El documento habla sobre el Día de Todos los Fieles Difuntos. Explica que este día es para recordar y orar por los difuntos que están siendo purificados en el purgatorio antes de entrar al cielo. También reflexiona sobre la necesidad de purificar los apegos desordenados a las criaturas antes de estar con Dios, y aprovecha para recordar la importancia de fortalecer nuestro amor hacia Él.
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
9 vistas2 páginas
El documento habla sobre el Día de Todos los Fieles Difuntos. Explica que este día es para recordar y orar por los difuntos que están siendo purificados en el purgatorio antes de entrar al cielo. También reflexiona sobre la necesidad de purificar los apegos desordenados a las criaturas antes de estar con Dios, y aprovecha para recordar la importancia de fortalecer nuestro amor hacia Él.
El documento habla sobre el Día de Todos los Fieles Difuntos. Explica que este día es para recordar y orar por los difuntos que están siendo purificados en el purgatorio antes de entrar al cielo. También reflexiona sobre la necesidad de purificar los apegos desordenados a las criaturas antes de estar con Dios, y aprovecha para recordar la importancia de fortalecer nuestro amor hacia Él.
El documento habla sobre el Día de Todos los Fieles Difuntos. Explica que este día es para recordar y orar por los difuntos que están siendo purificados en el purgatorio antes de entrar al cielo. También reflexiona sobre la necesidad de purificar los apegos desordenados a las criaturas antes de estar con Dios, y aprovecha para recordar la importancia de fortalecer nuestro amor hacia Él.
Descargue como DOCX, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1/ 2
Conmemoración de todos los fieles difuntos
Hoy recordamos a nuestros difuntos, no para revivir sentimientos dolorosos. Los
recordamos para rezar por ellos, porque sabemos que nuestra oración les es muy útil. Un día como hoy es para recordar, para rezar con más fervor, pero también, es un día para reflexionar. Primero. ¿Qué es el purgatorio? Enseña el Catecismo que los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. Esta purificación final de los elegidos es completamente distinta del castigo de los condenados. Para entender la necesidad del Purgatorio tenemos que ver su fin. Dijimos, “una purificación para poder entrar al Cielo”. Esto quiere decir que, aunque estemos en gracia hace falta una purificación. ¿Por qué? Para entender esto debemos recordar que todo pecado tiene una doble consecuencia. El pecado mortal nos priva de la comunión con Dios y por eso nos hace incapaces de la vida eterna. Y la segunda consecuencia es el apego desordenado a las criaturas. Y esto también lo tiene el pecado venial. Este apego desordenado es lo que debemos purificar antes de entrar a al Cielo. Con el perdón del pecado en la confesión conseguimos que se borre la pena eterna del pecado. Pero las penas temporales (el apego desordenado a las cosas) permanecen. ¿Y qué es el apego desordenado a las cosas? Es que el corazón del hombre fue hecho para amar, para apegarse, pero no a cualquier cosa, sino a Dios. El hombre fue hecho por Dios para amar a Dios. Entonces, amar a cualquier otra cosa que no sea Dios es un amor desordenado. Bueno, con esto no pretendo enseñarles nada nuevo, pero sí me parece importante recordarlo. Porque puede ser que nuestra lucha contra las imperfecciones e incluso los pecados veniales, se vea adormecida por un enfriamiento en nuestro amor a Dios. En este día en el que recordamos a nuestros seres queridos que están purgando sus afectos desordenaos, aprovechemos a retomar los deseos de santidad, para reencontrarnos con ellos, y sobre todo, para reencender nuestro amor a Dios. Y ofrecer por ellos todo lo que nos cuesta, nuestras luchas contra nuestros afectos desordenados. A María Santísima le pedimos esta gracia. Aujourd'hui, nous nous souvenons de nos défunts, pas pour revivre des sentiments douloureux. Nous nous souvenons d'eux et prions pour eux, car nous savons que notre prière leur est très utile. Un jour comme aujourd'hui est un jour pour se souvenir, pour prier avec plus de ferveur, mais c'est aussi un jour pour réfléchir. Tout d'abord, qu'est-ce que le purgatoire ? Le Catéchisme enseigne que ceux qui meurent dans la grâce et l'amitié de Dieu, mais imparfaitement purifiés, bien qu'assurés de leur salut éternel, subissent une purification après leur mort, afin d'obtenir la sainteté nécessaire pour entrer dans la joie du ciel. Cette purification finale des élus est entièrement distincte du châtiment des damnés. Pour comprendre la nécessité du purgatoire, nous devons voir sa fin. Nous avons dit "une purification pour entrer au paradis". Cela signifie que, même si nous sommes dans la grâce, une purification est nécessaire. Pourquoi ? Pour comprendre cela, nous devons nous rappeler que tout péché a une double conséquence. Le péché mortel nous prive de la communion avec Dieu et nous rend donc incapables de la vie éternelle. Et la deuxième conséquence est un attachement désordonné aux créatures. C'est aussi la conséquence du péché véniel. Cet attachement désordonné est ce que nous devons purifier avant d'entrer au Ciel. Avec le pardon des péchés dans la confession, nous obtenons l'effacement de la punition éternelle du péché. Mais les peines temporelles (attachement désordonné aux choses) demeurent. Et qu'est-ce que l'attachement désordonné aux choses ? C'est que le cœur de l'homme a été fait pour aimer, pour s'attacher, mais pas à n'importe quoi, mais à Dieu. L'homme a été créé par Dieu pour aimer Dieu. Ainsi, aimer autre chose que Dieu est un amour désordonné. Eh bien, je ne veux pas vous apprendre quelque chose de nouveau, mais je pense qu'il est important de se rappeler ceci. Car il se peut que notre lutte contre les imperfections et même les péchés véniels soit engourdie par un refroidissement de notre amour pour Dieu. En ce jour où nous nous souvenons de nos proches qui purgent leurs affections désordonnées, profitons-en pour raviver notre désir de sainteté, pour renouer avec eux, et surtout, pour raviver notre amour pour Dieu. Et d'offrir pour eux tout ce qui est difficile pour nous, nos luttes contre nos affections désordonnées. Nous demandons cette grâce à la Sainte Vierge Marie.