lo cual le permite mantener un nivel de pobreza inferior, sino ademas
cada dólar de ingreso percápita lo convierte más efectivamente en reducción de
pobreza que El Salvador.
2
Conclusiones
Se ha dicho que el éxito de los países del este asiático radicó en haber sostenido
el crecimiento económico desde los años setenta a tasas altas. Se dice que El
Salvador para disminuir la pobreza debería crecer a tasas no inferiores a 6% en
promedio durante varias décadas. Sin embargo, la historia económica de la
segunda mitad del siglo lo que nos cuenta es un crecimiento muy volátil,
alternando períodos de alto crecimiento con períodos de crecimiento muy
moderado y hasta de contracción. El resultado de esta volatilidad es que el
progreso acumulado en términos de crecimiento en las últimas cuatro décadas es
bastante reducido. No cabe duda que la década del conflicto armado es el período
que hizo retroceder el progreso económico más significativamente, pero, a su vez,
las otras décadas, mucho menos conflictivos, no desataron intensos procesos de
crecimiento. Ciertamente, exceptuando los sesenta, en que el crecimiento se
acercó al 6%, las demás décadas han desarrollado procesos de crecimiento
moderado, no mayores de 5%. El resultado es que en los 37 años que
transcurrieron entre 1960 y 1997, el crecimiento económico apenas alcanzó el 3%
anual, una tasa claramente insuficiente para provocarle un golpe reductivo
duradero a la pobreza.
2
estar ligado a otra gran tendencia de largo plazo, el desplazamiento de la
importancia de la agricultura y la industria por los servicios.
El Salvador entrará el próximo siglo con un ingreso percápita inferior al que tuvo
en 1978, resultado del retroceso de los años ochenta y de la insuficiente energía
del crecimiento en los noventa. La pobreza es el gran desafío de los
salvadoreños. Los índices de pobreza que presenta el PNUD muestran los
grandes contrastes entre Costa Rica y el resto de la región. Un contraste que está
presente al interior de El Salvador, marcado por una asimetría regional de la
pobreza: entre más al norte y al oriente se camina, la pobreza y la falta de
desarrollo humano que se encuentra se vuelve más dramática.
No cabe duda que los dos desafíos que se han analizado en este capítulo, el
crecimiento y la pobreza, están estrechamente vinculados. La evidencia
internacional muestra que el crecimiento económico que aumenta el ingreso
percápita, reduce la pobreza humana y aumenta el desarrollo, pero el proceso de
convertir ingreso en bienestar no es automático, pues los países poseen
diferentes grados de efectividad en esta conversión, algunos son mas efectivos
que otros. La evidencia internacional también muestra que aquellos que han
puesto mucha atención a la educación y a la salud, son los países más efectivos
para convertir crecimiento del ingreso percápita en reducción de la pobreza
humana y en aumento del desarrollo humano.
2
APENDICE
La situación y evolución de la infraestructura
Telecomunicaciones67
67
Este análisis se realizó antes de la privatización de las telecomunicaciones
2
Cuadro A4.1
Líneas telefónicas por cada 100 habitantes
* Estim a do
Fuente: Tom ad o de FUSADES (1998)
2
a 80.6%. Por otro lado, mientras Costa Rica atendía el 84% de su demanda, El
Salvador sólo satisfacía el 41%.
Energía eléctrica
2
Cuadro A4.2
Indicadores de energía eléctrica
Demanda Neta Nacional (Gwh) 2,165.7 2,235.6 2,369.1 2,797.4 3,064.5 3,235.5 3,361.3
Generación neta de CEL 2,164.3 2,230.5 2,316.5 2,718.4 3,075.3 3,071.0 2,686.2
Capacidad instalada CEL(MW) 650.4 650.4 697.9 817.5 817.5 908.5 943.4
Capacidad disponible (MW) 478.1 471.2 547.0 578.6 652.0 830.6
Electrificación nacional (%) 54.2 56.8 59.5 62.2 64.3 70.0 70.0
Electrificación urbana (%) 82.2 85.3 87.6 89.9 91.4 97.9 97.6
Electrificación rural (%) 22.6 23.9 26.2 28.6 30.7 34.5 34.8
Fuente: Desarrollo del sistema eléctrico, CEL1997; Boletínes de estadísticas eléctricas, CEL.
2
La razón fundamental de este bajo grado de electrificación del país se encuentra
en el precario servicio que se obtiene en el área rural. Si bien en 1997 en el área
urbana casi el 99% de la población recibió servicios de energía eléctrica, en el
área rural apenas lo recibió la tercera parte de la población. Si se toma en cuenta
que casi la mitad de la población radica en el área rural, es fácil deducir que existe
una gran asimetría en la población para hacer frente a los retos de la competencia
en el mercado.
El cuarto aspecto que vale la pena destacar es la tendencia a recurrir cada vez
más al uso de energía térmica para satisfacer la demanda. Mientras que en 1991
solamente el 26% de la energía eléctrica provenía de las plantas térmicas, en
1997 esta cifra había ascendido a 47%. Si se toma en cuenta que el costo de
generación de energía eléctrica por medio de este tipo de plantas es más alto,
pues requiere de un alto consumo de petróleo, se puede concluir que no es el
camino más adecuado para mejorar la eficiencia del sistema.
Cuadro A4.3
Estructura de generación de energía eléctrica
2
generación térmica representó solamente la cuarta parte de toda la generación,
en 1997 esa participación se elevó casi hasta la mitad. El desplazamiento más
significativo se ha dado en la generación hidráulica: la generación hidráulica de
energía eléctrica pasó de las tres quintas partes a sólo las dos quintas partes en
el mismo período. Indiscutiblemente, en este comportamiento ha incidido la
entrada en operaciones de Nejapa Power en 1995, sin embargo la tendencia
mencionada se extiende a antes de ese año.
Cuadro A4.4
Costo medio de la generación bruta de energía eléctrica
2
Acajutla (aumento de 155.1 MW entre 1991 y 1994), en San Miguel ( aumento de
6.6 MW entre 1991 y 1992) y la entrada en operaciones de la planta privada
térmica de Nejapa Power (aumento de 144.5 MW entre 1995 y 1996), aunque se
sacó de funcionamiento la planta de Miravalle con capacidad de 18.6 MW en
1996. De esta manera, la capacidad instalada en generación térmica aumentó en
187.6 MW en los noventa.
La demanda insuficientemente atendida que proviene del área rural indica que la
capacidad del sistema nacional tendrá que crecer más del doble para entonces, si
se quiere realmente proveer al área rural de energía eléctrica. Dado el plan de
expansión de CEL, se deduce que la expansión de la demanda requerirá de la
participación más activa del sector privado en la provisión de este servicio de
infraestructura.
Cabe destacar que las privatizaciones del sistema de energía eléctrica han
progresado en tres direcciones: la primera es la entrada en vigencia de la
operación de la planta Nejapa Power en 1995 la cual ya genera alrededor del 20%
de toda la generación eléctrica del país; la segunda es la privatización de las
distribuidoras de energía eléctrica que ocurrió en 1998; y la tercera es la venta de
las generadoras térmicas en 1999. Las privatizaciones abren una nueva relación
en los servicios de energía eléctrica que pueden contribuir a mejorar la cantidad,
la eficiencia, la confiabilidad de estos servicios, así como el acceso de la
población rural a ellos.
2
La red vial
Cuadro A4.5
Estado de la red vial en 1996 (Kms)
Categoría Muy buena Buena Regular Mala Muy mala Nir Ni Otros Total
Total 136.5 1,168.0 3,511.5 2,584.1 997.8 456.2 435.9 687.2 9,977.1
El cuadro muestra que en 1996 el estado de la red vial era precario. Solamente el
13% de la red vial se encontraba en muy buena o buena condición; que 35% se
hallaba en estado regular; y que 36% estaba en mala o muy mala condición. Hay
un 16% del cual no se puede emitir juicio a partir de la información disponible.
2
sobre los cuales no se puede emitir juicio sobre su estado, los caminos rurales en
buenas condiciones sólo ascendían al 36%.
El panorama del estado de los caminos no es muy diferente del de 1993. Según
Rivera Campos y Gallagher (1995), en aquel año solamente el 62% de los
caminos pavimentados se encontraban en estado bueno o regular y el 38% en
mal estado. Allí se señalaba también que sólo el 44% se hallaba en condiciones
buenas o regulares y el resto, el 56%, estaba en malas condiciones. Y respecto a
los caminos rurales se indicaba que el 57% se encontraba en mal estado.
El siguiente gráfico permite conocer cuáles son los departamentos cuya red vial
se encuentra más deteriorado.
Gráfico A4.1
Precariedad de la red vial en 1996
(Mal y Muy mal estado)
70
60
50
40
Porce
30
20
10
0
Ahuachapá
Usulut
Sonsona
Cabañ
Sa n Sa lva
Cuscatl
Moraz
La
La Libe
Sa nta
La
Cha la te
Sa n
Sa n
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Sonsonate, con más de la mitad en condiciones precarias, y Usulután, con más de
las tres quintas partes en malas condiciones. El resto de los departamentos
muestra un deterioro no mayor al 30%.
En el estudio de Rivera Campos y Gallagher (1995) se indica que entre las causas
principales del pobre mantenimiento de la red de caminos se encuentran: la falta
de fondos presupuestarios, la planeación ineficiente, las ineficiencias en el MOP y
la falta de una perspectiva apropiada del impacto que los malos caminos
provocan en los costos operativos de los vehículos y de las empresas. La
asignación presupuestaria en 1994 del MOP, por ejemplo, dedicó solamente
¢110.00 a la compra de materiales para cada kilómetro de camino.
2
CONSIDERACIONES FINALES
Mientras que los ochenta constituyeron una década perdida de conflicto armado,
que nos hizo retroceder en términos de bienestar, los noventa han sido una
década de cambios. Los tres grandes momentos del cambio ocurrieron al principio
del decenio con la firma de los Acuerdos de Paz, la implementación de las
reformas económicas y la sustitución de las donaciones por las remesas
familiares, como principal sostén de la solvencia financiera externa.
2
donaciones, que habían sido el principal sostén financiero de los años ochenta,
las cuales, después de la firma de los Acuerdos de Paz, declinaron rápidamente.
Los resultados de la aplicación de las reformas han sido mixtos. Por un lado, la
estabilidad macroeconómica se convirtió en el principal activo de la gestión
económica y el mercado se encuentra hoy más presente que antes; por el otro, el
dinamismo de la economía no ha logrado formar parte de los activos de la gestión
económica, pues después de un primer quinquenio de gran dinamismo, éste se
perdió durante los siguientes cuatro años, mostrando un ciclo bien definido de
auge y declinación del crecimiento económico. Más importante aún, el modelo no
logró entregar su ofrecimiento de promover un crecimiento liderado por las
exportaciones, más bien las exportaciones netas de máquila, han perdido
importancia dentro de la producción nacional.
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apreciación real de la moneda que se fue alimentando entre 1993 y 1996, período
en el cual, con un tipo de cambio fijo, la inflación doméstica se mantuvo por
encima de la inflación internacional, haciendo perder competitividad exportadora;
sin embargo, después del último año indicado, en que la inflación convergió al
nivel internacional, la erosión indicada de la competitividad desapareció. No
obstante, el esfuerzo antiinflacionario dio paso a un fenómeno distinto: las altas
tasas de interés real, que han elevado los costos de los recursos financieros para
la inversión. De tal manera que el mal holandés que provocan las remesas
familiares, presenta para la política económica un dilema importante: si, por un
lado, el Banco Central de Reserva continúa con la política de mantener fijo el tipo
de cambio nominal y con el esfuerzo antiinflacionario, la tasa de interés real se
mantendrá alta, afectando negativamente a la inversión; si, por el otro, asume una
meta de inflación menos estricta, permitiendo más liquidez, la tasa real de interés
podrá bajar, pero el costo de la erosión de la competitividad exportadora
aparecerá nuevamente.
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crecimiento y de corta duración con períodos de crecimiento moderado y de
contracción, de tal manera que el progreso acumulado durante los últimos
cuarenta años resulta notablemente insuficiente. Ciertamente, el crecimiento
promedio entre 1960 y 1997 apenas llegó a 3% anual, una tasa apenas superior
al crecimiento poblacional. El escaso progreso observado en la reducción de la
pobreza encuentra en este bajo crecimiento de largo plazo una de sus
explicaciones. Otra característica que sugieren los estudios de largo plazo es la
tendencia de la productividad media de los factores productivos a declinar, a la
par de la disminución de la disponibilidad de capital por trabajador. La pérdida de
productividad tendencial estaría en la base del bajo crecimiento logrado en el
largo plazo.
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ajustan ante los impactos negativos por la vía del desempleo, como se ha
observado en la experiencia salvadoreña reciente.
De tal manera que la mejor recomendación para el corto plazo que se puede
presentar, para el manejo del ciclo económico, es el de conservar una política
monetaria exigente que mantenga la inflación abajo del nivel internacional para
evitar perder competitividad exportadora, y actuar sobre las cuentas fiscales de
manera ambiciosa: reduciendo el gasto, aumentando la eficiencia recaudativa y
aumentando los impuestos si es necesario; de otra manera, la actividad
económica continuará ahogándose en su propia inconsistencia.
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Pero también es necesario eficacia para convertir ese crecimiento en reducción
de la pobreza, y para eso se necesita un acuerdo de largo plazo que establezca
compromisos de invertir en los pobres, de establecer las políticas públicas para
enfrentar sostenidamente las carencias sociales que se han señalado en este y
otros estudios. No cabe duda que estos compromisos pasan por la conformación
de un estado eficiente y fuerte, eficiente en no distraer recursos escasos en
actividades que no le corresponden al sector público, para asignarlos al problema
social; y fuerte para que sea capaz de cumplir con las tareas que la sociedad le
ha asignado.
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Bibliografía
FUSADES (1997). "Pobreza rural" Boletín Económico y Social No. 138, mayo.
2
Rivera Campos, R. (1986). "Dinámica y crisis de la economía salvadoreña",
Estudios Centroamericanos, Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.
Rivera Campos, R. (1994). "Los determinantes del ahorro en El Salvador"
Ministerio de Planificación, Mimeo.
Segovia, A., Rosa, H., Martínez, J. E. y Pleitez, W. (1990). "La gestión económica
de ARENA. La política macroeconómica: promesa y realidad" Revista Política
Económica, julio, vol I No. 1. CENITEC.
Worl Bank (1995). "El Salvador: Meeting the Challenge of Globalization". Vol II.